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El nio no puede nacer hasta que las madres no sufren los dolores del parto.

El Depsito
divino est en tu corazn; y el corazn lo porta; los consejos (de los profetas y de los santos)
son como la comadrona.
Aunque la comadrona diga que la madre no sufre, de hecho el dolor es necesario, es lo que
abre el camino al nio.
Quien no sufra es un bandido, porque no sufrir es como decir:Yo soy Dios.
Decir Yo a contratiempo es una maldicin; decirYo en el momento adecuado es una
misericordia
(Rumi- Mathaw Libro2 2518-2522)

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