En primer lugar, nací el 11 de agosto de 1925 en Villamiel. Ahora mismo tengo 83 años y vivo en San Martín de Trevejo con mi marido que tiene 87. Cuando era muy pequeña tuve que ir al contrabando. Íbamos a Portugal a buscar azúcar y café. Al volver con la mercancía salíamos al puerto del Jálama para ir a Villamiel. En San Martín a veces estaba la guardia civil y nos la quitaba. Al día siguiente íbamos a venderla a Acebo, sacábamos así dinero. Me quedé sin padres cuando tenía muy pocos años y me vine a San Martín de Trevejo porque mi hermana vivía aquí. Me puse a servir en una casa durante cuatro años. Luego me enamoré y me casé, ya hizo 59 años que nos casamos. Tuve cuatro hijos pero uno se murió. Ahora mi marido y yo estamos muy contentos porque los tres hijos viven también en el pueblo. El mayor es agricultor y ganadero, la muchacha trabaja en el bar-restaurante “los cazadores”, y el más joven está en las escuelas de conserje. Nos gusta mucho el pueblo, por sus montañas y porque es muy típico. En San Martín tenemos nuestra habla propia “u mañegu”, dicen que desciende de Galicia. Por todo esto, tiene mucha vida y hay varias casas rurales donde se hospedan los turistas que se van muy contentos. En Jálama hay una ermita y me acuerdo de unas piedras que estaban allí donde había mucha nieve. Cuando la gente caía mala y necesitaba hielo iban a ese lugar a por él. Ahora han hecho una residencia a la que podemos ir los del pueblo y los de los pueblos cercanos. La fiesta más importante de San Martín es la “Cruz Bendita”, el 3 de mayo, con mucha devoción se le hace una procesión y un ofertorio. En el verano, 15 de agosto, también se celebra haciéndole una fiesta a la virgen, tenemos vaquillas. Espero que os haya gustado. Un saludo de esta alumna de Educación de Adultos.