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INGENIERÍA
1. INTRODUCCIÓN
• Aquellos procesos que utilizan la acción mecánica directa, ya sea de un único material
o combinándolo con abrasivos, para incidir sobre el material a cortar, se denominan
procesos de corte por chorro mecánico (mechanical beam processes). Se utilizan cuando
no pueden emplearse técnicas tradicionales debido a la dureza del material, a su
extrema fragilidad o, principalmente, cuando pueden resultar dañados si se mecanizan
por procesos eléctricos o térmicos (sensibilidad a altas temperaturas). Cabe citar, dentro
de los procesos de esta naturaleza, el corte por chorro de agua con o sin abrasivos
(waterjet machining, WJM y abrasive waterjet machining, AWJM) y el corte por chorro
de aire con abrasivos (abrasive jet machining, AJM).
2.1. El Proceso
El proceso fue desarrollado completamente en el siglo XX y sus primeras aplicaciones se
llevaron a cabo en Europa. No obstante, su total desarrollo hasta lo que hoy conocemos
por oxicorte se produjo en Estados Unidos durante el primer cuarto del siglo XX.
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El proceso de oxicorte, al contrario de lo que pueda parecer, no consiste en una fusión
del metal, el corte se produce por una literal combustión del mismo. En otras palabras al
cortar quemamos el metal a medida que avanzamos con el soplete. Por esta razón, la
presencia de aleantes se hace crítica, ya que merman la capacidad del acero a ser
quemado.
Para que se produzca una reacción de combustión son necesarios tres requisitos;
presencia de combustible (a su temperatura de ignición), presencia de comburente (en
una mínima proporción), y un agente iniciador. En el proceso de oxicorte, el combustible
es el Fe, el comburente el O2, y el agente iniciador la llama del soplete. En condiciones
normales, aunque apliquemos un agente iniciador a una pieza de acero, ésta no arde
espontáneamente por dos motivos; el Fe contenido no está a su temperatura de ignición
(aproximadamente 870°C) y el O2 atmosférico no es lo suficientemente puro (el O2
atmosférico se encuentra en una proporción del 20% y la proporción mínima necesaria
para quemar el Fe es un 87%).
2.2. El soplete
El soplete de corte juega tres papeles distintos: llevar el Fe contenido en el acero a su
temperatura de ignición, aportar una atmósfera envolvente con una proporción mayor
que la mínima necesaria en O2 y, por último, generar el agente iniciador.
Para lo primero el soplete de corte utiliza parte del O2 disponible para mezclarlo con el
gas combustible y así crear la llama de precalentamiento formada por un anillo de
llamas en la boquilla de corte. La llama de precalentamiento puede alcanzar
temperaturas entre 2.425°C y 3.320°C dependiendo del tipo de gas utilizado y la
riqueza de O2 en la mezcla. La proporción de O2 y gas en la mezcla para el
precalentamiento se controla a través de las dos válvulas que incorpora el soplete. Con
la llama de precalentamiento bien ajustada, se acerca ésta a la pieza a cortar hasta que
se alcanza la temperatura de ignición. Una vez alcanzada ésta, el metal se torna en un
color naranja brillante y pueden verse algunas chispas saltar de la superficie.
En este momento debe ser accionada la palanca del soplete para permitir la salida por el
orificio central de la boquilla de un chorro de O2 puro (llamado chorro de corte) (figura
1). Así se consigue enriquecer en O2 la atmósfera que rodea la pieza precalentada para
que sea posible la combustión.
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Inmediatamente, y gracias a la presencia de la llama de precalentamiento que actúa
también como agente iniciador, comienza la reacción exotérmica de combustión del Fe,
que nos llevará finalmente al corte de la pieza. Como toda combustión, la reacción de
oxidación del Fe es altamente exotérmica, y precisamente esa enorme cantidad de
energía desprendida en la reacción ayuda a llevar las zonas colindantes a la temperatura
de ignición, y poder así progresar en la acción del corte.
En algunos casos, las tablas incluyen datos relativos a la sangría del corte (ejemplo tabla
2) en función de la presión (proporcional al espesor), y del tipo de soplete utilizado (para
chaflanes, de tipo doble o triple, etc.). Otras tablas aportan datos del consumo de los
diferentes gases utilizados con la finalidad de poder determinar el costo de las
operaciones de corte.
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Tabla 2.- Valores recomendados para el proceso de oxicorte
Es por ello que la aplicación fundamental de oxicorte, y para la cual está diseñado, es el
corte de aceros de bajo contenido en Carbono (normalmente entre 0,1% y 0,3%) y bajo
contenido en aleantes.
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La presencia en altas concentraciones de los aleantes normalmente presentes en el
acero afecta a la capacidad del proceso de cortar el metal. Elementos como el Mn, Si, P
y S, afectan poco a esta capacidad cuando están presentes en concentraciones
normales. Por otra parte, elementos como el Cr, Ni, Mo, y por supuesto el C, reducen la
capacidad de corte del O2 existiendo algunos límites a partir de los cuales el corte no es
posible: 5% para el Cr, 7% para el Ni, etc...
Antes de intentar cortar una chapa mediante oxicorte, deben tenerse en cuenta los
elementos aleantes contenidos en su material, sus combinaciones, exactamente igual a
como debe hacerse antes de aplicar un tratamiento térmico o un endurecimiento a la
llama. Todos los metales deben examinarse, no solamente desde el punto de vista de los
aleantes que contienen, sino también de las propiedades que las combinaciones que
dichos aleantes tienen.
2.4. El precalentamiento
La principal función de la llama de precalentamiento es llevar la pieza hasta la
temperatura de ignición, que como se ha mencionado anteriormente es de
aproximadamente 870°C. No obstante, la llama de precalentamiento tiene otras
funciones:
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Existen muchas aplicaciones de oxicorte en las que no se requiere estos niveles de
calidad y normalmente se aceptan cortes más bastos. Este es el caso más general en el
que la superficie del corte va a ser cubierta con soldadura, escondida dentro de la pieza
a fabricar o cubierta con pintura. Si la calidad que se le exige al corte no es la máxima,
la velocidad de avance puede ser, en muchos casos, incrementada.
Fig. 2.- Máquina de oxicorte WALMAR. Detalle del pórtico con varios sopletes
Hay muchos modelos de máquinas de oxicorte, desde la máquina portátil, que se apoya
y se desplaza sobre la chapa, hasta la máquina fija (figura 2), con una o varios
cabezales de corte, capaces de cortar chapas de espesores muy diversos. Tambien
existen máquinas que utilizan un dispositivo de lectura óptico que va siguiendo el
contorno de la/s pieza/s a cortar dibujadas sobre un plano fijado sobre una mesa
incorporada a la máquina. No obstante, cada día es más común la incorporación del
control numérico (CNC) a la máquina de oxicorte, de tal forma que la geometría y los
parámetros tecnológicos se introducen en el CNC en forma de un programa codificado.
Tanto con el uso de los lectores ópticos como del CNC, el oxicorte permite realizar todo
tipo de cortes rectilíneos y curvos sobre chapas de acero de cualquier espesor, o sobre
perfiles, tubos, etc. Pueden cortarse en buenas condiciones chapas superpuestas, incluso
muy delgadas, si están bien sujetas unas contra otras. Cuando el soplete está bien
regulado (presión, mezcla y velocidades adecuadas), los cortes son uniformes y
presentan buen aspecto; basta un posterior y sencillo desbarbado para obtener un
acabado aceptable.
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Aunque depende de la aplicación, frecuentemente se dejan los bordes tal como quedan
después del corte.
Los procesos de corte por oxicorte presentan, de forma similar a lo que sucede en otros
procesos como el mecanizado por arranque de material, unos parámetros tecnológicos
críticos que son necesarios controlar para obtener los acabados superficiales y las
tolerancias dimensionales requeridas. Para los procesos menos extendidos como el láser
y el corte por agua, cabe decir que todavía hoy se siguen probando nuevas
combinaciones de parámetros tecnológicos en función de aquellos materiales (ya sean
nuevos o mejorados) susceptibles de ser cortados por estos métodos.
En cuanto al oxicorte e incluso el corte por plasma, adecuados para la mayoría de los
aceros de construcción, aceros de fundición y aceros aleados (incluso inoxidables), son
procesos relativamente sencillos con pocas variables a controlar. A pesar de ello, el
número de empresas que optimizan realmente esas pocas variables (parámetros
tecnológicos) es muy reducido, creando una falsa idea de que son procesos donde no se
pueden conseguir buenos acabados ni mucho menos pequeñas tolerancias (del orden de
1 mm).
Fig. 3.- Influencia del sentido de recorrido de las trayectorias en la calidad del corte
Todos los problemas y defectos que se citan a continuación, incluyendo sus causas y sus
posibles soluciones, han sido preparados no sólo gracias a la literatura existente, sino
también teniendo en cuenta la experiencia de usuarios.
Los distintos errores observados por causas tecnológicas, se pueden clasificar en función
del daño o defecto causado en la chapa. Esta clasificación se establece con la finalidad
de reconocer sus causas y posibilitar su posterior remedio. Debe hacerse notar que los
errores son de tipo individual, es decir, debidos principalmente a un sólo parámetro,
pero la combinación de varios de ellos puede dar lugar a contradicciones en los
pronósticos de las causas que los originaron. También debe considerarse que para la
elaboración de los defectos aquí listados no se han tenido en cuenta causas externas al
proceso, como vibraciones de máquinas próximas en el taller, por ejemplo. Se asume
además que el O2 empleado es de pureza estándar industrial.
• Fusión de las esquinas. El filo del corte, presenta un redondeo excesivo debido a
la fusión del material en dicha zona. Este defecto se debe principalmente a una
velocidad de corte demasiado baja o a una llama de corte (presión de O2)
demasiado fuerte. También se puede deber a una distancia boquilla-chapa
demasiado grande o demasiado pequeña o a una mezcla con demasiado O2
(figura 5a)
• Formación de cadena de gotas fundidas. La cadena de gotas fundidas de la figura
5b, formadas sobre el filo de corte son debidas a suciedad, óxidos, etc. existentes
en la superficie de la chapa. En segundo orden de magnitud pueden deberse a
una distancia excesivamente pequeña entre boquilla-chapa.
• Filo de corte colgante. La formación de un filo de corte colgante, con forma
convexa sobre el filo ideal (a escuadra), se debe a una llama demasiado fuerte.
Aún cuando la presión y mezcla de O2 es correcta se puede producir este defecto
si la distancia entre boquilla y chapa es pequeña o la velocidad de corte es
excesivamente lenta (figura 5c).
• Borde separado de la zona de corte con adherencia de escorias. En la figura 5d se
puede observar este error causado generalmente por una distancia de la boquilla
a la chapa demasiado grande. Cuando la distancia es la correcta, se puede
producir por una presión del O2 de corte demasiado alta.
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Fig. 5.- Defectos propios de la arista superior del perfil cortado
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• También puede producirse cuando la velocidad de corte es muy alta (flujo
muyturbulento de la llama)
• Escalón en el borde inferior. Se trata de un defecto similar al anterior. Las causas
son también las mismas aunque predominando el exceso de velocidad (figura
6h)
• Dirección defectuosa del corte y superficie transversal ondulada. La superficie de
corte no sigue una línea recta, sino que presenta un contorno ondulado (figura
6i). Esta irregularidad en la dirección del corte se debe principalmente al exceso
de velocidad o al elevado contenido de los aleantes. Causas secundarias pueden
ser la suciedad o daños en la boquilla, contenido en Carbono elevado o llama con
exceso de gas comburente. Si el control de la velocidad se hace de forma
irregular también se manifiesta de esta forma.
• Excesiva deflexión del marcado inferior. Es un defecto muy usual en este tipo de
procesos y quizás el menos importante. La excesiva velocidad de corte es la
causa principal. Cuando las exigencias de acabado no sean muy severas, es
preferible utilizar una alta velocidad de corte aún cuando las marcas presenten
dicha deflexión (figura 7a).
• Marcado superior con deflexión. El patrón superior se encuentra trasladado hacia
la parte de atrás. Se debe a un ángulo incorrecto de la torcha en la dirección del
corte. (figura 7b).
• Excesiva deflexión del marcado inferior hacia adelante. Normalmente indica que
hay un defecto en la boquilla que produce un flujo de la llama muy turbulento
(figura 7c).
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• Deflexiones locales del patrón de marcado. Las irregularidades de las marcas del
patrón que se manifiestan por deflexiones en uno u otro sentido (hacia adelante
o hacia atrás) como las de la figura 7d, son causadas por líneas de segregación,
inclusiones distribuidas (de zonas con distinta concentración de aleantes),
inclusiones de escoria y otros defectos similares sobre la chapa.
• Profundidad del marcado excesiva. Cuando en sentido transversal al corte, la
profundidad de las marcas es excesiva, e independientemente del patrón de
marcado que quede grabado sobre la superficie, esto indica que la velocidad de
desplazamiento de la antorcha es demasiado alta o irregular. También puede
deberse a una distancia demasiado corta entre boquilla-chapa (figura 7e).
Irregularidades en la profundidad del marcado. Las diferencias en cuanto a las
profundidades de marcado, pasando desde un marcado normal al del caso
anterior y viceversa (figura 7f), ponen de manifiesto que se ha producido
irregularidad o exceso en la velocidad de corte.
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Fig. 8.- Defectos en la superficie de corte: Cortes Incompletos
Los depósitos de escoria en la parte inferior o central de la superficie del corte son un
defecto muy perjudicial para el proceso puesto que sólo pueden ser eliminados con
dificultad.
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Fig. 9.- Defectos por adhesión de escoria
Todos los problemas mencionados hasta el momento tienen que ver con parámetros
tecnológicos en los que no interviene directamente la generación de trayectorias. Con
controles numéricos que permiten programar la velocidad de corte, la presión de los
gases, e incluso la distancia de la boquilla a la chapa (sistema de control de distancia
por sistema capacitivo), se solucionan fácilmente y no supondrán ninguna dificultad a la
hora de la programación automática utilizando un sistema CAD/CAM.
Otros problemas aportados por la experiencia de los usuarios, y relativos a temas técnicos
como el control de los parámetros tecnológicos (espesor, velocidad, etc.) de cada proceso,
el postprocesado de los programas CNC y su correspondiente transmisión al control
numérico de la máquina, etc., influyen también decisivamente en el modo en que se
generarán las trayectorias.
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4.2 Problemática referente a la geometría de partida
Un primer aspecto que debe contemplar una aplicación de CAD/CAM para corte
automático de chapa en 2D es la "identificación del perfil" de la pieza a cortar, con la
finalidad de garantizar una correcta generación de las trayectorias correspondientes. En
este sentido, se hace imprescindible un reconocimiento automático de todas las entidades
que conformen el dibujo seleccionado con el fin de determinar exactamente cuál es el
perfil de la pieza y en su defecto, que errores presenta. Si durante esta identificación se
detecta algún error, el sistema debe ser capaz de corregirlo (en la medida de lo posible)
de acuerdo con el usuario.
La geometría de partida en cualquier sistema de CAD puede haber sido generada por el
propio sistema o importada a través de formatos normalizados (DXF, IGES, etc.). Cuando
esta geometría se realiza sobre el propio sistema de CAD y se orienta a la generación de
trayectorias de corte en 2D, debe tratarse de un perfil plano perfectamente construido. En
muchas ocasiones, esto no es así y a menudo el delineante o programador comete errores
inherentes a su forma de trabajo, no selecciona adecuadamente los puntos iniciales o
finales de un segmento para enlazarlo con el siguiente, duplica entidades (una encima del
otro), se producen cruces de elementos que deben ser consecutivos, etc. Este tipo de
problemas deben ser solucionados si se quieren evitar trayectorias erróneas, cortes
repetidos de un mismo segmento/s, etc.
Si el perfil de la pieza a cortar no está correctamente cerrado, esto es, si el punto final de
una entidad no coincide exactamente con el inicial de la siguiente, la trayectoria
simplemente no puede ser generada por falta de continuidad. Si la distancia de separación
de los elementos es grande, del orden del kerf o compensación de la herramienta
(separación que depende del tipo de torcha, presión del gas que se suministra, etc.), es
posible que la geometría tenga realmente un final en dicho extremo. En el caso de que la
distancia de separación sea igual o un poco mas pequeña que la sangría, la pieza cortada
no se corresponderá con la que realmente se ha dibujado, y cuando esa distancia de
separación es mucho mas pequeña (menor de 1 mm) lo más probable es que se trate de
un error no detectado por el usuario. En todos estos casos, será imposible generar la
trayectoria completa deseada.
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4.3. Geometrías especiales de partida: superficies desarrollables
para calderería
• Cilindros
• Conos
• Codos
• Pantalones
• Tolvas
• Transformadores
Los parámetros de definición de cada uno de los elementos varía, incluso dentro del
mismo grupo de clasificación. Entre estos parámetros de definición se encuentra el
número de divisiones deseadas por el usuario para obtener el desarrollo de las zonas no
planas. En base a este número de divisiones, obtendremos en el desarrollo una mayor o
menor precisión en las líneas del contorno que definirán la pieza. Un elevado número de
divisiones puede provocar un programa CNC excesivamente largo (cada división generará
una línea) y, dependiendo del proceso y del material, esta precisión puede no ser factible
(debido a una sangría demasiado grande, etc).
Asimismo, en el dibujo del desarrollo se deben incluir las posibles líneas de soldadura, con
el fin de posibilitar la división de la pieza en dos o más partes cuando el tamaño del
desarrollo completo exceda al de la chapa base. Las líneas de soldadura se han hecho
coincidir, bien con las generatrices de menor longitud de cada desarrollo, o con líneas
perpendiculares al borde de la pieza. De esta forma, se consigue que los cordones de
soldadura sean lo más reducidos posibles, permitiendo un ahorro en el tiempo, o
facilitando su montaje posterior.
• En las esquinas angulosas (con ángulo exterior >= 90º), donde la herramienta o
soplete pase por velocidad nula
• En las zonas o puntos de Entrada/Salida (E/S) del corte del perfil de la pieza.
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Respecto a las zonas donde se produce la E/S del corte, la forma en que ésta se realice,
determinará el acabado. Así por ejemplo, la entrada perpendicular y salida perpendicular
al perfil, suelen originar un "pico" o muesca indeseable sobre la pieza y, dependiendo del
proceso, esta muesca puede llegar a tener un tamaño inaceptable. Cuando se programa
una E/S con un cierto ángulo, se disminuye la muesca, y se puede llegar a eliminar por
completo si se adopta una E/S tangencial al perfil o se provoca un solapamiento (pequeña
zona por la que se pasa dos veces). Siempre que el perfil disponga de una esquina
formada por tramos rectos se puede iniciar el corte en esa esquina de forma que no exista
ninguna muesca en el resto del perfil. Todos estos aspectos se pueden observar en la
figura 12.
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La generación de las trayectorias de corte debe posibilitar la creación de "puentes" entre
piezas con la finalidad de que los perfiles así cortados no se desprendan prematuramente
de la chapa base e incluso que permanezcan unidos una vez cortada toda la chapa. Una
solución de este tipo suele ser muy recomendable en el corte por láser de pequeños
espesores, evitando que la herramienta pueda colisionar con alguna pieza "ladeada" sobre
la chapa.
En la figura 13 pueden observarse los dos tipos de puentes mas utilizados: puentes
exteriores, generados entre piezas para mantenerlas unidas entre sí; y puentes interiores,
dejando pequeñas zonas del contorno sin cortar. Los puentes interiores disminuyen
además la pérdida de rigidez que producen los sucesivos cortes cuando la chapa es muy
delgada (< 2 mm).
Fig. 14.- Correcta elección del punto de entrada y del sentido de recorrido para evitar
distorsiones en la chapa
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Un último aspecto que debe ser tenido en cuenta, causado por la fragilidad de la chapa
que se acentúa a medida que transcurre el corte, atañe también a chapas de medio
espesor (hasta 5 o 6 mm). Las trayectorias deben tener el sentido de recorrido de la pieza
de tal forma que la parte donde queda el borde inservible de la chapa, zona más débil, se
corte en último lugar. Este efecto (figura 14), puede provocar alabeos y deformaciones en
las piezas finales. Se ha considerado dentro del apartado siguiente puesto que también se
produce en chapas de medio espesor y además se prefiere el agrupamiento de las figuras
en función de la problemática. En este caso la solución vendrá dada por la posibilidad del
cambio del sentido de recorrido.
También debe contemplarse la posibilidad de realizar salidas programadas fuera del perfil
que vayan hasta el borde exterior de la chapa. Esta trayectoria tiene la finalidad de
facilitar (incluso permitir en algunos casos) la extracción de la pieza una vez cortada. En
este caso, el problema se presenta cuando se corta chapa muy gruesa (espesores del
orden de 200 mm o más), puesto que el perfil transversal de corte en este rango de
espesores resulta ser cónico y en consecuencia impide la posterior extracción de la pieza.
En la figura 15 pueden observarse como deberían programarse 3 salidas diferentes para
facilitar la extracción de la pieza.
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Otro aspecto que se presenta durante el corte de chapas de grandes espesores, en este
caso por encima de los 60 mm, es la necesidad de elevada presión del gas en el soplete.
Esta alta presión, necesaria para el corte, produce una elevada cantidad de chispas con
desprendimientos fundidos del material en la zona donde el chorro incide sobre la chapa
que queda por cortar. Si este chorro de chispas se dirige contra el operario, impedirá su
visibilidad y no podrá realizar una inspección "in situ", lo que a veces resulta muy
necesario (por ejemplo, cuando se realiza un control manual de la velocidad de avance en
las entradas o en perfiles complicados).
del corte, de forma que la superficie de corte más perpendicular quede del lado donde
está la pieza, (figura 13), evitará innecesarias distorsiones debidas al calentamiento, a
falta de rigidez (en chapa de medio espesor, de 3 a 5 mm), etc., que producirán unas
dimensiones inadecuadas. Por tanto, el programa de generación de trayectorias de corte
deberá permitir el cambio del sentido de recorrido del perfil de la pieza cuando sea
necesario (figura 14 y 16).
Fig. 16.- Cambio del sentido de recorrido para permitir inspección del trabajo
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También en grandes espesores, es necesario efectuar no sólo un precalentamiento de la
chapa base sino también unas perforaciones previas con el soplete en los puntos previstos
de entrada de corte (trayectorias intermedias entre desplazamientos en vacío y en corte),
permitiendo la posterior entrada al perfil del chorro de corte en condiciones óptimas. La
generación de las trayectorias de corte deberá contemplar por tanto, la posibilidad no sólo
de programar esas perforaciones previas (zonas de entrada), sino la de evitar las zonas
próximas a dichas perforaciones, que son zonas muy difíciles de cortar por haberse
endurecido por temple (figura 17 y 18).
Fig. 17.- Programación de trayectorias con inicio del corte sobre taladros previos
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La necesidad de aprovechamiento de material se hace mas patente en espesores medios y
grandes. Podemos encontrar un buen ejemplo de ello en la posibilidad de generar piezas
adosadas o con un lado común. Por ello, bien sobre un mismo programa de CNC o bien
sobre todas las piezas que forman parte de una chapa base, se generan algunas
trayectorias con una compensación de herramienta determinada (por ejemplo, izquierda)
y otras trayectorias con otra compensación (por ejemplo, derecha o con compensación
nula).
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Fig. 20.- Preparación de chaflanes o juntas para soldadura
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4.5. Problemática en la programación. Controles numéricos y
postprocesadores
Aparte de los problemas ya mencionados, existe otra problemática asociada a la chapa
que es prácticamente independiente del espesor. Estos problemas son debidos al propio
proceso y afectan a la forma de programación, al posicionamiento de la chapa, a las
particularidades del CNC y del postprocesador, etc.
A este respecto cabe citar que los bordes de la chapa no suelen formar parte de las
piezas, debido a su oxidación y al mal acabado que presentan. En algunos casos como en
el oxicorte, esta exigencia se acentúa aun más debido al reflujo de gases, sobre la parte
inferior de la chapa, al entrar a cortar el material. En chapa de poco espesor, se puede
entrar a cortar el material desde el exterior, pero la zona adyacente, de unos 5 o 10 mm
de "margen", no puede pertenecer a la pieza (distancias Xmin e Ymin en la figura 22). Se
prefiere incluso entrar a cortar desde el interior de la chapa, dando por perdida esa
pequeña zona de margen.
En este mismo sentido, las funciones iniciales del programa que se encarguen de estas
tareas, deben posibilitar una total movilidad de la chapa, por medio del punto de
imbricación (vértice inferior-izquierdo de la chapa), al cual se referirá el origen de
coordenadas (0,0 del programa CAD/CAM) y el origen de programa (0,0 del CNC).
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WALMAR
INGENIERÍA
Guía Practica
Características que definen la peligrosidad del oxígeno en el riesgo
de incendio y explosión
• El oxígeno es un gas incoloro, inodoro e insípido, por lo que la presencia de una atmósfera
sobreoxigenada no es detectable por los sentidos, además de no producir efectos fisiológicos que
puedan delatar su presencia, a la presión atmosférica.
• El oxígeno es más pesado que. el aire, lo que le hace susceptible de acumularse en sótanos, fosos,
salas bajo nivel, etc., en el caso de producirse vertidos o escapes.
• El oxígeno, como gas comburente, mantiene y aviva la combustión de muchos materiales cuando
su concentración en el aire es del 21 %. Ahora bien, a medida que dicha concentración va
aumentando, los materiales arden más intensamente, de forma que por encima del 25%, la
situación se vuelve peligrosa, pudiendo alcanzar la reacción de combustión carácter explosivo.
• A medida que aumenta la concentración de oxígeno, se necesita menor temperatura para iniciar la
combustión, y la temperatura alcanzada por la llama es mayor, aumentando así el poder
destructivo.
• Cuando el oxígeno se encuentra a presión, el riesgo se acrecienta, ya que la misma juega un papel
importante al reducir la temperatura necesaria para la autoinflamación o autoignición y aumentar
la velocidad de la reacción de combustión.
• El aceite, las grasas y en general los materiales orgánicos, son materias a considerar con
especial atención en atmósferas sobreoxigenadas, debido a su tendencia a arder con carácter
explosivo, aún con un ligero golpe. Mantener siempre las valvulas y llaves limpias de aceite y
grasas.
• La vaporización de un litro de oxígeno-líquido, produce 854 litros de oxígeno-gas, a una
temperatura de 15º C y 1 bar de presión.
• El oxígeno puede impregnar las ropas de los trabajadores sin que exista señal física de ello.
• Entre los cuerpos extraños que aumentan la sensibilidad de explosión con oxígeno líquido hay que
tener en cuenta los fragmentos de sílice.
• Como riesgo asociado, el oxígeno en estado líquido, que se mantiene a -183º C puede, en el caso
de escape, producir quemaduras criogénicas y fragilizar materiales como el acero y el hormigón.
Se indica a continuación una serie de situaciones en las que puede aparecer dicho riesgo:
• Fugas en conducciones de oxígeno. Situación que puede ser extremadamente peligrosa, si ocurre
en lugares mal ventilados, cerrados o semicerrados, fosos, zanjas, etc.
Por otra parte, si el suelo donde se ha producido el vertido, está constituido por material orgánico,
como madera, asfalto, etc., la impregnación de los mismos con oxígeno, puede ocasionar una
explosión por un simple golpe.
Particular importancia se debe de dar a aquellos materiales que son capaces de absorber oxígeno,
como gel de sílice, tamices moleculares, etc., y que se encuentren a baja temperatura. Una vez
alcanzada la temperatura ambiente, se pueden desprender importantes cantidades de oxígeno.
El aire líquido que se forma en esas circunstancias puede llegar a contener hasta un 50% de
oxígeno, y si cae en forma de gotas, puede en parte evaporarse, llegando a contener el líquido que
resta, hasta un 80% de oxígeno, con el consiguiente riesgo.
• Venteos de oxígeno en instalaciones industriales, que necesitan puestas al aire, pudiendo dar lugar
a zonas peligrosas.
• Usos inadecuados del oxígeno, entre los que hay que destacar las puestas a presión y purgas con el
mismo, renovación y refrigeración del aire de un espacio cerrado. Además de emplearlo para
prácticas tales, como eliminar el polvo de bancos de trabajo, máquinas y vestidos, refrigeración
directa de personas, etc.
• Uso inadecuado de reguladores y llaves. Es una práctica frecuente, no poner los mismos en la
posición de cerrado, cuando se interrumpe un trabajo, como por ejemplo, el de soldadura
oxiacetilénica. Ello comporta, que cuando el soplete se vuelva a utilizar, el oxígeno salga a una
gran velocidad. Independientemente de ello, los sopletes pueden dar lugar a escapes.
• Mal mantenimiento en el que caben infinidad de situaciones, como son una intervención
incorrecta en un sistema de oxígeno a presión, venteos en espacios cerrados o semicerrados, mala
limpieza de equipos y, en particular, los equipos portátiles que utilizan oxígeno, como son los
sopletes, en los que la suciedad tiene fácil acceso, mal estado de los conductos, etc.
• Rotura de sistemas de oxígeno a presión, ya que la liberación puede acabar formando un chorro de
oxígeno relativamente largo y se puede formar una llama en forma de antorcha.
• Manipulación de oxígeno en locales con suelos tales como asfalto, madera o bitúmenes.
Aunque cualquier foco tradicional, como llama desnuda, soldadura, chispas de máquinas eléctricas,
partículas incandescentes, etc., puede ser el foco desencadenante, hay que destacar otros focos, que al no
ser tan tangibles, no son tenidos muchas veces en cuenta:
• Compresión adiabática. Esta compresión, que tiene lugar sin intercambio de calor con el exterior,
puede dar lugar a incendios y explosiones en conducciones de oxígeno, al elevar la temperatura.
Se puede presentar en escapes de gas a través de orificios y en la apertura rápida de grifos y la
subsiguiente compresión, como p. ej. en un regulador cerrado, válvula cerrada o soplete obturado.
• Uso de llamas desnudas, o equipos que puedan producir chispas en la proximidad de recipientes
que contengan oxígeno líquido.
Se indican a continuación una serie de medidas a tener en cuenta, con objeto de evitar la aparición de
atmósferas sobreoxigenadas y el incendio de las mismas:
• Si se tratase de puntos específicos, como por ejemplo bocas de cilindros, se empleará para detectar
posibles fugas, una solución jabonosa que al formar burbujas, delataría su existencia.
Cuando esas conducciones deban ser puestas fuera de uso y abandonarse, se separarán totalmente
de la red y se obturarán.
En caso de cañerias enterradas, se tendrá en cuenta en su tendido, la distancia entre la superficie
superior del tubo y la superficie del suelo, la cual será la adecuada para proteger las cañerias de los
esfuerzos mecánicos exteriores, debidos a la carga del terreno y la circulación de rodados.
• Particular atención se prestará a puntos bajos, como fosos, sótanos, etc., en los que se suprimirá
toda comunicación entre ellos y las zonas de utilización, almacenamiento y descarga de gas.
• No se emplearán aceites o grasas hidrocarbonadas para lubricar equipos que trabajen con
oxígeno.
De forma genérica, es bastante difícil evitar el incendio de una ropa de trabajo si se ha impregnado
de oxígeno, siendo en todo caso aconsejable el empleo de prendas de algodón, ya que en el caso
de incendiarse, se apagan rápidamente, cuando se devuelven a atmósferas con tasa de oxígeno
normal.
• Los suelos de los locales donde se maneje oxígeno deberán en todo momento estar limpios de
aceites y grasas.
Todos los trabajos de mantenimiento y de reparación deberán ser ejecutados por personas experimentadas
y con formación especifica.
Las personas que trabajen en zonas en las que es posible una sobreoxigenacion de la atmósfera recibirán
las instrucciones apropiadas, debiendo resaltar la naturaleza insidiosa de dichos riesgos en relación a la
rapidez de sus efectos.
Así mismo, deberán saber que si ha estado expuesto a una atmósfera sobreoxigenada, no deberá fumar,
aproximarse a puntos calientes, emisores de chispas, etc., sin antes haber ventilado adecuadamente su
indumentaria, en una atmósfera de contenido normal de oxígeno, al menos durante 15 minutos. La
operación deberá efectuarse con la ropa desabrochada y moviendo brazos y piernas.
Actuación en el caso de incendio por oxígeno
• La manera más efectiva de enfrentarse a un incendio en que esté presente el oxígeno, es eliminar
la alimentación del mismo. Como medios auxiliares para su extinción, se empleará un elemento
extintor acorde al tipo de fuego.
• Si una persona arde en presencia de una atmósfera sobreoxigenada, no podrá ser auxiliada
penetrando en dicha zona, debido al riesgo de que la persona que penetre, empiece a su vez a arder
espontáneamente. Se recomienda en ese caso rociarlo con el agua proveniente de una manguera o
de cubos, situándose a una distancia de seguridad.
• Envolver el cuerpo de una persona que arde con mantas o elementos similares no da buen
resultado.
La finalidad de la modificación a voluntad de la distancia del origen de coordenadas al
vértice de la chapa, estriba no sólo en conocer exactamente donde debe posicionarse el
soplete al reiniciar de nuevo el corte tras una parada forzosa (virutas o elementos
extraños en las guías, etc.) que en caso contrario ocasionaría el estropicio de la chapa,
sino también porque usualmente este punto origen de coordenadas sirve para la toma de
referencia en el caso del empleo de sopletes solidarios, midiéndose sobre él las distancias
a las cuales se posicionarán las demás boquillas (figura 22). El programa desarrollado
calcula automáticamente el punto que servirá como origen de coordenadas (situando en la
intersección de las tangentes horizontal y vertical a las piezas más exteriores) y posiciona
el punto de imbricación de la chapa a la distancia de seguridad (Xmin, Ymin). De esta
forma, ningún perfil se aproxima más de lo permitido al borde de la chapa.
Fig. 23.- Distancias de seguridad al borde de la chapa y trayectoria de salida para obtener un
recorte
También resulta interesante contar con la posibilidad de realizar trayectorias de corte que
no exijan ninguna geometría previa dibujada. Esta opción tiene múltiples aplicaciones, la
más usual consiste en poder incluir, en el mismo programa CNC, una última trayectoria de
corte destinada a generar un determinado recorte sobrante de la chapa base (figura 23)
con una forma generalmente rectangular, que facilite su posterior almacenamiento y
reaprovechamiento.
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