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ARQUITECTURA DEL RENACIMIENTO APITULO PRIMERO 1s dittcultad de definir la arquitectura del Renacimiento, e] Renaci Iniento en general, esti en que lo consideramos retrospectivamente ‘un fendmeno histdrico terminado, y si bien podemos tverea de los ahs en que comenzé, florecié y terminé, damos por fentado que tuvo un comienzo y un fin. De las primeras fuent hombres mds intima ue mis tarde habria tuvieron plena conciencia de que estaben <1 punto en que ana- mn de darse cuenta de y, presumiblemente, mlento, eva implicita 1a ser que, en la préctica, eonsideraron con una rate Io que estaban haciendo, En cierto in creando algo diferente y algo tradicionales de la consiruccibn, sentido, estaban ereando un nuevo parece set que también tuvieron conciencia de fereando ey nov, sino re-ereando un estilo que ya se 0 de un milenio, habia hhombees del originales © {Jos donde dec cl misterioso epigrama, quizi inventado por él, Roma quanta fult ipsa ruina docet. Los dibujos y grabedos de ‘esta clase, muy raros en el Quat cento y consttuyen une de las fuentes mis importantes para nuestro 8 ofreca en aquells evidencia de que dispusieron tos hombres el Renacimiento y del modo como la consideraron, mos do reconstruir las fuentes y materiales de que pudo primera mano. Asi, p. ej, podemos hacer dedueciones ‘obras del mismo Brunelleschi y de sus contemporiines ya mencionados. Las Fuentes son sorprendentemente numerosas. La mis importante tema que nos ocupa es asi como sus ‘opiniones acerea de las obras de cada artista en {esional competente que trabajé « mediados d res ysupresiones, no menos que sus inclusiones del desarrollo do I arguitect6nica y de su pric alos 1400 y 1550. Ademas de Vasari, también ot bras estas dos que han sido y obras simi hacia 1480, dice: «Y se fue Roma: que en aquel donde se podian ver piblicamente bastantes cosas buenas, ngue no muchas, y las que diversos naciones, rabaron y se le- escultiras, como hombre fing se estableciS que ‘orden y fuesen distribuidas con mesura...» Es indiscutible que se pro- ‘dujo un cambio de actitud por parte de los arqiitectos loreatinos en la pplmeta mitad del en Las fuentes c | Hospital de Lastra a Signa, construido solo pocos afos es evidente que, en nes al mismo problema, Ambas consisten con el techo abovedado apoyado de un lado sobre una pared continua, y del otro sobre columnas que forman una arcada abierta 2 la calle; y, sin embargo, hay uns diferencia entre los os edificios; diferencia que se sefiala con més precisién expresada en términos de similitud o disparidad eo ura elésca romana. Y aqut surge In preg queremos decir, realmente, los Inocentes romano conocido, si bien se derive de por en las villas que fueron transformadas durante el medievo en claustros 8 10 Signa co! forencin entre ambos se apres toma de las bévedas, la colocacién de las co profundidad de los intorcolu como en las normas matemiticas establecidas por y la omamentacién. Le primera Ta de que hizo estudios més profundos de las estructuras ito, ve demuestra por el hecho de que consigué cuando todos hablan fracasado. En efecto, ast parece haber sido reconocido nada menos que por Ia autoridad de Alberti cuando, en Ia dedicatoria de su tratado sobre la pintura, que ‘eseribi6 mientras se estaba construyendo Ia cipula de la Catedtal, dice que Brunelleschi y otros igualan y aun en cirtos aspectos son su res a los antiguos romanes, y aftade de la cipula: «He de admitie que log antiguos, por disponer de modelos que copiar y de maestros que les so un nombre en las artes su premas de resulta en nuestros dias para nosotros, a quienes se nos hace dificil en extremo; sin embargo, por esta misma razén, santo mayor serd nuestra fama si conseguimos descubrir artes y nunca eonocidas antes, y ello sin maestros ni ejemplos que mds habra nadie tan duro o envidioso que no alabase a Pippo 4 grendioss, empinada sobre los cielos, tan amplia que cubre con su sombra toda la pobla- cin toscana, hecha sin ayuda alguna de cimbra ni abundancia de vi= bien juzgo que en estos tiempos era increble = ¥ que acaso enize los antiguos fue ignorado y des- No puede dudarse razonablemente de que Brunelleschi estudié la ral de los romanos y la aplicé a las ciccunstancias de que mientras miraba las esculturas de los antigu misma atencion a o rmentos; viendo en el ron hechas en épocas diversas, simos maes- ‘ros, que por su sabidui no fueron hombres vulgare... y (con Do levant6 croquis de «asi todos los edifcios de Roma, y de muchos lgeres de los alrededores, sy ligares utilizS 1a mayor le parecid, como puede verse todavia e probablemente a que las fn el sen 3s era razonable que un colega como Alberti estuviese Jones; en lo que Summerson tan lasico de la arquitectura». No es de que si les cosas y Alberti era an {ecto, Brunelleschi, que fue, incontroveriblemente, un gran arquitecto, también bubo de interesrse por ells. Esto nos proporciona un pro, undo conocimiento de los procesos Salo X¥, cuando el bidgrafo de Brunelleschi sefalé dos de sus iglesias jails Maria degli Angeli y Santo Spirito—como modelos de ar fectura perfecta. En cuanto a la poqueh Proyecto de Brunelleschi para los A Hees a realizarse, fue, sin embargo, considerado com: dderna det martyrien iea parroguial, porque a basilica romana secular, en las basflces anas de Roma, y aun en las versiones medievales, ta Croce, en Florencia, y que, por estar planeadas de fentemente no matemético, pudieron set consideradas como formas torcas, birbaras y goticas que Brunelleschi habia restauredo 4 su antigua perfeccién. No cabe la menor duda de que, puts de mediacos de siglo, esta imagen del nuevo estilo fo generalmente aceptada en los circulos humanisticos de toda solo In obra de Brunelleschi, ya que er Su muerte, en 1446, la arquitectura de Alber via mas els i temprana fecha esté contenida 10 de junio de 1468 y rombramiento por eq ‘«duzgamos que deben ser honrades y ensalzados aquellos hombres dotados de ingenio y de virud, sobre todo de aquellavrtud que sem. Dre hi sido apreciada entre antiguos y modernos, dela Arquitectura, fundada en el arte de que son, de las sicte a Ins ; nin Primo gradu certiudinis, y es arte de gran ¥ de gran ingerio, ‘uy apreciada y estimada por Nos, y habiendo Nos buseado por tedse artes, sobre todo en Toscana, donde esti la fuente de arguitesios ¥ no habiendo encontrado hombre que sea verdaderamente entendido 9 tal menester, ultimamente por*fama hemos aido primero, t0 y sabido después por experiencia, eun docto e instruido en sea el insigne hombre Maestro Lutiano, y habiendo dete. rado hacer en la nuestra ciudad de Urbino una vivienda bel uanto conviene a la condicién y laudable fama de nuestros proge fores, asi como a la condicién nuestra, Nos hemos elegido y dip se designa a Laurana aparejador 1 0 ado y de dicha obra, y asi queremos y ms yacada uno de edifcio existente, asi como El Palacio de Y mecenas tanto de Piero Alberti como de Laurana y Francesco los aos 1460, (nacié en el Ducado: I de Tas obras de Piero realizada para. Ur itectonicas expresadas por Alberti en sus es ¥ edifcios, nos procura evideneia de la aetitud mer La carrera de Alberti como arqu hasta despues de fe cide de cen jetcicio no comenzd en 1486, pero debit de dad, ya que hemos va versién de su tratado De re aedi re fue lis V. Su tratado Dell Pitura es anterior todavi cuando id como secretario del cardenal 8 una breve descripcién de las ‘riptio urbis Ramae, becia 1432-1434, afos trabajando en ellas y comenzando a formulae de la antigedad; precisemente la época en que. dad, acompaté 2 Donatello y Br hace mis sonprenden Sin embargo, hay en ella un pase en el que compara el influjo de la Roma 5 tiempo, después que él legs a Roma, sino que es Cr hogar de una encial comprender este sentimiento de continuided para apre- ‘iar sus efectos en los escrtores y artistas del Renacimiento; Giovanni! Marliani lo resumié en 1534 en su Antiquie Romce topographia, ‘observar que caquello que escribié Biondo del palacio imper ‘0s decirlo hoy del palacio vaticano», Entre los ex imaban que los autores cristianos pri iban parte inseptrable del legado clésico. Lactancio, el gr fue conocido como el «Cicer6n que Ia cristiandad neces ratura de los ido de aquel verso: dorndo antafo, hoy desolado, invadidas de zarzas espinosas sus ruinas'..» Continia’ Poggio butede ser dicha sin gran asom! pos centro del Imperio romano, los reyes y principes, y a la que subieron en ‘ornéndola con oftendas y despojos de puedtos tan nur ‘rand, floreciente otrora y adh esolacin y ruina, tan camt ban invs 3, tamiento mental para la formulacién dela docrina habrfan sido bien acogidas por hombres como Al V— y es muy significative que Lactancio fuese u ‘cuyas obras se imprimieran en Italia, comen- ‘zando con la edicién publicada por Sweynheym y Pannatts en Subiaco en 1465, seguida, por lo menos, de otras dieciocho ediciones en los ‘ochenta ahos inmediatos, to resulta evidente que la preccupacién de Alberti por gua fue compartida por muchos otros que, en verdad, la ron mejor. La intencién de Alberti fue més bien la de rehaser la Gnica obra conservada, de un autor cisco, sobre arquitectu ia Roma antigua basindose en I ido los asientos se de exctementos e inmundicis...» Unos diez © quince aiios mi Eugenio 1V que hat Papago de Eugenio e os rionumentos, Biondo lea de lad entre la R Jegado de fa antigua ci ‘ue pensabain como planeado en las mismas lineas los de los capftulos son casi idéaticos en muchos casos. Sin embargo, contiene pasajes teveladores 8 que su autor estaba muy versado en el estudio de los monumentos, asi como en el de los textos de Vitruvio, Casi en el mismo comienzo © una defnicin de Proyecto en trminos platOnicos: wLa arquitec. a en su conjunto se compone del proyecto y Ia consieuccién, En ‘monodas e nalismo del humanista, y sabemos gu desde 1436, que conocié a Porsio y inmediatamente después do su regreso coments a escribir su Ro 2 in desconsuelo he observado que dis & dia van arruinindose.» parte, en la famosa car temente y publicada por Gr 10, en Rimini: «..Las medidas y ‘seuro. Sin embargo, hay una interesante excepeién, donde no sigue a Vitruvio: el orden compuesto. La descripcién que de ét hace el empleo del corint » presumiblemente deep -mple6 una mas bien curiosa ial, pero el primer uso eorrecto we del orden en su Palazz0 Ru que de este orden se hizo en el Renacimiento también estérelacionado con Alberti, pues aparece en el Palazzo de Urbino; los ejemplos ante- principal que hubiese ejercitado jamés fuese la arquitectura, del modo que sabia razonar y poner en ejecucién con su consejo.» de un Poggio un Biondo, iglo xv parecen muy ingenuos, aun cuando fuesen hechos ante verdaderos monumentos. Y, lo que es més, ningdn dibujo de aquel ilbujos debieron de hi ed ee lerior del Pantedn, en que aparece como er ficaciones del ftico. La segunda catego! nice», tiene més interés para 10s y caracteres que Filippo entendia», El Codex Barberini puede ser un ejemplo representativo de esta cluse. Consiste en un euaderno ‘raciones de algunos cuentos de hadss, como si todo el libro (bello. ccbdice en pergamino) hubiese sido concebido como un precioso com: pendio de migicas fSrmulas arquitecténicas, y no como una coleecién no—con un grabado de dicho siglo que representa el mismo Teatro, o bien el dibujo que hizo del Foro de ‘Trajano con su verdadero aspecto actual, puede verse clin poco refle» 13 los y grabedos. EI timonio de ell, p. ‘ino. El modelo de madera qu iano da Sangallo para el Palazzo ‘Strozzi de Florencia todavia se conserva y es un ejemplo de 1o que debié 1borado, ejeeutado para un encargo importante.

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