Cuando era el tiempo muy nio todava, no haba en el mundo bicho ms
feo que el murcilago. El murcilago subi al cielo en busca de Dios. Le dijo: Estoy harto de ser horroroso. Dame plumas de colores. Dame plumas, por favor, que me muero de fro. A Dios no le haba sobrado ninguna pluma. Dios pens y le dijoCada ave te dar una pluma decidi. As obtuvo el murcilago la pluma blanca de la paloma y la verde del papagayo, la tornasolada pluma del colibr y la rosada del flamenco, la roja del penacho del cardenal y la pluma azul de la espalda del Martn pescador, la pluma de arcilla del ala de guila y la pluma del sol que arde en el pecho del tucn. El murcilago, frondoso de colores y suavidades, paseaba entre la tierra y las nubes. Por donde iba, quedaba alegre el aire y las aves mudas de admiracin. Dicen los pueblos zapotecas que el arcoris naci del eco de su vuelo. La vanidad le hinch el pecho. Miraba con desdn y comentaba ofendiendo. Se reunieron las aves. Juntas volaron hacia Dios. El murcilago se burla de nosotras se quejaron. Y adems, sentimos fro por las plumas que nos faltan. Al da siguiente, cuando el murcilago agit las alas en pleno vuelo, qued Sbitamente desnudo. Una lluvia de plumas cay sobre la tierra. l anda buscndolas todava. Ciego y feo, enemigo de la luz, vive escondido en las cuevas. Sale a perseguir las plumas perdidas cuando ha cado la noche; y Vuela muy veloz, sin detenerse nunca, porque le da vergenza que lo vean.