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Numero 35, 2003 Gramaticalizacién y cambio sintéctico en la historia del espaiiol NUMERO MONOGRAFICO ISSN.0188.6657, Consejo de redaccién Manco Béucior Instat de Invesigaciones Flies stato de Laveniacone Filgicas ‘Unienidad Nacional Auténom de México Ro Boreas Nuno Inst de InverigacionesFlaldpice Univesidad Nacional Auténoma de Meco ‘Aus D. Deaswono Deparment of Hispanics, (Queen Mary and Westie Calg, Unversity of London Gasure Dr Srni0 Fact di Ligure Leese Strnire Unive iP Manet Fes Faclad de Filo y Leas nines Naval Aurénoms de Mexico (Cean Gonziuez Insite de Invesigacions Flops Univenidad Nacional Autdnoma de México Joc). Gece a Se Univesity of New Yo Bufo Jows M. Lore Buse Facultad de Flew Lert de evetigaiones illges Universidad Nacional Autos de Meco ‘Cane Peso0 Facultad de Fllogle Departamento de Lengua Epics ‘Unieniad de Salamance Laas Rawos Fela de Flay Leas Univenidad Nacional Autéooms de México Comité editorial orronssmasronsatas: CConcerciow Conrany ‘Auntuo Goszstez Tnauto de Lveiaions Fags, ‘Centro de Eris Lingo y Lier, Univenidad Nacional Auténoms de México, Colegio de México. company@ervidrunam a sgeenitcelmernt Ln vo oon Wate Depuramente de Flos, Univesidad Astor Mcropolian-leaplps valde@sanumam me Si desea mayoresinformes, recibir esta revista 0 enviar alguna colaboracién, puede di los miembros del Comité Editorial de Medien, irsea cualquiera de Indice Nota editorial - 1 Articulos La gramaticalizaci6n en la historia del espafiol Concercion Company Company 3 La gramaticalizacién del verbo iren construccionesnarrativas del espaol MaxveL PEREZ SALDANVA a Dos caminos sobre un mismo trazado. A propésito de la gramaticalizcién de dar tiempo y nuevamente Auvaro S. Octavio bE Touébo y HUERTA 90 La semdntica locativa de las consteueci de gramaticalizacién ‘Axel HERNANDEZ Diaz 135 1s existenciales con haber. Un ejemplo Estructura y evolucién de la frase nominal de objeto directo inanimado en espafol ‘GBORGINA BaReaza CARBAAL 155 Gramaticalizacién del posesivo. Un proceso hacia la abstraccién NoROHELLA HUERTA FLORES 183 Libros recibidos ‘Normas editoriales Publicaciones de Medievalia LA GRAMATICALIZACION EN LA HISTORIA DEL ESPANOL! Concercion Company Compan Universidad Nacional Auténoma de México 1. INTRODUCCION: ANTECEDENTES La lingiistca histérica en las vlkimas dos décadas ha experimentado un interesante desa- rrollo teérico y descriptivo que ha venido a subsanar importantes huecos de informacién Para una revs etc, quind en exces, dela aegunds posicisn, puede consultarse Campbell (2001 expeialmente 154-156). 2 ‘Concsreio% Commsey Conran cdencia a mantener conservadoramente las formas vs. tendencia a manipular pragmética- mente, discursivamente, esas formas, eto es, peso formal vs. peso pragmétios d) tenden- cia a mantener el orden no marcado de los constituyentes,resultando, por ejemplo, un ‘orden sujeto-verbo-objeto, vs. tendencia a marcarfocos informativos,resultando en este «aso, por ejemplo, un orden t6pico-comentaro, esto es, orden gramatical vs. orden infor- ‘mative —ambos ordenamientos pueden coincidir, pero no necesariamente; e)tendencia 1 regularizar, a analogizar paradigmdticamente vs. tendencia a mantenet las irregularida- des, ya que la iregularidad otorga prominencia e individualidad a la palabra, ademés de {que el control de las irregularidades conlleva prestigio, esto es, peso del paradigma vs. peso de la palabra: f) tendencia comunicativa conservadora a asimilarse ¢ identificarse ‘on un determinado grupo de hablantes vs. tendencia comunicativa innovadora a ser di- ferente, a parecer distnto: y g) endencia conservadora descriptiva a emplear las formas segiin su significado referencial vs. tendencia innovadora del hablante a aportar, usando «as formas, sus propias valoraciones, perspectiva y punto de vista respecto de lo comuni- cado. El esquema 1 a continuacién resume este planteamiento, Esquina 1 “Tensién de fuerzas opuestas en la generacién de un cambio Tendencia 1+-+ Gramaticaizacign ++ Tendencia 2 Signos altamente iénicos o transparentes Signossimbéticos, rutinizados, auto- matizados Separacin articulatora,fciidad pereeptiva Menor esfuerz,rapides, erosién Isomorfsmo o univocidad (I forma « | significado) Econot resin a usar sintaxis-morfologia estindar resin discursvo-pragmitica resin descriptivareferencial Presidn valorativa,subjtiva resin analégica resin a ireegulatidad resin identificarse con el grupo resign a distingurse del grupo Los factores y magnitudes que integran la tensién dindmica que pretende refljar el es- _quema anterior son heterogéneos entre iy apuntan tanto a facetasdistintas del proceso cde cambio, internas gramaticales y externas sociales, como a distintas éngulos del proceso, bien mecanismos, bien fuereas primaras, bien la dindmica entablada por hablante y oyen- te, 0 bien la manera de estructurarse os signas lingisticos en el sistema. Cuando esta dia- léeticaalcanza puntos de tensin se produce, como digo, una gramatcaizacién. Varas de las fueraas 0 tendencia se insertan en los dos grandes “local maxima”, conservador ¢ in- La cianacaL2nctON 14 HISTORIA DEL ESOL 13 novador, cuya consecucién, segin Keller (1985: 233 y s3.), produce éxito comunicativo. Se puede resumir este conjunto de fuereas comunicativas opuestas en dos grandes motiva- ciones generales (Martinet 1955/1970: cap. 1, Haiman 1980b, 1983, 1985) que son las fucrzas clave del cambio, y en cuyo vértice, nunca equilibrado, emerge el uso lingiifstico: ppor una parte, una motivacién o tendencia a la economia, a erosionar la relacidn entre forma y significado, a decir lo maximo con recursos minimos, a aportar la propia perspec- tiva y punto de vista sobre el evento, y por otra parte, una motivacién o tendencia ala iconicidad, a rescaar la relaci6n biunfvoca entre forma y significado. Ambos tipos de pre- sin logran eficiencia comunicatva y permiten que las lenguas operen sin quiebres comunicativos bruscos, posibilitando la comunicacin entre dstintas generaciones de se- res humanos. Una u otra pueden vencer en esa tensién dindmica. Asi, por ejemplo, hay cambios antieeconémicos, pero que otorgan una mayor transparencia o isomorfismo a la construcci6n, tl es el caso de la gramaticalizacién de vos-otros, nos-aros para codifcar el ‘pronombre personal de segunda y primera de plural, respectivamente; hay también cam- bios econémicos, que favorecieron la economia en detrimento de la transparencia, tales 1 caso de la pérdida del espafiol general de los sintagmas con articulo + posesivo, le su casa, una su casa, de los sintagmas afines con modificador + posesivo, del tipo ors sus mensajeros. Laconsecuencia diacrénica del proceso es que las formas o construcciones de una len- ‘gua, por lo regular, aunque no necesariamente,‘ se erosionan y pierden estructura Fonolégica 0 peso fénico, asimismo se recargan de nuevos signficados volviéndose més polisémicas, debilitan o decoloran su significado referencial originaio y adquieren signifi cados mas abstractos, debilitan o modifican su capacidad relacional sintéctica originaria, debilitan su elacin icdnica y ganan en valor convencional simbélico,realizan funciones ‘gramaticales que antes no tenfan o adquieren nuevas funciones gramaticales dems de las ya existentes; con frecuencia pierden restricciones contextuales y distribucionales hacién- dose, por tanto, mas frecuentes en el uso, lo que se denomina efecto de generalzacin, lle- gando incluso a volverse un uso obligatorio en determinados contexts, lo que se conoce como efecto de obligatrifcacin (Sweetser 1988: 400). Ese ilkimo aspecto es fundamen- tal: as formas antes de ser sometidas a un proceso de gramaticalizcién, o en el inicio del proceso, entran en contextos que les son altamente afnes,semntica y sintdcticamente; se podria hablar de contextos redundantes con el significado y valor de la forma (véase infra “ Algunos autores por ejemplo Lehmann (1986), consieran la rosin fonoldgica como una erateri: tia inherent dela gramatializacisn. 4 Concencion Conary Coma 52.4), mientras que mediante su gramaticalizacién se generalizan y pierden la restricciGn de parecer slo en ciertos contextos; antes del proceso tienen libertad en el sentido de que pueden ser parafrascabes y susttuibles paradigméticamente, cuando se gramaticalizan ad- ‘quieren obligatoriedad. El esquema 2 a continuacién resume la dinémica diacrénica del proceso de gramaticalizacién; dado que el cambio, junto ala estabilidad, es inherente ala lenguas, no existe un inicio ni fin del proceso, sino més bien un antes y un después. Esquema2 Dindmica diaréniea de una gramaticalizacién Propiedader del sgn 0 consrruccién Antes Después sds contenido fonolégico menos contenido fonolégico ‘menos polisémico és polisémico significado més éxico significado més gramatical significado mis eelacional y funcional significado més abstract y general significado més extensional significado codificado convencional menor dependenca del contexte zo redundancia en seleccin context. significado més referencial significado més concreto y expecifico significado més intensional peso pragmitico mayor dependencia del contexte redundancia en seleccién contestos uso menos frecuente més restrcciones context-distribucionales mds marcado més idnico ninguna o menor cohesin estructural rs libre, parafiascablesustituible uso mas frecuente = generalizai6 -menos restrec. contextules-dstibucionales ‘menos marcado mds simblico ‘mayor cohesién estructural no sustituible-no parifasis,abligatorio SESGGLGVIESSsggs Se trata en términos generals, como se aprecia en el esquema anterior, de un proceso simultdneo de debilitamiento 0 pérdida y ganancia: pérdida de especificidades de signifi- «ado y de privlegios de ocurrencia, y debilitamiento de iconicidad, pero al mismo tiem- po cs ganancia en polisemia, incremento de funciones adicionales gramaticales y aumen- to en la frecuencia y generalizacin del signo, y por lo tanto ganancia en la aplicabilidad del signo. La dialéctica y dindmica evolutiva de los procesos de gramatializacién artiba expuestas pueden resumirse, a mi modo de ver, en dos aspectos, que son, sein creo, los dos grandes problemas que requieren explicacién en el cambio lingistico: por una parte, emo explicar Ia interaccién entre hablante y oyente, interaccén que otorga simulténeamenteestabilidad LaGRAMATICAL2ACKW 2 LA HISTOR DEL EMAL, 1s y cambio, y, por otra, cémo representar un dom con los miembros de otro dominio seméntico (véas infra §§2.4 y 2.5). Un par de ejemplos de la historia sintictica del espaiol, expuestos de manera sucinta, bastardn para mostrar globalmente lo hasta aqut planteado: 1) la gramatializacién del ‘verbo latino Aabere como auniliar para la expresin de la perfecividad y como existencial, yla paralela gramaticalizacin y generaizacién de tenere para la expresin de la posesién verbal, yn) la gramaticaizacin de la preposicin latina ad como marca de caso objetivo. Veamos. 1) Gramaticalizacién de habeo como auxiliary como exstencial El verbo habere en latin «ra, como se sabe, un verbo transitivo pleno, eso s{ de baja transitividad, que tenia un sig- nificado léxico referencial de posesién ‘tener, ‘mantener, ‘llevar consigo’, ‘sostener’y te- sia objeto directo, como se ejemplifica en (1a); tenia ademas otros significados, extensio- nes de su valor posesivo estativo basico, tales como el valor durativo de accién continua, sinénimo de ‘conservat’ ‘guardar’ (Hernéndez. Diaz en prensa). En concurrencia con cierto tipo de participios, habeo indicaba el resultado de la accibn signficada por el ver- bo, un valor de estado alcanzado; enunciaba acciones pasadas cuyas consecuencias podian ‘extenderse hasta el presente (Ib), y a pattit de exta constuccidn paicipial aspeciva resultatva, habere se gramaticaliza como auxliar y la construccién toda pasa a signifcar Ia anterioridad y perfectividad del evento, formando el paradigma verbal de los tiempos ‘compustos (Ic) (Company 1983, Romani en prensa). (1) a ego secrigalia magna divtiasque habeo tribus amplasregibus (Hor., BHinguer 1960, sv. habeo) b. De Caesare satis dictum habeo (Cic., Blinquer 1960, sv. habeo) «© Todos son adobados quando mio Gid esto ouo fablado (Cid, 1000) En el dmbito funcional de la perfectividad, habere en los inicios del espafiol, y hasta bien entrado el siglo xv, competia con esiereen sus funciones de ausiliar: el primero se templeaba, en términos generals, con participios transitivos y cierto tipo de intransitivos (2a), el segundo con participios de verbos intransitivos (2b) (Romani en prensa). En el Ambito funcional dela posesin, habere competia en espafiol antiguo, y, de nueva cuenta, hasta el siglo xv, con tener el primero, groso modo, expresaba una posesién mis abstrac- £2, con bajo control por parte del poseedor hacia Ia entidad poseida (32), con sujetos po- seedoresfrecuentemente inanimados; el segundo significaba una posesién mds concreta y con control (34) (Hernéndez Diaz en prensa). Asstimos en el dominio de habere a dos 16 Concercion Conrnssy Conny sgramaticalizaciones: a) por una parte habere desbanca a exere y extiende su uso como auailiar a todo tipo de participios, incluso alos contextos intransitivos que le estaban re- servados originariamente a exer de donde surge la gramaticalizacién y obligatorifcacion de haber como ausiliar. 6) La recarga funcional gramatical de haber como auxiliar rest6 vitalidad sin duda al valor transitivo posesivo originario de este verbo y provoos que fuera tener el verbo que se generalizara para expresar la posesién y extendiera su empleo a todo tipo de selaciones posesivas, incluso a aquellas muy abstractas que en los orfgenes eran propias de haber, de donde se deriva la gramaticalizacién y obligatorificaciin de tener como verbo posesivo* (2) a, E ororgamos que los primeros cinquenta morauedis que los auemos rregehidos de {que somos bien pagados (Decurmentoslingtsicor de Espana, 1295, 471.17) El un mes ya passado que easado avia (LBA, 194) b. Todos los ganadas a Valensia son llegados (Ci, 2465) El alma de su cuerpo non es encara exida (Apolonio, 3036) (@)_ 4 Todos los qu al rey don Enrique sepuianestorvavan esto porque su tirana oviese nds lager (Crea de Enrique IV, 251, Herndndce Diaz en prensa) “Ti yds com ell, Sempronio. qu ha remor dels gills que cantan en lo excur (Ce- dering, VI.184, Heradnde Diz en prenst) Todas esas cosas asy fechas, el macstre pens avr el sefrio de Carmona, como ya toviese lar dr fortlecas de aguelasbdad(Crinica de Enrigue IV, 268, Herninder Diaz en press) Owrossy por Ia mar el rey no fuera apergebido ¢ non tenian viandas ni nevior (Corbniea de ry don Pedro, 370, Hernéndee Dia en pens) A partir de ciertos contextos posesivos de haber en donde cl agente poseedor estaba su- smanence debilido, bien porque ne aparece dentio de su oracida y es dudoso el anclje referencia (4a), 0 bien porque aparece formalmente codificado como un oblicuo y no ‘como un nominativo sujeto (4b), despliega haber un nuevo valor esta vex para expresar Ia simple existencia, en un espacio real 0 metaforico, de la entidad referida por la frase ‘nominal que sigue al verbo (4c), ya sin un poseedor que controle a tal entidad; es decir el debilitamienco de sujeto provocd que haber se deslizara hacia lecturas exstenciales. Asis- ‘timos por tanto una tercera gramaticalizacién del verbo habe, lade su valor existencial ° En expafl actual slo quedan algunos rsiduos del valor posesivo etimolégic de haber, por ejemplo en eras expresiones fis del lengua juldico, del tipo ru pregunet noha agar oo ha lara su preg LL. caanaTicAZACION EN LA HISTORIA DL FSPASOL 7 (Hernéndez Diaz 2003); se amplia, por tanto, con haber el dominio funcional de la cexistenciaidad ya que ese verbo entra a competir con el originatio existencial exere. Se trata, como la gran mayoria de los émbitos gramaticales, de un dominio funcional diacrénicamente no cerrado, ya que hoy en dia sigue avanzando la gramaticalizacién de ‘haber, puesto que se esti generando concordancia de niimero (han habido problemas) y de _mimero y persona (habemas muchos) entre la frase nominal y el verbo existencial. (8) a, Eluego que ouo buen siempo, algo sus ulas, ¢fuese a aquel puerto (General exoriay 1.437.192, Hernindez Diaz 2003) E quando la uio, marauillosellae todos los que y estan de como pudiera acaeger {que tan fonda yazie su tera, nin qui Ia metiera all seyendo la cierta de suso sana € centera, que nunqua ouiera y poblanca alguna (General exora, 1L.435.30b, Hernénder Diaz 2003) . Nobleea de corazon auye en dl muy grande para desdennare despresiat las cosas malas uiles (Scenario, 11.19, Herninder Diaz en prense) «Ca tantos somos nose tanto poder avemos, que non ha oy sre en el mundo que nos cosase fazer un pesar (Historia ropana, 1.19, Herniinder Diaz 2003) Ejemplifican la auxilirizacion de habeo y el desarrollo de los nuevos valores de este ‘verbo un caso tipico de gramaticalizacién multiple en donde una forma léxica adquirié tuna Funcin gramaticl, ademds de ampliar con el valor de existencialidad su Ambito gra- matical: el originario verbo transitivo debilica su valor etimolégico referencial posesivo y adquiere valor gramatical de auxiliar, asi como un valor Iéxico bastante abstracto de cexistencial, pierde peso fonolégico Mabeo! > /él; bet > I4l; Pabémus! > Iémos!, ete. (véase més adelante §2.4, para la refuncionalizacién de habemes); en los inicios habla li- bertad en cuanto a su empleo, podia o no ser empleada, ya que otras formas verbales ex- presaban posesién, resultado perfectivo, ancerioridad o existencia: en los origenes tenfa un significado més intensional, més referencial y mis concreto, hoy ese significado es :mds extensional —amplié enormemente su esfera de empleo—, es mds abstracto y més ‘gramatical; es también mucho més polisémico que en sus origenes y tiene, por tanto, me- nor dependencia del contexto sintéctico seméntico circundante. 1) La gramatializacin de la preposiién latina ad como marcador de caso objetivo. La preposicién ad era en sus origenes, como se sabe, una preposicién locativa direciva que indicaha esencialmente la diteccidn a las proximidades de un lugar o el destino, Fisica 1no, del movimiento significado por el verbo (Folgar 1993: 55-57). tal como se ejempli fica en (5a). Se empleaba muy fecuentemente esta preposicin con locativos que meto- 18 (Concercion Conner Conn nimicamente integraban en su significado componentes humanos, tales como ad villam, «ad castra (Sb). Este valor locativo originario de direcci6n hacia una meta locativa que in- corpora seres humanos se extiende analdgicamente para marcar una entidad que e: deal ‘guna manera alcanzada por la accién del verbo, estos, un objeto indirecto (1), mera de la transitividad (5¢), que se manifesta fundamentalmente como entidades humanas (Company en prensa a). (6) a Fugere ad puppim calles campique videntur (Luc, Blinguez 1960, sad) b. Ad urbem proicisci (Ci, Bhinguer 1960, sv. aa) €- Erluego que soperon por cierto que uenie el rey Uozses sobrllos, Frontera de su tera (General esori,I.116.12a) ¥ dio el sayete de armas al ruhén (Lazare de Tormes, 2) lieron a ell ala Dado que el cambio sintictico es gradual y es acumulativo, las primeras documen- taciones de Ol preposicional corresponden a contextos muy restringidos, OI que tenfan especial relevancia pragmtica: pronombres personales de primera y segunda persona, eto ¢s, dativos altamente topicales prominentes, que aparecen codificados bien con ad més a, partir de un significado més Iéxico adquirié un significado més gramatical: pre- posicién locativa > marcador de caso objetivo, adquirié generalidad, hoy es mucho més frecuente que en sus origenes, y adquiriré igualmente obligatoriedad: la marca prepo- sitiva es obligatoria en el OI y es casi obligatoria en el OD humano; en efecto, hoy son rarisimos, aunque posibles, los OD humanos sin marca prepositiva, y son esporidicos tambien los OF sin marca, en posicién de nominations pendens. 2.2, Las diferentes posturastedricas ‘Todos los estudiosos sobre la gramaticalizacién aceptan en términos generals la defini- morfema, es ya un afijo integrado a una base verbal de cardctertnico: slo en presente de indicativo, la forma, por tanto, se ha degradado, se ha decategorizado, pasando de sintaxis > morfologia y de forma libre > forma ligada, opa- cdndose totalmente su valor locativo, de ahi que pueda aparecer en la oraci6n otro adver- bio locativo, all, de significado préximo al etimolégico y, como en (8d). Se produjo un cambio de nivel de andlisis dela construccién toda: frase verbal > palabra. En el espafol actual la forma hay ha perdido la composicionalidad que ten‘a en el espafol medieval yse ccomporta, en consecuencia, como una forma simple. La afjacién de un morfema loca- tivo es sin duda prueba del alto grado de deixis que entrafan las construcciones existen- cialesen espaol, y en general en las lenguas del mundo. (8) a, Caen las cosas en que sam gran mal ha, que se non pueden cobrar si se fazen (La- ‘canor 55, Garcia 1991) LA GRAMATICALIZACION EN LA HISTORA DEL ESPANOL 29 1. Oras oes y a menores, que son del pertenencia de Europa (Crdnica genera, 5.7b, Herndndes Diz 2003) E yose de wn lugar aparcado ¢ muy sgiano daha pee agua, ay un galdpago mi ami- (Cail, 156, Garca 1991) Ena mona do yo moroay wn lago muy grande (Cable del Cisne, Garcia 1991) € E por esto era muy mal quisto de todas las genes, mas no osauan yr conta el por ‘que non auie y qui ls defender(Crinica genera, 9.300, Herndadez Dit 2003) E este pouo era bazio€ no y auia agua (Faziende de alrumar, 51, Hernéndex Dias 2003) 4. porque allay mucha abundancia yaa fla (Company y Melis 2003, 1525, saber) El mesmo dessosego ay ente los naturales (Documentos ingles de la Nueva Espa- fa, 1532, 13200, Herndndee Diaz 2003) ‘De todo hay en Ia visa del Sefor (Herndndez Diaz 2003) El cambio inicié en contextos muy marcados de alta expresividad, donde una entidad con caracteristicas especiales (OD contable, altamente localizable 0 sobresaliente, en ora- cin principal) se sia en una locacién que es relevante para que s eve a cabo lo expresa- do en el evento (Garcia 1991, Herndndez Diaz 2003). Hay en estos contextos innovadores (8b) una elevada redundancialocativa ya que ademas del adverbio , suelen concuri en la misma oracién o en un contexto préximo otros complementos citcunstanciales de lugar que sitdan y precisa la accién (en cursivas en los ejemplos de 8b), 0 el objeto directo mis- 1mo es éxicamente locativo, al mismo tiempo que el evento todo en esos contextos inno- vvadores suele ser valorado postivamente. La forma innovadora con y tiene ventajs respecto de la forma conservadora ha, ya que aquela enfoca la entidad subcategorizada més que lo hace el puro existencial sin incorporacién de la partcula locativa. Fl segundo ejemplo de (8b) muestra bien la motivacién iniial: con un objeto genérico pepes¢ agua se emplea el existencial conservador, mientras que can un objeto contable prominente, um galdpage mi “amiga, aparece el existencial con la particulalocatva, La forma innovadora invadié paulat- rnamente los contextos que le eran propios a la forma conservadora, como se apreca en (6), donde una entidad no contable en una locacién metafdrica no especiica concurre ya ‘on el exstencial ay. La forma hay, por tanto, avanza a contextos que le son cada vex menos favorable, se libera de sus antiguas restrcciones distribucionales, es decir la concurrencia con circunstanciales y ubicacién espacial del evento, y progresivamente, por lo tanto, se ddesmarca. Se cumplié en este émbito funcional una inversin de la marcacin. 1) Gramaticalizacién de la possin inalienable via una duplicaién posesva. En el espa- ‘ol antiguo se empleaba una duplicacién posesva fundamentalmente para desambiguar 30 ‘Concsncins Coma Comnany cl posible poscedor de la entidad poseida, como se aprecia en (9), ya que en un contexto préximo hay dos entidades nominales capaces de funcionar como el poseedor de la en- ‘tidad poseida (Company 1994, 2000). Dada la total opacidad del pronombre su(i) en ‘cuanto a los rasgos referenciles del poseedor, la presencia pospuesta del poseedor desam- bigua la relacidn posesiva.” En los ejemplos de (9) si no se especifia el poseedor en su misma frase nominal, se interpretaria que la entidad poseida por el clitco sus) pertenece otro poseedor: aguellasefiora en (9a) y no Celestine ély no Cacamazin en (9b). Se rata cde una duplicacién motivada textualmente, por el conflicto entre posibles poseedores en cl evento, Es este el valor originario conservador de la duplicacién posesiva. (9) a, Nunca teof desir mejor cosa. Mucha sospecha me pone el presto conceder de aque sefiora y ent can aina en todo su querer de Celestina (Celestina, XI.192.21) b, Pero que él tela en su tierra del dicho Cacamazin muchas personas principales que vivian con él y les daba su slario (Cortés, 2a. carta, 68) Desde el siglo xv es posible documenta, ocasionalmente, otto tipo de contextos en ef que también se emplea una duplicacién posesiva (10). Se trata del contexto innovador del cambio, No existen esta vezen el contexto otros posibles poseedores de la entidad posef- a, el poscedor puede incluso haber sido nombrado inmediatamente antes, como en (102), y muchas veces en estos casos la frase nominal posesiva duplicada ocupa una posi- cin inicial absolut (106), funcionando el poseedor como la entidad t6pico de la que se 1 hablando lineas atrds. En este tipo de duplicacién no desambiguadora, el clitico su(9) ha debilitado su carécter de andfora, ya que no retoma la referencia a una entidad nombrada previamente 0 préxima a nombrarse en el contexto; es decir en este segundo tipo de duplicacién posesiva, el posesivo no estéligado anaférica o catafbricamente en. el contexto, y se muestra préximo a un determinante presentador de frase (Company 2001a). No se rata, por tanto, de una duplicacién motivada textualmente. " Des facrores motivan el conflict de poseedore Ia consecuent neceridad de desmbiguacén: ) la fila de vransparenca del pronombre su) en cuanto 2 los rasgos dl poseedor: sui) es invariable yrorlmente pace en su eferencia al pseedor —tano ded, como deel, de ello dels, de wed de wtede—¥ 8) hecho de quel referencia psesiva,debido aca opacidad, ee rogida por un princi de dene de distancia ‘minima y se anc en espaol en el constituyente mis proximo as), anafétcoo cafrico,capaz de operat compte om se preci en sive Gp: “Lg ac, ps, qu ob naa dl maa, des, deli” (Celene, 1.129); *Extando en m ea, ce decane, el viernes en In noche” (Goon ng de Nu Epa 1686 130.257 Peel quien bse ore cn oo Fado, que lo hagan” (Hable popular del ciudad de Meso, 134). LAcRAMATICALI2ACION BN LA MIRA OL ESPASOL 31 (10) &. {Quieres ed hacer creer a ést0s lo que los padres predican e dizen? Engafiado andas! (Que exo que lor fraylerhazen es su oicio dllos hazer exo (Documento Archivo Ge- eral de la Nacién, 1539) b. Su padre de un mi amante, que me tenia tan honrada, vino a Marsella, donde me te- ‘para cnviarme a Barcelona y por mis duclos grandes vino el padee primero (Lo- -zana andaluaa, VU.200) Si se compara la frecuencia relatva de uso de uno y otro tipo de duplicaciones posesi- vas, es decir, con funcién desambiguadoray sin funcién desambiguadora, en el siglo xv1, textos peninsulares y americanos, y el siglo 1%, textos americanos, cuadro 1 (Company 19953), puede observatee el avance de la duplicacidn innavadara, na morivada texral- mente, a expensas de la duplicacién conservadora, con motivacién textual desambigua- dora. No se llega en este segundo cambio a una inversién de la marcacién, pero es noto- tio el incremento del valor innovador. Cunpro 1 ‘Contextos de uso de la duplicacién poses TEXTUAL DESAMBIGUADORA [NO TEXTUAL NO DESAMBIGUADORA_| XVXVI 649% (98/153) 3696 (55/153) (xc 2296 (38/169) 78% (131/169) Las diferentes frecuencias de uso nos muestran un avanzado eambio en proceso en el espafiol del siglo 1x. El espafiol americano, especificamente el de México, ha reinter- pretado y recategorizado estos sintagmas posesives duplicados, sin que haya cambiado la ‘manifestacin formal de la construccién, lo cual es muestra de que el locus del cambio es cl contexto y no la construccién. Con la antigua estructura posesiva duplicada medic- val esta variedad del espafiol americano creé una categorizacién nueva (Company 1994, 1995a, 1995b, 2000): la distincién categorial entre posesin inherente 0 intrinseca y po- sesin no intrinseca 0 no inherente, con duplicacién y no duplicaci6n respectivamente: sgramaticaliza por esta via una distincién que esté préxima a la que realizan muchas len- suas del mundo entre posesin inalienable y posesin alienable; en el caso del espafol de ‘Mésxico no es una distincin sistemdtica, obligatoria, sino una distincién dentro de un evento discursivo, determinado por la valoracién que el hablante hace de la situacién. Mediante nina duplicacién pasesiva el hablante indica que el poseedor es una entidad re- levante y que el poseido se encuentra muy cercano al dominio del poseedor, que const- tuye una parte importante de él y que los dos miembros de la relacién posesiva contraen 2 ‘Concercion Conny Conan [La cranamicaL2acion 1 LA HISTOR DEL ESPANOL 3 una relacién de inherencia y de proximidad conceptual. Esto es, cuanto més prominente sea el poseedor dentro de la situacién comunicativa, y més estrecha e indispensable la e- lacién entre poseido y poseedor, més probabilidades habré de que aparezca una construc- idn posesiva duplicada en el espafiol de México. EI nuevo significado adquirido por las duplcaciones posesivas en el espaol de México ‘jemplifca bien la tendencia general de los cambios seménticos de externo > interno, seia- Jada por Traugote (1982, 1989). En el caso que nos ocupa el cambio ue: significado tex- tual o més objetivo (duplicacién desambiguadora)-» significado pragmético 0 més subjet- ‘vo (duplicacién no desambiguadora); supuso también, en consecuencia, un desplazamiento del foco de atencién en cuanto al protagonista del discurso: del oyente hacia el hablante: en «efecto, en el espafil antiguo el causance de una duplicacién posesva ea el conflcto de po- seedores que en el oyente provoca la opacidad referencial de su(), mientras que hoy en dia In aparicidn de una duplicacién posesiva depende esencialmente de la valoracién que realice el hablante sobre la relacin posesiva, ‘Ottos cambios de a historia sintéctica del espatiolejemplifican cabalmente la caracte- ristca gradualidad de la gramaticaizacin, y algunos de ellos son casos clas de inver- sibn de la marcacién. Por ejemplo, la generaizacién del leismo a todo tipo de objeto di recto masculino singular, sea animado o inanimado, en el espaiol peninsular del norte de Castilla es un caso claro de inversién de la marcacién; en efecto la forma conservadora, clitico acusativo lo, ha cedido totalmente su Ambito funcional a una codificacién innova- dora con cltico dativo le el telefono cuélgale, el puerco hay que matarle,a Juan le veo en la “oficna, etc. (Fernénder Ordéfer 1999, Klein-Andreu 1992). En el espatiol americano, por el contrario, el leismo es de escaso empleo y se usa fundamentalmente para referir a centidades relevantes, masculinaso femeninas, valoradas por el hablante como importan- tes 0 respetables (Garcia 1995a, Martinez 1996): al maestro le ayudo a cargarel portfolios, 4a vieja le ayudo a subir al autobis, y contasta con el uso etimolégico conservador con clitico acusativo, a /uan lo veo todos los dias, a Maria me la encuentro muy seguide, por lo cual en las variedades americanas parece haberse “estabilizado” el avance de esta grama- ticalizacién, Otro caso de inversién de la marcacién es la generalizacién en el espafiol americano de la clitizacién innovadora se los - elas para pronominalizar los objetos acu- sativo singular y dativo plural cuando concurren juntos en una misma oracién bitransi- iva: eso yt se los die, la revista ya se ls compré, ya que este uso innovador ha desplazado totalmente en la lengua hablada a la cltizacién conservadora se lo die, se la compré (Company 1998). 2.4.2. Gramaticalisaciin, categorialidad y pautas de gramaticalizacion ‘May frecuentemente las innovaciones inician en los mérgenes de las categorias, ya que éstos suelen ser zonas de debilidad o inestabilidad categoral, toda vex que las entidades situadas en Jos mrgenes categoriales comparten propiedades de dos o mds categoris. El avance de una gramaticalizaci6n en muchos casos se puede caracterizar como un proce- s0 diacrénico con la siguiente direccionalidad categorial: construccién atipica -> cons- truccin tpica, ode un modo més general, construccién marginal -» construccién cen- tral o no marginal (Company 1997, 2002). FE echo de que la eategartas de Ia lengua se canformen como sin continuum care- gorial y de que las propiedades de la clase se debilicen en las fronteras —o lo que es lo ‘mismo que las entidades adquieran otras propiedades sintéctico-semnticas a medida que se aproximan a los mérgenes categoriales— tiene consecuencias directas para el compor- tamiento diacrénico de las lenguas: normalmente los procesos de cambio afectan primero a la fronteras o mérgenes de la categoria y son precisamente las entidades situadas en ta- les mérgenes las que en conjunto experimentan el mayor nimero de cambios en la histo- ria de una lengua. Por el contratio las entidadestipicas, que integran el foco categoral, se araueerizan por una mayor etabilidad diacrénica, son mucho mis resistentes « weptar innovaciones, y son, por lo regular, las iltimas en experimentar un cambio. Existe, por lo tanto, un estrecho paralelismo entte el concepto de continuum categoral propuesto por «el modelo de prototipos y el hecho diacrénico de que ls formas lingiiticas avanzan con al tiempo a contextos menos favorables. Esos contextos reacios 0 poco favorables al cam- bio son los prototipos. Es decir, el proceso diacrénico mismo constituye un continuum evolutivo que corte paralelo al continuum categorialsincrénico. Se ha sefialado que las formas prototipicas por lo general tienen expresin gramatical propia, bien diferenciada de los provotipos de otras categorias (Talmy 1985:59, Kemmer 1992: 148). Dado que los prototipos reciben marcacién gramaticalespecifca la posibili- dad de contraste entre ellos es grande; en usos no prototipicos disminuye el contrast y, por tanto, seatentan las diferencias entre dos categorias adyacentes. Este proceso, que he amado ‘degradacin categorial de ls fronteras' (Company 1997), genera sin duda, fe- xibilidad comunicativa, ya que el hablance puede contextualizar una misma forma como dos o més clases distintas —por ejemplo, acto como sustantivo y adjetivo: el afécto que me tenia su afecto amigo; denuncia como sustantivo y verbo: sin pruebas no hay denuncia, denuncia que lo vie; 0 contento como sustantivo, adjetivo y verbo: ef contento que me dio serie, estaba muy contento ese dia, me contento con verte—, pero sin duda genera también 34 Conctncion Couns Conner al mismo tiempo ambigiiedad, misma que se convierte en un disparador potencial de cambios lingiisticos (véase infra $2.6). precisamente en los mérgenes de la categoria. ‘Ahora bien, segtin creo, la degradacién categorial de los mérgenes por si misma no es causa de cambio lingiistico. Las causas pueden ser diversas, por ejemplo, entre otras, la presién estructural —desde la mds estricta formal, como huecos en el sistema, desigual- dad paradigmética, asimeteas, hasta la sintéctica-seméntica, como falta de cohesién 0 ambigtiedad seménticao estructural—; también la necesidad o deseo del hablante de in- corporar sus valoraciones, su conceptualizaci6n de los hechos y las entidades que lo ro- dean puede ser un motivo de cambio. Ante la presién estructural, por ejemplo, cederén primero las formas o construcciones categorialmente ms débiles, es decit aquéllassieua- das en los mérgenes, entre otras razones porque carecen por lo regular de marcacin for- mal propia excluyente, lo cual con frecuencia les confiere problemas de interpretacién. ‘También cabe pensar que el hablante podrd proyectar sus valoraciones més ficilmente donde tenga posibilidades de optar entre formas minimamente diferenciadas, es dect, pod “elegit” mejor en aquells zonas dela categoria donde las entidades no tienen nece- sariamenteasignacién formal-gramatical especifcaestable, lo cual sucede, como acabo de sefialar, en zonas no centrales de ls categorias. Es decir, la concentracién de cam las fronterascategoriles va asociada a un debilitamiento o degradacién de categorialidad. Laconcentracién de cambios linglisticos en ciertos puntos categoriales es, a mi modo de ver, una consecuencia natural de que la conformacién interna de las categorias de una lengua no es homogénea, sino que constituye més bien un continuum. Enfatizar tal continuum vinculéndolo con el proceso diacrénico comin analizado en este apartado “marginal-marcado’ + ‘central-no marcado' posiblita establecer una muy estrecha corte- lacién entre diacronia y sincronia o, lo que es lo mismo y més importante, posbilita de- bilitar 0 eliminar la distincién entre sincronia y diacron‘a La gramaticalizacién de la marcacién prepositiva del objeto directo, ya analizada, es un cjemplo paradigmético del paralelismo entre continuum evolutivo y continuum categoria. El cambio sigue una jerarquia de animacidad y definitud (Laca en prensa) y también de topicalidad: se realizé primero en objetos directs atipicos, situados en las zonas cate- goriales marginals, prdximas ala datividad, esto es, aquellos OD que por su humanidad, cspecificdad y topicalidad mostraban afinidades léxico-seménticas con objetos indirec- "De hecho, muchos autorer considera la ambigdedsd como reqisito del cambio linge, ya que genera signos opacos © poco transparents; cf. entre otros, Timbeslake (1977: 148-149) y Harts y Campbell (1995: esp. 51-53, 70-71, y referencias ahi cada) LA GRAMATICAUIZACION EN LA HISTORIA DEL ESFABOL 35 tos: me vio @ mi no at, y ha ido avanzando lentamente hasta alcanzar en el espafol ac- tual a OD mucho més centrale categorialmente, como son los inanimados (véase supra ‘§2.1), El cuadro 2 a continuacién (Company 2002b: 207) muestra el avance diacrénico de la marcaci6n prepositiva a OD cada ver menos marginales categorialmente, a la vex ‘que este avance ejemplifica que la gramaticalizacién es un cambio gradual con transicio- nes y sigue una jerarquia, El cuadro 3 agrupa las diferentes clases Iéxicas de OD en proto- tipicas, los inanimados, y no prototipicas, el resto; puede verse en él que el prototipo de ‘OD es mucho més conservador 0 reacio a aceptar el cambio, en este caso la marca pre- positiva. Cuapro 2 Diacronfa de la marcacién prepositiva segin clases Iéxicas de OD f Xr “xv wv Xvi x) [Pron. Personal [100% (53/53) [10096 (46/46) _| 99% (67168) _| 999 (182/183) [100% (55/55) [Nombre Propio| 9994 (124/125)] 9996 (170/172) | 9696 (129/134) | 8896 (124/147) [100% (32/32), ee Humanos | 4296 (2347574)] 3596 @2W7631) | 35% (11/518) | 30% (54171096) 37% (1/140) [animador | 30 r55) | seca) | ow | Paves) | — nanimados [19% 21300) | 0¥ 1/300) | 3% (8/300) | #9 (54/641)_| 1796 (4/373) Curro 3 ‘Avance de la marcacién prepositiva segin prototipicidad del OD. 7 _[_ xxv vom No-Provopico| 5636 (4207752) |52¥6 (440/849) 5296 (3777720) | Gove (84711416) | 7496 (168/228), Protorpico | 19% (2/300) | 0% (1/300) | 3% (8/300) | 886 (34/641) | 17% (64373) Un tipo peculiar, ¢ interesante, de gramaticalizacién lo constituyen los cambios en la adscripcin categorial de una forma, lo que se denomina refuncionalizacién, o también regramaticalizaci6n (Greenberg 1991), 0 en términos de Lass (1997: 98-99), con un sig- nificado ligeramente distnto, exaptaton. La forma o construccién en cuestin deja de ser operativa en su categoria originara y se especializa, se refuncionaliza, para otto valor ‘categorial la forma no experimenta ningin cambio en su manifestacién formal, pero si cambia su distribucin y la seleccidn de contextos que realiza. Un caso bien conocido de refuncionalizacin en la historia del espaol es el de la forma habemos: en sus origenes in- tegraba, al lado de hemos, el paradigma del verbo haber para la formacién del pretérto perfecto compuesto, hemos cantado ~ habemos cantado, la formacién de perifasis oblign- 36 Concencion Cowra Con tivas, hemos de cantar ~ habemos de cantar, aderns de tener usos como verbo posesivo ple- no, hemos menester~ habemos menester. Cuando estos empleos caen en desuso en el espa- fol general, se refuncionaliza habemos como verbo existencal: habemos muchos que slimes perjudicados on la reforma fiscal; con ella el hablante expresa su total involucramiento en Jo comunicado en el evento, esto es, se trata de un proceso de subjetivizacién (Hernandez Diaz. 2003), (Otro ejemplo de refuncionalizacién, ligeramente diferente del an ciones, es el redso pragmdtico de los futuros analiticos del espafiol medieval cantar lo he, ‘como formas especializadas para indicar énfasissintéctico,especificamente topicalizacién (Company y Medina 1999), Fn efeca, de ser formas condicionadas fonalagicamente pa- saron a ser formas condicionadas gramaticalmente, Una vez que dej de ser operativa en romance la ley de enclisis del indocuropeo (ley de Wackernagel o ley de Tobler-Musafia), «que obligaba en ciertas psiciones aalojar el clitico entre los dos formativos de la perfra- sis de Futuro: venir se ha decir lo e, estos fucuros escindidos se regramaticalzaron y pasa- ton a referir eventos en los que patticipaban entidades discursivamente importantes, ya aque el lugar privilegiado central que el clitco ocupaba en estos fururos, el nicleo de la predicacién, permita situaren el centro del nticleo de la frase verbal Ia referencia a un participance 0 a un fragmento informative que es de inuerés 0 relevancia para hablante w foyente, o que es importante en general para el discurso comunicado, Un caso complejo de refuncionalizaci6n, con una intrincada trayectoria de cambios de adscripcién categoria, lo consttuye la regramaticalizacin de la forma cantara del para- ddigma verbal del espafok: forma indicativa en sus origenes latinos, se regramaticaliz y 1pasé a expresar valores modales subjuntivos, integrando el imperfecto de este modo al lado del etimolégico subjuntivo canta; en espafol actual quedan algunos empleos de su otiginario valor indicativo (Girén 2000, Veiga en prensa). ara finalizar este apartado, quiero analizar breverente un concepto central ala nocién de gramaticalizacién, a saber, el de patrones 0 pautas de gramaticalizacién, que sigue de cerca el concepto de ‘patrones de lexicalizacin’introducido por Talmy (1985) hace unos aos. En general se acepta que aquello que es semntica y pragméticamente importante cn una determinada comunidad lingiistica encuentra codificacién o manifestacién gra- matical explicta, y que las lenguas siguen vias o pautas de lexicalizacién o, de una mane- +a més general, de gramaticalizacién, propias que les son esenciales, con las cuales mues- tran lo que me atrevo a denominar las “obsesiones” gramaticales de la lengua en cuestién. Un ejemplo de sintaxis comparada bien conocido bastard para mostrar este concepto Fun- damental. Si comparamos el inglés con el espafol en la zona de verbos posturales y otros LaGRAMATICALZACION EX LA HISTORIA DEL ESPAROL 37 afines, podremos percatarnos de que mientras que el inglés marca el cambio postural me- dante preposiciones locativas focaliza por tanto esa lengua el cambio del cuerpo en el es- pacio: lay down, wake up, st down stand up, kneel down, et. el espafiol por su parte mar- cael cambio postural mediante la pariculareflexiva se, es decir, focaliza nuestra lengua la transformacién que sufte el individuo con el cambio de postura y pasa por alto la conse- cuencia espacial del movimiento: acostarse, dspertare, sentarse, levantarse, arroilarse, cc. Podtiamos decir, por tanto, que las dos lenguas tienen pautas de lexicalizacién,“obse- siones” gramaticales, muy distntas: el inglés por el espacio y la locacién, el espafol por la reflexividad y la afectacin, y, en efecto, en perspectiva diacrénica, la locacién y la seflexividad son, respectivamente, dos grandes dominios de cambios lingsticos para erat lenguas. El concepto de pauta de gramaticalizacién esa mi modo de ver esencial para compren- der lainterrelaci6n entee estructuracién gramatical sincrdnica y cambio lingiistic, y es también relevance para entender por qué las lenguas concentran cambios en determina- dos espacios Funcionales. En términos generales, una gramaticalizacién que tiene pauta se inserca mejor en la lengua y puede manifesarse como una activa tendencia en la lengua en cuestién. ‘Una de las pauras de gramaticalizacign més lamativas en la historia sintéctca del espa fiol —ademés de la pauta arriba sefialada de la extensin del clitico sea un gran niimero de construcciones no reflexivas— ha sido, en mi opinidn, la extensién de los dominios del dativo a espacios funcionales que no le correspondian en los origenes. extensién ya apuntada hace més de un siglo por Cuervo (1886-1893: 9b). Al menos nueve cambios de Ia historia del espaol, algunos de los cuales deben interpretarse como la inkibicién de un cambio posible, muestran que el dativo no sélo ha invadido espacios funcionales etimo- ligicamente propios del acusativo, sino que ha reforzado su presencia en la estructura argumental de la oracin, via la duplicacién con cliticoy la generacin de una marca de concordancia objetiva, mediante la despronominalizacién del clitico dativo plural. Este activo patrén de gramaticalizacién provocs que el dativo extendiera su dmbito mds allé del etimol6gico del objeto indirecto y del dativo ético, de manera que en varios dialec- tos del espafiol actual proliferan construcciones con cliticos dativos no argumentales de caricter pragmético, ajados incluso a bases no verbales, como es el caso de algunas va dades del espafiol americano. Las gramaticalzaciones fueron (Company 20016. 2002c. en prensa c): 1) extensién y seneralizacién del leismo: a Juan le vi, no existe una generalizacién similar del laismo ni ef lofsmo: 1) pronominalizacién estindard de los objetos de oraciones bitransitivas con 38 ‘Concenciox Comany Comeary _morfologia del dativo sobre el clitico acusativo: se loss ls para el espafiol americano, es para el espafol aragonés, fendmeno est iltimo conocido como falso leismo: ef proble- ‘ma se los expliqué, la pelicula yas las cont, el esto yas les vendi; m) marcacién consisten- te del dativo con preposicién a y pérdida de la marca en el acusativo humano, cuando ambos objecos concurren en una oracin bitransiiva: el acigue entregd su hija alos con- (quitadores, el maestb presenté su mujer a Juan son més normales que el ccigue entregd a hija alos conguistadores el mast presents a su mujer a Juan: 1¥) duplicacién general- zada de objeto indirecto, que llega a casi categérica con ciertos verbos: le die a Juan, ba- lale a tu abel; v) despronominalizacién del clitico dativo plural, lo cual es prueba de que el objeto indirecto ha generado una marca de concordancia objeiva casi afijada al verbo: le dijea ls nfios, ”) posibilidad de pasivizacién con cierto tipo de verbos y bajo ciertas condiciones sintdeticas: obseguiarom un regalo a Marla > Maria fue obsequiada con sun regalo, vt) persstencia formal diacrénica de la construccién intranstiva me gusta el cafe, le aburren los muscos, me parece que no va & venir, con un clitico dativo experimen- tante a la cabeza de la construccién, no obstante que la estructura parece haberse reanalizado desde el punto de vista semdntico, ya que la mayoria de hablantes identifica el dativo me, econ el sujeto de la oracién ‘yo’, o cual es prueba de la proximidad semén- tica y estructural del dativo experimentante y del sujeto experimentante; vit) paulatina sustitucin de complementos de régimen por dativos experimentantes: gusto del café> me gusta el cafe tengo confianca en €> le tengo confianca, especialmente intensa a partir del siglo xvi (Octavio de Toledo c.p), cambio que debe ponerse en relacién con el inciso anterior 1%) dativos pragméticos de base verbal: y dale que dale qué le namos a hacer, Andale! ve por otro refeico; vudlale! se nos hace tarde; x) dativos pragmaticos afijados a bases no verbales:Ajolel, qué caro ests dralel, no molesten, cambio de documentacin reciente y restringido a cierto dialects del espaiol americano (Torres Cacoullos 2000); comprue- ba este dltimo cambio la tendencia sefalada por Kurytowicz (1945-1949: 5* ley), de que Jas formas al extenderse tienden a rebasar su esfera etimoligica originaria de empleo, en este caso, la esfera verbal. El conjunto de cambios apoya la hipétesis de que el espaol Ona gramatcalizacin que ejemplifia abalment la quinta ley de Kurylowic ela propagacin det arcculo a eructuras no estictamente nominales, como es el cao dl wo del artcalo ante relatives, la tstrueturaconocida como relative compuesto el que, a quey aus plurles (Grin Alconchel 20028111 y 1, 2002). Como es usual en estos casos de empleo de formas mis alld de su dmbitoetimolégico orig patio, se tats de un cambio de documentacion tard, que emiplena a moerar una mayor actividad a pate de siglo a7 y que contins hoy en dia alternando con el conservador relative simple (Girén Alconchel 20028), LaranugricaLzACION ELA HISTORIA DEL EPAOL 39 hha estado adquiriendo caracteristcas estructurales de una lengua de objeto primario-ob- jeto secundario, y ha debilitado o perdido, en consecuencia algunas de las propiedades de la lenguas de objeto directo-objeto indireco, y tiene hoy un estatus mixto con carac- teristics de ambos tipos (Company 2001, en prensa c). 2. Variable que intervenen en una gramaticalizacin En un proceso de gramaticalizaciOn, y en general en todo proceso de cambio, gramatical © seméntico, intervienen centralmente tres variables: metifora-metonimia, contexto y creatvidad. Se requiere de un proceso de asociacién, metéfora 0 metonimia, que haga posible esta- blecer un vificulo entre diferentes pero parecidos dominios conceptuales, esto es, el ha- blante-oyente, via un proceso metaférico o metonimico, conceptualiza un dominio semdntico en términos de otro dominio semntico, es decir, extiende el uso de Formas grax smaticalesexistentes para expresar nuevos conceptos. Un aspecto problemético es sila base del cambio es de naturaleza metafirica 0 meto- nfmica. Fue ese un tema muy discutido en la bibliograffa defines de los ochentas(Sweetser 1987, 1990, Traugott 1988, entre otros) y recientemente ha vuelto a surgira la discusién {(véase, por ejemplo, el conjunto de trabajos reunidos en Barcelona 2000, yen especial su arriculo). Por mi parte, dada la alta dependencia del contexto que tiene el cambio sin- tdetico, considero que muchas de estas asociaciones son de cardcter metonimico, porque «s en la contigiiidad donde se establece el vinculo, y porque en el inicio del proceso de sgramaticalizacin es el contexto el que posibilita que, inferencialmente, surja el nuevo va- lor; es decir, la alta redundancia del contexto en las etapas iniciales del cambio impulsaria tuna metonimia més que una metéfora. Al menos la motivacininical del cambio parece tener, en mi opinién, una base metonimica; la generalizacién creo que es metaférica esto «si se compara al inicio con el inal dl proceso si existe un salto cualtativo metaforico, ene que es ya pricticamente imposible establecer una asociacién contextual. Desde lue- go, seré el andlisis detallado de cambios especificos, con datos de uso real de lengua, el que decida el mecanismo asociativo que esté operando en el cambio en cuestin, El proceso asociativo es siempre el siguiente: los hablantes asocian elementos explici- tos del contexto con interpretaciones latentes que pueden ser inferidas del contexto lin- ilstico y extralinguistico; esta inferencia individual pasa, con el transcurso del tiempo, a ser una inferencia convencional compartida por los hablantes de la comunidad lingist- 40 ‘Concerciow Couran Conary ca, de manera que el nuevo valor inferido llega a volverse un significado estindar, un significado convencional crstalizado en gramética, acumulado la mayoria de las veces, como ya sefalé al valor conservador etimoldgico (Traugott 1995, 19992, 1999, sgott y Dasher 2002, Pinto de Lima 2002, Schwenter y Traugott 2000, entre muchos otros). Muchas veces las inferencias pragmétias que entran en juego tienen que ver con valoracionessubjtivas, eto es, el hablante carga el mensaje, de manera velada, con algu- ra apreciacién o valoracién personal, que invita al oyente a interpretar més de lo que realmente se dice; el oyente infiere correctamente la perspectiva o punto de vista que el hablance queria tansmitir y supone que el matiz subjetivo inferido es un valor estableci- do de la forma 0 construccién emitida por el hablante. La asociacién se repie y se gene- raliza hasta que el valor subjetivo se vuelve parte del significado convencional de la for- rma o expresién en cuestién (Melis en prensa). Este es el tipo de inferencias que da lugar a gramatializaciones por subjetivizacién. En efecto, la evaluacién subjetiva que el ha- blante hace de una situacién dada, un discurso valorativo, puede arcojar una gramaticali- 2acién; la necesidad de involucrarse en el evento y valorarlo 0 involucrar al oyente en el mismo puede generar cambios lingisticos; las estrueturas discursivas y el conocimien- to pragmético pueden convertise en estructuras convencionales, se “rutinizan”, y final mente se gramaticalizan. En resumen, el cambio sintéctico-seméntico se deslza siempre con la siguiente direc- inferencia convencional generalizada. Es decir, el origen del cambio estéen el individuo, la difusién del cambio es su socializacién." Se requiere de tun contexto especifico para que ese proceso inferencial pueda ralizarse, ya que las formas aisladas no cambian, sino que sélo cambian ancladas en discurso real; ya nos hemos ex- tendido en el hecho de que el lacus del cambio es el contexto, y de que muchas veces, a mi modo de ver, puede comideratye que la unidad de cambio es el wontekwo sis que la forma o construccién (véase supra $2.4). La conocida gramaticalizacién del verbo de movimiento ir para expresartemporalidad, favura en la mayorfa de las lenguas romances: voy a hacerlo, je was faire (Melis en prensa), pasada en el cata: vaig cantar (Péree Saldanya 1998), ejemplifica bien el mecanismo inferencial del cambio lingistco, ala vez que la dependencia del contexto. A partir de “En el yaclisicoartculo programitico sobre carbiolingtco de Weinrich, Labov y Herzag (1968) ‘verdadero cambio ela difusion, climinando eon ells datncion entre oigen yeifusion del ambio, yeliminando, desde luego, una distinc tedrca nad fil de concilir,pro, 2 mi modo de ver, neces fia en a consideracin de lo que es un cambio lingo, La cRawamicaL2acion 2 LA HISTOR DEL ESPANOL 41 contextos de movimiento desplazado insertos en una secuencia narrativa, como los ejem- plificados en (11), apud Péter Saldanya (1998), se infere que el resultado del movimien- to es que la accién después de dicho movimiento se llevé efectivamente a cabo: vanlos ferir> los hisieron’, fue a recoger> lo recog’, esto es, ‘se desplazée inmediatamente lo hizo’, de manera que se refuerza la inferencia de accién subsecuente dentro de un contex- {o narratvo; si el cambio avanza, a inferencia se extiende a contextos carentes de la pro- sgresin narrativa, se independi ‘vento temporal resultant, independizado ya del movimiento. El cambio supuso un reandlisis(véase infra §2.6): verbo pleno de movimiento + verbo auxiliar marcador de facut del contexto, y por tanto, pasa a enfatizarse el puro (11) Lasesiasacan fuera de Valencia dieron salto /quateo mill menos teinta con mio Gid van a cabo / alos gingquaenta mill vanos ferir de grado / Aluar Aluarez & Aluar Sal- uadorez & Minaya Albarfater/entraron les del otro cabo (Poema de mio Cid, 1718) Apreté los dienes, asié el tubo, lo empujé hacia dentro y puso la mano encima. Fue a recoger del chatco el euchillo de Eduardo, cruz el callej6n, ysin dejar de agarrarse celabdomen corté la camisa de seda del enemigo muerto (Ciudades de a lanura, 239) Se requiete finalmente, de un acto de creatividad para ser capaz de establecer la rela- 0» 7 Incremento de debiltamiento aaférco,caéforaendocéntria sin ambigedad tex- ual ‘Rivas no tiene mucho ae por el teatro francs, a peer du conacimiento qu tiene sobre el toma -» 8: Posesvo como determinance préximo al arcu, ejemplos anteriores en (12) -» 9 Incremento de uss generale stafticos como es una cra mutilate es qutan ou matric y us ovarian als majeres com einer, entonces hay que administra mds bormona, md etrdgeet Es necesario hacer la distincién entre reandlisis y actualizacién del reandisis (Timber- lake 1977, Garefa 1990). Se acepta en general que el reandlisis mismo e2 un cambio brupto, realizado por alsin oyente-hablante, dada la falta de transparencia de las formas, ‘© por medio de una manipulacién pragmatica contextual, esto es, el origen del cambio es 48 abrupto, mientras que su actuaizaci6n, es decir, su difusién y generalizacin, es un cam- bio gradual, que avanza por contextos. Evidentemente, desde un punto de vista meto- doldgico, sélo podemos analizar la actualizacién del reandlisis, ya que cualquier docu- ‘mentacin de un cambio significa que el proceso esti en franca difusién. Es un hecho también generalmente aceptado que la actualizacién del reandlsis sigue tuna jerarquia que se deslza, como ya dijimos, de contextos muy favorables al nuevo valor hacia contextos cada vex menos favorables: las jerarquias pueden, desde luego, variarse- gin el tipo de cambio de que se trae. Ast por ejemplo, codos los cambios hasta aqui ana- Tizados de la historia del espafiol siguen su propia jerarquia: la difusidn de la preposicién @ como marcador de caso objetivo sigue una jerarquia de definitud, animacidad y topi- «calidad, inicié en objetosindirectos, ipicamente definidos y humanos, continué en obje- tos directos humanos y topicales, sigue en animados y avanza finalmente hasta los ina- nimados (Barraza en este volumen); la morfologizacin del locativo y en el existencial hay sigue una jerarquia de relevancia expresiva de los partcipantes en la locaci6n, etc ‘La mayoria de estudiosos que se ha acercado a los procesos de gramaticalizacién plan- tea el reandisis como un mecanismo central, y ademés necesario para que las formas 0 construcciones entren en un proceso de gramatializacin (Harris y Campbell 1995: 61- 70, Fischer 1997, Crofe 2000: cap. 5, entre muchos ostos). Recientemente [laspelmath (1998a, 1998b, 1999) ha defendido la posibilidad —sin demostearla cabalmente, a mi modo de ver, desde los datos, aunque s{ como actitud epistemolégica— de que operen ‘gramaticalizaciones en la lengua sin reandlisis, Por mi parte, ya la luz de un buen niime- 10 de cambios de la historia sintdctica del espafil, considero que efectivamente puede cxistir gramaticalizacién sin reandisis, aunque, ciertamente, cuando contamos con abun- dantes datos y profundidad histérica suficiente, la mayorfa de gramaticalizaciones resulta cn formas reanalizadas. Por ejemplo, la easi categériea duplicacién del objero indirecto en el espaol actual implica una gramaticalizacin sin involucrar un reandlisis, el clitico 1e(s) sigue siendo una anafora en esas frases verbales, pero si atendemos al segundo cam- bio que fue resultado del avance de la duplicacién, a saber, la despronominalizacién del clitico dativo: les > leo, le dije alos nis, étes{supuso un reandlsis: pronombre > marca de concordancia objetiva. Ms allé de que sea un mecanismo imprescindible 0 no para la gramaticalizacién, el concepto de reandlisis es, desde mi punto de vista, fundamental para la teoria del cambio lingiistco, canto porque hace evidente el papel central del oyente en la generaci6n de un cambio, como porque pone en evidencia el cardcter local del cambio sintético y su alta dependencia del contexto, cuanto porque arroja luz sobre cémo el oyente-hablante es- 49 ‘ructura la relacién forma-signficado, pero sobre todo porque nos informa de cudles son Jos limites de una gramatica, esto es, si nunca ha ocurrido un determinado posible reané- lisis en las lenguas del mundo, ello quiere decir que no es probable que esa posibilidad pertenezca ala gramética de una lengua natural. Un segundo mecanismo de gramaticalzacién, no totalmente aceprado como ta, es la analogia. Para muchos aurores, la analogla no es un mecanismo, en el sentido de que siem- pre es una transformacién conservadora que no crea categorfas nuevas ni refuncionaliza viejas formas, es decir, en sentido estricto una analogia no ctea gramética, puesto que las formas analogizadas ya exstian como potencialidades del sistema. Ademes, es un concep- to que encaja con dificultad en la sintaxis hstériea, porque en el nivel sintdetico ee diffcil —aunque no imposible (Bogard y Company 1989)— que operen procesos analégicos. ya «que en sintaxis es dificil definir qué es presin estructural, puesto que en este nivel sempre «posible echar mano de una parsfrass para expresar un contenido dado. Sin embargo, en tuna definicién de gramaticalizaci6n como la de Hopper (véase supra §2.2), una analogia st seria un mecanismo de gramaticalizacin, en cuanto que crea una nueva cutina gramatical, tuna nueva crstlizacién del uso, y, de hecho, cabe pensar que la extensién de la forma innovadora a nuevos contextos si seria de naturalera analégica. PPor mi parte, y sin entrar en este trabajo en las caracteristicas de los cambios analé- gicos (Elvira 1998), considero que es importante mantener el concepto de analogfa como ‘mecanismo por su importancia te6rica para comprender lo que es un cambio y lo que es tuna gramatica; es decir, a mi modo de ver, se trata de un concepto altamente explicaivo. En efecto, una analogia nos informa de varios hechos lingilsticos te6ricos importantes: 4) que los hablantes nos guiamos lingiisticamente por asociaciones y que el paradigma es una unidad fundamental de almacenamiento lingiistico (Kurytowicz 1945-1949), 2) que las reglas que unen la estructura fonoldgica y la estructura gramaticalrequieren re- ajustey redefinicin para cada nuevo estado de lengua, y¢) que cietas formas, ls que se constituyen en modelo analégico, parecen tener realidad psicolégica para el hablante. 2.8. Comsecuencias de la gramatcalizacién Es conveniente considerar los efectos de la gramaticalizacién en dos niveles: 1) uno que llamart concecuenciaeinmediates dela gramatialicarién,y que toma en cuenta los efectos ‘gramaticaes o lingistcos, u) otro que lamaré consecuencias mediatas, cuyos efectos son de naturaleza més teérica o epistemolégica. ‘Concarcion Coun Conny 1) Consecuencias inmediatas. Una gramaticalizacién opera como un proceso que tiene en general como resultado las siguientes grandes consecuencias: creacién de categortas _gramaticales, creacién de nuevos exponentes formals para expresar categorias ya existen- tes, péidida de categorfas gramaticales, y cambios en la adscripcién categorial (Lichten- berk 1991a, 19916), lo que se conace como refuncionalizacién o regramaticalizacién. Produce también variacién sinerénica y andlisis confictivos. ‘De manera mds detallada una gramaticalizacién tiene una sere de pequefias consecuencias «que, juntas 0 por separado, se manifiestan en todo proceso de cambio, y que se hacen mucho smd evidentes cuando las formas e encuentran en etapas avanzadas del mismo. De estas con- secuencias ya hemos venido hablando, las expongo ahora de manera concentrada. Veamos. 4) Estrasficaciin. Dado que el cambio sintéctico es, por lo regular, acumulativo, las formas se recargan de nuevos significados que conviven por siglos al lado de los viejos va- lores, produciendo un efecto de estratficacin o capas de andisis (Hopper 1991). En la ‘mayoria de los cambios agut analizados se acumulan valores innovadores y conservadores bajo el mismo exponente formal. 'b) Polizemia. Como consecuencia de la estatificacién, las formas se vuelven mds poli- sémicas con el transcusso del tiempo: la preposicién « es hoy mds polisémica que en los ‘orfgenes, el verbo de movimiento ir ambin es més polisémico en espafol que en latin, lo mismo cabe decir del pronombre posesivo, etc tc. ©) Persstencia (Hopper 1991). Las formas arrastran su significado etimolégico por si- los, y de hecho, ese significado etimolbgico, reelaborado © manipulado metaforica 0 ‘metonimicamente, es el que hace posible que aparezca el nuevo valor. ) Ganancia de sgnifcados pragmdticos, valorativs y dscursvos, especialmente en los ‘asos de gramaticaizacién mediante procesos de subjetivizacién. ©) Generalizacién. La forma innovadora suele inctementar su frecuencia de empleo, aunque no necesariamente, yextenderse a mas y mis contextos. £) Desmarcacién. La generalizacién de la forma innovadora causa que ésta termine siendo la estructura no marcada en ese espacio funcional. En los casos de inversin de la mrcacién se produce pérdida de contrastes. ) Obligaroriedad. Cuando el efecto anterior se produce, algunas formas legan a conver- tirse en obligatoras para codificar determinado émbito funcional; lo que en el modelo tradi- ional oclisico se llama necesidad paradigmatica del signo (Lehmann 1986); 1n daro eem- plo es la auniliarizacién de haber hy) Pérdida de peso fonolégice. El uso de las formas en el dscurso real suele, aunque no necesariamente, erosionar la estructura fonoldgica de la forma en cuestién. Es una con- [LA GRANATICALZACION ELA HISTORIA DEL ESPAROL st secuencia menor, y, de hecho, nunca nos quedamos sin forma, nunca se llega al cero fo- 1) Debilitemiento 0 decoloramiento del significado leico referencial de ls formas involu- ‘rads, ganancia de un nuevo significado, por lo general més gramatical 5) Cambios de etarus gramatical. Muy frecuentemente, como efecto del reandlisis, las formas cambian su estrus gramaticl, tal es el caso, bien conocido, del ablativo latino ‘mente que de ser palabra pasé a ser un morfema, afjo derivativo, como resultado de la ‘gramaticalzacin de los adverbios de modo: palabra > morfema; o de la frase verbal inte- grada por relativo y verbo volitivo, quaere, que dio lugar a una palabra simple, el pro- nombre indefinide compuesto guienguiers, cualquiera: frase predicatva > palabra: o del verbo decir > dice, que de ser un verbo transitivo pleno pas6 a ser un marcador de discur- 50, el evidencial dizque, via la incorporacin del nexo que que segua al verbo en la subor- dinada completiva: verbo > marcador de discurso. 1) Pérdida de relaionalidad sintécticay rigidizacién. Ciertas formas o construcciones, cen muchos casos resultado de una gramaticalizacién por subjetivizacin, pierden por lo regular sus capacidades relacionales sinticticas y se inflexibilizan, llegando incluso a ‘ancelar la sintaxis que les es propia desde un punto de vista etimolgico (Company en prensa b), llegando a formas fijs lexicalizadas, tales el caso, por ejemplo, del marcador Aiscusivo evidencial dizque, antes comentado. 1) Lexicalizacién. Dado que las formas se vuelven més polisémicas como resultado de tuna gramaticalizacién, y dado que como efecto de ésta se crean nuevas categorias gramati- ‘ales 0 se refuncionalizan las formas, hay un incremento de clases, mismas que deben ser consignadas en el léxico. Es deci, es necesario dar cuenta en el Iéxico de las nuevas clases y los nuevos valores producto de una gramaticalizacién, de manera que una gramatica- lizaci6n, tal como la entiendo, genera un efecto permanente de engrosamiento delle <6n'* de una lengua, es decir, produce lexicalizacién. Otros cambios, como la pérdida de categoria o la pérdida léxica 0 de valores seménticos, podrén adelgazar ese lexicén. Ast, ppor ejemplo, la entrada de habere en un diccionario de latin es mucho més pequefia que la respectiva entrada de haber en espaol; aun cuando en ambas lenguas haber() es un verbo bastante polisémico, como lo es la mayoria de voees, en espafiol seré necesario consignar mds valores gramaticales: el uso ausilar, el uso existencil, el uso existencial subjeivizado "En dima instancia, y en na posturapréxima alas lexicalistas, una lengua sera un lercdn,enten- ido de una manera amplia, de modo que incorpore especificacién fonolégica, morfolégica sinicticay semdntica amplias para eda entrada 2 ‘Conczrcion Cowman Compare de habemos, habjamos, usos posesivos residuales, Por lo tanto, el espariol requiere en este AAmbito funcional mayor especificacin léxica que la lengua madre. Es decie, la gramatica- lizacion, que inicia muchas veces en el Iéxico yen la manipulacién discursivo pragmiética de las formas, regresa de nuevo al éxico.” 1) Consecuencias mediatas. El estudio de los procesos de gramaticalizacién ha conlleva- do algunas consecuencias teéricas importantes, tanto para la consideracién de lo que es tun proceso de cambio de manera general, como para lo que es una lengua, y; de manera particular, lo que es su sintaxis. Las siguientes son ls que considero fundamentals: 4) Fliminacidn de la distinein tajante entre sineronta y diacronta ') Incorporacin de la pragmatica y el uso como dos componentes mas de la estructura ‘gramatical. 9) Conceptualizacién del cambio, y también la actividad lingiistica, como (re)crea- pafol, Barcelona: Sopena BLooMiELD, LeonAto. 1933/1984. Language, Chicago: The University of Chicago Pres Bocano, Sexcto y Concercion Comtany. 1989, “Estructura y evlucién de las oraciones com pletivas de sustancivo en el espaol”, Romance Philelgy, 43:2, pp. 258-274, Boucea, Dwicht y DoNAaLp A. Seats. 1968/1981. Aipece of language, New York: Harcourt Brace Jovanovich Brats, Jons. 2001. 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