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Carmelo M. Bonet sor csaepandn om ito de habla espaol. Aritieo de terstra en. In Facultad de Filonofa y Taran die Buenos. Aire yet In de Hiunanidades do cumple trayector on el beneplicio de numero- Ss promoctones de. estudian- fe. At aie twp, cela faba en “La Nacion’, en ol ‘ar gentina de Letras" y en las Fevistas univorstariag argent bas. Su actividad intelectual fe contra shorn en el Colegio Titre de Estudios Supericres de Buenos Aires, # ‘ Entre au production cerita sguta: Entayosllerarion 1921 Gpantacioncs sobre el ore de stern, 10203 Bice tere fia, 1980; Pelabrar i COMPENDIOS NOVA Gente de novela, 195 frgentina, 1040; -Apentacio. Pee eT sea tobre el arte de jusgar, Omar) 1016; Escuelas literarias, 1956; [a téenica. literaria y sus. problemas, 1957; y BI realiamo lerario, 195 altimos publicadas en esta co- Tein, COMPENDIOS sen DE INICIACION CULTURAL OBRAS PUBLICADAS EN ESTA COLECCIGN so x omen ‘ee an Tearno 7 a ‘share ARTITICN OOUCEON AL. RAZONAMIERTO ECONOMICO POUCACION SUPERIOR IB Las BETADOS IMUSICR AUERICRYA CONTEMPORANEA, EX catan Acro Ox A ERENANEA (OF Y CULTURAS BE AMLANICA [DUeAcIes POPULAR EN Asgentca Sam LAS DHS ima eno) CARMELO M. BONET EN TORNO ALA ESTETICA LITERARIA ‘= EDITORIAL NOVA BUENOS AIRES Qaeda heal el dapiit ye mares Ie fy 11.738 © Copyright by Eeeronan Nows IMPRESO EN ARGENTINA PRINTED IN ARGENTINA ACLARACION Bn sciombre de 1941 aparceié lo sepa ediciim de ela libre. Sake. pracedita' de Ta siguiente ateertonia: “Bota obra Sus elada en 1080 por la Fecullad de Huma ‘nidates de Ta Plata y cbtivo en Buenos Aires uno de ios premioe municipales. Agotada hace agin tiempo, Ip reimprine con algunos retoquee formaler. Ta focha de 1930 expla el que meshes alueionse. correspondon. ‘8 pereonas y sucesot de ese entonce. Libro nacido on on el hombre feociones protunciadas. Bn el hombre, ¢} miiseulo et bellera; en la naujer, foaldad. ‘Todo alsiduto privativo de un sexo, encontrado en al otro, es feeldad. De abt que el hombre sients. desvio por Ja mujer Boanbruna y Ta mujer por el hombre fo minoide, Demés eaté decir quo cstos juicios impregnades de ‘senualismo no son paros sino espuries. Lo entice pare 2 arzobo, Gxtasia, deleive ‘desinteresado’, ‘a contemplacién directa de Je bellezz humana —no ss contemplacidn a través del arte eaponda ws ania de posesién quo enturbia ka pureza del placer. Diriase ‘que a ese sentimieato, mozsle de ndmiraciéa y deseo, 0 rafirirs Platéa on el pérrafo que tranecribimoe: dion) mitnaro ioc do wus vit, Desde el sin confortable, tucatas Slegres y Gespreomupailon ‘it le Barbas de sts neveros las uandibe de precipielas, los expuruacajas rabiosos do aus fos epi- Mepticos. “Te nataralors antvaj, domada y seoosnie,dejé do ser eneinige del hombre, y al producir gove de cou templacisn, convirtisse on materia estéticn Goce do'covtemplaeiin. ... Hemos cefdo en ol sub- jetivismo estético ai deivar do este gore mnestras esti= ‘msciones sobre lo bello natural. He aqui: el mundo extorior no 8 feo, ni hermoso, es indiferente, Su.roge provoea on nuestin sensibilided reaseiones yx placon- teras, ya dosagracdables. Cuando hay placer y es deo interesado, desimos «ne es bells la vost (0 el ser vie viienta} quo lo produjo, Pero, sein el subjelivsta, nos ‘ngatizmos: In belloza’ no esté en To exterso sino ex nuestro oxpiita, ‘Si estuviora on Lo extemo, serfa patsimonio igual de todos; uo verfamos, frente & un mismo panorams, cio ‘unos viejeras se desojan, codiciasos, mientras ats vesi- nnos continian impévides su partida de poker, ¥ to- canto a la major hubris menos anarqu‘ de opiniones aPor qué el japonés que dommita en el cine ens butors ‘contigua soars, como solindanos, cuando desimos que 6 rerio un “Vitma Bucky es une tae humana, y ruswrs quo no Ia “ching oor eins ra de ond i £¥ por qué la ravi ae nso amigo pare tin dathado— a0 noo ateja fou 0, cuando mucho, wna ert dn dil? TEs nny modo anid fe ellen en rutsteo exits deur que ol mundo eo mis 0 menos blo ros. sot Jaiso menos fina eaptante estrellas nde Thilo, por employ pare Tousen gue para Dempsey Ta vonuitded te Bente exteba mgs ela fata Dince que ania eriatora que fe di as. Hay hombres que sponse sonten a is mujer y que ro ba de expioame Ia erpitemn fo de poets fo Jntter 0 enamoradicos Otros la senten, deena, Togo: tatpertmentor dstintos joie diparen ‘AFundan fos personas quo porancten fra ant Tor cpctdeiion mp ectapendon de a naseera, Oras 2 Conraveveny extn, come Orta y Case «Tle nem fide lor eattpon nyssiomaasnent, bo vivid, abnor Ente clloy aura tym tox de gran tapi bole F'icives, he mat, he mfido en soe go: Ine nisms pedre, In manag fon ioe stopices ota, tio para, unon indore pars i “Tronando i aujto el centro do gravedar del pro- vinmnay damon con un denominedor comin pars totes Ten ton de ellgcs natural: el etac de Coie Pikcentero, 0 mejor, cl seutnenta de aro dese: Fost. Bri ee paltaje que lo produce 9 Inertia mana, lo especie anal, Si eviehwre bussana a fone de rontemplacin, sng homom debo, 0 sempre er etntoreade Bs comoda, si, eta poicién wthjolivists, pero no toes les-npas Romo del problem no ealare Por qué chris farms, lertos colores, eetios sore, rts Defoe onsonan ew pincer sti goers ci laamon tteio, Adem acargies tos ids los spetiee 2 icunstanins fraser por empl, ol habit; por Giemple sl eado ficogi, : TE efecto al gove de coutempacionexige cambio de se wets sama a cexcitanto, pues una sen in ropetide among el plo ter y conclaye pur anularlo. Frente 3 Rio de nero, fT vigjoro Uauueo su vitgital soxpresa con una evel ‘hacidn: oud maravillal Ya au vesm, el vio ‘we ha efusado el AtLantico doocites voen, fu Mpa dosabrid, ff, indiferente TE] montaaés ny sieule In montat ni cl pescadur ¢1 ner, Te moneara Ta senton tow Isnetas y'el nar he Hombres de Herre adentzo, tn baen romaiee lac dlojan deser belles cuando si eamercio contin debilita 1 emocion evséticn, Gierta ver bicimos un largo pasoo fhuvial. Ahitos de senaacionos urbaoas, goaamon juliloves Ta vision de frandos ros. Pero, al cabo de Utos das de vivie semi Salvaje, comencamos « sentimos saturadoe de natura. fea haste ver, eas con deevioy ie parapa de agua dee, ~ Atracaraas al! Carmacio. Ira la tardorita. De pronto, aeseubrimos junto al macile 2 uaa muchacha: medias Dlancos, picl morena. Toda In pandilla sobre la bora sbria tamaros ojos: ounea nos parceté tan finda una rauchacha, Al dia siguiente, on Buonos Aires, vimos imojores e2 desfiteinterminalte. Pero ocio tas cireuns- ‘tancias fisoldgleas habfan eambiado, las mirsbamos, in wake del corn i aimiraisn de Ta Veto, tra, ves, también hartos de bullicio y de stor a ‘afta, huimos al eampo, El compo se intredujo on se uid on nosotros y nos ungis do bionestar sodanto, [se bienestar coloreé nuestros juicos, Como al enamo- ado, todo nos pazecin major: més opiimista el silbato de Tos homeras; més penctrante ¢) sehumeri¢ de los pastas hiimedos; mas honds Ja soledosa paz earpesia, Después de tina quineens, la paz campesina cmpors fa enervarsoa, y_ también los atardeceres tristes y ln ‘monotonia del vitmo vital. No ofamas al hornero, ni percibfamos Ise tufaredas do_los pesiizales. Comenzs as eee uaa wees noctummas, su dinamismo, Y asirbamos eon daloe de ausoncia aia selamaadca, que vonta, de Mae del Tai y ford is abe rumbo tla Copia. Ted ‘tab fo misma 7, ain embargo, abo texto pa hos. otros ea menos hermoso. para tes Asi, cunblaute, tom, camalesnieo, os uesteo ite Eunos Se don sug, 0 tod eae 0 ¥ mercurial. Y con exe melo aga el hombre belleza en le obra de Dice, ee * a ‘LO BELLO ARTESTICO Y BI. PRINCIPIO ‘DB LA MIMESLS ‘le pense quo quand on g une fie Yeatea eet” ouvert par Pasitade do wéflécie, AI vaut toujours aueux towver de soomaéme Jas chewea quon Lowversit dans lea Hive vest lo vr scrote Tes bln ouler 4 ile, of do 66 le pPPOBE nn Rowsssav. Lo bello artisica nada tions que ver eon To bello ntural: son do naturctous distinta. Tan corto que > feo natural puede cor belo aristco, Tl arte os ale rig. que orece fa materia més vil. Brajas expantables al patar a una tela de Zaloaga ae tzanstorme en eria- ‘iuras extéticarcente belles. Fl realismo, y sobre todo ‘l naturaliemo, reslisaron ose prodigio de convertion Trllana To foo natural yo feo atfstica no existe. La ‘obra es buen. 6 mela, lpgrad 0 malogrusn, pero fe. La “oeless artistica’ os, para Hoge, superior a la natural. Bs superior porque en su ereseidn anterviene tun elemento més: el expiritu. La obra artistica es na- turnleun (eres vivientes y cosas) mfs esprit. Bs ast rolozg tamizada a través de un espinity y su valor dopecde de In aristoeraca dal tami, nunca del modelo. ‘EL omplitu por al solo es infecundo. Para coxstruir necesita materiales, Les misteriales los bends In reall- dad, el mundo sozsible. HI teabsjo del expita se reduce 4 ‘imitar’ ean realidad (oo lo afiomamses nosotros sino ‘Avisttels),« imitara y'a combinatla de mil manerss ” rsténies armas Hay en Jo Podtica del Estagirita, gavilly de apunise clones miiilacas, em principio tendo de eabo a caho ¥ del que cuelgan las ideas prendidas por sus mufiones Es tal la gravides de este principio que telavia hoy, Gespués de muchos siglos do pativién, podria der ms” teria para wn grave y volominaso Urlsula de estétiea Nosotros vamos repensirlo ¥ a eomponer, on lor residuos de ese repens, un encayo, pues earecemex de fuerra y de ocio para empresa de’ més largo eliento. 1 Se trata del eanovo principio de Is mimesis: la poosa, ¥ Dor extensién el arto, e2 mimesis, os imitaciény imi iacién, ae sobreentiende, de In realided. Obeceva luego el filésofo que no todos los pootas imitan de in miena fuerte: unos, al imitar, engendran seres ‘mejores? que {or reales; otros ‘serncjantea’, y otros ‘nferiores’ TE] dogma que yaoo en el fondo de Ix Podica tiene J consisieneia de tna ley. En efecto, aun Ia expresiia artistic més osada, més caprichosa + libre, ex incepar do emanciparse de la mimesis, Y Ins tres maneras do fnnitar eeSaladse por Avistétoles eonstituyen ccmo uh fee dng fuera cel cat a wie del ete sap Todo coanto digamos en adelante llevar’ como fin fapuntalar esta croencia, que tiene visos do aventurada, Si logramos contagiarla al nediito y al profano, este ensayo poiré servirloa para osientae en el maramngne de lag letras. Verdin, como nosoizos, en in sucesicn de. eseuclas y de ‘smos', eambies de pustars, y nada més, Gentro do Ie jaula sristotélica; vordn, como noeotroe, siempre lo mismo: reflejo de Is realidad, de la realidad, come es, mejor de lo que ef, 0 peor de’fo que es ‘De eet asi, brstarfan tres “smos' para entondermos: von fsmmo para. cada Indo del trisngulo: realima para oh arte que relleja la resided como os; sdeatiomo para ‘el que la refloja mejor do lo quo es; deformiano (0 axte iroteseo) pare el que la reflea peor de To que ea como pinta aloe hombres mo ie et Caton, iguates; Hogetnenda dy ‘Teo [ol primero que wart pared, peor que 02>. Lo usuny asstenco a Pero no bastan tres ‘imo’, poraue 20 sempre Ta clza responde, conto on la txagedia yan la coredia ruitiguas, 8 un solo tipo de mimesis, Hs freeaente que cconvivan, hermanadss, dos 0 fs sanerse de i Jo real (Gf en el drama romdniieo}. Seco or, la cobra adore vina fsouunfa distinls y exige wna nueva, esixzancin., Otzas veces, la imitacin de la roalkiad 0 fe directa sino jndFrects: nuevo cambio de fisonom‘a, nuova dosignacién. ¥ hey eseuclas qite no copian toda la realided sino un seotor; verbigravia, el naturalismo, Nuevo matiz difereneisl, nueva dasigpicisn, Esto se percibird mejar x través de un simple exae men de loa amos’ yn, consegrados, Se vers, de camino, ‘eémo la mimesis ¢s el denominedor comin de todas lag oxprosiones riietens, Empecemos por cl cluicisno, Dos acopeiones on- clerra eb iérmino ‘eldsico', que conviene destindar, Clk fico es lo onlminents, To’ cjemplar, lo muis representa tivade una escuela, de cuiquicr esonela. En esto sentido 6 Ilcito designar como elisieas al proroméntics Cale derén, al romintioa Chateanbrisnd, el simbolista Ver- nine y —gpor qué no? al futarista Marinetti, Batre nosotros, Heradndes ¢8 el clisica de los gauehescos 'Y ee entionds otra cosa: las obras saliontes greco- Tatinas, las cuales se ostudinban eu ‘elaso’ x servian do modelo, Para evitar anfibologies, usaremos ¢] témino clisico inicamente on esta. sogunda soepeitn. ¥ dirernor easiest, y no clisico, al autor inspirado en Jos para digmas greco-latinos. ‘Lo clisico grecolatino imitado por clasioistas onl aging al ‘neaelasiciamo’, movimiento extétieo que dosdo inodiados dol siglo xvi haste mediavles del xvi, do» ‘mina en Francia irradia sobre le Europa eutta. Sus faces, on la realizucién: Corncille, Racine, La Foutaine, Moliére; en la tooria, Boilean. 1 Obligados, frente & ta vasiedad del panorama, a exuomatian? y, por fo tanto, m prescindlr de Tas exeepe céiones, vemos én el neoclasiciany doa axpertoe que e a evbeea uransers rein cntempla por seared: eu contenido ¥ su expres! Ta trazedia o¢ Is enpecio litersia que aleansa ox ‘el neoclasicieme Ia més alta jevarquta, Y bien: la tra- igalin ncoetden 1 eo fepira tn In actaidad, Prefiere, Como In iega, aston bistdriee-legendariow Eso avon ‘sj Hors low Panes yy prctoan Comal 4 Racine; y eno hari ts trigieos tadanon y expaboles del siglo xv. "Nos basta sala simple dato de que of negdlsiciana se inspira en el pasado, pars saber a qué tipo de ele obedece. No ov eaauela retina porque No copia In realidad divectamente; oe escuela idelista, puss teonsfigura. Y In ircofiguea porque teaboja ton som ‘rao, con realidades pareibiden por hombres ya dian tos. Cuando no hay observacidn directa, es inevitable 4a deformacion y, por eansiguien'e, Ia deswealizcion, Ii figura del Cid, casi de tama natural 6 ol poor dl gia widnimo, oo va desvanceiondo y magnifica fl peear do un comune a otro, Como ui canto road, Se lis piecde sts aris litany adquire el 600 torao vaporoto de Jas eriainras euyweltsa en un halo de Icyeuda, Cuando la toma Guillén de Castro ya es tuaa sonbea; yom esta sombra elshora Comeile In {eine ind rutilante de su corona. ‘Asi, exits por cl slejuaiento, convenciorals, si lt ings y ota de age ne ‘Por dicha, of posts no puede evadinss totalmente deta vida que lo modes 0 que palpila en st coruzén, {yun in provonériclo Tn imsiogn sis ereaciores Be ‘repocha a Comills y a Maeino of huiee atetbuido a ks héroes ‘antiguas 1a psicofogta dle low eoe.ests de Tuis mv, Pare nosotoge fu€ goes. svierto, pues las sombras se humanizaron gracias a esta transfusién de sangre, cobras con tito tamand Jo Is Tadeo argument deta wegelt anor que seenumiteteorponela sobre eke {et toe tenoradoe y nsovor. eo eine annteco 2 Pode ideatznrse Jo actual y cizeundante: forsee tun dios ea hombre, divinzstee ine pastin humans, ‘somvortne to peisoje 2eal en un passe de cnsucho, Bn idealizacidn volantere, La de Yeo necelisiens 8 hn voluntaria y provieno, nano hemos dicho, de que tr es gor soma dete de dbrytin nie Enid Bien entonees que ina designnidn especie dine tings om ideaiae del otro. “EI neoelésio no ob Hmitd 2 extanee de los antigues Ja subetancia (asunios, eyendas, hrs), sine tambiga af aro de estrncuusasle y Ta eobetura formal. Y aqut fetave At pecado y au virlud. Si el neoeldsicg eters teatro, no. promiccuiré, no ayuntard Jo. edmico y To fave, no hard tragleomedis, ,Por qué? Porque lor an ixuos no le hactan, 1 intecpretando eatreckamente a ‘Arttolen,prerennd taunt dentro cola cof rota do las unidades dramdtioas. Bn esta doviidad a norman tevducos extiva ma poral, y 80 vrtad on imitar cle dudoe extomas de eiemplaze griegus y latino, hojese {ew ceon mano dluona y mano noetanias, Aprendié en Jow grigot ye os Intines de la Replies ye la erm de Augusto, ta onpresdn fuerte, eliptics, precina. Pasetos al rometiciamo. Madame de Siaél y lucgo ‘Victor Hugo, pusieron froato a frente, en actitud de rivales, romanticiamo y clesicismo. Desde entonces, todos, por inersia ments!, mantenemos el divarcio. Pero tanto In autors de Z/AUlemagns como el prologaiste de Cremud!, carecian de perspectiva para opinar con justeze, ‘A nuestro juicio, nada hey de incompatible entre ambos movimientos. E] romanticismo ea ios antoja tna pesicidn, mas bolsads, mis amplia, mie comprens monos dogmatics, pero no de natursiesa distinta pare nosotros, ol! chase tismo y sobra sitio, En cambio, al romanticismo no sgpertai on ogous del clans, sus exipetcag ‘Separomos, para mayor claridad, contenido y forms, » Sata esata romanticieme, se dice, cx Ja estétien del corandn; Ge la raxin, Belleat es hijo iesiano; el téemin ‘raxdn’ en $0 Poetiea, em an tectmatie: iim cemo, sobre todo ex ed meridinnal, Jae pasones desbordan: hiy zrites, Higriaas, lament. Pera cola. exuberante afeetjvidad no le et privativa: grits, Iigrimas y Tamentos, deschego de pasiones desorbtin= das, abunddan on las tdgicos griegas y eu los ncoelésieoe, 8 seguidores, {Cindi es ta eaux oparento do Is guerre de Troya? ‘Una. pasidn amorosa, el rupte de une mujer. zPor qué 10 concebir a Menelso, al concitsr por Helent, por reconyuista, la més famosa de las guorras, sacadido por tina tremende borswen pasional, mezela de celes, de rabia y... do amor? Safo tiene tomblorysas efusiones que parecen 10 mdintives, “También Tos precoptistes clésicos y nevelisiona so re- sicron a la expresiéu de ventimientes ¥ piden que sean siuceros, vivides, exporimentedos, Dize! Aristatatea en Ja Potlica: «$éle provoea agitacisn on los otros quien ‘ti, sgitato; sdlo manifesta bien la edlera el que estit furioto>. Nepite Horacio exte eoncopto: |S ea te fer, detente eat pein Spat Hii xy Bollea lo trasvesn al francés: Pour a ter des len, fox te we pleura Una de Tas yotas mas expleladas por ol romanticismo fué Js evoraeién dol pasnio: Ia novela histérien se con- sidera do oxigen romAntiea, la poesia ‘ossifnica’ era puuatisin, ¥ bien: hemos visto que al pasedo faé Ia fuente favorita de le noceltaicas. Los romgntions explo- rraroa. con prefereneia el pasado medieval, los elasieistas cl greeo-lating, pero la via es Is misua. Ctisieus ¥ necelfeieas ~difimos repitiende un bugse eomuin de preceptiva— opartaban Ia tmgedia do. la Lp neue asiseieo = comedia, 20 toloeaban et conoubinnto de Iss Iigrimes con. ts sine. Lo» roméiticgs en su deans copalaa trae edin y roraedia, Ygrioas y rss. Paro an es obligator, forsosa.enta eéynila: hey dramas romautieas sin ele= onto eémico y pneile haberios que respeten fas uni ado dramiticns. Quiero decir, riveramoe, awe Jo chi- sco cabo dentro de lo romantic, i bien la aracisn no puedo volverse por pasiva. En exanto a la forma, fo ctisien es competidfo con Jo romantico, Tanto, que las virkudes de elocuciéa que porsigue ol clascismo tucen en tas grandes raméx'ieos, ‘camo que todos ells fueron excritores de eélica cultura «lésics, Manzoni y Leopardi, Chateaubriand y Hugo, el Guque do Rivas ¥ Béequer (para no citar siuo a gento eonocids ¥ secesble}, esribieron con ta precisiGn, Lore fra y linapiens de log grandes olésicos. Las expresiones ‘ye gpncralizadss: ‘easicismo de loa romiticos! y ‘ro- imanticimo da los clésicos’, revelan ol parenteszo do ‘estes doe tendencins presentarias como enemigns. Cuando lo clfsico antigo se transforma en elfsico rmodemo, en arte de obseevacién inditecta, en imitecién ide tiodclos, elo emplox tn tipo de mimesis —salvo en Ja comedia—, el que refleja In realidad tronsfigurada on weutide idealists, EL romenticiamo rehasa_oste. predio linitado, puea aplien Jos tres tipos de mimesis. En efecto, se niin eapinsdo fielimente ia resided. Bl palsaje que decora Jas pings rusouinnes, Ap ¢8 imoginado ni extrasde do Jos libros, sino eaptado por los propios sentidos. ¥ la rmelancolie, “tristera vaga, soxegua y permanenic” quo tine la obra de low roménticos ‘puro, vale decir de Tos primcros, es proyeecién de tuna realidad poicoligica, 20 Sinulacro, no artfico retdrieo. Por exo es sito afiemar ‘quo el rotmantivisine tayo omienzo resiste. Ms ade- sate se dosvié hacia Ia deformacién de Ie realidad en low des sentidos: on ol idealisie yon el grotesco. En, el idoalista de las des rnancras ya eitedos:¢ estilizando lo presente (persones, obras, cosas. .”), 0 timbsjano con lo pretérito guardado en les libros’ 9 conservado co sentzscn sana or ol folio. Bn ol gotaan ecettand fasta I faricaiura lo feo nate TEL romanticism no es, emporo, resiamo, ni idege Jiang, 2 deformismos es’ todo ex juato, De ali to jurtitlcado de este ‘smo’ expeosicn, FL roméntico pas libemente de una juriiee 4 olra: Hora si exté triste, vio este alegr, voalfern i ost Sritado: sigue Its roglas o no las aiguey es eat Tica o liberal; fotografia Ia realidad o Ie adulters; no pide mi da cuontas. J romantciamo ea une escuela de ted. Bl jub6n rojo de Tedtilo Gautier, las melenas pluvielos y las eorbaias flotantes, no son sxples excen- Inicidsdes: son expresiones de desaflo y de emansipa- cian, Bs une oscaala do ibertad, pero aaturaimente de Som Hg ordi, semedonte I dl flo ‘enjaulado. La fantasia vueta como el péjnro, pero no pra i mds alld de te javie aretotticn. Al deyenersr el romanticism on bajo romanticism, en folletin y otros exeesos, provora una reaccién de tipo realista, sobre todo en Ig novela. Resseo un realismao integral, semejante al cervantino; un arte que abarce y refleje toda le realidod: In extore y Je interna, le hermosa y Ta fea, Ia buena y 1a mela, Ia, superior y Wa inferior. Ast, en general, os el reatismo de Diekens, do Flaubert, do Alfonse Daudet, de Tolstoy, de Pe- rods, de Galdés. Hate realismo intogeal, spoyado en la observacién diroeia, presents e] mundo y fa vida “tales com son’, Ni deforma ni idcalina. Luuego zespoade a un salo tipo de mimes! Topamcs més sdelante con nuevas desigaacionss costumbrismo, naturalism, psicalogisma; son provine clus dontro de la vartn reptblicn del etlismo. Sus eal> ores no haven sino eetir y acotar voluntarinmente las Srontoras de su arte. El costummbrismo, va sin decitlo, pinta eastumbres; pero no costambres pelacicgas ni ecislocritieas, sino po: laces. Limiba sat observacién a lo plaatico, a lo ex ‘temo, a To pintoreseo del vivir popular, A cate Tinaje va an ssataeie 2 do realism pertenccon muchas piginas de Tomé Ca- haliero, do Peroda, do Galdés, de Tee Aisa: Quintero, de Bray Macho, de Payré. No othe, después del emiballo ieokigiea que ene tur Io poléiniea sabre ol naturalism, arertar com 6 dlefisici. Pose 0 las protostas de Zl! aural fs, pera low ms, la ‘esétion del nleantarllado’. 0 hhan visto en lat creaciones mia Mfpieas del maestro, [Us vis abierts por Jos hermanos Goncoutt eon Germinte Taccrteuz, fué explorads en todo sent, La Hteratirs te poblé de borrachos, de vagabundos, de proctitutas, 6 chusma, do pueblo realouente. Y fuoron taborins, canvenills, zaquizemtes, poslgns, el teatro do laa tric Falces dle Ike pals y de los amoreseucics. No hay. en esta literatura deformaciém grotesea, sino roflexicn forografica de-una triste reatidad. Pero de ata realidad quo, felizment, no 06 toda la realidad, TE psologiamo que inisia on Francia la noveisticn do Stendhal y que llega ex Je do Proust « sos limites extremes, e9 el reverso del costursbrizmo: To interno Aesaloja a to entero. Asi, spenss eabemos si un tipo os allo" alo, roo more: per aetna Tos mis fings engranajes de sx méquiaa inierior y Jo que fsicedo on eae mhde invisible. A esto Tiamiva ‘oto frat, peleniggice’. En Igo Uueuos autores os fotografia fin retoques, relrato do Ts realidad aubjeGva tal como 8, mimesin de tipo realist. Bn los umbrsles dol nfo 50 fu6 cusjando ea Franc 4s escuela poftien que el capricho de un editor bsttie zara con ol nombre de Paznsto. Esta eseucls hizo un faulto de Is impasibilided: fu6 un alramenio contra eb telionte subjetivisma de los comarticns. Deseahd, nde. toda, In acfuslidad y la visbr cecta del mundo y Ian fs anzoclos hacia el pasado; pero no haria el pasate crstigno quo hurgaron los roméinticos, sino hcia el Drsaio helénieo y hirbaro. Loeonte de Title taé e! esi ‘co de esta cofradia, ¥ bien: el Pumazo ne es ino s stines umama an nuevo retofio del clasieiemo y, por Jo tanto, una esprosisn ertétien idealista. Ya esiliuacion de Ja foonia, ‘que earaeteriza 2 los parnzsianos, implica le estilizacidn, iol tondo, A través do est generaciin do artifiess, lumanistas y armediogos, reaace ef tauedo antigne ‘emnbelleeido Gon nng nueva tua, Feta poowta reruciia una realidad alquiluada por @ lamin de muchos siglos. Después del Paraaso, el simbolemto, Al verso belado, “mériao}, éuix, esate”, opone Verlaing un vecto alzo- Agaaio, Bramosa, glntinoso, estuche amorfo de estalos do conciencia apenumbrados, El verso simbotsia del ppowre Leion os eonversin estética de wna nueva, ea Jermosad del siglo, de la tristeza fsioligiea: Ianguides, Incitnd, cansancio Ge carne y sleoboh Tristeza que rintoriza con Jas tardos grises, oon Ice diag interns bles de Thivia fina y fifa, de Mavis que cherola tos ‘eohos y cmpati les vidtios de le taboran y del hospital. ‘KE simboilsmo inicial es neorromanticiamo, es retor- no al subjetiviamo romintiro; eaduce aiados afeetives pero estados afertivos vagos, crises, improcios, ¥ los xpress com palabras do siaifieseida improcisa. 1 faut gus que ta avautes point ‘heir lx tod us qlique eric La cemipopumbra verleniana se convierte lege en thornetismo. ‘Todos atribuyen » Rirmbaud este vinaje camino de las soinbras, E) poota de las Etluminations ‘hace mmutie ea plena juvontid. Mallanné lo rocmplsza Y, con la misma avarice, busca en las tnicblan zmevos lones pera ia pocsia. Aiborozados se agitan fos manes de Géngora ‘Estos pactas murciélagos son tos abanderados de una franca crasada contra el realimo, erarala que todavia perdure. Morinetti considera como «padres inirlectuae Js» alos emaesiros simbolistasr: Poo, Baudelaire, Mal- lrmé, Verlsine; y sungde reniogn die ellos, lo signa en st folia al ralsmo, af acto vette y fotografi. vo peo aaxtsnico 9 Todo lo que viene desputs: dadatano, sobrexealisno, cexpresioniamo, orcacionisme, ultrstamo, ee, os omen tovde Ia guerra, es un arte gripal; un arte, como diec Tourer, con 40 grados de figbre. ¥ nauda com lt. fiebze para desfigurar te realidad. TEoago comtin a tas diversas erupetones de In. Hien, actual stiri os ainegherenn. Reprouen tals 1 ilogismo del doliio y do la pesadilla, Bs, on general, pocefa onftica. Por csia senda pensé Hexarac a 1a des” realizaciém total del arta, n la *eroociin’ de renldedes puramente psicoldgicas. Fé una ilusidn. Aun en el de- lino y en el sueto, «nla hay que no hays pasado antes por Ios sentidose, BI dosvario més tronterico re esa, én ditima instancia, sobre un has de sonsaciones, replantes en Ia subenneiencia como gusanos. ‘He ane por qué In imitaciéa, le mimes, es en arto wna fatslided derivada de nuesiva Himitorién humans. m DUEL REALISMO 0 INITACISN DE LA REALIDAD TAL CUAL BS ‘nguimos, como tedy ol mundo, i realidad psico- logica de la ontologia, el yo del no yo 3, por ene, en la osfera del arte, dos crzapos para Is observacién ‘Broota? uno interior, otro cxterir. EL objeto, lo extomo, nos lean a través de lo quo Taman no sin lzpropiedad, ingenes: visuals, aud ‘iva, olfativas, pustativas y’ tities, sogdin el drgano eTos sentidow qe intervenge en la peroepcisn. Y eo Nocemes el siete, lo interuo, gracige el milegroso de Aoblamiento de Ia persnatidea on agente que obeerva yen paciento que se deja observer. hit, dogo on md, = tremor materia pafuiea, do suerte que, ex ultima instancia, ‘aiendo él attista elueubra ba desaparecido ef mando fertecion, x0 ba quedado de él sino una representackn fantaswal. Cerreznos abors los ojo, ¥ he agué auc el ‘sceuario do nucatre eondiencia se puebia de entes exe peetales, ‘Vertos' el mar; vemos el dique San Roque Yams el toro que una tarde nos ombistiera on una tetuneia; vemos la cabexn yseoute de una hfs moeria, ‘Son imigones vimialee que han salido en confuso trope do nus coldas. Abrimos ahora los os, se hace la Itz, y rotorat. 8 elias como ratoncillos asustades. TH anjeto somete 9 su ley, a cu estructura montel, fo que el Gene do afvera, ol cnjambre do las imagenes Por eso, ex toda copia ce Jo extero hay desfiguraeién fubjetive, camo st el espiity fuese wn espejo educavo, ntonces, cuando ofizmamos quo el arte realist copie. ate weseeane o Jn roslidad tal como es, nos referimos inés ala intoncidn ‘que a 1a posibilidad psiceléqiea. Quermes decir que et -oalista no deforma ‘adredo’ jaz datos quo los semtidos, como antenss, captan y depositan en su lahorateria intarior. Otcos hufspodes, fuora de imigens, fuera de entes cspectrates, exeuentea cl sujolo a replegacs wobre af mismo: entucntra estados do concioacia, Por ellos 22 enuncian los apetitos de las entrafies, Ios dolores fsi- os y Is gama infinite de las emociones. Y también ‘momentos tranquilas del éximo. Alestado de cunciencia cargado de emocién llnmamos esiado afectivo. Casi siempre, el estado afeotivo es una reaccién de la’ sensibilided producida por un agente extemo. El fulminante interior explots, al contacto de 1a imagen, como tocado por un gallo: ‘He ahi's Dante pélido, tembloroso, sobresaltado 1 corwzén, Qué ha paulo? —Hia pasado Beatriz, A veces, el excitaate lo levamos deatro, es de origen lwGfico, viscoral: que lo diga Pafnucio, Ei mastirio de 8 carne disesplinada huela mAs blando y mérbido el recuerdo de Thais, Tmfgenes y estndos de conctoncia, eonstitayen la ox- pericnein psicoldgica del autor; ¥ trasvasades sin defor macign a In obra do arte, Jo transmiton fisonomsa realiste y también exo quo lamamos ‘substancia, hu mana’. El arte realista es el wrto shumanisado’ por coxeelencie, Podemos shora distinguir especies dentro del realise mo: un realigmo objetivo (loflejo fotogréfica dels realidad exterior); un reulismo psivolSgiea (proyeccia cn fifo de esizdos de conciencia); y un zeelisiao roman tizado (proyeccis, en caliente, de estados afectives) Son ines posturas que dan oljms de filincién ostétion diverse, poro sieinpro renlista, pues no hay defeemacién voluntsiia de Ia realided, En gencra, 0 artisis el verdavtero, no ol histein— at sempimen commana toma el rumbo que te sefiala m femperamento: si os ‘un Hsico, como Rowsient, esers en ls expresiin caliente to. sa intimided, en el subjetivieno romdntico {dentco WoL enal es muy dificil mantenesse sin desvinnee hacia Jn doformacidn idealists © grotevea). Si es un ira, sgustard, como Flaubert, reprofucie mpasibte la rete ‘dad interior ¥ Is exterice So cpones, camo antagsniem, el pute romney y el prsgje Pealista, No existe inl oposiciéa: ce trata, de dos maanerss de teareionar frente a misme reall ‘dad; co dos posieiones dentro del realism, sempre que el roméntica no pierda tos estritos, Loe misiuos ngenics: ‘encanign y mock, muever Te plume del palsiisia fotdgrafo y del paidajiste, romdntioo, pero difiere ol voltaje emotive. Ast, el paisaje fotogratico, ralista por antonomasia, e3 un tefido de sensacioces apenas Dinas por la emocidn. Bl aator se abastece de inigoncs ¥ las elas, orao mariposas, en al papel. El roméntieo 3e abastece de imégenes y' Jos funde en sx boguera interior. Fl realista percibe el yaissje, El roméntico ko ‘parcibe y lo siente, lo transforma en ‘estado de atmo’. Tay Uérsica auele eer distints: el realsta trabaja con aputes tomados sobre el terreno; el roinéntieo, las més e Jas veers, compone de memoria, Sigarnos al romantieo puro en Iselaboracién subeons- lente do mi paisje. Luego seguiteros al realata en sus andanzas de entomélogo. ‘Bl romfntico so hs conmovido hasta Ing Isgrimas ‘contemplando un ocaso sobre las montafias; ha gritado ss extliseién odmirativa frente a la eatarate, deamo- Jenada; no ha prostitaldo al roligioso éxtasis pantefat. ‘on Ia anotecién reporterl, ¥ si esribe dias més tarde, ‘meses ms tarde, afios més tarde, resucitaré Ia eraocidn, del paisaje mis que In censscicn, Mezcindas les imt- ones, el palaaje reapareoe desvaid, cefurando on lag Drums del recuerco, Por e50, para expresatlo, acudiré 1 palabras de signifiesciin “genérica, indeterminada, Ataprodis, cous palabras que tanto pcan a Chane vn onan B Chatesubsiond reoorre en su juventud Ie América dle} Norte. Se irterna en Is segién de los grandes Tages, tle Jie genres rls, de fas gms selves, y vive © txntacta von Te ingens. hur seutidn, Avid ¥ ee ssbillsimas, recegen kt oruestavicn de los beaqites y It ‘isiin de lox panorama infin. ¥ coony cen, 5 lejos del terreno, no reetenda st dels sino le grandes salvaje del ronjanto, ¥ revivs In emosiéa, que otzora ‘experimeatara ¥-Javueloa en ol chorto lbeteo co eu rosa. _ Sormionto est Isjay de sor un enfermo de] mal del siglo. Bs un realista dle cepa expan, tn aguafuor sts En oeasionea, empezo, ramaantiza. Scrmiento prevoncia ‘on fs remmanta de San Las eona eacenn exmpestre ign dle los topos primitivos del manda, anteriores ala {notitusidn del eavendorios. Era un atarter: ech ast Igzaba al oesso, fas majadas que vulva nf redil hone ‘fan et aire con aus confuses balidass. intee ranjeres ¥ moretones que rez, el duchio de casa, con. religion ‘salut onda y primitivi, pide a Dios slkivin para les ‘campos, fecmliud para ios ganadae, paz para la roe pabliea, seguridad pea los ectuinantess, ¥ Sarmiento, al titan de bronce, eonmavidlo por este eundeo biblien, ‘sella el trape y solloza eomo Un mujer. AROS aul Janie, revive este memento ¥ 10 eternina en wna igi: dle Facunda en ta que se axocian, identifica, el teat ‘extorior (In sicrs, las majadas, el sot poniente) y la aaitacion emotiva’ que llend do’Higrimas eus ojos. La Gescripeiin romsintiea os adeovada para In. pie tara de grandos expecticilon, pues el detalie #0 vierds ¥ silo quedan en la metnoria lass pelos eliontes. Pera, {gam In raomoria es inliel, cl eaion sacle ser también infil, 3 tiempo mezrla senvavionss de distintos hagaces ¥ canorises de distinton minneaios, Ho aqut por qe ‘1 roméntleo rosbala, inseowiblemente, hacia J2 ideali- zacién de To exicono. ‘La_lejanfa, en el tiempo yen el espacio, todo fo ‘embrtlce. Obra del slejamieritn, cel passe buedlico, aisajo relérico, vinéo de extor tors. ™ soxinea ummatn, ‘No os indispencable ser romintico para deslisarse en el sentide de Ia idealizacién. Dow Jas Valera no 10 os y bucelisa, Veamos un cuadrita de tarjeta postal, Jamnido y retomado, que podemes ubieur lo misag en Andalucia que en fa Cérdoba argentina, El scminarisia, de Pepila Jiménes se extasta contem- plando cla belloze de Ins corsa ercedasr, Ins serenas moches de primavera en ta regién de Andalucia, los ealogres campos exbiertos ahora do verdes sombraiicas, «laa frescas y amenas huerias con tan lindas y sorabrins slamedas, con tates Taunsos azroyes ¥ seequias, con tanto lugar apartado y esquivo, con tanto pajero que le da miisice, y con tantas ‘lores y Bierbas olorosase ‘que haren olvidar elo etamo por la temporal, 7 Jo it creado y suprasensible por Jo nonsible y erevdoy En el realismo fotogrifico o verismo, otro es el fin {y otra In t6eniea. No interesan Ins infinitudes y Jas Yyasledades que se deslien en la camba cel horizonte. Tnteresn ol dotalle, 1a poquetia realidad tangible, lo pue- blerino, lo doméstico, Ia vida do carapanario; y de las turbes, los incoues, Hl paisnje so achica, se conereta, se perfls. Piecde en grandicsa vaguedad,’ pero gana en pueeisién vigorosa, No se escribe da memoria, Fl eacri- tor es un coleesicnista de imagenes y emocionce, Las fn cusderites de apuntes, en diazios futimos, Yy las utiliza en eu momento, Anorin est de viaje. Ha tomada su cuadernito y su Mpiz y se ha propuesto daxnos in firiena> (6} lo dice) fu sensneisa de la Mancha. Ha subido a un «diminuto ¥.destartalado carro; la jaca —una jaquita mioross6- pica— ha comensado a irotar vivaraeha y norvioa Yo fuore del pucblo, el Iépiz empieza mi nervioso vei vvén: etado el eampo ea un tang uniforms, altorano, sin Ja mAs leve ondulaciéne, ¥ ‘egrega: «Yo extiendo’ In vista por esta lianize mondtona; no kay ni un érbol en toda elia; no hay en toda ella ni une sombre>. Para distraerse, piensa don Antonio on den. Quijote, A través de es0s campos hebfs ambulado pt Arsen . 35 don Alonso Quijano, el Bueno, + horeajsdss en Rock nante, dejadas la riendas de ke mena, eatéa kx noble, In ponzativa, Ia ensonndora ealieea sobve o! poclos Ani, fostaneando,disewten cuatro hotea Entre tate, «ol paisaje ha suf'do wna mctaciin conaderaites. Don “Antonio abre sn loretay eoncma el inventario: la Isnura os la-misonas el urizante a idéntieos el cielo ex.el propio cielo rulinote; el hosizonto es el berizonte do siompze, con ea mostate zarea; pero on al Han hhsa eparecido ttaas easrasess bajas, achapmrradas, ne- ‘grizeas, que ponen Sntonsaa manchas sotundas sobre la fiers Rosa». Piensa de nuevo en don Quijote. Pero, en seguida, ‘vusite sla realidad, ancta: «una avutarda crea inte rnente, paumdsmente, sobre norotres; una bavdda de tain, posh en un banca evant el vaso yea SPAT fin, después do verina horns de traqueteo, sla montedia_epatere cercanar y eal fernoso puerto Lar pices. «El puerto es un anckvroto poso quo forma tina depresign de le montadas. e.as cesss bloncas del lugar spareven de pronto». Azovin ge allega a la possda, ponotra ox «un cumrtito pequeio, sin ventanasy y 8 pone a escribir ea Ia Ius_de une bujfar ‘En otasiones, viboroa en este cuartilia do Azorin a ‘emocién del paisaje, Se infiltma en ol expfrit «un algo ‘sterioso, ub anbolo quo no podemos expliear un snsia Indefinida, incfable». Eo efecto de la slissure gualda, ‘bermeja, cin tne tur, que ae extiende hajo un ciclo fin nubes hasta tocar, en Ia itmensided remota, com fl telda emul de ta montadays ¥ es también el resltedo dl calancio profundo, eolemne, del compo desierto, soltaron ; Be explicn oste love temblor, pues el esptita uo ot ‘una frie lento fotogrifica, Por eso, los realstas puroa hecesilan esforaarse pave ebiniune el irsmo, ol emblor femotivo, y acercarse a la impasibildad de Ja lento {olografies. No lo consiguen del todo, psro su emosién 1 revolt y embrided a6 arfuna creas La notacién reporter, eonvertide en manta pot el seslismo finieculer, poranitis, esenbie novelas een tn anjnirnum de imaginacidn, Bastabs pasa pergefiatias hive onear, lépiz en mano, en. clertos logsies, con prefe: reneia ex fos barziadas pobres de Ise grandes urbes, ¥ sveriguar Ia vida y milagros de algunas gentes, y yur- Yeponer eobre ol papel ln cosecha de informes somse~ ciones. Le obra era entoneos un dasil de “eases, pre~ rentados cn su salsa, de sujetos que aparecian i. inse ‘ante y luego desaperecian para siempre & thi de dejar sitio a otfos, pues es duro snerifcio desperdiciar mate- sles, Ast nacieron multitud de novelas pldmbeas, jn- corghticas, Iusefanca de interés. Cusndo Berojn’ nos Teva, en La busca, de un tabueo un zanuizams, de tun auquizaré a uha taberaa, de use taberaa a ina ‘eveva, de una cueva a une zahurda, do Ta mugre aa rofia y do fs roiia a la mugre, ¥ nos va presentando oles, borrachos, prostisutas ‘y"ladzones, sin mayor fenlsoe entre un episodio y otro, advertimoe el eaiiamazo srrosero, €l pescrinaste, con ou Hibreta de apuntes. No fe viakimbra imoginacion ecoadorn en ese contin de nnotfeults, en esa eanstruccidn sin linea dorsal, con per- ‘onajes cue no Ta atraviesan do peta a eabo ¥ que 90 Zbnoen ino cuando prineipian a interesar La novela psicaldgiea nos brinda sbundantos ejem- los do realismo subjetivo. Dirteso qe sl escritor ex etneo si cetidos,enlrecerrare ls ajo para no die: ‘traeme con Ia visiés do la fore, ¥ tapiara los ofdes ara no ofr sus rumores, interesado vnicamenie en fuealtar el silensloso pero turbulente vivir interior. EL exeritor paoslogo se desdobia como et personaje de Paul Bourget, Gresiou, protagonista de Za disciple, quien esoribe a st mnextro: «Hubo siempre en mf dos personas distintas: une. que ibs, venis, obraba, centia ¥ otra que miraba a Ja primera i, veuir, obra, eentir, on una impaxible curiesidad>. Y més edolante: «Estoy cn Ia prin acusado do un erimen eapital, perdido el honor y también abrumsdo de testeza, ¥ pienso en ee sane Fa ‘ete situscldn como en un expecideulo que me fuese jeno>. MMs procede el osertor gsiedlogo, sat se desdobla Eola fialdad judicial con que atisba €) panorama in- tevior de sus criaturas (on realidad su propio panorama interior), carncteriza sl arte psicoligice y lo distingue de Ta ofision roméntica, ciega, caliente, tumultuos, ‘Ls inguisicién imparcial y gevera de Ia propin Suti- rmidad suele desembover en halls imprevistos y dese fagradebles. He aguf: allf, en la sima del elma, 20: penteon, Inrvales, sentimientos espurios, brotecillos de nueatro egofsmo fundamental. Es duro publiearlos, pero también desperdiciarlos. 0 sale del conflicio atribu- vyendo a otras evtus revelaciones ingratas del exflisis interior. No es fretuente encontrar sisledas en estado puro Js dirtintas expecies del reatismo. Lo comtin es que altesnen ea una misma obra, ai bien con prodominio fen unes autores de lo chjetiv, en otros de lo subjetivo; ‘eucstién de elma, de raza, de texperamento. En los puchlos solars, gdrrules y eforvescentes, es mis pode- oa0 @! realiamo objetivo, el arte imagt. edo edquiere color y forms, todo plasticidad; casi no se sienten lot Intidos do la vide interior. Ast es, on general, de epir dermis afuers, el reslismo espa. Y asi es, por deter- riniamo do singre y do clima, e] ralismo rioplatense. ‘En los paises bramosos, parque las gentes son més hogarefias y meditativas, porqua el artista so ensiissna yy #9 entrega con mas frecurncis «le introspeccién, ol Tealismo es més subjetivo. Algunos tienen ojas y'20 ‘Yen, oldos ¥ no oyen; anda, como sondmbulos, stentos silo a las tremolines de la. vide interior. De epidermis edentro es el realismo de Teen, de Sudermann y, en general, de los rusos, Leyenda,’ por ejemplo, a Dostoieveky el lector so plerde y abisma fen ef alms tenebrosa y Iaberfntica de wut personajes '¥ penss repara ex ai ffico y en of teatro donde se Inueven, . Francia, acuso por ol equilibrio de eu clima y de ou as orincs immune, eenio, inspite obras donde concurren a la par el andlisin Cl alsa y la obsorvacién essets del vivit exterior. ‘Quien deseo nerebir con limpice estas tres marifes- taclones de realism, lex primero Modase Davary, es érimen grabado de’ equilibrio de lo extemo ¥ de lo Interna: lego, Soivieza, dando lo ebjetive dering; y, por ultimo, Le sonata’ a Krewlar, novela en que 90 ‘anubla el mundo exterior y aélo hay concioncia do 1n3, angustias y borrasoas del coraztn, El conecpto que nos hemos forrmado del_realismo, nos desvia do las nomonclaturas consagradas. Tipos © ptcajes clasfieadas como realists, para nosotros de- jan de sero, Verbigracia, toda In familia de las grotes- ‘os: sorranas del Arvipreste, gigicies rabeloianos, cari- ceaturas que pusblan ‘pasos, entremeses.y_sainsten. Tempoce sdmitzaos dantro det rea La gianille, Pepita Jiménez, Bl {e oot, porque hay idealiacisn do a ergtara hxaana. En cambio, contra lo habitual, hellamos realismo en los roméntleos ‘puros?, en clos pelieanos que se natren de sus propies entrabse, qufenes en novelas autobio- gestion expresarn i Hipoesein “al como Ie eo eran’. En otro sitio pasamos reviste a los divereos nom- bros que toms el realismo segin el flaneo que preeente; Joe rake difandidos: cosenbrisms y naturaliono. ABI ‘amos que ol cosiumbrismo dis en reflejsr a6lo. com ‘tumbres populares: eémo viven Tas genter Inumslde, séao visten, eémo oo divierten, a qué usoe, prejuisie, superticiones y ereencian oberiecen, Ex reslismo obje- tive. La obra costumbrists, como cl tallo del mais, rmuestea a ras de tierra las pates de loro de sus lees. ‘No hay en elle penotracién paieoidgioa: todo e2 ‘exterioridad, Presenta siempre una caracteristica formal {que 0s privstive del realisno: Ja adoeusci6a do fordo ¥ forms. Cada quicque se expresa, como queria Hars- io, de acuerdo eon su nacionalided, su oficio, si edu- eacién (o mala educsei6a), su jerarquta social, eu estado eu 2 emotivo *, Se utiliza Ia jerga y rebrotan idiotismos y refranes, Rn la obra iderlista no hay tel adeouaeién: todos hablen pulido. El seflor y el criado, Ja princesa y su eotfideute, Lodus académivys. Bl natnraliamo, tomado en su realizacién més quo cen su dostzina, es esto: pinturs de costumbros pop Jares—con preferencia de malas costumbres—, reeliamo objetivo, Yuna cosa més: eonjeturs psleol6gien. Pensemos en una obra tipiea: [’assomanotr, Zola, como 41 Virgilio dantesco, noe guia e través clo un injermt, a través de los lugares bsjos de Pacis. Vemos y ‘olemos" tabersss, cuehitrilos mezcuinos, un lavadero piblico, ‘une fundicién, un hospital, un manieornie y, para dee canso, un tallercito de planchado. Pero esto «8 séla ereenario, Otra cou quiore mostramos: la vide que # sqazapa bajo ext sérdida cobertara: eémo suiren ¥ go- ‘an; imo odian y aspan os guiapos humanos de ese infiemo, Asistimes a euehipandas, & veloris, o escenas de alcobs, 1 Ins (ragedias del alcohol. Podria ahora preguntaree: ino oa eto realism obj@- tivo ¥ peicoligien eomo el de Flaubsrt? Qué diferencia de fondo existe entre Liatzommoir y Madame Bovary? A nuestro juicio, una diferencia wubstantiva que tra- taremos de mancar. ‘En Jo que toca a la captacién de lo externo, nada. fundamental pepara a lee autores de L’assommort y de Medine Bovary. Tsenen. ambce aatenns finas y codi- ‘einsas y saben transmutar en arte su cosecha de sensn= ciones, si bien en Flaubert hay més rigor en Ie eloc- cidade materiales, No aproveche ‘todo', como Zola, fino lo que ba pasado por el eenido cendal de su buen gusto. Bs en la, penetracién psicoldgica de los perso- tinjes donde radiea la diferencia esencial, y esta dife- rencia proviens de que uno y otto Iaboran con estratos sociales distintos, 2 . No podemos desir lo propio de la novele naturalists, Ea ells s, aparece el abieme eepititual. ‘Recordemes, en forma apretada, sus ortgenes (som ‘pre hay alguno que no oyé hablar del Mediterstineo); loz hermanos Goneourt que matsban sus ocios husmexnde ‘en 2a vida cirenudante paca ebastaree de material lite- rarlo, no eospesharon que en s propia eccint, que en sv proping navices, uza pobre aizjer estaba liovando una vide profieda de Innes y de aventares dolorcsss. Lo supieron cuando muri6, eusndo os vida fu6 teitue rads, en portales y fesiaa por lse comadres de Ia vecin- ded. A In lus de este chismear, y atando exboe, recor deron hechos extraftos que sélo ahora i “2 smenéoica uneeanta Trien. Los hermanos Goncoar', finos eabuesos, vierom on seguida of partite que podta soearse de In reeons- ‘ruccii de esa humildo vida, Asf nacié Germins Lax corti. 1. obra de les Goncourt fué algo asf como un boqucts abietto por donde hizo ierupcin, eh ch campo del arte, tuna muchedumbre que en In: novelistien francess hats qiuodado exchufda © poco menos. Por ese boguete #2 colaron todos los pingajos humans, carne doioriéa, ‘vciows y malotiente: los dramas del alcohol, del paupe- Emilio Zole, ye irritada contra el romanticismo que Movsha deutro, vis en Germinie Locertews au camino de Damssco, Eaploté la misma veto y loventé con ese imo, ao teas ado, una mole cielépen: Les Rougon Macyart. Nada ross simple que €] modus operandi de un oe critor naturalisia, Su novels se compone de tres ele- -mentos: el modio, sus habitantes y le trama, #1 medio Jo tiene frente a sus ojos: es la iealidad vecina; y de sts ronlided, por tiranfa de oseucla, ol soctor més sors- + brfo. El novelista recorro tabernas, burdeles, hospicias, ofrecles, {arieas, conventillos, todos los reductos y os condites del vieio y del dolor popules. Lépis en mano, feng sus cusdemoa con imagenes visvalos, auditivas.., y olfativas. Al mismo tiempo estudia a la gente o gentuza que hhoas en 50 estercolaro, La ostudie en su propio eal, Ha visto, en sus vegabundeos por le cloaca social, una, earavana de posadilla: mendigos, borrechos, rufianes, Duseonas, maleantes y proletarios eargados de hijos, de riseria, de odio. Con algunos converses un momento ¥ se hizo contar periperias de sus vides; y de otros esquisd, como un médico, sus antevedentes hereditatios. ‘De esta galeria selenciona unos cunntos. Losda euerds, y les lanza deatro de una trama. Le trama os lo de menos: puede servir de canamazo anestico una exé= “nice policivea, una tragodia vulgar. La novela se des aa neato . “6 envuelve en una sere de situsciones apenas eslabonadas, Y fremic a certa situation el novelita. se pregunta: deémo reaceionarta, en esas circanstancigs, un suet tom el temperamento, con la idiosinarasia, con Jos hie ‘os del elegido? ¥ 20 contesta: no puede rencclonar sino do tal manera, Pero ests coniestacién no pass de uns conjetura. ‘La hija de ua prostitata he. sido edueads en un colegio, religioso (el caso es rmuy fresuente). Recién ‘egromde, un experto en donjoanisme se propone sedu- ‘era: la roquicbra, la ealabi, Jo apremia, zCusl cerd Ja conducta de la muchacha? 4Qué vencer? ;Vencerd x sangre de cortesana o el teanor inhibtorio infundido por ts educacién? Venceré to que ls parezca al nove- linia, lo ee eonjeture més conforze cou In Ségica de Jon sentisientos YY bien, me alld de Ja conjetura no pode ie la Uae mada novela experimental. Le as, entonces, inaplicable In {6rmale, cientifica que oprendié Zola ex Claudio Bernard. Hay en_osis férmula una etapa inaccesible pars el esoritor. El hombre de cieasia observ casos. particulares, formula una hipétesis que sparentemenis Jos culee cuando o& poste, Is someta ¢ Ia proche inexperinentacisn. Et hombre de letras obocrva & su frefine y conotye ana tiptoe qo enplqus ie cons ‘ducta de ese préjimo, rata de mostear los resortes ovultos que determinnn esa conducta, Pero no puedo ir més allé de Ig hipStesis, pues los hombres. no son pasibles de experimento, al menos para el escritor ‘Los eecritores nsturalistes nos reouerdan 0 viajeroe ‘en paises de idioma desoonocido: oyen a los gentes, pero no entionden palabra, y entonees conjeturan 16 ue dicen por los estos, por Ia entonacién de Ia vor ‘Algunas voces dan en el blanco, pero otras interpretan los gostos cou 41 sabio griogo y el bellaco romano fen In famosa disputacién que tan doaosamente narra el Arcipresie de Hite, La conjetura, naturalmente, no pusde estar muy lejot de In verdad ai ae epliea @ geates dal subsuelo social “ sertncy, urmsaet ¥¥ s0 resuelven todas aus situaciones apelando a las dos Palaneas que muaven ol mundo: el estamago y ol seo. HL mundo por dos comes tabsja: la primers per aver muntoendla; Ia ota ors ‘or aver juntamiouts oo faubra plecenters, "Tal hizo Avistofanes en Zgsisrata. Tin ests, comedia reqociiante y cescnfadada, da el Giga modi infalible contra lag guerras: na expecte de huelga femening, Is imposicién del eyano éeaual. En el terreno cenual, 18 mujer Gene sobre el hambre una siperioridad hicldgica tan, ebctmadora —menor dexgaste, mayor eapacidad de inhibicién— que si las mujeres viilizasen Te reeeta de Aristéfanas harien del hombre un faldero eupieanto. ‘A los raiemas resorics elementales aondia, Zola y do ‘anf ol acerto de mus brtviciones. Dice en el prefacio de Peresa Rapuin que hs clegido personajes . Pero 70 hay detalles de esta hermo- ‘nue, furs de que tiene el eabello retinto y ojes enormes Yy asanbradizos que miria siempre ceamo ebrios do ‘apacio>, Su alma no et menos bells, En si coraréa sp guarecen lee virtudes femeniles més presiadas: «gra- cia, verdad, pasién, inozencia», «Pura como los sera- fines>, sensible, pudoross, toda bondad, toda caridad: i wexceame ee e505 Luole, mujer arquetfpice, intests de perfecciones dispersas por «ln mtlsiple ominidsd>, En al gremio do los poetes, In idestizacién es cons- tante cuando escriben en trance amoreso, La di ‘ceguora teansmuta en vireades fos defector ¥ axplitca lee cuslidedes. Beatriz y Laura (pare nosotros 10 hay duds) fueron mujeres de carne ¥ hueso y, por eonsi- sguiente, imperfoctas, Pero enaltecidlas hasta lo sublime ‘a amorosa lama de Dante y do Petrarca, Todos, quien ‘ms quien menos, transtigutea Ia Aldonza en Duleines. Las mujeres, cuando no son vanisosss, han de asom= bbrarse de Io que ven en ellas ous enamorados, En 2ea- Tidad To que ven es el ideal femenino que Hovan dentro. fe alinda y exorna a la eriatura que sirve de exetante con todes las perleccianes que inspira el corazén rendido. _ Concurre, ademés, a ta idealisacién de To zeal, une cireunstanele ya citads en cl eapttulo dedicado al realismo: la lejania en el tiempo y en el espacio, El recuerdo idealiza. No es lo mismo trabejaz con sensar cones frerces, recientes, que trebajar con el recuerdo ya un tanto onveguecido de esas eansaciones. Ea el Dimer cao hay, un soler de la vida; en el regonddo una visiOr lunar. Ea el primer ceo Ia pégins tage rasta yon logue, Cameo a bbe de memoria, les cosas pierdon sus aristas dentudes, 8 apperesa, ou tugosidad, y aun el dolor pretérito we postisa, Por eso nos parceen tan bellos los lugares testi ‘G00 do muestre infaacis, Por eso, al turista, va de retor no, Buropa le parece mejor, eam su patra cumndo es taba lojot. ¥, finelmente, por oo0, . Era un atsrdover: «el sol Tegsbs sl o¢ato, las majadas que volvian al redit hen dian ol aire coz sus eonfusce botidoss. Entre mujeres ¥y mocetones que rezea, el duetio de cas, con religion ‘idad honda y primitiva, pide « Dios Por ego Bemes afirmado que el arte, aun en sus més Tibérrimes expresioues, es imitaciés, ea mimesis. Fuera de st esclavitud @ Ins sonaaciones, otra li tecién constrite al arte fantasiste: In verdad estétia. EL artista puede hacer lo aie le plazea con el capital de sensaciones que sus sentidos hen capturedo ce la realidad. Puode, como doa Quijote y Sancho, reraon- ‘arse en Clavileio; pero, en cuanto falte Ia vordad cestéticn, serim baldice aus eafuerzos, . ‘Siempre hay quienes faltaa. De abf quo la evoluciGn del arte ee traduzea on uns eerie do acclones y reaccio- fnew, aogiin Intentaremos demostrario ex un capitulo sobre al vaivéa pondular del arte, : Ta verdad eatétien —huelge decirlo— poco tiene gue ver con Ia verdad ligica y, por consiguiente, con 1a verdad cientfies, Repose eh uns convenciéa’ qué los sigloa afizman, No e8 Tail, por tanto, ectablacer rus rowmente sus limites, limites improcises, apenunbra- dos, Noo concretarenioe sefislar elgumos requisitor ‘Que parooe exigir ems verdad, ‘En arte, todo lo sparente es verdad. El artista s0 plania frente al mundo oon Ja virginidad espizitual de ‘un aif 0 de un primitivo y puede reflejario con la simplicdad con que Jo hasfan ol nitlo y el primitive, ‘esto liaman ‘impregonismo’. Ke fil espigar en Ia pposefa matiforas do este crigen, construidas con #ps- onda movimiento de tical Ma no 68 : ‘poeta, in ombargo, ‘vs! cémo In +pldora del mundo» patita por Tos expos; y e505 sco alilado, se unde en el vientro de les nubes; y feomo reapareco y continia mi marcha rauda © impa- title, Vista esf, reabalando entre cendaiee, no es el ‘combligo del fiimamentor tino la . ‘Ass, esclava de su barro, es le muchodumbre de Zoi. Pero no todos los hombres son mocanismot tan simples, Gierto: todas somos barro, todos susumbimos ante las {ntalidades do ls carne. Mas en este barro palpite wa porifeuls de Dics, y no siempre esta particule ests sofooada totalmente por el barro. Todo hombre tiene 2 mu coraxGa ha dicho alguien un ruseor que donate, Zola en una de sus frecuentes rebeliones contra e} Gicterio de “esistion do la cloaca’ quo ve dié al nature lismo, explica que, si aparace tanta pore en 1a novela aluraista, no es porque se ‘eijan’ tipos potridos, sino porque superabunda {a podredumbre en ls. criatura hus mana, tanto de srriba camo de abajo. «Tanto arriba ‘cemo abajo, tropezsmes con la beatia>. Y prefiere estu- iaria ab8j9 porque ee presente mis dosntda. Sin em- bargo, el método pueds aplicarse clo mismo a les duqussas que & leg prostitates». ex sao a jedan « su imagen y somejanra, Pudo entonoes haserlas refngio de eentimientos vividos per él, de hechos de conciencin encontrados en el bueeo de su propia alms. ‘Ala virtud do ose teasvaseroiento atrbulmos Ia vordad humana de estos tipe flobertianos que, une vex ceno- sidos, no se olvidan zude, Quince abos hace que defies Madane Bovary; no hemos vuelto a hojeatla_¥, sin ‘embargo, nesta fleen memoria recuerds Jo priacipal. ‘Esta mistaa virbad bellamos en Don Quijoe, novela que Flaubert debié recordar cuanéo hilvanabe is suya. En Don Quijote no hay persons infrahumanss, de ‘mierte que Cervantes puda transmitirles (sobre todo al ‘absllerc) roucho de mu experiencia psicoldgics. Cervantes no necesita adivinar qué sucode en el alma de aus erinturas, porque lo sae, y lo sabe porque Ins leva. dentro. ‘También lo sable Tolstoy. El autor de Gucrra y paz desparramé por lon apesentoe fntimos de su prole eaté- tio ol tesoro do zu vide intorir, extraordiaariemente campleja y rice. ¥ pudo hacerlo, porque tampoco habla, un abisino espiritaat entra él y ess prole estética ‘Tel abiamo no debié existiv onteo Thaen y ms pore- srinos pecsonajon pues conficen: Todo lo he buseedo fen mi mismo, todo hs sstido de mi eorassn>. ‘No podemos decir lo propio de la novela naturalsia, En cli, sf eperoce el abiamo espiritual. Recordotos forma spreads, ur ogee ‘pre hay alguno que no oy hablar det Mediterckaen): los ‘hermanos Gonoourt que mataban sus ocioe hutmacando en Ja vida clreundante para abastarse de material lite- ratio, no sospecharon que en su propia cotins, que en sus propias naricgs, una pobre mujer estaba Nevacdo ‘uns vide prediada do lances y do aventuras dolorcees, 1Lo supicron euaade muni, cuando ose vida fu6 tritu- rada en portales y ferias par las comadres do Ts vecin- dad. A Is lax de este ehimmenr, y atando cabos, recar- ddaron hechas extrafios que adlo shora interpretaban ssvtriea tanemanat eo Jas palabras. Se acoplan las palabras sin més pro ‘ocupacién que el nuidito de la rma y el tictas acom= pasado del ritmo. Hasta pootas de le emineneia do Herrera y Reissig esyeron en este extravio: odo so péstwne y abuteacto ‘Yrs fntinan de mendlogse {Lo expan desloge. Del Taeognoestble Absa, Arde ol bosquo ertureseto Ba oo Gada do Ino, ‘Yep clctisa el itsuto Laberinto dal prosenio (Con el féeoro al genio tbrege de lo aclato. ‘En materia crométios, In libertad es casi absoluta; ‘oleeamos los eaballos azules de Anglada, pastos rojos, ‘éelos y mares de colores inverosimies, todos los capri chos 0 mudansas del dattoniemo, Toleremies Ja eatii- sancién do Ing formas haste. un grado superlative. Pero ‘esto hay tna frontera, te puede eatiBsar l peeft de un rbot hasta quo m0 e distings si especie, pero no ir més allé,no ic hasta. que no ae distings que 40 c¢ un bol, Finture falas, pintura de :anicomio 23 em que ‘unzos que Io mismo de, colgatioa cabeza artibe 0 cabesa abajo. ‘Tovante a lo snitiado, se nos oourre que Is verdad csiéticn corre parejas oon ls verdad psicolégien. El ar- tista puede modificar a mu gusto Io exterzo de sus criaturas, pero no su verdad interior y hasia le es per nmitido 8 atributos, siempre quo no altered su paicologia, En Ise fSbulas, los animales gozan do un Tunlbuto més: el lenguje articuledo, y nos parees mnuy bien; pere tildariames do falsa In fAbula quo presentase tun sotto ingenuo, una hiena bondadesn, un led oo barde, un buho forpe, ux perro infil, un asno orgalieso, ‘Exigioa quo ios aniiusies mantengen Ia psicologta. que Jes hemos atsibutdo. ‘os antiguas, con admirable instinto, al erear.su po- cy 6s rearing faune de se:ee fnetivios, no evan In arbitra~ dad al terrona psivol6gico. Vemos en la sirena. (vo rf, formas venustas) el mito del eterco femenino, fl canoso concenio de que la snujer es una dulee mene tira, una atraceién irrosistibie..- pero fatal; y en el Joon, el etemo masculina, Ip tortura feeundadora, La tian del semen, expres es In Tasiia del macho ‘os, dioses del Olimpo griego viven como los ‘etl ‘yeros’, con sue mismes pasiones, virtudes y flnquezas. ‘¥ son estéticamenie inmortales por lo que tienen de mortales, vale decir, de humencs, Hay algo mis exorhitado, més fucra de te pasibi= Jidad bialégioa que los gigantes de Rabelais? Sin em- bare, sobroviven, Tota ol vulo sabe quiéne 603 jaganttia, Pantagruel, Cargamola, Grandgousier sobzeviven, sean nuestro modo do vor, porque la exor- no Tega a fo psiquico. Dentro de eins eorpazos jroales evtd, Itabslnis, of ospititz emancipado de Ra- bolas, y est el ‘hombre? eon ss apotoncize mis expose ‘inead, mis clomentales, mas graces. Los gigantes de Swift y sus liliputienses no tienen Ja fuerte dosis de oubstancis humaa do los moxstries rabelesianos, paxo actiian como hombres, y de abi que, 2 peser de ou ceformacién fisiea, so mantengan dentro do In verded ostéticn, Para nosoires, In substancis humans es, en arto, elixir de vida; e8, de In obre, lo menos fallecedero, La efseara verbal del epitalam’s saloménico yace resces por los sighs, pero su lava emorosa burinjea liquide y caliente, Hi idioma do la Ceteelina, coda siglo seré nds achacoso, mis nesositado de naulotaa, do apunta- Jnmiento eradito, Pero la impregnscica huinsna da ala trogicomedia foriaiezs, de Giamante, y le permitird ro- sistirairosa las limaduras del tiempo. El tesiro espaol del siglo de oto iu6 una eulfurica llamarada. A Te sazén —spartado Shakespeare— nade cotejable produjo el mundo, Hoy es une brasa eubierts de ceniza. Se lee on cierto desvfo, por curicsidad, por exigenclas de ine o antoich ureenans formacién y no para golesina de} copiritu. Su émbito no se aleja gran cosa do !a8 aulas. ¥ es quo falta, en ese teatro, algo rany entstantivo, eso que did poren- ridad al do Suakespeares penetrasion pricolégiea, Las ‘excepeiones gonfinman Ia reeks "Resumisndo: cada vez que el esertor ‘deskomaniza’ suarte, oadultera a verdad romana, incurre en here, pisa en Jo falso estético y se coloce Rare de la literature, Conelufmos entonees que la Iberted de erouciéa, aplicads a 10 psiquica, tiene un Limite, no puede tras poner Ia “logion do los sertimientor’. Los eonfines de ‘eta ligica los conoceaios por dictado de nuestro propio corazén y por la experiencia milenaria de le que_es el heaabre interior, guardada or Ja ciendia y por el arte ‘Br peaible que una madre ssesine a sus hijas y que un hijo comete matricidio. Pero eoneebimoe tales exfe rmenes slo en ettsdo de alionacién mental. Quien los Hove al arte sin wtribuires cardeter teratolégco, pecs contra la I6giea de los centimientos, cac on 10 falso estético, coo ai dijese que llueve de abajo pare arriba. Sélo en broma: en el vodevil, en a opercts, ex In comedia frivola, es adminible ls alsedad pricalégioa, el ilogizmo de las’ pasiones. Nos divertimos viendo a un reflor cornudo, sabedor do su situacién, sgessiar al mente de sc propis mujer y mimar » éta como en Ia Juna de saiel. Saberaoe que esa sotitud no ela natural, ‘gentimos' Jo endenalo do esa conducta pero, como todo ‘8 broma, pssamos por alto. No es un prejuicio de moral burguesa Jo que deter- ‘mina suekixo eoncepto de lo normal o anormal prico- égioo, tino algo més profundo, més voting de nucetra centrafia, Sin reflerién, decimos de un acto: ‘es human’. Lp sabemos porcue lo sentimee humeno ¥ porque ia vida, In mejor maesire, nas lo ha enseiado. La literer tra, peiooldgice moderna dié en presenter, no parse ddigmes sino ‘canoe’ y ealaveradas del coraséa, al morgen, ead todas olla, de la étice corionte. Humane es 1s pasién de La malzwrida hacia su padrastro, como 10 os ls pasién de Fedra hacia Hipslito, wu hijastro; hu- sao oo uno same nin te ane Penge cme ae conte, ami to sus hijos, y sbandona por 6! hogar sme sa ita em scan oa Sit Como es humaao el que un oxeclente padre de familin, después de una vide soscgada y regular, pierda la chas een ara e LE ges enloquecido por Ias pantortillss de una bailarina, o los spon eats me oe te Psicolégicamente verdadero y, por lo tanto, susceptible Teese lee lt Sutera ao E! principio de que les letras no toleran Io falso psicolégico viens de lejos y eaté confirmado por uaa ‘experiencia de sigloa, (Horacio ya lo formulaba en su Episicla a tos Prsones). ¥ que no se trata de un dogna Sheed thee, ete mat Estee at ens sa Ssne Qdrspak moasauneaand ‘miopfa: pagd con fa vide de eu obra. v DE LO GROTESCO O IMITACION DE LA REAL DAD PLOR DE LO QUD ES Ep los expitulos precedents, amalizand Js tren fase de In mimesis, hemos Jlamedo ‘qrotesco” al arte que Aefigura ta Tealided. presenténdoin peor db To que os. “Vietor Hugo * enouentaa ex lo grotesco, revergo para 41 de To sublime, uno de los elementos carscterizantes dol rommanticisms o, mejor, del arte cristiano. Reconoce, tempero, cateccdenica on ef arte de los antigtos: «Loe tritones, ls tira, Tas eflopes, son grotescos; Polifemo 8 un groteseo terrible; Sileno'es un grotesco bufén>. Pero slo grotesco antiguo es tfmido y trata siempre + de caultarse, Los sitios, los tzitanas, las sizenas, eon ‘penas deforaes. Las pareas, 18 arpias, son més lentes por sus ziributos que por sus Tasgos; las furtas ‘20u belias y se las llama ‘euménides’, os decir, duleas, behochors Hay un velo do grandest o de divided sobre olzoa grotoseus: Polifemo es un gignnte, Midas tun rey, Sileno un diosa, ‘Terreno propicio para lo grotesco Ia ccmedin, Pero agus pess In comodia. ent Tos antiguos? «Frente a los colotgs hométicos —Exquilo, S6focles, Busfpides— caté fon Aristimes y Diauto? TTomero los lleva consigo, como Liéreulesllovaba a los pigmens, ovultes en su pel de teins. Avogura luego el autor de Cromudl que lo groiesso, ex el ponsamionto de los modemes, tiene Un papel nmenso, Abarea Jo deforme, lo horrible, o eéunio0, lo 41 Preasio a Crome mr ve enoresca oo ufo. No abarca In feo, agrogamos nosotros, pues la copia de Yo feo, si no Iauy deformacign, da renlieme, A nuestro parever, el srotosco heléhiea se distiague do lan demés grotescos en qae deriva de Jo “hello max taal, (Ge diving en ol griggo una inslintive aversién luacia Jo feo). De ah que aparozea eavuclto, coro dive ‘Hugo, on un velo do grandoza 0 divinidad. En cambio, el grotesco de in era cristinne os In exagoracidn do 16 ‘eo natural: de una vieja ssle una braja; de un bor bre enjuto ung estantigua; de un reptil, vestigloe o dra~ ‘gonee eepantublaa. Fae groteaen horrible tiene remotos ‘antegedentes en el Asia, En ningiin continente, como en el esidtico, la fantasfa ha parido tantos engondros. ‘Hasta el Buda ventrudo es un grotesco. ‘La Bdad Media fué incubsdora de espantajas, fué la edad de los squelares sabstinoe, eonventfeulos de bra- jos y hechiceras, Eu ella, el Tuzbel hermaso de lax cesritoras se transforma en Satands, on un diablo «de ‘una risueda embajada de grotescos, les ‘mascaras’ de Ia ‘comedia do! arte’: Polichinele, Avlequin, Pantaléa, Matamoros, Scoramuche, Capitén, etc. En el drama espeitol de le épocs sures, lo grotesco, ‘encamado en el ‘gracioso’, pone wis eficeefsima nota de contrasts. LAstina que, & veces, suelta el gracioso sue egudezes con una catgante inoportunidad, malo- arando el patetismo de muchas escenas. Ex el drama sespiriano Ja bufonada va mediando lo frigioo y sacudiendo al auditorio con el exeoloirio de lo antitético, Las chocarrerias de fos sepultureros, que en Hamlet precedes al entierro do Ofelia, som de un efectinino teatral inolvidable, ‘Mis adelante veremos émo 2 presenta Lo grotesco Tandntico y lo grotesco modemo, La deformacidn que, conduce al grotesca puede ser sélo fisica 9 s6lo spiritual, o espivitual y fisen, Hay fentonoes groteseos isicos, groter20e psicoléyicos y grO- 7 sudan urea. tesocs que péstcipan do la deformesién exterior © ine terior. ‘Dr groteato fsso o2 ol ms priacitivo y slants, 1 que guntaw los nites y ala pleber ex ol experponto, Ia otara, In reojzongs, el payaso de lon ere, eb Bigante o el dragéa de los cuentos. 1H groteeco paculégizo oe maajar mAs delicado:exige cocinero mis Tino 9 coxrentales mence ineullos. 8 ‘ecto no es vieotada sino rsa de intelgencia. Probablementa eran fisicos lon grovestos qe, dee el carro de Texpis, divertian @ Joe riisticos griegos. Los de Aristéfanes ya eran psicoligicos, pues se encere- aaban & pablico mAs refinado, Qomo oa eabido, en Las ruber se egocija a los ateionses a costa de Sderates ‘La fealdad de la iluatre victima e prestaba pare 1s cearicaturs. Pero Aristofanes logra si propésito sip ne- cesidad de ese recurso: le basta colosar al fildsofo an situacin dessirada (colgado dentro de un canasto) y deformat en doctrine, pretentindolo camo oa chee ‘thn, como un sofista que vende discursos, justos ¢ in- furs, epleablea tos al arte do no paar Ina doulas. Lo cotriente os que el escritor se ayude de to fision para seentuer Ia daformidad ingvir. Lag soranss del Arcipreste son hembras cerriles y slzades. Est4n en los , Con ese moneda se cobran portazgo y poseda. Lo grotesco deo Be halls on el traztrueque de los papeles: el vardn es ef forsado, la hembra la foreadora, Para ello se imponfa Jo grotegco fico: era anenoster dar a tin hembra ere as hombrunas y una fealdad extremads que justificass ah desvio dal varia. Nunes deeque nazsi pasé tan gran pera Desoendi al pio del puerta, falléme eon un vertigo, ~ [Ls més grit fentaqra que yo vi on este siglo: ‘Yepuaste, trl, tole co sal cetgle, a cxornsco a Cervantes, al racalear ol perfil eepictual de don Qui- jote y Sancho, se arrima, si bien con mucho pulso y ‘iserosisa, alo groteseo pstcokigico, De al la comicidad Ae las situaciones, pues lo normal no provora la sa 'Y roafimma esto propécito coricatureseo eligiendo figu- ras fisicas que eoneierten con Ia complexién interior de ‘us personajes. Aduna ontoness a una mesurada defor smacién psicoldgica una mesurade deformacin fsice En I comedtin orpatola de figuréa del siglo vat, sobre todo en Ix de Moreto, hay también grotesces fisioo-psicoldgiens fince y moderados, como el «lindo don Diego. oro esta mosura, que toca en Io grotevco v6lo con Ja yema do los dedos, resulta en Espafa excepcional. ‘Lo coméin e9 In exageracign ela manera del Arcipreste. El mismo Cervantes deeciende a ella en sus piezas me> ores, en los entremoses, deefil de gracias earieatures Entas gruesss caricaturas, més exteriores que interiores, ‘que ye solazaban al pueblo en los pasos» de Lope de Rueds, van resparover en el saimete, en él viejo yen el modemo. En esio se dan la mano Quifiones de Benavente, Rarmén de la Cru2, Armiches y Lépot Silva El stinete criollo continds la tredicién espafcia. Su fuerte no ea, como 2 afirma por ruting, «1 tesliamo, 4a presentsciin de costumbres ¥ de gentes “ales como son’, sino ol deformiamo grotesco. Hx galeria de cari- ‘aioe, Bl eompadritearrabalero, el provinciano socareén, el gringo, el alte’, el turen, el roko, el cntalén, aon en “nuestros tainetes, tipos reales, pero contorsioasdes con, miras a lo ridfeulo hilarante. ‘La literature francess es rica en grotescoe do todes Iss especies. Tos grotescas de Rabelais sou, como foe del Arciprosto,fisis x pricelégieos, peco mucho més fo primero que lo segundo, Son deformmes que han hecho reir... ¥ pentar a rmichas genorsciones. Y¥ ‘sin oalir do Frarcia: Ia Bteraturn burlesca, cone tempordnen de la comedia espsticla do figure, f¥6 dit- loque, dessareglo del mundo en el sentido eaico: pro- vocab in risa trastrocando el orden natnralde les cosas, 3 entvice tanmaaie pporiendo, verligrovia, en hoes do altos personajes ex- presiones angdtiras 0’ poputacheras, x eolocéndelas en sityacionss desazondes oon su condicifm. Aigunos de sus culigres erau de una feakdad siaiesea, emperanto por ‘Soatron, al ey de lo hurlesco” Labia en esa épocn en Francia copia de genie fea, ya esa abundancia atribuye Jorge Renard ' el auge ¢o lo barieseo. Saltando a chras modecnas, encontramos. muchos casos en que el autor refuerze lo grotezco copitual con Yo grolesco corporal: uno de ellos, Tortarin. Deudet, riguiendo ® Cervantes, carga un poco in mano, pero se eoatione, como Cervantes, y no descioude a 1a carica- ‘ure: ¥, como ol magstso manshoge, eligo un cuerpo ie ejustado la idiosinerasia exiravaganto del m= eto, Otro tanto podria decirse de Mr. Piekiviek y de sus compalieros. ‘Pero no 68 indispensable 1 apoyo de to fisico, EL francés, né matin, suelo crear srotescos puremente pale colégicas, estirando slgin atribnto del espfrita ns. In eformocisn eémiea, En Molidre abuadan: ae es Orgon ceaya mojueris ays en in enricatura; ast las «previosas dfoulas>, parodis do Ino ‘presiosas’ verdaderas que, en Jos ‘hotcles, sdorentaron In conversueidm y Is Henao dle exfomiemos finos y espicitunless y ast eu tipoe gené- ricos: el hipSerita, el avaro, el"miséntropo, La vids. pprosonta hotnbres perecidos, pero 08 evidente el aku!- Aamiento del rasgo caractorizante, Voltaire, en Candide, nos ba dado dos grotescos psi- coldgicoe de jorania pemmanoate: Cndido, e! ingenco, y Pargloss, el optimisia, Son dos festives exageraciones. En Is literatura moderna no eeeasoan Los ejemplos. Recordamos ahora Le roi, de Flers y Cailevel. Bo comedia sin desperdicio. Une fing mordacided In expale ‘yoros, No queda en ella titere con eabora. Las mentins socisies aparenen embutides en sujetos de axpecto nore smal, pero psicoldgicamente defurmes, Le mttide aceifirus de Vive kiraive x 1 aeozescn = ‘Lo groieseo sdquicre fisonomta distinis, segin Iss épocas: en unas se inclina hasis lo edmico, en otree Travia Io expantable. Hipdlite sine cucontraria en la sensibilidad ectectiva la cause primasia de cms incl aciones. ‘La Bidadl Media —ya lo dijimoo, incuba groteses orspilantes: eonoretan el miedo, la sapexticién, la cerooncia en Ta magia negra, 2! Renssiniento, cox au euforia vital, romoua of eon cepto pngnno < la vida. Picrde terreno la penitencia, el ascetismo, el renunciainiento, La prosa invade los capfritus, El arte se Lena do oomisidad grucsa y la vide de jocundided. Se peladesn las fabMinur picsntes, Ins ferns pronetas, ol Decamerén, los eventos da le reine de Navarra, ci cinismo de Villon, las indecencias de Rabelais. Predomina lo grotesco edmico, os romfinticos: sblieas, melaneslicas, spasionados, aficbredos, ncurdpains, n0 apeloeen. de To eémico. Acue dan a los grocescoe medievsles o maaquinan monstruosa dorivacionos de lo feo netural, Fl Cussimodo de Vietor Hugo es un buen espéeimen de lo grotesco raméntica, Curado e! mundo del ‘mal del siglo’, advione Ia ora realists, poco benigne para el arte deformative. Los escritores, apoyados en notas de cbservacién directa, copisn Je real ¢ot lo mayor fidelidad posible. Si spare- ‘ por ahi un grotesco ex porque el autor To encontns ga is vid, puss en la vide no tn Ls groases an antes, TI nsturalismo —sobra decislo~ no fué sino prom lengacién del reblismo pos-roméntico. Como éste, pe- agudo.a In terra y a documento, apercibidee contra Las ‘desviacionoo idealizantes o grotesens, Terming el =igio y el arto languidece presa Ce un Tetal cansantio, enn- Sansio de versmo, de fotografia, do renidad empejaca con implacable exactitud, Como consecuencia, @ ciorae, fon To osiéticn, um reaceida sntirrealisia, que corre pé~ rejat con Jn reaecién an‘ipestivista en el campo de I filosofia. Et momeuto es de canfusicn, co tanieos, No a entries amtaanie se cabo bion por qué elajn tomaré el antirentime Finiserulae, os cimiolistas incon Ia erusada: primero Rimbaud —diean los textos Juego Verlaine¥, por ditimo, Male larmé Ribot intuye un arte desasido de le rentidad. Verlaine procura realizerlo en Romances sona paroles yy pocstas posteriores. Mallermé teorize y experimenta, Bare 6) ln sealidad es como Ja ceuian del egarzo: un rasiduo que se desprecia. Eserihe versos que nadie en- tendo, como la famoen égloga L i d'un foune, ¥ que sus oontertulios admiren como la revelacién de tuna. misiea ne 8i bien ac mira, el anticrestismo de los simbotistas ces puramente de expresién, A la meera de sus parietes, los rombnticas, captan Io externa y lo devuelver ime pregasilo de omoeién. Camo un leitmolie aparece. en Verlaine la tristeza de la carne (caro trists), In laqueas de Jos sentidos, el cansanelo orgénico de le vide arti- ficiosa, Por ello cants lo que zima con cia dopresiéa fsieo empiritual, can ean extase lanpoureuse: las tanden ayies, la avis invorniza, que cas dulcemento sobre tos teohos y que empaa log vidrias del caf6 o los vente nalos do} howpital “Toro so expréca como so siente, sin doforranciéa; pero no con ef lenguaje de los romnticas, costaginde ‘en los maestros, de clasicismo: elaro, precico, cargedo e imdgenes y de metiforns tralucibles por la pldstice, So protende desrealiaar In materia estética, presentsn- dola envuelts en ¢]artificio del simbolo 0 disolviéudola ex la misics de las palabras. Se huye de lo grafico, de lo melo, de lo peclindo; y ve persgue lo inpreseo, Yo sinuoeo, Is media luz: ta nuance, pax la couleur. ‘No eonoeemos deformacisa grotesea dentro del sim Dolieno; sn embargo, los tltimos colezos de asia escuela ‘nos llevar franeameste alo grotesco. Empecemes por ol foturiemo: Segiin confesién de Marinetti, el futurismo nuteidae ‘en Jos pezones simbolistas, aunque pronto renegeria do Ta leche materna: «Hley odiamos, después de haberlos 2 1 cnorsaco 5 mado iamenssmente, a auestras glorioass paces 5a~ telectucles, los grandes genios simboliaias: Edgardo Poe, Baudelaire, Mallarmé, Verleine>, "No suberaor con certeza qué querta e future, yeeo af To que no queria, Lo que no querta era todo aquclio ‘ove chracterizara al romantiviemo: 1a melanooia, Ja fxaocién del painaje, la blandura sentimental, el erom tisno came tema obsesiva. De aht que se inguiese eantra 1 ‘claro de luna’; contra el eulto de In mujer, ‘beet feSgico"; contra el consuelismo cnfermizo do D'An- nuncio. Lo que no querls ers todo aquello que eoracterizern sl realismo de entonces: Ia pintara riniaturata y servi do In roiniscula realidad sirewndente. De aki que se {nguicee contra el veriamo que explotabs motivos de cam- ‘panatio, contra Is estética de Ruskin, del «deplorable tuskin* que ponderabs Ia poesia do los rincanes dor- Imidos, de las piedres vestidas de péting, esmobeckéas do tradicién, ‘Voriferaba 3 blesfemabs contra el pasado artlation y conten el arto aesdémice, foe0 do polilay, materia ae neers, De ent nana, cst oll, apenas oe ivaron el Giotto y Miguel or qe? Porque feron "dtormedore as la tealded. i, oe dubs. ristas, sino fnterpretamos mal ‘ex estridencine de Mari ‘nett, también desoaban deformeria o transfigurarin, ‘De is realidad les interesaba slo on sector: las rosea Is fo tay ‘ropdaneny Tuo, ft “bogus sins tea ¥ humors, low sbooques ‘de glgnntescas chimencea>, clos valle agrietados y des ‘veatsadoe por los ferrocarrilow»... Pero ao babia, qe copiar esia realidad faipanto con ln técnica realsta, on places fotogrifiens, sino transfigurarls. Abora bien, 1s transfiguraciéa en estos posetdos de enengumenisma ‘meridionel, debla caer en formas barrocas, £0 10 gro ‘e900, no en Ia transfigaracién tipo helénico que sime- tciza, corige y rectfics Io rel Comiersan los futaristes viviendo en grotesco, Ine endo de Is payacada un medio de propaguads. Y su ‘pene, orm. ‘arie!, Uamémosle ast, oo resuelve en dislocacién, en piruela, en extravsgancia, en deformnidad cémica. El fuburisio, con su pirotaenia verbal y rus boutadeo, divierto y solivin tor énimes ex el plimbeo eananccst do este Siglo. Viene slespués In contlagracia del afte satoree, En los pueblos castigndos por el tremendo vote, ted actividad cultural se paralize: arte, ciencis, filosoa, 1 dolor eo abincs en las fibras més fntimas do gran ‘des muchedumces. ‘Mas, como el dolor es un exo~ lente abono pars ol arte, ompiesa luego a frutecer, Conviene no identifiear dos estados de seasibilidad muy distintos, poeteriores a) afio eatorae, porque dice ron —era lo hatural— prokiuetoe estéticas de fisono- ra diferente. Hay que distinguir 1a sensibilidad de Ia guerra do la censibibdad do la. post guerra. ‘La Literatura etigendrada por las angosturas y agor nfo de, las trinekeres es de indole realign; 68 des- ahogo de ims pavorose experiencia padecida por mic Tones de hombres, pero que sélo una minorin selects cs capaa de convertir en obra de arte, “Hen aparesido novelas Inneinartes quo hulen sangre, u cadéyer, a multud; que exbiben Is miceri ¥ Ie grisdexa del hombre y que aprisionan, coma disco “rtofinico, el estruendo de In guerra, eu orquestaciée, terrifica: of bramar de Ios eationes, ol silbida de las Dbalas, Is reventezdn de Ins gracadas, el tableteo Ge Ins ametrelladoros, Bn la pintura de ls muerte, hom- Drevitos modernos (Barbusse y Remargue), hijos. de In ciudad burguess, ban logrado aciertes que recwer- dan t. Hometo. Son los milagros del dolor. es, como dia un parole de Barbe (ete nos de memoria), somos pequetias madquinas de olvi- dar. Hecha I paz, ls ‘temperatura moral! en Ics puee bos fingoladog, y' de reedazo ea los demags, cambla de golne. ‘Todo #1 mundo vive ef estado, cepicitual del soidado que retorna del frente en uso de licencia. Crstigado por el hambre, yor Ja abstineseia, por Ja uowobre, el soldado desea forzat el tiempo, ‘acelerar a enoresco oa ssi tibno, resarcinse de las horas peedides en el fueze. Y entongea Ilene, con avidex lee teipns y estruje. con sue brazos y acarieia con su boca la presa dulee 7 tibia que pregustata con la imaginacién tumbado en a soledad expantean do lot cetabudoss. Ahora, la voliva psiguiea es asliva ihies ‘Camo el soldado, las gents de los paises martivizads aserian olvidar, huir de Ja romiasiéa de eus peau rias de ayer. A ese fin, en cuanto puieron sé. che ppuzeron en cl torbolling de Toe goces seneusles, on Ia iversién alocada. y estrepitosa. Than a ella con ol apatite do vide de los que han estado corca de Ja muerte. Confraterizé can este enjambre de frenétioos goza- ores, otro coustitulde por los beneficindos de la guerra, cuyo aporte més ganado lo dieron ambos Américas. Ista pigra ensiquecida absndous eu. rincén y entregive al nomadismo noncurante; so abigarré fen Jos transatlénticos, en los hoteles, en los halnensios Go moda, y en todas partes hizo sontir la insolencia de ou dinero, Querfa también gozar, gozar can todos log sentidas, sacavie a Ia vida el mayor jugo posible Ello no significabs dar placeres al eorazén sino a Ins eatrafas y's la epidermis, La mujer contribuyé gran demente @ splacar ofa apetencin general. de goce een- sible con la prédiga exhibieién de si enerpo. El vestido sumario en ix calle y el desnudo en el teatro, en el eine, en las playas, respondian a secrelas y hondas fnsins del hombre de Is post-guerra, ‘Veamos ahora cdimo osta necsensibilidad tus te- rniendo su traduesisn estética, y imo éste. inclindse abiertamente lucia lo grotesco eémico. Bl déficit de alegrla que dejé I, guerra no polis cubriclo un arte que reflejase a vida contemporinea tal como ea, eobrecargada de beoes, de gemics, de ameansas. Ni tun arte montivaso que HMealizara oa vida No habia mis camino que la earicaura de esa vida. De abt ot lange de lo grotesto en el arte de nuestros dias "8 orto, carat Cusndo une expresiin estétien #2 propaga por et rauuo es porate eancierte, con el exptritu de It. paca. ‘Tal acontece con e} jazz. Tl jazr persigue, implacebe, al hombre moderno, Es fniil que pretend czerpear to: Yo oye en el teatro, en el mestanrante, en el café y hata en ta cama, pave Ia radio del vecina £0 fe in- rasta en los ofdas” Y peor si viaje: jazz ea el vapor, Jaze en ios hoteles, jaze en el desierto, . YY bien, el jase’ ce misies grotagca: es dislocecién, stridencis, ruido salvaje. Y es ia musica que necesita J generaciéa actual, frfvola.y pueril por exces de Into. Hombres y mujeres luchan contra el sentimen- taliamo que dommita en o! fondo del corssée, Y la inisica ent enervante socie capa de Gesper- tarlo. Por eso, prefieren el mnmje vibratorio del Jaze, Los oats de les orquestss oubreyen las eontor Siones de la miriea con movimientos de chérieston, Al bacerlo, no. noepechan que son el exponente vivo de le ertética de sm tiempo. Fl sing, como ce rahe, es Ia debifdad del yanguar- dismo. Muse nueva, presenta infinites posibiidades gue contzasan con el gotamlano de Ins ores mus eecotades por und lnctencia de wiglos, Ahora bien, ‘Siro mésimo en el firmamento de Cinelandis noes, fn Joe dian que caren, ni tan mujer hermoss, con hnaborles perogrinas; ni'un actor dremética, con har Iherlos eximion; sino Crslitos Chaplin, un dufe, uD deformador de la realidad eotidiana. EL éxito sin paralelo de Carlitos es bien sugerento. Ceslitoe, no sélo es el*hombre més popular sino tam- Dida el’ més querido. Esta afeecion no es obra det capricho eino de cause més entrafade: el mundo he enconteado on este grotesoo a su mejor intérprete, ‘Muchos bufos exhibié la pantalla, paro Carlitos supers f todos porque eu doformacién’és aélo externa, De- bajo da In bilarente careatura palpits I verdad bur mans. Enearna, como nsdit, 1a risa trégics de 8 post-guerrs, In ‘legria del creo que es siempre ua. ‘Povo fristo, exo cnorrece » Bl groteses eGmnico tiene otra manifestacién fel cima en los dljos animados, meravilless defor aacida de la reakdad, en la cus) basea olvide y solas el hombre angustiads de ruostro tiempo. Cade. époon tiene elgunos sitios que polarizan, exejor ‘que otros, ou sentie. En ln Edad Media, Ins iglesias fueron seguro y_arilo de In religiosdad ambiente; en 3g era de Lope, el alma eepafola vibrabs en los eorra- eer de comediae; ef copiritu francés del sigio XVIL se refugid en lo «hoteles», en los mentideros elogantess Je melancolia. reténticn te recataba eu Joy pargues angentados de Inne, en les clsustros, en los cemene ‘erios; el naturalimo hosaba en las cocinas, em las ‘gbernas, en los tabueos, en Ie cloaca. Ta nueva en sibilided tiene eu mejor nido en el caberet, en ol dancing, fen. ol ciroo, on of musio-hal, EL cataret con la magia. de sts laces, y su derroche eo champstia, ¥ el desnudo de Jaz mujeres, y ob fre- nest de los bailes, spage Ia sed de goces de ie, pareja de hoy y sscia eu apotito de epidermis. Ks alogria momenténea: eoveluye en lengua sabursose y en un dosis de sspirina. EL cirvo es tembién pera los adultos, slegsle. spa- reate. Por eso sintoniss con Ia alogeis aparento dea Yon gozedores de hoy. La vide cireenso, toma do la ropavejetis roméntica_y realista —por_ la. antivess Aragiedmioa que escoude en su fordo— hn sido roto- toada por escritores de la nueva sensibilided. Pero Irente al creo, ol nessensible te eoleca, no on In. po- sicién del acto sino en la del nifio que no ve el retun doloroto bajo el rastro pintarrajendo O trata de identificarve con eae vide. Los coreutes de la excacla, Thablan de le jovialldad come cult moderno, calto que reapoade —lo diremos con palabras de ‘Oricex _¥ Gasget— a un sentido deportive y featival de ta vida. Una compara eomopolita, Doda, divieite al ex tenaado Paris con muses, exorbitencias y excoatr~ idades de cirvo; remeda Iss payssadas del grupo de o arfrie. rman Marinetti. Poco a novo, do esta gegueria va ir aso mando el perfil esttica de In épos (lo palabra *pevfile ced do moda) y 80 vers que spanta hacia lo grotesce comico. ‘Nave ol eubismo, Fn el cublsmo ya encontrames ese ‘darme de sentido comin que todo arie, por hete rovdoxo que sea, necesita. Hey en él una intenciée ¥ tontativas de'reclizarla, La intencién del cubism “escuela navida enire pincele— consiste en prow yertar In realidad visis, no como el yulgo, sino desde ‘ngulos inusitadas. ¥ las tentativas de realizacién han eusjndo en esperpentos que han hecho refc «toda uaa generasién de burgueses. Y con rezdn: nada existe nfs grotesco que un cuadro cibista. De un euedro eubista aime carientura no hay distancia, Por eso, el cuhismo, que no pudo Iuchar eon Ie pintara tradi- ‘ional, realita o idealista, ha abierio nuevas pers- poctives a In caticatora. ‘La easicaturn do hoy no s@ contents eon deformar tun Tesiro arentuando fuerlemente sus raggos solic tes; 0 1m animal estirindolo hasta. Io inveroxtm! come 1 Jos perros el pinias Figari, sino que trata de Inaoer un hombre que se pasezea lo menos posible al Thombre y animales y_ cosas que Posean del modelo un iui de atiibutes. EL resultado es una galeria do groteacos originalisimos, como In fauna. microbiana de Bagerfa, de una oomeidad plenamente lograds. Se cultiva el primitiviamo y ol infantilismo: hay dix Yer que oevordan Agua rupetes o- gamba nifos. ‘La sficidn a lo grotesco es tan general que ha invar ‘ido hasta ©] eomercio, 1a zona do las groves. pre- ‘oeupaciones y de le. pnjs darwiniana, alvgrdndola como tune sonrisa de mujer. La propagnods mele hocerse con cexieatares, con ajfiches qué, a menudo, eR 2o- tables grotencos y que vesponden puntualiaente, al ‘de Je nuove escuela: descealienr el modelo hhania el linite mésimo, Traspueeto ese Kiite, se pis en lee cangrejales de lo falso estético. Eso ocurre ox to exeresca ” sso 4 reprventaciéa no se Faroe abschitamenie ge Ben erin esd doce noo sabe weeps es usa clebra, um febol v wn eeills de dientes 1 arcs y rovstas—terndmeizes des tenipors suet sot han advert el hambve de EER ion de hoy atancoman el ompenve salem See tistacen com cists grea, con histxietss Sansa ° En lo literario, la realizacién fué meno feliz, La cea por eemlo se tradujo en rougones i 3cb- Bere Pcmoein, sla endedovn, az nada do 10 que {1 Rosto‘comn bse ap eres No opotase marco pee vain, No evan sigue Be" oto em groenco lo esiaba en ia acitnd descene trade de eur jovenes ater. VE BL VAIVEN PENDULAR DEL ARTE Repeneando principio de Ia rues hemos le- ado 4 Is conclasién de quo ol arte es reulsta, 0 idea liste, 0 grotesco, 0 combinaciéa. de esias formas pei amazias, ¥ que no pede ser ots ous Nos falta ahora avetiguar cémo ¥ por qué se pasa do un tipo a otro de arte. EL problema e dalicado, cexige meditactén y lergo estudio. Sin ocio para ello, daromo:,_prudentomeste, cancter do hipétess auesiza cole, ‘Notamias en la vida del arto un vaivén gondola, x constonte ir y volver, accida y reareidn, paso de un Tinnjo otro de. minceia. Probablemenie esta idea ya peine ease, A nussiro parecer, of arte zacié retisi, La inten- tal como ia vela. Si ea ls. copia hbo desfigumncicn, ha do atribuirse « mirdevfa téenica, no a propésito liberado, Bs la desfiguracién inveluntaria dol io cuando dibuja con perfiles inseguros fa figura de un hhombro, wna easa, ‘un animal. Este seago vacllaate tienen muchos dibujos rupostees. También, en nuestro sentir, nado realata todo cielo centétion, Nace realista y luego safre un proceso més ‘© menos largo dle descealineidn, durwate el oxel los artisins dejan do copiar fotogréfieamente —eomo decimos hoy— In realidad, ye transfiguran, la est aaa, Is deforman, la someten a caprichcens mela- ‘morfosis, To comin ex que el proceso deformante nwa ase ante ® no se detenga, y que el arte degenere, a! fin, ox des ‘yarfo, en locura, en falsedd eststicn. Cnando. plerde todo vontacto con la vide y et despega del suelo, sobreviene el dsrrumbe. Derinahe momentsneo, pues ‘enter ous ruinas griea de nuevo ol arte reaticin, Y otro cielo eatnienze que seguird a mista ttayestcria, Para quo el vueleo se produsce, no e& Jorzo%0 que el arte desrealigonte eaiga en Is descompesiciin, on Jun, barraquismo vesfnico. Pose osuerir que so eri taliso, que ae aimidone, que ae moeaificue, inmovi- lizade por cfnones vigilos. Una obra repite ia otra, {ast todas sdquioren un mismo aio de familia. Sobre= iene entoneed Ia fatiga ¥ cata fatiga, herisrgo 9 ‘voces, engendra ol cambio con Ia fafalided con que In atmevera cargada so disulye en lhuvis. Por eansancio el arte so clove del rcalismo torrero por etnsaneio vuelve a él, Evasida y retorno: mo- Yiewiento penduler. Este trénsito de un extremo 8 tire no 68 brusco, y de abt Ip existoncin de formas intecmediss, de aitores de tranciciGn, de zonas cre- pusculares. ‘ratarcimes de apoyar sobre algunos he- hos este exquema, Evoquemnos lot origenee del teatro. Ti tnatzo nace fen Grecia. Nace como derivaciés del eulto biquico cen Ins fiestas emmapestres de ly vendimia, Nace enize libaciones. ¥ el vino e propicio a Vents. Pican los ‘eantiridas, Priepo sovrie. Aquello es como una diver- Si6a de perros: todo gira en toro del sexo. Bacan tos y sétires se afiebran y galvanizan on las escarae musa del amor. Nuda més crudemente realist, Heracles es el héroe do este teatro naciente. He sit ccémo lo presenta Miller ': srobusto y sensual, glotsn y bebedor en domasie, slegro esmoarada que’ en sus atos de buen humor s¢ solazaba eon las juegos ¥ Tas pPieantes burl de los stiros. Cardeter reslista, mechado de grotesco, han do © Campos 0. Mutua, Hioleia ge ta Kloaive priya. ae 4 sevfroy ummiath hhaber tenido las farsas con que Tespis slborotsba ¥ divertin a los campesinas del Atien Pero ente cam Meter debid perderse pronto, Era muy fuerte on el friego la propetuion idealiza, el dawo de que ol frte reflgise la realidad mnejor de To. que. e&. Friico, contemparineo de Tospis, {u6 condenado a pagar tuna fuerte muta. epor haber representado sti propia Aesvonturas. «Belo juielo, dige Atuller —euya, ee Ik cila— dictado por ios atenienses, es de gran interés porque demucsten quo aquel ptebio reclemaba do Js poosla, que lo elaes aan mundo ideal y que no le recordase laa riseriaa de Ua vilar- Tal estado de eeplitu explica el caris extéico de Jn tragedia antigua y su dominio absoluto on el siglo de Pericles. La tragelie ce idealiste: presenta un maundo superior, 2 vooes fantéstico, poblado de divie nidades 0 de hombres trensformados en hévocs. Soare roucheduibres apis en inmensoa anfiteatroa revi fotoan versos aladas de Esquilo, Ge Sofocles, de Bart pides, contagiados de grandeza homérios, Bas mic hesumbres, srrobstsdas por el hipaotismo del arte superier, 90 sentian liberades durante unsa horas ‘do les pequetioces del vivir ondinario. Psa liberacién, © , sinti6, posiblemente, deseos de aliviar el énimo por tr vit: por la earcejads, por el desahogo de la ries, Y sparccié el hombre que salistizo exe deseo severe Asiotéfanes, el més eminente y Licencioso de los poctat ‘sémicos de Ie entiguedad. Con Aristéfanes volvernos ecernbozadaments aa imitgeisn de Ta vide. erro «8; ‘olvemos & zembulliags en el mundo ordinario, en vee boan ray grande lens hasts Toa hordes de peqeeces, roxta 16 definiciéa de Ortega y Gasset. El realms aristofanes:o (desenfavlo, sal grusa, obscenidad) tine a wsntsea causa pica una zeacciin contra el patetismo de Is tragetia, ola ol eidicamiete do Sas hombres. ‘Teatro eax. Bato el de aritanes mo serve opie et thes sino que pone al daeubierto Vicia agazapadan Aelnis de eses eestumbres, Parodia avonterssiewton de su epoca y ridicaliza a clamor prominentes: estan aos en el horde mismo de lo troteseo cémieo. A nadie Tespeta la punta de su stira: entre Tos filsofos, 86 trates 02 a blameo preferido: entre los postices, el demagogo Cleén; entro los poetes, el tefigco Eurspies. Ta propensién a lo grotenco edmien y al uso freevante de le fentasin ~eoros de aves, de niloes, do aviepas— Je impiden tocer el suelo cam toda Ia plants det pie Hee prvilegio eataba reservado a Mentude, maestro fen Ia crencion de tipos, peiedlogo fire, meralste amie bile, ealsta cabal. Con él ce cezea el cielo iniciado en Jos festines bison, El estudio del teatro en otra naciones y en obras pocae, tel vex confirmaso In hipéteais que vanimee ur- diendo, a sabor: de que hay unt vaivén pendular en el arte, ¥ de quo éste 60 iniols realiste y de que vuelve al realisina después de un vagaburdeo por in esfera ‘de In fantasto. | tostro do los romanos no sieve gram coca para vefrondar ests tesis, No obstante, vamos a eeharle un vvistazo. No shrve gran cosa porque no fué un teatro nacional, 6 decir, surgdo de la entrans misma del pueblo, sino un teatro parasitario quo vivié a expensas del griego y que no tovo genios que Ie abrioren nuovos caminos. Ademés, no eonts, como el griege, con ef apoyo del Fstado y Is colaboracién do un auditorio de espfritu flexible ¥ alerta. El teatro latino iace realista y mucce realist; oo cing veces piorde este cardcter. ¥ se explica: el genio Gel Lacio era poco inclinado la, ideolizaciéa y a law savontaras de Is fantaste. En ls peninsula itética, el teatro, como tas demée actividades del esptita, aflora tardiamente, Amanete ss vatrés omy ane a cuando en Grecia ya esté en el oom (alrededor del ‘fo 250, antes de J.C). ‘Lo anterior a este orto fueron balbuceas. Y estas bbalbuceos, como los de Grecia, tuvicren consign rea Tite, Tambign en el agro romgno se festejaba In ven dima con danzas rsties, canciones populares ¥ juegos rociads de vino y eargndos de lubricidad. Ad: farsas bseenas de espest comicidad, debleron ser las atlanae dele pshnera época, los juegos esas, ‘Entre los ation 250 » 200 antes de J. C., eqnitiendo ‘om las guorrae pvinieas, aparece 1a tragia, ento es, ‘una manifestasin de idealismo estético. Fl griego Livio Andrénico la imporia, ¥ Novio le aelimata: preparan cl torreno. Une décedas mis y brotan succsivaments Jog tres puntales de la tragedis romana: Fino, Paewvio y Acio, Romana, en aparisncia; griega, en substancia; pues los tres adeplan o parafvisean las tragediaa de Enrlpides, de Séfocles, de Eaquilo Con Acsio termina Ja tragedia. en Roma, Lo quo 20 ‘eacribid més tardo —cl tatro de Séncca, por ejemplo—, no era para representado sino para Teldo, «La tragedia, =Aice Pichon no gusteba » la muchedumbro porque era demasindo literaria; emiges = los circulos de los Brandes setores, yall mudoe Breve ha sido is vide de Ia trogedia: el lapso do dos generacionss. (Cuando fina Ennio, asco Accio; Paeuvio florece entre ambos). ,Qué viene en seguide? Viens el realiemo, ofta ver clreekimo, la pinture do costumres, el deaile de tipos popalares, ux realismo que se ize hee la desfiguration grotesea. Como sucede siempre, dentro de un ciclo estétigo hay autores que madragan, que se anticipan a eu tiempo. Plauto goza do esto peivilegio durante el apogeo de In ‘tragedia, Mientras Ennio provoea el terror y la eor= pasiGn, Plauto ccsquillon Ia plebe con au ingenio festofiable, con su lengusje expresivo, fuerts, piato- + ion voticins sore el teat latino perteacsen Rast Prosow: Hivoria de ls ilewire totisa, 8 sevérnes avemama resco, y con sus carieatnras de pavasitos, de borrachos, ie soldatos inafarrones, iuitedas tl vou do Ja. vieja comedic grecosiiliana ce Bpicarmo... y, sin tal vex, rly vida clroundante. Mienizas Accio ae empetia en soeudi los nervios de Jos duros Fomanos eon tragedias eneombrecidas. de horror, ofro poeta, ‘erencio, que la posteridad exunta slompre eon Pluto, escribe comedias, retlea costum- bres y ere tips con més Finewa que Plauto y cat ‘monos éxito. Cansaron tos das: Accio y Terencio: et tégico, porgue los guiriee no senting ln txagedias por ‘gefadas pensendo en el poitico de Baquilo; y el come dideraio, poraue vireefa viandas damesiado exquisias ‘apaladares hechos a ia salsa de Plasto: espesa y picanto. El caurancio do ln altura tréxica y de Ie finces psi= colfgien resucita las arclanas de las viejas ronianos. Pero abora tracn vostimenta, Lerasia y soa reprosen- tadas por jovenes de buenas familias. Recaco con elles al resliama verndeuto, Leno de saber popular, de sétira 1 de burs, Ta aficion realists se afianze con los ‘mimos', ‘exitoto contabemnig de jooundidad Beenciosa, do esco- nat que boy Tamertamos neturalistas, de palabras ta- bemarias y de graves seotencias de corte filosctico. Eh osto charquito expiré el teatro latino. Muerte prematura. Expiré antes de que aleanzeren. Ise letras Jatinas na siglo de oro. ‘Veamos ahora, en sintesis, un perfodo del teatro es- pallol. Se iniela, como todo el teatro medieval, on ‘minterice> ¥ «juewos de czcrmnios. Pose puede decinse sobre la orientacién ostéties do esto teatro en man- {illas, pera es leito presumizlo ingennamente realista. El teatro litérgien, teatro cetequizante, necesiteba po- zerse & touo con @) sentir y el pensar do la multitud, ‘Hebfa entonces que presenitar In vida de Cristo y lot rmitterios de la religién de una manera objetiva y con- rete, Tn cuanto a los juegos de escarnio, que hactan {y reeltsbon juglares, histriones, remedadorés, eran ee eras do un Tealimo crudo y populachero: mojigangas ve vow ane 0 pparecidas s Ins stelanes y mimos con que feneco et teatro de Rema. Como ea sabide, Alfoneo et Sabin los desaproisé por sus smushas villentes © dessposturass ‘Cosndo el teatro eapaiol entra en la puerta, 19 pierde la fidole realist de sa perfode infantil. Eso vantoce ea os albores dol siglo xvi. Juan. del Bavina ts Is figura petoma de este toatro. ¥ bien, en sus “églogas” y autos hay pacejes do villsnesco realiso; ym otras picaas, g6rmenos de comodia, de farse bar- denen y tats, de zarzuela. Tas Celetins, ragicomedia. de ta misms époes, co solids galladamento a inicineién realsta del teatro hispano ‘Con Torres Nahacro ia vetn roaista no 0 interrumpe. Sus comeiiss . Gullén de Castro, amigo de Lope, sigue las pioadas ‘del smonsiruos, Cotho él, v@ inspire oon preferoncia en tl pasado. Casi todas sus obras tienen antecedente Ii. breseo, no son producto, de obeervacién directa, Con 41 re mantiece Is fuga de Ia realidad ya perfilada en Lope de Voss. Su obra més conocida, Las mocedadea del Cid, os un Ihre vagar de la imsginacién en tomo de un aeunto oxteaido dal Romancero. ‘Tirso de Molina es también disefpulo de Lope, dise cfpulo confessdo. Madrilefio camo éste, os realista por deterninimo racial. Su resamo oo manifest, ola intara do ambientes y, eomo en Lope, en 1a jugess Daturelidad de la fora; pero, més que todo, en eu culto por In verted psicotévice: J orftica Jo setials tomo al més agudo patedlogo femening del siglo de oro, ‘Debi sacar gran partido de 6u experiencia de confesor. ‘Mas este realismo guele aparecer, ectao en ol teatro . de Lope, patinado de barniz idealizacte. Por qué? Por 1 uso do la fuente indirecta. (on los dainas histicos y,religioses), y 1s vagancia desembarazade do le ima Bieacién (en ie comedias de inteiga), y el empleo de 1p sobrensiural, eficactmo en el Burlador para bacer visite la iden filoséfioa yasante en el fondo de le fdbule ‘Esle baunis idealizante eo constn a todo el teatro del siglo de oro y justifion Ia designaeidn de «roménticos ‘que Te aplicara le critics del siglo x7x, EL mojicmne Ru's de Alarosn, hambre medido, dis: ereto, reposado, 20 pore, en ou teatto, slige del mapa, Goando forje dreamas de sangre y comodiaa fanthstices, no llega asia et deaverto, Pero este dramatiemo 20 ‘es su cuerda, sino concesién al gusto de la época, Ba vm rAsvhe pm seem a fuerte eat en Is comodin, de carécter hilvanada con realidades, sogregads de su propio dolor. Blanco de Js maldad kumana, alivia ase dolor, floreeiio an melan= coli filosétien, eon ol desuhogo del arte, Este desahogo no es grite, a1 sdtim violent, sico prion; prédica contra la mentirs, contre Ia ingratitud, contra la malo- icencia; prédica @ ln manera do Terenci,stica y plena, de gracia. Coma el paisano del cuento, trage emargo ¥ escupe dulce, Su dolor, pudorosamente truasmutado ‘90 aonrise, y sus versoa'puleros, anariciados en. lenta, faena de extlizecién, lejos det alboroto de los spatioe, desuncon a sus comésdiae de! realiamo grueso dela lite ature popular Rojas Zorsillay Moreto siguen también Ia ostela de Lope. Pero en ellos se acenttia 1a tendencin ideali- ante. Le pieva més difundida del primero, Garcia de Castatiar, ha perdido todo lasire realists y por e80 en {Solosinate en Is. época roméutica. En cusute s Moreto, todo lo exirae de la obra sjena, menos 6] talento pos tleo can que ls remozs,y la mejora. ¥ bien, si acude 4 Is obra jens. y no In, consubstanein con In propia experiencia, su teatro vive fuera de la jurisdiceiia realists. ‘Ademiés de los ingerios cited, se srruciman detrés de Lope muchedumaize de postes de segundo y teroer orden, Todos ectran a sco en los dominias del amo, ‘todoe'viven con toa restos do a bsaquete, tors re- ‘alientan, con mAs o menos fortuns, 1a asintan de a teatro, o'acadon a los depéaites documentalos que @ ‘euseé o utilizar extétionmente, Fata ptoduccisn do sogunda mano, discurre por tn primera ited del siglo xvi, y en ells han desapareeido ‘Ing pinceladss resistas con quo Lope moteaba su vas isa tela, Ahora nadie refleja ls vide, como es, sino como ls presentat, los dramas y comedias que sirven de fuente o de modelo. Rodeado de un arto ast, cada vex més desprentido de Ia resdidad, 9 plisma el gonto de Calderda. Su ‘exireordinacio ‘siceeo prueba que logrs captar y" trie “4 vstfrca umn ducir en arte I sonsbilided de su tiempo, que no era idénlien a la que eaptara y tradujera Lore te Vous. Calera desnuda el teatro do tris enjundia realisn. Cortn I Tazas, ya cuflaquesilos, yue todavia Io ata ba nl sco, 36 faa, jrete en sx hipeifo, en ula desstad, por los campos de lo fantasia, Diff dar ent une ‘magibesim mde caliente y woladora, con amie Fismo més deshordante, coo una repugnandi ms ine ntiva bacis lo populs:, hacia el eostumbrismo, hacia Ja pintssh de reaulades cotidinnas y sentimientao aéo- condos. El vestido debia corresponder a in substancia: noes saya franebcanosizolujra dalindtica contelads 4 pide precosns adquirdas en of buzne de Geéngora Por lo convensional pot lo atiliieso, por Yo hiper- bles, Caldersn lleva teviro «un timite enfsimo de dosralizecién. BL plndulo esté muy alto y amenass Te eatda no se produce haste el silo xv, pues et teniro do Celderén ee desnfla eon mush lenditd: &n lancer de es igo, todas loeanea. Sot. los ditefplea {que ovderouizan abullando los defecios dsl maestro, ‘uienes osasionan Ta figs y la coasiguiente renesien, Eta neta yea oto Brecon fen of, colado por los Pirin, nels parecer Su autor ba vis eriaturas y-paisajes mis que con aus ojos, con los cjon do Federito, de Bion, de Mosco. Domiun ef artificio do la imitacién literatia. Con esta partotal continis entances el proscso de desrealizacién fn Ta pintura del medio ceanpesine. "Eta Iogico que ente proceso no se detuviere, durante 4] Renacimionto, revolucidn estétien do caréeter clale tista, En. efecto, lon bucslicas det Renscimiento pretic ‘eran Ia imitacién de los modolos antiguos a 1a copia de In realidad, "En las Arcadias no hay capo real sito campo reté- rico, inlocalisable, BI posta no ha trahajaco con arella ing con sorb de aria, Bl paienje es lami, domes- ‘endo, urbaniuto; a cline ausve, sin ealores implox ‘ables ni rice aflados. No hey mosquitos, ni whence, Hi viboras, nl otes alimsii; ni boots, yuyale, ni Jntaos. Loo prados sox amenos, los linfas evstalinas, fresons, murmurdoras, Bs dulce adexmeceese areullado ‘por mus gorgorits. Gonvide » dze eueto faqusl mando rude et aga quo in lara fasnte ena, Abundan basquecillos ‘nemorosos y robledales que brindan su carge de bellotas nutricias. En este paralse no hay safios. Libros do menesteres aubalternos, dis- courren zagelas ¥ pestores. Zayalas elisa equ guarien y apaciontan rebasos. Mancebos de calidad visten pelico por uns. caita de amor y coueumen ob ‘cio grabando en Jas cortezas nombres femeninos musi- ales: Cloris, Htisa, Galatea, Diana, Keliomena. Y des- hogan cl énims sonando zempoties y caramillos. Por tof aleaso de In ave uo, por tle eeyuividnd y aparuionte {sl soltarie toble me agwhbu. a « aoa rasta Pass el tiempo y se continis pintado of medio com pesino visto a través de Tos modelos literarios. Le exe ansiin do la escuela nooelésiea, en los sigiot vit Yoel, no tucree sino que rubrica esta orientactén, Ths Literatura para cortecanos, para gentes que, metidas cen los ealones, han cortado sn comercio con el aire lire, ‘La forma hrimana y el alms, imana serdn siempre el supremo espectfculs, Por eso, en la époea que deci mos —y sn Its anteviores-—, intoreea mds el hombre que el teatro que lo rodeo, La nateraleze es un simple 4elda de fondo, es lo accorotio. A la verdad, para papel Yan secundarie, brstsban lee hugeres eomunes de le Tterstura areddiee. Pero estos lugares cormnes acaharon por estemayar. Lioge un raomenta ea que 9 ere posible admitir que lq naturalezs, a meutdo bravia, hosca, masculina, estu- viese representada por paisajes de gobolino, falses, ele rmingdos, olientos « retérica escuelere. La desrewlzecitn habia sloanzado limites extremes y el péadulo ascen- dido por demés, E| dostino quiso que la reaccién ln iniciase un sol taro, un misttzopo: es goce de soitatios y missntrop08 I intima comunidn con la naturaleze. Abrié Rousseau las ventanas do te literatura yuna réfage do Ios valles alpinos, arcmads. de tomillo y viri= Tizada por los ventiequerse, avents las polilas ¥ ore6 Ia atindsfere enrarecida de boudoir. Después de siglo, le tocé a un roméatico lo maisiéa de pintar bosques, vfos, montatiss, eon imégenes to- madas de la realidad misma y no del papel impreso; imagenes inéditas, virginales como Isa de Teécrito. El éadulo, con Rouen, ha tornado a eu punto do par tide, Esta vuelta al realismo nos ha permitide aver turer, en otro sito, In paradeje de quo el romanticismo nacié realisia. ‘Después de Rousseau vendré Saint-Pierre, luego Cha- teanbrinad y Vietor Hugo, y le cadena, de fos ‘census lista’; y teats ellos exornattin verso y prose con id genes direcias, no con ‘lores de tape’. sh sass ne ance o ‘También en el orbe de la pintura se impone le copia do in naturaleza, ‘Durante este romanticism primigenia, muchos lien 96 prosontan un eatabia de perspoetiva: en alos lo pia cipal 6 ol food: el cielo, ¢) mar, cl bosque, la mone iafa, vl Ingo; ¥ lo seoundaio Ix figura humana, Pronto, ia embargo, el rominticismo pierde su apetencia de. visiin directa. Los roméntions de Is tereers gencracién (los postoricres al aio caarenta}, ya no se cuadeen frente al costios para airapetlo om us propios sentides. Les resulta mis ccmodo pereihirio ® través de le sensbilidad de los maestros So oszribo a In manera de fulano 0 de mengeno. La ‘erature se sara ‘en fandades industria de ‘omaneceres, de ceanas, de noufregios, de paisa txdbeea Iabcioados on los eamblaches'6o la excl ‘on imdgenes ya triltudas de Sainl-Picrre, con epftetos ya. gostndee de Chateaubriand, con motiforas ya oho de Victor Hugo. ero! caldo de nuevo fn la retériea, on la esconografia de teatro, on uMt plntara fslsa ¥ desrealizda de ia saturaleea. TE ojo romantickeno fué exo y tambiga deshuma- alzaelde en el peor sentide. Tot hombres eran mu- ‘hooos movidos ‘por uaa psicologiaarbitraria Esa bajo romanticismo refugidse en el foletin, engendro fiterario, donde hizo madrignera toda inverosimlitud, todo eapricho, tods fantasmagoria. Socavedo por et falnoind estética, dospoés de. alimentar cl insomaio de toda wna genoreoién, hundidse en cl olvido, abra- mado por su propio volumen: fab ol megsterio de a Tora, Este coudo yomanticiwno elev cl péndulo basta su altars méxina y lo hizo caer bruscamoate, Ad- ‘vino, entonces, une reacciin vigoraes de indok roa lista’ que tayo su mis cabal expresién on Madame Bovery, de Flaubert Con’ este zeaccién se abre un nuevo cisto que to- avin no 20 ha cezado, Helismo, costambrismo, ve- smo, naturalizco, empessroa s futigur ea Ia vojes 10 sexfato. Tarmac 10. ¥ ecta fotign engondré un ansia de reno- vvaciéa que so tindajo en ine setuales tendenciss ane Aiealistae. "EL snlizzeatismo contemporiieo que locha ain contre nna fuerte reteguartia conservators, termina’ por vencer, Una vex cinefia del terreno, ird reshalando hiacis e) dosvario, hasta caer en los’ tremedales de Jo falao esistico. Y entonces se tomasd una vex més, 44a imitacién de la vida tal eomo os, Sigamos, chore, en eompeadio, ol reearido, de ta poesia épita asia convertitee en novela, a fin do Yer si los primezte pasos de ls novela. coafimmen Ta hipétesi del vaiven. pendula. No empezaremes, pare no ieitar o Sos manes de Horacie, por los huevos d0 Lede, por las epopayas ralrions “de Homers, de Hesiodo— manoaUiales domarindo remotos de ie novels, género moderu a se prestinde de obseuros aatecedonter rages, lithe nos) alejindrinos. Comensaremes con li épira nacida a os sigs gucrreros y monjlos dota Pded Medi “Le pica medieval debié narra, al principio, “he- 08 coreanos, Debis, par endo, preseniarics win des- figuraciéa, Es conjetie, nade ‘tats, puss xo. bay, para comprobarlo, cantares de gent aupervivientes de le primera Edad Media. La canciin do Rola (Ge To mis antiguo que se conoce), es ¥a esnciin de Powtrimerie, e9 rato ya sazonado, e& coronamiento fun proceso do siglo . "EL tiempo, 1 mogmificar las geotas, al convertilos en legendarin, al agigeniar 9 sis eetores, lee va sus tragetdo realided humsns. Por eso, lo sobrenaturl, lo factdtion, lo invert, lo dotmenurado, lo i perbslcn, aparoten constaites en el poeta franck: ‘A sreits legoas ne oye el olfente de Toldés. En uu combate, do eien ail infieles flo ae salvan, dos. ‘Tree peladires, maltrecios por Ta lange contienda —Reldén, Gunlierio de Ulmo 3 el ersabiap0 Turpin, mantieneh a raya a mil infants sarcenos y a ua vn vuviw ore ete oa rena mil jinetes. La espada de Rollin, Durandarte, ec miluprosa. Fl pomo de oro esta ousiads de ri ‘quizs: «un diente de San Pesto, sungre de San Basi eabellos de San Diouisio y un trozo via tiniva, de Santa Maysa>, Fs, ademés, irrompible: sgolpea Rolddn conten on penance y "lo Nende hasta el punto que yo no 26 deciros>. La expada, ni cruje ni ne quichra. GuandoRelddn fatloce ae decmayan Vents ml exbar Tiaros, Ban Gabriel intervione ea los acontecimientos feomo Ios diosos en Ta Hada. Custadia a Carlos, el ; alas In maano ¥ Jo bondice antes de la prtida hacia Roncesvalles. AU evita. que lo ultime el emir sarseeno en duelo singular, puos «Dios no quiere que el rey wa muerto ni vencider. Cuando Carlomaguo topa con el eaddver do Roldén, poseido de espantoco dolor, se mess is barbs florida, y TLesndro Morstin nos he dejado este completfximo inventaria do loa elomontos eontenidos en la, novo Istiea eabalerasea: «Damas hermassinas, principe, reyes ¥ emptradores; aurcneias, ccloe, placores do amor, forneos, divisas, conguistas, empresas temera- ita, fotigas sobrohumenas, torr0: clo bronco, palacios de ‘cristal, Ingos hirviertes, desiertos hésridos, isha nadantos,'earros aéreos, hecbieeras, hades, gecios, monstzuos, ehanes, gasnies, dragonts, ipogrifes>. Y"comenta: *todo esto fu materia Ge aquelios libros que laznaron bietorian. Un tal alojamiento de la vide no pode eternizarse, pues ya confinabn von In falsedad exéticn, Sobrevino 4a saiuracién, ef harlaggo y, como efecto, el apetito de manjeres tenes volts. su water a, nen aos Hi exto representado por fos libios de cxballerfas fra un globo vagnbundo perdido entro lee aubes, Un buon dia divisélo, ya eabeceante, un Manco desde el Toboeo. ¥ suciado como los demds, de ua hondazo ccertoro did aon 6) en tierra, Y con sus eacombros cone. truy6 Ie novela més humana do todes Ios tempos En esos allos so impoafs a picereees, smasada con realidades. Y en gus péginas vivientes ¥ ssbrosas qua recordshan le primicia del Lasarillo ~ahogeda due rante medio siglo por un olima social impropicio—, Ihallaron slivio Ios cansedos de étes, loa ahites de fantasia disparctada, Hemas vuelto a hociear sobre la globa, Vendré la hhors de despegesse y volar de nueva.n para de nuevo wer, Eso es e} arte! Toaro que gate haste que Te cre con ine alas. Luego so ienza al espacio y To canquista alborezado, Pero un din se aearea demacisda al sol —perdida la visiém de fa tierra— y we le derritan las lus ¥ 20 desploma como un avién herido, Fellzmente, xno mucre. Después del porrazo, repis otra ves sobre Ia ‘iorea ceperando snz6n para une nuova aventura sidetal. vo ESCURLAS LITERARIAS* EL aspecto cadtioo que, en genetal, presentan los feamenoe, repigns & la razén. De ai la tondencia 1 ordear el ence sometiénolo & le geometria de es- {Guemas preconeebidos. Ben nooosidad intelesual de orden, conduce 2 Joe exftcoa de arto y a los profesores de eséticn, a las clasiiaacones, «Te segmentacsin en “ismor’ de la ee fern del arte, y a In eolooacién. de Tos artistes cada ‘uno én a nidho con eu merbete. Y bien, el eoncepto As eseucl facilita grandemente eta tares. Es fds combatirio y suelen hncerio algunos ox eritores en 1a eda de la potalancia, o sen de los dents do leche. He aquf argumentos de esa edad: El genio artttico robasa todo oasillero, no edmit 1 uniforme de ercuela, el rétulo.gonérico. J06 Horoero? Realista? jLdoalieta? Problems bela. Sus ocras no on ni realistas ni idelistas: aon homé Fico {Qué es Cervantes? Muches coms. Luoge, ¢ dificil cutelogario. Baste decir: es corvantino, es él ‘inno. jQué es Comalla? Un corneliano, un genio dus no onmja en el fichero de 195 clésioes y_ que 50 eneontrarie dépaysé en ol mapa de los roméntions Ta taisme ditiulted para el entomélogo literario frecqn autores como Manzoni, Standhal, Balias, ol Duque de Rivis, Larva (la serie puede ser inscabe- + Cea wate ttalo publics ol autor, on 1965, un ‘quam ave le Balveral Celia, scrmas rma 108 Ue), pues en todos ellos lo idealista y To realiets alter pan'9 se amalgaman. ‘Centestamos: el genio es le excepcion y no se legisla para él. Ademés, Jas difcattades en Ia. clasificacién no's invalidan’ denonsian, simplemente, falta de Yérminas espectficos pera desixmar casas ‘complejos. ED concerto del srtista-hito, mojén aisade, grato ‘Jos manes de Carlyle, place a low amigos de Ie ‘o> tics acritica’ y a muchos estrtares que se sienten nds Tuertes si solos; que desean no el comunisio de ‘a vértebra gino el magnifico aislamiento do Ia eumbre. Recordemos Iss orgullosay palabras do Darfo: «Mi hectare oy le, on. Gul sen snrvinent, mi Touellas perderé. mu tesaro pereontl ¥, paje o eéclavo, 0 pai oeliar aloo Morea Yan de Wagher que hese suyas: «Zo primero, no imitar a nsdie y tote todo a nal Frases, na més, Maroo, ilusiém o mala memoria. Imposibte no imitar s nadie. EP mismo Rubén fag Jmitedor en grado eminenta, y merced ean apti- ‘tad trajo al costellano, ,"e- Tezas encontradias en literatures forasteras. Para nosotros (disimilese el lugar comin} no exia- to, en site, generacién esponténen: todo viene de nuevo. No hay curabres aisisdas: entre una y otra ‘ oxtieace una cadens, mds o menos large, cuyos oe Iabones son los sutores secandarios y adooenadon, iow ‘que ferman la eccucls, los coristas que 7e5- a eorieo. La imitacién en Jos discipalos xo se diseute, Maw podria diseutizee en el genio (maestro sunque no To quiers), en al hombre cuyo destino ¢8 descubris rotas ‘nueva, Fl ganio, sin embargo, vive mAs que se pienss, o In imitacién. La crescidn en el genio nucle scr costa dol pasado. Bu originalided radica mis que en sl hallargo de lo inédite, en engrandecer lo peque- fio, om trausformar una latva eb scaripoen, en, nvet tgjar lo mediocre, en emplificar Ia vooedlia. del bus 186 entaten amenanca milde antecesor, en convertit en Senoho Panza al esoa- ero Ribaldo, en extrser de un vetnsia. cronioéa by maravilla de Hamlet, Por eso sourefmos, con la tlerante vontise de gonte aviaada que esté de vuelta, ante la pretensicn qe renuevan todes las juyentudes do emanciparse del pasado, de cortar sus ligaduras, # fin do zomontarse por Jos especies virgenos on éxploraciin avontarera ¥ jubiloss. Hhijos de Tos muertos, el passda lo Hvar mos en Iss venas, y e2 ilusidn de Hbsrtad devle In ‘espatia o suprimirla con una eepor) —Sogin 050, ol arte seria fatalmante copia conse ante del pasado, ;No es absuréo poser digues a Ins pposibilidades humanas que son infinites? Ni so ponon diques, ni gon infinitas, como lo de- ‘uostra Ia historia del arte, Pasemoa por alto Ja. l= miteeién do fos asuntos*, A menudo la originalidea se reduce a hecer Ip contrario de lo que ottos hier Ass, eundo una generacién es apasionada, 1a siguiente 3 wflexiva, 0 viceversa, So abren laa ventanas que estuvierou ‘cerradas; se Gerran Iss que estuvieron shiortas. Esto ebrie y cerrar osasiona perfodos estétions muy semejantes enizo af: siempre hay en el paasde parentela de lo presente. A esta consanguinidad se ling Sinfronismo. Por eso, los vicjos valores luccn, se calipaan, vuelven a Incir. Tacea eaundo hallan cen In dinastia dominante es6 prventeseo conesngst- ‘neo; #6 eclipsan en el e280 contrerio. El teaizo espatiol del siglo de oro entra, en el xvmb de sombrs. Este couo se disips durante 19, porque empelma con un movimiento fraterno. Vuelve el eclipse coa el auge de In tonden- ix realista, con el dominio de una dinastia. contratia. + Dies Remy do Gournort on 0 Fe proline de ese La imitacisn de Toe eeanine no eilo eh poumitide: ex fone table. Bl ecioe Jorgs Poti ba catalogudo les stassiones desu ‘eas ¥ n0 ha eneontesdo sino telste 3 oxi. Be han castes Jon tanae de las cuentos populares: sx mero es linitadeimo.> Ronin wera aa Cultersaiano ¥ eonceptismo resucitan, como se stbo, im mamento anilogo de la literatura’ latins (paca do los Sécce3s, de Lutceno, de Marcial), y hoy lovan~ tan Ja eabees, que fuers aplastedn durante casi dos ‘epturias por el dasicismo, por la ipida de ls Academia, Ja Jeventat ahijedos por la geuerscida modernista, -racisnesea ¥ gougorizante. Bucede con fas reacciones del gusto ni més ni me anos que con 1a modes femeninas: una generacién esxhibe las pieraas; la siguiente lea exbre, poro des- muda el esoote, Y ‘asf, tapando y destapando provine clas diferentes de In divinn forma, no nos fatigamos ¥ mantenemos viva Ie iusién Donde mejor $9 nota To relativa de les innovaciones, vs en la téenica, en los cambios de téenica que traen ausigo lor vambios del gusto. Se gallen demasiado fen tomo de novedades que no eon, © ln postre, sino ‘vejeces estucadas. Por ahi anda un librito de Ven tura Garcia Calderdn: El nuevo idioma castellany. To ‘nuevo” consiste cu clidir nexos conjuntivos y en desgranar et periodo amplio, de Gafasis oratorio, fea wna serie de frasecites vibotounas, giles y eufi- Indas por Ia simple dependencia Kigica. Y bien: este ‘ruevo" idioma ya puede rastrearse en Alfonso el Sohio y on sx sobrino don Juan Manuel. Y fué habi- tanl en grandes prossdores dol siglo xvur: Quevedo, Gracidn, Saavedra Fajardo, ‘EL ‘verso libre’ del simbolismo, sdopindo por las actuales eseuelas de vanguantia, ‘es regreso al pri= mitivismo, # Tos tiempos en que el arte de trovar no fe aujotaba, de mode Higureso, a nimero, ni medida, nil rittao ecompased, Tn gras do also alan com peforecin ‘exprecién dirocta: las eosus por sus nombros. En eras de irrealiemo, la expresiin indirecta: petifesis, sim- bolo, metéfors, Quiste decir entonces que se usea ¥ domsan los mistnos utensils. Tosistimor: Is. originalidad en el arte nucle com sistir en remozar el pasado, en ro-crearlo y, sobre 108 voir Loren todo, on hecar to gontrario de Jo que hizo Ja genera cidn’ anterior. Pero sv mejor refugie —lo hemos at cho en ofzo easmyo'— €3 el eotilo. Le. originalded ‘no se conguieta con Ja, mueca, con ef histrionismo, on Ia posture false. Eso sorprends como un fuego de antifico, y'se-apaga bruscsunente, camo un fuego de arificio, La origiaalidad e la eonacién personal tusnsmigrada a Is obra. Cuando se concuiata. plense ‘mente, un epfieto Jo denuncia, un epiteto formado con el nombre del escritor. Ast deckmos: homérico, potraryuista, cervantino, sexprieno, En eas originlidad aceso ponsara Dayio al ecriir: ‘mi. poesia e@ mia en mie, Como Montaigne, que fu8 originaligime haciendo suya Ia cioncia ajena deposi- tada en los aimacenes de Plutarco y de Séncea, eh nie caragiiento fué original en‘rando m sero en los daminios el Parnaso y dol Simbolismo y catampando sobre ol boifa cogido, su sello ducal. Puede ocurrir que un artista logte Is orginalidad dol estilo, vale deciz, del avonto personal, y no alean- 0 a prear do ello difueién ni rsonancia, Tal aucede ‘cuando eve artista ex un extempordneo, un hombre fuera de époes, un zezagado o unt svensado. Si hoy cantara un Lemartine oun Leconte de Lise, serfa cancién en el desierto por ser eencida de recsigedoe. Stendhal so anticipé a su tiempo y nadie escuché ou mensaje. Fué necessrio que el tiempo madurars. ‘emparejara su sean con Ia do Stondbat, para quo is bros se leyesen. “Y esto acontecié cuando ya ert coniza el euorpo do Stendhal. Renovs ol prodigo del ‘Péoix: de sus cenizes nacié a le vida. Bi triunfo vviond, y cl aura popular, cusndo el artista le toma ol pulso a su é30ce, cavta su eensbilided y consigue cxpresaria eatétieamente. Ee privilegio de muy pocos 2Qu6 ce Ia sensibilidad do wna época? Ke algo di- ssuello en el alre, algo que todos sienton de une ma- + Apuntacines gore of ate do ecribir Serna weINRAS a0 rea difusa, pero que sélo ¢ gran artista acierta a talucie Bs lo que rine llsmabs stemporstre moral ia vida de una sovioded so resuclve ex uns sorie iniaterampida do ostedos. de concientia eat eflavio do. las castambres, emazaciin de entrecruzedos y complajos: paz 0 Ta quer, Te pris Peridad o la crisis, In dictadsira 0 Ip liberiad, ‘Los catobios on’ Ja estructura sotiol motifiont Ins costumbres y Gstas la filosofia de tx vida, la. étien opalar, 08 docir, el tejido de convencionos que 18 sonstituyen TE] caquende> y ol ssllende> los Pirineos de Pascal, hoy careve de vigencia, El mundo se achiea por obra. dg la mecfoice. Le sinergie social es més intima, y ‘ns fei In universalizacibn de las eostumbres. Cada i pierde terreno Io tipo, el hébito privativo. En cambio, hay menos distancia en el siempo entre ‘un tipo de costumbres ¥ otro. Se pase com mayor ‘oleridad do un eoncopto de vida a o'ro dowinto, de una ‘temperatura moral’ a oir antagénice: basis. a ‘vores uma generacién. Lo lcito de hogstio ayer no mss era iscito, 0 vicoversa. En otros siglos ae estancaban los ectodos de coniaeacentivos: ne, gootaién Jon zecogia ¥ fos lexaba » In siguiente spenas modifica, ‘Nadie estudio come ‘Taino ts repereusién sobre el arte de este sensibilidad aznbiente. Recordemos (acs Airigimes @ eadiantes) aque, posi, tan alto, de sueneis, dem Filavojta del arte, donde explicn por eub do ta argtstre. gc Teslsncion més noabada del srie medieval: Examina primero Js complexion social co I Edad Media, observa ol wat bel eric ents Soy tors fea, belino que degenera en deprodeciones y vejémence, De exe légamo fluye una atmésfers moral catsoterietica de Tn pes. Nace on Ins gentes sometidas y humilladas un sie Go manunnitire de lao miverias do este valle, un anhelo tlstico por ek trinsito suprema, por el boato repoto de Is otra vida, por la perenne Leticia que pro- ne . erence Loam taucia rolgioce se conereta on Ta picdra. Tentameate y endaimamente so van slmando catedrales estu- pendag sobre todo en Francia y ex Aletaania, que Fexponden. a tn tipo nuevo de ardquitectura, La vieja, a roméuiza, con sus moles macizas hondamente en- clavadas en el mielo, no traduela ta sensibilidad de cee tiempo. Y entonees sarge una aueva, la gétice, cdo. cortctar roméntico, con elifos henchidos de yenos, de sire, do lum sdheridos milegrosemente al suelo, con vertsnas estiradas on ofiras y agujan alt simss que parecen sefsler, como indiees, a las almas olientes 14 patria sugpireda. Con ct rniemo criterio determinints, interpreta. ef crftico filésofo lo singular do otras manifestaciones de arte, como In pintura flamenca, Sirvisle asimismo este citerio de norte en eu Historia de ta iteralura inglesd. Serta intoresante aplicarlo o le letras eapatolas: ‘yeriamos oma el porto de Espafa en el siglo x¥t y origuroe del Vis, 60 trengparenta en el srresto ma dio do sus escrtotes yen el orgullo infanzonado de fentirse espanoles, Y e6mo después, cuando Espasa sufre mengua, tosicrial y poltics, su esptitu se, deciae fla, deatalleee y, a comps, aus letras €6 acoquinan ¥ rerviizan, Ba efecto, los eceritores del siglo xvi, oon Leandro Moratin a ia esbeza, sox rerongones, atrabie liarios, pesimistae, Veramos o6mo este pesimismo 9o soontia en el siglo xx: baat revordar Tas eitiras de~ feeperanzadas de Larra y la delectaci6n de Béequer par fo guieto y por lo zauerto. Verlamos cémo le grist fiesta expatold continia haste fines del siglo, y esmmo fa denuncisn. sus letras: Azorin ee complace ex la pine tare de. pueblecitos dormidos; y espintus alertas (Coste, Ganivet, Unsmuns, Batein, Ortega x Gunter) eseriben péginas decoladas que trasuntan el sextir de entonces, yun ansin do despegar, de sncudir mo- orrae, de erigirse ex sagitarios. Pasemos ahora a lo nuastro: veamos edmo mudan- rsorsiaa trmanese m zat maieriales trascienden sobre Jo espiritual y, por consiguiente, sobre ol arte, La papa baldia, sin barreras (escenario propicio para el nomadismo ¥ Ia barbare), el groshe dal indio, Ja aliwentacién carnivora y factotos étaicos, engendra- rou hébitos y modalidadcs cuya Goraciga Literazia #48 | poesia geitchesoa Pesteriormante oo aiumbearan toe campos, el pats 3° cargé de gringos que araron y fecundaron la tecra neo tada por los oscribanos. Hubo mongs sinetes y més sulkys, menos epidermis morochs y més ojos ames, Los talfsrines campitieron con el chursaseo, La sangre be pects endlaron eacendins a elo dal corse y Jas hombradas de pulperta, Fsfumése el peligro del hualin'y zo cial ivr de nce y de aventura Fué extoness alboreando una nueva sensbilidad y In. literatura geuchesen doj6 de ser Ja expresién esiética, do estas generevionee agringudas, La Grin Aldea shsoobe te riquese de In eampatin Ja tansforma en barrios populasos, refugio de obre- ros y de clase media, ¥ en urrios Iujasos, an euyas ‘mansiones seoriles hijos de estancieres deccansan de ‘ng fatigas paterans. Axi, poco a poco, la Gran Alles. 90 coavierte en la Gran Capital Conseouencia de ln hipertrotia urbana: ol eampo plor- de au predominio eomo tema estético, La ciudad iapone ssa viviz asmético, afiebrado, nourasténico; presenta en cl espejo det arte sus problemas, sus coaflictes, sus ale erlas, sus dolores, y los desparrama por todo el dmbita det pale, siendo sus vebfculos: el tostro ambulativo, el diario, Ia revista, (alguna ved el libro), ol diseo y la ratio, El mejor ejemplo, el tango. Este gemido del suburbio pertatio va desplazando a le eancién silvestre (yaravien, vvidalas, chacareras, ote.) que nes trafa aroma de tomille y froseara de trobolar Buznos Aires, albergue de conglomeradce exiranjeros, se halle on wamunién de vasve corstnieantes con Europ y Estados Unidos. Por eso vivimos al cia en materia ug redica nanan de modas y costumbres y nuestra seusitilidad colectiva, ins «que producto de nuestro medio, os refljo de medias forémeos. Hace may poco, mirébasnos, sin azoramiento, comp las gentos ras civillzedas, ¢) volar do lea ligas feueuinas y, més do uns vez, le terneza que las corona. Nos arracimébames, camo los poeblus ms eultes, parm proienciar Tae comorsiones de Josefins Baker: ilueta- ida pidstien de las riepidas estridencias det jam. Aploudiomos formas de urte que escancalizan a los que Ypailaron lancoros en Ia Gran Aldes y hoy tinea flojos os dientes y Is cabeza ceniza o rodilla. Bien es cierto 38 poces voces hebré habida vuelco ian brusco y ra Ace lae eontumbres. La ocasin fe ol trounaGomo ‘espantoso de Is: gran guerra. Algo hemos dicho en pégines anteriores sobre los eolazos de le guerra en cl mundo do la sonsibilidad ¥),por Jo tanto, del arte. El tema nos texte: nos per- ‘mitimos insistir ‘La guerra del estorce tode Jo desyonzs y soca de quicio. Termina‘la, deja como resldio un violento tease trueque de valores y jerarquias. Los menestrales se catizan ‘mde alto que los intalectuales, De los extratos inferiores gsoma una nuova casia, el hato de los nuevos igod, los cuales, vocingleres y endomingsdds, pazean fu rastacueriamo por templos, ruines, museos y cabaret. Ostantoaos, malgastan el dinero, de expo atigen mejor 8 no avordarse, Y los dems, los que padecieron ta gers, se contegian del fronost de estas gontes porque ‘todos, quicn més quien menos, necesitan olvidar, ature ime, recuperar el tiempo perdido en abstinencien fore 0688. Entonces una ola de sensualided se derrama por et mundo. El placer de los sontidoe muplanta a todo otro placer: el placer flsico del deporte, el placer erdtico de Js danze. La dania es epilepsi, dislocamiento; In mt- ses ruido, esteidor. El cabaret o¢ of texaplo que tiene és ofieiantes, La revista eclipea a la comedia, La bai- Jevina casi desnuda y Ie bataclana vencen 9 la actriz. ‘E, hogar so traslads a los hoteles y traeatlinticos, Hom- Leoyense ASA us Ibves y majeres ambulan por tiorras y aguas oxteanjeras ecoyendo, iluses, que dejarda en Ia muta, el tbano us arte vial neem al arto cae 28 1 consabido patiuelo, Desparere Go bt dicho basta of cansanciv} el color local: tulle se uniforma, Bi Klaxon suena en lis rineones mis fja- 08 del planeta, Mary Pickford eonréo ea Jeruealén, en ‘Megellanes, ex. Hong Kong, Las tarcas alfilerizan con Tiel sus postales y muesiren las pantornilss como una girl de Hollywood, 2} exotismo roméntico ya n0 cea posible. La literatura es ahora cosmopolia, pero no exétiea, o retrata el histarimao de ly épooa, como La garcenve de Margueritie. Bl acutterio ya uo interest ‘como mativo de intege, porque Ia garguaino n0 necesits ‘teareo, como la polterta de In copla. El verso ha per- ido si ritmo de reloj: es Wibre, desarticulado como ‘Josefina. Ha proscipto la. tiesurn diplomsética del vorso tlésico y un soplo do maniccmio discurre por ss venas. El trfcrito de un osisdo de concicncia colestiva a otro, no ne veriliea per aaltus, salvo cuando lo origina ‘une. crisis catasitéfica, Lo comtin es que la nueva son- sibilided eo alleguo con andar felino y desaloje «la existente de manere subroptici. Hay entre una y ote ‘momentos de transicién, otofos y primaveras. Quienes.olisean primero ol eaimbia son Joe jévencs, axGzpices de ia future esouela. Cos ous prensiles antenas airapan, en medio de la eal chieha, las ondas men~ ‘enjeras de is tormenta en fontanancn ¥ nada lerdos, fnician ts obra que el destino les ha sefialado. Perdidos en appiraclones vagns, ianpresians, oontra- distoriag soma ie inquiotud del amor presentida, no stinan ® consifuir, y entonoas destruyen. 1 primer satdio do un ciclo esétieo es ieonoclasta: comiensa. com. ‘ns liguidseién por desalojo que se Iiama ‘revision de ‘valores, Es el sarandeo dospiadedo con que una. gene- acibn tamsiza lon productos espicitucles de le anterior. Hs In edad de los parrcidios. Ksta revision degonors, ms aerirtcn unewans casi sempre, en ofuscada negacién de valores; una misma lépida para tedos. ‘Algunos lapidados quedan pera siempre en el aserio general, Son los quo umufsvetuarea de usa falen glo- Fok, fruto do fa estetegialiterars, del borebo de loa ‘amigas, de Is cxticn complacionte, de los Saapos orga- nizados pot los compinches de la caruarille, ‘Otros, ropuestos del rurragato, 20. yorpuen como boxeador noqueado y siguen su vis. Son los clésicos Ja escuela, suplantada o fenecida (clésieos en el pen~ ido de cenitales). Estos representantes mAximos de una sensibllidad, no muons. Ts obeeeadisn juvenil,erterlo de almannaiae, peosir que ha pereeido'lo que no ests de moda. Segdn el tornssoleo del gusto, este clasiciamo suftiré alzas y bajas, pero no eclipse total. Con estas culminasiones, el hombre culto pueble, sus anaquels. Yen ees o0 codean los eopritua més disimi- Jes: pozos centimetres do Homero, retoze el Arci- reste, husmnea la Celestina, suetia don Quijote. Y may ‘erea taonologs Hamlet, sairizn Molde, geaticula don ‘vazo,miloguce, Martin eo y soloran ls cons Paviomae dak pavere Lelion. Después de evte periedo de negacionen ¥ sepstios, horete, 20 isis, tne exe eonetractiva, Se pemiguen ealizciones eatélices que condigan con Ie nueva sensi- bildad. Bon enseyor, tatoos, prebetures, antielpos la vales, gestecién de un priximo alumbramiento. ‘AL fn, el pleno orto se produce: aparece el hombre quo fande ea qu alma To ages do cus antooeoaresy 10 convierte Sainte de perfects, sein (pene on Danto, en Shakespeare, em Lope, on Hugo, on Leconte de Lisle, en Verlaine, on is ‘En este maximo artiste se suman dos estilos: el suyo, el individusl, ‘resultante fisioligica’ de su fuerte perso nalidad; y el estilo de su épooa que 4 forja, ‘sina in ‘proposéselo, eon sla exprosar eabaimente lo gue otros de msnera imperfecta y yacilante. La juventud resibe jubiloaa a eate supremo intér- Prete del sentir generel y lo erige en eu maastzo: asi + todos elion le tomaron el RsooIS EARLS ns nacen Ins excuslas, Puede no haber un promuncieaiento explicit, pero fa ‘mnitacién de In javentud desuncia al maestro. Ortega y Gaseot es el maesiro ds ln juventad actusl hispano parlante, pues ‘orceguizan’ hasta. los ‘iam que lo zabieren El marsiro es, entonces, una iulividualidert pederosas fen sigunce catos, una fuerza de Ia naturaleza, Pero Do ccumbre aisiade tino cifra de muchos anceesores que ppmspararon so. sévenimiento No siempre la esoyola tiene un musstro daico, wns sola cabeza que polarice las inguictudes espritualas de ‘una é900a, Como une religide de lize examen, sucle Aesgranarse en sectas. Revelado ef misterio clewsino, ‘Ip geneencién es rice, en talentos, otros intérpretes surgen que compsrien is gloria del masstro. Bajo Ise Ales ce Lope prosper ingesios de tr propia; Tis, Rais de . Caldensa, Moreto, Rojas Zorrlle. Y siguiendo la estela Ge Corneille, sparecen en el f= mamento de Ia teagodin nooolésia, Keane y Voltas, E} romanticismo francés fué roserio de sstzos de pri- mera Chateaubriand, Hugo, de Vigny, La asrtine, Musei, cada uno con su corte de saitltes; su époea y prodjeron ‘80 frien nowseaw Is, mistiasonsib ‘ambiente. Paro eran demasiado grévidos para girar el fing, on ern del oro, e oh efnclave que te agrups junto a Ia venerable figura de Taeonte de Liste @anville, Mendis, Heredia, Sally *, Prudhomme, etc.), més que por diseipulos estaba cons- ‘eo una misms aldo por spots aint, por etciador ‘orureds entirroméaticn, La juyentud parising del ochenta deseubri6 a Vor- “Ialne 37a das qe emaracny San Ge ts rusted i do entonces. Mas otros brillaron eu vyera (Rimbaud, Mallamé) que tesien demasiada per- sonaiidad para descender a In categoria de disciples. Ee diffeil que wn msestro resite Is tontaciéa de dio- 4 Blavtce o rll a la fuvented de 1900, nto en que ae unt eae ito, 8 rsydces receama tar eu deeélogo estétioo. Unns voces lo aprisiona on un Arte pottiea, siguiondo el inmaxcesible paradizma de la ‘opigtola horneiana, y otras lo disuelve en prefacias o en articulos polémicos, como e@ estilt on el siglo xi. Este cadificacidn, signo de msdurea, si viewe « pox terior, es decis, como explicacion ce obra wealizuda, es al priseipio dal fin: por sh{ comienzs el dective, Ja entrada en el otofio. EI fin no po avosina por decadeneia del macsiro. Annque éte dormitaso on Is, vojox (0 quo no siempre ‘ocurre), hs. dejado obra de plenitud, Is cual no we mar chita par la debilidad ce lus obras postreras: el Perales no perjudiea el Quijote. EL otofo de una escuela acsece por otros motivos, fs saber: por la imitacion sorvil de dise{pulog adooenndos ¥y por ol cambio de la seustbilided general. Ambox mo- tivos conducen un resultade comén, fatal para una cseueln: la fatiga, ‘Los diefpulos, en poder del recetario estético formu- Jado par el macsivo, indus teializan «1 atte, confeccionan ‘ex irfoy en graacias cantidades lo que el massiro hiciera en caliente y, tal vox, con morosa delectacion. ¥ como no pueden imnitar cl estilo (el estilo es inimitable), imi ‘tam lo externo de-su obra, es0 que ¢] maestro recomion (on at dectlogo: el aranto pagsno o el anunto eristieno; Jo regional orlo exétiea; el caleo ficl de la realidad 0 su reflejo deformado; ln pasién o In razén; lo clésico 0 Jo ‘anticlésioo; la discipfina o la libertad. "Mas [a ley eatétion que dig on ol musstro arte original y perzonaltsimo, porque salié de sa entrafia y sintonixé ‘02 un anholo difcso en las masss, produce en los dis- fpulos arte ‘Tabricedo’, cliente » rotérica de eseuelo, pastiche, flores de trepo’, segrin Ia metéfora de Hugo. ‘Todia obra do éxito rotundo es principio de una mods, ¥ ptineipio de una escuela, pues hace eseuels lo que $e pone de moda, De shi quo los ases de une esruela sean, gun a, su pesar, creadores de la moda. ¥ la moda tinatia tanto en el vestido del arte como en el arte aeons mimes mar del vestido, Nos complace, sin pensar on ello, Lo que fst de mola, io mismo [a pollers carta qos Ta tras corta; lo mine la eldusula desmida do conjenciones fue IA mujer desncda do ropajes veledores AL abrigo del autor sfortanado, exjambran docenas de poquctes imitadores que recogen, 1 principio, tam- bign elles, el henepldcito de los adictos ly moda Para lee, tate etrevene ears, HT rex io do discipulos mecanizador, conchise por harer ahorrodihle hasta el modclo que’ originé Ta moda. Ls fgente acne por haxtarse de platos recslentados (pea- ‘sar en nuestro sainete y pronto en el tango) x ansia ‘ruramente formas de arte dstintse, ouanto mae dis- tintas mejor. Exitos muy grandes, éxitos de mods, tuvieron slgu- nos fabricantes de litersturs (Bugenio Sue, Jorge Ohnet; fentre nosotros, Eistdo Gutiérre), Posada ln. moda, ¥ ausente el estilo, elixir de vids, a penumbea los ‘sg, ‘Lo malo os que ostos imitadores auclen Hlevarse al fecal propio mocsio, como cl ntuagy am alvur, femy de Gourmont 3, explica con agndezs el por qué Dico que . ¥ aaoga quo el oslo do aster imjtadores es temable, no tanto por el peligro que corre Ia reputacién del ator tulmirad, come par el Hesgo en que pone ol encanto futuro de las obras maestras. Estos imitadores seavi deen en soguida, insortindolas en aus pana, Int més ‘elias imagenos do los libros cuyo éxito les embriega Y sobreexcitay. «La initasién es ta maneilla inevieable ¥ terrible quo acocha 1 los libros deuasiede delicer; 1o ‘que era cciginsl y fresco, so convieris en una ridfeula, ‘oleetién de péjaros diseearios; Ins imagenes novedosest dlogoneran ea cists, Vso novosita mucho tiempo para, que uns obra amortecida por esta suorte de malefcio, renazea a Is vida literntia; es para ello menecter qué % Evhatique de fa tongue jranguise, eaplials sabre ob cliche, na antrnca taomnaMs ‘a1 el alvida, Solo entonces J obea primitive, lavada rohabilitnda, se ofzece de nuevo en su gracia primera, No sélo for imitadores conchiyen eon uns esouels, sino también, segin dijimos, las carubios en I sensibic Tidad goneral. Miontsas los’ dizelpalos agotan un mé- Gulo do beleza, el tiempo eamina. Se protucen alters- ciones en ol tejido social que determinan mudanzes en jos hiites y en el concepto sobre la conducta, El arte que natisfacta a la generacién aoteriar, results enveje- ido para Is nueva. Ast, por ejemplo, después do la fguerrs se ha aflojado, con el divoreio facil, el vinculo Saatzimonial, so ha maseulinieado y emancipede Ia mu. Jer La flaper, In virsgo, sola en st voiturtie, se Innes, ‘or calles 7 camines, eibaula copetines y exkite, ape- nas velads por zopnd cefiidas y surmatias, la orogratie, eeu everpo, Naale, enix los fovenes, la ctitiea, porque zo parese inmoral 1o que es costume. YY bien: cuando o! arte de In generacion pase hucle ‘8 mmieo, 0 ansia. vagaicento un arte nuevo que 430 txxprosién de Tee nuevas aficiones y del nuevo qusto. Cuando un srte hucle a museo, iene ous dae contadg, pues Joe muchachos empiezan « agiisree ys pete bine pars, repetir el balance despiadado de todas Ins Juventudes. Los ini Snsensiblee al cambio de temperatura ton Jos diseipalos de ls viefa escuels: siguen laborande ola ‘manera del maestro, ertabilizedos en tm canon hata ue une maoon cepirtan, en Je seagull, ejados atrés por an tarbién juvenil, . Fabfan finado o enmudecido los grandes romgaticos {y ans mube de romasticaides continiaba en sus pleatoe ¥ quejumbres, haste que la sonries olitapion y belada “de los parnastes les hizo sentir Io falso de su posture. No so creo, sin embargo, que ol deealojo reaulte tan - hhacedero y” pacifico: exige su ba‘alln de Hemant. ‘Toda alteracién de oostumbees provoca la protests de los viejos. Es de todas Ins éponas el no compren- ecmeas aumenatcit 0 dome jivenss y_vicjos, y no se comprenden porque veren en ren9s de seusibilidad cistimtas. Ya decia Ho- 24000. «al viejo os severo censor do las jévenes. Los Jvones, a a vez, retribayen esta consuve con Si izte- veroncis, bavia Tem ranne En el mnndo do las letrag Jos ies forman una raga hose y grufions, Ademés, eiffel de veneer, pues susle agrapar firmae conagradas y, a menudo, testes ‘simbadas por la glori. Ee daro, on le estaciGn de Ins arrugis, cusnda 9e vive de sfiorantas, renegar de lov primeros amor Ae todo cuanto se he querido y admirado y conaustan- cizdo con Is propia vida. Ts humano entonces que los hombres maduros se encslabriven contra los imberbes ‘que pontitican, ln boce liens de hereiie y de blesfemia Cuando el romanticismo francés 26 erina, ties el pe- nacho, y eseupe sus bravates de moralbete, tiemblan de irs fos Inbioa soniler de los nvoelisicns. Cuando en Ja Buenos Aires finiesalar Darlo so empina como ub astro nueva y trae al castellano, al castellano militar, Inaeaudo y vill, en ¢l eneaie esyumaco de su verso, eo ‘a cristal de bacarat trac, decimos, las ninfas y los cene ‘waros de ta Grecia de Letonte de Lisle, y laa princeoss do Versslles, y los ebades perfuroados, y los eimes ¥ banieos de tis ‘fiestas galantes’, um profesor rostzo, afiado on otros pechos, arcemete contre le moda nae eats, brioa, quijotesco, intolerante. ‘A. muchoe tos amestazen Jos vanguendistas con sus Jnohorencias, sus excontricidades sus payasadas, sus ‘metéforss ingsihles. Y bien; acaso esa grima nuestra * tea ur dintoma de vejer. Vivimos otra moda y la nueva Tos encuentra endurecidos para cambiar de sont. Y hacemos bien en no cambiar. Nuestro deber es slzuracs en socorra dele que bebiasey con Ia Teche materna; ¥ el do ellos aborainar del pesado, Yas, hocando, coro el pedemal sobre in yeses, In deferaa e les tzos contre la impiedad de los otics, naco el fargo yurificadcr, la chispe que devors Ta broea S019 igo y le virute, de lo nuevo. 220 reco, uemanus Fl mando comiensa siempre com la jurentud. Pars ella —roaultado de su cultura todavia en sgrai—, eb arte aroaere con Ta genaracién de =u coudillo. Voces despropésitos que irritan a la gente sesuda. Pero ln ‘vida s0 cobra: otros han de venir que blasfemen vont Jos que blasfemaron. En pocos fos, [a nueva sensibi- Iida eneances y expla, entonees, sbatida por otra ri- {Saga juvenil, eu pecado de incomprensién y de injusticia: dente por dente... Y shora retoromos a nuestro lefmotv: la «mime sigs. Toda esecola. nuova implice, eon reapecto a la ‘anterior, uns postura distinta frente a la realided. Ee cambio do pesturm para descansar, como el de 108 ane Formos. Y ge doscatsa cecepando del zealisme y vol jendo a 6: vaiver pendilar del acte Paro ecto no eigrifica qu ol roalstag (o el idealisme) de un momenta histérico, sex idéatioo al de otro. No: fe difrencian por eel por esa fisonomia ineonfane ible que la sonsiilidad do tne épocs imprime sobre fun proctotoa expistuales. ‘Los realises eepatiles del siglo sxx son patientos consanguineos de fon realistas expatoles eootineos de Cervantes: unos y otros reflejan ia vide tal core mas se distinguen por au impregnacidn de époce: copian, otras costumbres, tipes distinios, y empleen I6ico y Bie erento sa a ‘Lee paraasionos frraceses adoptan la posicién do los aeosléscos: igual desvfo de Io racdomo, la mime do- ‘vocién por la antigitdad pagsa. Boileau no edmite Jo evistiano como materia de arte: Dee fot den chrton lax myptires ‘erro Dernanuts djs ne sont poi suespiBien it, fabaious critions, wallane point, dana ox vents, Dru Dow de whi fave wn Dies ds menoonger. Tarepose lo admice, si bion por otras xneones, Te conte de Lisle, vocero del Parzago, pera quien «le ole ras esse va eétion toe! ontiar eat barkares. Bn ambos esevslaa eulto per la forma, y en sibs ncimilacidn de las virbudes fommates del elasicismo, Fl autor de tos Pocmas antigaas enalioos el otdon, la claridad y ba armaoate, Ins teas validades incomparables de! genio helénicor. Bl is lador det Pameso’, al proponer 2 Malherbe como mo- Ado, recomienda su orden, eu claridad y su armonia: ren mot mis ov ot plece esis Te power BE te son tour hove Sites to carts” Fi ent de i tr in Fle ence A yesar de esta orientacién comtn, son inconfune Gibles los versos do un ceevela y otra, pues regia temperataras morales diferentes. Bl estilo de rea lat singulaize. El romanticiamo del siglo 21x repite, en materia de tontro, Ia insumisién a los ednones eiésicos de que se ‘hiciers gala en tiorspos do Lopo y do Shakespeare. Lope encierra lox prevepten eon ees Tlsves, y boca de a estadio s Plauto y a Terencio porque no le den voces Para Tirco las comealias espafickss som mejores que as ‘antiguas, . La misns rebeldia entre los romén- feos: Victor Hogo somete al yungue y sl marlila uz norma, yo exsleréticar, dol seudo-casicieno. Ta. ber= tad qx el comén denominator de ambos movimientos: do alti que se Jame al teatro expatiol del siglo do oro. Pero hay una emanacidn de épora que ivorcia. an romanticiamo de otro, En una predor‘on in drs, ono eevee goede vii ‘que se desabtoga en eventuras, en gelantoos, en exchi- tht goetintactny en cacy ho rene placedo por Is metancolt, por te pera de vivir, qua se eeshoga en suspiros, on Tenmetacidn, on lagrimas, en ements En ambos épcces resalta la cevoriée hacia ta anujer, pero en una os rendizaionto apasionedo y ce of, finezs y grlanterta de pastoral, 12 vvoberok uemnuatk El cimabotiamo francés quo sucede #l Paraso es un neorzomantivismo, La generaciin freavene dal actenta 50 parece & la ce prineipios del siglo. Esta, orunada ‘entre das batallas, como die ln eonfesign de Museo, Tlevaba en la sengre of veneno y el extimulante art de Ta guerra, La oiza roxping el mismo veneno, Restle lado en ambss: erisis de eneniia, crisis de voluntad, {EL ‘mal del siglo’ de tos roménticos, en Ta era simbor Tista os noncurans, dejacidn, bucks impotente contra 1 mandato de las visceras, Encaraaron ests derrots de Ja voluntad: Boudelaire, poets de transicién, Verleina, Rimbaud. ‘Hay en los simbolistas puros (sobre todo en Ver~ laine}, afusign caliente de la propia intimided: es re- revo, por encima del packice del Parnsso, al subjeti Visme roméntico. Los roménticos del primer toreio de siglo s# apartan del realiemo: ideatizan el paisaje, presentan hombres tuionizavdos y mujeres bellas como un ensueto, En algue hos cinbolstay, el mismo desapego hacia Ja pinture fel de Ta realidad.” Buscon para el arte sonas irreales, La sealided os ndlo trampolin: sirve para el envién de paz ids, pero luego se desecha, como 6l futaader Ja ceniza det Ser, sgn ol nbobo malanmeneano, ompre la técnica de un eseuela es cearemacién de ssa expiry. El simboliemo es perers, ebandono Iirico: Qe ton ars set fa bonne exeine dparse a en! crip du matin (ga va fleurnt a munthe ole Oh De aif quo on a voreo eo nt. Jo indi Io pre- cisoyy lene seu bara y el slo wero, del ‘compas inserono de la vieja métri. I verso Hbre fu6 secutla natural de oste abazdoao peresceo 'Y bien: romanticisme y simbolismo, a pesar de su pssst olny dn oor mo eeple: Tefen smahider parecldan, pero no fieatlese: Ls ‘melancota! roméatice, exiado eupedior del eopritu, es en los simbolistas ctrstena>, estado in- forior del eeptritu, Melancolia sintii Cristo eaando st orseién dol hucrto, Trivvexs siente cf hombre después Gel pecado, Enire los romnticoe hnibo copia de tot ‘doces; entre Toe simholistas copia de détragets, de vide amentabloo: came vicoss y ajenjo. Bay un sbismo nize ls negra ibectina que inspird a Bandolaze y Ine sposionadas, pilidas y Maguidas, que suspiran eo La nowelle Helotee, en Rent en Adotphe. Macbaeumos: iferencias de sensiilidad dieron color distinto a wns ‘inns posicién estétics. ‘Lo infiuencia de Is sensibilided embiente ecbro Joe produotot del eaplritn, explica el aire de femilis quo rosenton todas Ins manifostaciones artistions do un nismo perfodo y sus reagos afinen con ln ideologia do- mainanto. ‘Observemos ux momento el panorama del romanti- cismo, Notemos que ¢t hélito roméntico ba penetrado fen todoe los compartinientog literarios: novela, lviea, ‘Grama; y en las deméa provincias extétiens: misica ¥ pldstica; y tambiée, To quo 66 mis sugestivo, en le Hdeologia de la 6500. ‘Carren tos alias y todo cambia de asperto. Sélo pereiste an zomanticismo alfeficado, rayos anérices do tin #0! ya hundido en el ocaso. Le, poesia es ahora impesiblo, In novela es burgess, ol seatro realists, 1s ‘pirtara rival de ia fotografia. La ciencis pone a prueba Tas hipotesis en ol aboratorio experimental. La flesofia bhu destendido de las nubes, se ha vusito postiva "Hla querido explicarse vinculesign tan amativa por inflgjo do uma activided sobre otra, de in mée extensa ftcbre ia mods pacticular. Por ojemplo, la Glonofin sobre larte. Ast, el rcionelismo que carecteriza ol arte fran- ‘ole del ‘gaa siglo’, cristalisado en la Potica de Boitesu, Gerla detivaciin del recionalimo eartesisno, Bi ramen- ‘Grinno dol siglo xix hubris recibido de Floge! sa aliento Bowifica, Y cobre e) teipode: Comte, Spencer, Taine, fPodria sscotarse a. estéticn pool-tomfnticn: realise, ~Paraatiane, naturalists, Bn nuestros diac, buscendo so

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