You are on page 1of 26

Cultura Diaguita

Reseña histórica

La zona de los valles transversales entre los ríos


Copiapó y Choapa, en el siglo XVI D.C estaba habitada
por el pueblo Diaguita.

Su origen se entrelaza con la cultura de El Molle.


Esta constituía un pueblo cazador con rudimentarios
conocimientos en agricultura y cerámica, que hacia el
siglo VIII D.C, fue conquistado por un pueblo que emigró
del noroeste argentino, que hablaba lenguas de la
familia diaguita, con lo cual se llega a un nuevo complejo
cultural conocido como Las Animas y que evolucionaron
en el Norte Chico hasta la llegada del conquistador.
Con el aporte de la arqueología
se ha podido determinar que hacia el
1300 D.C los diaguitas constituían
una sociedad agro-alfarera, con una
forma de vida sedentaria que vivían
principalmente de la agricultura y la
ganadería. Construían aldeas y
poseían una estructura política dual.
Los diaguitas desarrollaron la
cerámica con gran maestría.
Confeccionaron dos clases de
cerámica: una sencilla y sin
decorado, destinada al uso
doméstico y otra decorada con
trazos y signos geométricos en rojo,
negro y blanco, utilizada en
determinadas ocasiones. Sus formas
más típicas fueron el Jarro Zapato y
el Jarro Pato. Además fabricaban
adornos de plata y cobre.
La conquista de los Incas se produjo
aproximadamente hacia 1470 D.C. A partir de esta fecha
comenzó el proceso de transculturación del Incanato hacia
la cultura diaguita, lo que se puede apreciar con mayor
claridad en la cerámica del período (la forma, el decorado
y las técnicas de las cerámicas Incas son adoptados por
los artesanos diaguitas).

A la llegada del conquistador español, en 1535, los


diaguitas habían alcanzado un alto nivel en la explotación
agrícola y ganadera, complementándolos con la
explotación de los recursos costeros. Posterior a la
conquista española la población diaguita fue disminuyendo
paulatinamente por efecto de la guerra, epidemias y
mestizaje
 Ofrenda Diaguita de
plata, lana y pluma

 Escudilla Diaguita
UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Los diaguitas habitaron el Norte Chico,


teniendo como límite norte el río
Copiapó. Su límite sur no está bien
definido, pues según algunos estudios
sería el río Choapa y según otros, el río
Aconcagua.
Las características geográficas de la
zona que habitaban los diaguitas
corresponden a los Valles
Transversales, formados por las
cadenas montañosas que se
desprenden de la Cordillera de los
Andes interrumpiendo la planicie
interior. La vegetación se componía de
jarales, chañares, algarrobos y
pimientos. Degus, zorros, perdices y
vizcachas constituyen parte de la fauna
de esta zona.
ACTIVIDADES DE SUBSISTENCIA

Los diaguitas fueron sedentarios. Por el carácter de su


economía, tendieron a concentrarse en los valles donde
practicaban la agricultura, la caza, el pastoreo y la pesca.
A la llegada de los españoles en el siglo XVI,
desarrollaban una agricultura bastante avanzada pues
empleaban técnicas como el riego y el cultivo en terrazas.
En éstas sembraban maíz, papa, quínoa, algodón y
zapallo. Otra de las actividades que realizaban era el
pastoreo de rebaños de llama que habían logrado
desarrollar con la domesticación de este animal. El
pastoreo de ganado auquénido, fue una tarea paralela
que consumía parte del tiempo de familia. Casi todo el
año, los animales eran alimentados en los pastizales
cercanos a los valles. Pero al acercarse el verano, los
rebaños eran trasladados hasta los ricos pastos
cordilleranos. Esta actividad se complementaba con la
caza del guanaco.
Los diaguitas también practicaron el comercio con
los pueblos de la costa, de los cuales obtenían
pescados, mariscos, conchas, plumas de aves, cuero de
lobo de mar, etc. Por su parte, mantenían comercio con
los pueblos del interior que les proporcionaban: metales,
sal, coca, y algunos alimentos vegetales.
La dieta alimenticia de los diaguitas estaba
constituida por los cultivos de maíz, frijoles, papas,
porotos, zapallos y quínoa. Además de lo anterior, se
complementaba con semillas y frutos silvestre del
algarrobo, chañar y cactus ( tuna ) . También fabricaban
chicha de molle y del algarrobo. Complementaban la
dieta con la caza de aves y roedores, más la crianza de
llamas y guanacos y el intercambio con la costa, que
proporcionaba el pescado y los mariscos.
Como medio de transporte para recorrer las rutas
que unían la costa con los pueblos del interior, los
diaguitas utilizaban la llama.
ORGANIZACIÓN SOCIAL

La familia diaguita vivía concentrada en pequeñas aldeas de


distribución dispersa. Sus miembros desarrollaban una
intensa producción de alimentos al amparo de la agricultura y
la ganadería.
Dentro de la organización de la familia diaguita era
frecuente la práctica de la poligamia. Los señores se casaban
con 10 ó 12 mujeres, mientras los hombres comunes tenían
sólo 1 ó 2 esposas.
La organización socio-política de los diaguitas estaba
basada en un sistema dual. Cada valle era concebido como
una unidad integrada por dos partes: el sector alto y el sector
bajo de cada valle. Existía una clara relación entre la
organización del espacio territorial y el control político
ejercido, donde cada uno de estos sectores era gobernado
por un jefe o señor, que simbólicamente era considerado
hermano del jefe de la otra mitad. La evidencia indica que
aunque existía rivalidad entre estas mitades y los señores,
éstos tendían a actuar de común acuerdo.
Es posible que los señores asumieran su cargo
sobre la base de un sistema de herencia o de elección.
Gozaban de privilegios notorios: la vivienda y el
vestuario de estos señores era destacada y de mejor
calidad. Se casaban con 10 ó 12 mujeres. Se les daba
un saludo especial y su opinión era consultada y en
algunos casos era decisiva. Probablemente tenían
privilegios económicos: un mayor número de animales y
más tierras que los demás. Aparentemente el conjunto
social les prestaba servicios periódicos para atender sus
bienes. Estos servicios eran retribuidos por el jefe con su
labor de conducción y además con numerosos regalos
que creaban la obligación de nuevos servicios cuando el
señor lo demandara.
Las decisiones importantes se tomaban
colectivamente en una asamblea con carácter
ceremonial. En ellas podían participar todas las
personas que estaban en condición de tomar armas.
En caso de amenazas o ataques externos, los
diaguitas se organizaban colectivamente para hacerles
frente. Las armas que utilizaban consistían en lanzas
largas, hondas, dardos arrojadizos (véase arrojadizo) ,
arcos y flechas, macanas (véase macana) , galgas
(rocas grandes que echaban a rodar desde lo alto de los
cerros), y ollas con fuego en su interior. Utilizaban
cueros de animales como petos y escudos.
Su organización socio-política se puede describir
como una federación de señoríos, que en todo caso no
alcanza el nivel de Estado.
VIVIENDA

Los diaguitas habitaban dos tipos de aldeas según


fuera tiempo de paz o de guerra.
En tiempo de paz las aldeas estaban formadas por
viviendas fabricadas con material ligero de origen
vegetal. En un caso, se especifica que las casas se
concentraban en un espacio reducido, "estaban muy
espesas", señala un cronista. Entre las casas de estos
pueblos se destacaba la "ramada o casa grande" del
jefe, probablemente vinculada a sus necesidades
ceremoniales o a sus hábitos poligénicos. Otra
estructura que se debió destacar en la aldea o en su
proximidad era la casa o especie de santuario del
chaman o sacerdote del valle.
En tiempos de guerra, los diaguitas habitaban
aldeas fortificadas o pukara, ubicados en sitios elevados,
de difícil acceso, fáciles de defender y apropiados para
arrojar proyectiles desde lo alto a los atacantes. Eran
construidos con murallas de piedras y en algunos casos
se describen entradas de madera y estacadas o
palenques
VESTUARIO

Del tipo de vestimenta que usaban los diaguitas, se sabe


que utilizaron el algodón y la lana de llama. Restos
arqueológicos han podido determinar que utilizaban
collares y adornos de piedra de malaquita y de conchas.

UTENSILIOS

Los diaguitas utilizaban distintos tipos de herramientas


hechas de cobre, pinzas, cinceles, espátulas. También
usaban herramientas de hueso, como cucharas
magníficamente talladas con figuras de hombres y
animales, también torteras que servían para hacer girar
el huso de hilo, puñales, agujas, roldanas, barbas para
arpón.
Los diaguitas también tenían una alfarería
doméstica, que no era pulida ni pintada; era de color
terroso, gris, muchas veces negro tizano por el uso en
contacto con el fuego. Estos tipos de cántaros son
variados en forma y tamaño: hay algunos rectos como
taza, otros muy alargados, los hay como miniaturas y
cántaros de hasta 32 cm. de diámetro, por 45 cm. de
largo.
MÚSICA

De la música diaguita se ha podido


conocer gracias a estudios
arqueológicos. En los cementerios se
han encontrado algunos instrumentos
musicales, tales como una flauta de pan
de cuatro voces hecha de piedra talcora.
Probablemente esta flauta de pan era un
instrumento popular, pero fabricada en
materiales más livianos como caña o
madera.
Otro instrumento musical de los
diaguitas, es una especie de ocarina de
greda, que emite cuatro voces. Un
silbato de piedra con una perforación
lateral, es otro instrumento que emite un
sonido agudo. Este es diferente si está
tapado o no el orificio lateral.
CERÁMICA

Los diaguitas tuvieron


dos tipos de cerámica; una
de tipo doméstico, que era
sencilla en su forma y
decorado, destinada a
satisfacer necesidades
prácticas como cocción y
almacenamiento de
alimentos y agua. La otra
era destinada al culto de
los dioses o al entierro de
los muertos. Este último
tipo de cerámica diaguita
alcanzó una gran belleza.
Gracias a los aportes arqueológicos, se divide la
evolución de la alfarería dibujada de este pueblo en
cuatro etapas: La Arcaica, la Transicional, la Clásica y la
de Influencia Incaica.
Etapa Arcaica: La alfarería constaba de algunos
cantaritos y ollas rústicas, con trazos de líneas gruesas
en el interior, que a veces se aplicaba también en el
exterior del plato. Los colores usados eran rojos, como
color de fondo y en los signos, el blanco y negro. En los
más antiguos, también encontraron colores rojos,
amarillos y negro.
Etapa Transicional: Aparece la influencia Chincha
en la alfarería diaguita chilena, es la segunda etapa de
la alfarería dibujada. Los colores que usan son el rojo,
negro y blanco.

Etapa Clásica: En esta etapa aparecen los platos


con paredes perpendiculares, los dibujos se hacen
nítidos y el arte llega a un verdadero clasicismo muy
bien definido. En este tiempo deben haber aparecido los
jarros patos; entre los temas de sus diseños aparecen
estilos nuevos, trazos sencillos de tamaño grande en
color negro sobre fondo rojo, con una fina línea blanca
que circunda el dibujo negro.
Etapa de Influencia Inca: Se caracteriza por la
introducción del aríbalo, de platos planos, ornitomorfos o
con asa y probablemente del plato campanuliforme,
además de algunas reformas en la forma de los platos,
calidad y color de ellos; esa influencia no es pareja en el
territorio diaguita y se expresa con mayor fuerza en la
parte norte (Copiapó) y disminuye hacia el sur
Cerámica Diaguita
ACTIVIDAD TEXTIL

Sobre su actividad textil poco se sabe, salvo lo que


describen los cronistas refiriéndose a ellos como "Sus
tejidos eran magníficos"

ORFEBRERIA

Los diaguitas fueron hábiles trabajadores de metales como


el cobre, la plata y conocieron la metalurgia del bronce. Se
destaca la existencia de minas de plata, cobre y de otros
metales que explotaban a la llegada del conquistador.
Utilizaban los metales para fabricar: azadones, cinceles,
campanillas, cuchillos, hachas, anzuelos de cobre, agujas,
y también adornos como aros de cobre y plata.
CREENCIAS

Los cronistas dicen que los diaguitas adoraban al


sol y a la luna. Que hablaban con el "demonio" (según el
concepto español). Creían en la predestinación y en una
vida después de la muerte (los muertos eran enterrados
con sus objetos personales). Gracias a la arqueología,
se puede señalar que los diaguitas, además de lo
anteriormente dicho, creían en un origen totémico, es
decir en la pertenencia a clanes, representados por
animales como la llama, diversos pájaros, el puma, la
rana, el lobo de mar y el perro.
Existían lugares sagrados llamados "huaca". Cerca
de las aldeas había figuras de ídolos, así como también
destacaban las casas o especies de santuarios del
chamán o sacerdote del valle, donde practicaba
sacrificios. En sus ceremonias se pintaban la cara con
diversos colores. Eran asistidos por unos oficiantes, y se
acompañaban de la música de un tambor.

La creencia en otra vida de rasgos parecidos a la


terrenal inducía a los diaguitas a enterrar a sus muertos
con algún esmero y a depositar junto a ellos armas y
alimento.
Las sepulturas también estuvieron sujetas a
modificaciones en las diversas fases de la cultura. Las
arcaicas eran simplemente círculos de piedras grandes
que rodeaban el cadáver; las de transición muestran
nichos excavados en la misma tierra, donde, para
proteger al difunto, colocaban dos bloques de piedra
inclinados. Las clásicas formaban verdaderas criptas de
piedras que servían de ataúd.
Los hallazgos arqueológicos (véase arqueología)
han demostrado que algunas tumbas sugieren que las
esposas (voluntaria u obligatoriamente) eran enterradas
junto con sus maridos. Tal costumbre pudo tener como
objetivo la mantención del equilibrio entre los sexos y
con ello evitar las explosiones demográficas.
Como un dato de interés, los investigadores señalan
que los diaguitas tenían la costumbre de mutilarse los
dedos y ponerlos en la tumba de su ser querido, en
señal de duelo por su muerte.

You might also like