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LA TEOLOGÍA MORAL Y LA CULTURA ACTUAL 03/05/2014

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Sábado - 03.Mayo.2014
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Actualidad LA TEOLOGÍA MORAL Y LA CULTURA ACTUAL (Card. Joseph Ratzinger)
Autores
Biología humana
Avances científicos de relevancia ética
Fe y ciencias
Ciencia La Teología moral y la cultura actual
Filosofía
Teología
Antropología cristiana
Dios Amor
Dios Trinidad Entrevista con el Cardenal J. Ratzinger
Jesucristo
Dios Espíritu Santo
sobre algunos aspectos de la teología moral.
Cfr "Ser cristiano en la era neopagana", Ed. Encuentro.
El misterio de la salvación
La Eucaristía
La Misa
La Virgen María
Escatología El Papa rechaza la anticoncepción. La experiencia muestra que muchas mujeres católicas no
Teología moral actúan del mismo modo. ¿Se pregunta a sí mismo el Vaticano si su juicio respecto a la moral
sexual es aún válido para los tiempos que corren?
Virtudes
Doctrina social de la Iglesia (DSI) J. R.- Naturalm ente, tenem os la obligación de preguntarnos siem pre si nuestras posiciones
Sacramentos tienen o no un fundam ento. Si la respuesta es positiva, es necesario encontrar el m odo m ás
Teología fundamental co n vin ce n te para ex presar nuestro pensam iento. Para abordar el problem a de la
anticoncepción es im prescindible darse cuenta de que sus presupuestos han cam biado. En
La Iglesia p rim e r lugar, la anticoncepción tal com o la conocem os hoy no ha ex istido jam ás. En
Historia y vida de la iglesia segundo térm ino, la cuestión del crecim iento de la población no ha sido nunca tan candente
Cristianismo com o lo es en la actualidad. Q ue la Iglesia juzgue el control natural de la natalidad com o un
Sagrada Escritura com portam iento ético im portante constituye un hecho nuevo. De este m odo, no sólo
responde a la situación actual sino que tam bién protege sus m ás profundas convicciones. En
Sagrada liturgia tie m p o s pasados este debate no ex istía pues la hum anidad debía ocuparse m ás de su
Ecumenismo supervivencia que de su núm ero. Desde luego que la m otivación ética ha perdido su antiguo
Magisterio pontificio peso y tenem os que aplicarnos con m ucho esm ero para hacer com prensible nuestra
Espiritualidad posición, principalm ente frente a cada hom bre concreto.
Religión ¿Cuáles son los elementos que aún conservan validez de la encíclica "Humanae vitae",
Derecho publicada veinte años atrás?
Familia - educación
Etica J. R. El espacio dedicado a la anticoncepción en la encíclica ocupaba m edia página. Se
Valores trataba de dar una im agen positiva del m atrim onio com o «lugar» en el que la sex ualidad
tiene una dignidad hum ana y m ostrar que en el hom bre el cuerpo y el espíritu son
Cultura inseparables. Esto significa que la sex ualidad no puede ser confinada en el m undo de los
Literatura objetos. Es, en este caso, una filosofía de la sex ualidad en la unidad de la persona. Creo
Libros que esta visión es m uy rica, pero que todavía no ha sido profundiza da suficientem ente. En
Cine e l Sínodo de 1980 se planteó el problem a y se intentó, elaborando con m ayor precisión el
Vídeos culturales aspecto antropológico, esclarecer el único punto difícil, el del control de la natalidad, que no
Testimonios se presentaba bien m otivado. El Papa en persona ha dedicado a este argum ento durante
casi un año la catequesis de las audiencias generales de los m iércoles. El esfuerzo por
Archivo lograr una m ayor com prensión pro sigue ininterrum pidam ente. Por esta razón diría que la
Blog de N. López Moratalla encíclica tiene consistencia, aunque las m otivaciones y la visión antropológica deben ser
Blog de A. Orozco som etidas a un ulterior ex am en.
Hace veinte años dijo que la moral sexual representaba un capítulo particularmente oscuro y
trágico en la historia del pensamiento cristiano
J. R.- Sí, es verdad, pues la visión bíblica ha debido contrarrestar con enorm es dificultades
las corrientes dualísticas y rigoristas. Y no obstante, la doctrina sobre la sacram entalidad del
m atrim onio no ha perm itido nunca que se cayera en una aversión de la sex ualidad.
En cuanto a la encíclica Humanae vitae cabe la pregunta de si llega a ser profesor de Teología
moral católica sólo quien está dispuesto a aceptar los principios de esta encíclica
J. R. Q uien enseña debe aceptar en cualquier caso la doctrina de la Iglesia. Y si alguien dice
un ex plícito y ponderado «no», en el sentido de que «según m i conciencia no puedo enseñar
esto», la consecuencia lógica es que no puede asum ir la tarea de enseñar la doctrina de la
Iglesia. No hay duda de que no es justo em itir un juicio sobre un estudioso basándose sólo
en un aspecto de su pensam iento, sino que es im prescindible conocer su conjunto. El
problem a esencial es saber si uno, siguiendo la totalidad de su pensam iento, es capaz de
aceptar o no la doctrina de la Iglesia. Esto es decisivo.
¿No se ha caracterizado la moral católica en los últimos doscientos años quizá más por el
confesionario que por la doctrina de los valores positivos?
J. R. Tem o que deberé decirle que sí. Los elem entos de la Teología m oral han sido
elaborados con frecuencia com o instrucciones para confesores. Por este m otivo, la Teología
m oral ha sido abordada m uchas veces en un horizonte bastante restringido. Sólo m ediante
una m irada retrospectiva se puede entender el por qué de la am plia crisis actual de la
Teología m oral.
Eminencia, hablemos del Catecismo Universal de la Iglesia Católica. Los periódicos lo
presentaban a menudo como un texto de educación cívica, como una lista moralizante de
pecados, un "vademecum" contra la corrupción política...
J.R.. Es un grave error afirm ar que el catecism o es una lista de pecados. El cristianism o no
es m oralism o. El cristianism o es la realidad de la historia com ún de Dios y del hom bre. En
esta historia en la que predom ina el don de Dios, nosotros aprendem os a actuar com o
hom bres. La estructura del catecism o universal es la siguiente: el sím bolo apostólico, los
sacram entos, la m oral y la oración. No estaba previsto, pero luego hem os caído en la cuenta
de que es la m ism a estructura del catecism o del Concilio de Trento. Menos de un tercio del
tex to trata de la m oral, presentada dentro del contex to de la historia de Dios con la
hum anidad, y de la revelación de Dios que en la com unión de la Iglesia se ofrece con su
m ism o cuerpo en los sacram entos. De todos m odos, esta sección del tex to no es una lista
d e pecados, sino que trata dé m ostrar un m odelo de vida m oral desde una perspectiva
cristiana. De este m odo se convierte en algo m uy sim ple: es am istad con el Señor, es vivir y
cam inar con El. Todo ello se resum e en el doble am or de Dios y del hom bre: la síntesis de
toda m oral. El resto es interpretación y ex plicación. Pero para nosotros era im portante,
cuando preparábam os el catecism o, no hablar de un cristianism o atem poral, sino de un
cristianism o vivo en la época actual. Hay quien dice que la Iglesia está obsesionada con la
m o ra l sex ual, y que sólo interviene en estos tem as. Pero hem os dem ostrado que la
dim ensión sex ual es sólo una de las m uchas del ser hum ano, que ex isten otras igualm ente
im portantes, com o la éticopolítica. No podíam os olvidarnos de la sed de justicia política y

http://arvo.net/teologia-moral/la-teologia-moral-y-la-cultura-actual/gmx-niv495-con16717.htm 1/3
LA TEOLOGÍA MORAL Y LA CULTURA ACTUAL 03/05/2014

social que provocan los sufrim ientos del Tercer Mundo, no sólo de Latinoam érica sino
tam bién de África y Asia.
El cardenal Franz Kónig hacía un balance de los treinta años que nos separan de la apertura
del Concilio y afirmaba que consideraba concluida en la Iglesia la época de las
contraposiciones entre derecha e izquierda, progresistas y conservadores. ¿Esto es así porque
t od os tendemos ahora hacia un moderantismo de centro, o porque lo evidente de la
descristianización obliga a volver a empezar desde lo esencial?
J. R. Es difícil responder, porque es obvio que las divisiones dentro de la Iglesia no han sido
supe ra da s. Quizá se ha abandonado el esquem a que contraponía derecha e izquierda,
pro gre sista s y conservadores, pero las divisiones continúan ex istiendo. El viejo esquem a
político ya no funciona porque incluso a nivel de partidos políticos la izquierda com o tal está
atravesando un período de profundos replanteam ientos, a la búsqueda de una nueva
identidad; y una derecha en sentido estricto tam poco ex iste ya. Liberados pues de estos
esquem as políticos y de partido, quizá podam os llegar m ejor a las verdaderas raíces de las
divisiones que ex isten en la Iglesia, que en algunas partes son bastante profundas y
ex igen un proceso no sólo de reflex ión sino tam bién de reconciliación, y sobre todo de una
renovación espiritual, un regreso a las verdaderas raíces de la fe, que, desde luego, no será
fácil.
¿Cuál es el origen de las tensiones que en ocasiones se advierten entre algunos moralistas y
Roma?
J. R.- Para dar una respuesta com pleta habría que hacer un análisis a fondo, y éste no es el
m o m e n to adecuado. Personalm ente veo tres planos. Ante todo, siem pre se producen
dificultades en las com unicaciones, errores de traducción, en el sentido m ás am plio de la
palabra, entre Rom a y las iglesias locales. Adem ás -y esto es el punto central- ex iste una
diferencia fundam ental entre el program a m oral del cristianism o y las ideas actuales sobre
la vida. Estos dos elem entos están en constante conflicto entre sí. La idea básica del
h o m b re occidental sobre lo que se puede y se debe hacer, sobre cóm o hay que vivir
rectam ente, se opone en m uchos aspectos a lo que dice el Evangelio. Rom a debe recalcar
siem pre con habilidad, pero eso es algo secundario. Aunque se diga con delicadeza,
perm anece la contradicción que hiere y duele, lo cual provoca a su vez una oposición. En
tercer lugar 'paralelam ente a lo que llam aría «los errores de Rom a»-, hay algunos
elem entos en Alem ania en los que se entrevé el deseo de rechazar a Rom a: no se trata
sólo de gestos aislados de independencia. Estas tendencias, enraizadas en un determ inado
grupo , pueden llegar a crear un nuevo tipo de cristianism o, un «cristianism o burgués», y a
aprovechar para este fin todas las oportunidades que se les presentan.
Al presentar la encíclica "Veritatis Splendor" usted subrayó la respuesta en ella contenida
respecto a las tendencias culturales de tipo subjetivista y relativista. La óptica intraeclesial
subrayó, en cambio, el elemento preceptivo sobre los desequilibrios de la reciente ética
teológica. ¿Cuál de los dos aspectos predomina? ¿Considera justificada la impresión según la
cual la encíclica constituye una censura hacia la mayoría de los estudios de teología moral de
los últimos decenios?
J. R.- No habría dicho lo que dije a la prensa si no estuviese convencido de que las m iras de
la encíclica no son precisam ente las de fom entar discusiones intraeclesiales, entabladas por
una teología que se encierra en si m ism a, en sus propias controversias, sino la voluntad de
hablar al hom bre de hoy. Es un gran docum ento de diálogo con el m undo y sus
a brum a dore s sufrim ientos, lleno de fe cristiana. Me parece innegable que el m undo está
atravesando una crisis de fin de época que afecta a los valores básicos y alcanza tam bién a
las otras grandes religiones. Es una evidencia indiscutible que tenem os necesidad de
va lo re s éticos. En este sentido el Papa estaba históricam ente obligado a intervenir, puesto
q u e es responsabilidad de los cristianos custodiar el patrim onio de valores y tam bién de
racionalidad que deriva de su fe, y contribuir al hallazgo de convicciones hum anas com unes.
La Iglesia, com o com unidad de los creyentes, tiene una certeza de valores que no se puede
ex tender, en su totalidad, a la hum anidad entera, pero se pueden hallar los fundam entos
com unes. La encíclica, pues, no solam ente confirm a una convicción cristiana, sino que
adem ás, es una ayuda a la hum anidad que busca los fundam entos del ser hum ano. En este
contex to, el Papa interviene no para crear nuevas censuras, sino para dar m ayor firm eza y
convicción en el diálogo con el m undo a nuestros valores y nuestra fe.
Creo que es im portante subrayar que cuando el Santo Padre critica el teleologismo, el
proporcionalismo, un concepto erróneo de autonom ía y de opción fundam ental, no condena
globalm ente estas pistas teológicas, sino que interviene para purificarlas e integrar los
elem entos positivos en la síntesis cristiana. No es un sim ple «no» o una sim ple confirm ación
de la neoescolástica; todo lo contrario, ha ex am inado detalladam ente el concepto de la ley
natural en un horizonte hum ano, filosófico, y así ha recuperado la herencia neoescolástica,
insistiendo en el hecho de que el hom bre en cuanto hom bre, tiene en sí el derecho de ser sí
m ism o, tiene en sí una dim ensión m oral. Es deber del Papa dar una guía, indicar los
cam inos sin salida y trabajar por una catolicidad m uy am plia, que sabe integrar todas las
riquezas m ás hondas.
Quisiera hacer hincapié en la necesidad de no perder el fundam ento m etafísico creacional
del hom bre: la criatura com o tal habla de Dios y es portadora de un m ensaje tam bién
m o ra l. Es la observación esencial que hizo el Papa: donde se pierde ese fundam ento, se
pierde el fundam ento de la teología católica; donde se saben integrar nuevas visiones en
esta visión fundam ental el cam ino puede proseguir.
Usted se muestra preocupado por el consenso en torno a la doctrina moral de la Iglesia. Si
bien «la fe y la moral no se miden con la estadística», ¿existe, en su opinión, un modo para
consultar al episcopado y al pueblo de Dios sobre la acogida del magisterio moral?
J. R.- Cierto. Es im portante conocer cuál es la situación, incluso prescindiendo de las
estadísticas, pero es im portante tam bién ser consciente de que la m ayoría, en cuanto tal,
no ex presa necesariam ente los valores fundam entales. Pensem os, por ejem plo, en el
co nse nso universal que, en torno a la esclavitud de los africanos, se m anifestó en los
com ienzos de la era m oderna: una época entera puede estar ciega respecto a los valores
fundam entales. La m ayoría no puede ser un criterio suficiente para definir un valor m oral.
Por otra parte, es im portante que, en la com unión eclesial crezca la fe -com o dice la Dei
Verbum (cfr. n.8: EV 1/883)- a través de la reflex ión, la m editación y el estudio. En este
sentido, para el m agisterio de la Iglesia siem pre es im portante basarse en la palabra de
Dios y en el dogm a form ulado, pero tam bién vivir de la vitalidad de la Iglesia, tanto del
pasado com o del presente, de los laicos y de los m inistros.
E l problem a m oral fundam ental, así com o nos lo plantea la Escritura y se dice en el
Padrenuestro, es cum plir la voluntad de Dios. Pero conocer esta voluntad, verla en su
profundidad sólo es posible con una m irada am plia a toda la evolución histórica, porque
nacen nuevos problem as a los que podem os responder con una conciencia m ás llena de la
voluntad de Dios, sólo conociendo la realidad y, por otra parte, valorando las ex periencias
concretas de la fe. Pensam os en los tres grandes desafíos de la época actual -ética política,
ética económ ica y bioética- y vem os que por una parte, necesitam os conocer la m ateria, los
problem as com o tales en toda su com plejidad; por otra parte, necesitam os el sentido m oral
que traduce la voluntad de Dios -esto es: que el hom bre tenga la vida y respete siem pre en
el hom bre la imagen de Dios- en norm as concretas. Aquí es donde se da el diálogo de la fe,
la búsqueda com ún para entender la voluntad de Dios en cierto contex to.

© ASOCIACIÓN ARVO 1980-2005


C ontacto: mailto:webmaster@arvo.net
Director de Revistas: Javier Martínez C ortés
Editor-C oordinador: Antonio Orozco Delclós

http://arvo.net/teologia-moral/la-teologia-moral-y-la-cultura-actual/gmx-niv495-con16717.htm 2/3
LA TEOLOGÍA MORAL Y LA CULTURA ACTUAL 03/05/2014

Enviado por Ed. Encuentro - 12/06/2005

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