DIALOGO SOBRE EL PODER
Y EL ACCESO AL PODEROSOParticipan en este dialogo:
E (un joven estudiante, que pregunta)
CS (Carl Schmitt, que responde)
El intermezzo puede ser lefdo por un tercero.
cs:
cs:
cs:
Antes de hablar sobre el poder, debo hacerle
‘una pregunta.
Adelante,
iene usted poder o carece usted de él?
Es una pregunta muy procedente. Quien ha-
ble sobre el poder debe empezar por aclarar
cual es su situaci6n respecto del poder.
Le reitero entonces mi pregunta, ¢Tiene us-
ted poder 0 carece de él?
No poseo poder alguno. Me cuento entre
quienes carecen de poder.
Esto despierta sospechas.
: gPor qué?
Porque es de suponer entonces que est us-
ted predispuesto en contra del poder. El eno-
1Bjo, la amargura, el resentimiento son fuentes
de error muy daflinas.
CS: ¢Y si me contara entre los poderosos?
E: Entonces es de suponer que estaria predis-
puesto a favor del poder: Naturalmente, e in-
terés en el propio poder y en afirmarlo tam-
bign es una fuente de error.
CS: @Quign tiene derecho entonces a hablar so-
bre el poder?
E: Eso tendria que decfrmelo usted.
CS: Pues yo dirfa que tal vez haya una tercera po-
sicién: la del tratamiento y la descripeién
desinteresados.
B: Bise seria entonces el rol del tercer hombre
6 de la inteligencia sin lazos ni rafces?
CS: jInteligencia, inteligencia! Mejor no empece-
mos ya con este tipo de categorizaciones.
‘Tratemos de empezar por ver en su dimen-
sin correcta un fenémeno bistérico que t
dos experimentamos y-soportamos. Ya se
Ver’ el resultado.
14
cs:
E:
cs:
Hablamos entonces del poder que ejercen los
hombres sobre otros hombres. {De dénde pro:
viene el inmenso poder que Stalin o Roosevelt
cualquier otro que se le ocurra han ejercido.
sobre millones de otros hombres?
En otros tiempos se habria respondido que
el poder procede de la naturaleza o que viene
de Dios.
Me temo que en la actualidad el poder ya no
nos parece algo de origen natural
Comparto su temor. Hoy nos sentimos muy _
superiores respecto de la naturaleza. Ya no le
tememos. En la medida en que nos resulta
Inconveniente, ya sea bajo la forma de una
enfermedad 0 de una catistrofe natural, es-
peramos dominarla sin demoras. Mediante—
la técnica, el hombre ser viviente débil por
naturaleza- se ha elevado con enorme pode-
rio por sobre su medio ambiente. Se ha cor
15cs:
cs:
16
vertido en sefior de la naturaleza y de todos
los seres
que Ta naturaleza le imponia claramente en
otros tiempos, el frio y el calor, el hambre y
las carencias, los animales salvajes y toda
clase de peligros, estos Iimites naturales es-
‘én retrocediendo visiblemente.
Es verdad. Ya no hay razén para temerles a
los animales salvajes.
Las hazafias de Hércules nos resultan en la
actualidad bastante modestas; si hoy en dia
un Jeén 0 un lobo van a dar a una gran ciu-
dad, se convierten, como maximo, en un pro-
blema para el trénsito, y ya no asustan a los
nifios. E] hombre se siente hoy en una posi-
cidn tal de superioridad respecto de la natu-
raleza que puede darse el lujo de establecer
parques naturales donde se la protege.
aY qué pasa con Dios?
En lo que a Dios respecta, el hombre mo-
derno -me refiero al tipico habitante de las
grandes ciudades~ también tiene la sensa-
ci6n de que Dios esté retrocediendo o de que
se ha apartado de nosotros. Si en la actuali-
E
cs:
dad se pronuncia el nombre de Dios, quienes
hoy en dia cuentan con una educacién pro-
medio traen a colacién autométicamente la
sentencia de Nietzsche: “Dios ha muerto".
Otros, mejor informados, citan una senten-
cia del socialista francés Proudhon, que se
adelanta cuarenta aftos a la sentencia de
Nietzsche y afirma: “Quien dice Dios quiere
enganar" aaa
Si el poder no procede ni de la naturaleza ni
de Dios, ¢de dénde proviene entonces?,
Nos queda entonces una sola respuesta: el
poder que un hombre ejerce sobre otros
hombres proviene de los propios hombres.
Eso ya parece mejor. Hombres somos todos.
Stalin también era un hombre, también lo era
Roosevelt 0 cualquier otro que se le ocurra.
Suena tranquilizador: Si el poder que un hom-
bre ejerce sobre otros hombres procede de la
naturaleza, o bien es el poder del progenitor
sobre su cria o es la superioridad de dientes,
‘cuernos, patas, garras, glindulas de veneno y
otras armas naturales. Aqui podemos pres-
cindir del poder del progenitor sobre su crf
7cs:
cs:
18
Nos queda entonces el poder del lobo sobre la
oveja. Un hombre que tiene poder seria un
Toborespcto de os hombres erentes de po
der. Quien carece de poder se siente como la
oveja hasta que a su ver llega a la situacién de
tener poder y entonces asume el papel del
lobo. Bs lo que dice el proverbio latino: "Homo_
homini lupus’. En espatol: “EL hombre es un un
ne eee
iAbominable! <¥ si el poder proviene de_
Dios?
Entonces, quien lo ejerce es portador de.una
cualidad divina: con su poder lleva a cabo
algo divino; deberfamos honrarlo, si bien no
a él especificamente, al poder de Dios que en
él se manifiesta. Es lo que dice el proverbio
latino: “Homo homini Deus”. En espafiol:
hombre es un dios para el hombre”.
jEso ya es ir demasiado lejos!
Pero si el poder no proviene de la naturaleza
ni de Dios, todo lo concerniente al poder y a su
ejercicio sdlo se desarrolla entre los hombres.
Se trata nada més que de hombres. Los po-
derosos respecto de los que carecen de poder,
los potentes respecto de los impotentes: no son
mis que hombres respecto de hombres.
Es decir
'E] hombre es un hombre para el
hombi =
CS: Es lo que dice el proverbio latino: “Homo ho-
mini homo".
19Loy Opebeed er, No BRE TRYLI,
essienfte oper oe Pieced.
me Oytntse ha exrthe Pro teoearT ibehicuey
ex Uyvinch explicg ek Jady et tage
E: Esté claro. El hombre es un hombre para el
hombre. Es sélo porque hay hombres que
obedecen a otro hombre que a éste le es con-
cedido el poder: Si dejan de obedecerle, el
poder desaparece por s{ solo, \
CS: Correct, Pero gpor qué obedecen? La obe-
diencia no es arbitraria, sino motivada de al
guna manera. .
mm.
F: Dice usted, entonces, que hoy en dia un po-
deroso puede hacer lo que quiere?
CS: Por el contrario, Sélo digo que el poder es
una magnitud independiente, aun respecto
del consenso que hava logrado, y quisiera
\sefialarle ahora que también Jo és respecto
3
SYS); | del poderoso mismo, El f
3 | nitud objetiva, con reglas propias,respecto
de cualquier individuo en cuyas manos se
encuentre,
{Qué debemos entender aqut por magnitud
_objetiva, con reglas propias?
CS: Algo muy concreto, Tenga presente que hasta
el mas temible de los poderosos sigue es-
tando sujeto a los limites de la naturaleza fi-
ssica humana, a lo deficiente del intelecto del
hombre y a la debilidad de su psique. Hasta
el mas poderoso de los hombres debe ali-
mentarse y beber como todos nosotros, Tam-
bien se enferma y envejece,
25E: Pero la ciencia moderna nos provee de recur
sos sorprendentes para superar las barreras
de Ja naturaleza humana.
CS: Aun ast. El poderoso puede convocar a los
médicos mas famosos, a ganadores de pre-
ios Nobel. Puede hacerse inyectar més me-
dicamentos que cualquier otro. Sin embargo,
tras algunas horas de trabajo 0 de vicio se
cansa y se queda dormido. Entonces ¢l temni-
ble Caracalla, el poderoso Gengis Khan duer-
‘men como un nifio pequefio y hasta llegan a
roncar
E: Todo poderoso deberia tener siempre pre~
sente esta imagen.
CS: Asi es, y filosofos y moralistas, pedagogos ¥
retoricos siempre se han complacido en ima-
ginarlo asf. Pero no nos detendremos en esto.
‘Solo quisiera mencionar que quien sigue
siendo el mas moderno de todos los filésofos
‘ue han tratado el tema del poder exclusiva-
‘mente humano -el inglés Thomas Hobbes
toma esta debilidad comiin a todo individuo
como punto de partida para su construccién.
del Estado. Hobbes realiza su construccion de
Ja siguiente manera: la debilidad genera lasi-
26
Pyetnalomin Woke ntvd ube TOPO TOREN Kesreet >
Det pbtense
suacién de peligro; dicha situacién de peligro,
genera temor; el temor, el deseo de seguri-
dad, y ésje a su vez la necesidad de un apa-
Tato de proteccién con un grado mayor ome-
nor de complejidad organizativa. Pero -segtin
Hobbes- a pesar de todas las medidas de
proteccién, cualquiera puede matar a otro en
el momento preciso. Un hombre débil puede
legar a encontrarse en la situacién de matar
al mas fuerte y poderoso de los hombres. En
este aspecto, todos los hombres son, enyer
“dad, iguales, en tanto todos estén amenaza-
dos y en peligro.
E: Triste consuelo.
CS: De hecho, no era mi intencién consolar ni
atemorizar, sino dar una imagen objetiva del
poder humano. Pero, por otra parte, la situa-
cién de peligro fisico es lo menos compli-
cado, y ni siquiera es algo cotidiano. Hay
otro efecto de los estrechos limites de todo
individuo que es mas adecuado para mostrar
Jo que aqui nos ocupa: la objetiva autonomia|
‘alrapado todo poderoso.
21]E; Ladialéctica aqui no.me sirve para.nada.
CS: Ya veremos. El individuo en cuyas manos se
‘encuentran por un instante las grandes deci-
siones politicas sélo puede lograr su volun-
tad en determinadas circunstancias y con de-
{U9 | terminados medios. Hasta el principe mas_
absoluto debe basarse en noticias ¢ informa=_
‘ign que le brindan terceros_y-depende de
sus.asesores. Hay una cantidad inconmensu-
rable de hechos y comunicaciones, propues-
tas y suposiciones que pugnan por llegar
hhasta , dia tras dia y hora tras hora. El hom:
bre mis astuto v poderoso puede, en el mejor
de los casos, extraer unas pocas gotas de este
‘mar infinito y fluctuante de verdad y men-
sia, realidades y posibilidades.
FE: Allfse venen verdad el esplendor y la miseria
de los principes absolutistas,
Ws
Due : Se ve sobre todo la dialéctica interna, del po-
DF er humano, Ouien le presenta un proyecto
HK | al poderoso, quien lo informa, ya participa
—_— del poder, sea un ministro cofirmante del
proyecto o alguien que sabe llegar de manera
indirecta al ofdo del poderoso. Es suficiente
{que le transmita impresiones y motivos al in-
28
Teds SOMA Prete arts: i Mga
Adasetrs-
dividuo en cuyas manos se encuentran mo-
mentaneamente las decisiones. Todo poder
directo esta as{ sujeto a influencias indirec-
tas Pesta de-
pendencia fueron presa de la ira y la furia.
‘Trataron entonces de prescindir de su conse-
jero oficial y de informarse por otros medios.
E: Considerando la corrupcién reinante en las
cortes, no les falté razén.
CS: Sin duda, Pero esto los levé lamentable-
mente a quedar atrapados en una nueva de-
pendencia, que a menudo resulté grotesca.
El califa Hanin alRaschid decidié como wil
{imo recurso recorrer las tabernas de Bagdad
por las noches vestido con ropas de hombre
comin, para Negar a conocer la auténtica
verdad. No sé qué fue lo que descubrié y be-
id en esta fuente tan dudosa. En su vejez,
Federico el Grande se volvi6 tan desconfiado
que sélo hablaba abiertamente con su ayuda
de cémara, El ayuda de cémara se convirtio
as{ en un hombre influyente, si bien siguié
siendo tan fiel y virtuoso como siempre.
E: Otros poderosos terminan confiando en sus
choferes 0 sus amantes.
29Seliger foderdileote Sepa wh Avteres CovFe Mas Comey Thddo es €t Taded Ms da
Ve wh livers 7 Pale pubite tes CURD Et feo gies, a oss e
Ageia Regeaies Bhi Je Gea Theme
CS; En otras palabras, delanie de cada espacio OS —SmMIstros y eMbajadores con sus uniformes
yin, | depoder directo se forma una antesala de in- imponentes, pero también confesores y mé-
yer fluencias y poderes indirectos, yn acceso al_ dicos de cabecera, edecanes y secretarias,
jo, un pasaje a la psique del poderoso. No ayudas de cémara y amantes. Aqui se en-
nte-
hay poder humano que carezca dees cyentra el viejo Fredersdonff, ayuda de cde
{sala este pasie mara de Federico el Grande, junto a la noble
cemperattiz Augusta, Rasputin junto al carde-
nal Richelieu, una eminencia gris junto a
uuna Mesalina. A veces hay en esta antesala
hombres prudentes y sabios; a veces, admi-
nistradores maravillosos o virtuosos mayor
cvitar algunos abu:
razonables y dis:
E: Es posible
sos mediante institucion
e haceise: debe hacerse. No domos de palacio; a veces, torpes arribistas y
institucién, por sabia que sea, ni organi- estafadores. A veces la antesala es de hecho
i6n, por sofisticada que sea, que pueda Ja sala oficial de recepeion, donde se retinen
por s{ sola destruir totalmente esa antesala; ‘a disculir honorables sefiores antes de ser re-
no hay ataque de ira contra la camarilla 0 la Cibidos, Pero muchas veces no es més que un
antecémara que pueda eliminarla por com- despacho privado.
pleto. Es imposible eludirla
E: O incluso la habitacién de un enfermo, donde
E: Mas bien me parece una escalera de servicio. unos amigos se han reunido en torno al le-
cho de un paralitico y desde all gobiernan el,
CS: Antecdmara, escalera de servicio, desvan 0 aaa r
“ s6tano: Ig cosa en sf misma es clara y es igual Covtast0or fy
para la dialéctica del poder humano, De to- CS: Quanto mis concentrado esté el poder; como im
dos modos,en el curso de la historia univer
_sal, en esta antesala del poder ha convergido
‘una sociedad mulliforme y heterogénea. bres, mas se agudiza el problema del pasaje y
Agu{ se retinen los indirectos, Encontramos la cuestign del acceso a Ia cima. Mas vio-)
en una ci
‘a, en un determinado puesto, en
30 31)lent, acérrima y sorda se vuelve también Ia
lucha entre quienes ocupan Ja antesala y con-
\ qolan el pasaje. Esta lucha en el ambiente
turbio de las influencias indirectas es tan ine-
jp, table como esencal para todo poder hu-
DE mano, Es en esta lucha que se materializa la
age dialéctica interna del poder humano.
E: ¢No son acaso meros desprendimientos de-
formes de un xégimen personal?
CS: No. El fenémeno de In construceton del pa-
saje del que aqui hablamos se presenta a dia
To en partculas minimas, infinitesimales, en
»ay.lo grande y en lo pequeso, en todo lugar
donde los hombres ejerzan su poder sobre
jgjottos hombres, En la misma medida en que
‘se forma un espacio de poder, se organiza
FFAEZ tambien de inmediato una antesala para di
a ‘cho poder, Cada aumento del poder directo
FEE | condensa yexpese a aumdulers de oss
fiuencias indirectas
E: Esto puede llegar a ser bueno si el poderoso
ro cumple con lo que debe. Atin no veo ela-
ramente qué es mejor aqui, si el poder di-
recto 0 lo indirecto.
32
t Pade bolo Sa Miiha pas WaT paste ConcevTRA
CS: Para mi, lo indirecto no ¢s mis que un esia-|D%
dio en el inevitable desarrollo dialéctico del
poder humano. El
‘mas cuanto mas se concentra el
rectamente, mientras que ya ho alcanza a to-
dos los demas hombres sobre quienes ejerce
su poder, como tampoco ellos lo alcanzan. psp
En casos extremos esto es tan visible que se’
toma groteseo, Pero no es mas, = Ja cohe- | ,\))
roso a través del inevitable aparato de poder
La misma logica interna se materializa en la
permanente rotacién de poder directo ¢ in.
fluencia indirecta en innumerables plantea-
mientos de la vida cotidiana. No hay poder) \
humano que pueda sustraerse a esta dialéc-| /—
tica de autoafirmacién y autoalienacién.INTERMEZZO: BISMARCK
Y EL MARQUES DE POSA
1a lucha por el pasaje, por el acceso a la cima del
poder, es una lucha particularmente intensa me-
diante la cual se realiza la dialéctica interna del
poder y la carencia de poder humanos. Antes que
nada, debemos tener presente este hecho en st
realidad, sin retérica ni sentimentalismos, pero
también sin cinismo o nihilismo. Quisiera, por lo
tanto, ilustrar el problema con dos ejemplos.
EL giemplo es un documento relacio-
nado con Ia historia constitucional; Ja dimisign —
de Bismarck de marzo de 1890. Esté publicada
en el tercer tomo de sus Pensamientos y recuerdos
yes objeto de un anélisis detallado. En todos sus
aspectos, en su fundamentacién, en su linea de
Pensamiento y su cadencia, en lo que dice asi
como en lo que calla, es el resultado de la reflexién
de un estadista magistral, Fue el tltimo acto ofi-
cial de Bismarck, que lo disené, le dio forma y
estilo, ponderandolo a fondo. El Reichskanzler
[canciller imperial], viejo y experimentado, el
creador del Imperio, se enfrenta al heredero sin
35experiencia, el joven rey y emperador Guiller-
mo II Entre ambos hay numerosas discrepancias
Abestto new]e Bh Tasrte,
turgo demuestra aqui su capacidad para captar
la esencia del poder. Fl argumento del drama gira
tivas asi como diferencias de opiniGn tanto
‘en cuestiones de politica interna como de politica
exterior. Pero el micleo de la dimisign, el deto-
“ante, e9 algo puramente formal: la disputa sobre
en que el canciller puede obtener in=
formacién y el modo en que el rey y emperador
debe informarse. Bismarck reivindica aqut su de~
echo a disponer de entera libertad para hablar
| con quien quiera y recibir a los huéspedes que
{uiera. Al ey y emperador, en cambio, le niega ¢l
derecho a escuchar el informe de un ministro &
menos que Bismarck el jefe de gobieno- se en
uentre presente. El problema de informar direc:
tamente al rey se convirti ast en el tema central
| de la dimisién de Bismarck. Con ella comienza la
tragedia del Segundo Reich. El problema de in-
2 ormar al rey es, en verdad, el problema central
| de toda monarquia, porque es el problema del ac-
‘ceso ala cima del poder. El barén vom Stein fue
“otro de los funcionarios que se desgastaron en la
» PH Lucha contra los consejos seeretos de gabinete. Ni
siquiera Bismarck estuvo exento del fracaso ante
tl problema, eterno y de antigua data, del acceso
ala cima
‘Tomamos el segundo ejemplo del poema dra-
ni on Carlos de Schiller. Un gran drama-
36
-entorne a una pregunta; "{Ouign tiene acceso di-
recto al rey, Felipe Il, monarca absoluto?”. Quien
tenga acceso directo al rey participara de su po-
der. En un principio son sélo su confesor y el ge-
neral, el duque de Alba, quienes poseen poder y
no permiten el acceso al rey. Aparece Iuego un
tercero, el marqués de Posa, y ambos reconocen
de inmediato el peligro. El drama aleanza el pun-
to culminante de tensién dramatica al concluir el
tercer acto, cuando, en Ta tltima oracién, el rey
orden: elante, el caballero ~el marqués
de Posa~ podré ingresar sin ser anunciadol”. Es
enorme el efecto dramaitico de este anuncio, no
sélo sobre los espectadores sino también sobre
todos los personajes que intervienen en el drama.
sto es demasiado -dice Don Carlos, al entera
_se-, demasiado, en verdad demasiado.” El conl
mmingo le dice tembloroso al duquie de Alba:
‘Nuestro tiempo ha pasado”. Tras ese punto cul-
ninante comienza el giro sibito hacia la trage-
dia, la peripecia del gran drama. El desdichada
marqués de Posa ha logrado el acceso directo.al —
poder pero paga por ello con su vida cuando reci.
be el tiro mortal. No sabemos qué habria hecho,
acon el confesor y el general si hubiera podido
afianzar su posicidn ante el rey.
371 Pollina da ts puteainrler flr .
Vv.
CS: Por impresionantes que puedan ser estos
| ejemplos, no deje de tener en cuenta, sehor
| E, el contexto en el que estamos conside-
ando todo esto: como un momento en la‘) |
dialéctica interna del poder humano. Restan ||
| todavia algunas preguntas mas que podemos
iscuuieaqutdela misma manera; por elem]
plo, eLarablema abismal de la sucesi6n en el
poder, ya.sea dinéstica, democrética 0 caris-|
malica Pero ya deberia estar suficeniemente|
claro lo que implica esta dialéctica.
: E: Yo sigo viendo solo el esplendor y la miseria
Jhumanas; usted habla siempre de dialéctica in-
~tema, Yo quisiera hacerle ahora una pregunta
: muy simple: si el poder que ejercen los hom-
bres no procede dle Dios ni de la naturaleza,
sino que es una cuestiOn de la relacién entre
Jos hombres, ges bueno 0 malo, o qué es?
CS; Esta pregunta es mas peligrosa de lo que us-
ted puede suponer. La mayoria de los hom
39bres responderia, como si fuera evidente: "EL.
‘poder es bueno si lo ejerz0 yo; ¢s malo cuando
lo posee mi enemigo".
E: Mejor expresémoslo asf: el poder en simismo,
mismo es neutro;
es lo que el hombre hace de é1: en manos de
un hombre bueno, es bueno; es malo en ma-
nos de un hombre malo,
no es bueno ni malo; en sf
CS:
Análisis de La Gobernanza Urbana Desde La Perspectiva de La Relación Entre Política Urbana y Economía. Una Aproximación A América Latina - Ana Victoria Vásquez Cárdenas