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Felipe Torrealba Marzo 23, 2009

Para: Abuelita

Hace 24 horas que me mude a casa de tu hijo, aunque no tengo mucho que
contar, algunas cosas han cambiado, como el sitio donde dormir, que comer,
el clima y las conversaciones que uno tiene que escuchar, hasta el nombre
me lo han cambiado.

Comenzaré por contarte que en el viaje en carro tuve que ponerme firme
para que tu hijo me diera calor, porque el aire estaba muy frio y el no quería
manejar abrazándome o acurrucándome como tú lo hacías todo el día,
menos cuando dormía en mi cama. Al final me puso cerca de la palanca de
las velocidades donde tenía su mano todo el tiempo, así mientras la
agarraba, me daba calor. Al llegar estaba lloviendo y así medio dormido y
todo me llevo a mi nueva casa y lo primero que hizo fue presentarme a sus
nietos, que estaba llorando porque se peleaban por unos juguetes, que de
inmediato pase a ser yo el objeto de sus disputa, al quererme abrazar y
tener entre sus brazos a la vez. Todo se arreglo cuando tu hijo le dijo, que
un ratico cada uno a la vez. El más grande que se llama Elías me abrazo
tiernamente, pero el otro, es terrible, el que llaman Kobi, porque lo primero
que dijo fue. Este perro es mío y tu hijo le decía, no, es mío, y kobi repetía,
es mío, porque tú me dijiste hace tiempo, que todo lo tuyo es mío, por lo
tanto este perro es mío también. Al final tu hijo se fue a dormir, porque
estaba muy cansado y me llevo con el y el kobi se vino detrás, aunque no le
gusto mucho, también se tuvo que ir a dormir, pero en otro cuarto, así yo y
tu hijo pudimos descansar, porque como tú sabes, a mí también me gusta
dormir mucho, es mi edad que le vamos hacer.

Al día siguiente me despertaron temprano para que hiciera pipi y pupu, que
ya tenía ganas porque no tarde en hacerlo y así como terminaba de hacerlo,
es decir, marcando mi terreno, así desaparecía el miau y la cagarruta esa.
Como a las 4PM se despierta tu hijo y lo primero que hizo fue meterme en la
cama de su mujer y a seguir durmiendo como dos horas más, que rico. Pero
lo mejor fue cuando bajamos a comer, que yo pensaba que a mí me iban a
olvidar, pero no fue así, tu hija me puso a probar la comida de ellos: Arroz
con pollo, así le escuche decir a tu hija y estaba tan rico que de la emoción
me pare en dos patas para sorpresa de todos, no con las patas traseras
como lo puede hacer cualquier perro, sino con las patas delanteras, hasta tu
hijo salió a buscar la cámara de fotografía pensando que yo me iba a quedar
en esa posición para siempre. Luego le escuche decir, que si me hubiera
sacado la foto, se haría famoso, porque es el único perro que hace ese tipo
de maromas cuando come. Yo me hice el pendejo comí lo más rápido
posible, porque no sabía si llegaban los otros perros que habían en tu casa,
pero no fue así. Al final me dieron a oler un hueso grande de cerdo, pero
sólo a oler y yo con esas ganas de meterle el diente. Te cuento que la
comida me dio tanta energía, que comencé a correr y a jugar con todos los
pies que me encontré en mi camino, le metí mordisco hasta que me
mandaron a dormir, porque estaba jodiendo mucho.

Te cuento que se han quejado porque cada vez que tu hijo me lleva al
estacionamiento, donde el tiene su computador, me dan ganas de miar.
Ahora puso periódico por todos lados y no puedo ver donde me orino. Ahora
si me voy a dormir, porque esta gente no me para, están metidos en sus
computadoras y me dicen que es hora de dormir.

NOTA: Escuche a tu hijo protestar porque le tengo todos los dedos de los
pies mordidos o ruñíos. Antes que se me olvide contarte, estaban hablando
de que nombre le pondremos y decían a continuación Matarile rile ron y
volvían a decir, y que nombre le pondremos y yo rogando que no me
pusieran matarile ni rile ron. Al final me pusieron papi solamente sin el papi
chulo como uno sugirió.

Enero 2010.

Hace unos días que me regresaron con mi abuelita, porque me estaba


poniendo y que escandaloso al comenzar a ladrar cuando sentía ruidos
extraños fuera de la casa o que fastidiaba mucho cuando tus hijos tomaban
café, porque toman café como locos y aunque no creo que esa sea la causa
de mi hiperactividad y mis deseos de ladran a viva voz, me gusto tanto el
café que tienen que servirme también a mi cuando ellos toman, porque si
armo tremendo alboroto, corriendo entre sus pies, saltando a sus piernas,
bailando, hasta que se dan cuenta que lo que quiero es Café. Ahora la vida
contigo es más tranquila y consentidora, porque tu si me cargas todo el
tiempo como a mí me gusta, me das amapuches hasta que me quedo
dormido, esto sí es vida.

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