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n este libro se articula la relacién entre la anore- xia y la bulimia como una nueva modalidad sintomal por el consumo desmedido, co- mo una respuesta del sujeto frente a la devastacién de los valores de la humanidad y la transformacién del mundo y ubica al hombre en el mas radi- cal de los desamparos. El efecto del discurso capitalis- ta, la globalizacién y su bruta- lidad sobre los sujetos no se ha demorado en dar sus res- puestas. Entonces, estamos ante los feroces modos de operar de la ciencia que con- vierte al ser humano en un objeto masificado, borrando asi la particularidad de cada Uno. Estamos en la era del cinismo, la no creencia en el Otro y ante la falta de modelos identificatorios. Este nuevo padecer es un intento desmedido de dara ver lo singular del deseo, hecho que nos compete a todos como seres humanos. BEJLA R. DE GOLDMAN, es Psicoanalista, autora a mujer, el analista, el poeta: los no-Nombres del Pa- lia, Edicién Ricardo Vergara 1995. Borges con Lacan. rsivo, Argentina 1999. Coordiné durante dos aiios un estigacién en bulimia y anorexia. Dos de sus integran- con sus escritos en el presente libro. ISBN 950. ili UM | Anorexia y bulimia: Un nuevo padecer BEJLA R. DE GOLDMAN Anorexia y bulimia: Un nuevo padecer Estudio psicoanalitico con la participacién de: Diana Graciela Antebi y Maria Teresa Iturrioz la LUGAR EDITORIAL Goldman, Bejla R., de. ‘Anorexia y bulimia + un nuevo padecer tated, ta reimp. - Buenos Aires: Lugar Editorial, 2005. 128 p. ; 23x16 cm. ISBN 950-892-090-4 1, Psicoanilisis- Anorexia. 2, Psicoanalisis-Bulimia. 3. Psicologia. CDD 150.195 Queda prohibida la reproduccién total o parcial de este libro, en forma idéntica © modificada y por cualquier medio 0 procedimiento, sea mecanico, informatico, de grabacién o forocopia, sin autorizacién de los editores. ISBN: 950-892-090-4 © 2005 Lugar Editorial S. A. Casteo Barros 1754 (C1237ABN) Buenos Aires Tel/Fax: 4921-5174 / 4924-1555 E-mail: lugared@elsitio.net www logareditorial.com.ar Queda hecho el depésito que marca la ley 11.723 Impreso en la Argentina ~ Printed in Argentina Indice InTRODUCCION . CHARLES Lasitcue: LA NUEVA MIRADA’. Diana Graciela Antebi ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE LA ANOREXIA EN FREUD . . . 23 Maria Teresa Iturrioz PSICOANALISIS Y MEDICINA: DOS DISCURSOS EN EL ABORDAJE DE LA BULIMIA Y LA ANOREXIA ........... 5 33 Bejla R. de Goldman UN PROBLEMA CON LA ALIMENTACION PERO QUE VIENE DEL CORAZON . 06 eee eee 39 Maria Teresa Iturrivz ALICIA, NINGUNA MARAVILLA EN EL ESPEJO Bejla R. de Goldman SECRETOS, MENTIRAS, DE MADRES A BIAS fee eee 49 Bejla R. de Goldman Maria Ester: UNA REINA CRIADA, PERO ESTRAGANTE, Bejla R. de Goldman Bejla R. de Goldman NOSTALGIA Y MIRADA EN LA CLINICA DE BULIMIA Y ANOREXIA «2... eee eee eee 69 Bejla R. de Goldman LA TRANSMISION DE LA FEMINEIDAD 20.00. e ee eee 81 Bejla R. de Goldman vena BULIMIA Y ANOREXIA: UNA:CLINICA DE FIN DE SIGLO .....-. 89 Bejla R. de Goldman La ESCRITURA, UN NUEVO SINTOMA Bejla R. de Goldm BULIMIA: {UN PADECER COMO RESPUESTA A NUEVAS MODALIDADES DEL SER? ...-. 6-0-0000 0 5+ 107 : Bejla R. de Goldman La BOLSA, LA BRUJA, EL GOLEM Bejla R. de Goldman Introduccién STE LIBRQ que aqui se presenta es el resultado de unos cuantos aiios de estudio e investigacién. Presentamos teoria y clinica en un intento de dar a ver a los analistas, que frente a esta clinica no debieran retroceder, pues de hacerlo, otros discursos por fuera del psicoandlisis rapidamente se apropian de la conduccién y de los lineamientos de este padecer. Durante dos afios he reunido a un conjunto de colegas para in- vestigar desde Freud el concepto de anorexia nerviosa y poder articularlo con la ensefianza de Lacan. Anorexia, término que sufre modificaciones en el tiempo. Pro- viene del griego, con el prefijo a, que seria in en castellano es el grado cero de la negacién (un no absoluto). El verbo tiene varias acepciones a saber: alcanzar, tocar, ten- der, ofrecer, dar, expandirse de gozo, desear a alguien, y mas. Ninguno de estos conceptos nos remite a comer. Anteponiéndole el prefijo de la negacién, dirfamos que para lo que aqui nos convoca en cuanto a la traduccién, la palabra que mas le cuadra a anorexia ser{a: sin deseo, falta de gozo. Es interesante como este vocablo ha sido popularmente acufia- do como el nombre de 1a enfermedad de falta de apetito o dé nega- cién a comer dandole de ésta manera a la comida un atributo tan solo del lado de la necesidad. Incluso si se lo empleara como falta de apetito, se lo podria pensar como la pérdida del mismo por falta de gozo 0 de deseo, y no tan solo como una negativa caprichosa a in- gerir el alimento. Asimismo trataremos de articular los conceptos de bulimia y de anorexia desde la teoria amén de cémo éstos son padecidos en la cli- nica. Y a pesar de presentar un discurso “nutricional”, no dejaremos de pensarlos dentro de una clinica psicoanalitica. Lacan dira: “hay tipos de sintoma, que hay una clinica”. Esta definicién la aplicaremos en la practica de bulimia y anorexia, 0 sea, que Su tratamiento no diferira en la forma de ser escuchado acomo lo es cualquier otra estructura tanto neurética como sicética, si‘ asi lo fuere. - Pensamos que la conduccién de la cura no esta por fuera de invi- tar al que la padece, de poner en palabras lo que el cuerpo las apri- 7 siona, a las palabras, haciendo de ellas sintoma. Esta modalidad de padecer que presenta su flagelo en jovencitas/os cada vez de menor -' edad, por su forma de precipitarse convoca a varias especialidades médicas: ginecdlogos, dentistas, clinicos, nutricionistas y psiquia- tras, Desde estas especialidades, anorexia-bulimia es pensada como un sintoma para la medicina, donde el conjunto de signos nos ad- vierten de su diagnéstico magistral, o sea, habiendo amenorrea, v6- mitos, baja de peso, retraccién de encfas, cuerpos excesivamente del- gados pero que los portadores de los mismos los siguen viendo gor- dos, hacen de ello un sello inconfundible en cuanto a este diagnostico. Digo diagnéstico magistral, porque encuadrar la patologia en un diagnéstico no nos dice puntualmente nada acerca del padecer del mismo en el uno por,uno de quien lo porta, ni nos muestra las es- trategias a emplear en la conduccidn de la cura de los mismos. Maés bien tranquiliza a quien lo emite. Lo curioso es como lo refiere Lacan en su texto “Televisién”: “la cura es una demanda que parte de la voz del sufriente, de al- guien que sufre de su cuerpo o de su pensamiento. Lo sorprenden- te es que haya respuesta, y que desde siempre la medicina haya dado en el blanco por las palabras”. Es el lenguaje el que recorta al cuerpo del sufriente. Entonces, son las palabras sufrientes las que deberan § ser liberadas. La pala- bra “nada tienen. que ver con la anatom{a” si parafraseamos nue- vamente a Lacan. Sélo que ellas se insertan en el cuerpo, debiendo desanudarlas de la’ metéfora sufti ‘iente si devel4ramos su enigma. (Cuando interviene el psicoandlisis?_ Cuando todos los tratamientos anteriores siguen sin saber qué hacer frente a un sujeto que no responde o se resiste a ser tratado cual el perro de Pavlov, o sea, con el método del “reflejo condiciona- do”, con un maltrato al mejor estilo carcelario, encadenando hela- deras y privando al sujeto de su intimidad. Se resiste a ser domes- ticado, ya que la pulsién y.el deseo son inaccesibles via la sugestién. No se abren ni cierran las bocas por efecto de las buenas intencio- nes ni explicaciones que hacen al bienestar del sujeto. No por nada Freud conceptualizé el lugar, del humano,de! lado del mds alla del principio del placer, de la pulsién de muerte, lugar donde bien ha- bita el goce. Desde esta perspectiva bulimia y anorexia no es un sintoma analitico. Este debera crearse, ya que por la division subjetiva, in- vitaria a cada sujeto al deseo de querer saber, asumiendo que no 8 todo se sabe y acompaiiado por la pregunta {qué me pasa?, épor- qué vomito?, distinto a la certeza del: jyo soy bulimico! Pensamos que esta clinica.se acrecienta cada vez mas en esta era de la cibernética y de la masificacién de los deseos, unido a un sujeto imbecilizado que brega por seguir dormido. No nos alcanza pensar que bulimia-anorexia se deba a “que se co- pian, que quieren tener ‘cuerpos de modelos”, segun el decir popular, sino pensamos que incluso queriendo tener todos cuerpos iguales se debe a que un Amo llamado “mercado de consumo” intenta ma- sificar el goce, borrar las diferencias y el paso del tiempo. Ellas, las histéricas, nuevamente son las que encarnan el dese- cho, esta vez en los gadget dela ciencia, siendo que la ciencia es el Amo imperante que comanda hoy en la era post-moderna. Es asi, como nuevamente la mujer es la que marca lo que no anda, lo no asimilable del objeto, esa pequefia a que mueve al mundo, ya sea para apropiarsela via la creacién, o para negarla via la cien- cia. Digo negarla, ya que la ciencia no se resigna a pensar a la Cosa como perdida por estructura.También serfa la mujer la que encar- naria el pequefio a, ser el objeto para un hombre, su objeto de deseo amén que su sfntoma. Freud en la entrevista realizada por George S. Viereck, en acontecimiento de sus setenta afios le dice: "la muerte es la com- paiera del Amor. Juntos gobiernan el mundo. Este es el mensaje de mi libro “Mads alla del principio del placer”. Y sigue: “bioldgicamente cada ser viviente, no importa cudn in- tensamente bulla su vida en él, anhela el Nirvana, anhela el cese de “la fiebre Mamada vida”, anhela retornar al seno de Abraham. EI deseo puede ser disfrazado por circunloquios variados, Sin em- bargo, el iltimo objeto de la vida es su propia extincién”. La ciencia de hoy es una ciencia que no da margen a le que no se sabe ni quiere saber acerca de que hay muerte. Es Ja pasién por el todo, la perfeccién total. Y en esta perfeccién total queda inclui- do también el sujeto. No hay espacio para los suefios y los deseos. No hay lugar para la diferentia. No hay inclusién para el concepto de muerte que la vida lleva en ella. Borrar lo que no se sabe, es in- tentar no saber de la castracién siendo la pasién por el todo su maxima expresién. Y pareciera que en esta era post-moderna, todos los “objetos” de estos Amos deben ser iguales: jévenes, flacos, sin que se den a ver los signos del paso del tiempo. La ciencia es Ja que quiere bo- 9 rrar él hecho de que hay muerte y el que, padece sus efectos.es un sujeto, no tan solo una masa amorfa de carne y organos. Lle- gamos al punto de amar el servilismo, de amar y someternos a un Amo feroz. . . Apostamos a que las paginas que en adelante nos acompaiian, sean de cierta transmisién, ya que pensamos que bulimia y anore- xia. pueden ser escuchadas y atendidas cual una clinica digna a la condicién humana, ya que del goce en su maxima y desesperada ex- presién se trata. Buta R. DE GOLDMAN 10 Prélogo para la segunda edicioén UM SEGUNDA edicién pone en serie a la primera y hace al compromiso de la‘transmisién de un saber. Esta nueva edicién ha sido corregida y ampliada en un capitulo, o sea, se le ha agregado una vuelta en més a como se sigue pensando la cli- nica y la teoria de la Bulimia y la Anorexia. Agradecemos a.todos aquellos que acompaian la lectura de este libro. A seguir.con la investigacién y la escritura en relacion a este dificil padecer que hoy toca vivir. En esta nueva edicién se sigue promoviendo al lazo y a la con- versaci6n, posicién que hace a una comunidad de analistas que por el efecto de la transferencia de trabajo, o sea, lazo, se recono- cen en su posicién de “analizantes”, BeuLa R. DE GOLDMAN 1 Charles Laségue: La nueva mirada DIANA GRACIELA ANTEBL ARA LA apertura de nuestro trabajo de investigacién, ha sido esencial ubicar el ‘momento de categorizacién de la anorexia. No se trataria tanto de indagar acerca de la historia del concepto en si mismo, sino de situar a su autor. Charles Lasegue fue quien acuiié el término Anorexia histérica en 1873, y ha precisado detalladamente el cuadro, detectando‘las particulari- dades que, en una breve resefia, detallaremos a continuacién: La importancia de su obra adquiere gran relieve al considerar, por un lado el momento que atravesaba la Psiquiatria entonces, ya que Laségue se inserta en élla en el momento en que se desa- ta la crisis en relacién al cambio paradigmatico que se iba gestan- do. Desde el siglo XVIII imperaba el‘ modelo propuesto por Pinel, considerado como el fundador de las bases metodolégicas de la cli- nica psiquidtrica, quien instaura la clinica como “método cons- ciente de sf mismo y sistematico”!, Para’él, el alienado debe ser reducido y encauzado a través de su “tratamiento moral”, ligado estrechamente a la religién, que'se lleva a cabo en el estableci- miento erigido exclusivaniente para tal fin: el asilo. El poder cu- rativo de la religion calma la exaltacién del enfermo y lo restitu- ye a la verdad moral social. Todas las formas cientificas, 1a filoso- fia, la medicina estan orientadas junto al contenido moral:de la religion, a la recuperacién de la razén perdida por el “insensato”? Dejando de jado la imagineria fantastica, se emprende el trabajo moral puro, en el nivel de la virtud, y la vida social, moral‘pura que leva en s{ necesariamente la uniformizaci6n ética. Se desprende entonces, de este mods, que la funcién princeps del asilo reside en la rigurosa y univoca homogeneizacién a tra- vés de la moral, que se ejerce sobre los “desviados”. Foucault en su trabajo “Historia de fa Locura en la Epoca Clé- sica”, nos ubica en relacidn a la resultante de este funcionamiento: ~la medicina se ha convertido en Ja justicia, su método tera- péutico es la represién. se 1 Lasegue Ch.: Introduccién al texto de Chavtes Lasegue sobre la anorexia his- térica. Revista Vertex No. 2, 1990. Lanteri Laura. 13 — entonces; el agente de esa justicia seré el médico., , — el médico es “La” figura del asilo; a manera de un Amo que representa la autoridad y la ley, ordena quién entra, quién debe ser hospitalizado, castigado, recompensado, liberado. —el saber de la medicina, entendido como titulo cientifico, tie- ne aquf un infimo lugar, su poder se reduce a sentenciar acerca de la garantia juridico moral, La labor que pueda realizar el mé- dico aqui se circunscribe a la misién moralizante propia del asilo, como posibilidad jinica que permitira la curacién del alienado. ide coe . - “ ».El debate fundamental que se daba en la. Psiquiatria, gira en relacién.al cambio de paradigma: del modelo unitario de la aliena- cién mental propiciado por Pinel y Esquirol; proceso unico a expre- siones clinicas miltiples (manfa, lipemania, monomanifa, idiocia, demencia, etc.), lugar de tratamiento tinico ~el asilo-- y terapéuti- ca tinica —el tratamiento moral de la locura- se da un pasaje a un . paradigma.plural: el de las enfermedades mentales, concebidas co- mo procesos diversos y dispares que debian volver a entrar en una medicina revolucionada con la invencién de una semiologia activa y.la investigacién de correlaciones andtomo-clinicas. tae : Be et . : En el seno de tal panorama, en que la nosografia psiquidtrica se inclinaba hacia el esfuerzo clasificatorio de las enfermedades mentales, cobra relevancia la figura de Charles Laségue. Nos re- sulta interesante conocer el recorrido que ha realizado hasta lle- gar a incluirse y dedicarse apasionadamente a !a labor en el cam- po psiquiatrico, Sus comienzos los encontramos en la. literatura y la filosofia. . Lector apasionado de los romanticos y naturalistas franceses, Nega a relacionarse con Falret en el Servicio de la Salpétriére, de la mano de su amigo Claude Bernard. “Era costumbre de la épo- ca permitir la concurrencia 4 los. servicios parisinos de psiquia- tria a personas que sin ser médieos, se interesaban.en la patolo- gia mental”.2, wt Be ‘ Influido. por Falret, su-maestro incomparable, ‘se » apasiona ra: pidamente, y se inscribe en la Facultad de Medicina de Paris en 1839. Se recibe de médico en 1847. Deja de ser un aficionado y pa- sa a ser un profesional. 2 op.cit, 14 Se dedica fervorosamente a investigar todo jo relacionado con - las patologias mentales, fijando especialmente su atencidn en el vi- gente “tratamiento moral”, instaurado por Pinel, en el que, como mencionamos, la eficacia sobre la patologia estaria centrada en la intimidaci6n, con el fin de ejercer un cierto efecto sobre la voluntad del paciente. A partir de alli lleva, dos actividades médicas paralelas. La primera -que concierne a'la patologia mental-, es la Jefatura Médica de la Enfermerfa Especial, cerca de la Prefectura de Policia de Paris. . Allf, las personas acusadas de perturbar el orden publico eran alojadas hasta que se determinara si su conducta respondia a una patologia mental 0 no. Si efectivamente el sospechoso padecia trastornos mentales, era internado obligatoriamente en un hospi- cio parisino. De'lo contrario seria juzgado por “delito flagrante” en un tribunal de Paris. “Mientras las personas permanecian en si- tuaci6n aguda, era necesario separar aquellos que adolecian de una patologia mental de los que no la sufrian. De éstos, se debia separar entre los que podian volver a su casa y los que debian ser hospitalizados en forma autoritaria. Esta funcién constituiria, du- rante treinta y tres aiios el vinculo principal de Laségue con la psi- quiatria”. Es decir que practicamente toda su carrera esta circuns- cripta al rol de Policia y representante de la Justicia, tal como fue descripto anteriormente, No obstante, el aislamiento como medida terapéutica nunca ha sido apoyado por él. La segunda actividad es un servicio y una responsabilidad ¢ en la ensefanza de la Medicina General. Laségue, que se pliega al comienzo con la nocién de alienacion mental, culminara suseribiendo a la nocién de enfermedades mentales a sus monografias: El delirio de persecucién (1852) La anorexia histérica (1873) . . ’ El exhibicionismo (1877) . El delirio alcohélico (ss). wo gt Ya entonces la anorexia histérica sera para ‘luna enfermedad mental, en el sentido que le débamos recién: un cuadro clinico pre-. ciso, con una evolucién bastante t{pica y un tratamiento propio. Es asi mismo necesario sefalar, que Charcot, con éxito revolucionaba ja nosografia al dar credibilidad al sufrimiento en la histeria, aun cuando no se constatara compromiso orgénico, inaugurando asi un 15 nuevo espacio en la élinica psiquidtrica. De esta forma, el médico deja de ser quien ostenta todo saber, hay algo que la enferma sa- be de sf misma. No obstante, ella se dirige al saber médico, aun- que mas no sea, diriamos como via para formalizar su queja. La lectura de la monografia de 1873, permite adentrarnos en su esti- lo de fineza descriptiva y observaciones del detalle. En ella recor- ta peculiaridades de la anorexia, como cuadre histérico —la define como “perversién insdélita del apetito”—,con ja finalidad de en- globarlo luego en la generalidad de la patologia. - “Tengo la impresién de que no arribaremos a constituir la his- toria de la afecciones histéricas sino estudiando aisladamente ca- da uno de los grupos sintomaticos. Luego de ese previo trabajo de anilisis, reuniremos los fragmentos y recompondremos el todo de Ja enfermedad... Este procedimiento, mas que discutible si lo apli- camos a enfermédades limitadas en el tiempo, en el espacio, en sus localizaciones y en la modalidad de los fenémenos, encuentra aqui su legitimo empleo... Me propongo tratar hoy un complexus (sic) sintomatico demasiado frecuentemente observado como para que sea un accidente excepcional y que tiene ademas la ventaja de ha- cernos penetrar en la intimidad de las disposiciones histéricas”. Sin embargo, esta descomposicién, fragmentaci6n, aislamiento del sintoma que intenta, es dificil de aleanzar. Detecta desde el comienzo particularidades que exigen abordar la cuestién desde una perspectiva nueva, que implique un posicionamiento diferen- te del médico, en funcién de lo que llama las “leyes de la histe- ria”: esto es, qué para vencer la obstinacién de la histérica se de- be dejar penetrar la suposicién de que la curacion depende de la propia voluntad, y que la histeria esta ligada estrechamente al entorno de la enferma. Por lo tanto, no le es posible aislar el sintoma. anoréxico en si mis- mo, lo que le exigird el replanteo del lugar ocupado por el médico. Es- te “complejo somatico”, llama la atencién a la medicina, ademds, por otros aspectos, a saber: el relieve que va adquiriendo la patologia a través de su indefinida duracidn en el tiempo; y por la “resistencia” de la enferma. Uno podria preguntarse aqui qué es esta “resisten- cia”. Deja de ser solamente la resistencia fisica; también detecta que se resiste al tratamiento, resiste a acceder a las demandas del Otro. Calificar sus observaciones de este modo tiene sus consecuen- cias, ya que desde su experiencia psiquidtrica, capta claramente es- ta dimensién de la enferma de rebelién y cuestionamiento al Amo, 16 por ejemplo y para comenzar, en el punto en el que la patologia jus- tamente tiene que ver con la etapa de la-digestidn que es la menos facilmente estudiada por los médicos, a la vez que la mejor analiza- da por los enfermos (se refiere al apetito por la alimentacién). Al establecer el término ANOREXIA para todos los trastornos que tienen que ver con procesos. digestivos, de localizacién indefinida, di- fusa, sefiala, en primer lugar, que el término no tiene corresponden- cia en la fisiologia, ya que no existe el término OREXIA. Ademas, re- conoce aqui que, “como en otros casos, la pobreza de vocabulario res- ponde a una insuficiencia de saber”. En este sentido, veremos que el gran mérito de Laségue reside en la renuncia momentanea al saber, basado en gran parte en el reconocimiento de Ja instalacién de la en- ferma en un lugar de desafio. El hecho mismo de definir toda esta sintomatologia como una perversién, cobra una dimensién esencial para nuestra lectura psicoanalitica, si se la considera desde el ejerci- cio de esta funcién mencionada anteriormente, la de clasificar y de- tectar entre los enfermos, aquellos que perturban el orden racional. Esto es, considerar el comportamiento en relacién a cierta ley. En relacién con este punto, pensamos, que uno de los primeros earacteres que llaman su atencién es que la enferma se compor- ta segin una hipétesis propia, instintiva, con una certidumbre personal en relacién a la alimentacion, a partir de la cual lleva a cabo “su” modo de tratamiento, la abstinencia de comer. El comienzo de la enfermedad que se la ubica entre los 15-20 ‘afios, esta ligada a “una emocién que la jovencita o bien confiesa o bien disimula. Lo mas frecuente es que se trate de un proyecto de casamiento real o imaginario, de una contrariedad aferente a alguna simpatia o aun alguna aspiracién mas 0 menos conscie! te. Ella siente un malestar luego de alimentarse: vagas sensacio- nes de plenitud, gastralgia, angustia..” Laségue aclara que, si bien luego de un tiempo de abstencién. o disminucién de la alimentacién cualquier persona se convence- ria de lo perjudicial de su acto, “en la histérica las cosas ocurren de otra manera”. | Esto cobra un valor importantisimo para nosotros, ys ya que él re- corta claramente que este comportamiento responde a un orden que va mucho mds alla de lo'fisico, mds alld de cualquier necesidad: En- tiende, ~podemos “traducirlo” desde nuestra perspectiva, por qué no- que es et deseo el que aqui se compromete y se pone en juego. 17 Y es aquf que recordamos a Lacan, y su afirmacién que nos guia a modo de interrogante, cuando en lo escrito en “La direccién de la cura y los principios de su poder”, nos dice que en el sujeto con anorexia mental, ésta ejerce un rechazo que preserva el espa- cio de la demanda, poniendo a resguardo el deseo. Retomando a Laségue, es la ubicacién preciosa de este punto la que lo conduce a un tratamiento médico novedoso: “desgraciado el médico que, desconociendo el peligro, interpreta como fantasia sin importan- cia ni duracién esta obstinacién esperando dominarla con medi- camentos, consejos, o peor aiin, por la intimidacién!... En este pé- riodo inicial la iinica conducta sabia es observar, callar'se...” Y detalla: “lejos de abatir la fuerza muscular, la disminuci6n de la alimentacién tiende a aumentar la aptitud al movimiento. La enfer- ma se siente mas activa, mas liviana, monta a caballo, recibe y hace visitas, lleva una vida mundana y fatigante sin. acusar el-cansancio del qué se hubiera quejado anteriormente. La familia no dispone més-que de dos métodos que agota siempre: rogar o amenazar”. “Cuando luego de varios meses la familia, el médico, los ami- gos ven la inutilidad persistente de todos los esfuerzos, Jai inquie- tud comienza, y con ella el tratamiento moral”. El nos advierte: “el exceso de insistencia llama a un exce- so de resistencia”. Lo interesante de su planteo, es que el acento esta puesto en el término por é] acufiado de ANOREXIA, en contraposicién al de inanicién histérica, ya que advierte que este ultimo es superficial, que la patologia es delicada y que involucra algo mas que una simple negativa a comer ni tampoco de una pérdida de apetito, entiende que, gravemente, se trata de poner en juego otra cosa. No es poco el hecho de descubrir y describir la paradoja funda- mental que resulta de todo esto: cuanto mejor esta la histérica, peor esta su entorno. Laségue idefinind entonces a la anorexia a partix de conside- rarla como “perversiones insdélitas del apetito”, , en la que resume su problematica. ‘ A partir de este descubrimiento fundamental es que puede sos- tener que la clave de todo tratamiento 'consiste en la no intervencién inicial; eri dejar un espacio para que —en la Ultima fase de la enfer- medad donde existe ya la afeccién orgénica con¢omitante y surge un “cambio inconsciente en Jas respectivas posiciones de la enferma y la familia”-, la paciente demande (aunque disimuladamente) ayu- 18 da al médico y acepte sus indicaciones, el médico tendré autoridad sdlo“si es que supo cuidarla en Previsién de ese momento”... : ‘ Siel objetivo es evitar un dolor al que se Je teme de antemano, aun cuando fuese hipotético, y la sensacién de la enferma es insig- nificante-pero tenaz, éno'podriamos interrogar este aspecto desde lo pulsional, en relacign'a la'destripcién de Laségue de algo que no puede definir.con’ precision pero ‘que es del orden del apremio, de una urgencia.por satisfacer una cierta exigencia que fuerza al ac- to. Algo del orden, al decir de Freud, de lo que se huye? . Nos dice Freud: “(...) estos estimulos son la marca de un mundo in- terior, el testimonio de unas necesidades pulsionales. La sustancia per- cipiénte del ser vivo habia adquirido ast, en la eficacia de la actividad muscular, un asidero para separar un “afuera” de una.“adentro”. Me interesa destacar esta cita a fin de tener presente el cardc- ter de “construccién” de la realidad como producto de un trabajo; y por lo tanto activo del Sujeto. “El Yo-Sujeto es pasivo hacia los estimulos exteriores y activo por sus pulsiones propias”. © Si la inanicién provocara supuestamente sufrimiento, sin embargo ella revela cierto contento, que Laségue define como “pa- toldgico”. Dice: “no solamente no suspira por la curacién sino que se complace de su condicién a pesar de todas las contrariedades que suscita”. . « La anorexia no rechaza-cualquier alimento, por lo cual se pregun- ta si se deberd otorgar alguin tipo de significaci6n a la alimentacién. Propone entonces.no pensar a la anorexia como una entidad que afecta sdlo ala enferma, lo que desde ya define como erréneo, sino tomar en cuenta, “inevitablemente unida” a ella, a su fami- lia, quienes le demandan que coma como “prueba de afecto”, a quienes ella exhibe su cuerpo. so Para Laségue sdlo se podra decir que se esta en presencia de una anorexia cuando: desaparecen las quejas que existian previa- mente al rechazo dé alimento, y se modifica e] entorno familiar. Sabemos a partir de lo postulado por Freud, que la meta de la pul- sidn es siempre la satisfaccidn. Si bien puede ser alcanzada por diver- sas vias, siempre sera buscar la cancelacién de la exigencia. Podemos pensar esto desde.la. perspectiva dela pulsién de‘ muerte; en. tanto tendencia a la vuelta a un estado primitivo, sin estimulacién, la vuel- ta a cero del “Mas alla del principio del placer”. Creo antes convenien- te abordar el problema de la satisfaccién pulsional para esta clinica 19 que nos convoca, desde los destinos posibles de la pulsién, enunciados por Freud en “Pulsiones y destinos de pulsién’”, fundamentalmente, la transformacién en lo contrario (paso de actividad a pasividad), y la vuelta hacia la-persona propia, en los pares pulsionales en ‘que coin- ciden estos dos destinos: ver-exhibicionismo y sadismo-masoquismo. La pulsién nos es conocida, dice Freud, sélo por sus metas (por sus modalidades de satisfaccién). Tomando en cuenta esta conside- raci6n, se impone la pregunta acerca de dénde ubicar la satisfacci6n en estos pacientes, y de qué satisfaccién se trata. Laségue observa que aqui, mientras Ia enfermedad se sostiene, no hay ningiin sufti- , miento. {Qué se satisface en esta “cancelacién de estimulacién”?. En el recorrido freudiano de los pares pulsionales mencionados, la particularidad que nos guia en esta clinica es la de la inclusién del Otro, de su mirada, de su presencia, como esencial para el completa- miento del circuito pulsional. La satisfaccién no puede darse sin la intervencidn de un Otro al cual rodear en este circuito. La funcién de la pulsién entonces sera realizada con su aparicién en el Otro. Si no hay sufrimiento, {dénde esta la posible intervencién del analista? . Laségue destaca como novedad su descubrimiento de la impor- tancia que tiene para la paciente la presencia de aquel al- que se dirige, y de los efectos que 1a patologia provoca allf, en ese campo. Desde aqui la cuestién se desplaza: ya no es la comida, ya no es el compromiso organico solamente. El campo del organismo deja ‘paso a la posibilidad de pensar en que algo se juega en torno a la consti- tucion del sujeto, y a sus implicancias en y desde el campo del Otro. Por ultimo, es para sefalar que alude a una’cierta “tentativa de suicidio disimulada”, con lo paraddjico de esta formulacién, en dos sentidos: por un lado, porque no ha visto que se llegue a la muerte en ninguno de los casos observados, “la histeria no es mortal por sf misma”; por otro lado, una vez més, la vertiente de la direccién al Otro esta presente en esta alusién. Deberfamos preguntarnos desde aqui si cabe hablar de estado patolégico, en el sentido de la oposicién a un funcionamiento nor- mal, o si podemos arriesgarnos a pénsar.en una manifestacién ex- trema de la pulsién de muerte. “* Todos los interrogantes planteados hasta aqui, son los que, en el comienzo, nos abren el camino de la investigacién. . - 20 Bibliografia Lasicue CHares.: La anorexia histérica 1873. Monografia publicada en Revista Vertex No, 2, Diciembre 1990. Freup S.: Pulsiones y destinos de pulsién. 1915. Ed. Amorrortu 1977. Freup S.: Més alld det principio del placer. 1920. Ed. Amorrortu 1977. Foucautr M.: Historia de fa foeura en ta época clasica. LACAN di: Eseritos 2. La direccién de la cura y los principios de st poder. Ed. Siglo XX1 187 Ramgauur GINerre-Euiacerr C.: La indomables figuras de la anorexia, Ed. Nueva Vis 1991. BaravaLLt. G. ¥ VACAREZZA L.: Anorexia. Teoria y elinica psicoanatitica. Ed. Paidés 1993. 21 Algunas observaciones sobre la anorexia en Freud Maria TERESA ITURRIOZ 5 Mie toe : H” QUE comer para vivir y no, vivir para comer dice el dicho popular. La paciente con anorexia parece plantear otra posibilidad: no comer para vivir, haciendo gala de esa actitud que Ch. Laségue describe como “seguridad satisfecha”, “optimismo inexpugnable contra el que se guiebran las stiplicas y las amenazas”. El Otro se quiebra, y ella, la sujeto con anorexia permanece incélume. {Qué es esta fuerza indémita en la que se afirma el cuerpo de Ja anoréxica? Cuerpo que, a menudo, en su propio deterioro alcan- za un nuevo equilibrio. Pero, decir equilibrio sugiere a su vez un limite, un borde. Comenzamos asi un recorrido por textos de Freud en el inten- to de ubicar puntos de referencia que nos permitan cernir algo en torno a este padecer. Son ellos: Un caso de curacién por hipnosis (1892/3). Estudios sobre la histeria (1893/5). Sobre el mecanismo psiquico de fenémenos histéricos (1893). La etiologia de la histeria (1896). UN CASO DE CURACION POR HIPNOSIS: se trata de una jo- ven mujer cuyo propésito, renovado cada vez, de amamantar a su hijo recién nacido (son tres hijos), se ve imposibilitada hasta que in- terviene la sugestién hipnotica. Tal incapacidad resulta de un com- plejo de sintomas subjetivos -escasa secrecién de leche, dolor en los pechos al intentar amamantar, insomnio, vémitos aun antes de comer, irritacién ante la comida e inapetencia hasta una peligrosa repugnancia a alimentarse— a los.que se. suman los signos objetivos en el tracto intestinal y un estado, de.desazén y enojo por su ineptitud para amamantar y por no poder eliminar con su sola voluntad la anorexia y sus otros sintomas. La lactancia del primer hijo, intentada en vano durante cator- ce dias qued6 finalmente a cargo de una nodriza, con la consi- 23 guiente desaparicién de las pesadumbres maternas. Después del segundo parto y con el resurgimiento de los sintomas, los médicos no consienten en que el intento de amamantar prosiga esta vez por mds tiempo, y aconsejan sugestién hipnética bajo la asisten- cia de Freud. ‘ Freud publica este caso por “su virtud probatoria” en tanto el éxito terapéutico obtenido pudo tener “wn control rara vez posi- , ble” (lactancia del segundo y tercer hijo); . } Ya en el inicio del tratamiento Freud subraya no contar con gran confianza de parte de la enferma pues “no me saludé6 como a quien podia sacarla del aprieto”. No obstante, tales impedimentos fue posible cancelarlos en * una segunda hipnosis en la que Freud le ordena increpar a su fa- - milia: “que dénde estaba la comida, que si tenfan el propésito de * hambrearla, cori qué creian que alimentaria al nifio si ella no co- mia nada”, convirtiéndose la paciente a partir de entonces en una excelente nodriza. Exigencia de ser alimentada y reproches - nunca antes dirigidos a su madre que provocan extrafieza en su marido. Un afio después en igual ocasién y tras dos nuevas hipnosis “el complejo de sintomas fue extirpado (...) de manera (...) total”, La sefora amamanté igualmente a este hijo (...) sin di- ficultad ninguna y goz6 del mas imperturbado bienestar”. En relacién al éxito terapéutico podemos sefialar dos momen- tos en el primer encuentro con Freud. Practicada la primer hip- nosis el resultado es satisfactorio, -la enferma se alimenta y ama- manta-; sin embargo, observa Freud “algo que para mf era garan- tia del éxito curiosamente no habia hecho impresién alguna sobre la enferma ni sus allegados”. Exito efimero que se desvanece al dia siguiente con la reapari- cién de los mismos padecimientos, y que leva a Freud a decir: “no tuvo efecto alguno mi argumento de que, puesto que ella se habia convencido de que la perturbacién podia ceder, y en efecto habia cedido por medio dia, todo estaba ganado”. Reflexién que hace contrapunto con la advertencia de Ch. La- segue segun la cual “hay que prever que el cambio positivo se ope- rard lentamente por conmociones sucesivas y cuidarse muy bien de pronosticar el grado de mejoria que se aleanzara”. Caso de “histeria ocasional” en el que Freud infiere como meca- nismo psiquico el gobierno de la voluntad contraria sobre el cuerpo: las representaciones penosas contrastantes, que la conciencia nor- 24 mal inhibe y rechaza, son las que en el momento de la predisposi- cién histérica (agotamiento histérico) salen a la luz y se objetivan via inervacién corporal convocando todos aquellos sintomas subjeti- vos que una simuladora fingirfa para sustraerse del amamanta- miento y, ademas una serie de signos objetivos que la simulacién no podrian reproducir”, Causa ocasional que lleva a la produccién de! complejo sintomé- tico es, en este caso “la excitacién previa al-primer parto o el agota- miento que le siguié, puesto que el primer parto corresponde.a la maxima conmocién a que esté expuesto el organismo femenino y a consecuencia de ella la mujer suele producir toda clase de sintomas neuréticos para los cuales la predisposicién dormita en ella”. Se trata en verdad del organismo femenino, {0 mas bien debe- mos pensarlo como la conmocién producida en la mujer en su ac- ceso a la maternidad? En su libro “La familia” Lacan refiere que “en el amamanta- miento, el abrazo y la contemplacién del nifio, la madre, al mismo tiempo, recibe y satisface el mas primitivo de todos los deseos”. Es ante la extrafieza del marido que esta mujer dirige por prime- ra vez reproches a-su madre. Que de la relacién con ella se reedita en el momento de confrontarse esta mujer con su-propia materni- dad, a la hora de alimentar a su hijo. Que queda conmovido en tér- minos de la identificacion a su madre, o sea, aquello que le reprocha no haber recibido es lo que no puede, via el alimento, a su hijo dar. ESTUDIOS SOBRE LA HISTERIA. EMMY VON N.: su trata- miento con Freud duré siete meses en 1888 ({0 18897) y ocho me- ses al afio siguiente debido a un “nuevo sacudimiento psiquico”; en mayo de 1890 Freud la visita como huésped en su casa y final- mente en el verano de 1893 recibe unas lineas de Emmy pidién- dole permiso para que otro médico la hipnotizara pues “sus acha- ques habjan vuelto y no podia venir a Viena”. -Finalizaba el segundo tratamiento y Emmy habia recuperado su salud, cuando, en una visita que Freud le hace en el sanatorio diariamente, se entera que. Emmy tiraba su postre envuelto en papel, siendo recogido por los hijos del portero; y él observa ade- mas cuanto sobraba en los platos. Interrogada sobre su proceder, Emmy dice tener “la misma na- turaleza que su difunto padre, quien igualmente habia sido de po- co comer”. Sdlo puede beber “Iiquidos densos” pues el agua.mine- 25 ral le estropea el estémago, as{ como comer més de lo.acostum- brado: “...inequivoco sello‘de una eleccién nerviosa”. Freud mismo le efectué un andlisis de orina: Le prescribe una agua alcalina y le prohibe tirar el postre. Pues si bien no se mos- traba demasiado delgada, “...me parecié que alguna sobrealimen- tacién era deseable”. A lo que ella le responde: “lo haré porque us- ted me lo demanda, pero le anticipo que seré para mal Porque mi naturaleza lo rechaza, y mi padre era igual”. Someterse a las indicaciones de Freud es para Emmy motivo de malhumor; dice haberse arruinado el estémago viéndose obligada a “guardar una dieta total durante cinco a ocho dias antes que to- Jere algo”. A lo que Freud le dice: “no es necesario, sus dolores de estémago sélo se deben-a la angustia con que comi6 y bebid”. Esclarecimiento inutil. La préxima hipnosis fracasa y Freud renuncia a ella. Es asi que le impone un plazo de 24 horas para reflexionar hasta admitir su punto de vista (el de Freud); si para entonces atin pensaba que una comida ligera y el agua pueden arruinar el estomago “...le rogaria que partiese”. Al dia siguiente, «_,humilde y décil”, Emmy refiere sobre los dolores de estémago “creo que se deben a mi angustia, pero sdlo porque usted lo dice”. {Porqué no puede usted comer mas? vuelve a preguntar Freud bajo hipnosis. Su habitual “no sé” a secas dio paso o esta vez a una serie de re- cuerdos cronolégicamente ordenados en los cuales se asocian es- cenas de la mesa familiar con sensaciones de asco. Siendo nifia su madre la obligaba, bajo amenaza de castigo, a co- mer dos horas mds tarde la misma carne que habia rechazado en el almuerzo; carne fria y con la grasa endurecida, que comia con asco y cuyo recuerdo esta hoy presente cada vez que se sienta a la mesa. La “angustia atroz” de equivocar sus cubiertos.con los de su hermano y asf contagiarse el “mal abominable” que éste padecia. Pese a ello comfa con é] para que nadie advirtiese su enfermedad. «, El hecho de que otro de sus hermanos, enfermo de los pulmo- nes y al cuidado de Emmy, acostumbrara a escupir mientras co- mian, por encima de los platos, en el:salivadero siempre abierto sobre la mesa. Cn? Esta exploracion hipnotica dio lugar a una remisién sintomé- tica “inmediata y duradera’”. En cuanto al estado psiquico de Emmy, Freud destaca dos aspectos: 26 — Los afectos penosos de vivencias traumdaticas permanecen sin tramitar. . ~ Una viva actividad mnémica evoca a la conciencia actual | traumas, pieza por pieza, junto con los afectos concomitantes. Sejiala también que este caso “muestra un pequefio monto de conversién” y en su exposicién trata separadamente Jos sinto- mas corporales de'los sintomas siquicos, incluyendo en éstos: al- teracién del talante (angustia, depresién melancélica), fobias y abulias.. Respecto de las abulias (inhibiciones de la voluntad, incapaci- dades) que presenta Emmy indican que son de. dos clases: la consecuencia de una fobia, o abulias basadas en “la existencia de asociaciones no desasidas, de tinte afectivo, que oponen.resisten- cia al anudamiento de asociaciones nuevas, en,particular las de indole inconciliable”. “El-ejemplo mas patente de-una.abulia de este tipo nos lo ofrece la anorexia de nuestra enferma”. .._ Si come poco es porque no gusta de hacerlo en tanto el acto de comer actualiza en Emmy recuerdos de asco que conservan intac; to su monto de afecto pues siempre debié sofocarlo en lugar de li- brarse de él mediante reaccié: De acuerdo con su concepcién de las pardlisis histéricas, Freud toma la anorexia de Emmy como prueba de que ese mecanismo es el que opera en ciertas abulias (las descriptas anteriormente en segundo término), para concluir que “las abulias.no son sino unas pardlisis psiquicas muy especializadas”. . PARTE TEORICA: como ejemplo de la sobredeterminacién del sintoma histérico, Breuer propone el caso de un muchacho de do- ce afios que a raiz de un episodio de fndole sexual comienza a su- frir dolores de cabeza, dificultades para tragar y produce “el fené- meno de la anorexia” —no quiere comer, vomita cuando lo obli- gan a alimentarse, anda fatigosamente y quiere permanecer en cama-. Su estado fisico ha decaido notoriamente. . Breuer menciona como antecedentes el haber sufrido de “pavor nocturno” y-ser “hijo de un padre muy nervioso”; impresiona co- mo un nifo timido y retraido, convenciéndose Breuer de que su estado tenia un fundamento psiquico. . » En un primer interrogatorio dio como origen de su_malestar “una severa reprimenda de su padre”, motivo éste de poco peso como para ser Ja causa real de su enfermedad, apunta Breuer. - 27 Fue ante el regafio de su “perspicaz y enérgica madre” que, en estado de llanto, relaté lo sucedido: en un bafio publico un ‘hom- bre le pidié que tomara su pene en.la boca; tras lo cual reaccioné saliendo de la escena en forma despavorida, y a partir de ahf-en- fermé6. Los padecimientos cedieron tras la confesién. Breuer indica como los factores concurrentes para la produc- cién de dichos sintomas la.naturaleza nerviosa-innata, el terror, la irrupcién de lo sexual en su forma-mas brutal en‘ el animo del nifio y la representacion del asco como factor determinante. Comunicacién preliminar a los estudios sobre la histeria ‘SOBRE EL. MECANISMO PSIQUICO DE FENOMENOS. HISTERICOS: “vomitos “y “anorexia hasta llegar al rehusamien- to de toda comida”, considerados como uno de los sintomas mas frecuentes en la histeria,-se alinean junto a otros tantos sinto- mas, reconducibles todos ellos al trauma psiquico ocasionador, 0 mejor aun, como se corrige Freud, “...el trauma psiquico, o bien el recuerdo de él”, « Vale decir, casos que explican de manera simple el surgimien- to de ese sintoma y no otro, tal como lo vimos en el historial de Emmy von N. ae En ‘otros casos, la determinacién no es tan transparente, sino que “solo consiste en una referencia simbélica entre el ocasiona- miento y el sintoma histérico”. LA ETIOLOGIA DE LA HISTERIA: “vomitos” y “asco a los ali- mentos”, forman parte nuevamente de toda una serie de “fenéme- nos histéricos frecuentisimos” que Freud deriva ahora de las es- cenas sexuales infantiles. Desde estas primeras referencias freudianas situariamos la anorexia como un sintoma de frecuentisima ocurrencia en la his- teria, ligado muchas veces a la sensacién de asco y que reviste la cualidad de peligroso. ike Como sintoma histérico entra en las generalidades de dicha afeccién que en esta época y hasta 1897 se sustenta en la etiolo- gia traumdtica como acontecimiento, como suceso acaecido —muerte del padre en los primeros textos, resultado de la perver- sién del seductor (siendo éste el padre), después-. 28 Etiologia traumatica que implica un excedente no tramitado via la palabra en tanto se trata de vivencias que suscitan afectos penosos, los cuales han perdurado “incompletamente abreacciona- dos”. Cuando Freud menciona la accién como la reaccién’mas ade- cuada frente al trauma y.el lenguaje como sustituto de aquélla, dice del.lenguaje: “con su auxiliojel{afecto puede ser casi igualmente abreaccionado”, seftalando [con fello’ese resto inasimilable en las redes del lenguaje. Por lo demas Freud nos muestra’el camino de la singularidad cuando respecto de la formacién de sintomas me- diante simbolizacién.afiade: “existe el propésito.de expresar el es- tado psiquico mediante uno corporal para lo cual el-uso lingitistico ofrece los puentes”, “...risibles juegos de palabras, asociaciones de sonido...”, dice Breuer. Mecanismo particularmente valido para dolores y neuralgias, pero también a menudo comprobable en el caso de las zonas histerégenas. Uso lingiifstico y zonas histerégenas abren a otro recorrido po- sible en Freud’en relacion a ta doble funcién de los érganos. Vol- veremos a él mas adelante. Sensacién de asco —“sensacién displacentera propia de la mucosa del tramo de entrada del aparato digestivo”— que una y otra vez aparece acompafiando perturbaciones alimentarias. El asco intenso en Ana O., producto de un constante sentimiento de angustia que le estorba el comer, hasta llegar a la inanicién. La imposibilidad de comer al-mismo tiempo con asco y con pla- cer claramente determinada en Emmy von N. La representacién del asco como determinante de los.sintomas del joven paciente de Breuer, x En “Tres ensayos...” Freud concibe el asco junto con la ver- giienza y la moral, los poderes animicos que, constituidos durante el periedo de latencia; se presentardn mas tarde como “inhibicio- nes en el'camino de la pulsién sexual”. El asco como defensa que se opone a la libido lo encontramos ya en el Manuscrito G. En el abordaje que Freud hace alli de la melancolfa en su estrecha relacién con la anestesia sexual, esta- blece ‘por un lado un paralelismo entre melancolia y anorexia (neurosis‘alimentaria).y por otro, una analogia entre-anestesia histérica y anorexia histérica. Definida la-anestesia como “falta de sensaciones voluptuosas”, diferencia la‘ anestesia histérica como aquella en la cual: no se consiente voluptuosidad al grupo sexual psiquico a causa de al- 29 gun’diverso enlace (con asco-defensa), es decir, que habiendo ex. citacién sexual somAtica no se produce el pasaje a excitacién se xual sfquica por Ja interposicién de la defensa, “en un todo andlo: ga a la anorexia histérica” (asco). + El paralelismo entre melancolia y anorexia esta dado en rela cién a una pérdida: “pérdida en la vida pulsional del propio sujetc “en la unia, “pérdida de !a libido” en la otra, correlacionandose éstc Ultimo con el hecho de considerar la anestesia como falta de ten: sién sexual siquica. 1 ‘Pérdida delibido que se contrapone a esa libido que ‘desborde y a la que es preciso poner diques, que se contrapone por lo tantc a los otros desarrollos de Freud respecto de los factores que har de producir neurosis. . » En cuanto al car4cter de sintoma peligroso, Freud lo acen- tia en dos textos posteriores a los que tomamos inicialmente — “E. método psicoanalitico” y “Sobre psicoterapia”- indicando en am- bos una restriccién a la aplicabilidad de su método para aquellos casos en que al médico se le imponga tener que eliminar con ra. pidez fenémenos peligrosos, como por ejemplo en el caso de. une anorexia histérica. t 7 Sintoma peligroso {para quién? ;Para Freud, médico, analista que -consideré deseable alguna sobrealimentacién, aun .cuandc Emmy no aparecia excesivamente delgada? O mas aun, que la con. miné a abandonar el tratamiento si no se advenia:a sus razones? Intervenciones de Freud que evidencian su no complicidad pa ra con ja boca cerrada de Emmy. éDe qué indole es entonces el peligro al que Freud intenta po ner un limite? vas “Lo que domina el estado mental de la histérica es ante todc una quietud yo dirfa casi un contento verdaderamente pato. Id6gico. No solamente no suspira por la curacién sino que se com- place de su condicién a pesar de todas las contrariedades que sus. cita” (1873, Ch. Laségue en “De la anorexia histérica”). “La histeria debe a este salir a luz la voluntad contraria el ses: go demoniaco que tan a menudo presenta, (:.) esa cosquilla de hacer lo malo, de tener que enfermarse cuando lo que mds ansio samente desearia es la salud: ...esta compulsién-harto a menudc aqueja a los.mds intachables caracteres, que durante un tiempc quedan sin remedio, a merced de sus representaciones contras- tantes” (1892, S. Freud en “Un caso de curacién por hipnosis”). 30 Pasajes éstos que nos confrontan con la estructura misma del sujeto. : . . Descripta primeramente como fendmeno clinico es en 1920 cuando Freud dice de ella que “nos aparece como més original, mas elemental, mds-pulsional que el principio del placer que ella misma destrona”. Compulsion de repeticién que situada mas alld del principio del placer, expresa para Freud, la pulsién de muer- te. Boca cerrada de Emmy para comer y también para decir. En “Tres ensayos” Freud postula las “vias de la influencia re- c{proca”, una suerte de camino de ida y vuelta entre la sexualidad y “otras funciones, no sexuales, del cuerpo”. Toma la zona de los labios como ejemplo de un “campo de accion reciproca” ésto es, en su doble pertenencia, como fuente de la pul- sién sexual a la vez que sirve a 1a funcién nutricia. Montaje por el cual la nutricién genera una ganancia de placer independiente de aquélla, y que nos permite comprender que la nutricién sufra per- turbaciones cuando son perturbadas las funciones ‘erégenas de la zona comin. Es por tanto esta duplicidad de la funcién la que determina que si el valor erégeno de la zona labial es afectado por la repre, sion, ésta invadiré la pulsién de nutricién con la consiguiente for- macién de sintomas: “muchas de mis pacientes con trastornos ali- mentarios (Lépez Ballesteros traduce aqui perturbaciones anoré- xicas), globus histericus, estrangulamiento de la garganta y vomi- tos fueron en sus afios infantiles enérgicas chupeteadoras”. Freud retoma ésta linea en su trabajo “Sobre.la perturbacién psicégena de la visién”. Con la introduccién en este texto del con- cepto de pulsiones yoicas puede ahora explicitar: “en general, son los mismos 6rganos y sistemas de 6rgano los que estan al servicio tanto de las pulsiones sexuales como de las yoicas. El placer sexual no se anuda meramente a la funci6n de los genitales; la boca sirve para besar tanto como para la accién de comer y de la comunica- cidn lingiiistica...”. . Plantea asimismo las consecuencias patolégicas que necesa- riamente habran de producirse toda vez que un 6rgano quede im- plicado en ja disputa entre los dos grandes grupos pulsionales. Si un érgano sobre el cual se ejerce este doble requerimiento inere- menta su valor erégeno, son esperables “alteraciones de la excita- bilidad y de la inervacién”, que se hardn manifiestas como “per- turbaciones de la fuficin cuando e! érgano pasa al servicio del 31 yo”..Volvemos a encontrar estas consideraciones en el historial del “Hombre de los lobos” y en “Inhibicién sintoma y angustia” en Jos cuales podemos leer: “...un deterioro de la pulsién de nutricién nos sefiala que el organismo no ha conseguido un.dominio sobre la excitacién sexual” (1914-1918). Y “la funcién yoica de un érga- no se deteriora cuando aumenta su erogeneidad, su significacién sexual” (1926). Puntuaciones que nos remiten al ‘Seminario sobre a ‘Transfe- rencia de J. Lacan (inédito en espafiol) donde precisa: “la tenden- cia de ]a.boca que tiene hambre se expresa por esta misma:boca en una cadena significante”. Bibliografia : FREUD §.: Un caso de curacién por hipnosis. Con algunas puntuatizaciones sobre la génesis de sintomas histérieos por obra de la “voluntad eontraria”. Ed. ‘Amorrortu Bs. As. 1979 Obras completas. vol. 1 “2 “Estudios sobra la histeria” ob. cit. vol. IL -“Sobre el mecanismo psiquico de fendmenos histéricos” ob. cit. vol. 1 - “Le etiologia de ta histeria” ob. cit. vol. 111 ‘Tres énsayos para una teorta sexual” ob, cit. vol. VII ~ “La perturbacién psicégena de la vision segtin el psicoandlisis” ob. cit: vol. X1 ~ “Fragmentos de la correspondencia con Fliess” ob. cit. vol. 1: “Manuscrito G”, “Carta 52" ~“EI método psicoonatitico de Freud” ob.cit. vol. VI } ~ "Sobre psicoterapias” ob. cit. vol. VIL, ~ "Mais alla del principio de placer” ob. cit vol. XV, De la Kistoria de una neurosis infantil” ob. cit. vol. XVIT "nhibicién, sintoma y angustia” ob. cit. vol. XX LACAN J.: “La familia”. Bd. Homo Sapiens, 1977 | = “El Sentinario. Libro VIII (inédito en espaiol) Lasbeve CH.: "De le anorexia histérica”. Ed. Revista argentina de psiquiatria ~ Vertex N" 2 MILLOT C.: “Nobodaddy. La histeria en ef siglo”. ed. Nuova Visién, Bs. As. 1979. Cancina P.: “El dolor de existir... y la melancolia”. Ed: Homo Sapiens, Rosario 1992 32 Psicoandlisis y Medicina: Dos Discursos en el Andlisis de la Bulimia y la Anorexia” ' BrJLA R. DE GOLDMAN + age Be | Cada ‘cualferee que su oficio es el verdade feree q : ¥ ast es como desconoce la realidad” Marx Li MEDICINA respecto del psicoandlisis lo admite a éste como una ayuda externa, comparable a la de un asistente terapéutico y no eleva su accionar al estatuto de ciencia indepen- diente, no reconociendo que su manera de operar es bajo la légi- ca del significante, logica que hace de la mera palabra discurso, el reconocimiento de la existencia de que hay un inconsciente, siendo ese el maximo descubrimiento freudiano. EI médico es requerido en funcién de cientifico y el medio exi- ge de é] un ntimero infinito de agentes terapéuticos nuevos, yes ahi donde él] responde a la demanda. Es en la respuesta a la de- manda del enfermo que él depende en su supervivencia como mé- dico. El enfermo no espera de él puramente la curacién, a veces viene a demandarie que lo autentifique como enfermo, que lo pre- serven en su enfermedad y soporten su cuerpo sufriente. Desde esta definicién, los sintomas médicos no tienen el mismo estatuto a como es pensado el sintoma para el psicoandlisis. Aqui se trata de interrogar la estructura de la falla, de la hiancia entre deman- da y deseo, y de que el pedido del enfermo es opuesto, a veces, a lo que desea. - . La hiancia hace a la falta en ser, condicién de lo humano, hacien- do de la pérdida, el objeto que causa al deseo. El significante mata ja Cosa, se inaugura asf al sujeto en su condicién de hablante, y es en el lugar del vacio donde aparecera la-pregunta por el ser. En: tonces, la falta es necesaria para hacer del vacio pregunta, interro- gacién por lo que no hay, lugar posible para la creacién y el enigma. La demanda apunta a un Otro, su ausencia o su presencia ha de ser su respuesta, Decir demanda es decir demanda de amor, es con amor que se procura responder a La falta en ser, en tanto fa- lla abierta por el lenguaje. Confundir la demanda de amor por ne- 33 cesidad, es intentar atiborrar al sujeto con lo que se tiene, pensa- da Ja necesidad como una respuesta que sabe del deseo en el Otro. Mientras que amar es dar lo que no se tiene ya que se da desde Ja propia falta comandada por la légica del no-todo. Se podria conjeturar que el sujeto que padece de anorexia-bu- limia, es que estd enfermo del atiborramiento del Otro, de estar alienado su deseo a la demanda de ese Otro, y a su demanda de amor se la responde y tapona desde la necesidad. Bien, entonces, qué es un cuerpo sino hecho para gozar de si mismo, y es via el goce que sabemos de él, ya que la pulsién es muda y recorre los bordes de ese cuerpo donde nos enteramos de que “eso” existe. Lacan en lo escrito en Television nos ensefa que: “la cura es una demanda que parte de la voz del sufriente, de alguien que sufre de su cuerpo 0 de su pensamiento. Lo sorprendente es que haya res- puesta, y que desde siempre la medicina haya dado en el blanco por las palabras”. Es por las palabras que hay enfermedad y es tam- bién por las palabras que se libera al sujeto de su-padecer. (pag. 88) También en él mismo escrito él refiere que: “asi el afecto llega a un cuerpo cuya peculiaridad consiste en habitar el lenguaje”. Vemos de esta manera confirmar como un cuerpo esta recortado por el significante y no es un. puro organismo habitado por érga- nos al servicio de tos aparatajes y experimentos de la ciencia. La ciencia no puede saber qué quiere decir que ese cuerpo su- fre, que sufre de las palabras aprisionadas. Esta ha sido la sub- versién de Freud, que como médico ha elevado a la enfermedad —Krankheit— a la funcién de Kréinkung, ofensa. O sea, ha apunta- do y dirigido su investigacién al goce en la palabra, tope real en lo indecible, que si bien tiene su asiento en el cuerpo enferman- dolo, es la palabra injuriante, ofensiva, traumatica la que coagula el ser marcandolo via la fijacién. El trauma pues, seria la palabra, un S, que no desliza y enferma al sujeto. Es la sensibilidad del poeta, la de Rainer M. Rilke, quien nos marca el camino con su decir, que el sintoma no debe ser aboli- do sino incerporado como ganancia, con un destino diferente y un saber hace con él. Es esto lo que le aconseja al joven poeta Franz Kappus diciéndole: “dass die Krankheit das Mittel ist, mit dem ein Organismus sich von Fremden befreit”. (que la en- fermedad es el medio con ei que un organismos se libera de lo extrafio). . 34 En términos de Lacan, que es por el goce que sabemos que.un cuerpo no es un puro organismo. Para hablar de fremd, extraiio, real, s6lo podemos pensarlo al cuerpo como hecho de palabras y no una mera maquina con é6rganos. La posicion que define al psicoanalista es lade la conviccién de que el sintoma posee un contenido, de, verdad. Para el médico no es la 16- gica del fantasma;la que,actual en ‘al sintoma enfermando al sujeto. Dira Antoni. Vicens¥para:el ae ico, el sentido del sintoma lo agota en las funciones corporales | (de las que excluye el goce)”.Y sigue: “también e] médico reconoce una verdad en el sintoma; se trata de la verdad cientifica, tal y como las leyes de la naturale- za la pueden captar. En cambio, para la operacién psicoanaliti- ca se requiere una condicién cartesiana del sintoma”. Para el médico, la palabra sobra pues lo desborda, no sabe qué destino darle al sintoma puesto en palabras. El mismo autor en la introduccién al libro “El orden médico” refiere: “el médico, con la interpretacién silvestre se ha perjudi- eado a si mismo y ha contribuido a intensificar los prejuicios que se alzan-en el enfermo contra, ia actividad del-psicoanalitico a causa de resistencias afectivas harto comprensibles. Y esto puede ser evitado”. El toma-estas palabras del propio Freud, escritas en 1910 que él dirige a los “psicoanaliticos silvestres”, Y sigue: “para ser médico hay que formarse como tal y para ser psicoanalista hay que formarse como tal”. De esta manera el andlisis laico es una itusi6n, y ya el propio Freud quiso proteger al analista fren- te a los médicos como asi también frente a la religién. O sea, el acto de confesién frente a un sacerdote no es un acto analitico, y tampoco lo es la confesién acatada y sostenida desde la sugestién por el analista. En cambio para el analista no hay entrada en anilisis “si pa- ra el sujeto en su sintoma no le va el ser, no se le va el ser”. Osea, es via la alternativa lacaniana en: “o no pienso, 0 no soy”, esto se- ria, un ser sin pensar, y un pensar sin ser, que reconocemos en esa légica la entrada del sujeto en un anilisis. La ciencia no puede saber qué quiere ese cuerpo que sufre. El goce no sabe de ta relacién episteme-somatico. La é es aquella que se extiende en Ja direccién del goce, posicién del inconsciente y de la clinica del uno por uno, de particularizar el sufrimiento. | La subversién de Freud como médico ha sido la de poner en jue- go al psicoandlisis como praxis y su descubrimiento, la del incons- 35 ciente pensado como un lenguaje, regido por las leyes de la Verdich- tung y 1a Verschiebung, 0 sea condensacién y desplazamiento, pre- cursoras de la metafora y la metonimia. De esta manera surge un cuerpo recortado, no totalizado, marcado por el significante, hecho de palabras aprisionadas que enferman. Es esto lo que le ensefian con su mudo padecer, “sus histéricas”, esas que le han mentido, esas que le han ensefiado que el cuerpo no es un pure organismo. El placer pone una barrera al goce, goce que se experimenta en el cuerpo en forma de tensién, forzamiento, gasto. Hay goce en el nivel donde aparece el dolor, y ahi se manifiesta el organismo que de no ser por et dolor ese cuerpo apareceria velado, mudo. Se fan- tasea alli donde no hay relacién sexual, no hay unidad totalizan- te, hay, a veces, deseo de saber, surgido de la hiancia que da como producto un objeto perdido sobre un cuerpo barrado, hecho de re- cortes. Es asi como pensamos que el psicoandlisis como practica y el inconsciente freudiano como descubrimiento no hubieran sido creados antes del siglo XVII, siglo de la ciencia, siglo donde toda Europa estaba habitada por un ideal comin: el deseo de saber. El discurso médico no se ve afectado por 1a posicién subjetiva del autor del discurso histérico, dado que su vocacién es reducir los de- sdrdenes de la subjetividad e integrarlos finalmente én un orden, el del diagnéstico, maxima posicién de un amo al servicio de la ciencia. Por el contrario el discurso psicoanalitico puede en este sentido opo- nerse al discurso médico, al discurso del maestro, en su maestria diag- néstica. Este toma como agente en primer lugar al objeto a como posi- cién de semblante, 0 sea, que del desecho del amo hace de él su causa, mientras que el amo y su discurso nada pueden decir ni apropiarse de eso Es en el discurso médico donde se constituyen signos, indices en significantes, y de su ordenacién se extrae una significacién que es la que da existencia a la enfermedad, la nomina. EI diagnostico asi pen- sado es un acto de dominio, de maestria. El diagnostico médico es un Amo absoluto que en nombre de la medicina impone y somete al cuer- po sufriente de sus pacientes, donde todos los aparatajes de la ciencia intentan borrarlo a ese cuerpo como marca significante. Es un cuerpo miédico totalizante, sordo al cuerpo gozante de sus enfermos, ya que lo piensa como un’ puro organismo, hecho de funciones y circuitos. E! médico hace una ciencia de lo real, no pone a trabajar lo real. Decir ciencia de lo real es que.todo es igual, es siempre lo mismo, que una bulimica es s igual a otra y que todas dében comer y pesar Jo mismo.” 36 Y es alli donde “la histérica” se resiste, emergiendo como pregun- ta, donde todo su cuerpo es un enigma, poniendo al Otro, orden médi- co mediante, a trabajar, a cuestionarse, y posiblemente a ponerlo en evidencia ante su no saber. Bulimia-anorexia, dos nombres donde el padecer se inscriben en el cuerpo, de ahi su rapida demanda de cura al cuerpo médico, punto de falla; ya que el goce no sabe de una soma- tica-episteme. Ante este cuerpo que no quiere saber de su suftir, que lo que hace es poner a intérrogar.al’saber médico y cuanto mayor es la demanda, mds se burla la histeria de ese saber, ya que al gace no se lo captura ‘por explicaciones ni diagnésticos magistrales. Es en la emergencia de lo real del Otro en donde el médico emer- ge como sujeto con su angustia, titubea en su saber. Se muestra en falta, la de no saber, y posiblemente ante su fracaso. Alli es donde la histérica lo pone a trabajar, haciéndole buscar nuevos.métodos. Res- ponde desde un saber maestro, Gnica posibilidad estructural para acallar a la “histérica”. Digo la “histérica”; ya que bulimia y anorexia preferentemente se conjugan en femenino, con una manera particu- lar de poner a gozar el cuerpo, Noes ya por anestesias o paralizacio- nes, sino que ofrece su cuerpo sufriente como desecho del discurso de la ciencia, no obstante que ella, la ciencia intenta capturar la presen- cia de la “Cosa” como no perdida sosteniendo el ideal de un saber ab- soluto, total. Son ellas, las bulimicas, las que nos recuerdan, que a pe- sar de sostener un ideal de belleza “perfecto”, no dejan de portar un cuerpo recortado por la pulsién y el significante. Es Lacan quien nos ensefia que “un cuerpo adquiere su peso por via de la mirada”, donde se necesita de un Otro, ese espejo pla- no que retorne como mirada en la constitucién del sujeto. Es pues a esa mirada a la que habria que interrogar, tanto para su consti- tucién, como en el fin del andlisis donde el sujeto alcanza ese pun- to donde “sabe que nadie lo espera en el Otro, que no hay ninguna respuesta a su existencia y a la legitimidad de su goce. Este es ab- solutamente incurable, simplemente podré domesticarto”. . Erie Laurent plantea que habria que reconsiderar el pantano de la clinica de los borderline,.como asi también “poner de manifiesto la exploracién de nuevos sintomas, los desplazamientos de la clinica y, si asi puedo decirlo, fas nuevas sexuaciones”. Y sigue: “los nuevos mo- dos de perversion de masa, de acting out en masa, permiten encarar nuevas formas de hacer el hombre y de hacer la mujer. Los psicoana- listas deben responder de ello, deben coleccionarlos como otras tan- tas respuestas originales al malestar en la cultura”. Es bajo la mira- 37 da médica y sus estragos, donde comer y vomitar hace de quienes pa- decen de éstos signos un diagnostico magistral: jes bulimico! Es el médico, cual duefio absoluto que en nombre de ta medici- na se autoriza a imponer un régimen carcelario, con internaciones diurnas, conocido como “la pesada”, cuyo estatuto es de este orden: “el paciente tiene prohibido estar en la cocina, cocinar y opinar o ele- gir el meni... 0 jamds debemos darle la posibilidad de eleccién... cualquier dificultad deberd ser informada al cuerpo médico”. Cuer- po médico totalizante, sordo al cuerpo sufriente de su enfermo. -* A esta ferocidad médica habria que dar por respuesta las Ultimas palabras que Descartes da a Burman: “ser el médico de si mismo”. {Cual es el hacer del psicoandlisis? Ante las categorias kantianas de: qué puedo yo saber, qué debo yo hacer y qué me es prometido esperar, erige é] la ética de su praxis. La ética del psicoandlisis es hacer de nuestro andar un recorrido con no tantas penurias, en la ética del- buen decir, y que cada cual cause su camino acompafiado por el objeto particular de su deseo. Desde ésta légica, pensamos que bulimia-anoréxica estan ubicadas en ese lugar, en posicién de objeto, como verdaderos enigmas, guardia- nas del goce, a testimoniar que, a no iedo real la ciencia puede acceder, puede domesticar o interpretar, y que el diagnostico no aleanza a cu- brir lo que no se sabe de ese “oscuro y enigmatico objeto del deseo”. Bibliografia Lacan J.: Psicoandlisis y medicina, Intervenciones y textos 1. Ed. Manantial 1988 —Conferencia en Ginebra sobre el sintoma. Intervenciones ¥ textos IT Ed, Manantial 1988 ~Radiofonia y Television. Ed. Anagrama Barcelona. 1977 * Vicens ANtoNt: La entrada en religisn. BI significaite de ld transferencia Bd. Manantial 1987 . CravreuL J.: El orden médico. Ed. Argot. Barcelona, 1983 LAURENT so y goce del sintoma. Diversiddd del sintoma. Coleccion Orientacién Lacaniana. Argentina, 1996 Ringe R. M.: Cartas @ un joven poeta, Ed. Premia. México, 1981 38 Un problema ¢ con la alimentaci6n pero que viene del coraz6n. Mania Teresa ITURRIOZ 2 Be TE! STE ESCRITO surge a rafz'de una-pregunta que insiste en mi acerca del tratamiento de una paciente. {Qué estatuto tiene el hecho de vomitar en quien sostiene férreamente “pensar s6lo en vomitar”, dando cuenta de un sujeto habitado por un va- cio que el vomito cava? . . . Viviana inicia su primera entrevista diciendo: “tengo un proble- ma con la alimentacién, cosa que conio la vomito. Todos los dias vo- mitar... pensar sélo en vomitar. Busco vaciarme. Si saco nada”, Su estado fisico da pruebas de ello. ” En Jas entrevistas transita’desde una suerte de informe de las ocasiones en que vomita, y de lo que dice ser un “refugio-donde desahogarse”, hasta el-hacerlo como mero impulso, como una ac- cién que se le j impone de por si: “ganas de vomitar, cuando ya no tengo excusas”. La escasa alimentacién que ingiere, el exceso de infusiones, diuréticos y laxantes que toma, los vémitos, asi como su trabajo y el dinero que alli gana, estan al servicio de vaciarse. Pero también de vaciar al Otro: “no puedo mirarme al espejo, me veo con una imagen terrible, tipo Dracula”. Vaciar (al Otro), vaciarse, son‘inflexiones del verbo en el que se juega para Viviana su problema con la alimentacién, pero que connota para ella algo mas que lanzar por la boca lo contenido en el estémago. Se trata de los significantes de la demanda en la dialéctica en- tre el sujeto y el Otro (Otro primordial) en su articulacién con la funeién paterna. Terreno de la pulsion, es decir, de esa transmutacion de la ne- cesidad via la demanda. Volviendo al material clinico, ella refiere: “obsesionada en un mundo de gorda y fea”, volver a ser bajo la forma de la perfeccién, de la mujer ideal o de la diosa, aquella muiieca, figurita siempre im- pecable que Viviana fuera para su madre: “jamds sucia, nada roto, nunca les traje problemas”. Ideal del Yo que, desde lo simbélico “go- 39 bierna la posicién narcisista del sujeto”, guardando asf relacién con el registro especular. “Representa aquelio gracias a Jo cual él sujéto. restaura la satisfaccién narcisista perdida”, entrafia por tanto un: “ideal de omnipotencia”. (1) . . Recuperacién que, en este caso, el vomito hace imposible, pues ahf donde Viviana dice “tengo que encontrar el camino para ser yo”, con lo que se encuentra es con un “soy vomitiva”. Qué es lo que hace que sea el vémito, aquello que con su sucie- dad venga a romper el espejo? Y es con eso con lo que se encuentra. + Viviana dice “estoy obsesionada con que tengo mucho peso. Cuanto menos pesara me sentirfa-una reina. Yo me veo gorda, es una obsesién..No puedo dominar la mente... entonces vomito”. » Ser una reina en.el deseo de un Otro materno al que Vivia- na inviste de un poder casi absoluto, propio de un ser divino, en tanto su. palabra le es imprescindible pues es en ‘definitiva quien aprueba o desaprueba. éQué se opone del lado paterno a este todo perfeccién de la madre? ‘Un padre que dice querer morirse pues esta cansado de la co- tidianeidad de la vida y, entre quejoso y desesperado, hace del es- tado de su-hija el centro de sus.reproches por Ja situacién fami- liar: “si no me curo, quiere irse lejos”, “dice que ustedes tienen que hacerse cargo, que él:me quiere ver bien”, “dice que no puede ser que yo esté asi, que trabajé tantos afos para:nada’. Este trabajar.para nada es !o que vendrfa a dar en el blanco, y Viviana lo toma a su cargo y-a la letra. Asf{, el todo al que la impulsa la linea materna en oposicién.al trabajar para nada del padre vendria a significarse,en el me- nos peso, implicito en el buscar vaciarse al,vomitar. Seguin tres recursos de la lengua, Freud presenta’ a Ja pulsién, a saber: voz activa (pegar), media o refleja (pegarse) y pasiva (ser pe- gado), qué Lacan sustituira. por hacerse pegar, para destacar el ca- racter activo de la pulsidn.: Retomo entonces ese “trabajar para nada’; interdiccién del padre que, por jugarse en una palabra tan desfalleciente queda préximo al capricho del deseo materno, arro- jando al sujeto justamente a reforzar el circuito pulsional, en el sen- ‘ido de su cierre. Quiero decir, identificada a la castracién paterna, este trabajar para nada en el vomitar deja a Viviana a expensas del goce del Otro en el punto que implicaria un “hacerse vaciar”. Esto se anuda en su decir: invitada por un muchacho a salir a una hora que Viviana considera poco oportuna, rechaza la pro- 40 puesta diciéndole —"no soy plato de segunda ni de ultima”— con lo cual ella considera haberse dado su lugar, o sea, ninguno. “Plato de segunda o de ultima” es la representacién que tiene de si, ser un plato que puede ser comido, ser un plato que se ofre- ce para hacerse vaciar. Es en este se del hacerse vaciar donde el Otro toma consis- tencia en tanto el sujeto le presta su ser. Vaciar, vaciarse, hacerse vaciar. Cierre del circuito pulsional que implica el retorno a la fuente y es en este trayecto de ida y vuelta contorneando al objeto —del que Freud dijera que es lo mas variable— donde la pulsién se satisface. Para concluir haré referencia a dos puntuaciones: * En 1892 Freud se referia ya en términos de “sesgo demonia- co”, de “compulsién” a esa “cosquilla de-hacer lo malo, de tener que enfermarse cuando lo que mas ansiosamente desearfa es la salud” (2). Afios después dird que aun en la autodestruccién el sujeto no deja de sentir cierta vivencia de satisfaccién, junto con ta pulsién de muerte en e] mds alla del principio del placer. * Lacan en 1964 refiriéndose a la gente con que tratamos, los pacientes, dice “no se contentan con su estado, pero aun asi en ese estado de tan poco contento, se contentan. El asunto esta justa- mente en saber qué es ese se que queda alli contentado”. (3) “..Aquello que satisfacen por la via del displacer, es, al fin y al cabo, la ley del placer (...) para una satisfaccién de esta indole pe nan demasiado. Hasta cierto punto este penar de mas es la tni- ca justificacién de nuestra intervencién”.(3) Bibliografia {1) Musuor C:*Nobedldlds; la histeria en el siglo” Ed. Nueva Visi6n, 1988. Cap. Paradaja dot Superyé. (2) Freup 8. Un caso de curucién por hipnosis, Ed. Amorrorta 1977 ~ Mais alld det prineipio del placer. Ed. Amorvortu (3) Lacan J. EY Seminario, Libro once, cap. Desmontaje de la pulsiéa Ed. Paidas 1993 41 Alicia, ninguna maravilia en el espejo Besa R. DE GOLDMAN e? La vida rueda pero no cae. “* "La vida es buena.” ADELIA PRADO SPEJO, ESPEJITO, dime ,quién es la mas bella? Es la pre- gunta de una‘madrastra, o madre sustituta, confrontada al espejo que es su hija, o sea la otra mujer, esa que ella dejé de ser. El paso del tiempo es implacable. Como podriamos entender el jue- go de espejos que se dan en hermanos mellizos, donde vemos que deben confrontar un doble espejo, !a mirada del Otro, y'uno redo- blado en el'otro de la agresividad: O yo o mi otro yo allf reflejado. Alicia borra la diferencia no redoblando la imagen especular que en su hermana melliza debiera encarnar. Se consume, y hace de si un cuerpo diferente. Asi es como ella se crea en la diferencia. La ano- rexia le hace hacer un nuevo punto de mira, tanto para el deseo del Otro, como para el suyo propio. Lacan en “La familia” (pag. 46) en cuanto a las relaciones fraternales refiere: “...reacciona a través de la destruccién imaginaria del monstruo (referido al hermano) que dara lugar también a impulsos perversos 0 si no, a una'culpa obsesiva”” “ZEl estudio de gemelos confirma ésta formula? Sabemos que multiples mitos le atribuyen al poderfo del'héroe y de esta forma se restaura la realidad en armonia del seno materno, aunque a costa de un fratricidio”. . “El yo se constituye al mismo tiempo que el otro en el drama de Jos celos”. Esto lleva a querer destruir al otro via la rivalidad. Aqui se trataria’no sdlo de un espejo, sino de un’ espejo doblemente re- doblado, uno en el plano y el otro en el cuer! 0 del Semejante. La imagen primordial (Urbild) de este 6 estadio levara la mar- ca de la constitucién del sujeto, dondé” ‘constr ‘lo otro de lo-que es, sobre el trasfondo de la negacién. El'par yo, no-yo, hacé que el infante no sea toda completud'en la i imagen especular del Otro. ° “Considerar !o imaginario como una dimensién implica un tra- tamiento de la imagen que no es visual sino que esta en relacién a lo real”. 43 “Un error,en e] anudamiento de lo i imaginario tiene consecuencias respecto a la constitucién del espacio y por consiguiente ala consisten-* cia de la imagen”. “Por una operacién de inversién aplicada a lo idén- tico’és posible la constitucién de Ia i imagen. Si hay percepcién no se puede imaginar” (La Carta de la Escuela. Mayo 1996). Se podria pen- sar que en este historial, se trata de una imagen redoblada, una en la relacién al Otro primordial, la otra en relacién al otro de la paridad. Pareciera que Alicia no se sustrae para marcar la diferencia por medio de la negacién via la palabra, sino que lo hace diferen- cidndose en !a realidad, haciendo que su cuerpo no sea visto ni mirado como piensa que es visto el del otro. “Sufrir no es en lengua alguna” como escribe Adetia Prado,’ ‘su- frir es una pasién sin lengua ya que del goce ella, Alicia, nada nos puede decir. Lacan afirma que “en los.anoréxicos existe siempre fantasmas falicos”. El humano es el nico animal que piensa en la muerte, que sa- be que va a morir. También es el inico que posee un Suiper-Yo que lo tortura y castiga y que cudnto mas se lo intenta acallar, este més se cobra por someter al sujeto. La anorexia en Alicia esta llena de rituales obsesivos frente al alimento. Qué comer, cémo y cudndo no comer. Sdlo que esta des- pojado de los tipicos afectos desplazados que hacen a la obsesién. ‘También comporta conductas fébicas, dice: “mucho con alguien no puedo estar. Prefiero ir a la casa de otro asi yo decido cuando me ten- go que ir. Me da bronca sentir que tengo ganas de que se vayan”. oO “que bueno fue pelearme con mi novio. Borrarme cuando quiera”. La presencia del otro se le hace insufrible por pensarla dema- siado demandante. ‘Se sale permanentemente, en la realidad, del registro de la mirada de esos Otros que podrian someterla, no pu- diendo ella poner,un coto al deseo de esos Otros. Se presenta siempre pendiente de agradar y servir al préjimo, sobre todo si de su madre se trata. Este es el punto de maxima di- ferenciacién que la ubica como hija en relacién asus otras dos. hermanas. .“Querer estar en todo y no puedo ayudarla a mamé para que se quede 1 tranquila”. En qué pide tranquilizar a la madre? “Tranquil de qué? También la deja tranquila en cuanto que esta madre —maestra y educadora— le prepara la comida: “mama me 1a da con pescado a la verdura, Ella me impone la carne. Pero yo no quiero engor- dar”. Ella sigue siendo un falo flaco a pesar de que la madre fe im- 44, pone la carne, carne que ella sustrae a la mirada de los Otros, in- cluso a la de un hombre, pues frente al novio se siente aliviada en la borradura, en la nada de carne a dar a gozar a un hombre. La relacién con su hermana melliza la refiere asi: “todo pasa por mi cabeza. No acepto nada del otro. Estoy sola, no puedo buscar en Adriana a una compinche. Nuestros tiempos son diferentes”. , Frente ala hermana el ella: se piensa que “yo no existo”. Dirfamos que hubo en ella un error en'la‘constituci6n de la i imagen, no pu- diendo construir adecuadamente su espacio en relaci6n a,la otra, y queda asi impregnada de lo imaginario. Su posicién anoréxica recrudece cuando la hermana debe compartir unos tres meses la habitacién con ella por reformas en la casa, amén de haberse que- dado sin trabajo, permaneciendo demasiado tiempo en ella. Ahj es donde se pierde por completo, pierde sus propios bordes y li- mites y la ansiedad frente a la presencia del otro especular es total, la desborda. Lo poco que come es eliminado via “tecitos digestivos”, y jun- to al “tecito” parte de su yo también se diluye y escurre en el inodoro. Lacan en “La familia” (pag. 36) en cuento a la imago del seme- jante refiere: “se comprueba que la imago del otro est ligada a la estructura del propio cuerpo y, mas especialmente, de sus funcio- nes de relacién, por una cierta semejanza objetiva”. Y sigue “en el hermano, en el sentido neutro, al objeto electivo de las exigencias de la libido que, en el estado que estudiamos, son homosexuales”. La relacién aqui se juega entre amor-odio e identificacién, a la vez que un intento desesperado de separacin y de reconocimien- to de un lugar propio, no alienado al Otro. Los deseos parentales se dan en Alicia de distintas maneras. En cuanto al padre, es ele- gida por él a la edad de trece aiios a ser “oyente” y guardar abso- luto silencio de un secreto que éste le confiere Se trata de una mujer que Je presenta y con hijos, presumiblemente una amante, y que répidamente se le tapa la boca con un inmenso helado que no puede digerir..Le refiere asf: “una tardecita, papa me pide que lo acompafie a una parte, de ir a un lugar en comun, al cemen- terio, Pero me lleva a la casa de una senora con des chicos, mo- rocha de pelo largo. Me compro un helado re-enorme, y que no le diga nada.a mama”. A partir de ahf ella es la que va a descubrir las diferentes pis- tas que fa conduciran a los secretos ¢ infidelidades del padre. Ti- tulos de prepiedad, departamentos, ete., todos puestos a nombre de “la otra mujer”. 45 Incluso afios después de ese primer encuentro, hace un sintoma conversivo, paralizacién de media ¢ara, donde sobre todo queda comprometida la audicién de la oreja izquierda. Ella lo refiere “co- mo si hubiera recibido una bofetada de ese lado”. Y sigue “me miro en el espejo y no me reconozco. Cambié mi cara”. “Un lugar en comin, el cementerio”. Es particular esta expre- sién’ La muerte y su coqueteo constante se le hace a ella un lugar comtn, propio. Toda ella es una ofrenda sacrificial, sobre todo a la madre, pa- ra sostener tamajio secreto del padre. Todo lo que hace por la-ma- dre no aleanza a borrar semejante traicién. Queda al maximo alie- nada, cual'un desecho a completar, tanto a la falta materna como ala paterna. Sus palabras asi nos ensefian: “descubri que estoy as- queada de tanto si sefior. Me siento prostituida de servicio al hombre y a la mujer”. El servicio a !a madre es soportar a una ‘her- mana Solterona que vive “en el mismo cuerpo pero sin medianera” (referido a que vive en el contrafrente de su casa sin la separacién de la pared medianera). Donde el padre no pone freno a su mujer ésta se apropia sin me- dianeros de la hija, y ésta dado el secreto que soporta del padre, aca- ta en silencio los estragos de la madre. El “sf sefior todo el tiempo” es su manera de conilevar los excesos tanto del uno como del otro. Alicia advierte que viene a un analista “para escucharse decir a ella misma en voz alta lo que piensa”. Hasta que un dia fue tan- to lo que dijo que quedaron develados cada uno de esos Otros en su juego y el papel-que también ella representaba allf, que no so- porto seguirse diciendo. Es asi como abruptamente se arrojé fue- rade] andlisis para no seguir sabiendo. Quizds cabria preguntar, cual hubiera sido su lugar por fue- ra del que-le daban en la jugada cuaternaria —la madre, el pa- dre, ella y la otra— pero del que también ella era responsable, ya que algo all{ deseaba saber, aunque via la anorexia se le fue- ra la vida, “ese lugar comtn, el cementerio”, precio que pagaba por no develarse en el decir, que también el Otro es deseante, en falta. Si hubiera apostado por el riesgo de transitar por un andlisis, camino a enfrentarse con ja caida del Otro, hubiera visto quizds surgir un espejo que ya no la seguiria viendo des- de ese lugar. 46 Bibliografia ‘Lacan 4: La famitia. Ed. Homo Sapiens 1977. — Intervenciones y textos I. Ed. Manantial, 1985. Prapo Delta: El corazon disparado. Ed., Leviatan, 1994. ~ La Carta de fa Escuela, Lo transmisible de wna prictica. Publicacién de la E.0.L. Mayo 1996, 47 Secretos, mentiras, de madres a hijas BEJLA R. DE GOLDMAN “Se arrojé al rio la nina cuya madre no le dijo: hija mia.” ADELIA PRADO S VIA EL deseo que se hace del goce su exclusion: Y ese es el trabajo del andlisis: desalienar los sentidos que Provie- nen del Otro. El porvenir esta en la ilusién, como ya lo expres6 Freud, que es privativa del uno por uno. Goce e ilusién son excluyentes. El goce es sin futuro. Nora es la madre de una joven anoréxica de 17 afios. Padece esta enfermedad segtin su madre, desde los 15. Es a raiz de la hija que se la cita a la madre y se le brinda un espacio a poner ella también en palabras quizds algo de su propio padecer. O sea, se la invita a hablar. La historia de Nora es una secuencia de relatos donde se suceden recuerdos uno mas penoso que el otro. » Sus padres se separan al ajio y medio de ella. Su madre, en esa época, sufre de “ataques nerviosos”, y es internada en el Borda. Nora queda asi al cuidado de una prima de la madre, teniendo que soportar maltratos de esta mujer, siendo ella una criatura. Finalmente es internada como pupila a los 6 afios en un cole- gio de monjas, permaneciendo recluida alli hasta los 18 afios. Dice: “quedo asi protegida en la muralla del colegio”. A veces se daba la cabeza contra el muro del convento, {cuando?, cuando la madre venia y la maltrataba. Se podria pensar que el muro hacia de freno a cierto exceso go- zoso de-parte de esta madre. oak La cuestién puntual que quiero desplegar én este historial: es cierto secreto, y su corolario, la mentira que circula en, con la familia desde hace diez afios, EI padre de estos chicos se suicida con gas, pero hasta latfecha solo se les sigue informando que ha muerto de un paro cardiaco. Se miente. 49 La fantasia que circula en torno a esta muerte es que ha muer- to violenitamente, por un robo. Este es el argumento que sostiene Laura, la hija de 17 afios. La pregunta que se impone es {porqué se le hace tan dificulto- so a esta mujer agregar tan solo una palabra en boca de esta hi- ja, que ponga un corte a tanta fantasia, ya que la muerte natural ha quedado descartada? Desde esta légica comenzamos a conjeturar la funcién del se- creto y la mentira que circula entre madre e hija. Diré Miller: “la funcion del secreto, de ese secreto estructural en Ja palabra, en tanto que algo no se puede decir, es del lado de las mujeres que hay el secreto, en tanto que el secreto puede ser condi- cién de goce para ellas, que pueden gozar del mismo secreto, has- ta constituir la mentira como objeto a” (W). Laura no come, presta su cuerpo a encarnar esa a en el fantas- ma materno. Si se piensa la bulimia con sus vémitos repetitivos, a veces co- “mo intentos de pasajes al acto fallidos, donde en cada escena, la escena vuelve a empezar, jqué fantasmatica materna estaria en juego, donde la hija, del lado del objeto pareciera encarnar? Pare- ciera que éstas dos mujeres tuvieran un saber acerca del goce. Ese pensado como Ia cara mas real de! lado de la mujer, siendo de este modo posible pensar al superyé femenino tan feroz. Lacan puntiia; “cuando la distancia entre la identificacién con el ideal del yo y la parte tomada del deseo de la madre no tiene mediacion que le asegure momentaneamente la funcién del pa- dre, el nifio queda expuesto a todas las capturas fantasmaticas. Se convierte en el objeto de la madre y su unica funcién revela la verdad de ese objeto. El nifio le da a la madre aquello que a ella le falta, al sujeto masculino”. (2) Seis meses antes del suicidio del marido, este matrimonio se separa. Con anterioridad al suicidio del esposo, Nora relata que tuvo ella un intento de suicidio también. Tomé pastillas para dor- mir. Era un sabado, mando a su marido y a sus hijos de paseo. La mucama por ser sdbado tenia elidia libre. Luego abrié la estufa a gas del dormitorio y esperé la muer- te, La describe asf: “tenia una sensacién de placer a esta futura liberacién”, 1 Natas del seminario dictado et 10/3/92. * Lacan: Dos nofas sabre ef nito, 50 Y sigue: “la verdad, es que no se puede volver”, referido al es- poso, pero es en el se, donde quedaria implicada ella también. Y sigue: “es todo una fantasia, no disfruto el presente, o vivo en el pasado, no miro én futuro, pero el pasado fue de terror”. Si la mujer esta mds préxima a lo real, mas cerea de la nada, de velar esa nada, qué secreto goce nos devela Nora, cuando lee- mos en su discurso: “no,tengo que estar atras, sino en el fondo -en vez de decir al frente—”. Pareciera que su deseo fuera de estar mas alld que atras, en el’ fondo, ahi donde el silencio gozoso es el que comanda al ser. Qué lugar ocuparfa Nora en e] deseo de su madre, donde tan solo en el maltrato y la degradacin se la reconoce como hija: Diré Car- men Gallano: “hasta qué punto una mujer como mujer transmiti- rA que ni su hijo la sutura del todo, que no viene a taponar el es- pacio de su goce de mujer, y que pueda abrir la dimensidn de lo. imposible, que es de que ningun objeto sutura Ia falta del Otro”. Y sigue: “el punto de estrago en ja relacién madre-hija, desde la hija, es en tanto que la hija espera mas de su madre que de su pa- dre su existencia como mujer, que como mujer no es como hija” (3). Los secretos se suceden en ef orden del horror. Cuando el sa- ber coquetea con lo real es cuando lo Unheimliche se hace dema- siado Hiemlich. En el decir de Nora aparece cada tanto, sin ligar, la palabra esto, como si se tratara de algo innombrable, en medio de ciertas frases. “Una prima de mi mama, esto, me trataba mal.. -Me pegaba en cualquier lado, esto, me hacia arrodillar sobre maiz”. En relaci6n a su hija dice: “pienso que a Laura le di todo como madre. gporqué se iba a enfermar de esto del padre?”. Desglosando la frase obtenemos que: a) “pienso que a Laura le di todo como madre”. Una madre que piensa que con sdlo ella dando a su hija, eso alcanza, 0 sea, que desde la madre hay ya una exclusién del padre. Se pensarfa que el amor de la madre recubre con suficiencia to- das {as faltas. Tan solo bajo este pensamiento la hija podria ser el sin- toma de esta madre. Desembarazarse de tanto amor materno, resis- tirse a cubrir la faita materna es causa suficiente para enfermar. b) “gPorque se iba a enfermar de esto del padre?”. Es como decir, de esto del padre no esta enferma mi hija. Es una negacidn. Al respecto Freud nos ensejia: “la negacién es un 3C.Gal nédito. Locuras de mujeres y madres. Clase del L2- 51 modo en que nos sea conocido lo reprimido, en verdad, eine Auf- hebung, una anulaci6n-abolicién, de la represién, aunque sin una aceptacién, Annahme, de lo reprimido”. En el mismo escrito, Freud diferencia afirmacién —Bejahung— de negacién —Verneinung—. En-1916, al hablar de la formacién del sintoma, dice de la repre- sién, ser la condicién preliminar para la formacién del mismo, y es- cribe: “el sintoma es un sustituto de algo que la represién impide ma- nifestar”. En alemén seria: “wir wissen das Sympton ist ein Ersatz” *. Me detengo en Ja afirmacién —el sintoma es un sustituto~—o sea Ersatz. Ersatz tiene implicada la palabra Satz, que significa oracién, del verbo setzen, asentar. De ahi que jeemos que el sintoma es una metafora, una sustitucién a nivel de la palabra no dicha, reprimi- da y asentada en otra escena. Cuando habla de afirmacién la define como: “die Bejahung -als Ersatz der Vereinigung- gehért dem Eros an”. Esto querria decir que la afirmacién es una‘sustitucién, de qué, del hacerse uno, y de-eso se trata el amor, de cubrir la falta, intentando completar al otro con aquello que en verdad no se tiene. Y como el hacerse uno es un imposible, en su lugar tenemos la afirma- cién, pero que ésta a la vez es una Ersatz, 0 sea, una sustitu- cién;-siendo de este modo, lo que resta concluir, que ésta es la verdad de la mentira, lo que el amor recubre de la falta, lo que el significante no puede todo decir, y que la verdadera Satz, hay que leerla en otra escena. Pero como lo reprimido insiste, retor- na, hasta que Ja “palabra verdadera” se diga; seria el levanta- miento de lo no dicho, llamado curacién por el sintoma. Ahora, el estatuto de la negacién es otro, y lo formula Freud asi: “die Verneinung-Nachfolge der Ausstossung- dem Destruk- tionstrieb”(4), ‘Ya aqui no piensa a la negacion como una sustitucién, sino co- mo Nachfolge, como sucesién, secuencia, de qué, de la expulsién de la pulsién de destruccién. Se podria conjeturar de esta lectura, que la afitmacién estaria del lado del amor, mientras que la’ ‘negacién intenta seriar, conta- bilizar cierto exceso destructivo, gozoso, donde el aparato intenta seriarlo, cifrarto. © 4 Freud Die Verneinung, Fischor Verlag pay: 376. 52 _ La palabra esto, irrumpe-.sin pensar en medio de las frases, co- mo un intento de dar cuenta, de.poner cierta palabra del lado de jo decible, quizds de eso innombrable del goce. Ante la pregunta: jporqué se iba a enfermar de esto del pa-, dre?, habria que sustituir esto por ia palabra muerte 0 suicidio. Esto, como Jo innombrable de la pulsién, maximo punto de alie- naci6n en la muerte, pasaje al acto logrado para este padre, pero que igualmente sigue siendo lo impronunciable para esta mujer. Entonces, no es de la muerte de Jo que no se habla, sino en tor- no al goce en lo real, de ese saber que la amordaza a Nora, y,esde lo que la hija esta enferma. Sacandole le interrogacién a jporqué iba a estar enferma de esto del padre?, hariamos de esta frase toda una afirmacién: jes de ésto de lo que la hija enferma! Suicidio del padre acallado por la madre, intento de suicidio de ja madre acallado por el padre. Este seria el decir de Nora, susti- tucién y negacién de una oracién por otra. Laura come de esto, del goce materno, de'lo innombrable o la mentira materna. La verdadera frase seria: “mi hija esta enferma de esto, lo innom- brable del a y de la mentira que le digo en su lugar, ataque al cora- z6n, como sustitucién de la verdadera palabra que seria suicidio”. Es en la negacion, ahf donde se niega, se hace serie de la pulsién de destruccién y de muerte, queriéndola evitar, se la causa. No rela- tando el suicidio del esposo se pensaria que Nora protege a sus hi- jos a que no hagan serie con este saber que posee ella, este goce en la muerte, donde falté el principio del placer que acotara ese real. Nora piensa que mientras ella morfa en el dormitorio, el mari- do a sabiendas no abrié la puerta, quedando dormido en el living. Esto es el horror, que haya sucedido realmente o no, poco im- porta, basta con que este pensamiento habite como fantasia en la mente de esta mujer. Lo que ha quedado empobrecida es Ja funci On. p paterna, para ambas, donde deseo materno e ideal a identificarse: han quedado demasiado apretados, juntos, siendo que el goce leva la marca de la fantasmatica materna en ambas. ©” - Lacan define a la madre estrago por corse ee haciendo su- frir, y es esa boca de cocodrilo ala ‘que hay ‘que’ poner un palo para que no se cierre repentinamente; siendo. esa" i funcién del falo (5). § Lacan. El seminario libro 17. La descripcién de Nora al respecto es del orden de un saber, donde se leen ahi los’ efectos de-una madre voraz, deseante, ha- ciendo estragos sobre ella. Su decir: “yo era largada a-esa boca de lobos que iba a descuartizarme. Yo terminaba yendo sin poder reaccionar. Mi mama’me dejaba en cualquier lado, con el bolsito y* ella no aparecia mas, entonces, esto, me llevaba de mis tios posti-’ zos y yo me prégunitaba si alguien me iba a rescatar de ese lugar”. Es la funcién paterna la que rescata al hijo del estrago mater- no. Esta es su pregunta, dénde anclar, cémo hacerse de un padre para que la boca de lobos no se cierre sobre ella. * Bibliografia Lacan Ji: Dos notas sobre ef nitto, Intervenciones y textos 11, Ed. Manantial 1988 ~ El seminario. Libro 20 Ed, Paidés 1985. — El seminario, Libro 17 Ed Paidés 1992. MILLER Ji: Clinica det stiper-yo. Recorrido de Lacan. Ed Manantial 1986 ~ Teorta de los goves, Recorrido de Lacan. Ed: Manantial 1986 ~ De mujeres y semblantes, Ed. Cuadernos det pasador. 1993 ALEMAN J.: Cuestiones antifilosoficas en J. Lacun. Ed, Atuel 1993 Freup S.: Die Verneinung. Fischer Verlag 1989 — Widerstand wnd Verdriingung (Vorlesung). Fischer Verlag 1989 Gattano C.: Locura de mujeres y de madres (notas clases 1993, inédito) 54 Maria Ester: ; Una reina criada, pero estragante Besta R. pz GOLDMAN ‘Miedo de ser dos camino del espejo: alguien en mi dormido'me come y me bebe. - (ALEJANDRA PIZARNIK, 1958) RIC LAURENT, en su escrito “Posiciones femeninas del ser” escribe: “lo que es especifico de la posicion femenina es el narcisismo del deseo, que podriamos entender como amor del deseo. Es aqui que se desarrollara el estudio de la privacién. En esta imago de la mujer narcisista, bajo identificacién falica sim- boliza ser el falo, ideal que conviene a la naturaleza fetichista del amor masculino, se esconde alli una relacién particular a !a falta donde las mujeres pueden amar apasionadamente nada”: Y sigue: “Lacan convoca al sujeto moderno a hacer frente al Stiper-yo femenino. No conviene atarse al mastil de la nave como Ulises para resistir al llamado. Se trata en cambio, de dar curso a todos los recursos de Jo que puede ser dicho, para hacer valer hasta qué punto los dichos de la Esfinge no tienen poder mortal; mas que, para quien ignora que es necesario enfrentarlos como ser sexuado”. Contintia: “o tendremos que vérnostas en'un mundo que reprime, deniega, forcluye la castracién con el llamado de los dioses oscuros 0 bien el sujeto sera capaz de reconocer que la voz de los Dioses es la de la mujer” (Sexualidad femenina - Orientacién lacaniana, pag. 52). Y oir a la mujer, esa que no existe, es darle consistencia a la privacién, denegar que la privacién es real, y ser gobernados-los hijos por un mundo de mujeres que desoyen la castracién, es que- dar al arbitrio de madres amos, estragantes, sujetas aun stiper-yo caprichoso y feroz. Me * Acontinuacién se presentara un historial; el de’ una mujer, cuya relacién con su hija, la podrfamos nominar como la’de estar. posi- cionada del lado del deber, con su saber absoluto; oracular, cuyas respuestas a estavhija sam amenazantes e injuriantes. Esta madre “amo” dirfamos, mata el deseo, ya que confunde deseo por necesidad. Sus respuestas anticipatorias-no permiten 55 que Rosana transite el camino de sus propios anhelos y que cons- truya y realice sus suefios particulares. | La ensefianza de Lacan nos ha brindado un saber donde goce y deseo son antagénicos. Y las mujeres en las que reconocemos en ellas una “clinica del.stper-yo”, vemos ahi agenciarse a la pulsion de muerte del lado del masoquismo primordial donde es el goce el que lidera. 3, -. , .Marfa Ester, madre de Rosana, es tajante en sus respuestas cuando dice: “nunca vas a ser famosa con la miisica. No lo pode- mos pagar”. Frase categérica que apunta a lo mas intimo del sujeto, que es su ser, lo coagula y eterniza en el nunca, maximo punto de frus- tracién, pensado desde esta mujer como si dependiera de su don caprichoso el que esta hija fuera o no famosa con la musica. Y si- gue: “no lo podemos pagar”, poniendo.sobre ella el pago por el de- seo: del sujeto, no. dejandole siquiera al menos en su hija ia apuesta de causar algo que tan solo a cada uno le concierne pa- gar, o sea, donde se es deudor y culpable por el pago en lo que causa al-deseo en cada ser parlante. Es de esta deuda, la que Ma- ria Ester a su hija priva, 0 es desde su propia subjetividad que intenta saldarla. Algunas reflexiones acerca de la palabra deuda. Deuda, que en aleman significa culpa, se escribe die Schild, que proviene del voca- blo Siinde, pecado, y de alli surge el verbo sollen, ese modal-que me arroja en mi propia eleccién, en mi voluntad, no en el cumplimiento por mandato. Es un enfrentamiento a la particular decisién ética que debe enfrentar y acatar cada sujeto. Die Schdild, con una die-ta, que- brando ja regla gramatical, que deberia ser der-el Schild, pone a la culpa del lado femenino de la conjugacién y de la sexuacién, de esa La mujer que no hay, por lo tanto de ese significante que falta, de esa deuda que por estructura es insaldable. Tan solo resta ser responsa- ble y culpable de hacer de lo real una causa propia. Nadie puede asu- -Mirse en ese lugar, ningtin Otro se podria apropiar en saldar la deu- da del sujeto, de suplirlo en su propia causa. La historia de esta mujer 'serfa‘asi:;Es madre de dos hijas, Gra- ciela la mayor y Rosana la menor, entre ambas pierde un emba- razo de cinco meses. . Se casa a los 35 afios con un hombre de 33. Viene de un noviaz- .go anterior que duré ocho afios con un hombre que descubre que estaba casado en Espaiia con otra mujer. 56 Sale a trabajar teniendo ella tan solo once afios de edad. Sus pa- dres la “ceden” a una familia adinerada de la “sociedad” portefia, estancieros, en donde el padre de Maria Ester trabajaba de pedn. Asi es como relata su vida al mejor estilo de la novela familiar del neurético: “fui eriada en una familia rica, En la estancia era nifiera”. Criada cobra valor de significante en la vida de ella, donde co- mienza a circular bajo la éjida del mismo pensado desde et equivoco, se lo lee como criada, de haber sido criada, y criada como sinénimo de sirvienta, término muy usado en las familias estancieras argen- tinas, donde a las mucamas tan jovencitas se las “criaba”. Vemos en el relato de esta mujer los esfuerzos por hacer susti- tuciones y darse a ver a la mirada de los Otros via el equivoco y una manera particular en el decir. “De la criada a ser criada como una hija de la estancia”. Esta manera de dar a ver lo que en realidad no es, se repite una y otra vez en su relato: “mi marido me tuvo como una reina, tenia un camién y estudio kinesiologia”. . Es asi como se perfila ta seria en sus decires: criada — reina —ru- bia, todos significantes que intentan recubrir la no pertenencia a un origen principesco. Tiene una hermana ocho afios menor que ella, que muere a los 40 ajios, haciéndose ella cargo de sus cuatro sobrinos al morir-su hermana. A su hija Rosana la encuentra parecida a esta hermana, en su caracter, “en su parecer”. Esta hija crece en el utero de su madre junto a un fibroma, que crecia a la par de ella durante sus nueve meses de gestacién. El reclamo permanente de Rosana es: “vos no sos mi madre, vos no te ocupas de mi. {Por qué cuidas tanto a los otros? Maria Ester pasa la vida criando hijos ajenos, a la-nieta de la pa- trona, a los hijos de su hermana. Tan sdlo su propia hija pareciera no sentirse criada por esta madre. Pensamos que solo bajo la éjida de lo servicial, junto a un rasgo de privacién y desvalorizacién, es- ta mujer encarna la funcién de madre. Su relaci6n con las otras mujeres de la familia es de franca des- valorizacién. Dice: “después de Rosana me vaciaron totalmente”. Que se quiere significar'con vaciada totalmente: ;Qué.de su condicién de mujer encuentra ella vaciada?, donde otra mujeres la que le dice, “ahora ya como mujer no servis mas.» La mujer como desperdicio, vaciada, la que no sirve, justamente siendo en el servir donde ella se reconoce como mujer, donde es pa- ra servir que ha sido criada. - Cuando deja de trabajar en la casa de esta familia de doble ape- llido, entra recomendada por la misma’a “Casa Pozzi”. Dice al respecto: “sentia complejo de inferioridad de entrar en Pozzi. No, {cémo iba yo a entrar? Se especializa en postizos,y es en eso que ella sabe operar. Ella sirve para-peluicas y postizos. Sa- be como tapar-la‘ausencia en las mujeres,’ que no se vea aquello que no tienen. Si hay alguien que sabe operar con Ja privacién, con la nada, esa es ella. * Cuando nace Rosana se va de Pozzi y pone una peluqueria por su barrio. . “No era publico para mi. No me pagaban lo que yo valia. Era gente humilde, fabril, y yo no iba a cobrar de menos porque ellos no podian pagar. Yo no me agrandé”. Dirfamos que frente a la falta ajena si se agrand6, agencian- dose ella de un lugar postizo, cambiando una criada por otra, po- niendo la falta especularmente en el “yo” del otro. Frente a este publico, podia teatralizar otra escena, daba a ver lo que en otra lugar ella era un testigo silente, sirviente. Frente a la pobreza, ella era una “verdadera reina”. Ademas, a ios pobres ni siquiera los “postizos” les alcanzaba a cubrir ta falta real de una vida desmochada, Sigue: “yo fui a peinar a la TV, a Mirtha Legrand, a las telenovelas”. O sea, ja tinica que podria haber sido famosa es esta madre, y es este pensamiento el que hace estrago en Rosana. La légica se- ria, “o yo o nadie”. Dir Lacan que cuando no hay mediacién entre el ideal del Yo y el deseo de la madre, es cuando la funcién paterna ha fallado co- mo-mediador, y es entonces que la madre como estrago hace su aparicion. . Rosana retorna como sintoma, como la vuelta de lo reprimido de esta madre, encarnando la otra escena, la otra historia, la que ella quiere olvidar, Su madre dice de ella: “es morochita, no rubia y de ojos celestes como la hermana”. A Rosana le descubren un proble- ma de hipéfisis y la tiene que operar. “Si me dicen de operar de la cabeza, la tengo que operar yo y no él, el neurélogo”: Esta es la ver- dad de esta madre, sélo ella se autoriza a operar en la cabeza de su hija. Tan solo ella es la que sabe como operar en los pensamientos y deseos de Rosana. Detrds del vacio de la Reina, hay una “criada morocha”, y que es su hija como sintoma la que le recuerda que no ha pagado su deuda como hija de un “peén”, ya que se ofrece ima- 58 ginariamente como partenaire de un Rey, al que no puede jaquear, si no ha de atravesar previamente su fantastica edipica, dejando caer todos los avatares en las.jugadas que van del peon al rey. Tampoco puede ejercer como peluquera cortando el cabello de los otros, al respecto dice: “tengo miedo del cortar el pelo, ya que eran famosos y, me, podian hacer juicio. Estropearle la cara a al- guien es delicado”, Su,dialéctica es la del permanente equivoco y la del desencuentro, ya que a los pobres les ofrece “postizos”, abi donde podria intentar “cortar”, y a los ricos intenta cortar, pensa- do que es el destrozo y lo estropeado lo que quedaria para ella de- latado. Es asi como transita entre dos mundos, donde. pareciera que en ninguno se encuentra, ya que donde es la criada se piensa criada, y donde se encuentra entre criadas se dice ser bien criada. Su mentira es su verdad y viceversa. La vestian en “Harrods”, tomaba el té ahi, también la calzaban en ese lugar, “Siempre con ellos en las estancias, decian de mi “es nues- tra hija”, postiza, podrfamos agregar. Es ella el sintoma del amo-pa- tr6n Jo que no se atreve a cuestionar, encarnando un resto maltrecho que no sabe como recuperar. Es entonces su hija, la que hace del resto un retorno, devela el postizo caido cual desecho sufriente de la mentira de su madre. Pensamos pues, que criada es un significante, que junto a} objeto fantasmatico que encierra, seria el desecho de un Amo, posiblemente un §,.al que ha quedado alienada, a la vez que criada, la arroja en una posicién gozosa en la vida intentando sacri- ficialmente tapar a la criada y hacer resaltar a la otra criada, via pos- tizos, una cabellera tefiida de rubio, modales de “nina bien”, pero a pesar de todos estos esfuerzos, su hija retorna cual una repeticién in- sistente en dar a ver lo que ella tan afanosamente quiere velar. Asi es como podemos resignar todo el peso que cobran las pa- labras de esta madre en la cabeza de esta hija, siendo que ella es la Unica que se atribuye el mérito de operar en la cabeza de Ro- sana, y.que ésta ofrece a ser decapitada. Hipdfisis a operar, des- mayos a repeticidn, pérdidas menstruales desmedidas, son parte de los sintomas de esta hija, amen de “atracones bulimicos”, arra- sando con todo lo comible, como un intento de,barrar,a este Otro materno. Ella es la carne sacrificial a alimentar las fauces de un Otro insaciable, encarnando el fantasma materno’ y su repeticién sintomal, haciendo que la historia acaltada en la madre es en la hija, y en su propia carne, la que nos recuerda lo que no funciona, posicién de resto, para no hacer del sintoma un olvido. 59 Algunas reflexiones tedricas me “La nifia entra al complejo de Edipo y recala alli como en un puérto seguro” dice Freud. Seguridad que le otorga el no estar so- metida a la amenaza de castracién’ Es asi coms se deberia abrir algtin debate sobre él stper-yo femenino, ya que cémo podria ha: ber culpa si no‘ha habido agente interdictor y la amenaza de cas- traci6n seria ineficaz ya que no tiene organo | a perder. os Nada urge a la nifia a constituir el super-yo por introyeccién de las figuras parentales. Freud es taxativo: “excluida la angustia de castracién esté ausente también un poderoso motivo para ins- tituir’el stiper-yo e interrumpir la organizacién genital infantil” (Sepultamiento de complejo de Edipo, 1921). Es asi como en la mujer el stiper-yo nunca deviene tan impla- cable como en el varén. El stiper-yo femenino es débil como here- dero del complejo de Edipo, pero implacable como portavoz del vinculo con la madre. Por eso ser madre como responsable de esa falta, es por la via materna que la conciencia moral en la mujer cobra un cardcter tan-cruel e implacable. Es en la ligazén madre- hija-donde se sostiene una fantasmitica de goce sexual y amoro- so de caracteristicas estragantes, ya que cada una de ellas pide a la otra que la complete con lo que no tiene. “ Sera Lacan que nos recuerda que la relacién de la madre al hi- jo es del orden de la “locura de madre”, pues “el goce de una mu- jer reposa sobre una suplencia de no-téda, a ese goce que es no- toda, que la hace en parte ausente de ella misma, encontrara el tapén del S -significante del Otro barrado- que sera su hijo”. Es- ta puntuacién pertenece‘al Seniinario Aun. La salida del estrago materho és via la metafora patérna, o sea del deseo'dé la madre al Nombre-del padre. Es el deseo'de la madre lo insoportablé; lo estragante, Si no esta mediatizado por la funcién paterna que hace del falo un mediador y a la vez pone la medida a ese exceso ma- terno dificil de soportar, desmedido. El goce femenino es'sin me- dida, cuando no esté acotade félicamente, Es esto, lo no medido que enlaqiece a ambos, tanto al hijo como a la madre. Entonces, sera el falo lo que tempera el g Goce, le da su medida y también su semblante. a El goce es el tinico real que cuenta como testimonio en un and- lisis y del que el deseo del analista debe ser su guardian. Sera en la relacién del s{ntoma al goce donde cada sujeto encontrara una 60 manera particular de tramitar lo real. Freud denominé a esto ma- soquismo primordial, que erréneamente se lo pensé como un po- sicionamiento de} lado de las mujeres. Hoy a este masoquismo, con Lacan le podemos dar el nombre de goce, donde Ja sublima- cin no alcanza a cubrir lo real del goce, y quizas son precisamente las mujeres las que mas facilmente encarnarfan ese lugar de real, de desecho, como a@ que resta del discurso del Amo. Dirfamos que el Amo imperante en este fin de siglo es el discurso de la ciencia, discurso que piensa que puede cernir lo real, domesticar el goce, responder a todos los enigmas humanos. Esto es el horror, inten- tar cernir lo real, borrar al sintoma como garante de que lo real insista, como guardian del humano deseo. La interrogacién se dirige en la direccién de cuestionanos, por qué bulimia y anorexia se conjugan preferentemente en femeni- no. Decimos que en esta clinica, la de 1a bulimia-anorexia, son su- jetos que se presentan del Jado del objeto, del ser: “soy bulimia”, como reforzando quizds el Nombre del Padre. Son posiblemente ]as mujeres las que encarnarian mds facil- mente el lugar de la nada, harian semblante de objeto, posicio- nandose via la falta, de lo que no hay. Si algo falta, cualquier cosa podria venir a velar ese lugar, ese vacio estructural. O se lo tapa con el ser, pero cuanto mas se apuesta el ser alli, mas es el vacio el que se da a ver, o del vacio se hara creacién. No es precisamente la posicién bulimica la del arte. Quién sino el hijo es el que mejor se acomoda como tapdn, cuando es la madre la que no quiere tramitar su castracién, y si ademas un padre no garantiza con su funcién a que el hijo no sea el objeto como postre de un canibal, siendo ese no otro que una madre voraz, quedando éste asi al arbitrio caprichoso del Saper-Yo femenino no atemperado por ley paterna. 61 Bibliografia Freup Ss Hf sepultamiento del complejo de Edi. Ea Biblioteca Nuova, Madd 1968 Obras completas, - La femencidad. Ibid. ~ Ef problema econdmico del masuquismo. Ibid. ~ E! matestar en ta cultura, Ibid. Lacan J: El seminario: libro 17. Ed. Paidés. Espana 1994, Laurent E.: Sexwatidad femenina. Coleccién Orientacién Lacaniana, 1994. Cap. “Pasiones femeninas del ser”. 62 Andrés: juna anorexia o histeria masculina? BeJta R. DE GOLDMAN “el histérico y la histérica se hacen la misma pregunta” J. Lacan NDRES ES un joven de 20 ajios, que se presenta en la pri- mera entrevista hablando de su condicién fisica y todo su discurso gira en torno a lo nutricional, su preocupacién por el cuer- po, su peso, su relacién con el espejo y cémo es visto en él. Recortando algunos de sus dichos leemos: “queria controlar la comida, no sabia controlarme, me agarraban atracones y enton- ces, tengo sentimientos de culpa y vomito”. A los trece afios va por primera vez a un nutricionista y lo re- lata asi “era obeso, me decfan corcho, me cargaban porque era ba- jito y gordo”. También su forma de presentarse seria posiciona- do del lado del “yo soy”, posicién que hace que rechace el “yo pien- so”, particularidad que vemos confirmar repetidamente en los su- jetos que padecen de una posicién bulfmica en relacién al Otro. Dice: “tengo diagndstico de bulimia, hago mucha gimnasia, me doy atracones, duermo hasta olvidar, soy bulimico o antes era anoréxico”. Dirfamos que toda su vida transita dormido. También relata que come por aburrimiento, 0 que hace ocio todo el dia. Estaria hastia- do de si mismo y de no saber por dénde transitan sus deseos. No asf el de los otros, ya que vive pendiente de ellos. Compite permanen- temente con su hermana. De chicos hacian carreras frente al padre, esforzdndose é! por ganar siempre, para asi arrancarle a éste la mi- rada aprobatoria. Ademas debiéramos remarcar que este padre es profesor de educacién fisica y preparador fisico. | Relata que le gustaria tener novia, pero que d dejé de tener inte- rés en las chicas. No obstante le gusta una Joven’ de!20"ar 18 “que la entrena mi papd en jockey, y a mi me ayuda en‘matem En relacién a la comida refiere: “si hay algo ‘qu moe libera es que me sirva el otro. La que sirve es mama. Yo no toco la comida. Hace tres afios que no cocino. En mi etapa de anorexia solo comia carne, no como mi hermana que es vegetariana”. 63 Estando en séptimo grado (trece afios) tuvo un eritema polimor- fo papiloso simple, y lo refiere asf: “se hacia un puntito en la piel, una pélula, se calentaba, tenia fiebre y le hacia doler los hue- sos”, También tuvo mononucleosis, “paperas nunca’. Refiere que a su pesar se salvé de hacer la conscripcién mili- tar por sacar numero bajo, cuestién que lamenta porque le hubie- ra gustado hacerla. Se compara permanentemente con la hermana, la envidia por saberse controlar con la comida, “es mi idola”. En una ocasién, recientemente, 0 sea siendo un joven de 20 afios, la madre le revolvié todo, todos los cajones, “no quedo cajén sin revolver”, buscando de dentro de su maxima intimidad, restos de objetos comidos, encontrando papeles de caramelos, de galleti- tas y dos manzanas. El efecto de semejante atropello ha dado co- mo respuesta en este hijo un “me di el atracén mas grande de mi vida, lo que me quedaba me lo gaste todo (referido al dinero)”. . En su posicién anoréxica le daban mucha comida, tanta que “no podia quemar”. En ese entonces comfa hasta tierra, huesos de pollo, grasas. To- do sin limites, inclusive llegando a comer con las manos. Podriamos conjeturar que se trataria de una neurosis histérica ya que su posicionamiento frente al Otro, su aceptacién o rechazo es referido al cuerpo, donde su hermana estaria ubicada cual “la Otra mujer” en relacién a ofrecerse y querer arrancarle la mirada de este padre. Padre muy ocupado en su propio fisico, 0 preparan- do fisicos ajenos, desatendiendo los reclamos de, este hijo varén, que ha quedado en demasia al arbitrio de los caprichos maternos. Madre estragante que no respeta los limites de la intimidad de un hijo que es ya un joven. Carmen, Gallano, en su clase del 12/4/93 (inédita) dice: “...los estragos tienen un signo distinto cuando el hijo que nace es una nifia de cuando es varén”. “El nifio va a ser de sintoma de la cas- tracién imaginaria de.la madre, porque como es,imposible que ningin objeto venga a completar la imagen, a tapar la castracién, todo esta tomado en la dimensién de imagen, el nifio va a descha- var ...que seré motivo de queja de la madre porque el nifio va a proyectar en esa relacién imaginaria todo lo que son las incompe- tencias.... los desfallecimientos, lo que la madre situa como su propia impotencia en el registro de la castracién imaginaria, se la va a cargar sobre el nifo”. Freud dice “que la madre puede trans- 64 ferir, sobre todo, si el nifio es varén”. El estrago se hace mds pa- tente cuando la madre no admite no tener el falo y no cedié su complejo de masculinidad. No admite su propia castracién. Es alli donde se hace su posicién estragante sobre el hijo varén. Freud piensa que existe una relacién entre la neurosis trau- matica de guerra como una variante de Ja neurosis histérica. La primera tiene cierta afinidad por una lado con la-hipocondria y por el otro con.la melancolia. Ambas presentan una manera par- ticular de relacién entre el sujeto y el objeto. Si recordamos la articulacién-hecha por Freud en el Manuscrito G. donde articula melancolia con anorexia.nerviosa, siendo esta una manera parti- cular en la histeria de pérdida de apetito como as{ también una nostalgia frente a.la pérdida del objeto, posicién que reconocemos en ella la relacién del sujeto al objeto perdido (real 0 no) en la lancolia. Freud piensa a la histeria masculina como una posit particular en el Edipo y que el odio al padre ha quedado encubier- to, y los factores accidentales han sobrecargado a los factores tfpicos del odio al padre que hacen a toda relacién ed{pica. En es- ta manera de tramitar el Edipo por el hijo varén, es que éste no acepta la eastracién ni del lado masculino ante el enfrentamiento al padre, ni del lado femenino, retrocediendo ante una posicion fe- menina en relacién al mismo. ‘Vemos en Andrés los efectos de una madre estragante, no aco- tada por la funcién paterna, permitiendo de ésta manera que es- ta mujer avance desmedidamente sobre su hijo. El dice de ella que: “la que sirve es mama’, afirmacién que nos invita a pregun- tarnos en qué sirve el padre ademas de preparar fisicos. “Lo libe- ra que lo sirva el otro”, donde servir tiene una connotacién tanto de utilidad como de servicio, con una intencién sexual. Lacan es quien ha remarcado que es el hombre el que debe res- ponder de su posicién falica, teniendo que ser él, el que deba res- ponder por el tener. Desde ésta perspectiva “servir” lo entenderiamos desde poseer un 6rgano que deba responder al goce féilico frente aina-mujer, po- sicién que Andrés pareciera que desearia desentenderse-De alli que lo tranquiliza cuando es el otro “el que sirve”: Nose 'lé exige a él tal funcidn. El no desea pagar, via el deseo por. su goce, su goce falico. Y lo hard desde el narcisismo, lugar esperado desde-una posicién fe- menina. Una madre demasiado al servicio de este hijo, o también pensado a la inversa, pone al hijo al servicio de ella, de completarla 65 servilmente, no reconociendo en él a un sujeto por fuera de sus de- seos y del registro de su mirada inquisidora, “que lo revuelve todo”. Se piensa que en la histeria masculina habria una fijacién a una madre todopoderosa, como si fuera un Otro no barrado,’De esta maneraiel-sujeto ubicado en esa posicién retrocede frente a la eleccién:de ‘sexo cual una defensa contra la castracién mater- na, y renuncia‘competir virilmente con el padre. Esta renuncia la podriamos:pensar cuando Andrés confiesa que “dejé de tener in- terés en las chicas” y alli donde descubre que le gusta una que el padre “la entrena en hockey” él sélo se contenta en ser preparado en matematicas. O sea, que en el tratamiento fisico a una mujer, lo deja del lado del padre, contentandose él tan solo en ser trata- do cual un alumno-en matematicas. Se deja servir. No va al en- cuentro de saber cémo “servir” también 6] fisicamente a una mu- jer, sobre todo a esa que “entrena el padre”. éQué es una histeria masculina? Freud lo plantea como no queriendo pagar por la asuncién de la castracién y el portar una posicién falica en relacién a la eleccién de objeto. No saberse castrado poniendo Ia castracién en el Otro, femini- zAndolo, para no tener via simbélica que castrarlo y correr con los riesgos por dicho acto. La pregunta gira en torno {soy hombre o mujer?, sdlo que no paga por querer saber la respuesta, quedando alienado en torno a la pregunta. La histeria masculina renuncia a competir virilmente con el padre, ahf residirfa su acto de cobardia. También en la melanco- lfa:reconocemos a un “cobarde moral” pues retrocede frente a su propio deseo, identificandose a un muerto 0 a un vivo al que se le desea la muerte. Se evitaria de esta manera tener que transitar por el trabajo de barrar al Otro en vida y no esperar-a que la muerte lo libere de semejante enfrentamiento simbélico. En An- drés reconocemos que toda su preocupacion por el “fisico” es un intento de arrancarle la mirada a este padre, pero lo hace en igual posicién que su hermana, via el cuerpo. Cuando él se piensa anoréxico, “sdio comia carne”, Hacerse de carne ahi donde su queja era puesta en la falta de cuerpo, de un cuerpo de hombre, de poca altura, “un corcho, bajito y gordo”. Es asi que imaginariamente la falta es puesta a completar via la car- ne, Como si comiendo de ella fuera suficiente para hacerse hacer de una imagen y un cuerpo de hombre. 66 En la histeria masculina vemos la intensidad sobredetermina- da por el odio por el padre en el complejo de Edipo pero enmasca- rada desde el amor donde eludirfa el tener. que enfrentar el odio evitando asi el riesgo ¢ de la castracién, segin la puntuacién hecha por Lacan. ey ae tds También Freud en ie escrito) acerca ‘del pintor Heizmann ve en él una histeria masculina”donde‘ni ‘acepta la castracién del:la- ; do masculino ni del femenino; intando al padre con pechos; femi-, nizAndolo y castrado, para as{:negar. la: propia castracién. El:es- fuerzo en la histeria masculina es por mantener Ja fijacién en la madre como poseedora del falo o conio un.Otro sin barrar. Esta - particularidad de madres Amos, estragantes, las vemos operar permanentemente en la clinica de bulimia y anorexia. Son ma- dres que confunden deseo por necesidad, y se apropian de los deseos de sus hijos atiborrdndolos “con una papilla asfixiante” llamada necesidad. Freud dice que el diablo pintado por el pintor Heizmann por- tando pechos es una proyeccién en él, en el padre, de la propia castracién. Es via la regresién donde coloca en el padre la ternu- ra sentida por la madre. La fijacién a la madre es la responsable de la hostilidad encu- bierta al padre. La regresién lo lleva a pintar a la mujer con gran- des pechos, en un tiempo anterior a la ignorancia de la falta de pene en la mujer. Desde esta perspectiva dirfamos que no se tra- ta de una Verleugnung, una desmentida y por ende tampoco de una posici6n ni perversa ni fetichista. Volviendo a nuestro historial, diriamos que Andrés busca en él signos que te confirmen su ser hombre. Es asi que lamenta no ha- ber transitado por Ja experiencia del servicio militar, donde posible- mente se forjarfa su hombria. También daria otro cuerpo “de hombre” a ver a un padre “preparador fisico”. Es con la pubertad (13 afios) pesiblemente con su cambio cor- poral, y ante.la emergencia y despertar de “la, popula ...caliente ..en los huesos”, donde rdpidamente agrega “paperas. nunca’, "5 que emergeria la pregunta {qué destino darle a eso. caliente, que lo ca-, lienta?, si del lado hombre o del lado mujer La rapida‘negacién acerca de las paperas, sabiéndose que quien tiene paperas, po- drian quedar arruinados los huesos-huevos, seria presumible- mente a la manera de un sintoma conversivo en ja histeria, un desplazamiento hacia arriba —paperas- del abajo —huesos-hue- 67 vos-, que via la negacién hablaria de una aceptacién por lo con- trario. O sea, mas que “paperas nunca”, posiblemente su preocu- pacién sea, si aun posee un érgano genital masculino que lo habi- lite para engendrar, para ser padre. Simultaneamente en relacién a esta pregunta, intenta respon- derla via el cierpo'y los regimenes nutricionales, para dejar de ser un “corcho'bajito”, viéndose de poca monta, no con un cuerpo de hombre. Este presumiblemente haya sido el.motivo que lo ha- lla evado hasta la nutricionista, que restituyéndole un cuerpo varonil ha querido dar una respuesta a su enigma en cuanto a su ser, siendo la misma en el decir de Lacan: “zqué es ser una mujer ante el Otro?”. Bibliografia FREUD S.: Una neurosis demoniaca del siglo XVI, Ed. Amorrortu 1979. ~ Manuserito G. ibid Bruno P: La histeria masculina. Cuarto encuintro internacional del eampo freudiano. Histeria y obsesién, Pag. 106 LACAN d.: Ef Seminario. Libro 3. Paidés 1986. Pag,’ 247 ~ El Seminario. Libro 20. Paidés 1985. Ratces G.: Una presentacion de ta histeria masculina. Rev Espacio analitico, N” 3-4 1986 GALLANO C.; Locura de mujeres y madres (12-4-93 inédito) 68 Nostalgia y mirada en la clinica de bulimia y anorexia Me . BrJLA R. DE GOLDMAN “Ese cuerpo adquiere su peso por vid‘de la mirada” oo JACQUES LACAN REUD EN 1895, en-el historial de Emmy von N.-escribe: “al inspeccionar los restos del almuerzo he comprobado que se lo hab{a dejado casi todo. Al enterarme de lo que bebia, me contesté que solo toleraba liquidos de cierta consistencia tales co- mo leche, café, cacao y siempre que bebia agua natural se le es- tropeaba el estémago. Todo. ésto presentaba.sello de inconfun ble eleccién nerviosa. Efectué un andlisis de orina y la encontré muy concentrada. Consideré pues conveniente aconsejarle que bebiese m4s agua y me propuse aumentar también su alimenta- cién, Le prohibi que arrojase al jardin el postre”. La interrogacién ‘recae sobre la direccién de la cura en: la apuesta de Freud. {Orden médico 0 un psicoanalista acotando el goce de ese cuerpo, preservacién de ese real y luego la asociacién significante como segunda instancia? Si el a es el desecho del discurse amo, y ésta a retorna ‘hacien- do discurso, qué cargara el analista sobre si en la direccién de la cura en la clinica de bulimia-anorexia? Digo cargar sobre si, sich sorgen um, concepto de cura, an- gustia, preocupacién, sin por fuera del concepto de muerte, ya que sich sorgen um, implica en lo reftexivo del verbo, ocuparse, pro* veer, y un um que lo rodea, concepto de tiempo yde finitud. éQué carga sobre sf ahi donde lo real del cuerpo en su coqueted con la muerte acecha permanentemente a estas 8 jovenes: sufbloptes i domables histéricas, que alojan sobré ellas “el? ‘malestar Feen'la’G feu? tura, resto del discurso amo imperante en‘cai vsiele Siendo « ‘ele de hoy, el resto del discurso de la ciencia? c PRE Dird Lacan que amar implica dar desde: Ja‘ jropia falta, falla abierta por el lenguaje. Se podria conjeturar que el sujeto que pa- dece de anorexia-bulimia es que esta enfermo del atiborramiento 69 del Otro, de-estar alienado su deseo a la demanda del Otro, y a su demanda dé amor se la tapona y confunde | con necesidad. La bulimica se ofrece del lado‘de 1a° respuesta; en! posicién ‘de objeto dirfamos, pagan con su ser la falta en el Otro. No quieren saber del significante de la falta en el Otro, y se ofrecen alli como tapén, como a para completar ilusoriamente a ese Otro. Es via el fantasma la condicién por Ja cual intentan desconocer la falta en el Otro,-y de otorgarle un ser que no seria de palabras. ..Es del lado de las impulsiones (Antriebe) que habrfa que pen- sar a la bulimia, Hay algo de la satisfaccién pulsional, deja al su- jeto sin lugar, como sujeto mudo. No nos pueden decir nada, sal- vo mostrar su acto, desde alli podemos entender el porqué lo de- nominamos segtin la ensefianza de Lacan “pasaje al acto”. Es la eleccion obligada en el sentido de la alienacién la que lleva al ser del lado.del yo no pienso. Seré el trabajo de] andlisis que lleva- rd.al,sujeto.a acceder al yo no soy, lugar del reconocimiento y aceptacién del inconsciente via la repeticién, ceder al objeto y abrir al.campo de la palabra: La bulimia esté asociada a la pulsi6n, no al sintoma ni al deseo. Lacan en 1938 puntéa una clinica de las impulsiones y “cuya desaparicién sélo se traduce como la de un parasito de la perso- nalidad”. Parasite o “cuerpo extrafio” como define Freud al sinto- ma en la histeria, ese soporte real en el sintoma, donde el cuerpo en su padecer, al sujeto le es extrafio, pero si no fuera por él, via el goce mudo e inutil, no sabriamos donde ese cuerpo deja.de ser un puro organismo para darle un estatuto de sufriente recortado y hecho de significantes.-s- - -, “jLos sintomas en la histeria son de origen psiquico osomatico?”, es la pregunta en Freud. Todo sintoma histérico requiere de la contribucién de Jas dos partes. No puede producirse sin cierta so- licitacién somatica, en alem4n,’somatisches Entegegenkommen”, seria des-en-contra-venir=,complacencia:somdtica, al encuentro. O sea, el cuerpo se ofrece, no‘opone resistencias. EB] cuerpo pide expresarse en su recorrido mudo que porta la pulsién, pero en las vueltas de su andar va haciendojuna grafia a develarse en una nueva escritura que invita a ser.leida. pat ah 4 Esta ha sido la subversion y la ensefianza de Freud, despejar al cuerpo como medio de expresién para-no ser apropiado por los aparatajes y explotacién de la ciencia via el discurso médico, que no es otro que el de-un amo disfrazado. Que el cuerpo se preste 70 como expresién, ya que sin é] no sabriamos donde eso goza, no por ello esta por fuera del discurso, aprisionado de las palabras coa- guladas e injuriantes que lo enferman. Existe una.articulacién interesante en Freud en relacién al suicidio en los adolescentes por efecto de la “enttdéuschten Libido”, por la libido desengafiada. Qué quiere decir que la libido se ha de- sengahado o mejor atin, con qué estaba engafiada, que velo ha caido con el desengafio, {qué intenta reencontrar via pasaje al acto? Se- ria una libido que descubre que no hay. realizacién, alcance del objeto, que-sélo se lo alcanza, se. hace Uno en la muerte. ‘Teremos también en Freud el par Triebanspruch versus An: triebe, o sea demanda pulsional e impulsiones, donde Triebans- pruch seria la pulsién acompafiada del Spruch, del fallo, del ver- bo sprechen, de] decir, siendo de éste modo la pulsién no una fuerza bruta, sino una’ demanda en palabras. Pero en el Antrieb, impulsién, es pura pulsi6n, es el encendido de la‘marcha pulsio- nal sin palabras. Es la fuerza alocada por fuera del discurso que no sabe qué demandar, y es via el acto que encuentra su expre- sién, del pasaje al acto, como un intento de expulsion de ese exce- so sufriente y.mudo. +» ** Bien, la bulimica esta ubicada en esa posicion, mortifera del objeto y su tinica salida posible de desalojar ese lugar es via la im- pulsién, ya que del objeto nada se puede decir. Freud puntiia: “la neurosis alimentaria paralela a la melancolia es la anorexia. La pérdida de apetito equivale en términos sexuales a pérdida de libido. La melancolia consistiria en el duelo por la pér- dida de la libido. Hay un tipo de mujeres siquicamente muy exigen- tes en las cuales el "Sehnsucht- (nostalgia-anhelo) se convierte fa- cilmente en. melancolia y que son anestésicas. La tan conocida ano- rexia nerviosa de las adolescentes me parece representar una me- lancolia en presencia de una sexualidad rudimentaria”. , Me voy a detener en el concepto de Sehnsucht. Sehnen es an- helar, ansiar volver a ver, se-lo emplea como deseo.de. Suché, es afan, pasion. Es la unién de dos vocablos, sehen. que equivale a ver, y suchen a buscar. Esto seria, busqueda: por, Ja mirada de aquello perdido, se anhela aquello que ya 1 eee es es la bus- queda por reencontrar la mirada. Tanto en la :melancolia, como en la anorexia Freud las interpreta como enfrentarse a una pérdi- da de objeto, con el anhelo de volver a encontrarlo, de esa mira- da perdida, la de un Otro, y es la que en esa busqueda insisten- 71 te se intenta reencontrar. Interesante desarrollo a poner su acento en él estadio del espejo y la funcion de la mirada como constitutiva para el pequefio infante. En su clase del.27/8/93 Mi- ller nos dice: “el estadio del espejo'es con regocijo para el nitio al contempla imagen; pero con respecto'a la imagen de la madre cuando la. compli a ella, para el nifio es depresiva’.© °° 3 Detenganionos huevamente en el concepto de Sehnsucht, an- helo de.volver.a ver, esa busqueda por la mirada donde se debe- rfa incluit la mirada del padre, del padre en e} fantasma. Es por sucumbir al amor del padre donde se pensaria el posicionamiento masoquista del lado de la mujer, sostener al Amo para no pensar- lo en falta, y ofrecer el ser a taponar ese lugar. “Las sombras del objeto recaen sobre el Yo”, siendo sombras tan solo lo que restan de un objeto que no hay, y es a eso a lo que el sujeto se identifica en la melancolia y en Ja anorexia dice Freud. “Donde eso habla eso goza” dira Lacan, 0 sea donde las som- bras imperan, el-sujeto enmudece y queda al gobierno de la pul- siones, Ser'lo que no hay, es atentar a la cadena significante. El desamparo del viviente lo pone al sujeto en una jugada obligada en el camino de la identificaci6n al Otro, de apropiarse de un ras- go, un S; que lo inaugure como sujeto. Habra tres modalidades de la identificacién segdn Freud. Al ras- go, primer movimiento obligado al padre, lo Ilama Identtifizierung. En:la identificacién por contagio histérico, seré el Kopieren; pero la copia se hace de unoriginal donde el carbénico transcribe en la hue- ila, cual un-block magico haciendo de ella escritura, siendo de este modo la copia.no una mera imitacion: Y por ultimo Einfiihlung, como la apropiacién de un rasgo del afecto, de amabilidad de ese otro yo especular, para asi mitigar la agresividad. O sea, la identifi- caci6n via el afecto tiene un cardcter puramente imaginario. Habra que develar bajo qué modalidad se ha identificado a las “sombras del objeto” la bulimia-anorexia, y de qué objeto se trata ya que ésta'es una clinica del objeto, siendo el ser et que se ha apostado en ese lugar. ' EL HISTORIAL s Lorena, es una joven que padece de su bulimia, dice: “tengo una vida muerta, estoy Ilena de palabras, 0 yo soy un embole, una infeliz por dentro. Nada me hace feliz. Cuando no tengo nada que hacer, se me van las manos sobre la comida”. * 72 “Quien come ya no esta solo” escribe Apollinaire, no esta solo si no se Jo come todo, si deja al menos un resto, cuando se hace del comer un-acto humano. Pero es la bulimica la que se lo come to- do, con “hambre de-buey” del lado de lo animal, de la impulsién, de la no diferenciacidn de lo comible, arrasa con el alimento has- ta ei sin fondo, sin saber qué ha;comido. 2 y+ 7 “La primera vez que tuve bulimia no me lo voy a olvidar, como si alguien de adentro me hizo sacar.la mano y darme un atracén. Yo testigo de eso. Fue algo violento”. Es la descripcién que hace Lorena de su acto. Comerlo todo para luego vomitar, es el vomito lo que importa, el:provocarse la sensacién de un:vacio para vol- verlo-a llenar con nada. Nada, ya que el objeto es inexistente aunque la pulsién se di- rige a él con la intencién.de encontrarlo, y la defensa es un “an- damiaje” como refiere Lacan, que intenta frenarla, ya que el suje- to no quiere “enfrentar su deseo”. (Lacan en Direccion de la cura, pag. 579). Sobre todo en ésta clinica nos enfrentamos con sujetos que quieren desear sin pagar por ello, de ahi su posicién silente, muda cual la pulsién, en la busqueda afanosa del objeto que no hay. Es esa su posicién de maximo goce. Buscar repetidamente via el vomito un objeto inexistente. Dird Lacan: “Es justamente el vacio que crea, introduciendo ast la perspectiva de llenarlo, Lo vacio y lo pleno son introducidos por el vaso en un mundo que, po si mismo-no conoce nada igual” (Seminario de la Etica, pag. 149). Se crea a partir del agujero. Ella, con su vomito se crea un va- cio, para hacer de él, del agujero, un intento de fabricarse un deseo, punto de partida, aunque sea fallido, de desalienarse de ese Otro gozoso. Otro que ella lo piensa que la ve desde ese lugar, y que pi- de ser completado. Pero el vémito, a pesar del vacio, no es precisa- mente creacién. Si 1a bulimica es pensada como resto del discurso de 1a ciencia, porque ésta, la ciencia, no quiere saber de la “Cosa” como perdida, y su esfuerzo es pensar al todo como posible, hace de su circuito repetitivo su punto de maximo dolor, -ya‘que el goce es inutil y al objeto por estructura es imposible de e: Relata un suenio: “sorié con usted, me decta: no venga, la préxima no venga, venga a comer, Otra sesién era que comiamos pollo y ver- duras. Era sesién con cena. Yo preparaba con usted. Todo quemado, me olvidé de sacarlo, Siempre como eso”. Y. agrega, “mama siempre me da la comida quemada. Ella dice “apéguenme el horno”. .- 73 Lo quemadgo, lo que esta cocido de mas pone al alimento por fuera dé lo comible. Esta madre da de comer eso,'lo no-comible, lo sin nombre, eso que le falta nombrar al padre, un significante, al menos uno “para no tener una vida muerta”, para que de todas las palabras llenas tenga-al menos una vaciada, no llena de sentido. Una que Ja nombre, una que haga de ella nombre, que ‘la repre- sente, donde‘no deba apostar el ser y'hacerse uno con el objeto. Ap4guenme el:hérno! son las palabras ‘de esta madre, un horno demasiado caliente, que hace del alimento familiar un incomible, y es de eso que también da de conier al padre. + “El come los restos del dia anterior, no la comida del dia, las so- bras” dice Lorena. O sea, la comida enfriada, lo que resta del co- mible de ella; al igual que gozaré de esta mujer lo que quede de ella a ser comido, después de poner su goce en otro lado, en la Ca-. pilla, en el rezo junto al cura. - La sesién con comida, la sesién como lugar de incorporacién significante, donde via el andlisis se posibilitaria la articulacion dela palabra, y es eso, e] objeto que deberia ceder, siendo que eso que come es la manera en Lorena de denunciar lo.no comible, lo que retérna como resto quemado, ineficaz, desecho de la cultura, peor que ver-dura, eso aun sin nombrar que ofrece de comer esta imadre,-y que ella sin protestar acata, siendo de esta -manera ‘co- mo imaginariamente ella piensa que completa al Otro. Comiendo eso, lo innombrable, la arrojara en e! circuito de co- mer-vomitar, intento fallido de certificar un deseo en Ja madre, y es a partir del acto, no de la palabra, sino de pasajes al acto repe- titivos, que-intentara barrar al Otro, dé hacerlo deseante, de arrancarle' este Pensamiento: “si. me*podés faltar,: si te pienso muerta, es porque te deseo”. Bote . “Yo preparaba con usted”: ‘Para una “comedéia voraz,.nd es poca cosa.preparar, tiempo-de espera,.de espera en un anilisis, donde analizante y analista deberan poner a cocinar y resignificar lo que sé come en un andlisis, eso a empezar a nombrar: pollo y verduras, a diferencia de-lo quemado, ese exceso gozoso-de esta madre. ° Parte de lo preparado y ser incorporado via sembiante es la propia-persona.del analista,esa que la via fantasmatica de su analizante debe dejarse ser, en este caso, ser. comida. Es con el _sichsorgen um, con lo que cargard sobre si a ser soportado, que causara:la direccién de la cura; con su ser hecho del deseo del analista. ‘ 74 La bulimia puede ser pensada como pasaje al acto. Hay algo de Ja satisfaccién pulsional, deja ai sujeto sin lugar. No nos puede de- cir nada salvo mostrar su acto, esa satisfaccién:muda del lado de la pulsién no acotada por el principio del placer. Lacan nos ensefia que la-eleccién obligada en el sentido de la alienacién es lo que! ‘Neva al yo° no pienso. Seré el-andlisis, via el trabajo de andlisis que debera, cceder al yo no soy, lugar de reco- nocimiento de que hay un inconsciente que trabaja en la repeticién, y que esta hecho de palabras, ‘palabras aprisionadas que enfer- man haciendo sintomas. Asi es como entendemos lo que Lacan afirma “donde eso- habla, eso goza”.* eet La bulimia se instala en‘el lugar de la respuesta, protegiendo con ello la consistencia del Otro: Sera pues Lorena que con su de- cir nos ensefia como queda.identificada al objeto a para sostener a eso-Otro, lugar de “pasto de devoracién de ese Otro”. Cuando las demandas de esos otros Hegan a un cierto punto cilmine, se manifiesta cierta molestia, verbalizacién de un estado de malestar, acompafiado de angustia, siendo su expresién como: “estoy acelerada, siento una ansiedad en el cuerpo”. En ese ins- tante viene el atracén, caida de la escena y su corolario, el vémito, o sea, la nada de comida. En pos de la pregunta: “cuando tenia la cabeza‘con mis vémi- tos, no pensé mi relacién con él, ahora pienso”. O.sea, donde vo- mita no piensa, donde piensa no ha lugar al atracén-vémito, no es. Vemos asf operar dos modalidades del objeto a, una en la di- mensi6n del goce, como objeto pulsional y el ser, con salidas de la escena y rechazo del inconsciente por su estatuto de no pienso. Del lado def no soy, o sea de la castracién y aquf el andlisis tiene una oportunidad de operar via la repeticién significante, automatén, lectura y una nueva escritura del inconsciente.- ACERCA DEL PADRE Es Lorena la que quiere despertar a este padre de su ceguera, y que’a gritos le reclama: “por mi te das. cuenta. que. “todos son opera: unos enfermos: Nos deja asi que no hagamos ne paday, nos’ grita, no hos manda a ‘trabajar. Asi no nos hizo’ 68 onsabl stporque todos los’hijos le salieron Vagos”). °° Wes “Ella es una vaguedad,; demanda a un Otro que la marque, que le de signos de cuanto ella es para el Otro, ahi donde puede faltarle. vb) Pasajes al acto fallidos, vémitos repetitivos, es su demanda de hacerse amar por ese Otro.al que le puede faltar, y en la falta constituirlo al Otro en deseante, intentando romper asi el circui- to de la necesidad. La frase que repite: “cuando mi padre me habla me envenena”. Después de ser dicha en varias oportunidades Ja analista la lee dela siguiente manera: cuando mi padre me habla me en-ve-nena. , Se rfe y comienza a recordar una fote tomada a-ella por su padre a la edad:de ‘10 afios. Podriamos pensar, una nifia para este padre, un instante coagulado en el tiempo, eternizandolo a él, donde no envejecerfa, con una hija siempre nena. Ese ha si- do su precio por sostener a un Otro potente e inmortal, quedan- do alienada a un S, “envenena” encerraria a la vez el objeto mi- rada, la de ese Otro que ella piensa que es desde ese lugar que Ja desea ver, a la vez que ser visto. Ser la nena para este padre para sostenerlo, entretenerlo y consolarlo en relacién a los otros hijos, donde la hermana mayor es adicta a gastar con la tarjeta de crédito haciéndole pagar al padre con lo que no tiene. El hermano mayor toma cocaina, y dos hermanos menores, que segun sus palabras “son sanos, no son vagos, lo agarraron a pa- pa ya sin plata”. +O sea, que ya no se nutrieron dew un padre que via el exceso ha fomentado a la “vagancia”, a la faita-de deseo. Estos hermanos menores tuvieron que ingeniarselas, crear, ante la falta del Otro. La frase injuriante: “vos tenés la. cabeza vacia”. ¥ sigue “el nos ti- ra abajo, se va de palabras, de hecho no hace nada”. Si pensamos a la injuria que pone su mira en lo mas real del ser, coagulandolo alli, es en esa frase certera donde pareciera que es el Otro absoluto el que sabe del sujeto. Lorena acata esta orden, no reconoce cual es su deseo y se ins- tala en el circuito de comer-vomitar, de provocarse un vacio y dice: “es el vémito lo que importa, luego puedo elegir' lo que quiero co- mer... Me siento perseguida por papa. Me imagino que a mi papa le agrado haciendo cosas. No se,si las hago por la mirada de él”. Si le sacamos el no se lee: ‘si, las,hago por la mirada de él”. Sila Hilflosigkeit,el desamparo habla del sentimiento.de an- gustia, de desproteccién, al anhelo de la nostalgia (Sehnsucht) por el padre, se hace dela nostalgia una pasién de seguir siendo _sostenido por el padre, no dejarlo caer, donde es en el desamparo que se eterniza al Otro. 16 Aquf se abrirfa la interrogacién en la clinica de bulimia y ano- rexia, clinica preferentemente conjugada en femenino, ah{ donde las mujeres quedan sin saber hacer, sin recubrir via 1a sublima- cién, ya que ésta no alcanza a recubrir la verdad del goce, deve- Jando la. verdad de la estructura, la del malestar en la cultura, encarnando el resto del discurso Amo imperante en cada época. También se deberd repengar el. Edipo femenino, su manera particular de resolucién, Ja ligazén madre-hija en la vertiente del estrago, definido éste como hacerse amar haciendo sufrir, en la definicién de Lacan. . . . Nuestra investigacién se abre en las siguientes interrogaciones: 1) Aunque no habiende forelusién del Nombre del. Padre, en una.clinica no psicoanalitica rapidamente a las anoréxicas se las tilda de locas en forma generalizada. Esto deberd ser demostrado si la estructura asi lo delatase. 2) gSe podria pensar la bulimia-anorexia, donde el miedo.a comer serfa la invencién de un deseo, “comer nada”, alli donde la funcién del padre falla, siendo come un intento de poner un tope al exceso gozoso materno, al imperio de madres Amos estragantes? 8) Ya que no habria perversién del Jado de la mujer, siendo és- ta puesta en posicién de objeto, en bulimia-anorexia, donde se ofrecen a la mirada del padre para completarlo y sostenerlo, posi- cién que habria que pensar si {no es ésta su modalidad de versién- al-padre en el Edipo? 4) Repensar el estadio del espejo como constitutivo del sujeto, donde Urbild, la imagen primordial, llevara la marca de su cons- titucién, de cémo construye lo otro de lo que es, estructurando ahi su fantagma sobre el trasfondo de la negacién, segtin el decir de Lacan. La seriacién de ia expulsién (Ausstosung) de ese no-yo, es e} fundamento de la pulsién de destruccién (Destruktionstrieb) para Freud, donde quizas via la destruccién del otro, de ese no-yo, sobrevive el pequefio infante a no ser todo completud en la imagen - especular de su madre, de esa gran boca de cocodrilo insaciable. La pulsién de destruccién es hacia los objetos del mundo exterior, tarea que hace la libido. Unida a la funci6n sexual cobra su compo- nente de sadismo. Tiene valor psiquico, o: a significaci componente erético que aun en Ia autodestruceién (Selbsze en el sujeto se produce una satisfaccién libidinal alla det principio del placer bajo la forma de masoc que con Lacan hoy lo podemos conceptualizar com El estadio del espejo nos ensefia que si el ojo estd fuera del cono no vera lo que es imaginario, verd solo un florero vacio. Me pregunto dén- de estuvo ubicado el Otro, lugar del espejo plano que debié completar la imagen del pequefio sujet, de poner las flores en ese cuerpo, y que de no estar alli apareceria vaciado de flores, siendo éstas log deseos que se mueven y circulan, pero que necesitan de un cuérpo como soporte real y que se constituye por via de la mirada del Otro. * “La imagen del cuerpo ofrece al sujeto la primera forma que le permite ubicar lo que es y lo que no es yo”, diré Lacan”Es via la aventura imaginaria donde por primera vez se concibe el'‘infante como distinto, otro de lo que es, y ésto le posibilita estructurar su vida fantasmatica. *’ Es interrogando esta posicién, la de ser el objeto en el fantasma de la’ madre ‘que debemos avanzar en la clinica de bulimia y ano- rexia..Pero por mas que el sujeto se posicione como objeto en rela- cin al Otro, es una relacin inadecuada. No hay objeto que alcan- ce a cubrir y sellar la falta en el Otro. No hay proporcién ni medi- da que aleance a cubrir la falta, ni la del sujeto, ni la del Otro, La bulimia intenta ubicarse en una inercia mortifera que es la inercia real del objeto. La légica y la estrategia en la eonduccién de Ia cura es apuntar a que eso deberd ceder. Eric Laurent toma la articulacién hecha por Lacan donde é1 considera que ésta es una enfermedad del deseo y que se trata “de un sujeto que rehusa que su deseo esté sometido a la cadena sig- nificante, que quisiera desear sin tener la menor ‘idea de ello, y ataca entonces la cadena significante”. . ’ Siel sujeto paga por su goce deviniendo en ello parlante, la mu- dez de la bulimica, posicionada del lado del objeto, hace de ella una deudora de la palabra; una cobarde en relacién a su deseo, de alli que entendemos que la impulsién (Antrieb) sea su modalidad de operar. * El hijo puede responder como sintoma en la estructura fami- * liar, quiere ésto decir, que el sintoma es la significacién del recha- zo a cierto tipo de madre y de padre, o puede quedar reducido al objeto del fantasma materno, cuando el sintoma que llega a domi- nar compete a la subjetividad mateérna, dira Lacan. Desde esta perspectiva Eric Latirent plantea dos modalidades de la anorexia, una de alienacién, la otra de separacion. Siguiendo ésta linea, nos preguntamos si ésto no seria como dos modalidades de relacién del Sujeto al Otro, una bulimica, la otra anoréxica. 78 Bibliografia FReup S.: Das dkonomische Problem des Massochismus. Fisher Verlag 1989. ~ Massenpsychologioe und Ich-Anatyse. Xvid. ~ Die Verneinung. Ibid. ~ Die endliche und die unendliche Analyse. Ibid. — Zur Einleitung del Selbstmord-Diskussion, Ibid. = Manuskript. GSigmund Freud Briefe an Wilhem Fliess. Fisher Verlag. 1986 Germany. ~ El malestar en ta cultura. Ed, Biblioteca Nueva. Madrid 1968. ~ Pegan a wn nino. Ibid. ~ Estudios sobre ta histeria, Emmy von N. 1895. Ibid. ~ Contribuciones a un simposio sobre el suicidio. Ibid. Lavan J: EI seminario, Libro 17. Ed, Paidés Argentina 1992, - El acto anatitico {inédito). ~ La familia. Ed. Homo Sapiens. Argentina 1977. ~ Dos notas sobre el nifto. kntervenciones y Textos, Ed. Manantial. Argentina 1988. ~ Conferencia en Ginebra sobre el sintoma, Intervenciones y textos. Ed. Manantial, 1988. — Escritos. La agresividad en psicoanditisis. Ed. Siglo XXU, 1981. ~ La logica del Fantasma. (inédito), - El seminario. Libro 1. Ed. Paidés 1983. ~ El seminario. Libro 7. Ed. Paidés 1988. ~ Eseritos: La direecian de la cura y los principios de sit poder. Bd, Siglo XI, 1981. ~ De la impulsién at complejo, tutervenciones y textos. 1. Ed. Manantial, 1985. Laurent E.: Anorexie (inédito en espaiol). ~ Coneepeiones en la cura en psicoundlisis, Bd. Manantial 1984. 79 La transmision de la femineidad BEeJLA R. DE GOLDMAN “La propia, mujer, la mayor parte del tiempo, ber fog que este mal la priva de deseo”. \ MarGuerite Duras REUD EN-1916 define el concepto de sintonia de la siguien- te manera: “das Symptom ist ein Ersatz”, “el sintoma es una sustitucién”, Ersatz, que el término tiene implicado el voca- blo Satz, oracién, frase, siendo de esta manera, lo que la sustitu- cién encubre o metaforiza es a una verdadera “Satz” y que habra de descifrarla en otra escena. De lo arriba mencionado, se desprende como J. Miller tomando la invenci6n freudiana y articulandola a la ensefianza de Lacan, define el concepto de sintoma de la siguiente manera: “es una for- macién del inconsciente que tiene estructura de lenguaje, que su- pone una sustitucién (Ersatz) y que llamamos metdfora (de ahi la Satz), que esta abierta al desplazamiento retroactivo (Nachtra- glichkeit) por reformulacién y a una modificacién debida a la emergencia de efectos de verdad (del inconsciente). Por lo tanto, de ambas definiciones se desprende que tanto Anorexia y Bulimia no son un sintoma de acuerdo a la definicién del mismo para el psicoandlisis. Mas bien se presentan como un cuerpo sufriente que hace signo para la medicina. El sintoma analitico deberd crearse via la pregunta y la impli- eacién del sujeto en ella. Lacan en 1938 en “DE LA IMPULSION AL COMPLEJO”, 0 sea del Antrieb al Triebanspruch escribe: “en una clinica clasica como impulsiones vemos que “la garra de estos estados | mérbidos supera el interés clasificatorio para revelar la estructura’ La desaparicién mérbida se traduce como la'delun*pardsito de fa personalidad”. areas Pardsito seria porque el sujeto no se inigliyerestuel io del no pienso donde lo mérbido no se constituiyeven' pregunta. De ahi lo dificil de su entrada via la pregunta‘en un 1 andlisis ‘a Ch. Laségue en 1873 hab{a enfatizado el « concepto de‘ ‘pervers nes del apeti- to” en las pacientes anoréxicas que“él‘habia tratado, con una dis- 81 minucién del.mismo 0,un destino del alimento que no era el espe- rado dentro del contexto habitual. Hay fantasmas de desmembra- miento y de fragmentaci6n corporal, la imagen del cadaver oculto, y la imagen de la mujer ogro despedazadora de nifios. Lo aqui men- cionado lo podemos acompafar desde la clinica, con los suefios de una analizante, a la que llamaremos Lorena, que sus “perversiones alimentarias” | inaugura con una posicién anoréxica yal momen- to de su entrada en andlisis se la podria definir como el de estar en una posicién bulimica. Uno de sus suefios es: “yo estaba acd, en Buenos Aires. Era el fin del mundo. Las bombas derrumbaban todo. Un avién, iba a explo- tar para hacer. morir en el aire. Se acababa todo. Me entregué”... Todos sus suefios del comienzo del andlisis eran de.este tenor, destrucciones y despedazamientos corporales puestos en Ja figura del avién. . Otro suefo: “un avién aterrizaba desarmado de a pedazos y se morfa la gente. El avién perdia el equilibrio en el aire y se estre- Haba. Se cortaba la cola, un auto desde el aire se cafa de aden- tro. Lo vivi bien eso. Iba viendo como el avidn golpeaba. Se iba suprimiendo de a poco, de a pasos”. Lo curioso que siendo suefos de un contenido angustiante no la Hevaban a despertarse. El suejio en si, en su mostracién, en su relato en el andlisis, tenfa un efecto tranquilizador, eran la inter- pretacién y elaboracién de un.saber, justamente para adelgazar goce. Entences, la pesadill: no era el suefio, sino el lugar que ella ocupaba en su vida de vigilia. Con cada uno de estos suefios, ella iba adelgazando goce. El suefio en s{ hacia de interpretacion. ‘Tampoco estos pacientes estan en un estatio de beatitud pasi- va, no son posiciones misticas, a pesar de que los misticos tam- bién tiene una posicién de abstinencia frente el alimento como un intento de purificacién del alma. Lacan piensa a_este estado mérbido como: una neurosis obse- siva reducida.a su dase pulsional, es decir a la cual falta casi to- da la superestructura de las obsesiones en tanto que desplaza- miento de afectos, lo que el andlisis aisla estructuralmente como sintomas de defensa del yo (defensa obsesiva frente al deseo), Desde el punto de vista formal se sittia entre la neurosis y la perversion. Desde el punto de vista estructural i impone.un reco- nocimiento de una génesis pre-¢dipica (seria la relacién madre- 82 hija estragante donde la funcién paterna atin no opera, quedan- do e] hijo al absoluto arbitrio del capricho materno) tanto en for- mas neuréticas como en ciertas perversiones. “La imago materna es mucho més castradora que la-imago paterna via fantasmas de desmembramiento, Cuando el padre es carente (muerto, ausente o ciego) se producen-las neurosis mas graves” punttia Lacan, Lacan en“LA FAMILIA" escribe: “el destete es un trauma psiquico cuyos efectos como anorexia mental, to- xicomania por via oral, neurosis gastricas, revelan sus causas al psicoandlisis”. EL APETITO DE MUERTE: la tendencia‘siquica'a-la muerte bajo la forma original que. le otorga el destete, se revela-por los suicidios no violentos, aparecen en ellos la forma oral del com- plejo, a saber: huelgas de hambre, anorexia mental, etc. Su abandono ante la mierte, el sujeto intenta‘reencontrar la imago de la madre (seria el pasaje al acto, el intento de hacerse‘uno con el objeto oral, la pérdida del seno, la relacién con lo que Freud lla- mo “libido defraudada” empujando al suicidio en adolescentes). El retorno al seno materno, lo vemos en-una analizante (Lore- na) con sus suefids repetitivos de estar bajo tierra, que su casa se encuentra aili.: ~ : Las conexiones entre la madre y la muerte, las observamos tanto por las técnicas magicas como por las concepciones de las teologias antiguas. . LA NOSTALGIA POR EL TODO: es el concepto de “Sehn- sucht” que Freud describe en el” Manuscrito G” en relacién a la melancolia. La nostalgia por el objeto perdido, Ja ilusién metafisi- ca de la armonia, el sentimiento ocednico del que habla Freud, es la busqueda por reencontrar el Paraiso perdido, el goce todo y la oscura aspiracion por la-muerte. ‘ »: Lacan puntta que en el malestar en el destete se reconoce- ria el masoquismo primario. Es que al quedar un resto perdi- do, no asimilable ni-via la libido, ni recuperable via la repeticién, hace a la posicién y el concepto de goce en el sujetoLa:pulsién de destruccién guiada al exterior con su componente erdtico’seria‘el sadismo vuelto al yo, llamado masoquismo secundario, sobre la base del primario que intenta buscar o reencontrar.al objeto per- dido que jamas hallard. Es justamente esa busqueda insistente 83 que hace a estos sujetos posicionarse en un lugar de tanto sufri- miento, de puro goce, de no recuperacién. LAS FANTASIAS DE DESPEDAZAMIENTO: las fantasias de castracién son.precedidas por una serie de fantasmas de despeda- zamiento del cuerpo que regresivamente van desde la dislocacién al desmembramiento, pasando por la eviracién (entmannung) has- tala devoracién y el entierro. Estas fantasfas buscan el secreto del seno materno. LA NOSTALGIA (SEHNSUCHT) DE LA MATERNIDAD: en el nifio seria la busqueda insistente de la primera mirada en el seno materno sostenido por la madre, y es a esa mirada inaugu- ral a la que habria que apelar. EL COMPLEJO DEL DESTETE: es en el desarrollo el que po- dra influir bajo diferentes modalidades neuréticas donde debe atribuirse a la desarmonia sexual entre los padres. EI sujeto esta conducido a repetir en forma indefinida el esfuerzo de alejamiento de la madre que va desde fugas del nifio hasta impul- sos vagabundos, o sino permanece cautivo de las imagenes del com- plejo y sometido tanto a su instancia letal como a su forma narcisis- ta de suicidio no violento y de algunas neurosis orales o digestivas. Anne Juranville en su libro “La mujer y la melancolia” puntia fundamentalmente la relacién madre-hija en torno a la posicién de castradas que las anuda a ambas. De cémo se posiciona la mu- jer en relacién a la castracion, habré de ser la transmisién de la misma de madre a hija. LA MUJER Y LA CASTRACION FEMENINA: Deméter hace duelo por su hija Perséfone, arrebatada por Hades, Dios de los infiernos, como mito de la melancolia original propia de la mujer. (quizas seria este el duelo por la falta en la mujer de que se le haya arrebatado a Ja hija que la complete en aquello que le falta, + © « + ¢ Deméter encuentra a otra mujer BAUBO, y ésta la reconforta haciendo el gesto de /evantarse las vestiduras para mostrarle su desnudez, 0 sea lo que a ella también le falta, la reconforta con su falta, con lo que no tiene. Las estatuas de BAUBO representan el cuerpo de una mujer sin cabeza ni pecho en los que el rostro esta puntuado en el vien- 84 tre, superponiendo asi el rostro al sexo agujereado de la mujer. En el lugar de lo inexistente, vemos dibujarse un rostro de mujer, y es eso lo que da a ver. BAUBO con su gesto ofrece a Deméter la salida del duelo mortal por la hija perdida, suscitando la.risa, que hace caer la situacién enlutada. La risa que hace bascular es el inicio de un cambio de estruc- tura (podemos equipararla con Ia risa de la Sarah biblica, que al enterarse de que va ser madre a los 90 aiios se rie frente a los en- viados de Dios, de ese acto surge el nombre de su hijo Isaac = ki tzajak, “porque se rid”). La risa apunta a exorcizar al Diablo y define la historia de to- da mujer. La risa companera del goce oculto, tan prohibido en la religion catélica, sinénimo de lujuria y de pecado. Lo vemos claramente en la novela de Umberto Eco “El nombre de ta Rosa”, donde el libro oculto de Aristételes y que tanto atraia su saber a los monjes era precisamente et de la risa, como lo prohibido, lo pecaminoso del goce femenino. C. Millot piensa a la risa como necesaria del lado de la mujer como la caida de} padre en ella, condicién que hace necesaria a que ésta entregue su goce a un hombre mas alld del padre. La risa en la mujer seguin Lacan, es diabélica y sin fe. La risa en la estructura caracteriza la posicién de la mujer con respecto a la castracién de la madre que no es otra que su propia castracién, Pero la madre debera primeramente tramitar y aceptar la propia para luego introducir en ella a su hija y no hacer de la misma su objeto a completar su falta, su posicién mas feroz ya que de privacién real se trata. La mujer es mds desenvuelta, no tiene que temer como en el hombre a la castracién. Ella sabe de la misma. No tiene que levantar una defensa perversa de natu- raleza fetichista para no querer saber de ella. La risa de todo ser vivo es, que a pesar de la muerte, le recuerda que la vida puede volver indefinidamente, asf como Perséfone,, retorna en cada primavera de las profundidades del. Hades. Para H. Berg- son la risa-es un exabrupto inesperado que diferencia alhhombre del animal, ya que “fuera de lo humano no. hay, nada eémico”. La condicién de la trans: in dela feminicidad, es castrar- se, de madre a hija, para hacerse objeto de desecho. Borrarse 85 a si misma como Cosa. Pasar de la completud-de la Cosa, al vacio del objeto. Esta articulacién la vemos en Lorena, autora de los dos suefios arriba mencionados, donde todo el tiempo intenta barrar a la ma- dre, descompletandola. Ahi donde esa madre se ofrece a ser en su vida como una Santa, 0 sea, no deseante, ella le recuerda via la anorexia, que puede faltarle, y ahi constituye al Otro en desean- te. Se ofrece como un objeto inexistente, que puede faltarle. Es'un pasaje del tener el falo —Ia hija— a ser en su‘divisién un sujeto deseante., La depresién estructural en la mujer, sobre un fondo de envi- dia y despecho, eso es lo que la risa de Deméter nos ensefia. Co- mo desecho ahi donde perdié la Cosa que la completaba —su hija~ asimila su. propia castracién. Hace de la falta una ‘ganancia, Gracias al rapto del padre, la hija conquista la femineidad: Si es que hay rapto o puerto seguro donde arribar en términos de Freud, cuando de salida edipica en la nifia se trata. * La vestimenta como velo és lo que evita el horror a la castra- cién. La vestimenta esta hecha para ser mirada. De ahi que la anoréxica se tapa con ropa-holgada, vela su cuerpo de la mirada deseante del Otro: Pero al mismo tiempo que lo vela, lo da a ver, via lo que no se ve. Eso hace enigma. También desde esta perspec- tiva podemos articular toda la relacién de las mujeres con la mo- da, y el ropaje como velo de la falta. an La-secuencia: ver-verse-darse a ver-ser vista que provoca en- cuentro y respuesta, se dirige al Otro paterno a través del esque- ma de la pulsién, donde se articula en primer lugar el orden sim- bélico. Esto hace posible el despegarse de la madre, de la relacién madre-hija en la posicién mds feroz en ambas que seria la del es- trago. No solo la madre exige de la hija que la complete en aque- {lo que aella le falta, sino desde Ia hija también hay el estrago cuando insiste en la madre que la complete con lo que no tiene, no virando en la ecuacién pene-nifio, 0 sea; pidiendo al padre que le de aquello que en su condicién de ser-mujer no tiene, La mujer encuentra en la madre la mirada que constituye su primer espejo. La transmisién de la femineidad es un mito nar- cisizante, una fantasmatizacién de la estetizacién de la madre. Es una superposicién de la nada de sexo con un‘rostro inten- tando colmar el vacfo, tal como lo vemos encarnar en el mito de BAUBO. 86 Es en lo que en el deseo femenino es llamado a mirar y para el hombre el deseo de querer saber. Quizés lo més dificil de esta clinica, la de la bulimia y la ano- rexia, es que siendo un llamado a Ja mirada, como paradigma del deseo femenino, se encuentran con un padre ciego y deshabitado de su funcién. Bibliografia LACAN Ji: De la impulsién al complejo. Intervenciones y textos 1. El. Manantial 1985 = La famitia Ed, Homo Sapiens 1977 Mn Ji: Algunas reflexiones sobre el fendmeno psicosonitico. Matemas I. Ed. Manantial 1990 PreuD S,: La femineidad. Ed, Biblioteca Nueva. Espafia 1969 — Conferencias aio 1916, Ibid - Manuscrito G. Ibid JURANVILLE A.; La mujer y la melancotia. Ed. Nueva Vision 1993 Muot (.: Noboduddy, la histeria en ef sigh. Ed Nueva Vision 1979 GatLano C.: Locura de mujeres y madres. Clase del 12/4/93. Inédito Faprer ¥ oTRos: Un esfrago, fa relacién madre-hija. Ed Anfora 1989 Rapinovictt D.: Una clinica de fu pulsion: fas impulsiunes, Eat. Manantial 1989 87 Bulimia y Anorexia: una clinica del fin de siglo BeuLA R. DE GOLDMAN “..mon. corps est moi-méem (MOLIERE “Les femmes savantes”) ACAN EN el Seminario de la Etica nos dice: “la ciencia mo- derna, la de Galileo, sélo habia podido desarrollarse a par- tir de la ideologia biblica, judaica, y no de la filosofia antigua y de la perspectiva aristotélica (pag. 151). En la Creacién, en el Génesis biblico leemos que Dios creé el mundo desde el Vabohu, desde el vacfo, y desde el Tohu, 0 sea, des- de el asombro, y con su Ruaj, su espiritu, el viento creador hizo del vacio una obra de arte, y a partir del objeto hecho, como ser la pri- mera luz vio que “la obra era buena”. A esto primero, a la divisoria entre luz y su contrario, to llamé Uno, dia uno, no dia primero, Ca- da creacién es inaugural, nica, del lado del Uno, porque decir Uno no se sabe si har serie, no anticipa en su decir que habra un segun- do dia, hecho que hubiera quedado anticipado si hubiera dicho dia Primero, Es como lo inaugural, como lo que hace huella, la del Ein- ziger Zug, la nica huella, la propia para cada sujeto. . Es Nietzsche quien nos asombra con sus palabras: “jGran as- tro! {Qué seria de tu felicidad si te faltasen aquellos a quienes iluminas? Si la vida marchara hacia la realizacién de las uto- pias, seria la muerte del hombre, la extincién del deseo. En las palabras de N. Berdiaeff: “et peut-&tre un siécle nouveau com- mence-t-il, un siécle ou les intellectuels ...reveront aux moyens deviter les utopies et de retourner & une sociéte non utopique, moins “parfaite” et plus libre”. La ironia de “Un mundo feliz”, el inventado bajo la pluma de Aldous Huxley, no esta tan lejos desde que el discurso Amo emparentado con el de la ciencia, gobierna a los sujetos, toman al hombre de congjillos de Indias y lo deso- ye en su padecer humano. Este autor en el prélogo de su “Brave new world” nos pone a pensar con sus palabras: “...los mas importantes proyectos... del futuro seran vastas encuestas patrocinadas por los gobiernos so- bre lo que los politicos y los cientificos que intervendran en ellas 89 llamaran “el problema de la felicidad”, en otras palabras, el pro- blema de lograr que la gente ame su servidumbre (pag. 15)”. © Y sigue: “la realidad por utépica que sea es algo de la cual la gente siente la necesidad de tomar vacaciones”. Escribe Eric Laurent: “Lacan da al padre la funcién de encar- nacién de fa ley, que es lo contrario de la utopia. En el final de “La familia”, Lacan tiene palabras precisas y duras para designar eso que sucede cuando se produce lo que ét llama “el viraje utépi- co de los ideales de la cultura”. E! padre, segiin la definicién de Lacan, esta ahi para cuidar, no para ser el brazo represivo, el brazo ejecutivo del poder maternal, esta ahi para vigilar qué no haya un viraje utépico”. Ya Lacan nos advierte que cuando eso sucede, cuando e} padre se pierde en su funcidn, es la madre que “ejerce su accién mas ca- tegéricamente castradora”. Donde lo vemos confirmar es en su vinculo con su hijo homosexual 0 con los estragos ejercidos sobre su hija anoréxica. Desofr lo real, es intentar taponarle con los de- sechos que el Amo nos ofrece y de los que nos arroja a su servilis- mo: narcéticos, alcohol, bulimia, moda... Dicho de otra manera: es- te Amo intenta masificar el goce. __ Se incrementa el sofar despiertos, “ligth”, sin hacer que lo real, la pesadilla, el infierno del hombre, sea su guardian, para que el hastio no sea su morada. Este, el aburrimiento, la falta de désco, lo empuja a la maxima e incondicional servidumbre a un Amo insaciable, que lo empacha cén sus desechos, amén de que lo atertoriza con sus inventos: bombas atémicas, bebes embotella- dos, cuerpos que deben ‘ser eternamente jévenes. Es asi como el sujeto queda representado ya no por Un signi- ficante, sino por un objeto. El es el a, es el desecho de Ja ciencia, ya no es mas un sujeto que en su divisién, y que por su objeto “os- curo” y enigmatico, es que lo lleva a preguntarse équién soy?, équé quiero? Ahora dice: jsoy bulimica!, jsoy adicto!, isoy eso! Es el ser el que ha apostado ahi para no cuestionar, via el yo pienso, la servidumbre en que lo! a arrojado este Amo moderno llamado ciencia. Diré Lacan en “La tercera”: “lo real... es lo que anda mal,... lo que no deja nunca de repetirse para estorbar ese andar”. O sea, lo real deberia ser un guardian para hacer que las cosas del Amo no anden de manera tan aligerada. 90 Martin Heidegger vio por anticipado los efectos de la técnica moderna sobre el Ser y en su conferencia “Tiempo y Ser”.lo plan- tea asi: “después que la técnica moderna ha erigido su dominio y poderio sobre la Tierra, giran en torno a nuestro planeta, no sdlo y principalmente los sputniks y, aparatos semejantes, sino que “lo Ser” (das Sein) como presencia. en el sentido de componente (Bes- tand) calculable habla:pronto;uniformemente a todos los habi-+ tantes de la Tierra, sin que los habitantes de-la parte europea de la Tierra sepan propiamente-de la proveniencia de esta determi. nacién de “lo Ser”, pues, puedan saber o querer saber. (y menos que nadie desean tal saber, los ocupados desarrollistas que empujan hoy a los Uamados subdesarrollistas. hacia el campo auditivu de aquella interpelacion de “lo Ser”, que habla de lo mas propio de la técnica moderna)” pag. 353. Esta pérdida de la pasién por el saber y su sustitucién.por los aparatos-modernos, auditivos, puntia Heidegger, empujan a la imbecilidad del sujeto. El empuje a “lo Ser”, es a ser un objeto, una cosa, un desecho. Estamos asistiendo a un mundo atrapado por la imagen y los medios masivos que nos ensordecen con sus ruidos y matan to particular del deseo, que a partir del psicoandlisis sabemos que es en el uno por uno. El puntia cémo este efecto es sufrido en demasia por los Ila- mados “subdesarrollados” por causa y empuje del desecho de los “desarrollistas”. . Desde esta légica, se podria conjeturar que aqui, en nuestro “continental subdesarrollo”, comemos mas de ese desecho. {Seria esa la causa por la que padecemos de un numero cada vez mayor, en progresién geométrica, de bulimicas y anoréxicas? E] S,, significante sin sentido, dird Lacan, es “homélogo del objeto a”, ambos podrian-representar al sujeto. Ahora asisti- mos.a una repeticién masificada de objetos a en vez de apro- piarnos de ellos via la creacién o en el semblante de objeto en el discurso del analista, el sujeto es ahora unjobjeto. {Qué es entonces ‘un sintoma? Lo que viene de lo;realun“pecesito vo- raz cuya-boca solo se cierra si se le da.de comer. sentido” (pag. 94). Lo real-hace que se evite de que todo ande, de que todo se -“comprenda” de! sintoma, de que todo se signifique..Es el guar- didn de que el Amo no se disloque, y el sintoma no se reduzca al goce falico. fe . 91 Pero qué podemos decir cuando ahora ese a no estd interfirien- do al sintoma, sino que estd representando al sujeto, escrito asi: : a g : Entonces, si el sujeto (® esta representado por un objeto, en el lugar del Otro podriamos poner el S,, lugar del saber, donde es uni Otro que marca al sujeto via la injuria, lo coagula en su Ser, “lo* Ser”, segtin lo expresa Heidegger. Lo injuriante seria la nomina- cidn desde el saber de un Otro estragante, en posicién de Amo, de- soyendo que lo que hace al sujeto en su condicién de humano es el deseo y no la necesidad.-Es el postulado de la era post-moderna: masificar el goce: Da un cardcter universal al sujeto. El sujeto ya no esta alienado, ya que el S, esta en el lugar de la pérdida. Como muy bien lo expresa J. Boudillard “el sujeto idéntico a si mismo, ya no difiere de si mismo, por ende es indiferente a sf mismo”. Este sujeto no quiere saber de su divisién subjetiva, vive hoy en un mundo de cuentos y de fantasias: El hastio y la.abulia son sus aliados. Casi podriamos conjeturar que seria el matema de un sui- cida, ya que es via el “pasaje al acto” la-unica salida ldgica, para desalojar lo insoportable de! objeto, lo mudo de la pulsién. Ahi ve- mos instalarse el “Antrieb”, la impulsién, el Trieb que por el an, particula de contacto, pone en marcha, enciende el circuito, pero no es una compulsién a la repeticién, aqui falta la demanda, ya que en ella, el “Triebanspruch” o sea'la demanda pulsional, estan las palabras, el “sprechen”, el decir del deseo dirigido a un Otro. En el Antrieb no hay Otro ya que no hay demanda. No hay una esce- . na dirigida a un Otro, Tampoce es la f6rmula del fantasma. Pien- so que mas bien es un sujeto embrutecido, que no sabe como apro- piarse de su deseo y pagar por él, ya que estd gobernado, agencia- do por el objeto, no el'de la plus-valia, sino el de un real habitado por efecto de los experimentos de la ciencia. No es diferente pues a lo sucedido con el hombre en los campos de concentracion. A eso Lacan lo pens6 como: “quién no ve que el nazismo sdlo tuvo aqui eb valor de un reactivo precursor”. Hoy a este precursor lo vemos con- firmar. Si lo real insiste y hace que la verdad no se olvide, {no se- ran las bulfmicas las guardianas de lo que la verdad encierra, pa- ra no ser el sujeto completamente devorado por los aparatajes de la ciencia al servicio del Amo? {No serian los anoréxicos, comien- do “nada”, que defenderian la metonimia del deseo para no ser del todo alojados en lo que el Otro les manda desear? 92 Anorexia como explicacién de uso corriente sélo se la piensa co- mo falta de apetito, olvidando su otra acepcién que seria falta de deseo, del reconocimiento del propio, no sélo el de estar alienado al del Otro. Son los sintomas histéricos les que cambian-segin la época ya que como lazo social se dirigen no sélo a un analista sino también a un Otro, un Amo, especificamente al médico. Hoy la ciencia ha variado, por ende el discurso histérico también. Cuando el Amo de turno cambia, la histeria, en su demanda cambia con él. Las histéricas de Freud y las de hoy no hablan, via el sintoma, de Ja misma manera. La histeria de hoy se coloca preferentemente co- mo desecho del discurso de la ciencia, siendo su posicién bulimica una muestra de ello. Es la pasién por el todo, la perfeccién total, el no margen a lo que no se sabe. C. Soler dice: “el psicoandlisis es un lazo social que se consagra a la particularidad del sujeto, mientras el saber cientifico remueve al sujeta en beneficio del saber. Esto tiene un precio, como se sabe”. Y sigue, “en la época actual son decisivos los efectos de la ciencia en el discurso, no tanto la inestabilidad de la funcién paterna”. La misma autora destaca que tanto Freud como Lacan notaron como secundario el aspecto terapéutico, siendo que la finalidad del psicoandlisis es la de querer saber algo de cémo el inconsciente re- gula al sujeto, distinto de lo que se espera en el efecto terapéutico. Desde esta definicién, no nos alcanza saber que bulimia-anore- xia puede ser presentada como un sintoma médico, hace falta que el sujeto se implique en él. Siendo que toda entrada en andlisis es) via la histerizacion discursiva, quiere decir que el sujeto dirige al Otro su propio sintoma amén de intervenir el sujeto en el trabajo de la asociacion libre, a eso entendemos por implicacién: Lacan define ai sintoma a partir de lo real, de lo que la lalen- gua no aleanza a decir de la no relacién sexual, siendo el.resto no metaforizado el que insiste en la repeticién. En su Seminario “Aun’, él refiere lo siguiente: “las mujeres expresan también, su- mamente bien a lo real, precisamente, insisto en que las mujeres son no-todas”. No-todas, guardianas a que lo real insista, y que la ciencia no todo lo cubra. ¥ es gracias a lo real, que hace que el sin- toma no sea del todo descifrado ni reducido al goce falico. En el seminario “El Sinthoma”, Lacan dice que el hombre dice tener un cuerpo, 0 sea no es el cuerpo, lo posee como un mueble. Para Freud lo real no tiene que ver con ef mundo y Lacan lo di- ce asi: “él nos explica en algo que concierne al ego, a saber, el 93 Lust-Ich, es que hay una etapa de narcisismo primario, y esto ca- racteriza que no hay relacién del interior con el exterior’. “Das Unbekannte”, lo no conocido, lo inconsciente, es la rela- cién dei sujeto con su cuerpo, eso que les es extrafio y “algo que hace circulo, algo que es inconsciente”. Ese circulo para Lacan le viene al sujeto del Otro, de,su falta y su deseo. i er de Ja relacién con el cuerpo propio es completamente ‘sospechoso para un analista. Esta idea de si, de si:como cuerpo tiene algo que tiene su-peso”. Y él contintia con su articulacién de Ja siguiente manera: “si el ego es amado narcisista es porque hay algo en cierto nivel que soporta el cuerpo como imagen”. ‘ Si alguien no esta interesado en su cuerpo, o tiene una imagen dis- torsionada de él como en la anorexia, {cémo hacer nudo con la ima- gen del cuerpo que esta cafda en relacién a los otros dos registros? Lacan avanza es su seminario “El Sinthoma” diciendo: “jhasta dénde llega la pére-version?”. E] nudo es eso, es la relacién del he- cho de que Freud hace sostener todo sobre la funcién del padre. El nudo es amor, el amor eterno,-es lo que se relaciona con “la fun- cién del padre que se reduce a él en nombre de que el padre es el portador de la castracién”. “La ley no tiene gue ver con las leyes del-mundo real sino es simplemente la ley del amor, es decir la perversi6n”. ~. Para anudar el borromeo en una cadena hace falta servirse del Nombre det Padre para dejar caer al padre. Es el cuerpo el que so- porta en el recorrido pulsional una sexualidad perversa, de a cachos, sirviéndose de la ley paterna para tener justamente qué burlax En esta clinica de fin de siglo es donde se piensa que la funcién paterna esta en cuestion, por ende hay un avasallamiento, por légi- ca, de madres estragantes debido a que, por el nudo mal enlazado es por esa hiancia donde se intenta completar y.exigir ser colmada desde esa posicién feroz, siendo entonces el cuerpo el que queda con- movido, movido en su registro imaginario. Es asi por ende que cual- quier objeto podria intentar colmar ese vacio ofrecido a dar a ver por un cuerpo que de por si estd agujereado. Lacan es taxativo cuando afirma que “la ruptura del ego libera la relacién imaginaria”. Enton- ces, gcémo volver a anudarla en una clinica donde lo imaginario esta conmovido y por ende el ego implicado? Una clinica donde ya desde Freud anuda “anorexia nerviosa” con melancolia en el Manuscrito G. Entonces desde esta definicién habra que interrogar a la estruc- 94

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