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At. Madrid-2; Celta-3.

Sin embargo, el mazazo devino en


recuperacin pronta. Griezmann cazaba
el rechace (as se dice y no rechazo) a
un disparo de Carrasco y la embocaba a
la red. Ya no bamos a tener prrroga,
pero la clasificacin segua como al
principio: a un gol.

Al igual que les ocurre a las personas, a


quienes les caen bien algunos
congneres y, sin causas objetivas
aparentes, otras como el culo, a los
equipos de ftbol parece ocurrirles algo
similar cuando se enfrentan a
determinados rivales. As, competir con
el club A es como ir de bacanal,
mientras hacerlo ante el B es como
someterse a una sodomizacin. Al
Atleti, este curso, le sentaba fenomenal
jugar con el Celta.
Tena el Atltico la pelota, la mova, la
acariciaba, dominaba y llegaba con
peligro. Creaba ocasiones, algo tan
complicado este ao como sacar del
vientre a un beb viniendo de culo, y
algunos nos frotbamos los ojos de lo
perplejo. Ya en la liga y en la ida de la
Copa, el conjunto del Cholo lo hizo
como casi nunca en este curso. El
equipo celtia, adalid del juego de
posesin y el control del baln, corra
detrs del mismo sin respuesta alguna.
Pero hete aqu que el ftbol es ese
deporte donde alguien puede ganar sin
tirar a portera o, inclusive, siendo
inferior o jugando peor que el rival. Se
suele cumplir la inexorable Ley de
Murphy. Domina A, llega por primera
vez B y gol. A remar contracorriente.

La vuelta de vestuarios no vari el


panorama. Segua dominando el
Atltico, segua jugando y creando
ocasiones de gol. Ms de nuevo llegara
el hostin con la mano abierta. Un
disparo desde treinta o cuarenta metros
(vaya usted a medirlo ahora) de Guidetti
entraba como un misil en la portera de
Moy. La ley de probabilidades dictaba
gol cada cien tiros.
El uno a dos hizo mucho dao al
Atltico. Quedaba media hora y la
ansiedad se apoder del equipo.
Entonces s, el Celta domin a su
antojo. Se tir arriba a provocar los
errores por precipitaciones locales y las
lagunas en la atencin. As, llegara el
tercero de plcido remate a la salida de
un crner. El resto fue impotencia y
desesperanza ante castigo tan severo.

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