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CONGRESO DE UFÓLOGOS
Recientemente se reunieron en Bogotá, durante el Congreso de Ufólogos,
expertos y videntes de todo el mundo. El tema: los “ufos”, o mejor, los “ovnis”.
El problema semántico de estos inquietos investigadores consiste en identificar
OVNIS con naves de procedencia extraterrestre.

UFO es una sigla inglesa (Unidentifyed Flying Object), equivalente en español

a OVNI, que significa “objeto volante no identificado”. Casi todos nosotros
-trabados o en sano juicio- hemos visto ovnis, y la mayoría se explican como
ILUSIONES ÓPTICAS (imágenes sin sustrato real, sugeridas por la imaginación o
por el engaño de los sentidos) o despistes en el reconocimiento de una
percepción real. En países como Argentina –donde existe todo un culto a los
ovnis- las apariciones inexplicadas adquieren el estatus de NAVES
EXTRATERRESTRES procedentes supuestamente de otros sistemas solares o
de lejanas galaxias (¡qué otro país sino Argentina podría ser el lugar escogido
por los extraterrestres para llegar a la tierra!).

Extraño que estos elegidos por los extraterrestes hayan sido tan poco
aficionados a la fotografía auténtica, a filmar o a coleccionar objetos de viaje,
pues, según dicen, no pocos han sido incluso “ABDUCTADOS” (retenidos para
fines de investigación). Desde luego que han mostrado otros talentos:
literarios, para escribir sus fantásticos viajes, oratorios, para vender
conferencias, y comerciales, para vivir del cuento. Esto demuestra
simplemente que cuando la religión tradicional pierde terreno, otros refugios
imaginarios ocupan su lugar.

Algo muy diferente y real son los vehículos construidos por el hombre que
viajan más allá de nuestra atmósfera, llamados ASTRONAVES (de NAVE:
vehículo flotante) y a sus tripulantes, ASTRONAUTAS. Como lejos estamos de
viajar a los astros de manera regular, sería más correcto importar un vocablo
francés y llamarlos ESPACIONAUTAS (de nauta= viajero, y espacio cósmico=el
que se encuentra más allá de la atmósfera terrestre).

Mientras no aporten mejores evidencias, y la teoría de la relatividad prohíba los

viajes espaciales a las velocidades requeridas para llegar hasta nosotros,
seguiremos contemplando el cielo diurno y nocturno, pero con los pies sobre la
tierra.