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Q..22.134 JEAN BAPTISTE DE MoNeT ‘CABALLERO DE LAMARCK FILOSOFIA. ZOOLOGICA Presentacién de Adria Casinos @ 5307348503 FILOSOFIA ZOOLOGICA El presente volamen reproduce, en fax Ia primera edicion del Lio Filosofia sole (Valencia, F-Semperey Compan, it~ rea), Las meds deca el Hbro orginal han sido respetadas Yu ha ahadido un apéndice con a tadueion completa de le sAdverteniany del primer para del «Discurso preliminary Coleen «Noctulabiam» Acids por Jaume fsa | Loree y edit por Ala alla en colaboraion om la revista «Mando Canton El grabado que a idenien rata el empleo del noctirlabio ttizando Ie estrllany proce 4a Libre de Cosmographia.. de Apiano Primera edicin: septiembre de 1986 Propiedad de esta ec Editorial Alte ull, Bre 71, 08009 Bareelona 1 Eaitorial Portal, 8.4, Valencia 359, 08009 Barelona “Teaducein del Apéndice: Jaume Serrasoeas Impreso on Hurope, S.A Recaredo 2, Pablenow (Barcelona) LAMARCK, ENTRE EL OLVIDO Y LA CONFUSION Lamarck en su época ‘Jean Baptiste de Monet, chevalier de La Marck, tenta ‘uarenta y cuatro afos cuando en 1788 consiguié una plaza de asistente de Boténica en el «Jardin des Plan- tes» de Parts. Era su primera vinculacion formal con la ciencia, si bien hacia unos veinte ahos que estaba relacionado con aquella insttuciOn. Tras pasar su pri- mera juventud en el seminario de los jesuitas de Amiens y en el ejéreito, y a consecuencia de una grave herida, abandona la milicia y toma contacto con las ciencias naturales. Lainfluencia ideolgica de Rousseau parece que fue en este sentido bastante determinante. Sus primeras preocupaciones cientificas estaban rela cionadas con la meteorologia, pero pronto Antoine- Laurent de Jussieu lo inclin6 a la boténica. En 1778, enn corto plazo de tiempo, culminé su Flore frangai- se, que entusiasmé a Buffon y conquist6 el honor de ser impresa por la “Imprimerie royale”. En dicha ‘obra, que le abrié las puertas de la Academia de Cien- cias, realiz6 su primera aportacion destacada, de las ‘muchas que hari al desarrollo de las ciencias natur: les: el método dicotémico ivi Cuando la Convencién leva a cabo la reorganiza- cién del “Jardin des Plantes”, a propuesta del propio Lamarck, transformandolo en el “Muséum d Histoire Naturelle”, se convierte oficialmente en zodlogo. En efecto, el 10 de junio de 1793 el gobierno republicano crea doce cétedras, para las que son nombrados Brongniart (Arte quimico), Daubenton (Mineralogia), Desfontaines (Boténica, herbario), Faujas de St. Fon (Geologia), Fourcroy (Quimica general), E. Geoffroy Saint-Hilaire (Animales superiores), A.L. de Jussiew (Boténica, herborizacion), Lamarck (Animales inferio- res), Mertrud (Anatomia animal), Portal (Anatomia humana), Thouin (Cultivos) y Van Spaendonck (Ieo- nografia). El “Muséum” no es sino un eslabén més de Ia profunda renovacion de la enseftanza superior que 1 poder revolucionario leva a cabo, sobre todo como alternativaa la decrépita y obsoleta Sorbona, la misma que habia intentado prohibir la Historia natural de Buffon (1,2)-* Desde el primer momento Lamarck decidis inaugu- rar sus cursos del “Muséum” con una especie de leccién magistral anual que denominé discours d’ouver- ture. Alganos de los correspondientes manuscritos han egado total o parcialmente hasta nosotros. En ellos se puede seguir Ia evolucién de su pensamiento, en la medida en que va introduciendo novedades. En el Discours de 1794 debié utilizar por vee primera la palabra “invertebrados” como contrapuesta a “verte brados” (3). Rebautizaba asi la clasificacion propuesta por Cuvier de “animales de sangre blanca” y“anima- * Los mimeros entre parénteis emiten al bibliograia que Fi ra al final de eat presentacion ivy Jes de sangre roja” (Cuvier habria llegado a Paris a ‘mediados de 1795). De todas esas leeciones inaugura- les la del ato Vill (1800) seré la mas notoria. En ella ‘esboza las lineas magistrales de sus ideas evolutivas, que nueve afos mas tarde desarrollaré en la Filosofia z00l6gica. La obra de Lamarck no esté exenta de ideologismo. La influencia de Rousseau y su Contrato social, el ateismo solapado de Buffon, debieron marcarle pro- fundamente, y no es nada extraito que se entusiasmar con la revolucién. No hay razones para pensar que su actitud no fuera sincera, que setratara de simple servi- lismo hacia el gobierno que le habfa encurabrado. De ser asi, quiza hubiera sido capar de repetir la mani bra. E1 18 de brumario del general Bonaparte marca el fin de sus buenas relaciones con el poder. El imperio y la restauracién borbénica no le serin favorables. El propio Napoleén le reeriminaré piblieamente durante ‘una reunién del Instituto por su obra meteorologica, cuando Lamarck intentaba hacerle entrega de su Filo- sofia. Es curioso que sea en su obra dedicada a los Fenémenos fisieos (por lo demés, abundante) donde mas deja transparentar su faceta no estrictamente cien- tifica. En general, sus hip6tesisfisico-quimicas fueron bastante desafortunadas y en ocasiones muy politiza- das, atacando a.cientifieos de ideologia antirrevolucio- naria, como Lavoisier, despues de su caida en desgra- cia durante la Convencion. Salvando las distancias, evoca el episodio Lysenko. Cuando en 1794 publica sus Recherches sur les causes des principaux faits physiques, eseribe una dedieatoria que es sin duda su ‘mas ferviente profesin de fe revolucionaria: (vin) Al pueblo francés. Acepta, pueblo magninimo y vietrioso de todos tus tnemigon, pueblo que has recuperado los derechos fradose impresriptibles que has reibido dela natura. feza [1] y por el deseo que yo tengo de compartir ta flora, contribuyendo al menos, gin misdébles facl- {ades, a ser til a mis semejanten, mis hermanos, mis iguaes, Entre 1799 y 1810 publies los once volimenes de sus Annuaires météorologiques. Hay que decir que Lamarck nunca concibié sus facetas de fisico y de zoélogo separadamente, sino que las considers com- plementarias. Cuando en 1802 publica su Hydrogéo- logic la concibe como la primera parte de una fisica de la Tierra, ala que habian de seguir una “Météorologie” yun tercer volumen dedicado alos seres vivos, para el que acuno el neologismo “Biologie”. Nunca fueron publicados. La mayor parte de su obra la desarrollé como espe cialista en invertebrados. Asi, en 1801 publicé Systé- ‘me des animaux sans vertebres; entre 1802 y 1806, ‘Mémoires sur les fossiles des environs de Paris; tam- bien en 1806 vio la luz Discours d’ouverture du cours des animaux sans vertébres. Entre 1815 y 1822 su legado principal los siete volimenes de Histoire natu- relle des animaux sans vertébres, en una parte consi- erable dictados a una de sus hijas, ya que en 1819 se volvi6 completamente eiego. Murié el 18 de diciembre de 1829. iia) Lamarck como evolucionista Lamarquismo, herencia de caracteres adquiridos. Darwinismo, seleceién natural. He aqui unas pregun- tas y respuestas del catecismo neodarwinista, en plan fe del carbonero, que repiten eantidad de bidlogos que no se han molestado en leer a Darwin ni, por supuesto, a Lamarck. En realidad la cuestion es mucho més compleja. En primer lugar las ideas evolucionistas de Lamarck son mucho menos esqueméticas de lo que se piensa, Hay en ellas dos componentes diferentes (5). Por un lado, la creencia en una supuesta tendencia progresiva que obligaria a los seres vivos a elevarse paulatina- ‘mente en la escala vital. Por otro, lo que se ha identifi- ‘ado propiamente con el lamarquismo, la herencia de los caracteres adquiridos. Esta supuesta capacidad he- reditaria no se reduce al mecanismo uso-herencia, se- ‘gin el cual la voluntad del ser controlaria indirecta ‘mente su propia evolucién. El ejemplo de las jirafas y su cuello, que responde a este fenémeno, es para mu- chos la quintaesencia del lamarquismo. Es més, con frecuencia se piensa también que la induccién por el medio ambiente fue postulada por Lamarck, cuando ‘en realidad se trata de una hipétesis de Geoffroy Saint- Hilaire que Lamarck siempre rechaz6 (6). Lamarck era consciente de que el mecanismo uso- herencia implicaba un acto de volicién, eosa que era imposible en los vegetales. Asi la aparicion de nuevos caracteres en las plantas sera simplemente una res- puesta a nuevas condiciones ambientales, que actian @ través de los cambios provinientes de la nutricion y ddemés aspectos fisiologicos del individuo. od Es en conereto el primer aspecto del pensamiento evolucionista del autor de la Filosofia zooldgica lo que Darwin juzga errénco, es decir lo que en el bosquejo histérico que antecede a El origen de las especies calfica literalmente de “ley de desarrollo progresivo” (7). La otra cuestion, la herencia de los caracteres adquiridos, ¢s asumida por Darwin como un mec ‘mo evolutivo més, ya que su gran aportacin, la selec- cién natural, es solamente concebida como un factor determinante de variacién compatible con otros, aun- que 61 lo considerara el principal. Hay que decir tam- bien que Darwin pas6 por muchas fases en su valora- cién de la posibilidad de herencia de los caracteres adquiridos (8). Ya es antigua la argumentacién de que ‘esto puede apreciarse en las diferentes ediciones de El origen de las especies en el hecho de que en La variacién de los animales y plantas en domesticacién, publicado en 1868, cuatro aos antes que la sexta, y Gefinitiva, edicion del Origen, dedicara un capitulo entero a ia defensa de la herencia de los caracteres adquiridos, Hay ademés otro punto de contacto entre esos dos grandes evolucionistas que se olvida con demasiada frecuencia y que conviene rescatar aqui, por tratarse de un tema de rabiosa actualidad. Me refiero a su ‘reencia comin en el gradualismo, que les llevo a adoptar una actitud nominalista respecto a la especi biolbgica. La actitud de Darwin, plasmada en su asun- cidn de la méxima de Leibniz natura non facit saltum, es sobradamente conocida (8) pero lo que esté menos divulgado es que Lamarck Hleg6 al transformismo a partir de la hipétesis de que era posible establecer series filéticas ininterrumpidas, entre fosiles y vivien- ou tes, en determinados grupos animales. En sltima i tancia parece que fueron las colecciones de moluscos del “Muséum” de Paris, de las que se hizo cargo en los tltimos afios del siglo XVitt, a la muerte de Bruguiére, las que le sugirieron la idea (6). Por estos mismos aitos, Cuvier, al observar Ia falta de todo nexo de unién entre las especies de mamiferos fsiles y las actuales, levaba ‘cabo una lectura discontinua del fenémeno, que le evar a fa formalacién de su teoria de las revolucio- nes del globo. En los altimos anos Eldredge y Gould han desarro- Mado una teoria que hace una lectura discontinua del proceso evolutivo, conocida con el nombre de “equili- brios & intervalos” (punctuated equilibria) (9). La polémica en torno a dicha teoria ha ido més allé del hecho puramente cientifico, de forma que han surgido voces sfirmando que lo que habia detrés era un plan- teamiento marxista, que implicaba el rechazo sistem4- tico de todo punto de vista gradualista (10). No deja de ser curioso que en los albores del siglo XIX la situacion fuera inversa a las conclusiones del citado andlisi: Lamarck, el personaje de ideas avanzadas, era gradus lista: Cuvier, reaccionario y profundamente oportunis- ta en lo politic, era rupturista. Un pensador revolu- ‘ionario tan atento al desarrollo de las ciencias natu les como Engels, dria afios més tarde que “la teoria de las eatéstrofes [de Cuvier] era revolucionaria en sus palabras, pero reaccionaria en sus hechos” (11). Dicen que a veces la historia se repite. En el men- cionado debate actual sobre la posibilidad de los pro- cesos discontinuos en la evolucién animal, las series fileticas de moluscos han vuelto a convertirse en pie- dra de toque. En 1981 P.G. Williamson (actualmente bar en la Universidad de Harvard) publicaba un articulo sobre gaster6podos y bivalvos fosiles del lago Turka- na, en Kenia (12). En él, Williamson reconocia una serie de fendmenos de especiacién que intrepretaba ‘como sumamente répidos, separados por periodos de cestasin o de estabilidad de las especies. La polémica sigue su curso (13) en funcién de que una serie de especialistas dudan de la interpretacion, aunque algu- nos sean partidarios de la hipotesis de equilibrios intermitentes, dada la difcultad de definir buenas es- pecies cuando no son aplicables criterios como la in- terfecundidad. 4Qué consideracién ha merecido Lamarck a la pos- teridad? Puede afirmarse que hasta que Darwin publi- 6 en 1859 su Origen de las especies, Lamarck fue el gran olvidado. Incluso su esquema sistematico (del que da cumplida cuenta en la Filosofia) es arrincona- do en beneficio del de Cuvier. Es, curiosamente, con la cexpansin del darwinismo, hasta los primeros afios del presente siglo, cuando el pensamiento lamarquiano fest en su mejor momento. Muchos de los primeros propiedater do une fueren ‘vital eapecial 6 do una cause final orgintea; Ia procadenela de ‘tos ls orgunismos de ua sorta adimero de formes antope. anldas por goneriéa eapoutdaea de le matory 1s porpetuidad no iaterrsmpida de la evolucién geoldgicay Ie ‘ausonsie de revolusiones y especialmente In inadmisbilidad e todo milagro; en une palabra, todas las propesisiones mis {importantes dota biologia moataticn otha ya formalades 0a 1a Finosorta 200140104. Sil admirable esfaur2o intelactanl do Lamarck fab Aesconosido en aa tomapo ello a dabo do aaa parte Al g ‘era del pus do gignato por ol oual so adelantabe on medio siglo & sus contemporkeecs, y por otra & que faltaba & su obta una base expecimontal sufelonts, notindose algunes ‘tu didcultades do domostracba, Lamarck aedale muy jus ‘taments Ins condisionos do a adaptacida eotno vonstitayendo Jas ctuans mocknicns de primer onde, que producon Ia porpo- ‘tus metamorfosis ds las formas orginicas: cuanto & la anelo- van nd1090 gla morfolbgion de Ine especies, glnoro, ts, a rolzotree con buen derecho & une relaciin de consanguinidad y reralta, ‘lon explieada por a haroncia, Pare dl a adaptacia consisto solamente on aha relaciéa entre le modifeasiéa lenta y cons- ‘tants del mundo oxtorior y un cambio correspondiente on laa setivideden, y por conteowonci, laa formas do loe orgasis~ ‘mos, Sin dada oe sate un agents exiremadarents importante ele metamordous do las formas orginicas, No obstante re- sulte imposible explioar, como hnce Lamarck, por osta sola por au proponderancia, ie molifescién do Tas or ejemplo, # dive quo ol largo culo dea raf Aubido & a porpetua extaneién & quo lo eojote ol waimal_ pera ramouoar en loa grandee deboles; porque viviendo In jirait Grdinariaments on regiones Aridas, donde el fllajo do los Arboles conatitaye wn nic alimenta, eat animal a» wiéobli- edo & dosarzollar cata actividad oxpocil. Do igual manera a longoa en forma do pico dol oto hormiguaro ha sido produ- ‘ida por ol bdbito que tinon estos animales do sucar ax all- ‘mento do hendidures 4 do eanslos ostrshoe, dalgedoa y pro- fondos, Las mombranes natatorias do Ina vans y do otros animales seuiticos aon debides dnicemente & sus perpetucs afusrsos para nada dla rosltoncia que ol agua ofvece & 905 extromidedes, klon movimlentos natatorios malmaos, La oneia tranemite rebusteidudolos tales habitos& los descon~ Aionter; ra perfecsionindose y acaban Snelioato por reul- ‘ar motamorfovendoe, Dor exicta quo sen on general esta idea fundamental, sin embargo, Lamatek signa al hibito ‘una inflooneia domasiado excasiva; constituyo indaéablomen- toune de les principales ceuans do In motifcncién do las for- sas, poro no ea la Unica. No obstante oo procico reconocet que Lamarck ba comprendido parfectamenta Ia acoién reel proce do las doa induenoins formatricesorgéstons, ln adapta- ‘idm y la hereneia, Pero desconoce ol principio importants smo se In snleccion natorel on la lucha por In existencian, principio que Darwin noe hn hecho conocer cincventa aos Aespuie, Pnb1090 x ‘uo do loa principales méritos do Lamarck os ol de haber ‘ratedo ontonceo do probar quo Ie eapecio bomiana dexcfende por ovolusién do otros mamffaros may préximos f los monos. ‘Aga! también os ol hibito quien figura en primer linea; a él {quien Lamarck atiboye ol principal papel on Ia metainor- fois, Ton hombres mis infoioree, los hombres priuitivos provienen, aogin ldo los manos’ entropoides que se acoee ‘ambraron la posiolia vortial. HI levantamfonta del troneo, cl perpotuo eefuerao para mantenerae on pi, prodajeron poco & 000 la motamorfoeis do los mfombros, uaa dferenciacita rake torriles y una planta de oe ples; hasla adolente, lan extre- midadee preonsilon do las mance, La eetacién reste dl por reaaltedo' ol pormitir un examen mds teil del mundo ame Diente, y do alo rorsltd un progreso intelectoal considerable, ‘Los herabros-mouos adquivieron asi una gran supariridad a bro los otros monos y an gonsral sobre los sores orgunizadoe t roloaben, Para consolidar oata suporiorided se aa0- come econtace con todor los aniunales Que ‘Vivon on sociedad, so destrrll6 on ellos In neaeslded de poner fen comin aus eefocraon y avs pe ecetidad dol lengua, roprecantado al prinaiplo por gritow rmionto del longuaje articulado legs & conattair ana poderoen palanes para aysdar 4 la evolneién orghniee, y eepectalente una ovolucién dol eorabro, hasta que lentamonte los how- Dros mouos se transformaron en verdaderoe hombres, Quo lon hombros primitivo, todavia gross, descendiesen real- monte do los moves mis perfecciouatos, Lamarck afro nla ol apoyo de pruebas slid, Ordinatiemonts 2» coloce dle enbozn do los naturalistas ‘Albeofos fransease, no & Lamarck, sluo & Esteban Geoffroy: x provode StintHilalre, que nasid on 1771, Goethe Ip tenia on gran concopto, fad, come. ya homon disho, el adverencio mAs de- sidide de Cuvier. ‘Desde ls terminacién dol siglo XVIII, exponia ou ideas sobro la motamorfosis do las capaci orghniens, pero las pas Die por primera vox colaments en 1628, luego laa defends con valentia deranto los atce sigaiontas, eapecialmente eo 1690, coutra Cuvier. Salat-Hilaro admit, en lo que tiono ‘Ge eeonciel, In doctrine do Ta dessondencia de Lasnarsk; vin unbargo, eFeln que la motamorfosia de las eapecioe vogotales y animales era debida monos le actividad propia del orga bismo (hibito,ejereisio, uso 6 desuso de los Srgunoe) que & Ja Inflaenein ol mundo ambiente, esto es, & las perpetaae ‘veriasionoe del mundo exterior, capesialmente de In atméa- fore, Par d, ol orgeniemo eg ante las condiionee del modio exterior, mu bien pasivo, inactive; para Tamarck, por el ‘outrario, ex mba sotivo. Geoffroy ofee, por eemplo, que por ‘lhecho de In disminuoia de la cantidad de deldo carboaico fon Tk atméefra, las aves lun aalido de loa reptiles sau ‘porque resltando ms rico on oxigeno el aio, estar dltimos ‘suimales ae volvioron mis vivaces y mba endrgico, De ello procedié una elovacién on Ie temperatura do at anngs ‘mayor astvidad norvioes y musonlr, y por consecuenci, I ‘acumes so enmbinron en plamar oo, Esta idea, on ol fondo, ‘may joata; poro elo cierto que una modiGencién sobrove- aida on Is stmbafera 1o mismo quo cualquiera otra modi6 ‘acién sobrovenida en las condisiones de existoncie, pusde contvibuir divecta& inireotamonta & teanaformar ol organs to, no obstante, ous olan causes resulta ea af nisms rasiado poco importantes para que ao lor paeda ateibulr ‘exclusivamonto tal resultado, pues no tienen més valor quo l gjetvcioy el Alito, invocndo oxclasivamonta tambisn por Lamarck. Bl principal mnésito de Saint Hilaire coosiate oa Inabor sostonid, & peaar do In poderoesinfluensia do Cavier, Jn concepeién uniteria do In Naturale, Ia anidad del modo do fermacién orghnica y ol {atime pareniaeco gonealdgico do Pnéroco ey las divorata formas orgunizadss, Ya an las procedantes loc ones mencioné los oblobres debates de los dow grandes a4. versarioa on It Academia de Paris, onpacialmente lo arden ts coufictos dal 22 ao Febroro y 19 de Fulio do 1880, en los cuales do tal manora so Interesd Gosthe, Onvieetaluatd ene tonces en toda Ia linet, y deste aguella époce otal nada so ha hecho on Pranela por ol progvere dele doctrina gouoalogica ni para contribuir 4 In tarminaoidn de una teorfe ovolative monlaticn, Bas sro Haoxm. INTRODUCCION a experfencla en la ensenanza me hizo sentir do ‘qué modo una flosoffa soolégica, os decir, un euerpo eo preseptos y do principios relativo al estudio de los animales y basta aplicables 4 las otras partes de las clencias natarales, nos seria atil en la actualidad, dados tos progresos que se han realizado en estos ultimos afios en nuestros conoclaniantos de los hechos zooldglcos. En efecto, chay algo més interesante on el estudio do la Naturaleza que ol estudio do los animales; que la, consideracién de las conoxiones de su otganizacién con Ja del hombre; que 1s del podor que tienen los habits, Jos modos de vivir, los climas y las zonas de habitacién para modificar sus caracteres, sus facultades y aus 6r- ‘ganos; quo ol examen de los diferentes elatemas do or- anizacién que entre ollos se observa y segtin los cuales etcrminan las antologias més 6 menos grandes que Jan el rasgo do cada uno de ellos en el método natural? Hay algo més intervsante, en suma, que le disteibuciéa General que formamos de’ estos sotes, considerando la ‘complicacién més 6 menos grande do su organizacléa, Aiateibuctén que puede Tevarnos & conocer el orden mismo que ha seguido la Nataraleza al realizar cada ‘una do sas especies? xv anemnopuv0o1ox iertamente, no ee podria nogar que todas estas con- sideraciones y muchas otras todavia, 4 las cuales con- uee por nevestdad el estudio de los animales, dejon do ontrafar extraordinario interés para cualquiera que ame 1a Naturaleza y basque Ia verdad on todas las cosas. ‘YF lo que hay en ollo de mas singular os que los fo némenos mis dignos de estudio no se ban presontado & rnuestras meditaciones hasta 1a época on que los sabios fe consagraron al examen de lop animales menos per- ftoctos, y on la que las indagaciones sobre Ins diferentes complicaciones de la organizacién de estos antmales Mogaron & constituir el principal fandamento de su es- tadlo. Y¥ no resulta menos singular verso obligado & reco- nocer quo casi siempre del examen continuado de los ‘pequefios objetos que nos ofreco 1 Naturaleza se obtu- ‘vleron los conoclmfentos més importantes para llegar al Aescubrimiento de sus leyes, de sus medios, y para de- terminar su marcha, Esta verdad, comprobada ya por muchos hechos notables, babré do recibir un macro grado de evidencia en lat consideraciones expuestas en Ja presente obra, persuadi¢ndonos una vex mis de quo, con relaelén al estudio de In Naturaleza, nlogda objeto ‘cualquiera debe ser desdetado. El asunto relativo al examen do los animales no eon- slate tnicamento en conocer las diferentes razas ni do ‘erminar entre ollas todas las distinciones, Ajando sus caracteres partionlares, sino también ol de llegar 4 co: over, ademés, el origen de las facultades de que dik fratan, las causasquo fos hacen existir y mantienen su ‘vide, y por ailtimo, las de In progresion notable que presentan en el orden de en organizaclén, y en el nme: rolo mismo que el desarrollo de aquellas fucultades. sermon uocrtx xv En su origen, 10 ftsico y 1o moral no eonstitayen, sia dada, mis que una cose mlame, Batadlando Ia organi zaclon de los diferentes érdenot de animales conceidos es cuando bay posibitidad de poner en evidencia cata ‘verdad. Pues como los productos de tal origen soa efeo. tos, y como estos efectos, apenas separados en an prin cipio, #0 han ido diversiticando despaés ex doo érdenes eminensemente diferentes, ambos 6rdenes de efectos nos pavecleron, y parecen atin 4 muchas personas, sin cone: xldn alguna entre Sin embargo, se ba reconocido ya la tnfiuencia de lo {sico sobre lo moral (1), pero creo que todavia no se ha, prestado gran atenciéa 4 Ins ioftuencias de lo moral ‘sobre lo tisieo. ¥ como ambos érdenes de cosas, que ti nen un origen comin, reobran una sobre otra, especial. ‘mente cuando mds separadas parscen, so tienen yu los ‘medics de probar que so modifica en aus varlaciones, Para mostrar el comin origen de los dos 6rdenes do tectos quo, en su més amplia dlstineién, eonstitayen lo ue se llama lo ftsico y 10 moral, me parece que ge ba elegido un camino opuesto al que se debi haber so- guido, Bn efecto, se ha comensado por estudiar ambas cla ses de objetos, tan distintos en aparieneia, en el hombre mismo, cuya organizaciéa, Negada 4 su término de composicién y de perteccionamiento, ofrece en las causas 4e los fendmenos de lu vida, en Ins del seatimiento, Jag de as facultades do que gota, la mayor complica: ‘ién, resultando consecuentomente més ditiell de cono- cer él origen de tantos fenémenos (1 Véate a obea do Cebus, Anatpan det moral yl fz naps deo moral yl fies net xe rrnopuoowe Dospuss de haber extudiado la organizacién del hom- ‘bre, como hoy 60 acostambra, on vex de apresurarso & indagar en la conslderacién de esta organizaofén Ins ‘causas mismas de la vida, las de Ie sensibilidad fistca {y moral, habla necesidad de osforzarse on conocer Ia Srgenizacién de los otros animales; habia necesidad de ‘copslderar lav diferencias quo existen entro ellos & esto respecto, asi como las anelogias que ge encuentran entre Jes facultades que les son propias y Is organizacion de que distratan, ‘x0 bubiese comparado estos objetos antro sf y con to que se conoce acerea del bombre; si se bubiese consi- dorado, deede Ie organizactén animal més simple hasta 1 del tor bumano, que es la més compleja y 18 més pe feeta, In prograsién que se muestra ea olla, de igual ‘modo quo la adquisicién sacestva de los diterentes érga- nos especiales, y por consecuencia tantas facultades nuevas como érganos nuevos obtenidos, on tal caso Inabria podido advertir e6mo Ins necesidades por do pronto reducidas & la nulidad, y eayo nimero ba acre ldo més tarde graduaimente, han producido le inelina- cid d las acolones proplas y al medio de satistacerlas. So Ihabeia visto también edmo las acofones, transform das en babituales y enérgicas, han ocasiouado el des- arrollo de los érganos qus las ojecntan, y eémo le fuerza {que excita los movimlentos orginicos puede, on los ani- ‘males més impertectos, encontrarse fuera de ellos y fauimarles, sin embargo. Cémo, en soguida, esta fuerza boa sido transportada y fjada en of animal mismo; y por ‘lkimo, edmo ella ha conetituido el origen de Ia sensi dad, yl fin el de los actos de la intaligencia. insta afiadirse quo si se hubiose seguido este méto~ o, en tal easo no se habria considerado ol sentimianto eraonooc16x - como Ia eausa general 6 lomediate de los moylmtentos orgénicos, nl a9 hublera dicho que la vide ex una euco- sion do movimientos que se efeoatan en virtua de las seosaclones reebidas por diterentes érganos, ¢ de otro moto, que todos tos moviaientos vitales constituyen, ‘l producto de las impresionos reoibidas por las partes sensiblet, (Analogias de lo flsico y de lo moral en et hombre) Bite causa parsceria fundads, basta clerto panto, expecta do loa animales ms perteotoa, Pero al curries lo propio reletivaments on todos los euerpos que gozen do vide, todos ellos poseerfan ln facultad de sentir. Y no podris, mostriraenos quo los vegetales #0 encuentran en esto caso, nl slqulera que se onouontean en dl todos Jos animales conooidos. Yo no reconozce on modo algano en 1s suposicién do somejante causa, presentade como general, le mareba verdadera de la Netaraleza, quo al constitair la vide no contd eon los madios de bacer existr esta facultad en Jos animales imperfectos do is priaeras elases del rela0 animal. (Con rolasién & los euszpos vivientes, Ja. Nataraleza Ins procedido por anteos y saoesivamente. No hay post. billdad de dadar de ello, ye Ba efecto, entre los diferentes aeuatos que me pros pongo exponer en la Ficosovia Zoousatoa, erataré de de- mostrar, citando on apoyo de olle hectios conocides en todas pactes, que al componer y oomplicar cada vez mde 1 organizacida antmal, In Nataraleza ha ereado progre- fivamente los diferentes drganos especiales, aaf como Ins facaltedos do que los animales distratan, Se be pensedo, hace ya largo tiempo, que exisia ‘won espocie de escula 6 do cadena greduada entre los ou & xen emnop veo ‘ouorpos dotados de vida. Bonnet ba decarrollado osta opinién, pore no pudo probarla con hechos aacados de Ja propia organizactén, lo que ers, no obstante necesa- lo, adbre todo relativamente ¢ los aaimalee. Y no pudo hacerlo porque en la époea en que 6! vivia altaban Jot hechos probatorios. Eatudiando Joe animales de todas ne clases so en- cuentran otras cosas que examinar que Is que se reflero 4 mu composicién, El producto de las circunstancias como causas que ocasionan nuevas necesidades, el o las nocesidades que crea los hébitos y las inclina: clones, Jos resultados del empleo aumentado 6 dismi- rnido de tal 6 cual érgano, los medios de que 1a ‘aturaleze se sirve para conservar y perfecclonar todo lo que he sido adquirido en Ia organizacibn, eto., otes- tera, son objetos de Ja mayor importancia para la Slos0- 1a Yacional. Pero este estudio de los animales, especialmente el e los menos perfectos, estuvo tan largo tiempo olvida- o, por no sospechar siguiera el enorme laterés que en: tranaba, que bay necesidad de continuarlo sia aguardar nuevos datos. Cuando so ha comenzado 4 cultivar realmente Ia Distoria nataral y obtavo cada relno Ja atonelén do los fabios, Ios que han fjado ospocialmente eu ateuclén sobre él relno animal, ban estudiado con preferoneia low animales con vértebras, es decir, los mamiferos, las aves, los repiiles, y por tltimo, los peoes. Fn entas clases o animales, constituyendo lee especies en general ma: ‘yores, contando con partes y fucultades més desarrolla~ {as y'slendo més féoilmente determinables, parecieron, ofrecer més interés en au estudio que los animales in- vertebrados, Bfectivaments, la pequefier extremada de nnropuoaex xx 1m meyor parte de los animales sin vértebrea, sus tacul- tades Iimitadas, y mds alejadas también las analogies eo sus érgunos con los del hombre, fueron causa de que se miraeen con desprecio hasta nuestrot diss, no obie- niendo por parte de fos neturalistas més que tn medio- cre incoree, No obstante, se comfonza ya é renectonar contra esta provencién perjudicial para el adelantamiento de nues- ‘ros coucelmfentos, pues desde hace pocos afies tan ba- ‘miles animales won estudiados con atenelén, vidndose todo el mundo obligado 4 reconoeer que.u examen debe ser considerado como uno de los més interesantes & los ojos del naturalista flésofo. Bl estudio de los inverte- Drados arrojs mucha luz sobre Infinitos problemas rela- elonados con la historia natural, problemas que con ai- ‘eultad podrian estadiarso de otro modo, Encargado de avallzar en el Museo de Historia Natu- ‘ral 6 10s animales que yo lamé sin vdrtebras, & causa o faltarlos la columna vertebral, mis indagaciones robre infinidad de ello, asf como laa observaciones quo me vi obligado 4 realizar en la anatomia comparada, mo dieron bien pronto le més alta idea del profando interés ciontifee que inspira ¢u examen, En efecto, el estudio de los animalar sin vértebras debe interosar profundemente al naturalista: 1., porque sus espeeles vesultan mucho més numerosas en la Natu- raleza que las de los animales vertebradoy; 2,°, porque jendo mas numerosas resultan més variadas natural: ‘mente; 2.°, porque les varlaciones de au organizacton son mucho més grandes, més marcadas y més singula- res; y 4°, porque el orden que emplea la Naturaleza, para formiar sucestvamento los diferentes érganos de los fanimaales, se encuentra mejor expresado en les imltaclo- a emopuoo6s ‘not que estos érganos sutren en los lnvertebrados y hace au catualo mucto mis propio para hacornoe doseubrie basta el origon mismo de le ofganizaciéa, ast come In causa doa composioién y do sus desarrolios, que 0 {que pudioran hacerlo todas las consideratoncs que pre- ssentan los animales més pertectos, tales como los verte- Yorados, Cuando me habe ponstrado do samejautes verdados pons que para hacerlas conocer & mls alumuos, en vez de sumergirme on los detalles do los objotos particala- res, debia en primer término presentarles las genoralt- Gades relativas 4 todos los waimales; mostrérsolos en. conjanto, proponiéndome después distingatr las masas principales quo parcoen dividir esto conjanto, para po- norlas ontce sf en comparacida, con el objeto de davies & conocer mejor por separado. Bl verdadero medio, en efecto, de Hegar 4 conocer Dien nn objeto, hasta en sus més minimos detalles, oon- sisto on comeazar por considerarle en sa totalldad, oxa- minando, por de pronto, yasu masa, yay extonsiéa, ya ol conjanto de las partes que lo componon; por indagar cull os su naturaloza y su origen, oadlos son sus rela- clones con los otros objatos coaocidos; ox una palabra, por considerarle desde todos los pantos de vista que pus: an Hlastearaos sobre todas las goneralldades que le eon- clernen. Después ae divide el objeto de que se trata en. partes principales, para extudiarlas y considerarlas se: paradamente bajo todas las anslogias que pusdea ins ‘ralrnos rospecto de é1, y continnando asi en dividir subdividir tales partes, so llega & ponetrar hasta las mds poquetias, cuyas partioularidades so indaga, sin olvidar los monores detalles. Torminadas tales indaga- clones, 20 provara dedaclt [as eousconenclas de ellas, nernonvooids x poco & poco la Mlosotia de a clencin seestablece, ve tidhes y 4e perfecciona, Por este dniea via es por donde ls inteligencts huma- ‘na puede adquirir loa més vastos conootmientos, los mis s6lidos y los mejor ligados entre sf, en eusiquier ofencia, de que se traie, Unicamente por este métode de anlisis fs por el que progresan todas las clenclas, sin que en elles te confundan los objetos, que Megan 4 ser conocidos porfectaments, Por desgracla no hay costambre de sogair este mé- todo al estudiar Ia historia natural. La reconoclda nece- {dad de observar bien los objetos particulares ba des- arrollado ol bébito do limitarse 4 Ja consideraslén de cellos y sus partes més insignidesntes, de manera que dua Uegado & ser para la mayor parte de los nataralls- tas el tema principal de estudio, Ello no constiulria, sin embargo, una causa real de retraso para las clencias naturales, sino se obstinasen en no ver en los objetes observados més que su forme, au dimensién, sus partes externas, su color, ete., y silos que ge entregan & 5 ante tarea no deadeftagen elevarse 4 conalderaciones superlores, como Indagar eudl es a naturaleza de los bjetoe de que se ocupun, cuales son las causas de Ine ‘modiffeaciones 6 de las ‘variacfones 4 las cuales estos objetos estin sujetos, cudles son las analogias entre sf ¥¥ con los otros que se conocen, etc., etc. Porque no se practica bastante ol método que seabo de citar, ea por Jo que observamos tanta divergencia ex To que se enseta & este respecto, ya en las obras de histo- ria natural, ya en otras clenelas, y porque auellos que no se han consagrado mis que al estudio de las espe cles no perciben sino muy contusamente las conexio- znos generales entre los objetos, ai pereiben de ningun ma nrenoDuootex modo el verdadero plan do Ia Natarale sus leyes. Conrencido, de una parts, de que no es preciso seguir un método que scorta y limite de tal modo las ideas, 7 de otra parts, encontréndome ex la nocesidad de publi- ‘car una nueva edlefén de mi sistema de los animales vin. ‘vértebras, porque loa rapidos progresos de In anatoma, comparada, los nuevos deseubrimlentos de los zo6logos ¥ mis propias observaciones me faciiltason los medios de ‘mejorar esin obra, ho crefio deber reunir on otra parti cealar bajo! titulo de Fu.osort4 Zo0udai04 los algatentes datos: 12, los prineipios gonerales relativor al estudio el reino animal; 2.°, los beohos exeuclales observados ‘que importa conslderar en este estadio; 8., las conside- rrolones quo regalan la distribucién no arbltraria de los animales y ou més convenioato clasifioasién; y por tiie ‘mo, las consecuencias mis importantes que uataralmen- 1 fe dedueon de Ins observaciones y de los hechos reco. idos, hectos que fandan Is vardadera flosotia de la cieneia, ‘La Fuiosorta Zooube1va do que sotrata no coustitaye fn realidad otra oss mis que una nueva edielén retaa- ida, corregide y muy aumeotada do mi obra titalada Indagaciones sobre lor cusrpes vivientes. Se divide en tres partes principales y cada une de ellas en diferentes eapfeuios, Por eso, on Ia primera parte, donde ge presentan Ios hheotos esenclales obsarvaios y los prinefpios generales de Ins cloncias naturales, me proponge cousiderar ante todo lo que yo ilamo las partes del arte on las clencias do que se trata In Importancia de Ia consideraclén de las anatogias y la idea que debs formarse de lo que designa con ol uombre de expects entre los ouerpos vi- sl niaguna do meraopuea sour ‘viontes, Ba segaida, después de haber desarroliado Ins generalidades relativas & los animales, expondré de una parte las pruobes do la degradacién de la organtzacién aque relaa de ua extremo d otro de Ia eseala animal, es- ‘tando colocados los més perfectos en la extromidad su- perior de clla, y por otra parte, haré ver Ia induancta de as civcunstanctas y de los hdbitos como constitayen- o el origen de las causas que favorecen 6 detienen sus Gosurrollos, Terminaré esta parte por Ia consideracién, del orden natural de los animales y por 1a exposlolén de tu disirtbucién y clasifeacién mds convententes, Ta la seganda parte propondré mls ideas sobre ol orden y cl estado de cosas quo forman la esonela de la ‘vide animal, fadicando las condiclones erenciales para a asistencia de este admirable fenémeno, TTratars en pgulda de dotorminar la causa exoitratria de lee movie mlentos orginioos; las del orgasmo y de Ie irritabili- ad, Ins propiodades del tejido cotalar; In elreunstancia ‘iniea en la cust pueden verificarse les gensvaciones es ppontineas; Ins eonsccuencias ovidentes do loa actos de la vida, ete. Por dltimo, en Ia tercera parte babré de exponer mi opinidn sobre las cnasas tisieas del sentimiento, del po: der de obrar y de los actos de inteligencia de ofertos animales, ‘a esta parte tratnré del orlgan y de Ie formacion ol sistema norvioso; del Guido nerviogo que no puede ser conocido més que indirectamente, pero cuya exis: tenoia resulta probada por feudmenos que él slo puede produclr; de le sensibllidad fisice y del mecanismo de Jas sonsaciones; do la fuerza productriz de los animales; del origen de Is voluntad 6 de Ia facultad de querer; de Ing idons y de sus diferentes érdenes; y por fo, de algu- naw eraop von nos actos particulares del entendimiente, come In atens cidn, los pensamfentos, la imaginaclon y la memoria, Las consideraciones que habrén de ser expoestas en Ja segunda y la tercera parte, abrazaa, indudablemente, asuntos muy dificlles de cxaminar y basta euestiones {que parecen fsolubles; pero estos asuntos y problemas otrecen tal interés, que cuantas tentativas se realicen respecto de ellos pueden ser ventajosas, ya mostrando ‘verdades inadvertidas, ya abriendo el camino que pue de conducir 4 cllas, FILOSOFIA ZOOhOGIGA Consderaciones sobre Ia historia natural de los animales.— ‘Sus earaeteres, sus_analoya uel, su clasifioacién y sus especes, CAPITULO PRIMERO De las partes del arto on las producciones: ‘do 1a Naturaleze Siempre que el hombre protende estudiar 1a Naturaleza se encuentra obligado & emplear me- jos particulares. En primer término, para poner orden entre los objetos infnitos y variados que trata de examinar, después para distinguir ain con- fusién, entro la intends multitud de estos objetos, ya los grupos de aquellos quo desea conocer, ya eada uno de estos grupos on particular; y por al- timo, para comunicar y tranemitir & aus semejan- tes todo lo quo ha visto, observado y peneado en fal estudio. Pues los medios que el hombre emplea fen estas porspectivas oientificas constituyen 1o que yo llamo las partes del arte on las cienciaa natura- Jes, partes que hay que guardarse mucho 8 sons tamanor tundir con las leyes y los actos miamos de la Na- turaleza, De igual modo quo es preciso soparar en las ciencias naturales lo que pertenece al arte de lo que corresponde i la Naturaloza, do igual modo también ee debe distinguir on estas cloncias dos intereses muy diferentes quo nos impulaan 4 econo: cer las produceiones naturales que podemos ob Uno de ellos resulta, efectivaments, ol interés que yo llamo econdmico, porque toma eu origen on las necesidades de oste orden del hombre con rela~ cidu A las producciones de Ia Naturaleza que él pretende emplear en su provecho. Con esta mira, el ser bumano no so proocupa mas que de aquellat producciones que considera ities, El otro interés, muy diterento del anterior, es el filoséfico, que nos {mpulsa & conocer la Naturaleza ‘on si misma y en cada una de sus producelones con ol propésito de averiguar eu mareha, sus loyea, sus producciones y formaruos una idea de toda lo que por ella existe; en una palabra, tode lo que procura ‘esto género de conocimientos que coustituyen ver daderamente la cioneia del naturaliata, Hate pro- sito ablo puede sor porsoguido por un corto ni: mero, por aquellos que se interesan igualmente en todas las produeciones naturales. Law necesidades econdmnicas y de agrado hicie- ron imaginar sucosivamonto las diferentes partee del arte empleadas eu las ciencias naturales, y ‘ewando legaron los hombres & ponotrarse del in- terés de estudiar y conocer la Naturaleza, estas partes dol arte nos ofrecieron un socorro para ayu: darnoa on él, pues resultan de una utllidad indis- penssble, sea pare gularnoa en ol conocimiento de Jos objetes particulares, sea para facilitar ol eatu- ‘uosorta zooLdar0s n dio y el adelante de tas cfonclas naturales, sea, en fsuma, para quo pudidsomos oriontarnos entre la enorme eantidad de objetes diferentes que consti: tuyen el asunto principal. Bn la actualidad, ol interés flosdjico que otrecon Jas eiencina de que ge trata, aunque generalmente menos sontido que ol que ed reflere & nucstras 11 cosidades evondmicas, nos fuerza 4 separar todo lo que pertences al arts do lo que es peculiar & la Naturaloza, y do cicunseribir, on los limites. con: Yoniontas, {0 que se debe concoder 4 loa primeros ‘objetoe para asiguar & los seguudos toda la \mpor- tancia que merecen. ‘Las partes del arte, on las cioncias naturales, son las siguiente Las distribuciones sistemsticas, sean gonerales 6 particulares; ‘Las clases; Los drdencs; Las familias; Los géneros; La nomenclatura, ya de las diversas divistones, ya de los objetos particulares. Hatas sels partes, generalmonte ompleadas en. lag clencias naturales, son dnieamento productos dol arte de que ha sido necesario hacer uso para colocar, dividir y poueruos en estado de estudiar do conocer, de comparar y de citar Ins. diferent produccionos naturales obsorvadas, Nada ha hecho te Naturaloza semojaute, y para ‘no engaftarnos confundiendo auestraa obras con las suyus, debe- ‘mos reconocor quo las elaser, los drdenes, lus fami Yias, los géaeros, lus nomenclaturas reapecto do ell constituyon imedios do nuestra inveneidn, de Joa cuales no podelawos prescindir, pero que es forzoso emplear eon disereeién, sometiéndolos & 2 san ascanca, principios convenidos, 4 fn de evitar los cambios arbitrarios quo destruirian todaa eua venta; Era indiepensable, sin duda, elasifear las pro- dueciones de la Naturaleza, éstableciendo entre ellas diferentes especies do divisiones, tales como Jaa clases, érdenes, familias y géneros; exiatia, en ‘uma, la necesidad do determinar lo que ee com- prende bajo el nombre de eepectes y do asignar hombres particulares & estos diveraos érdenes do objetos. Los limites de nuestras facultades lo exi- gen para fijar nuestros conocimientos sobre es multitad prodigiosa de cuerpos naturales que nos es dable observar, y quo resultan infinitamente dl- ‘versificadoa entre'si Pore tales clasificaciones, muchas do las cuales fueron tan felizmente imaginadas por los natura- Xistas, asf como las divisiones y eubdivisiones que presentan, sou medios artificiales en absolato. Nada, do todo eato, vuelvo & repetir, ae encuentra en la Naturaleza, & pesar del fundamento que parece darles algunas porciones de Ia serie natural que aparentan hallarse aisladas. De modo que se puede asegurar que evtre suo producciones, Ia Natura- Jeza no ba formado realmento ni clases, ni érde- nes, ni especies constantes, sino sélo individace que se euceden Jos unce 4 los otros y quo se ase mejan 4 los que Jos han producido. Pero estos indi- yiduos pertenecen 4 razas oxtraordinariamente diversificadas, que eo diversifican bajo todas Ina formas y en todos los grados de organizacién, con- servandose eado una de ellas sin mutacién en'tanto que no obra ninguna causa de cambio. ‘Expongamos algunos desarrollos sucintos acer- cade cada una de ius seis partes del arte emplea- das en las ciencine naturales, muosorta 200100108 9 Las distribuciones sisteméticas,—Deslgno con nombre, sea general, sea particular, toda serie i animales $ vegetales que uo osté coatorme con cl estado de la Naturaleza, es decir, que no repre Senta, ya un orden en totalidad, ya alguna poreion, do él y consscusntemente que no esti tundada sobre la relacién ds conexiones bien determinadas. Hstamos actualmente aatorizados para recono: coor que existe tn orden estableeido en Ia Naturale zu ent cada uno de los euerpoe viviontes; este orden. ‘es aquel en el cual cada ano de ostos cusrpos ha, sido formado en au origen. Este inismo orden es iiuico, stn divisiéa en eada reiug orginico, y puede sernos conocido con al auxl- io dol couocimiento de las analogias particulaces que existen entre los diterentes objetos que foraan Parte de ambos reinos. Los cuorpos vivientes que se eucuantran en las dos extremidades de esto orden tienen esencialmente entro si las menores analogias posibles y presontan on su organizacion y su forma las mayores diferonoiae posibles, Este mismo orden os el que debera reemplazar, 4 medida quo lo conozcamos, aquelias distribuclo: nos sistemAtieas 6 artifciales que nos hemos visto ‘obligados 4 crear pura reusir de uua manera o6- ‘moda los diferontes cuorpos naturales que hayamos observado, Bn efecto, acerea do los cuerpoa organizados Aiversos, reconocidos por Is observacléa, no 20 he ponsado por de pronto mis que en 1a comodidad y ‘on la facilidad do las distinciones y a0 ha empleado mis largo tiempo on indagar el orden mismo do le Naturaieza para ou distribuciéa, cuanto menos 60 suponia ou exlatoneia, ‘De aqul nacieroa clasificaciones de toda eape- cio, sistemas y métodos artificiales, tundados sobre 0 yous ravance consideraciones de tal modo arbitrarias, que estas Gistribueiones sufrieron en sus principion y eu na turaloza cambios tan frecuentes como autores exis tieron que ee ocupason de ellas. Reepecto de las plantas, el sistema seaual do Linneo, por ingenioso que resulte, presenta una distribuctén sistemética general y relativamente & los insoctos do entomologia de Fabricius ofrees una distribucién eistemdtica particular. ‘Hubo necesidad de que Ja filosofia de las cion- clas naturales realizase en esiva iltimos tiempos todos los progresos que nadie desconoce, para que todo el mundo se baya convencido, por io menos en Francia, de lan ventajae de estudiur o! método natural, esto es, de indagar en nuestras distriba- clones én el propio orden de la Naturaleza, pues 8 el Gnico que resulta establo, independiente do toda arbitrariedad, y digno, por lo tanto, de Ia atencién del naturelista. Entre los vegotales, el método sexual extrema aamonte dificil do establecer & causa de la obscu- ridad que reina en los caracteres do organizaciin interior de eatos cuerpos vivientes, en las diferen- ins que & este respecto pueden offecer las plantas de las diversas familias. No obstante, después de Tae sabias obsorvaciones de M. Antonio Jussieu, ‘80 ha dado un gran paso en botiniea hacia ol mé” todo natural, formandose familias munerosus se- gan Is consideracion de las couexiones. Pero queda por determinar aélidamonte la disposicién genoral de todas estas familias eure al, y por consecuenci la del orden entero. Cierto que se ha encontrado el comienzo de este orden, pero el medio y especial- mento el fin de 6] todavia ee hallan 4 meroed de lo arbitrario, ‘No aucede Jo mismo con relacién é los animales; ‘mvosorta aoowoaroa 8 por su organizacton, mucho mejor pronuneiads, ofreciendo diferentes’ sistemas més theiles de ad” vertir, se pudo avanzer méa al trabajo acerca do ellos. Por eee el orden mismo do la Naturaleza, en elreino auimal, resulta actualmente bosquejado en ‘us masus principales, Sélo los limites de las claaes, do sus érdeues, de las familiag y de los géneroo re- sultan adn expuestos 4 lo arbitrario, Si se forman todavia distribuciones slstemati- eas entre los animales, al menos estas distribucio- nes no son mas que particulares, como las de los objetos que perienecen & una clase, Asi, hasta el presente, las distribuciones quo se han hecho de 10s peces'y las aves reaultan todavia alatematiea: Relativamente & los cuerpoa vivos, euanto ma se descionde de lo general hacia lo particular, tan- ‘to menos los caracteres que sirven para la determi nacién do las analogias son esenciales, y por consi- guiente mis dificll de reconocer se noa muestra el orden mismo de la Naturaleza, Las clases.—Se da el nombre de clase 4 le pri mera especie de divisiones generalea que se est bieco en un reine. Las otras divisiones quo entre Gataa se forma reciben entonces otres nombres; hablaromos de ellas al instante, Cuanito mejor conocomos Iae analogias entre los ‘objetos que componen un reino, tanto mejores re- sultan Ine clases quo se estableeen para dividir pri- ‘merameute esto reino. Sin embargo, los limites de ella, aun de las mas mareadas, resultan artidela Jes; por eso sufriran siempre variacioues arbitra. riaa de parte de los uaturalistas miontras que éstos ho convengan 4 eu respecto ciertos prinelplos del arte 4 los cuales se someten. Asi, aun cuando en el orden de la Naturaleza 82 sam LaManox fuora portoctamento conocido on un reine, las cla- fos quo eo vordn obligados 4 establocer et éleane- titlria siempre divisiones vordadaraments artil- cst obatante asbeo todo en ol reno aula moe aa de esta dviiones parasea sealteate fea. as por Ia propia. Naintalesa, y es indudable. que dheante largo tempo couara ucho trabajo! al que [os taamiforos, quo laa aven, no vosutten loa bion alsladas coastituidas por la Nataraloza. Paes esto no es me que doa flusiéa y & la vor an reaultado de los limites de nucatros couociatentos faoorea do los animales que oxiston 6 han exintido, porque & medida que avanzan ndoatros eonocteaten fos doobsorvacton, me pruobas adgatriaoa de quo Tata las do aque que as afsadas,roaultan borcados por nuevos raltorinco y loa eguldeos patesen fader la exletouola do anfaalesfarermo- dios entre las aves y Jos mamiferos, ;Cuitnto no ganarlan Ins cleociat naturales al conoctésemoe fojor la vaata rogidn de Nuova Mfolandal Silas clasos conatitayen In primera anpecto de divisionen quo to liogs & ostablocor on ua rein, se figuo do oll quo las divisionos quo se podeh for mat entro los objotos qua portonecen & wna. clans no. podrin set clases, porgao 8 ovidantomonte Innecosario entablocer claaos on ans clase. Sin om Dargo, eato 08 lo. quo. a0 hoo: Brisson, an a or- nitotogin, ha dividido la elaao do Tas aven on rontos clases particulares Lo miamo que la Naturateza ost todas par- tos Fogida por loyes, el arto, 4 au vod, dabe star fujeto A regian, Ba’ taneo quo. catay no eniatan 6 Gue 20 ee lat alga, na0 productos babeia do act Yacllantes y au objeto feustrado. rivosorta 2o0xdar0 8 Alguncs naturalistas modernos han introducido 1 uso de dividir una clago on muchaa sibelasos, y otros han extendido esto procedimiento los mi mos géneros, de suerte quo forman no solamente jubelases, sino aubgéneros. Ello conatituye un abu. 80 incopsiderado del arte, quo destruye la jorar- quia y la simplicidad de las divisiones que habla Propuesto Linneo y que habian sido adoptadas ge- noralmente. La diversidad de los objotos que pertenecon & ‘una clase, sea de animatea, aoa de vogetales, resul: ta algunas veees tan grande, que hay entonces ni ccesidad de establecer muchas divisiones y aubdivi siones entre ellos, pues el interés de la ciencia exige quo las partes del arte tengan siempre la ma: yor simplicidad posible, 4 fin de facilitar ol eatudio, Luogo esto interés permite todas las divisiones y subdivisiones necesarias; poro se opone 4 que cade divisiOn tenga una denominacién particular. Es preciso poner un término & los abusol de la nomo1 clatura, sin Jo cual éata Negaria & constitair un asunto mae ditfeil de conocer que los propios obje- 03 que uno debe conslderar. Los érdenes.—Debe darse In palabra de orden & Jas divisiones principales que coustitayen una cla: 80, y ai oatas divisiones ofrecen los medios de for. mir obras subdividiéudolas, talea eubdivisiones ya no son Srdones, y hasta resultaria Inconvenieate Aarles este nombio, Por ejemplo, la clase de los moluscos presenta, a tacllidad de establecer entre ellos dos ‘grandes Aivisiones principales, pueato que los unos tienen cabeza, ojos, y 80 reproducen por acoplamiento, mientras quo los otros carocen de cabeza y do ojos ¥ no necesitan acoplarse para la reproduczién- Los % sax tamanoe moluseos céfalos y los moluscos acéfalos deben ser considerados como los dos érdenes de esta clase. No obstanto, cada uno do estos drdenes puede ee- pararse en inuchas divisiones mareadas. Pero tal Consideracién uo constituye un motive que pueda. auiorizar A conceder el nombre de orden & cada tuna de las divisiones de que ne trata. De modo que eatas divisioues quo dividen los érdenes pueden fer consideradus como secciones, como grandes fa- rmilias suscoptibles de sor 4 eu vex subdividida Couservemos, pues, en las partes del arte la gran senciliez y la bella jerarqula establecida por Linpoo; y si tenemos necosidad do subdividir mu- chas veces los drdenee, esto os, as principales Aivieiones de una clase, formemos tantas do estas subdivisiones como sean necesarias y no les asig- nemos de ningtin modo denominseién particular. ‘Los drdonee quo dividen una clase doben ostar determinados por curactores importantes que s0 extlenden & todos loa objetos eomprendidos en cada ‘orden; pero uo se debe aplicar ningdu nombre es pecial 4 los objetos mismos. Y lo mismo habra de Yerifiearse en lau seceiones que las necesidades obligaré 4 formar entre loo érdenes de una claso, Las familias—Reciben el vombre de familias ciertas Iracciones de la Naturaloza reconocidas on uno & otro reino de los euerpos vivientes. Estas poreiones del orden natural eon, por und parto, menos grandes que ius clases y hasta que los érde nos, ¥ por otra parto, resultan mayores que 1 ‘genoros. Pero por naturales que sean las familias, Jos limites que las cireunecriben resultan siempre artificiales. Por eso, & medida que se estudien mas Jas producciones dela Naturaleza y se encuentran familias nuevas, voromos, por parte de los natura~ Pinosorta 20010010, 8% listas porpetuas varisciones en Jos limites de ellas, dividiend» Ico unos y una familia on varias, re” uniendo otras muchas en una sola y ensanchando algunaa los limites quo cada una de ellas tiene asignados do antemano, Si todas las razas (Io quo ge lama las especies) que pertenecen & un refno de los euerpes vivientes Inesen perfectamente conocidae, y al las verdade- yas conexiones que se encuentran entre cada una do estas razas lo fueson semejantemente, entonces laa clases, los érdenes, etc., serian familias de ol- ferentes magnitudes, pues tales divisiones. coneti- tuivlan ‘porciones grandes 4 pequefias del orden natural. Ein el caso que acabo de citar nada seria mis ificil, sin duda, que asignar limites entre ostas diferentes divisfones; lo arbitrarlo lee haria va vier sin tregua y sélo habria acuerdo en aquellas en quienes los vaeios de la serie no ge mostrasen claramente, Por fortuna, para la ejecucién del arte que im- porta introducir en nuestras distribuciones, hay tantas razas de animales y vegetales que todavia ho nos son eonocidas y que nunca eonoceremoe, porque Jog Iugaree quo habitan lo Impiden, que los vacios que resultan en la extensién de la serie, sea de animales, sea de vegetales, nos facilitaran siem- pre los medios de limitar 18 mayor parte de las Givisiones que habré necesidad de formar. El uso y una especie de necosidad exigen que so asigne d cada familia, como & cada género, un nombre particular aplicado 4 loa objetos que tor man parte de ellos. De agul resulta que las varin- ciones en los limites de Iae familia, su extension y su determinacién sorén siempro una causa de eats io en su nomenclatura, 8 roux cawanor Se llama género & las reunion joadae con el nombre do especies, proximadas sogin sua analogias y constituyendo otras tantaa pequelias sories limitadaa por caracte- tes que ee eseogon arbilrariamente con el propéaito do cireunseribiclan. Cuando un género até blon hecho, todas las species 6 razas que comprende, asemejindose por fos earacteres mAs esenciales y' numerosos, deben ser colocadas, naturalmento, dnas al lado’ do Ias irae y no deben diferir oniro al mas que por ca- Tacteres de menor Importancie, pero que basten pare distinguirias, ‘Asi, los géneros bien definidos son verdaderas tamilige pequelies, ce dectr, verdaderas porclones dol orden mismo do In Naturaleza, Poro de igual modo quo las series 4 las cuales damoa el nombro de familias son susceptibles de Varlar en aa limites y on su extonsién, por las opiniones de los autores que eambian arbitraria- onto. las coneideraciones que emplean para for- arias, do igual modo también los limites que Cireunseriben les géneros estén expucstos & varia lones fnlaitas, porque loo diferontes autores eam bblan, aegin a0 antojo, los caracteres empleados para'determinarlas, Y como los géneros exigon quo hn nombre particular sea asignado & cada uno de Silos y como cada varlacion en Ia doterminacton fo.an génore arrastra casi slempre un earmblo de nombre, e@ diflell expresar euAnto perjadiean al adelante de las cienoiaa las imitaciones perpetu fo los génoros y cudnto sobrecargan le uomencl ara, Hiacionde ingrato y desagradable el estudio do las ciencias. {Cando consentirhn los naturalisias en auje tarde & prinolpios de conveneién para regula ge de vixotorta 2oozdoi08 a una manera uniforme en el establecimlento de los géneros, ete.? Pues seducldoe por la consideracién do las conoxiones naturales que reconocen entre os objetos quo ellos han aproximado, cast todos creen todavia que los géncros, 1as familias, los Ordenes y Ine clases que establecen se encuentran roalmenie en la Naturaleza, y no prestan aten- ibn & quo las buenas series, les cuales consiguen formar con ayuda de las analogias, estin oleria~ mente en Ja Naturaleza, pero quo las Uneas. do separaciOn que establecen para dividir el orden natural no to estan. ‘Conseouentemente, Jos géneros, las familias, las veroas y haste lee mismas clases, ‘son fen verdad Jas partes. del arte. Su establecimlento fe necesario y eu objeto indispensable; pero para no destruir por abusos siempre renacientes todas sua ventajas, es preciso que la sustitucién de cada tuna de ellaa esté sujeta & principios y que lot natu rallstae go sometan 4 su autoridad. La nomenclatura.—Se llama asl al slatema de los nombres que se asigna, ya 4 los objetos parti- culares como cada raza, ya 4 los diferentes gra- pos de talea objetos como & cada familia. ‘A fin de designar claramente el objeto de In nomenelatura, quo no abraza mAs que loa nombres dados & las eapectes, géneroo, familias y clases, ae le debe distinguir de esta otra parto del arte que se llama tecnologia, refiriéndose ésta tinfeamente & denominaciones quo ee da 4 laa partes de los euer- pos naturales. «Todos los descubrimfentos, todas las observa- ciones de los naturalistas habrian caido en el ol- ‘vido y sorfan perdidas para el uso de Ia sociedad, al Jos objetos que han observado y determinado no 8 oan nano, hhubiesen recibido un nombre que puede sorvir para Aesignarlos cuando se habla de ollos 6 cuando se los cita.» (Diccionario de Botdnica, artioulo Nomen- elatura.) Resulta de toda ovidoneta quo on historia natu- ral la nomonclatura os una parte del arto, y que constituye un modio que ha aldo nocosaria em- plear para jar nucstras ideas rospocto de las pro- ducctones naturales obsorvadas y para poder trans- mitirlas. Cierto que esta parte del arte debe estar aujeta como las demas & roglas convenidas; pero 3 pre: clo hacer notar quo los abuses quo ella otroce por todaa partes provienen de los que ee hau cometido en las otras partes del arto ya eftadas. Ba efecto, la falta de roglas convenidas, rola clouadas con la formacién do los géneros, de las familias y de las clases miamas, exponiendo estas partes del arte & todas las variacionos arbitrarias, Ia nomenclatura sutro por ello mutactones ain limi: tes, y uanea podré fijarse en tanto quo esto de- fecls subsista. Si se hubiese considerado que todas las lineas do separacién que es dable trazar en ta earie do ‘objetos que componen un reino do los cuerpes vi- vientes son en realidad artidciulea, oxcopto aquo- Mas que reaultan de los vacios que falta por llenar, no hublera ocuerido esto. Pero no 80 ha pensadd en ello, como voy 4 tratar de ponor de reliove: «Efectivamonte, para Hogar 4 procurarnos el uso de todos los cuerpos naturales que ealia & nuestro aleanee y quo podemos emplear para nuos: tras necesidades, go ba sontido que una determi- naeién exacta y procisa do los caracteres propioa de cada uno de estos cuerpos era necesarla, y por coneecuencia que habia necesidud de indagar y riiosorta 200180104 % dotermiuar las particularidades do organtzacién, do estructura, de formas que diferencian los diver. 803 cuerpos naturales, é fin de poder reconocerlos Y¥ distinguirlos en todo tiempo. Hato os lo que los: aturalisias, en fuerza de examinar los objetos, hhan llegado’& ejecutar hasta elerto punto, ‘+Eata parto de los trabajos do los naturalistas ea 1a que resulta més avanzada, So realizaron con vazén desde hace cerea do siglo y medio eatuerzoa inmensos para perteccfonarla, porque nos ayuda & eonocer lo que ha sido nuevamente observado y porque fija lon conocimientos do los objetes euyas ropiodades son 6 habran de sor reconocidas en el ea20 de gernos dities, »Pero los naturalistas se detonlan demasiado sobre el empleo de estas conslderaciones, respecto de las lineas de separacion que pueden obtener paradividie 1a serie general, ya de animales, ya de plantas, entregéudose casi exlusivamente 4 esto solo género de trabajo, sin considerarlo desde su verdadero punto de vista y sin peusar en entender- se, es dectr, on establecer proviamento las reglas convencionsles para limitar la extensién de cada parte de cata gran empresa y para jar los prinel- ioe do enda determinaciéu; por todas eataa razo- hesse comolteron muchos abusos. Camblando eada uno de ellos arbitrariamente Iss consideraciones para Is formacién de las elsgos, do lov drdence y Je lov géneros, infiuidad do clasi@eaclones diteren- tea ve ofrecen a1 piblico, on laa cuales Ins produc slonca de I Nataralozamudan_perpetuamente do nombre. »De ello resalta que ya la sinonimia, en historia, natural, e8 de una extensidu atorradora, qne cada dla la cleucia so obscuroce méa y mis, que so on- vuelve de diffcultades casi insuperables y que el rr ay rasanor ‘més gallardo estuerze dal hombre para reconocer y distinguir todo Jo que 1a Naturaleza ofreee & su Dbecrvacién ¥ pura au uso resulta cambiado en un. Qbdalo inmense en el cual todo el mundo tiembla fen sumergirse.» (Discurso de apertura del curso de 11808.) : ‘He aqul las consecuencias del olvido de diatin- guts lo que portenoco reaimento al arte, do lo que fs pecullar de la Naturaleza, y de no haberse ocu- pado de hallar reglas convenientes para determi- Rar con menos arbitrariedad las divisiones que im- portaba establecer. caPiTuLo 11 Amportaneia do 1a consideraeién de las ‘conexionon: Entre los cuerpos vivientes so ha dado el nombre de conezién, entre dos objetos determinados com- parativamente, 4 los rasgos de analogia 6 de seme- janza, tomados en el conjanto 6 la generalidad de Sus partes, pero concodiendo mayor valor & las mAs esonciales. Cuanto més conformidad y exten- n tienen estos Tasgos, tanto més conslderables n las eonexiones entre ios objetos quo loa otre- cen, pues indican una especie de parenteaco entre los cwerpos de la Naturaleza que se encuentran en este caso y hacen sentir 1a necesidad de aproxi- marlos en nuestras distribuefones proporcional- mente & sus semejantes. (Cudles cambios no han experimentado en su marcha y en su progreso las clencins naturales desde que se ba comenzado & prestar atenciOn seria & las conexiones, y especial mente desde que han sido determinades los verda- deros principios que conciernen al valor de ellas! ‘Antes de este cambio, nuestras distribuciones dotiuicas estin on absoluto 4 merced do lo arbi trario y dol concurao de los sistemas artifcisles do todos los autores. En ol reino animal, los inverto- brados, que abrazen In mayor parto de todos los animales conoeldos, ofrecian en su distribucién las o yoay tasanor divisiones més dispares, loa unos bajo el nombre do insectos y los otros bajo ol de gusanos, prosen- tando juntos los animales més diferentes y mia alejados entro af deade el punto de vista do las co- nexiones Por fortuna, el aspecto de las cosas ha cambiado en la actualidad acerca de ellos, y ai se continta ‘en estudiar Is historia natural por esta vie, sus progresos seréa ciertos. Las consideraciones de 1as analogias naturales implden toda arbitrariedad por parte nuestra, pues 08 muestran la ley de la Naturaloza, y tal ley ‘obliga 4 los naturalistas 4 agrupar las masas prin- cipales segin sus principios, ea decir, 4 recorrer tun eamino idéatico al que empleé Is Naturaleza al dar Ia existoncta 4 eus producciones. Por eso todo lo quo concterne 4 las conextones que tienen entre ai los diferentes animales dobi constituir el objeto més importanto do nuestras in- dagaciones. Pero al citar aqui la consideraciéa de Tag coueriones no 89 trata solamente de las que existen entro las espocies, sino de Ia cuestién de fjar las de todos los érdones que aproximan é ale- jn las masas quo se deben considerar compara Las analogias, aunquo muy diforentes en valor, sogiu la importaneia de las partes quo 1 pueden extenderso, sin embargo, hasta on la cont formacién de las partes extoriores. Si resultan de tal modo considerables que no solamente las partes eaenciales, sino hasta las exteriores no ofrecen ninguna diferencia determinable, en tal caso los objetos considerados no son més que individuos de ‘una misma especie; pero ei, & posar do la extensldn, de las analogias, las partes exteriors prosontan, diferencias pereeptibles, siempre monores, no obs rinosorta zoouar04 “6 tanto, quo las semojanzas ezonclales, entonces los objets considerados son especies diferentes do un mismo géuer HL importante estudio do las conextoues no se salta & comparar clases, familias y hasta especies ‘entre si, para determinar las analogias que ee en cuentran eutro estos objetos, pues abraza también la consideracién de las partes que componen los individuos, y compardndolas entre al, este eatudlo halla an medio adlido de recouocer, soa la identi- dad de los individuos de una miama raza, soa la diferencia quo existe ontre las razae distintas, En efecto, se ha obsoryado quo laa proporelo- nos y disposiciones de las partes de todos los inc vidwos que componen una especie ¢ usa raza so mostraban siempre las mismaa, y por ello pareeian conservarse siempre, eoncluyendo, con razén, que, después del examen de un individuo, 86 podla de: terminar 4 cudl ospocie, conocida 6 nueva para nosotros, pertenecian estas partes. Este medio os muy favorable para el adelanto o nuestros conocimientos aobre el estado de la produociones de la Naturaleza en la époea en que observainos. Pero las determinaciones que de ello resultan no pueden ser vdlidas més quo durante un tiempo limitado, porque las mismas razas cam- dian on el estado de sus partes A medida que las clreunataneias que influyen sobre ellas cambian considerablemente. Eis verdad que como estos cam- ‘bios se ojecutan con una lentitud enorme, las pro- porciones y las disposiciones de las partes parecen, Siempre lis mismaa al observador, el oual, efec- tivamente, no lag ve nunea cambiar, y cuando encusntra que han sutrido modificaciones, supo- no que las diferencias observadas ban éxistido siempre. “ Juan caaancs No es menos verdadero quo comparando de Igual suerto las partes que pertenecen & diferentes Individues se determina fAeilmonto las analogias proximas 6 elegidas quo so encuentran entre estas arias y que, por capaceuencia, ao reconoce al tales partes pertenecen a Individuas do una misma raga Side razas diferentes, Sélo on esto la consecuencia general es deteo- tuosa, come tondré ocasién de probar en el eurso do la obra. Las analogise resultan sicmpre incomplotas cuando no se fundan més que sobre una conside racion aislada, es decir, cuando no son determi Gas més quo segin In consideracién de una parte tomada soparadamente. Poro aunque incompletas, son sin embargo tanto més grandes cuanto que Ia parte que las faciita es més esencial, y vicoverea Hey, pues, grados determinables entre las co: nexiones recdnocidas y valores do importancia entre laa partes que pueden faciiitarlas, iu ver~ ad, cote conocimlento hubicra permaneeide sin aplieacién y sin utilldad al, en los euerpos vivien tes, no so hubiesen distingulde las partos mAs im- portantes, que son de varias clases, y no s0 hubio- fe encontrado el principio propio para establecer fontre sl valores no arbitrarios. Las partes més importantes y Ia que deben facilitar las principales conexiones son, en los ani- males, aquellas que resultan més esenelales ‘para Ja cobservacién de eu vide, y on los vogetales aquellas que son esenciales & cu regeneracion. 0, en log primeros serA siempre sogin su organizacién como te determinara las principale cobexiones, y en los vegetales alompre sera cn la partes de la fructificacion donde se habra de bus ar las que puoden existir entre ello mvosorta zoorbaica “6 Pero como en unos y otros las partes que hay que considerar en la indagaciéa de laa analogias sn de diferente especie, ef nico principio que ro- sulta de uso conveniente, para determinar el grado de importancia de cada una de sus partes, eonsiate on considerar, ya el mayor empleo que hace de él Ia Naturaleza, ya la importancia misma de la fa- cultad que de &i resulta para los animales que po- seen dicha parte, En Jos animaies on quo la organizactén interior facilita las principales aualogias 4 considerar, tres clases do érganos especiales han sido con razéa elegidos como los mAs propios para indicar las mAs importantes. He agui la indicacién segin el orden de su finportancia: 1. El drgano del sentimiento.—Los nervios, te- niendo un centro do relaciéu, sea ‘nico, como en Jos animales que cuentan con cerebro, sea milti- plo, como on aquellos que tienen una médula lon- gitudinal nudosa; 2° Et érgano de la respiracién.—Los pulmon Jas branquias y ias traqueas; 8.° El érgano de la circulacién,—Las arteriaa y na venas, teniendo con gran frecuencia un centro de aceidn, que es al corazén. ‘Los dos primeros de estos érganos son mas ge- noralmente empleados por la Naturaleza, y por consscuencia més importantes que el torcero, esto 68, que el érgano do la ciroulacién, porque dito 80 pierde 4 partir de los erustéceos, miontras quo los doe primoros eo extionden todavia 4 las dos clases de animales que siguon & éstos. Por altimo, de los dos primeros, ol érgano del sentimfento es el que debe llevar ventaja para ol valor do las relaciones, puos 6l ba. producido la ‘més eminente do las tacultades animales, y ade- ry sean Lasance, mas, sin este drgano la accién muscular no podria. veriticarse. Si tuviese que hablar de los vogetales, en quie- nes las partes egenciales para su regeneracién son Jas dnicas que facilitan los principales caracteres ena determinacién de las relaciones, preeéntant estas partes en su orden de valor 6.d@ importanela en Ja alguiente gradaciér 1° Elembrién, sus accesorios (los cotiledones, 1 perispermo) y 14 semilia que contiene; 2.° Las partes sexuales de las flores, tales come: l pistilo y los estambres; ° Las cubiertas de rola, el efliz, ete.; 4.5” Las envolluras do Ia somilla, 6 el perfearpos 6° Los ewerpos reproductives que no han exi- gido fecundacién. Tales principios, reconoeidos en su mayor par to, dan 4 las cionciae naturales una consistenoia y una solidez quo antos no poseian. Las conexiones. que se determinan conformandose 4 ellos, no estan sujetas 4 las variaciones de ia opinién; nuestras Gistribuctones gonorales reeultan forzadae, y & me- dida que las perfecefonames con ayuda’ de estos ‘medios, se aproximan més y mds al orden dela Naturaleza, Por haber sentido la importaneia de 1a conside racién de las analogias fué por lo quo 80 hicieron Joe primoros ensayes para detorminar el método que. so Hama natural, método que aélo constituye Un bosquejo trazado ‘por ol hombre de In marcha. que sigue la Naturaleza para dar vida & sus pro- dueciones. Ho le actaalidad ya no so haco caso, por lo mo- ‘nos en Francia, de eaos elotemas artificiaies funda- dos sobre los caracteres que comprometan 186 co- partes sexuales: Ia co- uotorta zo0Lbarca a nexiones naturales, Relativamente & los animales, todo el mundo esté convencide de que sélo por stt organizacién pueden legar 4 ser determinadas laa cconexiones entro ellos; cousecuentemento, la ana- tomia comparada es 1a que facilitard principal mento & la zoologia todas las luces queexige la de- terminacién de aguellas conexionea, Pero importa observar que debemos limitarnos 4 los hechos de Jos anatémicos y no 4 las consecueneias que dedw- cen de ellos, pues con frecuencia mantienen puntos de vista que podrian extraviarnos, impidiéndonos conocer las leyes y el verdadero plan de la Natu- raloza, Paroco que cada vez que el hombre observa, un hecho nuevo cualquiera, eaté condenado 4 In- currir en error al asignarle eu cauaa, de tal modo es fecunda su imaginacién en crear idens y de tal modo se olvida de guiar eu juiclo por las conside raciones de conjunto, ‘Cuando uno ee ocupa de las conextones natura- lea entre Joa objetos, las especies forman lo que se Maman géneros, érdenes, familiaa, ofe., pues en todas partes debon guiarnos para realizar este tra- bajo, Y entonces estamos perfectamente tundados para pensar quo Ja gorio total do los seros quo for= imam parte de un reino estando distribufda en un orden sujeto 4 la consideracién de las conexiones, representa el orden mismo dela Naturaleza; pero como ya hice ver en el precedente capitulo, {mpor: a tener en cuenta que las diferentes clases de di: visiones que hay neceaidad de establecer en enta serie, no pertenscen en modo alguno é la Naturale za y son verdaderamente artificiales. Sige aflade 4 estas consideraciones que, en ol reino animal, las conexiones debon ser detatmina- das principalmente segin 1a organizacién, y que los principios que se debe emplear para fjatias no 8 soar uancanoe dobon dojar In menor dada sobre au fundanento, te toudr& on todas eatas conalderaciones las bases Aélldaa para a Flosofta Zool ‘Nadie ignora. que toda elencia debe toner su ‘lozatia, y quo e6le por esto eamsino puede hacer progresoa foals. Eu vaso consumiria lon natura: Tita todo su lompo oa deseribir nuovaa’cepocies yen marear toon tos matiees do aus. variagiones para aumonsar In fies iomenen do. Ins eepecies Toscritas, porque a la Hlostin en olvidada, aaa pro: reaos resbltarkn sia realidad y in obra entera que- fara impertects Hasta deapuée quo eo ba conseguldo far las rolaslonee proximas 6 remolan que existen entre Ing divereaa produecionce do fa Naturaleza, no haa obtontdo les clonoiaa naturales alguna solider ea sus prineipios yuna Slosotia que lae couslituye en Yordaderas elenolas, ;Cuantas ventajas par si Derfoecionamiento no obtendran nuestra distribae Sones del estudio eontinuado de las analogias en- tre los objoton! Batadléndolas detonidamente ta come yo lo- gud 4 roconocar que los antmalesinfosorioe to po: ian asoetureo & toe pstipes on la alsa elaas; ue fos radiados tampoce debian ser contuadidos eon fatos, x que aquellos que son blandoe, por ejemplo, In mlcdua yotron géneroe vesiuos que Brugibre mismo colocaben entre. los mol Aprovimaban essneiatments & los equinidon y do ‘lan Tormar con elloy una clase particular. Batadlando las coneziones fue como’ mo con- nel de que fos gusnnos formaban usa divisén Ulslada, comprendiondo auimalea muy diferentes 4o aquellos quo. consttuyen os radiados y con Iayor razin los polos: quo 100 arculdes no:po- Gian ya formar parto de la clase de lor ingecton mvosorta zoo.daia « ¥ quo los cirripedos no eran uf anélidos ni mo Tusbos. Por altimo, estudiando las conexiones, he Ne+ gado & opsrar gran niimero de rectifieaciones esen- iales on la propia distribuctén de los moluacos, como reconoel que los ptordpodos que por sus di- ‘vorsas analogias eon vecinos, aunque distintos, de los gastordpodos, no deben ser colocados entre los gasterdpodos y lds eotalépodos, aino que es preciso Colocarios onite los moluscos’ acétalos. (Véase en el capitulo VIL, con que termina esta primera par- to, la distribucién particular de los moluscos.) Cuando entre los vegotalos ol estudio de las co- noxiones entre las diferentes familias reconoetdas nos haya ilustrado més y nos haya hecho conocer mejor el rango que cada una de ellas debe ocupar en la sorle general, ontonces la distribucién de estos cuerpos vivientes no tondré ya nada de arbl- traria y legaré 4 star més contorme on el orden mismo do la Naturaleza. ‘Asi, Ia tmportancia del estudio de las conexio- nos entre los objetos obsorvados es tan evidente, que ya se debe mirar tal estudio como et principal de aquollos que pueden realizar el adelantamiento de las cfencias naturales, CAPITULO IIT Do 1a especte entre los cuerpos viviente y do la idea que debemos atribuir 4 esta palabra, No resulta un objoto fatit el de determinar po- sitivamente la idea quo debemos formarnos de lo que se llama especies entre los cuerpos vivos ni el de indagar si es cierto quo las eapecies tienen una, constancia absoluta, y revultan tan antiguas coo Ja Naturaleza, y si han existido on au origen en la forma quo hoy Jas vemos; 6 si sujetas & los eambios do cireumstancias que han podido obrar A su res: pecio, aunque con lentitud, llegaron cambiar do ‘cardcler y de forma por Ia suceaién del Lempo. La aclaracién de este problema no interesa sélo A nuestros conoeimiontos zoolégiees y_otinieos, sino quo resulta también esonelal para Ja historia el globo. Procuraré hacer ver en uno do Jos eapltules que siguen que cada especio ha recibido de ia iufluen- cla de Ins cireunstancias en que se ha encontrado los habitos que le conocemos, y que estos habitos & su vez han ojercido influencias sobre laa partes de cada individuo de elias, hasta el punto de modis. fear estas partes poniéndolas en relactén con los hébitos contraldos. Veamos, ante todo, Ia idea que Picororta sv0x0an se ha formado por regla general de lo que se llama, epecio. Se hia designado con el nombre de especie toda eoleccién de individues semejantes que fueron pro- ducides por otros individuos parecides 4 ello Hota definicién ea exsets, pues todo individuo que gozs de vida se ascmeja slempre, en muy ee casus diferencias, & aquel 6 aquellos de quienes procede. Pero av aflade A esta definiclén la suposi- ‘eldn de que los individues que componon una es- pecle no varius nunca en eu eurdetor eapeeitico, 7 que congccuentomente la especie tiene une eons. fanela nbsoluta en la Naturaleza, ‘Univamente eta suposieién es Ia que me pro- pongo combatir, porque infioidad do pruebas evi- Gentes obtenidas por Ia observacién demuestran que iio resulta tundada. ‘Lu euposictin casi generalmente admitida de que los cuerpes vivientes constituyen especies constantemonto distintas por caraeteres invaria- bles, y que js existencia de ellas es tan antigua como In do la propia Naturaleza, fué establecide, en un tiempo en que falteban los inodiog de obser: vacidn y en que las eiencias naturales resultaban casi nulas. Puee tal suposicién resulta onal dlavia: mente desmentida & lot ojos de los experimenta- dores, que han seguido largo tiempo la marcha do Ja Naturaleza y que han consultado con fruto las Grandes y ricas coleeciones do loa muscos. ‘Todos Jos quo se han ocupado con interés de la historia natural, saben que en la actualidad los haturalistas se encuentran muy embaraeados para. determinar los objotos que deben rairar como expe- cies. En efecto, no sabiendo que éstas no tlenen realmente mis que una constaneia relative, rela- cionada con la duracién de las cireuustancias en 52 as canoe Ina cuales se han encontrado sometidos todos loa individuos que las representan, y que algunos de cllos hablendo variado constiluyen razas quo se Giferoneian do los de otra especie vecina, proson- tan como variedades y otros como ospocios & cior- toa individuos observades en diferentes paises y en Givorsas situaciones, De ello resulta quo la parte ol trabajo qua eoneiore 4 la determinacién de Jas especies, llega & aor de dia en dia mas detec: tuoso, o2 dectr, ins ombarazado y mis contuso. Ba verdad, se ba observado desde hace ya argo tiempo que exision coleectones de individuos {que ae asemojan de tal modo por ou organizacion ‘Asi como por el eonjunto do sus partes, y quo 8° conservan on ul mismo estado de generactonos on goneraciones doade que so loa conoce, que algunos ‘80 han creido autorizados & mirar estas volocciones de individuos semejantes como constituyendo otras tantas especies invariables. Porque no hablendo prstado atancién al hecho do que loa individuos do una eapecio deben perpe- ‘tuarso siu variar, on tanto que las eirounstancias que influyen sobre ea mancra de vivie no varien esencialmente, sc ha supuesto quo cada cepecio ra invariable y tan antigua como 1a Naturaleza, y quo habia debido ea croacién particular al su- premo Autor do todo lo quo existe. Nada oxiste, on efecto, sino por su voluntad; pero gpodemos asig- narle Teglas en la ejecucién de olla'y Hjar ol modo que ha soguido 4 este respecto? gSu poder inBnito no pudo crear un orden de cosas quo dicae snceai- ‘vamento la existencia 4 todo lo quo vemos como & todo lo quo existe y no conocemos? Ciertamente, cualquiera que haya sido ea vo- luntad, la inmenaidad de gu poder ea siempre el mismo, y de cualquier manera que se haya ejecu- ‘iLosorta 200160104 8 tado esta voluntad suprema, nada ha podido ais minuir eu graudeza, Respetando, pues, los decretos de esta sabidu- ria infnita, yo me eircunscribo & encerrarme en los limites de un simple observader de la Natura: jeza. En esto cago, si lego & vislumbrar alguna, cova en Ja marcha que ella ha seguido para operar tus produceiones, dir6, sin temor de equiveearme, gue plugo & eu Autor que la Naturaleza tenga esta faeultad y esto poder. La idea que te habla formado de la especie entro Jos cuerpos vivientes era bastante simple, facil de percibir, y purecia confirmada por Ia ccustancia en Is fornia xemejante do los individuos que Ia re- produceién 6 la generacién perpetuaba, No obs- tanto, cuanto més avanzamos en el concelmiento do los diferentes euerpos crgunizados, de que estan easi cubjertaa todas Jas partes del globo, més 60 aerece nueslzo embarazo para determinar lo quo debe cer considerade como especie, y con mayor motive ain para Iimitar y distinguir los géneros A medida que se reedgen las produceiones de Ja Naturateza, 4 medida que se enriquecen nues- tras colecciones, vemos llenarge casi todos los vax cios y borrarse todas nuestras lineas de separaciép, encentrindencs redueides & una determinaclén arbitraria, que tan pronto nos leva 4 percibir las menores diferencias de las variedades para con: tituir el carfeter que designames con el nombre de especie, y tan pronto nos hace declarar varie: Gad tel clase de individuos un poco diferentes que tres consideran como constituyendo una especie particular. ‘Nuesiras coleceiones, vuelvo 4 repotirlo, cuanto més se enriquecen mas pruebas encontramos do que todo esté més 6 menos matizudo, que lae dife- 5 an cauanoe, rencias notables se desvauecen, y que con mucha feocuoncia lt Nataralora no deja'& nuestra dope. siclon para ostablecer dstiueloues ite que alga: hhas partcularidades mlnuelosae yen cierto modo paeriee : {Cudntos géneros entre ios animales y vegeta- tos Son de’ una oxteneldn tal, por la onttidad do estos quo ao Tee rolusionaay que el eatudlo y Ta doterminaetéu do llaa resltan Roy taal im Draciloublet La expesies do eatoe géneroe, coloca: Eadas on series yaprosimadas entre st sogia la onsidaracidn do aud eanexionee naturale, presen: fan con aquellas quo se les sprosimaa diferencias fn ligoras, que oo confunden, en elero modo, unas nn oftan, be cejanto eas! miegun modio 6 jar Ine poquelia ditoronetaa que las dstinguen elo aquellos naturalists quo’ 20 han, coupado rmucho ola determinacign do. la especies y que Han conaultade laa mda leas ealeccioucs, pueden saber hasta qud panto las expecies,entro fos cusr os viviontot, a8 fuaden lag tas’ on las olrae, y fon tos Guicos quo han podigo eonvenceres de que fn las parioa donde. vosios eapectes isladas os Porque nos faltan otras que se aproximan & ollas F'quo aun no han sido recegians. Nolprtendo dees sou ext quo los animales quo oxiston Tormon usa sorle muy simple, pero digo ‘que forman ‘uni sorlo namifeada, leregular- ‘monte graduads,y que no existe en mavera aigana iscontinuldad on sus partes, 6 quo por lo menos ho a oxistido siempre. De’ ello resulta. que Ins ‘opecies quo tormiaan eada rama do la norle gene: Fal tienen por fo manos de ua lado 4 otras expectes préximas que so confunden con elias, Ho ayul lo {us ol conatimfente do laa cosas tno coloca ya on Gatado de demontrar. Paca ello no tengo necestdad Pinosorla 200460104 6 de ninguna hipétesis nf do ninguna supostetén; me Dasia cou el ‘estimonto do todos los naturalistas obsorvadores. No solamente muchos génores, sino érdenes en- hasta las clases mismas nos idad porciones casi complotae @ol estado do cosas que cabo de indlear. Pues ‘euando on estos easos 8e han eolocado Ins eapecies fen series bien conexionadas, si escogemos una de ‘lias, saltando por encima de muchas otras, y to: amos otra bastante alejada de le primera, ambas especies, puestas en comparacién, nos ofrecerin enionees grandes desemejunzas entre sl. Ast fu Come comenzamos & ver las produesionea de. 1a Naturaloza que hemos encontrado & nuestro ale snes. En este caso las distinclones genéricas resultaban muy tAeilos do establecer. Pero hoy que niugstras coleccionos son may ricas, al se sigue le forie que citaba hace un momento’ desde 1a, espe: cie elegida primera basta Ia sogunda, so llogaré de matiz en matiz & coutuadiring, ain quo 90 obser: ven distinciones dignas de ser ‘notadas. Y ahora pregunto: geudl es of zoblogo 6 el boldnico experi: meptado que no se haya penetrado del tundamento de lo que acabo do oxpanee? jCémo estudiar en la actualidad, 6 cbmo podor doterminar de una ma- era eblida las especies, eatro esta multitud de pélipos de todos los érdones, do radiados, de gusa- hos, y especlaimonte de insectos, en que elo loa géneros maripora, faleno, noctuela, iqueneumn, ex carabajo, ete. ote, ofrocen ya tantas eepectes quo se ayoeihian nas'A otras, comprendiéndose algu- nna veces entre eff {Cuduta mullitud de ofscaras zo nos presentan los moluscos do todos los palsoa Ydo todos los mares que agotan nuestros’ medios 4e distineién respocte de ellos! % sour Lacan, Ascended hasta los peces, 4 los reptiles, A las aves, & los propios mamiferos, y veréis por todas artes matices que ligan entro al las especies pro: ximas, los géueros mismos, sin dejarnos medios para establecer buenas diatinciones. La botdnica, quo considera la otra eerie que componen los végetalee, no ofrece también en sus diversas partes un estado de cosae perfectaments semojante? En efecto, jeudntas difcultades no se experimentan en la actoalidad para el estudio y la determinacién de Jas especies on los géueros liguen, fucus, eufordia, erica, solanum, geranium, mimosa, etostera, oto.? Cuando fueron formadoa estos géneros 10 s0 conccia mas que un corto numero de eapecies, ¥ entonces era fécil distivguirlas; pero al presente, que se han Ilenado casi todos los vacioa existentes entre elias, nuestras diferencias especificas resul- tan necesariamente minucfosas y la mayor parte do Jas veces insuficientes. Veamos euiles son las causas que pueden haber dado motivo d eete estado de cozas, y veamos también ei la observacién puc- de iTustrarnos 4 esto reepecto, Innumerables hechos nos enseftan que A medida, que los individuos de una de nucatras especies cambian de situacién, de clima, de manera de ser 6 de bébito, reciben ‘por ello las influenctas que eambian poco 4 poco la consistencia y las propor. tones de sus partos, de wu forma, aus fueultades y hasta eu misma organizacién; de auerte que todo 60 tales individues participa, con el tiempo, de las mautaciones experimentadas, En el mismo clima, situaciones y exposiciones muy diferentes hacen por de pronto simplemente & los individuos que 6 en2uentran expuestos 4 ellas; pero con Ia sucesion de Jos tiempos 1a continua diferencia de las situa viuosorta oouaica or clones de los individuos de quienes bablo, que vi- Yen y so reprodacen sucesivamente en lat mismas condiciones, produce en elles diferencias que llo- fon eer, en clorto modo, eseucialen & au ter; de Suerte que al se han sucedido Jos unos & 10s otros, fates individues, que pertonecen ariginariuments otra eapecto, se cieuentran al fin transformadoe en una especie nueva, distinia de Ja otra Por ejemplo, que lao aemuillas do una graminea 6 de toda otra planta natural on una pradera hi swede scan trunsportadas, por una cireunslanela cualquiera, por d® pronto ‘sobre Ia ladera de ana colina proxima en quo el suelo, aunque mae eleva: do, restlte todavia baetauto freaco pare permilir A Ja planta conservar su existenela, y que en segui- da, después de haber vivido en ella y de baberao regenorade muchas veces, aleance paulatinamente el auelo seco ¥ cast Aride de una ereata montatioes; pues ai a planta llega & aclimatarse y @ aubsiatir en esto lugar, habré eambiado tanto, que los botae nicos que ia. encueatren constituirdh Gon ella une especie particular. Lo propio acontece con los animales & quienes Jas circunstanciae obligaron & cambler do elima, do manera de vivir y de hibites. Pero en éetos lad eausas que acabe do eitar oxigen mayor tiempo para operar cambios notables sobre los individuee. La idea de abarear, bajo ol nombre de copecie, una coleccién de individuos semejantes, que se per: petian loa mismos por la generaciox y que han existido siendo los mismoe tan antiguamente como Ja Naturaleza, Uovaba en af la necesidad de que Jos individuos’ de un misma especie no pudtesen aliarge de ningun mode, eu sus actos de” gener én, cou indivicuos de una especie ditoronto, Por Acegracia, In obscrvacién ha: probado y_ prueba 88 JAN Uascanoe ‘in todos Tos dias que oats consideracién no resulta fandada, porque los hibrides, muy communes entre Jos vegelaies, y loa acoplamientos quo muchas vee es 80 observan entre individuos do especies muy diferentes on los animales, han hecho ‘vor que los limites entro estas cspoctos supucstae constantes no oran tan sélidas como a6 imaginabe, a verdad, muchas veoos no resulta nada de es- tos singulares acoplamientos, eapecialmente evan do son muy dispares, y on este caso loa individuos quo provionen do ellos reaultan por 1o goneral in+ focundos, pero también, cuando las diferencias aon ‘menos grandes, so sabe quo las faltas de que se trata no s0 verlican. Pues esto solo medio basta para crear do cuando en cuando variedades que Tiogan 4 conatituir razas, y que cou el tiempo for- man Io que llamamos eapacies. Para juzgar ala idea que so ha formado de la especie tiene algin tandamento real, volvamos & onsideraciones quo ya homos expuesto; allas nos hacen ver: 1.*, que todos los euerpos organtza- oa de nuestro giobo son verdaderas producciones do la Natoralora, que ella ba ejecatado sucestva. ‘mento después dé uaa enorme sucesion de tiempo; 2.°, quo en au marcha constante, la. Naturaleza ha comenzado, y recomienza alin todos los dias, por format los ouerpos organizados mas simples, ¥ que no forma direetamento mae que Sotos, ea decir, que estos primeros bosquojos de la organizacién son Jos que se ha designado con el nombre do genera ciones espontaneas; 3.*, quo estando formadon 103 primeros booquejos del ‘animal y dol vegetal on elrcunstancias convenientes, Ine facultades de una vida comenzanto y de un movimionto orginico es tablecido, necesariamonto han dosarrollad poco & ‘poco los drganos, y que com ol tiempo los han diver- Pivosorta zootar04 9 sifieudo, asi como las partes; 4.°, quola facultad de crecimiento en cada porciéa del euerpo organiza- do, resultado inhereate loa primeros etectos de ta'vida, ba dado lugar & los diterontes modos de multiplicacién y de regeneracién do los indlviduos, '¥ que por ello los progreaos adquiridas en la com: osicién de la organizacién y en la forma y la diyersidad de le. partes hai sido conservados; 5.°, que con Ia ayuda de un tiempo wuficiente, de Jas’ cireunstaneias que han sido necesariamente favorables, de los cambios que todos los puatos del globo han sufrido en su estado; on una palabra, del poder quo tiouen las nuevas situaciones y lo snue- ‘vos habitos para modifiear los érganos de los cuer- pos dotadoe de vida, todos los que existen en la actualidad fueron inisenslblemente formados tal como los vemos; 6.°, que sogiin un orden semejante de cosas, los cuorpos vivientes, experimentando cambion ‘mAs 6 menos grandes en el estado de su orgauizacién y de sua partes, lo quo se lama espe- cis ontve ellos hn sido suceaiva é insensiblemonte asi formada, no teniendo, por fo tanto, més que luna constaneia relativa en ou estado, y no puede ser tan antigua como la Naturaleza. Pero, sedird, aun cuando so quislera supon: que con ta ayudk de mucho tiempo y do una varia ¢ién infiuita en las eircunstancins, la Naturaloza, hha formado poco poco loa diversos animales que conocemos, ¢uo nos veriamos detentdos, en esta su- posicién, por la sola coosideractén de la diversidad admirable que se observa en ol énstinto de los dlte- rentes auimales y por la de las maravillas de todo ‘género quo presentan aus divorsas clases de indus- ‘ria? 2Se oaar& llevar el cspirita do alatoma hasta dscie quo la Naturaleza sola hu creado eata dives ssidad azombrosa de medios, de habilidad, de ast © oan tananor la, de precauciones, de pacienein, do que tantos ejemplos nos ofrece Ia industria do los animales? Lo que observamos 4 eate respecto, en Ia sola clace de Joe insectos, zno es mil veces mis que euficiento para hacer sentir que los limites del poder de la Naturaleza no le permiten en modo alguno produ- clr por si mirma tantas maravillas y para forzer al Blésofo mAs obstinado 4 reconocer que aqui la vo- Tuntad del eupremo Autor de todaa Jan cosas ha sido necesaria para hacer existir tales portentos? Oierto que resultaria temerario, 6 mée bien completamente ineeneato, pretender marcar limites al poder del Autor de todas las cozaa; luego nadie sa decir que este poder Infiuito no haya impreso & Ja Naturaleza el plan que dejamos seflalado. Dicho esto, si yo descubro que la Naturaleza opera todos, Jos prodigios quo se acaban de citar; que ha creado a organizactén, la vida, ol sentimfento mismo; que ‘ha multiplicado'y diversifieado, en limites que des- conocemos, los érganos y Jae facultados do los cuer- pos organizades; que ba creado en los avimales, por el solo camino de la necesidad, que estableee duige los babitos, el manantial de todas las aceio- nes, de todas lae facultades, desde Ina mas simples hasta aquellas que constituyen el instinto, 1a indus tria, 0] razonamiento, en suma, 2vo debo reconocer on esta potencia do la Naturaleza, es deoir, en el orden existente de las cosas, Ia ejecucién de Ia vor Juntad de su Autor, que pudo querer que ella tuviese esta facultad? ¢Admiraré menos la grandeze del poder do esta primera eausa de todo, sile plugo quo las coras fuesen come son, que si por otros tantos actos de su voluntad, ella se hubfese ocupa do y ee acupaeo continuamente en los detalles de todas os cieaciones particulares, de todas las des- trucctones y renovaciones, en'una palabra, de Puuosorta zooxaics a todas las mutuctones que en las cosas que oxiston? Pues yo espero probar que la Naturaleza posee os medies y las facultades que lo son necesarios para producte por af misma lo que admiramos on lia, No obstante, se objets todavia que todo 1o que se ve auuncia, relativamente al estado de los cuer- pos vivientes, una constancia inalterable en la conservacién de au forma, y se plenew que todos Jos animales euyo recuerdo nos ha transmitido 1a Listoria rosultau slempre los mismos y no han por dido ni adquirido nada on ol perfecelonamiento de ‘eus drganoa y en ia forma de sus partes. Ademés de quo esta ostabilldad aparente pase desde hace largo tiempo por una verdad de hecho, se acaba de intentar consignar pruebas particu: area on un informe sobre las coleccioues de bisto- ria natural traldas de Egipto por Mf. Geottroy. Los autores del informe se expresan de la manera si guiente: Ante todo, la eoleceién tlene esto de particul que se puede decir que ella contiene animales de todos los sigios. Hace ya mucho tiempo se desoaba saber al laa especies cambian de forma por el otecto de loa alos, [eto problema, en apariencia itil, es sin embargo evoncial para la historia del globo, y por consecuoncia, para la solacién de otra infini- dad de cuostiones que no son extrafias & los més graves objelos de a Veneraclén humana. ‘>Nunoa ge ha estado on situacién de resolver este problema mojor que ahora para un gran nd mero do especies notables, pues pareco que la su- porsticién de los antiguos ogipcios haya sido inspi- rada por la Naturaleza, con el propésito de dejar un monumento de au historia...» jecutan generalmente @ uns tascauce «No se puede por menos—dicen los autores— de contener los yuelos dela imaginaeién, cuando todavia se ve conservado con ous moneres hie: 508, sus menores pelos y aua menoren detalles tal animal que antes tenia en ‘Tobas 6 cn Menfie ea cerdotes y altares, Poro sin extraviarnos en todas Jas fdeas que hacon nacer semejantes aproximacio: nes, limilémonos & exponer que eatos animales son porfectamente somojuntes & los actuales.» (Anales Gel Museo de Historia Natural.) No me resisto 4 creor en Ia conformidad do ee- mejanza de estos animales con los individuos de Jas mismaa especies que viven en la actualidad, ‘Aai, Ias aves que los egipcios ban adorado y em: dalsamado hace dos 6 tres tail affoa, reanltad adn semojantes & aquellas que viven hoy en este pals. Soria verdaderamente muy elngular que huble. se ccurride lo eontrario, porque la poticiéa de Egipto y au clima son todavia aproximadaments Jos mismos que en la época hiatériea. Luogo laa aves que en él viven, encontrandose ain en 198 mismas condiciones y elreunstancias on que esta: ban entonces, no ha podido obligarlas & cambiar sus habitos, Bor otra paric, gquién no comprends gue las aves, que pueden e¢n tants facilidad cam= diar y elegir los lugares que mejor les convenga, esti menos sujetas que otros muchos animales & Jas variactones do las eirenstanetas locales, y pot ello menos contrariadaa en aus habitos? ‘Nada existe, por tanto, on la observacién que acaba de ser citada que’ rosulte contrario A las consideraciones que lieve expuestus sobre esto agunto, ni que pruebe quo los animales de que se {trata Hayan existido en todo tiempo en la. Natura: Jeza, pues demuesiza solamente que vivian cn Egipto hace doa 6 trot rail afios. Y todo hombre ruosorla xo0Lbatos ry que posee ol hibito de reflexionar y de observar al propio tiempo los documentos de Ia enorme anti: giedad que muestra la Naturaleza, aprecia on su. Yerdadero valor la insigaificante citra de tres mil alos con relacién & las épocas geoldgicas, Por eso se puede avegurar que esta spariencia de estabilidad de lus cose en la Naturaloza ser& siempre torwada por las gentes vulgares por la rea- Yidad, porque en general so juzga de todo con un conespto autropormértieo, Para el hombre que, & este respecte, no juzga sino segin los cambios que él pereibe, los interva: Joa de estas mutaciones son estados estacionarios que le parceen sin limites & causa de la brevedad existencia do los individuos de la. especie, Y como Jos fastos do aus observacions ‘chos quo ha podido consignar en aus registros ablo 8 extienden & algunos millares de afios, lo que constituye una duracién infinitamente grande con relacién & 1, ounquo relativamente pequefia con relacién 4 Jos cambios que se efectian aobre la st perficie del planeta, todo Ie parece estable on el globo que habita y se Inclina & rechagar los indi- ios que los monumentos amontonados A ou alre- dedor 6 enterrados en ol suelo que huella bajo ous pies le presentan por todas partes Las magnitudes, en oxtensién y en duracién, ton relativas. Procure el hombre penetrarae de eats verdad, y entonces se montraré resorvado en sus decisiones acerca de la estabilidad que atribuye, en Iw Naturaloza, al estado de cosus que en eila‘ob- serva. (Véanse mis Indagaciones sobre los cuerpos vivientes.) Para admitir el cambio insonaible de las espe- cies y las modificaciones que experimentan lo dividuos & medida que se ven obligados & contraer 8 sam casas nuevos habitos, 6 & adquirir otros nuevos, no nos ‘vomos reducfdes 4 1a consideracién de los’ peque- os espacios de tiempo que pueden abrazar nuos- tras observaciones sobro ollos; porque, ademés do cesta induceién, muchos hechos recogidos ya acl: ran el problema que estamos examinand En efecto, ademas de que conocemos las in fluencias y las consecuencias de las fecundaciones heteréclitas, sabemos positivamente en la act dad que un cambio forzado y sostenido en las 20- nas de habitacién y en los hibitos y la manera de vivir de los animales, operan, después de un tiom- po suficiente, una mutactén ‘muy notable en los Individuos quo se encuentran sonietidos & elas, El animal quo vive Hbromento en las llanuras 6 a0 efercita habitualmente en carreras ripidas, el ave 4 quion aus necesidades ponen on ol oto de atr ‘vosar sin tregua grandes espacios, encontrandose encerrados, ol uno en las jaulas de’ una ménagerie 6 on nuestras cundraa, Ia otra on nuestrae jaulas 6 nuostros corrales, sufron en ellos con el tiempo in- fluoncias eorprondentes, sobre todo después de una sucesién de generactones en el estado que les obli- 6 & contraor nuevos hébitos. El primero piorde oon ello en gran parto au lige- reza, su agilidad; su cuerpo se espesa, sus micm- ‘bros'disminuyen en faorza y ductilidad, y sus ta- cultades no son ya las mismas. El avo 80 vuelve pesada, apenas sabe volar y adquiere mas gordura, en todas aus partes. En el sexto capitulo de esta primera parte ten- 4dré ocasién do probar con hechos bien conocidos el poder de los cambios de circunstancias, para dar 4 los animales nuevas noceaidades y Iievarlos & nuevas acciones; el cambio do las nuovas acciones repetidas para produoir los nuevos hdbitos y las rivosorta zoousarou 6 ‘uovas inclinacionee: por dltimo, el del empleo mda 6 monos frecuente de tal 6 cual Srgano para mo- difear esto drgano, sea fortifeéndolo, “deearro- Mandole y extendiéndole, soa dobilitindoto, en- flaqusoisndolo, atouudndole y hasta haciéadole desuparoeer. Con relacién & los vogetales a0 vor& Jo mismo vespeoto del producto do ins nuevas elr- constaneias sobre au manera de ser y sobro el o tado do eus partes, de sucrts quo nadie se asom: Drard de vor los cambios que hemos operade en ellos desde quo los culti vam. Por exo, entre loa cuerpos vivientes, ln Natura- lena, com dijo ya, no nos ofrece, do una manera absolut, més que iadividuos qué so auceden Lou unos 4108 otros por la generactén y que provienen Jos unoa de los otros, pues las especies entre ellos no tlenen nde quo’ una consiancia relativa y no son invasiables sino temporalmente, No obstante, para fuelitar el estudio y el conocimiento do tuntos uerpas distiutos, resulta util dar el nombre do es- peste 4 toda coleeeidn de individuos semejantes, {ue Is generacién perpetia on ol mismo estado, en Tinto que las circunstancias de su situaciéa’ no ccambiau bastante para hacer variar sus hibitos, su carheter y au forma, DR LAS RSPROIES LLAMADAS PERDIDAS ‘Todavia resulta un problema para mi el de ver ai los medios que ha empleado la Naturaloza ara asegurar la conservacién de las especies 6 do las razas han sido insufefentes de tal modo que azaa entoras se hayan extinguido 6 perdido. Sin embargo, loa restos fesilea que oncontramoa centerrades on el'sholo en tanton lugares ferentea hos ofrecon los deapojos do una rultitud de anime, Ice divoraoe quo han existldo, y cntro los culos apenas encontramas mde quo un corto uamero cuyos andlogos vivientes semejantes existan en la stotualdad, 280 puoiio conclur de ello, con ulguna aparte cia de fondament, que las especies que encoutra- ‘mos on el estado féal, y de las cuales no existo on Teactualdad ninggn ‘ejemplar vivo, no exietea ye fn le Naturaleza? Hay todavia tantea regionen Go In superfioto del globe donde no hemos peneirado, tantae otras qué ios hombres capaces de abecrvat f6lo han recorrido de panda, y tantas ain como lag diterentes partes del fondo de los mares on que no tenemos medio de roconocer los animales que en ellas e0 encuentran, quo estos diferentes luge toe podrian muy bien dedllar las eapecies que dee Si hay on realidad expectes pordides, ello no puede ocurrir sin dude mde que énire los’ grandes Animales que viven tobre Ins partes eecan del globo, donde el hombre, por el imperio absoluto Guo ejoree sobre cllos, ba odido Negar & destrule todos tos individuos de algunas de aqueliaa que ne uiso coneervar nt redusir A In domesticidod, Ds fiqul nace la posibiidad de que los unimales de los séneros palerterium, anoplotheriun, megeionia, therdum, mastodon, do M. Cuvior, y alguns eapocien do géneros ya conceidcs, uo re gulten ye oxitoncn en Ta" Naturatsa; ‘sa on argo, No hay en esto maa que tna simplo posibi- lidad. ® me Pruosorla eooxdaioa o Pero los animales que viven en el sono de las ‘aguas, especialmente las marinas, y ademée toda Jas ruzas de pequefa ‘alla que habitan on la su perdicio de la tierra y que respiran cl aire, estén Al abrigo de Ja destruccién de au especto por parte del. hombre, Su multiplicacién es onorme y loa niedios quo tienen para buir de los lazos que se Jos tienden son do tal naturaleza, quo no hay me Gio do pensar siquiera que el hombre pueda des- trair In cepecie completa de ninguno de estos ani males, ‘Luego sélo los grandes animales terrestres puc- den estar expuestos 4 eu aniquilamiento absolute por parte del liombre. De modo que tal hecho puede haber ceurrido, aunque su existencia no esté com pletamento probeda, No obstaute, entro los restos {éeites de tantos animales que ban existido, hay un. gran mimero de ellos que pertenecen & animales, Cuyos audlogos vivientes y perfectamente seme’ jantee no son conoeidos; y entre ¢atos la mayor parte pertenecen & moluscos con edscara, de suerte que son las conchas solas Jas que nos quedan de tales animales, ‘Pero ai muchae conchss fosiles se muestran eon diferencias que no nos permiten, segin Ias opl- niones admitidas, mirarlaa como andlogas de las species vecinas que eonocemos,gse sigue necessria ‘mente de ello que estas conchas pertsnecen & espe- cies realmente perdidas? Por otra parte, epor qué se habrian perdido, puesto que el bombre no ha podido operar su destruccién? No seria posible, por fl coutrarlo, quo los individuos fésiles de que trate pertenectesen & ospectes todavia. exlatent pero que lian cambiado deede quo dieron uaci- miento 4 lao especies actualmente vivas, que se asemejan 4 ellas, Las consideractones que siguen 8 oun Laan, ¥ nuostras observaciones en cl cureo de esta obra, harén muy probable esta presuncién. ‘Todo hombre Instruido y observador advierte que nada resulta constants en la superficie del globo terresire. Gon ol tiempo todo cambia en él ¥ sufre mutactonos divorsaa mAs é menos rapldas, gin In naturaaza do ios objets y do Ine crease: tancias, Loa lugares elevados se degradan perpe- tuamente por las acciones alteraativas del sol, de Tas aguas pluviales y por otras causas todavia, ‘Todo lo que so desprende del auelo os arrastrado hacia los lugares bajos. Los lechos de las rias, de 40s rios, de Jos mismos mares varlan en su forma, ‘su profundidad é insensiblemonte se desplazan. En, una palabra, todo en Ia superficie de la tiora cambia de situacién, de forma, de uaturaloza y de aspects. Hasta los mlamos climas do sus distintas comareas no resultan eatables, Pues el, como demostraré, las varinciones on Ins circanstancias pars los seres vivlontes, y sobre todo para los animales, producon cambios ou sus necesidades, en sus bAbitos y on el modo de oxi tir, y si estos cambios dan lugar & modifieaciones 6 desarrolios en los érganos 6 en la forma do sus partes, so dobe Inducir que insensiblemente todo cuerpo viviento cualquiera debe variar en aus for: mas 6 ous caractores exteriorea, aunquo semojan- tos varlaciones no llegaeen 4 aor sensibles més que después do un tiempo considerable. Que uadie se asombre, pues, si ontro los numé 0808 fdsiles que so encuentran en todas laa part del globo, 60 hallen tan pooos en que podamos re- conocer los andlogos vivientes. Por ol contrario, ‘i hay algo que deba asombrarnos, es hallar, entra estos numerosos despojos féailes do cuerpos quo vivioron, algunos euyos audlogos, todavia oxisten- vruosorta sooxdarca. Co tes, nce sean covocidos, Este hecho, que nuestras colecciones de fosites comprueban, debe hacernos Suponer que les restos f6siles de los animales que ‘86 avemejan 4 los de hoy son loa menos antiguo La especie, & I cual pertenece cada uno do ellos, no habia tenido tiempo de variar on alguna de a formas. Los naturalistas que no han advertido los eam- bios que en Ia sucesién de loa Uempos Jos anima: lea eatin en el caso do experimentar, queriendo explicar los hechos relatives & los féailes obsorva- dos, supusieron que uua catdstrofe universal 80 habla yerifcado en la tierra, que esta eatdatrote Jo babia todo cambiado, destruyendo una gran arto do las especies existontes entonces, ‘Lo malo es que este medio eémodo de oxplicar las cosas no tiene otro fundamento que el imagi- pativo que lo ba ereado y que no puede apoyarse en ninguna prueba. Caldstrofee locales, como las que producen los voleanee, los terremotos, eteé- tera, son bastantes conocidas y eo han podido ob- servar los desérdenes que ocusionan; gpero por qué supouer sin pruebas una 6 varias catdstrofes wnt- versalee, cuando la marcha do Ia Naturaleza baeta para explicar 10s hechos que observamos en todas sus partes? Sie tiene en cuenta, de una parte, que en todo Jo que ella opera no bage nada eon brusquedad y que obra siempre con lentitud y por grades suce: nivos, y por otra parte que las causas partiou- Jares'é locales de lon desordenes, de los “deeple zamlentos, pueden dar razén de todo Jo que #6 observe ef Ia superficio dol globo, y estén sujetos Agu marcha general, eo bubré dé reconocer que no existo necesidad ‘alguna do suponer que una catistrofe universal haya venido & derribar y dee- 0 sUAN DAMEAROE truir una gran parte de las operaciones mismas de ‘ya sobra una materia que no ofre diftcultad alguna para ser entendida. Considerom ‘ahora las goneralidades y los caracteres esencia- Jos de los animales. caPiTULO IV Goneralidades sobre los animales Considerados on general, los animales resultan serea vivientes muy singulares por las facultades que les son proplas, y muy dignos & 1s vez de nes tra admiracion y de. nuestro estudio. Estos seres, inflaitamente diversifieados on au forma, eu orga nizacién y sus facultades, son susceptibles de moverse 6 de mover algunas de sus partes sin la impulsiéa de ningtn movimiento comunfeado, aan que por una cansa excitatrie do eu irritabilidad que, en loa unos, se produce en elles, pero que eat fuera por completo en loa otros, La mayor parte Goran de la tacultad de cambiar de lugar y todos poseen partes eminentemente Irritables, So observa que en sus cambios unos so arras- tran, marchan, corren 6 saltan; que otros yuclan, so clovan en la atméatera y atraviesan diferentes ‘eapacioa, y quo varios, viviendo on el sono de las aguas, nailan en ollas y se transporian en diferen- t05 partes do su oxtonsiéa, ‘No encontedudose los animales como los vege tales en el caso de hallar coroa de ellos su allen to, y basia viéndose obligados tos animales de ra- pifla & busoar su presa, perseguirla y apoderarse do ella, ora necesario que taviesen la facultad de 2 yuan Laan moverse y de cambiar de sitio con el fin de aten- der 4 eu autricién. Por otra parto, aquellos do los animales que se multiplicaran por generacién a xual, no ofreciendo hormatrodismo bastante per- Teoto para que los individuos ee basten 4 el mismos, era preciso también que pudiesen cambiar para, verificar los actos de reproduccién, y que los me- dios circundantes lee facilitasen los medioe & aque- los que, como las ostras, no pueden mudar de eitfo. a facultad que los animales poscon de mover Jas partes de su cuerpo y de ejecutar la locamo- eién, interesando & su propia conservacién y Ala de su raza, las nocosidades supieron procurdrsela, Tndagaremos on In segunda parte ol origon do esta asombrose facultad asi como lade las més emi- nentes que se encuentran en ellos; pero entretanto diremos acerca de los thciles de reccnocer: 1.°, que J08 unos no se mueven é no mueven sus partes mas que & consecuencia de ou irritabilidad oxcitada, pero quo ellos no experimenten ningin sentimiento Y no pueden tener ningana clase de voluntad. Estos son los més imperfectos; 2.°, que otros, ademée de Jos movimientos que aus partes pueden sufrir por su irritabilidad excitada, resultan suscoptibles de oxperimentar sonsaciones y poseen un sentitaiento intimo y muy obscuro de su existeneia; poro quo ellos no obran més que por el Impulso interior de una inclinacién que los arrastra bacia tal 6 cual objeto, de suerte que su voluntad es siempre de- pendiente y arrasirada; 3.°, que otros todavia no solamente sufren en algunas de eus partes los mo- vimientos quo reguitan de gu izritabilidad exelta- da; son susceptibles de recibir senaaciones y goaan del zentimiento intimo de su existencia, sino que al propio tiempo tienen Ia facultad de’ formarse Ideas, aunque confusas, y de obrar por uns volun- PiLosorta sooLdoica 2 tad doterminante, sujeta, sin embargo, & inclina- ciones que los llevan exclusivamento hacia clertos objetos particulares; y otros, por dltimo, y eatoe fon los mda perfectos, posean en alto grado todas las facultades de los precedentes. Gozan, ademas, del poder do formarse {deus claras y precisas de Jos objetos que han afectado sua sentidos y atraido fu atencién; de comparar y de combivar elorto punto aue ideas; de obtener con ellas juicios G ideus complojus; en una palabra, do pensar y @e tener una voluntad menos enosdenada que 16 permite vuriar en mayor 6 menor escala sus ac- elones. ‘La vida, en los animales mas imperfectos, re- sulta sin energia en sus movimientos y Ia irritabi- idad sola basta entonces para la ejecucién de los movimientos vitales, Pero como 1a energia vital acrece & medida que la organizacién se compone, Mega & un término en que, para proveer & la acti” vidad necesarla do lok movimientos vitales, la Na- ‘turaleza tuvo necesidad de aumentar eus medioa, y por ello ha empleado la accién muscular en el ee- tablecimiento dol sistema de cireulacién, de donde se ha seguido la accleracién del movimiento de los fluidos. Ista misma aceleracién ha aumentado en seguida & medida quo ia potencia muscular de que se sirve ha aumentado. En suma, como ninguna accién muscular puede veriGcarse in la influencia, norvioaa, éata llegé 4 ser en todas partes necesa: ria para ‘la aceleracién de loa fluides de que se trata. ‘Ast es como la Naturaleza supo atiadir 4 Ia irri- tabilidad, que resultaba insuficiento, la accion muscular y Ia influencia nerviosa, Pero eata alti. ma, que da lugar 4 Ja accién muscular, nunea lo hhaco por la via del sentimiento, lo que espero mos- u Joan taxanoe traren la segunda parte, Consscuontemente pro- baré on ella que la sonsibilidad no ea de ningda modo necesaria para la ojecuctén do los movimien- toa vitales hasta cn loa animales mas pertecto Por eso, los diferantos animales que oxisten o8- tin evidentemento distinguldos unoa do otros, no ‘blo por lao particularidades do su forma exterior, do 1a cousisteneia de eu cuerpo, de eu talla, ated: tora, sino ademAs por las faciiltades do que estan, dotados. Algunos de ellos, como los mas impertoc- tos, eucontrindose roducidos 4 cate respecto en el estado més Ilmitado, no tonteudo nlaguna otra f ealtad que aquellas que son propias do la vida, y no moviéndose mas que por un poder fuera de ellos, mientras que los otros tienon facultades progreei ‘vameute mas numorosas y mAs eminentes, hasta el panto de quo los inde pertectos de ellos ofrocen un, Conjunto que excita nuostra admiracién, ‘Estos hochos asombrosos coaan de sorprender- nos cuando ante todo reconocemos quo cada tacul: tad obtenida ea el resultado do un érgauo eepectal 6 do un sistema de érganos quo da lugar 4 ella, y cuando después vemos que, deade quo el anictal mis imporfecto, quo no tiond ningiin érgano parti- cular, y consecuentemento ninguna olra facultad ‘quo aquollas peculiares dela vida, hasta el animal ms perfecto y mas rico en facultades, la organi- zacién av complica gradualmento, do tal inedo quo todos los érganos, incluso los mas importantes, na- ‘cen los unos después de los otros en la extensién do la escala anical, perfeccionsudose on seguida, ‘eucosivamonto pot las modifeaciones que sutren, ¥ quo los acomodan al estado de organizacién do que forman parte. Y que, por iltimo, por eu re. unién en los animales més perfectos, ofrecon In, ‘organizaciéu mis complicada, do la cual reaultan Fivo4orta 200260104 6 Jag facultades mAs numerosas y las més eminentes. EL examen de la organizacién interior do. los animales, ol de los diferentes slstomas que eate or: ganizacién presenta en la extensiéa de la escala Animal, y el de los diversos érganos principales, reaultan, pucs, lus principales conelderaelones quo: doben jar nuestra atencién en cl estudio de los animales. Si ¢atos, considerades como productos de Ja Naturaleza, sou sores singularmente asornbrosos por au facultid do movorso, un gran nimero de llog lo sou macho mie por au tacultud de sentir. Pero de igual modo que esta tacultad de movereo 8 muy limitada en los mia imperfectos de los ani males, 6 no ea voluntaria, y donde ella slo eo ejecuta por excitaciones oxteriores, hasta que per feceiondndose cada voz més, Iega A adquirit su origon on el animal mismo, y aeabs por estar auje- ta & eu voluntad; de igual modo también la facultad de sentir resulta adn muy obscura y muy limitada en los animales donde comionga & existir; de suer- te que ce desarrolle. progrosivamenta, y habiendo aleanzado su mayor desenvolvimienta, llega & hhacer existir on el animal las facuitades que cons: itayen Is inteligencia, Sn efecto, Joa mis perfectos do los animales tlonen ideas timples y hasta ideas complejaa, pas jones, memoria, suelan, ea decir, experimentan retornos involuntarios de sua ideas,’ do sus proplos pensamientos y resultun suscoptibles de iusteuccion hhasta clerto punto. (Cudu admirable no 08 este ro- sultado del poder de la Naturalvza! Para tlegar i finprimir & un cuerpo viviente ta tacultad de moverae sin el impulso do una fuerza connunicada, de percibir los objetos fuera de ai, de formarse de'ciles ideas, comparando las impresio- net que ha recibido con aquellas que ha podido re- 6 oun naan cibir de otroa objetos, en una palabra para pensar, resulta, no eélo la mayor do las maravillas & que haya podide alcangar el poder de 1a Naturaleza, ino que conetituye, ademas, In prueba del empleo de un lempo considerable, puesto que nada se ha ‘operado aino con lentitud. En eowparacién con las duracioues que con~ jderamos como enormes en nuestros cAlculos or- dinarloe, hubo sin duda necesidad de un tiempo inmeneo y de una variacién considerable en las circunstancias que se han sucedido, para que la Naturaleza haya podido llevar la organizactén, de Jos animales al grado do complicacién y de des arrollo que alcanzan algunos. Asi estamos autori zados para penear que ai Ia consideraciéu de las capae diversas y numerosas que componen la cor- teza exterior del gloto constituye un testimonio irrecusable de eu enorme antigdedad; que si la. del Aesplazamiento muy lento, aunque coutinuo, de la cuenea do los mares, atestiguado por los numerosos ‘monumentos, confirma todavia también la prodi- giosa edad del globo torrestre, la consideracién del Grado de perfeceionamiento adonde ha legado la organizacién de los animales mas perfectos cou- ‘eurre por su parte & poner de relieve esta verdad on su mAs alto grado de evidoncia, Pero para quo ol fundamento do esta nueva prucba resulte suecoptible de ser sélidamente esta Dleeldo, habré necesidad de evidenciar antes el fundaniento que es relativo 4 los propios progresos do la organizacion. Precisard comprobar, ai ¢s po- sible, Ia realidad do tales progresos. Habré neces dad, eo euma, de reunir los hechoa ‘mejor estable: tides & este reapecto, y roconocer los medios que la, ‘Naturaleza posee para dar 4 todas sus produccio: nee la existenoia de que gozan. ruvosorta 200xar04 a Observemos entretanto quo sungue resulte ge- neralmente conventdo, al citar loa seres que coin ponen cada reino, el indicarios con ol nombre ge- eral de producciones de la Naturalesa, parece, sia embargo, que no se concedes ninguna idea positiva & esta expresiéu. Aparentomente, goudntas preven clones de ua origon particular impiden reconocer que la Naturaleza posse 1a facultad y todos lo medios de dar por st misma la existencia 4 tantos res diferentes, do varlar sin cesar, aunque con lentitud, lus razas de aquolios que disfratan de la vida y de mantener por todas partes el orden ge- neral que observamos! ‘Dejeinos 4 un lado toda opinién cualquiera res- pecto de estos grandes aauntos; y para avitar todo error de Ia imaginaci6n, congultemos los actos de 1a Naturaloza, Ain de podor abrazar con ol pensamtento el conjunto de jos animales quo oxisten y de colocar- Jos ou un punto de viata fécll do pereibir, conviene recordar que todas las producciones naturales que podemos observar han sido distribuidas deade hace mucho tempo por los naturalistas ea tres reinos, bajo las denomivaciones de reino animal, reino ve sgetat y reino mineral. Por tal distribueléa, los seres ‘comprendidos en cada uno de estos reluos ae ponen en comparacion entro sl y como sobre una misma Mea, aunque los unos tengan un origen muy dife- ronte de los otro Me ha parecido més conveniente emplear otra divisién primaria, porque nos hace conocer mojor en general todos los seres quo son objeto de ella, Por eso diatingo todas las produectones naturales compreudidas en loa tres reinos quo acabo de enun- iar on dos ramas principales: on cuerpos vivientes ¥ on cuerpos brutes 6 sin vida. 8 youn Laan, ‘Loe serea 6 cuorpos vivientes, talea como tos animales y los. vegetales, covstituyen la. primera de ambas ranias do ins produceiones do ja Natura- eza. Tienen estos seres, como todo ol mundo sabe, Ja fhoultad do nutriree, do dosarrollarse, to ropro ducleso, y estin nocesariaments somctides la werte, ero lo quo. no so covces tanto, porque las Me tesla on Boga. no. permiten crecrlo, os que los Exerpes vivienten, por cousceuenoia do’ ta ‘acetba de las facoltades do eus érganos, aal como por Ins ‘mutasiones que operan en ollos los moviaaientos ‘orginicos, forman ellos miswos eu propia substan cia y tus ‘materiaa ceoretorias (hidrogeologia); y 10 que todavia ae sabe menos es qne por avs deapojos alos cuerpos vivientos dan lugar & la existencia do todae las matorias compuvatas, brutas 6 inorgh nicas, que se observa en ia Naturaleza, materins ‘euyas diversas elasos 90 multiplican con ol tiempo Y segiin las cireunstanciaa do fu situactén, por los Garmblos que ellae sufren insonsiblomonte, que las fimpliflean cada ven. més y que producen despues de mucho tiempo Ia separacién complota de los principios que las constituyen. Hstas materiae bra- {ae y sin vida, sean sélidas, scan liquidas, son las que componen Ja segunda rama de las produccio- nes de la Naturaleza, y que en au mayor parte son congcidas bajo el nombre de minerales. So puedo decir quo ae encuentea enlzo las mato- rigs brttae y los cuerpos visfentes un biato iumenso ‘que no permite colocar en una misma lines ambae Glases de cuerpoa ni tratar do ligarlas por nlngan mati, puse en vano se ba tratado de hacerlo, ‘otis los euerpos vivicntes eonoeidos ae diatri- ‘buyen claramente en dos roinos particulares, tun- dados sobre diferencias osenciales que distinguen rivosorta 2ooxaten, n Jos animales de los vegetales, pues & pesar de lo que se dice yo estoy convencido de que no hay ver. Gadera transicién por piugén punto entre ambos reinos, y por consecuencia, que no existen on mar nora alguna animales-plautas, lo que se oxprese cou el nombre de codjitos ni de plantas-animales. La irvitabilidad en todas 4 en algunas de sus partes es el cardctor més general de los animales; Jo 69 mas que Ia facultad do los movimlentos vor luntarios y que Ia facultad de sentir; basta mas atin que la de digerir. Pues todos loa vegetales, sin exceptuar siquiera las plantaa lamadas sensifivas ni aquollas que mueven algunas de aus partes al primer roce 6 al primer contacto del aire, estan on Absolute desprovistos do irritabilidad, como hice ‘ver en otra parte, Se sabe que la irritabilidad es una facultad esencial & las partes 6 & clertas partes de los ant- males, que no experimenta ninguna suspeneién ui ningih aniquilamiento en eu accién en tanto que el animal esta vivo yen tanto que la parte que exté dotada de ella no ha reefbido ninguna lesion. Su efecto consists en una contraceién que sutre en 1 inatante toda la parte Irritable al eontacto de un ‘ouerpo extratio, contracelén que eesa con su causa Y quo se renueva tantas veces, después del afloja- Imiento de la parte, como vengan é Irritarle nuevos contactos, Pues nada de esto ge ha observado jamas en ninguna parte de los vegetale Cuando yo toco las ramias exiendidas do una sonsitiva (mimosa pudica), en vox de una contrac: olén, observo desde Iuego on las articulaciones do Jag Hojas y de los peciolos conmovidos un aftoja- miento que les permite doblarae unos sobre otros. Producido este debilitamionto, en vano toco las Tamas 6 las bojas del vegetal, pues ningin efecto ~ goan Lawanor, ‘se produce. Hay precision de un tiempo bastante argo, & menos que no haga mucho calor, para que a causa que puede distender Ino articulaciones de las poquafiae ramas do las hojas de la seusitiva haya lleyado & levantar y extender estas partes para colocarlas on ol caso de renovar au debilita- lento por un nucvo contacto. ‘Luego yo no podré reconocer en este tendmeno ninguna conexién con 1a ieritabitidad de los anl- males, pues sablendo quo durante la vegotactén, eapeciulmente cuando hace calor, 36 producen en Jos vegetales muchos Guides eldsticos, parte do los ‘cuales ac exhalan sin cosar, he conéebido que en las plantas logamiinosas estos fluidos elésticos po- dian amontonarae en las articulaciones de las bojas antes de disipsrse, y quo entonces podfun disten- der eslas articolaciones y mauteuer tonsas las hojas. ts esto cago, la disipactén lenta do lon uidos Ldsticos en cuestidn, provocada en lus legumino: fan por la ilegada de la noche 6 la disipacién aibita de los mismos fuidoe, provocada en la mimosa ‘pudica por ans pequefla sacudida, daran lugar, en fas Leguminosae cu general, al fenémeno conoeide dajoel uombre de ruefo de las plantas, y para la nensiliva & aquel que ee atribuye erréneamente & Ja irritabilidad (1), (W), Bia otrs obvn he douarollado ciartos fondmonos enilo- ‘sor vadow ot las plantas, como en m Redysarem gira, (Picionas museiputa, event vor quo 1ov movimlontae ala: olan gush oa arta de agua vgn, rincipulmonta en el etapa calurooe, ao eon tunes al Role teutabiidad real, osoucal & algun da aus Ara, “bigrombtvleos 8 pirométries, ‘Puosorta roowoaia a Como resulta de las observactones que expon- ‘dré luego y de las consecuencias que he saeado de clas que no resulta goneralmente verdadero que Jos animales sean seres sensibles, dotados todos, sin exeepcién, del poder de producte los actor voluntad, ¥ cousecuentemonts de la tacultad do moverse voluntariamento, la defaicién que he dado hasta el presente do loa animales para dlstin. Guirlos de Ios vegetales os completamente incon- ‘voniente. Por lo Lunto, ya ho propuesto sustituirla por la siguiente, como mas eonforme eon la verdad Yy mis propia para caracterizar los seres que com: onon ambos reinoa vivientes. DEFINIGION Dz LOS ANIMALES ‘Los animales eon cuerpos organizados vivien- tes, dotudos do partes en todo tlempo irritables, digirieudo cast todos los alimentos de que se nu: ‘tren y moviéndose los unos & consecueneta de la ‘yoluntad y los otros por el indujo do st irritabili- dad exeitida, DEFINICION DE LOS VRGETALES ‘Loa vegotales son cuerpos organizados vivien- tes, uunea irritables en ous partes, no digiriendo do bingin modo y ue moviéndose ni por yoluntad ni por irritabilldad. Sogiin estas definicfones, mucho més fandadas ¥ me exactas quo las usadas haata hoy, se ve que {os animales se distinguen claramente de los vege. a JUAN tasance tales por Ja trrltabilidad que_poseen todas ous partes @ algunas de ellas 7 por los movistentor {ue puoden progucir en enfan partes que se excl: tan mereed’ & au frritailldad, por caueas exte- “orrrdudablemente, ¢0 harla mal en admit estas iaeas solo por a1 simple exposiotn. Pero plonso tue tole legtor sin preveneionon que tomo eh eon. Aideraelon fos hechos que habra de. expaner en el Curso de eata obra y mis obsorvacioncs acerea do silos, uo podré menos de eoncaderie ‘a preferencia Sobre las antiguas, porgue estan son contraria eD bsolute & todo lo que a8 obeerva. "Terminemoe ena perapectivas generale sobr® Jos anitnales cou dos coosideracionen bastants co Hosas, Una de ellas concieme & la. extroma mul Tiplciaad, de los aaimalen ex ln superacie do la terra y en el sono de laa aguas que em ela. 20 oo- Gisntian. Lacie mueara fos teioe gue la Nats. falozaecplea para que au ‘nimero, sin embargo, ho periudigue suvea' la conservaetén do lo que is Edo protuco yal orden general que debe sub- fiat " Entre los dos reinos do los cuerpos viviente: el que cowprende ioe animales pareee mucho fieb y maa variado que lotro, yes al propio Eompo elque ofzece, en Ios produston de ta orga nizasibn, foe ke adintenblos fenémenoe. La verta, neu superieto, el sono. de laa aguaa yon clerts thode el ze mist, estén poblados de wba mull fad iofinita de aniioate dferentes, coves razas rerultan de tal manera diverigeadas y numerosts, Que verosnilmente ana gran parto do elles esta” Yard slompre & nuesttas indagactones, Hay tanto Tnayor motiee para. penear esto ‘venta que Is tnoraie exteusén de lag aguas, au profundigad om Puoeorla sooLtarca, 8 muchos recintos y 1a prodigiosa fecundidad de la Naturaleza en las més pequefias especies, const! tuirdn en todo tiempo un obstaculo cast invenelble Para el avanee de nuestros conocimientos 4 este Tespecto. Una sola clase do los animales sin vértebras, por ejemplo la de los insectos, equivale, por el ni” mero y la diveraidad de los objotos que comprende, al reiuo vegetal entero. La do los pélipos ea vero” aimilmente més numerosa todavia, Luego nunca se podré llegar & conocer la totalidad do. loa ani- males que forman parte do ella. Por cousecueneia de Ia extrema multiplicacién do las poquelius ospecies, y eapectalmeuto de los animales més imperfectoa, 1a multitud de los indi- ‘viduos podia perjudicar & la conservacin de las Tazas, 4 la de los progresos adquiridos en el per- feceiouamiento de la organizaclén, en una pala- bra, al orden general, si la Naturaleza no hublera tomado precauciones para restringir esta multipli eacién en limites que no puede franquear nunca. Los animales se devoran unos 4 otros, excepto los que sélo viven de vegetales; pero éstos eatin expuestos 4 ser devorados por los animales earni- eros. Todo el mundo sabo quo loa mas tuertes y mejor armados son los quo comen & los mda débiles ¥ que las grandes especies devoran A las pequofias. No obstante, los individuos de una misma raza ra. Tameute ae comen unos & otros, puesto que hacen a guerra & los de otras razat La multiplicacién de las pequetias especies de animales 06 tan considerable, quo ollas arian el globo inhabitable para las demas, sf la Naturaloza ho hubiese opuesto un término & tal multiplies: cién, Pero como sirven do presa & una multitud de otros auimales, y como la duracién de eu vida es a say Lavan muy limitada, su cantidad se mantiens siempre en. justas proporciones para la conservacién de Tazas, Cuanto 4 los animales maa grandes y mas fuertes, go encontrarian en el caso de resultar do. minantes y do perjadiear & la conservacién de otras, ‘muchas razas, al pudiesen multiplicarso on grandes propereiones, Pero aus razas se dovoran entre al y 6lo so multipliean oon lentitud y en corto nimero, Yello conserva & au respecto la especie do equill: dela que dobo oxistir. ‘Por Gltimo, s6lo el hombre separadamente de todo Jo que os particulur 4 él, pareee poder multi- plioarse Indefinidamento, porquo eu inteligencia y Sas medioa le colocan. al abrigo de ver su expan- sién limitada por la voracidad de ninguno de los animales. Bjeree sobre ellos uoa supremactia tal, {que es capaz de aniquilar & las razas més fuertes Y més grandes de animales, y restriuge dari individuos. To ha dado pasiones nume: rosas que, desarrollindose, desgraciadamente, en tu inteligenela, ofrecen por ello un gran obsticulo ‘la multiplioncién de los individuos do su especie, pues parece quo ol hombre se haya encargado por ‘Si mismo de redueir sin cesar el numero de seme Jantes suyos, Nunca, pues, la tierra estaré cubierta do Ja poblacién que’ podria allmentar. Sus partes principales habitables jards habrin de estar mas Quo medicremente pobladas, aunque el tiempo para Informacion de semejantes alternativas ro- fulée para nosotros inconmensurable, ‘sl, por tan eabias precaueiones, todo se con: eerva éu ol orden cstablecido. Los’ cambios y las renovaciones perpetias que se obaervan en 6 etn mantonides en mites quo bo podrdn sor traspasa~ dos, Las razas de los euerpoa vivientes subsiston Pivosorta zootbatoa 8 todas, & pesar do sua variaciones, Los progreses adquiridos en el porfeecionamiento dela organiza cidn noe pierden. Todo lo que parece desorden, inversiéu, anomalis, entra sin cesar en e] orden mismo y basta coneurre & él. Por todas partes y jiempre Ja voluntad del sublime Autor de la Natu- raleza y do todo lo que existe resulta invariable. mente ojecutada. Ahora, antes de ocuparnos eu mostrar la degra~ dacién y a simplificacién que oxisten en la organi- zacién de los animales, procediendo de lo mas ‘complejo 4 lo més simple, segin el uso, examine- ‘mos el estado actual de eu distribucién ¥ de eu cla- sificacién, asi como los prineipios que se han em- pleado para establecerlos. Después de hecho esto nos seri mds técil reconocer las pruebas de la de- gradaciéa de que so trata, caPiTULO V Sobro ol ostado actual do la distribuctén y ‘de Ia clasifioaetén de los animales Bes anti aie Picosorta xoo.éaros a do linens de separacién, trazadas de distancia en distancia en ia serie de los seres, puntos de reposo para nuestra imagioactén, & 6m de que podamos mis fdcilmente reconocer cada raza ya observada, pereibir sus conexiones con loa otros animales co: hocidos y colocar en cada cuadro las nuevas eape- ‘clos que llegaremos & descubrir. Eate medio suplo 4 nuestra debilidad. Facilita nucatros estadios y nuestros conocimientos y au uso resulta para noa- otros de utilidad indispensable, Pero he demoatrado ya-quo es un producto dal arte, y que & pesar de {os aparioncias contrariag, no s¢ eucuentra real- mente on Is Naturateza La justa determinacién de las conexiones entre los objatos fjaré siempre invariablemente en nues- tras distribucioues generales ante todo ol lugar de las grandes masas 6 divisiones primarias, después ol de las masas subordinadas 4 las primeras, y por aaltimo, el de 1as especies 6 razas particularee que habran sido observadas. Pues I ventaja ineatima. dle para la cfeneia del conocimiento de las cone- ‘xiones consiste on quo siendo éatas Ia obra, misma de Ia Naturaleza, ningin naturalista tendré nunea el poder de cambiar ninguna conexién bien cono: ‘elda, La distribucién general llegard 4 eer, por lo tanto, cada vez mAs perfecta, & medida que ‘nues: tro couocimiento de las conexiones resulte més favanzade reepecto de los objotoe que eomponen un ‘No eucede lo propio con ta clasifeacién, es de- clr, con las diferentes lineas de demareacton que nod importa trazar de trecho en trecho en le dis tribucidn general, sea de los animales, sea do los vogotales. ion verdad, en tanto que haya vacios en auestras distribucionés, porque muchos animales 6 vogetales no han sido todavia observados, siempre 8 oan tascanoe encontraremos tales linoas que nos parecen traza- das por la Naturaleza; poro tal ilusion so. disiparé 4 medida que observemos més, pues ya hemos visto ‘borrarse gran nimero do elles por loa nuevoe des. Cubrimientos de los naturaliatas, ‘Dor see, salvo taa lineus do soparacién quo r0- sultan do los vaotos por llenar, aquellas que. nee ‘voamos obligados & eetablecer serdn siempre arbl- Trarias, 9 por esto mismo racilantes, en tanto quo Ion natacalistaa no adopten algin principio do con- veuelén. para. regulars. al formacias. En el reino Animal debemes mirar como un principio de esto género que toda clase debe comprender animaler {que te dlstingan por wn sistema, particular de orga: hizacidn. La estriota ejecuoién do eate principio 68 bastante facil y no presenta mae que ligeros ineon- ‘ventente ‘En efecto, aunque la Naturaleza no paso con brusquedad down sistoma de organizacién & oto, resulla poatble poner liattes entre cada. slams, ues no exiate da que wn corta numero do nate alee colocados cera. de. eatos limites. Las otras Tiness do soparnoién quo eubdividen las clases son rms diffelles de establocer, en general, porque anzan & caractores menos. importantes. Por cata razén resultan ode arbitrarias, ‘Ante de examinar el estado actual de ia clas\- ‘foacidn tratomos de hacer ver quo la distribucién de los cuerpos viviontes debe formar una eerie, al menos en cuanto Ala disposi de ‘una ramideaciéa retioular. ricoKorta 2oouderca 89 LAS CLASS DREN FORMAR UNA SERIE EN LA DISTRIBUGION DIE LOS ANIMALES ‘Como el hombre esta condenado & agotar todos Jos errores posibles antes de reconocer una verdad cuando examina los hechos que #0 relacionan con ella, so ta negudo que lus producciones de 1a Na- turaleza, en cuda relno de los cuerpoa vivientes, estaviese realmente eu el caso de poder formar una, vordadera serio segiin la consideracién de las rela. ciones, y no se ha querido reconocer ninguna esca- Ja en Ia disposicién general, aca de los aulmales, sea de los vegotales. Asi, hablendo observado los naturalisias que muchas eepecies, clertos géneros, ¥ hasta algunas familias, aparecen en una suerte de aislamiento en cuanto '4 sus caracteres, muchos imaginaron que los seres vivientes, en uno t otro reino, 8e aproximaban 6 se alejaban entro al, rela Hivamente & sus coneziones naturales, en una dis posicléu semejante los diferentes puntos de una carta de geografin 6 de un mapamundi, y miran Jas pequelias ‘series bien pronunciadae quo so ha lamado familias naturales aun debiendo estar dis- puestas entre si para formar una reticulacién, Bata fdea, que ha parecido sublime & clortos sabios mo- derios, os evidentemente un error, y sin duda 26 disipar’ cuando se tengan conocimlentoa mas pro- fundos y mis generales dela organizacién, y sobre todo cuando wo distinga lo que pertonece é la in- Aluoneia de las zonas de habitacién y de los habitos coutraidos, de lo que resulta de los progrosos mae 6 menos avanzados eu la composicién 6 ol perfec clouamiento de la organizacién, * sous tawanor Entrotanto, voy & demostrar que dando la Na- turaleza, con ayuda de mucho tiempo, la existen- cla é todos los animales y vegetales, ha formado realmente en cada uno de ambos reinos una ver~ dadera ercala, relativamente 41a composicién cro- lento de la organizacién de estos sores vivientes, Pero que esta ecala, que so trata de reconocer, aproximando los objetos sogin sus conoxiones naturales, no ofrece grados perceptibles mas que en, Jas maaae principales de la serie general, y no en Jas especies, ni siquiera on los géneros. La razéa do esta parlicularidad procede de quo la extrema Giversidad do laa clreunstancias ea las cuales so ‘encuentran Ins diterontes razas de animales y vo- getales no esté de nlngin modo en relacién con la Composicién creciente de la organizaciéu entre ellos, lo que haré ver més adelanto, y que ella hizo nacer en las formas y los caracleres exteriores anomalias y desviaciones quo la composicién cro- ciente e6lo dela organizacién no hubiese podido ocasionar. Se trata do probar que la serio que constituys 1a eacala animal reside esencialmente on la dispo- sicién de las masas principales que la componon y no on la de las especies, ni siqulera siempre en Ja de los géneros. La serie de que acabo de hablar ‘no puede, pues, determinarse més que on la colo- cacién de las masas, porque estas masas, que con tituyen las clases y las grandes familias, compren- don cada uno de los seres cuya organizacion 08 dopendionte de tal sistema particular de érganos esonciales Por e90, cada masa distinta tiene su sistema particular de érganos esenciales, y ellos son los ‘quo van dogradéndose, desde el que presenta la mayor complicacién hasta el més simple, Pero ruosorta sooxdar0. st ‘cada érgano considerado alsladaments no sigue una marcha tan rogalar en sus degradactones; la sigue tanto monos cuanta menor importaneta tiene y més susceptible resulta de ser modifieado por etreunstancl En efecto, los 6rganos de poea importancia & no esenciules para In vida no estén siempre en re- Inciéu los uuos con los otros en eu perfecctona- mionto 6 su degradacién, de suerte que ai se sigue todas Ine especies de una clase, ao verd que tal ‘érgano, en tal especio, goua de au mayor grado de perfeccionamlento, mientras quo tal otro érgano, que en eata misma especie es muy pobre 6 muy: impertecto, resulta muy perfeccionado en otra es- peel ‘atas varinciones irregulares on ol perfecciona. miento y en In degradaclén de los érganoa no esen- ciales, obedecen & que estos érganos estén més ‘sometidos que los otros & las influencias do las clrounstancias oxteriores; estas variaciones arras- tran otras semejantes on el estado de las partes més externas y dan lugar é una diveraidad tan con siderable y tan singular do las especies, que en vex de poder colocarlas, como las masas, én una serie ‘inica, simple y lineal, bajo la forma'de una escala, graduada cou regularidad, estas mismas cepecies forman con frecuencia en torno de las masas de que forma parte ramifleaciones latorales cuyas ex- tremidudes prosentan puntos verdaderamente ais- lados. Es preciso, para modifcar cada elstema interior do organizecién, un concurso de circuns tancias més induyentes y de més larga duraclén que para alterar y cambiar los érgunos oxterlores, ‘Observo, sin embargo, que cuando las olroune tancias lo exigen, 1a Naturaieza pasa de un slate- ma & otro sin sallar, con tal que ambos sistemas 2 wast taxanor sean préximos. Por esta facultad es por lo que ella hha conseguido formar 4 todoa los sistemas eucesi- Yamento, procediendo de los méa slmples Jos més complojos. ‘Los sistemas de organizacién que admiten como ‘organo de la respiracién pulmones verdadoros, con mis préximos de los sistemas que admiten bran- quias que los que oxigen triqueas; asi, no sola mente la Naturaleza pasa do las branguias & los pulmones en laa clases y eu las familias proximas, como lo indica la consideracién de los peces y do Joe roptiles, sino quo pasa también durante Ja o: tencia do un mismo individuo, que goza suecst mente de uno y de otro sistema, Se sabe que la ana, en el estado imperfecto de renacuajo, re por Branguias, mientras que en su estado mas per- 0 de ran respira por pulmones. No se ve on ninguna parte do la Nataraleza pasar dol de las tréqueas al pulmonar. Luego resulta verdadero afirmar que existe para cada reino do los cuerpos vivientes una serie nica y graduada on Ia disposieién do las masas, de conformidad cou la composieién erecients de 1a, organizacién y arregio de 1os objetos segin la cou- sideracién de las conexiones, y que esta serie, sen en el reino animal, sea en el vegetal, debe ofrecer en su extremidad’ anterior los cuerpos vivientes més simples y menos organizados y terminar por os mAs porfectos en organizacién y en facultades. ‘Tal parece ser el verdadero orden de la Natura: Jeza, y tal es, efectivamente, ol que la observacién ‘mée'atonta y'un estudio de todos los rasgos quo earacterizad eu marcha nog ofrocen sin duda. ‘Deado que en nueatraa distribuciones de las pro- dueciones de ia Naturaleza hemos experimentado Ja nocesidad de tomar en cuenta las conoxionea, riuosorta z00tar04 98 no somos ya dueflos de disponer la sorie general como nos plazes, y el conocimiento que adquiri- moa de dja en dia’ do la marcha do la Naturaleza nos fuera y nod urrastra & conformaraos con st. orden, Ei primer resultado obtenido por el empleo de Jas couexiones en In colocacién do lus masas para formar una distribueidn general oa que las dos ex: tromidades del orden deben ofrecer lot desorasjantes, porque son loa méa alejadot fe sigue que Si una do Ins oxtremidades del orden ‘proacnta los euerpos viviontos mas perfectos, aqu los cuya organizacién es mAs compuesta, ta otra ‘oxtremidad del momo orden deberd aecesariamen- ‘te otrecor loe cuerpos vivientes més Imperteetos, e8 decir, aquellos cuya organizacién es mas simple. Hi la disposiclén general de los vegetales coud. cidos, segin ol método natural, esto es, sogin la consideracién do las conexiones, no ae conoee to- dayia de una manera s6lida mas que una. de las extromidades del orden y ae sabe que la criptoga- mia debe oncontrarse en eate extremo, Sila otra extromidad no esté determinada con Ia misma cer tidumbre, ello procede do que nuestros conovimien: tos de la drganizaciOn do los vegetales eetin menos ayauzados que los que tenemos sobro la organiza~ cid do un gran nimero de vogctalea conocidos. ‘Asi resulla que reapecto do los vegetales aun no tenemos un gula cierto para fijar las conexiones entre las gratides mnasas, como lo tenemos para re conocer que se encuentran entre los géneros para forms las fountliaa, ‘No habiéudoso encontrado In mlema difeultad respecto de loa animales, las dos exiremidades de au serie estan fijadas de una manera defiuitiva, porque en tanto como nos atongamos al imétodo % 700s aMaKoR natural, los maméferos ccuparén necosariamente una de {as extremidades del orden, mientras que oa infusorios babrén de estar colocados en La otra, ‘Hay, pues, para los animales como para los vego- tales un orden quo porteneco 4 la Naturaleza y que resulta de los medion que ha recibido del su- premo Autor de todas Ino cosas. La Naturaleza no es en ai misma mas que el orden general & inmuta- ble que él ba creado on todo. late orden que so trataba de llegar A reconocer en cada reino de los ‘cuerpos vivientes, vamos & ver que en rolacién al animal esté ya determinado, en au conjunto, de ‘manera quo no deja lugar 4 lo arbitrario. ‘Pues Ia gran eantidad de apimales que hemos conseguido conocer y las Iuees que la anatomia comparada ha arrojado sobre su orgunizneién, nos Gan ya los medios de determinar de un modo defl- nitive la distribuctén general de todos los animales. ‘eonocidos y loa do asignar el rango positivo de las, prineipales divisiones que es posible establocer en. Ja serie quo ellos constituyen, He aqui lo que im- porta reconocer y lo que serA dificil negar. Pa. Semos ahora ai examen del estado actual de ln, distribueién general de lon animales y de su clasi- fieacion. HSTADO AGTUAL DE LA DISTRIBUCION Y DE LA ‘GLASITICAGION DE LOS ANDIALES Como al fin y los principiog, sea do In distribu- ‘efén general do loo cuorpos vivientes, sea de eu elasificacién, ne fueron pereibides cuando las gen- tea ge ocuparon de estos objetos, Ios trabajos de loa naturalistas se resintioron largo tiempo de esta im- perfecoién de nucstras ideas, Hn ver de sujetar la ‘Piosoria xooLbara 9% clasifieactén que bay necosidad de hacer en cada. reino de los cuerpos vivientes & una distribuelén que nada debiera contrariar, edlo se pened en Clasificar cémodamente loa objetos, y por ello st distribueién fué sometida 4 lo arbitrarlo, Las co- nexiones, por ejemplo, entre lus grandes masua, reoultando muy ditictles de pereibir entro los vege tales, se ctpled mucho tiempo en boténica loa ala- temas artifclales, que ofrecfun la tactlidad de bacer clasificacioues e6modas, fundadas sobro prineipios arbitrarios, y cuda autor componia la suya sogin ‘u fantasia. Por eto lu distribucién que habla noco- sidad de establecer entro los vegetales, aquella, en una palabra, que pertenecs al métodd natural, fu6 entonces sucrifieada siempre. Hasta despues que se conoclé la importancia do Ins partes de la fractificacién, no comenzd 4 entrar por el vorda- dero camino Ia distribucién general de loa vege- tales. Come no sucede lo mismo respecto de los auimales, aiendo mejor conocidas sus conexiones, estas inatas fueron reconocidas desde el principio do Ia historia natural, Aristételes dividié prima riamente los avimales en dus divisiones principa- Jes, 6 segin éi, dos clases, & saber L* Animales con sangre: Cuadriipedos viviparos; Cuadripedos oviparos; Peces; Aves 2." Animales privados de sangre: Moluseos Cruaticeos; ‘Testéceos; Tasectos. % san uascanox ‘ata divisién primaria de los animales en dos grandes divisiones era bastante buena; pero el ca- racter empleado por Aristételes af formaria era ‘malo, Dicho filésofo daba el nombre de sangre al Aluide principal de los animales, euyo color es rojo, y suponiendo que los animales que coloca en ett Segunda clase no poselan todos olios mas que fui dos biancos 4 blancuzeoe, los consideré deede luego ‘como privados de sangre. ‘Tal {a8 aparontemento el primer bosquefo de tuna clasifieacién de los animales; por lo menos es la més antigua que baya Megado hasta nosotros, Pues esta clasifieacién ofrecs también el primer ejemplo de una distribucién en sentide inverso del orden de la Naturaieza, puesto que se encuentra, en ella una progresién, aunquo muy imperfecta, de lo mAs compuesto f lo més simple. En general, desde tal época se ha seguido esta fala direceién, respecto de la distribucién de los animales. Elio hha rotardado evidentemente nuestros conocimien- tos relatives & la marcha do la Naturaleza, Algunos naturalistas modernos ereyeron por- feceionar la distineién de Aristételes, dando & los animales de su primera diviaién el nombre de ani- males de sangre roja y a loa de la segunda el de animales de sangre blanca. Todo el mundo sabe en In actualidad eaén defectuoso resulta tat earactor, puesto que hay animales Invertebrados (muchos ‘anélidos) quo toon la aangee roja, Sogiin mi opinién, los utdos exenciales & los animaies cesan de morecer el nombre de sangre cuando no circulan ya en los vasos arteriales 6 venosos. Estos dluldoa resultan entonces tan de- gradados, tan poeo compucatos 6 tan Imperfectos en la combinacién do sus prineipios, que ce haria mal en asimflar ov naturaloza 4 la de Loa fluidos ‘osorta sooxeaioa Co que sufren una verdadera clreulacién, Pues eon- coder sangre 4 un radiado 6 4 un pélipo, equival- ria & eoncedéraelo & una planta, Para evitur todo equivoco 6 61 empleo de nin- guna consideracin bipotética, on mi primer etrso dado en cl Museo ea la primavera de 1794 (Afto IT de la Repibliea), dividt 1a totalidad de los anima: les en dos divisiones perfectamente distintas, saber: Hice observar & mie alumnos que la columna ver tedral indica, en Jos animales que estén provistos de ella, Ia posesién de un esqueloto més 6 menos perfecelonado, y un plan de organizaciéa que os Folativo 4 ella, mientras que su caroncla en los otros animales ho eélo los distinguo claramente de los primeros, sino que anuncia que los planes do organizacién sobre los cuales estén formados son todos muy diferentes del de los animales verte- brados. Desde Aristételes hasta Linneo, nada impor- tante as ofrecié con relacién & la distribuelén ge- neral de los animales; pero en ol siglo XVIII na- turalistas del mayor mérito realizaron ua gran niimero de observaciones particulares sobre loa animales, y principalmente sobre muchos anim: les inyertebrados. Unos nos hicieron conocer au anatom{a con mas 6 menos extensién, y los otr nos dieron una historia exacta y deiallada do las metamorfosis y de los hébitos do un gran numero de estos animales. Por ultimo, Linneo, hombre de un genio superior, y uno dé loa mas grandes naturalistas conocidos, después do haber Teuntdo los hechos y haberuos ensofiado & poner tuna gran exactitud’en la doterminacién de los ca- 98 JOAN Lanance ractores do todos los drdenes, nos ofrocié para los animales la distribuciéa siguiente, colocéndolos en sola clases, subordinadas A tres grados 6 caractores de organizactén: Distrtbuelén do Toe animales establosida por Lianeo Cosme Pann oxap0 1. Los mamifervs. ) 3) eoraxén tione dos veutzloulon; Ie oe ‘sangre ev raja y caliente. Seavupo onano TI. Loe anfbios. ‘El corsa tiene un, ventloul; la WV. Lot pases = a Loe insta, VL Los gusanos. Excopto la invorsién que prosonta osta distri- dueidn como todas las demés, las cuatro. primeras divisiones que ofreco eatin ya Ajadas definitiva- mente y obtendrin, en lo sucesivo, ol asentimtento do los zo6logoe. Pore no sucade lo propio on las dos ‘iltimas. Ambas son malas y muy mal dispuesti Como comprenden el mayor nimero de animales conocidos y mas diveraificados en sus caracteres, debieran ser numerosas. Hubo, pues, necesidad dé reformarlas y de suatituirlas con otra Linneo, como acaba do verso, y los naturalistas quo le han seguido, prestaron tan poea ateneién & In nocesidad do multiplicar las divisionos entro los animales invertebrados, on los cuales los caracte- res y la organizacién ofrocen la mayor diversidad, rrcosorla 200uaiee ° que sélo ban distinguido en ellos dos clases, & saber: insecios y gusanos, De suerte que todo ser que no cra considerado como insecto 20 colocaba sin excepeién en Ia clase de los. gusanos, Ademas, ponian Ia claso de los Insectos después de la de los pecea y Ia de los gusanoa después de la de los in Sectos, Los gusanos formaban, por lo tanto, segan. In distribucién de Linneo, Ia ditima clase del reino animal ‘Ambas clases todavia se encuentran expuet ‘segin este orden, en todas las ediciones del ma Natura, publicadas posteriormento al ilustro paturalista sueco. Y aunque el vieio eaenclal do esta diatribuciéa, relativamente al orden natural de Jos animales, sea indudable, y no ge pueda me- nos de reconocer que la clase de los gusanos de Linneo resulta un caos en el cual se encuentran reunidos los objetos més dispares, la autoridad do este sabio era tan grande, que uadie osaba camblar tal clasifcactén, Con ol propdsito de operar alguna reforma atil A este respecto, presenté en mia primeros cursos la distribuciéa eiguiente para lor animales sin vérte- bras, que dividl, no en dos clases, sino on cinco, en eate orden: 1.2 Los moluscos. ‘Los equinodermos, .° Los péli Bata eltsee eo componian entonees do algunos do tos Srdenes que Bragniére habla presentado en su distribuoton de loa gusanos, pero euya. disposi. tlén no adoptaba yo, y'do la clase do los tnacctos fal como las olreunceribia Linneo, No obstante, hacta Ia tltad aol aflo I (1796), 10 JOAN LMcAROE Ia ogada do M. Cuvier & Paris, despertando la atencién de los zo6logos aobre la organizacién de os antmalea, me mostré oon mucha satistaccién, por las praebas docisivas que él dié de la preemt- nencia que habla necesidad do otorgar 4 los mo- luseos aobre los inaectos con relacién al rango que eatos animales debian ovupar en la serio general, cosa que ya habia ejecutado yo en mis lecctonea, ‘pero que ho babian visto oon agrado muchos natu: ralistas tranceses El cambio que habla realizado 4 esto respecto, Jo consolidé Cuvier por la exposicién de muchos hhechos positives, algunos de los cuales eran cono- eidos ya, pero no hablan despertado ol interés do las gentes. Aprovechando en seguida Ins luces quo cate sablo proyecté sobre todas las partes de 1a z00l0- gia, y particularmente sobre los animales bras, quo 61 designabs con el nombre do con sangre blanca, afladi eucosivamente nuevas clases 4 mi distribuetén. Fut el primero en las, pero como va & verse, aquellas do ex qué se hen adoptado lo fueron muy tardiamen Por do pronto, camblé In denominactén do mi clase de los equidodermos en Ia de los radindos, & fin de reunir en ella las medusas y loo géneros que estén préximos 4 estos seree. Esta clase, & pesar de ou utilidad, todavia no ha sido adoptada por los naturalistas. En mi curso del atlo VII (1799) establect 1a clase do los crustdceos, Entonees M. Cuvier, en si Guadro de lor animales, comprendia ain los crus- ticeos entre los ingeotag, Y aunquo esta claso soa esencialmente distinta, los naturalistas se reaistio- ron gels 6 aleto afloa 4 adoptarla, Al allo siguiente, es decir, en mi curso del Puososte 200vdaion 10. ao VIII (1800), prosenté los ardonidos como una slate particular, Thell y neeeaaria. do. ditingulr. Ln uaturaloza. de sus Garactores eonetitla desde entonces una indieaelén elerta. de. une organiza: lon particular do estas animales, porque es impo- sible ‘que uns organizasion perioetamente setae: Jante 2 lee ingeotos, quo autre todos metamortosis, Y'no tienen més Que dos aatonay y sels pate riculadas, puedan’ dar’ lugar 4 eeres que kote tetatzorfosean nones ¥ que otvecen, adomAs, d ferouten caructoren quc los datiuguen de los tnses- toa, Una parte do cota verdad ha aldo. confirmada Gespuée por Ia observacién, Sia embargo, la clase doloe arteoldos todavia no ba parecido' mls que on tie obras. Habiondo desoublerto M Cuvier 1a existencia de vatos arteries y do. vance veuceoe en diferen ten animales que #0 contundia, bajo el nombre do Gusauos, cou otros seres muy diterentemonte orga Slzadoa, empleé deado luego este, hecho para per- focclonar mt clasifeacién. Tu ml ourao del ano (2802), catablect Ia clase de los anslidon, clase que ube do colocar dospuss do los moluseos y ante do los erusticeos, cotno exige eu reconocida orga: ‘Al dar un nombre particular esta nueva clase, pudo cobeervar el anfiguo de guanies para anima: Jes que fo ban levado slempre, y cuya organiza. clén ora ditinta do low anbiidoa. Continus, pues, Solacando los gusnnoe despube do lon insects, diatlnguléndoles dolor radiadoey dels pélipe, eon Jon ctales nunea podran ser rexnidon, Ml clase de Joa anélides, pablteada ep ale Tndagacionce sobre 20s cnerpos bbdenten,eatavo muchos aos sla, ser aduutida por foe naturale, Sin embargo, hace ya algonse aoe so comlonza A reconoeet esta 102 oan tamanoe clase, reuniéndola con Ia clase de los pélipos. Hatos cojemplos de perfeccionamientos, establecidos ante todo en las partes do una clasificacién, rochazados por otros y restabloeidos después por ia necesidad la fuerza de las cosas, no son raroa on las ofen- ias naturales. En efecto, Linneo habla reunido muchos géno- ros de plantas que Tournefort habia antes separa do, como se ve en aus géneros polygonun, mimosa, Gusticia convallavia y “muchas otras. Y ‘ahora los hhaturalistas restablecen los géueros que Linneo habia destruido. En suma, el aflo iltimo be eatablecido entre Jos animales’ sin vértobras una nuova y décima clase, la de lon intusorios, porque después do ua examon suficionte do los caractores de estos aui- males imperfectos, adquiri el convencimionto de quo habla hecho mal en colocarlos entre los. poli os. Por eso, fijandome en los progrosos rApidos do a anatomia'comparada, inatitui sucestvamente las diferentes clases quo componen en la actualidad mi distribuct6n de los animales sin vértebras, Estas ‘lages, en nimero do diez, son las siguientes: OLASES DE LOS ANIMALES SiN VdRTEERAS Los moluscos. Los ofrripedos, Los anélidot Loa erustéecos, Los ardenidos. Los insovtos. Los gusanos. Los radiad roorta xooxoaro. 108, Los pélipos, ‘Loa infusorios. Haré ver, exponiendo cada una do estas cla- see, que constituyen divisiones necesarias, porque eatin fundadus sobre Ia consideracién de ta orga. nizacién: y quo, aun cuando so eneuentren en ta vecindad ‘de aus limites razas en elerto modo in- termediag, entre doa clases, estas divisiones pre- sontan todo lo que el arte puede producir de més eonveniento en oste géncro. So vo que uiladiendo & eutas diez clases quo di- viden los animales iavertebrados las cuatro clases recouocidas y determinadas por Linueo entre loa ‘animales vertebrado: a clasifica- ei6n de todos los anim: jaa oatorce clases que siguen, ¥ que voy 4 presentar en un or- don contrario al de la Naturaleza, Los mamiteros. . Las aves. 5: Los reptiles. Los peces, Animales vertebrados, Los moluseos. . Los elrr{pedos. Los anélidos. ; Los erusticeos. Los ardenidos, | Animales invertebrados, | 10, Loa insectos, LL. Los gusanos, 12) Loe radiado: 38. Los péltpos. 14. Los infusorios, ‘Tal es el estado actual de la distribucién gene- 108 ax vananoe ral de los animates, y tal es atin el de las clasee que fueron establecidas entre ello Se trata ya de examinar una cuestién muy im- portante que nunca ha sido profundizada ni dic cutida, y cuya solucién, no obstante, os necesaria, Hela aqui: gTodas las clases quo dividen el reino animal, formando necesarlamente una serie de masas se: gin la composicién ereciente ¢ deerecionte de la organizacién, ae debe, on Ie diaposicién de esta serie, proceder de lo més compuceto & lo mas sim ple 6 inversamente? ‘Trataremos de eolucionar este problema en ol capltulo VIII de esta parte; pero antes conviene examinar un hecho muy notable, muy digno de nuestra ateneién, hecho que puede condueirnos 4 pereibir la marcha que ha seguido la Naturaleza al dar & sus diversas producciones Ia oxietencia de quo gozan. Mo rofero A esta degradacién sing lar que so encuentra en la organizacién, si ae reco- rrela serie natural de los animales, partiendo do los més perfectos 6 de los més compuestos, para dirigirse hacia los més simples y los mde imper- feotos, Aunque esta degradacién no puede ser presen- tada en todos sus matices, oxiste en Jas masas prin- cipales con tal evidencia y con constaneia tan eos- tenida, hasta en las variseiones de au mareha, que ella depends indudablemente do alguna ley gen ral que nos importa doseubrir, y por congecuencis. indagar. CaPiTULO V1 Dogradaclén y simplifeacién de la organt- zocién de un oxtromo 4 otro dela cadena animal, procedionde de 1o mas complejo a. Jo mds simple, Entre las consideraciones que interosan 4 Ia Mlosofta zooldgice, una de las més importantes os ‘aguolla que conolerne & la degradacién y 4 la sim- plicacién que se obsefva wn la organizacién do os animales, recorriendo de un extremo 4 otro la cadena de los serea, desde los més perfeotoa hasta Tos que resultan mda simplemente organtzadot Pues se trata do saber sl eate hecho realmente comprobado. En tal caso nos mucho respecto del plin quo ba seguido la Natura eza, poniéndonos sobre ol camino de descubrir muchas de eus leyes que importa conocer, Me pro- pongo probar que el hecho de que se trata ea poal tivo, y que es ol producto de una ley constante do Ia Naturaleza quo obra siempre con unitormidad; pero quo una causa particular, theil de reconocer, hace variar acé y all, en toda la extenaién de la ‘cudena de loa seres, la rogularidad de los resulta dos que esta ley debia producir. Por de pronto, nos vemos obligades & reconover que Ia serle gene: ral de los animales, distriboides de conformidad eon sus conexiones naturales, prosenta una serie 108 04m taeanoe do masas partioulares, resultantes de Ios diferentes sistemas do organizacién empleados por la Natura- ena, y que ostas masae, distribuidas segin la com: posieldn decrecioute de la organizucién, forman ‘una verdadera cadens, ‘En seguida observamos que, salvo las anoma Mas, oaya causa doterminaremos, reloa, de un ox tremo 4 otro de esta cadena, una degradacién sor: prondente en la organizacién de los animales quo Ta componen y una disminucién proporcionada en ‘el nimero de las fecultades de estos animales. Do fuerte que si on una de las oxtremidades de Ia dena de que se trata, ao eneuentran los mis per- Feotos de los aeres, £0 vo necesariamento on Ia otra cextreroidad los més simples y los mAs imperfectos, Por iiltimo, uno ge convence por eate examen de que todos loa érganos especiales eo simplifican pro- a een clas, ge alteran, se em: pobrecen y se atontan poco & poco, hasta que plerden su concentracién local, si ellos resultan do primera importancia, y que acaban por antqu‘larse ‘completa y deGnitivamente antes de haber alean: zado la extromidad opueata de la eadena. ‘Ala verdad, la degradacton do que hablo no es siempre matizada nt regalar on eu progresién. Con Trecuoueia tal érgano falta 6 cambla sibitamente, y en aus cambios adqulere algunas veces formas Bingulares que no a6 ligan con ninguna otra por gradoa perceptibles. ¥ con frecuencia aun tal ér- Gano desaparece y reaparece muchas veces antes do aniquilarse por completo, Pero so va A advertir ne ello no ha podido realizarse de otro modo; que ta causa que compone progresivamente la organi zacién debié experimontar diversas desviaciones fen aua productos, porque estos productos estin con. Treeuencia en ei caso de ser cambiadoa por wua, soovsaice or causa extrafia que obra sobro ellos con poderosa eficacia. ¥ no obstante, so vera quo la degradacion fe quo ae trata no es ‘menos roul y progroaiva en tories los casos donde ha podido serio. Sin causa quo tlende sia cesar & componer La orgunizacion tueao la Guica que tuviera influencta sobre Ie forma y los Srganos do los. animales, la Composicidn eretiento do la organizacién estaria, fn progresién muy regular por todas. partes, Paro no hay nada do cato, In Naturaleza so encuentra obligada & somotor sus operaciones 4 las influen clas do las clrounstancias que obran sobre ellas, ¥ en todas partes ostae circunstanclas hacen variar Tos productos, He ugul le causa particular que oca siova act y ailé, en ol cureo do la dogradacion que ‘vamos 4 comprobar, las desviaciones muchas veces, ingélitae que tos ofeecen on au progresién. ‘Tratemos de poner de relieve la degradacién progresiva de la organizactOn de los animales y 1a ‘cauat de las anomalias que la. progresién de dogradacién oxperimenta en el curto de la de los animales. Eo evidento quo al 1a Naturaleza no hublese dado la existoncia mas que A sores acuditioos, y que ai ellos hubioran vivido eu el mismo clima, 1a tnisma clase do agua, la misma profundidad, efcé- tern, otc, en tal eaeo, sin duda, se habria hallado en i orgdulzacién de estos animales una gradacion regular y basta matizada, Poro In Naturaloza no fiono au poder eneerrado on somejantes limite ‘Anto todo eo prociao observar que en las aguas rmlsmas las elrounstancias eon diversas. Las aguas dulees, 14s marinas, las estancadas, las corrientes, Jaz de fos climas célidos, las de Ias regiones trias, fen summa, Ine que tienen poca profundidad 6 mucha, ofrecen ‘otras tantae elreunstancias particulares 108 oan taManox quo obran de modo muy distinto sobre los anima- Tes que habiten on collas, Puce grado igual do compostctén orgénica, las razas do. animales quo Se ban encontrado expuostns on cada uva de catas elrcunstancias sufrieron las infuenoias partioula- ree y fueron por ello divereidead Bo sogundo lugar, después de haber producldo los animoales acudtiegs do todos fon rangos y do he Derlos singvlarmento variado, con ayuds de las diferentes circonstencias que’ las aguas. pueden ofrecer, aquellos que la, Naturaloza ha llevado poco 4 poco & vivir en ol aire, por de pronto sobre el borde de lao aguas, despuse sobre todas las partes s9cas del globo, s6'encontraron con el tiompo on clreunstancias tan diferentes de los primoros, que In gradacién natural que debieran ofrecer en Ia composicién do su organizacién resulté singular- monte alterada, Do suerte quo ya no eo casi pe ceptible on muchos reointos. Hatas eonsideraciones, que he examinado durante largo tiempo y quo Dabré do eetablocer sobre pruchas posltivas, me dan ocasién. de. prosentar el principio sooldgice gulento, cuyo fondamento me parece indiscutibl ‘La prograsién en la composicién de la organiza- cidn sifre acd y alld, en-ta serie. general de loo Seray anomalies operas or ta inluencia de las cirenatancias de habitactn y por Ia de los habitos ‘contratdos, atamos autorizados por 1a consideractén de ‘estas anomaliaa nara rochazar 1a progresién ev Gente que existe on la composicién de la organiza- cidn de Jos animales y para negarnos & reconocer Ja march que sigue la Naturaleza on la produc- ibn do los cuerpoe vivien te, No obstante, 6 posar de ias desviaciones apa~ entes que acabo de indiear, el plan goneral de la muouorta 200.da1oa 109 ‘Naturaleza y wu marcha uniforme en sus operacto- nes, aunque variando hasta el infiuito sus medios, reaultan todavia muy fAeiles do distinguir. Para, Fealizarlo, ea preciso considerar Ia serie general do los animales vonocidos, mirarlos desde ‘en su conjunto y en soguida en sus grandes mi Con ello 86 observara la prueba menos equivoca, do la graduct6n que ha seguido en 1a composicién do la organizaciéa, graducién que las anomaliaa 0 quo acabo do hablar no autorizan nunca & dee conocer. Por ultimo, so observaré quo en toda ‘partes doudo no han‘obrado cambios extromos de circunstancias se encuentra esta gradacion per- fectamente matizada con divereas poroiones de la serie general, a las cuales hemos dado el nowibro do familias. Esta verdad reaulta aun més sorpron- dente on el estudio que se ha hecho de lo que se Hama especie; porque cuanto mds obser vamos, tanto mia dificiles llegan & ser nuestra distinciones peeiticas, La gradacién en 1a composictén de la organi- zacién de los animales constituiré, pues, un hecho que no se podra negar cuando hayamos dado prue- Yas dotalladas y positivas de lo que acaba de ser expucato. Pues como tomamos Ia serie general de os animals en sentido inverso del orden que ha seguldo la Naturalezs, al hacerlos oxistir sucesl- vamente, osta gradacién se cambla entonces para nosotros’ en uns degradacién chocante que relna de un extromo & otro de la cadena animal, salvo las interrapeiones quo reaultan de los objetos que quodan por descubrir y las quo provienon de las ‘snomalias producidas por las eireunstanciae extre- ‘mas do habitacién, Ahora, para establecor con he- ‘chos positivos el fundamento de In degradacién de Iw organizacién do los animales de un extromo & 0 say sawancx otro do la serie general, arrojemos ante todo una, mirada sobro Ia composigién y el conjunto de esta, serie. Consideremos los hechos que nos presonta y fen seguida pasaremos répidamente revieta 4 las ‘eatorco clases que la dividen primariamente, Examinando la distribucién de los animales tat ‘como la he presentado on ol artioulo procedento, y ‘euyo conjunto es reconocido por todos los zoblogo3, que aélo discuten los limites de oiertas clases, ob: servo un hecho bien evidente, y es el quo sigue: En una de las oxtromidades de la serie so ve & Jos animales més perfectoa do todos, y cuya orga- nizacién es mas compuesta, mientras que en el otro extremo de la misma serie se encuentran los mfa imperfoctos que haya en Ia Naturaleza, aque- los cuya organizacién es la més simplo'y que apenas 80 les considera como dotados de la anima Hdad, Este hooho bien establocido, que nadie puede nogar, resulta 1a primera prueba de la degrada ‘idm que trato de definir. ‘Otro hecho que presenta Ia consideracién gene- yal de los animales, y quo facilita una segunda prueba de la degradacidn quo reina eu au orga nizacién de un extremo 4 otro de su cudena 0s ate: las cuatro primeras clases del reino animal ofrecen en general animales provistos de una co- lumna vortobral, mientras que los animales de todas las otras clases carecen de ella, ‘Todo el mundo sabe quo la columna vertebral es la base esencial del esqueleto, y que éate no ‘puedo existir sin ella, Se sabo también que ol per- feeclonamlento de laa facultades prueba’ ol de los Grganoa que dan lugar 4 cllas. Puos aunque el hombre esté fuera de rango & causa do la extrema superioridad de su intoligencia relativamente 4 sa ‘organizaoién, 61 ofrece con seguridad el tipo del vivosorta zooLdai08 am mayor perfeceionamiento quo la Naturaleza hoya odio aleanzar, Asi, cuanto mAs se aproxima una Srgaulzsctn aoioal la ays, tanto ie pert: ntrando el eaqueleto como parte principal on el plan de organizacion del cuerpo humano, et ovidento que todo animal provieto de an esquelete tiene la organizaclén mae porfeccionada quo ioe aque earscan de él Logo los animales sin vértebras son wis impertectos que los vortebrados; luego Golocande & a eaboza ‘tl reino animal & foo ant. maloo mis perteotos, 1a serio general do ellos pro- Senta uoa dogradacién roal en la organizacid uesto quo después do las cuatro prineraa ol fodas las clases quo siguen resoltan.privadan 0: caquoleta, y tenen, porlo tanto, una ofganizecn menos perloccionada. Pore no ee est0 todo. Bntre los mlsmos verte- brados ee observa todavia In degradacion. do que ao trata; y hasta veremos que tambien ee obwonva fn loa iavertebrados. Por conslguionte, esta do: radaeida es una concecuenela dol Plan ‘coastate Guo slguo la Naturaleza; y al propio tlompo ua Fesultado de que sigamos' ot orden on sentie ine verve. Porque ordon, es dectr, st recorriésemos In worie generat do Joe animales, ascondlendo de los mae impertee. ton & los mia perfectos, en voz de una degradaalon fn Ia organiznelén encontraria nos una compost, cidn erecionte y vorlamos sucesivamento ine fecul- fades animales aumentar en nimero y en perfoe- cionamiento. Puss para probar en todas partes la roalidad do ln degradacign de quo 0 trata, vecorra: Jeon yh con rapido las dteronts claos del rlao ug san uaxanor, Los mamiferos Animales con mamas; con cuatro miembros articu- Taidos y con todos lor érganos de los animales mas perfectos, Tienen pelo sobre algunas partes del cuerpo. Los mamiferoa (mammatia, Lin.) deben eviden- temente encontrarge en una de las extremidades do la serie animal y aer colocados en aquella quo ofrece los animales mée perfootos y los més ricos en organizacién y en facultades, porque inica- mento en ellas ¢0 encuentran los seres que tienen Ia Inteligenoia mAs desarrolla Si el perfecclonamiento de las facultades prue- ba el de los érganos que dan lugar 4 ellus, como ya he dicho, en este caso, todos los animales con mamas, y que sou los tinfeos verdaderamonto vivt- paras, tienon, pues, la organizacién mas perfeccto~ hada, porque se ha reconocido que estos animales poseen mas inteligencia, més facultades y un con- junto de eentides més perfecto quo todos los otros ‘Ademéa, on ollos so balla 1a organizactén que so ‘aproxima més 4 la del hombre. ‘Su organizaciOn presenta un cuerpo sostenido ‘en sus partes por ub esqueleto articulado y més eompleto quo on los vertebrados do las demas clases, La mayor parte tienen cuatro miembros artieulados, dopendientes del esqueloto, y todo euontan coh un diatragma entre el pecho y el ab: domen; un corazén con dos ventriculos y dos aur cculas; la sangre roja y caliente; pulmones Ifbres, uotorta xoo.eaioa us ciroanserites on el pecho y por los cuales toda Ia sangre pasa antes de ser enviada & Ins otras partes del cuerpo. Por iitimo, son los animales vivipares os Gnieos cuyo foto, encerrado en au envoltura, comuniea siempre, sin embargo, oon In madre ¥ 80 osarrolix en lla & oxponsas’de au oubstancia Aun despuée del nacimionto, las orias se nutron durante algia tiempo eon la locke de sus. mamas. ‘Luego resultan los mamiferos quienes deben ccapar el primer rango en ol roino animal bajo ‘ol respecio del perfeccionamionto de la organiza cidn y del mayor ndmero de tacultades (Inda- ‘gaciones sobre tos cuerpos vivientes), puesto quo después do ellos no ee encuentra ya la generacioa positivamente vivipara, ni pulmoues eireunecritos or un diafragma on el pecho, ete., ote, Ea verdad, entr; loa mismos marnlferos os bas- tante diticl distinguir lo que pertenece realment fla degradacién que examinamos de lo que es el producto de las circinstancias de habitacibn, de la Inanora de vivir y de los habitos largo tiempo con- traldos. Sin embargo, se onouentra ata entre ellos huellas de la degradactén general do organizacién, pues algunos cuyos miembros gon propios para asit Jos objetos, resultan suporiores en perteccionamien to & aquellos cuyos miembros s6lo sou propios para marchar. Oonsiderado bajo el aspecto de la orga nizacidn, el hombro ao oneuentra colocado entre 03 primeros, ¥ como es evidente que la organizaciéa do éste, siendo la mas perfecta, debe set conside- rada eoino el tipo segin ol cual hay que juzgar del potteceionamiento 6 de Ia degradacién de lee otras organizuciones animales, ‘Asi, en los maméferos las tres divistones princi- pales que comprenden, annque desigualmonte esta Clase, ofrecen entre sl, como a0 verh en soguida, Ms JAN acne una degradacién notable en Ia organizacion de lop animales que dichae divisiones comprenden. Primera division: low mamiferor wnguiculados, ‘Tienen cuatro miembros, uflas aplastadas 6 pun- tingudas en I extremigaé. do sus dedos-y que no Tag eubron noses, Esio8 lembron son apton, ob eral, para tos, & por Io mouos pare fgarraree ellos, Entro entos‘serea ee. enouentran Jo animales mds perfectos en erganizacion. Segunda division: loa mamiforos unguladoe, Tie- neu cuatro miembros y aus dedos estan envueltos fn st extromidad por una callosidad redonda que fe llama easco. Sus pies no sitven toda quo para correr sobre a tierra, ¥-n0 podrian sor wtilizades sea pare trepar sobre lve brboles, een para asir ninguna prose, sea para atacar y deogarrar 4 los ofrot animales. Batoe animales no #0" allmontan inde quo de Tinlerian vegetales, reera diviaidn: lot mamiforos erongulados No tienen més que dos tlembroa, y estos membros ton muy cartes. Sus dedos, eubierton por Ja piel, to tenn uflas af eallondad, Resoltan entre todos Jos maoiferos los menos perisecionades on organi zacién. Tragan sin masticar y viven habitualmon teen el agua, pero vienen & fespirar el alro en a fuperiile: Se 1eeba'dado el nombre de celdeene ‘Aunque lon antbice bablten también en las agaas, de donde salen para arrastrarse do vex en uando por la sibera, pertenecen realmvento 4 la primero diviaida on el’etden batural, y no dla que Eomprende io eetheeon. : Deade abora a0 ve que bay nocesidad do ditin- guir la degradaciin de la organizacién qu pro- ‘lene de lo in flueneia de las zonan de babitasion de los babitos contraldos, do la que resulta de. ioe pYogretos menos avanzudos on el perTecslonassien- Puosorla sooréaros us to 6 1a compoticién do In organizacién. Asi, & esto respecto, no es preciso descender mde que con re- serva eh las consideraciones de detalle; porque, como haré ver, los medics en que viven habitual mente los animales, las zonas particulares de habitacién, lo habites impuestos por lag elreuns: tancias, Ine maneras de vivir, ete., tentendo un gran poder para modificar los’ érganos, se podria atribulr & Ja degradacién que consideramos las formas do partes que eon realmente debidas A otras causas. Reaulta evidente, por ejemplo, que los anfibico ¥ los eetéccos, viviends habitualmente en un me- ‘to deuso, en el cual los miembros bien desarrolla: dos no babrian hecho mds que dificultar sus movi mientos, sélo deben tener miembros muy cortot que cl eblo producto de Ia influencia de las aguas, que perjudicaria 4 les movimientos de mlembrou muy slargados, debié conotituirios en la forma en. que estan, y que cousecuentemento estos animalea deben eu forma general 4 las influenciae del medio en el cual ubitsn. Pero con relacién d la degra- dacién que tratamos do reconocer en los miemon mamiferoa, los anfibios deben ser alejados de loo cetdceos, porque eu organizacién ex mucho menos degradada en sus partes csenciales y exige que so Jos aproxime al orden de los manfferos unguieu- Jados, mievtras que los cetéceos deben formar el Ultimo orden de la clase, eiendo los mae imper- Ieotos, ‘Vamos & pasar 4 las aves: pero antes debo hacer notar que entre los mamiteros y ellag no hay matiz; gue existe un vaelo por lear, y que sin duda la Naturaleza ha producido animales que casi Jiena- ten este vacio y que debleran formar una clase particular, caso de que no puedan ser comprend- us an batanor, dos, ya en los mamiferos, ya en Ine aves, sogin su sistoina de organizacién. Esto acaba de realizarse por el dascubrimionto roviante de dos generos de animales de Nuova Ho- Janda, que gon: Los ornitorincos, Kas omltoroee. sonore, deste. Estos animales gon cuadripedos sin mam sla diontes, sin Iabios, y no tlonon mAs quo ua ficlo para los érganos'gonitales, los exerementos y Ia orina (una cloaca). Sa cuerpo esti cublerto de polos 6 de pias. No pueden eer llamados mamiteroa porque earecen de mamas, y verosimilmente debon ser oviparos. Tampoco pueden ser conaiderados como aves, pues sus pulmones no estin agujerea- dos, y no tienen miembros en forma de alas. Por ‘iltimo, no aon reptiles, puss su corazén con dea ‘entriculos los aloja necesarlamente de ellos. Per- tenecen, pues, & una clase particular. Las aves Animales sin mamas, con dos pies y dos brazos dis- ‘puestos on forma de alas, Su cuerpo extd revestido de plumas. El oogundo puesto pertenece evidentoments & las aves, porque si no so encuentra en ellas tan gran nimero de facultades y tanta intoligencia como on los animales del primer lugar, son los ‘daicos seres, oxcepto los monotremos, quo tengan, como los mamiferos, un eorazén con doa voutricu- vicosorta nooxarea nt log y dos auriculas, Ia sangre callento, la cavidad del erdneo (otalmente lena por el corebro y troneo siempre rodeado de costillas, Luego tienen, pues, ‘eon Joe aulwales con mamas, cualidades conunes Yy oxelusivas, y por conseeueneia, conexiones que ho se podria encontrar en ninguno de los seres de jaa clases posteriores. Pero Ins aves, comparadas con los mamiferos, presontan en st orgunizncion una degradacion, ‘ovidente, y que no debe su influenefa & Jas elreune tanclas. in ofecto, carecen esencialmente de ma- mas, Jas cuales cbedecen 4 un aistema especial de generaciéu. En una palabra, las aves son ovlparas, Su embrién encerrado en tna envoltura inorg: niea (la edscara del huevo) que bien pronto deja de comuniearse con la madre, pudiendo desarrollarse ‘con su propia subslancia y nutrirge con ella, E] diafragma, que en los mamferos separa com= pletamente, aunque de manera més 6 menos obli- cua, ol pecho y el abdomen, cesa aqui do existir 6 no se halla rods que en estado Incompleto. No hay de mévil en la columna vertebral do las aves mas quo las vértebras del cuello y de Ia cola, porgi Jos movimientos de las otras vértebras de esta co- jumma, no siendo necesarios para el animal, no ban sido ejecutados, y no han puesto obsticulos & Jos grandes desarrolios del esternén, que ya son cael imposibles. Toda la sangre de las aves pat in por su pulmén antes de llegar 4 Jas otras par- tes del cuerpo. Ast, respiran completamente por un pulmén, como Jos antmales dol primer lugar, y después de cllas ningtn animal conocido a0 én euentra en este caso. Pero aqui se ofrece una particularidad muy no- table y quo es relativa 4 las cireunstancias en que be cncuentran estos seres, Habitando mae que los 48 van nanan, otros vertebrados, ¢! seno del aire, en ol cual se elevan cael continuamente y que atraviesan on todas direcciones, ot habito que han adquirido do hinchar de aire el pulmén, para acrecer a volu- men y volverse mis ligeros, ha hecho contraer 4 cate drgano una adhoroncia 'é las partos laterales dol pecho, y ha puesto el aire que estaba retenide en él y rarifleado por ol calor do este lugar en el cago de agujerear el pulmén y Ine envolturas cir- cundantes, y de penetrar en casi todas las partes del euerpo, en el interior de los grandes huesos, que gon huecos, y hasta en ol tubo de las grandes plumas (1), Sin embargo, no ea més que en al. pul- mén donde la sangre de las aves recibe la influen: cia del aire do que necoaltan, pues el aire que penetra en las otras partes del cuerpo tiene Uso iatinto que el de servir para la respiracién, Por ego las aves, quo con razén se ha colocado dospués do los animales con mamas, ofrecon, on ‘au organizacién general, una degradacién eviden: ta, no porque au pulmén presente cierta particula- ridad que no ee encuentra en los primeros, parti- cularidad que es debida, asi como las plumas, al hAbito que contrajeron de olevarse en al aire, sino porque no tienen ya el sistema de generacién pro- pio 4 Jos anfmales mAs perfectos, () Stine avee tenon cambiados almones agujereados aos pe armas or ot Latico de clovaree eal aide se fonen plamea Be eee proba fs organization sus Sacre Seine Etomite echigtaies five pau’ qo ay folspenilegendo basta ie sired le mera cra de foe plc a fault do ramiease em Bien sosorta zooutarea ue Bs muy ditieil reconocer, entre las aves mis- mana la degradacién de la orgaulzacién que cons: Hitaye aiora el objeto de nuestras investiguetones. Nuesteos couocimiontos sobre su organizaciéa aon todavia domasiado genorales, Por ello hasta el pro- sento ba resultado arbitrario colocar & la cabeza do eata olase tal 6 cual do sus drdenes y determi narla con cualquiera de ell ‘No obstanto, si ae considera que las aves acué- tioas (como Ind palm{podas), que las zancudas y las galliudceaa Honen la ventaja sobro todas las dommés de que aua crias al salir del huevo pueden marchar y allmentarse, y especialmente al se presta, ‘atenoién & que eutre las palmipedaa, los pinguinos, ‘uyas alas, casi sin plamas, no constitayen més que remos' para nadar, lo que los aproxima en eierto modo 4 los monotremos y ceticeos, we recono- cord quo Ins palmipedas, las zancudas y Las gall n&ceas deben constituir tos tres primoros érden de las aves, y quo las palomas, las perezosas, las rapaces y las trepadoras deben'tormar los cuatro ‘iltioos dedenes de a claso. Pues por lo que go eabo do los habitos do estos cuatro dltimos Srdenes, re: uita averiguado que sus erias, al salir del huevo, no puodan marchar ni alimentarse por sf miemas Por dltimo, si después de esta consideracién las trepadoras eomponen el ltimo orden de laa aves, como ellas son Ins tinicas que tienen dos ded antériores y dos poatoriores, cardctor que les comin con ol camaleda, parece autorizar eu apro- ximaoién con los reptiles. 190 JOAN CAMANOE Los reptiles Animates que sélo tienen wn ventriculo en el corazén Yy.gozan atin de una respiracién pulmonar incom: lela, Su piel ee lisa 6 provista de escamas, En cl tercer puesto so colocan natural y nece: sariamente los reptiles, Ella van 4 faciiitarnos nuevas y mayores pruebas de la degradacién de Ia. organizacién de una extremidad 4 otra de la ca- dena animal, partiondo de los seres mds perteotor. En efecto, no se encuentra ya en su corazén, que no tiene més que un ventriculo, esta conformacién ue pertenece esencialmonto & los animales del primero y segundo rango y su eangro ce fria, caai ‘como la de los animales dé las filas posteriores, Otra prueba de Is degradacién de la organiza. cin de los reptiles nos la ofroce su respiracion. Ea primer término, son los dinieos animales que res- piran por un verdadero pulmén, que ya no 0 encuentra en ninguno de los animales quo les al- guen, como trataré de probar hablando de los mo luscos. Ademés, en los reptiles, ol pulmén en gene- ral es de células muy grandes, proporcionalmente ‘menos numerosas y ya muy simpliteadas, En mu- chas species falta este drganp en la primera edad, Y entonces ee encuentra reemplazado por bran: quias, érgano respiratorio que no se ve nunca en Jos animales de los rangoa anteriores. Algunas ve- es las dos especies do érganos eltados para la res. piracién se ballan & Ja vez en el mismo Individuo, Pero Ia mayor prueba de Ia degradacién de la respiracién en los roptilea, ee que aélo una parte rivoforla 200460108 a2 do In sangre pasa por el pulmén, mientras que Ia, restante llega & las partes del cuerpo elu haber ro- elbido la influencia de Ia respiracién. Por titimo, en los reptiles, los cuatro miembros ceonciales & loa animales més perfectos comienzai & perderse y hasta en muchos de ellos (casi todas las serpientes) taltan por completo. Independientemente de la organizactén recon cida en la forma del eorazén, en 1a temperatura de Ja sangre que apenas se eleva de la de los me- ios elreundantes, en In respiracién incomplete y en Ja simplifieacién casi gradual del pulmén se ob- serva que los reptiles difleren considerablemento entre ai. De suerte quo los animales de cada uno de Tog érdenes de esta clase ofrecen mayores diteren- fas en au organizacién y en eu forma exterior que Jog de las clases precedentes. Los unos viven ha- bitualmente en el aire, y entre ellos los que no tienen patas sélo pueden arrastrarse. Los otros ha- Ditan Ine aguas 6 vive sobre las riberas, retiran- dose ya dentro del agua, ya & lugares descubier- toa, Los bay quo ostdn revestidos de escamas y otros que tienen Ja pfol desnuda, En fin, aunque todos tongan e} corazén con un ventriculo, en los unos existen dos aurlculas y en otros una. Todas eataa diferencias procoden de las circunstancias de habitaelén, de 1s manera de vivir, ete; efreunt tancias que induyen, sin dude, més fuertemente sobre una organizacién quo eat todavia alejada del objeto adonde tiende la Naturaleza de lo que pudieran hacerlo sobre los que estin més avanza. os en su perfeccionamiento. ‘Asl, siendo los reptiles animales oviparos (aun aguellds cuyos huevos 28 rompen en el seno de la madre), teniendo el esqueleto modifieado, y con frecuencia muy degradado, presentando una res- 1 oa pascance piracién y una circulacién menos perfeccionadas que las de lor mamfteros y Ins aves, y ofreclendo todos un pequetio cerebro que no lena en totalidad la cavidad del crdnco, reaultan menos perteetos ‘que los animales do Ins dos clases precedentes y confirman, por su parte, la degradacién crecionte de la organizaclén & medida que une se aproxima 4 los més imperfectos. Entre estos animales, independientemente de lag modificaciones quo resultan, por la conforma cién de sus partes, de las circunstancias en que viven, se observa, adomés, huellas de la degrada- in general do Ia organizactén, pues en el ultimo do aus érdenes (on los batracios}, loa individuos en Ja primera edad respiran por branqulas, ‘Si se considerae como una consecuoncia de la dogradacién la falta de patas que se observa en lat aerpientes, los ofidios debioran conatituir el altimo ‘orden de los reptiles; pero constituiria un error el admitir esta consideracién. En efecto, siendo las serpiontes animales quo, para ocultarwe, han ad: quirido el hdbito do arraatraree inmediatamente sobre la tierra, au cuerpo ha adquirido una longi- ‘tud considerable, desproporcionada con su anchu- ra, Pues las patas alargadae hublesen aldo perjudi- ciales 4 su nocesidad de arrastrarse, y de ovultarse y las patas may cortas, no pudiendo ser mas que en niimero de cuatro, puesto que son animales ver- tebrados, hubieran resultado impotentes para mo- ‘Yer su cterpo. Por eso los habitos do estos animales hicieron desaparecer sus patas, y no obstante, lo datracios, que Iss tienen, ofrecen una organizacion, més degradada y ge acerean mds 4 los peces, Las pruebas dea importante consideraciéa que ‘cabo de oxponer serin establecidas con hechos po. sitivos; consecuentomonte resultaran indiscutibles, Prvosorta eoosaica 13 Los peces Animate que respiran por branguias. Tienen Ia piel sa d con excamat y al cuerpo provisto de ‘aletas, Siguiondo al curso de eata degradaciéa sostent- da en el conjaato do Ia orgaulzsciéa y en la dis. minucién del ndmero de las facultades animales, se ve que los peces doben ser necesariamente eolecados en al cuarto lugar, es decir, después de los reptiles, En efecto, tivaen uaa organizactén menos avanzada todavia hacia su porfecciona- imiento que la de estos iltimos, y por eonsecuen- cia, més alejada do la do los animales ms por- tootoe Tndudablemente su forma general, au talta de eatrechamionto entro In cabeza y ol cuerpo, para Formar el eucllo, y las diferentes aletas que tienen on lugar do miembros, son los rogultades de la in- fluoncia del medio dengo que habltan y no los do Ja degradacién de su organizncléa, Pero esta dé gradacién no deja de ser menos real, como se de- ‘mucatra examinando sus érganos interiores, Es de tal naturaleza, que obliga 4 asigaar & los peces su rango posterior al de los reptiles, Ya no ge oucuentra en ellos el érgano respirato- rio de los animales més pertectos, es decir, que carecen de verdadero pulmén, y en vez do ét fie- aen branquias, dispuestas & ambos Iados de la ea. beza é del euello. Hl agua quo eatos animales res. piran entra por Ja boea, pasa entre las hojillas di Ins branquias, baa los numerosos vasos que 8 am Joan manana, encuentran en elas, y como esta agua esth mez- Sada del aire. que eontiene en disoluctéa, este tire, aunque en Poca cantidad, obra sobre Ie ann: gre do lan branguilan y opera en ellan el ‘beneliclo Gea reapiracidn, £l agua eal ox sogulda lateral tente por laa agelag, ex ectr, por low aguferes {ie cath ablertos en ambos Jadse dol euolle, Pues hservere que esta ea Ja Ultima ver. qve el Suldo Feapirado eotrard por la boca del apimel para ie. far al Organo do la rexpirasion, ‘ator animales Io miso que loa do os lugares posterlores, no. tienen of traquea-arteria, of Turin: Be, al Yerdadera vos, ni pupllas sobre lon of, Etcetera. Veanee, pues, Srganos y {ncultaden por: aigos aqul y que’ no aparccen yn on el resto dol feino animal; ain embargo, los pecee forman toda ‘ia parte de ja divieion de lon animalea vertobra Grados y terminan el-quinto grado. de. organisa. clon, siendo con fos reptiles Jon Gnieae esiales ue feogen ona colomma vertebral, nervies cowie Hieando con al cerebro, el eorazén eon un vent culo, Ia eangro fri, ¥ por limo, ol aldo comple: famente interior. “hal, ofreciendo Joa peces on su orgenizaciéa une generacisa evipars, un euérpo sie mata cya forma ef ln mde apropiada para la natacion; Slctan que no estan todas en relaclOn con los ovate Inlembros de os animales maa perfectoe; un eague- Ieto muy ineompleto, singularmente. moditeado y apenaa oequejado ex os iltiuos abimales de eat clase, un s0lo ventrlealo en el corazén; brangulae en ver de pulméa, cerebro muy peqvelo; el sole 40 del taeto iocapas de dar A conocer Ia forma do fos ‘euerpos, y encontréndose reresimllmesto al tifato, porque Jou lores alo a0 tranemiten por al tite, er inducable que coton animales condirman Pinovorla zoousaica 135 por su parte la degradaciéa de organizaciéa que ‘ratamos de seguir en todo el reino antmal. ‘Ahora vamos 4 vor quo la divisién primarta de los peces nos ofrece, on los que se Haman éseos, oa mis perfectos, y en los peces eartilaginosos, lo que resultan menos perfeccionados. Ambaa consl deracionss confirmaa, en la clase misma, Ia degra- dactén de La organizacién, pues los pecos eartl- Inglaosee aaunclan, por Ia blandara’y el estado eartilaginozo do las'partes destinadas & afirmar st wuerpo y 4 facilitar sus movimientos, quo en ellos es donde acaba el esqueloto, 6 mojor, quo ea en ellos donde comenzé la. Nuturaloza & bosquejarlos. Siempre siguiendo ol orden en sentido inverse de la Naturaleza, los ocho altimos géneros de esta clase deben comprender los peces cuyas abertura drangulales, sin opéreulo y ein membrana, no mas quo agajeros laterales 6 bajo la garganta, Por Aitimo, Iae lampreas y los gasterobranguioa debeu tormigar 1a clase, por ser estos peces extromada- ‘mente distintos de todoa los otros. por la imperfec- clon de su esqueleto, y porque tienen el cuerpo desnudo, viscoso, desprovisio de aetas lateral, ot- tora. OUSEZVACIONES SOBRE LOS YEETRORADOS Los animatea vertebrados, aunque otrecen entre al grandes diterencias en sus érganos, parocea to- dos formados sobre wn plan comin de organizaoion. Remouténdose desde los peces 4 los mamiteros, 86 ¥e quo eata plana va perfeceiondndoso do clase en lage y quo Alo alcunza su desarrollo mAs comple

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