El niño de 11 años admiraba a su padre que trabajaba mucho. Un día, el niño le preguntó a su padre cuánto ganaba por hora y juntó $30 pidiendo dinero a familiares. Luego le ofreció los $30 a su padre diciendo "¡Te compro una hora!" para poder pasar tiempo con él y hablar, ya que a veces se sentía solo. El padre abrazó al niño.
El niño de 11 años admiraba a su padre que trabajaba mucho. Un día, el niño le preguntó a su padre cuánto ganaba por hora y juntó $30 pidiendo dinero a familiares. Luego le ofreció los $30 a su padre diciendo "¡Te compro una hora!" para poder pasar tiempo con él y hablar, ya que a veces se sentía solo. El padre abrazó al niño.
El niño de 11 años admiraba a su padre que trabajaba mucho. Un día, el niño le preguntó a su padre cuánto ganaba por hora y juntó $30 pidiendo dinero a familiares. Luego le ofreció los $30 a su padre diciendo "¡Te compro una hora!" para poder pasar tiempo con él y hablar, ya que a veces se sentía solo. El padre abrazó al niño.
El nio tena once aos. El nio era estudioso, normal y carioso
con sus padres. Pero el nio le daba vueltas a algo en la cabeza. Su padre trabajaba mucho, lo ganaba bien y estaba todo el da en sus negocios. El hijo le admiraba porque "tena un buen puesto". Cierto da el nio esper a su padre, sin dormirse, y cuando lleg a casa, le llam desde la cama: Pap le dijo- cunto ganas cada hora? Hijo, no s, bastante. Pon, si quieres, treinta dlares. Por qu? Quera saberlo. Bueno, duerme. Al da siguiente, el nio comenz a pedir dinero a su mam, a sus tos, a sus abuelos. En una semana tena veinticinco dlares. Y al regresar otro da, de noche, su padre, le volvi a llamar el nio: Pap, dame cinco dlares que me hacen falta para una cosa muy importante... Muy importante, muy importante? Tmalos y duerme. No, pap, espera. Mira. Tengo treinta dlares. Tmalos. Te compro una hora! Tengo ganas de estar contigo. De hablar contigo. A veces me siento muy solo. Y tengo envidia de otros chicos que hablan con su padre... El padre le abraz. Fermn de Mieza