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AMSELLE, M. y Elikia M’Bokolo. EN EL CORAZON DE LA ETNIA Au coeur dePethnie Hemos reunido aqui reflexiones teéricas y estudios de casos sobre cl concepto de etnia y oftas nociones (tribu, razz, nacién, pueblo) que frecuentemente se asocian con ellos, asi como sobre los fenomenos que, en el contexto afticano, se designan habitualmente como tr ~‘ismo, eiicidad, regionalism, nacionalismotnbal,ei, En verdad, estos fenémenos no son exclusivos de Africa, Las ideologias de la autoctonia, los movimientos separatistas, ia busqueda y afirmacién de identidades colectivas diferentes de aquellasligadas al Estado-nacién, en sintesis, los particularismos de‘inspiracién cultural 0 Politica se encuentran, con intensided variable, en muchas Tegiones 9 i estados, desde la América anglosajona hasta China e Indochina, desde ia Rusia soviética hasta América latina, desde el Cercano Oriente hasta Europa. Y no es raro que alli esos fenémenos exploten a veces en forma derebeliones violentas. ‘Sinembargo, enninguna parte invaden o parecen invadirel terreno, litico y el campo intelectual tan masivamente como en Africa. Muchos Fechos explican esta particularidad, og 7 a lugar>en el seno misty del afficanismo, una larga tradicién erudita, centrada en la etnologia o la antropologia, se identificé cone] estudio de las etnias mientras, en un silencio elocuente y compro- metido, se.auto-probjbia cualquier examen serio del con’ to deetnia. , Por otro fado, la mayoria de las interpretaciones de los fenémenos | politicos caracteristicos del Africa coniempordnea integraron ala etnia- } y todo Jo que deriva de ella- en in exquema de un simplismo comodo y | ‘angullizada fc. . .yuecondujerdijalastidependesieias! as nfs ados como “modernistas”” : jones" y ‘tomo’ esfuerzos"p i, los t ne consolidatlas, Poreso misme, las miltiples opos‘cianes a esos supuestos “esiados nacianalesenconsuruccién” sonreducicosé as “tribales” asi omo.ece(rbalisma Se concibe como la expresién politice de Ia etnla ys io dascalifica frecuentemenié como supervivencia y resurgimiénto' de arcaisrnos prevolotiales. Si se necesitara un testimonio reciente de I. increible persistencie de esos clichés he agui unc, extraido de buena Fyenie:laseriare-vis ., cigue convemporaine (I). Bt i*deagostode 1982, hhubo un intento de golge de Estado en Kenia. El ariculo que lo relat plan waa Ie eusstion esencial: "Falta todavia tra-tar ce comprender por fe prodajo.” Lainmediata respueste esevidente: “Por supuesto-tanto aqui come en, Uganda y Zimbabue, las cuestiones éinicas sirven de base 2 los combates politicos, los que se limitan a ‘medemizar’ antiguos comporta- inientos que el periodo colonial no logréeliminar ene! Africa inglesa, m4s {ue en ningiin otro lado, Poresto se desewbre que, detrés de los golpts Sepertilan loskikuyo, sibuilustrey mayoritariade Kenia... (2)Se podrian multiplicar hasta el infinito los ejemplos de las variaciones que van Consttuyendo la vulgeta etnicista en forma de disc:rs0 erudite o de evidenciacomin, ‘Digamos ahora, para sefialar cuan lejos de estas opiniones estén. Jos estudios que aqui reunimos, que estos titimos Hegan a conclusiones seme}: stesentre si, cuya sustancia percibja hace yamésde veinteafios Pau) Mercier cuando, al interrogarse sobre “la significacién det tribalismo”” -cbservaba: “Las actuales oposicisnes étnicas expresany reficjan muchas ; ouas cosas masque diferencias culturaies y hostificades wadiciencles que \ perdurarian en otras formas” (3). (Ot? s08as? Se debe suibrayar que el debts sobre Is etnia y el tribelisnic noes puramente tedrico, Desde lord Frederick Lugard, tebrico porexeelencia del colonialismo briténico hasta el régimen del apartheid Todatrieano, pasando por los poderes del Estado contemporaneo, en ‘Afvica todos los sistemas de dominasdn han abrevado en las teorfas de a _Einia y mamipuldg habilmente los sehtimientos étnicos. En 1923, lord Lugard, inspirandose én el enfoque naturalista de los etnélogos de la época, proponia “clasificara lapoblacién del Aftica tro; ical entrestipos, segiin las estructuras sociales: las tribus primitivas, las comunidades evo jucionadas y los africanos europeizados”. Conocemos el significado politico que estas propuestas tuvieron en paises como Ghana, Nigeria 0 Uganda: para los “africanos europ=!zados" y las “comunidades evolucio“ nadas”, consideradas demasiado inquietos, significaron ofensas y control 29 ws ssupuestas Te das en sus estructuras ¥ en SU ‘Peron privilegios de todo tipo. Here- ero del pensamiento y dela politicac:’ ‘al britanica de fines del siglo pasado, elrégimendel tpartheidperfecctonéestammenipulacibn similar Pastociedades ofricanes atribusno solo equivale ‘aprociemersu‘“diferen- cin irreductible” con respecto ala ‘sociedad blanca -sociedad de clases y ti le cone pein cebajaas a la categoria ms baja en le Estado nacional sino Ui rnanas Peroademés es afomarqueestin Jerarie permanente ene si y leat nar una politics sistemética de Cote ar exclity dividic le esencia de Ja police do los, antustanes. Por st pal Ae [os poder ésiatales del Abc a edepea diente bantustanesT ron e interorizaron la vision, Jos cliches, fos ese RP laetnotogia colonial: la"diversidadtibel de los estados africanos le ye etnologi amento pararechaza el pluralismopoliieaconet piss Ge aque gee no seria ms que la expresion de aque diversidad y por eae Gente un obstieu!” ~ara la construceién nacional, FRione aE consi adornacign sive natualmente para legitimat Jos dees ‘personales y-las-dicladuras_oligatnuicdS, PvES codes Ba ‘partes Tos personajes 2 aos sobre la unidad nacional estin acompasados Pot tsa politica de“dosificacioneséticas y repionalisias ‘quehabilmentese poten si emiveesrdsmanevnniead iereotipos etnicistas. OS oe ee tos trabajos nos propusimos volver a poner las cosss 8 0 ugar. Peero hubo que crear reclasficaciones conceptual eet paticamente lariocién de etnia. Jean Bazin, al ha lar de los bambara sigma ae Doron elos ete musrran que ehmatenade cis 62% yea idades vembiantes, Aqui como en cualquier ora parc, nadie e ant resvarnente miembro de una etna y tanto {os individuos core os trupos son o dejan de ser miembros de una u otra nie sey ellugary Fraps so Endefintva, Iaetnologia y elcotonilismo, al descorore Sepa Ta historia, y apresurados por clasifiear y nombrs, fueron los que fijaron los rétulos éinicos, Por consiguiente, y come lo demuestra Jean, ‘Amnsclle, hay motivospara “descanst...relobielo Cinco "-siserebabilitan\, Weeskioria y una antropologia dindmica, fos grupos etnicos resultan integrados en conjuntos mis amplios, espacios estructurados segi Integrados or nics, politicos yo cultures, queasu vez detemminaben fas grupos énicos y les daban un contenido especifico, / ee a /__ Porkotant os “tribalismos" contempors 7 | antrop i ‘ . égicos,se-si sarlaee , ntemporaneos solo pueden expre- 1} antropélogos. Asi, alreviser los escritos antropolégicos, se siente que los arlaetni., Elandlisis de estos fendmenos en Shaba (Elikia M'Bokeloy i investigadores de campo consideran el tratamiento del problema de a | I egne Urun (ean Pete Carsten Claudine Vida!) muestra que estin exsia como una carga de la que hay que desembarazarse répidamente pace | (eadosactes fases histéricas duranie las cuales los actores politicos, las abordar los “verdaderos” aspectos, como por ejemplo, los del parentescs, |, SepoTiasy lasclases sociales sevenredvcidas sexpresarsusambieione, 42 economia oe! simbolismo. Mientras la definicion de la etnia estudiata \enlemayorinds lovers a nguaje tribal, étnicooregionalista, Asi, deberiaconstituir 1a cuestién epistemoldgica fundamental de todo estudio salem casos, tales précticasreflejan la lucha porel poder del | monogrifico y, en cierto sentido, todos los dermis aspectos deberien ~ Todos estos puntos sen dc prenderse de ella, se advierte que a menudo existe un hiato entre el recon lads esos pos represtrian los pine capitulo introductorio -que répidamente revelala elativaindefiniciénde! asi se develarin Toe words aual Esperamos que o i objeto-y el resto de la obra, dond. . _ considera. !anes sobre la organiza- n io cicn parental y la estructura religiosa demuestran gran seguridad. Sin duda este telativo “olvide” > ese “desinterés” de los es jalones de un argo eros fos retamars laderos resores de las sociedades afticanas NOTAS. | antropélogos debe vinculerse con la historia misma de su disciptina y les . diferentes tendencias que la han animado. Cada vez es més evidente que “La tentative de coup 2°: Iaantropo!=afa se constituyé teniendo como base el rechazo dela historia 123, sevoet. 1822, pe liett enya ¥ que ese rechaz0 continué después, No pretendemos realizar wn » 82, pla15, inventario elésico que consista en analizar las escuelas antropolégicasy > P Mercicr. “R examinar como cada una de ellas traté el problema de la etnia. Basta con ASiqu senert ‘y me? aetuel en sefialar que las corrientes que mas han influido en.el pensamiento Aftique noize tionauc de sociologie, voiXXXI, antropolégico -eVolucionismo, funcionalismo, culturalismo y Jetleudes. 1961, p.7a, estructuralismo- son doctrinas esencialmente ahistéricas Si, siguiendo a M. Auge {1979}, consideramos el espacio dont se despliega el pensamiento antropoldgico contempordneo, verem2s ‘entt por qué la cuestion misma de la etniano puede ser el centro de eruasy new reflexind ins cinélogos. Segin Avgé, dos grandescomrientes compere ETNIAS Y ESPACIOS; POD UNA ANTROPOLOGIA eseespacio antropolégico: una que se interesa porel sentido y e!simbolo, TOPOLGGICA ova que trata esencialmente de la funcién. La primera comprende la escuela de Grinule y los estructuralistas; la segunda, alos funcionalistas y i los marxisies, . 10s que, con razén, Augé coloca en la misma categors. ____JeaneLoup AMSELLE Si sg examina le primera tendencia, es evidente que ni los Ezcutla de Altos Estudios en disc aule, que conceden pricridadalo que las sociedades dicen, Ciencias Sociales. Centro de de si mismas, ni los estructuralistes, que nccesitan muchas sociedades o Estudios A fricanos pos lo menos muchos sistemas de parenniesco ode mitos pars pensar en as posibilidades diferenciales del espirituhumeano y establecer st transforms cién enel sentido matematics del términa, pueden colocar.c! tema dela einia en el centro de su tarea En cuanto ala segunda tender y mantistas, el asunto es mas complejo Afirmar que el tema de la etnia ects ven ff ve el tema de la etnia esta en el centso antropologia y constitiye su propio andar embargo, es facil comprobar que, he investigaciéa no dz smo de la ‘ogruliada, § este tema de una p Ja que englobe 2 funcionalisizs Se sabe que el fundador de la os 3/19 eS escuela funcionalistas, B, Malinowski, rechazaa la historia, asimilé civilizado”: se rata de captar la especificidad de cada sociedad pera sin considerar, al mismo tiempo, la posibilidad de establecersu microhistoria, De esta manera, Malinowski [1961,27], siguiendo a L. Mair, postula la existencia de un grado cero de cambio para el medio rural y enfoca e! estudio del “contacto cultural” a partir del estado otiginario de las socied: ides campesinas africanas, Pero también, a la inversa, se pued sefalarque Nadel quien pertenece ainescuelade esuno de fnque,coma vere, do una de las mejores deforested ____ Siabordamos ahora fas corrien mis ambigua. En verdad, sc podria esperar que los a :vocana Marx hubieran focalizado su estudio especiatmente enlacsria, la su constante referencia, a la historia. Pero no oct asi; fuera iio. M. Godelier (1973, 93-131] sobre la nocién cer~ saa pero er iad distinta -al menos primera vista- de “tribu” los marxistas no se wr especialmente por su reffexion tedrica sobre ese punts. Y esto es ficil de comprender: puesto que a veces asimilaron fa historia sélo "2 Teevolucic.: Je las fuerzas productivas yse preocuparon pordescubriruno o varios modios de produccién que se cambinan dentro de una formacion soci, descuidaron el ariss de la “prodzecion de ls formas") y<° conformaren cot: laconcep jpinist2 de laetnia tal como se la habia. rida ats predeee eam iredorescolonialeso Con cespecs a esto, Se observa que exisle un abismo con- siderable enc la ousen ade una reflexion marnistade orden gent srl sobre Is emia y la calidad de la investigacién sobre la realidad de los grupos éinicos, como aparece en las monogralias de aulores de estacortente (C. Melton, 1966 E.Terry, 1968), Sobre este tema cade preguntas. ésios antropbloget no a iedaron prisioneros de una probleraatica cema- siado influida por wia lecturaneopositivista de! marxismo (Althusser)y de ia condena del historicisma que esto implicaba y si, por otza parte, no gravité sobre ellosel peso dela institucién antropolégica, por lacual cada Jnvestigadc. identifica su propio nombre con una ctnis cespecifica {Meillasoux, 1979}. Sin embargo, desde hace algia tiempo, la comri=~ tnarxista osté sufriendo una notable evolacidn y se pulede Comprobar que man -apalogos que 4/19 ee algunos de sus representantes estin cuestionando su propie. enfoque Aabnoétnieo [Meillassoux, 1978] y acercandase a la tercera corriente, qbe Mercier [1966] llamé “dinamista”, eon eate cambio se vinculan los nombres de M: Gluckman, G. Balandier, P. Mercier, J, Lombard, G. Nicolas y J, Copatis. Estos autores enim bastante cerca del marxismo, ca el sentido de que insisten es Seen Mind Ge realizar un esredio histerico de, cada sociedad, 9 més oer cmente, del marco clegido como lugar de investigacién (aldes, eran eno, ete), Esta primacia otorgada a le historiainterviene de 1g setabente manera: se debe captar el conjunto de las deterninaciones GV pesan sobre un espacio social dadoy concentrare en lared de fverzas erie see come “internas” que lo estsucturan. En una palabra, se trata Tar laeficacia den sistema sobreun lugar” (J-L, Amselle, 1974 eof ate lleva a destacar el marco “politico” (enel sentido ms amaplio) ye toe eapacio inserario en un conjunto que lo supera, Esta teflexn os ebsembocer, sino en una definicion operativa de la etnia (hace falteuna?) al menos en la desconstrucci6n del objeto étaico que siempre cekguruye un freno para el progreso de esta disciplina, Pero antes de vor neque podria desembocar la superacion de la problemétice étnics, <= Seen eesrinar las diferentes definiciones de etsiaque han propuesto los anizop6logos. Definiciones Eltérmino “etnia” (del eriege eshnos: pueblo, nacién) se ineorpord hace poco a Ta lengua fianeesa (1896). Coma sefale Mercier (1761, 62), sare tos XVIy XVIT el temino “nacién” equivalia al de“ribu' Ese ‘hala aparicion y especificacin de los teminos “emia” y “iby” Bes ttigaa planteer un problema al que nes referiremos més edelante: £1 8° raSientenciaentzeun priodohistérico(colonialismoy neocolonialisme) y el uso de una determinada nocién. Siestos términosadquirieron una wilizacion masiva, en detrimento eotres palabras, como lade “nacién”, es porque se trataba, sin duds de ae orieraparte acierassociedades,negindoles unacualidad especifica. Press venvente defini alas sociedadesamerindias, afticanas y asifticas eee tr ouras y diferentes de las nuesias, qukandoles todo aquelio qué les pemilia participarde unshumanidaé comin, Esacualidad queles volvia ce diferentes inferiores a nuestras propias sociedades es evidentemente la historicidad, y en este sentido las nociones de “etni” ¥ de “tribu” estan ligadasa otras distinciones por las cuales se produce la gr.-adivision entre antropologiay sociologia: sociedades sin historia/sociededescor historia: sociedad preindustrial/sociedad inciustrial; comunidad/sociedad (3) ___ Asi losantropélogos se encontraron prisioneros de cierias etego- rias, dentro de as cuales tuvieron que ubicarse paraestudiar las sociedades que les competian en el mismo momento en que la colonizacién las cnstalizaba (M. Piault, 1970, 237. Quizas esto explique que, junto estudios brillantes sobre etparenic. _y lareligién, haya an pocos analisis sobre la categoria “etna”, Etniey wit _Desde et nicio, nss cncontamos ubicades feate a laexistencia de dos téminos cuya sigaifivecién en francés es proxima pero de los cuaic. el segundo sdquirié en la literatura antropoldgica arglosajona un sentido parucular. Sien raneéselterminc “tibu’ tiene mésamerselmismous> Que el de etnia, entre los antropélogos anglosajones designa un tipo de Orgnnizaci social caracteristico: el de las sociedades segmentarias, Clasicamente, éstas se definen por la presencia de elementos sociales de. naturaleza idéntice (linajes. etc.) provenientes de sucesivas escisiones de ‘una mismacclula inicia! y poresto se** diferente de sus vecinos, El universo éinico esta constituido por un mosaic (...) de linajes. Existe un profundo parentesco entreetnia ylinaje clan, parentesco que muy a menudo esté apoyado por un vocabulario familiar es decir, un mito de origen que establece la descendencio comin de los miembros del grupo a partir de una pareja inicial o de un héroe ‘mitico”” Agrega que la realidad émica posee una vaguedad caracteristica ‘yque el marco étnico sélo coincide raramente con a formacion politicade dset “Asi, una etnia puede corresponder a una o varies tibus onaci como unaculturao uaacivilizaci6.. 3973, 104). Por timo, para ‘emia ao es ni una cultura ni una sociedad, sino un cormpueste especifico, ‘enequilibriomas omenosinestable, delocultural ylosocial” [1973, 107), Por su parte, J. Vonigmann (4) estima que “en general, los aniropélogos esta de acuerdo sobre los criterios segiin Jos cuales se puede describir a una tribu (como sistema de organizacién social): un 1 comin, une tradicion de descendencia comin, una lengua ‘comin, una cultura comin y un nombre comin, Todos estos eriterios formam Ia base de a unién de grupos mds pequefios, como las aldeas, las bandas, ls distritos y Ws inajes”. Por iiltimo, segiin F. Barth (1969, 10-11]: “En general, en la Titeratura antropoligica, el térmaino grupo étnico sirve para designar un: poblacién quer 1) tiene gran autonomia de reproduccién biologica; 2) eomperte valores culturales fundamentales que se actualizan en formas culturales gue poseen una evidente unidad; 3) constituye un campo de ‘comunicacidn ¢ interaccién y 4) tiene un modo de pertenencia que lo istingue y gue los otros distingven en la medida en que constituye una categoria distinta de otras categories¢ " aismo tipo”, Para este autor, el ‘cuarto punto, el de laatribucién (adscripeién) es el mas importante: “Una atribucién categérica es una atribucién étnica si clasifica a una persona segiinsuidentidadmas fundamental y més general, identidad quese puede suponer determinada porsu origen y suambiente. Enlamedidaen quelos actores utilizan identidades étnicas para categorizarse a si mismos y alos demés con fines de interaccién, forman grupos étnicos en el sentido ‘organizativo del término” [1969, 13-14]. También introduce lanocién de “limites étnicos”, simulténeamente mantenidos y franqueados por las poblaciones. Eranecesariocste répidoinventario de las diferentes definicionesde Ia etnia, tal como se las puede encontrar en la literatura geogratica y 12 6/19 enorme convergencia de posisiones sobs aa Penee Ee probable que, si lo hubiéramos hecho més emplio, no. fabdemos legadoa resultados muy diferentes hasta tal punto escicrio anes bienlosanzopslogosen generalestin deacuerdo sobreladefiniciba ARetria, amenudo les resulla dificil indicarconprecisibnto que designan con esa palabra. . . 2 Peer erentes acepeiones que snalizamos aparecen algunos criterios comunes, como la lengua, un espacio, costumbres, valores, cae con misma descendencia y la conciencia de los actores sociales Fe'pengnecer a un mismo grupo. Eatonses, el modo de existencia del Stjeto dino proveridria de a coineidencia de esos diferentes cniterios, Semasde a proximidad delanocién deetnia con ade raza seve come aniston de este tdrmind est carga de etnocentrismo y hasta qué punlo es tribataria de la concepeién del Estado-naciéo, tl como fue, laborada en Europa. . . ‘Sin for, 2 demasido las cosas se podria decir que el enominador comin de todas estas definciones dela etnia comresponde en definitiva 2) CaFstado-nacion de cardcter territorial rebojado. Distinguirrebajando era Ia preocupacion del pensamiento colonial , asi como eranecesario "eh- de Piea al jefe”, wumbien habia que encontrar, en el seno del magina de foblacionas residentes en los paises conqustados, entidades especii- $9803), embargo, aun prisioneros e las categorias coloniales de inves: tigacién, algunos eindlogos realizaronal mismo tiempo, unatorsiondgese cerSepto, Lo que permito superar el esereotipo al que se enfrentaban, Respecto de esto, seria oportuno preguntarse, conJ.=P. Dozon' 198i 63) Feb son los mejores antropblogos aquellos que, partiendo del marco Sinvoo intentaron mostrar en que medida ésteno se adecuabs a su objeto, {sa sentido, ls tentativas tebricas de Nadel, Mercier y Bagth asi como Eipuns monografias verdaderamenteinnovadoras,comoladeW. Watson [1958] olas precaucionesmetodolégicas de Meillessoux [1964] y Terry {1S} me parecen, en la medida en que subvierten lag categories efoniales, nucho mas audaces en sus principios que los esfuerzos para feGrentratafuerzaslastealidadesestudiadas enlos conceptps de “modo Ge produccién” y “formacién social”. jAcaso esta actitud no consiste Se ee todo en scoreimprimir imprudentemente nociones fetiches sobre sooit oxsadesconocidaomal conocida? [Amselle, 1974) Talmanerade proceder no carece de analogias con la de los etnblogos coloniales que 13 | | | 1 Volua séloeparecieronenel siglo XIX, debidoala presidnejercide.,<10s peuldel Macinasobre algunas poblaciones. Antes noexistian enestazona ‘ino localizacionesdispersas de lingjes (Capron, 1973, 87-88; Savonnet, 1979, 411] Ee fendmeno reaparece en otras regiones de Abtica. En el Affica precolonial pueden existir varios tipos de relaciones entee"sociedades englobantes” y “sociedades englobadas”. Estas itimas pues estar sometidas al pago de un tributo en productos o en dinero (ejemplo; oro y cauris en cl reino de Segu) y en ese caso tenemos que ‘yémosias con celaciones wibutarias, 0 bien son Wictimas de razzias ‘organizades, por esos mistnos teinos y entonces se ‘vata de rel-viones predadorss. ‘A. veces, asf Hegamos a la existencia de redes de relaciones ‘mediatizadas, como en ts Ghana precolonial, donde el imperio asante imponia un tributo en esclavos al reino Gonja, que 2 su vez hacia razzias ce cautivos gununsi, konkornba, lodazga ytallensi, sociedades que hoy se ‘alifican como “segmentarias” (16) Esas relaciones tributarias © predadoras provoeaban intensos mo= vimientos de poblac'* servil hecia los estados cuya base econdmica era laesclavitud y actives corrieates de intercambio cua=do es0s esclavos se vendizn 2 comerciantes que a su vez los revendian en otros “ato del joshacia América, 22 Tega también las relaciones entre los agricultores sedentarios bantiy ‘cazadores némades pigmeos de In selva congolefia, En este iltimo caso, 8¢ trata de sociedades que no son muy diferentes desde el punto de vista cultural, sino genéticamente, de las sociedades sedentarias, Fueronrechia- zadas hacia la selva por los agricultores bantd y scantonadas ea la eaza ‘como ‘nico modo desubsistencia[S. Babuchety H. Guillaume, 1979](17). Los espaci Tingtisticos ___ Si hay un eriterio que a menudo se ha invocado para apoyar la existenciade la nocionde“etnia” éseesel dela lengua. Unalenguacomin parece sex el indice principal, si no determinante, de la condicién de existencia de un grupo étnicorla “etnia bambara” habla bambara,la“etnia baulé” habla baulé, etc, Pero el campe *> lainvestigaciénafricanistadonde reina'vo: * nfusiémesel dela linghistica. Mientras ias investigaciones antropo:dgieas recientes permiten realizar cada vez una mayor desconstruccién dei objeto étnico, gracias sobre todo al estudio de las mis.viones precoloniales, de la historia del pablamieato, de lasredes de intercambio y de tas formas politicas, la focalizacién de los estudios Lnghistios sobre lamorfologle ylasniaxs no penmite que serealiceun enfoque conveniente de tos problema. -_splfsticos desde una perspective geogtéficae histérica. Sobre todo, io que les falta alos antropélogos es la definici6n de Areas lingiiisticas relativamente bien delimitadas y ubicadasen: el tiempo. Es verdad que en paises donde todavia la escolorizacién es escasa, es mds dificil que en regiones dor. ‘. las lenguas se ensefian masivamenteen la escuela definir precisamente esas éreas, por el hecho mismo de que esas Jenguas sonmuy dialectalizadas. Pero sin embargo, esatarvasiguesiendo Primordial, pues condiciona los progresos de Ia historigantropolégiva En efecto, muchos antropélogos hen insistido sobre la poca homogeneidad lingilistica de las diferentes “etnias” de las que, seguin se upone, deben ocuparge, A mento le lengua que tabla uto dle los segmentos de la “etnia” tiene més afinidad con la lengua iedad™, na que con otro segmento del mismo “grupa étaico”. Abundan los) ejemplos de esto: “bet < proximos algunos “ida” que aotros beté; / menos alejados de algunos “guro” que de otros 23 “dida", “¢>gon” originarios de aldeas situadas a diez kilimetros de istancie que no se entienden entre sy estan obligados a hablar peul(18). ‘Ademés, ia idea segia Ia cuz! la lengua determina la pertenencia a una “etnia” no elimina el problema de los grupos para los cuales contradicciénentre el“etnénimo” y lalenguaquese habla efect Tal eleselczzo des gente del Wasoton en Mali. quienes r~ pertenencia peul -lo que, como veremos, tiene una significaciénesencial- Ine poitca-y que hoblar une forms ge banbarssmalinke [Amsellee , 1979}. Por Uonsiguent, se debe establecer una especie de cores sner- 13 98 de areas lingtisticas. Es probable que asi se legaria a distinguir diferentes tipos de areas linglisticas en funcidn del lugar de cada sociedad _enel conjunto afticano precolonial: reas lingifstices "segmentarias”, es decir ércas donde la intercomprensién tiene escasa extensién geogratica sponde a sociedades “englobadas” o “segmentarias”, opuestas \_ Heaslinghisicas de gran extension que coresponden a sociedades“en- \_ globantes”,estatales o imperiales (19). i Esta oposiciéa recubre en parte otra distincién: la que se refiere a ladupla lenguas vehiculares/lenguas vernéculas. En Africa, las Jenguas vehiculares-como el bambara-alinke-diula el hausa-muchas veceshan salido de grandes formaciones estatales (imperio dé Mali, reino de Segu, Samorio estades hausa). La difusion de esas lenguas ésté vinculada alas conguisiasrealizades por esos estados, pero también lasredescomercia~ les internacionales precolr siales que surgieron de ellas y cuya accién a veces fue reforzada por el caloz:zador (20). Los espacios culturales y religiosos El proceso de desconstruccién del “objeto étnico” como objeto ideol6gico exige la localizacién, en el seap de Ja realidad africana precolonial, de cierto mimero de “rasgos” quéta falta de algo ravjor, se pueden calificar como ‘culturales” y cuyo mapa vale la pena trazar. Por *rasgo cultural” entendemos tanto ta vide material como las estructuras sociales y religiosas. Al lado de Jos actos que se refieren a la produccién, la disu.vucién y el consumo -evocados antes- haria falta conocer Ia distribucién en el espacio de instituciones tan diversas como las téenicas, los estilo “qui- 24 tectonicos, las formas artisticas, las modales en la mesa, las reglas de parentesco y de alianza, los cultos religiosos, las sociedaes secretas, etc, Qu. Estos mapas tendtian el mérito de delimitar “éreas culturales” y casdepoder (22) quenorecortaranas que establocianlossempiterns “mapas étnicos” del Africa y revelarian los contactos, los vinculos entre las diferentes “sociedades", en una palabra, ef peso y el trabajo de la historia sobre los diferentes elementos del conjunto afticano precolonial, el mismo modo, seria valioso conocer, para cada periodo histéri- £0, ladifusién de las grandes religior. ~ universalistas, yen particular del is! 2 lester sobroo dna rede unasy losreflujos dels islamizaciénen AGicaoccidental y oriental y determinar si elgunas regiones, actualmente consideradas “paganas” no son, de ° hecho, supervivencias de la fase de islamizacién precedente. . Ast, en el alto valle del Niger, en Mali, los cultos que hy’ se * considerah totalmente animistasson consagrados areliquias de morabitos ‘que vivieron hace siglos. Del mismo modo, la geomancia, que los musuimanes de Bamako consideran unainstitucién ipicaineniepolitelsta ¢s, sin duda, lo que subsiste de un proceso de islemizacién muy antiguo, Finalmente, poner en evidencia I oposicin musulraanes-paganos que desempefé y todavia desempefia un papel muy importaate en Atrica, Pe : seriael medio de hacer saltar cierto niimero de supuesios cortes “étnicos” -peul/dogon, fulbé/guiziga, massa; manin‘, jula/banmana,etc.-y de dar contenido concreto,es decir, sincrénico yespacial, al paradigma'‘salvajes! ciiizadesoiainenteoscuesioporclevolusionismostigiooms no (23). . Paradigms y mutaciones étnicas Si se concede primacia al conjunto sobre iss partes y sie aceptael * cardetetlopicamente primero de Un espacio iwemacional aban precolonial sobrelosdilerentes elementos quelo consttuyen estonces se debe admitirInexistencia de"‘cadenasde sociedades” dentrode lascuales se mueve,, los actores sociales, Estos ditimos, en funci6n del lugar que ‘ccupanenosdiferentes sistemas sociales, sn capaces decireunscribiren J+ lengua una serie de elementos significantes o semas que por una suma Los espacios coloniaies vimos.encisntascasssla“einia” esunacreaciin precol ‘9 de que es un modo de reagrupscién ideologica ‘ealgunos agentes, enperfecta continuidad con asunidades socie’ més pequelies que son Tos “clanes” y los “Iinajes” (34). Cuando las potencias Europeas se apoderan de A frica, se asiste a veces a un simple retomar de cierios “etndniraos” que se emplean en el mismo coxtexto 0 en otros diferentes. Bgro. en otros casos, se observa que un nuevo lexema se. ecta 2 un espacio eircunscripto pot la administracién colonial, sin ninguna referenciaauniaunidad social precolonial. El usorecurrentede taxinomias €inieas desiaca la continuidad existente entre la politica del estado precolonaly adel estado colonial, Enlos dos casos. un mismo proyecto esideel proceso de teritorializacién: reagrupar poblacionesy designar- Tes ‘por categorius comunes para cor.rolarias mejor. ‘Asi, el principal fendmeno de la colonizacisa es la imspo-sicidn de nuevos recortes territerisles (“circulos”, “distritos”, “territorios”) es Ent 28 decir, el fraccionamiento (35) deesa“economfa-mundo” que constitufael ‘Aiea colonial en uma mitfada Js que. us espacio: sciles que pronto seerigirinenotrast - s“razas",*tibus” y “etnias” (36), Mientras antes de Ta colonizacién esos diferentes espacio’ estaban imbricados dentro de “ cadenas de sociedades”, con la conquista asistiremos a una empresa de se expresa en un lenguaje “tribalisia” 0 "re“io- nalists™. Esta proyeccion del Estade neocoleniai sobre movimientos que selevantsncontraélesindicio de unaucbilidady wna alta de contrel sobre amplias fracciones de la pablacién, J. Definir cualquier musimiesto social { “regionalista”estratar dedescalificarlo alnegarle tod [2gltimiend, lacual, para los aparatos de los Estados afrieanos actuaies, slo se expresaria con Vocabulario modemniste. Sin embargo, es ficil comprobar que muchas veces e! Estado es el sesponsable de la forme que sdoptan las revuelias campesinaso lashueleas. Asi.el podersocialistade Mali, despuésde haber climinado poco tiempo después de la indeoende:.-ia un sindicato que agrupaba a muchos campesinos (38)cosi ov..a32 toas‘.creivindicacio- uulares a tomar como marco idcologico a 13s viejas “jefaturas” adas desucentenido jerézquico. ¥ poresto,si se puedeidentificar una entaciones del poder em aitica, es porque imitado por los 2ctuales aparatos de 9s de orden social, = pueden poncrse en era retomade} difundide no “sribalista” 0 15/19 Eopia, Nigeria. ete.)es_ Estado, m0 modemo” ay entonces como un sistema de elemertos signiicartes manipula tanto po losdominantes como polos dominados dentro de un espacio nacional o internacional. También es un medio de definicién social y un sistema de clasificacién queda acada uno su posicién dentro de una determinads estructura politica. Por esto, y contrariamente 2 muchas afirmaciones que ponen el acento en la periodizacién dela historia de Africa, parece que no existe un corte radical entre el “wibalisino modemo” y su homélogo antiguo. « E] movimiento de traspaso de las banveras “étnieas” (Barth, 1969; Lovejoy y Baier, 1975], de migraciones hacia las ciudades (la “destribalizacién”} (39) y de uilizaciOn de redes de nativos como modo de organizacién econdmica y social -“retribalizacién” (40) 0 “supertribalizacién”(41)- comenzé mucho antes que la colonizaciéa, como atestiguan Ja existencia de ciudades precoloniales y las redes comerciales internacionales, sobre todo les jula y hausa. Este mismo movimiento prosigue hoy facie las ciudades y las Plantaciones y culmina agrupando fuera de-los colectivos rurales y aldeanos a alzunos originarios de ellos. Asi, mds que un indice de modernidad, la “etnicidad” podria entonces aparecer ante todo como un producto de la urbanizacién, de la edificacisn estatal y del comescio en el sentido mas amplio del término, sea cual fus.z ei periodo eonsiderado. Si se acepta este punto de vista, es ficil comprobar que nada distingue en realidad al “tribalismo” 0 a la “etnicidad” africana del renacimiento del “reg snal'smo" que hoy existe en Europa. En los dos casos, esos movimientos de retomo a las fuentes, de “autenticidad” se ‘enraizan en fa realidad urbana, son una proyeceién ciudadana sobre una realidad rural v pasada puramente imaginaria. Tanto en Eurepa como en ‘Africa elalejamiento social y geogrifico permite das pureza yhomogencidad a un medio heterogéneo y jerarquizado. Conclusién: el Estado, ta ciudad, los intercambios Alo largo de este texto no pudimos evitarcierta ambigledad: la del uso de nociones como “clanes”, “linajes”, “tribu", “eunia”, Yew ”“ernieidad” ete, queaua utitizados con precau quien los ¢1 . Por cierto, en todo trabajo ———— epistemolégicoesnecesario partirdenociones empiricasparadesconstrur. fas y Teconstruir otro espacio concept..! mas apio para traducir una detérminada “realidad”. Sin embargo, quiza la antopologis es mas vulnerable que otros campos del conociniiento, en la medidad c.. que la separacién entre las realidades observadas y los conceptes wtilizados es muds débil que en otros casos. Asi, podido comprobar que en esta disciplina se reencontraban nociones 0 concepciones que eran apenas transpuestasde asmismas sociedades estudiadas odelamaneraenhablan sido aprehendidas por los colonizadores y los misioneros. {La existencia de ese imaginario antropoldgico, de ese mundo fantasmagérice-de "sujetos”, “sustancias” y “fetiches” es un freno consi- 3s tentados de no derable para el progreso del saber. Al limite, estartam« ‘utilizar ninguna de esas necionss, i Ja de™s punto estin carzadas de ideologia. puesto que impregnan las prosius Destads diversas, ineluyendo las mas cientficas y las ms positivi ‘Lejos de nosotros la voluntad de tirar Ia piedra a los antropdlogos ‘cuando utifizanacriticamente ciertaseategorias: el actode designacién es necesario aunque mas no fuera para volver un poco mas vividas obras tcuyas formulaciones muchas veces las obiigan a quedar reservadas 5610 para un piblico iniciado, Hecha esta reserva, persiste un abismo conside- Table entre la sofisticacign que prima en algunos campos antropolégices por ejemplo el pareniesco- y la falta casi absoluta de reflexion sobre ei ‘objeto mismo de esta disciplina. Pero, lo hemos visto curante nuestra tentativa de reconstruccién de las realidades africanas precoloniales que, segiin el angulo adoptido, se modificaba Ja naturaleze misma de reas. reslidades. De ese mod6, al poner ci acente sobre tes ve de sociedades”, la “economia-mindo”, los * espacios precolon''7s", el NGesarrollo desigual”, las “sociedades englobantes” y las “sociedades englobadas”, se trastrucca totalmente la vision que se puede tener de las sociedades africanas precoloniales. Mientras el andi isis antropologico y monografico sélo nos entregaentidawcs cerradas, el enfogue hist6rico, el esezdio ce la "morfogénesis de los sirsbolos” (42) nos hace descubrir ‘algunos “operadores” que son los estados, as ciudades, losintereambios. ‘Aceste respecte, las categorias étnicas solo aparecen como wn género particular de categories, las empleadas por organizaciones que intentan reagrupar bajo su bandera ciertos efectivos hummanos. Cuanto més se ‘esarrellen esas organizaciones, més ampiios serdn los efectivos. incer- porar y mas necesaria se volverd Ja ‘bn de esas categorias, de 32 awe \6 6/19 manera que las sociedades africanas no difieren fundamentalmente delas emis: producen categorias sociales, es decir ~ategorias que sirven para tlasificar socialmentea los agentes. Sélo con lacolonizacion esascatego~ ras sociales, esas “clases” sociales serin transformadas en “fetichismos dtricos", pues el ccsonizador, como los estados poscoloniates, tiene necesidad de borrer las jerarqulas precoloniales para imponer mejor las nuevas (43). En este sentido, la categorfa “etnia", y por eso mismo una buena partedelaantropotogta, estaréligada al colonialisio yal neacolonialismo, ho tanto porque esta disciplina se hubiera puesto al “servicio” del Jimperialismo, sino mas bien porque habria florecido en suseno y sehabria desarollad enidando en las formas coloniales de clasificacién. En adelante, una de las tareas de Ia antropologta, secundada por la lingiiisticay lahstoria, podria ser precisamente circunscribirseal universo seméntico de las categorias recogidas enel terreno en funciéa de la época, Gel lugar y de la sit. .ci6n social escogida. En lugar de partir de los tinénimos dados, de nogiones vacias que después hay que Ilenar con estructuras econémicas, politicas y religiosas, seria preferible mostrar como un térmnino ubicado enel tiempo y enel espacio adquiere progresi- ‘vamenteuna rultiplicidad de sentidos, en suma establecerlagénesisideal delos simbolos. - Notas Sobre este punto se puede consulta: nuestro articulo de orden general {Amseile, 1979}. A 2 Véase sobre esto J.-P. Chrétien (1981). , Sepuedesealarqueelusomtigndeléminnssinoectdesincadp deiguestzo, Enefecto, los griegosoponian ethnos (plural ethné)y polis (“ciudad”) Las sociedades decultura griega, peroalasqueles “faltaba” ta organizacién en ciudades-estados eran efhné, Muchas veces este término se traduce por“tribu’"(enalemén stamm)o por“estado tribal”, Segun V. Ehrenberg [1976.54] ¢3 “probable” que el ethnos “esté mu proxime a la sociedad primitiva”. Por Jo tanto, lafetaglontattomada Fiteralmente; esx’ eiencia de las sociedades “apoliticas’y'Bor eso mismo desprovistas de la posibilidad de ser “sujetos” de su propia. historia. Ena wadicion eclesidstica se perpetua una definicién negative 33 queilasnaerhns als enstianas naciones, los gentilesy fs pat anspor opasicicn ré, en la palabra “étnico”). (Lit J. Heaigamann, ar."eibu" en 4 Dieitonary of # 1964, p. 729, citado por M. Godelier (1973, 182 Perael vineuloenire las actinudes racistas y is utiliza= i?» Jelaenosiones Je “etnia” v de “etnicidad”, quiz valga le pena citar i exten este pesaje dei “profesor” Montadon, quien durante la ocupacién alemana ue nombravo por X. Vallat, “etnologo” del Comisariado de asus judios; "Cuando un hombre que lleva el apeliiia Silberstein ha sido bawtizado como cristiano, desciende detres generaciones decristianos, y segtin sus documentos sté casadocon una mujerariay hace beutizar asus hijos, pero es arrestado cuando esta por eruza: fa frontera suiza por miedo d» ser tomado por un ario y por tanto obligado « prestar servicio de relevo como tantos otros no infeudados a las potencias Jus: decimos que tal hombre tiene mentalidad judia y que la ley deberia dale ia posibilidad de volver a ser repistradlo corto judio: asi sich lugardehablarderaza dia ydeexplicarlsrazaporlarcligion laley se limara a hablar simplemente de etmicidad judia (subrayado nuestro J.-L.A). determinable por e} coniunto de los eriterivs que proveenlabiologia. lalengua lareligion, la sociologiay lapsicalogia”. Citads por, Biumenkrang (ed.). Histoire dos Jif on France. Paivat, Toulouse, 1972, p-406-407. Pera una explicacién de esta nocion. véase infta Véase también E. Colson (1951. 1953} y M, Fried {1968}. Vase tambign su texto en este libro HS. Lewis, citado por M. Godelier (op. cit.. 124] Poza ef sisia del Sudeste, vé.se por ajemplo B. Hours (1973, 2-28] quien muestracomo los lavé de Laos fueron rechazadosa lasmontatias por Jos invasores budistas lao y son considerados como los “esclavos del reino”, Para Ainérica latina veise ie cbra de André Marcel d'Ans guien revela que la presencia del inca. es decir, de hecho, del estado, impregna los mitos de los cashinaus, poblacign de “cazadores- recolectores” (Le Dir des vrais hommes. Myihes, contes, legendes et traditions des indiens Cashinawa, 10/18, UGE, 1978) Al contrariar ia radicién, puede parece: lamative que se coloque a ta produccién después de los intercambios, pera de hecho, como demos- WOH. Denis, “la determinacténen alti " es un abuso de autorid 34 t { I i 17/19 13 dur Schee, Paris, PUP, 1980. p. 46-111) Paralos messi, véase iuard (1975, 212 35y sig. a Viteratura sobre tos baulé es abundante: P. y M.A. de Salves!2 Marmier, “Les étapes du peupletnt" en Costa de Marfi, Minustetio del Plan, Etude regionale de Boauke, 196-1984, 1 Le peuplement. Abidjan, 1965,11-58;P, Etienne. Esscisde socioiogic baoule, Tesisde 43er. cielo, Paris, Sorbonne, 1975, incd.; T.C. Weiskel. French Colontal Rule and the Baule Peoples: Resistance and Collaboration, 1899- 1911. Tesisde doctorado, Balliol College, Oxford, 387 p, ined., 1976, P. Chaveau. Notesd histoire économique et sociale, Kokumboetsa + Baoule sud. Trabajos y documentos del Urstozs, 1° 104, Paris, i977} Skanes, op. e: 1979. C£Dozon, op. cit., Terray, op. cit., Deluz, op. cit. La tesis del origen mande de algunas poblaciones, como por ejemplo los “dan” y los “guro”, debe ponerse en tela de juicio en la medida en que es obra de Ic. “griots” “malinke”, habiles para incorporar a todos los pueblos del Oeste africano en la “matriz” mande (Deluz, ibid., 140) ode investiga- dores como Delafosse que constituyeron gnipos lingiisticos totalmen- te arbitrarios (como por ejemplo mande tan/mande fu). ‘Observacién personal entre los kuiibali de Sugula, Mali (18-2-1978). CE. J. Goody. Technology, Tradition and the State in Africa, OUP, Londres, 1971. Debe observarseque el término “gurunsi” segin Rouch {1956, 63-64] seria una palabra dagomba que: sitve para designara los “hombre de la selva” entre los cuales los dagomba iban a cazar sus esclavos, o el nombre que los mossi daban aos autéctonos rechazados por ellos més alld del Volta rojo. Esto debe ponerse en relacién con la etimologiadel témino“somba”, palabra b.ciba que se refiere alazona de razzia occidental de ese reing. Mercier [1968, 8). 4, ‘Seguin nuestr opinién, ese proceso de reciiazo explica las contradic ciones del mito banti sobre los pigmeos aka, que convierteaéstos tanto en civilizadores como en salvajes. Observacién personal. ‘Véase sobre esto P, Alexandre, Langues ef langage en Afrique noire, Paris, Payot, 1967, p. 22 y M. Houis. Anthropologie linguistique de W'Afrique noire. Paris, PUF, 1971, p. 109-110. En particular, e caso de la Costa de Ma-fil, donde los “diula” prosperaron a fa sombre de !a colonizacién francesa, 2 Un buen ejemplo de este tipo de sintesis es el trabajo de Y. Samori, une revolution dyula. .2, IFAN, Dakar, 1968,p.47-8R. Véase Tambien el cuadre eve indica las principales caracieristicas regiomiales del pais “guro” en Deiuz, op. cif. p. 18-19. 2 Ep este eas0, pienso Sobre todo en las agrupaciones territerisles de fine-zies y de "pora” sennfo (C.Fei, comunicaciéa persone!) ‘Aquialvoo tantoalevolusionisio de Morgan comoal mas reciente de G Deleuze y F. Guatian (L'Anti-Oedipe. Paris, Minui ‘Véanse igualmente jas nociones de “cabila” y “bonson’ “Clease de los“linajes” ylos"'clanes" essir, embarcs bastante parncido ‘al de ia “einia”. Pero existe la tendencia a ver en esas neciones expresiones de realidaces sociales invarlabies. Sin embargo esos 5, v sobre todo las construcciones que ¢ hacen a partir de elios, son ideologias. ‘Como todas las ideologias, 1a que se basa en el linaje segmentanoc en el clan nos ‘cerresponde 2 la organizacién: social vivica, pero ha influide sobre ésta.. Expresa mas bisn lo: que deberia ser yno Jo que es” (J. Vansina, 1980, 135). 8M. Izard (1977,320-311] demuestra que ct nino mooga slo es reivindicedo por ia gente comiin (Jase) dei reino de Yatengs. “ase sobre esto C.-H. Perrot [1981]. : » CEAmselle ef a. 1979 cy Yaya Konate, Kunuba Mali, 8-1-1981 2 Se podré cbjetamos que reintroducimos subrepticiamente nombres de etruas, clanes y Jinajes, Cuando preguntamos a uno de nuestros informants si el antepasado de ese “linaje supremo” de hecho ne cra, ;que los“senufo” eran “banmanan fin”, querion- do decir que su antepasado or2 un pega “Sin” ¥ que el color negro indicaba el cardcter particularmente pagano de ese personsje, El indica, designe zonaaniescontsiadapotlagentede Wasolon TAmselle ef al., 1979¢, nota 16, p. 416} Bx cuanto al término mnaninka” 2s la deformacion del vocablo “mandsaka” aye significa “gente del Mande” y se refiere a un espacio politico que S@ extiende desde Kurusa (Guinea) hasta Wayewayanko (cerca de Bambko) y de Kitaa Kama sobre cl Sankarani (Mamadi Keita, Narena, Mali 29-12- 1980). Hay que destacar que los patronimicos (jam) como Jakite o Konate se empleaban poco antes de la colonizacién, Son nombres honorables ¢ divisas que utilizaban sobre todo los griots (fel). » Selec esirenesuse delta" eh tase Arms 977 7 228). u 2 ee 8/19 » © Utilizamos esta nocién en un sentido algo diferente del de C.Levi- ‘Swrauss (“Introduction a!” oeuvre de M.Mauss”,en M, Mauss. Sociologie et Anthropologie. Paris, PUF, 1960, p. ‘XLLEX). Para ros, Un Significante flotante es aquel que enviae una cantidad de significados. Sobre la nocion de “performativo” véase J.-L. Austin (Quand dir c'est faire. Le Seuil, 1970, p. 39-42) y E.Benveniste (“La philosofie analytiqueetle langage” en Problemesde inguistique générale, Panis," Gallimard, 1966, p. 269 y sig.). Al afirmar que la utilizacion del “eménimo" es “performativo” queremos deeir simplemente que la aplicacién de un significante a un grupo social crea por simismo ese grupo social. *Quisiera : “clar claramente el funesto error que siempre se comete cuando se aborda la explicacién del empleo de una palabra sin ‘considerar seriamente sino una parte minima de los contextos en que dehecho se emplea”. Citado porG. LaneenJ.-L. Austi, op. lt.,p.15. Véase ei texto de J. Bazin en este mismo volumen. No petendemos devs que los gos de fillcionno existe, pero es nei erible postular unaheteroge imigeniaparacercarmejor! Pee ehmogaeidsdaccos gues Cf. Amsclie [1981]. CE Amselle (1974). ‘Un buen ejemplo de este proceso se encuentra en Dozon, op. cit, CED. Narbeburu, Syndicalisme agricole etcooperatisme horticole au ‘Mali, Diploma de ia Escuela de altos estudios en ciencias sociales, Paris, 1980. CEA. Richards [1939], G, Wilson [1942] y Ia critica de este enfoque realizado por M.Gluckman, en W.Watson, op. cit, X-XVI, asi como nuestro anilisis [Amselle ed. 1976, 30-32]. Se vuelve aencontraresta ngustia de la “destribalizacién” en un contexto muy diferente que es el del “etnocidio” (R. Jaulin. La Paix blanche. Paris, Le Seuil, 1970), Sobre el so de esta nocién, véase A.Cohen, op. cif.2y lacritica de P. Lovejoy {1980 b, 45}. Cf. J. Rouch, op. ci ‘No establecemos diferencia entre tuna organizacién y su representa- cidn, siguiendo en estoa M. Augé. Pouvoirs de vie, powvoirs de.mort. Paris, Flammarion, 1977, p. 83. Para an buen analisis deese problema, véase C. Deverre {1980}, quien ‘muestra que en México, la categoria “indio” significa “camyesino” y 37 Albergoni y Pouillon (1976] quienes subrayan que en el extremo Sur ‘tunecino ef término "bereber” de hecho es sindnimo de dependiente. ‘Traduccién: Marfa Elena Vela s919!

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