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= ANTROPOLOGIA fia x IWC TUG ONE MU DATO SITEUNLVEWE con temas de la cultura hispana Conrad Phillip Kottak Sexta edicién ANTROPOLOGIA Una exploracién de la diversidad humana con temas de la cultura hispana Sexta edicién Conrad Phillip Kottak ‘The University of Michigan Con Ia colaboracién de: M." JESUS BUXO I REY TOMAS CALVO BUEZAS. JUAN A. FERNANDEZ ROTA FRANCISCO GINER ABATI JOSE A. GONZALEZ ALCANTUD DOLORES JULIANO CORREGIDO. BEATRIZ MONCO REBOLLO PAZ MORENO FELIU ‘Traductor: José C. Lisén Arcal Departamento de Antropologia Social Facultad de Sociologia Universidad Complutense de Madrid McGraw-Hill MADRID BUENOS AIRES « CARACAS - GUATEMALA LISBOA» MEXICO NUEVA YORK PANAMA » SAN JUAN » SANTAFE DE BOGOTA SANTIAGO - SAO PAULO MON oASAN FRANCISCO * SIDNEY « SINGAPUR * St. LOUIS * TOKIO * TORONTO ANTROPOLOGLA. Sexta edicion [No esta permitida la reproduccién total o parcial de este libro, ni su tratamiento infor ‘matico, nila transmisién de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electronico, ‘mecinico, por fotocopia, por registro w otros métods, sn el permiso previo y por eseti~ toe los titulares del Copyright. DERECHOS RESERVADOS © 1994 respeeto¢ la primera edicion en espatiol por McGRAW-HILL/INTERAMERICANA DE ESPANA, S. A. Edificio Valrealty, 1 planta Basauri 17 28023 Aravaca (Madrid) “Traducido y adaptado de la sexta edicién en inglés de Anthropology. The Exploration of Human Diversity Copyright © MCMXCIViby MeGRAW-HILL, Ine. U.S.A ISBN: 0-07-035918.0 ISBN: 84-481-1806-9 Depésito legal: M-30.112-1994 Editor de la edicin en espafiol: Isabel Capella Cubierta: Estudio F.Pituela ‘Compuesto en: Puntographic, S. L. Impreso en: Lavel, S.A. Industria Grafica IMPRESO EN ESPANA - PRINTED IN SPAIN CAPITULO 14 GENERO CUESTIONES DE GENERO ENTRE LOS FORRAJEROS En las noticias: Roles de género masai CUESTIONES DE GENERO ENTRE LOS HORTICULTORES Estratificacion de género reducida. Sociedades matrilineales, uxorilocales Estratificacion de género reducida, Sociedades matrifocales Estratificacion de género aumentada, Sociedades patrilineales virilocales La homosexualidad etoro Las mujeres tienen un status elevado en las sociedades matriineales uxorilocales porque la pertenencia al grupo de filiacion, la sucesion a los cargos politicos, la distribucion de la tierra y la identidad social global se obtienen a través de los culos femeninos, Entre estas minangkabau de Negeri Sembilan (Malasia), la matrilinealidad hacia @ las ‘mujeres las Gnicas herederas de los campos de arroz ancestrales y promovia agrupaciones de parientes femeninos, CUESTIONES DE GENERO ENTRE LOS AGRICULTORES CUESTIONES DE GENERO ENTRE LOS PASTORES Recuadro: Mujeres ocultas, hombres piiblicos. Mujeres piiblicas, hombres ocultos INDUSTRIALISMO Y CUESTIONES DE GENERO La feminizacion de la pobreza @QUE DETERMINA LA VARIACION EN | LAS CUESTIONES DE GENERO? 1 314 ANTROPOLOGIA Puesto que los antropélogos estudian la biologéa, la psicologia, la sociedad y la cultura, se encuentran en una posicidn tinica para tratar sobre la naturaleza (pre- disposiciones bioldgicas) y la educacién (entorno) como determinantes del comportamiento humano. Las actitudes, los valores y el comportamiento humanos estan limitados no sdlo por nuestras predisposiciones genéticas —que son dificiles de identificar—, sino también por nuestras experiencias durante el proceso de enculturacién. Nuestros atributos como adultos se hallan determinados tanto por nuestros genes como por el entorno en el que se ha producido nuestro de= sarrollo. Hoy dia se debate sobre los efectos de la naturale- zay la educaci6n en la arena cientifica y en la publica. Los naturalistas asumen que algiin —no se ponen de acuerdo en qué medida—comportamiento humano y parte de la organizacién social estan biolégicamente derterminados. Los culturalistas, o defensores de la influencia del medio ambiente, no niegan que algu- nos aspectos universales del comportamiento hums no puedan tener una base genética, Sin embargo, en- cuentran que la mayoria de los intentos de vincular el comportamiento con los genes son poco convincen- tes. La asuncién bisica de la teoria del medio ambiente es que el éxito evolutivo humano descansa en la fle- xibilidad, o habilidad para adaptarse de diversas for- mas. Puesto que la adaptacién humana depende tan fuertemente del aprendizaje cultural, podemos cam- biar nuestro comportamiento mis rapidamente que los miembros de otras especies. El debate naturaleza-cultura emerge en la discu- sién de los roles humanos de sexo-género y de la sexua- lidad. Los hombres y la mujeres son genéticamente diferentes. Las mujeres tienen dos cromosomas X y los hombres tienen un X y un Y. El padre determina el sexo del bebé porque sélo él tiene el cromosoma Y para transmitirlo. La madre siempre proporciona el cromosoma X, La diferencia cromos6mica se expresa en contras- tes hormonales y fisiolgicos, Los humanos son sexual- mente dimérficos, El dimorfismo sexual se refiere a Jas diferencias notables entre la biologia masculina y femenina ademés de los contrastes en pechos y geni- tales. Los hombres y las mujeres difieren no s6lo en sus caracteristicas sexuales primarias (rganos geni- tales y reproductores) y secundarias (pechos, voz, distribucién del pelo), sino en la altura, el peso y 1a fuerza medios. Sin embargo, zhasta dénde nos llevan estas dife- rencias determinadas genética y fisiolgicamente? {Qué efectos tienen en la forma en que actian y son tratados hombres y mujeres en las diferentes cultu- ras? Enel lado culturalista o ambientalista, los antro- pOlogos han descubierto unas variaciones sustanciales entre los roles de los hombres y de las mujeres en diferentes culturas. La posicién antropoligica sobre los roles de sexo-género y la biologia podria establ cerse en los siguientes términos: La naturaleza biolégica de hombres y mujeres [debe- ria ser vista] no como un estrecho recinto limitador del organismo humano, sino, mas bien, como una am- plia base sobre Ia que puede construirse toda una varie- dad de estructuras (Friedl, 1975, pag. 6), Aunque en la mayoria de las culturas los hombres tienden a ser algo més agresivos que las mujeres, muchas de las diferencias actitudinales y conductua- les entre los sexos emergen de la cultura en lugar de la Biologia. Las diferencias de sexo son biolégicas, pero el género abarea todos los rasgos que una cultu- ra atribuye e inculca a hombres y mujeres. En otras palabras, el «género» se refiere a la construccién cul- tural de las caracteristicas masculinas y femeninas (Rosaldo, 19800). Dadas «las ricas y variadas construcciones del ‘género», dentro del ambito de la diversidad cultural, Susan Bourque y Kay Warren (1987) sefialan que no siempre se aplican las mismas imagenes de masculi- nidad y de feminidad. Margaret Mead hizo uno de los primeros estudios etnograficos sobre la variacién de los roles de género, Su libro Sexo y temperamento en tres sociedades. primitivas (1935/1950) se basa- ba en el trabajo de campo en tres sociedades de P: pia Nueva Guinea: los arapesh, los mundugumor y Jos tchambuli. La medida en que variaban las personali- dades de hombres y mujeres en estas tres sociedades ubicadas en la misma isla llamé la atencién de Mar- garet Mead. Se encontré con que los hombres y mu- jetes arapesh actuaban como los norteamericanos habian esperado tradicionalmente que lo hicieran las mujeres; de forma suave, paternal y sensible. Los hombres y mujeres mundugumor, por el contrario, actuaban como ella creia que nosotros esperamos que se comporten los hombres; de forma fiera y agresiva. Los hombres tchambuli eran «felinos», se rizaban el pelo e iban de compras, mientras que las mujeres tchambuli eran enérgicas y organizadoras y daban menos importancia al aspecto personal de lo que lo hacian los hombres. [Recurriendo a su reciente caso de estudio sobre fos tchambuli, a quienes ellos tla- man los chambri, Errington y Gewertz (1987), aun- que reconocen la maleabilidad del género, han discu- tido los datos especificos del relato de Mead.] Hay un campo creciente de estudios feministas dentro de la antropologia (di Leonardo, ed. 1991; Nash y Safa, 1986; Rosaldo, 19806; Strathern, 1988), y en osafios recientes los etndgrafos han estado recogiendo datos etnogrificos sistematicos sobre el género en muchos entornos culturales (Morgen, ed. 1989; Mukho- padhyay y Higgins, 1988). Podemos ver que los roles de género varian con el entorno, la economia, la es trategia adaptante y el nivel de complejidad social. Antes de examinar los datos transculturales, precisa- mos de algunas definiciones. Roles de género son las tareas y actividades que una cultura asigna a los sexos. Relacionados con los roles de género estin los estereotipos de género, que son ideas demasiado simplificadas, pero fuertemente asumidas sobre las caracteristicas de varones y mu- jeres. La estratificacion de género describe una tual de recompensas (recursos so- cialmente valorados, poder, prestigio y libertad per- sonal) entre hombres y mujeres, reflejando sus po- siciones diferentes en una jerarquia social (Light, Keller y Calhoun, 1994). Segiin Ann Stoller (1977), Jos «determinantes econémicos del status femenino», incluyen libertad 0 autonomia (en la disposicién del propio trabajo y de sus frutos) y poder social (con- trol sobre las vidas, el trabajo y la produccién de otros). En las sociedades sin estado, la estratificacion de género suele ser mas evidente con respecto al pres- tigio que a la riqueza. En su estudio sobre los ilon- gotes del norte de Luzén, en Filipinas, Michelle Ro- saldo (1980a) describié las diferencias de género relacionadas con el valor cultural positivo atribuido a la aventura, el viaje y el conocimiento det mundo externo. Los varones ilongotes, en tanto que cazado- tes de cabezas, visitaban lugares alejados con mas frecuencia que las mujeres. Adquirian conocimiento del mundo externo, amasaban experiencias alli y re- ‘gresaban para expresar sus conocimientos, aventuras y sentimientos en la oratoria piblica. Como resultado de ello eran aclamados. Las mujeres tenian menos prestigio porque carecian de experiencias externas GeNERO |=. 315, sobre las que basar sus conocimientos y su expresin dramatica, Sobre la base del estudio de Rosaldo y de hallazgos realizados en otras sociedades sin estado, Ong (1989) argumenta que tenemos que disting entre sistemas de prestigio y poder real en una socie- dad dada. El prestigio elevado por parte de los varo- nes puede no implicar que los hombres tengan poder politico o econémico por encima de sus familias, CUESTIONES DE GENERO ENTRE LOS FORRAJEROS Diversos estudios han mostrado que los roles econé- micos afectan a la estratificacion de género. En un estudio transcultural, Peggy Sanday (1974) encontré que la estratificaciin de género decrecia cuando hom- bres y'mujeres hacian contribuciones relativamente iguales a la subsistencia, La-estratificacién de género se exiremaba cuando las mujeres contribuian bien con ‘mucho mas eon mucho menos que los hombres. Este hallazgo se aplicaba principalmente a los pro- ductores de alimentos, no a los forrajeros. En éstas ‘iltimas sociedades, la estratificacién llegaba al maximo cuando los hombres contribuian a la dieta con mucho ‘mas que las mujeres. Esto era cierto entre los esqui- males, inuit y otros cazadores y pescadores septen- trionales. Entre los forrajeros tropicales, por el con- trario, la recoleccién suele proporcionar mas alimentos que la caza y la pesca. La recoleccién suele ser tarea de las mujeres; 1a caza y 1a pesca de los hombres. Siendo prominente la recoleccién, el status de género tiende a ser mas igual que cuando la caza y la pesca son las principales actividades de subsistencia. El status de género es también mas igual cuando las esferas doméstica y piblica no se hallan tajantemen- te separadas. La fuerte diferenciacién entre el mundo doméstico y el exterior se denomina la dicotomia doméstico-pil © el contraste puiblico-privado. El mundo externo puede incluir la politica, el comer- cio, la guerra, o el trabajo. Con frecuencia, cuando las esferas doméstica y publica se hallan claramente separadas, las actividades pablicas tienen un mayor prestigio que las domésticas. Esto puede promover la estratificacién de género, porque los hombres tien- den a se mas activos en la esfera piblica que las muje- res, Transculturalmente, las actividades de las mujeres tienden a estar més proximas al hogar que las de los hombres. Asi, otra razén por la que los forrajeros tiene 316 — ANTROPOLOGIA Una divisidn del trabajo basada en el género es algo encontrado en todas las cultaras, pero las tareas asignadas por 2énero no reflejan necesariamente dife- rencias de fortaleza o resistencia. Mu- chas sociedades productoras de ali- mentos incluidos los pastores masai, patrilineales y poliginicos, aqui descri- tos, asignan los trabajos duros de sub- sistencia a las mujeres, dejando a los hombres libres para ser guerrero: ‘queadores, Este articulo describe tam- bien el creciente empobrecimiento de Jos masai en el rea del erdter del Ngo- rongoro, donde la mayor parte de sus ppastos tradicionales integran ahora una reserva para animales salvajes y eco- turismo, Area de Conservacién del Ngoron- goro, Tanzania. Parimitoro Ole Ka- siaro, un adulto de treinta y cinco afios, de la tribu masai, se cas6 recientemente con su tercera esposa. Le espera una cuarta, una nifia de diez aflos pagada con ganado a su padre por el padre de Kasiaro antes de que ella naciera Con tres esposas subalimentadas ¥ tres hijos flacuchos, Kasiaro, cuyas ‘vacas mueren de enfermedad y que confiesa que con frecuencia él mismo pasa hambre, sabe que no puede permi= tirse otra esposa. Pero Ja costumbre miasai, qué es la ley suprema entre las chozas de barro y bosta, aqui al borde de la llamura de Serengeti, dicta que Megado el momento, tiene que casarse de nuevo. Kasiaro esti orgulloso de su heren- cia masai, que los antropélogos en- cuentran admirable por sertan flexible 4 fas influencias occidentales. Pero aadmite sentirse molesto por algunos aspectos de su sociedad, especialmente por el miserable tratamiento dado a las mujeres. «Los hombres de esta comuni- dad viven como supervisores», dice, examinando un grupo de mujeres sen~ tadas.en la tierra. Las mujeres des- ansan tras acarrear bidones de agua desde un riachuelo mientras. los ‘hombres fas miran, «Deja que las mu- jeres hagan todas las. actividades cotidianas, No es imisual ver a una ‘mujer, aunque esté embarazada, cui- dando las vacas, ovejas y cabras, 0 lle- ‘vando burros a por harina de maiz hasta las tiendas muy distantes.» Tradicionalmente, las mujeres ‘masai realizaban los trabajos. pesa- dos, liberando asi a los hombres para que fueran guerreros, defendieran su teritorio y robaran ganado. Los dias de los guerreros ya pasaron, pero en lugar de echar una mano en las ta- reas domiésticas, los hombres suelen pasar sus dias bebiendo alcohol o ju- gando al bao, un popular juego de ta- blero... El aio pasado, Kasiaro eneabez6 tuna iniciativa para ayudar a las muje~ res.a vender piezas de joyeria masai a Jos turistas, quienes pasan en coches para ver grandes animales salvajes en los alrededores del eriter del Ngoron- ‘goro o en la cereana llanura de Seren- geti, Peto descubrié que las mujeres no podian llevar una tienda y que care- ‘cian de capital suficiente para com- prar los abalorios con los que hacer luna menor estratificacién de género que los productores de alimentos es que la dicotomia doméstico-piiblica estd mis desarrotlada entre estos iltimos, La division del trabajo vinculada al género es algo que se ha encontrado en todas la culturas. Sin embar- g, las tareas particulares asignadas a los hombres y a las mujeres no siempre reflejan diferencias de for- taleza y resistencia. Los productores de alimentos suelen asignar las tareas arduas de transportar agua, lea y de moler el grano a las mujeres. En 1967, en la Unién Soviética, las mujeres ocupaban el 47 por 100 de los puestos de trabajo en las fabricas, incluidos ‘muchos trabajos no mecanizados que exigian un esfuer~ zo fisico duro. La mayoria de los trabajadores de la sanidad soviética, médicos y enfermeros, eran muje~ res (Martin y Voorhies, 1975). Muchos de los traba- jos realizados por los hombres en algunas socieda- des, en otras los hacen las mujeres, y viceversa. Ciertos roles estin mas vinculados al sexo que otros. Los hombres suelen ser cazadores y guerreros. Da- das ciertas armas como las lanzas, los cuchillos y los arcos, los hombres son mejores luchadores porque, como promedio, son mis grandes y fuertes que las mujeres de la misma poblacién (Divale y Harris, 1976). El rol masculino de cazador-luchador refleja también una tendencia hacia una mayor movilidad masculina. En las sociedades forrajeras, las mujeres estan bien embarazadas 0 bien en periodo de tactancia durante Ja mayor parte de su etapa fértil. Al final del embara- zo, y tras dar a luz, evar un bebé limita los movi- mientos de una mujer, incluso para la recoleccién, Dados los efectos del embarazo y de la lactancia sobre {os claborados collares que los turis- tas desean comprar. « Conan Bea EN TAL OCUPACION Ocupacion 1980 1989 ‘Trabajadores profesionales 40 50 Ingenieros 1 8 [Abogados y jueces 42 2 Médicos: 7 18, Dentistas N/D 9 Enfermeros inscritos 98 94 Ensefianza superior 2 39 Otra ensenanza 75 2 Directores 4 40 Vendedores 35 49 Oficinistas 62 85 Artesanos 3 9 Operarios a4 41 Operarios de transportes 1 9 Servicios 37 60 NID: No disponible. Fuente: Statistical Abstract of the United States, 1991, pags. 395: 397; Schaefer, 1989, pig. 283, El economista George Gilder (1984) defiende que realmente las mujeres no estan quitando puestos de trabajo a los hombres. Por el contrario, dice, a medi- da que se expandia la economia norteamericana en la década de 1980, hubo mas empleos tanto para hombres como para mujeres. Durante esta década el nimero de empleos a tiempo completo en. manos de mujeres crecié en un 28 por 100, comparado con el crecimiento de un 12 por 100 en el caso de los hombres (Statis cal Abstract, 1991, pag. 393). (La poblacién mas Jina norteamericana de mas de veinte afios crecié un 15 por 100 en el mismo periodo: Statistical Anstract, 1991, pag. 13.) Los actuales puestos de trabajo no requieren la realizacién de grandes esfuerzos fisicos. Puesto que las maquinas realizan el trabajo pesado, el menor ta- maiio corporal medio de las mujeres y su menor fuer~ za ya no son impedimentos para el empleo de cuello azul, La principal raz6n por la que mo vemos a mis ‘mujeres trabajando junto a los varones en la metalur- gia es porque la propia fuerza de trabajo norteameri- ‘cana est abandonando la manufactura de bienes pro- pios de la industria pesada, En la década de 1950 dos tercios de los empleos norteamericanos eran de cue- Ilo azul, comparados con el 16 por 100 de la actuali- dad. La situacién de estos empleos ha variado dentro de la economia capitalista mundial. Los paises del Tercer Mundo con una mano de obra més barata pro- ducen acero, automéviles y otros bienes de industria pesada mas baratos de lo que puede hacerlo Estados Unidos, pero este pais destaca en los servicios. El sistema norteamericano de educacién de masas tiene muchos fallos, pero prepara a millones de personas La escasez de varones en tiempos de guerra ha fomentado la idea de que el trabajo extradoméstico es un deber ppatridtico de las mujeres. Durante las guerras mundiales, Ja nocion de que las mujeres no estaban preparadas biologicamente para el trabajo fisico duro se desvanecia. ‘Aqui vemos a Rosie la Remachadora, famosa durante la ‘Segunda Guerra Mundial para trabajos de servicios y de informacién, desde vendedores a operadores informaticos. La feminizacion de la pobreza Junto a la mejora econémica de muchas mujeres norte- americanas, en particular las profesionales, hay un la feminizacion de la pobreza. Se refiere a la creciente proporcién de pobres norteame- Ticanos que son mujeres, Mas de la mitad de los gru- pos domésticos estadounidenses con ingresos por de- ‘bajo del umbral de la pobreza (3,6 de 6,9 millones de familias) estén encabezados por mujeres. La femini- ‘zacién de la pobreza abarca casi todo el incremento (53 por 100) de la pobreza en los Estados Unidos desde 1970 (Barringer, 1989). La pobreza femenina ha sido un tendencia en Jos Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mun- dial, pero se ha acelerado recientemente. En 1959 los s encabezados por mujeres representaban el 6 por 100 de los pobres norteamericanos. Esa cifra hha més que duplicado. En tomo a la mitad de las pobres se hallan «en transito», enfrentindo- ‘una crisis econémica causada por la partida, in- apacitacién, o muerte de un marido, La otra mitad mis permanentemente dependientes del sistema Dienestar o de amigos y parientes que viven cerca efer y Lamm, 1992). La feminizacién de la po- A y Sus consecuencias con respecto a los niveles rida y salud se han extendido incluso hasta quie- sganan un salario. Muchas mujeres norteamerica- ‘en especial las de raza negra, trabajan a tiempo por salarios bajos y beneficios exiguos. Fl 100 de la poblacién norteamericana, unos 35 1991 (Pear, 1992). a suerte de los nifios menos afortunados de Nor- cuya pobreza se ha incrementado en un Aquellos que relacionan el comportamiento ganizacidn social con factores madioambientales. ‘su atencién en la variaciOn en lugar de en los uni- 'y valoran fundamentalmente el aprendizaje y el [de fa cultura en Ia adaptacién humana. Patrilineal-virilocal. Una constelacién inte- GENERO 329. 25 por 100 desde 1970, va unida a la feminizacién de Ja pobreza. Casi el 40 por 100 de las personas pobres en los Estados Unidos son nifios menores de diecio- cho afios. Mis:del 20 por 100 de los nifios norte- americanos viven ahora con sélo uno de sus progeni- tores, generalmente con la madre. Entre las madres solas con hijos menores de dieciocho afios, la tasa de pobreza era en 1988 del 38 por 100 para los blancos, del 56 por 100 para los negros y del 59 por 100 para Jos hispanos (Schaefer y Lamm, 1992, pig. 252).. QUE DETERMINA LA VARIACION IN LAS CUESTIONES DE GENERO? Hemos visto que los roles de género y la estratificacién han variado ampliamente a través de las culturas y de la historia. Entre las causas de esta variacién estin las necesidades de economias particulares y, de forma mas general, el nivel de complejidad sociopolitica y el grado de participacién en la economia capitalista mundial, Entre muchos forrajeros y cultivadores ma- trilineales, existe poca estratificacién de género. La competencia por los recursos Hleva a la guerra y a la intensificacién de la produccién. Estas condiciones favorecen la patrilinealidad y la virilocalidad. En la ‘medida en que las mujeres pierden sus roles produc- tivos en la sociedades agricultoras y pastoriles, se acentia la dicotomia doméstico-publica y se agudiza la estratificacién de género. Con el industrialismo, las actitudes sobre el género varian en el contexto del empleo extradoméstico femenino. El género es flexi- bley varia con los factores culturales, sociales, politicos yy econémicos. La variabilidad del género en el tiem- poy enel espacio sugiere que continuara cambiando. La biologia de los sexos no es un cerramiento estre- cho que limite a los humanos, sino una amplia base sobre la que puede construirse una gran variedad de estructuras (Friedl, 1975). rilocalidad, guerra y su- premacia masculina, dicotomia doméstico-pablica. | Contraste entre el rol de las mujeres en el hogar y el de los hombres en la vida pablica, con una devaluacién social correspondiente del trabajo y de la valia de las mujeres. 330 = ANTROPOLOGIA dimorfismo sexual. Diferencia notable entre la biologia femenina y masculina ademas de los contrastes en pechos y genitales. etoro. Cultura de Papiia Nueva Guinea en la que los va~ rones reciben una preparacién cultural para preferir la homosexualidad, estereotipos de género. Ideas muy simplistas pero fuer- temente asumidas sobre las caracteristicas de los varones ¥y de las mujeres. estratificacin de género. Distribucién desigual de las re- compensas (recursos socialmente valorados, poder, prestigio y libertad personal) entre los hombres y las mujeres y que Tefleja sus posiciones diferentes en una jerarquia social. iroqueses. Confederacion de tribus en el Nueva York aborigen; matrilineales con casas alargadas comunitarias yen la que las mujeres tienen roles politicos, religiosos y econémicos prominentes matriareado, Una sociedad gobernada por las mujeres; desconocido en la etnograt matrifocal, Centrado en la madre; suele referirse a un ‘grupo doméstico sin un padre-marido residente. matronas. Mujeres de més edad 0 senior, como entre los iroqueses, naturalistas. Aquellos que argumentan que el compor- tamiento y la organizacién social humanos estin determi- nados biolégicamente. roles de género. Las tareas y actividades que cada cul- tura asigna a cada uno de los sexos, uxorilocalidad. Costumbre de residir con los parientes de la esposa tras el matrimonio. irilocalidad. —Costumbre de residir con los parientes del ‘marido tras el matrimonio. TEMA F Mujer y familia en Espana y América Dotores JULIANO Universidad de Barcelona 332 = ANTROPOLOGIA LA FAMILIA: UN SOLO ROTULO PARA REALIDADES DIFERENTES Desde el punto de vista antropoldgico resulta clara la existencia de diferentes tipos de organizaciones fa- miliares: familia extensa, troncal colateral, nuclear 0 reconstruida, son todas denominaciones que desig- nan tipos de, asociaciones diferentes, a partir de las cuales las sociedades han garantizado su autorrepro- duccién y asignado roles especificos por género, edad y colocacién en la estructura de parentesco. A su vez, siempre ha existido diferencia entre los modelos ideales (0 tipos) de cada forma de adminis tracién y sus concreciones reales, mucho mas varia- das, para adaptarse a las exigencias del medio social y econémico y a las posibilidades de cada niicleo de parentesco. En Espafia y en las sociedades que se establecie- ron en América después de la conquista, diversas for- mas de organizacién familiar han estado presentes, relacionadas con diferentes tradiciones y sistemas econémicos. Asi, por ejemplo, en Cataluiia, zona de pequefias propiedades de herencia indivisa, donde ha mantenido vigencia la institucién del heredero: he- reu, la familia tradicional era troncal, conviviendo bajo el mismo techo los progenitores, hijos ¢ hijas solteros y el hijo designado como heredero, con su esposa ¢ hijos. El sistema tendia a excluir de la con- vivencia (y del usufructo de la mayor parte de la he- rencia) a los hijos hijas no herederos y sus descen- dientes, y favorecia que se establecieran alianzas verticales entre las generaciones, al tiempo que pro- piciaba la rivalidad entre los hermanos. En ausencia del heredero varén, 0 por acuerdo del matrimonio mayor, la posicién de heredero podia ser ocupada por una hija, la «pubilla», que asumia asi la condicién de eslabén femenino en una cadena fundamentalmente patrilineal (Breton y Barruti). Este tipo de organiza- cidn ha sido recientemente reemplazada, principal- mente en areas urbanas, por el reparto igualitario de deberes y derechos entre hijos ¢ hijas, acompafiado de residencia neolocal como modelo preferente. Cambios semejantes se han dado en otras partes de Espafia, en que se han pasado de familias extensas —algunas veces, como en Galicia, predominantemente. matrifocales— a familias nucleares. También ha cam- biado la asignacién de roles tradicionales, tomando cada vez mas peso la contribucién econémica de la mujer, disminuyendo el numero de hijos y suavizin- dose las pautas de la «doble moral» y los cédigos de honor que reprimian la sexualidad femenina. En los ultimos afios, ademas, y coincidiendo con la plena integracién espafiola en los habitos e institu- ciones europeas, ha aumentado el mtimero de grupos familiares no apoyados en la reproduccién, como ma- trimonios homosexuales y hogares monoparentales, como sefialan los trabajos recogidos por Verdi. ‘Sin embargo, en la utilizacién cotidiana del len- guaje, el término «familia» parece usarse como si su sentido fuera univoco, y designase un conjunto de practicas bien delimitadas. Asi, algunos partidos po- liticos hablan de la necesidad de «defender la familia» y la Iglesia, y algunos medios de comunicacién se jamentan de la «crisis de familia» sin considerar nece- sario especificar a qué tipo de familia se refieren LA NUEVA ESCALA DE VALORES Girard ha mostrado que las elecciones individuales en las que se basan los enlaces matrimoniales en la sociedad moderna no se realizan al azar, sino que continiian dependiendo, como en las sociedades tra- dicionales, de condicionamientos sociales en un pro- eso que é1 denomina «homogamia». Estas constric- ciones se ven reforzadas, en el plano simbélico por el reconocimiento social de la importancia de la fa- milia. La Encuesta Europea de Valores, realizada en el afio 1990, subraya en sus conclusiones el prestigio que la institucién familiar tiene en la vida actual de los europeos. La parte de la encuesta realizada en Espaiia, mantiene este resultado, que se ve ain enfa- tizado en el caso de Cataluia, En efecto, en el grado de importancia que se le asigna a distintos items (fi milia, trabajo, amigos, conocidos, tiempo libre, rel gidn y politica) un 86 por 100 de los catalanes colocd en primer lugar a la familia, considerindola muy im- portante; mientras que el trabajo fue considerado muy. importante en el 71 por 100 de los casos, los amigos en el 48 por 100 y la religion y politica obtuvieron las cotas mas bajas (20 por 100 y 6 por 100 respectiva- mente). A Ia familia, ademds, se la considerd mere- cedora de plena confianza (91 por 100), muy por en- cima de lo que se confia en el resto de la gente. A partir de estos datos, puede concluirse que la familia espafiola, y particularmente la catalana, go- zan de muy buena salud, Pero estos indicadores no

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