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|AUTORES, TEXTOS Y TEMAS CIENCIAS SOCIALES Colecion dirgida por Josetxo Bevin 2 Hugo Zemelman LOS HORIZONTES DE LA RAZON Uso critico de la teorfa I DIALECTICA Y APROPIACION DEL PRESENTE Las funciones de la totalidad Version preparada por Emma Leén ee ‘Los horizontes dala razén : Uso crtico de Ja teorfa/ Plage Zemelman ; versin preparada por Emma Leén. — Fawelona : Anthropos ; México: El Colegio de México, W900 20 em. -- (Autores, Textos y Temas. Ciencias Sociales; 2). — ISBN 84-7658-353-2 Serie ralcticay apropiacin del presente : Las funciones Noha mtidad. = 285 p.— Bibligralia p. 243-245, — Indices. — ISBN 84:7658-3580, 1, Secilogia- Teoria 2, Conocimiento, Sciologs del. Les, ta RT in Colegio de México, El (México) I. Tilo W, Coleccion 30301 Primera edict: 1987, México, Universidad els Nactones Unidas, 'B Colegio de México Talo orginal Uso ction de la eora, En tomo alas fciones anaticas del toaldad primera edicin en Ealtorial Anthropos: mayo 1992 © Hugo Zemelman, 1992 {6 Editorial Andhropos, 1992, Fale pital Anthropos, Prom, S. Coop. Lila ‘Vi August, 64, 08008 Barecions nv enndbton con Fl Colegio de México, AC, México, DF. ISBN, 84:7658-355-2 (Obra completa) ISBN: 84 7658-3540 (Tomo 1) Depésito legal: B. 10.873-1992 Perespenicidn: Seed, SCL Sant Cugat del Valles Tooion Indugral, SCC Bada, 147 Barons Tmpreso en Espata - Printed i Spa todo ex derechos seas Esta pbliacn no pase et eprodud, i 12 Teo x dees ra ey aria por sta de euro ooo sen pare, eit i por nngin modo, ns mecanico, foci, clos imc e E p, poxeopia, 0 har ot, npr TE? Pa Sen dea Hay un seereo acuerdo entre las generaciones asada la nucsta, Hemos ido experados en Towa A nosotros, como a las generaciones que ps precediron, osha sido dada una db fuer ta mesania sobre la cul el pasado tee sus de fechos [por eo) arcu histricamente el pase do no significa conocerlo «como verdaderarente ha slow: Signiica adverse de wn recuerdo tl como cate relampaguen en un instante de peli foe be dala dl cent ei al rojovtar cole plea de toque dl panear dat ca'De abt que'el pensar dactico sea el Gano Gel deopertarhistrio. Toda época suena no solo con la que le sigue, sino que, sotando, se aprox tha aun desert. Warren Beuaney por ello la discusién epistemol6gica hace parte del esfuerzo por transformar la conciencia tedrica en conciencia hist6rica, ‘Podemos afinmar junto a Korsch que la lucha epistemols- ‘gica corresponde a a etapa de consolidacién, por una parte, de las sociedades socialistas, y por otra, a una reaccin frente a los peligros de reducci6n de marxismo a una pura ideologia, ‘como resultado de convertirse en praxis concreta... lo gue crea las condiciones para la embestida te6rica cientifica de las fuer- zas rogresivas». ‘La aparicién de esta conciencia hist6rica se manifiesta, en el plano gnoseolégico, en una apertura hacia las situacione historicas; lo que plantea que la captacién de lo histérico-con exeto se efecttie mediante un mecanismo que refieje las trans: formaciones de contenido derivadas de Jos cambios en los pa imetros de andlisis. Este mecanismo es la construccién del objeto, porque cumple Ia funcién de objetivarse hacia lo real ‘Sin embargo, lo anterior obliga a tener que resolver los proble- mas de las distinciones propias de los diferentes recortes de tiempo y de espacio que coexisten en las situaciones hist6ricas, Esto significa poder resolver que el andlisis de las situaciones historicas no se reduzcan al Angulo de andlisis de un fenéme- no propio de un plano temporal yo espacial. (En esta direc- cidn, la dindmica generada por las estrategias y tacticas de los sujetos sociales consiste en la solucién que se da al ritmo y distribucién espacial de los procesos que estin involucrados en la definicién de una politica, segdn sea propugnada por uno u ‘otro sujeto social.) La realidad hist6rico-politica, por constituir una construc: cién de los sujetos sociales, imposibilita que la relaci6n con ella se limite a esquemas conceptuales de explicacién. Mas bien la relacién descansa en la necesidad de dar cuenta de las opciones de viabilidad para los diferentes sujetos: relaciones ‘que se reflejen en el momento en que la realidad potencial es transformada en realidad material mediante proyectos que, si- ‘multéneamente, se apropian del presente y lo potencial hacia 1 futuro. De lo que concluimos que Io especificamente gno- scol6gico de lo politico es su funcién para reconocer lo poten- cial; por es0 su relacién con la realidad no es, stricto sensu, un correlato por cuanto aquélla todavia no est dada, 46 0 LA TOTALIDAD COMO EXIGENCIA DEL RAZONAMIENTO CRITICO ‘Tal como se ha sefalado, el motivo de la presente reflexion consiste en abordar el problema de c6mo un sujeto establece In relacion de conocimiento con la realidad eyando quiere in- Hur sobre ella, lo que significa buscar caminos alterativos {que permitan enriquecer las formas de construccién de un eo- nocimiento social del presente Tin este sentido, el primer problema que tenemos que abor- dar es el carécter de la relacién de conocimiento de este sujeto ‘on la realidad, La idea dominante es que tal relacin siempre tiene un carécter teérico, o bien, que en ltima insiancia, Sempre es posible de conformarse en funcién de una base teorica, Esquematicamente hablando, este enfoque lleva a pen far que cualquier esfuerzo de captacién racional de lo real est determinado por el imperativo de explicar la realidad. Sin e panzo, los modos de relacién del hombre con ella pueden asu- mir, como lo sabemos, una complejidad mayor que el consti tuido por la relaci6n teérico-explicativa, ms atin cuando se nfrenta la necesidad de estudiar los fenémenos en el mismo momento en que se desarrollan; tal es el caso del conocimien- to exigido por la praxis 0 conocimiento histérico-potitic, Este es, precisamente, nuestro propésito: plantear la cons trucei6n del conocimiento de las ciencias sociales concebidas 47 como ciencias del presente, lo que demanda un esfuerzo para elaborar formas de capiacin racional que no se restrinjan ala comprobacién ni a la simple aplicacion de «corpus conceptua- les como sistemas comprobables». La tarea es relevante. Por una parte se plantea que una teorfa reduce Ja realidad al excluir émbitos que pueden ser ‘determinantes para dar cuenta de la «objetividads. Por otra, se propone rescatar formas de razonamiento que sin ser las pro: pias del proceso de explicacién cientifica, no por ello son m« nos racionales, ya que no hay ningun motivo para conside- rarlas, como se ha hecho tradicionalmente, como «no cienti- ficas». En consecuencia, el reto consiste en plantear la construc- cidn de un conocimiento que no deje fuera, por su afan y pre- cision formales, regiones de la realidad significativas para la definicién de practicas de transformacién, En este sentido, el presente trabajo reconoce como punto central la categoria de la totalidad concreta y su capacidad para enriquecer las formas racionales que median en la cone- xién con la realidad empfrica y que, por lo tanto, permiten transformar la objetvdad real en contenidos onganizados, lo que es constitutivo en la relacién de conocimiento, Se enfatiza, fen consecuencia, por sobre las estructuras de explicacion, aquellas formas de razonamiento que leven a delimitar wu vversos de observacién capaces de servir de base para deter nar opciones de teorizacién, o bien para definir précticas so- ciales alternativas que sean objetivamente posible Para estos. propésitos tomaremos como base la siguiente formulacién de la totalidad, planteada por Kosik:! La categoria de totalidad, que Spinoza ha anunciado por primera ver con su natura naturans y natura naturata, en la flosofia moderna (..] comprende la realidad en sus leyes inter nas y las conexiones internas y necesarias, en oposicin al em- pirismo que considera las manifestaciones fenoménicas y ca suales, yo llega a la comprension de los procesos de desarro lio de lo real. [Por lo mismo] no es un método que pretenda 1, Kae Kok, Diketicn deo conor, Mico, Gril, 1967 48 ingenuamente conocer todos los aspectos de la realidad sin ex ccepeion y ofrecer un cuadra «total» de la realidad con sus inf nitos aspectos y propiedades, sino que es una teoria de la reali- dad y de su conocimiento como realidad. ‘Sin embargo, ya que nuestra preocupacién sobre la totali- dad concreta gira en torno de sus funciones gnoseolégicas, 10- caremos diferentes cuestiones desde la ptica definida por esta categoria, De ahf que su lectura produzca a veces la sensacién de un constante retorno a un punto de partida, aun cuando, en verdad, consista en una exploracién acerca de cémo es po- sible plantear diferentes problemas si se los analiza desde la perspectiva de la totalidad conereta. En este sentido, abordamos problematicas comunes a cual- ‘quier trabajo cuya preocupacién sea las cuestiones pertinentes al método cientifico, y otros que se derivan légicamente det esfuerzo por profundizar en las implicaciones gnoseolégicas de la totalidad ‘Todo lo cutal supone aclarar primero el concepto de totali dad y sus funciones gnoseol6gicas, para enseguida definir sus ‘vinculaciones con el conocimiento exigido por la praxis; esto 8, con el conocimiento del presente. Par consiguiente, el desa- rrollo argumental consiste en una reflexiGn abstracta sobre la funcién de la totalidad en la construccién de conocimiento en general al hacer referencia a temas tales como la funcién de la critica y las estructuras te6ricas. La totalidad: panorama de ideas basicas La totalidad es un concepto central en el debate de la cien- cia. En opinién de Geymonat, se identifica con la presentacion axiomitica de las teorfas cientificas y ocupa «una posicién central en la ciencia actuals, en razén de la dilatada utiliza- cin de la légica matemiética que le confiere el cardcter del sistema unitario, Habermas, por su parte, ha enfatizado que la totalidad no es una clase de extensién logica determinable me- diante la agregacién de cuantos elementos comprende, y asu- ‘me una postura semejante a la de Adorno, para quien la totali- 49 dad no mantiene ninguna vida propia por encima de sus com- pponentes mismos que atina y de los que, en realidad, viene a constar En el contexto de esta investigacién, la totalidad nos intere- «a primordialmente como fundamento epistemol6gico para or ganizat el razonamiento. Este énfasis nos obliga a estar alertas fnte la posibilidad de su desfiguracién trivial, en el sentido aeotado por Kosik, 0 sea: «que todo esta en conexién con todo y que el todo es més que las partes».? De ahi que si nos propo; hemos desarrollar sus funciones analiticas debamos hacer el tefuerzo de traspasar tanto este obstéculo como aquel otro se- falado reitcradamente, en especial por los positivistas: vel he ccho de que la palabra totalidad (..] y sus derivados son excep~ Gionalimente ambiguas, metaféricas y vagas», de manera. que on frecuencia es «imposible de estimar el valor cognoscitivo y tl significado de enunciados que las contienen».? ‘En la direccién de esta misma critica podemos ubicar el pensamiento de Popper cuando observa que shay wna funda- Phental ambigiiedad en el uso que hace la literatura holistica Teciente del término “un todas, y distingue entre la totalidad ’mtendida como «todas las propiedades o aspectos de una Casas, y la totalidad como caquella propiedad que hace apare- cera la cosa como una estructura organizada, mas que como tun “mero montén’ partir de esta distincion, el problema central que se plan- tea es la posibilidad de determinar lo que se debe entender por fstructura organizada fundada en la idea de la totalidad con- freta, definida por Kosik como «estructura significativa, pa Cada hecho 0 conjunto de hechos». Lo dicho implica que la totalidad no es todos los hechas, sino que es una dptica episte- molégica desde la que se delimitan campos de observacién de Ja realidad, los cuales permiten reconocer la {que los hechos asumen su significacién espe centido, se puede hablar de la totalidad como exigencia episte ‘mol6gica del razonamiento analitico, 5 ee es La esract de a cia, Buco Aes, Pid, 198, p48 2 RDN Ripper tx miso del orci, a, Tours, 1961, p90 50 De conformidad con lo anterior, podemos proponer que la totalidad cumple la funcién de aclarar el significado del con- Cepto «todos en la primera acepcion utilizada por Popper (sto- Gas las propiedades o aspectos de tna cosa»), pues sirve para Gdefinir la base desde la cual captar lo inclusivo (o indetermina~ Go) de la realidad. La totalidad concreta cumple por eso la funcion de ser la estructura pertinente para comprencer los hechos aislados; aunque, por otra, los hechos son @ su vez construcciones en funcién de esa pertinencia. Esto no ¢s un Gfreulo vicioso en tanto la totalidad concreta se conciba y apli- jue como crterio de articulacién de campos de observacion de la realidad. Desde esta Sptica, la delimitacién de campos de observa~ cién se puede conceptualizar como un proceso de aprehensién Ge las relaciones entre los hechos, los cuales no tienen carécter nnecesariamente explicativo. En este sentido, se puede afirmar {que el beneficio metodologico de la totalidad, més que ser un excanismo de contrastabilidad —que tampoco podemos sos- fener que sea inherente a su naturaleza rechazar— consiste ton enriquecer la base para reconocet posibles opciones de teo- Guacion, De ahi que rechacemos la interpretacién de la total dad tal como la formulan Popper y otros autores, que preten= fden ver en ella una postura que permite hacer pasar como Guténticos conocimientos «lo que en realidad no pasan de ser puras decisiones» ‘En la medida en que la totalidad es una apertura hacia la realidad —-misma que es posible transtormar en diferentes ob- jetos de estudio—, requiere de una préctica de investigacién {que no puede quedar enmarcada en un solo modelo cientifico Exige, més bien, un concepto de racionalidad més amplio con forme con la concepcién de que la realidad no admite fragmen- tacion. Racionalidad ampliada que debemos explorar antes que {quedar replegados a un racionalismo metodol6gico de corte po- Stivista, en virtud de las dificultades que se presentan pars avanvar en el desenwolvimiento de una dialéetica analitica Cf a crc de Hans Abert Hargen Habermas, en Elmo de rei or na a OS ann otk soctbgse semana, Barectona, Gril, 1973 31 La totalidad y la relacién del conocimiento {La totalidad! como mecanismo de apropiacion es indiferen te a las propiedades del objeto, ya que se limita a definir la tase de Ia teorizacion sip ser una teorfa en sf misma, ni, me ween, un objeto real“Es un modo de organizar la apertura focia la realidad que no se cifle a permanecer dentro de deter- tinados limites (e6ricos, pues se fundamenta en un concepto ie lo Teal como articulacion compleja de procesos y exige que Gade uno de éstos sea analizado en términos de sus relacio wes con otros (aungue no sea cada uno un objeto de andlisis como tal). Por lo expresado anteriormente, es necesario distinguir en- tre el stodo» como la «estructura del objeto» y el stodo» como vexigencia epistemoldgica del razonamientos, El problema ra- Giea no sélo en romper con un punto de vista aditivo, sino en blantearse Ios requerimientos de una forma racional que exige fh necesidad de analizar int sit los constituyentes de la total dad, de manera que la vestructura de actividades de la tota- fiand no pueda ser inforida de las propiedades manifestadas por sus constituyentes separadamente de la totaidads* Por pep, el concepto wtodor constituye un modo de recortar la re- Siiiad para construir el objeto de estudio que, sin partir de la Snigencia a prio’ de «todas las propiedades 0 aspectos de una coene, permita dar sohuciones sobre «ciertas propiedades 0 as- pectos especiales de Ia cosa en cuestin [.} que le hacen apa eeeer como una estructura organizada»: En consecuencia, la Toulidad constituye una delimitacién de lo real que, al apoyar- gn una nocién de la realidad como articulacion de procesos, feleva la importancia de lo no acabado, lo que significa cues- omar cualquier limite te6rico cerrado: de ahi que se caracter fe por su naturaleza critica, Por ello también consideramos Gque la totalidad representa una solucién a la cuestion de Ta Mfeeminencia del problema» por sobre cualquier ideal meto- ‘Piogico, mediante sus mecanismos de adecuacin a la cosa Gonerets, Con base en su capacidad de apertura hacia lo real Senmite avanzar en tna problematizacién cada vez més pro- 6. mst Nagel, pct p37 52 funda de Ja realidad de la manera de dar preeminencia a la Construccin del objeto con sus desafios metodolégicos mu- chas veces inéditos. Mecanismos para pensar con base en la totalidad Proponemos la aprehensién racional como una. solucion mnoscologica a la exigencia epistemoldgica de la totalidad con aieta, cuyo mecanismo metodologico operativo es la recons- Giuceién articulada, mediante la cual se pueden determinar las hpases para captar la realidad, sin necesidad de partir del a priori de que tenga tal 0 cual estructura de propiedades; por ree no constituye por si misma una explicacion, sino, mas bien, la condicién para el conocimiento de lo real concreto desde toda su complejidad estructural y dindmica. ‘A este respecto retomamos la duda de Popper acerca de la posibiidad de un andlsis «en el sentido holisico [.-] que re presente la totaidad del organismo social». Duda que parte de Poneebir la totalidad como objeto y no como forma de razona- sneate. Para evitar esta confusién es necesario separar las im- plicaciones sobre la «dialéctica» de la totalidad del campo de Ih slopica>, con el objeto de trasladar la discusién al marco de Ih construcein de la relacién con la realidad; esto es, al plano epistemologico. Sin esta distincion la totalidad consistiria en el control de xtodas 0 casi todas las relaciones sociales», lo que Tecesariamente Jevaria a afirmar, en concordancia con Pop- per, que se enfrenta a una «imposibilidad logica».? ‘Desde la perspectiva epistemologica los elementos o niveles ccomponentes de la totalidad son teorizables sélo en funcién de snvtlecion posible con el «todo».* El «todo» es el que da senti- do a las partes en cuanto las incluye; las partes, a su vez, son 7. Con motivo de eta impos gia Popper anata ue ht nia quis fe tad eam iid mediante ls epi de eect de (engan Beeman se aruda pr J atca> (Kae Poe acre stars cma Incest lexan ee Pai mo ti go cx rescable una de as acepiones de palabra odo» ana sade nner Nae op espe 39) camo ene caso del eeagera de rlaconss aa or Ne ccfisos de objeto © sucess, cand dco ema puede 53 el movimiento de esa inclusién, Sin embargo, el «todo» no alude aun «todo» real sino a una exigencia de totalizar lo fragmentario; no implica, entonces, el movimiento como reali- dad ya construida sino, més bien, como una construccién que se aprehende en tanto constituyéndose. En suma, lo que se pretende es avanzar en un intento por trasladar la discusion filos6fica acerca de la categorfa de la totalidad al plano cpistemolégico, directamente relacionado con la construccién del conocimiento concreto, Por eso es ne- cesario formular algunas consideraciones en tomo de sus im- plicaciones generales, asi como también en relacién con el ‘Ambito de realidad en el cual es principalmente significativa, La exigencia de construir un conocimiento sobre uel pre- sentes, fundada en la categoria de la totalidad dialéctica, se corresponde con el esfuerzo de entender «lo dado» en la reali- dad en forma dinamica, de acuerdo con el supuesto del movi- miento. Lo dicho supone incluir la idea de potencialidad en la medida en que el movimiento no puede ser reconstruido, sino as bien captado en un momento del desarrollo histérico. Sin embargo, si por presente entendemos el recorte propio de la praxis, no se puede concebir la dinémica de «lo dado» como ajena a aquélla; de ahf que cuando hablamos de movimiento en un revotte dado, o presente, no podemos restringimos a las ppotencialidades que se derivan de mecanismos estructurales, como la contradiccién, sino que debe agregarse la funcién que cumple la praxis para darle movimiento a la realidad, y que amaremos construccién de la diteccionalidad. De acuerdo con este planteamiento que articula dinamica y praxis, la historia es la construccidn objetimamente posible de los actores sociales. Esto quiere decir que los procesos histéricos son movimientos de la praxis de dichos actores o sujetos so- Giales, lo que plantea las interrogantes acerca de lo que es el movimiento de estos agentes y lo gue debemos entender por su posibilidad de construccién ‘anfestarse en diversas ocasionesy con ders modliacones, La spares puede signa, ences, owas diferentes en conestondiferenten puede rice a caer de ls elementos relacones de acuttdo con ve euch ina de at 54 En lo que respecta al primer aspecto, debemos abordar el problema de que los actores se desenvuelven en distintos re- cortes de la realidad, de modo que su dinémica no puede re- construirse partiendo exclusivamente de uno de éstos y pres cindiendo de los otros. Es indudable que se puede privilegiar alguno de ellos como punto de partida, pero sin que eso signi- fique reducir la dinamica del proceso a ese recorte particular. En efecto, todo sujeto social se puede observar tanto en espa cios y tiempos micro como en espacios y tiempos macro, lo que puede resultar en una reconstruccién diferente del sujeto © actor. Empero, cada una de estas debe considerar la necesi dad de complementarse con las otras reconstrucciones posi- bles, si es que se pretende Hegar a reconstruir la real objetivi- dad del proceso de surgimiento, reproduecién y transforma ccidn de los actores social Lo anterior es particularmente importante cuando lo que se persigue es transformar a los actores en objetos de un cono- cimiento politico; esto es, de un quehacer que requiere tomar cen cuenta la constante transformacién de los sujetos potencial: mente existentes en fuerzas activas de cardcter objetivo, que buscan imprimirle una direccién determinada a los procesos sociales. No es suficiente con limitarse a dar cuenta del pasado, ues asumiendo la premisa de que los actores constituyen la realidad sociohistérica, del sujeto y de su situacién en el pre- sente, se plantea como imperativo la necesidad de vislumbrar sus potencialidades partiendo del conocimiento de su movi miento de construccién y desconstitucién, en el sentido de que los actores 0 sujetos sociales estan, simulténeamente, siendo y no siendo. Todo lo cual nos remite a la segunda cuestion que planteébamos en relacién con la concepcién de los procesos hhistéricos: zqué debemos entender por posibilidad de cons- ‘truccién? Comenzaremos por decir que la posibilidad de construc- cidn se define en el marco de alternativas viables, el cual debe ser reconocide por el conocimiento que se construya segiin los propésitos antes seftalados. Por consiguiente, no se trata tanto de la aplicacién de un conocimiento sobre una realidad determinada (sin descartar evidentemente este esfuerzo) sino 55 de entender ésta como la materia social que requiere ser potenciada en funcién de opciones de construccién elabora- das por diferentes actores sociales. Un conocimiento acerca de lo posible de hacerse, lo que dependers del campo de op- clones viables que pueda reconocerse; de tal suerte que dicho campo se convierte en una exigencia que el conocimiento debe cumplir Por su naturaleza vasta y compleja, difusa e imprevisible cen cuanto a sus alcances, el campo de opciones subsume cual- duier estructura te6rica a la presencia de un horizonte histori- co, Horizonte histérico que puede ser captado mediante un razonamiento que llamaremos pensar epistemolégico porque, a diferencia del pensar tedrico (basado en proposiciones con- ceptuales con contenidos determinados), éste carece de refe- rentes en términos de una estructura teérica predeterminada; por el contratio, nos enfrenta con mbitos de la realidad en ‘cuyos contornas apenas pueden reconocerse las opciones de teorizacién, asf como de accién. ‘La razén de esta distincién se encuentra en que la realidad social, como contenido de conocimiento, no se agota en st pura captacién racional, sino que se realiza mediante su trans- formacién en praxis. Por eso debernos aclarar que la propues ta epistemologica que formulamos se cifte a estas peculiarida- des de la realidad cuya aprehensién se pretende fundamentar, Jo cual se refleja en la naturaleza del conocimiento concreto que se pueda construir. Ya que este tipo de conocimiento implica una estrecha re- Jacién con la praxis, debe ajustarse al recorte de realidad pro- pia de ésta; es decir, al presente que es donde la praxis se imaterializa y potencia. Por eso se hace necesario detenerse a examinar la tesis central del conocimiento social como conoci- miento del presente, en raz6n de ser la idea medular en toro a la cual se organiza la propuesta epistemologica que desarro: amos con base en la totalidad dialéctica. LA TOTALIDAD EN LA CONSTRUCCION HISTORICA DEL CONOCIMIENTO Fl desplazamiento de la problemética de la totalidad del plano éntico al epistemol6gico se corresponde con la cuestién basica de convertir el qué pensar en el como pensar sobre la realidad. Esto plantea cuestionamientos como los siguientes: dla capacidad de conocer es equivalente a la capacidad de fomper con los limites tebricos dados?, cla capacidad de rom- per equivale @ una mayor , piensa estas diferen- ciaciones internas de la articulacién como momentos, al igual que como niveles estructurales. En tanto momentos, las diferenciaciones aluden al desplie- gue temporal de la articulacién mas que a procesos estructura- Jes de funcionamiento en un tiempo dado. Asi, la produccién, consumo, cambio y distribucién devienen «fases» del proceso econémico general, que lo van especificando en su desenvolvi- miento a partir de dinémicas particulares que conforman la dinamica total Si, en cambio, los consideramos como niveles 0 cortes es- tructurales, apuntaremos hacia algo diferente ya que los nive- les se refieren a la ubicacién que cada proceso reconoce en el interior del proceso econémico total en un momento dado, en- tendido como una totalidad jerarquizada en funcion de un re- corte histérico particular, Al cumplir cada uno de estos enfoques funciones espectti- cas para comprender la transformacién que experimenta el Conjunto orgénico entre los planos de «nivel» y «momento», se establece una relacién recfproca que determina el cardcter or- génico de la totalidad. La articulacién entre momentos y nive- Jes conforma una totalidad dindmica, cuya aprehensién re- quiere que se abarquen las maltiples posibilidades que se con- tienen en un estado determinado de la totalidad, conformado por el modo particular de relacin entre tales niveles y mo- mentos, Efectivamente, las dimensiones constitutivas de una totali- dad determinan simulténeamente su estructura y su transfor- 62 ‘mabilidad potencial. Esta postura obliga a concebir la realidad ‘como procesos de estructuracién en vez de pensarla como un conjunto de estructuras dadas, En el primer caso, las diferen- ciaciones de la articulacién (ya sea que se las entienda como niveles © como momentos) cumplen el papel de ser mecanis- mos de estructuracién de la totalidad, abiertos a su propia transformacion; en cambio, si, de acuerdo con la segunda acepcién, pensamos los fenémenos en forma estética, los me canismos de conservacién tienen la funcién de mantener la identidad del fenémeno por sobre cl movimiento de su especi- ficacién, lo que equivaldria a su descalificacién como realidad y su reduccién a una ficcién conceptual. De lo expuesto se desprende que, para el desarrollo de una forma racional dialéctica, es necesario reconocer como punto inicial la construccién de la realidad como objeto, en el marco de exigencias epistemoldgicas definidas por las articulaciones entre momentos y niveles. En este marco tienen lugar dos grandes grupos de contradicciones: las contradicciones de ni- vel y las de momento. La importancia de distinguir entre estos tipos de contradicciones reside en que los niveles nos permiten comprender li wtalidad comm eartivulacion dada», mientras que los momentos estén referidos a la forma en como se transforma la totalidad articulada, Asi, valviendo a La introduccin de 1857, vemos como se establece una relacién dinémica entre niveles y momentos. Los momentos forman parte de la dialéctica negaci6n-supera- cin del proceso real como unidad de determinaciones; mien- tras gue el nivel (por ejemplo: relaciones de produccién, esfera politica € institucional) se refiere a los planos de realidad que concretan la totalizacion, Por eso los niveles reconocen una diferenciacién que (por tontraste con la idea de momento que queda supeditada al tipo de dialéctica negacién-superacién), se fundamenta en la totalizacién que, al tener lugar en el corte vertical del presente, conjuga de la totalidad tanto su earticula- cién dada como su transformacién posible. Esto ultimo im- plica hablar de una dialéctica entre niveles que est abierta a los momentos que son propios de cada uno de ellos. Tal afir- macién nos leva a la conclusion de que si la captacién de la realidad se organiza con base en una totalidad que contiene 683 tuna potencialidad de movimiento, entonces los mecanismos dinamizadores (tales como la contradiccién) quedan incluidos en la totalidad como formas particulares de su dinamismo transformador El uso de la totalidad como categoria del razonamiento EL examen detenido del texto de La introduccion de 1857 nos permite también distinguir algunos usos diferentes de Ia totalidad como categoria ‘Cuando se plantea la relacién general de Ia produccién con la distribucién, el cambio y el consumo, la totalidad cumple la funcién de articulacién entre procesos econémicos particula- res. Y si bien la unidad de éstos no se consuma, eso no invali da el razonamiento dialéctico ya que el objeto de éste es ui ‘construccién légica cuyo hilo conductor es determinar las co- nexiones reales, sus rupturas (el porqué de ellas), ademas del establecimiento de nuevas conexiones (y el porqué de las mi ‘mas) entre los elementos que hist6ricamente se suponen incor- porados 2 una totalidad, en ese momento fragmentada, La re- lacién que se establece entre los elementos, al constituir una uunidad en un momento dado del desarrollo histérico, implica la posibilidad de que en el ciclo del tiempo esta misma rela- ci6n sea incluida en otras relaciones més comprehensivas; 0 bien, que los elementos relacionados orginicamente redefinan esta relacién al incluir otros elementos. Determinar es negar. Pero si negar es excluir en funcién de lun cardcter esencial (esto es, de una identidad que supone captar a la naturaleza sin entrar en ningtin juego de relacio- nes), entonces, la determinacién es un a priori que puede su- perarse sélo en Ja medida en que la determinacién sea el resul- tado de un conjunto de relaciones; esto es, entenderlas en el ‘marco de una aprehensién que se mueva desde la complejidad 15, ata produc es ambien inmeditamente consumo.) El acto de roc ion es tambien en tds sus momentos un acto consumo” Esta Wedd de a roduccin y del consumo remite ala propose de Spincrs deena ex ne fo méxima de interrelaciones hasta aquello que es el contenido cespecifico, Por contenido espectfico entendemos tanto la deter minacién negada como la delimitacién que niega De ahi que Io especifico debe ser capaz de ser utlizado para reconstruir la red de relaciones (Jas mismas u otras que sirvieron de punto de partida), por lo que afirmar es negar Sin embargo, negar no es afirmar, a menos que en la afirma- ci6n con base en un razonamiento totalizador, respecto de lo existente 0 presente, incluyamos el vasto campo de las poten cialidades. Este razonamiento totalizador, en el marco de La introduccién de 1857, significa lo siguiente: a) relacionar ele mentos complementatios, por ejemplo, consumo productivo y procluccién; b) identifica Ios elementos excluyentes: por ejem plo, consumo entendido como el

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