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En la ltima cena, Jess nos dej como ley suprema el mandamiento nuevo

del amor traducido en gestos de servicio y de entrega. Para que cada una y
cada uno de nosotros pongamos en nuestra vida ms amor a los dems,
especialmente a quienes ms nos pueden necesitar. Roguemos al Seor.
En la ltima cena, Jess se puso a los pies de sus discpulos y discpulas. Para
que rengamos siempre la disponibilidad necesaria para atender a quien nos
solicita escucha, compaa, comprensin, ayuda, colaboracin y cario.
Roguemos al Seor.
En la ltima cena, Jess nos dej el sacramento de su vida entregada, de su
cuerpo partido. Para que nuestra fe en l y en su presencia entre nosotros
crezca y se haga ms evanglica, ms fuerte, ms convencida y
comprometida. Roguemos al Seor.
En la ltima cena, Jess era consciente de que el rechazo y la violencia
llamaban a su puerta por anunciar a un Dios cercano a los empobrecidos,
compasivo con los diferentes. Para que los quienes ms sufren en este mundo
encuentren la fortaleza del Padre, la esperanza de un mundo ms justo,
humano y solidario y nuestra compaa. Roguemos al Seor.
Por nuestras familias, por la gente que llevamos en el corazn, por nuestros
enfermos, por nuestras ancianas y ancianos, por las familias sin recursos y por
la gente que se siente marginada e ignorada. Roguemos al Seor
Pedimos al Seor por Javier para que, en medio de su actividad pastoral,
mucho ms intensa estos das, el Seor le haga experimentar su misericordia
entraable. Roguemos al Seor.

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