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• http://www.rebelion.org/noticia.php?id=59390
Howard Zinn se alistó en la Segunda Guerra Mundial como piloto de las Fuerzas
Aéreas estadounidenses y participó en bombardeos contra los nazis en Europa. A
pesar de estar convencido de encontrarse en el bando adecuado, las atrocidades que
pudo contemplar, y en alguna de ella participar activamente, le hizo llegar a la
conclusión de que “nunca más”. El libro “Sobre la guerra. La paz como imperativo
moral”, es un noble alegato contra la guerra por parte de un historiador convencido de
que nunca la violencia está exenta de injusticias, matanzas indiscriminadas y actos
brutales que impiden definir claramente la línea que divide el bien del mal. Zinn,
catedrático emérito de ciencias políticas e historia social en la Universidad de Boston,
lo tiene muy claro. “Nuestros enemigos más mortíferos no se ocultan en cuevas y
campamentos en el extranjero, sino en las salas de juntas de las empresas y en las
oficina gubernamentales: allí se toman decisiones que condenan a millones de personas
a la muerte y la miseria, no de forma deliberada, sino como daño colateral en la
búsqueda del dinero y el poder”.
También nos presenta un valioso mensaje, y es del valor y el poder moral que puede
tener un pueblo convencido de la justicia de su lucha frente a las armas y el dinero:
“Ningún frío cálculo del balance de fuerzas debería disuadir a un pueblo convencido de
que su causa es justa”.
La obra “Sobre la guerra” recopila textos escritos entre 2001 y 2006 y aparecidos en
diversas publicaciones estadounidenses donde repasa esos escenarios de barbarie y
sin razón de ayer o de hoy que son Iraq, la mal denominada guerra contra el
terrorismo, Vietnam, Libia, Yugoslavia, la segunda Guerra Mundial…
Creo que lo mejor que se puede decir de Howard Zinn después de leer este libro es
que si todas las personas pensaran como él, el mundo sería mucho mejor. Y si un
hombre, con 85 años, que lleva más de medio siglo enfrentando la adversidad dentro
del país más poderoso de la Tierra dirigido por el gobierno más criminal del planeta,
sigue animándonos a luchar y seguir defendiendo la esperanza, sin duda alguna
tenemos que acompañarlo.
Howard Zinn. ““Sobre la guerra. La paz como imperativo moral”. Traducido por
Ramón Vilà Vernis. Debate. Barcelona. Febrero 2007. www.editorialdebate.com
Nueva York, 27 de enero. Howard Zinn, el historiador que narró la otra historia de
Estados Unidos, desde el punto de vista de los de abajo, a lo largo de su carrera,
falleció este miércoles a los 87 años de edad.
Autor de varios libros, entre ellos el texto de historia más vendido, La otra historia
de Estados Unidos (A People’s History of the United States), ponente, articulista,
dramaturgo (Marx en Soho y una obra sobre Emma Goldman) y colaborador de La
Jornada, era profesor emérito de historia en la Universidad de Boston.
Una de las voces independientes de izquierda, fue uno de los intelectuales más
admirados por veteranos de las luchas sociales de la posguerra como por jóvenes, por
su vida de praxis: era pensamiento y acción. El problema no es la desobediencia civil,
sino la obediencia civil, afirmó en un discurso en Baltimore en los años 60, durante un
acto al cual acudió en lugar de presentarse ante un juez para ser sentenciado por sus
acciones contra la guerra en Vietnam; después, cuando regresó a la Universidad de
Boston, un par de policías lo esperaban para arrestarlo.
Nació en Nueva York en 1922, hijo de inmigrantes judíos que vivieron en una colonia de
clase trabajadora en Brooklyn. Se educó en la Universidad de Nueva York y en la
Universidad de Columbia, donde recibió su doctorado en historia. En 1956 se le
ofreció una plaza en Spelman College, una universidad para mujeres
afroestadunidenses, en lo que era entonces la ciudad racialmente segregada de
Atlanta.
Ahí participó en los inicios del movimiento de derechos civiles, alentado a sus
estudiantes a participar en él. Una de ellas era Alice Walker, autora de El color
púrpura, quien se hizo amiga de toda la vida de Zinn. Despedido de Spelman por
insubordinación, Zinn fue contratado como profesor por la Universidad de Boston,
donde continuó su activismo, tanto en el movimiento de derechos civiles como contra
la guerra en Vietnam (uno de los primeros intelectuales estadunidenses en hacerlo).
Se jubiló en 1988 y pasó su último día apoyando una huelga de enfermeras, pero nunca
dejó de trabajar, y gozar, en la desobediencia al poder, a la imposición, a la guerra y al
imperialismo. En numerosas entrevistas con La Jornada, donde también contribuyó con
decenas de artículos a lo largo de los últimos años, este ser digno, humano y modesto
nunca perdió el optimismo sobre la capacidad del ser humano para rescatar a la
humanidad con la rebelión ante la opresión de todo tipo.
Preguntado porqué en Estados Unidos había tan pocas señales de un movimiento
masivo progresista en la era de George W. Bush, respondió que había más vitalidad y
expresión progresista que en los años 60, pero estaba fragmentada y más aislada de sí
misma, aunque presente en casi todas las esquinas.
En lo que tal vez fue su última aportación a un medio, Zinn escribió unos párrafos para
The Nation sobre el primer año de Barack Obama. No me ha decepcionado
terriblemente porque no esperaba mucho de él. Esperaba que fuera un presidente
demócrata tradicional. En política exterior, eso es poco diferente a un republicano:
nacionalista, expansionista, imperial y bélico. La gente está apantallada por la retórica
de Obama, y creo que ya debería empezar a entender que será un presidente
mediocre, lo cual significa, en estos tiempos, un mandatario peligroso, a menos que se
presente un movimiento nacional para empujarlo en una dirección mejor, escribió Zinn.
Recientemente había realizado un teatro de lecturas en voz alta con diversos actores
y músicos reconocidos (Tim Robbins, Damon, Springsteen), y otros de discursos,
canciones, versos, cartas y más sobre figuras históricas, algunas famosas otras no,
que reflejan la historia desde debajo de este país. Un documental sobre lo anterior
fue grabado y trasmitido por el History Channel el mes pasado, y el video estará
pronto a la venta. Los textos forman parte de Voices of a People’s History of the
United States, un volumen de los materiales primarios que utilizó para su famoso
texto de historia.
http://www.jornada.unam.mx/2010/01/28/index.php?section=mundo&article=021n2mun
Referencias:
Libros:
"La otra historia de los Estados Unidos", "Estados Unidos: Por qué tener esperanzas
en tiempos difíciles", "Nadie es neutral en un tren en marcha", "Emma", "Marx en el
Soho" "Sobre la guerra. La paz como imperativo moral", de Howard Zinn
La otra historia de los Estados Unidos, traducción de Toni Strubel, Hiru, 1997.
Estados Unidos: Por qué tener esperanzas en tiempos difíciles; La resistencia
ignorada; La revuelta de los guardianes, traducción de Valeria Verona, Hiru, 1998.
Emma, traducción de Tony Strubbel, Hiru, 2001.
Nadie es neutral en un tren en marcha, traducción de Roser Berdagué, Hiru, 2001.
Marx en el Soho, traducción de José Sastre, Hiru, 2002.
Sobre la guerra: la paz como imperativo moral, traducción de Ramón Vilà, Debate,
2007.
Reseña de “Sobre la guerra. La paz como imperativo moral”, de Howard Zinn Los
principios de un hombre al que debemos unirnos Pascual Serrano 22-11-2007
Hoy -por ayer- hemos sabido que Howard Zinn ha muerto. Es difícil expresar la
tristeza profunda que nos ha causado en la editorial. Porque en Hiru tenemos miles de
razones para considerar a este gran autor norteamericano no sólo un gran escritor y
un valiente activista, sino un gran, grandísimo amigo. Desde que en Hiru le publicamos
su libro «La Otra Historia de los EEUU», al que siguieron otros libros suyos, Howard
se mostró siempre dispuesto, solidario y generoso con nosotros, a sabiendas de que
esa pequeña editorial del País Vasco no le reportaría grandes beneficios económicos,
sino otros valores, para él mucho más importantes.
Desde el principio de nuestra relación, Howard Zinn conectó intelectual y
humanamente de inmediato con Eva Forest, y ambos se aventuraron en una relación en
donde lo más importante no era la de editor-escritor, sino las relaciones humanas y el
compartir una misma idea del mundo.
Por eso, cuando Howard renunció a sus derechos sobre su afamada obra para que Hiru
pudiera editar otros libros, estaba iniciando algo que tendría su continuidad a lo largo
de los años: Los Libros Solidarios. Es decir, libros financiados con los derechos
cedidos por otro autor de la casa. Así pudimos hacer el libro «Haití para qué», de Paul
Farmer.
Como escribió Eva Forest en su texto «Hiru: ¿es realmente una editorial?»: «...Cuando
nos visitó Howard Zinn, en los 90, en su presentación en el Ateneo de Madrid y en un
centro de obreros parados de Leganés, yo se lo dije: `Usted es responsable de que
exista Hiru. Puede decirse que nuestra editorial en parte ha nacido de la necesidad de
publicarlo a usted'. Y le dimos las gracias. Y él, con su sensibilidad exquisita, dijo que
si teníamos paciencia iba a decirnos unas palabras en su mal castellano. Y fue muy
emocionante lo que les dijo a los obreros. Al regreso a los EEUU no quiso cobrar los
derechos de aquella edición y los empleamos en los libros solidarios. Ésta es nuestra
relación con los autores»...
También fueron numerosas las veces en las que se le solicitó su apoyo para causas
solidarias, y Howard Zinn siempre estuvo ahí: «¡contad con mi nombre!», era siempre
su respuesta. Y contamos con él.
Y seguimos contando.
Howard Zinn, amigo, como te escribimos en numerosas ocasiones, aquí te admiramos y
respetamos, pero por encima de todo, te queremos.