Pedro Uriel Castaeda Montiel, 2A, Datos segn el tipo de aprendisaje del alumno
kinestesico; 33% visual; 31%
auditivo; 37%
La Ex cancha de San Pedro
Antes del ao 1600, en la actual esquina de la 4 norte y 2 oriente, se erigi un majestuoso edificio colonial, que durante muchos aos funcion como un hospital, dependiendo del rgimen en turno, a cargo de la milicia, la Iglesia y el Estado. La enorme edificacin atraves por muchas transiciones, sus instalaciones fueron divididas y puestas en renta para la colocacin de viviendas y comercios, hasta que en 1946, fue dispuesto para actividades deportivas por el Gobierno del Estado y bautizado, en honor al antiguo recinto para la atencin mdica y quirrgica, como La Cancha de San Pedro. Para 1964, el inmueble pas a formar parte de la Escuela de Arte Teatral de Puebla y poco ms de una dcada despus, se convirti en la Biblioteca Pblica del Estado, la oficina de pasaportes, el registro civil y sede otros departamentos de la administracin. A partir del 1998, el antiqusimo edificio fue restaurado y dispuesto como un museo, que dos aos ms tarde, abri sus puertas bajo el nombre de San Pedro Museo de Arte, siendo este momento cuando comenz el terror.
Los trabajos de restitucin del edificio fueron
realizados bajo la direccin del arquelogo Eduardo Merlo -actual asesor de cultura de la Universidad Popular Autnoma del Estado de Puebla-, quien relat que cuando levantaron el antiguo adoqun para reemplazarlo por el piso que hoy conocemos, fueron encontrados cientos de esqueletos humanos. Al parecer, durante la poca en la que el inmueble funcion como centro hospitalario, aquellos que no resultaban victoriosos de las prcticas mdicas, eran enterrados en el propio patio del recinto, dejando sepultados a cientos de nios, adultos y ancianos debajo de la hasta hoy conocida como Ex cancha de San Pedro. Pero eso no es todo, se dice que dos de las almas de aquellos perecidos y enterrados en el sitio, deambulan por los rincones de la actual galera; algunos de los trabajadores del museo aseveran haber visto en numerosas ocasiones a una pequeita corretear incansablemente por las escaleras y aunado al espectro, se escuchan continuamente sus risas y el sonido de sus zapatitos contra los escalones. Adems, se afirma que en los patios, algunos han divisado la silueta de un hombre vestido a la usanza
nortea, que al atravesar las luces, parece fundirse
con los obscuros muros que enmarcan la edificacin.