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EL MITO DE FAETON: Hace mucho, mucho tiempo, vivia en Grecia un nifio llamado Faetén. Faetén era alto para edad. Tenia el pelo negro y ondulado, una nariz griega, recta, y una sonrisa que podia iluminar toda la estancia. Era listo y aplicado en la escuela. De hecho, Faetén poseia todo aquello que hace a un nifio feliz, excepto una cosa: no conocia a su padre, Desde que alcanzaba a recordar, habia vivido sélo en compafiia de su madre. Cuando Faeton crecié lo suficiente, su mama le hablé de su padre. Le explicé por qué su papa no vvivia en casa, para que él lo comprendiese. ~ Eres casi un hombre ahora, Faetén — le dijo una tarde- es hora de que sepas la verdad. Tu padre es Helios, el dios del Sol. {Su propio padre un dios! éSeria posible? Sin embrago, la noticia llegaba de labios de su misma madre. Faetén estuvo demasiado emocionado esa noche para poder dormir. Al dia siguiente no podia poner atencién al trabajo de la escuela. Deseaba ponerse en pie ante su escritorio y gritar la noticia a todo el salén. En el camino desde la escuela a casa ya no pudo guardar el secreto y decidié hablar a sus amigos acerca de su padre. -iMi padre es Helios, el dios del Sol!- Exclamo repentinamente. Sus amigos se rieron. Jamas habian escuchado algo tan tonto. = _ Situ padre es Helios- se burlé uno de ellos- Entonces el mio es el paderaso Zeus. El puede ganarle atu padre. = iCéllatel-grito Faetén. Pero solo logro que sus amigos se riesen mas. Esa tarde Faetén llego a su casa con un ojo morado y la barba partida. Se sentia furioso. Empezaba a dudar de que su madre le hubiese dicho la verdad, o si ella misma hacia la verdad. ~ _ &Cémo puedo estar seguro de que mi padre es realmente el dios del Sol? —Pregunto a su madre mientras ella le impiaba la cara. Ella le miro durante largo rato. Por primera vez Faetén noto las pequefias lineas alrededor de los ojos de su madre, como las pisadas de un pdjaro pequefo. Finalmente le dijo despacio: ~ Hijo mio, tu padre es un dios bueno. Sin él viviriamos en la oscuridad, ninguna fruta podria crecer y la tierra se enfriaria. Si ti mismo vas a verle creo que él te dird la verdad. Faetén estaba alarmado. ~ &Cémo? éIr donde él esté? Pueda que sea su hijo pero no se caminar en el cielo. ~ Helios descansa en la tierra todas las noches- dijo su madre-. Iré a preparar ropa y comida. ‘Mafiana temprano emprenderds tu camino hacia el palacio de tu padre. Lamafiana siguiente la madre de Faetén le desperté antes del amanecer. Desayunaron juntos a la luz de una vela. ‘Cuando el sol se asomaba por el este sobre las colinas purpuras, ella le guio hacia el patio y sefialo hacia el oriente. ~ Ve hacia donde salga el sol-le dijo-. Si caminas lo suficientemente lejos llegaras al palacio de Helios. Con lagrimas en los ojos, Faetén besé a su madre y le dijo adiés. Entonces empez6 su larga jomada hacia el borde de la tierra. ‘Camino, camino, camino. Cada mafiana veia salir el sol, pero no parecia acercarse mucho. Faetén anduvo a través de Grecia, a través de Persia y de la India. Hasta que un dia llego a unas altas ‘montafias. - _ Este debe ser el borde del mundo- se dijo-, pero esta oscureciendo. £Cémo conoceré el palacio de mi padre cuando llegue? Después de todo ni siquiera sé cémo es. Entonces Faetén advirtié un brillo rojo frente al cielo, frente a él. Subié corriendo una colina, y ahi ‘estaba: {Un palacio de luz! Las paredes eran de oro resplandeciente. Las torres brillaban como diamantes. Las dos pesadas puertas estaban hechas de plata. De pronto Faetén se dio cuenta de ‘que el viaje habia llegado a su fin. iEste era el palacio de Helios! Faetén trepo los escalones de tres en tres y entro al palacio, Se detuvo repentinamente. Su interior era tan brillante que le cegaba. Se tapé la cara con las manos. Las légrimas rodaron por sus mejillas. Mientras sus ojos se acostumbraban a la luz, el los abra mas y mas sorprendido. Nunca hubiese creido lo que estaba viendo. Se encontré en medio de una gran estancia. Al fondo se alzaba un inmenso y resplandeciente trono. Era tan brillante que Faet6n no podia saber de qué estaba hecho. Sobre el trono, vestido con una tunica purpura, estaba sentado un hombre grandioso, con tuna frente ancha y unos ojos que parecian mirar directamente a Faetén. No, Faetn no pensé que ‘ese fuera un hombre. Era un dios. iY era su padre, Helios, dios del Sol! Los asistentes estaban de pie entorno a él. A su derecha estaban el dia, el mes y el afio. A su {zquierda las horas, todas del mismo tamafio. Frente a Helios se encontraban las cuatro ‘estaciones: La primavera, sonriente, tenia su cabello cubierto de flores. El verano sostenia un manojo de trigo maduro. E! otofio vestia ropajes de colores brillantes, y el cabello del grufién wierno estaba blanco por el hielo. Todos miraban hacia Faetén. Helios hablo primero: = éQuién llega aqui?- Pregunto con vor profunda- 2¥ qué quiere? Faetén abrié fa boca pero ningtin sonido salié de ella. Trago saliva y trato nuevamente de hablar. -Mi nombre es Faetén — Dio por fin-. Soy el hijo de una mujer terrenal de Grecia. Mi madre dice que td, poderoso Helios, eres mi padre. He no dijo nada. Su frente parecia fulgurar atin mas, -Por favor- Dijo Faetén- Si soy tu hijo pruébamelo para que este seguro. Helios sacudia los rayos de luz de sus anchos hombros; Después se levants y puso sus manos sobre los brazos de Faetén. = Muchacho- dijo-, Unicamente el hijo de un dios pudo haber venido hasta aqui solo, como ttilo has hecho. Siti eres mi hijo, y te lo probare. Pide cualquier cosa que quieras y sera tuya. Faetén sabia exactamente lo que queria. ~ _ iToda mi vida-exclamo- He sofiado con gritar el carro del sol aunque solo fuese por un dia! Helios sonrié tristemente, ~ _ Recuerda, Faetén-le dijo- que eres un chico terrestre. No pidas algo que solo un dios puede hacer. Ni siquiera el mismo Zeus puede manejar mis fieros caballos a través del Gielo. Seguramente no querras intentarlo, ~ _iPues si quiero! — dijo Faeton. = Entonces no has comprendido- explico Helios. La primera parte del viaje es empinada y ppeligrosa, Los caballos son casi salvajes. Quieres intentarlo aunque ello signifique tu muerte? = _{Sil- Replico Faetén sin dudarlo. ‘Sin escucharle, Helios continuo con sus advertencias: ~ Laparte central del camino est muy alta en los cielos. Si yo mismo miro hacia abajo y me ‘mareo, con seguridad no hay humano que pueda ser lo suficiente arrojado para soportar esa vista + Yo sil- Sigrito Faetén-. (No tengo miedo! Helios levanto su brazo derecho. ~ El que demasiado valiente es un tonto- dijo-. £Crees realmente que podrias conducir los caballos de un dios entre las estrellas? Entonces, sin esperar respuestas de Faetén, Helios se hinco ante su hijo. - [Miramel - exclamo- iMiramel: Un dios arrodillado. ~ Helios alz6 lentamente sus brazos hacia el cielo-. Sino fueras mi propio hijo eCrees acaso que me preocuparia tanto por ti? Pero Faetén habia puesto todo su empefio en una cosa: Conduciria el carro del sol a través del Cielo. Helios le hablo durante horas, pero sus palabras no lograron nada, Después de mucho tiempo una de las horas le dijo a Helios que casi ya era de dia. + Undios no puede faltar a su palabra- suspiro- y el sol debe salir. Con el corazén oprimido, Helios guio a Faetén hacia la estancia donde guardaban los caballos yel carro. Los caballos eran los mas grandes que Faetén habia visto jamés. Estaban apenas despiertos, pero aun asi brotaba fuego de sus ollares cuando respiraban. Tras ellos el carro brillaba con el resplandor de cientos de soles. Faetén subié de un brinco al carro y tomo las riendas. Helios le dijo a la Aurora que abriese las, puertas purpuras de la mariana. Los caballos empezaron a moverse. -iSujétalos!-grito Helios, y solo en ese instante puedo Faetén detener a los caballos. Helios alcanzo a tomar fa mano de su hijo. -Recuerda- le dijo-, tu trabajo es mantener las riendas fuertemente. Los caballos encontraran el ‘camino por si mismo sino se inquietan. No uses el litigo. Trata de tomar el camino del centro; si vas muy alto quemaras las regiones del cielo, si vas muy bajo... Faetén nunca llego a que oir el resto de la frase. Los caballos, ya bien despiertos, habian emprendido la marcha. Dejando atrés las puertas del amanecer, corriendo hacia el cielo. El viento silbaba hacia los oidos de Faetén. Tiro con toda su fuerza de las riendas, pero los caballos corrian cada ver con mas y mas rapidez. Faetén subia, subia y subi Pronto la estrella de la mafiana zumbo al pasar el carro junto a ella. Faetén recordé lo que le habia dicho su padre acerca de la altura. Pero ¢Hasta dénde lo alto era demasiado alto? Volvié la cabeza a miro hacia un lado. Ahi estaba la tierra, extendida bajo é! como un inmenso mapa. Faetén comenzé a sentir que se desmayaba. La cabeza se le iba. Callo la cara sobre la cara delantera del carro, y el létigo golpeo las cabezas de los caballos. Entonces giraron hacia abajo, hacia abajo... Enla tierra la gente pens6 que habia llegado el fin del mundo. El sol, en lugar de elevarse lentamente, parecia haberse disparado; en lugar de moverse a través del cielo, continuaba subiendo. Pronto no fue més grande que la cabeza de un alfiler. La temperatura bajo hasta cero, y siguié bajando; la obscuridad mas negra que jamés se habia visto cubrié la Tierra. La gente prendid ‘enormes fogatas para alumbrarse y calentarse. Clamaban a gritos a los dioses mientras veian ‘cémo se empequefiecia el Sol hasta parecer menor que la estrella mas tenue. Entonces, cuando todos pensaban que el sol desaparecia, éste comenz6 a crecer. No tardé en Hegar a su tamafio normal. La gente perdié enromes se alegré, pero no por mucho tiempo. Parecia que el Sol iba quedarse tranquilo, pero no; ahora estaba creciendo més y més. Pronto cubrié la cuarta parte del cielo; luego, la mitad del cielo. Todos los peces nadaron hasta el fondo del mar. Faetén entreabrié los ojos, levanto la cabeza y miro espantado frente a él. Tiré de una rienda desesperadamente, y luego de Ia otra. La Tierra se precipitaba hacia él. Les grito a los caballos: = 1Vamos a chocar! {Vamos a chocar! {Vamos a chocar contra la tierra! Cerrando los ojos fuertemente, esperd... Pronto sintié que el carro se dirigia de nuevo hacia arriba, Abri6 los ojos y miré hacia atrs. Todas las climas de las montafias ardian; grandes extensiones de tierra se habia quemado. Sdlo quedaba arena seca y caliente. Los dioses vieron desde su hogar en el Monte Olimpo, el manejar salvaje de Faetén. Primero se rieron del muchacho, quien trataba de hacer el trabajo de un dios. Luego se empezaron a Preocupar; parecta que el nifio fuese a quemarlo todo, incluyendo e! Monte Olimpo. + Un rayol- grité Zeus, el rey de los dioses-. Entonces asié el rayo arrojadizo mas grande que pudo encontrar; hizo a un lado algunas nubes y afiné cuidadosamente la punteria. IZum! El rayo cayé sobre Faetén con la velocidad de la luz. En cierto modo Faetén tuvo suerte. Nunca supo qué fue lo que le pegé. Envuelto en una bola de luz, cayé como una estrella fugaz cae al mar. Los fatigados caballos ya no sintieron a Faetén tirando de las riendas. Dejaron de estar inquietos y pronto encontraron el camino que tomaban cada dia. EI Sol se puso esa noche como lo hace siempre y esperamos que lo siga haciendo. Desde aquel dia hasta ahora, Helios no ha dejado a nadie mas conducir el carro del Sol. LUN ESPOSO PARA TAMA ‘Acabamos de leer una historia sobre el hombre mas sabio de la antigua China. Vamos a conocer ahora el ratén més sabio del antiguo Japén, Pero como hemos de ver, un ratén sabio no lo es tanto como un hombre sabio. Lams hermosa ratoncita que ha existido se llamaba Tama. Vivia desde luego en Japén, donde los ratones son tan bonitos que todos los del resto del mundo se esconden avergonzados. El suave pelo de Tama tenia un delicado color gris tirando a café. Sus pequefios ojos eran vivos y chispeantes. Su hociquito era a la vez agudo y gracioso. ¥ habia que ver el encanto de su gentil pestafieo para poder creerlo. ‘Tama vivia con sus padres. Su casa era la gran Casa de Honda, cercana a la agitada ciudad de Yamato. La familia honda era famosa desde un confin al otro de Japén. Era duefta de la mayor parte de Yamato y de casi toda la region circundante. Ser invitado a la Casa de Honda constituia un gran honor. Tama sabia que tenia mucha suerte. No todos los pequertos ratones podian permitise el lujo de vivir de las, ‘obras que dejaba la gran casa de Honda. ‘Tama era hija Unica, No se encuentran a menudo entre ratones familia de un solo hijo, pero Tama era lo suficientemente adorable y carifiosa para hacer que cualquier pareja se sintiera orgullosa y feliz Era una chica muy buena y trataba siempre de obedecer a sus padres, como era la costumbre del antiguo lapén. Cuando Tama legé a la edad de casarse, sus padres empezaron preocuparse. Era usual que fuesen éstos los que planearan el matrimonio de los hijos, pero el pap de Tama no sabia qué hacer. 2D6nde podria encontrar un esposo para una ratoncita tan hermosa? Un dia el papa de Tama decidié consular su problema con un ratén muy sabio, Era un viejo amigo gris que conocia todas las paredes de la Casa de Honda. -Una ratoncita com la belleza de Tama -- dijo el sabio—no debe casarse con otro ratén, No, tiene que ser la ‘esposa del ser maravillosa que pueda haber en el cielo o en a Tierra. En verdad Tema debe casarse con el, Sol. JE! Soll Esta idea hizo que el padre de Tama se sintiera muy orgulloso, 2Qué otro esposo podria tener un corazén més célido disponer de un horario mas regular? ‘Sin muchas difcultades la mamé y el pap de Tama llegaron al cielo para ver el Sol. Se les recibi6 con mucha cortesia. El Sol escuché su historia y contemplé durante varios minutos una pequeiia fotografia de la hermosa Tama. -Ay- di el Sol finalmente-. Temo que no soy suficiente bueno para su adorable hija. Ustedes hablan como si yo fuese el mas esplendoroso marido que se puede encontrar, pero creo, mis queridos ratones, que han ‘cometido un gran error. -2Qué quiere decir? ~ Pregunté la mam de Tama-. No entiendo. -Bien- continud el Sol-. Yo hago lo que pueda para hacer de la Tierra un lugar placentero y célido. Pero a decir verdad, las nubes oscuras suelen hacer que me sienta sumiamente indi, Una nube oscura capaz de interceptar mis rayos, es seguramente més importante que yo. [Asi que los padres de Tama fueron en busca de la nube més grande y mas oscura que pudieron encontrar. La fnube no fue tan amable como el Sol. -éPor qué vienen a mi? ~pregunté la nube-. EI viento es mucho mas poderoso que yo. El viento puede ‘empujarme por todo el cielo y hasta desgarrarme en pedacitos. Los padres de Tama fueron entonces a ver el viento. Todo lo que pudieron hacer fue lograr que el viento se quedase quieto el rato suficiente para oir su historia Desearia poderme casar con su Tama —respondié el viento-, pero no debieron haber venido conmigo. ES verdad que puedo mover una nube, pero no puedo mover, o penetrar siquiera, en una casa bien construida. Todos se olvidan de mi cuando estan protegidos tras las paredes de una case fuerte. Después de todo esto, los dos ratones fueron ala casa més grande y fuerte que conocian. Esta era, por supuesto la Casa de Honda, La casa prendié sus luces en sefial de bienvenida cuando se aproximaban. No pasé mucho tiempo cuando ya aban contado su historia por cuarta ve. -Elviento tenia razén al decir que mis paredes son lo bastante fuertes para que él pueda pasar a través de ellas dijo la Casa de Honda~. Pero hablaba de si mismo y no de un ratén. (Tendrian que saber cusntos agujeros de ratones hay en mis paredes! Creo que el marido més maravilloso que podrian encontrar para ‘Tama seria otro ratén. Los padres de Tama sonvieron e hicieron una reverencia, Agradecieron una y otra vez su opinién a la gran casa de Honda, ‘Ahora que estaban de nuevo en el hogar empezaron a pensar que, después de todo, otro ratén podria ser tn buen esposo. Se apresuraron pues a decirtelo a su hija. ‘Tama no habia despreciado su libertad, La encontraron coqueteando con un guapo y joven camarada, at de una gran caja de arroz, en el stano. El, de inmediato, pidié a Tama que fuese su novia. ¥sus padres, después de comprobar que él venia de una buena familia, dleron a la boda su bendicién. Tama y su esposo vinieron una larga y feliz vida. Nunca pensaron ni por un momento que sus hijos se casaran mas que con otro ratén. EL LEON Y EL SENOR HAMBRE Aruwieri, el hombre sabio, solfa contar un relato ‘itulado “El leon y ol Sr. Hambre* Queria oir lo que la gente decia al escuchario, Esta es la historia, Un conejo oy6 una vez a un lebn presumir acerca de lo fuerte y lo valiente que era. El conejo sonreta y asentia cabeceando mientras el leén hablaba y hhablaba. Pero en verdad, no siendo él fuerte ni valiente, no se interesaba por la histori. El ‘pequefo animal estaba harto de ser siempre la victima. De pronto el conejo tuvo una brilante idea. Espero hasta que el ledn se detuvo para respirar. —SI, olen es una poderosa bestia —dijo en voz alta el conejo—. Juntamente con el Sr. Hambre, el leon os el mas poderoso. —2E!I Sr. Hambre? —inguirié ol leon— Jamas he ‘conocido a ese Sr. Hambre, —Entonces tienes suerte, lebn—djo el conejo ‘moviendo la cabeza—. Si hubieras conocido al Sr. Hambre tal vez no estarfas hoy aqui, El e6n se ri6. Como nunca habia tenido realmente hambre, no sabia lo que el conejo querfa decir. —Dimepregunté—. {Es este Sr. Hambre tan ‘grande como un elefante? —An, mucho més grande —respondié el conejo— EI Sr. Hambre es tan grande que puede estar en todos lados al mismo tiempo. = 2¥ es &l tan fuerte como un rinoceronte? — pregunté el ledn. —E! Sr. Hamre ha matade a muchos rinacerontes —cortesté el conejo—. Pero ningun ‘inoceronte ha matado jams al Sr. Habre. Elle6n se negaba a tener miedo, Lanz6 un oderoso rugido y sacudié la cabeza con furia —Llevame con el Sr. Hambre —ordené— jLe rmostraré quién es el Rey de tas Bestias! El conejo se estremeci6, Sus orejas se le hundieron en la espalda cuando vi la fiereza del leén. Con delgada voz explicé que el Sr. Hambre cra difcl de encontrar. —Pero aveiguaré dénde vive —agreg—. Dentro {de una semana nos veremos aqu y te evar ala cata del Sr. Hambr. El le6n estuvo de acuerdo y el conejo se fue dando saltos entre los arbustos. Tenia que visitar ‘a muchos animales y hacer muchas cosas en los, préximos das. Una semana mas tarde el conejo se encontré con el lo6n en el mismo lugar. Habia en la mirada del Je6n un brillo salvaje, y sus blancos dientes parecfan mas afllados que nunca. —Siempre voy en ayunas antes de una batalla — dij al conejo—. Eso hace que pelee mejor El conejo brincé sobre la cabeza del ledn yo dirgio hacia la casa del Sr. Hambre, Ast ‘emprendieron la marcha a través del bosque. EI Sr. Hambre vive en un hoyo en el suelo —

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