You are on page 1of 1

Mi miedo presente

Sutil, raro, extraño, ajeno, así es el aire que respiro, día tras día, a cada paso, siento el
ambiente invernal, como una niebla que nos traslada al pasado. Como un fantasma de
viejas épocas, asechando nuestro presente. Así camino por Buenos Aires, por sus
alrededores. Percibo, observo, es imposible ser ajeno a la realidad, al presente, a la
situación actual, porque los medios se esfuerzan por escupir sobre nosotros esta noticia que
por ahora no ha sido superada y que para mí tiene el tono sepia que caracteriza a las tristes
imágenes del pasado. Pero... ¿Seré yo el único que lo ve? Por Dios, no me digan que la
respuesta es "SÍ".
Hace seis meses que convivimos con esta dama, y hace tres que ella se pelea por imponer
la mencionada retención. Meses atras, su marido en el poder brilló por un mandato que,
casi se puede decir, pasó sin pena y sin gloria. De todas maneras, sabemos que esos
políticos son los mas peligrosos ¿acaso no habrá llenado sus bolsillos lo suficiente en un
mandato como parar no necesitar otro?
Pero volviendo al presente, y dejando de lado el tema de la impunidad de determinadas
clases sociales, me parece que las noticias del momento, tristemente, son recurrentes. Las
leo y pienso en el 2001, allá a lo lejos de nuestra memoria. Hoy los argentinos nos estamos
empezando a levantar de aquél golpe, el país se está reactivando, pero ¿por cuanto tiempo
más?
Desabastecimiento, cacerolazos, denuncias de intento de desestabilizar el gobierno, una
presidenta "sorda", un pueblo oprimido entre el campo y el gobierno, sectores que pujan y
se pelean. Todo esto sin contar con los problemas típicos de este país, como son la
inflación, la inseguridad, la falta de suministros y presupuesto para la educación, la
impunidad de los poderosos, la presidenta derrochando dinero en París al mejor estilo Eva
Perón, etc.
Como decía al principio, parece que a los argentinos nos está envolviendo, poco a poco y de
manera insidiosa, la niebla del pasado, del derrocamiento de un gobierno, de las cacerolas
en la calle, del gobernante que piensa que es omnipotente, que no quiere escuchar ni
entender razones.
Esto me lleva a pensar (la mayor fortuna de este país es que te obliga a reflexionar) que la
gente del campo tiene razón. Según nuestra Presidenta, la retenciones funcionan como
agentes tendientes a estabilizar la situación económica, estos ingresos obtenidos de los mas
beneficiados serían invertidos en los mas desafortunados. La idea es muy noble, el
problema es que el campo, como sector, y como tantos sectores de este país, ha perdido la
confianza en las instituciones. Otro ejemplo, es el hecho de que no han recurrido al Poder
Judicial para dirimir el problema. Existe un incipiente intento, veremos como resuelve la
Corte Suprema.
Ahora bien, el Poder Ejecutivo no tiene intenciones de bajar esta retenciones, el campo no
tiene intenciones de pagarlas. ¿Cómo terminará esta situación?
Mi miedo es que suceda, como ya ha sucedido antes, que esta tensión provoque la caída del
gobierno actual, lo cual daría paso a que Cobos tome la posta. Según los rumores, éste está
pensando en renunciar. En dicho caso, hipotético, estaríamos ante un supuesto de acefalía,
igual al del 2001.
No estamos encausando en un viaje hacia otros cinco presidentes en una semana?
Espero que no, pero hasta tanto, es un miedo latente, es un posible desenlace a este
problema, hay que estar atentos a lo que pueda pasar, que no nos tome por sorpresa.

© nomerompan.blogspot.com

You might also like