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Cariruco XVIIE PODER MUNICIPAL A) REGIMEN GENERAL § 824. Nonwas consrrruciovates, — La Conslitucién tiene es casas referencias @ le organizacién de las municipalidases; por ejemplo: a) el an. 5° dispone que cada provincia dictard para si tna constitucién, bajo ciertas condiciones: una de ellas es que ase- ure su régimen municipal; 6) el art. 123, referido igualmente & Jas constituciones provinciaies, indica que tendrén que sancionarse “asegurando Ja avtonomfa municipal y reglando su alcance y con- tenido en el orden institucional, politico, administrativo, econé- rico y fimanciero”, y ¢} el art."75, ine. 30, que admite poderes impositivos municipales sobre los establecimienios de utiidad ma ional Los interrogantes que plantean estas normas, desde ei punto de vista constitutional, son los siguientes: qué tipo de argani2ae cin programa la expresién “régimen municipal"?: gcual es el a cance de la actual autonomia municipal? § 825. Ex afcrwew munscrpat, — Esta expresién, como exigen: cia constitucional para la operatividad de tas provincias y su ge rantia por la Nacién, se ha imterpretado de modo diferente, a) Municieio-casnpo, Es la idea de Alberdi: un municipio estructurado como “poder” provincial aut6nomo (al lade del Eje cutive, Legislative y Judicial), poscedor de una parte de la sobera S0G@ _ESTATUTO DEL PODER BN BL DFRECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO fa popular, clectos sus cabildantes mediante comicios (debsa ser “a raie prineipat de la organizacién democrética argentina"), con funeiones téenicas mis que politicas, aunque también judiciales (adminisiraba la justicia civil y penal de primera instancia). Va- sas constituciones provinciales del periodo 1853/60 siguieron este esquema b) Munrcirio areivcomano. Es el municipio “de detegacién”. segiin la estructura y las competencias que a é! asigne cada provin- cia, de modo absolutamente discrecional. No ¢s una entidad pol tica, sino administrativa, autdrguica, Puede establecer tasas y qui- zi Gontribuciones de mejoras, pero no impuestos, salvo expresa autorizacién provincial ©) Memicrrro-Esrano. Una doetrina entiende que los munici pios no nacen por voluntad de las provineias, sino por imperative constitucional (el art, 5* exige la presencia de un “réginen munici- pal”). y esto impone reconocer su gobierno local, autdnama y po- uico que puede contar con es “poderes” locales: el Fjecutivo (encarnado por un intendente). el Legistativo (un concejo delibe- ante) y et Judicial (la justicia municipal de faltas). Incluso, po- dria haber un poder constituyente municipal (el que dicta fa carta de cada poblacién). De ahi que a este modelo se lo denomine “municipio de convencién”. En las posiciones més nitidas al respecto, Kom Villafane pro- pone una “repsiblica representativa y municipal”, y Bernard descu- bre en la Argentina res Ordenes de federalismor él Estado-nacién, el Estado-provineta y el Estado-municipio. § 826. Aurewarivas sunisrrupenciaces. ~ La jurisprudencia de Ia Corte Suprema ha sido aqui zigzagueante, “En un primer momento parecié adherisse a las directrices alberdianss. puntvat zando que los municipios son gobiernas o paderes en los cuales reside parte de la soberania popular ("Morana”, Falios, 9-219). in embargo, posteriormente predomind en la Corte la doctri- fu del “municipio arrinconado”, conforme a la cual éste no €s mas ‘gue una delegacién de los poderes provinciales, citcunscripto a fi- fies y limitaciones administrativos, sujeto a la legislacién provin- cial, y con las atribuciones fiscales que ésta les confiera ("Ferroca- sail del Sud", Fallos, $14:282; “Cesarh y Cla”, Fallos, 125313: PODER MUNICIPAL, 597 “Municipalidad de Gral. Pueycredén”, Fatlos, 154:25, entee otros). Indic6 también que carecerian de poder politico (“Maschio”, Fa- Hos, 185:12), Pero, en 1989, la Corte Suprema ("Rivademar”, ED, 133-536) formuts importantes correcciones a la tesis anterior. Indied, por ejemplo, que [os municipios tenian origen constitucional, y no me- ramente legal; por tanto, no podian ser disuelios por voluntad de Jas provincias: y éstas, a su vez, tampoco podian privarlos de las atribuciones ménimas necesarias para el desempeno de suv cometi- do (p.ej. la de designar a sus empleados y regular su mimero) Hemos amticipado que si {a Constitucién habla de “asegurar el régimen municipal”, da a entender que tal sistema debe ser ro: busto y estable; todo Jo contrario del “municipio arrinconado”, que es una caricatura de la propuesta constitucional. En definitiva, "Rivademar” (ED, 133-536) sienta la buena doctrina, § 827. AurrRvarivas NorMarivas. - Las provincias han esta- blccido diferentes regimenes en materia de derecho municipal. Altamente “municipalista” es la Constitucién de Rio Negro, que reconoce a sus municipios ef derecho a dictar su propia carta orginiea, mediante una convencién especial, otorgéndoles autono- mia politica, administrativa y econdmica (art. 225). Los munici- pios (que dehen contac con dos mil habitantes, como minimo) pue- den establecer tasas, contribuciones de mejoras e impuestos y convocar a consulta, iniciativa, plebiscito, referéndum y revocato- ria de mandatos (arts. 226 y 228 a 230), ‘Desde luego, sus autori- dades son elegidas ditectamente por e} pueblo del municipio. con representacion proporcéonal en los drganos colegiados (art, 228). Por fo demés, 1a provincia sélo puede intervenir en los municipios fen caso de acefalia total o cuando expresamente lo prevea la carta orgénica de éstos (art. 225). En cambio, otras provincias no dejan a los municipios dictar- se su carta orgénica, aunque de todos modos sus autoridades son generalmente electas por los propios habitantes del lugar (en mu- chos casos votan también los extranjeros; pei. art. 191, Const. de Buenos Aires). Ocasionalmente los intendentes son nombrados por una junta de electores. elegida del mismo modo (popular) que Tos concejales (art, 198, Const. de Mendoza); o por el propio Concejo Dehiberante, entre los que encabezan tas representaciones partids- 598 ESTATIZTO DEL PODER EN FI. DERFCHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO rias de concejales (art, 158, Const. de Corrientes, para los monici- pios de primera categoria). La ley orgénica de municipalidades, dictada por cada provincia, es le que, después de la Constitucién, regula ‘aqui la estructura de cada comuna, a menudo dividigndolas cen varias clases, segiin la poblacién, § 828. La AUTONOMIA MUNICIPAL EN LA REFORMA CONSTITUCIO- sat DE 1994.—Como se indied, el nuevo art. 123 obliga a las provincias a regular el alcance y contenido de Ja autonomia de sus municipios, en un quintuple orden: institucional, politico, admini trative, econémico y financiero. Segiin el convencional Prieto, miembro coinformante del des: pacho mayoritario, la nueva regia significaba de algiin modo que el poder federal se inmiscufa en el poder de las provincias, aun- que ello se hacia, explicd, para fortalecer el régimen federal. De todos modos, el nuevo texto constitucional no entraba en detalles cosa que debian regular las provincias-, pero si emunciaba los cinco niveles de autonomfa que seguidamente expticamos. 4a) El nivel institucional, dijo Prieto, implica que cada provin- cia debe contemplar sus particularidades para que las municipali- dades accedan al grado mayor de autonomia, “que es el municipio de convencién”, 10 que inctaye el dictado de sus propias institu ciones. 5) La autonomfa politica significa que los municipios tienen ‘que elegir a sus propias autoridades. ©) Finalmente, la autonomia econdmica y financiera, catifica da como de “importancia superlativa’, determing que los munici- pios argentinos generen sus propias rentas, esto es, recandar para invertir y controlar sus propios recursos, manejados independiente- mente de otro poder, “completando asi las facultades de adminis- tracién que le son propias” (“Diario de Sesiones”. p. 3190 y 319%, Obra de ta Convencion Nacional Constituyente 1994, 1. VI, p. 5379 y 5380). Si se tiene en eventa que el art. 75, inc. 30, de ta Const, (tam- bign retormado en 1994) otorga a “las autoridades provinciales y municipales... poderes de polivia e imposicidn...” sobre los estable- cimientos nacionales ubicados en las mismas, es evidente que tos ‘municipios cuentsn igualmente con potestad para establecer im- PODER MUNICIPAL 599 puestos sobre ef resto de los habitantes de ellos. Desde luego, esta facultad puede generar una doble o tripie tributacién, uno de los costos ~por eisrto- que cabe sufragar si la constttuyente de 1994 otorgs plenos poderes autondmicos a las municipalidades “en 1o administrative, econémico y finunciero, sin recortérsclos, de algin modo (sin embargo, por supuesto, esa doble triple ui- butacién no debe aleanzar el grado de confiscatoriedad para el contribuyente: ver § 761). Con anterioridac, e1 otto convencional coinformante, Rampi. definié la autonoméa municipal con cita de Rosatti, advirtiendo gute comienza “cuando se le reconace a le municipalidad las facul- tades de dictarse su propia norma fundamental”, es decir. su carta organica (“Diario de Sesiones”, p. 3185 y 3187, Obra de ta Con- veneidn Nacional Coastiruyente 1994, t. VI, p. 5376 y 5377). En fesumen, del mensaje constituyente parece desprenderse que el uc- tual art. 123 demands que las comunas © municipalidades sancio- nen su carta orgénica,elijan a sus gobernantes, establezcan sus tr- butos. tos cobren y gastem y operen por si mismas. Es evidente que muchas constituciones provinciales no satis- facen esos recaudos. De acuerdo con ‘0 sefialado, las municipatidades cventan aho- ra con derechos de antonomfa fundados en le propia Constitucion nacional. Esos poderes autonémicos pueden ser regiados en su alcance y contenido por las provincias (aunque sin desnaturatizar- los), conforme indicé ¢l art. 130 dé Ia normativa. pero nacen de ésta. Sin embargo. 2m “Telefnica de Argentina c/Municipalidad de Lujan” (DJ, 1997-3-531), 1a Corte Suprema sostuvo que “las prerrogativas de los municipios derivan de las correspondientes a fas provincias a las que pertenecen”, fo que podria conducir a pen. sar ~erréneamente, apuntamos- que reciben su autonomia no de {a voluntad constituyente nacional, sino de las provincias. Posteriormente, la Corte Suprema ha sefalado que. cuando on ipio cuestiona actos emanados de una provincia, por poner en peligro la existencia del primero, debe probar de que manera esos actos contrarian la Constitucién nacional y fe causan un peli gro concreto. ‘También indicé que et art, 123 no le confiere a Jos municipios el poder de reglar sus materias propias sin sujeciéin a Kimite aigu- 600 PSTATLTO DL PODER EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO no, y gue deja en manos de la reglamentacién de las provincias determinar el “alcance y contenido” de fa autonomia municipal, aunque debe darse ef mayor grado posible de atribuciones munici- pales en los ambitos de actuacién del mencionado art. 129 ("Muni cipalidad de La Plata”, Faltos, 325:1249, y "Cadegua”, Fallos, 327 4103). y siempre dentro de lo tazonable (“Ponce”, Fallos, 328:175). Tales lineamientos resultan aceptables, maxime con Ia altima pre- vencidn que citames. B) Estaturo yuripico pe ta C1upan pE BUENOS Aines § 829, Rerorwa covstizectoxat. pe 1994, —El nuevo art. 129 de la Const, nacional dispone que “Ia Ciudad de Buenos Aires ten- ‘dra un régimen de gobierno auténomo, con facultades propias de legistacién y jurisdiccién, y su jefe de gobierno serd elegido direc tamente por él pueblo de la ciudad. Una ley garantizard tos inte- eses del Estado nacional, mientras la Ciudad de Buenos Aires sea capital de la Nacién. En el marco de lo dispuesto en este articu io. ef Congreso de fa Nacién convocers a los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires para que. mediante Tos representantes que clijan a ese efecto, dicten el estatuto organizative de sus instite- ciones”. Esta cléusula estuyo insertada en ef Hamado “Pacto de Ol vos", y en Ia Convencién Constituyente fue sastenida por el miem- ‘bro coinformante del despacho mayoritario, Garcia Lema, con di- versas explicaciones. En definitiva, la Ciudad dé Buenos Aires tiene un estatus constitucional especial (“Diario de Sesiones”, p. 2221, Obra de ta Convencién Nacional Constituvente 1994, t. V, p. 4689). Esto suscita una profunda discusién sobre Ta naturaleza juridica de la iudad, que 2 todas luces es mds que un municipio (ya que el refe- Fido art. 129 le concede explicitos paderes de “legislacion y jurise diccién”, aunque sin delimstarlos). pero menos que una provincia {segin ef convencional Garcia Lema, quien aclura que no podria diclarse una constitucién, como éstas; esté recortada en sus atribu- cones por la ley de garantia de los intereses federales, ete), aun- PODER MUNICIPAL 601 que sin embargo {en ciertos casos) sc asimila a una provincia (pej., en materia de intervencidn federal, segin el art. 75. inc. 31, © para conservar organismos de seguridad social, a tenor del art. 125). Ademés. esté situada en el titulo de la Constitucién concer- niente o los “Gobiernos de provincia En verdad, la Ciudad de Buenos Aires se aproxima a uns se- miprovincia (Dromi-Menem), 0 cuasiprovincia, cuyo territorio esté egramente federatizado conforme con ef art, 3° de Ja Const. na- cional. De modo relativamente similar a la ciudad de Brasiia, es tun ente auidnomo tutelado, cuya funcién principalisima es (allé como acé) servir de sede al Gobierno federal (Lewandowsky). En nuestro caso, esa tutela se expresa, de modo especial, por la ley de garantia de los intereses federales. y por el hecho de conservar cl Congreso de ta Nacién poderes legislativos residuales sobre 1a Ciudad de Buenos Aires, mientras sea capital de Ia Nacién. En efecto, el art. 75, ine. 30, de la Const. nacional puntualiza que el Poder ‘Legislativo federal ejerce una “legislacién exclusiva” sobre ef tertitorio capitalino, pero Ia cléusula transitoria séptima de ta reforma de 1994 aclara que esas atribuciones legistativas las ejerce sobre 1a Ciudad de Buenos Aires, en tanto sea capital de Ja Repi- blica, en la medida en que Ia Nacién las “conserva” con arreglo al art. 129, esto es, en cuanto las retenga de acuerdo con la ley de resguardo de tos intereses federales, Como dato relevante debe observarse que la delimitacién con- ereta de competencias entre la Nacién y Ia Ciudad de Buenos Ai- res (y por ende, el grado de su autonomia, de sus poderes legislati- vos y jurisdiccionales, de la presiGn de la tutela federal, etc.), no fue realizada por el constituyente de 1994, quien de hecho delegs tal trabajo en poderes constituidos, como el Congreso de la Naci6n y la convencién tocal que debfa dictar el estatuto organizativo de la ciudad. Tal imprecisién hace que el cupo de atribuciones de le Ciudad de Buenos Aires pueda no ser fijo, sino mévil (en la medi- da en que cambien la ley aludida, o ef estatuto) y discutido (si, paj., el Estatuto asume facultades que Ia ley de garantia de tos in- tereses federales reserva para Ia Nacién), como de hecho ya ha ‘ocurtido. De haber conflicios, Ia cuestién deberd ser dilucidada por el Poder Judicial, que tendré que expedirse acerca de si la ley federal de garantias resguarda o no genuinos intereses federales en Jos puntos en debate. 602 _ESTATUTO DEL PODER EN FL DERECHO CONSTETUCIONAL ARGENTINO § 830. Hirorests oe nescarimauszacton. La Convenciéo Cons- situyente de 1994 contempis explicitamente el supuesto de que ta Civdad de Buenos Aires deje de ser en cf futuro capital de la Na- cid, Ello aparece on el pérr. 2° del ant. 129 (convencional Garcia Lema, miembro coinformante del despacho mayoritatio, “Diario de Sesiones”, p. 2221, Obra de ta Convencién Nacional Constitu: yente 1994, t. VI, p. 4889). En tal supuesto, ef Congreso dejaré de tener competencias le- gislativas en la Ciudad de Buenos Aires (ang. art. 75, inc. 30, y disposicion tansitoria séptima). La Ciudad conservard sus izes senadores (art. 54) y obviamente los diputados electos en ella (art 45). Por supuesto, no regiré en dicha Ciudad de Buenos Aites la ley de garantia de tos iniereses federales (art. 129), aunque podra ser intervenida por la Nacién (art. 75, ine. 31). Continuard con representacion en el organismo ocupado de fiscalizar la ley conve- nio en materia de impuestos (ant. 75, inc. 2). § 831. Ley oe GaRANTtA DE Los IWTERESES FEDERALES. ~ Esa ley, prevista por el ant. 129 de ta Const. nacional, fue sancionada (y promulgada) en noviembre de 1995 con el mero 24.588 (ley “Cafiero”). Rige hasta tanto Buenos Aires sea capital de la Re- publica, “para asegurar el pleno ejercicio de los paderes atribuidos a les autoridades del Gobierno de la Nacién” (art. 1), 8) DESUNDE DE CouPerencias. Como regla, la Nacién conser vva todas las atribuciones no otorgadas por la Constitucion nacional ‘9 por la ley 24.588 a la Ciudad de Buenos Aires (ant. 1°). Tam- bién conserva su jurisdiccién en todos los inmuebies que sirvan de asiento a Jos poderes de la Nacidn, 0 propiedad de ella, 0 afecta dos a su servicio (conf. art. 3°), Se reconoce a la Ciudad de Buenos Aires Ia facultad de dis- poner, mediante su estatuto organizativo, Ia estructura de sus avtori- ‘dades, incluyendo al jefe de Gobiemo y sus “legistadores” (art. 4°) La Ciudad de Buenos es 1a continuadora juridica de Ja Muni: cipatidad de Buenos Aires (art. 5°) b) Secumrpan. Lo atinente a este rubro cs competencia na: cional. La Policia Federal continuacs cumpliende sus funciones de seguridad y auxiliar de Ia justicia. La Ciudad de Buenos Aires PODER MUNICIPAL, 603 1no podré crear organismos de seguridad sin permiso del Congreso nacional (art. 7°). ©) Jusric. La judicatura nacional ordinaria mantendré su sik tuscién en el Poder Judicial de la Necién, La Ciudad de Buenos Aires tended jueces “en materia de vecindad, contravencional y de faltas, contenciosoadministrativa y tributaria locales” (art. 8°) Actualmente se planifica el traspaso de aquella justicia ordinaria nacional a la ciudad auténoma (§ 591). En principio, los recursos financieros de la Ciudad tos fj ella misma (art, 13), pero con sujecién al art. 9°, incs. b, cy d. de fa ley 23,548, Las relaciones Nacién-Ciudad no son fijas, ya que ta ley 24.588 prevé convenios para la transferencia de organismos, fur ciones, competencias, servicios y bienes Para la coordinacién se crea la Comisién Bicameral del Cor: greso "Ciudad de Buenos Aires” (aris. 6° y 15). En concreto, se trata de averiguar si existe un auténtico inte- ré5 federal en el mantenimiento, bajo el poder central, de las com petencias que se reserva por la ley 24.588. La custodia de sus es- fablecimientos y aun la reserva de tas fuerzas de seguridad, result, razonable. La jurisdiccién nacional sobre el Registro de ia Pro Piedad Inmucble y la Inspeccién General de Justicia apunta, €9 cambio, a algo mis discutible. La conservaciGn de la judicatura nacional ordinaria es también opinable, pero el antiguo texto del art. 129 de la Const. nacional posibilita que, de haber dudas, pre- valezca la delimitacién que haga el legislador federal, en tanto haya algiin ingrediemte aceptable de razonabitidad, cosa que parece scurrit, De todos modos, de haber conflicto juridico, serd resuek to por el Poder Judicial § 832. Ex rxoceso cosriruvenre rosreso. Ley ne consocee rowia, — La ley 24.620 (llamada “Snopek”) abrié dos instancias electorates Por un lado, dispuso la eleccién de un jefe y de un vicejete de Gobiemo de la Ciudad de Buenos Aires. EI primero estaba previsto por el art. 129 de la Const. nacional, pero el segundo no, y era privativo del estatuto organizativo a dictarse por la propia 604 ESTATUTO DFE. PODER EN FL DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO Ciudad crear 0 no tal funcionario, Por ende, et art. JP de la ley 24,620 pecé en tal aspecto de inconstituctonalidad. La ley 24,620 dispuso reatizar las clecciones de estatuyentes segiin el sistema D*Hont de representacién proporcional vigente para la designacién de diputados nacionales. Bi jefe y viceje- Fe de Gobierno fueron electos directamente por el cuerpo elec- toral, 2 simple pluralidad de sufragios. En todos los casos, se re: quirié tener las condiciones para ser diputado nacional: arts, 3° ys § 833. Cursriosamenro ne Las teres “Carteno” ¥ “Sxorex”. ‘A poco de instalada la asamblea estatuyente, ella decidid, el 2 de agosto de 1996, dectarar “no conocer otros limites pata su labor {que no sean Jos que surgen de 1a Constitucién nacional, art. 129 y concordantes". y rechazar por inconstitucionales “las Timitaciones impuestas a la plena autonomia de Ia Ciudad de Buenos Aires por 1a ley 24.588, en cuanto imponga restricciones al régimen del 20- bierno auténomo con faculiades propias de legistacién y jurisdic- cidn establecidas en [a Constitucién nacional". AI mismo tiempo. dispuso “reivindicar la facultad de esta asamblea constituyente ‘para fijar los modos y plazos de ta convocatoria a elecciones legis- Tativas de la Ciudad Auténoma de Buenos Aires” y dirigirse al Congreso nacional solicitindole la urgente modificacién de la ley 74,588, para adaptarla al régimen de autonoméa plena del art. 129 de fa Const. nacional. La convencién en definitiva, culmin en tiempo sus delibers- ciones, sancionando el I* de octubre de 1996 “la presente Consti- tucién como estatuto organizativo de la Ciudad de Buenos Aires” (Preambulo). A esta diltima se ta llamé también “Ciudad Aut6- roma de Buenos Aires” (art. 2), 0 “el Estado de la Ciudad Auténo- ‘ma de Buenos Aires”, a tenor del art. 7° de la Constitucién-Estatuto. Todas estas expresiones implican un alarde de la convencién esta- tuyente, en aras de parecerse a una provincia mds. § 834. La Consrirucion-Esraruto pe ta Ciwoan Dé Buewos ‘Aimes, Péaen, we0tdctco. Parte pocmirica. ~ Ademds de una remisién genérica de la Constitucién-Estatuto a los derechos enun- ciados en 1a Constitucién nacional y en los tratados intemaciona- PODFR MUMICIPAL, 605 les (art, 10), cl nuevo instrumento enuncia explicitamente otros, entre Jos que cabe cita: los siguientes. a) Iwenrioap. Se consagra et derecho a la identificacién in- ‘mediata al nacimiento, la bisqueda e identificacién de aquellos quienes les hubiera sido suprimida o alterada su identidad, y se ‘segura el funcionamiento de reparticiones estatales que realicen pruebas imunogenéticas para determinar Ia filiacion (art. 12}, ©) fovstoan. Queda garancnado el “derecho ase ciferene” y resultan expresamente prohibidas las discriminaciones por orien- thc ceva, Moologie vaca, ets. géneo, edad, rehgion ne nalidad, caracteres fisicos, condicién psicofisica, social 0 econé- mica (art. 11). En los ans. 24 y 38 se incorpora ta lamads “perspec de ener expressn posulace prnepalmente por loe mormcaee femiisas que aconeje anlar lx problemas des devetoe de Ia mujer por y desde ona pica femenina,parsende él supeste de que st condcion “es el restad de ane Felson ae dons idn del sexo masculine sobre el femenino”, segin Gonzflez Amu- hisepu. Con le mists enentangn, la Contac eataane oe tigen “lengua no sexta” para evita, se dijo qe els sea oa mnero pact de hombres ©) Derecwos rerrooucrwvos ¥ sexuaues. Los atts. 21, ine. 4. y 37. tratan sobre ellos, vineulados con la eleceién responsabte de la procreacién, el niimero de hijos y el intervato entre sus nacimien- ‘os, la igualdad de derechos y responsabilidades de hombres y mu Jetes como progenitores. En Ja literatura actual, cabe alertar que ‘on la expresién de “derechos reproductivos” se incluye, a menu- do, el derecho a abortar, La Constitucién-Estatuto nada aclara at Fespecto, aunque results sugestivo que en su fargo tistado de dere- hos nada diga clarameste en favor de la persona por nacer, silen- io por cierto harto elocuente cuando, por ejemplo, si se ocupa de enttola a epreduccén de los animales con metodos eos (art 4) Gananrins processtes ¥ esate. El texto insetta, por ejem- plo, el derecho de los habitamtes a que no se les retengan docu- mentos de identidad, e! sistema acusatorio (por ende, no inquisiti- vo) en los sumarios, doble instancia, prohibicién de escuchas 605 ESTATUTO DEL PODER EN FL. DERECHO CONSTITUCIONAL ARGENTINO teletonicas sin autorizacidn judicial. Condena asimismo el estado de peligrosidad sin delito, al “derecho penal de autor", y obligé a Ia Legislatura local 2 sancionar un cédigo contravencional y de faltas, en reemplazo de Ios antiguos edictos policiales. Se prohi- ben Jas declaraciones de detenidos en sede policial (art. 13). ©) Eoucacio. La Constitucién-Estatuto propone uo sistema “tendiente a un desarrolio integral de la persona” (art. 23), pero declara a la educacién piblica como laica, en todos sus niveles y modalidades (art. 24), contraviniendo asi el art. 12, inc. 4, del Pac~ to de San Jose de Costa Rica, que asegura a los padres y tutores el derecho a que sus hijos y pupilos reciban Ia educacién moral y re ligiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones, Entre otras metas, 1s educacién publica se asegura “desde los ccuatenta y cinco dias de vida” (?) hasta el nivel superior, subra- yindose en ella Ta ensefianza de los derechos bumanos y la educa- ‘ci6n sexval. 8) Ormos oreecnos y rotiricas, La salud ha merecido una aten- cién especial, obligindose incluso la Ciudad de Buenos Aires a sv- rministrar gratuitamente medicamentos bésicos y la atencién médi-

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