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Antropologia lingitistica ALESSANDRO DURANTI ‘Traduecién de Pedro Tena | Prélogo a a edicién espaiiola de Amparo Tuséa. CAMBRIDGE SW UNIVERSITY PRESS PuBLicapo tok THe PRESS SvNDICATE OF THE UNIVERSITY OF CaMMRIDGE ‘The Pitt Building, Teanpington Sceee, Cambridge, United Kingdos ‘Crmaenioes Unvensiry PREss ‘The Ediebuigh Building Cnsbidge C82 2RU UK nee cupeat sea 40 We 20eh Stet, New York, NY 16011-4211, USA, rep orcunons 10 Senford Road, Osbiah, Mcboutne 3166, Asses ‘us de Alsen 15, 20014 Madris Espa ‘Tao original igi ntbvpolgy ISBN $21 44535 pulled poe Cambridge Univesiy Pres 1997 Camber Eidicién espafiola como Autropalega lingistca Primets edicign en Casabridge ‘University Press, 2000 © Traduccién espaiols, Peco Tens, 2000 © Cambriége Universicy Press, Madrid, 2000 Raz de Alazeéa, (3 28014 Madrid ISBN 84 $323 092 5 rastica ‘Quedansgurssineoteprohiby sn I orn cies Ge on lines del copys Ij ly sencones wtb em lye reprodaccin etl pucilde cts obra or ctnauie sudio procediienta, comprendido la sprog ato informca yl dnribacion de emp: d cdi iil © préxamo pblica. Prodectén: VELTES,Seluciones Glfiis SL Compuesto en Bern 10 pen QuntkXPr™ Tmapso en spain por Cave SA ‘Depéso legal M-12.91-2000 indice general Prologo a la ediciSn espaiola Profacio Agradecimiemos EL Ambito de lz antropologia ling “Teorlas de la cul Diversidad lingiistca... Métodos etnograficos nn - ‘Transcripciones: de la escritura a kas imigenes digitalizadas EI significado en las formas ling E] habla come accién social Intercambios conversacionales ... Unidacies de participacién. Conclusiones... Apéndlice: consejos préetcos para la grabacién de wna interciéa Bibliggrafia fndice onoméstico Lndice de materias. 455 467 Sil 519 Prélogo a ka edicién espaiiola a publicacin en lengua espatiola de la obra de Alessandro Durant Antropologla Lingilstice, es, en primer lugar y ante todo, un motivo de alegeia por el profundo interés que representa para quienes, en uno y ‘otro jado del Atlintico, trabajamos en ese Ambito e intentamos abrir puertas para que estudiantes y profesionales de diversa procedencia se inicien y profandicen en el estudio de las relaciones entre las Ienguas, las culturas y los procesos cognitivos, En ese sentido, esta obra ocupa tn hueco que era tirgentisimo lle- nar; partic de esta publicacién, la tarea de conocer y ahondar en el campo de esta disciplina se facilita enormemente. Si bien se puede considerar que la formacién de la antropologia lingiiftica es telativa- mente reciente, no es menos cierto gue ya ha mostrado su grado de consolidacién tanto en el plano te6rico y metodalogico como en el terreno de estudios empiricos de gran riqueza que no cesan de Ile- varse a cabo. Uno de los aspectos més interesantes de Ja antropologia lingitistica reside en el hecho de que su construccién ha sido posible gracias a la confluencia de quienes trabajan o investigan en diversos émbitos —Ia Lingiistica, la antropologia, la sociologia, la psicologia o la ciencia cog- nitiva, entre otros. La necesidad de responder a preguntas que supera~ ban los limites de cada una de Jas disciplinas acabadas de citar ha sido uno de los motores que han dado como resultado la construccion de ‘una perspectiva de anilisis que pudiera darles respuesta. Ese papel de encrucijadz ba permitido a la antropologia lingtifstica indagar en aspectos de la vida de los pueblos y de las lenguas que no podian resolverse —a veces, ni siquiera plantearse— desde otras disci- plinas. Al mismo tiempo, la antropologia lingtistica ha podido recoger, sin caer en un eclecticismo insustancial, los avances y las aportaciones de diferentes propuestas creando un cuerpo teérico y metodolégico ‘que se nos presenta cada vez mis sélido y pote Antropoleg liga Le especificidad de la antropologia lingiistice reside en mizar las Ienguas como constructos humanos que son sintoma y parte de las vvidas de los pueblos, la vez que son instramentos de comunicacion y de representacién del mundo. Al centrarse en el estudio de los usos lingiisticos en el seno de Ia vida social, puede explicar el significado que la sformay lingiisticas adquieren en los contextos en que son utilizadas, permite descubrie patrones interactivos que reve res de] mundo y formas de relaci6n entte los individaos en tanto que seres sociales Por otra parte, sus instrumentos de descripeién y de anélisis pro~ porcionan una vision de detalle que permite observar el funciona- siento de las lenguas en Ia construccién de las identidades individuales y colectivas. Estos anilisis aportan una informacién valiosisinta sobre las relaciones (de poder, de solidaridad, de dominio o de resistencia) ‘que las personas, entendidas como agentes sociales, vari construyendo, manteniendo y cambiando, De ese modo, tanto los procesos cognitivos, como las eseructuras sociales pueden explicarse en toda su compleji- dad, teniendo en cuenta su realidad variada tanto cultural como social- mente. Curiosamente, y como resultado de los avances de esta disciplina, nos hallamos en un momento en el que el desarrollo de la antropoiogia ingtistica enriquece con sus anilisis gran parte de las dis- ciplinas que se interesan, de uno u otro modo, en el conocimiento de la vida social, del Lenguaje y de sus usos. ‘Alessandro Duranti nos ofiece, en este Volumen, una obra que atina las caracteristicas de un buen manual con una visién original y atrac~ siva. Como manual, ofrece un panorama general y comprensivo del nbito disciplinar; en ese sentido el autor delimita el rea de la antro- pologia lingistica, presenta y discute los principales conceptos y enfo- ques de ese campo del saber y presenta con detalle el método de trabajo y los instrumentos de recogida, tratamiento y andlisis de los datos. Sin embargo, como buen especialista en la materia, no sélo presenta y des- cribe, sino que adopta opciones claras y criticas, incluye o excluye determinados enfoques, siempre, eo si, exponiendo claramente la raz0- nes que le evan a tomar tales decisiones, ‘Ya desde el «Prefacio» queda claro que este libro surge de una his- toria personal que ha llevado al autor desde los estudios lingiisticos al descubrimiento de las relaciones entre las lenguas, as culturas y la cog- niciéa. A lo largo de toda la obra se percibe esa trayectoria que ha le~ 8 Prego ala ediciSn espatola vado a Duranti a viajar —metaforica y literalmente— por diferentes longus y culearas: desde ou Tealia natal, hasta Samoa, pasando por los Estados Unidos; desde su vida como estudiante (primero de lingilistica y mis tarde de antropologia), hasta su actividad docente ¢ investigadora ysen el imbito de ls antropologia lingistica. Ea doble vertiense —de profesor y de investigador—es algo que se trasluce en todo el manual Constantemente, se hace referencia 2 los hailazgos de sus propias inves- tigaciones,y de su trabajo cooperative con otras personas, en forma de ejemplos o de presentaciones de los resultados de mikiples anilisis.Al mismo tiempo, su calidad de profesor se hace evidente desde la dedi- catoria del libro —A mis estadiantes—. La claridad de exposicién, la invitaciGn constante a la discusi6n y al aprendizaje reflexivo y critico son algunas de las caracteristicas mas valioses de este manual que se nos presenta como una invitacibn, sugestiva y sugerente, a indagar en la vida Ge las lenguas y de quienes las hablan. [Nos hallomos, pues, ante una obra que tendcia que ser de consulta obligada para estudiantes y profesionales, no s6lo para aquellos intere- sados por el campo especifico de la antropologia lingiistica, sino tarm- bién pata todos los que, desde diferentes perspectivas, quiet las fronteras 0 Jos limites que sus marcos te6ricos les imponen par gara entender ese mundo tan complejo y tan especial que hace que la specie humana se distinga de otras especies. Por ello, este manwal puede ser un instrumento muy valioso para linglists, antropdlogos, s0ci6lo gos (y Sociolingtiitas), psicdlogos (y psicolingtist:), filsofes, cientif- Cos cognitives, analistas del discurso y,en fin, para todas las personas interesadas en estudiar las practicas commnicativas desde perspectivas diversas, tanto desde la investigacién como desde la teflexién sobre la accién social de quienes se dedican a profesiones que tienen en los usos Lingiisticos uno de sus principales instramentos de trabajo (profesio- rales de la educaci6n, de la justicia, de la politica, de la sanidad, del ea~ bajo social, etc.) [No quisiera cerminar esta presentacién sin una nota sobre la ver~ sign espafiola. Siempre es dificil verter en otra lengua ls palabras de un autor. Traducir significa, en muchas ocasiones, dudar, buscar entee varias posibilidades, contrastar y inalmente, elegit.A veces, la eleccién es difi- cil, ardua, y no llegs a satisfacer completamente; sin embargo, me consta —y asi Je constaté a quien lea este libro— que Pedro Tena ha llevado 4 cabo un trabajo minacioso y delicado. Como conocedor del mbito 9 Antrpologi linge en que se inscribe este manual, ha sabido encontrar las mejores sola ciones posibles a los diversos problemas que le iban surgiendo, de manera que el resultado de su trabajo va mds alla de una simple tra- duccién, puesto que en muchas ocasiones ha tenido que buscar equi~ valentes en espafiol a los ejemplos que aparecian en inglés, o decidir ‘ene diferentes terminos que todavia no estin claramente fijados en las publicaciones especializadas, En definitiva, nos encontramos ante una obra que afiade al interés en sf, el hecho de haberse traducido seria~ ‘mente, sin que la fidelidad al trabajo original haya impedido la opcién de decisiones, tal vez dificiles, pero que dan como resultado una tra~ duceién de gran calidad. AMPARO TUSON Vatts Doctora en Antropologia Lingiiistica y en Filolog Universitac Autonoma de Barcelona A mis estudiantes Prefacio a antropologia ingistca ha suftido una notable transformacién en les ‘iltimas décadas. En este libro presento algunos de los principales rasgos ‘que han caracterizado este cambio. No me he esforzado tanto en hacer tun tratado que compendiase lo que la antropologia lingtistics ha sido hasta el momento, sino que he sido muy selectivo y he evitado tratar los temas que podrian haber reforzado lo que entiendo que es un estereo- tipo frecuente entre los antropdlogos lingtisticos: unos téenicos que se hhan decantado por una orientacin descriptiva y no teérica, que'cono- cen y practican el anilisis fonémico, la lingiistica historia y algunas len- {guas vex6ticas,y que pueden impart estas materias a estudiances de antropologia que se muestran reticentes a la hora de elegir asignaturas adscritas al Departamento de Lingiistica. Mis que un tratado completo Us stodo-lo-que-siempre-quizo saber cobre-el-lenguaje~ atrevid-a-preguntary, para antropélogos culturales y demas cientificos sociales, este volumen se ha concebido como una declaracién sobre la investigacion contemporénea sobre el lenguaje y lz cultura desde un punto de vista particular, Este punto de vista es el mio propio, pero tam- bién se inspira en una serie de &cundos investigadores procedentes de departamentos de antropologia, lingiistca,lingiistice aplicada, sociolo a, folclore, estudios de performance, filosofia, emomusicologéa y comn- nicacién. Los investigidores en los que me he inspirado, tanto si consideran como si no que hacen antropologia lingiistica, estin intere- sados en el estudio del lenguaje como recurso cultural y en el habla ‘como prictica culzural, han hecho de la etnografia un elemento esen- cial de sus andlsis y encuentran inspiracién intelectual fuentes filos6ficas en las ciencias sociales y en las humenidades. Todos ellos tienen en comiin el hecho de que consideran las précticas comu- nicativas como algo constitativo de la cultura de la vida cotidiana, y que vven el lenguije como una kerramienta podetosa y no como un espejo de realidades sociales que suceden en ova parte. ira serie de Antropologi Fngistca E] modo de enfocar la historia a légica y la ética de le investiga cién que se encuentran en este libro no es frecuente en la lingiistica, pero es habitual entre los antropéloges, que desde hace tiempo han mostrado su interés en la politica de la representacién y en los efectos de su trabajo en las comunidades que estudian. Como cualquier otro escritor de un libro de introduccién, en cada capitulo, seccién o parrafo tuve que escoger entre docenas de posibles caminos pars presentar un concepto,relacionarlo con otros campos © encontrar ejemplos apropiados en la literatura 0 en mi propia experien~ cia investigadora. La sencillez en la exposicion y el reconocimiento del agar que ocupan las fuentes histGricas han entrado en conflicw en algue nas ocasiones y soy consciente de que @ algunos autores y temas no les he dedicado el espacio que merecen. En especial, he escrito poco sobre tres reas que s¢ ban asociado tradicionalmente a la antropologia lingifs- tica, concretamente, el cambio lingiifstico, la lingtistica de Sreas y los pid- gins y criollos. Estos y oteos temas relacionados han sido objeto de estudio en ottos vollimenes de esta colecci6n, como el de Sociolingiica, de Hud- sono el de Lingistica Historica, de Bynon, Asimismo, he abundado poco en nociones pragmticas clisicas como las implicaturas conversacionales y las presuposiciones, temas que han recibido la atencién que merecen fen Pragmatica, de Levinson, y en Analisis del Discurso, de Brown y Yule, también en esta coleccién. Apenas he tocado la floreciente liveratura sobre 1h socializacién en el lenguaje,y no he ineluido el asombroso volumen Ge trabajos que actualmente se dedican a la alfbetizacién y l educacién, Espero que en los futuros voliimenes de esta serie se desarrollen estas importantes freas para satisfaccién det lector. Hay ota forma en la que este volumen se complementa con otros de esta coleccién: se trata de la atencién que aqui se presta a la cultura y alos métodos para su estudio, He dedicado un capinalo entero a las teo- rias actuales de la cultura. Tambign he escrito dos capitulos metodolégi- cos:tino en emograffa y otro en la transcripeién del discurso en directo. Por dltimo, he discutido algunos paradigenas —el andlisis estracturalista, Ja teorfa de actos de habla, anilisis de Ia conversaciGn— desde el punto de vista de su contribucién a la teoria antropolégica del lenguaje. Este libro va dirigido a estudiantes de los tiltimos cursos de licen- ciatura y a licenciados que realicen sas estudios de postgrado en antro- pologia lingtifstica o (como suelen llamarlos), cursos de slengua y (0 en) culturae, Pata los profesores que disfruten con les dificultades les puede 4 Precio ser de utilidad experimentar con al menos algunos de los capfculos que satan de la cultura y la comunicacién. He utilizado, por ejemplo, los, capitulos referentes a las teorias de la cultura y le etaogtatia, con cierto smbién creo que los éxito entre los estudiantes de los primeros cursos. instructores pueden remediar facilmente las lagunas temiticas, meto- dolégicas y tedricas que detecten en el libro, completando los capitu- los con articulos adicionales o monogeafias en antropologia lingiistica, Por filtimo, todos los capieulos se han escrito para que constituyan una unidad en si mismos, por lo que aquellos estudiantes ¢ investigadores a Jo que les interesen aspectos © modelos determinados, deberian poder hace:lo sin sentirse perdidos Cuando era un estudiae de postgrado on la Universidad de Roma, un dia descubri ra pequefia bibiloteca en el vercer piso de la Facultad de Filosofia y Letras, repleta de libros y revistas sobre lenguaje con nombres de los gue nunca antes habia ofdo hablar. A medida que me iba familiarizando com las personas cue frecuentaban aguella bitlo~ teca —profesores, estudiantes y especialistas de otras partes de Italia 0 de otros paises—, fue ereciendo en mi el interés por el conacimiento que almacenaban aquellis magaificas descripciones de los fenémenos lingiisticos. Mi experiencia posterior —como licenciado, investigador de campo, investigador y profesor universitario— no ina alterado aque lla primera curiosidad por las formas lingitsticas y su descripcién. Desde entonces, también yo he desarrollado algo nuevo: an compromiso con el conocimiento de! lenguaje como voz, herramienta y fandamento de Ja experiencia humana; este ¢s el compromise que he tratado de arti- cular en este libro, Agradecimientos Durante los iltimos veinticinco afos me he aventurado en diversos campos y modelos, en busca de una forma de estudiar las lenguas que preservara la riqueza de la comunicacién lingiistice tal como la vivi- mos en nuestros encuentros cotidianos, Este libro es mi primera tenta~ tiva de reunir todos estos caminos de un modo sistemitico. Muchos profesores y colegas universitarios me han guido en esta biisqueda interminable, sugiriéndome modelos de comunicacién, cognici6n € interacci6n que fteran cada vez mis sensibles aJa fuider y fixerea cons- titutiva del lenguaje como un sistema de herramientas entre owas, como tuna fuente de conocimiento entre otros, como un recurso semidtico ins entre otros, como sonidos © marcas sobre el papel entre otras obje- tos fisicos de muiestro entorno vital. En la Universidad de Roma, prin- cipios de 1970, tuve la fortuna de encontratme entte ua grupo de {6venes e innovadores profesores que abrian nuevos caminos para esta~ blecer relaciones entre el Ienguaje, la cognici6n y la cultura. Entre ellos estaba Giorgio Raimondo Cardona, que fue el primero en introdu- cirme en la antropologia lingtiistica y que me alenté para que escri biese mi primer articulo, sobre los niveles del habla en coreano. Mis afios de licenciarura en el Departamento de Lingtistice en la Universidad de California del Sur coincidieron con To que estimo que fue la edad de ora de aquel depertamento y quizis de la lingtistica en los Estados Unidos, cuando Jos estudiantes de lingiistica y los profesores de las mis diver sas formaciones ¢ inteteses conversaban sin dificultades unos con otros y crefan que ningéin modelo podia por si mismo proporcionar todas las. respucstas ni utlizarse como medica del éxito de los logros personales de cada uno, Mis dos experiencias postdoctorales, en la Universidad Nacional de Australia, en el Departamento de Antropologia de la Excuela de Investigacién de los Estudios del Pacifico en 1980-1981, y en el Laboratorio de Cognicién Comparada de la Universidad de Cali- fornia, en San Diego, en 1983-1984, me abrieron algunos horizontes 16 Agradecimientes intelectuales, ademis del interés en las nuevas tecnologias para la inves tigacion y la educacion: la psicologia de Vigotsky y ls ingistica de Baj- tgp. Durante los afios 80, obtuve tna plaza de profesor en la Universidad de Roma, en et departamento recién formado de Studi Glostoantro- pologici de la Universidad de California, San Diego (Departamento de Comunicacién), y en el Pitzer College, donde imparti cursos de lin- agitstica, informatica aplicada y teoria cinematogritica y produccion. Estos trabajos y las personas que gracias a ellos conoci entonces me mantavieron intelectualmente comprometido y esperanzado durante aioe dificiles en los que no estaba seguro de si podria seguir en el mundo académico. Mi plaza de antropologia lingtifstica en la Univer sidad de California, Los Angeles, en 1988, me proporcioné un entorno Taboral éptimo que ha culminado recientemente con la fandacién de tan centro interdisciplinar para el estudio del lenguaje, la interaccién y Ja cultura, No es necesario decir que son coautores de este libro las voces € ideas que me brindaron los muchos profesores con los que mannuve conversaciones en estas y otras instinuciones durante mis de dos décadas. Debo especial gratitud, entre ellos, a una persona: mi esposa Elinor Ochs, la antropéloga lingilista més creativa que he conocido. Desde nuestra experiencia de campo en Samoa Occidental, pasando ppor [a beca postdoctoral de AINU, hasta los tlkimos aflos que lewus compartido en UCLA, Elinor me ha mostrado una y otra vez como teansformar as intuiciones mis primarias y las asociaciones precarias en historias que pueden compartisse con un piblico; espero que este libro cconstituya una de esas historias. Diversas personas me brindaron generosamente sus comentarios 2 os primeros bortadores de este libro. Elizabeth Keating hizo las fun- ciones de editor de mi primer borrador, y me dio opiniones decisivas sobre ¢l contenido y el formato; Rowanne Henry, Jennifer Schlegel y Diana Wilson hicieron valiosos comentarios sobre varios capitulos;Jen- nifer Reynolds y Melisa Lefko Foutz, me ayudaron a localizar referer cias, Mi agradecimiento especial a Asif Agha y a Lisa Capps por sus ‘mimuciosas sugetencias y su apoyo incondicional al segundo borrador, Finalmente, debo mucho a cuatro colegas universitarios que cumplie~ ron las tareas de revision para Cambridge University Press: Jane Hill {por su lectura atenta y contribuciones a los dos borradores), Paul Garrett, Susanne Romaine y Bambi Schiefflin, Sus comentarios y pre- ‘guntas hicieron que el texto fuese mis legible y esperemos que més di Antropologialingtstica Cualquier error que haya subsistide hay que atribuirlo, sin duda, a mi propia responsabilidad, Ta idea de este libro surgié de una conversacién en el café Congo en Santa Ménica con mi editor judith Ayling en la primavera de 1992. No sabia ella entonces cufinto trabgjo —incluyendo innumemables men sajes en el correo electrénico— le costaria. Estoy muy ageadecido 2 Judith por su aliento y lis sabias decisiones que ha tomado durante la distintas fases por las que ha atraves ido este proyecto, La menos obvia y, sin embargo, més importante ayuda para escri~ bir este libro se la debo 2 mi farnilia. Bl cflido y estimmulante entorno ‘que Elinor y yo disfrutamos en nuestra vida doméstica se debe en gran parte al afecto, generosidad y sed de aprender de nuestro hijo Marco. No tiene precio tampoco el apoyo material y emocional que nos brin- an mis padres en los quehaceres de la casa cuando nos visitan durante ¢linviemno en California. Entre Navidades y Pascua, me puedo permi- tir sentarme a escribir en el ordenador o a leer un articulo tnicamente porque sé que mi madre prepara una deliciosa cena y mi padre arregla el ltimo problema en el tejado con original y econémica pericia Exte libro esti dedicado a las personas que han hecho que este esfuerzo merezca le pena: mis estudiantes. Durante los cursos de licen ciatura, ast como en Ios seminarios de postgrado, he percibido a menudo Ja arrolladora pasion y determinacién con la que muchos de mis estu- diantes pedian una leceién sobre el lenguaje que pudiera ir mis alli de los rigidos cinones de la academia y alcanzar el significado de la vida. No es necesatio decir que apenas me siento capaz de satistacer ni de cerca exe valioso mensaje, pero la confianza que depositaron en que wn dia ppodtia hacerlo es una recompensa que premia mis esfuerzos de comuni- ‘carme por encima de las fronteras generacionales y culturales. Este libro ‘es un modesto pero sincero reconocimiento de dicha confianza y una invitacién a que petsiscamos en muestras conversaciones, 1 El ambito de Ja antropologia lingiiistica Este libro parte del presupuesto de que Ie antropologia lingifstica es tuna disciplina con entidad propia, que merece estudiarse tanto por sus logros pasados como por las perspectivas de futuro que se vishumbran en el abajo de un grupo relativamente reducido pero activo de inves- tigadores interdisciplinares. Sus contribuciones sobre la naturaleza del Jenguaje como instrumento social y del habla como préctica culeural hhan establecido un campo de investigacién que imprime un nuevo sesgo a las tradiciones del pasado y a las actuales dentro de las bumnani- dadesy las ciencias sociales, y nos invita a todos a reflexionar de nuevo sobre a relaci6n entre Ienguaje y culsura Decir que la antropologia lingistica es wn campo interdisciplinar significa que se distancia considerablemente de otras disciplinas que gozan de credenciales independientes y, en particular, de dos que cons- tituyen su denominacién de origen: la lingiistica y la ancropologia. En este capitulo presentaré algunos aspectos de esta herencia intelectual, y dejaré otros para abordarlos con mayor profundidad en posteriores capi- tulos.Asimismo, comengaré por mostrar e6mo, durante las iltimas déca das, el campo de la antropologia lingtifstica ha ido construyendo una identidad intelectual propia. El objetivo bésico de este ibro es describir cexta identidad y explicar emo puede ampliar nuestra comprension del Jenguaje no solo como un modo de pensamiento, sino, sobre todo, como ‘una prictica cultural esto es, como un modo de accién que presupone a ambos y,al mismo tiempo, genera nuevas formas de estar en el mundo. Solamente en el contexto de esta perspectiva del lenguaje puede la antro- pologia lingitstica continuar influyendo creativamente sobre los campos de los que va tomando distancia, ala vez que realiza su propia contribu- ‘Gin a nuestra comprensién de lo que significa el ser humano. 8 Aatropolegia lingistica 1.1. Dernictones Dado que el término lingitistica antropolégica (y su variante antro- pologia lingiistica)'sucle entenderse de diversas maneras, es impor- ‘ante clatificar el modo en que se utilizara en este libro. Puesto que este esti dedicado casi en su cotalidad a la definicién de la dsciplina, tratar de realizar esta tarva al principio me coloca de alguna manera en una posicién dificil, porque no puedo esperar hacer justicia a los muchos aspectos que comporta en unas pocas notas introductorias. Al mismo tiempo, no podemos dejar de reconocer la importancia de offecer una primera ide, siquiera esbozada, del cipo de empresa que persigue la dis- ciplina que se describe en este libro. Comenzaré, por tanto, con una breve definicién del campo de la lingifsica antropolégice, para, luego, ampliar y clarigicar sus fronteras y aparente simplicidad en el resto del capitulo. Deberia mencionar 2 estas alturas que mucho de lo que des- cribo en este libro ha sido llamado etnolingiiistica, una denomina- cién que tan solo gozé de una relativa popularidad en lor Estados ‘Unidos a finales de los aios 40 y principios de los 50 (lmsted, 1950; Garvin y Riesenberg, 1952), pero que ha sido bastante comiin en el mbito académico europeo’, tal vez siguiendo la, hasta hace poco, pre~ ferencia general en la Europa continental de denominar wemologia» y fermumos atines, en vez de sancropologiae.Tal como quedati claro a lo largo de este capitulo, mi eleccién de «antropologia lingiisticay frente a dlingiistice antropolégica» o cetnolingtifsticas forma parte de un smericanose (pig. 23). eee 20 El dito deta antopologialingisien intento deliberado de consolidar y redefinir el estudio del lenguaje y la ‘cultura como uno de Jos subcampos principales de la antropologia’. Esta visi6n del campo fue claramente sefialada por Hymes (1963: 277) cuando lo definié como «el estudio del habla y el lenguaje dentro del contexto de la antropologie». ara decislo sencillamente, en este libro Ia antropologta lingiistica se presontari como el estudio del lenguaje como un recurso dela cule, y del habla como una prictca cultural, Pox tratarse de un campo inhexente- mente interdisciplinar, descansa y se desarrolla sobre métodos que pes~ renecen a otras dsciplinas, especialmente la antropologia y a lingistica, con el fin general de proporcionar una comprensién de los variados aspectos del lenguaje en tanto marco de practicas culturales, esto es, como un sistema de comunicacién que permite las representaciones interpsicoldgicas (entre individues) ¢ intrapsicologicas (en el mismo individao) del orden social, y que contribuye que las personas urili- con estas representaciones para realizar actos sociales constituyentes. Ins- pirindose en la obra de un grupo de antropélogos de primera linea (que, durante la primera mitad de este siglo, hicieron del lenguaje su intetés tebrico findamental y un instrumento indispensable de la antro- pologia cultural, Jos antropélogos lingitisticos trabajan, sabre una base ennogrifica, en la pioduccién de relatos de las estructutee lingiisticas tal como aparecen en el seno de grupos humanes en wn tiempo y espa- cio determinados. Esto significa que los antrop6logos lingiisticas ven alos sujetos de su estudio, esto 5,2 Tos hablantes, en primer lugar y sobre todo, como actores sociales, es decir, como miembros de comu~ nidades, singulares y atractivamente complejas, cada una de las cuales esté articulada como un conjunto de instituciones sociales, y a través de una red de expectativas, creencias y valores morales no necesaria~ mente superpuestos, pero si entrecruzados. ‘Al conttario que en previas definiciones de la disciplina y del empleo corriente que hacen del término los no-especialsta, la antro~ pologia lingiistca en este libro no es sindnimo de un estudio cualquiera del lenguaje que realicen los antropSlogos: tampoco es equivalente a la o cilia enn primers obras, donde dad urge de ama tesa etl, wna relizada entre oor yen contacto cone) plow ambi wa el senbid elleamente que exis wana ne teas que vs de gu a iavetgncin King dio enogriico, Anwopologlalingistica coleccién de textos cexéticos» que ellos estudian, es decir, normalmente producidos por miembros de sociedades no alfabetizadas y tecnologi- ‘camente menos avanzadas'. El acto de haber escrito un ensayo sobre algunos aspectos de la gramitica oral de un pucblo que no conoce la escritura —ya sea en la jungla brasilefia o en el desierto del Kalahari— no califica 2 alguien como antropélogo lingiiistico. Son mis bien los objetivos y los métodos especificos los que distinguen un proyecto antropolégico de un estudio o investigacién lingiifstica, por un lado, y de un telato emografico, por otro. Lo gue distingue a los ansropélogos lingiisticos de otros estudian- tes de la Jengua no es solo el interés por el uso del Jenguaje —una pers- pectiva que comparten con otros investigadores, especialmente, dialectélogos y sociolingdistas (Hudson, 1980)— , sino su visi6n del Jenguaje como un conjunto de estrategias simbélicas que forman par- ten del tejido social y de Ia representaciOn individual de mundos posi- bles o reales, Esta perspectiva permite a los antropélogos lingilstas abordar de manera imnovadora algunos de los temas y asuntos que cons- tituyen cl micleo de la investigacién antropolégica, como kas politicas de la representaci6n, la constiucién de la autoridad, la legitimaci6n del poder y de las bases culeurales del racismo y del conilicto étnico, el pro- ‘ces0 de socializaciOn, le construccién culoural de la persona (0 del indi- viduo), las politicas de la emoci6n, la relacién entre la accién ritual y Jas formas de control social, el dominio especifico del conocimiento y Ta cognicién, el hecho artstico y las politicas de consumo estético, el contacto cultural y el cambio social Suele presentarse la antropologia lingiistica como una de las cua~ tro ramas tradicionales de la antropologia (las otras tres son: Ia antro~ pologia arqueolégica, la biolégica o fisica y ls sociocultural)’. Sin embargo, ser un antropélogo y trabajar sobre el lenguaje son dos con diciones que no cualifican necesatiamente a alguien como antropé- ‘ete punto mantengo na posts otalotene opus ale desi de Hole de linguie snopes come «un cpa de inven dees princpaente a eat "tices sineonios yards de Ios engujes de los putblo: que cecen de teri. > Bors que spect 2 ex diem, eey obvi Is csineén qe en cesones te hn hecho cae antopelogs socal —qar tris de Iz reproduce de siemas socal concretos— y h antpeloss cultural —que es el etudo de las uoconas de clr desde na nesacion mis conic, que propanian oat y cardial. El mbito dela antropologialingioicn logo lingiiista, De hecho, es perfectamente posible ser antropélogo y hhacer una descripcién gramatical de un lenguaje que aporte poco 0 nada a la teoria y métodos de la antropologia lingiiistica. Hay que entender la antropologfa lingiistica como una parte del arnplio campo de la ancropologia, no porque sea un tipo de lingtistica que se practi~ que en los deparcamentos de antropologia, sino porque examina el len guaje a través del prisma de los intereses antropologicos, entre los cuales estin: la transmisién y reproducci6n de la cultara, la relacién. ‘entre los sistemas culturales y otras formas de organizacién social, y el papel de las condiciones materiales de existencia en la comprension que los individuos tienen del mundo. Esta visién de la antropologia lingtiistica no significa, sin embargo, que sus lineas de investigacién se forjen siempre en el molde de los otros campos de la antzopologia. Al contrario, su misma existencia como ¢isciplina independiente se jus- tifica solo en tanto en cuanto pueda establecer sus propios objetivos, que se basan en las cuestiones de la antropologia, pero que no tienen por qué guiarse exclusivamente por ellas", En particular, como expli- caré mis adclante, no todas las perspectivas de la culeura, dentro de la antropologia sociocultural, conducen de modo idéntico a la compleja nocién de lenguaje que asumen actualmente la mayoria de antrop6- logos lingiisticos. Muchos antropélogos cultarales contindan con: derando que el lenguaje es principalmente un sistema de clasificacién Y representacién, y cuando se utilizan formas lingiistcas en las etno- grrafias, se suelen utilizar como denominaciones para algunos signifi- cados que se han formado independientemente. Los antropélogos lingiisticos, por otro lado, han hecho hincapié en una visiGn del len- uaje como un conjunto de pricticas que desempefia un papel esen- cial en la mediacién de aspectos materiales ¢ ideativos de la cxistencia humana y, en consecuencia, en la creacién de maneras singulares de estar en el mundo, Esta vision dindmica del lenguaje es lo que otorga a a lingiiistica antropolégica su especial lugar en el campo de Jas hhumanidades y de las ciencias sociales. © Com all cry sforamtando una ang deinicén de yes (964 eis En om send, [a lingiicsssnpologia) es una aided ccateiasen. seve de aguas cups preguts sobe el lenge 9 has fad sf de anteopologin.. Puede que so enfogie Tncloya problemas que queden al winrgen del scuo ines de a kingly epee Finger plans deo tein eel 0 sane.» Autropolegialingistica 1.2. EL ESTUDIO DE LAS PRACTICAS LINGUisTICAS La antropologia lingiistica, en tanto campo de estudio, parte del prin ipio te6rico de que las palabras importan, y del hallaego empfrico de que los signos lingiisticos como cepresentaciones del mundo y cone xiones con el mundo nunca son neutrales; se utilizan consteantemente para la construccién de afinidades culturales y de diferencias cultura. kes. Bl gran éxito del estructutalismo en la linglstica la antropologia y otras ciencias sociales puede explicarse de algtin modo por el hecho de {que tna buena parte de la interpretaci6n es un proceso de compata~ cin que supone,légicamente, dferenciacién. Lo que los antropélogos Lingiisticos afiaden a esta intuicién fundamental es que las diferencias, no solo habitan los cédigos simbélicos que las representan. Las dife- encizs no solo se deben a la sustituci6n de un sonido por otro (/sol/ frente a /sal/) 0 a una palabra por otra (es una gran sonpresa frente a es tuna gran tentacén), sino que también se manifiestan gracias a concretos actos de habla, ala mezcla de palabras con acciones y a la sustivucion de las palabras por la accién. Delos estructuralistas aprendimos a pres- tar atencién a lo que no se dice, a las preguntas y respuesta alternati- vas, al a menudo preeerido y, sin embargo, posible y significativo silencio (Passo, 1972; Bauman, 1983). Cuaudu persamos sobre Io que se dice en oposicién a lo que no se dice establecemas un fondo contra el que evaluamos lo dicho (Tyler, 1978). Pero zqué amplitud y profundidad debe tencr nuestra investigacién?, gcuéntos niveles de andlisis se consi- deran suficientes? Esta no es solo una pregunta acerca del ntimero de cnunciados, hablantes y lenguas que debetian estudiarse, sino acerca de Ja Runcién de la etnografia sus méritos y limites. Es una pregunta sobre ¢l fmbito del fenémeno que consideramos relevante, sobre lo que es y hace Ia lengua, un imbito que es infinitamente amplio, pero que exti constrefiido de fado por la accién y la comprensién humanas. No pode- ‘mos pensar el mundo entero de una vez, y una buena parte del trabajo de los antropSlogos linglisticos trata de los modos en que las palabras ue pronunciamos en un momento determinado proporcionan, pri- mero a los patticipantes y después 2 los investigadores, un punto de vista, un modo de reflexionar sobre el mundo y la naturaleza de la exis- tencia humana. Como han seiialado los grandes fildsofos del pasado, los seres humanos son solamente criaturas que piensan sobre si mistias pensando. Esta conciencia esti estrechamente vinculada a la represen ‘acién simbélica y, por tanto,a la ficultad del habla, Pero ef lenguaje es 24 El bite dela entropologia ligase 4s que una herramienta reflexiva con la que intentamos encontrar ¢l ‘Basia nuesuos pensamientos y acciones. través del uso del len- guaje penetrmos en un espacio interaccional que ba sido en parte construido a nuestra manera, un mundo en el que algunas Gisinconss paecen imporsar més que ons, un mundo donde cata opcién que ee- fimos es prcskmente contingente con lo que ocursié antes y contri buye ala definicion de lo que ocurricé después sates ‘Consideremos los salndos, por ejemplo. En muchas sociedades los sor adoptan forma cde preguntas ob id eum pens por ajemplo,e inglés 0 espail «zedmo exis. En otras sociedades, Seek acrune pega sebc el Sonn deo arr or ejemplo el pan-polinesio «zadénde vas? que estudia Firth (1972). Tay Teche pogunte qu podsmer ince hpted que potemoe i nls queveros eur et enémeno, Sones pregunt fe el? es or gu impor mints ie respond ido de estos intercambios rutinari algo acerca de Sls qo lo cpean tbe us ntpenco ere a humana et tu conjuno? spor qué la gente se sluda, oom se abe audndo sud oe glad, cs serene ydfrencis en is formas de sida Se ls distinasvatiedades lmgistcae, de ls comunidades de habla ee Jos tipos de intercambios dentro de fa misma comunidad revelan algo interesante sobre los hablantes 0 alos hablantes? : Aang anceps ings tmbin sd por ss mito- dos etnogrificos (vease el capitulo 4), estos mérodes no son en modo algun nics: hay ots pins interes e I invewtigacin empire dea conducta humans gu sign proceimienos si ss aunque no neecsaramence ines. Ls anropélogos ngs én atribuyen una gran importancia a las pricicas de escricura Siu cea los mados colon que dl balay oun ccvidade sibSiee se documentan primero mediante diversas convenciones de transcrip Gi6n y con la ayuda de nvevastecnologiss, para que luego sean acce- sibles al andlsis y la argumentaci6n (véase el capitulo 5). Sin embatg0, texisten otras disciplinas cuya experiencia es superior en esta clase de procedimientos. Aunque los métedos pueden contcibuir a crear una tensidn fructifera entre teoria y prictica, nunca pueden agotar ni defi- nit la singularidad de wna disciplina a segunda snopolgaingtsica reside en ota parte, iis concretamente, en su interés por los hablantes como actores socia- Antropolegialinisica Jes, em el lenguaje como condicién y resultado de la interaccién social, cn las connunidades de habla como entidades sirulténeamente reales ¢ maginarias cya fionteras estin constantemente rchaciéndose y nego ciindose a través de miles de actos de habla. La antropologia lingiistica se construye en parte sobre el trabajo de los lingiistas estructuralistas, pero proporciona una perspectiva diferente de su objeto de estudio, que os el lengua, y en itima instancia construye wn nuevo objeto, Den tro de este nuevo objeto cabe también eel instinto lingiistico del cual trataron los graméticos formalistas, quienes subestimaron los funda- ‘mentos biol6gicos de la facultad de hablar (Pinker, 1994), pero que es también una manifestacion de un conjunto de problemas distintos y, Por tanto, de unos objetivos de investigacién diferentes, Como eseudiamos en los siguientes capitulos, los gramaticos estin acostumbrados a tratar con el lenguaje como un sistema abstracto de xegls para a combinacign de elementos discretos pero carentes de sig- nificado (fonemas), que forman unidades significativas (morfeanas), que, a su ver, se combinan en unidades de mis alto nivel (palabras, proposi- ciones, oraciones). La separacién teGrica que subyace a la lingifstica estructural cuando distingue entre el lenguaje como sistema abstracto y cl lenguaje como sistema concreto restringe el émbito del fendmeno relevance ¢ la teora-Este po de idealizacion ha hecho progresar enor- memente la comprensiGn de las propiedades formales de les lenguas. Su objetivo titimo, sin embargo, no es la comprensi6n del papel y el lugar que ocupan las formas lingiifsticas y sus contenidos (incluida la sgramitica) en la vida individual y colectiva de ls personas, sino las pro- picdades universales de la mente humana que se derivan de las propie~ dades formales de los sistemas lingiifsticos, cuando estas se infieren @ partir del estudio de as intuiciones, Desde esta perspectiva, los hablan- tes cuentan tan solo como representatives de una abstracta especie humana. Lo que un hablante un dialecto determinado puede © no hacer en comparacién con los demis es interesante solo en la medida en que revela algo de la mente humana y de nuestra capacidad innata para desarrolaralgin ripo de lenguaje. Es la facultad del lenguaje més que al lenguaje en sf mismo lo que consttuye el objeto de estudio de ‘Estoy peando a is conocda econ que th oxginmens Saute (1959), ‘qe despsrefoemuls Choma peimero en trminos de competency atuacin (Chomsy 965) posecicmene coma lng engus-E (Chom 1986). 26 EF dnbito dela aniopologia lingisticn ‘una gran parte de la Tingitstica formal contempotinca, Por tanto, le ‘mayoria de los gramiticos formales estudian tan solo un muy abstracto Peamoto lomo sapiens, no los nifios de un barrio de Filadelfia ni los Ytdores akan de Ghana, Pata la antropologia lingttisica, en cambio, el Sojeto y el Gn de su eseadio es, tomando prestad wna sugerente meti- for de'Toni Morrison (1994), el lenguaje como medida de estas vidas Fae es una de ls eazones por a cual los antropélogoslingifsticos tien- den a centrarse en la actuaci6n linglistica y en el dscurso situado. En sex de concentratse exclusivamente en lo que nos hace cognitivamente juales, se centran también en cémo el lenguaje permite crear y ctes distinciones entre los grupos, los individuos, las identidades. EE] lenguaje es la herramienta intelectual mis flexible y poderosa aque los eres humanos hemos creado, Una de sus muchas funciones es So capacidad para reflejar el mundo, incluida ella misma. El lenguaje puede utilizarse para hablar sobre el lenguaje (véase el capitulo 3). Desde un punto de vista més general, como ha mostrado Michael Sil- verstcin (1976b, 1981, 1993), Js postilidad de hacer descripciones cul- qurales y por tanto, el destino de la antropologia cultural, depende de Iz medida en que wn lenguaje decerminado permita a sus hablantes articular en un sistema lo que hacen con las palabras en Ja vida Corriente, Como bien supiezon desde el principio Boas, Malnowski yp otros furndadores de a ancropologia moderna, el lenguaje es el encar- ado de proporcionar las interpretaciones de Jos hechos que obs fl etégrato; de hecho, sn él no es posible describir los hechos. Mucho antes de que los antrop6logos de la interpretacion propusicran pensar ten Ja caltura como tin texto, lo que los etndgrafos se levaban consigo cuando regresaban a sus casas eran principolmente textos, es decir, cua~ dernos lenos de descripciones, historias, listas de nombres y objetos, algunos dibujos,y diversas extrafias tentativas de traduccién. Lo que realmente imporcaba eran las historias que los etndgrafos habian ofdo yy lis descripciones que recogfan de las personas, lis relaciones os luga- es, los sucesos ocurtidos, Este aspecto de su trabajo hace que para todo exndgrafo sea atin més apasionance convertirse en un experto analista del discurso, Pero una cultura no solo se manifiesta en las historias que ofmos contar una y otra vez. También se encuentra en los intercambios que hacen posible dichos relatos, en las formas de organizacién que per- smiten participar 2 unos y segregar a otros, ser competentes o incom. Antroplogi lingistica petentes, dar érdenes o ejecutarlas, hacer preguntas 0 responderlas. Como se postula en los siguientes capftulos, ser un etnégrafo del len- guaje significa cener instrumentos para oir, y luego, para escuchar acentamente lo que las personas dicen cuando se retinen; significa aprender a comprender qué pretenden los participantes en una inte~ raccién, qué es lo que ellos consideran significative, a qué prestan aten- cién y con qué fines, Las grabadoras y las cémaras de video son de gran ayuda, no cabe duda, pero también nos hace falta un complejo instrumental analitico, El estudio de las unidades de andisis en esta obra se guia por la idea de que el anilisis significa dividir el flujo continuo de la experiencia, que caracteriza la percepcién propia del mundo, en fragmentos operativos que puedan aislarse para la disecci6n, en for- ‘mas que no sean del todo ad hee, pero si reproducibles. Una aproxi- macién antropol6gica al problema de establecer unidades de andlisis ha de interesarse en si la segmentacién que proponemos como ana listas es coherente con lo que creen los propios participantes. Des- graciadamente (o afortunadamente, depende del punto de vista que se adopte), no podemos preguntar a I2 gente si tiene sentido para nosotros analiza lo que ellos hacen err términos de las ideas que han creado los analictar dal longuaje. Conceptos tales como morfemas, or2- iones, juegos de lenguaje, pares adyacentes, marcos de patticipaciéa, no suelen tener mucho sentido fuera de un determinado paradigma de investigaci6n. El problema, entonces, es cmo encontrar concep- tos analiticos que sean coherentes con la perspectiva de los partici~ ppantes sin convertir a cada informante en un antropélogo con muestras propias preferencias analiticas. ‘La bésqueda por parte de los antropélogos lingtifsticos de dimen- siones relevantes, de criterios de relevancia, para la comprensién del ser umano ha conducido a prestar especial atencién a los detalles de las situaciones comunicativas cara a cara, lo que, al parecer de algunos te6= ricos sociales, implica una separacién entre las interacciones que se estu- dian y las faerzas sociales que operan desde fuera de dichas interacciones. Asi, Pierre Bourdieu (1990; Bourdieu y Wacquant, 1992) sostiene que algunos anilisis realizados por analistas de lz conversacién y antropélo~ .g0S lingiifsas caen en lo que él llama la afalacia ocasionalistas de creer aque los encvientros sargen de ta nada. Por su parte, Bourdiew argumenta que el mundo de cada encuentro esti predeverminado por relaciones, ‘mis amplias de raza, género y clase. 28, EL mbito dela ancrapologa lings Sin embargo, ningin antropélogo Tingilfstico estaria en contra de Ia relevancia potencial de srclaciones més amplias» y, de hecho, una ‘buena parte del trabajo empirico de la disciplina se orienta a disefar fSrinulas que coneczen el fenémeno analizable @ un nivel-micro, a tra~ ‘yés de grabaciones y transcripeiones, con el casi siempre invisible telon Ue fondo de las relaciones entre las personas, mediadss como estin por sus propias historias, incluyendo las instivucionales. El hecho de que algunas veces sea dificil establecer dichas conexiones —y en este terreno queda afin mucho camino por recorrer— no significa siempre tuna debilidad tedrica ni una ingenuidad politica. Lo que podria pare: cera los antrop6logos socioculturales como una laguna teérica,se debe de hecho a su renuiencia a abrazar teorias y categoriss surgidas de un dadoso trabajo empirico. Con frecuencia, la sola aceptacion de que ‘codo intercambio Lingiistico contiene la potencialidad de un acto de poder (Bourdieu y Waequane, 1992: 145) significa que los anlistas pue- den ignorar los detalles de cémo dichos actos de poder se producen realmente. Con frecuencia nos encontramos con fenémenos que pare cen extrafdos de un guién basado en el conocimiento politico del momento. Este conocimiento sspone también observar qué hacemos ‘como analistas. Si una de las preguntas bisicas de los etndgrafos es «2 {quien le importa exto2, debemos estar preparados para contestar que en algunos casos algo es solo importante para nosotros, que nosotras somos el contexto, tal como hemos aprendido de los antrop6logos cri- ficos contemporineos (Clifford y Marcus, 1986), Pese ala reflexién que todo ello conlleva, nuestra bisqueda epistemol6gica no puede desen bocar en este reconocimiento, En otras ocasiones debemos aprender a desenfocar, suspender el juicio ¥, por tanto, ssustraemnoss, 2 ser capaces de ofr los enunciados de los hablantes'de un modo que, si tenemos ‘suerte, se aproxime —aunque en absoluto sea idéntico— al modo en {que ellos Ios han escuchado, El conocimiento de la clase social de los participantes, de la historia familiar, del género, nos proporciona an olo una parce —aungue virtualmente importante— de la historia que se ese construyendo. Come ha indicado Susan Gal (1989), los recien- tes trabajos sobre el lenguaje de las mujeres rechazain de raiz cualquier idealizacién esencialista de suna vor de mujer» y de la nocién impli- cita de una cultura separada, y avanzan Ja hipotesis de «précticas lin- gilisticas mis contradictorias y ambiguas, que difieren de mujeres de lunes grupos étnicos y clases sociales a otras, en. unt expectzo que va de 2

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