devino menos dura de lo esperado. El servicio de propaganda del rgimen esperaba un estadio vaco, a los pocos presentes quemndose a lo bonzo o arrancado asientos del gradero y la lapidacin pblica del ex gur colchonero llamado el Cholo. Sin embargo, por alguna extraa conjuncin de los astros, nada de todo ello sucedi. El Vicente Caldern (por muchos aos ms) se llen en el da del Nio rojiblanco, el personal aplaudi, anim y core a todo bicho viviente y Simeone no fue sacado a hombros porque penaba en el palco su ltima expulsin. Los profetas del permanente apocalipsis ajeno y nunca del propio se quedaron con cara de lelos. Gan el Atltico en la vuelta a la liga y apuntala as, el tercer puesto. Un partido cmodo en el desarrollo y el desenlace, pese a que el cero a cero al descanso podra haber despertado algn fantasma amenazador. Las dudas iniciales quedaron sepultadas en un arren areo mediado el primer tiempo. Llegaban las pelotas como morteros y ah el Atltico goz de ocasiones de sobra como para marcar. Tiene Fran Escrib y su Elche un mrito sideral. Los ilicitanos son,
probablemente, el equipo de primera
divisin con menos calidad, con menos efectivos y, para ms inri, no cobran o la hacen tarde. Pese a ello, marchan holgadamente por encima del descenso y con colchn para gestionar las ltimas jornadas. Para su desgracia, puede que todo esto no sirva de nada, si termina perdiendo la categora en los despachos por la incompetencia de sus dirigentes. Una injusticia como la copa de un pino.
La segunda mitad no movi el
decorado. El dominio era rojiblanco y, ahora s, apareci la puntera. Griezmann en dos ocasiones (el muchacho sigue coleccionando dobletes) y Ral Garca tumbaron la resistencia ilicitana. Al Atltico le queda la clasificacin para la Champions como objetivo del ao. Un curso iniciado con la victoria en la Supercopa de Espaa que siempre trae efectos colaterales. Siendo el trofeo gafe, incapacita para vencer en nada ms lo que resta de temporada. Por ensima ocasin, la estadstica vino a darnos la razn. Cierto que las estadsticas ni lo son, ni lo reflejan todo, ms sera de temerarios darlas de lado. La probabilidad rige cualquier aspecto de nuestras vidas. La de los ttulos del Atltico estaba reducida al mnimo.