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Presencio el bostezo como un acto sagrado del cuerpo. Cada vez que lo siento venir
trato de que este salga con una determinacin que haga que mi cuerpo quiera caer y
nunca pararse. Muchas veces hace presencia en mi garganta y cerca de mis
pulmones, llevndome a un punto de espera, pero en ciertos casos nunca sale, solo
es un engao, una estafa patrocinada por el mismo cuerpo.
En el momento que logro bostezar, lo lanzo como si fuese un carro sin frenos en una
avenida sin lmites, estiro mi cuerpo haciendo que todos mis msculos y tejidos se
expandan produciendo una sensacin inigualable del cuerpo, trato de abrir lo ms
que puedo mi mandbula tratando de darle un mordisco al mundo entero, y en el
momento que mis ojos se cierran los mantengo as por un largo rato, sintiendo un
descanso que ojal fuera eterno.
El bostezo se presencia donde sea, ya sea en un dibujo, en un perro en su comodidad
antes de descansar, en un oficinista despus de arduas y largas horas de trabajo, en
un anciano al no encontrar nada bueno que ver en la televisin, en un nio
presenciando algo que no es de su inters, en la persona que termina de leer esto, o
en la misma persona que lo acaba de escribir.