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El aprendizaje de la lectura
Presentación
Los talleres realizados durante el primer semestre muestran que los maestros
necesitaban encontrar un nuevo concepto lectura y conocer situaciones de
aprendizaje que les ayudaran en práctica pedagógica.
Los materiales han sido evaluados por maestros de distintas regiones del país,
quienes colaboraron con valiosísimos aportes a su contenido y diseño. El
presente libro es el primer material que se produjo a partir de los primeros
talleres de capacitación.
Esta concepción supone que el niño es un ser que piensa, actúa y crea. Es un
ser que tiene experiencias significativas que le ayudan a leer en la realidad lo
que es verdaderamente interesante y productivo para él. El aprendizaje es un
proceso continuo: no se sabe cuándo se empieza a aprender, cada día se
aprende algo nuevo y los aprendizajes cambian con el tiempo y las situaciones.
Estructura
Esta estructura se presenta de tal manera que, quienes lean y trabajen el libro,
puedan a su vez construir nuevos conocimientos y desarrollar distintas
actividades para promover la lectura, que sean pertinentes para su medio.
La práctica permanente con los niños constituye el mejor aprendizaje: con ellos
podemos saber cuáles son las actividades más interesantes y significativas, las
lecturas que más les gustan y de las cuales sacan el mejor provecho para su
vida.
Este libro está dirigido a todos los maestros y bibliotecarios que han sentido la
necesidad de dar a la lectura una importancia primordial en la vida del
estudiante y en su propia vida. Como lectura no puede ser una actividad
exclusiva del área de lenguaje sino que forma parte fundamental de todas las
áreas del conocimiento todos los maestros, de primaria y de bachillerato,
deberían pon mayor énfasis en las actividades relacionadas con ella. La
posibilidad de ampliar el mundo a través de lecturas interesantes puede
convertir el aprendizaje en una aventura placentera, vital y mucho más efectiva.
A. Concepto de lectura.
Ante esta situación, los maestros nos planteamos una serie de interrogantes,
cuya respuesta nos debe llevar a encontrar nuevos caminos para motivar a
nuestros estudiantes a que lean.
Actividad 1.
Actividad 2.
Hagan las preguntas anteriores a los adultos y analicen sus respuestas para
identificar cuáles han sido las experiencias más positivas de quienes se
consideran buenos lectores.
Hagan las preguntas anteriores a dos adultos y analicen sus respuestas para
identificar cuáles han sido las experiencias más positivas de quienes se
consideran buenos lectores.
Actividad 3.
Actividad 4.
Actividad 5.
“El significado es algo que está en la mente del escritor en el momento en que
genera el texto. Para aquel que lo comprenda, el texto es una pista que lo lleva
a volver a generar más o menos satisfactoriamente el significado que alguien
quiso comunicar a través del texto. Al hacer esto, el lector reconstruye,
aportándole al texto original lo que posee y desea y, dando así, el significado
de mensaje.”2
“Quisiera afirmar que no hay ninguna diferencia esencial entre aprender a leer
y la lectura. No existe ningún tipo de destreza especial que el niño deba
aprender y desarrollar, que no esté involucrada en la lectura fluida, ni existe
alguna parte de la lectura fluida que no constituya una parte de su aprendizaje.
Tampoco hay un día mágico en la vida de los niños durante el cual logran
cruzar el umbral entre el “aprendiz” y el “lector”. Todos debemos leer para
aprender a leer, y cada vez que leemos aprendemos más acerca de la lectura.
Nunca hay un lector “completo”. La principal diferencia entre comenzar a leer y
la lectura fluida es que el comienzo es mucho más difícil. Hasta los lectores
más capaces tendrán dificultades al leer algunos materiales, aunque siempre
podrán aprender a hacerlo mejor a medida que adquieran una mayor
experiencia.”3
Actividad 6.
Lean nuevamente las definiciones anteriores y subrayen aquellas ideas que les
parecen más importantes y que los han hecho pensar.
Contesten las siguientes preguntas:
—Creen que la lectura es realmente un proceso complejo?
—Consideran que el aprendizaje de la lectura termina en los primeros grados
de la escuela?
—Quiénes tienen la responsabilidad de formar lectores?
Actividad 7.
Escojan un texto literario, corto y sencillo, que les guste mucho y léanlo a sus
alumnos o pidan a tres o cuatro personas que lo lean. Después pregunten a
cada uno cómo interpretó el texto. Analicen las posibilidades de interpretación.
¿Hubo dos interpretaciones exactamente iguales? ¿Cuáles interpretaciones se
diferenciaron más?
Esta actividad les permitirá observar que cada persona se enfrenta al texto con
todo un bagaje de experiencias que determinan su manera de interpretarlo y
de asimilarlo.
Actividad 8.
Cuando la lectura es una actividad vital que está vinculada en forma afectiva a
la vida del niño y del adulto, proporciona un placer tan grande que difícilmente
se sustituye por otra actividad.
Marcel Proust, uno de los más grandes escritores de este siglo, escribe a
propósito de la lectura:
Pero la lectura no puede compararse así con una conversación, aunque fuera
con el más sabio de (os hombres; lo que difiere esencialmente entre un libro y
un amigo no es su mayor o menor sabiduría, sino la manera de comunicarse
con ellos, consistiendo la lectura en recibir comunicación de otro pensamiento,
pero permaneciendo solos, es decir, disfrutando del poder intelectual que
tenemos en la soledad, conservando el poder de estar inspirados, de
permanecer en pleno trabajo fecundo de la mente sobre sí misma.”4
—Han notado cómo los niños dan mucha importancia a los elementos mágicos
de la realidad? ¿Será natural? ¿Deberá asustamos? ¿Será un elemento
importante en el desarrollo infantil?
—.De qué manera la escuela y la sociedad contribuyen a romper esa relación
mágica entre los niños y los libros?
Anoten ejemplos de situaciones que contribuyen a esa ruptura.
Hay que darle al niño textos con contenidos nuevos e interesantes para que él
les dedique atención y esfuerzo y se conviertan en objetos mágicos que le
permiten conocer el mundo.
Actividad 11.
Observen a un niño leyendo una historia que le fascina y a otro niño frente a un
texto que tiene que leer por obligación pero que no le interesa. Comparen la
actitud de estos dos lectores. ¿Qué pueden decir de ellas? Podrán observar
que hay dos maneras radicalmente distintas de experimentar la lectura: como
un deber que se impone en la escuela para poder desempeñarse con cierto
éxito en los estudios, o como una fuente inagotable de placer que introduce al
mundo del conocimiento.
Cada texto que el niño escoge para leer, porque quiere encontrar una
respuesta, porque desea tener una información y conocer una situación o un
personaje, porque simplemente le gusta, constituye un elemento de placer a la
vez que de conocimiento. El libro que realmente interesa al niño es un amigo
que le ayuda a pasar en forma agradable y creativa el tiempo.
Actividad 12.
Observen durante un tiempo a sus niños para tratar de identificar quiénes han
tenido mayor contacto con los libros. Analicen la actitud de éstos en
comparación con la actitud de quienes sólo hasta ahora están entrando en
contacto con los libros.
Actividad 13.
Actividad 14
Escojan un libro de poemas y lean a sus niños los que más les gustan.
Observen quiénes disfrutan la lectura y cuál es su actitud.
Las obras de literatura infantil ofrecen a los niños un mundo lleno de magia y
significado, un mundo complejo que no necesita ayudarse de enseñanzas o
moralejas evidentes, ya que su misma calidad literaria refleja los valores
fundamentales de la cultura.
Actividad 15
Escojan un cuento que a ustedes les gusta mucho y Iéanlo a sus niños. Dejen
que hagan comentarios espontáneos sobre la lectura y estimulen las
reacciones emotivas frente a las situaciones y los personajes. Observen a cada
niño: les ayudará a conocer sus intereses y conflictos.
Estos personajes y situaciones reflejan los temores, las ansiedades, los deseos
y los intereses de los niños. Les muestran que la vida es difícil pero que hay
posibilidad de triunfar cuando se lucha, les presenta sin ambigüedades el bien
y el mal. Por todas estas razones y muchas más, la literatura ayuda a los niños
a satisfacer sus necesidades afectivas y emocionales.
¿Les ha sucedido alguna vez que leen un libro y les parece maravilloso y luego
ven la película basada en el libro y sienten que se cambió totalmente?
La palabra literaria es sugestiva, no nos da todo hecho y acabado.
Somos nosotros los lectores quienes tenemos que re-crear con nuestra
imaginación el texto literario.
Actividad 16
No sólo las obras de ficción estimulan la imaginación de los niños. Los libros
documentales sobre lugares geográficos, sobre animales, sobre episodios
históricos, sobre temas científicos y técnicos, con buenos textos y fotografías e
ilustraciones atractivas, les ayudan a los niños a conocer una realidad más
amplia y a acabar con las imágenes limitadas que se forman en la escuela y a
través de los medios de comunicación.
Actividad 17.
Los libros ayudan a los niños a conocer lugares y paisajes que posiblemente
nunca van a poder visitar personalmente. Los libros recogen y analizan los
hechos de la historia y de la cultura de los hombres y dan la posibilidad al niño
de saber que ha sucedido en el pasado para poder ubicarse en el presente y
en la sociedad.
El carácter, las opiniones, las ideas, las creencias, la vida misma del hombre
está reflejada en los libros. Ellos son entonces, la mejor fuente de conocimiento
y de experiencias y la mejor ayuda para comprender la realidad.
Los libros ayudan a los niños a conocer lugares y paisajes que posiblemente,
nunca van a poder visitar personalmente. Los libros recogen y analizan los
hechos de la historia y de la cultura de los hombres y dan la posibilidad al niño
de saber qué ha sucedido en el pasado para poder ubicarse en el presente y
en su sociedad.
El carácter, las opiniones, las ¡deas, las creencias, la vida misma del hombre
está reflejada en los libros. Ellos son, entonces, la mejor fuente de
conocimientos y de experiencias y la mejor ayuda para comprender la realidad.
Actividad 19.
Piensen en las inquietudes más grandes que han tenido a lo largo de su vida.
Concreten esta inquietud en una o varias preguntas. Busquen en la biblioteca
un libro o varios libros que les ayuden a resolver estas inquietudes. Reúnanse
y comenten la variedad de libros que consultaron.
6. La lectura ayuda a formar autonomía.
Reflexionen con sus compañeros:
Actividad. 20
El niño puede encontrar en los libros las respuestas a sus propias preguntas, le
ayudan a modificar viejas ideas, a renovar, ampliar y actualizar
permanentemente sus conceptos.
Actividad 21.
—El buen lector tiene mayor capacidad para comprender los contenidos de los
textos.
—A un mal lector le cuesta trabajo establecer relaciones entre los conceptos o
las ideas de unos textos y otros.
—La destreza de buscar información bibliográfica y hacer uso de ella sólo la
puede desarrollar un buen lector.
—La actividad continuada de la lectura constituye un excelente medio para
desarrollar el intelecto.
—La lectura es un estímulo para que el estudiante aumente y perfeccione sus
conocimientos y se interrogue acerca de sí mismo y del mundo que lo rodea.
Sugerencias bibliográficas.
Bonboir, A., Una pedagogía para mañana, Ed. Morata, Madrid, 1979.
Cerda, Hugo, Literatura infantil y clases sociales, Ed. Akal, Madrid, 1982.
Cheyney, Arnold B., La enseñanza de la lectura por el periódico, Ed. Cincel,
Madrid, 1982.
Hazard, Paul. Los libros, los niños y los hombres, Ed. Juventud, Barcelona,
1977.
Actividad 1.
Empiecen por plantear las preguntas que más frecuentemente se han hecho en
relación con los libros para niños. Anótenlas.
Las siguientes preguntas nos dan una orientación sobre el tema:
— ¿Qué clase de libros existen para niños?
— ¿Cómo debe ser la presentación física de esos libros?
— ¿Cómo debe ser su lenguaje?
— ¿Cuáles son los temas que más les gustan a los niños?
— ¿Cómo sabemos los maestros y padres si un libro es bueno?
La oruga
Inmóvil sobre una hoja, la oruga miraba a su alrededor: unos cantaban, otros
corrían, aquéllos volaban. Todos los insectos estaban en continuo movimiento.
Sólo ella, pobrecita, no tenía voz, ni corría, ni volaba.
Con gran fatiga conseguía moverse, pero tan despacio que cuando pasaba de
una hoja a otra, le parecía que había dado la vuelta al mundo. Sin embargo, no
envidiaba a nadie. Sabía que era una oruga y que las orugas debían aprender
a hilar una saliva finísima para tejer con arte maravilloso su casita. Por eso,
empezó su trabajo con mucho afán.
Una mañana, cuando Opia en mitad del arroyo buscaba sardinas rojas para
Bulira, quien en la orilla lo miraba cariñosa, llegó Tota y lleno de celos disparó
su cerbatana. El dardo atravesó el cuello de Opia, quien cayó suavemente en
el agua y murió sonriéndole a su amada. Tota huyó despavorido.
Bulira lloró sin descanso y sin consuelo sobre el río. Vertió tantas lágrimas que
sus ojos se convirtieron en dos grandes perlas de ostras doradas. Desde
entonces, el río Opia del Tolima se llenó de ostras que son lágrimas de Bulira,
la enamorada ciega.
A la niña le dieron unos puñaditos de harina. Dijo que quería hacer un pan,
igual que el de los panaderos. Le indicaron como se hacía.
Cuando sacó el panecillo del horno, se emocionó, se había esponjado como el
pecho de una paloma.
En las hendeduras se le habían hecho unas arruguitas menudas. Daba gozo
tocarlas con el dedito meñique. Toda la corteza era dorada.
En la casa le preguntaron:
—Te comiste el pan?
—No.
Durmió con él. Lo puso debajo de su almohada
Y al otro día la madre le dijo:
—Niña, ¿te comiste el pan?
—No.
—¿Por qué?
----Le tengo cariño.
Amira De La Rosa.
.
Actividad 2.
Comenten en qué forma se podría trabajar cada uno de estos textos con los
niños.
Cada uno de los textos que acaban de leer es diferente de los otros, no sólo
por su contenido sino por la manera como está estructurado, por el tipo de
personajes, por la historia o las situaciones que presenta, por ¡a función que
cumple y por otras características particulares. Todos estos elementos
determinan que cada uno de estos textos pertenezca a un género literario
diferente.
Algunos de los géneros literarios más interesantes para los niños son:
1. La fábula
La fábula puede presentarse de deferentes maneras como una narración en
prosa o en verso. Lo que verdaderamente distingue a la fábula es que trata de
dar una lección moral.
En el primer texto vemos una clara intención de dejar una moraleja a través de
una situación sencilla, creada por animales personificados, es decir, que hablan
y se comportan como seres humanos. Las fábulas fueron muy famosas en
otras épocas y sus enseñanzas fueron significativas para la región donde se
crearon. Hoy, la mayoría de las moralejas de las fábulas tradicionales no les
dicen nada a los niños. Es más, muchas de las enseñanzas que aparecen en
las fábulas antiguas entran en abierta contradicción con los valores de nuestra
cultura actual. Por esta razón, hay que escogerlas con cuidado y no abusar de
ellas.
Actividad 3.
Recuerden con sus compañeros algunas fábulas y seleccionen entre todos
cinco que crean interesantes para los niños de hoy. Piensen a qué grupo le
gustaría escuchar la fábula la La Oruga.
2. La leyenda
Las leyendas son narraciones que recogen los sucesos maravillosos
extraordinarios con los cuales se tratan de explicar los fenómenos naturales,
principalmente. Son creadas por un pueblo y transmitidas oralmente hasta que
alguien las recopila y escribe.
Actividad 4.
Este trabajo también lo pueden realizar con los estudiantes, quienes pueden
preguntar a sus padres, abuelos y amigos por leyendas conocidas en la región,
para después contarlas al grupo y hacer una interesante selección y
recopilación.
3. La poesía
La poesía infantil constituye el género literario a través del cual el niño se
encuentra, desde su más tierna infancia, con la palabra rítmica y musical. Con
las primeras nanas y canciones de cuna, el niño experimenta el goce de la
palabra en sí misma, por su simbolismo y sonoridad.
La poesía infantil debe ser oída antes que leída. Dado su carácter rítmico, no
es necesario explicarla, sino sentirla. Por ello, es conveniente buscar el espacio
y el momento apropiados para disfrutarla como el juego del lenguaje.
La poesía infantil es muy variada: nanas y canciones de cuna, retahílas,
enumeraciones, rimas, trabalenguas, adivinanzas, poemas narrativos, poemas
chistosos.
Actividad 5.
Una actividad muy interesante consiste en recuperar la memoria oral de
nuestra infancia. Recuerden las diversas formas poéticas que conocieron
cuando niños. Recítenlas y escojan aquéllas que recuerden con mayor placer,
para recitarlas con los alumnos. Hagan entre todos una lista de las que más les
gustan y colóquenlas en el rincón de lectura.
4. El cuento
El cuento, escrito por un autor conocido, narra una historia en un tiempo y en
un espacio determinados y con unos personajes que pueden ser fantásticos o
reales.
Actualmente, hay una gran variedad de cuentos para niños, escritos por
autores de distintas nacionalidades. Hay cuentos largos y cortos, sobre temas y
situaciones muy diversas, para distintas etapas de la infancia y para diversos
intereses.
Aunque pueden tener diversas funciones, los cuentos buscan, ante todo,
divertir a los niños. Su objetivo no es didáctico ni deben dejar una moraleja.
Cuando les damos a los niños cuentos de buena calidad, de todas maneras
están construyendo su saber sobre el hombre y el mundo.
Actividad 6.
Lean con sus compañeros la bibliografía que aparece al final de este capítulo.
Comenten los cuentos que conozcan y hayan leído con placer. Agréguenle
otros cuentos que ustedes conocen, les gustan y allí no están.
“El destino de esos héroes convence al niño de que, como ellos, puede
encontrarse perdido y abandonado en el mundo, andando a tientas en medio
de la oscuridad, pero como ellos, su vida irá siendo guiada paso a paso y
recibirá ayuda en el momento oportuno.”5
Los cuentos de hadas les gustan mucho a los niños, por eso quieren que se los
repitan una y otra vez. Si se los narran oralmente, con emotividad y gusto, el
niño se sentirá transportado y disfrutará la fantasía.
Actividad 7.
Escojan cinco cuentos de hadas que les gusten y nárrenlos a sus alumnos en
los momentos adecuados. Identifiquen el problema que plantea cada uno.
Observen a sus niños para ver cuáles son los que más les gustan y por qué.
Esta actividad les ayudará mucho a conocer a sus niños.
6. La novela
La novela es un género literario parecido al cuento. En ella se narran una o
varias historias con elementos reales y fantásticos. Las novelas giran alrededor
de las situaciones que viven diversos personajes en ambientes creados o
recreados por el autor.
Actividad 8.
Como es muy difícil incluir en este libro una novela completa, traten de recordar
con sus compañeros las novelas que leyeron en la adolescencia y que más les
gustaron. Hagan una lista de estas novelas y compárenla con la bibliografía
que aparece al final. Comentes estas preguntas: ¿Cuáles novelas son de
aventuras?, ¿Por qué se caracterizan estas novelas?, ¿A qué niños creen que
les gusta este tipo de novelas?, ¿Qué otro tipo de novelas hay en su lista?
5 Bettelheim, Bruno, Psicoanálisis de los cuentos de hadas, Ed. Crítica, Grupo editorial
Grijalbo, Barcelona, 1984.
7. El teatro
Las obras de teatro o de títeres se han escrito no solo para ser leídas sino para
ser representadas. La representación de una obra de teatro supone un
conjunto de actividades sumamente atractivas para los niños, ya que exigen
mucha participación y creatividad desde la elaboración de los disfraces,
máscaras y títeres, hasta los ensayos la puesta en escena.
Actividad 9.
Elaboren una lista de obras de teatro y de títeres que conozcan. Escojan las
obras que podrían leer y representar con sus alumnos. Planeen con
anticipación y con la participación de los niños todas las actividades previas a
la representación. Por ejemplo, lectura expresiva de la obra escogida, ejercicios
de expresión corporal, vocalización y entonación, elección de personajes,
actividades del director, elaboración de escenarios y vestuarios, montaje y
adaptación y elaboración de guiones.
Los libros documentales cubren una gama muy amplia de temas y su objetivo
principal es brindar información. El encuentro del niño con las obras
documentales es gratificante cuando ha nacido de una necesidad de conocer
un tema. Para que este encuentro sea aún más satisfactorio es importante que
haya un adulto que guíe al niño y lo ayude a buscar la información.
Los libros documentales para niños deben presentar los temas con claridad,
donde se combine el atractivo de las ilustraciones con textos de buena calidad.
Se consideran libros documentales las enciclopedias y los diccionarios, los
libros informativos sobre distintos temas, los libros didácticos, las colecciones
de revistas y periódicos.
Discutan las siguientes preguntas para definir los pasos de una investigación
bibliográfica:
— ¿Los libros documentales están hechos para ser leídos de principio a fin?
— ¿La información que se obtiene de un libro documental debe copiarse
textualmente?
— ¿Qué harían ustedes si encontraran información contradictoria sobre un
mismo tema en dos libros distintos?
Actividad 11.
— ¿El maestro debe decidir sólo que es lo que deben leer los niños?
__ ¿Es conveniente que los niños escojan sus lecturas?
Actividad 12.
¿Cómo debemos escoger los libros para nuestros niños? Como no puede
haber una respuesta única a esta pregunta porque la elección depende de lo
que los niños necesitan, vamos a reflexionar sobre algunos temas generales.
Debemos recordar que la selección de un libro supone una valoración del
mismo. Si ustedes escogen un texto para darlo a un alumno es porque les
parece bueno o apropiado. Seleccionar libros con la idea de prohibirlos o
restringirlos no tiene mucho sentido.
Cuando se selecciona un libro hay que tener en cuenta la edad de los niños
pero con cierta flexibilidad, ya que cada niño es diferente y unos maduran más
aprisa que otros. Por ejemplo, hay libros que supuestamente están escritos
para niños de doce años pero que les encantan a los de ocho. También, libros
para pequeñitos que son atractivos para los mayores.
a. La presentación física.
A través de ella el lector recibe la primera impresión del libro. Por consiguiente,
cuando se va a hacer la selección hay que tener en cuenta si la tapa es
atractiva, si el tamaño del libro y de las letras es adecuado, si el diseño y la
diagramación son claros.
b. Las ilustraciones.
Ustedes habrán observado que sus alumnos manejan un vocabulario muy rico
en el lenguaje oral, con oraciones extensas y a veces complejas. Los niños
nunca hablan con frases entrecortadas o con diminutivos a menos que estén
en un medio extremadamente pobre en recursos lingüísticos. Entonces, ¿por
qué recomendares libros que en vez de enriquecer su idioma lo empobrecen?
Actividad 15 .
La manera como los temas se desarrollan en los libros para niños depende de
muchos factores, especialmente del género literario al cual pertenecen. Sea
cual sea el género, lo principal en la selección de libros, es ver si el tema puede
interesar al niño, corresponde a su universo y responde a sus necesidades.
Hay que tener en cuenta que no se debe dar el mismo libro a todo un grupo,
pues como cada niño es diferente sus gustos y expectativas también lo son.
Tampoco debemos esperar que a los niños les guste lo que a nosotros nos
gusta. El niño tiene derecho a disentir y a expresar sus propias opiniones.
Si vamos a seleccionar cuentos, novelas, leyendas o fábulas no basta sólo
pensar si el tema es interesante, hay que ver si está bien desarrollado, es
coherente y convincente; si los personajes, la historia, el ambiente y las ideas
tienen una estructura y una buena caracterización. Muchas veces un tema
atractivo puede haber sido trabajado muy pobremente. Si vamos a seleccionar
un libro documental, es preciso ver si el tema es claro y la información que
proporciona está tratada con objetividad y precisión.
A veces será difícil tener en cuenta todos estos aspectos. Entonces, hay que
ver cómo reacciona el niño, si le gusta el libro, si lo emociona, si quiere leerlo
otra vez.
Actividad 17.
En los libros que han servido para nuestro análisis:
“Cuando Paco Yunque y su madre llegaron a la puerta del colegio, los niños
estaban jugando en el patio. La madre lo dejó y se fue. Paco, paso a paso, fue
adelantándose al centro del patio, con su libro primero, su cuaderno y su lápiz.
Paco estaba con miedo, porque era la primera vez que venía a un colegio y
porque nunca había visto a tantos niños juntos.”7
POESÍA
Alberti, Rafael, Aire que me lleva el aire, Ed. Labor.
De Moraes, Vinicius, El Arca de Noé, Ed. La Flor.
García Lorca, Federico, Canciones y poemas para niños, Ed. Labor.
Jiménez, Juan Ramón, Platero y yo, Ed. Aguilar.
Lievano, Luis, Arrume de Rimas, Ed. Kape!usz.
Machado, Antonio, Yo voy soñando caminos, Ed. Labor.
Ruiz, Clarisa, Traba la lengua, lengua la traba, Ed. Kapelusz.
Suaza, Main, Adivina, adivinador, Ed. Kapelusz.
Rubén Darío, Margarita, Ed. Ekaré.
El aprendizaje de la lectura.
Actividad 1.
Actividad 2.
Escojan un cuento y pidan a varios niños de edades similares que lo lean.
Escuchen sus comentarios al respecto.
Actividad 3.
Escojan tres tipos diferentes de textos. Por ejemplo, un aviso limitado, una
noticia del periódico, un cuento. Pidan a tres personas que lean los textos, uno
cada una. Escuchen los comentarios que hacen.
Probablemente, cada lector hará una observación diferente que depende del
tipo de texto que ha leído.
Actividad 4.
Si una persona conocida suya está interesada en un tema especial, busquen la
manera de encontrar un texto sobre ese tema y dénselo para que lo lea.
Pídanle a otra persona que lea el mismo texto. Escuchen y comparen los
comentarios de ambas personas.
Posiblemente la comprensión del texto de quien estaba interesado en el tema
es mucho más profunda que la comprensión de quien no estaba interesado.
Las actividades que acaban de realizar les deben haber servido para
comprobar que hay muchos factores que intervienen en la comprensión de un
escrito. Entre otros, esos factores son: la edad del lector y su madurez
intelectual y emocional, el grado de conocimiento que el lector tiene del tema
sobre el cual va a leer, el tipo de texto al cual se enfrenta el lector y la
funcionalidad que el escrito tiene para la persona que lo lee.
Estos y otros factores más generales de tipo social y cultural determinan que
las personas hagan una interpretación personal del texto que leen. En
consecuencia, no se les puede exigir a los niños que hagan una interpretación
igual o semejante a la que hacen los adultos, como tampoco se les puede pedir
a todos un mismo nivel de comprensión.
Actividad 5.
Escojan un texto cuyo tema tenga algún interés para todos los miembros del
grupo. Léanlo en compañía y coméntenlo en detalle. Cada persona debe decir
qué fue lo que más le gustó o le interesó del texto leído; si es posible, cada uno
debe aportar nuevas ideas a la interpretación del texto. Después de esta
discusión, reflexionen sobre los siguientes aspectos:
—Hubo personas a quienes no les interesó para nada el texto? ¿Por qué?
Actividad 6.
Traten de verificar estas afirmaciones con niños que todavía no han estado en
una escuela. Tomen una tarjeta de navidad o un envase de alimentos y
pregunten a diez niños qué dice en ellos.
Se darán cuenta de que la gran mayoría de los niños dará respuestas de textos
con significado. Entonces es conveniente preguntarnos: ¿por qué lectura
mecánica si desde el comienzo el niño puede y debe realizar una lectura
significativa.
Actividad 7.
— Si el niño sabe desde muy pequeño que los textos son para obtener
significado ¿por qué en nuestras escuelas se sigue trabajando con frases sin
sentido?
Por consiguiente, un niño que ha tenido contacto con mayor cantidad de textos
para leer, tiene niveles de comprensión más evolucionados que uno que ha
tenido poco contacto.
El niño que avanza en el aprendizaje de la lectura podrá realizar, cada vez con
mayor habilidad, la selección de los textos que requiere según sus
necesidades, la lectura de los pasajes que más le interesan de los escritos y la
construcción de significados a partir de los elementos propios del texto como
letras, palabras, oraciones y párrafos y de la información que tiene sobre el
tema.
Actividad 8.
Observen a varias personas que estén usando textos en una situación real, por
ejemplo, que estén tratando de resolver una duda.
Se darán cuenta de que la ilustración y los diagramas dan pistas para construir
significado. A medida que hay mayor contacto con este tipo de textos, la
habilidad de leerlos se desarrolla progresivamente.
Actividad 10.
Escojan un texto del suplemento literario dominical del periódico. Háganle
tantos recortes como compañeros tengan para realizar esta actividad.
Solicítenles que armen el texto. Comenten entre todos qué elementos tuvieron
en cuenta para armarlo.
Actividad 11.
Reúnanse con varios compañeros de trabajo, tomen algunos libros y conversen
acerca de lo que esperan encontrar en cada libro.
Todas estas ideas anteriores a la lectura del texto determinan en buena medida
la reconstrucción de su significado. Las actividades anteriores constituyen una
prueba de que la lectura no se hace solamente descifrando el discurso escrito.
Todos los elementos que rodean al texto, toda ¡a información que poseemos
acerca del tema y toda nuestra experiencia nos ayudan a efectuar la lectura.
—Una palabra de una o de varias letras. Por ejemplo, cuando hay diálogo son
significativas: ¿y?, no, claro, vamos, rico, caballeros.
—Uno o varios párrafos. Por ejemplo: “Esta noche celebramos una fiesta de
máscaras. Queremos que vengas con tus hermanos a disfrutar juntos la
reunión.”
Actividad 12.
Conversen con sus alumnos para saber qué textos leen o tienen para leer en
su medio. Es conveniente preguntar por diversos textos como avisos, volantes,
periódicos, revistas, libros de texto, cuentos, libros de poesía, libros
informativos, novelas.
Actividad 13.
Elaboren una lista de las situaciones en las que ustedes leyeron hoy. Pidan a
otros compañeros que les cuenten lo que han leído hoy.
Actividad 14.
Enumeren con sus alumnos las situaciones de lectura que tuvieron ayer en las
distintas clases que desarrollaron.
Reflexionen sobre la motivación que tuvieron para leer y sobre los materiales
que se utilizaron.
Actividad 15.
Escojan un cuento interesante y que tiene un final inesperado. Léanlo a sus
alumnos y antes del final pídanles a varios niños que construyan uno o varios
finales. Luego, comparen los finales que los niños inventaron con el verdadero.
A través de esta actividad se podrán dar cuenta de que cada niño tiende a
demostrar la comprensión que ha tenido del cuento.
Los primeros contactos con el lenguaje los hace el niño a través de los padres,
los hermanos y los demás familiares. El aprendizaje del lenguaje oral se realiza
de manera natural y muy eficaz. Los padres le hablan al niño y se hablan entre
sí, le cantan y le cuentan. De esta forma, el niño avanza en su lengua oral
porque se encuentra en situaciones de comunicación con quienes lo rodean.
Actividad 16.
Inviten a los padres de sus alumnos a la escuela y conversen con ellos acerca
de la importancia de leerles y contarles historias a sus hijos. Identifiquen entre
todos diversas formas para intercambiar libros, periódicos o revistas, para
obtener libros a través de préstamos en bibliotecas o a través de intercambio.
Lean a los niños un texto en presencia de los padres para que éstos observen
todas las actividades que se pueden hacer alrededor de él. Inviten a los padres
a que lean mucho a sus hijos en la casa y a que les presten los libros que les
han gustado a los niños para que ustedes los utilicen en el aula. Observen
cómo evoluciona el interés de sus alumnos por la lectura a partir de este
trabajo.
Siempre que usted vea la posibilidad, solicite a los padres información escrita
sobre diversos temas de interés de sus alumnos. Para que los padres se
vinculen más eficazmente al proceso de aprendizaje de la lectura debe haber
un diálogo permanente con el maestro y una integración de actividades. El niño
debe observar en los adultos un gran interés por la lectura, a la cual se acude
con mucha frecuencia.
Actividad 17.
Recorran con sus alumnos el barrio o la comunidad alrededor de la escuela.
Actividad 18.
Inviten a sus alumnos a informar a la comunidad sobre temas de interés
general. Pueden elaborar una cartelera o un afiche, utilizado la imprenta
escolar con noticias o comentarios de diversa índole. Por ejemplo: “No
permitamos que aumente más de 5 el precio del azúcar, que es el aumento
justo.” “En la biblioteca de la escuela hay un libro muy interesante titulado El
Genio, lo recomiendan los alumnos de 4o”.
Observen el interés que tienen sus alumnos por producir este tipo de material
escrito para la comunidad.
Dentro de la propia escuela, los niños deben tener contacto permanente con
materiales escritos mediante los cuales se intercambie información y se
comunique todo tipo de eventos.
Actividad 19.
Identifiquen con sus compañeros qué clase de textos se pueden intercambiar
entre los distintos cursos de la escuela. Por ejemplo, una cartelera donde se
informe sobre eventos a los que se puede asistir, una lista de los niños y la
fecha de cumpleaños de cada uno, una invitación a leer un libro que les ha
gustado. Observen el interés de los niños por leer estas informaciones.
Actividad 20.
Inviten a sus alumnos a observar las nubes. Descubran entre todos formas y
figuras; construyan un cuento a partir de esas formas. Cada niño puede
preguntar sobre las nubes. Por ejemplo, ¿cómo se forman? ¿por qué se
rompen? Acompañen a los niños a la biblioteca para que busquen información
y respuesta a sus preguntas. Construyan entre todos un texto que reúna lo que
consideren más significativo y léanlo a otro grupo. Esta actividad puede
hacerse con otro tema elegido por los niños.
Actividad 21.
Recojan distintos tipos de materiales escritos para organizarlos en la biblioteca
de la escuela o en las bibliotecas del aula. Los alumnos, maestros y padres
pueden ayudar a recoger y a seleccionar este material para ponerlo a
disposición de todos.
Actividad 22
Comenten con sus compañeros las siguientes preguntas:
Actividad 23.
Observen con qué rapidez sus alumnos pueden completar un cuento que
ustedes les están narrando. Observen con qué rapidez lo puede completar
cuando se los leen o ellos lo leen. Comparen las dos situaciones y piensen por
qué hay diferencias.
Actividad 24.
Den a sus alumnos un mensaje necesario dentro de la situación que viven en
ese momento en el aula, diciendo algunas palabras claves casi inaudibles. Por
ejemplo, si van a escribir en el pizarrón y no hay tiza, digan: “Manuel, por favor,
tráeme una ( ) de la dirección, porque las tizas ( ) acabaron.” Se darán cuenta
de que el lector y el escucha hacen uso de su comprensión de la situación de
comunicación y de lo que oyen y ven para dar significado a un texto. Esto
muestra que las actividades de escuchar preparan a las personas para ser
mejores lectores y viceversa.
A través de los actos de hablar y escribir, las personas pueden expresar sus
propias ideas o sentimientos a otras, con múltiples fines. La comprensión del
oyente o del lector es, algunas veces, diferente de lo que el hablante o el
escritor había esperado. La posibilidad que tienen estos de dialogar con el
interlocutor acerca de las razones de su comprensión y exponer las propias
razones para esperar otra comprensión, hacen más efectivo el acto de
comunicación.
Actividad 25.
Escriban un texto que nazca de su propia experiencia. Por ejemplo, “Hoy llegué
a mi casa y descubrí que mi perro no me había extrañado como yo esperaba.
Sólo se acercó tímidamente a saludarme.” Pidan a los niños que lo lean.
Pregúnteles por qué dice que el perro no lo había extrañado mucho.
Muéstrenles que las respuestas que ellos dan son todas válidas, ya que no
tenían conocimiento previo de su experiencia con el perro, pues cuando lo
extraña lo tumba con el saludo.
Actividad 26
Comenten con sus alumnos sobre un tema de su interés, exploren con el grupo
todo lo que ellos saben, luego trabajen un texto sobre ese tema. Por ejemplo,
hablen de las luciérnagas, a qué horas salen, cómo son, de qué tamaño, de
qué color, cómo se desplazan, si se ven en varios lugares. Luego, pídanles que
lean este texto:
“María tenía enormes ojos, un gran globo blanco con pepitas negras. En sus
juegos había logrado hacerse amiga de las luciérnagas y, a veces, hasta
dormían en su ombligo cuando después de mucho volar querían descansar.
Cuando por la noche salía a jugar, la llamaban la niña de los tres ojos. ¿Sabes
por qué?”. Escuchen los comentarios de los niños. Observen cómo la
información común de la que partieron les permitió tener comprensiones
similares entre ellos. Se espera que, en principio, los niños sepan que la
luciérnaga alumbra, ya que el texto no lo dice.
Actividad 27.
Hagan una lista de situaciones en las que requieren leer un texto en voz alta.
Piensen en cada una de ellas, ¿leían para ustedes mismos o para otros? ¿Era
un texto escrito por ustedes? ¿El texto trataba un tema de interés?
Actividad 28.
Escriba, cada uno, un texto en el que exprese una vivencia. Léalo en voz alta y
escúchese. Déselo a un adulto cualquiera para que lo lea de improviso a otros.
Escuche su lectura:
Actividad 29.
Pidan a un niño a quien no le gusta mucho leer en voz alta, que les relate algo
que quisiera comunicar a sus amigos. Escriban el texto del relato. También lo
puede escribir él mismo. Pídanle que lo lea en silencio y luego en voz alta a sus
amigos cuando se sienta preparado para ello. Observen cómo lee mejor que
cuando ustedes lo ponen a leer un texto que no conoce. Observen la actitud de
los niños que escuchan una lectura cuando no tienen el texto en sus manos.
Actividad 30.
Después de que sus alumnos hayan leído distintos textos y hayan encontrado
uno que les haya gustado, inviten a quienes quieran para que lo lean a sus
compañeros. Tengan en cuenta que no siempre van a encontrar niños que
quieran leer a otros. Con este tipo de actividades, los niños irán aprendiendo
que leen oralmente para comunicar a otros algo interesante que quieren
compartir y no para demostrar una destreza.
En la escuela, hay que tener cuidado con las actividades de lectura oral, pues
los niños pueden acostumbrarse a vocalizar cuando leen en cualquier
circunstancia y se ha comprobado que el lector que vocaliza es menos eficiente
que el que no lo hace. Un lector silencioso lee tres veces más rápido que un
lector que vocaliza y un lector rápido realiza una lectura más efectiva que uno
lento. Además, si un lector lee muy despacio, especialmente si tiene que
articular cada palabra, el principio de un párrafo se olvida antes de que el final
se perciba. Como consecuencia, el lector debe releer una y otra vez el párrafo.
Esto se convierte en un círculo vicioso que hace la lectura cada vez más lenta y
menos eficaz.
Es más fácil leer en voz alta los textos propios que se han escrito con el
objetivo de comunicar. Es, también, más fácil leer oralmente textos cuyo tema
que nos es ajeno. Leemos con mayor facilidad ante un grupo que nos conoce y
nos acepta que ante un público desconocido o que nos rechaza.
Es posible que al maestro le asalte el temor de que si el niño no lee en voz alta
cada día, no logre nunca aprender a leer. Además, ¿cómo se sabe si el niño
lee bien o mal? La lectura, como lo hemos venido analizando a lo largo de este
libro, es un proceso complejo que abarca muchas actividades. Un buen
seguimiento de este proceso permite una evaluación completa de la lectura de
los alumnos sin necesidad de recurrir a la lectura en voz alta.
—Si queremos buscar en el diccionario cinco palabras que empiecen por “tra”,
procedemos de manera similar a la anterior, pero además hay que memorizar o
anotar las palabras.
—Al leer un texto documental sobre los barcos, por ejemplo, podemos tener
distintos objetivos, como saber por qué pueden moverse con velas o conocer
las diferentes clases de barcos y sus partes.
—La lectura de una novela con el objeto de disfrutarla es distinta que cuando
se le quiere hacer un estudio crítico.
Actividad 31.
Antes de leer un cuento o un texto documental a sus alumnos, muéstrenles la
portada y el título y conversen sobre lo que ellos creen que puede contener el
libro. Anoten las hipótesis de los niños y las preguntas que hacen sobre el
tema. Realicen la lectura del texto y verifiquen entre todos cuáles hipótesis
resultaron ciertas y cómo se resolvieron las preguntas.
Actividad 32.
Comparen los resultados de la actividad anterior con la siguiente: pidan a sus
alumnos que lean un texto similar al anterior, pero formulen ustedes sus
propias preguntas sobre el contenido del texto para que los niños las
respondan después de leerlo.
Actividad 33.
Escojan un artículo del periódico y léanlo con atención.
Pidan a dos grupos de compañeros que busquen en el artículo una información
determinada que ustedes necesitan. Observen cómo hay diferencias para
encontrar esta información, de acuerdo con el interés de cada persona.
A veces una obra literaria se lee para hacer de ella un objeto de estudio:
comprender su estructura, su forma, su estilo, su ubicación dentro de la
producción literaria nacional o universal. Algunas personas tienen este interés
desde temprana edad, otras en edad más avanzada, otras nunca lo tienen y,
aunque se interesen por un autor y el contexto de una obra, nunca se llegan a
interesar por la obra literaria como objeto de estudio.
Actividad 34.
Escojan un cuento para leerlo a sus alumnos. Antes de iniciar la lectura,
muéstrenles el título, el autor, la carátula y las ilustraciones. Todos los niños
deben decir qué creen que van a encontrar en el texto y qué preguntas se
hacen. Anótenlas en el pizarrón. Inicien la lectura del cuento y después de un
tiempo que ustedes decidirán, suspendan la lectura. Pregunten a los niños si
han variado sus expectativas o si tienen otras preguntas. Repitan esto varias
veces de acuerdo con el texto, con el grupo y con las expectativas. Al terminar
comenten por qué variaron o no sus propósitos.
Muchas veces, el niño sabe solamente que quiere leer un cuento y a medida
que lo lee va construyendo sus propósitos para definir los puntos sobre los que
se interesa en la narración. El lector se ocupa básicamente de responder a sus
propósitos y no le presta atención a otros elementos que no son necesarios
para su objetivo. Por esto, cuando al terminar la lectura se le hacen preguntas
con elementos identificados por el maestro, puede que le sea muy difícil
encontrar la respuesta precisa. Esto no quiere decir que el niño sea desatento
o no haya comprendido la lectura, sino que las preguntas no apuntaron a sus
propios objetivos.
Actividad 34-.
Realicen la misma actividad con adultos, pero al terminar pregunten a cada uno
algo que ustedes crean que se informa en el texto. Por ejemplo: ¿quién era...?
¿en qué trabajaba...? ¿en qué tiempo? Verán cómo algunos no pueden
contestar a las preguntas que ustedes hacen.
Actividad 36.
Escojan un texto literario que a ustedes les parezca especialmente hermoso,
puede ser un poema o un relato.
Léanlo a sus alumnos y pídanles que expresen libremente si les gustó o no,
qué les llamó más la atención y silo pudieron disfrutar. Comparen las
respuestas.
Actividad 37.
Escojan un tema de cualquier área. Motiven a sus alumnos para que pongan
en común todo lo que saben acerca de ese tema. Discutan diferentes teorías
sobre el tema y anoten todas las preguntas que los niños tengan. Pregúntenles,
además, qué otras cosas les gustaría saber sobre el tema. Escojan uno o
varios interrogantes para responderlos a través de la lectura de libros
documentales. Seleccionen los libros en la biblioteca, en la sección de
documentales.
Explíquenles a los niños con qué criterios se seleccionaron unos libros y otros
no.
A partir del índice, seleccionen las páginas que pueden traer y la información
que ustedes necesitan. Háganlo frente a los niños y expliquen cada paso. Lean
los textos y definan qué párrafos son importantes. Señálenlos a los alumnos
para que ellos los lean. Comenten entre todos la información que han obtenido,
busquen nuevas respuestas y construyan un texto sobre el tema que estaban
investigando. Busquen la manera de leer este texto a otras personas.
Ustedes podrán observar cómo los niños están atentos e interesados cuando
buscan respuesta a una inquietud personal.
La obra documental suele ser densa y difícil de consultar. Por eso, os adultos
deben acompañar a los jóvenes lectores para que poco a poco adquieran la
habilidad de consultar en forma independiente. Los estudiantes que no tienen
contacto con obras documentales, son pobres lectores. El contacto con textos
escolares única- mente no proporciona un conocimiento exacto de la obra
documental, ya que ambos difieren en la estructura y en la presentación de los
contenidos.
Actividad 38.
Comenten las preguntas que ustedes tienen sobre el tema y las que les
sugerimos a continuación:
— ¿Son eficaces las notas para que los niños sean mejores lectores?
— ¿Qué evaluamos?
— ¿Cómo evaluamos?
— ¿Quién evalúa?
Luego, ellos deben buscar en la biblioteca del aula o de la escuela un libro que
hable sobre ese tema y deben explicar cómo hicieron para encontrarlo.
Recuerden a partir del conocimiento que tienen de sus alumnos, si hay algunos
que tienen dificultades para buscar los libros o los temas que requieren. Una
vez que ustedes vean cuáles son las necesidades de los alumnos en relación
con la búsqueda de información, podrán pensar en otras actividades que los
ayuden a ubicar los temas y la información en los libros. Estas actividades
pueden incluir una revisión del índice de algunos libros, donde los niños vean
que éste sirve como una primera guía para después pasar a la lectura de los
subtítulos del capítulo, hasta llegar a lo que necesitan.
2. ¿Qué evaluamos?
Actividad 40
Hagan una lista de todas las actividades que implican el acto lector. Escriban
qué evalúan en sus alumnos este año. Si ustedes trabajaran con otro grupo,
¿qué evaluarían? Comparen las distintas respuestas del grupo. Puede que
encuentren que evalúan algunas cosas similares en dos cursos diferentes.
—El uso que hace de la información que no proviene del texto para leer, es
decir, lo que sabe del tema, del lenguaje, de la situación en que se encuentra el
texto, las imágenes que lo acompañan y otros.
—El uso que hace de la información visual que proviene del texto, esto es, el
manejo de los valores de las letras y de la información anterior del texto.
—El avance en su interés por distintos tipos de textos, ilustrados, sin ilustrar,
cuentos fantásticos, cuentos de aventuras, novelas, poesía, documentales.
—El avance en la velocidad con que obtiene información de acuerdo con los
objetivos y con el tipo de texto.
3. ¿Cómo evaluamos?
Actividad 41.
Elijan una de las actividades enunciadas en el tema anterior e identifiquen los
objetivos que se proponen alcanzar con ella. Para cada objetivo, escojan los
indicadores de evaluación que les ayudarán a definir si los alumnos avanzan
hacia ese objetivo. Se darán cuenta de que no todos los días se obtiene
información acerca de todos los indicadores para todos los alumnos.
Actividad 42.
En una situación real con sus alumnos, por ejemplo, si hoy van a continuar la
pintura mural que iniciaron ayer, pueden leer a los alumnos un texto que dice
qué van a pintar. Los niños deben leer el texto. Luego pregunten a cada niño
por las letras que no conocen. Revisen los textos que han leído hasta el
momento para ver si la aparición de esas letras ha sido frecuente o no.
Recuerden el nivel de socialización o interés por otros que tienen los niños y el
nivel de aceptación de normas. Con todas estas informaciones, ustedes verán
si es necesario plantear nuevas situaciones para leer o para escribir donde se
encuentren las letras que aún no conocen.
4. ¿Quién evalúa?
El aprendizaje de la lectura depende del niño, de su maestro y de sus padres.
Por lo tanto, la evaluación debe ser hecha por todas las personas involucradas.
Es fundamental recoger el concepto de todos con una cierta periodicidad y
consignar toda la información para completar un conocimiento profundo y
paulatino del progreso de cada alumno.
Para que la información que dan los niños y los padres sea más fácil de
incorporar a la evaluación del maestro, ellos deben conocer los indicadores que
éste ha definido y, si es posible, participar en su identificación. El maestro
bibliotecario también debe participar en esta evaluación conjunta para que la
promoción de la lectura se constituya en un programa integrado.
Cada una de las preguntas que nos hemos formulado respecto de a evaluación
puede darles pautas para facilitarles el proceso en relación con la lectura. Les
pueden servir, también, de punto de partida para que entre todos diseñen un
modelo de evaluación para cada grupo.
Sugerencias bibliográficas
Bandet, Jeanne, Aprendera Ieeryescribir, Ed. Fontanella, Barcelona,
1982.
Bettelheim, Bruno; Zelan, Karen, Aprender a leer, Ed. Crítica,
Barcelona, 1 983.
Bourneuf, Denise; Paré, André, Pedagogía y lectura, Procultura,
Cerlalc, Kapelusz Colombiana. Bogotá, 1 983.
Braslavsky, Berta P. de., La lectura en la escuela, Ed. Kapelusz.
Buenos Aires, 1 983.
Freinet, Celestin, Los métodos naturales, Ed. Lara, Barcelona, 1 975.
Lacau, María Hortensia, Didáctica de la lengua creadora, Ed. Kapelusz,
Buenos Aires, 1980.
Miaiaret, Gastón, El aprendizaje de la lectura, Ed. Morata, Madrid,
1979.
Rodari, Gianni, La gramática de la fantasía, Ed. Argos Vergara,
Barcelona, 1 976.
Sandroni, Laura Constancia; Machado, Luis Raúl, El niño y el libro,
Procuftura, Cerlalc, Kapelusz Colombiana, Bogotá, 1 984.
Estrategias para estimular la lectura
A. Concepto de estrategia
E propósito de estimular y promover la lectura en los niños y los adolescentes
exige no sólo una reflexión general sobre la lectura y su pedagogía, sino el
diseño, planeamiento y ejecución de una serie de actividades sistemáticas en
las cuales estén seriamente comprometidos los maestros, los alumnos y los
padres de familia. Este conjunto organizado de actividades es lo que se
denomina estrategia.
Actividad 1.
Discutan con sus compañeros las siguientes preguntas:
—Qué entienden ustedes por estrategias de aprendizaje?
—Qué elementos debe tener una estrategia para estimular la lectura?
—Creen que es importante definir unos objetivos específicos para cada
estrategia?
—Si consideran importantes los objetivos, ¿qué se debe hacer para
alcanzarlos?
—Cómo evaluarían las actividades de una estrategia?
—Quiénes deben diseñar las estrategias para estimular la lectura y qué deben
tener en cuenta al hacerlo?
Actividad 2.
Para lograr los objetivos hay que organizar actividades que, al combinarlas
adecuadamente con diversos recursos y materiales, se puedan desarrollar en
forma sistemática, en un tiempo determinado y se puedan ir evaluando para
mejorarlas sobre la marcha. Estas actividades deben ser experiencias
significativas para los niños, enmarcadas dentro del contexto real de la escuela
y de la vida cotidiana.
Actividad 3.
Las estrategias de lectura que conocemos nos sirven para enriquecer nuestra
comprensión del proceso. De acuerdo con las necesidades del grupo que
manejamos podremos tomar de ellas elementos para planear otras estrategias.
Actividad 6.
Analicen el siguiente programa de actividades, el cual comúnmente se
desarrolla en la escuela. Digan por qué no se constituye en una red.
Actividades: un niño lee en voz alta y le sigue otro a una señal. Todos leen en
coro. Contestan las preguntas del texto o del maestro. Hacen un resumen para
terminar.
Si queremos formar niños lectores, debemos recordar que la lectura debe ser
una actividad presente permanentemente en su vida. Todas y cada una de las
áreas del currículo deben tener uno o varios objetivos formales de lectura en
relación con los temas que se están trabajando.
Hagan un análisis de los temas que los niños escogieron y compárenlos con
los temas que propone el currículo.
Una buena evaluación de los niños que nos permita conocer su momento de
desarrollo lector, es básica para programar estrategias que deberán
desarrollarse a lo largo del año de trabajo. Cuando el maestro no dispone de
una evaluación de tal tipo, debe realizar actividades que le permitan, tal vez
durante el primer mes de trabajo, conocer la situación de sus alumnos.
Actividad . 8.
Revisen en el capítulo de evaluación lo que se refiere a ubicar necesidades de
los niños y desarrollen actividades con sus alumnos que les ayuden a
identificar cuáles son ellas. Hagan una lista.
Actividad 9.
Comparen estos objetivos con los que ustedes formularon en su estrategia.
Comenten cuáles les parecen más pertinentes e interesantes para el grupo con
el cual van a trabajar. Pueden complementar los objetivos que ya tienen con los
aportes de la discusión en grupo.
Como objetivos específicos podemos encontrarnos con una amplia lista que se
refiere a elementos precisos de la actividad de lectura. En este libro hemos
planteado algunos referidos a la selección de libros, a las actividades de
interacción con el texto, al uso de la información, al manejo de los materiales.
Actividad 10.
Elijan un tema que en su concepto interesa a sus alumnos. Invítenlos a que
planteen preguntas sobre el tema. Con base en ellas, propongan una discusión
que les permita expresar sus verdaderos intereses sobre el tema. Reflexionen
acerca de cómo los alumnos modificaron el plan y las expectativas iniciales que
ustedes tenían sobre el tema.
Actividad 11.
Reflexionen con sus compañeros acerca del disfrute que se puede obtener
cuando la estrategia de lectura consiste en que los niños lean en voz alta un
párrafo del texto de lectura, por turnos y el maestro se dedique a detectar
errores.
El maestro que participa activamente seleccionará cada vez con mayor eficacia
los materiales y las actividades. Su trabajo debe estar coordinado con el del
maestro bibliotecario, de tal manera que éste apoye su labor en el aula y
genere nuevas posibilidades de trabajo.
Para esta selección hay que tener en cuenta lo que les interesa y les gusta a
los niños, lo que les abre nuevas perspectivas. El maestro debe ir conociendo
los materiales que tiene a disposición en la biblioteca. Puede utilizar esos
materiales en el aula o en la biblioteca de acuerdo con la estrategia y las
comodidades del lugar.
Actividad 12.
Revisen con sus alumnos los materiales que se’eccionaron para su estrategia e
invítenlos a seleccionar otros materiales de la biblioteca y de sus hogares.
Actividad 13.
Analicen cuidadosamente las actividades de la estrategia que ustedes
diseñaron. Piensen si realmente son interesantes y consulten con sus alumnos
para saber ellos qué piensan. Compleméntenlas con otras actividades y
sugerencias que consideren importantes y que surjan del análisis y los
comentarios de los alumnos.
Actividad 14.
Revisen nuevamente la estrategia y decidan si:
—Plantea una evaluación acorde con los objetivos y tiene propósitos y criterios
bien definidos.
c. La lectura debe ser una actividad espontánea que surge de las necesidades
de los individuos.
Las estrategias fueron variadas: unas muy concretas y de corta duración, otras
fueron extensas y complejas. Hubo estrategias en las que se trabajó sólo con
obra documental pues sus objetivos estaban dirigidos a la investigación y
estrategias que utilizaron solamente el periódico. Varias estrategias se
desarrollaron con base en la lectura de cuentos y muchas de ellas usaron
recursos variados como la imprenta escolar, las carteleras, la pintura, el dibujo,
las diapositivas, los títeres.
Las cuatro estrategias que presentamos a continuación se desarrollaron en
distintos grupos.
Objetivos:
Consideraciones metodológicas:
La maestra acompañó a los niños en todas las actividades que realizaron y fue
creando las condiciones para que trabajaran por grupos pequeños. Con la
ayuda de la maestra bibliotecaria y de la investigadora, la maestra seleccionó
los materiales que pudieran servir para dar respuesta a las preguntas que iban
planteando los niños, se los leyó y los invitó a leer las imágenes. Motivó a los
niños para que buscaran respuestas no sólo en los libros sino a través de
entrevistas a diferentes adultos, especialmente padres y familiares.
En relación con los materiales, se utilizaron fotocopias del dibujo y la carta del
personaje, libros sobre la fabricación de muñecos, libros documentales sobre
los temas de las preguntas de los niños. Se utilizaron tizas de colores y agua
azucarada para algunas ilustraciones sobre papel. Para la elaboración de
diapositivas se usaron rollos velados de fotografía que se grabaron con
puntillas o un punzón fabricado con una aguja gruesa y un cabo de un tronco,
atados con hilo de cáñamo. Para la fabricación del personaje se utilizaron
alambres, cartón, telas de colores, lanas y agujas.
Tiempo: se trabajó tres veces a la semana, dos horas durante cuatro meses.
Desarrollo de la estrategia:
Cada niño intentó leer su carta para luego comenzar con sus compañeros lo
que cada uno había entendido. Casi todos los niños iniciaron la lectura
decodificando en voz alta, de manera que al terminar no sabían que decía la
carta.
La maestra les planteó preguntas como: ¿quién le escribe?, ¿de qué edad es la
persona o el animal? Esto facilitó la búsqueda de significado en una nueva
lectura que algunos hicieron ya mentalmente. A continuación algunos niños
quisieron colorear el retrato del personaje y todos lo pegaron en su cuaderno.
Entonces ¿cómo fabricarlo? La maestra pidió que le dieran ideas y que leyeran
algunos libros para decidir con qué lo iban a hacer. Anotaron la lista de
materiales y cada niño dijo qué podía aportar. Cada grupo hizo alguna parte del
cuerpo de Chirigualdo. Dos niños fabricaron en su casa dos hijos del personaje
y un niño de otro curso, enterado del trabajo, envió de regalo otro hijo.
¿Qué quiere saber Chirigualdo del mundo? Cada día la maestra proponía un
tema tomado de los programas. Los niños pensaban preguntas que
inicialmente no reflejaban sus intereses porque preguntaban cosas como:
¿Qué es un animal?, ¿Cuántas patas tiene una vaca?
La maestra puso entonces un ejemplo de ¡o que a ella le gustaría conocer y se
hizo varias preguntas. Poco a poco los niños fueron mostrando sus intereses
reales, con preguntas como ¿cómo se fabrica un avión?, ¿cómo eran antes los
animales? ¿cómo se puede fabricar una casa?, ¿cómo se hace una ciudad?,
¿cómo se fabrican las llantas?
Sobre cada tema salieron muchas preguntas. El grupo eligió una pregunta de
cada tema, la que consideró más interesante. El grupo que la había hecho se
encargó de resolverla para Chirigualdo.
“Chirigualdo se sale del libro en que vive en la biblioteca para irse a pasear a
un bosque, camina y camina y nunca acaba de atravesar el bosque, decide
fabricarse un caballo con ruedas, dos de madera y dos de caucho. Ya está
listo. Y a correr en su caballo. Llega la noche y se acuesta en una cueva. Pero
en la mitad de la noche, un extraño animal, muy grandote se aparece. Es el
tiranosaurio. Chirigualdo tiene miedo y empieza a correr...”
Una vez terminado el relato, fue escrito con letra muy clara, corregido por todo
el grupo y de nuevo escrito para ser fotocopiado para todos. Cada grupo ¡lustró
una parte del texto, se eligieron los mejores dibujos y se procedió a trabajar en
la ilustración con película fotográfica velada y punzón o puntilla. Al principio no
fue fácil, pero luego de varios ensayos, cada niño hizo tres ilustraciones iguales
para poder tener tres copias de un audiovisual. Se coloreó con plumones de
colores. Al terminarlo, se armó la historia y se vio el audiovisual. Algunos niños
se ofrecieron a trabajar la lectura del texto para grabarlo. Una vez terminado se
presentó a toda la escuela y se mandó copia a dos escuelas amigas.
Chirigualdo sigue viajando por otros lugares. Le van a fabricar una Chrigualda y
el tiranosaurio va a reemplazar a la bibliotecaria quien se enfermó del susto con
la ida de Chirigualdo.
Todos los niños avanzaron en su placer de leer, constante- mente se los veía
consultando o leyendo libros, tanto en clase como en el recreo. A lo largo de
los tres meses sus avances en socialización fueron maravillosos. Lograron
participar en los grupos, escuchar con atención a sus compañeros, comprender
que se pueden apoyar entre ellos para aprender más el lenguaje. Se acercaron
a los escritos tratando de comprenderlos, aunque la mayoría lo hacía leyendo
en voz alta casi siempre y tenían que leer muchas veces un texto como si en
principio no buscaran el significado. Lograron mayor seguridad en la lectura en
voz alta en las ocasiones que tuvieron que manejarla, comprendiendo que de
antemano la tenían que haber leído y comprendido.
Los niños lograron dibujar con mayor cuidado terminando sus trabajos con
esmero y gozando del placer de un trabajo bien terminado.
Planteamiento de la estrategia:
Objetivo general:
Desarrollar el gusto por la lectura de cuentos.
Objetivos específicos:
Actividades:
Se leerá un cuento diariamente durante dos meses. Durante las primeras dos
semanas la maestra seleccionará 8 cuentos, uno para cada día. La selección
consiste en leer varios cuentos y escoger aquéllos que más le gusten por el
tema, las ilustraciones, el lenguaje y porque se adaptan a las características del
grupo. Estos cuentos deberán ser cortos, tener letra grande y muchas
ilustraciones.
a. Crear expectativas sobre el cuento, diciéndoles a los niños, por ejemplo, que
se va a leer un libro muy lindo, uno fantástico, uno triste.o que se les va a traer
una hermosa sorpresa.
c. Pedir a los niños que hagan preguntas acerca del libro que se va a leer.
d. Comentar la tapa, el título y las ilustraciones.
Se procederá a la lectura del cuento por parte de la maestra. Como ella conoce
de antemano el cuento esta lectura será muy expresiva. La lectura puede
hacerse ininterrumpida o con interrupciones para observar las ilustraciones,
confirmar hipótesis hechas al comienzo o hacer nuevas predicciones.
Después de la lectura del cuento se dejará que los niños expresen sus
opiniones libremente y conversen entre sí para que cada uno pueda dar su
propia interpretación del cuento. Se podrán realizar otras actividades,
voluntarias o por iniciativa de los niños, como dibujos, reconstrucción o re-
creación del cuento, en forma oral o escrita. Estas actividades se podrán hacer
en grupos o individualmente.
—Si valoran la lectura que realizan y dan razón del porqué de su valoración.
Desarrollo de la estrategia:
Cada libro se trabajó en forma similar con variaciones de acuerdo con el tema y
con el interés que despertaba en los niños. Desde el mismo comienzo de la
estrategia, los niños estuvieron encantados con los cuentos. Se creó tal
expectativa en relación con el momento de la lectura, que los niños la
esperaban con ansiedad. Les gustó mucho que les leyeran los cuentos y
siempre estuvieron muy atentos y en silencio, aunque no tuvieron interés en
realizar actividades posteriores a ¡a lectura.
Al terminar la lectura, todos querían tener el libro en sus manos, para mirar, en
un contacto directo, las ilustraciones. Esta actividad se convirtió en obligatoria
para todos los cuentos pues los niños siempre la exigieron.
Muchos niños, tal vez guiados por la costumbre de años anteriores, hicieron los
resúmenes de los cuentos en sus cuadernos. Se trató de buscarle una función
a esta actividad y uno de ellos la encontró: “para que cuando yo sea viejito
pueda contarles a mis nietos lo que leía cuando era niño.” Otros niños quisieron
hacer estos resúmenes para recordar los cuentos.
Desde que descubrieron los cuentos, los niños se entusiasmaron mucho con la
biblioteca, tanto que siempre estaban pidiendo permiso para ir a hojear y a leer
libros. Durante todo el año sacaron libros prestados para llevar a la casa.
Otro libro extenso se leyó en varias sesiones: Dídola, pídola, pon. La maestra
quiso que algunos niños leyeran en voz alta al grupo. Se hizo el ensayo con
seis niños pero ninguno logró captar la atención porque no tenían capacidad
para leer fuerte a un grupo de cuarenta niños, ni leían fluidamente, ni con
expresividad. Los niños pidieron que la maestra hiciera la lectura.
A lo largo de los dos meses previstos se leyó un cuento casi todos los días y,
luego, se extendió la estrategia para trabajarla a lo largo del año,
simultáneamente con otras estrategias.
El resultado general es que todos los niños sienten ahora un interés especial
por los libros, escuchan muy atentamente la lectura y participan en las
actividades de antes y después de la lectura, no tienen inconveniente en dar
sus opiniones, así sean contrarias al consenso general y la mayoría es capaz
de sustentar una valoración del cuento. Estos niños van frecuentemente a la
biblioteca y cada ocho días escogen un libro para llevarlo a la casa.
Antecedentes:
Esta estrategia surgió de la necesidad que tenía la maestra de trabajar el tema
de las zonas climáticas, perteneciente a la Geografía de Colombia. Su
desarrollo se basó en un plan diseñado para una estrategia anterior que
también se refería a la lectura documental.
Planeamiento de la estrategia:
Objetivo general: los niños realizarán investigaciones bibliográficas para
responder a interrogantes propios.
Objetivos específicos: los niños y la maestra harán una lectura comentada con
el fin de reconstruir el texto con sus propias palabras.
Orientaciones metodológicas:
Las lecturas que la maestra haga a los niños serán comentadas y guiadas por
preguntas como: ¿qué nos dijeron ahí? ¿qué quiere decir esto? ¿qué conocen
sobre esto? La maestra aceptará lo que el niño sabe sobre el tema y lo animará
para que incluya este conocimiento en la reconstrucción de los textos leídos.
Durante las lecturas, la maestra permitirá a los niños que hagan preguntas
sobre lo que no entienden y utilizará el mismo texto para buscar el significado
de palabras desconocidas sin recurrir al diccionario.
La maestra no leerá a los niños todo el texto sino la parte que sea pertinente
para contestar los interrogantes, suprimiendo los párrafos que a su modo de
ver pueden ser muy difíciles para los niños.
Los textos producidos por los niños serán leídos a todo el grupo. A partir de las
lecturas, los niños producirán cuentos sobre la flora y la fauna para participar
en un concurso.
ACTIVIDADES:
Producción de textos: textos que contestan sus preguntas y cuentos sobre flora
y fauna.
Destino de los textos: Cada grupo lee o expone su texto al resto del curso.
Descripción y análisis de la experiencia:
La maestra comenzó la actividad, leyendo a los niños un texto sobre las zonas
climáticas de Colombia, zonas arqueológicas y flora y fauna. Esta lectura tuvo
algunas interrupciones para preguntar a los niños sobre lo leído.
La lectura resultó difícil pues ni la maestra ni los niños sabían claramente las
nociones de latitud, arqueología, pisos térmicos. En consecuencia, las
preguntas que generó el texto se limitaban a pedir información sobre lo leído, lo
que muchas veces hizo que los niños repitieran literalmente el texto.
La maestra entregó los mapas de los departamentos del litoral Pacífico para
que los niños los leyeran en grupo. Junto con la maestra quisieron escribir un
texto que tuviera el siguiente contenido: nombre, límites, localización, clima,
economía, hidrografía, orografía, turismo, ciudades importantes. A la maestra
se le olvidó trabajar sobre las preguntas de los niños y se limitó a sugerir los
contenidos, lo cual demuestra su preocupación por cumplir con los contenidos
del currículo, olvidándose de los intereses de los niños.
Por grupos, los niños leyeron el material, acompañados por la maestra. Esta
lectura se hizo de la siguiente manera: la maestra leía un párrafo y preguntaba
sobre lo leído, tratando más con comprensión de nociones que con
información. Por ejemplo, el texto incluía el nombre de la capital del
departamento y en vez de preguntar a los niños por el nombre se trabajó la
noción de capital. Así:
Lo anterior nos muestra que los niños tienen sus propias teorías sobre las
cosas del mundo. La mayoría de las veces estas teorías no son tenidas en
cuenta en la escuela, lo que se hace es reemplazarlas por una gran cantidad
de información que rápida- mente se olvida.
La reconstrucción del texto leído resultó muy difícil para los niños,
especialmente de aquellas partes que contenían conceptos abstractos como
economía, latitud, fluctuación. En cambio en las partes donde los conceptos
eran concretos y más cercanos a los niños fue más sencillo.
Los mapas se utilizaron para localizar los ríos, el relieve y las ciudades pero
tienen tanta información que terminó siendo una actividad complicada.
Los grupos que hicieron la lectura sin la maestra elaboraron resúmenes. Estos
textos fueron leídos luego en voz alta por la maestra, pidiendo explicación a los
autores sobre las partes donde había poca claridad o incoherencias. La
mayoría de los niños era incapaz de explicar lo que había escrito, porque había
hecho una copia textual sin comprender su contenido. Esto se explica porque
generalmente los escritos de los niños se limitan a “consignar” en el cuaderno
lo que el maestro escribe en la pizarra.
Se hizo una comparación con los textos producidos por los grupos que sí
habían trabajado con la maestra y se les mostró a todos la inutilidad de copiar
sin comprender frente a la creatividad y funcionalidad de re-crear los textos,
incorporando los conocimientos previos y las ideas compartidas a través de
discusiones de grupo.
Los cuentos escritos por los niños sobre flora y fauna co!ombiana fueron más
coherentes. Esto nos demuestra que los niños sólo pueden construir significado
a partir de lo que conocen y forma parte de su mundo cercano.
—Qué papel juegan las construcciones de nociones que los niños tienen en
este momento, en su posibilidad de construir el texto al leerlo o escribirlo?
—Qué posibilidad existe entonces para que los niños construyan significado al
leer y al escribir, si no pueden objetivar el texto, pues tanto la lectura como la
escritura están mediatizadas por la forma como el niño piensa?
Los niños deben entregar los libros en la semana siguiente a la hora asignada
de biblioteca. La maestra revisa el libro y le coloca de nuevo su ficha de
préstamo en el bolsillo y lo ordena en el estante correspondiente.
Las primeras devoluciones se hicieron delante de todos los niños para observar
el estado de los libros y estimularlos para que cada vez los cuiden más.
Los niños aceptaron con gran alegría este nuevo servicio de la biblioteca y lo
utilizaron en todos ¡os cursos. Cuando algún niño estaba desinteresado en los
préstamos, los otros niños lo motivaban, contándole sobre libros leídos por
ellos que le hubieran gustado.
Conclusiones:
Esta edición de 1 ,500 ejemplares se terminó de imprimir en enero de 1997 en Talleres Gráficos D’Aversa
e Hijos S. A. Vicente López 318/24, Quilmes, Buenos Aires.