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Si tus intentos por bajar de peso fracasan con frecuencia, es probable que se deba a
algunas fallas en tu alimentación más que a tu fuerza de voluntad. Existen muchas creencias
erróneas alrededor de las dietas de reducción de peso, estos son los 10 errores más comunes que
se cometen:
Cuando consumes menos calorías de las que tu cuerpo necesita para vivir, se
desencadenan mecanismos de protección para “ahorrar” energía, es decir, tu
metabolismo se vuelve “lento” para no gastar de más. Si comes muy poco y haces mucho
ejercicio, pero no logras adelgazar, es muy probable que necesites aumentar tu consumo
de calorías en el día para darle “permiso” a tu organismo de acelerar tu metabolismo y
gastar energía.
Otro problema al hacer dietas con bajo contenido de calorías es que tu cuerpo usará tejido
muscular y no el exceso de grasa, como fuente de energía. También perderás líquidos y no
grasa. No es lo mismo bajar de peso perdiendo músculo o agua que tejido graso. Además,
en estudios científicos se ha visto que cuando se deja de hacer una dieta muy baja en
calorías, las posibilidades de rebote son mayores que cuando se lleva un plan de
alimentación equilibrado y correcto según tu actividad física y estado de salud actual.
También es requisito que disminuyas la ingesta de sal y otros alimentos con alto
contenido de sodio (refrescos con gas, productos enlatados, embutidos, salsa de soya,
chile piquín en polvo, etc.) para no retener líquidos.
4. No hacer ejercicio.
La forma más saludable y efectiva de perder peso es con una combinación de dieta y
ejercicio. El ejercicio constante te ayudará a mantener tu masa muscular y a tonificar tu
cuerpo mientras bajas de peso. La práctica aeróbica es lo más recomendable: nadar,
caminar, hacer bicicleta, bailar, aeróbics, etc. Realiza la actividad física que más te agrade
al menos 3 veces por semana por mínimo 30 minutos y en días salteados (Ejemplo: lunes,
miércoles, viernes, domingo).
Darte un gusto de vez en cuando te permitirá estar satisfecho con tu plan de alimentación
y podrás mantenerlo por más tiempo.
Antes de empezar una dieta debes tener claros tus objetivos. No es lo mismo desear
perder peso para que te quede el vestido que te gusta para la fiesta del próximo mes, que
querer alcanzar un peso ideal para mantenerlo a largo plazo, con la finalidad de verte y
sentirte bien desde el punto de vista saludable.
Otro equívoco muy frecuente es no poner atención a lo que bebes. Los jugos, el agua
endulzada, el café y el té que consumes durante el día también se contabilizan en tu
ingesta de calorías. Lo mismo pasa con el tipo de aderezo que usas en las ensaladas, la
miel y la granola que agregas a la fruta, los dulces que comiste entre comidas, etc.
Conclusión
Si quieres bajar de peso, lo más recomendable es que acudas con un nutriólogo para que
te diseñe un plan de alimentación saludable de acuerdo a tus necesidades, tu edad, tu
estatura, tu condición médica, tu nivel de actividad física, tu estilo de vida, e incluso, tus
gustos culinarios.
Una vez alcanzado el objetivo de llegar al peso deseado de forma paulatina, lo más
importante es mantenerlo, esto sólo se puede lograr teniendo la decisión firme de
cambiar los hábitos en el estilo de vida de manera permanente (dejar de fumar, hacer
ejercicio, beber con moderación, etc.) y comer de manera saludable.