Al fin dos de Noviembre en este ao dos mil trece

y esta vez Cordero no la va a dejar pasar

pues el tiempo vuela y l rpidamente crece
y como a su viejo los aos le empiezan a entrar
Ah est l en una noche ms de su miseria
y una calavera se propone a realizar,
pues ya sabes que en algo se debe concentrar
para as su mente poder librar de la histeria.
Vamos,
pero las
ms an,
y poco a

vamos! Piensa, piensa!, se dice a s mismo

ideas no llegan a su cabeza,
esa condenada histeria regresa
poco su mente cae en el abismo

De repente despierta inmerso en una penumbra.

Tan oscuro el lugar que no lo puede creer.
Tan oscuro que tus ojos no podran ver.
Pero an as, a lo lejos algo vislumbra.
-Hijo mo, pero qu ests haciendo t aqu?
Cordero lo ignora, pero me da miedo a mi,
pues lo que se acerca y que asemeja un maniqu
precisamente es quien algn da vendr por ti.
-Huesa! Qu emocin! Cre que jams te vera.
-Con mucha razn, pues esto no se supona.
-Pues ya ves, aqu me tienes. Todo tuyo soy.
-No, no, mi pequeo. ESO no suceder hoy.
Para l son palabras tan fuertes que se marea
y en su mente resuenan tanto que hasta se enreda.
La flaca se acerca a l y su frente ella golpea
y as, inconsciente nuestro pobre amigo queda.
Cuando por fin logra abrir los ojos otra vez,
se da cuenta que dormido se haba quedado
-No puede ser. Es la segunda vez este mes!
-Sent que esta vez lograra ser liberado!
Ay, ay, ay, pobre Corderito, sigue soando
pues de este mundo jams te dejaremos ir.
Nos encantas! Contigo seguiremos jugando!
Prometemos que t por siempre vas a vivir!