mnimo de conocimiento futbolstico podra esperarse un ejercicio excelso y exquisito del deambular de Sevilla y Atltico. Lo mnimo pensable sera, algo similar a, un dolor de muelas, un ataque de apendicitis o un clico nefrtico. Claro que, como cuando uno acude a una comida, una cena o una escapada que apunta coazo, luego la realidad puede imponerse a la imaginada ficcin. Aquello, finalmente, no es para tanto. Para nuestra desgracia, lo de ayer en el Caldern, s lo fue. Me miran raro aquellos interlocutores que preguntan acerca del Atltico y les respondo: juega horroroso. No alcanzan a comprender que me guste disfrutar del ftbol, de un pase al espacio, de un regate, un cao, una pausa en el momento justo, un pelotero sabiendo que hace con el cuero. Gozo con semejantes lances, desterrados del ideario de Atltico o Sevilla. No hallo la calidad de la supuesta ambrosa procedente del tirar coces, lanzar sandas o colgarse del larguero. Tampoco del marcar goles con el trasero. As las cosas, el Atleti me genera sopor y, demasiadas veces, cabreo.
Lo visto ayer a la hora de la siesta fue
un completo ejercicio de impotencia colchonera. Se estrell una y otra vez contra el muro, la empalizada, la flota de autobuses o lo que fuera aquello situado por Emery delante de su portera. Ante ello, el conjunto del Cholo aplic movimiento de baln a la velocidad de los caracoles (y cientos de pases previsibles), carreras alocadas de sus puntas vertiginosas y apenas ocasiones de gol. Lo cierto es que, cuando un rival se empotra contra su arco, de nada sirven el vrtigo sin criterio con el esfrico. Dnde estaba ayer liver Torres, nico centrocampista de talento de la plantilla? Comiendo cien gramos de Grefusa en el palco.
Ahora que se habla de las mafias y las
apuestas amaadas, cualquier aficionado habra apostado en el antepost al cero a cero. Era lo que barruntaban dos equipos con ms calidad en el banco o la grada que sobre el terreno de juego. Perdi el Atleti el liderato y encaden su segundo partido a cero. Sigue mostrando una excelsa defensa y una preocupante inoperancia en ataque. El da que sus delanteros despierten, igual se sale de la tabla.