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ba eT Cerne NE Le PTs es que respetara sus votos y sus tierras, con flexibilidad y democracia pata permitirles vor. efectiva en la reconstruccién de la patria”. ‘cosas, al parecer, cambian poco. El andlisis en Campesino y nacién nos uprendler a profundidad histérica de estas continuidades. 1 Historia politica desde abajo Florencia E. Mallon Hegemonia, el estado y los discursos nacionalistas n una frfa y clara mafana, hace quince afos, en el segundo piso del archivo de la Prefectura de Junin, Nelson Manrique, Ludy Ugarte y yo, descubrimos el primero de un grupo de impactantes documentos. Du- rante meses hablamos estado ordenando el polvoriento y desonganizado archivo de la Prefectura, ubicado en la ciudad de Huancayo, en la sierra central de Peri. ‘Conforme esta serie de cartas y partes oficiales emergian del montdn de papeles, suciedad y excrementos de animales que formaban parte de nuestro trabajo cotidia- no, nos dimos cuenta que estaban relacionados con tina movilizacién campesina acaecida en la comunidad de Comas, durante y después de la Guerra del Pacifico (1879-1884). De acuerdo con estos documentos, los comasinos habfan forma- do una guerrilla para defender su regién de la prolongada ocupacién chilena. Al terminar la guerra esperaban ser recompensados por su servicio a la nacién, Pero, en lugar de ello, fueron acusados de robarse ¢! ganado de las haciendas vvecinas y tratados como criminales comunes. En consecuencia, se rebelaron contra el reconstituido gobierno central, creando una “federacién independicn- te” que sobrevivié por casi veinte afios. No fue sino hasta principios del siglo xx que finalmente se rindieron, victimas de una sangrienta campaiia contrainsur- gente." Seis meses después de nuestro descubrimiento, en una conférencia en la cit- dad de Ayacucho, Nelson Manrique y yo comenzamos a entender la potencial Nelson Manrique, Lady Ugare y yo trabajamos en el archivo prefectural de Huancayo entre hy segunda mitad de 1977 y los primeros meses de 1978, Obtuvimos el acceso ala colecci6n gracias 4 nesta afiliacin al Instituto de Estudios Andinos, un instinuto de investigacin de Huancayo. 1 Mall, "4A cull nacidn pertenesemos?, La Joma, 6 de mayo de 1985, p. 23, n Doan Rivera Moreno, Nechiapulr: wna shri abla (Puebla: Gobir sel vel, Drea Cloner dle Culuras Populares, 1991), pp. 128-29. ie (7) explosividad de esos documentos. Al escuchar una presentacién de Heeraclio Bonilla, en la que argumentaba que Peri habia perdido Ia guerra con Chile precisamente porque la poblacidn no tenfa interés en defender el territorio nacio- ‘nal, ninocién alguna de lo que esto significaba, ambos tuvimos la misma reaccién. Enfurecidos por la falta de atencién y respeto que tenia Bonilla por las formas ‘existentes de resistencia y conciencia popular, sentimos la necesidad de usar el material descubierto en la sierra central para refutar sus conclusiones. Manrique se levant6 € hizo un resumen de nuestro descubrimiento en aquellos archivos. ‘Abi comenz6 un debate que continué por muchos afios, informando y dindole forma al trabajo de los tres historiadores involuerados en esas confrontaciones iniciales. El marco teérico en el que Bonilla encuadé su argumento fue, y sigue siéndolo centre muchos acacémicos, la visién dominante del nacionalismo como w ‘gfa creada por la burguesfa, en conjunto con el mercado interno, en tna sociedad {que experimenta tna exitosa transicién hacia el capitalismo. En sociedades como Ja peruana en el siglo x1x, en donde no existfa una burguesfa consolidada o un ‘mereado interno, yen donde ciertamente tampoco se daba una exitosa transicién hacia el capitalismo, el nacionalismo no podia desarrollarse. Este era el caso especialmente entre las clases y los grupos étnicos subordinados, para quienes la ideologia nacionalista llegarfa de manera secundaria, s6lo después de que la bur- _guesfa la habria elaborado como una de sus “tareas hist6ricas”. Asi pues, Bonilla ‘explicaba la ficil derrota de Chile sobre Pert en la Guerra del Pacifico: mientras aque los soldados chilenos peleaban por su pafs, al que entendian en tétminos nnacionalistas, en el mejor de los casos los peruanos Iuchaban por un patrén individual, o sino, en el peor de los casos, se aiaban con los invasores en oposicién a sus enemigos étnicos o de clase.? Para Manrique y para mi, esta perspectiva simplemente no explicaba los do- ‘eumentos con los que nos habjamos estado topando en la sierra central. Mientras ‘més nos involuersbamos con esa informacién, fbamos encontrando evidencia 2 Para una versin més deralada de este argumento, vase Heraclio Bonilla, “The War ofthe Pacific andthe National and Colonial Problem in Per”, en Past and Present, noviembre 1978, pp. 92-118, ‘Véase también Bonilla, "The Indian Peasantry and ‘Peru’ During the Wae with Chile”, en Srve J ‘Stern (ec), Resitance, Rebel and Consciousnesinthe Andean Peacant Wild Eighteenth to Tentiets Centuries (Madison: University of Wisconsin Press, 1987), pp. 219-231 con mayor sustento, y mas nos convenciamos de que el campesinado indigen: en sf, conformaba la columna vertebral de la resistencia contra los chilenos ex ¢sa regién, Contratio a lo que Bonilla habrria predicho, los terratenientes y comer!

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