no tienen el mismo sonido esperando que lleguen a tus odos. Se deforma su lnea recta, cambian su acento pronunciado, se hacen ms lejanas, esperando que lleguen a tus odos. Trepan por las paredes hmedas, escapan de su guarida oscura, ya casi no son mas esperando que lleguen a tus odos. Una brisa de angustia las arrastra, las inserta en un juego sangriento y las acostumbra a la tristeza, esperando que lleguen a tus odos. A veces las tumban de su altar, huracanes de sueos blancos, se van tiendo de aguda esperanza creyendo llegar a tus odos.