que pedían ver la luz del día. Dispersos cometas que vuelan entre la imaginación y la realidad Garzas marinas que van y vienen de aquí y de lejos, de ayer de hoy. Comunicativos guerreros contra los muros de la lengua impuesta, contra el contexto que frustra la ingenuidad como gatos deshilando el ovillo de letras impresas. Las palabras sueñan con oídos hambrientos No ser entendida, descartada sin importancia, Ser destruida, ida como niebla, Convirtiéndome en ruido de trasfondo, hondo, oscuro, del pequeño, confundido, ser! Pienso decir que existo. Me escucho y me entiendo. Las palabras, mis palabras temen caer en oídos sordos Ser regurgitadas reiteradas apropiadas dictaminadas delimitadas y frustradas decapitadas, para siempre tragadas olvidas por el amén