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MUJERES
Informe presentado al activo de mujeres comunistas reunido en Guayaquil el
día 2 de julio de 1972, a nombre del Ejecutivo del Comité Central del Partido
Comunista del Ecuador.
Camaradas:
Reciban, ante todo, el fraternal saludo del Ejecutivo del Comité Central al
Activo. Nos sentimos muy complacidos de tener aquí a camaradas de todas las
provincias del país y es motivo de profundo agrado discutir con ustedes hoy
este problema de la situación de la mujer y de las formas de trabajo del Partido
en este importantísimo frente de lucha.
Quiero referirme, mas bien, a los fundadores del marxismo en relación con los
aspectos más recientes.
Y más adelante:
¿Nos reprocháis el querer abolir la explotación de los hijos por sus padres?
Confesamos ese crimen.
..........
Las declamaciones burguesas sobre la familia y la educación, sobre los dulces
lazos que unen a los padres con sus hijos resultan más repugnantes a medida
que la gran industria destruye dodo vínculo de familia para el proletariado y
transforma a los niños en simples artículos de comercio, en simples
instrumentos de trabajo.
Nada más grotesco, por otra parte, que el horror ultra moral que inspira a
nuestros burgueses la pretendida comunidad de mujeres que atribuyen a los
comunistas. Los comunistas no tienen necesidad de introducir la comunidad de
las mujeres: casi siempre ha existido.
..........
Pido disculpas por la larga cita, así como por los términos duros, aunque ellos
no son nuestros sino del propio Marx.
Más tarde, Marx en “El Capital desmenuzo más a fondo este problema de las
mujeres, en relación, sobre todo, con la acumulación primitiva del capital. Pero
me parece que basta con las citas del “Manifiesto Comunista” para
convencernos que desde el principio del movimiento comunista el problema de
la mujer ha sido una constante preocupación nuestra.
“Las tesis deben subrayar con rigor que la verdadera emancipación de la mujer
solo es posible a través del comunismo. Es preciso esclarecer profundamente
el nexo indisoluble entre la situación de la mujer como persona y miembro de
la sociedad y la propiedad privada sobre los medios de producción. Así
delimitaremos con toda precisión los campos entre nosotros y el movimiento
burgués por la “emancipación de la mujer”. Esto sentara también las bases
para examinar el problema femenino como parte del problema social obrero, y
por tanto permitirá vincularlo firmemente con la lucha proletaria de clase y con
la revolución. El movimiento comunista femenino debe ser un movimiento de
masas, debe ser una parte del movimiento general de masas, no solo del
movimiento de los proletarios, sino de todos los explotados y oprimidos, de
todas las víctimas del capitalismo. En esto consiste la importancia del
movimiento femenino para la lucha de clase del proletariado y para su misión
histórica creadora: la organización de la sociedad comunista.
“¿Debemos aun persuadirnos unos a otros de que la lucha por los derechos de
la mujer tiene que estar vinculada con el objetivo fundamental: con la
conquista del Poder y la instauración de la dictadura del proletariado? Esto es
para nosotros en los momentos actuales y seguirá siendo al alfa y omega, esto
es claro, completamente claro. Pero las amplias masas femeninas trabajadoras
y populares no sentirán el anhelo irresistible de compartir con nosotros la lucha
por el poder del estado si siempre trompeteamos exigiendo esta sola
reivindicación, aunque sea las trompetas del Jericó. ¡No, no! También en la
conciencia de las masas femeninas debemos vincular políticamente nuestro
llamamiento con los sufrimientos, las necesidades y los deseos de las
trabajadoras. Estas deben saber que la dictadura proletaria significa para ellas
la plena igualdad de derechos con el hombre, tanto ante la ley como en la
práctica, en la familia, en el estado y en la sociedad, así como también el
derrocamiento del poder de la burguesía”.
¿Qué nos demuestra todo esto? Nos demuestra en forma irrebatible que la
verdadera liberación de la mujer no se puede lograr a través de reformas; que
es indispensable la revolución nacional liberadora y su transformación en
revolución socialista, para ganar un sistema social en que desaparezcan las
clases, en que el poder lo tengan los oprimidos de hoy, los hombres del
trabajo, sociedad en que desaparecerá todo discrimen contra la mujer.
Y en la mujer trabajadora ¿Cómo va a ser esa lucha, como vamos a luchar? Hay
una tendencia entre nosotros: cuando pensamos en la mujer trabajadora
pensamos en el sindicato y exclusivamente en la lucha económica. Es claro
que la lucha económica es también uno de los caminos, decía Lenin, para llevar
a las masas a la conciencia política y a la lucha política.
Me van a decir por qué opero sobre el año de 1950, es decir hace 22 años. Aquí
viene lo que les decía. Miren lo que les dice el censo de 1962: la población del
Ecuador entre 1950 y 1962 creció en un 60%. ¿Y qué dice el censo del año 62?
Dice que en ese año había 235.000 mujeres formando parte de la población
económicamente activa, es decir que en vez de haber crecido en un 60% el
número de mujeres que están trabajando han disminuido y nosotros sabemos
que en la práctica no es así, que en la realidad no es así. Yo no me explico que
es lo que ha ocurrido, parece ser que este censo de 1962, fue muy mal hecho,
porque no se puede explicar esos resultados. Pero observen más, el número de
hombres en el año 50 en la población económicamente activa es de 1’200.000
y en el año de 1962 es también de 1’200.000, lo cual no puede ser, es un
absurdo completo.
Sin embargo voy a operar sobre esa cifra de 265.000 para otro tipo de
clasificaciones. Pero, lo que si demuestra de todos modos este hecho, es la
incorporación de la mujer a la producción.
Nosotros consideramos que en esta tabla de lucha hay que recoger esos
planteamientos, no con el propósito, insisto una y diez veces, de creer que allí,
en esas reivindicaciones, esta la solución del problema de las mujeres. Pero si
utilizar estos planteamientos a fin de organizar a las mujeres y de llevarlas a la
lucha revolucionaria enfrentándolas a la dominación de clase y al Estado
burgués y al imperialismo. Deben estar fundadas en el objetivo que esta lucha
tiene. No quiero entrar en el detalle de esas reivindicaciones, no creo que sea
el propósito de este Activo.
Ahora bien, si nosotros entendemos la lucha de las mujeres en ese plano, ¿Cuál
es la salida que proponemos?
Se hablo inclusive del abaratamiento de los víveres y eso no asoma por ningún
lado, al contrario lo que asoma es el encarecimiento. Utilizar todos esos
recursos con el propósito de llevar a las masas a la lucha, pero no llevarlas a
las masas a la lucha, simplemente para que la libra de carne en vez de costar
12 sucres cueste 10; claro que ese es el camino, el vehículo, pero hay que
llevarlas a la lucha para hacerles ver que eso no puede cambiar, sino que
cambia totalmente la estructura económica, política y social del país.
Entonces en esta lucha nosotros tenemos también que poner en claro ante las
mujeres que nos da el régimen burgués y que nos da el régimen
revolucionario.
Nosotros tenemos que tomar estos hechos y hacer ver a las mujeres que la
burguesía no puede ofrecerle ninguna solución. ¿Qué le ofrece la burguesía?
Menos hijos, prostitución, mayor explotación. Y frente a esto tenemos que
plantear claramente el problema de lo que le ofrece a la mujer la revolución,
los ejemplos vivos.
Nosotros fijamos la revolución como nuestro objetivo, pero les quiero decir a
Uds. Que para nosotros la revolución no es un decreto, nosotros no decretamos
la revolución, no es ni siquiera un solo acto. La revolución no es para nosotros
un solo acto, porque no es que resolvemos tomar las armas y hacer la
revolución, para nosotros la revolución es todo un proceso, proceso que
comienza por las cosas pequeñas y termina con la insurrección de manera que
Uds. Comiencen este trabajo entre las mujeres siéntalo como parte de ese
proceso, siéntanlo como uno de los eslabones forjadores de una cadena que va
a concluir con la toma del poder por el pueblo. No lo sientan como una tarea
pequeñita, no se trata de la simple cuestión pequeña, pues hay que tener
presente siempre la salida de la revolución nacional liberadora en el Ecuador,
de otro modo seremos reformistas burgueses, seremos cualquier otra cosa,
pero no seremos comunistas.
Por esto, la importancia de esta lucha por esas reivindicaciones.
Recuerden que hay figuras en el movimiento indio como Dolores Cacuango que
son verdaderos símbolos del movimiento; recuerden que aquí en nuestro
movimiento campesino en muchas ocasiones hemos visto a las compañeras
luchar hasta con las armas junto a los camaradas. En este sector nuestro
problema no es tan difícil, pero lo tenemos descuidado, como movimiento de
mujeres no lo hacemos, no llegamos a la mujer campesina como mujer,
llegamos a la mujer campesina como campesina que lucha junto al marido,
pero no como mujer. No sabemos de sus problemas hogareños, no ayudamos a
la lucha de ellas, la lucha de ellas es más dura que la nuestra, es la lucha de la
mujer por el agua, por la educación, por una serie de elementos que la mujer
obrera si tiene para sus hijos, relativamente dentro de la actual situación del
Ecuador, tenemos que llegar también a eso, a no contentarnos con decir la
mujer campesina está incorporada a la lucha de los campesinos, esta es una
gran base de trabajo y una gran facilidad, pero junto a esto tenemos que
plantear los otros problemas.
Y ahora tenemos otro problema, ya hemos visto que en el mejor de los casos
medio millón de mujeres son las que están incorporadas a la población
económicamente activa o sea mujeres campesina, empleadas, obreras,
maestras, etc.
¿Y el servicio domestico? ¿Y las otras mujeres? ¿Qué hacer con las otras
mujeres, las dejamos a su suerte? ¿Cometeremos el crimen de dejarlas a su
suerte? Ese crimen no es contra las mujeres, les advierto, ese crimen es contra
la revolución. Porque si nosotros dejamos a esas mujeres a su suerte, en
primer lugar perdemos la fuerza de las mujeres para la revolución y en
segundo lugar le creamos a los combatientes revolucionarios un frente interno
en la casa que no habrá manera de resolverlo.
¿Qué pasa con las mujeres de las capas populares? ¿Cómo llegar a ellas? Hay
que llegar a ellas también, compañeros, por el camino de las reivindicaciones.
¿Qué reivindicaciones? Sus reivindicaciones como amas de casa, no la
reivindicación de que le armen al marido el gran escándalo, no la reivindicación
de que por mejorar las condiciones de vida obliguen al marido a venderse a la
burguesía. Frente al marido hay que tener la reivindicación de que el marido
respete a la mujer, eso es otra cosa. Pero ellas tienen una serie de problemas y
el camino se está abriendo. Mejoramiento de la vivienda, agua, saneamiento,
escuelas y otra serie de cosas con las reivindicaciones de nuestras mujeres de
las masas populares y ese tiene que ser el camino para agrupar a esas
mujeres. Para ayudar a las mujeres están los comités de defensa de la vida del
pueblo; allí el papel de la mujer es de primer plano, de primerísimo plano. Pero
entendámonos siempre, no nos contentemos con el comité por el comité, el
comité se va a convertir y debe convertirse en un gran centro de orientación
política y revolucionaria de la mujer.
Luego quiero recordarles que no se pueden abandonar a los otros sectores, hay
que conectarse con las mujeres profesionales, estas pueden ser de gran ayuda
en el impulso del movimiento revolucionario, lo son de hecho. Mujeres
abogadas, mujeres dentistas en una lucha hábil del Partido podemos ganarlas.
Yo les cito el ejemplo: en Guayaquil hay una Asociación de Abogadas, pero no
hemos sabido desarrollar el trabajo en esa Asociación de Abogadas y ha ido a
parar a manos extrañas, totalmente extrañas.
Yo veo aquí caras de combatientes en todos los sectores, yo veo aquí la cara
de una combatiente obrera, yo veo aquí la cara de una mujer dirigente de un
comité popular del pueblo, yo veo aquí la cara de las compañeras del Seguro
Social combatientes contra la dictadura de Velasco y dándole un ejemplo
inclusive a los hombres; yo veo aquí la cara de muchas de Uds., son acciones
ejemplares, de las que nosotros los comunistas nos sentimos orgullosos,
profundamente orgullosos.
En consecuencia tenemos los cuadros iniciales, no les digo que hay multitud de
cuadros, pero los cuadros iniciales para emprender en un gran trabajo de
Frente de Mujeres si los hay, pero un trabajo de Partido y no un trabajo
reformista, y no un trabajo feminista.
Hay quienes preguntan: bueno y los comunistas que han hecho en 40 años?
¿Por qué no han tomado el poder? Es muy fácil ponerse a decir por qué no han
tomado el poder y es muy fácil olvidarse de lo que el Partido Comunista es.
Pero, yo quiero recordarles a las camaradas algunas cosas que están
ocurriendo hoy y que no se las puede entender sin el trabajo del Partido.
Y esta labor del Partido está dando sus frutos, esto es lo que quiero que vean
claro, la lucha de clases se está agudizando terriblemente en el Ecuador, las
posiciones se están polarizando; frente a cada problema hay la posición del
pueblo y la posición de la reacción. Como una prueba de esto hace unos pocos
días en el mismo periódico se publicó un manifiesto de la FTAL, respaldando la
Ley de Aguas, que tiene un contenido positivo; y un manifiesto de la Asociación
de Cámaras de Agricultura del País, oponiéndole a la Ley de Aguas. Una
maratón de la lucha de clases desatada, frente a frente, no hay problema en el
que no nos enfrentemos. Nosotros estamos batallando por la aplicación del
artículo 38 de la Ley de la Reforma Agraria que dice que el 11 de Junio el
presente año se termina la propiedad sobre las tierras incultas en todo el
Ecuador y la Cámara de Agricultura del a Segunda Zona nos está tirando día a
día paginas otras páginas en los diarios, tratando de explicar que eso no se
puede aplicar.
¿Por qué?
Porque la lucha de clases esta agudizada, el combate esta violento! Y hay más:
la lucha de corrientes y posiciones llega al seno del mismo Gobierno y de las
Fuerzas Armadas. En el mismo Gobierno hay corrientes de tipo reaccionario
que tratan de llevarlo a una posición fascista. Y esa posición es la causante de
los distintos atropellos que se suceden en algunos sitios del país.
De allí que nosotros tengamos que empujarlo todo, ahora hay una gran lucha
por la Reforma Agraria, el día 8 de Julio tenemos una gran concentración
campesina en Guayaquil para la aplicación del Art. 38, que es el artículo aquel
que declara terminada la propiedad terrateniente sobre las tierras incultas. La
batalla es dura. En las provincias de la Sierra sobre todo, la batalla por la
aplicación de la Ley de Aguas va a ser bien dura, pero es que la reacción no
entrega fácilmente sus recursos y en estas condiciones ¿Dónde vamos a
desembocar? No somos profetas compañeras.
Con las empleadas como ya les he dicho hay que andarse con un poco mas de
cuidado.
Y quiero decirles también, que tenemos que luchar dentro de nuestras propias
filas, con menorcitas y con mayorcitas, contra todas las desviaciones de tipo
moral que a veces se producen en las filas de las mujeres comunistas.
Hablemos claro, surgen y subsisten, aun en las filas de las mujeres comunistas
jóvenes y viejas, concepciones incorrectas desde el punto de vista moral, y no
es que me venga a convertir aquí en un cura, pero entre convertirse en un cura
o el relajo, se encuentra la posición correcta en medio, la posición de entender
la vida moral, de entender incluso la vida sexual en una forma de relajamiento
y de depravación. Quiero decirles que comienzan a filtrarse aún en nuestras
filas esos sentimientos, pero el Partido y la Juventud Comunista están ahora
alertas y estamos luchando contra esas desviaciones. Por eso yo les pido a las
compañeras comunistas que nos ayuden es esta lucha también, en todos los
sectores de mujeres. No se puede admitir en las filas del Partido Comunista
situaciones incorrectas.
Por otra parte tenemos que aumentar el número de mujeres en los organismos
dirigentes del Partido. El número de mujeres en organismos de dirección del
Partido corresponde a la situación actual, pero eso tiene que cambiar. Tenemos
que aumentar el número de militantes mujeres.
¿Dónde está el origen de esto? Hay en el Partido un menosprecio para la mujer.
Hablemos claro, en los hombres comunistas hay un menosprecio para la mujer,
y hay un menosprecio para la mujer, en las mujeres comunistas, que es lo
peor. Las propias mujeres se sienten inferiores a los hombres comunistas,
tampoco el orgullito de sentirse capaces de dirigir la revolución cuando no son
capaces de eso, hay que ponerse en el justo término, estudien, perfeccionen
sus conocimientos y ocupen y reclamen el puesto que les corresponde en el
Partido; y a los hombres a abrir el paso a los cuadros de mujeres que
ascienden. Tenemos pues que luchar contra esta discriminación. Hay
resistencia de los hombres a la militancia de las mujeres en el Partido, y
tenemos hombres y mujeres que luchan contra el don juanismo, y la mejor
manera de luchar contra esto, es metiendo a nuestras mujeres al Partido
aunque parezca mentira, porque entonces las propias mujeres van a combatir
el don juanismo. Esta es la situación, toman al Partido como pretexto para
otras actividades. Y los secretarios de las células tienen que luchar contra eso,
sean hombres o mujeres, y no admitir esa situación. Nosotros necesitamos
crear un partido con un ambiente moral, limpio, de moral comunista, que le
permita a la mujer vivir, trabajar en el Partido y desarrollarse en el Partido.
Hay una cosa más en lo relacionado con las mujeres del Partido: la falta de
educación política de todas las mujeres del Partido. Yo se que Uds. están
aplastadas por múltiples tareas, están aplastadas por las tareas del trabajo,
por las tareas de la casa, por las tareas de atención de los hijos, etc., pero
siempre hay un tiempo para estudiar, siempre hay un tiempo para la formación
ideológica, y yo les pido que se tomen ese tiempo, no pueden continuar por
ese camino.
Nos quedan por delante en consecuencia una serie de tareas por realizar.
Ya para concluir, quiero referirme a otro aspecto: al aspecto del trabajo
internacional. Uds. saben que huy un organismo internacional de mujeres, la
Federación Democrática Internacional de Mujeres. En el Ejecutivo del Comité
Central hemos estado examinando en estos últimos días, con motivo de este
Activo, la trayectoria de la Federación Democrática Internacional de Mujeres y
constatamos que no es muy buena, y que hay una tendencia un poco
reformista que se comienza a filtrar en el seno de esta organización, pero eso
no es culpa solo de la dirección internacional de la Federación Democrática
Internacional de Mujeres, es culpa de las secciones nacionales también que se
dejan ganar por el reformismo y nosotros queremos que las mujeres
ecuatorianas contribuyan a rectificar ese proceso. Nosotros estamos afiliados a
la Federación Democrática Internacional de Mujeres, y con una justa
concepción y con un buen trabajo en el Ecuador podemos contribuir
internacionalmente, no tengamos el complejo de inferioridad de que no
pesamos nada.