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LOS MILITARES Y EL ROBO (?

)
Unos militares, arriesgando sus extremidades inferiores en misión oficial, se tropiezan no con una
mina sino con severo tesoro. Lo recogen, distribuyen y gastan a sus anchos gustos y mentes
estrechas. ¿Qué delito cometieron? La llamada justicia dirá la última palabra, correcta o no, pero
con efectos prácticos sobre los implicados. Mientras tanto, ¿qué nos dice la semántica?

APROPIACIÓN es la palabra más general y significa tomar algo para sí haciéndose dueño. Con la
apropiación de lo ajeno hay grados: la criada que sustrae un pastelillo de tantos que guarda la
señora, comete una INDELICADEZA; si toma sus bienes sin que ella lo sepa, comete un HURTO,
acción caracterizada por la astucia y cuya gravedad depende del tipo de hurto (algo va de unos
brasieres viejos a la argolla matrimonial). SISEAR es quitar a hurtadillas una pequeña parte de lo
que alguien compra, gana...o decomisa (sin comentarios). El hurtador no es tan punible ni detestable
como el ladrón, quien toma los bienes ajenos empleando la amenaza o la fuerza (ROBAR), o la
violencia (DESPOJAR). Robar el contenido de algo es DESVALIJAR. Apoderarse violentamente
los soldados –o la chusma- de todo o la mayor parte de lo que encuentran es SAQUEAR. No se
trató tampoco en este caso –tal vez sí en otros- de un LATROCINIO, o apropiarse de lo ajeno
escudándose en el respeto a la autoridad. DEFRAUDAR es privar a alguien de algo abusando de
su confianza. ESTAFAR es lo mismo pero mediante engaños y, TIMAR, haciendo pasar por
valioso lo que no es. Todos estos delitos suponen la intención de tomar lo ajeno contra la voluntad
del legítimo dueño. Pero las Farc no eran los legítimos dueños de ese tesoro, ergo (por lo tanto)...

Qué cometieron entonces los soldados rasos desde el punto de vista semántico? Una mera
APROPIACIÓN, tal vez ILEGÍTIMA, que las autoridades civiles o militares, que se pelean por
llevar el caso, intentarán tipificar y buscar expiatorios (¿porqué mejor no legislan para distribuir
entre los soldaditos la platica y artículos útiles encontrados en la selva, en lugar de destruirlos? A
nuestra justicia le sobra romanticismo y le falta pragmatismo).

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