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Escenario A
Situación
Escenario B
Actual
Escenario C
Yván Serra D. 3
Metodología
Los escenarios fueron construidos a partir de los resultados
electorales de febrero 2009, el cual fue escogido como base por
ser el resultado más cercano y que se ajusta a la realidad de una
elección polarizada con dos toldas políticas que aglutinarían casi
la totalidad de los votos.
Estos resultados fueron vaciados en una hoja de calculo Excel,
para cada circunscripción electoral y para cada Estado.
A partir de allí, se realizó un análisis de sensibilidad basado en
estimados de crecimiento (decrecimiento) de las opciones
electorales.
Los escaños por circunscripciones se asignaron por la regla de la
mayoría simple, es decir se asignan los cargos a la tolda que
obtiene mayor votación.
Los escaños por estados se asignaron respetando el criterio de la
representación proporcional, utilizando el método D´Hondt.
Este escenario presupone que el gobierno puede repetir los resultados conseguidos en el año 2009,
cuando se realizó el referéndum de la enmienda constitucional propuesta por el presidente. A su vez,
el voto de la oposición se mantiene estable.
Para que este escenario ocurra, la oposición debe realizar una campaña de poco impacto (igual que
en el Referéndum 2009) mientras el gobierno realiza una estrategia eficaz para mantener el voto de
su militancia y simpatizantes tradicionales. Logra neutralizar la estrategia opositora resolviendo
algunos problemas de servicios públicos, reactivando las misiones y/o desviando la atención de los
problemas no resueltos.
En este escenario si bien la oposición logra un importante votación (45%) esta se traduce solamente
en el 24% de los diputados. El gobierno mantiene la mayoría calificada en el parlamento que posee
actualmente.
El diseño de las circunscripciones realizados favorece la brecha en la distribución de los escaños,
pues la oposición solo obtiene el 17% de los escaños nominales, a pesar de contar con el 45% de los
votos.
Este escenario plantea un “trasvase de votos” en un 10% desde el chavismo hacia la oposición.
Presupone que quienes se declaran como no alineados, pero que al final se replegaban y votaban a
favor de las posturas oficialistas, las abandonan y en una cantidad mayor que en elecciones
anteriores, finalmente votan por los candidatos de la plancha opositora.
En este escenario, las dos fuerzas obtienen una votación equilibrada. Sin embargo el oficialismo
logra la mayoría de los escaños. El diseño electoral de las circunscripciones es el principal
responsable que con 50% de los votos se obtenga el 40% de los escaños. Esto ocurre ya que la
oposición solo puede hacerse con el 38% de los escaños obtenidos por votación uninominal.
Pero la oposición logra dos importantes triunfos simbólicos, primero muestra igualdad numérica y
en segundo lugar, el gobierno pierde la mayoría calificada. Esto la forzaría a negociar las leyes en el
parlamento.
Este resultado requiere una estrategia asertiva de la oposición, con un mensaje que permita
reconectarse con los sectores populares urbanos. Los no alineados deben sentirse identificados con
el discurso de la campaña opositora.
Este escenario plantea un “trasvase de votos” en 20% desde el chavismo hacia la oposición.
La lógica es la misma que en el escenario anterior, pero el deslave de votos de una posición
a otra ocurre con una mayor intensidad. Este escenario implica que el gobierno no puede
manejar sus problemas de gestión, hay desmoralización en sus filas y/o exceso de
confianza en el liderazgo de Chávez, que a su vez, se encuentra con una oposición unida,
coherente y motivada con un mensaje que entusiasma y aires de triunfo.
En este escenario, las dos fuerzas mantienen una votación equilibrada, el diseño de las
circunscripciones electorales en este caso favorece a una distribución proporcional en el
reparto de escaños .
El triunfo de la oposición es completo, logra mayoría numérica y el 57% de los
parlamentarios.
Este escenario plantea la ocurrencia de una situación similar a la del referéndum para la reforma
constitucional del año 2007, cuando la propuesta de Chávez sufriera una merma electoral cercana al 40% con
respecto a la votación obtenida en el año 2006. En ese año fue elegido presidente con más de 7 millones de
votos, y un año después solo apoyaron su propuesta 4 millones y medio de personas. Mientras que la
oposición tenía un pequeño incremento de su votación con respecto a la elección de Rosales. La debacle fue
tal, que la propuesta fue rechazada, en una reñidas elecciones.
Este escenario prevé un incremento de la votación opositora en un 5%, pero una caída de la votación
oficialista en un 30%. La diferencia con el 2007, es que la oposición tiene un piso electoral mayor, lo cual
sumado le garantiza una holgada victoria y le permite obtener el 55% de la votación. En este escenario el
parlamento queda en manos de la oposición política, que obtiene el 58% de los escaños.
Para que este escenario ocurra en las actuales circunstancias, debe existir un profundo desencanto con el
gobierno. Si en 2007, la propuesta de reforma provocaba resquemores y miedos, en 2008, la palabra clave
sería desencanto. Las campaña opositora buscando el voto castigo sería exitosa desmovilizando al voto no
alineado pero progubernamental, pero no logra avanzar en captarlos y motivarlos para que voten, por lo que
terminan absteniéndose.