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JOSÉ FERRATER MORA

DICCIONARIO DE

FILOSOFÍA
TOMO I
A-K

EDITORIAL SUDAMERICANA
BUENOS AIRES
PRÓLOGO A LA QUINTA EDICIÓN

La presente edición difiere de Ία an- peración. Estoy plenamente de acuerdo


terior en lo siguiente: he escrito 546 ar- en que hay que revisar, corregir y pulir;
tículos nuevos; he reescrito totalmente en esta actividad he consumido inconta-
213 artículos; he ampliado o modificado, bles horas y casi he arruinado mis ojos.
a veces sustancialmente, 262 artículos. Pero en una obra de las dimensiones de
Además, he revisado el texto, he corre- ésta no se pueden practicar los mismos
gido errores, he ampliado datos, y he ejercicios de virtuosismo conceptual y
puesto al día la bibliografía. lingüístico que son de rigor en otros es-
Como resultado, abunda en esta edi- critos menos dilatados. Esta obra no es
ción el material nuevo. Éste abarca el un lindo ensayito. No es, ni puede ser,
conjunto de las disciplinas filosóficas y cosa remirada y relamida. Hay que lu-
de la historia de la filosofía. He seguido char sin tregua contra la chapucería in-
prestando particular atención a los te- telectual. Pero en cierto tipo de obras
mas de ontología y metafísica, lógica, hay que rehuir el estéril perfeccionismo.
teoría del conocimiento, filosofía de la Dadas las proporciones que alcanzó esta
ciencia, antropología filosófica e historia obra ya en la edición precedente —hasta el
de la filosofía. Pero he ampliado no poco punto de que desde entonces pudo ser
las partes relativas a ética, filosofía de considerada como una Enciclopedia y no
la religión, filosofía de la historia, teoría sólo como un Diccionario— varios críticos
de los valores y estética. He añadido co- me han aconsejado que desistiera de ser
pia de artículos sobre filósofos llamados a la vez el director y el ejecutante, y que
"menores'', antiguos, medievales y moder- recabara el auxilio de colaboradores más
nos, y he ampliado el número de los diestros que yo en cada una de las
consagrados a filósofos contemporáneos. disciplinas filosóficas y en cada uno de
Sin desviarme de la norma de no diluir los períodos históricos. Este consejo es
excesivamente la sustancia filosófica, he harto tentador, inclusive por razones
incluido también algunos artículos sobre personales; el tiempo y el esfuerzo
conceptos y figuras que, sin ser estric- gastados en la confección de este
tamente filosóficos —conceptos y figuras Diccionario me han impedido a menudo
importantes, por ejemplo, en la ciencia, poner mayores empeños en la elabora-
en la teología, en el pensamiento social ción de escritos más "personales", hacia
y político—, han mantenido, o mantienen, los que, como filósofo, siento cierta de-
relaciones particularmente estrechas con bilidad. Sin embargo, aunque la trans-
cuestiones suscitadas en filosofía. formación sugerida introduciría en esta
Aunque he penado mucho por ampliar obra no pocas mejoras, creo que las ven-
y mejorar esta obra, no pretendo que sea tajas así conseguidas no compensarían los
perfecta. Por lo demás, mi ideal en este inconvenientes. En la obra presente el
caso no es la perfección; creo más razo- conjunto importa por lo menos tanto co-
nable trabajar por alcanzar lo bueno que mo el detalle. Pues este Diccionario es
holgazanear soñando en lo mejor. Por es- ya como un imponente y complejo edi-
te motivo, aunque esta obra está, y estará ficio, con su fachada, sus alas, sus gale-
siempre, abierta a revisiones y mejoras, rías, sus largos e intrincados corredores,
estimo que en el estado actual de los sus sótanos y sus ventanales. He alcan-
conocimientos filosóficos es razonable- zado a familiarizarme con todos ellos y,
mente suficiente. En todo caso, las revi- por descontado, con sus fundaciones.
siones y las mejoras no pueden consistir Puedo —todavía— recorrer el edificio en
en pulir y repulir la obra hasta la exas- todas direcciones y orientarme en él sin
excesivas perplejidades. Ello significa talladas del pensamiento de Aristóteles,
que puedo aún seguir ampliando, alte- o análisis tan minuciosos del imperativo
rando, rehaciendo, depurando y ornando categórico como los que figuran en obras
este conjunto sin perderme en su labe- especialmente consagradas a estos temas,
rinto. Sobre todo, puedo seguir mante- o hasta a aspectos de ellos. En cambio,
niendo su unidad de estilo, la cual no es puede hallarse en esta obra un modo de
sólo cuestión de "literatura" —de "estéti- presentar, ver, dilucidar y debatir temas
ca"—, sino también, y especialmente, de y problemas que a veces se echa de me-
"pensamiento" — de "noética". Por estos nos en estudios y repertorios más espe-
motivos no me he decidido todavía a su- cializados. Pues esta obra no se espe-
cumbir a la tentación que se me ha brin- cializa en ningún tema, en ningún pro-
dado. blema, en ninguna figura, época, rama o
El predominio que en esta obra tiene recoveco de la filosofía: se "especializa"
el conjunto sobre los detalles explica que en el conjunto de ellos.
éstos no puedan ser siempre todo lo nu- Debo a varios lectores y críticos pre-
merosos o elaborados que ciertos lectores ciosas sugestiones y muy útiles informa-
quisieran. Por la naturaleza misma de la ciones; todas ellas han contribuido a me-
obra, hay que pasar a la carrera sobre jorar esta obra. Pero quiero destacar los
temas, problemas y autores que en otros auxilios recibidos de tres personas. Mi es-
trabajos son objeto de exposición y co- posa, que me ha prestado incansablemen-
mentario dilatados. Por cierto que no es- te ayuda en las múltiples tareas de or-
casean aquí las exposiciones y análisis ganización, ordenación y coordenación
algo minuciosos. Pero se hallan siempre que requiere esta vasta empresa. El se-
integrados en visiones de conjunto y ex- ñor Ezequiel de Olaso, que me ha esta-
presados en el lenguaje apropiado para do enviando puntualmente noticias filo-
ellos. Estimo que con ello no se falsean sóficas de toda especie y que me ha su-
necesariamente las ideas; sólo ocurre que gerido no pocas mejoras. Y el señor Raúl
son enfocadas de modo distinto. Por mo- E. Lagomarsino, que ha tenido a su car-
tivos que no hacen aquí al caso, estimo go la corrección de pruebas y el ajuste
que es posible presentar y dilucidar lo final de la presente edición, y que ha
que se llaman "grandes temas" y "gran- trabajado en ella con la misma perspica-
des problemas" siempre que se utilice a cia y tenacidad que mostró en la prepa-
tal efecto la óptica adecuada. Discurrir ración de las dos ediciones anteriores.
sobre la física no equivale a exponer to- Por el volumen de esta edición, la tarea
da la física; discurrir sobre la idea de del Sr. Lagomarsino ha sido no sólo pers-
substancia no es lo mismo que componer picaz y tenaz, sino también hercúlea.
una ponderosa monografía sobre tal idea. Creo difícil encontrar mejor "director de
Sería disparatado pretender hallar en edición".
este Diccionario exposiciones tan de- J. F. M.
Bryn Mawr College, Pennsylvania, 1964.
PRÓLOGO A LA CUARTA EDICIÓN

El autor no ha ahorrado esfuerzos para en lo posible la atomización en diversas


ampliar y mejorar esta obra; como con- significaciones y hemos preferido sub-
secuencia de ello la presente edición rayar lo que hubiera de común en ellas
contiene un número considerable de no- o bien —cuando la presentación ha sido
vedades con respecto a la precedente. predominantemente histórica— la conti-
He aquí las más destacadas. nuidad en la evolución del concepto. En
1. Se han escrito 762 artículos nuevos. los casos en que el artículo resulta ex-
2. Se han reescrito por entero, casi tenso, hemos introducido casi siempre
siempre con ampliaciones, 239 artículos. subdivisiones que hacen resaltar, ya los
diversos períodos históricos, ya las va-
3. Se han modificado o ampliado subs- rias disciplinas filosóficas a las cuales
tancialmente 189 artículos. puede adscribirse el concepto.
4. Se ha revisado completamente el El segundo punto afecta a los autores y
texto para eliminar en lo posible errores materias representados en la obra. El
e incluir algunas nuevas informaciones. número de autores, de todos los países
5. Se ha corregido y puesto al día la y épocas, ha sido muy ampliado. En
bibliografía. cuanto a las materias, se ha seguido po-
6. Se ha revisado y ampliado el sis niendo singular empeño en tratar exten-
tema de llamadas de conceptos tanto samente las cuestiones relativas a historia
dentro como fuera de los artículos. de la filosofía (con introducción, por vez
7 Se han incluido un Cuadro sinóptico primera en esta obra, de un número re-
y una Tabla cronológica. lativamente crecido de conceptos relati-
Aparte estas novedades, queremos lla- vos a "filosofía orientar), metafísica,
mar la atención del lector sobre dos pun- ontología, lógica, teoría del conocimiento
tos que han sido objeto de especial y el grupo de las llamadas "filosofías de"
preocupación por parte del autor. — de la religión, de la naturaleza, de la
El primero se refiere a la organización ciencia, de la historia, del lenguaje, de
interna de cada artículo, en particular la propia filosofía, etc. Pero mientras
de los artículos extensos sobre concep- disciplinas como la ética y la estética
tos. Adoptar un procedimiento único estaban insuficientemente representadas
—ya sea exposición de acuerdo con el des- en las otras ediciones, en la edición pre-
envolvimiento histórico, ya sea descom- sente han sido debidamente atendidas.
posición en significados según filósofos La psicología, la sociología y la educa-
o tendencias, ya sea análisis sistemáti- ción son introducidas en la medida en
co— hubiera tenido como consecuencia que pueden ayudar a la comprensión
la infidelidad frecuente a las peculiari- de los problemas filosóficos generales. Y
dades de cada concepto. Hemos seguido, se ha intensificado la introducción de
pues, el método que nos ha parecido en conceptos y problemas que, como los que
cada caso más fecundo para aunar la cla- tocan a las ciencias naturales, ciencias
ridad máxima con la mayor cantidad sociales y teología, son susceptibles de
posible de información, si bien con pre- despertar el interés no sólo de los filóso-
dilección notoria por el análisis de sig- fos, sino también del público en general.
nificados siguiendo el curso histórico y Larga sería la lista de personas que
terminando por lo común con una pre- han hecho al autor valiosas sugestiones
sentación del estado actual de la cues- sobre diversas partes de la obra; se ha
tión o un estudio sistemático del pro- procurado tener en cuenta todas las que
blema correspondiente. Hemos evitado encajaban dentro de los marcos que nos
habíamos trazado previamente. Nos li- Finalmente, agradecemos a Bryn Mawr
mitaremos a mencionar tres nombres: College el año de licencia sabática otor-
el profesor George L. Kline, de Bryn gada durante el período académico de
Mawr College, el profesor Walter Brün- 1955-1956. En el curso del mismo nos ha
ing, de la Universidad de Córdoba (Ar- sido posible completar nuestro trabajo y
gentina) — que han enviado extensas y terminar en bibliotecas europeas —de
muy útiles listas de correcciones—, y el España, Italia, Inglaterra, Bélgica, Ale-
señor Raúl E. Lagomarsino, de la Edito- mania y muy en particular de Francia—
rial Sudamericana, que ha tenido a su las consultas iniciadas en las de los Es-
cargo —como ya había ocurrido con la tados Unidos.
precedente— la edición de esta obra y ha J. F. M.
llevado a cabo la corrección final de las
pruebas compaginadas. A todos, nuestro
más sincero agradecimiento. París, agosto de 1956.
PRÓLOGO A LA TERCERA EDICIÓN

Un año y medio pasado en los Es- cas de las Universidades de Columbia,


tados Unidos bajo los auspicios de la Princeton y Johns Hopkins facilitaron,
Fundación Guggenheim ha permitido al desde luego, ciertas precisiones que eran
autor reelaborar de tal modo este Dic- necesarias y que habían tenido que per-
cionario, que prácticamente se trata de manecer hasta ahora en meros deseos.
una obra nueva. Una buena parte del Pero el autor quiere agradecer también
contenido de la segunda edición ha sido las facilidades encontradas en la Biblio-
reescrita. Pero, además, el material agre- teca Nacional de Chile y en la de la
gado ha hecho que el texto actual sea Facultad de Filosofía y Humanidades
aproximadamente el doble del contenido de la Universidad del mismo país, que
en la segunda edición, y el triple del le permitieron preparar, desde la apari-
que incluía la primera. No creemos ne- ción de la segunda edición, lo que con-
cesario señalar cuáles son los puntos tiene la tercera. Un Diccionario de Fi-
donde la reelaboración y las ampliacio- losofía, aun con todas las limitaciones
nes han sido más considerables. De he- del presente, no puede componerse en
cho, afectan a la totalidad del volumen un día ni en un año. Sólo deseamos
y, por lo tanto, a la total dimensión his- ahora que el interesado en la filosofía
tórica de los conceptos estudiados, aun pueda seguir encontrando en él lo único
cuando ciertas partes relativas a la, ló- que se ha propuesto ser: un instrumento
gica actual y a la teoría de la ciencia de trabajo, una herramienta suficiente
pueden considerarse como enteramente y precisa. El autor puede preferir la
nuevas y particularmente beneficiadas. elaboración de su propio pensamiento;
La bibliografía ha sido también conside- no es menos cierto que, en la penuria
rablemente aumentada y puesta al día. de libros de trabajo científico que existe
En muchos casos la parte bibliográfica todavía en lengua española, no con-
no es meramente una indicación de títu- sidera perdidos sus esfuerzos con vistas
los, sino que pretende proporcionar una a aportar su grano de arena en lo que
orientación en el autor o él concepto comienza ya a divisarse como un pro-
estudiados, de modo que a veces puede metedor montón.
considerarse como parte esencial del co- J. F. M.
rrespondiente artículo. Las obras que él
autor manejó a su paso por las bibliote- Bryn Mawr College, Pennsylvania, 1950.
A
A. La letra mayúscula Ά' es usa- donde 'p' representa un enunciado ta el ser fuera de sí, y '≠Α', que
da en textos filosóficos con varios sig- declarativo. representa el ser consigo mismo o,
nificados. 3. En muchos textos se usa la le- como dice Schelling, el sujeto-objeto
1. Aristóteles la emplea muchas tra Ά' como uno de los términos o totalidad. Otro ejemplo es la fór-
veces (por ejemplo en los Analytica componentes de la fórmula que ex- mula:
Priora) para representar simbólica presa el llamado principio de iden-
mente el predicado de una proposi tidad. En la mayor parte de los tex-
ción en fórmulas tales como "A B', tos clásicos este principio es expre-
que se lee Ά es predicado de B', sado mediante la fórmula: que es, según dicho filósofo, la for-
Al presentar los silogismos categóri A=A (1). ma del ser de la absoluta identidad.
cos, la letra Ά' forma parte del con Es frecuente (véase IDENTIDAD) in- En tal fórmula '+' se lee 'el predo-
dicional: terpretar (1) en el sentido de que Ά' minio del uno sobre el otro' (Dars-
Si A es predicado de todo B, representa un objeto cualquiera. En tellung meines Systems der Philoso-
que constituye la premisa mayor del este caso (I) equivale a una de las phie, 1801).
silogismo en modo Barbara (VÉASE) y llamadas notiones communes, koinai\ (b) Los exponentes agregados a
que en la literatura lógica posterior se e)/nnoiai, la que enuncia: 'Toda cosa Ά', tal como en Ά1', Ά2', Ά3', que
presenta bajo diversas formas, unas es igual a ella misma'. La lógica ac- representan, en el vocabulario de
en las cuales se expresa la estructura tual expresa (1) mediante las fór- Schelling, potencias de A. Así, di-
condicional de tal premisa, como en: mulas: cho filósofo usa fórmulas tales como
Si todo B es A Ά = A1', Ά = A2', Ά = A3'. Nos he-
y otras en las cuales (erróneamen- mos referido a este uso en el ar-
te) se omite, como en: Todo B es si la identidad se refiere a la ley o tículo POTENCIA.
A. al principio de identidad presentado 5. La letra Ά' se usa en muchos
2. Los escolásticos y todos los tra en la lógica sentencial, o mediante textos lógicos como símbolo de una
tadistas lógicos posteriores han usa la fórmula: clase (VÉASE), y constituye
do la letra Ά' (primera vocal del (x)(x = x), enton
término affirmo) para simbolizar la si la identidad se refiere a la ley de ces una abreviatura de los llamados
proposición universal afirmativa (af- reflexividad presentada en la lógica abstractos simples. A veces se em
fimatio universalis), uno de cu de la identidad. Observemos que la plea dicha letra en minúscula, 'a',
yos ejemplos es el conocido enun fórmula (1) es la misma que se usa con el mismo propósito. Junto a Ά'
ciado: en la lógica actual para expresar la o 'a' se usan asimismo como sím
Todos los hombres son mortales. ley de identidad en la lógica de las bolos de clases 'B' o 'b', 'C' o V.
En textos escolásticos se halla con clases, en vista del uso de Ά' para 6. Jan Lukasiewicz usa Ά' para
frecuencia el ejemplo, dado por representar una clase (Cfr. infra, sec- representar la conectiva V o disyun
Boecio: ción 5). ción (VÉASE) exclusiva, que nos
Omnis homo iustus est, Y en 4. La letra Ά' ha sido muy usada otros simbolizamos por 'V. Ά' sé
multitud de textos lógicos la letra por varios idealistas alemanes, espe- antepone a las fórmulas, de modo
Ά' sustituye al esquema 'Todo S es cialmente por Fichte y Schelling, en que 'p V q' se escribe en la notación
P', sobre todo cuando se introduce las fórmulas que sirven de base a de Lukasiewicz Ά p q'. El mismo
el llamado cuadro de oposición sus especulaciones sobre la identidad autor usa a veces 'A' como una de
(VÉASE). de sujeto y objeto. Hay que advertir las constantes de la lógica cuantifica-
En los textos escolásticos se dice que a veces Fichte usa Ά = A' como cional (junto a 'E', 'I', Ό'). Con
de A que asserit universaliter o ge- si fuese un condicional, y lo inter- la
neraliter — afirma umversalmente, o preta como 'Si A existe, A existe'. En letra Ά' se forma la función expre
generalmente. También se usa en cuanto a Schelling, ha usado la letra sada mediante 'Aab', que se lee 'Todo
ellos la letra Ά' para simbolizar las Ά' acompañada de otros diversos sig- a es b' o 'b pertenece a todo a'.
proposiciones modales en modus afir- nos. Mencionamos dos casos. 7. Jean de la Harpe usa Ά' como
mativo y dictum negativo (v. MO- (a) Los signos '+', '-' y '≠' an- signo de aserción ( VÉASE).
DALIDAD), es decir, las proposiciones tepuestos o sobrepuestos a la letra. A, AB, AD. Las preposiciones lati-
del tipo: Ejemplos dé ello son '-A', que repre- nas a, ab (= a ante vocal) y ad
Es necesario que p, senta el ser en sí,'+ A', que represen- figuran en numerosas locuciones lati-
21 nas usadas en la literatura filosófica,
principalmente escolástica, en lengua
latina, pero también en otras lenguas; ción ( VÉASE ). En vez de a parte rei Ab universali ad particularem. Esta
algunas de estas locuciones, por lo de- se dice también ex natura rei [distinc- locución se refiere al razonamiento en
más —como a priori, a posteriori, ad tio ex natura rei]. el cual se pasa de una proposición
hominem—, son de uso corriente. A perfection (véase infra). universal (como 'todo S es P') a una
A continuación ofrecemos una lista A posteriori (véase A PRIORI). proposición particular (como 'algunos
de algunas de dichas locuciones en A potiori - A digniori - A perfec- S son P'). El razonamiento es válido,
orden alfabético. En algunos casos tion. La definición de una cosa a po- lo que se expresa mediante la locu-
traducimos o parafraseamos la locu- tiori es la que se lleva a cabo teniendo ción Ab universali ad particularem
ción o señalamos en qué contexto o en cuenta lo mejor [lo más digno; lo valet [tenet] consequentia [illatio].
contextos se usa o puede usarse. En perfecto] que haya en la cosa defi- También es válido el razonamiento
otros casos remitimos a los artículos nida. que pasa de una proposición particu-
que se han dedicado a locuciones de- A priori ( VÉASE). lar a una infinita [indefinida] o una
terminadas o a los artículos en los A quo - Ad quem. Al hablar del singular; la fórmula completa reza:
cuales algunas locuciones se han in- movimiento (VÉASE) como movimien- Ab universali ad particularem, sive
troducido o usado. to local, la locución a quo es usada infinitam sive singularem valet [tenet]
A contrario - A pari. Estas dos lo- para indicar el punto de arranque y consequentia [illatio]. No es válido,
cuciones se han usado originariamente la locución ad quem es usada para en cambio, el paso de una proposición
en el lenguaje jurídico para indicar indicar el punto terminal del movi- particular a una universal, lo que se
que un argumento usado con respecto miento de un móvil. A quo y ad quem expresa diciendo: A particulari ad
a una determinada especie se aplica pueden referirse asimismo a un razo- imiversalem non valet [tenet] conse-
a otra especie del mismo género. En namiento, en cuyo caso indican res- quentia [illatio].
el argumento a contrario se procede pectivamente el punto de partida y el Ab uno disce omines. A partir de
por división; en el argumento a parí fin o la conclusión. uno se conocen los otros. Esta locu-
se procede por identificación. De la A se ( VÉASE ). ción, usada originariamente para re-
esfera jurídica se han trasladado estas A simultaneo (véase Dios; ONTO- ferirse a personas (y especialmente a
locuciones a otras regiones. El razona- LÓGICO [ ARGUMENTO] ). una persona de un grupo, representa-
miento a contrario ha sido definido Ab absurdo — Ab absurdis. Se usan tiva del grupo), puede usarse en for-
como el que procede de una oposición estas locuciones para indicar que una ma más amplia para indicar que a
hallada en una hipótesis a una oposi- proposición parte de algo absurdo o partir de un ejemplo pueden conocerse
ción en las consecuencias de esta hi- de cosas absurdas. todos los demás ejemplos (cuando
pótesis. El razonamiento a pari ha Ab alio (véase A SE ). menos de la misma clase); que a par-
sido definido como el que pasa de un Ab esse ad posse. En la teoría de- tir de una entidad pueden conocerse
caso (o de tipo de caso) a otro. las consecuencias (véase CONSECUEN- todas las demás entidades (cuando
A dicto secundum quid ad dictum CIA) modales se han usado una serie menos de la misma clase).
simpliciter [que corresponde al griego de locuciones por medio de las cuales. Ab absurdum (véase ABDUCCIÓN ).
kata\ to\ ph= kai= a(plw=j ]. Esta se indica si una consecuencia es o no Ad aliquid. Esta locución equivale
locución se refiere a un razonamiento válida. He aquí algunas: a 'relativo a', 'relativamente a' y se
consistente en afirmar que si un Ab esse ad posse valet [tenet] con- refiere, pues, al ser relativo, o)/n pro\j
predicado conviene a un sujeto en sequentia [illatio] y también Ab illa ti (véase RELACIÓN). Se usa en va-
algún respecto o de un modo relativo, de inesse (v.) valet [tenet] illa de- rias formas, entre las cuales mencio-
le conviene en todos los respectos o de possibili. Se puede concluir de la rea- namos las siguientes:
un modo absoluto (si S es P en lidad a la posibilidad, es decir, si X Ad aliquid ratione alterius (= se-
relación con algo, S es siempre y en es real, entonces X es posible. cundum aliquid). Lo que tiene rela-
todos los casos Ρ). El razonamiento Ab oportere ad esse valet [tenet] ción con algo según otra cosa.
en cuestión es un sofisma (v.) consequentia [illatio]. Se puede con- Ad aliquid secundum se. Lo que
llamado "sofisma por accidente". Para cluir de la necesidad a la realidad, es tiene relación con algo según su pro-
indicar que este razonamiento no es decir, si X es necesario, entonces X pio ser [= modo de ser, esencial].
válido se usa la fórmula A dicto es real. Ad aliquid secundum rationem tan-
secundum quid ad dictum simpliciter Ab oportere ad posse valet [tenet] tum. Lo que tiene relación con algo
non valet conse-quentia. consequentia [illatio]. Se puede con- según la mente o según, el entendi-
A digniori (véase infra). cluir de la necesidad a la posibilidad, miento.
A non esse, etc. (véase infra). es decir, si X es necesaria, entonces Ad aliquid secundum rem. Lo que
A pari (véase supra). X es posible. tiene relación con algo según la cosa
A parte ante - A parte post (véase A non posee ad non esse valet [te- misma.
A PARTE ANTE). net] consequentia [illatio]. Se puede Ad extra - Ad intra. Ad extra se
A parte mentis (véase infra). concluir de la imposibilidad a la no refiere a un movimiento transitivo o
A parte rei ( VÉASE ). En cuanto que realidad, es decir, si X es imposible, trascendente. Ad intra se refiere a un
a parte rei indica "según la cosa mis- entonces X no es real. movimiento inmanente (véanse EMA-
ma", a parte mentis indica "según la Pueden formularse otras consecuen- NACIÓN, INMANENCIA, TRASCENDEN-
mente" o "según el entendimiento" cias modales del tipo anterior, cada CIA ).
(secundum intellectum), A parte rei y una de las cuales corresponde a un Ad hoc. Una idea, una teoría, un
a parte mentis son formas de distin- teorema de la lógica modal. argumento ad hoc son los que valen
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solamente para un caso particular, ge- la proposición que se intenta demos- tamaño que tiene B y B tiene algo
neralmente sin tener en cuenta otros trar, de tal modo que se dice que de tamaño que no tiene C;
casos posibles. esta proposición es a fortiori verda- Por lo tanto, todo el tamaño que
Ad hominem. Un argumento ad dera. El a fortiori representa el tanto tiene C, es tamaño que tiene A, y
hominem es el que es válido, se supone más cuanto que con que se expresa A tiene algo de tamaño que no tie-
que es válido, o termina por ser gramaticalmente el hecho de que a ne C."
válido, sólo para un hombre determi- una parte de lo que se aduce como A PARTE ANTE, A PARTE POST.
nado o también para un grupo deter- prueba viene a agregarse la otra En la literatura escolástica se distin-
minado de hombres. En vez de la parte, sobreabundando en lo gue entre las expresiones a parte ante
locución ad hominem se emplea a afirmado. Con frecuencia se usa este y a parte post. Por ejemplo, se
veces la locución ex concessis. tipo de razonamiento cuando se quiere dice que el alma ha existido a pane
Ad humanitatem. Un argumento ad anular toda objeción posible (y con- ante (a parte ante perpetua) si su
humanitatem es uno que se supone es siderada verosímil) contra lo anun- ser es anterior al cuerpo, y que ha
válido para todos los hombres sin ex- ciado. Un ejemplo de razonamiento existido a parte post (a parte post per-
cepción. Tal argumento se considera, a fortiori en este sentido es: "Lope petua) si no antecede al cuerpo, an-
pues, como un argumento que va más de Vega es un poeta, tanto más cuan- tes bien comienza con éste. En am-
allá de todo individuo particular y, en to que en los pasajes de su obra bos casos se supone, empero, que el
calidad de tal, como un argumento en los que no pretendía expresarse alma permanece después de la diso-
ad rem, es decir, según la cosa misma poéticamente empleó un lenguaje pre- lución del cuerpo (post dissolutionem
considerada. dominantemente lírico." (2) Argu- a corpore maneat, duret post perpe-
Ad ignorantiam. Un argumento ad mento a fortiori se llama también a tuo a corpore separata).
ignorantiam es el que se halla funda- un razonamiento en el cual se usan
adjetivos comparativos tales como A PARTE REI. Los escolásticos
do en la ignorancia (supuesta o efec- usan la expresión a parte rei para
tiva) del interlocutor. "mayor que", "menor que", etc., de
tal suerte que se pasa de una propo- significar que algo es según la cosa
Ad impossibile (véase ABDUCCIÓN). misma, es decir, según la naturaleza
Ad intra (véase supra). sición a la otra en virtud del carácter
transitivo de tales adjetivos. Un ejem- de la cosa o, más simplemente, se-
Ab judicium. Según Locke, un ar- gún ella misma. Por ejemplo, se pue-
gumento ad judicium es un argumen- plo de argumento a fortiori en este
sentido es: "Como Juan es más viejo de preguntar si las cosas naturales
to que se justifica por el argumento son a parte rei o bien si resultan so-
mismo (por el "juicio") y no es, por que Pedro, y Pedro es más viejo que
Antonio, Juan es más viejo que An- lamente de la operación del entendi-
tanto, un argumento ad hominem, ad miento. Por consiguiente, el ser α
ignorantiam o ad verecundiam. tonio." En la lógica clásica se con-
sidera a veces este argumento como parte rei se opone al ser secundum
Ad personam. Un argumento ad intellectum.
personam es, en verdad, un argumen- una de las formas del silogismo lla-
mado entimema ( VÉASE ). Pero como A POSTERIORI. Véase A PRIOBI .
to contra una persona determinada, A PRIORI. Aunque las expresiones
fundándose en efectivas o supuestas los adjetivos comparativos citados ex-
presan las más de las veces relacio- a priori y a posteriori han sido em-
debilidades de la persona en cuestión. pleadas abundantemente sólo en la
Este argumento tiende a disminuir el nes, resulta que el estudio del ar-
gumento a fortiori puede ser estudia- filosofía moderna y, con menor in-
prestigio de la persona contra la cual sistencia, en la medieval, el proble-
va dirigido. do dentro de la lógica actual en la
teoría de las relaciones (véase RE - ma a que ellas se refieren fue tratado
Ad quem (véase supra). desde la Antigüedad. Cierto que en
LACIÓN ).
Ad rem (véase supra). ésta la diferencia entre lo que es pri-
El sentido ( 1 ) es predominante re-
Ad valorem. Puede llamarse ad va- tórico; el sentido (2), declaramente mero y lo posterior se refería más
lorem a un argumento que se funda lógico. En este último sentido ha sido bien a la naturaleza misma de la
en el valor de la cosa o cosas conside- examinado por Arthur N. Prior ("Ar- cosa y, por derivación, a la del co-
radas o defendidas. gument a fortiori", Analysis, 9 [1948- nocimiento. Pero la cuestión de la
Ad verecundiam. Un argumento ad 49], 49-50). Prior indica que aunque forma de conocimiento no quedaba
verecundiam es el que se funda en la un argumento como "Todo lo que es de ninguna manera excluida. Se dis-
"intimidación" supuestamente ejercida mayor que algo mayor que C es ma- tinguió, así, entre el conocer por
por la autoridad o autoridades a las yor que C" es un modo de decir "Los causas y el conocer por efectos, el co-
cuales se recurre con el fin de con- argumentos α fortiori son válidos", nocer según la cosa en sí, y el cono-
vencer al interlocutor o interlocutores. puede efectuarse la reducción reque- cer pro\j h(ma=j, quoad nos, para nos-
A DICTO SECUNDUM QUID AD rida sin insertar ninguna premisa y otros. Distinciones emparentadas casi
DICTUM SIMPLICITER. Véase SO- limitándose a reformular las premi- siempre con las relativas a la diferencia
FISMA. sas dadas. Aplicada al caso anterior entre el conocimiento conceptual y el
A FORTIORI. La expresión a for- la reformulación da el siguiente re- empírico, el independiente y el
sultado: dependiente, etc. Así pasó el
tiori es definida de varios modos.
"Todo el tamaño que tiene B, es problema a la filosofía medieval, den-
Pueden reducirse a dos. (1) Se dice
tamaño que tiene A, y A tiene algo tro de la cual comenzó a tratarse la
que un razonamiento es a fortiori distinción entre a priori y a posteriori
cuando contiene ciertos enunciados de tamaño que no tiene B;
Todo el tamaño que tiene C, es en un sentido a veces muy parecido
que se supone refuerzan la verdad de al moderno. Las fórmulas mis-
23
mas solamente fueron empleadas por go, que no hay aprioridad alguna en to) de las verdades de razón no signi-
vez primera por Alberto de Sajonia este sentido; todavía puede pregun- fica que éstas se hallen siempre pre-
(Prantl, IV, 78), el cual, siguiendo tarse si no hay en Locke la noción de sentes a la mente; las verdades de
algunos precedentes ya entonces con- ciertas verdades generales distintas de razón y a priori son, en rigor, aquellas
sagrados, expresaba con ellas dos las ideas obtenidas mediante percep- que hay que reconocer como eviden-
formas de razonamiento en las que ción o mediante demostración. Locke tes cuando se presentan, como diría
se iba respectivamente del principio habla de estas verdades o ideas gene- Descartes, a "un espíritu atento".
a la consecuencia y de ésta al prin- rales y declara que son "meras cons- No obstante las fundamentales di-
cipio. Habría aquí, pues, una signi- trucciones mentales" (Essay, IV, cap. ferencias que hay entre la filosofía de
ficación análoga a la que tenía en la vii, 9). La cuestión se plantea enton- Hume y la de Leibniz, estos autores
Antigüedad la distinción entre la de- ces del siguiente modo: ¿son tales coinciden en un punto: en que los
mostración por la causa y por el construcciones meras expresiones lin- enunciados a priori son analíticos y
efecto, la cual correspondía, por lo güísticas? Si lo son, entonces no pue- no sintéticos. Pero mientras para Hu-
demás, al primado ontológico de la den ser llamadas propiamente "ideas". me ello es consecuencia de su carácter
causa, en tanto que ésta sea, efectiva- Si no lo son, debe de haber en ellas puramente lingüístico-formal, para
mente, como la tradición antigua ge- algo a priori. Leibniz es resultado de su preeminen-
neralmente suponía, lo que es pri- Ahora bien, una distinción entre ti- cia sobre la experiencia.
mero por naturaleza. Sin romperse pos de conocimiento que lleva a la Distinta de Leibniz y de Hume es
el vínculo con la tradición, antes bien concepción de un a priori ( acéptese o la concepción de lo a priori defendida
reapareciendo ésta en la medida en no como necesario para el conocimien- por Kant. Los conceptos y las propo-
que se atacó el problema a fondo, la to de lo real) se encuentra por vez siciones a priori tienen que ser pensa-
cuestión del a priori, en el sentido primera solamente en Hume y en dos con carácter de necesidad absolu-
actual, comienza, sin embargo, a plan- Leibniz. La distinción propuesta por ta. Pero no simplemente porque sean
tearse sólo con toda amplitud cuan- Hume (Enquiry, sec. II, parte 1) de todos puramente formales. Si lo fue-
do en la época moderna prima sobre "todos los objetos de la razón o inves- sen, habría que desistir de formular
el problema del ser la cuestión del tigación humana" en relaciones de proposiciones universales y necesarias
conocimiento. ideas (Relations of Ideas) y hechos relativas a la Naturaleza; la universa-
Tal ocurre ya en Descartes. No hay contantes y sonantes (Matters of Fact) lidad y necesidad de tales proposicio-
en éste ninguna doctrina formal de lo equivale a una distinción entre enun- nes sería entonces sólo la consecuen-
a priori, pero su noción de "idea inna- ciados analíticos y sintéticos respecti- cia de su carácter analítico. Por otro
ta" (Med. de prima phil, II; Princ. vamente (véase ANALÍTICO Y SINTÉ - lado, los conceptos de la razón no
phil., I, 10) se aproxima a la concep- TICO). Los enunciados analíticos son pueden aplicarse a la realidad en sí y
ción moderna de "idea a priori". Los completamente a priori; no proceden menos aun servir de ejemplos o para-
motivos ontológicos priman todavía, de la experiencia, pero no pueden de- digmas de esa realidad; toda metafísi-
sin embargo, en la filosofía cartesiana, cir nada sobre la experiencia o sobre ca basada en puros conceptos de ra-
sobre los epistemológicos; por eso las "los hechos". Se limitan a constituir zón trasciende de la experiencia posi-
ideas innatas no son solamente lo pri- la base de razonamientos puramente ble y es resultado de una pura imagi-
mero para nosotros, sino también la formales y son descubiertos mediante nación racional (por tanto, no sintéti-
expresión de la realidad en cuanto es la "mera operación del pensamiento" ca). Kant considera que el conoci-
vista (directa e intuitivamente) en su (loc. cit.), pudiendo compararse con miento a priori es independiente de la
verdad. Las ideas claras y distintas reglas — reglas de lenguaje. A su vez, experiencia, a diferencia del conoci-
(véase CLARO) de una cosa son la Leibniz distingue entre verdades de miento a posteriori, que tiene su ori-
cosa misma en cuanto que vista o razón y verdades de hecho (véase ar- gen en la experiencia (K. r. V. Β 2).
aprehendida mediante una intuición tículo correspondiente y las pertinen- La independencia de la experiencia
(VÉASE). Locke, en cambio, desarrolla tes citas de Leibniz). Las verdades de debe entenderse de un modo absolu-
una crítica del innatismo ( VÉASE) que razón son eternas, innatas y a priori, to, no respecto a tales o cuales partes
puede equipararse a una crítica de a diferencia de las verdades de he- de la experiencia. Los modos de co-
todo elemento a priori en el conoci- cho, que son empíricas, actuales y nocimiento a priori son pufos cuando
miento. Mas puede preguntarse si no contingentes. "La razón —escribe no hay en ellos ninguna mezcla de
hay en la noción lockiana de ideas de Leibniz— es la verdad conocida cuyo elementos empíricos (op. cit., B 3).
reflexión elementos que no puedan enlace con otra verdad menos conoci- "Todo cambio tiene una causa" no es
derivarse directa o indirectamente de da hace que demos nuestro asenti- para Kant una proposición absoluta-
las sensaciones. Si la derivación fuera miento a la última. Pero de modo par- mente a priori, porque la noción de
indirecta, todavía lo a priori se halla- ticular, y por excelencia, se la llama cambio procede de la experiencia. La
ría ausente de la epistemología de razón si es la causa no solamente de independencia de la experiencia no
Locke. Pero si se postulara simple- nuestro juicio, sino también de la pro- debe entenderse en sentido psicológi-
mente que hay derivación indirecta y pia verdad, la cual se llama también co, sino epistemológico; el problema
no fuese posible mostrar cómo se lle- razón a priori, y la causa en las cosas de que se ocupa Kant en la Crítica de
va a cabo, ni siquiera en principio, responde a la razón en las verdades." la razón pura no es el del origen del
habría algo de aprioridad en las ideas (Théodicée, IV, xvii, 1). Debe tenerse conocimiento (como en Locke y en
de reflexión, cuando menos en algu- en cuenta, sin embargo, que la aprio- Hume), sino el de su validez. Ahora
nas de ellas. Supongamos, sin embar- ridad (lo mismo que el carácter inna- bien, Kant admite que puede haber
24
juicios sintéticos a priori. Así, lo a Parece, en todo caso, que desde el cepción de lo a priori como la defen-
priori no es siempre solamente analí- momento en que se admite que lo dida por C. I. Lewis. Éste admite
tico. Si fuese tal, ningún conocimiento a priori tiene su fuente en un sujeto la necesidad de lo a priori (en virtud
relativo a la Naturaleza podría de conocimiento, es imposible evitar de que no hay conocimiento posible
constituirse en ciencia. Ni siquiera el las cuestiones ontológicas que Kant se sin interpretación), y lo proclama
sentido común puede prescindir de proponía justamente evitar hasta ha- independiente de la experiencia, "no
modos de conocimiento a priori. Pre- ber despejado por entero el camino porque prescriba una forma que la
guntar si hay juicios sintéticos a priori para la metafísica mediante la filoso- experiencia deba cumplir o anticipe
en la matemática y en la ciencia de la fía trascendental. alguna armonía preestablecida de lo
Naturaleza (física), equivale a pre- La doctrina kantiana fue a un tiempo dado con las categorías de la mente,
guntar si estas ciencias son posibles, y criticada y elaborada por los idealistas sino precisamente porque no prescribe
cómo lo son. La respuesta de Kant es alemanes postkantianos. Ejemplo de nada al contenido de la experiencia"
afirmativa en ambos casos, pero ello esta doble actitud es la de Hegel. Por (Mind and the World Order, 1929,
se debe a que lo a priori no se refiere un lado, Hegel acepta la concepción de pág. 197). Lo a priori será verdadero
a las cosas en sí (véase COSA), sino a lo a priori en tanto que admite sin importar a qué se refiere. Sin
las apariencias (véase APARIENCIA). (cuando menos al exponer la doctrina embargo, lo a priori anticipa caracteres
Los elementos a priori condicionan la de Kant) que la universalidad y de lo real (sin lo cual carecería de
posibilidad de proposiciones universales necesidad deben hallarse a priori, esto toda significación), si bien de lo real
y necesarias. En cambio, no hay en es, en la razón (Vorlesungen über die en tanto que "categorial-mente
la metafísica juicios sintéticos a Geschichte der Philosophie. Teil III, interpretado". Esto tiene varias
priori, porque lo a priori no se aplica Abs. iii. B; Glöckner, 19: 557). Por consecuencias. Primero, el rechazo de
a los noumena, (véase NOÚMENO). otro lado, Hegel considera que las ex- las concepciones tradicionales —entre
Kant trata en la Crítica de la razón presiones a priori y 'sintetizar' usadas ellas, la kantiana— de lo a priori.
pura (donde con más detalle ha ela- por Kant son vagas y hasta vacías Segundo, la consideración del
borado la idea de la aprioridad) de (Logik, Buch I, Abs. II, Kap. ii. A. conocimiento a priori como un cono-
las formas a priori de la intuición ( es- Anm. 1; Glöckner, IV, 250). De mo- cimiento formal. Tercero, y finalmente,
pacio y tiempo) y de los conceptos do sorprendentemente parecido al el hecho de que tal formalidad no
a priori del entendimiento o categorías. modo como la noción de a priori ha equivalga a una pura vaciedad de las
Mikel Dufrenne ( Cfr. op. cit. infra, sido elaborada por los fenomenólogos, significaciones. Con lo cual Lewis
págs. 11 y sigs.) ha indicado que pue- Hegel estima que también la determi- mantiene, por así decirlo, una posición
den discernirse dos grupos de proble- nación del sentimiento posee elemen- intermedia entre la concepción
mas relativos a la concepción kantiana tos (o "momentos") a priori (loc. puramente formal y la puramente
de lo a priori. Por un lado, problemas cit.), con lo cual dicho filósofo ex- trascendental. Pues los principios a
relativos a la naturaleza del sujeto en tiende la noción de aprioridad a lo priori representan verdaderamente
tanto que "portador" de lo a priori. que no es solamente intelectual. principios de orden y criterios de lo
Lo a priori funda la objetividad en La cuestión del a priori ha sido real (op. cit., pág. 231); al determinar
tanto que un sujeto constituyente debatida muchas veces en el pen- las significaciones, la mente forja ese
(véase CONSTITUCIÓN Y CONSTITUTIVO) samiento filosófico contemporáneo. tipo de verdad sin el cual no habría
hace posible la experiencia. Pero hay Mientras unos lo han seguido admi- ninguna otra verdad posible. Por eso
aquí, en rigor, dos elementos: una tiendo en un sentido análogo al de el hecho de que los últimos criterios
condición surgida de la naturaleza Kant, otros lo han rechazado, ya sea de las leyes de la lógica sean
subjetiva y una condición formal de la en nombre de la concepción más "pragmáticos" no significa, para el
experiencia como tal. Si se subraya el tradicional de lo a priori, ya sea en "pragmatismo conceptualista" de
primer elemento, se tiende a una nombre de la proclamada imposibi- Lewis, la sumisión de lo formal a una
concepción psicológica del sujeto lidad de concebir ningún conocimien- decisión arbitraria cualquiera, sino el
trascendental; si el segundo, a una to que no esté dado bajo estas dos resultado del hecho de que la
eliminación de todo sujeto como formas: o como procedente de la clasificación categorial e
sujeto. Por otro lado, hay problemas experiencia o como puramente lógico- interpretación de lo real sean forzo-
relativos a la relación entre el sujeto analítico (véase ANALÍTICO). Lo a samente nuestra clasificación y nuestra
y el objeto. Esta relación es para Kant priori ha significado entonces lo pu- interpretación.
trascendental ( VÉASE); no se trata de ramente vacío y formal, la "lógica La solución de Husserl al proble-
producción del ente, sino de determi- que llena el mundo", para emplear ma es de carácter muy distinto, pero
nación de la objetividad del objeto la expresión de Wittgenstein. Contra- se refiere también a la cuestión de
(de su cognoscibilidad en tanto que riamente a Kant, se han eliminado de subrayar la aprioridad sin tener que
objeto). Pero aquí se puede conside- lo α priori todas las síntesis y todo abandonar la referencia a lo real. En
rar o que el sujeto trascendental ab- elemento sintético. Esta última con- la fenomenología de Husserl, el ca-
sorbe el objeto en su objetividad de cepción ha asumido diversas formas, rácter de aprioridad no es propio so-
un modo total, de suerte que las con- desde las más radicales hasta las ate- lamente de las esencias formales, sino
diciones del objeto son equivalentes a nuadas. A las primeras pertenecen la también de las materiales, con lo
las modificaciones del sujeto, o que el mayor parte de las corrientes neo- cual queda ampliado el marco de la
objeto absorbe por entero al sujeto. positivistas y "analíticas"; dentro de concepción kantiana de lo a priori,
las segundas puede incluirse una con- excesivamente vinculada a su signí-
25
ficación formal. Gracias a esta aprio- of a Priori", The Philosophical Re-view otra realidad (en Dios). Esta última
ridad de las esencias materiales es LIII (1944), 464-84. — H. Ne-ri distinción es radical, pues se refiere
posible, como Scheler ha realizado Castañeda, "Analytic Propositions, a la raíz del ser y de lo creado.
en la esfera de la ética, una síntesis Définitions and the A Priori", Ratio Puede, sin embargo, distinguir-
de lo umversalmente válido con lo II (1959), 80-101. — Mikel Dufren- se entre el ser a se y el ser ab alio
concreto y, con ello, un conjunto de ne, La notion d'a priori, 1959. —
Véase asimismo la bibliografía en el en un sentido menos radical. Así, por
ciencias basadas en un "apriorismo artículo ANALÍTICO Y SINTÉTICO. Para ejemplo, se dice que una entidad pro-
material". Lo a priori resulta así esen- el α priori en la teoría física: A. Pap, cede de otra cuando tiene simple-
cialmente modificado, pero ello no The A Priori in Physical Theory, mente en esta otra su origen (con
significa que la aprioridad quede so- 1946. — Sobre el a priori en diferentes frecuencia causal): lux est a sole (la
metida desde su principio a la obser- autores y corrientes: M. Guggen-heim, luz procede del sol). La distinción
vación de los hechos y a toda com- Die Lehre vom apriorischen Wissen entre a se y ab alio es paralela con
probación fáctica. Lo que es a priori in ihrer Bedeutung für die frecuencia a la distinción entre in se
se comporta respecto a lo real de una Entwicklung der Ethik und der Er- (VÉASE) e in alio, aun cuando se tiende
doble manera: por una parte, es kenntnistheorie in der sokratisch-pla- a emplear la primera cuando so hace
tonischen Philosophie, 1885. — Nico-
independiente de él en el sentido de lai Hartmann, Das Problem des referencia al principio del cual
que en él se da la esencia de lo real Apriorismus in der platonischen Phi- procede una entidad y la segunda
aun en el caso de que éste no apa- losophie, 1936 (Sitzungsber. der cuando se habla del ser de una enti-
rezca como algo efectivo y no pase preuss. Ak. der Wiss. Phil. hist. Kl. dad. Cuando se subraya el motivo de
de su mero ser fenómeno a ser "apa- XV [1935]; reimp. en Kleinere Schrif- la procedencia se usan las expresiones
riencia"; por otra, está vinculado a ten, II, 1957, págs. 48-85). — Aline a se moveri (que se contrapone a ab
él en el sentido de que allí halla Lion, Anamnesis and the A Priori, alio moveri) y a se procedere (que se
cumplimiento la experiencia extra-fe- 1935. — L. di Rosa, La sintesi a priori: contrapone a ab alio procedere). Por
nomenológica. De esta suerte lo α S. Tomaso e Kant, 1950. — Bella Κ.
Milmed, Kan and Current Philosophical lo demás, el proceder de otra entidad
priori se hace contenido intuitivo —y Issues: Sortie Modem Develop-ments of puede entenderse en dos sentidos: se-
no imposición del entendimiento so- His Theory of Knowledge, 1961, gún el ser real (secundum esse reale)
bre un hipotético caos de lo dado— especialmente Caps. II, III, V y VII. y según el ser intencional (secundum
y experiencia — en vez de ser for- — Lothar Eley, Die Krise des Apriori esse intentionale). Para el significado
ma impuesta a la experiencia. Toda in der transzendentalen Phä-nomelogie de 'ser intencional', véase INTENCIÓN,
identificación de lo a priori con lo E. Husserls, 1962 [Phae-nomenologica, INTENCIONAL , INTENCIONALIDAD.
no "empírico" y lo formal —identifi- 10]. — A. Silberstein, Leibniz Se dice también del ser a se que
cación que tiene su paralelo en la no Apriorismus im Verhältnis zu seiner posee aseidad (aseitas). Lo mismo
menos usual identificación de lo a Metaphysïk, 1904. — A. Sicker, Der
leibniz-kantische Apriorismus und die que hemos visto para el ser a se, la
posteriori con lo empírico y lo ma- neuere Philosophie, 1900. — G. aseidad puede afirmarse de un modo
terial— queda así invalidada. Lo α Hellström, On Hume's general, como un rasgo de todo ente
priori no es el conjunto de formas aprioribegrepp, 1925. — G. Cesca, que procede de sí mismo —y, por
generales que modelan una materia La dottrina kantiana dell'a priori, lo tanto, del ente, o de un modo (on-
no menos general; la relación entre 1885. — Rudolf Eisler, Die Weiter- tológica-formalmente) menos general,
lo formal y lo material es meramente bildung der Kantschen Aprioritätsleh- como el constitutivum metaphysicum
relativa, pues lo que en un caso re bis zur Gegenwart, 1895. — Ake de un ente determinado, pero único,
puede ser materia de una intuición Petzäll, Der Apriorismus Kants und Dios. Algunos autores se inclinan por
puede ser en otro caso forma. La opo- die "Philosophia pigromm", 1933. —
C. Mazzantini, II problema delle ve- lo primero y dan distintas razones
sición absoluta entre lo a priori y lo rita necessarie e la sintesi a priori di para apoyar su opinión: que la no-
a posteriori no coincide con una opo- Kant, 1935. ción de referencia es demasiado for-
sición paralela entre lo formal y lo A SE. En el vocabulario latino de mal y conviene sólo al ente en cuan-
material y menos aun con una opo- la escolástica es común distinguir en- to ente, que reducir la aseidad a
sición paralela entre lo lógico y lo tre la expresión α se y la expresión Dios lleva al riesgo de absorber en
alógico. La posibilidad de una aprio- ab alio. A se significa "por sí", "por Éste todos los demás entes, etc. Otros,
ridad material es tan completa, se- sí mismo", "desde sí", "desde sí mis- en cambio, se manifiestan partidarios
gún Husserl, que puede decirse que mo", "procedente de sí", "procedente de lo segundo, y alegan en favor de
a ella pertenecen la mayor parte de de sí mismo"); ab alio significa su tesis que la aseidad puede pre-
las aprioridades. dicarse únicamente de aquella rea-
"procedente de otro". Por este motivo
Además de los textos a que se ha lidad en la cual la esencia subsiste
hecho referencia en el artículo, véanse un ser a se es considerado como un
ser independiente, a)/narxon. Se dice, en toda la plenitud del ser, es decir,
las siguientes obras. Análisis de la que posee todas las perfecciones tanto
noción de a priori: Narziss Ach, Ue- así, que Dios es a se (substantia a se)
intensivas como extensivas.
ber die Erkenntnís a priori, insbeson- —y también per se, ex se—, pues
dere in der Arithmetik, 1913. — Ni- tiene su principio (o causa) de existir A SIMULTANEO. Véase Dios,
colai Hartmann, "Ueber die Erkennt- ONTOLÓGICA ( PRUEBA).
en sí mismo. En cambio, una entidad
barkeit des Apriorischen", Logos, V creada se dice que es ab alio, porque AALL (ANATHON) (1897-1943)
(1914-15), 290-329; reimp. en Klei- nac. en Näseeby (Tromsö, Noruega),
nere Schriften, III, 1958, págs. 186- no tiene el principio (o causa) de
218. — A. Pap, "The Different Kinds existir en si misma, sino en docente privado en Halle de 1904 a
26
1908 y profesor en Cristianía (Oslo a wart in Selbstdarstellungen, ed. R. dad o absorberse en la conciencia
partir de 1925) desde 1908, se dis- Schmidt, t. V, 1924, pág. 22). absoluta del idealismo. Tal principio
tinguió primeramente por sus estudios Obras principales: Der Logos. Ge- no debía apoyar ni lo puramente sub-
histórico-filosóficos e histórico-religio- schichte seiner Entwicklung in der jetivo ni lo enteramente objetivo, ni
sos, pasó luego al estudio de la psi- griechischen Philosophie und der lo completamente racional ni lo abso-
christlichen Literatur, I, 1896; II, lutamente irracional. Por otro lado,
cología experimental y desembocó, fi- 1899 (El Logos. Historia de su evo-
nalmente, en una filosofía de la Na- lución en la filosofía griega y en la no debía ser tampoco un compromiso
turaleza y en una metafísica. Como el literatura cristiana). — 'Om San- ecléctico. Abbagnano halló en el con-
propio Aall puso de manifiesto, su in- synliget og dens betydning logisk cepto de existencia ( VÉASE) la formu-
terés por la filosofía se manifestó en betraktet", Tidskr. f. Mathematik og lación de tal posibilidad. Pues este
dos esferas que juzgaba relacionadas Naturvindenskab (1897) ("Sobre la concepto replanteaba los datos mis-
entre sí: la filosofía en su histo- probabilidad y sus condiciones des- mos de la cuestión metafísica al insis-
de el punto de vista lógico"). — tir en la problematicidad esencial del
ria, y lo que llamó la filosofía de Macht und Pflicht. Eine Natur- und
la existencia, es decir, de la realidad. Rechtsphilosophische Untersuchung, principio. La problematicidad es en-
La primera fue entendida por Aall 1902 (Poder y Deber. Una investi- tonces lo único que permite el pensa-
como un estudio que no comprendía gación de filosofía de la Naturaleza miento y la vida, es decir, lo que
solamente la exposición histórica de y filosofía del Derecho). — Ibsen og constituye su propio horizonte. Ahora
los filosofemas, sino su vinculación Nietzsche, 1906. — Henrik Ibsen bien, esto caracteriza los modos den-
con la total situación histórica de la als Dichter und Denker, 1906 (H. I. tro de los cuales la existencia vive o
como poeta y pensador). — Logik, por los cuales se manifiesta: el esfuer-
cual tales filosofemas habían emer- 3a ed., 1921. — "Filosofien i Nor-
gido: no hay motivo, decía Aall, den", Videnskapsehk, Skr. hist. fil. zo (impegno), la decisión (decisione),
para cortar la relación entre la so- kl, Ν° 1 (1918) ("La filosofía en la elección (scelta) y la fidelidad (fe-
fística jónica y la democracia griega, Noruega"). — Psykologi, 1926. — deltà). La unidad última de estos mo-
entre el industrialismo moderno y la Socialpsykologi, 1938. — Además, dos, o la estructura fundamental de la
psicología empírico-experimental. La numerosos escritos, publicados en re- existencia, es, por otro lado, lo que
segunda fue entendida como una vistas, sobre temas de psicología ex- puede permitirle eludir el recaer den-
perimental, de Historia de la filosofía tro del inmanentismo idealista: la tras-
filosofía de la Naturaleza desarrollada y de filosofía de la Naturaleza. Par-
sobre bases epistemológicas y con ticularmente importantes para su fi- cendencia. De ahí la insistencia de
intenciones últimamente metafísicas. losofía son los escritos: "Gibt es ir- Abbagnano en el modo particular con
Esta filosofía de la Naturaleza o filo- gendeine andere Wirklichkeit als die que él defiende la relación o rapporto
sofía crítica de la existencia tenía mechanische?", Zeitschrift für Philo- de la existencia con el ser, a que he-
por base positiva la investigación sophie, CLXII (1917) ("¿Hay al- mos aludido en el artículo Existencia-
psicológica, que Aall condujo sobre guna otra realidad además de la rea- lismo (VÉASE ). Por eso la existencia
lidad mecánica?") y "The Problem of es, en Abbagnano, la propia relación
todo en el sentido de una psicología Reality", The Journal of Philoso-phy,
de los sentidos y que consistió en XXII (1925), 533-47 — V. también la con el ser, y por eso los actos exis-
una asimilación, crítica y superación autoexposición citada arriba. tenciales pueden trascender hacia el
del mecanicismo y del energetismo ABANO (PEDRO DE). Véase PE - ser; en suma, "hacia la unidad abso-
contemporáneos. El reduccionismo de DRO DE ABANO. luta del ser". Pues, en última instan-
éstos era rechazado por Aall como cia, la existencia se constituye tras-
ABBAGNANO (NICOLA) nac. cendiendo hacia la existencia, y se
una inadmisible adhesión al monismo
(1901) en Salerno (Italia), profesor reduce a este continuo trascender.
metafísico. Una cierta forma de
desde 1939 en la Universidad de Obras principales: Le sorgenti
realidad, ciertamente funcional, pero
no simplemente energética, se reve-
Turin, representa actualmente el irrazionali del pensiero, 1923. — Π
existencialismo (VÉASE) italiano. Sin problema dell'arte, 1925. — Il nuovo
laba, a su entender, entre los coefi-
embargo, el existencialismo de Ab- idealismo inglese e americano, 1927.
cientes fisiológicos observables y las — Guglielmo di Ockam, 1931. — La
bagnano no es un reflejo del existen-
manifestaciones psíquicas. Esto cons- nozione del tempo in Aristotele, 1933.
cialismo alemán o francés, sino un re-
tituía la base de la mencionada "crí- — La física nuova. Fondamenti di
sultado del desarrollo interno de su
tica de la existencia real", que in-
propio pensamiento, surgido, por lo
una teoría della scienza, 1934. — Π
cluía el análisis psicológico-crítico principio della metafísica, 1936.
demás, de la propia situación filosó- — Lineamenti di pedagogia, 1936. —
de las nociones de energía, de tiempo y
fica contemporánea. Abbagnano re- La struttura dell' esistenza, 1939 (trad.
de movimiento y que desembocaba,
finalmente, en una concepción
chazaba ya en su primer libro no esp.: La estructura de la existencia,
sólo las concepciones "clásicas" de la 1958). — B. Telesio (I. Telesio. II.
funcional de la unidad del alma y Telesio e la filosofía del Rinascimen-
verdad, sino también las que, como
del cuerpo, del espíritu y de la ma- to), 1941. — Introduzione all'esis-
las intuicionistas, modernistas o pu-
teria, así como en una filosofía de tenzialismo, 1942, 2a éd., 1947 (trad.
ramente historicistas, sólo podían ser esp.: Introducción al existencialismo,
la existencia que, en sus propios
parcialmente satisfactorias. Desde un 1955). — Filosofía, Religione, Scien-
términos, debía ser designada como
principio se trataba, pues, de encon- za, 1947 (trad. esp.: Filosofía, reli
pluralista y que sostenía que "el
propio espíritu y su vida, los propios
trar algún elemento capaz de repre- gión y ciencia, 1961). — Existenzia-
sentar un principio metafísico en el lismo positivo, 1948 ( trad. esp. : Exis
contenidos empíricos de carácter no tencialismo positivo, 1953). — Storia
cual las demás realidades fuesen da-
mecánico, poseen realidad indepen- della filosofía, 3 vols. (I, 1, 1949; II,
das sin reducirse a la pura racionali-
diente" (Die Philosophie der Gegen- 1 y 2, 1949); III, 1953), reed. en 3

27
vols., 1953-54) (trad. esp.: Historia viada para las pruebas ad absurdum tido más próximo a las expresio-
de la filosofía, 2 vols., 1955-56). — y ad impossibile. En los artículos nes 'reducción al absurdo' y 're-
Storia del pensiero scientifico, 1951 y sobre los términos 'absurdo' y 're- ducción a lo imposible', si bien afir-
sigs. — Possibilita e liberta, 1956 ducción' hemos hecho ya referencia mando que la prueba indirecta en
(trad. esp.: Filosofía de lo posible, que consistiría últimamente la ab-
1957). — Problemi di sociologia, 1959 a estas significaciones. Nos limita-
(colección de artículos [1951-1958]). remos ahora al sentido que tiene ducción clásica puede convertirse
— Dizionario di Filosofía, 1961 ( trad. a)pagwgh cuando se traduce por 'ab- fácilmente en una prueba directa,
esp.: Diccionario de Filosofía, 1963). ducción'. En este caso se trata de y negando al mismo tiempo la legi-
— Véase autoexposición de su filoso un silogismo cuya premisa mayor es timidad de confundir bajo la especie
fía titulada "Metafísica ed esistenza" cierta y cuya premisa menor es pro- común de la apagogé o reducción al
en M. F. Sciacca, Filosofi italiani bable. O, como dice Aristóteles, "hay absurdo dos formas distintas. Trata-
contemporanei, 1944, págs. 9-25. — abducción cuando es cierto que el mos, por consiguiente, esta signifi-
Véase también V. Fatone, La exis
tencia humana y sus filósofos, 1953, primer término conviene al medio, cación que Peirce da al término
cap. X. — G. Giannini, L'esistenzia- siendo incierto, en cambio, que el 'abducción' en el artículo sobre la
lismo positivo di Ν. Α., 1956. — Ma término medio convenga al último, reducción ( VÉASE).
ría Angela Simona, La notion de li aun cuando esta relación sea tan ABELARDO (PEDRO) o Abailard
berté dans l'existentialisme positif de probable o inclusive más probable (1079-1142), llamado Peripateticus
Ν. Α., 1962 [Studia Friburgensia, N. que la conclusión" (An Pr., II, 25, palatinus, nació en Le Pallet, en el
S., 32]. 69 a 20-23). También hay abducción condado de Nantes, y estudió en París
ABDERA (ESCUELA DE). A "cuando los términos intermediarios bajo el magisterio de Guillermo de
menudo se encuentra en las historias entre el último y el medio son po- Champeaux, cuyas doctrinas combatió
de la filosofía griega la expresión 'Es- cos". En otras palabras, hay, según violentamente. Con el fin de enseñar
cuela de Abdera'. Designa el llamado Aristóteles, dos modos de la abduc- sus propias doctrinas, Abelardo fundó
atomismo de algunos de los filóso- ción, es decir, dos modos de silo- una escuela en Melun, escuela que
sos presocráticos (Leucipo, Demó- gismo que no proporcionan sino un luego trasladó a Corbeil. Poco tiempo
crito). El nombre procede del lugar conocimiento probable: en el prime- después, no obstante, regresó a París
de nacimiento de Demócrito: Abdera, ro, la premisa mayor es evidente y para estudiar de nuevo con Guillermo
una colonia jónica de Tracia (donde la menor incierta o sólo probable, de Champeaux. Renovada su
había nacido también Protágoras). y justamente de igual grado de pro- oposición al maestro, se allegó
Por este motivo Demócrito es llamado babilidad que la conclusión; en el muchos discípulos. Lo mismo le ocu-
asimismo el abderita. Tanto este nom- segundo, la premisa menor es pro- rrió en Laon, adonde fue para estu-
bre como la expresión que designa bada mediante un número de térmi- diar con Anselmo de Laon. Después
la escuela pueden considerarse, sin nos medios menor que el de la con- de ello pasó a París y abrió escuela
embargo, sólo como recursos mnemo- clusión. Si suponemos, con Aristóte- en la montaña de Santa Genoveva,
técnicos. En efecto, en la época de les, que A significa "que puede ser alcanzando resonantes éxitos. La tor-
los atomistas la actividad filosófica enseñada", B, "ciencia" y C, "vir- mentosa vida de Abelardo no termi-
griega estaba centrada en Atenas, y el tud", resultará que la ciencia puede nó, sin embargo, con sus incesantes
período durante el cual floreció la ser enseñada, en tanto que es incierto polémicas y sus discutidos libros; sus
Escuela de Abdera es el llamado pe- que la virtud sea una ciencia. "Si, célebres amores con Eloísa, su entrada
ríodo ático. Por lo demás, Demócrito pues —dice Aristóteles— la proposi- en religión, su vida de magister
viajó mucho por diversos países del ción BC es tan probable o más proba- errante, las acusaciones de San Ber-
Cercano Oriente y hasta se dice que ble que AC, hay abducción; estamos, nardo y la condenación de varias de
tuvo contacto con los hindúes. Final- en efecto, más cercanos al conocimien- sus tesis en los concilios de Soissons
mente, Leucipo, uno de los miembros to por el hecho de haber agregado a (1121) y de Sens (1140) contribuye-
de la Escuela, no nació en Abdera, la conclusión AC la proposición BC, ron a formar la imagen de un Abe-
sino en Mileto, y parece haber sido pues antes no poseíamos de ello lardo inquieto que no por azar se ha
discípulo de Parménides. Esto hace ningún saber" (op. cit., 69 a 25-30). convertido en tema de inspiración ro-
sospechar que hay relación entre los Y habrá también abducción si supo- mántica.
eleatas y la Escuela de Abdera, rela- nemos que los términos intermedios
ción que se confirma cuando adverti- Se ha sostenido a veces que Abe-
entre Β y C son poco numerosos. lardo fue el fundador del método es-
mos que cada uno de los átomos de "Admitamos, por ejemplo, que D
Demócrito (véase ATOMISMO) parece colástico. Aunque esta opinión es dis-
signifique 'ser cuadrado', E 'figura cutible, parece cierto de todos modos
haber sido concebido por analogía rectilínea' y F, 'círculo'. Si entre E
con la esfera de Parménides. que dio con su obra Sic et Non una
y F hubiese sólo un término inter- amplia difusión al método basado en
Para bibliografía, véanse FILOSO- medio (p. ej., si mediante el auxilio la contraposición de las autoridades
FÍA GRIEGA y PRESOCRÁTICOS. de lúnulas el círculo se igualara a patrísticas con vistas a su armonía y
ABDUCCIÓN. El término una figura rectilínea), estaríamos más conciliación dentro de los dogmas
a)pagwgh/ se traduce de varios cerca del saber" (loc. cit.). y también con vistas a la fundamen-
modos. Por un lado, significa Para Ch. S. Peirce (VÉASE), el tér- tación racional de éstos. Por lo tan-
reducción. En tal caso la apagogé es o mino 'abducción' designa uno de los to, el llamado racionalismo teológico
la reducción de las figuras del tipos de la inferencia. Por lo tanto, de Abelardo —que ha inducido a al-
silogismo (VÉASE) a la primera Peirce utiliza dicho vocablo en sen- gunos historiadores, con evidente exa-
figura, o la expresión abre-
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geración, a considerarlo como un de Champeaux a una atenuación de ma extema de la remisión del pecado
"ilustrado" avant la lettre— no es más su posición en el sentido del realis- por la íntima vivencia del arrepen-
que una igual oposición a los teólo- mo de la indiferencia ( VÉASE ). Pero timiento. Por otro lado, parecía con
gos que se negaban a aplicar la dia- una vez establecido esto es preciso ello destacar únicamente la importan-
léctica ( VÉASE ) a las cosas divinas y ver lo que positivamente enseñaba cia de la conciencia moral, pero no
a los que la convertían en la única Abelardo acerca de los universales. intentar suprimir la autoridad dele-
ciencia de la divinidad. Pero si Abe- Su posición puede esquematizarse del gada de Dios. Cierto que la distin-
lardo no fue un fundador, fue sin siguiente modo: el universal es un ción entre el delito y el pecado alude
duda un gran incitador, de suerte que nombre, un nomen, y el nombre es a la concepción de la intención como
su influencia debió de ser mayor to- una vox significativa. Se trata en- fundamento de la bondad o de la
davía de lo que permiten sospechar tonces de aclarar el sentido de la sig- maldad. Mas esta bondad o maldad
las huellas dejadas en la posterior es- nificación y de examinar su rela- no son nunca completamente subjeti-
colástica. Sus puntos de vista son muy ción con lo significado. Para con- vas. Menos aun pretendía Abelardo
diversos, pero de ellos nos interesan seguirlo Abelardo dedicó considerable suprimir el efectivo castigo del de-
primordialmente dos: uno se refiere esfuerzo al análisis lógico de la lito, pues si bien el filósofo escribió
a la doctrina de los universales; el predicación. Por lo pronto, advirtió en el Capítulo V de su Ética que "el
otro, a la ética. que predicar algo de una multiplici- acto del delito no es un pecado en
En lo que toca a la primera doc- dad es una función que ejercen los sí mismo", advirtió acto seguido que
trina, Abelardo se opuso tenazmente vocablos, los cuales convienen con en el orden humano la imposibilidad
al realismo ( VÉASE), tal como era de- varias entidades. Con ello se introdujo de hacer lo que Dios hace —sondear
fendido por Guillermo de Cham- un nuevo concepto: el de "con- la verdad en el corazón— impone juz-
péame, pero no se opuso menos al veniencia". Es un concepto difícil gar la maldad según el acto y no
nominalismo (v.), por lo menos tal de precisar. Pues esta convenien- según el espíritu con que es ejecuta-
como había sido defendido por Ros- cia parece muy próxima al status me- do. Así, la radicación de la bondad
celino de Compiègne. Esto ha llevado diante el cual los realistas muy mode- o de la maldad en la intención es
a algunos autores a la conclusión de rados designaban el "encuentro" en más bien un límite extremo que una
que la posición de Abelardo fue una varios individuos de un carácter co- propiedad efectiva del acto; no sola-
preparación para la tesis del realismo mún. En vista de estas dificultades, mente debe ser llenada la intención
moderado, ulteriormente fundamenta- no es sorprendente que Abelardo de- en cada caso con un contenido que
do por San Alberto el Grande y Santo jara a veces su posición en un estado la haga real, sino que la realidad de
Tomás de Aquino. Esta opinión es mucho menos preciso del que supo- este contenido debe, además, coinci-
considerada hoy como excesivamente nen algunos historiadores de la filo- dir con la ley divina. También aquí,
simplista. No es sorprendente, pues, sofía. De hecho, lo único que puede Eues, la posición de Abelardo es osci-
que haya habido entre los historia- afirmarse con relativa seguridad es lante; ello enriquece, ciertamente, su
dores de la filosofía medieval un vivo que Abelardo fue un realista contra pensamiento, pero hace imposible ex-
debate acerca de cuál era la "verda- Roscelino y un nominalista contra ponerlo de un modo simplificado.
dera posición" de Abelardo en el pro- Guillermo de Champeaux, pero no Entre los escritos de Abelardo hay
blema que nos ocupa. Dos interpre- todavía un realista moderado. Cierto que notar, además de su autobiografía
taciones se han enfrentado: la de que Abelardo declara en la lógica Historia calamitatum, el De unitate et
quienes han sostenido que Abelardo llamada Ingredientibus que "géneros trinitate divina (escrito en 1120,
condenado en 1121), el ya mencio-
fue un conceptualista y que interpretó y especies significan realmente cosas nado Sic et Non (1122), llamado
los universales como "concepciones que existen verdaderamente". Pero la asimismo Compilatio sententiarum o
del espíritu", y la de quienes han significación de 'existir verdadera- Sententiae ex divinis scripturis col-
declarado que, no obstante su crítica mente' no queda con ello más clara. lectae; la Theologia christiana ( 1123
de Roscelino, se mantuvo en el fondo Diremos, pues, que la solución de o 1124), la Theologia (cuya primera
dentro de la misma corriente nomina- Abelardo parecía tender a una vaci- parte, conservada, es la Introductio
lista que se desarrolló desde el citado lación entre la realidad del "encuen- ad theologiam) para la cual las fe-
chas van de 1125 a 1136 ó 1138.
filósofo hasta Guillermo de Occam. tro" de lo común en los individuos, La Ethica o Scite te ipsum es de
Para terciar en este debate conviene y la concepción del universal como fecha incierta, aunque posterior a
ver lo que Abelardo pensaba acerca una intelección de la mente. Este úl- 1125. El Dialogus inter Judaeum,
de los universales al hilo de la doble timo aspecto fue subrayado por Abe- Philosophum et Christianum fue es-
critica de Roscelino y Guillermo de lardo sobre todo cuando quiso opo- crito al final de su vida. — Las obras
Champeaux. Ahora bien, es claro que nerse a la concepción de los univer- lógicas principales de Abelardo son:
para Abelardo los universales no eran sales como "cosas" o "naturalezas". Introductiones parvulorum [glosas a
Aristóteles, a Porfirio y a Boecio];
—como para Roscelino— meras vo- Pero no es posible reducir a ella toda Logica ingredientibus [glosas a Por-
ces, ya que éstas eran concebidas la doctrina sobre los universales de firio]; Logica nostrorum petitioni [glo-
como realidades mentales. Pero tam- Abelardo si no queremos simplificar sas a Porfirio]; Dialectica. Esta últi-
poco eran —como para San Anselmo su posición de un modo excesivo. ma comprende cinco tratados: I [an-
o más aun para Guillermo de Cham- En cuanto a la ética, advertiremos tepredicamentos, predicamentos ( ca-
peaux— cosas, res. En su crítica de que se manifiestan en Abelardo aná- tegorías), postpredicamentos]; II [si-
esta última posición Abelardo pareció logas vacilaciones. Por un lado, Abe- logismos categóricos]; III [tópicos];
IV [silogismos hipotéticos]; V [divi-
inclusive haber llevado a Guillermo lardo parecía intentar sustituir la for-
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sión y definición], — Ediciones de ideas, 1960, págs. 157-72). — E. Gil- es modelo de todo conocimiento, de
Abelardo: Petri Abelardi Opera, Pa- son, Heloïse et Abélard, 1938. modo que el conocimiento de cual-
risiis, 1616, por Ambroise, muy in- ABENALARIF (Abu-l-'Abbas quier cosa es, en último término, una
completa; Ouvrages inédits d'Abé- Ahmad bn Muhammad bn Musa bn aproximación mayor o menor al cono-
lard, por Victor Cousin, Paris, 1836; Ibn 'Ata' Allah Ibn Al-'Arif) (1088-
refundición y ampliación de esta edi- cimiento de Dios y al conocimiento
ción por el mismo Cousin: I, 1849; 1141) nació en Almería. Se formó en que posee Dios. Abenalsid desarrolló
II, 1859, con un estudio sobre Abe- el sufismo con varios maestros que, la doctrina de la creación a base de
lardo reproducido en Fragments phi- según Asín Palacios, procedían de la emanaciones, y la doctrina del alma
losophiques, II, págs. 1-217. Edición escuela masarrí (véase ABENMASA- humana a base de los grados del co-
de Migne PL., CLXXVIII. Algunos RRA). Las tendencias de Abenalarif nocimiento.
textos más completos y otros hasta eran una combinación de metafísica El citado Kitab al-hada' iq
entonces desconocidos han sido masarrí y mística neoplatónica. Según (Libro de los cercos) ha sido
publicados posteriormente; conviene Abenalarif, no hay comparación ni publicado y traducido por Miguel
mencionar a este efecto, la publica- analogía posible entre Dios y las co- Asín Palacios en Al-Andalús, V
ción por Geyer de la lógica llamada (1940), 45-154, reimp. en Obras
Ingredientibus y de la lógica Nostro- sas y, por tanto, entre Dios y el hom-
rum sociorum petitioni (Cfr. Die phi- bre. Dios es todo y las cosas son nada; escogidas, de Asín, tomos II y III
losophischen Schriften Peter Abelards, sin embargo, el hombre puede, me- (1948), págs. 485-562. Además de
I, 1919; II, 1921; III, 1923; IV, 1933 diante desprendimiento de cuanto es dicha obra se deben a Abenalsid,
[Beiträge zur Geschichte der Philo- y le pertenece, ascender, a través de entre sus libros de carácter filosófico y
sophie des Mittelalters, XXI] y sigs.); teológico: Kitab al-iqtidab fi sarh
una serie de "moradas", hasta la adab al-kuttab (Libro de la
la publicación de la Dialectica, a base unión mística con Dios, que es unión improvisación), ed. Beirut, 1901. —
del MS. Lat. 14.614 de la Bi- de todo y nada. En el acto de la Kitab al-insaf fi al-tanbib 'ala al-
bliothèque Nationale, de París, por unión del hombre —o, mejor dicho, asbab al-muyiba li-ijtilaf al-umma
L. M. de Rijk, 1956 (WiJsgertge Teks- (Libro del aviso ecuánime acerca de las
ten en Studies, 1) [la sección sobre del "sabio" y del "iniciado"— con
los predicamentos, Parte I, falta en Dios desaparece todo rastro de mate- causas que engendran las
este MS.]; la ed. por L. Minio-Palue- rialidad y hasta todo rastro de reali- discrepancias de opinión en el Islam),
llo de textos lógicos inéditos: Abae- dad que no sea la pura realidad de ed. El Cairo, 1901. — Kitab al-ma-
lardiana Inédita (I. Super Perierme- Dios en cuanto místicamente contem- sa'il (Libro de las Cuestiones), ed. en
nias XII-XIV; 2. Sententiae secundum parte por Asín, Al-Andalús, III(1935),
plado. Abenalarif ejerció gran in- 345-89. — Véase Miguel Cruz Her-
M. Petrum), en Twelfth Century Lo- fluencia, formándose una "escuela ala- nández, Historia de la filosofía espa-
gic. Texts and Studies, II, 1958. — rifiana". ñola. Filosofía hispano-musulmana, to-
Ed. crítica de Historia calamitatum, De las obras de Abenalarif se con- mo I (1957), págs. 307-22.
por J. Monfrin (Paris, 1960). Se anun- serva sólo el Mahasin al-Mayalis; véase
cia ed. de la Ethica, por L. M. de ABENARABI (Abu Bakr Muham-
Rijk (en Wijsgerige Teksten en Stu- Miguel Asín Palacios, "El místico mad bn Άli Ibn 'Arabi) (1164-1240)
dies. — Véase también la Summa Abu-l-'Abbas Ibn al-'Arif de Almería nació en Murcia y se trasladó muy
boni, por vez primera editada en su y su "Mahâsin al-mayalis", en Obras joven a Sevilla, viajando luego por el
integridad por Heinrich Ostlender escogidas, 1946, págs. 219 y sigs. —
Véase también Miguel Cruz Hernán- África del Norte y el Próximo Orien-
(1939). — Ch. de Rémusat, Abélard, dez, Historia de la filosofía española. te; sus últimas residencias fueron Bag-
sa vie, sa philosophie et sa théologie, Filosofía hispano-musulmana, tomo I dad y Damasco, en cuya última ciu-
2 vols., 1845. — E. Vacandard, P. A. (1957), págs. 301-306. dad falleció. Aunque Abenarabi tuvo
et sa lutte avec Saint Bernard, sa doc- conocimiento de Aristóteles, de Alfa-
trine, sa méthode, 1881. — A. Hjelml, ABENALSID (Ibn al-Sid) (1052-
1127) nació en Badajoz y se trasladó rabi y de Averroes, su pensamiento se
Den helige Bernhard och Abaelard,
1898. — J. Schiller, Abaelards Ethik sucesivamente a Albarracín, Toledo, orientó en la línea del neoplatonismo,
im Vergleich zur Ethik seiner Zeit, con influencias de Abenhazam y so-
Zaragoza y Valencia, donde falleció.
1906. — F. Schreiter, Petrus Abae- bre todo de Abenalarif ( VÉASE). Si-
Su pensamiento filosófico, expresado y guiendo esta línea, Abenarabi destacó
lards Anschauungen über das Ver- sistematizado sobre todo en el Kitab
hältnis von Glauben und Wissen, el carácter puro y absoluto de Dios
1912. — P. Laserre, Un conflit reli- al-hada' iq (Libro de los cercos), es como unidad suprema y negó la po-
gieux au XIIe siècle, 1930 (trad. esp.: una combinación de ideas neoplatóni- sibilidad de toda analogía entre Dios
Abelardo contra San Bernardo, 1942). cas y neopitagóricas, con predominio y lo creado. Ello impide el conoci-
— C. Ottaviano, Pietro Abelardo, la de estas últimas. Abenalsid admite la miento de Dios, pero no la posibili-
vita, le opère, il pensiero, 1930. — doctrina de la absoluta unidad del dad de una "ascensión mística". Abe-
J. G. Sickes, Peter Abaelard, 1932. Ser Supremo y la doctrina de los gra- narabi dividió todo ser en tres: el ser
— F. Hommel, Nosce te ipsum. Die dos de realidad paralelos a los grados absoluto; el no ser absoluto o nada, y
Ethik des Peter Abaelard, 1947. — de perfección. A diferencia de auto- el ser intermediario, que se halla en-
Rev. A. J. Luddy, The Case of Peter
Abélard, 1948. — Sobre Abelardo y res que, como Abenmasarra y el coe- tre el ser absoluto y el no ser absoluto.
Eloísa: G. Moore, Heloïse et Abe- táneo de Abenalasid, Abenalarif Este último ser es el reino de la posi-
lard, 2 vols., 1921. — J. Huizinga, ( VÉANSE ), tendían a purificar la idea bilidad de ser, situado más acá de la
"Abaelard", Handelingen en levens- del Ser Supremo hasta el punto de existencia y de la no existencia. Como
berichten van de Maatschappij der que distinguían entre este Ser y su en el neoplatonismo, Abenarabi explica
Nederlandsche Letterkunde te Leiden ciencia, Abenalsid destaca el carácter los seres creados por medio de una
(1934-1935), págs. 66-82 (trad. esp. en de inteligencia pura de Dios, el cual procesión jerárquica de géneros y es-
el volumen del autor: Hombres e pecies a partir del ser necesario. Im-
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portante es en el pensamiento de Abe- ramente a sus estudios, especialmente la demostración no basta para alcan-
narabi la doctrina del amor, el cual de teología y Derecho, y se retiró a zar las verdades de fe, pues éstas no
se articula en una serie de grados que Huelva, donde falleció. se derivan de aquél; sin embargo, sólo
van desde la mera simpatía o inclina- Abenhazam es conocido hoy sobre el conocimiento profundo de la "filo-
ción hasta el puro amor a la persona todo por su obra Tawq al-Hamama sofía" puede hacer acordar ésta con
en cuanto persona independientemente (El Collar de la Paloma) en el que los principios de la "teología". Estos
de las circunstancias. La producción discurre ampliamente sobre la natura- principios son racionales y nos mues-
de lo creado mediante procesión es leza y formas del amor, el cual es tran justamente la diferencia entre la
consecuencia del Amor divino su- concebido como atracción sentida por realidad eterna y necesaria de Dios y
perabundante. Debe observarse que almas afines, o partes de almas afines, la realidad temporal y contingente de
los grados del amor de que habla y en el cual se descubren diversos las cosas. Ello no quiere decir que la
Abenarabi no son simplemente grados grados, siendo el supremo de éstos el razón pueda penetrar en la esencia
de amor "material" a amor "espiri- del amor como "fusión". Junto a los divina; la revelación es necesaria y no
tual"; en el amor "material" puede grados del amor Abenhazam describe sólo en las verdades de fe, sino tam-
manifestarse algo puramente espiri- sus diferentes intensidades y sus va- bién de algún modo en las demás
tual. rias causas, en particular la causa verdades, fundadas en lo que ha
Abenarabi fue un autor muy fecun- principal: la belleza, la cual ofrece transmitido la revelación.
do y se le atribuyen más de 400 asimismo diversas formas y grados. Abenhazam elaboró con detalle la
obras filosóficas, teológicas, místicas, Américo Castro, que ha examinado lo teología natural, tratando de la natu-
ascéticas, poéticas, etc. Importantes que ha llamado "la proximidad for- raleza de Dios y de las pruebas de su
especialmente son: Kitab al-Futuhat mal" entre El Collar de la Paloma y existencia a base de un análisis de las
(Libro de las Revelaciones de la Me- el Libro de Buen Amor, del Arci-
ca), ed. 1876 (trad. en parte por Mi- diversas opiniones relativas al asunto
preste de Hita, ha destacado el carác-
guel Asín Palacios en El Islam Cris- para concluir con "la verdadera sen-
ter "personal" de la idea del amor en
tianizado [1931], págs. 450-518). — Abenhazam: "Ibn Hazm habla de tencia" y las pruebas de ella de un
Kitab Sarh futsus al-hikam (Libro co- modo parecido al tradicional escolás-
mentario a las perlas de la sabiduría), unas vidas, la suya y las de otros,
inmersas en el amor" (op. cit. en bi- tico y en particular al de Santo To-
ed. en 1891. — Kitab mawaqi' al- más. Al efecto Abenhazam hace uso
nuyum (Libro del descenso de los as- bliografía, pág. 414).
tros), ed. 1907 (trad. en parte por Pero el pensamiento de Abenha- de conceptos básicos filosóficos como
Asín Palacios en op. cit., págs. 378- zam no se reduce a su doctrina del el de substancia, atributo, ser necesa-
432). — Kitab al-tadbirat al-Ilahiyya amor y sus formas; Abenhazam escri- rio, ser posible, ser imposible, etc.
(Libro de la Política divina), ed. bió numerosas obras filosóficas en las Dentro de su teología natural Aben-
1919 (trad. en parte por Asín Pala- que trató de temas tales como la cla- zaham trató asimismo con gran deta-
cios, op. cit., págs. 353-70). — Kitab sificación de los saberes, la naturaleza lle las cuestiones capitales de la li-
tuhfat al-safara (Libro del regalo del bertad humana y la predestinación,
viaje místico), ed. 1882 (trad. en par- del conocimiento, el conocimiento de
Dios, la cuestión de las relaciones en- oponiéndose por igual al fatalismo
te por Asín Palacios, op. cit., págs.
277-329). — Risalat al-anwar (Epís- tre fe y razón, el problema de la subs- completo y al completo "indetermi-
tola de las luces), ed. 1914 (trad. en tancia, de la esencia y la existencia, nismo" y abogando en favor de la
parte por Asín Palacios, op. cit., págs. el alma, las virtudes, etc. En su clasi- idea de que el hombre necesita la
433-49). — Risalat al-Amr al-muhkam ficación de los saberes Abenhazam in- gracia divina —una gracia suficiente
(Epístola del precepto taxativo), ed. dica que hay tres tipos de saberes y una gracia eficaz— para inclinarlo
1897 (trad. en parte por Asín Pala- poseídos por el hombre: saberes pro- al bien, pero que esta gracia no es
cios, op. cit., págs. 300-51). — Kitab pios de un pueblo (como teología, completamente "irresistible".
Dajá'ir al-a'laq (Libro del tesoro de
los amantes), ed. 1904. — Al-Diwan historia); saberes universales (como En la debatida cuestión de la rela-
al-akbar (El gran diwan). — Véase matemática, medicina, filosofía) y sa- ción entre esencia y existencia, Aben-
Miguel Asín Palacios, op. cit., págs. beres mixtos (como poética, retórica). hazam defiende la distinción real en-
citadas y especialmente sobre la vida Siguiendo en gran parte a Aristóteles, tre ellas en las cosas creadas o, por
y el pensamiento de Abenarabi, págs. Abenhazam estudia el proceso del co- lo menos, la idea de que en tales
96-173. — Véase también Miguel nocimiento como conocimiento sensi- cosas la existencia es extrínseca a la
Cruz Hernández, Filosofía española. ble que lleva a la discriminación entre esencia; en cambio, en Dios son idén-
Filosofía hispano-musulmana, tomo I lo verdadero y lo falso y, al final, a
(1957), págs. 267-94. ticas la existencia y la esencia. Ello
un sentido distinto de los otros cinco, no significa que la doctrina de Aben-
ABENHAZAM (Abu Muhammad el sentido sexto o común, que apre- hazam al respecto sea igual a la to-
Ali bn Ahmad bn Sa 'id Ibn Hazm) hende los principios primeros por me-
(994-1063) nació en Córdoba y vivió mista, entre otras razones porque no
dio de los cuales se llevan a cabo las tienen en ella exactamente el mismo
en esta ciudad gran parte de su vida, demostraciones. Según Abenhazam, el
sufriendo diversas vicisitudes políticas sentido los términos empleados: (ma-
conocimiento de las cosas y el de los hiyya, "esencia"; anniyya, "existen-
que lo llevaron a la cárcel, a un breve principios de la demostración no es
destierro en Aznalcazar, de nuevo a cia"). Sin embargo, es característico
contrario a las verdades de la fe ni de Abenhazam en esta y otras cues-
la cárcel y a un refugio en Játiva, y tampoco completamente independiente
de nuevo a la cárcel. Abandonada la tiones filosóficas capitales una actitud
de dichas verdades. El conocimiento "moderada".
actividad política, se consagró ente- de las cosas y de los principios de Trad. y comentario del Tawk al-
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Hamama, por Eduardo García Gómez: ca radica en su doctrina de la histo- leyes de transformación social que
El Collar de la Paloma, 1952. — Entre ria, la cual expuso en sus prolegó- podrían aplicarse —y que, en su in-
los otros escritos de interés fi-losófico menos a su Historia universal. Según tención, se aplican— a todas las so-
de Abenhazam destacamos: Kitab fi Abenjaldún, "la Historia es el relato ciedades.
Maratib al-'Ulum (Libro sobre la
clasificación de las ciencias). de lo ocurrido en la sociedad humana La doctrina histórico-filosófica de
— Kitab al-taqrib li-hudud al-Kalam o civilización mundial; de los cambios Abenjaldún se encuentra en los Prole-
(Libro para facilitar la comprensión operados en la naturaleza de tal gómenos a su Historia universal. Estos
del razonamiento). Kitab al-ajlaq wa-l- sociedad, tales como el estado de sal- Prolegómenos (Muqaddima) se dividen
sir (Libro de los caracteres y la con vajismo, la sociabilidad y la solidari- en seis partes, que tratan: (1) de la so-
ducta) (trad. esp. por Miguel Asín ciedad humana en general, clases y
dad de los grupos, de las revolucio- distribución geográfica; (II) de las so-
Palacios, 1916). — Kitab al-ihkam fi nes y revueltas de un grupo contra
usul al-ahkam (Libro de los princi ciedades nómadas; (III) de los Estados
pios de los fundamentos jurídicos). —· el otro, con los resultados consiguien- y organizaciones políticas; (IV) de las
Kitab al-fisal (Libro de las soluciones tes de la formación de nuevos reinos sociedades sedentarias; (V) de la pro-
divinas) (trad. esp. por Asín Palacios y Estados; de las diferentes activida- ducción y economía; (VI) de la ad-
en Abenhazam, véase infra). — Fasl des y ocupaciones de los hombres, ya quisición de bienes. Primera trad.
fï Ma ' rufat al-nafs bi gayri-ha wa sea para conseguir el sustento o bien completa de los Prolegómenos (al in-
yahal-ha bi-datiha (Artículo sobre el en las varias ciencias y oficios; y, en glés): Ibn Khaldun, The Muqaddi-
conocimiento que tiene el alma de las general, de las transformaciones a mah, por Franz Rosenthal, 3 vols.,
cosas diferentes de ella y de la igno 1959 (Bollingen Series, 43), con int.
rancia que tiene de sí misma). que es sometida la sociedad por su crítica y bibliografía (esta última por
Fundamental para Abenhazam es propia naturaleza". Puede decirse W. J. Fischer). Esta trad. incluye por-
Miguel Asín Palacios, Abenhazam de que la historia se desarrolla de acuerdo ciones omitidas en la trad. francesa
Córdoba y su historia crítica de las con leyes, las cuales son leyes de de W. M. de Slane (1862-68). —
ideas religiosas, 5 vols., 1927-1932. grupos sociales. Estas leyes, que son Véase T. Hussein, La philosophie so-
— Véase también I. Pellat, "Ibn obtenidas inductivamente, se aplican ciale d"Ibn Khaldoun, 1918. — N.
Hazm, bibliographe et apologiste", Al- a todas las sociedades. Las leyes his- Schmidt, Ibn Khaldun, 1930. — G.
Andalús, XIX (1954), 53-102. — Bouthoul, Ibn Khaldun, 1930. — Ka-
R. Arnaldez, Grammaire et théologie tórico-sociológicas son, empero, pecu-
liares a la humanidad y no pueden mil Ayad, Die Geschichte und Ge-
chez Ibn Hazm de Cordoue. Essai sellschaftslehre Ibn Halduns, 1930. —
sur la structure et les conditions de reducirse a las circunstancias físicas o E. Rosenthal, Ibn Khalduns Gedanken
la pensée musulmane, 1956 [Études geográficas. De este modo es posible über den Staat, 1932. — Mohammad
musulmanes, 3]. — Miguel Cruz Her ordenar el aparente caos de la historia Abb Allah Inan, Ibn Khaldun, His Life
nández, Historia de la filosofía es y proporcionar modelos para entender and Work, 1941. — Satí 'al el Husry,
pañola. Filosofía hispano-musulmana, los incesantes cambios sociales. Dirasat 'an Muqadimat Ibn Jaldun, 2
vol. I (1957), págs. 239-93. — La vols., 1943. — Véase también J.
obra de Américo Castro referida su- Fundamental en la investigación de
Abenjaldún es el concepto de so- Ortega y Gasset, "Abenjaldún nos
pra es La realidad histórica de Espa revela el secreto", El Espectador, VIII
ña, 1954 [refundición de España en lidaridad social, la cual se debe al
su historia, 1948; edición renovada, 2 impulso de autoconservación de las (1934), págs. 9-52, recogido en O.
vols., 1963-1964]. C., tomo II, págs. 669-87. — Muh-sin
sociedades y explica la necesidad de Mahdi, Ibn Khaldun's Philosophy of
ABENGABIROL. Véase AVI CE - la autoridad. Esta solidaridad es má- History. A Study in the Philosophie
BRÓN. xima en la fase tribal y nómada y Foundations of the Science of Cul-
ABENJALDÚN ('Abd al-Rahman constituye —unida a la solidaridad ture, 1956 [ed. americana, 1957].
Ibn Jaldun) (1332-1406) nació en Tú- religiosa— el fundamento de la crea- ABENMASARRA (Muhammad ibn
nez. Sus antepasados habían vivido ción de los Imperios y de los Estados. Masarra) (883-931) nació en Córdo-
durante varias centurias en España Ahora bien, una vez constituido un ba, donde formó un círculo ascético
(principalmente en Sevilla). Sus pa- Imperio, el impulso dinámico de la de tendencias mu'tazilies (véase FI-
dres se trasladaron al África del Norte sociedad decrece; ablandadas por el LOSOFÍA ÁRABE). Sospechoso de hete-
poco antes de que Sevilla fuera lujo, la seguridad y la desidia, las so- rodoxia, partió, con algunos de sus
capturada por Femando III el Santo. ciedades experimentan un proceso de discípulos, al África del Norte, lle-
El propio Abenjaldún fue a España disolución. Una serie de etapas bien gando hasta Medina y La Meca y re-
en 1362, al servicio del rey de Gra- precisas conducen desde el impulso gresando a Córdoba durante el reina-
nada, y estuvo como embajador del inicial nomádico de creación imperial do de Abderramán III. Abenmasarra
mismo en la Corte de Pedro el Cruel. hasta el momento final de desin- formó una escuela, la llamada "escuela
En 1375 se retiró a Orán, donde es- tegración de la sociedad, la cual es massarrí", que se extendió por la
cribió casi toda su obra histórica. En entonces dominada por otra comuni- España musulmana y que tuvo dos
1382 se fue a Alejandría, visitó el dad todavía en estado nomádico y, centros principales: uno en Córdoba
Cercano Oriente, y falleció en El por consiguiente, en perfecta cohesión y otro en Pechina (Almería). Algu-
Cairo. Aunque Abenjaldún se ocupó social, y así sucesivamente, en un pro- nos miembros de la escuela massarrí
asimismo de cuestiones metafísicas, ceso interminable. Es obvio que el llegaron más lejos que su maestro en
sosteniendo la doctrina tradicional de modelo concreto histórico y social de varios puntos doctrinales, especialmen-
la gradación continua del ser en un la filosofía de la historia de Abenjal- te en la predicación de un comunismo
sentido semejante al neoplatónico, su dún está constituido por los hechos que aspiraba a abolir toda propiedad
más importante contribución filosófi- de la historia norteafricana por él privada, y en la negación de toda
conocidos, pero hay en su sociología posibilidad de ciencia divina.
3

32
ABE ABE ABS
Influido por Filón, por el gnosti- (Abu Bakr Muhammad bn 'Abd al- quien intenta asemejarse abstrayén-
cismo y por el neoplatonismo, espe- Malik bn Muhammad ibn Tufayl al- dose totalmente de la vida material
cialmente por Plotino, Abenmasarra Qaysí (antes de 1110-1185), nació en hasta llegar a la visión de su esencia.
concibió a Dios como Unidad perfecta Guadix, ejerció la medicina en Grana- La obra de Abentofail ha sido inter-
y suprema cuyo conocimiento sólo da, fue visir y médico de cámara del pretada a veces como una defensa
puede alcanzarse por vía mística, es Sultán almohade Abü Ya 'qub Yusuf del hombre natural, no pervertido por
decir, por una "fusión" del alma con (en el cargo de médico lo sucedió Ave- la cultura (o, mejor dicho, por el pre-
Dios. La Suprema unidad estaba en- rroes) y falleció en Marruecos. Se dominio en ella de las cosas natura-
vuelta, antes de la producción del consideraba a sí mismo discípulo de les), pero es más plausible explicarla
mundo, de una especie de niebla in- Algazel y de Avicena, pero sobre todo como una de las manifestaciones de
diferenciada que formaba la materia de Avempace, cuya noción de la unión la mística musulmana y como uno
primera. De ésta surgen todas las co- del entendimiento humano con Dios de los intentos de solucionar el pro-
sas, las cuales no pueden proceder fue colocada por Abentofail en el cen- blema de la relación entre la reli-
directamente de Dios, cuya perfección tro de su meditación filosófica. Como gión revelada y la filosofía. La con-
resultaría manchada de relacionarse en el Régimen del Solitario, de Avem- clusión es que la sola razón, siempre
directamente con lo producido. Dios pace, también en la obra de Aben- que esté desasida de los sentidos, pue-
"actúa" por así decirlo sobre la mate- tofail se trataba de ver hasta qué de llegar al conocimiento de las ver-
ria primera produciéndose entonces punto un hombre en completa sole- dades supremas.
una serie de emanaciones, cada una dad podría lograr la unión citada.
de las cuales produce, por reflejo, La Risala de Abentofail fue tra-
Abentofail presentó a tal efecto en ducida al hebreo y comentada por
una emanación o hipóstasis inferior a
ella. Así surgió el Intelecto Universal, su obra Risala de Hayy ibn Ύαqzan fi Moisés de Narbona en 1349. La pri-
asrar al Hikmat al Masriqiyya o Epís- mera versión latina es la de Eduard
poseedor de toda ciencia. Lo que este Pococke: Philosophus autodidactus,
Intelecto "escribe" produce el Alma tola de Hayy ibn Yaqzan (o del Vi-
viente, hijo del Vigilante) acerca de sive Epistola Abi Jaafar ebn Tophail
Universal, de la cual emana la Natu- de Hai ebn Yokdhan, in qua osten-
raleza pura. Se produce entonces la los secretos de la filosofía iluminativa, ditur, quomodo ex Inferiorum con-
materia segunda, de la cual ha surgi- más conocida en el mundo occidental templatione ad Superiorum notitiam
do el Cuerpo universal y todas las por el nombre de El Filósofo Ratio humana ascendere possit, Oxo-
cosas del mundo, incluyendo los es- autodidacto, una narración cuyo héroe ni, 1671. La primera versión espa-
píritus inmateriales. principal es Hayy bn Yaqzan. Éste ñola es la de Francisco Pons Boigues:
Abenmasarra acentuó hasta el ex- se encuentra en una isla desierta, El Filósofo autodidacto de Abento-
pero dotado de gran inteligencia llega fail, Zaragoza, 1900, con prólogo de
tremo la pureza de Dios como supre- M. Menéndez y Pelayo. La mejor ver-
ma Unidad, de tal forma que negó a adquirir por sí propio las principales
y más altas verdades sobre el mundo y sión española es la hecha a base de
que Dios pudiera poseer la ciencia de la edición de Léon Gauthier (Alger,
los universales; si tal sucediera, Dios sobre Dios, hasta desembocar en la 1900) por A. González Palencia: El
no sería Uno sino que se desdoblaría unión mística con la divinidad. Se filósofo autodidacto, Madrid, 1934
entre Él y Su ciencia. Abenmasarra encuentra luego con Asal, que llegó a [Publicaciones de las Escuelas de Es-
defendió asimismo el libre albedrío la isla para dedicarse a la vida tudios árabes de Madrid y Granada,
humano y predicó el uso de este libre ascética, y aprende de él el lenguaje Serie B, N° 3]. — Véase L. Gauthier,
albedrío en forma que pudiera conse- humano. En posesión de éste Ibn Thofail. Sa vie, ses oeuvres, 1909.
guirse la felicidad eterna o liberación sorprende a su maestro con el cono- ABSOLUTO. Se ha entendido por
de todas las ataduras corporales. A tal cimiento completo de la verdadera absolutum, en el vocabulario filosó-
efecto instituyó una serie de reglas de religión y filosofía. Presentado al rey fico latino, "lo que es por sí mis-
vida espiritual en las que sobresalían Salaman, de una isla vecina, intenta mo" (kaq' au(to/ ). 'Lo absoluto' o 'el
la humildad, la oración, la penitencia comunicarle las sublimes verdades Absoluto' —sustantivaciones de 'el
y la mortificación. descubiertas, pero tanto Hayy bn ser absoluto', 'el ente absoluto'— ha
Entre las obras que escribió Aben- Yaqzan como Asal llegan a la con- sido identificado con lo separado o
masarra se destacaron el Kitab al- clusión de que tales verdades no desligado de cualquier otra cosa' (ab
tabsira (Libro de la explicación pers- pueden trasmitirse a quienes viven alio solutum); por lo tanto, con lo
picaz) y el Kitab al-huruf (Libro de encadenados por los sentidos; termi- independiente', lο incondicionado'
las letras). Estas y las otras obras
producidas por Abenmasarra se han nan, pues, por retirarse con el fin de ( VÉASE ). La expresión lo Absoluto'
perdido, pero el pensamiento de nues- seguir viviendo en posesión de la se ha opuesto, pues, con frecuencia
tro autor fue reconstruido por Miguel verdad divina. a las expresiones lο dependiente', 'lo
Asín Palacios en su obra Ibn Masarra En el curso de su Risala, precedi- condicionado', lο relativo'. Ahora
y su escuela. Orígenes de la filosofía da por una exposición y discusión de bien, estas precisiones verbales no son
hispano-musulmana, 1941 [ed. en el las opiniones de Avempace, Avicena, consideradas por muchos filósofos
volumen de Obras escogidas, 1946]. como suficientes; gran número de
— Véase también Miguel Cruz Her- Algazel y Alfarabi sobre el éxtasis y
nández, Historia de la filosofía es- la mística, Abentofail da cuenta de pensadores han intentado no sola-
pañola. Filosofía hispano-musulmana, los sucesivos descubrimientos natu- mente definir la expresión lο Ab-
tomo I (1957), págs. 221-38. rales y espirituales de su protago- soluto', sino también averiguar la
ABENTOFAIL, llamado también nista, y en particular del modo gra- naturaleza de lo Absoluto. Varios pro-
Abubaker, Abubacher, Abubather dual por el cual ha alcanzado el blemas se han planteado a este res-
conocimiento del Ser Necesario, a pecto. Examinaremos aquí cinco de
33
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ellos: (I) el de la distinción entre remos en las secciones a continua- tencia del Absoluto —o de un Ab-
diferentes tipos de Absoluto; (II) el ción se refieren por lo común al pri- soluto— o cuando menos la posibili-
de las contraposiciones varias entre mer tipo mencionado de Absoluto: dad de hablar con sentido acerca de
lo Absoluto y los entes no absolutos; el Absoluto simpliciter. Por eso con- su concepto. No ha sido necesario
(III) el de la posibilidad de referirse sideramos la primera distinción como para ello sostener una metafísica en-
al Absoluto o a un Absoluto; (IV) el fundamental. teramente racionalista; concepciones
de los diversos modos de concebir lo II. Se lee con frecuencia en la de índole empirista o "experiencia-
Absoluto, y (V) el de las formas literatura filosófica que lo Absoluto lista" acerca de lo Absoluto (como
adoptadas en el curso de la historia se contrapone a lo dependiente, a lo lo muestra el ejemplo de Bradley) no
de la filosofía por la idea de lo Ab- condicionado y a lo relativo, y así quedan enteramente excluidas. En
soluto. Observemos que la sucesión lo hemos puesto ya de relieve al co- cambio, cierto número de filósofos
de estos problemas no sigue un or- mienzo de este artículo al referimos —especialmente abundantes en el pe-
den lógico. En efecto, la solución a la expresión 'lο Absoluto'. No obs- ríodo contemporáneo— se han ne-
dada a la cuestión (III) condiciona tante, conviene distinguir entre dos gado a incluir en su pensamiento la
todas las restantes y, por lo tanto, contraposiciones: (1) lo Absoluto se idea de un Absoluto. Esta negación
también la planteada en (I). Sin contrapone a lo dependiente y (2) lo puede asumir tres formas. Por un
embargo, colocamos a ésta al frente, Absoluto se contrapone a lo relativo. lado, puede negarse que exista un
porque la mayor parte de los deba- Los autores tradicionales (principal- Absoluto y considerar lo que se diga
tes mantenidos por los filósofos acerca mente escolásticos) se han inclinado acerca de él como resultado de la
de lo Absoluto a que luego nos con frecuencia hacia la primera con- imaginación; las especulaciones en
referiremos han girado en tomo a uno traposición y han alegado que sólo torno a lo Absoluto —alegan los au-
de los tipos de lo Absoluto distin- ella permite solucionar la cuestión de tores que propugnan este tipo de ne-
guido en dicha primera sección. la relación que puede establecerse gación— no son propiamente filosó-
I. Por un lado, hay una distinción entre el Absoluto —o un Absoluto ficas, y menos aun científicas, sino
fundamental establecida por muchos cualquiera— y los entes no absolutos. literarias o poéticas. Por otro lado,
autores (especialmente de tendencia Los autores modernos han preferido puede negarse que sea legítimo des-
escolástica): la distinción entre el Ab- la contraposición segunda. Al hilo arrollar ningún concepto de lo Abso-
soluto puro y simple o Absoluto por de la misma se han edificado no po- luto, especialmente porque todo in-
sí, absolutum simpliciter (kaq' au(to/) cas doctrinas metafísicas. Así ocurre tento de esta índole desemboca en
y el Absoluto respecto a otra cosa con el monismo (VÉASE ) —que puede antinomias (véase ANTINOMIA) inso-
o Absoluto en su género, absolutum definirse como el intento de reducción lubles. Finalmente, puede negarse que
secundum quid (kata\ ti) . El Abso- de todo lo relativo a un Absoluto—, sea posible siquiera emplear con sen-
luto simpliciter es equiparado por al- con el fenomenismo (v.) —que tido la expresión 'lο Absoluto' ale-
gunos a Dios; otros prefieren referirse puede definirse como el intento de gando que tal expresión carece de
al respecto al Principio (de todo ser), referir todo lo Absoluto a algo referente observable o que viola las
a la Causa (por antonomasia), al relativo, si bien transplantando con reglas sintácticas del lenguaje. La pri-
Ser, a lo Uno, etc. Dentro del Abso- frecuencia a éste los caracteres que mera opinión ha sido mantenida por
luto secundum quid se distinguen corresponden a aquél—, con el dua- muchos empiristas; la segunda, por
otros tipos de Absoluto: por ejemplo, l i s mo ( v. ) ο e l p l ur a li s mo ( v. ) numerosos racionalistas (de tenden-
el Absoluto por causa interna (por — que pueden definirse como el in- cia inmanentista ) ; la última, por la
materia y forma), el Absoluto en su tento de "dividir" lo Absoluto en dos mayor parte de los neopositivistas.
forma externa, etc. Por otro lado, hay o más entidades absolutas. Así ocurre IV. Los que admiten la posibilidad de
una serie de distinciones menos tra- asimismo con el realismo metafísico, concebir un Absoluto no están,
dicionales que las anteriores, pero no con el idealismo absoluto, con el con- empero, siempre de acuerdo respecto
menos frecuentes en la literatura fi- dicionismo, con el inmanentismo, con al modo como debe introducirse su
losófica moderna: las distinciones entre el trascendentismo, etc., que, aunque idea. Algunos estiman que el órgano
el Absoluto que permanece en sí no son respuestas directas al proble- normal de conocimiento de lo Abso-
mismo y el que se autodespliega o ma del tipo de contraposición que luto es la razón (especialmente la
automanifiesta (ya sea "lógico-meta- debe establecerse entre lo Absoluto razón pura o especulativa). Otros
físicamente", ya sea temporalmente), y lo No absoluto, se ven obligados a abogan en favor de la experiencia ( ya
el Absoluto en sentido formal y el adoptar una actitud ante el proble- sea la experiencia común, ya una ex-
Absoluto en sentido concreto, el Ab- ma — actitud que puede consistir, periencia especial y excepcional que
soluto racional y el irracional, el según vimos, en negar uno de los tér- ciertos autores consideran como es-
Absoluto como realidad y el Abso- minos de la contraposición. Nos he- pecíficamente metafísica). Algunos
luto como principio, el Absoluto ais- mos referido también a este punto, consideran que ni la razón ni la ex-
lado y el relacionado, el inmanente desde otro ángulo, en el artículo so- periencia son adecuadas —o sufi-
y el trascendente, el infinito y el bre la noción de fenómeno ( VÉASE), cientes— a tal respecto, puesto que
finito, el experimentable y el no ex- en particular al tratar las distintas lo Absoluto no es ninguna cosa de-
perimentable, etc., etc. Ahora bien, formas aceptadas de relación entre el terminada (sólo lo No absoluto —de-
tanto estas últimas distinciones como fenómeno y en lo en sí. pendiente, condicionado o relativo—
la mayor parte de las especulaciones III. La mayor parte de los filósofos es algo determinado) y, de consi-
acerca de lo Absoluto de que trata- del pasado han admitido o la exis- guiente, no es pensable ni, propia-
34

34
ABS ABS ABS
mente hablando, "decible", sino so- la dificultad apuntada al final de solute of German Romantic Idealism
lamente intuible. La intuición pro- (IV), dificultad que algunos autores and of English Evolutionary Agnosti-
puesta puede ser, por lo demás, de consideran como la más fundamen- cism, 1902. — C. Fabro, L'Assoluto
diversos tipos: intelectual, emotiva, tal con que el concepto de lo Ab- nell'esistenzialismo, 1954 ( especial-
soluto ha podido chocar. mente en Kierkegaard).
volitiva, etc. Otros señalan que todo
decir acerca de lo Absoluto es inevi- S. Ribbing, Om det absolutas be- ABSTRACCIÓN y ABSTRACTO.
tablemente tautológico, pues no pue- grepp, 1861. — E. Braun, La logique Abstraer significa literalmente "poner
de salir de la frase: "Lo Absoluto es de l'absolu, 1887. — Bratislav Petro- aparte", "arrancar" — como en abs-
lo Absoluto"; no hay, pues, más re- nievitch, Der ontologische Beweis für trahere e sinu patriae, "arrancar del
das Dasein des Absoluten, 1897. — seno de la patria". Lo abstraído es
medio —concluyen— que pasar de Cyrille Blondeau, L'absolu et sa loi
la idea del Absoluto a la de un Ab- "lo puesto aparte" y el acto de po-
constitutive, 1897. — Josef Heiler, ner aparte es una abstracción. Cuando
soluto, y de su aspecto formal a su Das Absolute, Methode und Versuch
aspecto concreto. La única dilucida- einer Sinnerklärung des "Transzenden- el poner aparte es mental y no físico
ción posible acerca del Absoluto será talen Ideals", 1921. — Max Planck, la abstracción es un modo de pensar
entonces la que consiste en mostrar Vom Relativen zum Absoluten, 1925 mediante el cual separamos
qué absoluto hay más bien que en (trad. esp. en: ¿Adónde va la ciencia?, conceptualmente algo de algo. Mu-
pretender señalar qué es lo Absoluto 1941). — Damodar Londhe, Das chas separaciones de este tipo son po-
qua Absoluto. Absolute. Ein Entwurf zu einer Me- sibles, pero las filosóficamente impor-
taphysik des Selbst, 1934. — S. E. tantes son aquellas en las cuales lo se-
V. La última posición no se ha ma- Rohde, Zweifel und Erkenntnis.
nifestado siempre explícitamente, pero parado o abs-traído es uno de los ele-
Ueber das Problem des Skeptizismus mentos llamados "generales" o "uni-
ha sido la más común en la tradición und den Begriff des Absoluten, 1945.
filosófica. En efecto, aun ciertos auto- — J. Matchette, Outline of a Meta- versales". Así, por ejemplo, las figu-
res que han estado poco o nada in- physics. The Absolute-Relative Theo- ras de que trata la geometría pueden
clinados hacia un análisis del con- ry, 1949. — J. Möller, Der Geist considerarse como abstracciones de fi-
cepto de lo Absoluto han admitido und das Absolute, 1951. — M. Vin- guras concretas en las cuales sola-
en su pensamiento conceptos que se cint, De l'apparence vers l'absolu. mente se tienen en cuenta ciertas pro-
refieren a lo que es habitual consi- Essai sur la connaissance, 1955. — piedades (lo que no significa que ta-
Henri Duméry, Le problème de Dieu les figuras sean tales abstracciones);
derar como una entidad absoluta. He en philosophie de la religion. Examen
aquí varios ejemplos: la Esfera, de el color rojo o lo rojo puede ser con-
critique de la catégorie d'Absolu et siderado como una abstracción efec-
Parménides; la Idea del Bien, de Pla- du schème de transcendence, 1957. —
tón; el Primer motor inmóvil, de Aris- Wolfgang Cramer, Das Absolute und tuada sobre objetos rojos de los que
tóteles; lo Uno, de Plotino; la Subs- das Kontingente. Untersuchungen se ha separado la común rojez, etc. La
tancia, de Spinoza; la Cosa en sí, de zum Substanzbegriff, 1959 [Philoso- abstracción, a)fai/resij se contrapone
Kant; el Yo, de Fichte; el Espíritu phische Abhandlungen, 17]. ( Sobre a la adición, pro/sqesij. Al abstraerse
absoluto, de Hegel; la Voluntad, de lo Absoluto y sus "momentos", véase se separa lo que se estima general,
Schopenhauer; lo Inconsciente, de Cap. VIII). — Jean Grenier, Absolu et universal, necesario o esencial de lo
choix, 1961. — Crítica analítica del individual, casual y contingente. Pero
Eduard von Hartmann. Toda acep- concepto de lo Absoluto: R. Carnap,
tación de una realidad primaria, ra- lo separado o abstraído puede ser
Logische Syntax der Sprache, 1934 interpretado de diversas maneras se-
dical, fundamentante, etc., puede ser (puede equipararse la crítica del Ab-
equiparada a la aceptación de la exis- soluto a la crítica de otras Pseudo- gún los tipos de abstracción admiti-
tencia de un Absoluto. Ahora bien, Objektsätze dadas en § 78 y siguien- dos.
entre las formas adoptadas por la tes). — A. J. Ayer, Language, Truth Por un lado, puede estimarse que
idea de lo Absoluto cabe incluir no and Logic, 1936, 2a ed., 1946. — Va- lo abstraído —la "entidad abstrac-
solamente los conceptos que se refieren rios autores: Proceedings of the Ame- ta"— es una especie de "disminu-
a una realidad, sino también los que rican Catholic Philosophical Associa- ción" de la realidad; que, por ejem-
tion, vol. XXII, 1947. — Sobre el con- plo, la rojez es "menos" que los efec-
expresan un principio. Así, la cepto de Absoluto en varios autores
admisión de que existe una "ley del tivos colores rojos. Por otro lado, pue-
o direcciones filosóficas: Luigi
Universo" que sería la ley del Uni- Pelloux, L'Assoluto nella dottrina di de estimarse que lo abstraído es "más"
verso forma parte asimismo de la his- Plotino, 1941. — Gerhard Huber, Das que aquello de que se ha abstraído.
toria del concepto de lo Absoluto. Sein und das Absolute. Studien zur En el primer caso se subraya lo que
Común a todas las citadas concep- Gcschichte der ontologischen Proble- lo abstraído tiene de conceptual y,
ciones es el supuesto de que sola- matik in der spätantiken Philosophie, según los casos, de mental o bien de
mente un absoluto puede ser lo Ab- 1955 (incluye un apéndice que trata nominal. En el segundo caso se subra-
soluto. Se ha alegado que con ello de la idea de absoluto en varios auto- ya lo que lo abstraído tiene de esen-
res medievales y modernos). — S. cial. Lo esencial puede manifestarse
se es infiel a la idea de lo Absoluto, Scimè, L'Assoluto nella dottrina del
pues éste debe ser tan incondicio- mediante conceptos, pero es ( meta-
Pseudo-Dionisio Areopagita, 1949. — físicamente) "más" que los conceptos
nado e independiente, que no puede Mary Camilla Cahill, The Absolute
estar sometido a las condiciones que and the Relative in St. Thomas and in y que las realidades correspondientes.
imponen ninguna de las entidades Modem Philosophy, 1939 (tesis). — Muchos autores griegos se inclinaron
mencionadas o ninguno de los prin- J. Barron, The Idea of Absolute in hacia esta segunda concepción de la
cipios que podrían descubrirse. Pero Modem British Philosophy, 1929. — abstracción. En Platón, por ejemplo,
no es fácil escapar de otro modo a Joseph Alexander Leighton, Typical la abstracción es el proceso mediante
Modem Conceptions of God: The Ab-
35
ABS ABS ABS
el cual se va ascendiendo de lo par- hombre. Esta abstracción "destruye" éstas son consideradas aparte de las
ticular a lo menos particular para re- los objetos separados, como ocurre propiedades descartadas por la abs-
montarse hasta una esencia o idea, la cuando se separa del hombre su ra- tracción. Por medio de este tipo de
cual puede seguir considerándose co- cionalidad. Con respecto a Dios, se abstracción se obtienen las nociones
mo una abstracción, pero no como deja subsistir la idea de esencia co- propias y determinantes de las enti-
una "desrealización". El platonismo mún, pero se destruye la idea de hi- dades consideradas, como cuando se
es, así, un "realismo de la abstrac- póstasis. (2) La abstracción por me- dice de un determinado hombre que
ción". Aristóteles se inclinó hacia una dio de la cual se separa la forma de es un animal racional. La abstratio
concepción más conceptualista de la la materia. Ejemplo: círculo se separa formalis —abstracción formal— es la
abstracción, pero las ideas o formas de todo cuerpo sensible circular. Esta abstracción propiamente inteligible.
obtenidas por abstracción no eran ne- abstracción no "destruye" ninguno de Por medio de ella se obtienen las na-
cesariamente para él meros signos los dos objetos sobre los cuales turalezas o esencias aparte de los ob-
mentales: representaban la realidad opera, como ocurre cuando se separa jetos considerados, como cuando se
en tanto que objeto de ciencia. círculo de materia circular y se habla de humanidad, circularidad,
Los escolásticos, y en particular conservan ambas ideas. Con respecto etcétera.
Santo Tomás, desarrollaron con deta- a Dios, aunque se separan las La abstracción formal tiene tres
lle la doctrina de la abstracción. Ésta propiedades no personales, el espíritu grados.
puede examinarse desde tres puntos sigue conservando la idea de las ( 1 ) El primer grado de abstrac-
de vista: el psicológico, el epistemo- hipótasis (Cfr. asimismo la división ción —propio de la Physica o ciencia
lógico o gnoseológico y el ontológico. de abstracción en abstracción por me- de la Naturaleza— es aquel en el
Psicológicamente, la abstracción es un dio de composición y por división en cual se consideran los objetos puri-
proceso mental. Epistemológica o gno- S. theol, I q. LXXXV a. 1 ad 1). ficados de la materia (de la materia
seológicamente, es un modo de cono- Para Guillermo de Occam hay una sígnate quantitate o materia en cuan-
cimiento — el modo de conocimien- abstracción que consiste en aprehen- to constituye el principio de indivi-
to básico en toda ciencia. Odontoló- der una cosa sin aprehender la otra duación). Sin embargo, los objetos
gicamente la abstracción es una for- (la blancura de la leche sin su sa- quedan impregnados de materia sen-
ma como aparece la realidad. Nos re- bor); una abstracción por medio de sible, de suerte que no pueden existir
feriremos aquí principalmente a los la cual se separa de lo singular un ni ser concebidos sin tal materia. Lo
puntos de vista epistemológico y on- concepto universal; y una abstracción que queda abstraído son las particu-
tológico, los cuales se hallan con fre- por medio de la cual se afirma un laridades individuales y contingentes
cuencia estrechamente enlazados. Ello predicable de un sujeto sin afirmar de los objetos.
sucede ya con la definición que mu- otro predicable igualmente admisible (2) El segundo grado de abstrac
chos escolásticos dan de la abstrac- como atributo (como en la abstrac- ción —propio de la Mathematica—
ción. ción matemática) (Exp. super Physi- es aquel en el cual se consideran los
El acto de conocimiento puede ser cam, fol. 111; II Sent., q. 14 y 15 objetos purificados tanto de materia
absoluto o comparativo. El acto abso- Exp. super Physicam, fol. 111; cit. en cuanto principio de individuación
luto es una abstracción por medio de en Léon Baudry, Lexique philosophi- como de materia sensible. Las entida
la cual se conoce la cosa misma "ab- ne de Guillaume d' Occam, 1957, s. v. des resultantes son la cantidad, el nú
solutamente" ("separadamente"), es "Abstractio", pág. 6). mero o la extensión en sí (es presu
decir, la cosa misma abstraída de toda Las doctrinas escolásticas más in- mible que, al referirse a la topología,
relación con otra cosa. Este acto es fluyentes sobre la abstracción han si- los escolásticos agregarían la posición
considerado negativo por cuanto se do las de Santo Tomás, las cuales como tal). Los objetos en cuestión no
desatienden ciertos rasgos de la cosa fueron elaboradas, entre otros, por pueden existir sin materia pero pue
sometida a abstracción, pero es posi- Cayetano y Juan de Santo Tomás, y den ser concebidos sin ella.
tivo por cuanto se atiende a los ras- en la época actual han sido difundi- (3) El tercer grado de abstracción
gos abstraídos. Cuando en el acto po- das por Jacques Maritain (especial- —propio de la Metaphysica— es
sitivo de la abstracción se hace pre- mente en Distinguer pour unir ou les aquel en el cual se consideran los ob
sente la naturaleza o forma del ob- degrés du savoir [nueva ed., 1932, jetos separados de toda materia. Los
jeto considerado, la abstracción es de págs. 71 y sig.]). Fundamental en objetos resultantes pueden existir sin
carácter intelectual. tal doctrina es la distinción entre dos materia y ser concebidos sin ella. Pue
La abstracción intelectual puede tipos de abstracción: la abstractio to- den existir sin materia, tales como la
ser de primera intención, cuando se talis y la abstractio formalis, y la teo- Forma pura, Dios, etc., o estar inma-
obtiene un concepto universal o esen- ría de los llamados "tres grados de terialmente en objetos materiales e
cia, y de segunda intención, cuando abstracción". inmateriales, como ocurre con la subs
se obtiene un concepto trascendental. La distinción entre la abstractio to- tancia, el acto y la potencia, la bon
La abstracción de segunda intención talis y la formalis que los escolásticos dad, etc.
se funda en la de primera intención. presentan actualmente es similar a la Característico del tercer grado de
Santo Tomás (S. theol, I q. XL a 3) establecida por Santo Tomás (Cfr. la abstracción formal es la suposición
habla de dos clases de abstracción: supra [1] y [2]. La abstractio totalis de que lo obtenido mediante ella no
(1) La abstracción por medio de la —abstracción total— es aquella en la es una mera representación mental o
cual se separa lo general de lo par- cual se separan sucesivamente natura- un mero nombre, sino una realidad
ticular. Ejemplo: animal se separa de lezas más universales de tal modo que — y, además, una realidad superior,
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fundamentante de todas las demás. atención que otros a los conceptos de abstracciones, lo cual no quiere de-
Puede decirse, en vista de ello, que abstracción y de lo abstracto. Uno de cir que sean conceptos hipostasiados
los autores nominalistas se inclinan a ellos es Hegel. Maritata (Sept leçons ni generalidades meramente nomina-
aceptar la abstracción total en detri- sur l'être, II, 12) ha indicado que les, sino más bien totalidades con-
mento de la abstracción formal o en Hegel hizo mal uso de la abstracción, cretas ideales, esencias. La parte abs-
sustitución de ésta. En todo caso, la si es que no abusó de ella. En conse- tracta o momento de un todo es,
mayor parte de los autores modernos cuencia, llegó a concebir por una consiguientemente, "toda parte que
rechazan, explícita o implícitamente, abstracción distinta de la abstractio es no-independiente relativamente a
la abstractio formalis metaphysica. Tal formalis metaphysica la idea del Ser, dicho todo", siendo indiferente que
sucede en particular con los empiris- y por ello se encontró con una Nada "el todo sea independiente o no-
tas. Así, por ejemplo, Locke considera y pudo identificarlas y "superarlas" independiente en absoluto o relati-
que la abstracción generaliza las mediante la noción del Devenir ( VÉA- vamente a otro todo superior". Aná-
"ideas" particulares y evita usar una SE). Ahora bien, aunque se admita logamente, en sus esfuerzos para la
infinidad de nombres. Las ideas to- semejante crítica, debe reconocerse erección de una metafísica que elimi-
madas de entidades particulares "se que afecta sólo a uno de los aspectos ne las dificultades del "materialismo
hacen representantes generales de to- de la compleja doctrina hegeliana de moderno", A. N. Whitehead llega a
das las de la misma clase" (Essay, II la abstracción y, en particular, de la un concepto de abstracción y a un
§ 9). La abstracción es una operación relación entre lo abstracto y lo con- método de abstracción —el "método
mental y, en último término, semióti- creto. Hegel concibe a veces la abs- de abstracción extensiva"— que per-
ca, pero no una operación metafísica. tracción como separación de lo con- miten mediar entre lo abstracto y lo
Berkeley confiesa no poseer la "mara- creto y particularización de las deter- concreto y entre la abstracción y la
villosa facultad" de abstracción; "se minaciones de lo concreto. A veces desrealización. Dicho pensador en-
puede imaginar lo que se quiera, pero estima que aunque la filosofía, por tiende por 'abstracto' el hecho de que
no abstraerlo de nada real, cualitati- ocuparse de generalidades, estudia lo lo que es en sí mismo un "objeto
vo. Se puede imaginar algo que se abstracto, semejante realidad es abs- eterno" —por consiguiente, su esen-
mueve, pero no el movimiento". Un tracta sólo en cuanto a la forma, pero cia— pueda ser comprensible sin ne-
triángulo en sí es un mero nombre; en sí misma es concreta, ya que es Ια cesidad de ninguna referencia a lo
los triángulos son equiláteros, isósce- unidad de diferentes determinaciones que llama una "ocasión particular de
les, escalenos. "Lo que no supone (Cfr. Vorlesungen über die Geschichte experiencia", es decir, a lo que en
negación de ideas generales, sino de der Philosophie. Einleitung. A. 2; términos generales podría calificarse
ideas generales abstractas" (Princi- Glöckner, t. 17.53). Lo abstracto de "un concreto". Así, pues, lo abs-
pies, Int. § 10), es decir, de ideas que no es lo verdadero, pero sólo cuando tracto en cuanto tal va más allá de
se suponen erróneamente representar lo consideramos formalmente; visto fi- las particulares ocasiones concretas de
algo. Hamilton entendió la abstrac- losóficamente, lo que comunmente se la experiencia, de lo que actual y
ción en relación con la atención ( VÉA- llama abstracto es lo más concreto efectivamente ocurre. Lo cual no
SE). Señaló que "abstracción de y que cabe. Puede decirse, en suma, equivale a aislar este acontecimiento
atención α son términos correlativos, que la abstracción como separación particular. Por el contrario, Whi-
siendo el uno meramente la negación que deja a lo real vacío de contenido tehead sostiene que cada objeto eter-
del otro" (Lectures on Metaphysics, es propia del entendimiento, Verstand; no es una ocasión. De ahí el doble
XXV). Según Dugald Stewart, la abs- la abstracción por así decirlo realiza- sentido de la abstracción — conside-
tracción es el "poder que tiene el da, lo universal concreto, es objeto rada como abstracción metafísica más
entendimiento de separar las combi- de la razón, Vemunft. que matemática: la abstracción de
naciones que le son ofrecidas" (Elé- Entre los autores de nuestro siglo la actualidad y la abstracción de la
ments, II iv 1). Puede afirmarse que que se han ocupado de la cuestión posibilidad. Y de ahí también la exis-
mientras para muchos autores anti- de la abstracción y lo abstracto des- tencia de una "jerarquía abstractiva".
guos y medievales la abstracción es tacan Husserl y Whitehead. Husserl Ésta se halla formada por el conjun-
primariamente una noción metafísica ha definido lo abstracto y lo concre- to de las etapas que conducen a un
que posee también dimensiones epis- to no en virtud de su idealidad o modo de abstracción de la posibili-
temológicas y psicológicas, para mu- realidad, sino en virtud de su sepa- dad y que "implica un progreso (en
chos autores modernos, en particular ración o no separación de un todo, pensamiento) a través de sucesivos
los de orientación empirista, la abs- en función de su subsistencia o no grados de complejidad creciente".
tracción es ante todo una noción psi- subsistencia en un universal concreto. "Cualquier jerarquía abstractiva, finita
cológica o, si se quiere, psico-gnoseo- De este modo, "un abstracto puro y o infinita, se basa en algún grupo
lógica que puede poseer asimismo simple es un objeto que está en un definido de simples objetos eternos.
alcance metafísico o, cuando menos, todo con respecto al cual es parte no- Este grupo es llamado la base de la je-
ontológico. independiente" (Investigaciones lógi- rarquía. Así, la base de una jerarquía
Pueden encontrarse prácticamente cas, III, § 17, trad. Morente-Gaos ). abstractiva es una reunión de objetos
en todos los filósofos ideas acerca de Lo abstracto depende pues del todo de complejidad cero" (Cfr. Science
la naturaleza, función y alcance de la en el cual está insertado, en tanto and the Modem World, 1925, Cap.
abstracción y acerca del status onto- que lo concreto es independiente de X; también, y especialmente, An En-
lógico de lo abstracto. No obstante, él, posee subsistencia propia. Por eso quiry conceming the Principies of Na-
ciertos filósofos han prestado mayor los universales no son necesariamente tural Knowledge, 1919, I, 1-4, y The
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ABS ABS ABS
Concept of Nature, 1920, Cap. IV). Leibniz y al de la nueva lógica. En ra de 'perífrasis abstractas preposi-
Una jerarquía abstractiva basada, por efecto, dice Reichenbach, "un adepto cionales"). Las otras son de la forma
ejemplo, en g, es un grupo de sim- de la lógica tradicional objetaría que 'λ x Μ' (siendo 'M' una expresión bien
ples objetos eternos que cumplen las con el fin de definir el mismo peso formada cualquiera), que Feys lla-
condiciones siguientes : ( 1 ) pertenen- debemos primeramente definir el pe- ma abstractos combinatorios (abre-
cia a ella de los miembros de g como so, y luego proceder por la adición de viatura de 'perífrasis abstractas com-
únicos objetos eternos simples de la la diferencia específica al género. Pe- binatorias'). Las primeras aparecen
jerarquía; (2) pertenencia a ella de ro no hay razón para insistir en este en la lógica usual; las segundas, en la
los componentes de cualquier objeto método poco práctico. Es admisible lógica combinatoria. Aunque sólo im-
eterno complejo, y (3) comprobación concebir la noción del mismo pe- plícitamente, estas dos formas se ha-
de que cualquier grupo de objetos so como algo anterior al concepto llaban ya en Frege. Su análisis mues-
eternos que pertenezcan a la jerar- de peso y definir el último en térmi- tra que la abstracción puede ser
quía, del mismo grado o de grado nos del primero. Esta concepción co- entendida bajo un aspecto "concep-
distinto, se hallan mancomunadamen- rresponde al procedimiento efectivo tualista" (único que, siendo propia-
te entre los componentes o componen- usado en la determinación empírica mente lógico, corresponde a la "ló-
tes derivados, por lo menos, de un del peso de un cuerpo. La balanza gica positiva"), pues toda otra inter-
objeto eterno perteneciente asimismo es un artificio que indica, no el peso, pretación (realista, nominalista o
a la jerarquía. sino la igualdad de peso. Decir que "conceptualista" en el sentido tradi-
Según algunos lógicos, la abstrac- un cuerpo pesa dos libras significa, cional), siendo metalógica, debe ser
ción no se refiere a propiedades co- por lo tanto, lo mismo que decir que excluida de la lógica stricto sensu aun
munes a varios entes, sino a clases el cuerpo tiene el mismo peso que un cuando sea considerada filosóficamen-
de objetos relacionados entre sí por cierto patrón" (loc. cit.). La "defini- te legítima. Según ello, se pueden
alguna propiedad. El punto de partida ción por abstracción" se basa en ese usar las expresiones 'abstractos prepo-
de la abstracción, que en la lógica procedimiento y en esta inversión de sicionales' y 'abstractos combinato-
clásica era intensional o comprehen- la prioridad tradicional. rios' sin necesidad de una interpreta-
sivo, se hace aquí extensional. En Podemos concluir que la noción de ción metalógica.
parte de la nueva lógica, el concepto abstracción ha sido usada en el cur- Además de las obras referidas en
de abstracción está, pues, estrecha- so de la historia de la filosofía en el texto del artículo, véanse las si-
mente relacionado con la noción de tres distintos sentidos: el ontológico, guientes. Abstracción en general: H.
clase. Pero como cada relación (v. ) el psicológico y el lógico. El primero Schmidkunz, Ueber die Abstraktion,
transitiva, simétrica y reflexiva da ori- ha predominado en la filosofía anti- 1889. — J. Laporte, Le problème de
gua y medieval; el segundo, en la l´abstraction, 1940. — Giovanni Faus-
gen a una clase, resulta que, a dife- ti, Teoria dell'Astrazione, 1947. —
rencia de lo que ocurría en los proce- filosofía moderna; el tercero, en va- R. Bianchi-Bandinelli, Organicità e
sos abstractivos tradicionales, no es ne- rias direcciones de la lógica contem- astrazione, 1956. — Abstracción y
cesario atender a una multiplicación poránea. Conviene advertir, sin em- dialéctica: L. Jordán, Schule der
creciente de propiedades. Si, por bargo, que en muchas ocasiones los Abstraktion und der Dialektik. Neue
ejemplo, intentamos definir, de acuer- tres sentidos se han entremezcla- Wege begrifflichen Denkens, 1932.
do con Russell, la propiedad abstracta do. Así, por ejemplo, en la filosofía — Abstracción metafísica: N. Baltha-
"dirección espacial", la reduciremos antigua y medieval el examen de la sar, L'abstraction métaphysique et
previamente a la relación transitiva, noción ontológica de abstracción ha l'analogie des êtres dans l´être, 1935.
simétrica y reflexiva de "paralelismo hecho frecuente uso de conceptos ló- — Definición por abstracción: H.
Scholz y H. Schweitzer, Die soge-
entre líneas rectas", con lo cual la di- gicos, y en la época contemporánea nannte Définition durch Abstraktion.
rección de una línea es interpretada el examen de la noción desde el punto Eine Theorie der Definitionen durch
como la clase de líneas paralelas a esta de vista lógico no permite siempre Bildung von Gleichheitsverwandt-
línea (Cfr. Reichenbach, Elements of eliminar supuestos ontológicos, y en schaften, 1935. — Abstracción en Pla
Symbolic Logic, 1947, § 37 ). Lo mis- particular las cuestiones relativas a tón y Aristóteles: P. Gohlke, Die
mo ocurre con la definición abstracti- los universales ( VÉASE ). Lehre von der Abstraktion bei Plato
va de la noción de peso. No es ya Para una aclaración sobre el tér- und Aristoteles, 1914 [Abhandlungen
una propiedad abstracta del cuerpo; mino 'abstracto' tal como es usado zur Philosophie und ihrer Geschichte,
el peso de un cuerpo designa más bien en la lógica de las clases y en la 46]. — En San Alberto el Grande:
Ulrich Dähnert, Die Erkenntnislehre
la clase de todos los objetos que lógica de las relaciones véanse CLASE des Albertus Magnus gemessen an der
poseen el mismo peso que el cuerpo y RELACIÓN. Observemos aquí para Stufen der "Astractio", 1934. — San
en cuestión. Reichenbach señala que completar la información al respecto to Tomás: L. M. Habermehl, Die
ya Leibniz había reparado en que que, según Robert Feys (quien se Abstraktionslehre des heiligen Thomas
la definición de la igualdad de una ha basado para ello probablemente von Aquin, 1933. — A. Rebollo Peña,
propiedad es lógicamente anterior en exposiciones de Alonzo Church) Abstracto y concreto en la filosofía
a la definición de tal propiedad. Con la noción de abstracto en lógica for- de Santo Tomás, 1955. — G. Van
ello se intenta responder a la obje- malizada designa la operación que Riet, "La théorie thomiste de l'abs
ción de la lógica tradicional respecto da origen a perífrasis abstractas. Unas traction", Revue philosophique de
Louvain, L (1952), 353-93. — Gustav
a la prioridad de la entidad que debe s on d e l a for ma 'x P' ( si en d o 'P ' Siewerth, Die Abstraktion und das
ser definida, objeción que va justa- una proposición), que Feys llama Sein nach der Lehre des Thomas von
mente en un sentido inverso al de abstractos proposicionales (abreviatu-
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ABS ABS ABU
Aquin, 1958 (Wort und Antwort, 21). Hobbes utiliza de este modo la no- sentido cuando se refiere a lo absurdo
— En la escuela franciscana: J. Roh- ción de absurdo para calificar con en la vida humana, tal como ha sido
mer, La théorie de l'abstraction dans ella las entidades que no entran destacado por algunos escritores que,
l´école franciscaine d'Alexandre de dentro del marco de su nominalismo aun sin ser existencialistas o aun
Halès à Jean Peckham, 1928 [Archi- corporalista, e indica que las causas rechazando formalmente tal supuesto
ves d'histoire doctrinale et littéraire filosófico, se mueven dentro de una
du Moyen Age, 3]. del absurdo son principalmente: la
falta de método al no establecer las comprensión de la vida humana muy
ABSURDO. En lenguaje corriente cercana a dicha tendencia. Es el
se llama absurdo a lo que "no puede significaciones de los términos em-
pleados; la asignación de nombres caso de la expresión de lo absurdo
ser de ninguna manera". Ya en esta en Franz Kafka y especialmente en
noción parece insertarse en la idea de cuerpos a accidentes o de acci-
dentes a cuerpos; la asignación de Albert Camus, si bien este último,
de lo absurdo la de imposibilidad. al oponerse justamente al existencia-
Sin embargo, esta imposibilidad pue- nombres de accidentes de cuerpos
situados fuera de nosotros, a los acci- lismo, proclama algo semejante a la
de ser concebida de dos maneras: o "lucidez frente a lo absurdo". En ri-
totalmente, en cuyo caso lo absurdo dentes de los propios cuerpos; la
asignación de nombres de cuerpos gor, Camus se ocupa no de una filo-
es por principio lo que carece de sofía absurda, sino, como dice explí-
significación, o parcialmente, en cuyo a expresiones; la asignación de nom-
citamente (Le mythe de Sysiphe,
caso lo absurdo sería lo que escapa bres de accidentes a nombres y ex-
1942), de una "sensibilidad absurda
a ciertas reglas o normas, sea de presiones; el uso de metáforas y figu- que puede hallarse esparcida en la
carácter lógico o de cualquier otra ras retóricas en lugar de los términos época" (Cfr. también, del mismo au-
índole. En todo caso, la ausencia de correctos, y el empleo de nombres tor, sus novelas L'Étranger y La
significación de lo absurdo —dentro que nada significan y se aprenden Chute).
de un lenguaje dado o dentro de rutinariamente (op. cit., pág. 36). Manuel de Diéguez, De l'absurde.
cualquier lenguaje como tal— parece Además de los Caps. IV y V del Précédé d'une lettre à Albert Ca-
constituir su carácter más patente, si citado Leviatán, Hobbes consagra al- mus, 1948. — Annibale Pastore, La
bien en algunos casos se admite la gunos pasajes a la diferencia entre el volontà dett'assurdo. Storia e crisi
error (en nuestro lenguaje, el predi- dell'esistenzialismo, 1948. — Ismael
posibilidad de que lo absurdo tenga Quiles, S. J., Jean Paul Sartre. El
una significación. Entonces lo absur- cado 'es erróneo') y lo absurdo (en
nuestro lenguaje, el predicado 'es ab- existencialismo del absurdo, 1949. —
do sería aquello que, no pudiendo Joseph Möller, Absurdes Sein? Eine
ser en ningún caso objeto de una surdo") en varias otras obras (Human Auseinandersetzung mit der Ontologie
efectuación intuitiva, resultaría "in- Nature, V; De corpore, III), repitien- J. P. Sartres, 1959. — Sobre lo absur-
concebible". Finalmente, se llama do a veces las mismas frases (siendo do en Hobbes: "S. Morris Engel,
absurdo a lo que, por considerarse el tratado Human Nature, 1640, an- "Hobbes' 'Table of Absurdity"', The
terior al Leviatán, 1651, y al De cor- Philosophical Review, LXX (1961),
imposible, es estimado asimismo co- 533-43.
mo afectado por el valor de falsedad. pore, 1655, puede considerarse como
el primer texto de Hobbes al respecto, ABU SALT (Abu Sait Umayya bn
Así sucede con la expresión 'reducción Abd-al-'Aziz bn Abu Salt) (1067-
al absurdo', es decir, el modo de pero hemos citado el Leviatán por
ser el más conocido y posiblemente 1134) nació en Dénia (Alicante).
argumentar que demuestra la ver- Parece haber residido algún tiempo
dad de una proposición por la fal- más consultado hoy día). En el De
Corpore ofrece, además, una "Tabla en Sevilla y luego en El Cairo y Ale-
sedad, imposibilidad o, en términos jandría; en todo caso, se dirigió, hacia
neutrales, inaplicabilidad de la con- de lo absurdo", en la que, a base de
una clasificación de tipos de proposi- 1111, a Túnez y falleció en al-Mah-
tradictoria o de las consecuencias de diyya, en Túnez.
la contradictoria. Este tipo de razo- ciones (empíricas, a las que se apli-
can los predicados 'no es erróneo' y Abu Salt escribió numerosas obras
namiento es habitual en la geome- sobre diversos temas, poéticos, cientí-
tría y ha sido empleado también por 'es erróneo'; analíticas, a las que se
aplican los predicados 'es verdadero' ficos, filosóficos, etc. De los escritos
Zenón de Elea para sus demostra- filosóficos ha quedado su Taqwim al-
ciones de la imposibilidad del mo- y 'es falso'; y propiamente ficticias
—o, mejor dicho, simplemente ima- Dihn (Rectificación de la mente),
vimiento y de la multiplicidad del ser. obra de carácter lógico en la cual se
Hobbes llamaba absurdas a las ex- ginativas—, a las que se aplica el
predicado 'es absurdo'). Hay fre- hace uso de las partes esenciales del
presiones sin sentido; la posibilidad Organon aristotélico (Categorías, So-
de una afirmación general que no cuentes absurdos, por ejemplo, cuan-
do se usan nombres de una clase de bre la interpretación y los dos Analí-
sea verdadera es inconcebible y por ticos) y de la Isagoge de Porfirio. La
ello, dice Hobbes, "si un hombre entidades como si perteneciesen a
otra clase de entidades. lógica de Abu Salt es a la vez una
me habla de un rectángulo redondo; teoría del conocimiento, pues estudia
o de accidentes del pan en el que- En un sentido parecido al de Hob-
bes se usa hoy la expresión 'es absur- las condiciones de la demostración co-
so, o de substancias inmateriales; o de mo conocimiento verdadero, dedican-
un sujeto libre, de una voluntad libre do' por quienes estiman que deben
eliminarse del lenguaje todas las ex- do atención preferente a la demostra-
o de cualquier cosa libre, pero libre ción silogística. Sin embargo, la
de ser obstaculizada por algo opues- presiones que no pueden ser verifica-
das por la experiencia o que no siguen demostración silogística constituye so-
to, yo no diré que está en un error, lamente la parte formal de la demos-
sino que sus palabras carecen de las reglas de una determinada sin-
taxis. tración; para que el conocimiento sea
significación; esto es, que son absur- verdadero es menester que lo sean las
das" (Leviatán, t. esp., 1940, pág. 35). En cambio, lo absurdo posee otro
39
ABU ACA ACA
premisas en las cuales hay que de- haber intentado acoger muchas ideas tonska we Florencji", Kwartalnik Fi-
mostrar la verdad por medio de la aristotélicas. La infiltración del aris- lozoficzny, X (1932), XI (1933), XII
causa. Ésta es el fundamento del co- totelismo tuvo lugar a veces sin con- (1935). — N. A. Robb, Neoplatonism
nocimiento verdadero y en ella se fun- ciencia de ello. En otras ocasiones, of the Italian Renaissance, 1935. —
da el conocimiento de lo que son las empero, los mismos autores insistieron Para las obras de Marsilio Ficino,
Pico della Mirándola, Plethon, León
cosas de que se habla en las premi- sobre la necesidad por lo menos de Hebreo y Savonarola, véanse los co-
sas. Abu Salt sigue fundamentalmente un serio estudio de las doctrinas del rrespondientes artículos. — Obras del
a Aristóteles en sus teorías del silo- Estagirita. En el caso del Cardenal Cardenal Bessarion en Migne, P. G.,
gismo y de la demostración, pero Bessarion ( 1403-1472), quien se opu- CLXI. Véase H. Vast, Le cardinal
introduce algunas modificaciones en so a los aristotélicos en su Adversus Bessarion, étude sur la Chrétienté et
la doctrina aristotélica de la proposi- calumniatorem Platonis (1469), pero la Renaissance vers le milieu du 15e
ción y de la clasificación de las pro- quien a la vez proclamó que no podía siècle, 1878. — Sadov, Bessarion de
posiciones teniendo en cuenta la es- refutarse el aristotelismo mediante Nicée, son rôle au concile de Ferrara-
tructura de la lengua árabe (por simples argumentos retóricos. Florence, ses oeuvres theólogiques et
sa place dans l'histoire de l'humanis-
ejemplo, la división del verbo en sus- Otros autores de la misma genera- me, 1833. — R. Rocholl, Bessarion,
tantivo y no sustantivo). ción de Pico della Mirandola no pue- Studie ZUT Geschichte der Renaissance,
El Taqwim al-Dihn fue traducido den ser considerados como miembros 1904. — L. Mohler, Die Wieder-
y publicado por Ángel González Pa- de la Academia Florentina en sentido belebung des Platonstudiums in der
lencia en 1915. Véase Miguel Cruz estricto, pero las fuertes influencias Zeit der Renaissance durch Kardinal
Hernández, Historia de la filosofía es- recibidas del platonismo renacentista Bessarion, 1921 [Vereinschrift der
pañola. Filosofía hispano-musulmana, Görresgessellschaft, III]. — Íd., íd.,
tomo I (1957), págs. 323-36. y el hecho de coincidir en varios
puntos con doctrinas de los filósofos Kardinal Bessarion, 2 vols., 1923-27.
ABUBÁKER. Véase ABENTOFAIL. — Íd., íd., Kardinal Bessarion als
mencionados en el párrafo anterior Theolog, Humanist und Staatsmann,
ACADEMIA FLORENTINA. La permiten agruparlos, si no bajo el
llegada del filósofo bizantino Geor- 1942. — Obras de Reuchlin: De ver-
nombre de "académicos florentinos", bo mirifico libri tres, 1494 y De arte
gios Gemistos Plethon (v. ) a la corte sí cuando menos bajo el nombre de cabbalistica libri tres, 1494. — Véase
florentina de Cosme de Médicis, y las "platónicos italianos", pues aun cuan- Meyerhoff, J. Reuchlin und seine Zeit,
enseñanzas que dio en la misma de do uno de ellos, León Hebreo (v.), 1830. — L. Geiger, J. R., Sein Leben
la filosofía platónica y neoplatónica nació en Lisboa, vivió largo tiempo und seine Werke, 1871.
indujeron a Cosme a fundar la llamada en Italia y publicó allí sus obras. Fi- ACADEMIA PLATÓNICA. La es-
Academia Florentina o Academia gura entre ellos el mencionado León cuela fundada por Platón recibió el
platónica de Florencia en 1459. La Hebreo y G. Savonarola ( VÉASE). León nombre de Academia por estar situada
Academia fue protegida asimismo por Hebreo (VÉASE ) formuló en sus fa- en los jardines consagrados al héroe
Lorenzo de Médicis. Sus principales mosos Dialoghi d'amore una doctrina ateniense Academos. Su principal
miembros fueron, además de Plethon, platónico-mística del amor intelectual función oficial pareció ser el culto de
el Cardenal Bessarion, Marsilio Fici- que a veces ha sido considerada como las musas, pues una escuela filosófica
no y luego Pico della Mirándola. La un precedente de la teoría spinozia- ateniense debía ser en principio una
tendencia común fue, ante todo, el na. Savonarola, más conocido como comunidad destinada al culto, un
ensalzamiento de Platón. Pero como reformador religioso que como filósofo, qi/asoj (Diógenes Laercio, III 25),
éste fue interpretado con frecuencia fue autor de un Compendium to-tius con sacrificios regulares o comunes,
en sentido neoplatónico, la Academia philosophiae, influido por el pla- koina\ (iera/ . Pero junto al culto o en
Florentina puede ser considerada tanto tonismo, pero con ciertos rasgos aris- torno a él se desarrolló una intensa
una Academia platónica como una totélicos. A los platónicos humanistas actividad filosófica y científica — esta
Academia neoplatónica. Otros rasgos puede agregarse un alemán: Johannes última especialmente en las esferas de
comunes fueron: oposición al aristo- Reuchl'in (1455-1522), defensor del la matemática, la música, la astrono-
telismo y en particular al averroísmo, humanismo dentro del marco de un mía y la división y clasificación, to-
fuertes tendencias humanistas y con- neoplatonismo cabalista. Hay que ob- das ellas consideradas, al menos por
siguiente importancia dada al "buen servar, por lo demás, que el platonis- Platón, como propedéutica para la
decir" y a la elocuencia en filosofía, mo y neoplatonismo influyeron en dialéctica. La Academia platónica no
intentos de conciliar el platonismo muchas otras corrientes del Renaci- puede ser considerada como una Aca-
con el cristianismo. Dentro de ello miento, inclusive en algunas que pa- demia en sentido moderno (W. Jae-
hay rasgos particulares debidos a los recían opuestas a Platón; es el caso ger), pero aunque algunos autores
diferentes miembros. Nos hemos re- de las renovaciones del estoicismo y el (E. Howald) han reducido las activi-
ferido a algunos de ellos en los ar- epicureismo a que nos hemos refe- dades de la misma a las del culto,
tículos dedicados a Marsilio Ficino y rido en los correspondientes artículos. esta tesis ha sido considerada como
a Pico della Mirandola (por ejemplo, R. Sieveking, Die florentinische muy exagerada (K. Praechter, H.
ciertas tendencias al cabalismo y a Akademie, 1812. — L. Ferri, "Il Pla- Cherniss). Importante era, en efecto,
la busca de un Dios verdadero en tonismo nell'Accademia Florentina", en la Academia la actividad pedagó-
todas las religiones por parte de este Nuova Antologia (Julio de 1891). — gica, que se manifestaba en forma de
último autor). Agreguemos aquí que A. della Torre, Storia dell'Academia lecciones y de diálogos. Hay que ob-
entre otras particularidades de varios platónica di Firenze, 1902. — M. servar que la Academia platónica —y
miembros de la Academia se halla el Heitzman, "Studja nad Akademja pla-
también en este respecto hay nota-
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ACA ACA ACA
bles diferencias entre ella y el Liceo demia media (o segunda Academia], res de esta tendencia. Por otro lado,
(VÉASE) aristotélico— irradiaba in- Academia nueva (o tercera Acade- hacia lo que podría llamarse el pla-
fluencia, cuando menos en la época mia). Los límites entre las dos últimas tonismo ecléctico. Este último tiene
de Platón y gracias en gran parte a son imprecisos. Además, algunos con- una relación estrecha con el eclecti-
su personalidad, no solamente en el sideran el período iniciado por Filón cismo de Antíoco de Ascalón, y con-
terreno religioso, moral y científico, de Larisa como una cuarta Academia, siste en un esfuerzo por armonizar las
sino también en el político. llamada asimismo Academia novísi- ideas platónicas con las peripatéticas
La Academia platónica tuvo larga ma. En cuanto a otros aspectos de la y las estoicas, un fuerte interés por
vida. De hecho, persistió hasta el tradición platónica en un sentido más la mística pitagorizante y una fre-
año 529, en que fue cerrada por de- general, los exponemos en el artículo cuente inclinación hacia la discusión
creto del emperador Justiniano, aun- Platonismo (VÉASE). de problemas teológicos. Represen-
que, conviene advertir, por motivos Los principales representantes de tantes principales de esta tendencia
religiosos más bien que filosóficos, la Academia antigua son Espeusipo, son Eudoro de Alejandría, Plutarco
pues el platonismo siguió influyendo Jenócrates, Heráclides Póntico, Pole- de Alejandría. Teón de Esmirna, Al-
considerablemente en la filosofía bi- món, Crates y Crantor. Como figuras bino, Nigrino, Nicostrato, Ático, Cel-
zantina (VÉASE). Ahora bien, la per- menores podemos mencionar a Her- so, Máximo de Tiro, Severo. Los ar-
sistencia de la Academia no significa modoro y a Kion o Jion. De los ar- tículos dedicados a estos pensadores
que hubiese habido en ella continui- tículos dedicados a los primeros pue- permiten ver cuáles fueron sus prin-
dad filosófica, ni siquiera que hubiese den deducirse las tendencias prin- cipales problemas y sus más caracte-
habido acuerdo entre los escolarcas o cipales que dominaron en la Aca- rísticas doctrinas.
los miembros de la escuela con res- demia durante este período: ideas Th. Gomperz, "Die Akademie und
pecto a las enseñanzas de Platón, aun pitagorizantes, afirmación de que la ihr vermeintlicher Philomacedonis-
las más fundamentales, como la teo- percepción proporciona también co- mus", Wiener Studien, IV (1882),
ría de las ideas. Las críticas de Aris- nocimiento, investigaciones sobre los 102-20. — H. Usener, "Die Or-
ganisation der wissenschaftlichen
tóteles a Platón permiten advertir grados del saber, mezcla de rasgos Arbeit in der platonischen Akade-
claramente estas discrepancias. Puesto ascéticos con otros hedonistas (como mie", 1884 (reimpreso en Kleine
que, como lo ha mostrado Harold en Polemón y Crantor), ciertas ten- Schriften, III, 1912). — L. Keller
Cherniss, Aristóteles no se basó para dencias que aproximaron algunos aca- "Die Akademie der Platoniker im Al-
sus críticas en supuestas lecciones ora- démicos (por ejemplo, Crates), al ci- tertum", Monatshefte der Comenius-
les de Platón, hay que suponer, o nismo. El principal representante de gesellschaft, 1899. — O. Immisch,
bien que se trata de una interpreta- la Academia media es Arcesilao. Co- "Die Akademie Platons und die mo-
dernen Akademien", Neue Jahrbü-
ción sui generis del Estagirita, o bien, mo figuras menores podemos men- cher für klassische Philologie, CL
como parece más probable, de una cionar a Laquides, Telecles, Euan- (1894), 421-42. — E. Howald, Die
crítica de la elaboración de la doc- dro y Heguesino. Característico de platonische Akademie und das moder-
trina de Platón por parte de los más este período es el anti-dogmatismo y ne Universitas litterarum, 1921. — P.
inmediatos discípulos de éste. Ahora el escepticismo moderado en la teoría L. Landsberg, Wesen und Bedeutung
bien, estos discípulos parecieron ale- del conocimiento. Los principales der platonischen Akademie, 1923
jarse considerablemente del platonis- representantes de la Academia nueva (trad. esp.: La Academia platónica,
1926). — Pan Aristophron, Plato's
mo. Así, ya el primer escolarca su- son Carnéades y Clitómaco. Este pe- Academy. The Birth of the Idea of
cesor de Platón, su sobrino Espeusi- ríodo no se distingue sustancialmen- Its Rediscovery, 1934. — O. Gigon,
po, rechazó la teoría de las ideas. te del anterior en cuanto al contenido "Zur Geschichte der sogenannten
Conocemos la sucesión de los esco- filosófico, pero agrega al anti-dog- Neuen Akademie", Museum Helve-
larcas principalmente por medio de matismo el probabilismo ( VÉASE). Los ticum (1944). — H. Cherniss, The
la Crónica de Apolodoro (Fasti Apo- académicos medios y nuevos polemi- Riddle of the Early Academy, 1945
zaron frecuentemente contra el estoi- (también del mismo autor: Aristo-
llodoreí), y hemos dado una lista de tle's Criticism of Plato and the Aca-
los mismos según aparece en Ueber- cismo. A veces se incluye entre los demy, I, 1944). — Hans Herter, Pla-
weg-Praechter (de acuerdo con las in- académicos nuevos a Filón de Larisa tons Akademie, 2a ed., 1952. — O.
vestigaciones de K. Zumpt, E. Zeller, y a Antíoco de Ascalón, pero, como Seel, Die platonische Akademie. Eine
S. Mekler y F. Jacoby) en el artículo hemos visto en los artículos sobre los Vorlesung und eine Auseinanderset-
Escolarca ( VÉASE). Esta lista com- mismos, su inclinación hacia el dog- zung, 1953. — Importantes referen-
prende, sin embargo, también varios matismo moderado (que considera- cias a la Academia se hallan asimis-
ban más fiel al espíritu y a la letra de mo, entre otras obras, en el volumen
filósofos neoplatónicos. Ahora bien, sobre Platón de Wilamowitz-Moellen-
es costumbre excluir a estos filósofos Platón), hacia un entendimiento con dorff y en el volumen sobre Aristó-
de lo que se considera como el perío- los estoicos y hacia el eclecticismo, teles de W. Jaeger. — Aunque se
do "clásico" de la Academia plató- hace que a menudo se consideren refieren a la cuestión del autor o
nica, el cual comprende desde Platón como miembros de la llamada Aca- autores de las obras de Platón, arro-
hasta Teomnesto de Naucratis. En el demia novísima. Desde esta época, jan asimismo luz sobre los problemas
presente artículo nos limitaremos a la filosofía de la Academia se bifurca concernientes a la Academia plató-
en dos direcciones. Por un lado, ha- nica los trabajos de Joseph Zürcher,
este período y dividiremos, de acuer- Das Corpus Academicum (to\ Su/nta-
do con la tradición, la Academia en cia el neoplatonismo, en particular de gma )Akadhmikon). In neuer Auffas-
tres períodos: Academia antigua, Aca- los que se considera como precurso- sung dargestellt, 1954 y Lexicon
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ACC ACC ACC
Academicum, 1954. — índice de fi- sujeto; el otro, inseparable. Así, dor- inherencia: "el accidente es aquello
lósofos académicos: Academicorum mir es un accidente separable; ser cuyo ser consiste solamente en inhe-
philosophorum index Herculanensis, negro, aunque sea un accidente inse- rir en algo". Por otro lado, el proble-
ed. S. Mekler, 1902, 2a ed., 1958. parable para el cuervo y para el etío- ma de la distinción o separación entre
ACCIDENTE. Lo que ocurre pe, no impide que haya la posibilidad accidente y substancia estaba estre-
(sumbai/ n ei , accidit) a algo sin cons- de concebir un cuervo blanco y un chamente vinculado con el problema
tituir un elemento esencial o derivar etíope que pierda su color sin que el de su individualidad, con el de la pro-
de su naturaleza esencial es un acci- sujeto sea destruido. También puede ducción del accidente, y aun con
dente — algo "accidental". Aristóte- definirse como sigue: el accidente es el del propio accidente en cuanto
les definió el accidente, sumbebhko/j lo que puede pertenecer o no al mis- forma, es decir, con su accidenteïtas.
como sigue: "El accidente es lo que, mo sujeto, o, finalmente, lo que no es Ahora bien, la distinción real entre
a pesar de no ser ni definición ni lo ni género, ni diferencia, ni especie, ni accidente y substancia, no obstante
propio [propiedad] ni género, perte- lo propio y, sin embargo, subsiste su postulada inherencia, no corres-
nece a la cosa; o lo que puede perte- siempre en un sujeto." ponde a muchas de las direcciones
necer a una sola y misma cosa, sea Siguiendo a Aristóteles, a Porfirio de la filosofía moderna, sobre todo
la que fuere; como, por ejemplo, estar y a Boecio especialmente, los escolás- de la metafísica del siglo XVII,
sentado puede pertenecer o no a un ticos han tratado con gran detalle la para la cual el accidente se presenta
mismo ser determinado, y también noción de accidente. Muchas son las como un aspecto de la substancia. El
blanco, pues nada impide que la misma definiciones dadas de 'accidente' (se- accidente se llama entonces casi
cosa sea ora blanca, ora no blanca. La gún Léon Baudry, Guillermo de Oc- siempre modo (VÉASE), y se considera,
segunda de estas dos definiciones es cam da nada menos que cuarenta y según ocurre en Spinoza, como
la mejor, pues si se adopta la primera dos definiciones, si bien pueden redu- afección de la substancia. Pero al ser
es menester para comprenderla saber ya cirse a cinco esenciales). En general, colocado, por así decirlo, dentro de
lo que son la definición, lo propio y el la doctrina del accidente es tratada la substancia, el accidente tiende a
género, en tanto que la segunda se por los escolásticos —especialmente identificarse con ella y a anularse
basta a sí misma para comprender lo por los neoescolásticos— en dos sec- toda distinción posible, pues se
que es en sí aquello de que se habla" ciones: en la lógica y en la ontología. descubre una sola y no varias
(Top., I 5, 102 b 4 y sigs.). El Desde el punto de vista lógico, el ac- maneras de inherencia. Hay, en suma,
accidente es "lo que pertenece a un cidente aparece, al lado de la substan- una sola manera de ser el modo
ser y puede ser afirmado de él en cia, como uno de los dos supremos gé- afección de la substancia, y no una
verdad, pero no siendo por ello ni neros de las cosas, entendiendo por trama de relaciones como las de parte-
necesario ni constante (Met., Λ 1025 a ellos los géneros lógicos y todavía no todo, efec-to-causa, consecuencia-
13-5). Lo accidental se distingue por los trascendentales. El accidente es principio, etc. Esta concepción podía
ello de lo esencial. Se distingue entonces el accidente predicable, o sea constituir la base para una ulterior
también de lo necesario, de tal modo el modo por el cual algo "inhiere" en negación del concepto mismo de
que el accidente es fortuito y un sujeto. Desde el punto de vista substancia, pues esto no implicaba la
contingente, puede existir o no exis- ontológico, el accidente es prédica- negación de lo real, sino la atribución
tir. Se ha preguntado a veces si hay mental o real, es decir, expresa el a lo real de fenomenalidad.
una ciencia de los accidentes, es de- modo por el cual el ente existe. Se llama impropiamente defini-
cir, del ser por accidente, kata\ De este accidente se dice que natu- ción por el accidente a la que tiene
sumbebhko/j . Aristóteles contesta a ralmente no es en sí, sino en otro, lugar mediante la indicación de los
esta pregunta negativamente. Aunque por lo cual el accidente posee meta- caracteres o notas accidentales del
una respuesta tajante a la cuestión físicamente una especie de alteridad. objeto-sujeto. Cuando esta determi-
sea difícil, debe reconocerse que la El accidente ontológico se divide nación pretende ser una verdadera
ciencia —sea por prestar preferente entonces en absoluto y modal, pero definición se habla de "sofisma del
atención a las esencias o naturalezas, el accidente absoluto no es en ma- accidente". La conversión por el acci-
sea por pretender explicar lo que es nera alguna equiparable a la subs- dente es la que tiene lugar cuando
necesariamente como es, sea por sub- tancia y al ser que existe o puede se deduce de la universal afirmativa
rayar lo universal o la ley— tiende a existir por sí, pues es propio del una particular afirmativa: todo S es
evitar lo accidental. accidente no ser per se. De ahí que P; algún Ρ es S.
Muy influyente fue la doctrina del los escolásticos vean en el accidente ACCIÓN es la operación de un
accidente presentada por Porfirio en algo realmente distinto de la substan- agente por medio de la cual se intro-
su Isagoge como parte de la teoría cia, algo necesitado de un sujeto. La ducen modificaciones en una entidad
de los llamados predicables ( VÉASE). fórmula que conviene al accidente es, distinta del agente. El agente puede
Nos hemos extendido sobre esta teoría por lo tanto, la de que su esse est ser concebido como una causa; al
en el artículo referido. Nos limi- innesse, la de que su ser es "estar en", causarse algo se produce una acción.
taremos aquí a señalar que Porfirio es decir, "en otro". Así lo expresa También se llama "acción" —y asi-
define el accidente como sigue: "El Santo Tomás al enunciar que el acci- mismo "acto" (véase ACTO y ACTUA-
accidente es lo que se produce y des- dente es res, cuius naturae debetur LIDAD)— a la operación de una po-
aparece sin acarrear destrucción del esse in alio (S. theol, III, 9. LXXVII tencia. Los escolásticos suelen oponer
sujeto [sujeto-objeto]. Se divide en a. 1 ad 2). O el Pseudo-Grosseteste acción a pasión. "La acción de acuer-
dos especies: uno es separable del al definir el accidente en términos de
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do con la primera imposición [VÉASE] (De reductione art. ad theol., § § 1-5) matista sacrifica la verdad a los efectos
del nombre señala el origen del mo- puede valer como ejemplo de la o resultados prácticos (bien que entre
vimiento. Pues del mismo modo que concepción clásica de la acción, don- éstos haya que incluir también, como
el movimiento, según se halla en el de ésta es, en el mejor caso, acción James precisó, los propiamente
móvil de algo que se mueve, recibe interna y, por lo tanto, concentra- "mentales"); el activismo de Blondel
el nombre de pasión, el origen de tal ción de la acción y de la contem- hace de la verdad una visión directa
movimiento, en cuanto empieza en plación en una realidad única. El del dinamismo en que todo ser con-
algo y termina en aquello que se mue- predominio de la acción sobre la siste. Así, Blondel propugna una
ve, es calificado de acción" (Santo contemplación surge, en cambio, des- "lógica de la acción" que no niega
Tomás, S. theol, I q. XLI a.l ad 2). de el momento en que se establece la 'lógica de la idea', sino que la
La noción de acción puede enten- una separación entre ambas instan- comprende en su seno como un modo
derse psicológica, física y metafísica- cias, separación que conduce, en subordinado de conocimiento. Según
mente ( ontológicamente ). Muchos fi- último término, a la absorción por Blondel, la palabra 'acción', sin ex-
lósofos han prestado atención a este la acción de todo propósito contem- cluir la idea de una inmediata y per-
último sentido y han derivado de él plativo. Es el caso del idealismo fecta realidad, implica la distinción
los restantes. Metafísicamente, la no- alemán y también el de la formu- de tres fases y de tres significaciones
ción de acción es interpretada con lación por Goethe de una tesis que discernibles, separables o no. Helas
frecuencia como designando un llegar como "La Acción era en un prin- aquí. "1. La acción indica primitiva-
a ser (fien) a diferencia del ser (me). cipio" parece estar destinada a sus- mente el ímpetu iniciador en lo que
Si se proclama el primado del primero tituir al "Logos" como principio tiene de vivo y de fecundo, de pro-
sobre el segundo puede hablarse de superior. ductivo y de finalista a la vez. 2. La
una filosofía basada en la acción a El predominio de la acción se ha acción puede designar (allí donde
diferencia de una filosofía basada en transformado, sin embargo, en una una operación discursiva y compleja
el ser. Las llamadas "filosofías de la explícita filosofía activista sólo cuan- se hace indispensable para que se
acción" son filosofías activistas y di- do se ha logrado clara conciencia de realice ) la serie continua y progresiva
namicistas. Puesto que para ellas la las implicaciones que supone un tras- de los medios empleados: proceso ne-
acción es el rasgo primario de la rea- t or n o como el men ci ona d o. Así cesario para la ejecución del designio
lidad, lo que no sea acción es consi- ha ocurrido sobre todo en el curso inicial que debe recorrer el intervalo
derado o como derivado de ella o del siglo XIX y parte del XX con que separa el proyecto del efecto y,
como opuesto a ella. En muchos ca- diversas doctrinas. Marxismo, histori- según la expresión escolástica, el ter-
sos se contrapone la acción a la con- cismo, pragmatismo, afirmación de la minus a quo del terminus ad quem,
templación y se sostiene el primado voluntad de poder, suposición de que per gradus debitos. 3. La acción pue-
de aquélla sobre ésta o viceversa. De la acción resuelve los nudos forjados de significar, finalmente, el resultado
un modo general puede decirse que por la teoría, reducción del campo obtenido, la obra conseguida, la ter-
mientras el pensamiento de corte "clá- de aplicación de la inteligencia, vo- minación realizada. Puede entonces
sico" ha considerado el ser y la con- luntarismos de diversas especies: he considerarse este resultado menos co-
templación como primarios —tanto aquí lo que puede considerarse como mo un objeto bruto que como una
metafísica como psicológicamente—, manifestaciones de la citada tenden- especie de creación viviente donde
el pensamiento "actual" —o una parte cia. Lo mismo cabe decir de buena la eficacia y la finalidad han conse-
de él, que se reconoce heredera de parte de las corrientes filosóficas guido unirse valorando todas las po-
ciertos aspectos del pensamiento mo- contemporáneas, si bien en ellas la tencias mediadoras que han servido
derno— se ha inclinado a concebir conciencia de las mencionadas im- para esa maravillosa innovación, evo-
como primarios la acción y el movi- plicaciones ha producido, a su vez, cada por esa pequeña palabra llena
miento en todas sus formas. Nos re- la aspiración a cerrar la brecha entre de misteriosas riquezas: obrar" (L'Ac-
feriremos de inmediato a algunos contemplación y acción sin por ello tion, 1936, I, 40/1).
ejemplos de estas diversas concepcio- tener que regresar a fórmulas esti- Entendida la "acción" en ese am-
nes, pero conviene señalar que el con- madas caducas. Es el caso de Mau- plio sentido que engloba el pensa-
traste entre ser y acción, y ser y rice Blondel ( VÉASE), cuya "filosofía miento en vez de oponerse a él, su
contemplación, no significa siempre de la acción" no es en ningún sen- predominio se ha manifestado en to-
que uno de los términos quede com- tido un "predominio de la acción das las direcciones filosóficas en las
pletamente eliminado. Es muy común, sobre la contemplación" tal como el que se ha ampliado el marco de la
por ejemplo, en ciertos autores "tra- que se ha puesto antes de relieve. inmanencia racionalista para ceder el
dicionales" estimar que la acción que- Blondel habla, en efecto, de la acción paso a la trascendencia. Cuando, por
da englobada en la contemplación, la como de algo que comprende y abarca ejemplo, se intentaba en la Antigüe-
cual permite llevar a sus máximas po- el pensamiento sin anularlo; la dad refutar los argumentos de Zenón
sibilidades toda forma de "acción". filosofía de la acción es, así, simul- de Elea y especialmente la aporía de
La distinción establecida por San táneamente, una "crítica de la vida" Aquiles y la tortuga por el simple
Buenaventura entre la luz superior y una "ciencia de la práctica". De echar a andar, se llevaba a exagera-
o luz de la gracia, la luz interior o este modo distingue su filosofía de ción y a caricatura lo que, por otro
del conocimiento filosófico, luz infe- todo "activismo" pragmatista como lado, el pensamiento procuraba hacer
rior o del conocimiento sensible y el que ha sido defendido por James, saliendo de las vías de la identifica-
luz exterior o luz del arte mecánica Schiller o Dewey. El activismo prag- ción racional. Así, toda introducción
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ACC ACC ACC
de una discontinuidad representaba y A. Marc, Dialectique de l'action, fuerzas centrales, la velocidad multi-
sigue representando la introducción 1954. — Jean Brun, Les conquêtes de plicada por el elemento de la curva
de la "acción" en el marco de la l'homme et la séparation ontologique, da siempre un mínimo. Además no
razón. 1961. — J. de Finance, S. J., Essai sólo Leibniz, sino también Fermât,
Cuando se habla de "acción" con- sur l'agir humain, 1962 [Analecta Gre- habían mostrado en sus explicaciones
viene precisar en todo caso en qué goriana. Series Facultatis philosophi-
cae, N° 126, sectio A, 8]. Crítica del de las leyes de la refracción que un
sentido se entiende ésta y, sobre activismo de varios autores (Bergson, corpúsculo de luz que se desplaza
todo, conviene señalar si se concibe Brunschvicg, Boutroux, Le Roy, Ba- de un punto A a un punto Β atrave-
como aquello que se opone al pensar chelard, Rougier) en J. Benda, De sando medios distintos (a velocida-
o bien como aquello que incluye el quelques constantes de l'esprit hu- des diferentes) efectúa su recorrido
pensamiento. Este último sentido es main. Critique du mobilisme contem- en el menor tiempo posible.
el que predomina. Cuando en al- porain, 1950. — La noción de acción Decíamos antes que el principio ha
gunas direcciones se concibe la ac- en Aristóteles: Gianni Vattimo, Il con- sido interpretado o mecánica o te-
ción como lo único que puede so- cetto di Fare in Aristotele, 1961. — leológicamente. La primera interpre-
lucionar los conflictos de la inte- La noción de acción en Santo Tomás tación fue la dominante en el siglo
ligencia, cuando Dewey habla, por es tratada por Joseph de Finance, XVIII y hasta puede decirse que el
ejemplo, de un "idealismo de la ac- S. T., en Être et Agir dans la philo- principio así entendido fue descu-
ción", entienden todos ésta como una sophie de Saint Thomas, 1945. bierto solamente en el citado siglo,
realidad primaria que explica —no ACCIÓN (PRINCIPIO DE LA aun teniendo en cuenta el hecho de
suprime— el pensar. MENOR). En el artículo Economía que el propio Maupertuis lo aplicaba
Véase también PRAXEOLOGÍA. nos hemos referido al principio de no sólo a los fenómenos físicos, sino
Además de la obra de Blondel re- la economía del pensamiento o ley también al Ser Primero en su produc-
ferida en el texto, véanse los siguientes del mínimo esfuerzo en el proceso ción de las cosas. En cambio, si lo
trabajos, unos (como los de A. de las operaciones mentales. Aquí consideramos desde el punto de vista
Gardeil, Roig Gironella) relativos al trataremos de un principio análogo, teleológico, el principio en cuestión
blondelismo, otros (como el de Mal- pero referido a los procesos de la tiene muchos precursores. Se formuló,
gaud) concernientes al problema de Naturaleza: el llamado principio de
la relación entre acción y pensamien- en efecto, con más o menos claridad
la menor acción. Puede enunciarse en todos aquellos casos en los que
to, y otros (como la mayor parte) así: "La Naturaleza obra siempre em-
referentes a la cuestión general de la se insistió sobre la llamada ley de
acción y su relación con el conoci- pleando el menor esfuerzo o energía parsimonia en la Naturaleza. Ejemplos
miento y el saber: A. Gardeil, O. P., posibles para conseguir un fin dado." se hallan en Aristóteles (De gen. et
"L'Action. Ses exigences objectives", Aunque este enunciado tiene —por la cor., II 10, 336 a 27 sigs.), en
Revue Thomiste VI (1898), 125-38, introducción del término 'fin'— un Ptolomeo (Almagesto, III 4 y XIII
269, 294; "Ses ressources subjectives", aspecto teleológico, no debe interpre- 2), en Averroes ( Comm. in Met., XII
ibid. VII (1899), 23-39; "Les res- tarse siempre como si fuese una ley ii 4 Comm. Venetiis, VIII f. 144 vb),
sour ces du vouloir ", ibid. VII teleológica. Puede interpretarse desde
(1899), 447-61; "Les ressources de en Roberto Grosseteste (Cfr. A. C.
un punto de vista mecanicista como Crombie, Robert Grosseteste and
la raison pratique", ibid. VIII expresando un modo de operación se-
(1900), 377-99. — Giovanni Cesca, the Origins of Experimental
La filosofia della azione, 1907. — E. gún el cual un proceso natural —por Science, 1953, págs. 85-6; De Sphae-
de Roberty, Sociologie de l'action. La ejemplo, el desplazamiento de un cor- ra, ed. Baur, 1912) y probablemente
genèse sociale de la raison et les púsculo— tiene lugar de tal suerte, en otros autores. Uno de los proble-
origines rationelles de l'action, 1908. que su cantidad de acción sea la mí- mas que se plantea cuando adoptamos
— M. Pradines, Principes de toute nima posible. Este es el sentido que tal interpretación es si el principio
philosophie de l'action, 1909. — H. tiene casi siempre el principio de la de la menor acción debe entenderse
Gomperz, Die Wissenschaft und die menor acción en quien es considerado
Tat, 1924. — A. Mochi, De la con como un principio real de la Natu-
habitualmente como su descubridor: raleza o bien como una regla pragmá-
naissance à Îaction, 1928. — M. Mal- Pierre-Louis Moreau de Maupertuis.
gaud, De faction à la pensée, 1933. tica (en cuyo caso el principio de la
— T. Kotarbinski, L'Action, 1934 (en Hemos precisado en el artículo sobre menor acción es equivalente al prin-
la Biblioteca filosófica de la Sociedad él el significado preciso de 'acción' cipio de la economía del pensamien-
polaca de filosofía de Lwów). — L. dentro del principio y las discusiones to). No es siempre fácil dilucidar en
Stefanini, Mens Cordis. Giudizio a que dieron lugar las Memorias de qué sentido es usado por los autores
dell'attivismo moderno, 1934. — W. Maupertuis a las Academias de Cien- mencionados, pero puede afirmarse
M. Schering, Zuschauen oder Han- cias de París ( 1744) y Berlín ( 1746). como plausible que mientras Aristó-
deln? Beitrag zur Lage und Aufgabe Parece en todo caso que ideas aná-
der Psychologie, 1937. — W. Grèbe, teles, Averroes y Grosseteste lo con-
logas al principio de Maupertuis sideraban como un principio real,
Der tätige Mensch. Untersuchungen se encuentran en varios autores de
zur Philosophie des Handelns, 1937. Ptolomeo lo formuló como un prin-
— M. Riveline, Essai sur le problè la época (Euler, Leibniz, Fermat). cipio pragmático. No es fácil ver qué
me le plus générale: action et logique, Así, por ejemplo, L. Euler mostró en sentido tiene el principio en cuestión
1939. — J. Roig Gironella, La filoso su Methodus inveniendi lineas curvas en Newton, pues aunque se halla
fía de la acción, 1943. — H. Duméry, maximi vel minimi proprietate gau- formulado como una "Regla de razo-
La philosophie de l'action. Essai sur dentes (1744) que en las trayectorias namiento en filosofía" ["filosofía" -
l' intellectualisme blondélien, 1948. — descritas por cuerpos movidos por "filosofía natural", es decir, "física"]
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ACC ACO ACO
al principio del Libro III de su Phi- gasto de energía opera de un modo 1492-1520-ca. 1578), nac. en Trento,
losophia naturalis principia mathema- omnipresente en la actividad destina- fue de profesión ingeniero, pero se
tica (Regla I), ofrece varios aspec- da a comprender el mundo, pues sin interesó por muchos problemas, espe-
tos: el de un principio del pensar, el tal principio no habría ni tal reduc- cialmente por problemas teológicos y
de un supuesto sobre la realidad y ción ni tal subsunción. Cuando la rea- metodológicos. Secretario del Carde-
hasta —dentro de una "filosofía" me- lidad que se trata de percibir es el nal Maruzzo, repudió luego la doctrina
canicista— el de una imagen teleoló- todo, la filosofía se encarga de ello, papal, refugiándose en Suiza, Es-
gica. He aquí su formulación: "No de modo que la actividad filosófica trasburgo y, finalmente, en Inglaterra,
debemos admitir más causas de las como pensar del todo puede definirse en donde defendió un protestantismo
cosas naturales que las que son a la como un pensar del mundo según el radical, siendo protegido de la reina
vez verdaderas y suficientes para ex- principio del menor gasto de energía. Isabel. Bayle le dedicó un articulo en
plicar sus apariencias. A este efecto, Varias objeciones se han formulado su Dictionnaire, pero luego cayó en el
los filósofos dicen que la Naturaleza contra el principio de la menor ac- olvido; en su Histoire de la philosophie
no hace nada en vano, y es tanto más ción en el sentido anterior. Mencio- moderne (tomo II, 1958, págs. 2 y
en vano cuanto menos sirve; pues a naremos dos. Una de ellas destaca el sigs.), J. M. Degérando lo llama
la Naturaleza le agrada la simplici- hecho de que la idea del principio en "un ingénieur italien, aujourd'hui
dad y no se viste con las galas de las oublié", pero afirma que "fue el pri-
cuestión está basada en el supuesto
causas superfluas." mero que tuvo el mérito de vivir y
indemostrado de que los organismos
Hemos señalado antes la relación proclamar las verdades que más tarde
biológicos tratan de ajustar entera- desarrollaron Bacon y Descartes". De-
que hay a veces entre el principio
mente el esfuerzo a los fines, cuando gérando se refiere con ello a la obra
de la menor acción y el llamado prin-
lo que ocurre de hecho es casi siem- de Aconcio sobre el método (véase
cipio de economía (VÉASE). Al hablar
de este último en el correspondiente pre lo contrario: que el organismo bibliografía), en donde el autor pone
artículo nos hemos referido a la doc- gasta mucha mayor energía de la que de relieve que el estudio del método
trina de Avenarius. Completamos aho- le "correspondería" según la acción es fundamental para la adquisición
ra la información allí proporcionada, que se propone desarrollar. El orga- de conocimientos verdaderos y ade-
por cuanto el propio Avenarius dio nismo biológico, en suma, es, según cuada comunicación de estos conoci-
al principio de economía un nombre esta objeción, un derrochador más mientos — lo que hace de la metodo-
muy parecido al del principio de la bien que un ahorrador de energía. La logía de Aconcio una doctrina a la vez
menor acción: el principio del menor otra objeción se refiere a las dificul- lógica, gnoseológica y pedagógica.
gasto de energía (Princip des Mein- tades que plantea el origen de la ac- Aconcio empieza por delimitar la es-
sten Kraftmasses). Así, en la obra en tividad del organismo —o del "al- fera de lo cognoscible: sólo pueden
la cual presentó por vez primera este ma"— de acuerdo con el principio conocerse las cosas que son finitas y
principio (Philosophie als Denken der del menor gasto de energía. Si es un también inmutables. Luego indica que
Welt gemäss dem Princip des klein- origen empírico solamente está diri- todo conocimiento "deducido por vía
sten Kraftmasses, 1876; hay trad. gido por la experiencia. Pero como la de razonamiento" supone una verdad
esp.: La filosofía como el pensar del experiencia es un tanteo, es probable "primitiva, inmediata, natural e inde-
mundo de acuerdo con el principio que en el curso del mismo se dilapi- pendiente del razonamiento". El mé-
del menor gasto de energía, 1947) den más bien que se ahorren ener- todo debe conducir a la adquisición
el citado autor manifestaba que toda gías. Si es un origen supra-empírico, de estas nociones primitivas y básicas
la actividad del alma está regida por hay que admitir la existencia de una de las cuales dependen los demás co-
un principio de economía sin el cual finalidad, en cuyo caso la actuación nocimientos. Las nociones en cuestión
no sería posible la conservación del según el principio es solamente el re- no son las que se conocen primero en
individuo. Según tal principio, el alma sultado de una deducción lógica en la el orden del tiempo; son las primeras
trata de obtener el mayor resultado cual sólo da más lo que se había sólo en el orden de la evidencia. Así,
posible con el menor esfuerzo posi- anteriormente supuesto. las nociones particulares son cronoló-
ble. Si aplicamos este principio al Véase el final de la bibliografía gicamente anteriores a las nociones
acto del apercibir, advertimos que del artículo ECONOMÍA. — Además: más generales, pero éstas preceden a
tiene lugar en tal forma, que lo que se P. E. B. Jourdain, "The Principie of aquéllas en cuanto a su posición en la
tiene que apercibir es asimilado por Least Action. Remarks on Some Pas- jerarquía de las verdades. Todo esto
la actividad apercipiente, la cual le sages in Mach's Mechanics", The Mo- parece hacer de Aconcio un "raciona-
da forma y sentido de acuerdo con nist, XXII (1912), 285-304. — Íd., lista". Sin embargo, debe tenerse pre-
las experiencias anteriores. Con ello íd., "Maupertuis and the Principie of sente que Aconcio distingue entre
Least Action", ibíd., XXII (1912),
se forman hábitos intelectuales, cuya 414-59. — Íd., íd., "The Nature and conocimiento de lo abstracto y cono-
organización constituye el fundamento Validity of the Principie of Least Ac- cimiento de experiencia y propone
del conocimiento. Toda la vida tion", ibíd., XXIII (1913), 277-93.— separar por lo pronto uno de otro.
espiritual está regida por estas for- P. Brunet, Étude historique sur le Pero esta separación no puede persistir
mas, las cuales consisten últimamente principe de la moindre action, 1938. indefinidamente; en efecto, en el
o en reducir lo desconocido a lo — M. Guéroult, Dynamique et mé- conocimiento de experiencia se aplica
conocido o en subsumir las represen- taphysique leibmziennes, 1934. ya un modo —o, mejor dicho, diver-
taciones particulares bajo conceptos ACONCIO (GIACOMO) [Aconzio, sos modos— de análisis que tienen
generales. Así, el principio del menor Concio; Acontius, Jacobus] (entre que llevarse a cabo según principios
45
ACR ACT ACT
racionales. En último término, el me- ACTO Y ACTUALIDAD. Estudia- te (Phys., IV 201 a). En este "llevar
jor método de conocimiento es el que remos estos conceptos en su acepción a cabo" el ser pasa de la potencia de
va de los efectos a las causas y de los filosófica técnica, prescindiendo de ser algo al acto de serlo; el cambio
fines a los medios, pero de acuerdo sus muchos significados comunes. Pa- es paso de la potencia a la actualidad.
con el orden de las evidencias que se ra el sentido de "acto" como "acción" Se ha dicho a veces que la contra-
vayan obteniendo en el proceso del véase el artículo sobre este último posición entre potencia y acto en Aris-
conocimiento. Se trata así, pues, de concepto. tóteles es idéntica, o cuando menos
un método inductivo-analítico. Aristóteles introdujo en su filosofía muy similar, a la contraposición entre
En su tiempo Aconcio fue famoso los términos e)ne/rgeia —que se vier- materia y forma. No negamos que
ten usualmente por "acto" o "actuali- haya una analogía entre ambos pares
sobre todo por la colección de escritos
agrupados bajo el título: Estratagemas dad"— y du/namij — que se traduce de conceptos. Pero en modo alguno
comunmente por "potencia" (Cfr. al- pueden equipararse. La forma es la
de Satanás. Esas "estratagemas" eran
gunos loci en bibliografía, infra). En esencia, o uno de los aspectos de la
para el autor los credos dogmáticos esencia, de un ser; en cambio, el acto
cristianos. El carácter radical de la el artículo sobre la noción de Potencia
(VÉASE) analizamos varios significados incluye una cierta operación. Cuando
crítica de Aconcio al respecto suscitó esta operación culmina tenemos la en-
aristotélicos de este concepto en rela-
la hostilidad no sólo de los católicos, telequia (véanse, sin embargo, en el
ción con el de acto. Tendremos que
sino también de algunos protestantes, reiterar aquí algunos de ellos para artículo sobre este último concepto
los cuales juzgaron que Aconcio había mayor claridad. Los términos en cues- sus varias significaciones).
llegado demasiado lejos en su actitud tión constituyen una parte fundamen- No es fácil definir la noción aristo-
crítica. tal del arsenal conceptual aristotélico télica de "acto". Se puede decir que
Obras: De methodo, hoc est, de y se aplican a muy diversas partes de el acto es la realidad del ser, de tal
recte investigandarum tradendarum-
que artium et scientiarum ratione (Ba- su filosofía, pero aquí los estudiare- modo que, como indicó el Estagirita
silea, 1558), en una colección de mos desde el punto de vista de la el acto es (lógicamente; acaso formal-
escritos titulada: De studiis bene ins- "Física" y de la metafísica — y, per- ontológicamente ) anterior a la poten-
tituendis. — Stratagematae Satanae dónesenos el anacronismo, desde el cia. Sólo a base de lo actual puede
(Basilea, 1565); otra ed. (Basilea, punto de vista de la "ontología ge- entenderse lo potencial. Puede decirse
1610) con una carta del autor titu- neral". Empezaremos considerándolos asimismo que el acto determina
lada "De ratione edendorum libro- como un intento de explicación del (ontológicamente) el ser, siendo de este
rum". De las Estratagemas se publicó
una versión francesa: Les Ruzes de movimiento en tanto que devenir modo a la vez su realidad propia y su
Satán (Basilea, 1565). — Edición crí- (VÉASE). principio. Puede destacarse el aspecto
tica del De methodo y otros escritos El movimiento como cambio en formal o el aspecto real del acto.
de Aconcio, con trad. italiana y notas: una realidad (llamado a veces "mo- Finalmente, puede decirse que el acto
G. Radetti, ed., De methodo; Dialogo vimiento cualitativo" para diferenciar- es "lo que hace ser a lo que es".
di Giacomo Riccamati; Somma bre- lo del movimiento local, y calificado Ninguna de las definiciones resulta
vissima délia dottrina cristiana; Una suficiente. Aristóteles, que se da cuenta
esortazione al timor di Dio; Delle asimismo —como haremos aquí con
osservazioni e avvertimenti che aver frecuencia— de "cambio") necesita de esta dificultad, procede con fre-
si debbono nel legger delle istorie; tres condiciones, las cuales parecen cuencia a presentar la noción de acto
Lettere, 1944. — Edición crítica de ser a la vez "principios": la materia (y la de potencia) por medio de ejem-
las Estratagemas, con trad. italiana y (VÉASE), la forma (VÉASE) y la priva- plos. A éstos nos referiremos de inme-
notas: G. Radetti, ed., Stratagematum ción (VÉASE). Ahora bien, el cambio diato como base de nuestro comen-
Satanae libri VII, 1946 [ambas edi- sería ininteligible si no hubiese en el tario.
ciones críticas en la Edizione nazio- "El acto —escribió Aristóteles— es
nale dei Classici del pensiero italia- objeto que va a cambiar una potencia
no]. — Véase A. Gonzo, Il metodo di de cambiar. Su cambio es, en rigor, la existencia de un objeto, pero no de!
I. A. tridenfino, 1931. — W. Köhler- el paso de un estado de potencia o modo como lo hemos expresado por
E. Hassinger, Acontiana, en Abhand- potencialidad a un estado de acto o la potencia. Decimos, por ejemplo,
lungen der Heidelberger Akademie actualidad. Este paso se lleva a cabo que Hermès está en potencia en la
der Wissenschaften, Phil.-hist. K1. por medio de una causa eficiente, la madera, y la semilínea en la línea
1932, VIII. — E. Hassinger, Studien cual puede ser "externa" (en el arte) o completa, porque de ella puede ser
zu J. A., 1934. — P. Rossi, G. A.,
1952. — Ch. D. O'Malley, J. A., 1955. "interna" (en la misma naturaleza del extraída. Llamamos también sabio en
— Véase también "Introducción" de objeto considerado). El vocablo 'in- potencia a quien ni siquiera especula,
G. Radetti a las eds. indicadas supra, y terno' no significa que el objeto que con tal que posea la facultad de es-
Giuseppe Saitta, Il pensiero italiano cambia no necesite ningún impulso pecular; el estado opuesto en cada
nell'Umanesimo e nel Rinascimen-to. para cambiar; significa que no podría uno de estos casos existe en acto"
Vol. III (Il Rinascimento), 1951, págs. cambiar si no se quitaran los obstácu- (Met., Ω 6, 1048 a 30-35). Como se
510-14. los que le impiden situarse en su "lu- ve, Aristóteles no proporciona una de-
ACROAMÁTICO. Véase ESOTÉ - gar natural", y también que no podría finición de 'acto', sino una contrapo-
RICO. cambiar si no tuviese en él disposición sición de la noción de acto con la de
ACTIVISMO. Véase ACCIÓN. para el cambio. El cambio puede ser potencia a la luz de ejemplos. Que
ACTIVO (ENTENDIMIENTO o entonces definido como sigue: es el éstos son sobremanera importantes lo
INTELECTO). Véase ENTENDI - llevar a cabo lo que existe potencial- muestra el hecho de que en cada oca-
MIENTO. mente en cuanto existe potencialmen- sión en que Aristóteles se propone-
46
ACT ACT ACT
mostrar lo que el acto es, acumula los blanco. Así, el paso de lo que es en En efecto, no se puede al mismo tiem-
ejemplos. "El acto será, pues, como potencia a lo que es en acto requiere po marchar y haber marchado, deve-
el ser que construye es el ser que tiene ciertas condiciones: estar precisamente nir y haber devenido, recibir un mo-
la facultad de construir; el ser des- en potencia de algo y no de otra vimiento y haberlo recibido; no es
velado, al que duerme; el que vela, al cosa. Puede decirse que además de tampoco lo mismo mover y haber
que tiene los ojos cerrados pero posee un χ que es blanco y de un χ que es movido. Pero es la misma cosa la que
la vista; lo que ha sido separado de negro hay "algo" que no es ni blanco a la vez ve y ha visto, piensa y ha
la materia, a la materia; lo que es ni negro, sino que llega a ser blanco. pensado. A un proceso tal lo llamo
elaborado, a lo que no lo es" ( ibidem, Si se admitiera solamente el ser (en acto y al otro movimiento" (ibidem,
1048 b 1-5). Los primeros términos tanto que ser actual), nada podría 1048 b 25-35).
de estas series son actos; los segundos, convertirse en nada. El enunciado 'x La cita anterior muestra que Aris-
potencias. Y si se pregunta por qué no llega a ser blanco' carecería de senti- tóteles no se considera satisfecho con
se proporciona una definición estricta do a menos de suponerse que el contraponer simplemente el acto a la
de los términos 'acto' y 'potencia', enunciado 'x puede llegar a ser blan- potencia y con examinar la noción de
Aristóteles contestará que "no hay co' es verdadero. acto desde el punto de vista de una
que intentar definirlo todo, pues hay Aunque haya seres en potencia y explicación del cambio dentro del
que saber contentarse con comprender seres en acto, ello no significa que marco de una "ontología de la física".
la analogía." potencia y acto sean ellos mismos seres. Si pueden encontrarse ejemplos de
Sin embargo, los ejemplos y las Podemos, pues, definirlos como seres cuya realidad se aproxime a una
comparaciones no son todo lo que cabe principios de los seres — o "principios pura actualización de sí mismos, serán
decir acerca del significado de la complementarios" de los seres. Estos ellos los que determinen el modo como
noción de acto. Ante todo, hay que principios, sin embargo, no existen se- propiamente tiene que entenderse el
entender tales ejemplos y compara- paradamente —al modo de las For- "ser en acto". En su "Prólogo" a la
ciones en relación con el problema mas platónicas—, sino que se hallan Historia de la filosofía, de Emile
a que antes nos hemos referido: el incorporados en las realidades (con Bréhier (Dos Prólogos, 1944, págs.
del cambio. ¿Cómo concebir el ser la excepción del Acto Puro o Primer 193-203), Ortega y Gasset ha puesto de
como ser que cambia? Platón había Motor, y aun ello porque tal Acto no relieve el carácter dinámico de estas
declarado que el cambio de un ser es consiste sólo en ser en acto, sino en realidades que son propiamente en acto,
la sombra del ser. Los megáricos ha- "actualizar" mediante atracción todo y se ha referido a un pasaje en De an.
bían sostenido que sólo puede enten- ser). Ahora bien, la teoría aristotélica — al cual puede agregarse el
derse lo que es actualmente: un objeto del acto no puede reducirse a esta mencionado anteriormente. He aquí
dado, x, afirmaban, es o bien Ρ ( es definición, la cual es, en última ins- varias frases de dicho pasaje: ".. .el
decir, posee tal o cual propiedad o se tancia, puramente nominal. El Estagi- moverse es una especie de acción,
halla en tal o cual estado), o bien rita se da perfectamente cuenta de aunque imperfecta... Decimos algo que
no-P (es decir, no posee tal o cual que el acto puede ser entendido de sabe, o bien en el sentido con que lo
propiedad o no se halla en tal o cual varias maneras. Por lo pronto, de éstas decimos de un hombre por el hecho
estado). ¿Puede decirse que Juan es dos: (1) el acto es "el movimiento de que pertenece al género de los
en potencia un gran músico si no ha relativamente a la potencia"; (2) el acto seres que tienen inteligencia y
producido música alguna? Ahora bien, es "la substancia formal relativamente ciencia; o bien en el sentido con que
Aristóteles rechazó la doctrina de Pla- a alguna materia". En el primer caso, decimos que sabe algo el que posee la
tón porque éste hacía del cambio una la noción de acto tiene aplicación sobre ciencia gramatical. Mas, no es la
especie de ilusión o apariencia del ser todo en la física; en el segundo, tiene misma la potencia de saber en ambos
que no cambia, y la doctrina de los aplicación en la metafísica. Por si la casos: en el primero, el hombre sabe
megáricos porque no daban razón del complicación fuera poca, resulta que la porque tal género de seres y tal materia
cambio. Si, pues, hay cambio, debe noción de acto no se aplica del mismo tiene potencia para saber; en el
de haber algo que posee una propie- modo a todos los "actos". En ciertos segundo, porque si no hay
dad o se halla en un estado y puede casos no se puede enunciar de un ser impedimento externo puede el
poseer otra propiedad o pasar a otro su acción y el hecho de haberla hombre, cuando quiere, actualizar su
estado. Cuando tal ocurre, la "poste- realizado — no se puede aprender y conocimiento. Por último, decimos que
rior" propiedad o el "último" estado haber aprendido, curar y haber uno sabe, cuando ya actualmente
constituyen actos, o actualizaciones, curado. En otros, en cambio, se puede contempla una verdad, de modo que
de una previa potencia. enunciar simultáneamente el propiamente y en acto sabe que esto es
Esta potencia no es cualquiera. movimiento y el resultado — como A. Los dos primeros saben en potencia.
Como Aristóteles señala (Phys., III cuando se dice que se puede ver y De ellos, el uno sabrá actualmente,
201 b 33 sigs.), un hombre no es haber visto, pensar y haber pensado. cuando por la enseñanza cambie de
potencialmente una vaca, pero un ni- "De estos diferentes procesos —escribe cualidad, y repetidamente pase de un
ño es potencialmente un hombre, Aristóteles— hay que llamar a unos hábito al contrario; el otro, si del poseer
pues de lo contrario seguiría siendo movimientos y a los otros actos, pues la sensación o la gramática, pero sin
siempre un niño. El hombre es, así, todo movimiento es imperfecto, como usarlas, pasa a la actuación de las
la actualidad del niño. Un objeto da- el adelgazamiento, el estudio, la mismas; lo cual supone un cambio muy
do, x, que es negro, es potencialmente marcha, la construcción: son mo- distinto del anterior; el que posee
blanco, porque puede llegar a ser vimientos, y movimientos imperfectos.
47
ACT ACT ACT
el hábito de la ciencia pasa al acto vir de modelos para cuanto se dice tencia, y lo que se dice ser en poten-
de contemplarla; lo cual o no es que es en acto. Puede decirse acaso cia lo es con respecto al acto, hay
verdadera mutación (ya que con- que el acto no designa la acción (en que establecer una distinción. Mien-
siste en un progreso del sujeto y de el sentido del cambio), pero como de- tras la potencia se define por el acto,
su acto), o por lo menos es un gé- signa la perfección de la acción, no éste no puede definirse por la po-
nero de mutación distinto de la co- hay inconveniente en admitir que tencia, ya que la potencia adquiere
mún; hay dos modos de alteración: ésta puede ser perfecta en su cam- el ser que tenga por medio del acto.
uno que consiste en el tránsito a las biar. Varios autores neoplatónicos y Esto equivale a la doctrina aristoté-
disposiciones privativas (a saber, la cristianos tendieron a esta idea del lica de la preeminencia (lógica) del
sustitución de una cualidad por su acto como la perfección dinámica de acto sobre la potencia. Como escribe
contraria), la otra, en el tránsito a una realidad. Uno de los ejemplos de Santo Tomás, "potentia dicitur ab
las disposiciones positivas y a la per- este ser en acto es la intimidad per- actu" (De pot., I, 1). El acto es, pues,
fección de la naturaleza (que es pro- sonal. El acto puede entonces conce- algo "absoluto"; no puede definirse
greso y perfección de la cualidad exis- birse como una tensión pura, la cual como tal por ser una de las llamadas
tente)" (II 5, 417 a 15 sigs.; trad. no es movimiento ni cambio, por- prima Simplicia. El acto no se com-
Antonio Ennis, S. I.). que constituye la fuente perdurable pone (lógicamente) de partes en po-
Según Ortega y Gasset, esto muestra de todo movimiento y cambio. Y si tencia, pero tampoco se resuelve en
que para Aristóteles hay cierta forma se alega que tal no puede ocurrir, partes actuales. En este sentido, Aris-
de devenir que no consiste sim- porque el sentido primario de las des- tóteles andaba por el buen camino
plemente en pasar de un estado (prin- cripciones aristotélicas de 'acto' y 'ac- al "mostrar" (más que de-mostrar)
cipio) a otro estado (fin), sino que tualidad' lo excluyen, se puede res- la noción de acto por medio de ejem-
es incesante cambio "hacia sí mismo". ponder con Plotino que debe distin- plos. Sin embargo, que el acto sea
El ejemplo más eminente de este guirse entre el sentido de 'acto' según lógicamente anterior a la potencia, no
"progreso hacia lo mismo", ei)s au/to\ se aplique a lo sensible o a lo significa que (en los seres creados)
ga/r h( e)pi/dos ij, es el pensar, el cual inteligible. En lo sensible, argüía Plo- sea realmente anterior a la potencia.
tiene en sí mismo su término, pero tino, el ser en acto representa la Sólo el Acto Puro o Dios es anterior,
no por ello cesa de progresar. unión de la forma y del ser en poten- lógica y realmente, a todo.
Ahora bien, "el cambio o cia, de suerte que no puede haber Entre las divisiones de la noción de
movimiento que es término o fin de aquí equívoco alguno: el acto es la acto, propuestas por los escolásticos,
sí mismo, que aun siendo marcha o forma. En lo inteligible, en cambio, la y principalmente por Santo Tomás,
tránsito y paso, no marcha sino por actualidad es propia de todos los seres mencionamos las siguientes:
marchar y no para llegar a otra cosa, de esta esfera, de modo que, siendo el 1. El acto puede ser puro o absolu
ni transita sino por transitar, ni pasa ser en acto el acto mismo, la forma no to, o no puro. En el acto puro no hay
más que por su propio pasar, es es un mero acto: más bien es en acto. ninguna potencia; el acto puro es la
precisamente lo que Aristóteles Las nociones de acto y actualidad perfección concebida o existente en
llama acto —enér-geia—, que es el fueron elaboradas por los escolásti- sí y por sí. El acto puro es por ello
ser en la plenitud de su sentido. Con cos con gran detalle, principalmente "el acto último no recibido" ( irrecep-
lo cual vemos que Aristóteles a base de los conceptos aristotélicos. tus), de modo que, como escribe San
trasciende la idea estática del ser, ya A este respecto, cabe considerar tres to Tomás, "ultimus actus est ipsum
que no el movimiento sensu stricto, aspectos. Primero, que, sin dejar de esse". El acto impuro es el que tiene
sino el ser mismo que parecía quieto se ser aplicadas, como en Aristóteles, a alguna potencia o está mezclado con
revela como consistiendo en una los procesos naturales, no se confina- la potencia, siendo perfección de una
acción y, por tanto, en un ron a éstos, sino que se usaron con potencia, y siendo por ello un "acto
movimiento sui generis" (Ortega y particular empeño para dilucidar el recibido" (receptus).
Gasset, op. cit., págs. 198-9). problema de la naturaleza de Dios 2. El acto no puro puede ser en
Sea o no verdad que hay en Aris- como Acto Puro. Segundo, que se titativo o formal. El acto entitativo
tóteles esta idea del ser como ser di- intentó precisar su significado hasta es el acto de ser (actus essendi) o el
námico, en el cual, según ocurre con donde fuera posible. Tercero, que se que hace existir a una esencia. El
el pensar, "el paso de la potencia ini- establecieron distinciones entre varias acto formal es el que informa una
cial ... no implica destrucción de la especies de actos. Nos referiremos potencia constituyendo una forma
potencia sino que es, más bien, una principalmente a los dos últimos as- substancial o una forma accidental.
conservación de lo que es en potencia pectos y nos fundaremos principal- El acto entitativo se llama también
por lo que es en perfección (entele- mente en las doctrinas al respecto de "acto último".
quia), de modo que potencia y acto Santo Tomás de Aquino. 3. El acto formal substancial pue
se asimilan" (op. cit., pág. 202), lo Para Santo Tomás y muchos esco- de ser subsistente (o existir solo) o
cierto es que la noción de acto en el lásticos, la doctrina del acto (y de la no subsistente (o no existir solo, es
Estagirita no puede reducirse a una potencia) resulta de un tratamiento decir, existir acompañado de materia ).
definición simple acompañada de va- de la cuestión de la división del ente. 4. El acto subsistente puede ser
rios ejemplos. En todo caso, parece Aunque acto y potencia sean de al- completo o incompleto.
como si Aristóteles tuviera interés en gún modo relativos, en tanto que lo 5. El acto no subsistente puede ser
mostrar que hay entes que son cons- que se dice ser en acto (en los seres substancial o accidental.
titutivamente más "en acto" que creados) lo es con respecto a la po- 6. El acto puede ser primero o se-
otros. Además, tales entes pueden ser-
48
ACT ACT ACT
gundo. El acto primero no supone Gentile, Whitehead, Husserl y Lave- tampoco el actus en sentido clásico.
otra cosa, siendo la forma. El acto se- lle son particularmente destacados a Según Husserl, "la referencia inten-
gundo supone otra cosa, siendo la ope- este respecto. cional, entendida de un modo pura-
ración. Gentile ha llamado a su filosofía mente descriptivo, como peculiaridad
7. El acto primero puede ser pró "actualismo" ( VÉASE). Esta filosofía íntima de ciertas vivencias, es la nota
ximo (al cual sigue inmediatamente se deriva en parte de la noción idea- esencial de los fenómenos psíquicos
un acto segundo) o remoto (al cual lista de acto como un absoluto "po- o actos".
no sigue inmediatamente un acto se ner" la realidad. Gentile llama atto Louis Lavelle intenta, desde un
gundo ). puro al pensamiento en tanto que no punto de vista metafísico, acentuar la
8. El acto puede ser inmanente o puede objetivarse, sino que constituye actividad operante del acto sin re-
exterior (llamado también transitivo). el fundamento de toda objetividad ducirlo por ello a una mera actua-
El acto inmanente es el recibido en "engendrada". La "actualidad del yo" ción de un ser. Lavelle elude tanto
el propio sujeto que lo produce (cual por la cual "no es nunca posible que una interpretación neutral del acto
el Yo se conciba como objeto de sí como una ontología dinamicista. El
el acto intelectual). El acto exterior acto es para Lavelle la realidad mis-
o transitivo es el recibido en otro su mismo" (Teoría dello Spirito, I, 6),
ma del ser. Por lo tanto, es algo dis-
jeto (cual el acto físico). hace que el acto puro se oponga de tinto del "objeto". El acto no es un
Según los escolásticos, todo ser mu- continuo al hecho. El hecho es lo que ser actuante, a menos que se entien-
dable consta de potencia y de acto, se da; el acto es lo que se hace. Por da tal ser como un actuar. La noción
mientras el ser inmutable es sólo acto. eso el acto no debe entenderse como de acto sólo puede ser entendida par-
Los escolásticos han empleado asimis- realidad abstracta, sino como reali- tiendo de un análisis del yo. Este es
mo muchas expresiones en las cuales dad eminentemente concreta. El acto el objeto de la metafísica, la cual "se
se hace uso de la noción de acto, tales es el Espíritu, el cual es "el sujeto apoya en una experiencia privilegiada
como esse in actu, esse actu, ens ac- que no es pensado como tal, sino ac- que es la del acto que me hace ser"
túale, actualitas, habere actum. tuado como tal" (op. cit., II, 3). Gen- (De l'Acte, I art. 2). El acto no apa-
En la filosofía del Renacimiento y tile afirma de este modo la identidad rece nunca como un objeto, porque es
en muchos sistemas modernos se han del verum y del fieri, hasta el punto el horizonte dentro del cual se da toda
usado asimismo las nociones de acto de que, alterando una fórmula tra- objetividad. Puede alegarse que en
y actualidad, pero con frecuencia con dicional, puede decirse que verum et la teoría de Lavelle hay mucho de
distinto vocabulario. La noción de fieri convertuntur. El Espíritu como "actualismo" en el sentido de Genti-
Absoluto elaborada por los idealistas acto puro es puramente dinámico (y le. Sin embargo, el acto no es para
es, además, "histórico-concreto" ). Lavelle la actividad pura o el actuar
postkantianos puede definirse en gran como tal; es una realidad infinita-
parte a base de la idea del acto puro, Gentile sostiene que la noción tradi-
cional de acto no permite compren- mente concreta, una eficacia pura
sobre todo cuando se interpreta a éste cuya esencia interna es el crearse in-
en sentido "dinámico", es decir, ca- der lo histórico, puesto que tiene la cesantemente a sí misma (op. cit., I
paz de "desplegarse" en la Natura- tendencia a reducir el espíritu-acto al art. 5). El acto es la pura libertad y
leza y en el Espíritu. También en la espíritu-substancia. voluntad de ser, pero el acto no eli-
filosofía de Spinoza desempeña un pa- La oposición al acto como entidad mina la racionalidad, sino que crea el
pel importante la noción de acto. Se estática es propia asimismo de la filo- ámbito racional y permite que en
ha discutido con frecuencia dentro sofía de Whitehead. Las "entidades el reino del yo el hacer coincida
del pensamiento moderno si la reali- actuales o entidades ocasionales son con el ser (op. cit., VII art. 9.).
dad ha de ser concebida primaria- las "cosas" finales reales de que está Otros pasajes de Aristóteles en los
mente como actualidad (al modo de hecho el "mundo", incluyendo Dios. cuales se dilucida la noción de acto
los megáricos, y en parte de Spinoza Las entidades actuales son "gotas de son: Phys., I 2, 186 a sigs; I 8, 191 b
y Bergson) o si la idea de potencia- experiencia, complejas e interdepen- sigs.; III 2, 201 b 10; De an., II 1,
lidad es asimismo importante, cuan- dientes" (Process and Reality, II s. 412 a 10; II 1 412 a 23; II 5, 417
do no preeminente. Puede decirse que 1). Para Whitehead, la noción de en- a 9; II 5, 417 a 22-3; III 2, 426 a
ha habido una cierta tendencia a dar tidad actual es equiparable a la idea 1-26; De gen. an., II 734 a 30; Met.,
el primado al ser actual frente al ser cartesiana de substancia y al concepto B 6, 1003 a 4; Ω 7, 1049 b 4 - 8,
potencial. Sin embargo, en la mayor lockiano de potencia (power); por eso 1051 a 3; Λ 2, 1069 b 15 sigs.; Λ 6,
afirma que la "actualidad" significa la 1072 a 3-8; Eth. Nic., I 13, 1103 a
parte de los sistemas filosóficos mo- 27. — Entre otros pasajes en Plotino:
dernos la noción de acto ha sido sub- última penetración en lo concreto,
Enn., I iv 14; I ν 5; I vii, 1, 2; III
sumida en otras nociones no necesa- abstraído de cuanto sea mera no en- 1 13; III ix 8; IV viii 5; V iii 5; V
riamente relacionadas con las cues- tidad (loc. cit.). iv 9. — Para Santo Tomás, además
tiones suscitadas dentro de la filoso- En la primera fase de la fenomeno- del citado De pot. (I, 1): 1 sent. 42,
fía aristotélica y escolástica, por lo logía de Husserl este autor usó el tér- 1, 1 ad 1; S. theol, I q. LXXVI 1 c;
que es difícil estudiar tales sistemas mino 'acto' (Akt), pero no le dio un q. CV 1 c.; 9 met. 7 b y 8. La frase:
desde el ángulo de las nociones tra- sentido metafísico, sino "neutral". Hus- "actus purus non habens aliquid de
tadas en el presente artículo. serl manifiesta que los actos no son potentialitate, en S. theol., I q. III
Nos limitaremos aquí a mencionar "actividades psíquicas", sino "viven- 2 c. — Para acto y potencia en varios
a algunos autores del siglo presente cias intencionales". De ellas hay que autores: A. Smets, Act en Potentie
en los cuales los términos 'acto' y excluir toda idea de actividad. El acto in de Metaphysica van Aristóteles,
'actual' desempeñan un papel capital: (Akt) no es la acción (Tat), pero
49
ACT ACT ACH
1952. — E. Berti, Genesi e sviluppo puro, único modo de que la consis- desembocado en el voluntarismo del
della dottrina della potenza e dell' tencia del objeto no sea arbitraria. siglo XIX ( Schopenhauer, Eduard
atto in Aristotele, 1958 [de "Studia El actualismo hace engendrar de este von Hartmann, Wundt, Eucken) y ha
Patavina". Quaderni di Storia della modo la objetividad y aun la ajena alimentado gran parte de las tenden-
Filosofia, 7], — Josef Stallmach, Dy- subjetividad en un puro acto ( VÉASE) cias que han negado inclusive la
namis und Energeia, 1959 (Monogra-
phien zur philosophischen Forschung, presente que significa o designa el conciencia (VÉASE ) como experien-
ed G. Schischkoff, 21). — J. Christen- ámbito dentro del cual se da todo cia y realidad.
sen, "Actus Purus. An Essay on the lo real, pues el mismo dato objetivo Véase Manlio Ciardo, Natura e
Function and Place of the Concept of es sólo la actualidad del pensar abo- Storia nell 'idealismo attuale, 1949. —
Pure Act in Aristotelian Metaphysics cada a un pensamiento pensado como Giovanni Tuni, Filosofía e scienza
and on Ints Interrelation with Some lo otro. Como señala el propio Gen- nett'attualismo, 1958 (Biblioteca filo-
other Key Concepts", Classica et Me- tile, "el idealismo que llamo actual sófica. Saggi critici, 2). — Franco
diaevalia, XIX (1958), 7-40. — José Spisani, Natura e spirito nell'idealis-
invierte, de hecho, el problema hege- mo attuale, 1962.
R. San Miguel, "Los términos 'acto' liano". Por eso no se trata ya de
y 'potencia en la filosofía neoplató- ACHILLINI (ALESSANDRO)
nica y agustiniana", Augustinus, IV deducir el pensamiento de la Natu- (1463-1512), nac. en Bolonia, estudió
(1959), 203-37. — C. Giacon, Atto raleza, y ésta del logos, sino que en la misma ciudad y en ella también
e Potenza, 1947. — La noción de se trata de deducirlo todo del pensa- enseñó lógica (1484-1487), filosofía
acto en sentido aristotélico-tomista es miento. Este pensamiento es, sin (1487-1494), medicina (1494-1497) y
presentada en todos los manuales neo- embargo, precisa Gentile, un pensa-
escolásticos tomistas. Además, véase: filosofía y medicina a un tiempo
miento actual y no un pensamiento (1497-1506). De 1506 a 1508 profesó
A. Farges, Théorie fondamentale de definido abstractamente, es decir, un
l'acte et de la puissance, du moteur et en Padua, y de 1508 hasta su muerte
pensamiento absolutamente nuestro de nuevo en Bolonia.
du mobile, 1893. — L. Fuetscher, S. en el cual se realiza el yo. "Y por
J., Akt und Potenz, eine kritisch- Achillini fue uno de los más desta-
sysiematische Auseinandersetzung mit esta inversión, la deducción que re-
cados averroístas (véase AVERROÍSMO)
dem neuren Thomismus, 1933 (trad. sultaba imposible en el idealismo
de la llamada "Escuela de Padua"
esp.: Acto y potencia. Debate crítico- hegeliano se convierte en la verda-
(v. ) — bien que profesara la mayor
sistemático con el neotomismo, 1949). dera demostración que hace el pen-
— Véase asimismo la bibliografía del parte de su vida en Bolonia. En ge-
samiento de sí mismo en la historia
artículo POTENCIA. — No hemos ha- neral, siguió fielmente las doctrinas y
del mundo: la propia historia" (Teo-
blado en este artículo de la "filo- comentarios aristotélicos de Sigerio de
ría dello Spirito, XVII, 3).
sofía del acto" de G. H. Mead ( VÉA- Brabante. En lo que toca al proble-
Desde el punto de vista psicoló-
SE ), expuesta en The Philosophy of ma del intelecto (v.) —cuestión cen-
gico, el actualismo es la teoría que
the Act (1938), porque el término tral en la disputa entre averroístas,
'acto' tiene en este autor un sentido rechaza la existencia de cualquier
alejandristas y tomistas— Achillini
muy distinto de cualquiera de los elemento psíquico substancial —alma,
mantuvo, de acuerdo con Sigerio de
analizados, y expresa más bien la ac- conciencia o espíritu—, afirmando
Brabante, una distinción entre el in-
ción en sentido pragmático-perspec- que todo lo que parece ser centro
tivista. telecto en sí (inmutable) y el alma
de los actos no es más que el con-
racional. Según Achillini, el "alma
ACTUALISMO. Se llama usual- junto dinámico de estos actos conce-
sensitiva" prepara el "alma intelecti-
mente actualismo, o también acti- bido estáticamente. El actualismo o
va"; en todo caso, el alma puede con-
vismo, a la doctrina filosófica según activismo psicológico se llama tam-
cebir sin necesidad de "imágenes"
la cual no ha y nin gún ser rígido bién a veces funcionalismo, y corres-
(phantasmata). Achillini no ignoraba
e inmutable, o por lo menos subs- ponde a todas las tendencias donde
las dificultades planteadas por la doc-
tancial, sino que todo ser se resuelve por los más variados motivos se
trina averroísta de la "unidad del in-
en devenir y acontecer. El actualis- tiende, como sucede en James, a la
telecto", pero intentó solucionarlas
mo corresponde, por consiguiente, en afirmación de la "corriente de con-
—en forma no estrictamente averroís-
una de sus dimensiones, a la filoso- ciencia" y a la de desubstancializa-
ta— mediante la suposición de que
fía de la acción ( VÉASE ). Sin em- ción del yo, ya sea en virtud de su-
hay en el alma individual un principio
bargo, la significación de 'actualismo' puestos metafísicos o simplemente a
corruptible. En sus escritos físicos,
en la filosofía es demasiado vaga causa de postulados experimentales.
Achillini debatió el problema de si
para que pueda ser empleada indis- Desde este ángulo se puede decir que
hay o no "un máximo" y "un míni-
criminadamente. Desde el punto de la mayor parte de las corrientes psico-
mo" —el problema que había trata-
vista propiamente filosófico, sólo re- lógicas contemporáneas, y aun mo-
do, entre otros, Heytesbury (v.)— y
sulta justificable cuando se aplica dernas, son actualistas. Mas este
se opuso a la teoría del impetus ( v. ).
a una doctrina del tipo del actualis- actualismo psicológico tiene, con fre-
Obras: Quodlibeta de intelligentiis
mo italiano. Surgido en una cierta cuencia (aun cuando pretenda apo- [disputadas en Bolonia en 1494], nue-
proporción de lo que hay de más yarse exclusivamente en datos expe- va imp., 1506. — De orbibus, 1498.
dinámico en el hegelianismo, el ac- rimentales), un motivo metafísico en — Opus septisegmentatum, 1501
tualismo ha sido fundamentado y el cual ha participado buena parte [comprende varios escritos: tratados
desarrollado sobre todo por Gentile de la filosofía moderna, sobre todo a pseudo-aristotélicos; un fragmento del
(VÉASE) al llevar a sus últimas con- partir del siglo XVIII, y que, De intellectu de Alejandro de Afrodi-
secuencias el supuesto idealista de cobrando plena madurez en sia en trad. de Gerardo de Cremona,
la disolución del objeto en el sujeto Fichte, ha etc. con el opúsculo De universalibus,
50
ADA ADE ADE
de Achillini]. — Quaestio de subiecto más posterior que la de la ciencia adecuada cuando es completo el aná-
physionomiae et chyromantiae, llama- consigue religar la experiencia a un lisis de los elementos que la integran.
da también De Chyromantiae princi- fundamento. Desde este punto de Por su lado, Spinoza llama adecuada
piis et physionomiae, 1503 [incluye el vista, objeto y sujeto aparecen como a la idea que posee el alma cuando,
escrito de Bartolomeo Coclite: Chyro-
mantiae ac physionomiae anastasis]. manifestaciones de una realidad cen- elevada al plano de la razón, conoce
—De potestate syllogismi, 1504. — tral, la cual es para Adamson emi- de un modo completo la verdad de la
De subiecto medicinae, 1504. — De nentemente concreta. La aproxima- necesidad absoluta, sin el engaño o
elementis, 1505. — De distinctionibus, ción de Adamson a una concepción falsedad de la aparente contingencia
1510. — De physico auditu, 1512. — metafísica monista-neutralista parece, de las cosas, por lo cual puede llegar,
Postuma: De motuum proportione. — pues, el resultado inevitable de esta pasando por encima de las ideas in-
Achillini es autor asimismo de varios interpretación realista del kantismo. completas, a las ideas completas de la
escritos de anatomía de los que cita- substancia infinita y de sus infinitos
mos: De humani corporis anatomia, Puede decirse, así, que Adamson
construye una filosofía de la expe- atributos. Lo adecuado en la idea
1516. — Annotationes anatomicae,
1520. — Achillini dejó inéditos mu- riencia pura, pero el primado dado otorga a ésta, como Spinoza define
chos escritos, la mayor parte esbozos. dentro de ella a las categorías empíri- explícitamente, "todas las propieda-
— La primera ed. (incompleta) de co-naturales hace que por alguna de des o denominaciones intrínsecas de
obras apareció en 1508. — Una edi- sus dimensiones la solución dada por la idea verdadera", con independen-
ción más completa es: Opera omnia Adamson al problema kantiano se cia del objeto al cual se aplique
(Venecia, 1545), ed. Panfilo Minti. (Ethica, II, Def. IV). Las ideas
Véase L. Münster, "A. A., anatómi- aproxime hasta el máximo a algunas
de las consecuencias naturalistas del pueden ser de este modo adecuadas
co e filosofo, professore dello Studio o inadecuadas o, mejor dicho, incom-
di Bologna (1463-1512)", Rivista di realismo epistemológico radical.
Obras: Roger Bacon: the Philoso- pletas y confusas —mutilatae et con-
storia delle science mediche e naturali,
XV, N° 24 (1933), 7-22, 54-57. — phy of Science in the XIIIth Centu- fusae—, y lo incompleto y confuso
Giuseppe Saitta, Il pensiero italiano ry, 1876. — On the Philosophy of en las ideas se debe precisamente
nell'Umanesimo e nel Rinascimento, Kant, 1879. — Fichte, 1881. — The a la introducción en el alma de las
Vol. II, 1950, págs. 326-40. — Bruno Development of Modem Philosophy, pasiones. La idea adecuada es, en
Nardi, Saggi sull'aristotelismo pado- with oth er Lectur es and Essays, realidad, la expresión del último y
vano dal secolo XIV al XVI, 1958, 2 vols., 1903 (postuma, ed. Sorley). superior grado de conocimiento, es
págs. 179-279. — John Hermán Ran- The Development of Greek Philoso- decir, del conocimiento intuitivo, por
dall, Jr., The School of Padua, and phy, 1908 (postuma, ed. Sorley y encima de la imaginación y aun de
the Emergence of Modern Science, Hardie). — A short History of Lo- la razón (ibíd., II, prop. XI, cor.).
1961, págs. 81-82. gic, 1911 (postuma, ed. Sorley).
En un sentido bastante afín al
ADAMSON (ROBERT) (1852- ADECUADO. Adecuada llaman los anterior, pero más insistente sobre
1902) nac. en Edimburgo, prof. en escolásticos a la idea que posee una la idea de correspondentia o conve-
Manchester (1876), Aberdeen (1893) exacta correspondentia con la propia nientia, se entiende la clásica expre-
y Glasgow (1895), desarrolló su pen- naturaleza de la cosa, de tal suerte sión escolástica de la verdad ( VÉASE)
samiento filosófico dentro del plan- que no deje de ésta nada en laten- como adaequatio rei et intellectus,
teamiento kantiano, aun cuando no cia. Las ideas adecuadas son com- por la cual se expresa una perfecta
dentro de las soluciones del kantismo. pletas, es decir, exhiben claramente conformidad y correspondencia entre
Esta diferencia entre planteamiento las notas constitutivas del objeto. Sin la esencia del objeto y el enunciado
y solución es debida sobre todo a embargo, algunos han distinguido en- mental. Heidegger observa que esto
una mayor tendencia de Adamson tre diversos grados de perfección en puede significar que la verdad es
al empirismo, entendiendo por él el la misma idea adecuada. Siguiendo adecuación de la cosa con el cono-
reconocimiento de la necesidad de análoga vía, Leibniz ha considerado cimiento, pero también adecuación
atenerse a los datos proporcionados como adecuada una de las formas del conocimiento con la cosa. Ahora
no sólo por una más amplia expe- del conocimiento distinto. En las Me- bien, según dicho autor, la adecua-
riencia interna, sino también por el ditationes de cognitione, veritate et ción del intelecto con la cosa —ad
progreso de las ciencias físicas y psi- ideis (1684; Gerhard, IV, 422-6), di- rem— sólo es posible cuando se fun-
cológicas. Así, la ampliación del cam- cho filósofo distingue entre el conoci- da en la adecuación de la cosa con
po de lo dado en detrimento de la miento oscuro y el conocimiento claro el intelecto — ad intellectum. Lo
esfera de lo puesto, lo condujo pronto (VÉASE ). Este último puede ser confuso cual no quiere decir que el intelecto
a una dirección inversa a la seguida o distinto. Y el conocimiento distinto y la cosa sean pensados en los dos
por el idealismo postkantiano, y apro- puede ser adecuado o inadecuado, así casos del mismo modo y que, por
ximó considerablemente a Adamson como intuitivo o simbólico ( o bien a la lo tanto, se trate de proposiciones
a una posición realista crítica. Adam- vez simbólico e intuitivo, en cuyo caso convertibles. En último término, la
son estima, en efecto, que la realidad se trata de un conocimiento perfecto). adecuación es posible sólo en tanto
se muestra como dada dentro de un Ahora bien, conocimiento adecuado que hay ideas concebidas por el in-
campo en el cual sólo con posterio- en el sentido propio del término es el telecto divino que fundamentan la
ridad efectúa la inteligencia las sepa- que se posee cuando "todos y cada raíz de toda conveniencia. Y de ahí
raciones que conducen a los dualis- elemento de una noción distinta son que la adecuación de la cosa al inte-
mos; éstos pueden ser superados conocidos distintamente". También se lecto divino garantice la verdad como
solamente cuando una reflexión aun dice que una noción es adecuación del intelecto humano con
51
ADE ADI ADL
la cosa. Por lo demás, los escolásticos matemáticos. — Véase Franz Blie- Review, 1893-1894), 1896; II (ibíd.,
distinguían ya entre verdad ontoló- menzrieder, Adelard von Bath, Blät- 1895), Sup. 1; III (ibíd., 1896), Sup.
gica y verdad lógica, comprendiendo ter aus dem Leben eines englischen 2. — Kant contra Haeckel, 1901, 2a
con ello la presencia de tales impli- Naturphilosophen des 12. Jahrhun- ed., 1906. — Die Zukunft der Me-
caciones. Semejante tipo de adecua- derts und Bahnbrechers eines Wiede- taphysik, 1911 (El futuro de la meta-
ción ha sido entendido luego de rerweckung der griechischen Antike, física). — Untersuchungen zu Kants
1935. physischer Geographie, 1911 (Inves-
otros diversos modos. Por ejemplo,
puede haber verdad lógica en virtud ADICKES (ERICH) (1866-1928) tigaciones sobre la geografía física de
de la previa correspondencia de la nac. en Lesum, cerca de Bremen, K.). — Kant und das Ding an sich,
profesor desde 1902 en Münster y 1924 (K. y la cosa en sí) — Kant ah
esencia de la cosa con la "razón Naturforscher, 12 vols., 1924-25 (Κ.
universal". Y puede haberla —como desde 1904 en Tubinga, recibió al-
gunas influencias de Paulsen, maes- como investigador de la Naturaleza).
sucede en el idealismo moderno— — Kant und die Als-Ob Philosophie,
por la tesis del primado de lo tras- tro suyo en Berlín. Después de pasar
por el teísmo ortodoxo, por el pan- 1927 (Κ. y la filosofía del como si).
cendental sobre lo ontológico (por — Kants Lehre von den doppelten
lo menos en el conocimiento), lo cual teísmo evolutivo y por el idealismo- Áffektion unseres Ich, 1929 (La doc
da lugar a un distinto significado de fenomenismo gnoseológico, elaboró su trina kantiana de la doble afección
la adaequatio. El problema ha sido propio pensamiento filosófico al hilo de nuestro yo). — Se debe también
tratado también por la fenomenología, de una interpretación de la filoso- a Adickes la edición de varias par
en sus tesis de la adecuación total fía de Kant (véase KANTISM O ). Los tes del Opus postumum de Kant. —
en que se cifra la intuición de las trabajos de Adickes al respecto han Autoexposición en Die Philosophie
esencias, y en el nuevo sentido dado influido sobre varias interpretaciones der Gegenwart in Selbstdarstellungen,
a la reducción de la verdad a la posteriores de Kant, que han tenido II, 1921.
correspondencia entre la afirmación en cuenta la evolución del filósofo ADLER (ALFRED) (1870-1937)
y la estructura ontológico-esencial de patente en sus obras postumas, y que, nac. en Penzing (Viena, Austria), fa-
lo afirmado por el enunciado. por consiguiente, se alejan de la ima- lleció en exilio en Aberdeen (Esco-
gen neokantiana hasta entonces pre- cia). Adler fue, con Jung, uno de
ABELARDO DE ΒΑΤΗ (fl. 1100), dominante. Ahora bien, aunque Adic- los dos grandes discípulos de Freud,
nacido en Inglaterra, educado en kes subrayó el aspecto metafísico de pero se apartó de éste en puntos
Laon y Tours, se destacó filosófica- la obra de Kant, manifestó en su capitales. Ante todo, Adler estima que
mente sobre todo por su posición pensamiento claras tendencias antime- el factor sexual, aunque importante,
en el problema de los universales, tafísicas, por lo menos si identifica- no es el único: junto a él hay que
que resolvió en el sentido de una mos la metafísica con la metafísica mencionar los factores social y pro-
"doctrina de la indiferencia", según idealista. En efecto, Adickes se incli- fesional. El tema fundamental de
la cual los géneros y las especies nó cada vez más a un empirismo y Adler es la constitución de una psi-
existen, como Aristóteles propuso, en a un realismo que no excluían total- cología individual que tiene por mi-
los individuos, pero según la cual mente ideas metafísicas, pero que ha- sión averiguar el estilo de vida de
existen también, como Platón afirmó, cían de ellas opiniones filosóficas los individuos. Este estilo de vida
en un reino inteligible, por lo menos "plausibles". Esto es especialmente está determinado por dos caracteres
en la medida en que son considera- cierto en lo que toca a la admisión por opuestos. Por un lado hay el afán de
dos en su pureza. Se podría, pues, Adickes de un voluntarismo panteísta ser o de hacerse valer. Por el otro,
decir que el ser individuo, género y a su vacilación entre el monismo y los sentimientos de inferioridad, los
o especie depende de la considera- el pluralismo espiritualistas. En to- cuales tienen su base en minusva-
ción mental, pero, a la vez, que la dos estos casos se trata de ciertas hi- lías orgánicas. Estos dos caracteres se
visión de la cosa como individuo, pótesis que permiten dar una ima- manifiestan ya en la infancia del in-
aunque legítima, representa una for- gen coherente del conjunto de la dividuo; lo que ésta ha experimentado
ma inferior de conocimiento. La doc- realidad, pero que no pueden decla- durante los primeros procesos psico-
trina de los universales es, así, al rarse completamente ciertas. Al sub- sociales es fundamental para la cons-
mismo tiempo, una doctrina de los rayar Adickes que la metafísica, bien titución del citado estilo de vida. Pero
grados del conocimiento o, mejor que indemostrable, no puede ser eli- la psicología individual no es sólo una
dicho, de sus grados de perfección, minada de la vida humana, llegó a teoría; es también, y muy especial-
la cual es distinta de la validez. la convicción de que puede haber mente, una terapéutica, que se pro-
Además de las Perdiffiiciles quaes- tantos tipos de metafísica como for- pone curar las psicosis y neurosis del
tiones naturales (ed. M. Müller [Bei- mas fundamentales de vida. La tipo- paciente producidas por la falta de
trage zur Geschichte der Philosophie conciencia de los caracteres determi-
und Théologie der Mittelalters, XXXI, logía psicológica y la teoría de las
2, 1934], Adelardo escribió el tratado concepciones del mundo fueron, así, nantes de su estilo vital. (Véase tam-
De eodem et diverso (ed. Hans admitidas por él como legítimas in- bién INDIVIDUO, PSICOANÁLISIS .)
Willner en: Des Adelard von Bath vestigaciones filosóficas. Obras principales: Studie über Min-
Traktat, De eodem et diverso [Beitra- Obras: Kants Systematik als system- derwertigkeit von Organen, 1907 (Es-
ge zur Geschichte der Philosophie des bildender Faktor, 1887 (La sistemá- tudio sobre las minusvalías orgáni-
Mittelalters, IV, 1, 1903]. — Ade- tica de Kant como factor constructor cas). — Ueber den nervösen Charak-
lardo de Bath tradujo del árabe al de sistema). — Germán Kantian Bi- ter, 1912 (trad. esp.: El carácter neu-
latín los Elementos de Euclides y bliograpy, I (en The Philosophical rótico, 1954). — Menschenkenntnis,
probablemente algunos otros escritos 1927 (trad. esp.: Conocimiento del
52
ADM ADM AEQ
hombre, 1915). — Individualpsycho- sions de l'âme. La admiración es una Pero el pasmo es indispensable si se
logie in der Schule, 1929 (trad. esp.: de las "seis pasiones primitivas" o bá- quieren evitar dos cosas: o la actitud
La psicología individual y la escuela, sicas (junto con el amor, el odio, el ante una realidad con mero propósito
1959). — Die Technik' der Indivi- deseo, la alegría y la tristeza ). Descar- de aprovecharse de ella, o el desdén
dualpsychologie, I, 1928, II, 1930 tes indica que cuando hallamos un e indiferencia ante una realidad.
(La técnica de la psicología indivi- 2. El segundo grado de la admi
dual). — Der Sinn des Lebens, 1933 objeto que nos sorprende (surprend)
(trad. esp.: El sentido de la vida, por ser la primera vez que lo vemos, ración puede ser la sorpresa. Median
1935). _ Véase H. Sperber, A. Ad- o porque lo consideramos nuevo, o te ésta comenzamos a fijarnos en lo
ler, 1926. — A. Neuer, Mut und porque aparece muy distinto de lo que que nos ha pasmado y a distinguirlo
Entmutigung. Die Prinzipien der presumíamos, lo admiramos (admi- de otras cosas. En la sorpresa la cosa
Psychologie A. Adlers, 1926. — F. rons) y nos asombramos de él (en que nos admira no es sólo asombrosa
Oliver-Brachfeld, Los sentimientos de sommes étonnés). Por eso la admira- o maravillosa, sino, además, y sobre
inferioridad, 1935 (varias ediciones). ción es "una súbita sorpresa del alma, todo, problemática. La sorpresa es,
— J. Donat, A. A. y su psicología que hace que sea llevada a considerar como la docta ignorantia (VÉASE),
individual (trad. esp., 1949). — L. una actitud humilde en la cual nos
Way, A. A. An Introduction to His con atención los objetos que le parecen
Philosophy, 1956. — Hortha Orgler, más raros y extraordinarios". En la ad- apartamos tanto del orgullo de la in
A. A., d'er Man und sein Werk. miración no hay cambio ni en el cora- diferencia como de la soberbia del
Triumph über den Minderwertigkeit- zón ni en la sangre, lo cual no sig- ignorabimus.
skomplex, 1956. nifica que no sea una pasión muy 3. La admiración propiamente di
ADMIRACIÓN. Las dos más fa- fuerte. La admiración puede ser muy cha pone en funcionamiento todas
mosas sentencias sobre la admiración útil, al permitirnos aprender y retener las potencias necesarias para respon
se hallan en Platón y en Aristóteles. cosas antes ignoradas, pero llevada a der a la pregunta suscitada por la sor
Platón (Theait., 155 D) pone en boca la exageración puede ser perniciosa y presa o, cuando menos, para aclarar
de Sócrates las siguientes palabras: "pervertir el uso de la razón". su naturaleza y significado. En este
"Bien veo, estimado Teeteto, que En un sentido específicamente re- último grado de admiración hay no
Teodoro comprendió tu verdadera na- ligioso puede considerarse la admira- sólo asombro inquisitivo por la reali
turaleza cuando dijo que eres un fi- ción como una de las formas en que dad, sino también un cierto amor a
lósofo, pues la admiración es lo pro- se manifiesta la actitud ante lo numi- ella. Por medio de la admiración se
pio del filósofo, y la filosofía comienza noso (véase SANTO). Así la ha exami- descubre, o puede descubrirse, lo que
con la admiración. No era mal genea- mado Rudolf Otto (VÉASE) en su libro son las cosas como tales, independien
logista quien dijo que Iris (el mensa- Das Heilige (Lo Santo). Para este temente de su utilidad, y también lo
jero del cielo) es hijo de Admiración autor hay un sentimiento de asombro que objetivamente valgan. Este últi
[Maravilla, Qau=ma]". Aristóteles (Met., que es propio de lo numinoso y que, mo sentido de la admiración es el más
A 2.982 b 11 sigs.) escribe que "la cuando se manifiesta en esferas no sa- próximo al "asombro filosófico" de
admiración impulsó a los primeros gradas, da lugar a la sorpresa. El que había hablado Platón.
pensadores a especulaciones filosófi- asombro, en cambio, paraliza, pues José Ferrater Mora, "La admira-
cas" y también (ibíd., 983 a 12 pone el alma frente a lo realmente ción", en Cuestiones disputadas, 1955,
sigs.) que "el comienzo de todos los admirable, mirum o mirabile, esto es, págs. 103-9. — Victor Weisskopf,
saberes es la admiración ante el hecho ante lo "completamente otro", ante el Knowledge and Wonder, 1962.
de que las cosas sean lo que son". En mysterium. Cuando se agregan, ade- AECIO [AETIUS] (fl. ca. 150)
vez del término 'admiración' pueden más, los elementos de lo fascinans y fue uno de los doxógrafos ( VÉASE)
usarse los vocablos 'asombro' y 'extra- de lo augustum, tenemos lo admiran- griegos. Según Hermann Diels (Doxo-
ñeza'. Para Platón y Aristóteles, no hay dum, que causa no solamente tremor, graphi Graeci, 1879; editio iterata,
filosofar sin admirarse, asombrarse, sino también, y ante todo, stupor. 1929), Aecio fue autor de una
maravillarse, extrañarse, qauma/zein. El Creemos legítimo considerar la ad- compilación de "opiniones" titulada
que de nada se admira no puede ni miración como una actitud que pue- Sunagwgh\ tw=n a)resko/ntwn
siquiera preguntar; sin pregunta, no de, si se quiere, tener una significa- (Colección de
hay respuesta y, por lo tanto, saber. ción "existencial" y convertirse en uno preceptos), citada como las Placita
En términos actuales puede decirse de los temples básicos. Ahora bien, de Aecio (Aetii Placita). Esta colec-
que tanto Platón como Aristóteles ha- nos parece que la admiración tiene ción se derivó de las Vetusta Placita
blaban de la admiración como un diversos grados. Una breve fenomeno- (redactadas hacia el año 50), a su vez
temple (VÉASE ) de ánimo o talante, logía de la admiración puede dar los derivadas de Teofrasto. Las Placita de
como una "actitud" más o menos siguientes resultados: Aecio sirvieron de base para el Epi-
"existencial", si no "existenciaria" (Cfr. 1. La admiración puede designar tome o Placita philosophorum del
M. Heidegger, Was ist das -die Philo- simplemente el pasmo. Es una prime- Pseudo-Plutarco (v. ) y las Eclogae
sophie?, 1956). Puede hablarse asi- ra abertura a lo externo causada por (Extractos) contenidos en la "Antolo-
mismo de la admiración como una de algo que nos hace detener el curso gía" o Florilegium, de Juan de Stobi
las "pasiones del alma". Uno de los ordinario del fluir psíquico. El pasmo (véase ESTOBEO [ JUAN ESTOBEO ]).
autores que más extensamente han llama fuertemente la atención sobre AENESIDEM-SCHULZE. Véase
tratado la admiración de este modo es aquello de que nos manifestamos pas- KANTISMO.
Descartes en la Parte II, arts. LIII, mados, pero todavía no desencadena AEQUILIBRIUM INDIFFEREN-
LXX-LXXVIII, de su obra Les pas- ninguna pregunta sobre lo que es. TIAE. Véase ALBEDRÍO ( LIBRE ), AS-
NO DE BURIDÁN .
53
AEV AFI AFO
AEVUM. Véase ETERNIDAD. una alteración de la sensibilidad o sche). Pero pueden también expresarse
AFECTAR y AFECCIÓN. Hemos del entendimiento inferior que puede aforísticamente otros tipos de pensa-
tratado de la afección, en el sentido ser producida por algo externo o miento: es el caso del Tractatus y de
del affectus, en el artículo sobre la puede responder a un estado pre- las Investigaciones filosóficas, de
emoción (VÉASE). Aquí nos referire- existente del ánimo afectado. En Wittgenstein. Se puede alegar que un
mos exclusivamente a la afección en el primer caso, la afección se de- aforismo de Wittgenstein es cosa muy
el sentido de la affectio. Los esco- nomina pasiva; en el segundo caso, distinta que un aforismo de La Ro-
lásticos distinguían entre dos clases activa. chefoucauld o uno de Nietzsche. Así
de afección: la externa, procedente Para la afección en el sentido de es desde el punto de vista de su con-
de causas exteriores, y la interna, la teoría de las afecciones, véase: tenido. Pero aquí nos interesa el afo-
derivada de principios interiores o Bernecke, Geschichte des Affektbe- rismo como forma de expresión y
íntimos. La afección era aquí, en todo griffs, 1915. — W. Dilthey, Die exposición; en este sentido se puede
caso, el resultado de la influencia Affektenlehre des 17. Jahrhundertes decir que todos los ejemplos anterio-
de una "impresión" sobre la mente (Gesammelte Schriften, II, 1923). res pertenecen a la misma especie.
y, por lo tanto, una forma de la — H. Herring, Das Problem der Af- Su característica común es la de pre-
fektion bei Kant, 1953 (Kantstudien. sentar pensamientos filosóficos en
"excitación". No de una manera muy Ergänzungshefte 67). — Véase tam-
diferente entendía Kant el afectar bién la bibliografía de los artículos una forma breve, concentrada y "ce-
como el hech o de que el objeto EMOCIÓN y SENTIMIENTO para el con- rrada", de modo que cada pensa-
—cualquiera que sea— influya sobre cepto de afección más relacionado miento posea relativa autonomía y,
el espíritu. Así, dice Kant, "la sen- con dichas nociones. para usar una terminología de cuño
sibilidad es la capacidad de recibir AFIRMATIVO. Según hemos vis- leibniziano, pueda ser considerado
las representaciones según la manera to en el artículo sobre la noción de como una "expresión monadológica".
como los objetos nos afectan", y la proposición, las proposiciones afirma- Se hace difícil por ello distinguir entre
sensación es "el efecto de un objeto tivas son una de las clases en las que los aforismos y los 'pensamientos"
sobre nuestra facultad representativa se subdividen las proposiciones sim- (tales como los de Marco Aurelio y
al ser afectados por él" (K. r. V., A 19, ples (categóricas, predicativas o atri- Pascal). En efecto, en muchas oca-
Β 33). La afección era, en cambio, butivas) por razón de la forma o siones los límites entre unos y otros
para Spinoza, el modo de la subs- modo de unión del predicado y el son harto imprecisos. Según Julián
tancia, de tal suerte que este modo sujeto en el enunciado o el juicio. Marías (Miguel de Unamuno, 1943,
equivale a sus afecciones. Esta noción El esquema tradicional más usado págs. 12-3) el aforismo se distingue
se precisa cuando el mismo autor la para representar las proposiciones del pensamiento en que mientras en
refiere a las afecciones de nuestro afirmativas es 'S es P', cuyo ejem- el primero "las afirmaciones están
cuerpo: "Entiendo por sentimientos plo puede ser 'La rosa es roja'. Con anunciadas con pretensión de validez
—dice— las afecciones del cuerpo por frecuencia las proposiciones afirma- por sí mismas", en el segundo se trata
medio de las cuales aumenta o dis- tivas son definidas corno una de más bien de "un muñón que pide
minuye, se acrecienta o se reduce las clases en las que se subdividen continuarse". Así, pues, el aforismo
la potencia de obrar de dicho cuerpo las posiciones por razón de la cuali- pretendería ser completo, mientras
y a la vez las ideas de estas afeccio- dad ( VÉASE ), pero hay que advertir que el pensamiento sería constituti-
nes" (Eth., III, Def. 3). La afección que casi siempre las expresiones 'ra- vamente incompleto. De ahí, según
no es de este modo algo puramente zón de la forma' y 'razón de la cua- dicho autor, que los aforismos sean
pasivo; como el propio Spinoza subra- lidad' tienen el mismo significado. Lo "formalmente falsos, ya que nada es
ya, la afección es una acción cuando que hemos dicho sobre las proposi- verdad por sí solo, y constituyen la
el cuerpo puede ser causa adecuada ciones afirmativas puede decirse tam- inversión radical del modo de pensar
de alguna de las afecciones, y pasión bién de los juicios (véase juicio) filosófico" (que sería el sistemático).
en los demás casos. Las complica- afirmativos. Las expresiones 'proposi- Creemos que, aunque afortunada, esta
ciones habituales que ofrece la historia ción afirmativa' y 'juicio afirmativo' caracterización de la diferencia entre
de la filosofía al referirse a este —lo mismo que las expresiones 'pro- aforismo y pensamiento acentúa ex-
término obedecen sobre todo a que posición negativa' y 'juicio negati- cesivamente el "aislamiento" del
mientras en unos casos es tomado vo'— son evitadas en la lógica sim- aforismo y presupone, además, una
como si designara una afección infe- bólica actual. cierta idea de la filosofía. Entendida
rior, y aun una pura sensación, en AFORISMO. Uno de los modos po- radicalmente, tal concepción nos con-
otros se estima como si expresara la sibles de expresión ( VÉASE) de una duciría a una idea del aforismo aná-
variedad de una emoción intencional. filosofía es el aforismo. Hay varios loga a la sustentada por José Berga-
En ambos casos, sin embargo, existe ejemplos de su empleo en la litera- mín (en La cabeza a pájaros y otras
un principio de unificación cuando, tura filosófica. En su mayor parte los obras) cuando pretende que "no im-
aun entendida la afección como algo aforismos filosóficos versan sobre porta que el aforismo sea cierto o
intencional, se adscribe a la esfera de asuntos de carácter moral (como los incierto: lo que importa es que sea
lo "mínimamente intencional", de tal aforismos de los moralistas franceses certero". Concepción análoga a la
suerte que la afección roza siempre la o españoles de los siglos XVII y que parece regir la producción de mu-
sensibilidad o cuando menos el llama- XVIII, los Aforismos para la sabiduría chos de los pensamientos de Gracián
do sentimiento inferior. De ahí la de- de la vida —o prudencia—, de o de Salvador Jacinto Polo de Me-
finición frecuente de la afección como Schopen-hauer, algunas de las obras dicina en virtud de un ideal litera-
de Nietz-
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AGA AGN AGR
rio-formal según el cual el aforismo saber desembocaba en una total igno- escindirse en dos tendencias: aquella
se constituye primariamente con pa- rancia. El famoso apotegma de E. Du para la cual lo trascendente no es
labras y no con ideas, por lo cual Bois-Reymond en su obra sobre los accesible a ninguna "facultad" y re-
cuando hay conflicto entre el uso de límites de la conceptuación científico- sulta impenetrable tanto para el cono-
una idea y el de una palabra o un natural: Ignoramus et ignorabimus, cimiento como para la voluntad o la
conjunto de palabras hay que deci- está dentro de la misma vía. Este vida emocional, y la que afirma que
dirse por los últimos. Por eso escribe tipo de agnosticismo, sin embargo, se si bien el entendimiento es impo-
Bergamín: "Ni una palabra más: dirigía tanto contra lo que se consi- tente para penetrar la realidad en
aforismo perfecto." El aforismo no es, deraba un dogmatismo metafísico co- sí, ésta queda abierta a otras activi-
según este autor, breve, sino incon- mo contra el dogmatismo materia- dades espirituales. Sólo con reservas
mensurable; tiene una potencia de lista, a diferencia de lo que ocurre puede llamarse a esta última doctrina
expresión inagotable, y en este sen- con Ernst Haeckel, que acepta el un agnosticismo. En cambio, el ag-
tido puede ser también "un muñón apotegma de Du Bois-Reymond, pero nosticismo que podríamos calificar
que pide continuarse", pero no se- sólo en el primer sentido. En térmi- de radical señala que ni siquiera
gún las exigencias del pensar, sino nos generales puede decirse que el puede preguntarse por la cosa en sí,
según las de la expresión. Ahora agnosticismo sostiene la incognosci- porque toda interrogación de esta
bien, este aforismo es el puramente bilidad en principio y radical de lo clase carece de contenido significa-
literario. El aforismo filosófico tiene trascendente y otorga justamente a tivo. El empirismo radical y toda
una pretensión de verdad, y aun a lo trascendente el título de lo incog- filosofía para la cual el problema
veces aspira a expresar la verdad de noscible. Tal doctrina se ha referido metafísico es simplemente un pseu-
un modo más conciso y compacto que generalmente a la actitud espiritual do-problema se adhiere a este punto
otras formas de exposición, a las cua- que, absteniéndose de todo juicio de vista. Sin embargo, también aquí
les acusa de prolijidad. Podríamos, sobre las proposiciones religiosas, las se abre inesperadamente el boquete
pues, concluir que el aforismo es relega a un plano considerado inac- por donde penetra la metafísica: al
asimismo justificado en la filoso- cesible para la razón humana. Desde defender la necesidad de atenerse
fía, y que, como lo muestran las el punto de vista estrictamente filo- de un modo radical a lo dado y a
obras de Wittgenstein, no necesita sófico, el agnosticismo es más bien la experiencia pura, el agnosticismo
emplear siempre un lenguaje exhorta- la identificación de lo Absoluto con se ve obligado a reconocer que una
tivo o confinarse a temas de carác- lo incognoscible, tal como ha sido fidelidad extremada a la experiencia
ter moral. defendida por Spencer. El agnosti- conduce insensiblemente al recono-
Kurt Besser, Die Problematik der cismo se distingue de la mera afir- cimiento de las experiencias no sen-
aphoristischen Form bei Lichtenberg, mación de la limitación del cono- sibles. El agnosticismo puede repre-
Fr. Schlegel, Novalis und Nietzsche, cimiento en que mientras ésta no sentar entonces la tendencia a una
1935 (analiza también el concepto presupone un límite determinado depuración de la experiencia y otor-
de aforismo en general). — Heinz para el conocer, el primero traza gar inclusive mayor solidez a lo fun-
Krüger, Studien über den Aphoris- límites precisos y hace de ellos el dado sobre ella; el punto de vista
mus als philosophische Form, 1957. sentido de lo que puede ser cono- agnóstico sería así un simple método
ÁGAPE. Véase AMOR. cido. y no una finalidad.
AGAPISMO. Véase AZAR, CATE- El agnosticismo puede entenderse Leslie Stephen, An Agnostic's Apo-
GORÍA. logy, 1893. — James Ward, Natu-
también de otras dos maneras: en
AGNOSTICISMO. En su uso ac- primer lugar, puede llamarse agnós- ralism and Agnosticism, 1899. — R.
tual, el término 'agnosticismo' fue em- tico a quien sostiene que lo trascen- Flint, Agnosticism, 1903 (Croall Lec-
pleado primeramente por Th. H. ture, 1887). — R. A. Armstrong,
dente, la cosa en sí, el noúmeno, Agnosticism and Theism in 19 Cen-
Huxley en 1869 (Cfr. Collected Essays, etcétera, son entidades que no pue- tury, 1905. — Georges Michelet,
V [1898] ) en el significado de "re- den conocerse; en segundo lugar, es Dieu et l'agnosticisme contemporain,
nuncia a saber", es decir, renuncia a agnóstico el que afirma que la propia 1908.
saber las cosas que no pueden saberse pregunta por lo trascendente carece AGRIPPA DE NETTESHEIM
por estar más allá de las posibilida- de sentido. En el primer caso, el (HEINRICH CORNELIUS) (1486-
des del conocimiento científico. Hux- agnosticismo no niega propiamente 1534/5), nacido en Colonia, siguió al-
ley oponía los agnósticos a los gnósti- la metafísica, pues aunque formal- gunas de las corrientes animistas del
cos, pero los agnósticos no defendían, mente la relega al reino de lo afec- Renacimiento al concebir la Naturale-
en su opinión, contra los gnósticos, tivo, suponiendo que hay una nece- za como un conjunto vivificado en to-
una determinada doctrina: se trataba sidad metafísica ineludible que no das sus partes por un alma universal,
más bien de un método que no pre- podrá ser jamás satisfecha, de hecho la quintaesencia, o espíritu del mun-
tendía ni mucho menos limitar el uso un agnosticismo de esta clase deja do que dirige y gobierna los procesos
del entendimiento y de la experiencia, abierto un boquete por donde la me- de los cuatro elementos fundamen-
sino, por el contrario, fomentarlo hasta tafísica puede penetrar y desarrollar- tales. La Naturaleza es para Agrippa
donde fuese posible. Ahora bien, esta se. Todas las afirmaciones acerca del una totalidad de carácter orgánico
posibilidad no era para Huxley ilimi- carácter "consolador" de la metafí- en la cual todo hecho influye sobre
tada. Por el contrario, reconocía taxa- sica, de la religión, etc., son, desde el resto y permite, por medio de un
tivamente la existencia de límites este punto de vista, agnósticas. Y análisis adecuado, llegar hasta el co-
más allá de los cuales la pretensión al aun este tipo de agnosticismo podría nocimiento del origen o causa de
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AGU AGU AGU
cualquier acontecer. El pensamiento y una explicación de las pasiones. En varias de sus más importantes obras
de Agrippa es, por lo demás, típico 374 regresó a Tagaste y poco después (incluyendo De libero arbitrio y De
de las corrientes renacentistas que de nuevo a Cartago, donde abrió una civitate Dei). Hasta su muerte siguió
conciben organológicamente el uni- escuela de retórica. En 383 partió ha- desarrollando una intensa actividad li-
verso y a la vez buscan un método cia Roma, donde asimismo abrió otra teraria; el fallecimiento tuvo lugar du-
de comprensión de la Naturaleza que escuela de la misma disciplina. Ya rante el sitio de Hipona por los ván-
sólo en Descartes hallará su fórmula antes de su partida para Roma mani- dalos.
definitiva. Las influencias caba- festó dudas acerca del dualismo ma- Los sucintos datos antes presenta-
lísticas se mezclan en él con las niqueo, las cuales se intensificaron en dos se proponen mostrar que las prin-
tendencias que desde Llull y por su nueva residencia. En 384 se tras- cipales ideas filosóficas (y teológicas)
procedimientos análogos a los de este ladó a Milán para enseñar retórica. de San Agustín fueron engendradas
místico y filósofo querían forjar un En Roma y Milán trabó conocimiento en el curso de una vida apasionada
auténtico arte de la invención. Inves- con las doctrinas escépticas de la y activa. La mayor parte de dichas
tigación de la Naturaleza, afán de Academia platónica (VÉASE). Fue en ideas surgieron al hilo de las polémi-
dominio de la misma, magia, espe- Milán donde manifestó sus primeras cas teológicas y con vistas al estable-
culación con tendencias neoplatoni- fuertes inclinaciones a las creencias cimiento y esclarecimiento de los cre-
zantes y neopitagorizantes, panteísmo cristianas, en parte por la influencia dibilia — o "cosas que han de ser ob-
que no niega la creación del mundo de los sermones de San Ambrosio. jeto de fe". Propiamente hablando,
de la nada, jerarquía de los seres de sin embargo, no hay "una filosofía"
La lectura de varios textos plotinia-
lo sensible a lo inteligible, afirmación de San Agustín separable de su teo-
de un alma o espíritu del mundo nos en la versión latina de Mario Cayo
Victorino, "el Africano", trastornó logía, y hasta de sus experiencias per-
a la vez natural e inteligible: he aquí
los elementos con los cuales Agrippa grandemente sus convicciones pre- sonales. Debe tenerse en cuenta que
construye una imagen del mundo a cristianas. El neoplatonismo lo con- en San Agustín la reflexión filosófica
la cual se llega tanto por la obser- dujo más firmemente al cristianismo. procede según el Credo, ut intelligam
vación de la Naturaleza como por la Las lecturas de los Evangelios y de (v. CREENCIA) en el sentido formula-
reflexión interior. San Pablo lo confirmaron en su nue- do, dentro justamente de la tradición
Obras: De occulta philosophia, Co- va creencia, que se tradujo en la con- agustiniana, por San Anselmo ( VÉASE).
lonia, 1510 (otras ediciones, 1531-33; versión citada (Conf., VIII), reci- San Agustín no cree porque sí, y me-
De occulta philosophia sive de magia biendo el bautismo en 387. En esta nos porque el objeto de la creencia
libri tres, reimp. de la ed. de 1533, con época comenzó ya su intensa activi- sea absurdo (v. TERTULIANO). Tam-
unas "Nachträge zur Occulta Phi- dad de escritor, produciendo, entre poco comprende por comprender, si-
losophia", de la ed. de Lyon de 1600, otras obras, los libros Contra acadé- no que cree para comprender — y,
1962. — De incertitudine et vanitate podría añadirse, comprende para
scientiarum, Colonia, 1527 (otras edi- micos, los Soliloquia y el De immorta-
ciones, París, 1529, Amberes, 1530, litate animae (indicaremos aquí sólo creer. Por razones obvias, destaca-
Colonia, 1534). Ediciones de Obras: algunas obras; una lista más completa remos aquí brevemente sólo los ele-
Lyon, 1550, 1600. — Véase H. Mor- de ellas, con fechas de composición, mentos filosóficos del pensamiento de
ley, Life of Cornelius Agrippa, 2 en bibliografía). Agustín residió en San Agustín. Prescindiremos de la
vols., 1856. — Chr. Sigwart, 'C. A. breve período en Roma (De libero llamada "evolución intelectual de San
von Nettesheim", en Kleine Schriften, arbitrio), y en 388 se trasladó a Agustín", ciertamente importante, pero
I, págs. 1-24. — J. Meurer, Zur Logik imposible de traer a cuenta en tan
des C. Agrippa von Nettesheim", Cartago, donde residió hasta 391
1920 ( Renaissance und Philosophie, como miembro de una comunidad breve espacio, y forzaremos muy a
ed. Dyroff, Heft 11). monástica (De vera religione). En nuestro pesar el carácter "sistemáti-
AGUSTÍN (SAN) (354-430) na- 391 fue ordenado sacerdote en Hi- co" de los pensamientos filosóficos
ció en Tagaste (provincia romana de pona y escribió una serie de obras agustinianos. Para completar nuestros
Numidia), de padre pagano y madre contra los maniqueos, una contra los datos deberán tenerse en cuenta las
cristiana (Santa Mónica). Formado en donatistas, y comentarios al Génesis, referencias a doctrinas agustinianas
el cristianismo, pasó sin embargo largo a dos Epístolas de San Pablo y va- que figuran en varios otros artículos
tiempo despegado de la creencia rios otros escritos. En 395 fue consa- de este Diccionario. Mencionamos, a
cristiana antes de su conversión en grado obispo auxiliar de Hipona, y guisa de ejemplo: los siguientes: AL-
386. En 365 se trasladó a Madaura, en 396, a la muerte del obispo Va- BEDRÍO ( LIBRE ), CIUDAD DE DIOS,
en la citada provincia, donde estudió lerio, obispo de dicha ciudad. Con- ESENCIA, ILUMINACIÓN, MAL, ORDEN,
gramática y los clásicos latinos. Tras tinuó su polémica contra los donatis- TIEMPO. Véase asimismo el artículo
un año de residencia en Tagaste (369- tas, pero escribió asimismo obras de AGUSTINISMO.
70) se dirigió a Cartago, donde estu- interés general teológico (como De Desde sus primeras inquisiciones fi-
dió retórica y comenzó a interesarse doctrina christiana) y parte de las losóficas San Agustín buscó no (o no
en problemas filosóficos y religiosos, Confesiones. En 400 comenzó a re- sólo) una verdad que satisficiera a su
especialmente tras la lectura del per- dactar los libros De Trinitate, y en mente, sino una que colmara su co-
dido diálogo Hortensius, de Cicerón. 401 extensos comentarios al Génesis razón. Solamente así puede conseguir
Lo atrajo ante todo el maniqueísmo (distintos del comentario —incomple- la felicidad. Puede decirse que San
( VÉASE ), en el cual vio una solución to— antes mencionado). A partir de Agustín fue un eudemonista. Mas este
al problema de la existencia del mal 411 sostuvo polémicas contra los pe- eudemonismo (VÉASE) no consiste en
lagianos, y entre 412 y 426 completó alcanzar ninguna clase de bienes tem-
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AGU AGU AGU
porales o en satisfacer las pasiones. pecie de "sentido íntimo" o "sentido la filosofía griega o, más exactamente,
No consiste ni siquiera en un placer o de los sentidos" que unifica las per- el neoplatonismo. Se ha dicho a
contento estable, moderado y razo- cepciones exteriores. Los "sensibles veces que San Agustín fue el primero
nable, al modo de los epicúreos. To- comunes" no son, empero, todavía un en integrar plenamente ambos ele-
das esas son felicidades efímeras, in- conocimiento pleno. Al sentido inter- mentos. Ello es cierto si no lo inter-
capaces de apaciguar al hombre. La no unificador se sobrepone un órgano pretamos simplemente como un pro-
verdadera felicidad se encuentra úni- que puede llamarse "razón" o "inte- ceso histórico, mas también filosófico.
camente en la posesión de la verdad lección". La integración de estos elementos es
completa — verdad que debe trascen- La importancia del sentido íntimo consecuencia de una visión del alma
der todas las verdades particulares, no consiste solamente en su función como algo a la vez íntimo y racional,
pues de lo contrario no sería, propia- unificadora. Por medio de él se puede es decir, como experiencia y razón.
mente hablando, una verdad. La Ver- mostrar que es posible la certidumbre La doctrina agustiniana de la "ilu-
dad perseguida por San Agustín es la y, por lo tanto, que debe rechazarse el minación (VÉASE) divina" como "ilu-
medida (absoluta) de todas las ver- escepticismo. San Agustín tenía muy minación interior" es la formulación
dades posibles. Esta Suprema Medida presentes los argumentos contra la de esta integración de dos verdades:
es, y sólo puede ser, Dios. posibilidad de una certidumbre la que viene del alma, y la que le llega
La busca agustiniana de la Ver- completa formulados por los al alma desde Dios.
dad no es, así, sólo contemplativa, escépticos y en particular por los Es posible hablar de una "fenome-
sino también eminentemente "acti- "académicos" (v. ACADEMIA PLATÓ- nología del conocimiento" en San
va"; no implica sólo conocimiento, si- NICA). De haberse aceptado tales ar- Agustín, de un proceso que va de la
no, como veremos luego, fe y amor. gumentos no se habría podido obte- sensación a la razón. Pero no se trata
La verdad debe conocerse no sim- ner la certidumbre, y la felicidad del ni de una descripción pura ni de una
plemente para saber lo que es "Lo alma que proporciona. De ahí que dialéctica del conocimiento, sino del
que Es"; debe conocerse para conse- San Agustín se esfuerce por probar ya mencionado "itinerario espiritual".
guir el reposo completo y la completa que, dentro de la propia actitud es- Como conclusión de tal "fenomenolo-
tranquilidad que el alma necesita. La céptica, existe la posibilidad de supe- gía" tenemos las dos proposiciones si-
posesión de la Verdad, antes que ser rarla. En efecto, si fallor, sum (véa- guientes: (1) En el interior del hom-
objeto de ciencia, lo es de sapiencia se COGIT O , ERGO SUM ), esto es, el bre habita la verdad (De vera reli-
o sabiduría (VÉASE). Y la busca de la que todos los enunciados que formu- gione, 72); (2) La verdad es inde-
verdad no es un método, sino un "ca- lo puedan ser falsos, no quita que pendiente del alma y trasciende a ésta
mino espiritual" — un peregrinaje, un sea cierto el que los formule. La fa- (De lib. arb., II 14). Estas propo-
"itinerario". libilidad es prueba de que se es fali- siciones entran en conflicto sólo cuan-
Dentro de este itinerario se desa- ble. Pero San Agustín no se detiene do no se tiene presente que el alma
rrolla lo que podría llamarse la "teoría aquí. La certidumbre del propio errar se trasciende a sí misma en la Ver-
del conocimiento" de San Agustín — y del propio vivir son insuficientes. dad, esto es, en la Vida primera, en
siempre que no tomemos la citada Es menester alcanzar una certidum- la Sabiduría primera y en la Realidad
expresión como designando simple- bre de algo que no sea mudable, de eterna e inmutable de Dios. En uno
mente una particular disciplina filo- la plena verdad. Y verdad significa de los pasajes de San Agustín más
sófica. Dicha teoría del conocimiento para San Agustín, como lo significó frecuentemente citados se lee que so-
se halla orientada en la noción de para Platón, lo que no muda ni se al- lamente le interesan dos cosas: el al-
certidumbre. Como ésta tiene que ser tera. Sólo el alma racional puede al- ma y Dios (Sol., I 2). La integración
absoluta, no basta apoyarse en los canzar la posesión de verdades eter- de referencia o, como ha escrito Gil-
sentidos. San Agustín se manifiesta nas referidas a objetos eternos, es de- son (op. cit. infra, 3a ed., 1949, pág.
en este y otros respectos un platóni- cir, verdaderamente existentes. Di- 23, nota 1), el haber repensado en
co. Mas, a diferencia de Platón (cuando chas verdades constituyen un "tesoro cristiano el itinerario plotoniano del
menos del Platón dualista ofrecido por interior"; se hallan en el alma. Pero no alma hacia Dios, es asimismo conse-
la imagen tradicional), San Agustín no corno meros entes de razón u objetos cuencia de ese interés.
establece ninguna distinción tajante de la imaginación, ya que de lo La Verdad, sin embargo, no podría
entre experiencia sensible y saber; contrario sería ilusión y engaño. alcanzarse sin la fe, en tanto que fe
hay que ascender de la primera al La "teoría del conocimiento" de iluminada. A diferencia de los "em-
segundo, para luego justificar por el San Agustín representa, con ello, la piristas", San Agustín piensa que no
segundo la primera. Al examinar los mezcla de dos ingredientes aparente- puede conocerse sin la razón. Pero a
objetos sensibles, descubrimos que mente en conflicto: por un lado, la diferencia de los "racionalistas", está
éstos poseen propiedades comunes a afirmación de la realidad del alma convencido de que no puede cono-
varios: son los llamados "sensibles como sed de las verdades; por el otro, cerse sin la fe. Ésta no es una fe cie-
comunes", en cuya percepción hay ya la afirmación de la realidad de la ga, sino iluminada e iluminadora; la
conocimiento. Como estos "sensibles Verdad suprema como foco y origen misma de la cual se ha dicho que no
comunes" no son directamente de estas verdades. Esos dos ingredien- se comprendería si no se creyera
accesibles a los órganos de los tes corresponden, en gran parte, a los (véanse CREENCIA, FE ). La fe a que
sentidos, San Agustín supone que hay dos principales elementos con los cua- se refiere San Agustín no tiene nada
un órgano de percepción de ellos que les San Agustín ha elaborado su pen- de irracional o de "absurdo". No es
no es exterior, sino interior — una es- samiento filosófico: el cristianismo y tampoco fe en algo particular: en los
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AGU AGU AGU
sentidos, en la razón, en una autori- neoplatónico y el cristiano a causa del hombre se halle salvado o condenado,
dad temporal y efímera. La fe es ilu- rechazo por este último de la noción haga lo que haga. El hombre es libre,
minadora porque es fe en Dios y en de emanación ( VÉASE ) y su admisión pero es libre de hacer libremente lo
Jesucristo; por lo tanto, en algo que de la de creación (VÉASE ). que Dios sabe que hará libremente.
trasciende toda inteligencia y que hace Aunque San Agustín prestó menos De este modo pueden acordarse va-
posible, a la vez, la inteligencia. Aquí atención al problema de la estructura rias cosas que parecían incompati-
nos hallamos, empero, con algo muy del mundo que a los del conocimiento, bles: el absoluto ser y poder de Dios,
distinto a una "solución" dada al la felicidad, el alma y Dios, se hallan y la existencia del mal; este absoluto
"problema" de "la relación entre fe en sus obras numerosas referencias al ser y poder y el libre albedrío huma-
y razón". De hecho, no se trata de modo de creación del cosmos y a la no; la gracia y la predestinación. Ni
un "problema" en el que se procure estructura de éste. Importante al que decir tiene que estas cuestiones,
acordar dos cosas en principio respecto es su insistencia en que no extremadamente difíciles, han sido
distintas. La fe agustiniana no es hay nada independiente de Dios, ni abundantemente discutidas, y que
una cuestión filosófica, sino aquello siquiera una supuesta materia sin puede hallarse en textos de San Agus-
dentro de lo cual se hacen inteli- forma, pues Dios creó todo de la na- tín materia para diversas opiniones,
gibles las cuestiones filosóficas. Por da. También es importante, aunque como lo prueban los debates teológi-
lo demás, la fe está ligada no sólo a menos influyente, su doctrina, a la cos y filosóficos de los siglo XVI y
la razón, sino también, y sobre todo, vez neoplatónica y estoica, de las ra- XVII. Sin embargo, en ninguna oca-
a la caridad (véase AMOR). La fe hace tiones seminales, "razones seminales" sión cede San Agustín en la impor-
posible el entendimiento; no se entra o gérmenes de las cosas a venir. tancia concedida al ser, poder y amor
en la verdad sino por la caridad. La Gran atención prestó San Agustín infinitos de Dios y a la vez en la afir-
razón dejada a su propio albedrío es a las cuestiones relativas al mal y a la mación de la posesión por el hombre
ciega; la luz que tiene, la recibe de la libertad, ambas, por lo demás, íntima- de libre albedrío. Lo que sucede es
fe. Por eso no se puede probar la fe; mente relacionadas entre sí, así como que este libre albedrío es impotente
sólo se puede probar en la fe. La fe al problema del proceso histórico del para elegir el bien sin el auxilio de
es una creencia amante, descubridora hombre en cuanto proceso teológico. la gracia, de modo que, en último
de valores, una creencia de la cual Habiéndonos extendido en los artícu- término, todo bien viene de Dios.
brota, como una luz, la inteligencia. los ya citados al principio sobre estas Las anteriores nociones —libre al-
Consideraciones similares podrían cuestiones, nos limitaremos a tocar al- bedrío, mal, pecado, salvación, con-
hacerse respecto al "problema de gunos puntos esenciales. denación— y otras relacionadas con
Dios". La existencia de Dios no viene San Agustín no puede admitir que ellas —redención, justicia, etc.— cons-
probada por un razonamiento, pero Dios sea el autor del mal. Por otro tituyen los elementos principales con
tampoco es asunto de fe ciega. Dios lado, no puede admitir que haya nin- los cuales San Agustín ha desarrollado
aparece "demostrado" en la misma es- gún poder capaz de socavar el poder su filosofía de la historia, que es a la
tructura del alma poseedora de fe de Dios. Su lucha contra los mani- vez una teología de la historia y una
amante. Pero Dios no es una idea pu- queos, después de haber luchado con- teodicea. La historia no es para San
ramente inmanente en el alma. El alma tra el maniqueísmo en su alma, lo lle- Agustín la descripción de ciertos
aprehende a Dios como verdad va, además, a excluir por completo acontecimientos políticos, sino el modo
necesaria e inmutable, mas dicha toda realidad que no dependa de como todos los acontecimientos
aprehensión sería imposible sin Su Dios. Pero como hay el mal, debe ex- políticos —las "historias de los Impe-
existencia. Cierto que este Dios no es plicarse de modo que ni tenga origen rios"— se organizan en torno al pro-
cualquier Dios o cualquier divinidad divino ni tampoco origen en algún ceso teológico. La idea de la Ciudad
o cualquier principio filosófico. Es el poder capaz de oponer su propia rea- de Dios (VÉASE) es aquí fundamental;
Dios cristiano revelado — Dios a la lidad a la de Dios. Simplificando, di- el significado de esta expresión, las
vez personal, eterno e incorruptible. remos que San Agustín considera que principales interpretaciones que se han
Sobre todo, incorruptible, que es como el mal se origina en el apartamiento dado a ella y al modo como fue usada
San Agustín lo buscó —"ideo te, de Dios, que es a la vez el aparta- por San Agustín se han discutido en
quidquid esses, esse incorruptibilem miento del ser y de la realidad. El el artículo correspondiente.
confitebar" (Conf., VII 4)—, pues de mal no es una substancia, sino una El primer escrito de San Agustín,
lo contrario no sería Verdad suprema, privación o, si se quiere, un movi- De pulchro et apto, redactado du-
sino cosa en último término transito- miento — el movimiento hacia el no rante su período maniqueo, se ha
ria, por muy duradera que fuese. Este ser. Por gozar de libre albedrío, la vo- perdido. El plan de redacción de una
Dios infinitamente perfecto posee en luntad humana puede elegir el mal, enciclopedia sobre todas las Artes li-
sí mismo las rationes de las cosas berales quedó sin ejecutar; los Prin-
esto es, pecar. Con ello hace un mal cipia dialectices, que se ha afirmado
creadas, al modo de "ideas divinas", uso del libre albedrío ( VÉASE). Por el pertenecen a tal obra de conjunto, no
arquetipos según los cuales las cosas pecado original, además, el hombre se pueden ser atribuidos a San Agustín;
creadas han sido formadas. Eso es lo ha colocado en tal situación, que con o, en todo caso, su paternidad es aún
que se ha llamado el "ejemplarismo" el fin de salvarse necesita la gracia discutida. La parte de la enciclope-
agustiniano, de raíz neoplatónica, y ( VÉASE). La salvación del hombre no dia sobre la música, sin embargo, fue
de tan grande influencia en la filosofía es, pues, cosa que se halle enteramente terminada por San Agustín en Ta-
de la Edad Media, pero hay notorias en manos del hombre. Pero al mismo gaste, poco después de 388. A con-
diferencias entre el ejemplarismo tiempo no puede decirse que el tinuación damos una lista de obras
de San Agustín, que constituye una
58
AGU AGU AGU
selección de las mencionadas, con fe- Migne, PL, XXXII-XLVII (1844- la doctrine de S. A., 1932. — Etienne
cha o fechas de composición, por M. 1866); la llamada "edición Vives", Gilson, Introduction à l'étude de S.
F. Sciacca en el folleto bibliográfico con texto latino, trad. francesa y las A., 1929, 2a ed., 1943, 3a ed. 1949.
citado infra, a su vez extraída de S. notas de la edición de los Benedicti- — Jacques Maritain, "De la sagesse
Zarb, "Chronologia operum S. Augus- nos de la Congregación de San Mauro augustinienne", en Mélanges
tinii", Angelicum, X (1933), XI (París, 33 vols., 1869-1878); la augustiniens, 1931, págs. 385-411. —
(1934), ed. aparte, 1934: Contra edición crítica en el Corpus scripto- J. Hessen, Augustins Metaphysik der
Académicos, 386. — De beata vita, rum ecclesiasticorum latinorum (Vie- Erkenntnis, 1931, 2a ed., 1960. —
386. — De ordine, 386. — Soliloquia, na, 1896 y sigs.), todavía incompleta; Fulbert Cayré, Les sources de l'amour
386/7. — De inmortalitate animae, la edición del Monasterio del Esco- divin. La divine présence d'après
387. — De animae quantitate, 387/8. rial, ed. V. Capánaga, A. Custodio S. A., 1933. — R. Jolivet, S. A. et le
— De moribus Ecclesiae Catholicae Vega et al., con texto latino y trad. neoplatonismo chrétien, 1932 (trad.
et de moribus Manichaeorum, 387/9. esp. (Madrid, 18 vols., 1946-1959); esp.: S. A. y el neoplatonismo cristia-
— De Genesi contra Manichaeos, la edición de la "Bibliothèque au- no, 1941). — Íd., íd., Dieu. Soleil
388/9. — De libero arbitrio, 388/95. gustinienne", ed. G. Combes, R. Jo- des esprits, 1934. — Íd., íd., Le pro-
— De vera religione, 391. — De uti- livet, L. Labriolle, et al. (París-Bru- blème du mal d'après S. A., 1936. —
litate credendi, 392. — De duabus jas, 1936 y sigs.), todavía incompleta. Erich Przywara, A Die Gestalt als
animabus, 392/3. — De Genesi ad — Index Verborum de De Civita-te Gefüge, 1934 (trad. esp.: S. A.,
litteram imperfectus liber, 393/426. Dei, por M. Maguire, B. H. Skahill y 1940). — H. Marrou, S. A. et la fin
— De mendacio, ca. 395. — Quaes- F. O'Connell, según la edición de de la culture antique, 1938. — ld.,
tiones Evangeliorum, 393/9. — Con Dombart-Kalb [en preparación]. — íd., S. A. et l'augustinisme, 1955
tra partem Donati, 396. — De doctri Otro Index de Confessíones, por el P. (trad. esp.: S. A. y el agustinismo,
na christiana, 396/7. — Contra Faus- C. Hrdlicka, según el texto de la edi- 1960). — Gustave Bardy, S. A.,
tum Manichaem, 397/8. — Confes- ción de De Labriolle, se halla en forma l'homme et l'oeuvre, 1940, 6a ed.,
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videntur, ca. 399. — De sancta vir- 1928; reimp. en 1962. — M. F. 1945. — Amato Masnovo, S. Agosti-
ginitate, 401. — De Genesi ad litte Sciacca, Augustinus, 1948 (Biblio- no, I, 1946. — B. Switalski, Neopla-
ram, 401/14. — Contra Donatistam graphische Einführungen in das Stu- tonism and the Ethice of S. A., 1946.
nescio quem, 406/8. — De peccato- dium der Philosophie, 10, ed. I. M. — J. Burger, S. A., 1948. — J. M. Le
rum meritis et remissione, 411. — De Bochenski). — Bibliografía de obras Blond, Les conversions de S. A., 1948.
spiritu et littera, 412. — De fide et de S. A. y sobre S. A. en la "Introduc- — Th. Philipps, Das Weltbild des
operibus, 413. — De videndo Deo, ción general a las Obras de S. A." pu- heiligen a., 1949. — M. F. Sciacca, S.
413. — Commonitorium ad Fortuna- blicadas por la Biblioteca de Autores A. I: La vita e l'opera. L'iti-nerario
tianum, 413. — De natura et gratia, Cristianos, tomo I (1946), págs. 1- della mente, 1949. — Félix García, S.
413/5. — De civitate Dei, 413/26. 327 (2a ed., aumentada, 1950). — A., 1953. — V. Capánaga, S. A.,
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416/7. — De correctione Donatista- bliographique de Saint Augustin", histoire, 1956. — G. Vaca, La vida
rum, 417. — De gratia Christi et de Augustiniana, VI (1956), 906-58; VII religiosa en S. A., 2 vols., 1956. —
peccato originali, 418. — Enarratio- (1957), 597-661. — Hay bibliografía Mary T. Clark, R. S. C. J., A
nes XXXII in Psalmum CXVIII, 418. agustiniana en fichas en la revista es- Philosopher of Freedom: A Study in
Contra sermonem Arianorum, 419. — pañola Augustinus. — La bibliografía Comparative Philosophy, 1959. —
Quaestiones in Heptateuchum, 420. agustiniana debe ser completada con Paul Henry, S. J., S. A. on Persona-
De anima et eius origine, 420/1. — las referencias bibliográficas en publi- lity, 1960 (The S. A. Lecture Series,
Contra mendacium, 422. — Contra caciones periódicas total o parcialmente 1). — A. Muñoz Alonso, Presencia
duas epistolas Pelagianorum, 422/3. consagradas al estudio de San Agustín intelectual de S. Α., 1961. — Ragnar
— Contra lulianum, 423. — Enchi- y del augustinismo. Citamos al Holte, Béatitude et Sagesse. Saint
ridion ad Laurentium, 423/4. — De respecto Augustinus (Madrid) y el Augustin et le problème de la fin de
cura pro mortis gerenda, 424/5. — Bulletin augustinien, de la Revue des l'homme dans la philosophie ancienne,
De gratia et libero arbitrio, 426. — Études augustiniennes ( París ). — So- 1962. — R. Berlinger, Augustins dia-
Retractationes, 426/7. — Contra Ma- bre San Agustín y diversos aspectos logische Metaphysik, 1962. — Entre
ximinum, 428. — De praedestinatio- de su vida y de su pensamiento, véa- las publicaciones lanzadas con motivo
ne Sanctorum, 429. — De dono per- se: David Lenfant, Concordantiae del decimoquinto centenario de S.
severantiae, 429. — Tractatus adver- Augustinianae sive collectio onmium A., destacamos: Mélanges augustiniens
sus Iudaeos, 429/30. — Contra se- sententiarum quae sparsim reperiuntur (París, 1930); Miscellanea agos-
cundum Iuliani responsionem opus in ómnibus S. Augustini operibus, tiniana, 2 vols. (Roma, 1930-1931);
imperfectum, 429/30. — Entre las 1656-1665; reimp. en 2 vols., 1963. Religión y Cultura (Madrid, 1931);
ediciones de obras de San Agustín, — Jean-Félix Nourrison, La philo- Aurelius Augustinus (Colonia, 1930).
mencionamos: J. Amerbach (Basilea, sophie de S. A., 2 vols., 1865. — Jules AGUSTINISMO. La influencia de San
1506); Erasmo (Basilea, 1528-1529); Martin, S.A., 1901, 2a ed., 1923. — E. Agustín ha sido considerable; una
la de los teólogos de Lovaina, bajo Portalié, art. "Saint Augustin", en el historia detallada del agustinismo
la dirección de Th. Cozee y J. van Dictionnaire de Théologie Catholique, ofrecería dificultades casi tan gran-
der Meulen (Amberes, 1571); la de ed. Vacant-Mangenot, I (1902), col. des como una historia del platonis-
los Benedictinos de la Congregación 2268-2472. — Ch. Boyer, Chris- mo (VÉASE). Nos limitaremos en el
de San Mauro, con introducciones, su tianisme et néo-platonisme dans la presente artículo a destacar algunas
marios e índices (París, 11 vols., formation de S. A., 1920. — Íd., íd., de las ideas agustinianas más influ-
1679-1700), considerada la primera L'idée de vérité dans la philosophie yentes en la Edad Media y a señalar
edición importante y reproducida en de S. A., 1920. — Íd., íd., Essais sur
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AGU AGU AGU
algunos hitos en el desarrollo del cían muchos dominicos a la penetra- biduría (VÉASE). Algunas de estas
agustinismo en dicha época. Esto no ción de las doctrinas tomistas y, en doctrinas, escribe de Wulf, proceden
significa que el agustinismo se haya general, a la creciente influencia del efectivamente de San Agustín: es el
confinado a la época medieval. En aristotelismo y a la absorción de al- caso de la idea de sabiduría o sa-
las grandes discusiones teológicas y gunas tesis averroístas. Nos hemos re- pientia christiana (muy característica
filosóficas de los siglos XVI y XVII ferido a este punto con más detalle del temple de ánimo o talante agus-
sobre problemas tales corno los del en el artículo Tomismo (VÉASE). Al- tiniano contra la excesiva atención
libre albedrío, la gracia y la gunos autores indican inclusive que hacia la "sabiduría del mundo"), del
predestinación ( VÉANSE), las el término 'agustinismo' solamente co- primado de la voluntad y de la ilu-
posiciones agus-tinianas y las bra un significado preciso cuando se minación del alma. Otras doctrinas
diversas interpretaciones de las emplea como designación de las po- tienen su base en San Agustín, pero
mismas fueron casi siempre decisivas. siciones adoptadas por varios teólo- son interpretadas en formas muy di-
El agustinismo es también un gos y filósofos en el período de las versas y con gran independencia del
elemento importante en varias de grandes polémicas entre agustinianos modo como aparecieron, en la letra
las direcciones de la filosofía cristiana y tomistas durante la segunda mitad o en el espíritu, en los escritos del
contemporánea. Sin oponerlo del siglo XIII. Aunque este uso es Santo: es el caso del modo como es
forzosamente al neotomismo, algunos asimismo recomendable, debe adver- concebida a veces la iluminación di-
autores intentan, en efecto, destacar tirse que es corriente emplear 'agus- vina, modo que exige, al parecer, la
los problemas, soluciones y, sobre to- tinismo' en un sentido más general noción de un entendimiento activo.
do, el temple de ánimo o talante agus- — el que ha sido mencionado al co- El avicenismo puede explicar estos
tinianos; otros autores procuran acor- mienzo del presente artículo. Desde nuevos aspectos del agustinismo, que
dar las dos tendencias. este último punto de vista puede ha- ha sido llamado por Gilson agustinis-
Aunque no puede decirse que haya blarse de agustinismo en autores que, mo avicenizante. Otras doctrinas, fi-
habido una completa identificación stricto sensu, no pueden ser conside- nalmente, concluye de Wulf, son aje-
entre el agustinismo y las tendencias rados como agustinianos, pero que nas a San Agustín: es el caso de las
filosóficas y teológicas defendidas y han sido incluidos en la tendencia a teorías sobre la materia y la forma,
desarrolladas por los franciscanos, es consecuencia de su adhesión a va- procedentes del aristotelismo árabe
sabido que muchos de éstos han sido rios aspectos del mencionado "com- y judío. Es curioso comprobar que
agustinianos. Ejemplos eminentes al plejo doctrinal": es el caso de muchos cada vez en mayor proporción fue-
respecto son Alejandro de Hales, Juan escotistas y occamistas. Autores como ron consideradas como agustinianas
de la Rochela, San Buenaventura y Gilson consideran inclusive a Enrique las doctrinas que menor relación te-
Tomás de York —pertenecientes a de Gante, a Juan Duns Escoto y a los nían con las posiciones del propio
lo que algunos autores han llamado primeros escotistas como pertenecien- San Agustín; así, por ejemplo, la doc-
"la antigua escuela franciscana"—, y tes a una "segunda escuela agusti- trina del hilemorfismo universal y la
Juan Pecham, Mateo de Aquasparta, niana". de la pluralidad de formas en el hom-
Ricardo de Mediavilla y Pedro Juan En lo que toca a las doctrinas co- bre, que fueron las tesis más deba-
Olivi — pertenecientes a lo que se nocidas bajo el nombre de "agustinis- tidas por los filósofos y teólogos me-
ha llamado a veces "la escuela fran- mo", las discusiones al respecto son dievales de las épocas referidas, son
ciscana posterior". Hay que tener en muchas. Resumiremos aquí las ideas originariamente menos agustinianas
cuenta, sin embargo, que el agusti- presentadas por M. de Wulf sobre el que otras ciertas posiciones que pa-
nismo de dichos autores está muy le- agustinismo medieval y que nos pa- saron a un segundo plano y que es-
jos de ser un acatamiento estricto de recen muy plausibles. Según el men- taban más próximas a la letra y al
las doctrinas de San Agustín; como cionado historiador, pertenecen al espíritu de San Agustín.
veremos luego, el "agustinismo" es un complejo doctrinal del agustinismo Las historias de la filosofía (espe-
nombre que designa un conjunto de doctrinas como las siguientes: primado cialmente de la filosofía medieval) a
muy varias doctrinas —lo que los his- de la voluntad sobre la inteligencia en que nos hemos referido son: Ueber-
toriadores de la filosofía medieval Dios y en el hombre, producción de weg-Heinze, Geyer, t. III. — M. de
Wulf, Histoire de la philosophie mé-
suelen llamar "un complejo doctri- ciertos conocimientos sin presencia diévale, 6a ed., 1934-1936-1947, 3
nal"—, algunas de las cuales tienen de objetos del mundo externo que vols. (trad, esp.: Historia de la filo-
un aire agustiniano aunque no pro- habitualmente se consideran como su sofía medieval, vol. II, 1947, § 349).
ceden de San Agustín y otras son causa u origen, concepción del cono- — É. Gilson, History of the Chris-
ajenas a éste. Lo último es cierto so- cimiento como situado dentro de la tian Philosophy in the Middle Ages,
bre todo cuando se trata de varias zona alumbrada por la luz divina, ac- 1955. — Además: F. Ehrle, "Der
posiciones procedentes del aristotelis- tualidad de la materia prima con in- Augustinismus und Aristotelismus ge-
gen Ende der XIII Jahrhunderts", Ar-
mo y de algunos filósofos árabes y dependencia de la forma, depósito chiv für Literatur und Kirchenge-
judíos. Ahora bien, junto con los de razones seminales en la materia, schichte des Mittelalters, V (1889),
franciscanos el agustinismo fue de- hilemorfismo universal en las substan- 614-32. — E. Portalié, en Dictionnaire
fendido y elaborado hasta lo que se cias creadas, pluralidad de formas en de Théologie Catholique, I, 2506-
ha llamado "el triunfo del tomismo" las mismas y particularmente en el 14. — R. M. Martin, "Quelques
por muchos dominicos. La oposición hombre, identidad del alma y de sus premiers maîtres dominicains de Paris
al albertismo y al tomismo por parte facultades, estrecha unión de filoso- et d'Oxford et la soi-disant école do-
minicaine augustinienne (1229-1279)",
de Roberto Kildwarby es un ejemplo fía y teología en el marco de la sa-
eminente de la resistencia que ofre- 60
60
AHO ALA ALB
Revue des Sciences philosophiques mo en el sentido puramente científico- ción en Migne, PL, CCX. — Edición
et théologiques, IX (1920), 163-84. positivista en nombre del materialismo crítica del Anticlaudianus, por R.
— J. Hessen, "Augustinismus und dialéctivo, su oposición a Debo-rin Bosuat, 1955 (Textes philosophiques
Aristotelismus im Mittelalter", Fran- (VÉASE) y a los representantes del du moyen âg e, I). — M. Baum-
ziskanische Studien, VII (1920), 1- gartner, Die Philosophie des
llamado "idealismo menchevizante" la Alanus de Insulis im
13. — C. Michalski, Les courants llevó a acentuar el aspecto materia-
philosophiques à Oxford et à Paris Zusammenhang mit den
pendant le XlVè siècle, 1922. — A. lista más bien que el dialéctico del Anschauungen des 12. Jahrhunderts
G. Little, "The Franciscan School at marxismo. Por tal razón fue denuncia- dargestellt, 1896. — S. Nierenstein,
Oxford in the 13th. Century", Archi- da como mecanicista y se vio obliga- The Problem of the Existence et God
vum Franciscanum Historicum, XIX da, en 1929, a retractarse de varias in Maimonides, Alanus and Averroes,
(1926), 803-74. — E. Gilson, "Les de sus tesis en nombre de la "línea 1924. — J. Huizinga, Ueber die Verk-
sources gréco-arabes de l'augustinis- general". nüpfung des Poetischen mit dem
me avicennisant", Archives a histoire Obras principales: Filosofiskié ot- Theologischen bei Alanus de Insulis
doctrinale et littéraire du moyen âge, chérki, 1906 (Estudios filosóficos). — (Mémoires de l'Académie royale des
IV (1930), 5-149. — G. Théry, Protiv idéalizma, 1922 (Contra el Sciences de Hollande, t. 74, serie B,
"L'augustinisme et le problème de idealismo). — V zachtchitu dialéktit- n° 6), 1932. — G. Raynaud de Lage,
la forme substantielle", Acta hebdo- chéskovo matérializma. Protiv sjolasti- A. de Lille, Poète du XIIe siècle,
madae augustinianae-thomisticae ab ki, 1928 (En defensa del materialis- 1951 (estudia también el pensamiento
Academia romana sancti Thomae mo dialéctico. Contra la escolástica). filosófico). — V. Cuento, Alano di
Aquinatis indictae, 1931, págs. 140- — Idéalisttíchéskaá dialéktika Gégéliá Lilla, poeta e teólogo del secólo XII,
200. — F. P. Cassidy, Molders of the i matéridistitchéskaá dialéktika Mark- 1958.
Medieval Mind. The Influence of the sa, 1934 (La dialéctica idealista de ALBEDRÍO (LIBRE). La expre-
Fathers of the Church on the Medie- Hégel y el materialismo dialéctico de sión liberum arbitrium, muy usada por
val Schoolmen, 1944. Marx ). teólogos y filósofos cristianos, tiene a
AHORA. Véase INSTANTE. ALANO DE LILLE, Alain de Lille, veces el mismo significado que la
AKSELROD [en nuestra transcrip- Alanus de insulis, el doctor universa-expresión libertas (véase LIBERTAD ).
ción: AKSEL'ROD] (LÚBOV ISAÁKOV - lis (ca. 1128-1202), nació en Lille, ySin embargo, en muchos casos se
NA) (pseudónimo: ORTODOKS) (1868- después de ser maestro de teología distingue entre ambos. Esta distinción
1946), nació en Varsovia, participó ingresó en el monasterio cistercien- aparece claramente en San Agustín
desde muy joven en actividades revo- se de Citeaux, cerca de Nicolas-les- (Enchiridion, XXXII; Op. imperf.
lucionarias en Rusia, pasó (1887) a Citeaux ((Côte-d'Or). Alano es con- contra Julian., VI, 11) según ha puesto
Suiza, donde estudió filosofía, regre- siderado como un filósofo y teólo- de relieve Gilson (Introduction à
só (1906) a Rusia, continuando sus go "relacionado" con las Escuelas de l'étude de Saint Augustin [1931], 3a
actividades revolucionarias como Chartres ( VÉASE ) y ello sobre todo ed., 1949, págs. 212 y sigs.). La li-
miembro de la fracción menchevique por haber acogido las tendencias bertas (libertad) designa el estado de
del Partido Social Democrático. Con platonizantes de las mismas, pero, bienaventuranza eterna (sempiterna)
el triunfo de la revolución, profesó en en rigor, debe ser considerado como en la cual no puede pecarse. Se puede
la Universidad Tambov (19I7-1920) un pensador "independiente". Su
entonces decir inclusive que Dios no
y en la de Moscú (desde 1920). principal preocupación fue la lucha
contra las herejías más bien que la goza, de libertad. El liberum arbitrium
Akselrov se ocupó de problemas designa la posibilidad de elegir entre
elaboración y la disputa teológicas.
éticos y sociales, pero su más conoci- Una intención metodológica y enci- el bien y el mal; es "la facultad de la
da contribución fue en el terreno de clopédica, basada principalmente en razón y de la voluntad por medio de
la epistemología y de la interpreta- la tradición de Boecio, constituye la la cual es elegido el bien, mediante
ción del marxismo. Adherido al ma- parte fundamental de su obra filosó- auxilio de la gracia, y el mal, por la
terialismo dialéctico, lo defendió con- fico-teológica, penetrada no sólo de ausencia de ella (De lib. orb., 1).
tra las corrientes científicopositivistas elementos platónicos y neoplatónicos, "La oposición es, pues, clara entre el
que se abrían paso después de la re- sino también aristotélicos. La inten- libre albedrío del hombre, cuyo mal
volución y contra cualquier forma de ción enciclopédica se muestra sobre uso no destruye la naturaleza, y la
"infiltración" idealista. Sostuvo, sin todo en su poema Anti-Claudianus o libertad, que es justamente el buen
embargo, bajo la influencia de Pleja- Antirufinus (1182 ó 1183). La in- uso del libre albedrío" (Gilson, op.
nov (VÉASE), la tesis de que el conoci- tención metodológica del autor se cit., pág. 212, nota 2). "Debe
miento tiene un carácter funcional y hace patente sobre todo en su escrito confesarse que hay en nosotros libre
en gran medida simbólico (o mejor, albedrío para hacer el mal y para
sobre la fe católica, y en su obra sobre
"jeroglífico"). Se opuso con ello a las máximas teológicas, en la cual hacer el bien" (De corruptione et
Lenín y a la teoría fotográfica o cua-si- utiliza un procedimiento matemático- gratta, I, 2; cit. Gilson). Si se tiene en
fotográfica del conocimiento por deductivo, ya defendido por Boecio cuenta esta distinción se puede en-
Lenín propugnada. En los debates fi- en su Liber de hebdomadibus. Alano tender lo que de otra suerte sería una
losóficos que tuvieron lugar en la de Lille fue el primero en referirse al
paradoja: que el hombre pueda ser
Unión Soviética entre 1926 y 1929 Liber de causis ( VÉASE ). libre (liber) —en el sentido de poseer
(véase MARXISMO), Akselrod fue uno Obras: Regulae de sacra iheologia. libertas— y pueda no ser libre — en
de los representantes capitales de la haereticos. — De fide catholica con- el sentido del libre albedrío. El hom-
dirección llamada "mecanicista". Aun- tra haereticos sui temporis. — Ars bre, pues, no es siempre "libre" cuando
que ella misma se opuso al mecanicis- predicatorio. — Opera 1564. — Edi- goza del libre albedrío; depende del
61 uso que haga de él.
61
ALB ALB ALB
En vista de lo anterior, puede a posibilidad de obrar o no obrar, o de día usar de ella sin necesidad de
veces equipararse libre albedrío con obrar en un sentido más bien que en ninguna intervención divina. Por lo
volunlad. Es lo que ha hecho Sanio otro. Contra esta idea se ha declarado menos en lo que toca a lo sobre-
Tomás al declarar que son una sola que no puede haber entonces ninguna natural, parecía imposible excluir la
potencia y que el libre albedrío es decisión, de suerte que el liberum acción de la gracia. Así, todas las
ipsa voluntas. La distinción entre vo- arbitrium indifferentiae designa la soluciones ofrecidas para resolver
lunlad y libre albedrío se impone, sin pura suspensión de toda acción y de la cuestión eludían la supresión de
embargo, cada vez que se plantea la toda decisión. Como ejemplo de la uno de los términos. Y tal vez sólo
cuestión de la relación entre cada uno dificultad apuntada se menciona la en dos posiciones extremas se pos-
de ellos y los actos o las facultades del paradoja del Asno de Buridán (véa- tulaba esta supresión: en la concep-
alma. Así, mientras la libertad sería se ASNO DE BURIDÁN ). El problema ción luterana expresada en el De
un acto o acción, el libre albedrío se- del libre albedrío se relaciona en tal servo arbitrio por un lado y en la
ría una facultad propia del hombre caso con la cuestión de la función idea de la autonomía radical y ab-
que, por el hecho de poseer la razón ejercida por los motivos en toda elec- soluta del hombre, por el otro.
o, mejor dicho, de ser razonable, es ción. Muchos escolásticos rechazaron En su tratado De Servo arbitrio
capaz de elegir entre diversos objetos. que el liberum arbitrium indifferen- (1525) Lutero polemizó contra las
El propio Sanio Tomás indica que aun tiae conduzca necesariamente a tales ideas desarrolladas por Erasmo en su
cuando en su sentido etimológico la paradojas y manifestaron que es la De Libero Arbitrio ΔΙΑΤRΙΒΗ (1524).
expresión 'libre albedrío' parezca de- condición para que todo acto pueda En verdad, Erasmo no consideraba
signar un acto, se suele dar este llamarse auténticamente libre. La que la cuestión del libre albedrío tu-
nombre más bien a la potencia o mayor parte de autores modernos viera la importancia que le atribuían
facultad por la cual juzgamos libre- —por lo menos del siglo XVII (Des- los teólogos. Además, su opinión al
mente. Esta potencia, dice Santo To- cartes, Spinoza y Leibniz entre ellos)— respecto era moderada: "Concibo
más, no puede confundirse con el rechazaron la idea de la "libertad de aquí el libre albedrío como un poder
hábito ni con ninguna fuerza enca- equilibrio" (que llamaron a veces li- de la voluntad humana por medio del
denada o sometida al hábito. No hay, bertas indifferentiae) como concep- cual el hombre puede consagrarse a
en efecto, inclinación natural que ción meramente negativa de la li- las cosas que conducen a la salvación
lleve al hombre como ser razonable bertad. eterna o puede apartarse de ellas."
a algunos objetos; por el contrario, La noción del libre albedrío fue Así, Erasmo no negaba en principio
la voluntad puede ir hacia el bien objeto de apasionados debates durante el poder y la necesidad de la gracia.
o hacia el mal. De ahí que el libre parte de la Edad Media y durante los Menos todavía sostenía —como ha-
albedrío no sea acto ni hábito, sino siglos XVI y XVII, especialmente por cía el pelagianismo ( VÉASE ) extre-
facultad del alma. Y de ahí también cuanto se suscitaba con ella la famosa mo— que el libre albedrío fuese ab-
que la relación existente entre el cuestión de la declarada incompatibi- solutamente autónomo y decisivo. Pe-
Ubre albedrío y la voluntad sea igual lidad entre la omnipotencia divina y ro como ponía de relieve "el poder
a la que existe entre la razón y la la libertad humana. Hemos examina- de la voluntad humana", Lutero con-
inteligencia. La inteligencia acepta do parte de esta cuestión en los ar- sideró que la doctrina de Erasmo
simplemente los primeros principios, tículos consagrados al problema de equivalía a una negación de la gracia
así como la voluntad quiere el fin Dios (especialmente II. Naturaleza de y constituía una peligrosa forma de
último. La razón se aplica a las con- Dios), a la gracia, a la libertad, al pelagianismo. Según Lutero, la defi-
clusiones que proceden de los prime- ocasionalismo, a la predestinación, a nición del libre albedrío proporcionada
ros principios, así como el libre albe- la voluntad y al voluntarismo. Agre- por Erasmo era independiente de las
drío elige los medios que conducen guemos ahora que los debates giraron Escrituras y, por lo tanto, contraria a
al fin. La voluntad es, pues, al libre sobre todo en torno al problema tal éstas. Fundándose en las Escrituras,
albedrío lo que la inteligencia es a como quedó planteado en el agusti- Lutero mantenía que nadie puede
la razón. Ahora bien, comprender nismo. Una "solución" que anule uno ser salvado si confía sólo en el libre
y razonar son operaciones de la misma de los dos términos no parece ser albedrío, pues un demonio es más
facultad. Así, querer y elegir son una buena solución. Ya San Agustín fuerte que lodos los hombres junios;
también operaciones pertenecientes a había subrayado que la dependencia no sólo la gracia es necesaria, sino
la misma potencia. Y voluntad y libre en que se hallan el ser y la obra hu- que lo es absolutamente. Ahora bien,
albedrío no son dos, sino una sola mana respecto a Dios no significa ello no significa para Lulero que el
facultad (S. theol, I, q. LXXXIII, a 4). que el pecado sea obra de Dios. Ahora hombre se halle dominado por la
A veces se ha fundado la mencio- bien, si consideramos el mal como algo necesidad, pues el poder de Dios no
nada distinción entre libre albedrío y ontológicamente negativo, resultará es una necesidad natural; es un don.
libertad declarándose que mientras la que el ser y la acción que se refiere a Entre los pensadores católicos los
primera es ausencia de coacción ex- él carecen de existencia. Y si lo debales acerca de la noción de libre
terna, la segunda implica también au- consideramos como algo ontológi- albedrío se mantuvieron dentro de
sencia de coacción interna. En este camente positivo, habrá la posibilidad un cauce que eliminaba toda solución
último sentido el libre albedrío es el de deslizamos hacia un maniqueís- radical: ni luteranismo ni pelagianis-
llamado liberum arbitrium indifferen- mo. A la vez, no se trataba simple- mo. Sin embargo, en ciertas ocasiones
tiae, y también libertas aequilibri. mente de suponer que, una vez otor- las posiciones adoptadas se extrema-
Significa entonces la pura y simple gada la libertad al hombre, éste po-
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ron. Por un lado, tenemos la teoría cia la introducción y difusión de crítica del averroísmo y especialmente
tomista de la premoción física ( VÉA- aquellos pensadores europeos que re- de las tesis de la eternidad del mundo
SE). Por el otro, la doctrina molinista presentaban una mayor contribución y de la unidad del entendimiento
del concurso simultáneo basado en la a la reacción contra dichas tenden- agente, que habían llegado envueltas
noción de ciencia media (véase CIEN- cias. De este modo ha introducido en en la doctrina aristotélica, son una
CIA MEDIA, FUTURIBLE, MOLINA [Luis
la Argentina a filósofos antipositivis- de las manifestaciones de esta nece-
tas de distinta orientación (Bergson, sidad doble, que no significa, por
DE], PREDESTINACIÓN). Aunque todas
Meyerson, Croce, Gentile, Royce, etc.) otro lado, la subordinación de la
estas doctrinas son primariamente teo- sin dejar por ello de efectuar una
lógicas, los conceptos elaborados en filosofía a la teología, sino la pre-
elaboración personal de sus doctri- cisa delimitación de ambos dominios.
ellas son con frecuencia filosóficos y nas. Correspondiendo a esta labor
pueden ser utilizados en el tratamien- Para San Alberto Magno, como para
y acentuando su paralelismo, ha tra-
to de los problemas de la causa ( VÉA- bajado en la difusión del pensamiento Santo Tomás, a diferencia de las
SE ) y de la libertad ( VÉASE ). argentino en Europa y en los direcciones platónico-agustinianas, la
Estados Unidos mediante cursos en razón debe comenzar por limitarse,
Sobre el problema del libre albe- pero esta limitación no es negación
drío: C. L. Fonsegrive, Essai sur le las universidades de París, Hamburgo,
libre arbitre, sa théorie et son histoire, Leipzig, Berlín, Harvard y Columbia. de la razón, sino justamente aquello
1887. — E. Naville, Le libre arbitre, Escritos: "El amoralismo subjetivo" que permitirá prestar una confianza
1894. — Rudolf Kreussen, Die Wi- (1908). — "La pedagogía de Wi- completa en lo que la razón establez-
llensfreiheit als religiöses und philo- lliam james" (1910). — "La teoría ca. La limitación del poder racional es
sophisches Grundproblem·, 1935. — kantiana del juicio sintético a priori" simultáneamente una reafirmación de
Augustin Jakubisiak, La pensée et le (1911). — "El arianismo histórico y su poder dentro de sus límites. Allí
libre arbitre, 1936. — Déterminisme la economía social" (1911). — "So- donde la razón carece de poder de-
et libre arbitre. Entretiens présidés bre la pedagogía de Ardigo" ( 1914 ). mostrativo tiene la fe la última pala-
par F. Gonseth et rédigés par Gagne- — "Determinismo y responsabilidad" bra, pero dentro de la esfera de la
bin, 1944. — Yves Simon, Traité du (1916). — "Introducción a la axio- filosofía estricta la razón es determi-
libre arbitre, 1951. — Austin Farrer, genia" ( 1921 ). — "El problema ético nante y constituye el criterio supre-
The Freedom of the Will, 1957 (Gif- en la filosofía de Bergson" ( 1925 ). — mo. En el curso de sus paráfrasis
ford Lectures). — Joseph Lebacqz, "La reforma epistemológica de Eins
S. J., Libre arbitre et jugement, 1960 a Aristóteles y a los comentaristas,
tein" (1925). — "Die deutsche Phi siguiendo el orden mismo de los te-
(Museum lessianum. Sect. Fil., 47). losophie in Argentinien" (1930). —
— Allan M. Munn, Free Will and mas aristotélicos, San Alberto Magno
"La metafísica de Alberdi" (1934). establece una serie de proposiciones
Determinism, 1960. — A. I. Melden, — "English Influence in Culture and
Free Action, 1961. — Véase también Thought" (1937). — "Croce y la que Santo Tomás desarrolló poste-
bibliografía de DETERMINISMO, LI metafísica de la libertad histórica" riormente y, sobre todo, ordenó so-
BERTAD, VOLUNTAD. — Sobre el con bre el conjunto de los materiales
(1955). — Véase Juan José Arévalo,
cepto de libre albedrío en varios au "C. A.", Boletín de la Biblioteca Na preparados por su maestro. Estas te-
tores: G. Venuta, Libero arbitrio e cional, Guatemala, N° 16 (Enero, sis, que son, aparte la distinción
liberta délia grazia nel pensiero di San 1936). — Diego F. Pró, C. A., 1960. rigurosa entre las esferas filosófica
Bernardo, 1953. — J. Muñoz, Esen y teológica y la posibilidad de su
cia del libre albedrío y proceso del ALBERTO (SAN) de Bollstädt o
de Colonia, llamado el Grande o mutua armonía, la doctrina de los
acto libre según F. Romeo, O. P., universales como algo que está ante
Santo Tomás y F. Suárez, S. J., 1948. Magno y el doctor universalis ( 1206-
— Jean Boisset, Érasme et Luther. 1280) nació en Lauingen (Suabia). y en las cosas, y la teoría de la
Libre ou serf-arbitre?, 1962. — So Ingresó hacia 1223 en la Orden de los libertad de la voluntad, confirman,
bre el libre albedrío en San Agus Dominicos y profesó, entre otras ciu- al mismo tiempo, el propósito fun-
tín: K. Kolb, Menschliche Freiheit damental de su obra de transmitir
dades, en Friburgo, Colonia y París
und göttliches Vorherwissen nach A., a los latinos y hacerles comprensibles
(en esta última fue magister de teo- los saberes de la tradición griega.
1908 (Dis. inaug.). — C. Zimarra,
"Die Eigenart des göttlichen Vor logía [ca. 1242-1248] en el Studium Pero en la obra de San Alberto Mag-
herwissens nach A.", Freiburger Zeit genérale dominico de Saint-Jacques, no no se halla tampoco ausente la
schrift für Philosophie und Theologie, incorporado a la Universidad). La in- influencia platónica y neoplatónica,
I (1954), 359-93. — J. Van Gerven, vasión del aristotelismo, que había ya sobre todo a través de los escritos
"Liberté humaine et prescience divi alcanzado gran predicamento con la pseudo-aristotélicos de contenido neo-
ne d'après S. Α.", Revue philosophi- obra de San Buenaventura, culmina platónico y del Pseudo-Dionisio. Su
que de Louvain, LV [3a serie, XLVII] en San Alberto Magno, pero tal inva-
(1957), 317-30 (parte de una tesis, labor se extendió también a las cien-
sión es al mismo tiempo contenida cias de la Naturaleza en donde, si-
todavía inédita, titulada Liberté hu por la necesidad de encuadrarla en
maine et providence divine d'après guiendo los precedentes del empiris-
S. A.). el marco de la ortodoxia. La obra mo aristotélico, trabajó especialmente
ALBERINI (CORIOLANO) ( 1886- de San Alberto Magno es así al mis- en la esfera de la biología y consideró
1960), profesor en las universidades mo tiempo una aristotelización de la la experiencia como criterio de
de Buenos Aires y La Plata y adver- filosofía y de la teología, y una dis- verdad de todo aserto concerniente a
sario desde muy pronto del positi- criminación de Aristóteles y de sus lo contingente y particular.
vismo, en particular de la forma que comentaristas árabes y judíos con vis- Las obras de San Alberto Magno
había asumido en la Argentina, ha tas a rechazar aquello que sea incom- suelen dividirse en una serie filosó-
orientado principalmente su labor ha- patible con las verdades de fe. La fica —que abarca escritos de lógica
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63
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y de filosofía real (matemática, fí- man, Introductio in opera omnia B. A. temas y formalización superior al pri-
sica, metafísica) —y una serie teoló- Magni, O. P., 1931. — M. Grahmann. mero.
gica — que comprende comentarios a Der hl. A. dei G., 1932. — D. Siedler Obras: Quaestiones super artem ve-
las Sentencias de Pedro Lombardo y Intettegtualismus und Voluntarismus terem (impreso con la Expositio aurea
a los escritos del Pseudo-Dionisio, de Occam en 1496). — Quaestiones
una Summa de creaturis, una Summa bei A. Magnus, 1941 [Beiträge zur
Geschichte der Philosophie und subtilissimae super libros posteriorum
theologiae y varios escritos místicos (impreso en 1497). — Logica Alber-
y ascéticos. — La edición compleja Theologie des Mittelalters, XXXVI, tutii. Perutilis logica (id. en 1522
(Opera omnia) más manejada ha sido 2]. — E. Gilson, "L'âme raisonable [es la obra a la cual se refiere Boeh-
la de Jammy, 21 vols., Lyon, 1651. chez Albert le Grand", en Archives ner] ). — Sophismata A. de Saxonia
Esta edición ha sido reimpresa por d'Histoire doctrinale et littéraire du nuper emendata (id. en 1480). —
A. Borgnet, 38 vols., París, 1890-99. Moyen Âge·, t. XIV, 1945. — A. Pom- Tractatus obligationum (id. en 1498).
Edición crítica, llamada Editio Colo- pei, La dottrina trinitaria di S. A. — El mismo tratado con los Sophis-
niensis, publicada por el Albertus- Magno, 1953. — H. Ch. Scheeben, nata y los Insolubilia aparecieron
Magnus-Institut bajo la presidencia de juntos en 1490 y 1495. — Subtilis-
B. Geyer (y, tras la muerte de éste, Albertus Magnus, 2a ed., 1955. — H.
Ostlender, Albertus Magnus, 1956, simae quaestiones super ocio libros
de H. Ostlender): Alberti Magni physicorum (id. en 1493, 1504, 1516).
Opera Omnia, 40 vols., 1951 y si 2a ed. de Der hl. Albert der Grosse. — Quaestiones in libros de caelo et
guientes. Publicados: XXVIII: De ALBERTO DE SAJONIA o de Sa- mundo (id. en 1481, 1492, 1497,
bono, ed. H. Kühle, C. Fecker, B. xonia, Alberto de Helmstadt, Alberto 1520). — Quaestiones in libros de
Geyer, W. Kübel y colaboración de de Ricmestorp, Albertutius, Albertus generations (id. en 1504, 1505 y
F. Heyer, 1951; XIX: Postilla super parvus (ca. 1316-1390), nac. en Rick- 1518 [con los comentarios a la mis
Isaiam, ed. F. Siepmann [con frag mersdorf (Baja Sajonia) y profesó en ma obra aristotélica por Egidio Ro
mentos sobre Jeremías y Ezequiel, ed. París (1351-1362) siendo desde 1353 mano y Marsilio de Inghen]. —
H. Ostlender], 1952; XII: Liber de Rector de la Universidad de París. En Quaestiones et decisiones physicales
natura et origine animae, ed. B. Ge 1365, año de la fundación de la Uni- (id. en 1516, 1518 [juntamente con
yer; Liber de principiis motus pro- versidad de Viena, fue nombrado su otras sobre el mismo tema de Themo
cessivi, ed. Geyer; Quaestiones super primer Rector. Desde 1366 hasta su y Juan Buridan] ). — De proportioni-
de animalibus, ed. F. Filthaut, O. P., bus o Tractatus proportionum ( id. en
1955; XXVI: De sacramentis, ed. A. muerte fue Obispo de Halberstadt.
Considerado como uno de los miem- 1496 entre otras fechas ). — Quaestio
Ohlmeyer, O. S. B., con col. de F. nes super sphaeram Johannis de Sa-
Anders y F. Heyer; De incarnatione, bros de la escuela de París ( VÉASE ), crobosco (sin publicar). — Quaestio
ed. I. Backer; De resurrectione, ed. trabajó en varias disciplinas, principal- nes meteororum (sin publicar). —
W. Kübel, 1958; XVI, 1: Metaphysi- mente científicas (matemáticas, física, Expositio decem librorum Ethicorum
ca, Libri quinque priores, ed. B. Ge meteorología), así como en lógica y Aristotelis (sin publicar). — Véase
yer, 1960. Hay trad, esp.: del tratado ética. Siguiendo a Juan Buridan y a Prantl, IV, 60-48. — P. Duhem, Étu
titulado: La unión con Dios (1948). Nicolás de Oresme, Alberto de Sa- des, I, 302; II, 379-84, 420-23, 431-
— Biografía de Alberto Magno: G. jonia desarrolló la teoría del ímpetu 41; III, 1-259, 279-86, 350-60. —
J, Albertus Magnus. Sein Leen (v.) y en particular la llamada Íd., íd., Le système du monde, IV,
und seine Wissenschaft, 1862. — P. "doctrina de los pesos", lo cual le con- 124-42. — A. Dyroff, "Ueber Al
de Loe, "De vita et scriptis beati dujo a una investigación del proble- bertus von Sachsen", Baeumker-Fe-
Alberti Magni, Analecta Bollandiana, stgabe, 1913, págs. 330-42. — G.
XIX (1900), 257-84; XX (1901), 273- ma de la gravedad —distinguiendo
entre el centro de magnitud de la tie- Heidingsfelder, Albert von Sachsen.
316; XXI (1902), 361-71. — F. Pels- Sein Lebensgang und sein Kommen
ter, Kritische Studien zum Leben und rra y su centro de gravedad— que se tar zur Nikomachäischen Ethik des
su den Schriften Alberts des Grossen, hallaba en el camino hacia la for- Aristoteles, 1926 [Beiträge zur Ge
1920. — A. G. Menéndez-Reigada, mación de la moderna estática en el schichte der Philosophie des Mitte
Vida de S. A. M., 1932. — A. Ga- siglo XVII. Se ocupó asimismo del pro- lalters, XXII, 3-4]. — Ph. Boehner,
rreau, S. A. le Grand, 1932 (trad. blema de la relación entre espacio Medieval Logic, 1952, especialmente
esp.: 1944). — Bibliografía. M. M. recorrido, tiempo y velocidad, esta- Parte III y Apéndice i.
Laurent y M.-J. Congar, O. P., "Essai bleciendo que esta última es propor- ALBINO (fl 180) fue principal
de bibliographie albertienne", Revue cional al espacio recorrido. Especial filósofo de la llamada escuela de
Thomiste, XIV (1936), 422-68. — mención merecen sus estudios lógi-
Correcciones y ampliaciones a la bi- Gaio, a la cual perteneció también
cos; como señala Boehner, fue uno Apuleyo. Gaio (fl 150) había des-
bliografía albertina de F. J. Catania
(The Modem Schoolman, 1959) por de los que más contribuyó a los lla- arrollado el platonismo llamado ecléc-
Roland Houde, "A Bibliography of mados "nuevos elementos de la ló- tico mediante una síntesis de doctri-
Albert the Great: Some Addenda", The gica escolástica", discutiendo con de- nas platónicas y estoicas en las lec-
Modern Schoolman, XXXIX (1961), talle y notable tendencia formaliza- ciones luego publicadas por Albino
61-63. — Sobre la obra de San Alberto dora problemas como los de los tér- en nueve libros con el título de
Magno véase: Van Weddingen, A. le minos sincategoremáticos, teoría de Bosquejo de las doctrinas platónicas.
Grand, le maître de St. Thomas las suposiciones y teoría de las con- Peri\ tw=n Pla/twni a)resko/ntwn, una
d"Aquin, 1881. — J. Bach, Al. Magnus, secuencias. Según el citado Boehner,
1888. — A. Schneider, Die obra que influyó luego sobre el neo-
el sistema de lógica de Alberto de
Phychologie A. der Grossen, I, 1903; platonismo, especialmente el de Pro-
Sajonia (el presentado en su "muy
II, 1906. — H. Fronober, Die Lehre útil lógica") es una combinación de clo y Prisciano. Como Eudoro de
von der Materie und Form nach A. los sistemas de Occam y de Gualterio Alejandría, Gaio interpretó el plato-
dem Grossen, 1909. — A. Grünbaum, Burleigh, siendo en disposición de los nismo (y especialmente, dentro de
A. der Grosse, 1925. — G. Meersse-
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éste, el concepto de fin) en un senti- a/twnoj dogma/twn también Para San Agustín se trata de un estado
do filosófico-religioso y hasta místi- Ei)sagwgh\ ei)j th\n filosofi/an de alma en la cual ésta se halla, por
co. En un Prólogo (a los diálogos Pla/twnoj o )Epitomh\ tw=n así decirlo, "colmada". Al referirse en
platónicos) y especialmente en un Pla/twnoj dogma/twn ) en ibíd., las Confesiones a su madre, Santa
Epítome (el llamado Didascálico), 152-89. Otra edición del Epítome por Mónica, cuando ésta tiene noticia de la
Albino elaboró y sistematizó las doc- P. Louis (1945). — Otras edicio- definitiva conversión de su hijo,
trinas de su maestro, recabando con nes del Prólogo por J. Freudenthal, indica que la alegría y goce que
frecuencia el auxilio de ideas de Aris- "Der Platoniker Albinos und der fal- experimenta es como una exaltación y
tóteles, Teofrasto y los estoicos (no sche Alkinos", Hellenistische Stttdien, un triunfo — gaudet — exaltât et
obstante rechazar la concepción que Helf 3 (1879), y por J. B. Sturm triumphat. La alegría no es, pues, aquí
éstos se hacían de la filosofía). Ca- ( 1901). — Véase R. E. Witt, Albinus mera satisfacción: es lo que más se
and the History of Mddle Platonism, parece a un talante o temple ( VÉASE)
racterístico del pensamiento de Al- 1937. — E. Pelosi, "Een platoonse de ánimo. Muchos filósofos han rela-
bino es, por un lado, su tendencia a Gedachte bij Gaios, Albinos en Apu-
la sistematización y, por el otro, su leius van Madaura", Studia Catholica, cionado la alegría con la posesión de
elaboración de ideas que —prosi- XV (1939), 375-94 y XVI (1940), un cierto bien, o con la representación
guiendo ciertas indicaciones halladas 226-42. — Hay una memoria (aún de su posesión efectiva o posible. Así,
en el Timeo de Platón y en la Me- inédita) de R. Le Corre, Le role d'Al- Descartes: "La consideración del bien
tafísica de Aristóteles— le conduje- binus dans l'évolution du platonisme presente suscita en nosotros la ale-
ron a posiciones muy próximas a las (Cfr. Revue Philosophique de la Fran- gría, y la del mal la tristeza, cuando
del neoplatonismo. En lo que toca ce et de l'Étranger, año LXXXI se trata de un bien o de un mal que
a lo primero, mencionaremos el he- [1956] 28-38). — J. H. Loenen, "Al- nos es representado como pertenecién-
cho de que, siguiendo ante todo a binus' Metaphysics. An Attempt at donos" (Les passions de l'âme, art.
Aristóteles, Albino distinguió entre Rehabilitation", Mnemosyne, IX 61). Spinoza define la alegría (laeti-
la parte teórica y la parte práctica (1956), 296-319; íd., X (1957), 35- tia) como "la pasión mediante la cual
de la filosofía — con la dialéctica 56. la mente pasa a una perfección ma-
(dividida en dierética, horística, epa- ALCMEÓN, de Cretona (siglo VI yor" (Eth., III prop. xi, esc.), siendo
gógica y silogística) como "instru- antes de J. C.), discípulo de Pitágo- la tristeza "la pasión por la cual pasa
mentó". La parte teórica abarcaba ras, según Diógenes Laercio (VIII, a una perfección menor" (loc. cit.).
la teología, la física y la matemática; 5), se dedicó a la medicina y a la El sentimiento de alegría en cuanto
ciencia natural, investigando espe- afecta a la vez al cuerpo y al espíritu
la parte práctica, la ética, la econo- cialmente el origen y proceso fisioló- constituye el placer inmediato (titila-
mía y la política. Sin embargo, la gico de las sensaciones. Su principal tio) o jovialidad (hilaritas), y el de
matemática era presentada por Al- contribución a la filosofía se mani- la tristeza en el mismo respecto el
bino como un saber de naturaleza festó en dos doctrinas. Una fue la
catártica, en un sentido muy seme- elaboración de una tabla pitagórica dolor ( dolor) o mal humor {melancho-
jante al de Teón de Esmirna. En lo de las oposiciones, que incluía las lia). No hay que confundir la alegría
que toca a lo segundo, mencionare- sensaciones (dulce y amargo), los con el contento (gaudium), el cual es
mos algunas de las ideas del filósofo. colores (blanco y negro) y las mag- "la alegría surgida de la imagen de
En su teología, Albino elaboró ideas nitudes (grande y pequeño). La otra algo pasado cuyo resultado nos ha pa-
luego muy debatidas dentro del fue una teoría del alma inmortal recido dudoso" (ibíd., III, prop. xviii,
neoplatonismo: división de lo real como entidad que está en continuo esc. 2).
en forma pura, en ideas (según las movimiento (en perfecto movimiento Las opiniones anteriores, aunque
circular) y que se encuentra no expresadas en lenguaje psicológico, no
cuales el mundo ha sido formado) y solamente en el hombre, sino tam- son propiamente psicológicas en el
materia; separación entre labién en los astros. Alcmeón insistió sentido actual de este vocablo; son
Inteligencia y el Alma; división de asimismo en la idea de la armonía más bien antropológico-filosóficas. En
la divinidad en tres dioses, uno prin- como ley universal de todos los fe- buena parte del pensamiento contem-
cipal —que mueve sin ser movido— nómenos y de todos los seres, apli- poráneo el problema de la alegría ha
y otros dos subordinados —que cándola al mundo natural y al mundo sido asimismo tratado antropológica-mente,
pueden ser considerados como hipós- humano (por ejemplo, a las sociedades con frecuentes -conscientes o
tasis suyas—, etc. Albino elaboró tam- ). inconscientes bases existenciales. Así,
bién la física —bajo la influencia del Diels-Kranz, 24 (14). Ángel J.
Timeo y de la doctrina estoica de la Cappelletti, "La inmortali-dad del alma ocurre por ejemplo, cuando en Las dos
Providencia—, la psicología—con en A. de Crotona", Cua-dernos fuentes de la moral y de la religión
mezcla de platonismo y filosóficos (Rosario), n°1 (1960), (Cap, IV ), Bergson describe la alegría como
aristotelismo y oposición a la idea 23, 34. ALEGRÍA. La alegría ha sido una especie de alige-ramiento total del
con-siderada por muchos filósofos como alma por medio del cual se suprime el
estoica de apatía - y la política - una de las "pasiones del alma". La alegría esfuerzo y el con-tenido total de la conciencia
con predomi-nante influencia se contrapone a la tristeza, pe-ro no se hace casi extraño a sí mismo. La alegría
aristotélica. necesariamente al dolor - del mismo modo - escribe Bergson- anuncia siempre que la
Edición del Prólogo (llamado a ve- que la tristeza se con-trapone a la alegría., vida ha logrado su propósito ha ganado
ces Ei)sgogh es)s th\n tou pero no necesa-riamente al placer . La terreno ha alcanzado una victoria: toda
Pla/twnoj biblon y a veces alegría ha sido alegría tiene acento
) A lbi/ n ou pro/ l ogoj en la edición concebida de muy distintas maneras.
de Platón por K. F. Herr mann, VI,
147-151. Edición del Epí-tome (llamada
Didaskaliko/j tw=n Pl-

65
ALE ALE ALE
triunfal." En el apéndice titulado "De de que una Buena Voluntad es la de ideas filosóficas desarrolladas en
la alegría", en su obra sobre "La mala única cosa que tiene mérito intrínse- Alejandría durante los tres primeros
conciencia" ( La mauvaise conscience, co. Ciertamente, no nos permite acu- siglos de nuestra era por pensadores
1933, págs. 184-98), Vladimir sar a Kant, como se hace a menudo, judíos o cristianos, entre los cuales
Jankélévith considera que la alegría de que es inconsistentemente un eu- destacan Filón, San Clemente y Orí-
surge cuando el alma desolada puede demonista o un hedonista, pues no genes; a veces se reduce la escuela
enfrentarse de nuevo con un futuro, implica que la felicidad sea el único a los pensadores cristianos y al si-
es decir, cuando se le abre el hori- bien. Pero implica que la Buena Vo- glo III.
zonte (que podemos muy bien califi- luntad no es el único bien; que una La opinión (1) estuvo en vigor
car de "existencial" ). La alegría no situación en la cual seamos a la vez durante muchos años hasta comien-
pone límites; parecida al amor, quiere virtuosos y felices es mejor en sí mis- zos del siglo XIX. Según ella, los ale-
siempre ir más allá, a diferencia del ma que una en la cual no haya felici- jandrinos comprenden tanto los grie-
goce o del placer [gaudium], el cual dad" (Principia Ethica, § 105). Hay gos como los judíos y los cristianos,
dice: "¡Basta! Hasta aquí y no más." mucho que hablar, pues, acerca del con sus distintas opiniones religiosas
Se ha debatido a veces la función rigorismo ( VÉASE) kantiano. Verdad es y sus frecuentemente comunes pun-
que aun si se admite que el cumpli- tos de vista filosóficos. A estas activi-
(o ausencia de función) de la alegría
miento del deber no es siempre nece- dades filosóficas se agregarían enton-
en la vida moral. Una opinión tajante sariamente equivalente a la felicidad,
al respecto es la de Max Scheler. Se- ces multitud de trabajos científicos
puede sostenerse que la felicidad no
gún este autor, ha habido en el espí- es necesariamente acompañada de la desarrollados en escuelas alejandrinas
ritu moderno, y en particular en el alegría. Pero es injusto acusar a Kant de gramática, crítica, medicina, as-
espíritu alemán del siglo XIX, una sobre una cuestión en la que, sobre tronomía, geometría, geografía. Desde
"traición a la alegría", consecuencia no expresarse del todo con la apete- este punto de vista autores tan
de la entrega a un "falso heroísmo" cible claridad, no trató tampoco con diversos como Aristarco, Hiparco, Pto-
o a una inhumana "idea del deber". el suficiente detalle. En un sentido lomeo, Diofanto, Eratóstenes, Estra-
La "historia de esta traición" comen- existencial de 'alegría' cuando menos, bón, Ammonio Saccas, Filón y San
zó, indica Scheler, con Kant, el cual podría argüirse que Kant hubiese ac- Clemente de Alejandría pertenecerían
traicionó "las alegrías más profundas, cedido a una fuerte posibilidad de a la Escuela o, mejor dicho, a las
espontáneas, aquellas que podemos que la obediencia a la ley por un su- escuelas de Alejandría.
llamar "'brotantes'" (M. Scheler, "La jeto moral comporta una "plenitud" La opinión (2) fue defendida por
traición a la alegría" [1921], en el que se parece mucho a la alegría en varios historiadores durante el si-
tomo Amor y Conocimiento [trad. alguno de los sentidos antes introdu- glo XIX (J. Simón, E. Vacherot, J.
esp., 1960], pág. 103). Esto dio origen cidos. Matter). Según estos autores, la Es-
a un "movimiento ético-filosófico" de Además de las obras citadas en el cuela de Alejandría representa un
índole anti-eudemonista y heroicista, texto: Wladislaw Tatarkiewicz, O movimiento filosófico que en varios
movimiento que es la expresión racio- szczessiu, 1947 (De la alegría). — puntos se aproxima al cristianismo
nal de cierto tipo humano "estricto" Cazaneuve, Psychologie de la joie, (tendencia teológica, afirmación de
— el tipo "burgués" y "prusiano". Pa- 1952. — Godo Lieberg, Die Lehre una Trinidad, etc.) y en otros diverge
ra Scheler, la alegría es "fuente y ne- von der Lust in den Ethiken des Aris- de él (idea de la emanación contra
cesario movimiento concomitante"·, no tóteles, 1959 [Zetemata, 19]. la de creación), que en ocasiones se
es un fin en sí mismo, pero acompaña ALEJANDRÍA (ESCUELA DE). hace racionalista y en otras teúrgica,
necesariamente a la acción moral. En cuatro sentidos se entiende la ex- pero que en todos los casos conserva
Observaremos al respecto que si presión 'Escuela de Alejandría': (1) un espíritu a la vez ecléctico y siste-
bien Kant considera que el obrar por Como el conjunto de las escuelas fi- mático.
amor del deber y, en consecuencia, losóficas y eruditas que surgieron y La opinión (3) es la común hoy
por puro respeto a la ley prima sobre se desarrollaron principalmente en la en muchas historias de la filosofía.
cualquier otra consideración, incluyen- ciudad de Alejandría y que influye- De este modo se puede distinguir
do la felicidad y, con ésta, la posible ron sobre las escuelas de otras ciu- entre la Escuela de Alejandría y las
alegría, no es menester eliminar total- dades; (2) Como el conjunto de la otras ramas del neoplatonismo ( VÉA-
mente a estas últimas. La virtud y la tendencia filosófica del neoplatonis- SE ). La Escuela de Alejandría en
felicidad —y puede agregarse: la ale- mo desde Ammonio Saccas hasta los este sentido se caracteriza por los
gría— se hallan incluidas en el sumo últimos filósofos de la Escuela de contactos cada vez más frecuentes
bien, aunque en forma de subordina- Atenas; (3) Como una rama del neo- con ,el cristianismo (no sin algunas
ción. Además, hay en Kant una cierta platonismo, formado por Hipatía, violentas luchas, testimoniadas por
vacilación al respecto, y hasta una Sinesio de Cirene, Hieracles de Ale- la muerte de Hipatía a manos de la
cierta contradicción en sus concepcio- jandría, Hermeia de Alejandría, Am- muchedumbre), y por la tendencia
nes éticas. Ello ha hecho escribir a monio hijo de Hermeias o Ammo- a la erudición y al sincretismo filo-
G. E. Moore: "La opinión kantiana nio Hermeiu, Juan Filopón, Ascle- sófico-religioso. También se caracte-
de que la virtud nos hace dignos de pio el joven, Olimpiodoro, Alejandro riza por las estrechas relaciones que
ser felices se halla en contradicción de Licópolis, Esteban de Alejandría, mantuvo con la Escuela de Atenas
flagrante con la opinión, implicada en Asclepiodoto de Alejandría, Nemesio, (VÉASE) —razón por la cual los que
su teoría y asociada con su nombre, Juan Lidos; (4) Como el conjunto mantienen la opinión (2) suelen pre-
sentarlas juntas— y por el hecho de
66
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que de Alejandría surgieron muchas Afrodisia y otros filósofos sobre el tual griega y en particular con la
tesis influyentes sobre otras ramas del concepto de destino (Zurich, 1824). platónica.
neoplatonismo. — Asclepio el joven: Asclepii in Aris- Como en todos los casos hubo entre
La opinión (4) es la adoptada por totelis Metaphysicorum libros A-Z los "alejandrinos" una tendencia inne-
la mayor parte de los historiadores commentaria, ed. M. Hayduck, en los gable a los comentarios, exégesis, acla-
Commentaria in Aristotelem Graeca,
de la filosofía medieval cuando in- VI 2, citados en ARISTOTELISMO. — raciones y trabajos de erudición, clasi-
cluyen en ésta sus precedentes pa- Elias: Eliae in Porphyrii Isagogen ficación y ordenación, y como ello es
trísticos y cristiano-helénicos. et Aristotelis Categoriae Commenta- considerado inferior y subordinado a
Aquí consideraremos como las más ria, ed. A. Busee ( en los citados Com- las grandes creaciones culturales y es-
plausibles las opiniones (3) y (4). mentaria, XVIII 1). — David: Da- pirituales, se ha equiparado a veces el
Habiendo tratado, sin embargo, de vidis Prolegomena et in Porphyrii Isa- alejandrinismo con el espíritu de deta-
los autores principales señalados en gogen Commentarium, ed. A. Busse lle, ligado al espíritu sectario. Sin em-
(4) en los artículos a ellos dedicados, (citados Commentaria, XVIII 2). — bargo, no debe confundirse el alejan-
procederemos a referirnos a varios Esteban: Stephani in librum Aristote- drinismo, en ninguno de los sentidos
lis de interpretatione commentarium, indicados, con el llamado "bizantinis-
autores que corresponden a (3) y a ed. M. Hayduck (citados Commenta-
los que no hemos dedicado artículos. ria, XVIII 3). — Juan Lido: Liber mo". Aunque la filosofía bizantina
La bibliografía se referirá a estos de ostentis (Peri\ diosmeiw=n), ed. C. (v.) no es tan desdeñable como algu-
autores. Wachsmuth, 1897; Liber de mensi- nos suponen, es cierto que durante
Se sabe de Hipatía (por Suidas bus (Peri\ mhnw=n) ed. R. Wuensch, algunos de sus períodos se caracterizó
y otros autores) que se ocupó de ex- 1898; De magistratibus populi Romani por el predominio de los comentarios
plicar las doctrinas de varios filó- ( Peri\ arxw=n th=j )rwmai/wn politei/aj de comentarios y por las disputas in-
sofos griegos, especialmente de Pla- ed. R. Wensch, 1903. terminables sobre problemas secunda-
tón y Aristóteles, y que pereció la- ALEJANDRINISMO. Se da a veces rios o cuestiones de detalle, por lo
pidada por la muchedumbre en Ale- este nombre al movimiento intelectual cual el nombre 'bizantinismo' ha ad-
jandría, sin que pueda asegurarse que tuvo lugar en varios países de quirido un sentido peyorativo. Pero el
que el Obispo Cirilo fuera respon- lengua griega después de la muerte alejandrinismo no es —o no es siem-
sable de excitar a la multitud en tal de Alejandro Magno (323 antes de pre necesariamente— un "bizanti-
sentido. Sinesio de Cirene (ca. 370- J. C.) y que se centró en Egipto y en nismo".
415), obispo de Ptolemais, mezcló la ciudad de Alejandría. La llamada Hemos distinguido entre alejandri-
el neoplatonismo con el cristianismo "cultura alejandrina" se caracteriza nismo y alejandrismo ( v. ) como la
y desarrolló especulaciones filosófico- por la importancia dada a las ciencias corriente filosófica que se basa en la
teológicas que giraron en torno a la y a la erudición — esta última basada interpretación aristotélica dada por
Unidad y a la Trinidad, así como con- en gran parte en las investigaciones Alejandro de Afrodisia (v.).
sideraciones políticas en torno al ideal realizadas en la famosa Biblioteca del
ALEJANDRISMO. Por haber usa-
del rey-filósofo. Hermeia de Alejan- Museo de Alejandría. Desde el punto
do el nombre 'alejandrinismo' (v.)
dría comentó el Fedro utilizando las de vista filosófico, el alejandrinismo es
para referirnos al movimiento cultural
ideas dialécticas de Jámblico. Am- una cultura de epígonos; en vez de
de los "alejandrinos", reservamos 'ale-
monio Hermeiu, así llamado por ser grandes creaciones filosóficas hay
jandrismo' para referirnos a la inter-
hijo de Hermeias, escribió sobre la "sectas" y "escuelas" — epicureismo,
pretación que dio de Aristóteles
noción del destino. Asclepio el joven estoicismo, eclecticismo y luego neo-
Alejandro de Afrodisia ( v. ), y en par-
comentó la Metafísica; Elias, el Isa- platonismo o pre-neoplatonismo. Des-
ticular al movimiento filosófico susci-
goge de Porfirio y las Categorías; de el punto de vista científico, en
tado durante el siglo XVI por dicha
David, el Isagoge. Esteban de Ale- cambio, la contribución de los "ale-
interpretación. En este sentido el ale-
jandría comentó el De interpretatione jandrinos" fue importante; basta citar
jandrismo es una de las variantes del
y efectuó investigaciones sobre as- los nombres de Euclides, Arquímedes,
aristotelismo (v.).
tronomía y cronología. Alejandro de Apolonio y Galeno.
De un modo más restringido se El aspecto más importante del ale-
Licópoli se opuso al maniqueísmo jandrismo en el asunto que nos ocupa
en defensa de las doctrinas neopla- llama también a veces "alejandrinis-
mo" al conjunto de trabajos y especu- es el que se halla en la interpretación
tónicas. Juan Lido siguió las huellas del intelecto ( VÉASE ). En su De ani-
de Nemesio, y combinó las concep- laciones filosóficas de la "Escuela de
Alejandría" (véase ALEJANDRÍA [ES- ma Alejandro de Afrondisia dio una
ciones cristianas con las neoplatóni- interpretación trascendentista del inte-
cas o, mejor dicho, platónico-ecléc- CUELA DE ]. En este sentido, el alejan-
drinismo coincide con una de las lecto activo (también llamado "enten-
ticas. dimiento agente") — interpretación,
Véanse las bibliografías de NEO- ramas o manifestaciones del neoplato-
nismo (v. ). El término 'alejandrino' por lo demás, que el autor cohonesta-
PLATONISMO y de los filósofos de la ba con una visión más bien "natura-
Escuela a quienes se han dedicado es usado todavía como sinónimo de
artículos. Obras de Sinesio en Mig- 'neoplatónico'. Debe tenerse en cuenta lista" del pensamiento de Aristóte-
ne, P. L., LXVI. — Hermeias de Ale- que en este neoplatonismo suelen les. Según Alejandro, sólo el inte-
jandría: Hermiae Alexandrini in Pla- incluirse buen número de exégesis y lecto activo es separado; el intelecto
tonis Phaedmm scholia, ed. P. Cou- especulaciones teológico-fílosóficas ju- pasivo, en cambio, es un intelecto
vreur, 1901. — Ammonio Hermeiu: días y cristianas en cuanto se hallaban material que llega a convertirse en
De jato, ed. J. C. Orellius en su edi-
relacionadas con la tradición intelec- intelecto adquirido (e)pikthtoj,
ción de los escritos de Alejandro de adep-tus) por la acción del intelecto
67 activo.
ALE ALE ALE
De este modo las almas humanas in- de vista filosófico es importante sobre mente a la física, del Estagirita, en
dividuales no poseen su propia forma todo la discusión entre el averroísta los cuales revelaba también tenden-
separada, sino que participan del in- Nifo (v.), el Cardenal Cayetano (v.) cias platónicas; el segundo, autor de
telecto activo. [Tomás de Vío] y el más ilustre de una obra sobre la historia de la filo-
. El interés por el "alejandrismo" en los alejandristas, Pierro Pomponazzi sofía, en donde expresaba asimismo,
los comienzos de la época moderna (v.). Este último no negaba la inmor- junto a opiniones aristotélicas, otras
se despertó con ocasión de la traduc- talidad del alma humana individual, platónicas y aun estoicas). Alejandro
ción al latín por Girolamo Donato pero consideraba que era cuestión de ocupó de 198 a 211, en la época de
[Hieronimus Donatus] (nac. en Ve- fe y no de prueba racional — una po- Septimio Severo, la cátedra peripa-
necia: ca. 1457-1511) del Libro I del sición que, no obstante su previa de- tética en Atenas — una de las cua-
De anima, de Alejandro de Afrodisia. fensa del tomismo, había adoptado en tro grandes cátedras, junto a la pla-
Donato se opuso a los intérpretes de parte el Cardenal Cayetano, razón por tónica, la estoica y la epicúrea. Los
Aristóteles que, a su entender, se in- la cual se supone que éste influyó comentarios de Alejandro de Afro-
teresaban sólo por "aprovechar" las sobre Pomponazzi. Parecía entonces disia a Aristóteles han sido tan influ-
enseñanzas del Estagirita con vistas a que había dos posiciones claramente yentes hasta la época del Renacimien-
sus propias convicciones teológicas y definidas: la averroísta y la alejandris- to, que han dado origen a toda una
filosóficas, y proclamó que había que ta (la última incluyendo, por tanto, dirección —la llamada dirección ale-
restablecer tales enseñanzas en su pu- la interpretación tomista del Cardenal jandrina— dentro del aristotelismo.
reza (in Interpretatione Alexandri Cayetano). Sin embargo, Francisco De los comentarios que nos han sido
Afrodisei praefatio, 1495), para lo Silvestre de Ferrara (v.) se opuso a transmitidos atribuidos a Alejandro
cual era adecuada justamente la in- la interpretación del Cardenal Cayeta- son auténticos los que poseemos so-
terpretación de Alejandro. Esta inter- no en nombre del tomismo. Lo mismo bre el libro A de los Primeros Ana-
pretación "purificaba" a Aristóteles de hizo el discípulo de Pomponazzi, el líticos, sobre los Tópicos, sobre la
las doctrinas espurias introducidas por Cardenal Gaspar Contarini (nac. Ve- Meteorología, sobre el tratado Acer-
escolásticos y averroístas paduanos. A necia: 1483-1542). Por su lado, Nifo ca de la sensación, y sobre los li-
tal efecto podían usarse asimismo, se- siguió oponiéndose al alejandrismo de bros A a Λ de la Metafísica. Ale-
gún Donato, las interpretaciones de Pomponazzi en defensa de un ave- jandro escribió también comentarios
Temistio y Simplicio. El amigo de rroísmo que se iba acercando al to- —hoy perdidos— sobre otros textos
Donato, Ermolao Barbaro [Hermolaus mismo. Pomponazzi respondió a estas del Estagirita, tales como sobre gran
Barbarus] (nac. en Venecia: 1453- críticas con su Apología (1518) y su parte de las demás obras lógicas, la
1493; véanse sus Epistulae, orationes Defensorium (1519), acentuando la física y la psicología. En los comen-
et carmina, 1943, ed. V. Branca), posición alejandrista y la interpreta- tarios conservados antes citados y en
grandemente influido por el bizantino ción llamada "naturalista" de Aristó- varios otros libros (Sobre el alma,
Teodoro Gaza (nac. en Salónica: ca. teles. A los alejandristas se allegaron Peri\ yuxh=j ; Sobre el destino, Peri\
1400-ca. 1475), traductor de Aristó- Zabarella (v.) y Cremonini (ν.). Α ei)marme/nhj), Alejandro pretendió or-
teles, de Teofrasto y de Alejandro de los averroístas se allegaron, entre denar y sistematizar la doctrina de
Afrodisia y adversario de Gemisto otros, Bernardo della Mirandola (1502- Aristóteles, defendiéndola, además,
Plethon (v.), siguió en la misma di- 1565: Institutio in universam logi- contra otras tendencias, en particular
rección que Donato, e insistió en el cam..., 1545; Eversiones singularis contra el estoicismo. Entre las doctri-
valor de las interpretaciones aristoté- certaminis libri XI, 1562), Ludovico nas características de Alejandro fi-
licas de Alejandro, Temistio y Sim- Boccadiferro (nac. en Bolonia: 1482- guran: (1) su defensa de la libertad
plicio. Aunque tanto Donato como 1545: comentarios a la Fisica, a los de la voluntad contra el determinismo
Ermolao Barbaro se proponían, ante Meteoros, a los Parva Naturalia y al absoluto; (2) su tesis acerca de la
todo, "purificar" el pensamiento de De anima aristotélicos) y Francesco existencia de los conceptos genera-
Aristóteles desde el punto de vista Piccolomini (nac. Siena: 1520-1604: les sólo en el entendimiento (lo cual
"filológico", sus trabajos, comentarios Universa philosophia de moribus quin- lo aproximó al conceptualismo y, se-
y polémicas tenían un alcance filosó- que partibus, 1583; De rerum defini- gún algunos autores, hasta al nomina-
fico por cuanto conducían a una de tionibus liber unus, 1599; Discursus lismo); (3) sus tendencias natura-
las grandes interpretaciones del Esta- ad universam logicam attinens..., listas; (4) su división del nou=j en tres:
girita. 1600. — Opera philosophica, 4 vols., el físico o material, fu/siko/j ο u(liko/j, el
El alejandrismo se centró en Bolo- 1600). "habitual", )e)p ikthtoj , y el formador
nia, razón por la cual se ha hablado Muchas de las obras sobre la filo- o activo, poihtiko/j, que hace pasar el
de una "Escuela de Bolonia", en opo- sofía en el Renacimiento ( VÉASE ) primero al segundo. La famosa doc-
sición al averroísmo, que se centró en tratan del alejandrismo. Véase espe- trina de la unidad del entendimiento,
Padua, formando la llamada "Escuela cialmente G. Saitta, Il pensiero italia- tan influyente en varias direcciones
de Padua". Durante los dos primeros no nell'Umanesimo e nel Rinascimen- del pensamiento medieval (especial-
to, Vol. III, 1951. mente en la averroísta) se halla ya
decenios del siglo XVI arreció la polé-
mica entre alejandristas y averroístas, ALEJANDRO DE AFRODISIA —bien que en un sentido distinto del
especialmente en lo que toca a la (Caria, Asia Menor) fue discípulo de de Averroes, quien consideraba tal
cuestión de la naturaleza del alma Herminio y de Aristocles de Mesina unidad como el aspecto que ofrece
humana y de las pruebas de su inmor- (el primero autor de varios comenta- el entendimiento a la razón— en
talidad o mortalidad. Desde el punto rios a las obras lógicas, y posible- Alejandro de Afrodisia, para quien el
68
ALE ALE ALE
alma individual se halla enteramente de los grandes compiladores y siste- Véase F. Picavet, Abélard et Ά
en el estado pasivo. matizadores de la Edad Media y que de Hales, créateurs de la méthode
Varias obras de Alejandro fueron su forma de tratar los problemas teo- scolastique, 1896. — K. Heim, Das
ya editadas desde el siglo xv (Ve- lógicos constituyó un claro precedente Wesen der Gnade und ihr Verhältnis
netiis, 1495-98, en edición de obras zu den natürlichen Funktionen des
de la quaestio escolástica y un Menschen bei A. Haies, 1907. — J,
de Aristóteles; ibíd., 1534, en edi- esquema de las posteriores Sumas,
ción de obras de Temistio). — De Fuchs, Die Proprietäten des Seins bei
con el planteamiento del problema, A. von Hales, 1930 (Dis.). — Ph.
fato, ed. Orellius, 1824. — Quaestio- indicación de objeciones, respuestas
nes nat. et mor. ed. L. Spengel, 1842. Boehner, O. F. M., "The System of
— La edición de Alejandro hoy más a las objeciones, solución y justifica- Metaphysics of A. of Hales", Fran-
importante es la que figura en la ción de ésta. No se trata de una ciscan Studies, V (1945), 366-414.
serie de los Commentaria in Aristo- conciliación de doctrinas aristotélicas — E. Bettoni, Il problema della co-
telem Graeca (véase bibliografía de con platónico-agustinianas, sino de noscibilità di Dio nella scuola fran-
ARISTOTELISMO). Cfr. también P. Wil- un deseo de utilizar todas las di- cescana. 1950 (sobre A. de Haies, S,
pert, "Reste verlorener Aristoteles- recciones filosóficas posibles admitidas Buenaventura, Duns Escoto).
Schriften bei A. von A", Hermès, por la ortodoxia para la constitución ALEMBERT (JEAN LE ROND D')
LXXXV (1940), 369-396. — Véase de una amplia y sólida teología. Entre (1717-1783) nac. en París. Estudió
G. Volait, Die Stellung des Alexm- las doctrinas más destacadas aceptadas leyes, medicina, matemáticas y física
der von Aphrodisias sur aristotelis- y se consagró especialmente a estas
chen Schlusslehre, 1907 [Abh. zur por Alejandro de Hales que tienen
alcance a la vez teológico y filosófico dos últimas, a las que contribuyó con
Phil. und ihrer Ges., XXVII]. — P. diversas publicaciones a partir de su
Moraus, A. d'Afrodisie, exégète de figuran la teoría de la composición
la poétique d'Aristote, 1942. — Entre hilemórfica de todas las criaturas, la "Mémoire sur le calcul intégral" de
los numerosos trabajos —casi todos teoría creacionista del alma y la 1739. Su más conocido trabajo cientí-
ellos artículos— sobre Alejandro de posición fundamentalmente realista fico es el Traité de dynamique, de
Afrodisia destacamos los de J. en la cuestión de los universales. Se 1743. A él siguieron, entre otros tra-
Freudenthal (1885), Th. H. Martin atribuye a Alejandro de Hales la bajos, el Traité de l'équilibre et du
(1879), O. Apelt (1886, 1894, 1906), extensa Summa theologiae llamada mouvement des fluides (1744), el
I. Bruns (1889, 1890), C. Ruelle Essai d'une nouvelle théorie sur la ré-
(1892), H. von Arnim (1900), Κ. también Summa fratris Ale-xandri,
pero aunque esta obra contiene sistance des fluides ( 1752 ) y las Re-
Radermacher (1900), A. Brinkmann cherches sur différents points impor-
(1902), E. Thouverez (1902), H. doctrinas del autor, procedentes
Diels (1905), K. Praechter (1906, probablemente de las enseñanzas de tants du système du monde ( 1754-6).
1907), W. Capelle (1911). — Ar- sus últimos años, se trata de una Junto a estos trabajos científicos pu-
tículo por A. Gercke sobre Alejan- compilación que fue quizás iniciada blicó buen número de ensayos críti-
dro (Alexander, 94, von Aphrodi- por el discípulo de Alejandro, Juan cos, históricos y filosóficos, agrupados
sias) en Pauly-Wissowa. Sobre la in- de la Rochela, y continuada por en los Mélanges de littérature, d'his-
fluencia de Alejandro de Afrodisia: otros autores franciscanos. toire et de philosophie (1752), un
G. Théry, O. P., Autour du Décret de Essai sur les éléments de la philoso-
1210 (IL A. d'Aphrodise, aperçu La Summa [Summa universae theo-
logiae) fue publicada por vez primera phie (1759) y el "Discours prélimi-
sur l'influence de sa noétique] , naire de l'Encyclopédie" (1751), su
1926. en el siglo xv (Venetiis, 1475). Ed.
crítica por los Padres del Colegio de más conocida obra. Escribió, además,
ALEJANDRO DE HALES (ca. 1185 San Buenaventura (Ad Claras Aquas, para la Enciclopedia ( VÉASE ) diver-
-1245), llamado el doctor irrefragabi- Quaracchi) en la Bibliotheca Francis- sos artículos, y dirigió con Diderot la
lis, nació en Hales Owen (Shropshi- cana Scholasticae Medii Aevi: Alexan- publicación de dicha vasta obra.
re) y enseñó durante largo tiempo dri de Hales, O. F. M., Summa theo-
(desde 1221 hasta 1229 y desde 1231 logica, 4 vols.: I, I, 1924; II, 1928; D'Alembert reflejó en sus ideas filo-
probablemente hasta su muerte) en III, 1930; IV, 1948. — Edición crí- sóficas muchas de las corrientes a la
la Universidad de París, donde tuvo tica de los comentarios a Pedro Lom- vez racionalistas y empiristas de la
como discípulo a San Buenaventura. bardo en la citada Bibliotheca: Glossa Ilustración ( VÉASE ). El racionalismo
En 1236 ingresó en la Orden de los in quatuor Libros Sententiarum Petri de d'Alembert se manifiesta en la lu-
Franciscanos. En sus comentarios a Lombardi: I (In librum primum), cha contra lo que consideraba el os-
1951; II (In librum secundum), 1952; curantismo de toda creencia en mitos
las Sentencias de Pedro Lombardo III (In librum tertium), 1954; IV (In
incorporó Alejandro de Hales gran y, en general, en una realidad tras-
librum quartum), 1957. — Ed. en la cendente. Su empirismo se revela en
cantidad de autores: San Agustín, el misma Bibliotheca: Quaestiones dispu-
Pseudo-Dionisio, Boecio, San Juan su oposición a principios metafísicos
tatae "antequam esset frater', 3 vols.:
Damasceno, San Anselmo, San Ber- I: Quaestiones, 1-33; II° Íd., 34-59; incomprobados e incomprobables por
nardo, Alano de Lille, Gilberto de III: Íd., 60-68, 3 vols., 1960 [Biblio- medio de la experiencia. Consideran-
la Porree, Ricardo de San Victor y theca franciscana scholastica Medii do a Locke como modelo de filósofo
otros. Ahora bien, sus fuentes no se aevi, 19-21], — Bibliografía y proble- y a Newton como modelo de científi-
limitaron al agustinismo y al plato- mas bibliográficos: I. Herscher, "A Bi- co, d'Alembert fundamentó y divulgó
bliography of A. of Hales", Franciscan la idea de la unidad del saber a base
nismo o al neoplatonismo; nuestro au- Studies, V (1945), 435-54. — V.
tor fue uno de los primeros que tuvo de la formación de una serie de prin-
Kempf, "Problemas bibliográficos en cipios procedentes de la observación y
a su disposición casi todos los escri- torno das obras de A. de Hales", Re-
tos de Aristóteles. Puede decirse, que a la vez sirviesen de guías para
vista Ecclesiastica Brasileira, VI
pues, que Alejandro de Hales fue uno (1946), 93-105. ulteriores observaciones. La relación
69
ALE ALE ALE
entre principios y hechos era para ALETIOLOGÍA. Tomando como co-social: los juicios éticos no son
d'Alembert equivalente a la relación base el término griego a)lh/qeia, que jamás rígidos y eternos; por el con-
entre leyes y fenómenos. En esta re- usualmente se traduce por 'verdad', trario, cambian de continuo. Mas este
lación subrayaba constantemente el J. H. Lambert forjó el vocablo 'ale- cambio está sometido a su vez a
elemento empírico, más allá del cual tiología' y llamó Aletiología o doctri- ciertos modelos: los modelos de la
no puede ir la razón. La filosofía es na de la verdad (Alethiologie oder evolución.
la unificadora de los saberes, pero no Lehre von der Wahrheit) a la segun- Ahora bien, el pensamiento más
al modo de la metafísica tradicional, da parte de su Neues Organon (1764). importante e influyente de Alexander
sino como sistema racional y demos- La aletiología de Lambert examina es el que se expresa en la amplia y
trable de todas las relaciones entre los conceptos simples o conceptos detallada concepción metafísica de
principios y fenómenos. En último pensables por sí mismos; los princi- su obra de 1920 sobre el espacio, el
término, son éstos el fundamento de pios de los conceptos (los cuales son tiempo y la divinidad. Alexander ma-
todo conocimiento. Y ello también en diez: la conciencia, la existencia, la nifiesta que su obra constituye una
la propia matemática, la cual interpre- unidad, la duración, la sucesión, el parte "del amplio movimiento hacia
tó empíricamente como ciencia de las querer, la solidez, la extensión, el alguna forma de realismo en filoso-
propiedades generales de todas las co- movimiento y la fuerza); los concep- fía que comenzó en Inglaterra con
sas, hecha abstracción de sus cualida- tos compuestos (formados a base de Moore y Russell, y en América con
des sensibles. conceptos simples); y la diferencia los autores de Él nuevo realismo"
La unidad del saber se manifiesta, entre lo verdadero y lo falso (que (véase ΝΕΟ-REALISMO). Se trata, así,
según d'Alembert, no sólo en la or- trata de todos los conceptos, propo- de una crítica del idealismo de Brad-
ganización actual de las ciencias, sino siciones y relaciones en tanto que ley y Bosanquet y de una decidida
también en el progreso científico a sometidos a leyes, incluyendo las le- adhesión a un "método empírico"
través de la historia. En su "Discurso yes lógicas de contradicción). Esta fundado en la "experiencia". A dife-
preliminar", d'Alembert indicó que las última sección de la aletiología es rencia de Moore y Russell, sin embar-
"ciencias" pueden clasificarse según la más fundamental, puesto que trata go, Alexander no reduce el pensa-
las facultades: la memoria (Historia: de las combinaciones de conceptos y miento filosófico a un análisis, y me-
sagrada, civil y natural ) ; razón (filoso- examina cuáles son permisibles y nos todavía a una aclaración del len-
fía y ciencia: de Dios, del hombre y cuáles no, esto es, cuáles son los guaje. Por el contrario, subraya desde
de la Naturaleza); imaginación (poe- conceptos y las combinaciones de el comienzo de su obra la necesidad
sía: narrativa, dramática y parabóli- conceptos posibles. Lambert desarro- de edificar un sistema filosófico
ca). Como se ve, las "ciencias" son to- lló algo más esta concepción de la completo que es, literalmente ha-
das las actividades culturales huma- aletiología en la primera parte de su blando, una metafísica evolucionista
nas, las cuales evolucionan y progresan Anlage zur Architechtonik ( 1771) y emergentista (véase EMERGENTE ,
históricamente, de tal suerte que la (véase ARQUITECTÓNICA). EVOLU CIÓN ), y que, al modo de
historia de la cultura humana puede El término 'aletiología' ha sido Bergson —de quien Alexander re-
ser comparada con la historia del pro- usado también por H. Gomperz para cibió más de una incitación impor-
ceso de la mente humana en su es- designar una de las dos partes de la tante—, contiene la teoría del cono-
fuerzo por conocer los fenómenos, or- noología (véase NOOLÓGICO): la que cimiento como uno de sus elementos.
ganizarlos y explicarlos. El estudio de se ocupa de los valores de verdad, a Pues la teoría del conocimiento no
la historia no es, pues, una mera cu- diferencia de la semasiología, que se es un prolegómeno a la metafísica,
riosidad: es el único modo que tiene ocupa de los contenidos del pensa- sino que se constituye "sobre la mar-
el hombre de conocerse a sí mismo y miento. cha" de esta última. Realismo (realis-
de poder orientarse en el futuro no ALEXANDER (SAMUEL) (1859- mo del sentido común), función pri-
sólo en su saber, sino en su acción so- 1938) nac. en Sidney (Australia), maria de la experiencia, uso del mé-
bre la Naturaleza y la sociedad. profesor desde 1893 a 1923 en Man- todo empírico, tendencia a lo siste-
Nueva edición de los citados Mé- chester, comenzó sus investigaciones mático y, finalmente, empleo de una
langes, 5 vols., 1770, y de los Essai, filosóficas con el desarrollo de una cierta dialéctica pueden ser conside-
1963. — Ediciones de obras: Oeuvres rados como los principales elementos
philosophiques, historiques et littérai- doctrina ética de tendencia evolucio-
nista. Aunque este evolucionismo te- con los cuales construye Alexander
res, 18 vols., 1805, éd. Bastien; Oeu-
vres, 5 vols., 1821, ed. Didot; Oeuvres nía al principio una fuerte tendencia su doctrina.
et correspondance inédites, 1887, ed. voluntarista, es patente que los jui- Esta última se basa en la idea de
C. Henry. — Hay varias trad. del cios de valor moral no podían fun- que la substancia primordial del Uni-
"Discours"; entre las últimas, citamos: darse, según Alexander, en aprecia- verso es el Espacio-Tiempo y de que
Discurso preliminar a la Enciclopedia, ciones meramente subjetivo-indivi- todas las demás entidades surgen de
a dos siglos de su publicación, 1954, esta substancia primordial o, mejor
por A. A. Barbagelata. — Véase J. duales. En efecto, Alexander estable-
cía como condición para tales jui- dicho, emergen de ella, adquiriendo
Bertrand, D'A., 1889. — Maurice Mu-
ller, Essai sur la philosophie de J. d'A. cios que fuesen no solamente com- en el curso de tal emergencia nue-
— John N. Pappas, Voltaire and d'A., posibles con otros juicios formulados vas cualidades. El Espacio-Tiempo
1962. — Ronald Grimsley, Jean d'A por la misma persona, sino también forma una unidad indisoluble ( si bien
(1717-83), 1963. — Véase también composibles con juicios de alcance se advierte un cierto predominio,
bibliografía de los artículos ENCICLO- social. El evolucionismo ético de Ale- cuando menos metafísico, del Tiempo
PEDIA e ILUSTRACIÓN. sobre el Espacio). En efecto, si
xander era, pues, de carácter históri-
70
ALE ALE ALF
el Tiempo fuera puramente tempo- más simple que las teorías análogas tique d'une théorie néo-réaliste du
ral no sería continuo; el Tiempo es, sostenidas por los neo-realistas. En changement, 1929. — G. van Hall,
así, un continuum de momentos que efecto, como la mente o el espíritu The Theory of Knowledge of S. Ale-
necesita para constituirse otro ele- es, como todo, una realidad que surge xander, 1936 (Dis.). — M. R. Kon-
mento: el Espacio, el cual soluciona
vitz, On the Nature of Value, The
en el proceso emergente, la relación Philosophy of S. Alexander, 1945. —
la contradicción entre la mera suce- entre la mente y la realidad no puede J. W. McCarthy, The Naturalism of S.
sión y la continuidad. Por lo tanto, ser concebida como un contraste, ni Alexander, 1948. — A. P. Stier-notte,
el Tiempo implica el Espacio. A la siquiera como un reflejo, sino como God and Space-Time: Deity in the
vez, si el Espacio fuera puramente un puro estar una al lado de otra. Philosophy of S. Alexander, 1954.
coexistente y continuo, la espaciali- Alexander expresa esta concepción ALFABARI (Abu Nasr Muham-
dad equivaldría al puro vacío. El Es- por medio de su concepto de la to- mad bn Tarjan bn Uslag al-Farabi
pacio es ciertamente continuo, pero gertheness, la cual es una relación (t 950), nac. en Bala (Turquestán),
posee al mismo tiempo distinción en- puramente empírica y no una cons- fue maestro en Bagdad. Traductor y
tre sus partes. Como esta distinción trucción metafísica. comentarista de Aristóteles, así como
no la proporciona el propio Espacio, Un aspecto de la doctrina de Ale- de obras neoplatónicas, intentó en
requiere otro elemento: el Tiempo, xander se adapta con cierta dificul- principio una conciliación del aristote-
el cual hace posible que los dife- tad a sus esquemas: es el problema de lismo con el platonismo. Esta concilia-
rentes puntos del Espacio se hallen vincular entre sí la serie de niveles ción no debe ser entendida, empero,
ligados entre sí. Por lo tanto, el Es- de la realidad. Esta dificultad es en el sentido de un ecleticismo; la
pacio implica el Tiempo. Este Espa- afrontada por Alexander mediante combinación de los elementos aristoté-
cio-Tiempo tiene una primera cuali- una ampliación del concepto de va- licos, platónicos y, luego, neoplatóni-
dad: el movimiento, que es anterior a lor a todos los niveles; así, los va- cos es, por un lado, la reunión de
las cosas materiales. Del movimiento lores son relaciones universales tan todas las especulaciones que puedan
surgen las cosas materiales con pro- omnipresentes como las categorías. dar una fundamentación filosófica al
piedades físicas; de éstas las cosas Por este motivo Alexander distin- dogma y, por otra, la recapitulación
materiales con propiedades químicas; gue entre diversos tipos de valores: del pensamiento antiguo en una uni-
de éstas las cosas materiales con pro- valores atómicos, valores físico-quí- dad que pretende eliminar todas
piedades fisiológicas. Este impulso o micos, valores humanos y valores de las accidentales divergencias. En este
nisus que lleva a la producción de la divinidad (que son, en último tér- sentido, Alfarabi es un precursor no
entidades cada vez más complejas mino, la manifestación del impulso sólo de la posterior especulación árabe,
desemboca en el mundo espiritual, del universo hacia lo divino). Lo que sino asimismo de muchos de los rasgos
el mundo de los valores, cuya cima otros filósofos llaman valores —los va- que luego van a desarrollarse con
es Dios o, mejor dicho, la divinidad. lores "humanos"— es, pues, sólo una todo vigor en el pensamiento
Se trata de una divinidad que se clase de valores: los valores en tanto cristiano de la Edad Media. Los pro-
hace continuamente y que no tiene que "cualidades terciarias". Esto blemas referentes a lo singular y a
caracteres fijos, pues la divinidad es permite a Alexander —cuya teoría de lo universal, y a los modos peculiares
siempre el "próximo nivel" en la evo- los valores fue influida por las in- del conocimiento de ambos se hallan
lución, el momento siempre "supe- vestigaciones de Meinong y Ehren- asimismo implicados en los análisis
rior" de una continua marcha de la fels— escapar a la concepción subje- filosóficos de Alfarabi. Éste traslada,
realidad hacia formas cualitativamente tívista de los valores y hacer de ellos además, a la noción de Dios los ele-
más ricas. propiedades a la vez objetivas y mentos especulativos del pensamiento
Alexander distingue entre cualida- mentales. Son objetivas, porque son clásico. Dios es la causa de sí mismo,
des, las cuales cambian de acuerdo propiedades de las realidades; son la entidad cuya esencia implica su
con las cosas, y categorías, las cuales mentales (y en el caso de las cua- existencia; es inteligencia pura y su-
son los elementos omnipresentes y lidades terciarias, mental-humanas), prema unidad incausada. Este Dios
omnipenetrantes en la realidad. En porque "pertenecen al objeto en tan- trascendente y eterno es análogo,
algunos casos, empero —como ocu- to que es poseído por la mente y no por lo demás, a la suprema unidad
rre con el movimiento—, parece di- fuera de la relación". de los neoplatónicos, hasta el punto
fícil distinguir entre cualidades y ca- Obras: Moral Order and Progress; de que de él emana la Inteligencia,
tegorías. En efecto, el movimiento es An Analyste of Ethical Conceptions, y de ésta el Alma.
una cualidad que surge del Espacio- 1889. — Locke, 1908. — Space, Ti- No obstante, un dato esencial,
Tiempo. Es también una categoría me and Deity, 2 vols., 1920 ( Gifford comprensible desde el punto de vista
unida a las demás admitidas por Ale- Lectures). La primera reimpresión
de esta obra (1927) contiene un específicamente religioso, distingue la
xander: sustancia, cantidad, número, "Preface to New Impression" con al- especulación de Alfarabi de la neo-
existencia, universalidad, relación y gunas importantes aclaraciones sobre platónica. Mientras en ésta la supre-
orden. Este conflicto puede expli- el sistema. — Spinoza and Time, ma unidad se mantiene, por así de-
carse en parte por el hecho de que, 1921. — Art and Instinct, 1927. — cirlo, dentro del terreno puramente
según dicho autor, la doctrina de las Beauty and Other Forms of Value, filosófico y carece de toda predica-
categorías es una doctrina metafísica 1933.— Philosophical and Literary ción positiva, la unidad de Alfarabi,
y no solamente epistemológica. En Pièces, 1939 (ed. J. Laird). — Véase
A. F. Liddell, Alexander's Space, Ti- que es equivalente al Dios supre-
lo que toca a este último respecto, me and Deity, 1925. — Ph. Devaux, mo, es al mismo tiempo el conjunto
la doctrina de Alexander es todavía Le système a Alexander. Exposé cri- de todas las predicaciones positivas
71
ALF ALG ALG
elevadas a infinitud; en suma, es Dieterici, op. cit. supra. Ed. árabe, tóteles —o de los neoplatónicos—
Sabiduría, Bondad, Belleza e Inteli- Kitab al-Maymu. — Risala fi yawabi con el fin de racionalizar las creen-
gencia. De todos modos, la jerarquía masa'il su'il 'anha (Respuestas a las cias religiosas, Algazali no dejó, sin
de seres que Alfarabi establece no se cuestiones que se le preguntaran). Ed. embargo, de utilizar argumentos ra-
diferencia esencialmente de la neo- y trad. Dieterici, op. cit. supra. Ed. cionales contra los argumentos ra-
platónica; la serie de las emanaciones árabe, Kitab al-Maymu; otra ed. Hay-
darabad, 1344/1931. — 'Uyun al-Ma- cionales. Sus tendencias religiosas
alcanza hasta las formas terrestres sa'il (Los problemas fundamentales). místicas, de carácter sufí, fueron, en
o, mejor dicho, hasta el entendimien- Ed. y trad. Dieterici, op. cit. supra. efecto, expresadas con frecuencia me-
to paciente, convertido en activo por Ed. árabe, Kitdb al-Maymu. Ed. ára- diante los conceptos de la filosofía
su participación en el entendimiento be, Tayrid Risalat al-Da 'awa-l-Qal- griega. Ello se muestra especialmente
agente. El pensamiento de Alfarabi biyya, Hayderabad, 1349/1936. Hay en sus obras Maqasid al falasifa o
se completaba con una doctrina so- trad. latina por Domingo Gundisalvo Intenciones de los filósofos, Tahafut
cial y religiosa que aspiraba a la con el título Flos Alpharabi, Ed. al falasifa o Destrucción (Contradic-
mayor perfección posible de la orga- por Miguel Cruz Hernández, "El ción) de los filósofos y Ihyaa 'ulum
nización terrenal como grado preli- 'Fontes Quaestionum' ( 'Uyun-al-Ma-
sa'il) de Abu Nasr al-Farabi", Archi- al-Din o Restauración de los saberes
minar de una superior y perfecta religiosos. Según Algazali, todos los
Ciudad de Dios. ves d'histoire doctrinale, etc., XVIII
(1951), 303-23. — Kitab al-tanbih 'ala principios últimos, tanto los que se
Entre las obras filosóficas más im-
portantes de Alfarabi figuran las si- al-sa'ada (Libro de la advertencia refieren al mundo sensible como al
guientes: Ihsa al-'Ulum (Catálogo de sobre la salvación). Ed. Hayderabad, mundo inteligible, no son suscepti-
las ciencias). Ed. crítica del texto ára- 1346/1933. Hay trad. latina medieval bles de demostración racional. Esto
be: al-Irfan, Saida, 1921; otra ed. crí- con el título Liber exercitatio-nes ad es lo que ha sido llamado el escepti-
tica: El Cairo, 1931. De esta obra hay viam felicitatis, ed. en Recherches de cismo de Algazali, si bien hay que
dos traducciones latinas medievales théologie ancienne et Médiévale, XII tener presente que el vocablo 'escep-
con el título De Scientiis; una de ellas (1940), 33-48. — Risala fi araahl al-
Madinat al-fàdila (Compendio sobre ticismo' tiene en dicho pensador una
fue publicada junto con el tratado De
intellectu citado infra en Alpharabii las opiniones de los miembros de la función distinta de la que aparece
vetustissimi Aristotelis interpretis ope- ciudad ideal). Ed. Dieterici en Al en los escépticos griegos. Con esta
ra omnia quae latina lingua conscripta Farabis Abhandlung der Mus-terstadt, restricción podemos decir que el es-
reperiri potuerunt (París, 1638). Ed. 1895 [trad. alemana por el mismo cepticismo racional de Algazabi lo
crítica de los dos textos latinos por Dieterici, 1900]. — Otros escritos de lleva no sólo a una crítica de las no-
Clemens Baeumker en Alfarabi, über Alfabari están incluidos en Dieterici, Al ciones de la eternidad de la materia,
den Ursprung der Wissenschaf-ten (de Farabis philosophische Abhandlungen infinitud del mundo y del tiempo
ortu scientiamm), 1916 [Bei-träge zur [Cfr. supra] y en eds. separadas
Geschichte der Philosophie des (Hayderabad). Algunas versiones como contrarias a la ortodoxia mu-
Mittelalters, XIX, 3]. Ed. del texto latinas se hallan incluidas en el sulmana, sino también a una crítica
árabe, con las dos traducciones latinas Corpus Platonicum Medii Aevi (tomos de la noción de causa y a una afir-
y una trad. española por Ángel II y III). — Bibliografía en K. Djorr, mación de la imposibilidad de hallar
González Palencia, 1932. — Maqala Bibliographie d'al-Farabi, 1946 (Dis.). una explicación racional de la rela-
fi ma 'ani al-'aql (Disertación sobre — Sobre Alfarabi: M. Steinsch-neider, ción causa-efecto que pueden consi-
los significados del término "intelec- Al Farabi, des aranischen Phi-losophen derarse como un precedente de ar-
to"). Eds. críticas del texto árabe: F. Leben und Schriften (Mémoires de
Dieterici, en el tomo Al Farabis phi- gumentaciones análogas presentadas
l'Académie impériale des Sciences, en la época moderna por el ocasio-
losophische Abhandlungen, 1890 Saint Petersbourg, Ser. 7, v. 13, 1869).
[trad. alemana por el mismo Dieterici, — F. Dieterici, Alfarabi, der nalismo y por Hume. Las argumen-
1892]; M. Bouyges, París, 1932. Hay Musterstaat, 1900. — Íd., íd., Die taciones de Algazali son, pues, típi-
trad. latina medieval por Domingo Staatsleitung, 1904 (ed. Bronnle de los cas de todo pensamiento que pre-
Gundisalvo con el título De intellectu papeles postumos de Dieterici). — tende salvar el contenido religioso
et intellecto; ed. por É. Gilson en el Entre lo más reciente: R. Hamui, de una doctrina en peligro de desem-
"Apéndice I" de su trabajo "Les O.F.M., Alfarabi's Philosophy and
sources gréco-arabes de l'augustinisme bocar en una visión puramente racio-
avicennisant", Archives d'histoire doc- Its Influence on Scholasticism, 1928. nal del dogma. Así, el Dios que de-
trinale et littéraire du moyen âge, IV — Ibrahim Makdour, La place d'Al fiende Algazali es sobre todo el Dios
(1930), 115-26. Esta obra fue cono- Farabi dans l'école philosophique mu- del hombre religioso, opuesto en cierto
cida asimismo por una traducción al sulmane, 1934. — R. Hammond, The modo a un Dios que ejerce pri-
hebreo con el título: Sefer ha-sekel Philosophy of Alfarabi and Its In-
fluence on Medieval Thought, 1947. mariamente la función de primer mo-
u hamuskalot. — Kitab fi-1-yam 'bayn tor de la Naturaleza. A la eternidad
rai al-haqimayn Aflatun al-Ilahi wa Bibliografía: Ν. Rescher, Al-Farabi:
Aristutalis (Libro de la concordancia An Annotated Bibliography, 1962. de la materia Algazali opuso, en efec-
entre la filosofía de los dos sabios, el ALGAZALI o ALGAZEL (Abu to, la creación del mundo a partir
divino Platón y Aristóteles). Ed. por Hamid Muhamad ibn Muhammad al- de la nada; a la infinitud del mundo
Dieterici, op. cit. supra [y trad. cit. Gazali (1058-1111) nació en Gazai, y del tiempo, el comienzo temporal
supra, 1892]. Ed. árabe, Kitab al- en la provincia de Tus, en el Jura- de un ser creado; a la inteligibilidad
Maymu', El Cairo 1325/1907. — Ri- del nexo causal, la intervención cons-
sala fi ma yanbagi an yuqaddam qabl san (Persia), profesó en Bagdad, se
trasladó luego a Siria y falleció en tante de Dios como causa única. Es
ta'allum al-falsafa (Compendio acerca
de lo que conviene saber antes de su ciudad natal. Adversario de los cierto que algunos de los argumentos
aprender filosofía). Ed. y trad, por "filósofos", por los que entendía los de Algazali se parecen a los argumen-
que utilizaban las doctrinas de Aris- tos de los escépticos antiguos — in-
72
ALG ALG ALI
estabilidad de los sentidos, oposición Vaux, Gazzali, 1902. — H. K. Sherwa- tome en un sentido bastante amplio,
de los sistemas filosóficos entre sí, ni, El Ghazzali on the Theory and como un programa de acción total
etc. Pero ya hemos visto que este es- Practice of Politics, 1935. — A. T. que afecte tanto a lo práctico como
cepticismo no era en su pensamiento Wensinck, La pensée de Ghazzali, a lo teórico. Según Aliotta, sólo así
1940. — M. A. H. Abu Rida, Ghazza-
más que uno de los principales pi- lis Streitschrift gegen die griechische podrá darse una solución a uno de
lares con el fin de volver a dar un Philosophie, 1945 (Dis.). — H. Ha- los problemas que este filósofo ha
firme fundamento a la fe. chem, La critique du péripatétisme et considerado como capitales: el pro-
El Maqasid al-falasifa fue trad. al du néoplatonisme dans Al-G., 1946. blema del mal. Este problema es de
latín por Domingo Gundisalvo y ed. en — Farid Jabre, La notion de certitude tal gravedad que la metafísica no
Logica et philosophia Algazelis Arabi selon Ghazali dans ses origines debe limitarse a explicarlo; debe jus-
(Venecia, 1506). Ed. por J. T. psychologiques et historiques, 1958 tificarlo. De ahí una teoría del "sa-
Muckle, Algazel's Metaphysics: a [índice lexicográfico en págs. 459-70] crificio como significado del mun-
Medieval Translation, 1933. Ed. árabe: (Études musulmanes, 6). — Montgo-
El Cairo, 1331/1912. Trad. parcial do" que constituye la culminación
mery Watt, Muslim Intellectual: A
por M. Asín Palacios, La espi- Study of Al-Ghazali, 1963 (trad. esp.: del pensamiento de Aliotta, y que
ritualidad, etc. (Cfr. infra), IV, La je y la práctica de al-Ghazali, estima el sacrificio no como disminu-
págs. 184-92. — El Tahafut-al-fala- en prep. ). ción del ser, sino como su enriqueci-
sifa fue trad. al latín por Calo Calony- ALGEBRA. Véase CLASE, LÓGICA, miento. Esto hace posible el paso
mus a base de una traducción hebrea LOGÍSTICA, RELACIÓN . de lo infinito a lo finito. Esto hace
(Venecia, 1527, 1562) y del árabe al posible, además, dar un fundamento
latín por Augustinus Niphus [Agosti- ALIENACIÓN. Véase ALTERACIÓN,
MARXISMO. racional a los factores irracionales, y
no Nifo] (Padua, 1497). Ed. crítica considerar "la lógica del amor y del
por M. Bouyges (Beirut, 1927). Trad. ALIENATIO. Véase PROPIEDADES
esp. de las cuestiones VI, XVII y DE LOS TÉRMINOS. sacrificio" como la única posibilidad
XVIII en Asín, op. cit. infra, IV, ALIOTTA (ANTONIO) (1881- de dar forma concreta a la racio-
303072. — El Ihya 'ulum al-Din ha 1964) nació en Palermo, profesor de nalidad.
sido ed. en El Cairo 1312/1894. Trad.
filosofía en la Universidad de Padua Según Aliotta, el experimentalismo
parcial en Asín, op. cit. infra. — Al-
(1913-1919) y en la de Ñapóles radical permite superar una serie de
gazali escribió muchas otras obras;
(1919-1951), defiende un "experimen- dualismos (empirismo-racionalismo;
citamos entre ellas las siguientes:Iqti- positivismo-idealismo; realismo-idealis-
talismo radical", al cual llegó a través
sad fi-l-i 'tiqat (El justo medio en la
de una crítica del positivismo y del
creencia). Ed. árabe: El Cairo, 1327/ mo) y evitar los pseudo-problemas
1909. Trad. esp. por M. Asín Pala-actualismo, ambos insuficientes, a su que ellos engendran. Permite asimis-
entender, para justificar y dar valor
cios, El justo medio en la creencia. mo "ensamblar (desde un punto de
Compendio de teología dogmática, a la obra humana. Tampoco las tesis vista metodológico) la filosofía con
1929 [con trad. de otros textos decontingentistas, intuicionistas y prag- la ciencia". Puede decirse que los ele-
Algazali]. — Munqid min al-dalal matistas son suficientes, si bien ellas mentos pragmatistas, bergsonianos,
(Preservativo contra el error). Ed. ára-
señalan más claramente el camino empiriocriticistas e instrumentalistas
be: El Cairo, 1309/1892. Trad. par-
que debe seguirse para alcanzar la que se hallan en la filosofía de Aliotta
cial por Asín, op. cit. infra, IV, 264- son a la vez consecuencia de un in-
72. — Mi 'yar al-'ilm fi-l-Mantiq finalidad mencionada. Pues tal fina-
lidad no es tampoco un modo de
(Fiel contraste del conocimiento). Ed. tento de superación de las respectivas
árabe: El Cairo, 1329/1911. Trad. subordinación del mundo a las exi- filosofías.
gencias del yo, sino una manera de
parcial por Asín, El justo medio, etc. Obras principales: La conoscenza
— Ayyuha-l-Walad (¡Oh, hijo!) Ed. justificar la máxima objetividad posi- intuitiva nell'Estetica del Croce, 1903.
árabe y trad. alemana (Viena, 1838).
ble del mundo, la consideración de — La misura nella psicologia speri-
Trad. parcial Asín, op. cit. infra, IV,
lo real, sin arbitrarias mutilaciones, mentale, 1905. — La reazione idea-
25-47. Trad. esp. completa por E. listica contra la scienza, 1912 (en la
como el acto mismo de la total expe- trad. inglesa de esta obra, publicada
Lator, S. J. (Beirut, 1955). — Otras
riencia, que une lo subjetivo y lo
obras de Algazali, mencionadas en en 1914, se incluyó el trabajo "Linee
Miguel Cruz Hernández, Historia deobjetivo. Las fases por las cuales ha d'una concezione spiritualistica del
pasado el pensamiento de Aliotta son
la filosofía española. Filosofía hispa- mondo"). — La guerra eterna e il
no-musulmana, tomo I (1957), págs.momentos de este proceso único. Al drama dell'esistenza, 1917. — La
155 y sigs. principio se negaba Aliotta a recha- teoría di Einstein e le mutevoli pros-
zar totalmente el concepto, en el
Fundamental para el conocimiento pettive del mondo, 1922. — Relati
de la obra y pensamiento de Algazel
cual vio una posibilidad de enrique- vismo e idealismo, 1922. — Il pro
son el libro de Miguel Asín Palacios,
cer lo real y de sintetizar la expe- blema di Dio e il nuovo pluralismo,
Algazel: Dogmática, Moral, Ascética, 1924. — L'esperimento nella scien
riencia concreta. Esto le condujo a za, nella filosofía, nella religione,
1901, y especialmente la gran obraun idealismo crítico en sentido am-
del mismo autor: La espiritualidad de 1936. — L'Estetica di Kant e degl'
plio que, sin embargo, pronto tuvo
Algazel y su sentido cristiano, 4 vols. idealisti romantici, 1942. — Scetti-
que desembocar en un pluralismo
(1,1934; II, 1935; III, 1940; IV [Cres- cismo, misticismo e pessimisme, 1947.
más radical que el de James, en un
tomatía], 1941). — Véase también A. — Evoluzionismo e spiritualisme,
neoevolucionismo y, finalmente, en
Schmolders, Essai sur les écoles philo- 1948 (serie de artículos). — Le ori-
el experimentalismo. Este experimen-
sophiques chez les Arabes et notam- gini dell'irrazionalismo contemporá
ment sur la doctrine d'Algazzali, 1842.
talismo considera el "experimento" neo, 1950. — L'Estetica del Croce
— R. Gosche, Ueber Ghazalis Leben como criterio de verdad, pero siem- e la crisi del liberalismo italiano,
und Werke, 1858. — B. Carra de pre que el término 'experimento' se 1951. — Il nuovo positivismo e lo

73
ALI ALK ALM
sperimentalismo, 1954. — Hay edi- labor filosófica y científica, Alkindi Scholasticism, XXXVII (1963), 44-58.
ción de obras completas: Opere com- era un puro pensador y hombre de ALMA. Consideraremos aquí (I)
plete, Roma, 1942 y sigs. Entre los ciencia: los motivos religiosos actua- varias concepciones de la noción de
artículos publicados por Aliotta me- ban, al parecer, poderosamente en sus alma en los llamados "primitivos";
rece destacarse el titulado: "El sa-
crifizio come significato del mondo", intentos de construcción filosófica. En (II) la historia de la idea del alma
Logos, fasc. IV, reeditado en un vo- particular la defensa de la doctrina en la filosofía occidental desde Gre-
lumen del mismo título en 1948. — del libre albedrío contra el fatalismo cia; (III) el intento de distinguir en-
Véase J. Grenier, "Trois penseurs ita- de muchos musulmanes constituía tre alma y espíritu en varios autores
liens: Aliotta, Rensi, Manacorda", una de las preocupaciones centrales contemporáneos. La distinción entre
Revue philosophique, II (1936). — de su obra. algunas de las concepciones presenta-
M. F. Sciacca, 'Il pensiero di A. Obras: Risalat al-'Aql (Sobre el in- das en (I) y cuando menos ciertas
Aliotta", Archivio di storia della filo- telecto). Ed. por Abu Rida, Rasa'il al- ideas a que nos referimos en (II) no
sofía italiana, II (1936). — Carbo- Kindi al-falsafiyya, 1369/1372/1950/ es siempre muy clara, pero en esta
nara, Filiasi-Carcano, Lazzarini et al., 1953, 2 vols. Hay dos traducciones la- última sección —que constituye la
Lo sperimentalismo di A. A., 1951. — tinas ( De intellectu ), una de ellas por
Autoexposición titulada "Il mio spe- más fundamental en el presente ar-
Gerardo de Cremona; ed. en A. Nagy,
rimentalismo" en el volumen de M. Die philosophische Abhandlungen des tículo— tratamos en particular los as-
F. Sciacca titulado Filosofi italiani Ya 'qub bn Ishaq al-Kindi, 1897 [Bei- pectos religiosos susceptibles de dar
contemporanei, 1944, págs. 27-46. trage zur Geschichte der Philosophie origen a especulaciones y análisis fi-
ALIQUID. Véase TRASCENDENTAL. des Mittelalters, II, 5]. — Risala fï-l- losóficos. La información proporciona-
ALKINDI (Abu Yusuf Ya 'qub ibn nafs (Sobre el alma). Ed. Abu Rida, da en este artículo debe completarse
Ishaq al-Kindi) (800-873) nac. en op. cit. supra, págs. 281-2. — Risala con la que se halla en los artículos
Kufa (Persia) y fue comisionado por fi hudud al-asya wa rusumi-ha (So- ALMA DEL MUNDO , ALMA DE LOS
al-Ma'mun para corregir las traduc- bre las definiciones de las cosas y sus BRUTOS , ALMA ( ORIGEN DEL) e IN -
descripciones). Ed. Abu Rida, op. cit. MORTALIDAD. Algunos de los aspectos
ciones de Aristóteles y otros autores supra, págs. 165-79. — Kitab fï-l-fal-
griegos. Junto a esta labor se distin- safat al-ula (Libro de la filosofía pri- destacados aquí se hallan asimismo
guió por sus numerosos comentarios mera). Ed. Ahmad Fu'ad al-Ahwani, en el artículo ESPÍRITU, especialmente
al Estagirita y por la redacción de 1367/1948 y Abu Rida, op. cit. supra, al comienzo del mismo. Observemos
muchos tratados en los cuales, si- págs. 97-162. — Risala fï kamiyua que aunque el término 'alma' resulta
guiendo las inspiraciones racionalis- Kutub Aristu (Sobre el número de los sumamente ambiguo, pues con él nos
tas de la secta de los mutacilitas, a libros de Aristóteles). Ed. Abu Rida, referimos a veces a ideas muy diver-
la que pertenecía, trató de organizar op. cit. supra, págs. 363-84. — Trad. sas que cabría expresar mediante otros
un cuerpo de doctrina filosófica co-
anotada por M. Guidi y R. Walzer en vocablos, hay una cierta unidad de
Studi su al-Kindi. 1. Uno scritto intro- supuestos por lo menos en la mayor
herente a la cual se incorporaron mul- duttivo allo studio di Aristotele, 1940
titud de investigaciones científicas [Memorie R. Ace. dei Lincei, serie parte de las ideas filosóficas sobre la
que abarcaron prácticamente todos 7, vol. IV, fasc. 5]. — Risala fï hila li- noción de alma. El alma es concebida
los saberes de su tiempo: medicina, daf al-ahzan (Sobre el modo de ale-jar con frecuencia como un tipo de reali-
psicología, meteorología, óptica, geo- la tristeza). Ed. y trad. italiana por dad que engloba algunas de las ope-
metría, aritmética, música. Las ideas Ritter y Walzer en Studi cit. supra. raciones psíquicas —como cuando en
fundamentales de Alkindi eran de ori- Memorie, etc., 1938, serie 6, vol. ciertas concepciones tradicionales se
gen aristotélico, y ello ha hecho que VIII, fasc. 1 [Il. Uno scritto mora-e habla del alma como inteligencia, co-
se le considere como el primer gran inedito di al-Kindi (Temistio per mo voluntad, como sentimiento, etc.,
lopi/as], — De quinqué essentiis y hasta como todas estas llamadas "fa-
aristotélico árabe. Se destacan en par- [sólo queda la trad. latina; ed. en Na-
ticular entre ellas su doctrina, ulte- gy, op. cit. supra, págs. 28-40]. — cultades" en conjunto—, pero como
riormente muy elaborada por Ave- Kitab fï 'illat al-kawn wa-l-fasad (Li- el problema de la naturaleza de lo
rroes, del entendimiento activo y úni- bro sobre la causa de la generación (y psíquico suscita diversas cuestiones no
co, del cual recibe su actividad. A to- la corrupción), ed. Abu Rida, op. cit. siempre necesariamente relacionadas
do ello se agrega una teoría de las ca- supra, págs. 214-37. — Otros escri- con las ideas más tradicionales del al-
tegorías, de las que Alkindi enumera tos de al-Kindi, citados en Miguel ma, consagramos un artículo especial
cinco: materia, forma, movimiento, lu- Cruz Hernández, Historia de la filo- a dicho concepto (véase PSÍQUICO).
gar y tiempo. Ahora bien, el aristote- sofía española. Filosofía hispano-mu- Ciertos términos agrupados en el
sulmana, tomo I (1957), págs. 67-8. "Cuadro sipnótico" al final del Dic-
lismo de Alkindi no era puro: nume- Véase G. Flügel, "Al-Kindi: Ge-
rosos elementos neoplatónicos estaban nannt 'Der Philosopher der Araber'", cionario bajo la rúbrica "Psicología"
mezclados con él. Entre estos últimos Abhandlungen für die Kunde des se refieren a veces a cuestiones rela-
destaca no solamente su gran estima- Morgenlandes, I (1957), 1-54. — T. tivas al alma y a veces a cuestiones
ción por la matemática como funda- T . J. de Boer, "Zu Kindi und seiner relativas a lo psíquico (o a ambas a
mento de todas las ciencias sino tam- Schule", Archiv für Geschichte der un tiempo); remitimos asimismo a di-
bién su idea de que los elementos Philosophie, XIII (1900), 153-78. — chos términos, dejando al lector la se-
matemáticos son la medida de las co- F. Rosenthal, "Al-Kindi als Literat", lección pertinente. Como ejemplos de
sas y la expresión de los elementos Orientalia, II (1942). — Muñoz Sen- artículos cuando menos parcialmente
dino, "Apología de al-Kindi", Miscelá- relativos a la idea del alma mencio-
últimos de que está compuesta la nea Comillas, XI y XII (1949), 339-
realidad. Sería erróneo, sin embargo, 460. — N. Rescher, "Al-Kindi's Sketch namos ANIMISMO, CONCIENCIA, EMO-
considerar que, en vista de la anterior of Aristotle's Organon", The New CIÓN , ENTELEQUIA , ΗΑΒΓΓΟ , ΙΝTΜΙ -

74
ALM ALM ALM
DAD, MEMORIA, PALINGENESIA, PAM - vida" (la vida como "aliento") y la átomos, bien que de materia muy fina
PSIQUISMO, PARALELISMO, PERSONA, sombra incorpórea o imagen (a ve- y sutil (probablemente de la misma
TEMPLE , VOLUNTAD , Yo. ces, sin embargo, designada median- materia con que está formado el
I. Las representaciones primitivas te el vocablo eidolón). Puede decirse fuego). Sin embargo, antes de Platón
del "alma" son muy varias, pero se que la idea del "alma" se va preci- se constituyó un complejo de especu-
destacan tres rasgos comunes a mu- sando —y, si se quiere, purificando— laciones sobre la idea del alma que
chas de ellas. El alma es concebida a medida que los términos empleados luego fue absorbido y, por así decirlo,
a veces como un soplo, aliento o há- para referirse a ella tienden a descri- "purificado" por dicho filósofo. En
lito, equivalente a la respiración; cuan- bir menos un principio vital general substancia consiste en sustituir la idea
do falta tal aliento, el individuo muere. que una especie de "doble" propio de del alma como semivida, como sombra
A veces es concebida como una cada uno de los hombres. Por este mo- y aun como principio de vida orgánica
especie de fuego; al morir el indivi- tivo, las primeras especulaciones filo- por una idea del alma como realidad
duo, este "fuego" —que es el "calor sóficas acerca del alma se conjuran "desterrada". Parece que esta última
vital"— se apaga. A veces, finalmente, principalmente en torno a la idea del idea comenzó a surgir hacia el siglo
se concibe como una sombra, pre- "simulacro" o "fantasma" del viviente, IX antes de J. C. y se desarrolló hasta
sentida o principalmente "vista" du- "simulacro" o "fantasma" que puede el siglo ν antes de J. C. Varios
rante el sueño. En los dos primeros salir o alejarse del viviente (y aparecer motivos se conjuraron al efecto. Uno
casos, el alma es más bien como un en sueños) inclusive durante el curso de ellos ha sido puesto de relieve por
principio de vida; en el último caso, de la vida. E. R. Dodds (Cfr. infra, bibliografía):
más bien como una "sombra o un si- Las anteriores indicaciones son lo las influencias chamanís-ticas
mulacro". La idea del alma como suficientemente generales como para procedentes de Tacia y Escitia y
aliento, hálito, exhalación, soplo, etc., aplicarse a la mayor parte de las lla- prontamente difundidas no sólo por el
es acaso la más común. E. B. Tylor madas "representaciones primitivas". Asia Menor y Creta, sino también por
ha indicado que puede hallarse en No son, sin embargo, ni siquiera un el Sur de Italia ( especialmente Sicilia).
"las principales corrientes de la filo- bosquejo muy general de tales repre- Se comenzó a creer que hay en cada
sofía universal". Los términos usados sentaciones. Algunas de éstas no en- hombre una realidad de orden divino,
para designar tal "alma" en diversas cajan fácilmente en las concepciones la cual ha preexistido al cuerpo y
culturas muestran cuán difundida se reseñadas. Como ejemplo menciona- perdurará tras la muerte y corrupción
halla esta idea. Así, en los vocablos mos que en el pensamiento chino ar- del cuerpo. Representantes filosóficos
nefesh (hebreo), nefs (árabe), atman caico no se suponía que todos los in- o semifilosóficos de esta nueva
(sánscrito), pneuma (griego), animus y dividuos tuviesen necesariamente al- tendencia son el orfismo ( VÉASE),
anima (latín), todos los cuales sig- ma, ni siquiera en tanto que un "do- Pitágoras y Empédocles. El alma
nifican de un modo o de otro "alien- ble". El "alma" era vista como un puede, pues, entrar en el cuerpo y
to", aun cuando luego vayan adqui- dios o espíritu que, procedente del salir de él, sin identificarse nunca
riendo el significado de un cierto prin- Cielo, podía ingresar en el cuerpo de completamente con el cuerpo. En cier-
cipio o de una cierta realidad distintos un hombre. Si se hallaba, por así de- to modo se trata de una nueva ver-
del cuerpo. En algunos casos los cirlo, "a gusto" en tal cuerpo, podía sión del primitivo "doble", pero con
términos usados para designar el "al- decidir permanecer en él de modo un origen luminoso y divino. El cuerpo
ma" son distintos de los empleados permanente. puede ser concebido entonces como
para referirse al "aliento". Así ocurre II. No pocas de las primeras repre- una especie de cárcel, o sepulcro, del
con el sánscrito prana —a diferencia sentaciones griegas del alma de que alma. La misión del hombre es liberar
de atman—, con el hebreo neshmah habernos noticia son, en el sentido an- su alma por medio de la purificación y
—a diferencia de nefesh—, con el terior, "primitivas". Por lo demás, hasta al final, más filosóficamente, por
árabe ruh —a diferencia de nefs—, el final de la cultura antigua —y en medio de la contemplación. El alma no
etc. Un origen "material" puede ha- muchas concepciones "populares" es un principio que informa el cuerpo
llarse, sin embargo, en los citados vo- dentro del Occidente hasta nuestros y le da vida; es algo de naturaleza
cablos, lo mismo que en los términos días— dominaron representaciones del esencialmente no sensible y no
psyche (griego), duja (ruso), Geist "alma" formadas de muy diversas ca- material.
(alemán) — este último, usualmente pas: el alma corno un muerto-sombra Platón acogió estas ideas y las refi-
traducido por 'espíritu', tiene la misma que desciende al seno de la tierra; el no considerablemente. Al principio,
raíz que el inglés ghost, comunmente alma como un "aliento" o principio especialmente en el Fedón, defendió
vertido por 'fantasma'. A veces se de vida; el alma como "realidad aé- un dualismo casi radical del cuerpo y
distingue entre el "alma" como rea" que vaga alrededor de los vivos el alma; el alma era para él una rea-
"principio de vida" y el "alma" como y se manifiesta en forma de fuerzas lidad esencialmente inmortal (véase
"doble" por medio de dos distintos y acciones, etc. etc. Estas representa- INMORTALIDAD) y "separable". El al-
vocablos. Ejemplos son kra y chraman ciones influyeron, además, sobre las ma aspira a liberarse del cuerpo para
(antiguo egipcio), zymos [thymos] y ideas que no pocos filósofos se forma- regresar a su origen divino y vivir, por
psyché (en griego). Esta última dis- ron del alma. Algunos presocrátícos decirlo así, entre las ideas, en el
tinción es sobremanera importante, concibieron como "almas" todos los mundo inteligible. Aun dentro del
aunque no siempre se expresa mediante "principios de las cosas" en cuanto cuerpo, el alma puede recordar (véa-
uso de distintos términos. Así, psy-che "cosas vivientes". Los atomistas des- se REMINISCENCIA) las ideas que
designa en Homero por igual "la cribieron el alma como compuesta de. había contemplado puramente en su
75
ALM ALM ALM
vida anterior. La teoría del alma pura sar en las cosas inmortales y divinas" Las doctrinas aristotélicas sobre el
es en Platón el fundamento de su (Tim., 89 B). En suma, el alma re- alma son muy complejas. En parte se
teoría del conocimiento verdadero, y side por lo pronto en lo sensible, pe- apoyan en ciertas ideas de Platón y,
a la vez éste constituye una prueba ro puede orientarse hacia lo inteligi- desde luego, en la idea de que lo
de la existencia del alma pura. Sin ble, encaminarse hacia su "verdadera inteligible tiene que predominar so-
embargo, Platón se dio cuenta pronto patria". El alma no deja de ser alma bre lo sensible, y la contemplación
de que el dualismo cuerpo-alma plan- por quedar encerrada en lo sensible, sobre la acción. Aristóteles, por lo
teaba no pocas dificultades, no sólo pero sólo cuando actúa según lo inte- demás, habla a veces del alma como
epistemológicas y metafísicas, sino ligible puede decirse que ha sido pu- un principio general (de vida) y a
también morales. Su filosofía es en rificada. veces como un principio individual
gran parte un esfuerzo por solucionar Los neoplatónicos, y especialmente propio de cada uno de los hombres.
tales dificultades, y hasta puede ha- Plotino, desarrollaron con gran deta- En ambos casos es característico del
blarse de una "dialéctica del alma" lle esta "dialéctica" platónica del al- Estagirita hacer con el alma lo que
en Platón a través de la cual se afir- ma. Plotino usó no sólo los conceptos hizo con las ideas: traerla, por así de-
ma, para luego negarla, la separabili- elaborados por Platón, sino también cirlo, del cielo a la tierra. Las teorías
dad del alma con respecto al cuerpo. los tratados por Aristóteles; se pregun- más características de este autor sobre
Por lo pronto, debía de haber algún tó, pues, en qué forma el alma se el alma se hallan formuladas, en todo
"punto" o "lugar" por donde el alma halla unida al cuerpo, si siendo ins- caso, desde un punto de vista "bio-
quedase insertada en el cuerpo; de lo trumento de él, constituyendo una lógico" (o, mejor dicho, "orgánico").
contrario, no se entendería cómo hay mezcla o siendo forma del cuerpo El alma, declara Aristóteles, es en al-
relación entre las operaciones de una y (Enn., I i 3). Lo segundo se halla gún sentido el "principio de la vida
del otro. Las distinciones entre varios excluido; sólo lo primero y lo tercero animal" (De an., 1 1, 402 a 6) en
órdenes (o tipos de actividades) del son admisibles. El alma es por sí mis- tanto que vida que se mueve a sí
alma es uno de los modos de ma, en cuanto separada del cuerpo, misma espontáneamente. Pero ello no
afrontar la cuestión citada. Platón una realidad impasible (I ii 5), pero significa que el alma se mueva a sí
distinguió, por ejemplo, entre la parte puede decirse que tiene dos "partes": misma; ser principio de movimiento
sensitiva (sede del apetito o deseo), la la separada o separable y la que no significa ser movimiento. Ahora
parte irascible (sede del valor) y la constituye una forma del cuerpo (I i bien, puesto que todo cuerpo natural
parte inteligible (sede de la razón). 3; II iii 15; II ν 3). Hasta puede ha- poseedor de vida es una substancia
Parece "obvio" que mientras esta blarse de una "parte" media o media- (en tanto que realidad compuesta),
última "parte" es "separable" del dora entre las dos partes fundamen- y posee un cuerpo, no puede decirse
cuerpo, ninguna de las otras dos lo tales (II ix 2). Plotino se interesa que el cuerpo sea el alma. El cuerpo
son. Pero entonces se plantea el pro- particularmente por la parte superior es la materia; el alma es una cierta
blema de la relación entre los diver- e inteligible, la cual no sufre altera- forma. He aquí las dos célebres de-
sos órdenes o tipos de actividad del ción (III vi 1) y es incorruptible finiciones dadas por el Estagirita: "el
alma. Platón creyó hallar una solu- (III vi 1). El alma se divide cuando alma es la primera entelequia del
ción al problema estableciendo que se orienta hacia lo sensible (IV i 1); cuerpo físico orgánico", e/ntele/xeia h(
los órdenes en cuestión son órdenes se unifica, en cambio cuando se prw/th sw/matoj fusikou= o)rganikou=
fundamentales no sólo del alma indi- orienta hacia lo inteligible, hasta el (ibíd., II, 1 412 b 25 sigs.); es "la
vidual, sino también de la sociedad punto de adquirir un rango divino primera entelequia del cuerpo físico
y hasta de la naturaleza entera. Estos (IV ii 1). En último término, cuando que posee la vida en potencia,
órdenes se hallan en una relación de el alma se purifica puede inclusive entele/xeia h( prw/th sw/matoj
subordinación: las partes inferiores transfigurar el cuerpo, es decir, hacer fusikou= duna/mei zw/hn e(/xontoj, (II 1
deben subordinarse a la parte supe- que habite en este mundo como si 412 a 27 sigs.). No tiene sentido,
rior; el alma como razón debe conducir viviera en el universo inteligible. En pues, preguntar si el cuerpo y el alma
y guiar el alma como valor y como su ser propio, el alma es una, inco- son una sola realidad; ello sería
apetito. Así, el alma puede tener algo rruptible, racional, inteligible, contem- como preguntar por qué la cera y la
así como una historia en el curso de plativa e inmortal. Debe tenerse en forma de la cera son una realidad. El
la cual se va purificando, es decir, va cuenta, para el cabal entendimiento sentido de la unidad del cuerpo y del
formando y ordenando todas sus ac- de las ideas de Plotino sobre el alma, alma es la relación de una actualidad
tividades de acuerdo con la razón que en ocasiones se refiere al alma con una potencialidad.
contemplativa. De lo que el hombre en general, a veces al alma individual El alma es, pues, una substancia;
haga en su vida dependerá que se y a veces al alma universal o Alma es el quid esencial del cuerpo. Como
salve, es decir, se haga inmortal, esto del Mundo (VÉASE ). Pero ciertas escribe Aristóteles: "si el ojo fuera un
es, se haga entera y cabalmente "al- propiedades son comunes a todas las animal, la vista sería su alma, pues
ma pura". Pues el hombre, escribió especies de almas en cuanto por lo la vista es la substancia o forma del
Platón, puede "convertirse enteramen- menos son los habitantes del mundo ojo". El alma es, pues, la forma del
te en algo mortal" cuando se abandona inteligible. De hecho, todas las almas cuerpo en tanto que constituye el con-
a la concupiscencia, pero se hace individuales forman una sola alma (VI junto de posibles operaciones del cuer-
inmortal y contemplativo cuando "en- ν 9), si bien ello no significa una po. Así como lo propio del martillo
tre todas sus facultades ha ejercido fusión, sino una organización jerárqui- es dar martillazos, lo propio del alma
principalmente la capacidad de pen- ca en lo inteligible único (VI vii 6). es hacer que el cuerpo tenga la forma
76
ALM ALM ALM
que le corresponde como cuerpo y, tes individuales, sino una sola alma ciones entre partes del alma y modos
por lo tanto, hacer que el cuerpo sea (pensante). Este problema ha sido de unificación propuestas entre tales
realmente cuerpo. El alma es la causa tratado tradicionalmente bajo la cues- partes en el pensamiento antiguo en
o fuente del cuerpo viviente (II 4 415 tión de la naturaleza del entendimien- relación con el pensamiento cristiano.
b 9). Ahora bien, si el alma es el to ( VÉASE ), o del intelecto. Aristó- No podemos aquí ni siquiera resumir
principio de las operaciones del teles no se inclinó por una rigurosa las numerosas doctrinas forjadas al
cuerpo natural orgánico, puede dis- "unidad del entendimiento". Pero al- respecto. Nos limitaremos a indicar
tinguirse entre varios tipos de opera- gunos de sus seguidores, como Ale- que, a consecuencia sobre todo de las
ciones. A ello corresponde la división jandro de Afrodisia, mantuvieron una influencias platónicas y neoplatónicas,
entre varias "partes" del alma — que, opinión radical a este respecto. Lo se tendió cada vez más por parte de
por lo indicado, no destruye en ma- mismo parece haber sido el caso de los autores cristianos a una "espiritua-
nera alguna su unidad como forma. Averroes. La doctrina de la unidad lización" y, sobre todo, a una "perso-
El alma es el ser y principio de los del intelecto acentúa la racionalidad nalización" del alma. Muchas de las
seres vivientes, por cuanto esos ser y y espiritualidad del alma humana, pero ideas debatidas sobre los citados puntos
principio consisten en vivir. Las doc- con detrimento de su individualidad. se hallan en San Agustín. Éste rechaza
trinas aristotélicas sobre el alma no A partir de Aristóteles —con los enérgicamente toda concepción del
son, pues, sólo de carácter biológico estoicos, neoplatónicos y luego los alma como entidad material y subraya
o de carácter psicológico —aun cristianos— se multiplicaron las cues- el carácter "pensante" del alma. Pero
cuando ofrezcan asimismo, y muy tiones relativas a la existencia del al- semejante carácter no es el de una
acentuadamente, estos dos caracte- ma, a su naturaleza, a sus partes y pura razón impersonal. El alma es un
res—; constituyen el más importante a su relación con el cuerpo y con el pensamiento en tanto que vive, o,
fragmento de una "ontología de lo vi- cosmos. Prácticamente todos los filó- mejor dicho, se siente vivir. El alma
viente". Un rasgo básico de esta on- sofos admitieron alguna especie de es el pensar en tanto que se conoce a sí
tología es el análisis del concepto de "alma", pero la definieron de muy mismo como dudando y existiendo — y
función y de las diversas funciones diversas maneras. Algunos —como los existiendo, además, como entidad
posibles. Los diversos tipos de almas epicúreos y en parte los estoicos— espiritual y no como una parte del
—vegetativa, animal, humana— son, consideraron que el alma es una rea- cuerpo, o siquiera como un mero
pues, diversos tipos de función. Y las lidad de alguna manera "material", principio del cuerpo. El alma es, en
"partes" del alma en cada uno de si bien de una materia más "fina" y rigor, para San Agustín, una intimidad
estos tipos de función constituyen "sutil" que todas las otras. Los temas — y una intimidad personal. Cierto que
otros tantos modos de operación. En del alma como "aliento" y como "fue- el alma es una "parte" del hombre, el
el caso del alma humana, el modo de go" (o algo "semejante al fuego") cual se compone de cuerpo y alma, por
operación principal es la racional, que desempeñaron un papel importante en cuanto es un conjunc-tum. Pero como
distingue esta alma de otras en el estas especulaciones. Otros filósofos, el hombre es el modo como el alma
reino orgánico. Ello no significa que seguidores de Aristóteles, subrayaron adhiere al cuerpo, la existencia del
no haya en dicha alma otras opera- la realidad del alma como una forma o alma y su modo de "adhesión" son
ciones. Puede hablarse de la parte nu- un principio de lo viviente. Otros, fi- fundamentales para el hombre. El alma
tritiva, sensitiva, imaginativa y apeti- nalmente, inclinados hacia Platón, está por entero en cada una de las
tiva del alma (véase APETI T O ) o destacaron la naturaleza espiritual e partes del cuerpo. Ello no significa
sea de otras tantas operaciones. Me- inteligible del alma. Estas especula- que no pueda distinguirse entre las
diante las operaciones del alma, espe- ciones influyeron sobre las ideas que diversas funciones del alma, tales como
cialmente de la sensible y de la pen- se formaron del alma no pocos autores la voluntad, la memoria, etc. Pero
sante, el alma puede reflejar todas las cristianos, si bien éstos partieron de todas estas funciones lo son de una
cosas, ya que todas son sensibles o una idea del alma que no tenía función principal, de una realidad
pensables, y ello hace que, como dice necesariamente rasgos filosóficos. Los espiritual indivisa que se manifiesta
Aristóteles en una muy comentada autores que más influyeron a este res- por medio de lo que San Agustín llama
fórmula, el alma sea de algún modo pecto sobre los primitivos autores cris- "la atención vital". En este sentido, el
todas las cosas, h) Yuxh\ ta o)/nta tianos fueron los de confesión plató- alma es también un principio
pw/j e)sti (III 8, 431 b 21). nica y neoplatónica. Pero como en la animador del cuerpo. Pero como es una
Varios problemas se plantearon den- tradición cristiana desempeñaba un substancia espiritual, no depende del
tro del aristotelismo, especialmente en papel fundamental "el hombre ente- cuerpo, como si fuese un mero
lo que toca a la naturaleza de la parte ro" —el cual aparece existiendo con epifenómeno de éste. El alma ha
pensante del alma, la cual puede su cuerpo— se hicieron muy agudas surgido de la nada por la voluntad
llamarse πνεύμα más bien que Yuxh/. las cuestiones relativas a la unión del creadora de Dios; es una esencia
Como pensar es reconocer racional- alma con el cuerpo, a la naturaleza inmortal.
mente lo que hay y lo que hace que de la inmortalidad ( VÉASE) y a las Puede decirse que dentro del pen-
lo haya, y sobre todo los principios llamadas "partes" del alma. Tanto samiento cristiano, e independiente-
supremos de lo que hay, se puede Windelband (en su Historia de la fi- mente de las diversas interpretaciones
suponer que todas las operaciones ra- losofía) como E. Schindler (Cfr. bi- y explicaciones de la naturaleza del
cionales son iguales en todas las al- bliografía infra) han tratado con deta- alma proporcionadas por los filósofos
mas dotadas de la facultad de pensar. lle el problema de las muchas distin- cristianos, el alma es vista no sólo co-
En tal caso, no habría almas pensan- mo algo de índole inmaterial, sino
77
ALM ALM ALM
también, y en particular, "espiritual- sensificans seu irrationalis; intellectiva relieve el estrecho enlace que hay en
personal". El alma es una vida, pero seu intellectualis seu rationalis). Dis- este y otros muchos respectos entre
una vida superior a la biológica. No tingue asimismo —siguiendo a auto- el agustinismo y el idealismo moder-
sólo importa, pues, la aspiración a lo res antiguos— entre el concepto de no, y entre este último y la llamada
inteligible, sino todas las experiencias anima como principio vital y el con- "decadencia de la escolástica". Ha in-
que "llenan" la vida del alma — por cepto de animus en tanto que enten- dicado, además, que en el pensa-
ejemplo, la esperanza. Desde este án- dimiento. Debe observarse, sin embar- miento moderno se reanuda el hilo de
gulo hay distinciones muy marcadas go, que Santo Tomás no se limita a la meditación agustiniana. Hay, por
entre las concepciones neoplatónicas repetir las fórmulas aristotélicas y al- ejemplo, afirma dicho autor, una di-
y las cristianas. Para los neoplatóni- gunas de las antiguas distinciones. De rección de raigambre agustiniana, ela-
cos, el alma es, a lo sumo, una enti- hecho, parece preocupado sobre todo borada por la "última escolástica"
dad intermedia entre lo sensible y lo por solucionar ciertos conflictos que (presumiblemente la de los siglos XIV
puramente inteligible. De ahí las cons- se habían abierto al seguirse las ins- y XV ), recogida por Descartes y que
tantes discusiones acerca del "lugar" piraciones agustinianas sin un debido culmina en Malebranche. Según ella,
(metafísico) en que se halla o puede análisis filosófico de sus implicacio- el alma aprehende directamente a
hallarse el alma y sobre su divisibi- nes. Por ejemplo, hay en Santo To- Dios, y al mundo sólo a través de
lidad o indivisibilidad de acuerdo con más un esfuerzo constante para ten- Dios. Esto permite comprender la
el grado menor o mayor de acerca- der un puente entre la idea del alma fórmula malebranchiana: nous voyons
miento a lo inteligible. Para los cris- como subjetividad e intimidad y la toutes choses en Dieu. Esta dirección
tianos, el alma es el aspecto espiri- idea del alma como entelequia. Santo prosigue con Leibniz y su concepción
tual de la persona. Como tal, tiene Tomás acentuó la noción de la unidad monadológica (véase MÓNADA y MO-
una relación filial —y no sólo inte- substancial del hombre, la cual no po- NADOLOGÍA). Según todos estos auto-
lectual— con la Persona divina. Para día afirmarse sin tenerse en cuenta res, consciente o inconscientemente
los neoplatónicos, el alma es aquello que el alma es una forma unificante. seguidores de San Agustín, el alma
que puede ascender al mundo de las No se trata, pues, de establecer dis- tiene sobre todo espontaneidad e in-
ideas. Para los cristianos, es lo que tinciones entre el alma como princi- timidad, de modo que la relación en-
puede salvarse en la contemplación de pio del ser vivo y el alma como prin- tre ella y el mundo es distinta de la
Dios, Su creador. Añádase a ello que cipio del ser racional; se trata más que se advierte en el tomismo. Mien-
para los cristianos el cuerpo puede bien de ver cómo pueden articularse tras la concepción antigua tradicional,
salvarse de su corruptibilidad para estas distintas operaciones. En la me- cristianizada por algunos autores es-
convertirse en "cuerpo glorioso". Por dida de lo posible Santo Tomás pro- colásticos, es una especie de realismo
si fuese poco, mientras los neoplató- cura salvar y justificar varios "aspec- según el cual en última instancia el
nicos siguen viendo el alma desde el tos" del alma: la intimidad "experien- alma está en el mundo, la concep-
"mundo" —sin que importe que tal cial", la individualidad, la referencia ción agustiniana y moderna es un
"mundo" sea más bien una jerarquía corporal, etc. Si algunas veces parece idealismo para el cual el mundo está
de seres y de valores que un conjunto que se rompe la unidad —como cuan- en el alma. Se puede decir que algu-
de "cosas"—, para los cristianos el do se sostiene la doctrina de las for- nos escritores escolásticos (Santo To-
mundo es visto desde el alma. El al- mas subsistentes o separadas—, ello más) y modernos (Leibniz) no enca-
ma no es, pues, para los cristianos una es sólo las más de las veces para res- jan dentro de ninguna de estas dos
"cosa", ni siquiera esa "cosa" que pue- tablecer un equilibrio perdido. concepciones, y representan más bien
de llamarse "espíritu". Es una expe- Algunos autores piensan que el intentos de mediación. Pero sólo sub-
riencia, o conjunto de experiencias, equilibrio establecido por Santo To- rayando hasta el extremo las implica-
que incluyen la subjetividad, la per- más es inestable. Varios escolásticos ciones de dichas concepciones se puede
sonalidad, la conciencia de sí (o de después de Santo Tomás atacaron de comprender, según Heimsoeth, el
sentirse vivir) y, desde luego, la tras- nuevo el problema —o, mejor dicho, supuesto último de ciertas nociones
cendencia. los problemas— del alma, y lo hicie- acerca de la naturaleza del alma y de
Se puede alegar que desde el mo- ron mediante nuevas y más numero- su relación con el mundo y Dios. He
mento en que, sobre todo con Santo sas distinciones y subdistinciones. aquí cómo se expresa Heimsoeth so-
Tomás, se introdujeron sistemática- Mencionemos a este respecto la teo- bre este punto: "La idea de Platón es
mente los temas y los términos aristo- ría de la "dualidad" de materia y for- el 'ser que es', que se opone y ayuda
télicos dentro del pensamiento cristia- ma en el alma, y la concepción de la a ser, por así decirlo, a lo subjetivo
no, algunas de las afirmaciones ante- forma corporeitas en cuanto radical- psíquico, cuya peculiar índole Platón
riores perdieron su validez. Santo To- mente distinta de la forma propia de no conoce propiamente todavía. Este
más se apropia no pocas de las fór- lo anímico. La "unidad substancial" idealismo es independiente por com-
mulas aristotélicas — el alma es actus se escindió en varios tipos de unida- pleto del concepto de sujeto. Pero la
primus physici corporis organici des, que era muy difícil armonizar. Edad Moderna, a la que se ha hecho
potentia vitam habentes; y hasta es Los modos como San Agustín había patente el gran contraste del sujeto
quodammodo omnia ( Cfr. supra ). Di- tratado las cuestiones relativas al al- que conoce y quiere y el ser objetivo,
cho filósofo distingue, además, entre ma se pusieron de nuevo en circula- trata, o de sumir el alma en el ser,
el alma vegetativa, la animal y la ción e influyeron decisivamente sobre continuando la antigua tendencia ob-
humana (vegetabilis, vegetativa seu algunas concepciones modernas. Heinz jetivista, como el materialismo, o de
civificans; sensibilis seu sensitiva seu Heimsoeth (Cfr. infra) ha puesto de incluir el ser, el mundo exterior, en el
78
ALM ALM ALM
sujeto, haciendo de él una 'idea' en el más bien en el alma en tanto que ello, subjetividad, en tanto que el es-
nuevo sentido consciencialista, un fe- "substancia psíquica". En su presen- píritu es objetividad. El alma es in-
nómeno del sujeto. La preeminencia tación de los paralogismos (véase manencia, mientras que el espíritu es
de lo espiritual y psíquico sobre la PARALOGISMO) de la Psychologia ra- trascendencia. En ciertos casos se han
Naturaleza, de la persona de Dios y tionalis, y en otras muchas partes de adscrito al concepto de espíritu ( VÉA-
del alma sobre lo objetivo, se extrema su obra, Kant distinguió entre el yo SE) ciertos caracteres que correspon-
aquí hasta la afirmación de la reali- como fenómeno y el yo como noúme- den a algunas de las propiedades tra-
dad exclusiva de lo subjetivo" (Los no. El primero parece designar lo psí- dicionalmente pertenecientes a la no-
seis grandes temas de la metafísica quico en general; el segundo, el alma. ción de alma. Ello ha sucedido espe-
occidental, trad. José Gaos, 2a ed., En vista de estas dificultades, sólo en cialmente cuando el concepto de es-
1946, pág. 157). apariencia de carácter terminológico, píritu ha sido explicado en tal forma
Esta "visión del mundo desde el puede preguntarse si no sería mejor que ha dado origen a tesis similares a
alma" constituye, sin embargo, sólo establecer distinciones entre la noción las del entendimiento ( VÉASE ) activo
uno de los motivos del pensamiento de alma y las nociones del yo, de la y a la unidad del entendimiento o in-
moderno idealista. Además, es un su- conciencia, del pensamiento, de lo telecto. Algunos autores han propues-
puesto metafísico más bien que un psíquico, etc. En la medida en que to una especie de jerarquía ontológi-
problema filosófico. En tanto que estas distinciones aclaren el pensa- ca Vida-Alma-Espíritu, considerando
cuestión filosófica, la del alma es de miento de un autor determinado, es el último como "superior", aunque po-
muy difícil aclaración dentro del pen- conveniente introducirlas. Así, por siblemente originado en los otros tér-
samiento moderno. Cierto que muchos ejemplo, es perfectamente admisible minos. Otros autores (Klages) han es-
autores modernos, y especialmente los decir que muchas de las teorías sobre timado que el espíritu es capaz de
filósofos del siglo XVII, se han la relación e interacción entre lo psí- "matar" el alma.
ocupado persistentemente del quico y lo físico desarrolladas durante Se ha afirmado asimismo que pue-
problema del alma, y de la relación los últimos ciento cincuenta años (teo- de haber una contraposición entre la
alma-cuerpo. Muchas teorías se han rías como las de Mach, Bergson y, noción de alma y la de conciencia.
propuesto al respecto. Se ha más recientemente, Gilbert Ryle y M. Mientras esta última sería de naturale-
examinado si el alma se reduce al Merleau-Ponty) no se refieren, sino in- za "histórica" y, en general, contin-
cuerpo, o el cuerpo al alma, o si cidentalmente, a la cuestión del alma, gente, la primera sería de índole
ambos son manifestaciones de una cuando menos del modo como esta "transhistórica" y, en general, "eter-
substancia única, o si la co- cuestión fue tratada por los filósofos na". Esta doctrina se halla fundada
rrespondencia entre las operaciones "tradicionales". A la vez, puede soste- en una concepción casi exclusivamente
del alma y las del cuerpo pueden ex- nerse que las ideas de los escolásticos, religiosa del concepto de alma y
plicarse mediante acción causal recí- y de muchos de los llamados "espiri- deja sin solucionar la cuestión de las
proca, conjunción, armonía preesta- tualistas", abarcan el problema del al- posibles relaciones entre el alma y la
blecida, etc., etc. A estos problemas ma en sentido tradicional. Sin embar- conciencia, y no digamos entre el al-
nos hemos referido en varios artícu- go, tal distinción no es siempre fácil. ma y la vida, que tanto habían pre-
los, algunos sobre filósofos (por ejem- En ciertos casos, la noción de "alma" ocupado a filósofos de confesión más
plo, DESCARTES, SPINOZA) y otros so- es lo suficientemente vaga para abar- "tradicional".
bre conceptos (por ejemplo, OCASIO- car muchas nociones distintas. En Sobre el concepto de alma, espe-
NALISMO, PARALELISMO). Pero puede otros casos, los conceptos del yo, del cialmente en sentido psicológico: Paul
preguntarse si al usar el concepto de pensamiento, de la conciencia, etc., Kronthal, Über den Seelenbegriff,
alma muchos autores modernos tenían aluden a ciertos caracteres tradicional- 1905. — Joseph Geyser, Die Seele; ihr
mente adscritos al alma. La única re- Verhältnis zum Bewusstsein und zum
presentes las ideas desarrolladas por Leibe, 1914. — G. Faggin, C. Fabro,
filósofos como Platón, Aristóteles, San comendación razonable al respecto es, S. Lator, S. Caramella, A. Guzzo, F.
Agustín, Santo Tomás y otros. Estos pues, la siguiente: no hacer distinción Barone, E. Balducci, C. Casella, A.
filósofos solían incluir dentro del con- sin aclaración. Stocker, M. F. Sciacca, L'anima, 1954,
cepto del alma los conceptos de lo III. El vocablo 'alma' ha sido usa- ed. M. F. Sciacca. — Charles
psíquico, de la conciencia, del pensa- do de nuevo por varios autores con- Vaudouin, Y a-t-il une science de
miento, etc. No es seguro, en cambio, temporáneos (Jaspers, Scheler, Ortega l'âme?, 1957. — N. Petruzze-lis, G.
que al hablar del alma ciertos autores y Gasset, F. Noltenius, etc.) en un Giannini, Ch. Boyer et al., L'anima
modernos se refieran a algo más que sentido algo distinto de cualquiera de umana, 1958 (Doctor com-munis, XI,
los tradicionales. Tales autores han Nos. 2-3). — Véase también
al conjunto de las operaciones psíqui- bibliografía de PSÍQUICO. — Sobre
cas o, como se ha dicho, al "pensa- distinguido entre la vida, el alma y el el origen del concepto: H.
miento". En algunos casos, la idea del espíritu, y especialmente entre el al- Schmalenbach, "Die Entstehung des
alma y de lo psíquico se hallan uni- ma y el espíritu. Mientras el alma es Seelenbegriffs", Logos, XVI, 3 (1927).
das. Tal ocurre con el tratamiento del concebida como la "sede" de los ac- — Sobre los orígenes de la investiga
alma en la llamada Psychologia ratio- tos emotivos, de los afectos, sentimien- ción anímica: Dudwig Klages, Ur-
nalis, especialmente tal como fue des- tos, etc., el espíritu es definido como sprünge der Seelenforschung, 1942.
arrollada por Wolff y su escuela, y la "sede" de ciertos actos "racionales" — Sobre la historia del concepto de
luego por los neoescolásticos — en (actos por medio de los cuales se for- alma en relación con la cuestión de
mulan juicios objetivos o pretendida- la llamada "localización" (véase Lo-
parte influidos por esquemas wolffia- CALIZACIÓN ) : B. Révesz, Geschichte
nos. Pero Hume, al someter a aná- mente objetivos). El alma es, según des Seelenbegriffs und der Seelenlo-
lisis la noción del yo, parece pensar 79
ALM ALM ALM
kalisation, 1917. — Un examen sis- Doctrine of the Soul, 1916. — G. ca; (II) la concepción cartesiana y
temático, a la vez psicológico y filo- von Hertling, Materie und Form und las discusiones sobre ella, y (III) el
sófico, del problema del alma se halla die Definition der Seele bei Aristote- problema de si Descartes recibió o
en muchos libros mencionados en la les, 1871. — E. Rolfes, Die substan- no la influencia directa de Gómez
bibliografía del artículo Psicología; tielle Form und der Begriff der Seele Pereira. La importancia dada a la
especialmente son significativos al bei Aristoteles, 1896. — F. Brentano,
respect o el de A. Pfänder, Di e Aristóteles Lehre vom Ursprung des cuestión en dicha época se manifiesta
Seele des Menschen, 1933, el de menschlichen Geistes, 1911. — H. no sólo en el número crecido de
Maximilian Beck, Psychologie: We-sen Cassirer, Aristoteles' Schrift "Von der escritos en torno a ella, sino tam-
und Wirklichkeit der Seele, 1934 Seele", 1932. — E. E. Spicer, Aris- bién en la atención que le presta-
(trad. esp. Psicología, 1948) y el de C. totle's Conception of the Soul, 1934. ron los repertorios enciclopédicos
G. Jung, Wirklichkeit der Seele. — F. Nuyens, Ontwikkelingsmomen- que reflejaban los intereses intelec-
Anwendung und Fortschritte der ten in de zielkunde van Aristóteles, tuales del tiempo: el Dictionnaire
neueren Psychologie, 1934 (trad. esp., 1939 (trad. francesa: L'Évolution de historique et critique, de Bayle (desde
Realidad del alma, 1934). — S. la psychologie d'Aristote, 1948). — la primera edición de 1695-97), con
Strasser, Le problème de L'âme, 1953. Ernst Topitsch, Die platonisch-aristo- sus artículos sobre Gomesius Pereira
— Para la metafísica del alma, véase: telischen Seelenlehren in weltanschau-
B. Rosenmüller, Metaphysik der ungskritischer Beleuchtung, 1959 y Rorarius (en este último también
Seele, 1947. — L. Lavelle, L'âme [Öst. Ak. der Wiss. Phil.-Hist. Kl. sobre la cuestión de si los brutos
humaine, 1951. — La relación entre Sitzungsber. 233, Vol. 4, Abh.]. — usan de la razón mejor que el
alma y espíritu (a favor de la Ph. Merlan, Monopsychism, Meta- hombre, un tema tratado por Anselmo
primera) según Klages, figura sobre consciousness, Mysticism. Problems of Turmeda); y la Encyclopédie (desde
todo en la obra capital de este autor: the Soul in the Neoaristotelian and la primera edición de 1751; véase
Der Geist als Wider-sacher der Neoplatonic Tradition, 1963. — E. ENCICLOPEDIA), cuyo largo artículo
Seele, 1929. — La relación entre Schindler, Die stoische Lehre von Âme des Bêtes comienza diciendo:
alma, materia y espíritu en F. den Seelenteilen und Seelenvermö- "La cuestión que concierne al Alma
Noltenius: Materia, Psyché, Geist, gen, insbesondere bei Panaitios und
1934. — I. Gindl, Seele und Geist. Poseidonios, und ihre Verwendung de los brutos era un tema digno de
Versuch einer Unterscheidung, 1955. bei Cicero, 1934. — E. Holler, Se- inquietar a los antiguos filósofos; sin
— Sobre alma y experiencia mística: neca und die Seelenteilungslehre embargo, no parece que se hayan
A. Gardeil, O. P., La structure de und die Affektenpsychologie der mit- atormentado por esta materia, ni
l'âme et l'expérience mystique, 2 tleren Stoa, 1934. — P. O. Kristeller, que, divididos entre sí por tan
vols., 1927. — Examen del problema Der Begriff der Seele in der Ethik diferentes opiniones, hayan con-
del alma frente a las negaciones de la des Plotins, 1929. — P. Künzle, Das vertido la cuestión de la naturaleza
psicología experimental en Juan Verhältnis der Seele zu ihren Poten- de esta alma en pretexto de quere-
Zaragüeta, El problema del alma ante la zen. Problemgeschichtliche Untersu- llas." Después del siglo XVIII la cues-
psicología experimental, 1910. — Las chungen von Augustin bis und mit
obras históricas sobre el desarrollo de Thomas von Aquin, 1956 [Studia tión no ha sido totalmente abando-
la noción del alma son numerosas; Friburgensia, N. F., 12]. — Th. nada, pero se ha tratado con dife-
citamos: G. H. von Schubert, Die Crowley, R. Bacon, The Problem of rentes supuestos y propósitos. No
Geschichte der Seele, 1839, 2 vols., the Soul in his Philosophical Com- podemos, pues, referirnos a ella bajo
reimp., 1960. — A. E. Crowley, The mentaries, 1950. — S. Strasser, Seele el mismo epígrafe. En la actuali-
Idea of the Soul, 1909. — J. Laird, und Beseeltes, Phänomenologische dad, la determinación de la diferen-
The Idea of the Soul, 1924. — W. Untersuchungen über das Problem der cia entre el hombre y el animal es
Ellie, The Idea of the Soul: Western Seele in der metaphysischen und em- —en filosofía— un problema de an-
Philosophy and Science, 1940. — Para pirischen Psychologie, 1955. tropología filosófica, auxiliada no sólo
la historia del alma en la Edad Media: ALMA DE LOS BRUTOS. El pro-
B. Echeverría, O. F. M., El problema por la biología, por la psicología y
blema de la naturaleza de los ani- por todas las ciencias del hombre,
del alma humana en la Edad Media,
1941. — Ph. D. Bookstaber, The Idea males y de la diferencia (esencial o sino también por lo que se llama
of Development of the Soul in Medieval de grado) entre el animal y el hombre, la teoría analítica de la vida huma-
Jewish Philosophy, 1950. — Un ha ocupado con frecuencia a los na. Observemos, además, que en
examen de la historia del alma en el filósofos; referencias al mismo se ha- época reciente las investigaciones ci-
sentido de una biometafísica, en E. llan en Alma, Antropología y Hombre bernéticas (véase COMUNICACIÓN)
Dacqué, Das verlorene Parodies. Zur ( VÉANSE ). En el presente artículo nos han vuelto a plantear con gran ra-
See-lengeschichte des Menschen, ocuparemos de un aspecto de tal dicalismo el problema: "¿Qué signi-
1938. — Para la concepción griega problema: el conocido con el
del alma es todavía clásica la obra fica propiamente pensar?", cuestión
nombre de problema del alma de los que no puede desligarse de las antes
de E. Rohde, Psyche, Seelenkult und brutos. Nos referiremos principal-
Unsterblichkeitsglaube der Griechen, señaladas y que inclusive constituye
1894 (trad. esp.: Psique. La idea del mente a las discusiones habidas sobre su mejor acceso a ellas.
alma y la inmortalidad entre los grie- el particular entre cartesianos y an- I. Las concepciones aristotélicas y
gos, 1948). — La obra de E. R. ticartesianos durante el siglo XVII y escolásticas. Aristóteles parecía a la vez
Dodds aludida en el texto es: The buena parte del siglo XVIII, cuando afirmar (De an. 423 a 15) y negar (ibíd.,
Greeks and the Irrational, 1951 (trad. la cuestión pareció afectar a la to-talidad 434 b 12) que hu-biese un alma en los
esp.: Los griegos y lo irracional, 1960). de la filosofía. Trataremos (I) : la
Para el concepto de alma en diver- animales. Sin embargo, no debemos
concepción aristotélico-escolás-tica más considerar sus ideas al respecto como
sos autores: J. Burnet,, The Socratic difundida en aquella épo- contradicto-
80
ALM ALM ALM
rias. En primer lugar, tenemos va- segundo, a los que no solamente per- de la presencia de pensamiento en
rias definiciones aristotélicas del al- ciben, sino también sienten; en el el cuerpo". Así, los animales son au-
ma, entre ellas la que figura en De último, a los que no sólo perciben tómatas, es decir, sus movimientos
an., II 1, 412 a 27-b 5 —"el alma es y sienten, sino también piensan, es pueden explicarse mediante princi-
el acto primero del cuerpo físico or- decir, poseen la facultad de razonar pios mecánicos. Sin embargo, es in-
gánico"— y la que consta en De an., sobre verdades universales. Sólo en justo atribuir a Descartes la idea de
II 1, 414 a 12 —"el alma es aquello el último sentido puede hablarse de que los animales son insensibles; el
por lo cual vivimos, sentimos y enten- alma humana (Carta a Wagner, filósofo no negaba la sensibilidad "en
demos". Aun cuando ambas definicio- 1710; Erdmann, págs. 279-84). tanto que depende sólo de los órga-
nes se aplican a todos los vivientes II. La concepción cartesiana y las nos corporales" y, por consiguiente,
(los escolásticos interpretan la segunda discusiones sobre ella. Contra lo an- rechazaba que se le acusase de cruel-
no como algo que se refiere a "nos- terior, Descartes afirmó el automa- dad para con los animales. Su opi-
otros, los hombres", sino como algo tismo de los brutos. Tal afirmación nión —según confesión propia— no
que concierne a "nosotros, cuerpos vi- se halla en varios textos. El más fa- era tanto menospreciar al animal co-
vientes"), es obvio que en la segunda moso de ellos es la Parte V del Dis- mo enaltecer al hombre. Pues se tra-
se apunta a la clasificación que, pro- curso del método. Aquí nos referi- taba de subrayar la naturaleza pen-
puesta por Aristóteles, fue elaborada remos, sin embargo, a otro texto que, sante de éste y el hecho de que
por muchos escolásticos. Hay, según aunque menos conocido, es, a nues- solamente tal naturaleza pensante
ella, tres almas correspondientes a tres tro entender, más explícito: una car- equivalía al alma inmortal.
géneros de seres vivientes: el alma ve- ta a Henry More (1649), en la cual Se ha hecho observar que la tesis
getativa, qreptikh/ , sensitiva, ai)sqhtikh/ el filósofo francés indicó que el cartesiana puede tener dos motivos
e intelectiva, nohtikh/ . Con esto pue- creer que los brutos piensan es el íntimamente emparentados: (1) el
de definirse al hombre como ente mayor de los prejuicios que hemos dualismo de pensamiento y exten-
que posee alma intelectiva (y, de retenido de la infancia. Es un pre- sión; (2) el extremo mecanicismo
un modo formal-eminente, alma sen- juicio originado en una compara- con que es concebido cuanto no es
sitiva y alma vegetativa), a dife- ción meramente superficial de los pensamiento. A ello se ha agregado
rencia de las plantas (que poseen movimientos de los animales con un propósito: el de salvar la tesis
sólo "alma" vegetativa) y de los los de nuestro cuerpo. Como se su- de la inmortalidad del alma. Lo úl-
animales con exclusión del hombre pone que nuestro espíritu es el prin- timo es lo que ha sido más destaca-
(que poseen "alma" sensitiva y, de cipio de nuestros movimientos, se do por los autores de la época. Ahora
un modo formal-eminente, "alma" ve- imagina a la vez —dice Descartes— bien, la oposición a Descartes no
getativa). Así, ciertas cuestiones afec- que los brutos deben de poseer un significaba, por lo común, negación
tan unívocamente a toda alma, mien- espíritu similar al nuestro. Ahora de la tesis de la inmortalidad, sino
tras otras (como la llamada extensión bien, como hay dos realidades irre- adopción de otros argumentos, con-
y divisibilidad del alma) conciernen ductibles —el pensamiento y la ex- siderados mejores. Por tal motivo, el
sólo al alma humana. La división de tensión—, hay también dos distintos propósito cartesiano, si bien impor-
los animales en racionales y en bru- principios de nuestros movimientos: tante históricamente, es menos deci-
tos coincide con la división de los el uno, enteramente mecánico y sivo sistemáticamente. Albert G. Balz
seres vivientes entre los que poseen corpóreo, que depende sólo de la ha indicado que, de acuerdo con los
y los que carecen de intelecto. O, fuerza de los "espíritus animales" textos de la época, la adhesión a la
como dicen los escolásticos, las almas y de la configuración de las partes doctrina del automatismo de los bru-
de los brutos no son subsistentes por corporales (espíritu que podemos tos constituía una prueba de la fi-
sí mismas. Con esto parecía afirmarse llamar alma corporal); el otro, com- delidad al cartesianismo: "se era un
que puede aplicarse el concepto de pletamente incorpóreo, que es espí- cartesiano auténtico si se proclama-
alma, en tanto que concepto unívoco, ritu o alma propiamente dicha y que ba que los anímales son máquinas"
al hombre y al animal, sin que se consiste en una substancia que pien- y, a la vez, si se afirmaba ser discí-
olvidaran las diferencias señaladas. sa. Los movimientos de los anima- pulo de Descartes y se negaba el
Análogamente, Leibniz pensaba que les proceden sólo del primer prin- automatismo, tal discipulado era una
hay tres conceptos del alma: uno, muy cipio. Cierto, dice Descartes, que burla (Dilly, Traité de l'âme et de
amplio, según el cual el alma es lo no podemos demostrar que los bru- la connoissance des bêtes, Amster-
mismo que la vida o el principio tos piensan. Pero tampoco se puede dam, 1691, apud. Balz, op. cit., en
vital, es decir, el principio de ac- demostrar que no piensan. Por lo la bibliografía, pág. 107). Esto explica
ción interna existente en la mónada tanto, la tesis de que los brutos ca- por qué la negación de alma a los
y al que corresponde la acción ex- recen de alma es sólo una tesis plau- brutos era en el cartesianismo una
tema; otro, más estricto, según el sible. Ahora bien, la plausibilidad posición metafísica, y por qué fue tan
cual 'alma' designa una especie noble aumenta cuando tenemos presente abundantemente discutida desde 1650
de vida; otro, más estricto aun, según no sólo la separación entre la subs- a 1780 aproximadamente. El número
el cual 'alma' designa una especie de tancia pensante y la substancia ex- de tratados publicados al respecto es
vida más noble. En el primer tensa, sino también el hecho de que muy crecido. Algunos de ellos son
concepto el alma es atribuida a los animales carecen de lenguaje ar- mencionados en la bibliografía de
todos los seres percipientes; en el ticulado, pues "la palabra es el úni- este artículo. Pero, además, debe
co signo y la única marca verdadera tenerse en cuenta que todos los au-
81
ALM ALM ALM
tores significados de la época se ocu- deraba que la teoría cartesiana era Plutarco; Macrobio); cuando se exa-
paron del asunto; así, entre otros, una consecuencia de su metafísica minan los textos no se ve de qué
Leibniz, Locke, Cudworth, More, general, en tanto que la de Gómez modo pueden relacionarse con la te-
Shaftesbury, Régis, La Forge, Cor- Pereira no dependía de ningún prin- sis de referencia. En cambio, hay
demoy, Fontenelle y, desde luego, cipio filosófico previo. Hasta se in- dos textos de Aristóteles a los que
Bayle. Toda clase de argumentos se dicó (ejemplos: el biógrafo de Des- no parece haberse prestado atención
utilizaron. Algunos eran de índole cartes, Adrien Baillet, en su Vie de suficiente: el que se halla en De an,
metafísica (naturaleza del alma y de Descartes; Bayle, en los artículos 434 b 12, al decir que "un animal
la relación alma-cuerpo, con las dis- mencionados del Dictionnaire; Fei- es un cuerpo sin un alma en él", y
tintas soluciones bien conocidas: dua- joo, en el Teatro Crítico, Disc. IX; el que se encuentra en De motu ani-
lismo, ocasionalismo, monismo, plu- el historiador del cartesianismo, Fran- malium, 701 b 1-14, según el cual
ralismo). Otros, de índole empírica cisque Bouillier, I, 1868, 3a ed., los movimientos animales pueden ser
(existencia de movimientos naturales pág. 153) que esto mostraba claramen- comparados con los de los muñecos
involuntarios —lo que probaría el au- te la superioridad de la tesis carte- animados o autómatas, stre/blai. Cier-
tomatismo del cuerpo y la superflui- siana y la incomprensión por Gómez to que cuando se piensa que la ci-
dad de un "alma"—; negación de Pereira del alcance de su propia doc- tada comparación es un método uti-
tales movimientos, o afirmación de trina — una opinión harto curiosa, lizado para comprender la naturaleza
que el argumento anterior ignora la pues no se ve por qué una tesis es del movimiento de los animales es
distinción tradicional entre el alma superior a otra cuando es una deriva- menester emplear mayores cautelas
vegetativa, el alma sensitiva y el alma ción directa de un principio meta- antes de establecer una relación
intelectual). Decenas de pruebas y físico. Entre los autores españoles demasiado directa entre la tesis del
contrapruebas fueron aducidas. Aquí que se han ocupado del asunto, al- Estagirita y las de Gómez Pereira y
nos interesa sólo, sin embargo, des- gunos (Francisco Alvarado, Eloy Descartes. En efecto, mientras en los
tacar que el sentido último de la Bullón, José María Guardia) afir- autómatas no hay —dice Aristóte-
doctrina cartesiana dentro de su sis- man que ha habido influencia directa; les— cambio de cualidad, en el ani-
tema era el apoyo de la metafísica otros (el citado Feijoo, José del mal pueden aumentar o disminuir de
dualista, y fuera de su sistema el Perojo, Narciso Alonso Cortés) la tamaño o cambiar de forma los órga-
deseo de hallar una nueva prueba de niegan; otros (Marcial Solana) sos- nos de que se sirve para ejecutar los
la naturaleza irreductible y, por lo tienen que hay una analogía. La movimientos. En suma, la conclusión
tanto, inmortal del alma humana. opinión de Menéndez y Pelayo al más plausible sobre el asunto es la
III. Descartes y Gómez Pereira. La respecto es ambigua. Por un lado de que ni ha habido precedentes
doctrina cartesiana sobre el automa- afirma que Descartes "glosó" la tesis claros de la doctrina en cuestión ni
tismo animal se parece mucho a la de Gómez Pereira, aunque expresán- han existido de hecho relaciones entre
de Gómez Pereira. Si acaso, la del dola de manera menos ingeniosa que el filósofo español y el francés. Ahora
último es aun más radical que la del el filósofo español. Por otro consi- bien, no puede ignorarse que hay un
primero, pues deniega inclusive la dera incierta una influencia directa aspecto en el cual coinciden los dos
sensibilidad a los brutos. Parece, pues, y se inclina por otra indirecta (a filósofos: el aspecto extra-sistemático,
natural que se haya planteado el pro- través de la Philosophia sacra, de F. según el cual la tesis del automatismo
blema (muy discutido en el siglo Valles). Ahora bien, la cuestión de animal es especialmente adecuada,
XVII y parte del XVIII) de si la las relaciones entre Gómez Pereira y como lo ha advertido B. A. G. Fuller
teoría del filosofo francés al respecto Descartes es sólo una parte de la (Cfr. infra), para evitar ciertas
había sido influida por la Antoniana cuestión más general acerca de los dificultades que creaba "la existencia
Margarita; (1a edición en Madrid, precedentes que pudiera haber para de los animales inferiores en los
1554; 2a edición en Frankfurt, 1610), uno y otro en los filósofos antiguos. problemas del alma y de la inmor-
del filósofo español. Ahora bien, Ya a fines del siglo XVII se opinaba talidad humana".
cuando se llamó la atención de que había precedentes de "la Referencias al problema en los his-
Descartes sobre este punto, el autor paradoja". Huet, por ejemplo, toriadores del cartesianismo ( VÉASE),
del Discurso del método (véase indicaba en su Censura philosophiae especialmente en el libro de Fran-
Carta a Mersenne del 23 de junio de cartesianae (1689) que hay un pre- cisque Bouillier. El trabajo aludido
cedente en el tratado De abstinen- de Balz es "Cartesian Doctrine and
1641; A. T., III, 386) negó haber the Animal Soul. An Incident in the
recibido tal influencia y hasta haber tia, de Proclo. Lo cual es dudoso, Formation of the Modem Philoso-
leído a Gómez Pereira. Más aun: pues si bien hay en Proclo (In Pla- phical Tradition", en sus Cartesian
indicó que no consideraba necesario tonis Theologiam, III, i) la afirma- Studies, 1951, 106-157. Entre los li-
ver el libro (una indicación ción de que las almas animales son bros de los siglos XVII y XVIII que
ciertamente "muy cartesiana"). La "simulacros" o "imágenes" de las al- trataron extensamente el problema
mayor parte de los autores de los mas humanas, ello debe entenderse (además de los textos referidos en
siglos citados se atuvieron a ella; en en el sentido de la relación entre la el capítulo presente) mencionaremos
todo caso, destacaron que la conexión copia y su original. Lo mismo cabe algunos de los más destacados: De
entre las dos doctrinas era muy decir de otros textos mencionados la Chambre, Traité de la connaissan-
ce des animaux, où tout ce qui a
problemática. Y ello por dos causas: por Bayle (Séneca, De ira, I, ii: De esté dit pour, & contre le raisonne-
(1), porque, de hecho, no parecía brecitate vitae, XIV) o Baillet (San ment des bestes est examiné, Paris,
haber habido tal influencia; (2), Agustín, De quantitate animae, c. 30;
porque se consi- 82
ALM ALM ALM
1664. — Padre Posson, Commentai- losofía, II, 1 (1951), 46-64. — El mantienen Crisipo en el Libro I de su
res ou Remarques sur la Méthode de artículo aludido de Fuller es "The tratado De la Providencia, Apolo-doro
M. Descartes, Paris, 1671 (favorable Messes Animais Make in Metaphy- en su Física y Posidonio en numerosos
a la tesis cartesiana). — J. Β. du sics", Journal of Philosophy, XLVI lugares de sus obras, es viviente, zw|=n,
Hamel, De corpore animaio, libri (1949), 829-38. — Además del li- "en el sentido de una substancia
quatuor, seu promotae per experi- bro de Balz citado al principio de
menta philosophiae, specimen alter- esta bibliografía, véase: H. Hastings, animada dotada de sensación". Otros,
rum, Paris, 1673 (du Hamel es el au- Man and Beast in French Thought en cambio, identificaban esta alma
tor, referido en Ontología [VÉASE], of the Eighteenth Century, 1936. — del mundo con la razón o bien
que quería conciliar la filosofía tradi- L. C. Rosenfield, From Beast-Ma- hacían de ella, como los
cional con la cartesiana). — Padre chine to Man-Machine, 1940. — M. neoplatónicos, una de las hi-
Pardies, Discours de la connaissance Chastaing, "Le 'Traité' de l'abbé Ma- póstasis de la unidad suprema. El
des bêtes, Paris, 1696 (si Descartes cy et la Vieille réponse' cartésienne alma del mundo quedaba entonces
tiene razón, quizá los hombres sean du problème de la connaissance desligada de esta unidad; aunque
también máquinas). — Essai philo- d'autrui", Revue philosophique de estrictamente subordinada a ella, no
sophique sur l'âme des bêtes, où l'on la France et de l'Etranger, Año
traite de son existence & de sa nature LXXVIII (1953), 76-86. podía tampoco confundirse con la
et où l'on mêle par occasion diverses ALMA DEL MUNDO. La expre- unidad primera. La confusión del
réflexions sur la nature de la liberté, sión 'alma del mundo' designa la to- alma del universo con el primer
sur celle de nos sensations, sur talidad del universo concebido como principio es, en cambio, propia de
l'union de l'âme & du corps, sur organismo o, mejor dicho, la forma las tendencias que podrían calificarse
fimmortalité de l'âme, & et où l'on de este universo. La idea de un alma de "panteísmo organológico". Desde
réfute diverses objections de Mon- el momento en que se niega, cons-
sieur Bayle, Amsterdam, 1728 (obra del mundo nace en el mismo momento
en que surge el pensar filosófico. La ciente o inconscientemente, la tras-
atribuida por Francisque Bouillier a cendencia del primer principio, apa-
un tal Boullier y en la cual se de- reducción de la totalidad a la unidad, la
fiende el principio inmaterial en los suposición de que todo está rece el alma del mundo como lo que
brutos). — M. l'abbé Macy, Traité de entrelazado representa, en efecto, la religa la totalidad del universo, como
l´âme des bêtes, 1737 (a favor de admisión de un alma del mundo siem- lo que expresa esta misma totalidad,
Descartes). — G. Daniel, Voyage du pre que, rechazándose el mecanicismo o como la propia totalidad en cuanto
Monde de M. Descartes, La Haye, ciego, se admite que el todo tiene un única realidad existente. Aquí vemos
1739 (contra los cartesianos). — sentido. La explicación platónica del una distinción fundamental entre dos
Amusement philosophique sur le lan- nociones del alma cósmica: la que
gage des bestes, Paris, 1739 (atri- origen del alma del mundo como la
mezcla armónica por el demiurgo de la convierte en mera expresión de
buido al abbé Bougeant; reed. por un organismo que es el universo
H. Hastings, Genève, 1954). — M. las ideas y de la materia, de la esencia
Guer, Histoire critique de l'âme des de lo Mismo y de lo Otro, puede ser entero, a la vez subordinado a un
bêtes, contenant les sentiments des la transcripción mítica de un supuesto primer principio, y la que la identi-
philosophes anciens & ceux des mo- metafísico que parece inextirpable en fica con este mismo principio, es de-
dernes sur cette matière, Amsterdam, la especulación antigua. Así el cir, la que convierte en Dios el alma
1749 (se mantiene neutral frente a cuerpo del mundo está envuelto por del mundo. Distinción que casi nunca
las tesis opuestas). — Los textos de su alma; pero, a la vez, el alma del se hace, cuando menos explícitamente,
comentaristas referidos en el aparta- en los sistemas de la filosofía, donde
do III y no detallados en el texto del universo se halla en cada una de
las cosas de éste, no parcial y justamente suele abundar la
artículo son: Francisco Alvarado, transposición de uno de dichos con-
Cartas, 1825. — Eloy Bullón, Los fragmentariamente, sino de un modo
precursores españoles de Bacon y total y completo. En otros térmi- ceptos al otro. Así ocurre, por ejemplo,
Descartes, 1905. — José María Guar- nos, el alma del mundo es aquella con la especulación sobre el alma del
dia, en Revue philosophique, XXVIII realidad que hace que todo micro- mundo en los pensadores del Re-
(1889), 270-9-, 382-407, 607-34, cosmo sea un macrocosmo. Los debates nacimiento (Agrippa, Paracelso, algu-
apud Joaquín Iriarte, S. J., Menéndez y habidos en las escuelas filosóficas nos místicos, sobre todo Bruno) y en
Pelayo y la filosofía española, 1947, antiguas, debates que, bajo distinta románticos como Schelling. Bruno
pág. 249. — José del Perojo, Ensayos tiene, ciertamente, conciencia de esta
sobre el movimiento intelectual en forma, se reproducen en todos aque-
llos momentos de la historia del pen- oposición y en ocasiones la declara,
Alemania, apud Iriarte, op. cit., pág. pero con el fin de eludir el panteís-
153. — Narciso Alonso Cortés, samiento en que —como en el Rena-
"Gómez Pereira y Alonso de Merca- cimiento y en el Romanticismo— lo mo funde a veces las dos nociones
do: datos para su biografía", Revue orgánico sustituye a lo mecánico, se en un solo concepto del alma del
Hispanique, XXXI (1914), 1-62, es- centraron particularmente en los estoi- mundo que es a la vez la divinidad
pecialmente 1-29. — Marcial Solana, cos y los neoplatónicos. Unos conce- y el principio orgánico del universo.
Historie de la filosofía española. Épo- bían, en efecto, esta alma del mundo Análogamente, Schelling, que procura
ca del Renacimiento. Siglo XVI, 1941, de un modo muy cercano a lo mate- eludir las acusaciones de panteísmo
I, 266 sigs. — M. Menéndez y Pelayo, señalando que entiende a Dios a la
La Ciencia española, ed. M. Artigas, rial; el corporalismo de los estoicos
no podía dejar de influir sobre su vez como persona y como indiferencia
1933, I. — Íd., íd., Heterodoxos, Li- de opuestos, indica que el alma del
bro V, cap. ii. — Informaciones com- idea del alma cósmica. En efecto,
plementarias sobre estas opiniones si el mundo es un ser viviente, racio- mundo es lo que religa en una
en José Ferrater Mora, "¿Existe una nal, animado e inteligente, como se- unidad orgánica elementos del
filosofía española?", Revista de fi- gún Diógenes Laercio (VII, 142) lo universo que, vistos desde fuera
83
ALM ALO ALQ
y fragmentariamente, pertenecen al ción de una hipóstasis ( VÉASE ). trina silogística. En la filosofía na-
reino de lo mecánico e inorgánico, Usualmente se sostiene que las almas tural se atuvo a las cuestiones de on-
pero señala también que es última humanas son emanaciones del Alma tología del ser corpóreo, discutiendo
expresión y aun realidad última de del Mundo (véase ALMA DEL MUN- las principales doctrinas de los esco-
dicho universo. El alma del mundo DO). lásticos y tomando como base la
se convierte entonces en un concepto (5) La teoría de la eternidad y interpretación tomista del aristote-
que tiende a unificar el perso-
preexistencia de las almas afirma que lismo.
nalismo y el impersonalismo en la Obras filosóficas principales: Re-
idea de lo divino, que procura ten- las almas han existido siempre —po
siblemente en un "mundo inteligi cognitio Summularum, 1554. — Dia-
der un puente entre el teísmo reli- léctica Resolutio, 1554. (Hay una
gioso y el panteísmo filosófico, y por ble"— y se han "incorporado", pu-
edición facsímil de esta obra: Madrid,
eso el alma del mundo puede ser diendo, pues, abandonar el cuerpo, el 1945.) — Physica Speculatio, 1557.
simultáneamente, no obstante la fre- cual es como su prisión o tumba. Pla — Hay trad. esp. de: Investigación
cuente distinción que se establece tón en el Fedón y algunos de los lla filosófica natural. Los libros del alma.
entre ella y la persona divina, princi- mados "platónicos eclécticos" han si Libros I y II, por O. Robles, 1942. —
pio, sentido y finalidad de un uni- do los más ardientes defensores de es Véase A. Bolaño e Isla, Contribución al
verso que es concebido siempre como ta teoría. estudio biobibliográfico de Fray Alon-
so de la Veracruz, 1947. — O. Robles,
un organismo. (6) El evolucionismo emergentis- Filósofos mexicanos del siglo XVI,
E. Hoffmann, "Platons Lehre von ta sostiene que las almas —o, en ge 1950, Cap. I. — A. Ennis, "Fray
der Weltseele", Jahr. d. phil. Vereins neral, las conciencias— surgen en vir Alonso de la Vera Cruz, O. S.A.
zu Berlin (1919), 48 y sigs. — P. tud de un proceso evolutivo, como (1507-1584). A Study of His Life
Thévenaz, L'âme du monde, le de- and His Contribution to the Religious
venir et la matière chez Plutarque, resultado (resultado "emergente";
véase EMERGENTE ) de la complicación and Intellectual Affairs of Early Me-
1938. — J. Moreau, L'âme du monde xico", Augustiniana V (1955), 52-124.
de Platon aux stoïciens, 1939. y perfeccionamiento de los organis
mos biológicos. ALQUIÉ (FERDINAND) nac.
ALMA (ORIGEN DEL). Muy de- (1906) en Carcasona (Aude), fue
batida ha sido la cuestión del origen ALONSO DE LA VERACRUZ profesor en la Facultad de Letras de
de las almas humanas por los teólo- (FRAY) (1507-1584) nac. en Cas- Montpellier y desde 1952 lo es en la
gos, por muchos filósofos de confe- pueñas (Toledo), estudió en la Uni- Sorbona. Según Alquié, la filosofía
sión cristiana y, desde luego, por los versidad de Alcalá de Henares y en no evoluciona de un modo progresivo,
Padres de la Iglesia. Nos limitaremos la de Salamanca, donde tuvo como pero ello no significa que las diferen-
aquí a señalar algunas de las posicio- maestro a Francisco de Vitoria. En tes tentativas filosóficas que se des-
nes mantenidas al respecto. Algunas 1536 se trasladó a México, donde pliegan en la historia sean inútiles.
de estas posiciones han sido examina- terminó su noviciado como agustino. Cada una de ellas es el modo como
das con mayor detalle en otros artícu- En 1553" fue nombrado catedrático en un conjunto de circunstancias con-
los (véase CREACIONISMO, TRADUCIA- en la Universidad Real y Pontificia cretas se opera el retorno al ser, por
NISMO). de la Nueva España. En sus obras el que el filósofo —y el hombre—
( 1 ) El creacionismo afirma que filosóficas, Fray Alonso de la Ve- siente constante nostalgia a causa de
cada una de las almas humanas ha racruz se mantuvo fiel a los grandes constituir, en el fondo, un retorno
sido objeto de un acto especial de maestros tomistas y se opuso tanto hacia sí mismo. Esta vinculación fun-
creación divina. Esta doctrina puede a la retórica como a las falsas y ex- damental con el ser es posible, por
entenderse de dos maneras: cesivas sutilezas. Adversario de la lo demás, porque tal ser no es un
(la) Prescindiendo de las llamadas interpretación nominalista, Fray Alon- mero concepto ni una simple abstrac-
"causas segundas", en cuyo caso pue- so no desdeñaba, empero, lo que pu- ción, sino la suma de todo lo con-
de hablarse de creacionismo ocasiona- diera haber de valioso en algunas creto y viviente — la presencia y la
lista. ideas que no estuvieran dentro de ausencia. Junto a la vinculación de
( 1b ) Teniendo en cuenta las cau- la tradición por él aceptada; es ca- referencia ha investigado Alquié el
sas segundas y admitiendo que Dios racterístico de sus escritos, en efec- retomo a la eternidad que se mani-
crea el alma cuando se dan las condi- to, la erudición filosófica escolástica fiesta en el deseo de ella; nos hemos
ciones vitales necesarias. Esta última y el constante deseo de mantener una extendido sobre este punto en el ar-
posición es la de Santo Tomás. línea segura dentro de la mayor di- tículo sobre Eternidad ( VÉASE). Co-
(2) El traducianismo afirma que versidad de opiniones. Sus contribu- rrespondiendo a estas fundamentales
hay una transmisión —no explicada y ciones principales se encuentran en concepciones metafísicas, Alquié ha
acaso inexplicable— del alma por los la lógica y en la filosofía natural, y examinado desde el punto de vista
padres en el proceso de la genera todo ello con la principal intención del retorno último al ser diversos
ción. Se subraya aquí, pues, "lo cor de "guiar a los discípulos como por sistemas filosóficos, en particular el
poral" en la formación del alma. la mano en el camino de la Sagrada pensamiento de Descartes, cuyo Co-
(3) El generacionismo sostiene lo Teología". En la primera de sus gito ergo sum ( VÉASE ) no es para
mismo que el traducianismo, pero obras lógicas siguió el modelo de las Alquié una evidencia o un razona-
subraya los motivos espirituales más Summulae de Pedro Hispano; en las miento, sino una verdadera "expe-
bien que los corporales. demás, trató los problemas funda- riencia ontológica".
(4) El emanatismo afirma que las mentales de la Dialéctica, tales como Obras principales: Notes sur les
almas se producen mediante emana- los predicables universales y doc- principes de la philosophie de Des-
84
ALT ALT ALU
cartes, 1933. — Leçons de philoso- pre, en efecto, a la alteración "his- beneficioso para todos que cualquier
phie, 2 vols., 1939, nueva edición tórica" y no simplemente "física". forma de malevolencia. En todo caso,
revisada, 1950. — Le désir d'éter- Con todo, hay ciertos equívocos que el altruismo es defendido como un
nité, 1943. — La découverte méta- conviene evitar en toda dilucidación
physique de l'homme chez Descartes, principio que puede, y suele, resultar
1950. — La nostalgie de l'Être, 1950. de las nociones de alteración y de beneficioso para la comunidad; el uti-
— Philosophie du surréalisme, 1955. ensimismamiento. Encerrarse puede litarismo se deriva del altruismo y no
1956. — L'expérience, 1957. — La significar: (A) tener conciencia clara, a la inversa. Puede preguntarse en-
morale de Kant, 1957. no estar fuera de sí o enajenado; tonces si la moral del altruismo es una
ALTERACIÓN puede entenderse retirarse a lo íntimo; por lo tanto, forma moderna o laica del amor al
en dos sentidos: (1) como transfor- desatender lo externo en cuanto es lo prójimo cristiano. Max Scheler niega
mación de la cualidad actual de mostrenco y falsea el propio ser; esta rotundamente que tal suceda. Según
una cosa; (2) como transformación retirada es necesaria como paso pre- Scheler, el altruismo de Spencer (y
de una cosa en algo diferente. Por vio a una espiritualización del ser de Comte) representa la culminación
consiguiente, el término 'alteración' que sólo se consigue mediante la de la moral moderna de la filantro-
puede aplicarse indistintamente a to- abertura del auna al valor; (B) la ac- pía. Éste se basa en el resentimien-
das las existencias, aun cuando de ción mecánica de la obsesión, en la to, y opone al "simple entregarse a
un modo propio sólo convenga a la cual se desatiende lo externo, mas otro por ser otro" el amor cristiano
existencia humana. Empleando la ter- para volcarse en la selva interna de dirigido a la persona espiritual, y
minología hegeliana, puede decirse los apetitos y del egoísmo. Análoga- contrario al sacrificio de la propia
entonces que la alteración es la acción mente, la alteración o salida de sí salvación, que tiene para el cristiano
y efecto de un alterarse (Anderswer- puede significar: (a) sumisión a lo un valor tan alto como el amor al
den) por el cual un ser en sí se externo como la corriente ciega que prójimo. El "amar al prójimo como
transforma en su ser en otro (An- destruye lo entrañable; (b) abandono a sí mismo" se contrapone, pues,
derssein). Esta particular significa- a lo externo considerado como lo según Scheler, al "amar al prójimo
ción de la alteración indica ya que, valioso, sumisión a lo que trasciende más que a sí mismo", que a su en-
aun concebida como transformación del propio ser, no sólo porque cons- tender representa una manifestación
radical de un ser, el resultado de tituye un reino de esencias y de del resentimiento, una forma del
la alteración no anula jamás lo que valores que deben reconocerse y odio a sí mismo. En la intención de
había antes de alterarse. En otros realizarse, mas también porque hay Comte, el altruismo significa el mo-
términos, la alteración puede enten- un fundamento último que religa vimiento de proyección al yo ajeno
derse, como el devenir, en el sentido este ser. que detiene los impulsos naturales
de un cambio en la realidad física ALTERIDAD. Véase ALTERACIÓN del amor propio y que debe ven-
y en el sentido de un cambio en y OT R O ( E L ). cer forzosamente, en una sociedad
la realidad psico-espiritual. En el pri- positiva, a esos impulsos, constitu-
ALTRUISMO. El término altruisme
mer caso la alteración excluye toda yendo de tal modo el fundamento
('altruismo') fue introducido por Au-
forma anterior, tal como ocurre en moral de la nueva sociedad. Análo-
la noción plotiniana de la alteridad guste Comte. En su opinión, el al-
truismo —que implica, entre otros gamente, Simmel estima, en su Intro-
(e(tero/thj), la cual "no consiste —es- ducción a la ciencia moral, que el
cribe Plotino— para una cosa en con- efectos, la benevolencia, pero que no
se reduce a ella— se opone al egoís- altruismo representa la expresión del
vertirse en otra de lo que era y des- egoísmo del grupo social, pero esto
pués persistir en ese otro estado, sino mo — el cual supone el amor exclusi-
ocurre solamente en el caso de que
en ser incesantemente otra de lo que vo a sí mismo en detrimento de los
este grupo esté, como diría Bergson,
era. Así, el tiempo es siempre otro de demás. Según Comte, el altruismo
cerrado. Cuando el grupo se abre
lo que era, porque es producido por "cuando es enérgico, es siempre más o se trasciende a sí propio, puede
el movimiento; es el movimiento al apropiado que el egoísmo para dirigir haber ya entonces en el altruismo,
ser medido, es decir, el movimiento y estimular la inteligencia, inclusive aun adoptando sociológicamente la
sin reposo" (Enn., VI iii, 22). En el en los animales" (Système de politi- forma del egoísmo del grupo, la ten-
segundo, la alteración es, en última que positive, I [1851], pág. 693). El dencia a basarse en una instancia
instancia, la consecuencia de una his- altruismo no es, pues, un vago senti- objetiva.
toricidad. Este último sentido es el miento de afecto; constituye la base
ALUCINACIÓN se llama a la per-
que se da habitualmente a la altera- para una moral sistemática (ibíd.,
cepción de algo que no existe, o bien,
ción. Cuando se habla, como lo hace IV, pág. 289). Debe defenderse y des- aunque menos frecuentemente, a la no
Ortega y Gasset, de un alterarse que arrollarse, pues, un "régimen altruis- percepción de algo existente. La alu-
es un no vivir desde sí mismo, sino ta" en oposición al "régimen egoísta". cinación suele distinguirse de la falsa
desde "lo otro", cuando se indica que El término en cuestión fue acogido y representación de una imagen por el
la alteración como enajenación de la popularizado por Spencer en sus Prin- hecho de que mientras en este último
propia vida es sólo el primer momento cipios de psicología. caso la percepción es imprecisa y hay
de la pérdida en las cosas, cuyos dos La moral del altruismo no está ne- siempre alguna conciencia de la no
momentos sucesivos son la retirada en cesariamente basada en el utilitarismo existencia del objeto correspondiente,
la propia intimidad o ensi- (VÉASE). En éste todo altruismo está en el primero coexiste la conciencia de
mismamiento y la nueva sumersión dirigido por la idea de que el afecto la existencia con la percepción clara y
en el mundo o acción, se alude siem- hacia otros es, en último término, más terminante. Los casos puros
85
AMA AMA AMO
de alucinación son raros; por lo ge- Véase Clemens Baeumker, Contra bien sobre muchos otros filósofos de
neral, las alucinaciones se presentan Amaurianos. Ein anonymer, wahrs- la época (por ejemplo, Longino y los
mezcladas con la representación cons- scheinlich dem Garnerius von Roche- abajo citados). A causa de ello es
ciente de imágenes que no respon- fort zugehöriger Traktat gegen die considerado por algunos autores como
Amalrikaner aus dem Anfang des
den a situaciones objetivas externas. ΧΙΠ Jahrhunderts, 1926 [Beiträge zur el padre del neoplatonismo (título que
En algunos casos, las alucinaciones Geschichte der Philosophie des Mit- otros reservan para Numenio de Apa-
se refieren a estados internos, está- telalters, XXIV, 5-6). — C. Capelle, mea y que la mayor parte de los his-
ticos o cinestésicos, por los cuales Autour du décret de 1210: III. Amaury toriadores dan solamente a Plotino).
el propio yo y el mismo cuerpo del de Bène, étude sur son panthéisme Según cuenta Porfirio (Vit. Plot., 3)
que sufre la alucinación se ofrecen formel, 1932 [Bibliothèque thomiste, Plotino estudió once años con Am-
a él de una forma totalmente alu- 16]. — M. Th. d'Alverny, "Un frag- monio, el cual fue maestro asimismo
ment du procès des Amauriciens",
cinatoria: fenómenos de cambio de Archives d'histoire doctrinale et lit- de Orígenes y Herenio. Los tres pro-
personalidad, sensaciones de aleja- téraire du moyen âge, XXV-XXVI metieron guardar en secreto las doc-
miento de sí mismo, etc. (1950-1951), 325-36. — Mario del trinas de su maestro, pero, según Por-
W. Specht, "Zur Phänomenologie Pra, Amalrico di Bène, 1951. firio, sólo Plotino cumplió la promesa.
und Morphologie der Halluzination", AMANUAL. Véase HEIDEGGER La enseñanza de Ammonio —desarro-
Zeitschrift für Pathopsychologie, (IV). ( MARTIN). llada en forma oral— parecía tender
— P. Quercy, Les hallucinations, 2 a un sistema ecléctico en el cual se
vols., 1930 (I. Philosophes et mysti- AMBIGÜEDAD. SOFISMA , VA-
ques. II. Études cliniques). — Ger- GUEDAD. combinaban armónicamente elementos
hard Schorsch, Zur Theorie der Hallu- AMELIO tenía como verdadero platónicos y aristotélicos — una muy
zinationen, 1934. — J. Paulus, Le nombre, según Porfirio (Vit. Plot., 7), acusada característica de la mayor
problème de l'hallucination et l'évolu- el de Gentiliano. Fue uno de los más parte de los sistemas neoplatónicos,
tion de la Psychologie d'Esquirol à fieles discípulos de Plotino (v.), quien pero correspondiente también a las
Pierre Janet, 1941. prefería llamarle Amerio, porque me- opiniones de los llamados platónicos
AMALRICO DE BÈNE, Amaury jor le cuadraba que se derivara su eclécticos. Según Nemesio, Ammonio
de Bène (t 1206/07) nac. en Bène nombre de 'a)merei/a ', indivisibilidad, se ocupó especialmente del problema
(diócesis de Chartres), profesor en que de 'a)melei/a', descuido. Nacido en de la naturaleza del alma y de su
París, mantuvo una doctrina sobre la Etruria, Amelio estuvo con Plotino relación con la Inteligencia, en un
naturaleza de Dios que fue conside- en Roma a partir del año 246. Proclo sentido muy parecido al posterior-
rada como peligrosamente cercana al le atribuyó comentarios al Timeo y mente desarrollado por Plotino.
panteísmo y condenada en el Sínodo a la República. También escribió un G. V. Lyng, "Die Lehre des Am-
de París de 1210. Esta doctrina pa- tratado titulado Sobre la diferencia monios Sakkas", Abhandlungen der
rece haber sostenido que Dios cons- entre las opiniones de Plotino y las de Gesellschaft der Wissenschaften zu
tituye la esencia de todas las cosas Numenio, peri\ th=j kata\ ta\ do/gmata Christiania, 1874. — F. Heinemann,
y, por consiguiente, que no hay di- tou= Plwti/nou pro\j to\n Noumh/ni/on "A. Sakkas und der Ursprung des
Neuplatonismus", Hermes, LXI
ferencia esencial entre Dios y las diafopa=j,, dedicado a Porfirio y (1926), 1-27. — K. H. S. Jong, Plo-
criaturas, que son entonces manifes- redactado para destruir los rumores tinus of A. Saccas, 1941 (monogra-
taciones visibles de Dios. Entre las que corrían en Grecia según los fía). — E. Seeberg, "A. Sakkas",
consecuencias de esta doctrina se halla cuales Plotino era un plagiario de Zeitschrift für Kirchengeschichte,
la de la inseparabilidad del mal y del Numenio de Apa-mea. Según LXI (1942), 136-170. — Eleuterio
bien, por cuanto ambos proceden de Porfirio (op. cit., 20), Amelio siguió Elorduy, S. I., Ammonio Sakkas. I:
Dios, así como la supresión de toda en general la doctrina de Plotino, La doctrina de la creación y del mal
culpa o recompensa. Hay que advertir pero por su composición y estilo sus en Proclo y el Pseudo-Àreopagita,
que el panteísmo citado constituye una opiniones aparecen distintas, y a veces 1959 [Estudios Onienses. Série I,
vol. 7]. — Véase también Klaus Kre-
de las interpretaciones posibles de la inclusive opuestas, a las de su mer, Der Metaphysikbegriff in den
tesis de que Dios es el supremo ser maestro. Sin embar-go según la Aristoteles-Kommentaren der Ammo-
causal. Algunos autores, ya en la época reseña dada por Proclo, las nius-Schule, 1961 [Beiträge zur Ge-
de Amalrico de Bène, mantuvieron que diferencias no parecen ir más allá de schichte der Philosophie und Theolo-
la doctrina del filósofo no una elaboración del método tri- gie der Mittelalters, 39, Heft 1).
desembocaba en el panteísmo, sino cotómico, aplicándolo a la inteligen- AMOR. Se usa el término 'amor'
que constituía una elaboración de la cia, la cual no es, a su entender, una para designar actividades, o el efecto
concepción dionisiana de Dios como unidad, sino que está dividida en tres de actividades, muy diversas; el amor
causa de todas las cosas y de la partes: la que es, la que posee y la es visto, según los casos, como una
concepción paulina de Dios como el que contempla. inclinación, como un afecto, un apeti-
que es todo en todo. Las autoridades Art. de J. Freudenthal sobre Ame- to, una pasión, una aspiración, etc. Es
eclesiásticas consideraron, sin embar- lio (Amelius) en Pauly-Wissowa. visto también como una cualidad, una
go, que aun apoyándose en tales con- AMIDISMO. Véase BUDISMO. propiedad, una relación. Se habla de
cepciones, Amalrico y sus partidarios, AMMONIO SACCAS (del sobre- muy diversas formas del amor: amor
los amalricianos (amauriciani), las en- nombre Sakka=j, "el que lleva alfor- físico, o sexual; amor maternal, amor
tendían únicamente en un sentido jas") (ca. 175-242) fue maestro de como amistad; amor al mundo; amor
panteísta. (Véase también DAVID DE Plotino y ejerció una gran influencia a Dios, etc. Inclusive dentro de una
DINANT. ) no solamente sobre éste, sino tam- especie determinada de amor se in-
86
AMO AMO AMO
troducen variantes; así, Stendhal, al rió una significación a la vez central queza; es una oscilación entre el po-
referirse al amor del hombre por la y c omp le ja s ol amen te e n Plat ón seer y el no poseer, el tener y el no
mujer, y de la mujer por el hombre, —quien hace decir a Sócrates (Symp., tener. En su aspiración hacia lo ama-
distingue entre el amor-pasión, el 177 E ) que el amor, el e)/rwj, es el do, el acto del amor por el amante
amor-gusto, el amor físico, y el amor único tema de que puede disertar con engendra; y engendra, como dice Pla-
de vanidad ( De l'amour, I, 1 ). Abun- conocimiento de causa. Muchas son tón, en la belleza. Aquí se inserta el
dan los intentos de clasificar, y ordenar las referencias al amor, las descripcio- motivo metafísico dentro del motivo
jerárquicamente, las diversas clases de nes del amor, y las clasificaciones del humano y personal. Pues, en último
amor; como ejemplo reciente amor, que hallamos en Platón. Nos término, los amores a las cosas parti-
mencionamos la obra sobre "los cua- limitamos a algunas. El amor es com- culares y a los seres humanos particu-
tro amores" (The Four Loves [1960], parado con una forma de caza ( Soph., lares no pueden ser sino reflejos, par-
passim), de C. S. Lewis, en la cual el 222 E) — comparación, por lo demás, ticipaciones, del amor a la belleza
autor describe y analiza: el amor ha- frecuente en dicho filósofo (véase absoluta (Symp., 211 C), que es la
cia lo subhumano (ciertos animales), METÁFORA) y que aplica a otras acti- Idea de lo Bello en sí. Bajo la in-
considerado como un "gusto por" vidades; por ejemplo, al conocimien- fluencia del verdadero y puro amor,
(liking); el afecto; la amistad; el eros, to. El amor es como una locura el alma asciende hacia la contempla-
y la caridad. Muchas de las distincio- (Phaed., 231 E); es un dios poderoso ción de lo ideal y eterno. Las diver-
nes propuestas recomiendan el uso de (ibíd., 242 A). Pero no hay sólo sas bellezas —o reflejos de lo Bello—
varios términos ('agrado', 'gusto', 'afec- una, sino varias clases de amor, y no que se hallan en el mundo son usadas
to', 'atracción', 'deseo', 'amistad', 'pa- todas son igualmente dignas. Puede como peldaños en una escalera que
sión', 'caridad', etc., etc. ), pero per- hablarse, por ejemplo, de un amor te- lleva a la cumbre, la cual es el cono-
sisten en agrupar sus significados bajo rrenal y de un amor celeste (Symp., cimiento puro y desinteresado de la
el concepto común de "amor". Las di- 180 A-C) — como hay una Venus esencia de la belleza. Como el foras-
ficultades que ofrece la variedad del demótica y una Venus olímpica. El tero de Mantinea "revela" a Sócrates
vocabulario, junto con la supuesta amor terrenal es el amor común; el al final de El Banquete, el amor es la
unidad significativa del concepto prin- amor celeste es el que produce el co- contemplación pura de la belleza pura
cipal, se encuentran no sólo en las nocimiento y lleva al conocimiento. y absoluta — de la belleza divina, no
lenguas modernas, sino también en la- Puede haber tres clases de amor: el contaminada con nada impuro y
tín y en griego. En latín hay los voca- del cuerpo, el del alma, y una mezcla trascendiendo todo lo particular.
blos amor, dilectio, charitas (y tam- de ambos (Leg., II 837 A C). En ge- En casi todos los filósofos griegos
bién Eros, en tanto que designa el neral, el amor puede ser malo o ilegí- hay referencias al tema del amor, ya
amor personificado en una deidad). timo, y bueno o legítimo: el amor sea como principio de unión de los
En griego hay los vocablos e)/roj, a)ga/ malo no es propiamente el amor del elementos naturales, ya como princi-
ph, fili/a. En consecuencia, la tarea de cuerpo por el cuerpo, sino aquel que pio de relación entre seres humanos.
escribir un breve artículo sobre la no- no está iluminado por el amor del al- Pero, después de Platón, sólo en los
ción de amor en general es harto com- ma y no tiene en cuenta la irradia- pensadores platónicos y neoplatónicos
pleja, inclusive limitándose a los as- ción sobre el cuerpo que producen las es considerado el amor como un con-
pectos más usualmente destacados por ideas. Sería precipitado, pues, hablar cepto fundamental. Entre los muchos
los filósofos —tales como el amor en en el caso de Platón de un desprecio ejemplos que pueden aducirse al res-
sentido metafísico y cósmico-metafísi- del cuerpo simpliciter; lo que sucede pecto, mencionaremos tres.
co, y el amor como relación perso- es que el cuerpo debe amar, por así En Plutarco (De Iside et Osiride,
nal, por lo demás frecuentemente en- decirlo, por amor del alma. El cuerpo cap. 53), el amor, e)/rwj, es un
trelazados. Intentaremos sortear estas puede ser de este modo aquello en impulso que orienta la materia hacia el
dificultades presentando un rápido que un alma bella y buena resplan- primer principio (inteligible). El
bosquejo histórico de la noción de dece, transfigurándose a los ojos del amor es una aspiración de lo que
amor dentro de las especulaciones fi- amante, que así descubre en el amado carece de forma (o tiene sólo
losóficas más conocidas, con sólo oca- nuevos valores por acaso invisibles a mínimamente forma) hacia las formas
sionales distinciones terminológicas. Al los que no aman. Tras las numerosas puras y, en último término, hacia la
final del artículo proporcionaremos difiniciones y elogios del amor que Forma Pura del Bien. En Plotino (Cfr.
una idea de varias concepciones filo- figuran en El Banquete —a los que especialmente Enn., VI vii 21) el
sóficas actuales, elegidas —por des- deben agregarse los contenidos en el amor es asimismo lo que hace que
gracia, un tanto arbitariamente— entre Fedro—, Platón se esfuerza por probar una realidad vuelva su rostro, por así
las muchas existentes. que el amor perfecto —principio de decirlo, hacia la realidad de la cual ha
Empédocles (VÉASE) fue el primer todos los demás amores— es el que emanado, pero Plotino habla muy
filósofo que utilizó la idea del amor se manifiesta en el deseo del bien. El particularmente del amor del alma a
en sentido cósmico-metafísico, al con- amor es para Platón siempre amor a la inteligencia, nou=j . La noción de
siderar el amor, filo/thj, y el conflic- algo. El amante no posee este algo que amor parece ocupar el más importante
to o lucha, nei/koj, como principios de ama, porque entonces no habría ya lugar en el pensamiento de Porfirio. En
unión y separación respectivamente amor. Tampoco se halla com- su Epistola ad Marcellam ( § 24, ed.
de los elementos que constituyen el pletamente desposeído de él, pues en- Nauck, p. 189 ), Porfirio habla de
universo (Cfr. sobre todo Diels Β 17, tonces ni siquiera lo amaría. El amor cuatro principios de Dios: la fe,
7-8). Pero la noción de amor adqui- es el hijo de la Pobreza y de la Ri- pi/stij, la verdad, lh/qeio, la
87
esperanza, elpi/j , y el
AMO AMO AMO
amor, e)/rwj (el amor es mencionado, (como en la expresión amor seu Leibniz y Fénelon. No nos es posible
en rigor, en tercer lugar dentro de dilec- tio); a veces establece tratarla aquí; tampoco podemos ex-
esa enumeración, pero no creemos distinciones entre ellos. San Agustín tendernos sobre el contenido de los
que el orden exprese prioridad de un considera con frecuencia la caridad numerosos "Tratados del amor de
principio; es más probable que todos como un amor personal (divino y Dios" (el título, dicho sea de paso,
esos principios sean para Porfirio humano). La cari- dad es siempre que al principio pensó dar Unamuno a
igualmente "constituyentes" de la di- buena (o "lícita"); en cambio, el su obra, Del sentimiento trágico de la
vinidad). amor puede ser bueno o malo vida), con el frecuente título De di-
En las especulaciones neoplatónicas el según sea respectivamente amor al ligendo Deo. Filosóficamente, dentro
concepto de amor tiene un sentido bien o amor al mal. El amor del del pensamiento cristiano, nos importa
predominantemente metafísico o, si hombre a Dios y de Dios al hombre más referirnos brevemente a Santo
se quiere, metafísico-religioso. En la es siempre un bien. En este sentido Tomás. Éste define la chantas como
concepción cristiana el motivo religio- cabe entender la famosa frase agusti- una virtud sobrenatural; como tal,
so se expresa con frecuencia en tér- niana: Dilige et quod vis fac (que hace posible que las virtudes naturales
minos "personales". No sucede esto, muchas veces se cita como: Ama et sean plenarias y verdaderas, ya que,
por supuesto, con todo amor, sino fac quod vis y que escribió precisa- como en S. theol., II - IIa 9. XXIII,
con ese amor llamado "caridad" mente en su comentario a Juan a. 7 ad 3, ninguna virtud es
(a)ga/p h, charitas). La caridad es una [VII]). El amor del hombre por su verdadera (vera) sin la caridad. Sin
de las tres virtudes llamadas "teóloga- prójimo puede ser un bien ella, además, el hombre no puede al-
les" (junto con la fe y la esperanza), (cuando es por amor de Dios ) o un canzar la bienaventuranza. Pero Santo
Parece tener, además, el primado sobre mal ( cuando se basa en una Tomás no niega por ello la "auto-
las otras dos. Así, en las famosas inclinación (dilec-tio] puramente nomía" de las "virtudes naturales",
palabras de San Pablo — a que nos humana, es decir, desarraigada del De hecho, éstas pueden existir sin la
hemos referido ya en el artículo de- amor a Dios y por Dios). En tanto caridad, ya que de suponerse lo con-
dicado al Apóstol, pero que conviene que amor al bien —que es una trario tendría que concluirse que nin-
tener aquí de nuevo presentes: manifestación del amor a Dios—, el guno de los hombres que han care-
"Cuando tenga el don de profecía, la amor mueve la voluntad. Por este cido, o carecen, de la revelación cris-
ciencia de todos los misterios y todo el movimiento el alma es llevada a tiana, han podido, o pueden, ser bue-
conocimiento; cuando tenga inclusive su bienaventuranza, la cual nos. Como en muchos otros puntos,
toda la fe necesaria para trasladar las solamente puede hallarse en el seno Santo Tomás se esfuerza aquí tam-
montañas, nada tendré si no tengo ca- de Dios. El amor en tanto que amor bién en delimitar esferas sin perjuicio
ridad" (I Cor., XIII, 2). Todo desapa- al bien carece de medida (ipse ibi de concluir a su subordinación
rece —las profecías, la ciencia—, pero modus est sine modo amare, como jerárquica. Además, Santo Tomás trata
la caridad permanece. "La fe, la escribió Se-verino, amigo de San del amor como una inclinación, y
esperanza y la caridad permanecen, Agustín, al resumir su pensamiento habla del amor natural como de una
pero la más grande de todas es la ca- al respecto). Pero ni siquiera se actividad que lleva a cada ser hacia
ridad" (I Cor., XIII, 13). Fundamen- puede decir que amar un bien es su bien. En este sentido puede de-
tales al respecto son también esas pa- suficiente; el amor a un bien (por cirse, con toda generalidad, que el
labras ( en I Juan, IV, 7 y siguientes ) : lo tanto, a algo particular) sólo es amor mueve. El amor puede ser sen-
"el amor [la caridad, a)ga/p e] viene de "lícito" cuando tiene lugar por sitivo e intelectual ( VÉASE APETITO).
Dios y todo el que ama ha nacido de amor al Bien, esto es, a Dios. En El amor que consiste en elegir libre-
Dios y conoce Dios". El que no ama, este sentido se entiende la frase de mente el bien es el que constituye el
no ha conocido Dios, pues "Dios es San Agustín según la cual la caridad fundamento de la caridad. Por su-
Amor" [o( qeo/j a)ga/ph e)sti/n ; es aquella virtud mediante la cual puesto, el fundamento último del ver-
podría aquí emplearse asimismo el se ama lo que debe amarse (virtus dadero amor es también, para Santo
término 'caridad', pero es usual en est charitas, qua in quod dili- Tomás, Dios, y es Él el que mueve
este caso emplear 'Amor']. Podemos gendum est diligitur [Ep. por amor a las criaturas que aspiran
amar a Dios, porque el amor viene de CLXVII]). Y por eso el amor no es al Sumo Bien. Este es el Amor che
Dios: "el amor de Dios es perfecto en ciego, sino lúcido, pues abre el muove il Sol e l'altre stelle, con que
nosotros". Y este amor de Dios que alma al Bien y al Ser — o, como concluye Dante (tomista y a la vez
hace posible amar a Dios es asimismo diría Max Scheler, apoyándose en aristotélicamente) la Divina Comedia.
el fundamento del amor del hombre a las ideas agustinianas, al Aunque arraigado en la esfera perso-
su prójimo y al mundo. En sentido reconocimiento de los valores en nal (de la Persona divina), el con-
originario y auténtico, pues, todo tanto que objetivos. cepto de amor tiene también aquí un
amor se halla dentro del horizonte de Insistir demasiadamente sobre el sentido cósmico-metafísico. Posible-
Dios: amar es, en rigor, "amar a Dios y amor puede llevar al pensamiento mente depende del lenguaje que se
por Dios". cris- tiano a ciertas dificultades. emplee —el teológico o el filosófico—
Muchas son las referencias que ha- Algunas de éstas aparecen en San el que se subraye uno u otro aspecto
ce San Agustín a la noción de amor. Clemente (Strom., IV 22), el cual del amor.
Los términos empleados por San parece reducir la vida divina y, Nos hemos referido grosso modo a
Agustín son charitas, amor y dilectio. en general, todo ser y perfección, a dos visiones del amor: la griega (par-
A veces tienen el mismo significado amor, desembocando en la "gnosis ticularmente la platónica) y la cristia-
del amor".
Aquí se encuentra el origen de lo
que se ha llamado "la disputa sobre
el amor puro", en la que participaron,
entre otros, en la época moderna,
88
AMO AMO AMO
na. En diversas ocasiones se ha in- a comprender no pocos rasgos distin- del propio ser por liberalidad. Así,
tentado establecer una distinción ta- tivos de las concepciones expuestas. "en la medida en que la naturaleza y
jante entre ellas. La más conocida Sin embargo, el asunto es más com- persona son dos dimensiones metafí-
(expresada por Scheler en El resen- plejo. Por ejemplo, se ha discutido a sicas de la realidad, el amor, tanto-
timiento en la moral) puede resumirse veces (Nygren; op. cit. infra) si el natural como personal, es también al-
del siguiente modo. amor (agápe) en sentido paulino se go ontológico y metafísico." Y así tam-
En la concepción griega el amor refiere efectivamente al amor a Dios. bién "la caridad, como virtud moral,
es aspiración de lo menos perfecto a Lo más seguro es que tenga tal sen- nos mueve porque estamos ya previa-
lo más perfecto. Supone, pues, la im- tido (como se ve en Rom., VIII, 28 mente instalados en la situación me-
perfección del amante y la (supuesta y en I Cor., II 9, entre otros lugares). tafísica del amor".
o efectiva) perfección (o mayor per- Pero esta y otras muchas cuestiones En cualquier trabajo relativamente
fección) del amado — o de lo amado. relativas al significado del amor como completo sobre el problema del amor
Cuando la perfección de lo amado agápe están lejos de ser resueltas. Por y de su historia habría que tener en
es absoluto, nada importa últimamente otro lado, es precipitado afirmar que cuenta, junto a los rasgos generales
sino él. Lo amado es la perfección en la diferencia entre las concepciones antes mencionados, importantes va-
sí, el sumo bien — o lo bello y griega y cristiana se revela a través riantes introducidas por diversos auto-
bueno en sí conjuntamente. Lo ama- del uso respectivo de los términos res. El problema del amor como amor
do mueve al amante —o lo más per- éros y agápe (o caritas). Finalmente, a Dios fue tratado, por ejemplo, exten-
fecto a lo menos perfecto— ejerciendo no puede olvidarse que los motivos samente por varios autores medievales.
sobre él una atracción. Lo amado no que hemos llamado cósmico-metafísi- Entre ellos mencionamos a Guillermo
necesita a su vez amar; su ser con- cos ( o por lo menos metafísicos ) ejer- de Saint-Thierry (De natura et digni-
siste en ser apetecible y deseable. El cen una impronta considerable en tate amoris), San Bernardo (De dili-
"movimiento real" parte del amante, ciertas ramas de la tradición cristiana, gendo Deo), Aelredo de Rievaulx
pero el "movimiento final" parte de especialmente en la teología cristiana (Speculum caritatis), Pedro Abelardo
lo amado. La relación entre amante de inspiración griega. Este último (Introductio ad theologiam) y los lla-
y amado puede ejemplificarse en los punto ha sido tratado por Xavier Zu- mados Victorinos: Hugo de Saint Vic-
individuos humanos, pero lo que su- biri (Naturaleza, Historia, Dios [1944], tor y Ricardo de Saint Victor. San Ber-
cede en éstos es un caso particular págs. 480 y sigs.). Procederemos a ci- nardo y los Victorinos (especialmente
—bien que muy importante— de una tar varios pasajes significativos. Según Ricardo de San Victor) se ocuparon del
relación cósmico-metafísica. El amor Zubiri, si en la teología cristiana de problema del amor intensamente. Para
puede ser descrito como la marcha de inspiración griega se toma la a)ga/ph San Bernardo el amor en cuanto amor
cada cosa hacia su perfección o bien en su primaria dimensión ontológica y puro (a Dios) es, en el fondo, una ex-
hacia el ser lo que cada cosa es en real, a lo que más se parece es al periencia mística, un "éxtasis". El
su perfección o idea y dentro de un e) / r wj del clasicismo. Por eso la indu- amor se basta a sí mismo. Ello no
orden ontológico. dable diferencia, y aun oposición, entre significa que San Bernardo abogue
En la concepción cristiana el amor e)/rwj y a)ga/ph se da "dentro de una por el quietismo ( VÉASE ). El amor
parte de lo amado también, y no sólo raíz común". Es "una oposición de del hombre a Dios es consecuencia
como causa final (aunque puede asi- dirección dentro de una misma línea: del amor de Dios al hombre y a las
mismo tener este sentido), sino como la estructura ontológica de la reali- criaturas. Por otro lado, San Bernardo
"movimiento real". En rigor, hay más dad". Aun cuando los latinos han ver- distingue entre varias especies de
amor en lo amado que en el amante, tido casi siempre a)gaph por charitas, amor, tales como —para dar un solo
pues el amor auténtico —el modelo debe tenerse en cuenta que en la Pa- ejemplo— el amor carnal, el racional
de todo amor— es la tendencia que trística griega se empleó el vocablo y el espiritual. El predominio de la
tiene lo superior y perfecto de "des- e)/rwj. Así sucede con Dionisio el idea del amor espiritual sobre otras
cender", por así decirlo, hacia lo in- Areopagita ( De div. nom. ). La distin- especies de amor en místicos y teólo-
ferior e imperfecto con el fin de ción entre e)/rwj y a)ga/ph no suprime gos medievales no significa, por lo de-
atraerlo hacia él y salvarlo. El amor la posibilidad de entender el más, que no se escribiera en la época
no es, así, apetencia, sino superabun- concepto de charitas metafísicamente, sobre el amor humano; no debe olvi-
dancia. Por eso mientras para los grie- y de utilizar en consecuencia el darse que en el siglo ΧΙI, en el mismo
gos el Sumo Bien no necesita amar, término clásico e)/rwj en sentido momento en que se desarrollan todas
para los cristianos puede inclusive ser ontológico. Zubiri apunta que por la las implicaciones del amor divino de
identificado con el amor. La propia común dimensión por la que carácter místico, florece la literatura
justicia queda disuelta en el amor. Lo envuelven un "fuera de sí", el éros y del llamado "amor cortés". En un ar-
cual no significa que para el cristiano la agápe no se excluyen entre sí, tículo como el presente no hay más
el amor sea meramente compasión cuando menos en los seres finitos. De remedio que excluir este complejo ma-
( VÉASE). Lo compadecido es estima- ahí que los latinos de inspiración terial. Lo mismo sucede con las nu-
do como algo que merece justicia o griega distinguieran entre ambas con merosas ideas sobre el amor y sus es-
piedad; lo amado es amado por sí gran precisión. "El éros es el amor pecies en autores renacentistas y mo-
mismo, en virtud de una exuberancia natural", en tanto que la ágape es el dernos. Aun limitándose a considera-
de la cual Dios constituye el modelo amor personal. En el primero hay ciones de naturaleza propiamente fi-
supremo. inclinación por naturaleza hacia los losófica, la literatura renacentista y
Las distinciones anteriores ayudan actos para los cuales está capacitado; moderna sobre la cuestión es abun-
en el segundo hay entrega
89
AMO AMO AMO
dantísima. Piénsese sólo en Marsilio cionistas y naturalistas; luego —espe- apoya en Scheler para edificar una fe-
Ficino, en León Hebreo, en Giordano cialmente con la fenomenología— se nomenología de la conciencia amoro-
Bruno — o, más tarde, en la concep- ha tendido a tratar el amor de un sa. De esta fenomenología resultan
ción spinoziana del "amor intelectual modo "objetivista", no reduccionista y cuatro notas esenciales: abundancia
a Dios" al final de la Ética, o en las no naturalista (lo último no significa de la vida interior; potenciación a lo
ideas contenidas en el breve tratado necesariamente "espiritualista", sino máximo del sentido y valor de perso-
supuestamente pascaliano titulado que puede significar "historicista" ). nas y cosas; ilusión y transfiguración;
"Discurso sobre las pasiones del Es primeramente en relación con es- reciprocidad y fusión. Ellas dan ori-
amor". Tendremos que prescindir tos problemas (especialmente con [1] gen a las manifestaciones del amor:
aquí de estas ideas en parte por razones y [2] que terminaremos presentando generosidad, espontaneidad, vitalidad,
de espacio, en parte porque cuando son tres concepciones contemporáneas so- plenitud. El amor es, así, una posibi-
lo suficientemente importantes se bre la noción de amor: la de Max lidad creadora. Mas el amor no se li-
hallan expuestas en los artículos de- Scheler —ligada a una teoría de los mita a crear; destaca a la vez los va-
dicados a los filósofos que las cultiva- valores—; la de Joaquín Xirau —que, lores superiores de lo creado, ilumina
ron, y en parte también porque en apoyado en Scheler, ha edificado una a la par que vivifica. En esta ilumi-
lo fundamental, y en el sentido en metafísica a base de una fenomeno- nación por el amor se lleva a cabo
que liemos tratado aquí el problema, logía de la "conciencia amorosa"— la transfiguración del objeto amado,
no pocas de las nociones desarrolla- y la de Jean-Paul Sartre — donde el la cual es reducida por el naturalismo
das en los citados períodos tienen raí- amor aparece dentro del análisis de a pura fantasmagoría. Al transfigurar-
ces neoplatónicas o cristianas (o ambas la estructura del "Ser-para sí-para se, el objeto revela al que lo ama va-
a un tiempo) y pueden entenderse a otro". lores que la indiferencia había dejado
partir de algunas de nuestras di- La ideas de Scheler —expresadas encubiertos. Xirau establece, además,
lucidaciones. Observaremos solamente principalmente en su Ética, en Natu- un orden del amor que constituye el
que, además de seguirse tratando el raleza y formas de la simpatía, y en fundamento de una nueva metafísica.
amor en sentidos teológico y metafí- sus estudios sobre "El pudor" y "Or- En vez de concebir el ser como subs-
sico de acuerdo con vías tradicionales, do amoris" (Cfr. bibliografía en el ar- tancia, como entidad estática que
muchos autores de la época moderna tículo sobre el citado filósofo)— tie- es irrevocablemente en sí (ser absolu-
han prestado gran atención al fenóme- nen raigambre agustiniana y pascalia- to) o en otro (ser relativo), Xirau
no del amor desde el punto de vista na, pero se apoyan filosóficamente en estima que no hay ser exclusivamente
psicológico y sociológico —- como una la axiología objetivista por él elabora- en sí ni ser exclusivamente en otro. El
de las "pasiones del alma", como una da en detalle. Scheler rechaza que el vocablo 'ser' no designa un momento
emoción, como uno de los posibles amor sea una idea innata que se de- estático de lo real, sino un punto de
modos de relación de los seres huma- rive exclusivamente de la experiencia, confluencia de proyecciones, relacio-
nos en la sociedad, etc. Tres cues- o que sea un impulso elemental (aca- nes y referencias. Ahora bien, sólo el
tiones se han discutido con gran fre- so procedente de la libido). Se trata amor puede poner de relieve la reali-
cuencia: (1) Si el amor humano es como en Brentano ( VÉASE ) de un pro- dad de un ser "esencialmente" diná-
un fenómeno de índole puramente ceso intencional (véase INTENCIÓN, mico — de un ser que es pura tras-
subjetiva —si es, como pretendía INTENCIONAL, INTENCIONALIDAD ) que cendencia y "agilidad". El complejo
Stendhal, el resultado de un proceso trasciende hacia lo amado, lo cual es de relaciones que constituyen la reali-
(en rigor, dos procesos) de "cristali- amado porque es valorado, esto es, va- dad forma varias capas; sobre ellas,
zación" en el ánimo del amante— o lorado positivamente — como el odio como una cima última, se encuentra
si es una emoción reveladora de cua- trasciende hacia lo odiado en cuanto el amor. En la concepción metafísica
lidades y valores en el ser amado; (2) desvalorado, o "valorado" negativa- de Xirau el amor es la clave que sos-
Si tal amor está fundado en una es- mente. El amor no puede confun- tiene la arquitectura del mundo. En
tructura psicofisiológica, o simplemente dirse, pues, tampoco con la simpatía, oposición radical al naturalismo, el au-
fisiológica (sobre todo, si está fundado la compasión o la piedad. En cuanto tor presenta el amor como género su-
en el deseo sexual exclusivamente, acto intencional, o conjunto de actos premo, y las demás realidades como
apareciendo como un epifenómeno de intencionales, posee sus leyes propias, especies que aspiran a tal género.
éste), o si tiene una autonomía con las cuales no son psicológicas, sino Jean-Paul Sartre examina el amor
respecto a los procesos orgánicos, esto axiológicas. El amor (y el odio) no en su análisis del "Para-otro", es de-
es, si es en principio irreductible a son tendencias o impulsos del sujeto cir, de las relaciones concretas del
ellos; (3) Si el amor humano es un psicofísico; son actos personales que "Para-sí" con el "otro" (L'Être et le
proceso o una serie de procesos se revelan en el elegir y rechazar va- Néant, 1943, III iii 1, págs. 431-40).
inalterables, fundados en una "natu- lorativamente. El amor (y el odio) no Como todas estas relaciones, el amor
raleza humana" permanente, o si tiene se definen, sino que se intuyen — es un conflicto que enfrenta y a la
una historia — si, como sostiene Ortega emotivamente a priori. Por eso puede vez liga a los seres humanos. Median-
y Gasset, es una "invención humana" haber para Scheler ( como para San te el amor se establece una relación
surgida en un momento de la historia, y Agustín y Pascal) un ordo amoris, directa con la libertad del "otro". Pe-
hasta una "creación literaria". A finales un ordre du coeur; el amor no es, en ro como cada ser humano existe por
del siglo xix y a principios de nuestro suma, arbitrario, sino selectivo. la libertad del "otro", la libertad de
siglo ha habido gran copia de teorías Joaquín Xirau ( véase Amor y Mun- cada uno queda comprometida en el
subjetivistas, reduc- do, 1940, especialmente cap. II) se amor. En el amor se quiere cautivar,
90
AMO AMO AMO
esclavizar, la conciencia del "otro". amour, 1959. — A. Chérel, Fénelon G. Dumeige, R. de Saint-Victor et
Pero no para transformar al "otro" en et la religion du pur amour, 1934. — l'idée chrétienne de l'amour, 1952. —
un autómata, sino para apropiarse su G. Joppin, Fénelon et la mistique du Z. Alszeghy, Grundformen der Liebe.
libertad como libertad. Ello significa pur amour, 1935. — Amor griego y Die Théorie der Gottesliebe bei dem
que no se pretende propiamente ac- amor cristiano, en particular este últi- M. Bonaventura, 1946 [Analecta Gre-
tuar sobre la libertad del "otro", sino mo: Heinrich Scholz, Eros und Cari- goriana, 38]. — R. P. Prentice, O.
"existir a priori como límite objetivo tas, 1929. — A. Nygren, Den Kristna F. M., The Psychology of Love ac-
de esa libertad". El amante exige la Karlekstankengenom Tiderna, 1930-36 cording to S. Bonaventura, 1951. —
libertad del amado, esto es, exige ser (trad. francesa de Parte I: Eros et B. J. Diggs, Love and Being. An In-
libremente amado por él. Pero como Ágape. La notion chrétienne de l'a- vestigation into the Metaphysics of St.
pretende a la vez no ser amado con- mour et ses transformations, 1944; Thomas Aquinas, 1947. — L. B. Gei-
tingentemente, sino necesariamente, trad. inglesa: Agape and Eros. A ger, O. P., Le problème de l'amour
destruye esa misma libertad que ha- Study of the Christian Doctrine of chez S. Thomas d'A., 1952. — R. M.
bía postulado. El conflicto que revela Lové, 1932). — M. Fuerth, Caritas McGinnis, The Wisdom of Love, 1951
el amor es un conflicto de la libertad. und Humanitas. Zur Form und Wand- (sobre S. T. de A.). — M. J. Faraón,
Obras principalmente filosóficas: V. lung des christlichen Liebesgedankens, O. P., The Metaphysical and Psycho-
Soloviev, "O sm'slé lúbvi", Voprosi 1933. — M. C. D'Arcy, The Mind logical Principies of Love, 1952 (sobre
filosofii i psijologii (1892-4) ("El and Heart of Love. Lion and Unicorn. S. T. de A.). — A. Malet, Personne et
sentido del amor"). — A. Grünnbaum, A Study in Eros and Agape, s/f. — amour dans la théologie tri-nitaire de
Herrschen und Lieben als Grundmo- V. Warnarch, O. S. B., Agape. Die S. Th. d'A., 1956 [Bibliothèque
tiven der philosophischen Weltan- thomiste, 32]. — Richard Völkl, Die
Liebe als Grundmotiv der neutesta- Selbstliebe in der Heiligen Schrift und
schauung, 1925. — E. Boldt, Die mentlichen Theologie, 1951. — His- bei Thomas von A., 1956 [Munchener
Philosophie der Liebe im Lichte der toria de la idea del amor: J. Volkelt, theologische Studien, II, 12]. —
Natur- und Geisteswissenschaften auf Zur Geschichte der Philosophie der Tomás de la Cruz, O.C.D., El amor
entuticklungsgeschichtlicher Grundla- Liebe, 1873. — D. de Rougemont, y su fundamento ontológico según
ge, I, 1928. — E. Raitz von Frentz, L'Amour et l'Occident, 1939, 2a ed., Santo Tomás. Estudio previo a la
"Drei Typen der Liebe. Eine psycho- 1956. — Amor platónico: L. Robin, teología de la caridad, 1956. — H.
logische Analyse", Scholastik (1931), La théorie platonicienne de l'amour, Pflaum, Die Idee der Liebe: Leone
1-41. — Max Scheler, op. cit. supra. 1908. — R. Lagerborg, Die platoni- Ebreo, 1926. — G. Fontanesi, Il pro-
— G. Madinier, Conscience et amour. sche Liebe, 1926. — L. Grunhut, blema dell'amore nell´ opera di L.
Essai sur le "Nous", 1932; 3a ed., Eros und Agape. Eine metaphysisch- Ebreo, 1934. — A.-J. Festugiere, O.
1962. — J. Xirau, op. cit. supra. — J. religionsphilosophische Untersuchung, P., La philosophie de l'amour de M.
Ortega y Gasset, Estudios sobre el 1931. — A. Correia Pacheco, Plato's Ficin et son influence sur la littérature
amor, 1940. — J.-P. Sartre, op. cit. su Conception of Love, 1942 (tesis). — française au XVIe siècle, 1941. —
pra. — Roger du Teil, Amour et pu Amor cristiano (además de varias John Ch. Nelson, op. cit. supra (sobre
reté. Essai sur une morale de la signi obras citadas antes ) : R. Guardini, G. Bruno especialmente). — L.
fication, 1945. — M. Nédoncelle, Vers Die christliche Liebe (I Kor. 13), Fremgen, Metaphysik der Liebe. Eine
une philosophie de l'amour, 1946 (Íd., 1946. — H. Petre, Caritas. Études Auseinandersetzung mit Schopen-
íd., Vers une philosophie de l'amour sur le vocabulaire latin de la charité hauer, 1936. — H. Ottensmeyer, Le
et de la personne, 1957). — J. Guit- chrétienne, 1948. — Amor en la Edad thème de l'amour dans l'oeuvre de
ton, Essai sur l'amour humain, 1948 Media: P. Rousselot, Pour l'histoire du Simone Weil, 1958. — Joseph Arntz,
(trad. esp. : Ensayos sobre el amor hu problème de l'amour au moyen âge, O. P., De liefde in de ontologie van
mano, 1957). — U. Spirito, La vita 1908 [Beiträge zur Geschichte der J.-P. Sartre, 1960. — En Ortega y
corne amore, 1953. — R. O. Johann, Philosophie des Mittelalters, VI, 6], Gasset, X. Zubiri y P. Tillich: Fre-
S. J., The Meaning of Love. An Essay reed., 1933. — H.-D. Simonin, "Au- derick D. Wilhelmsen, The Metaphy-
towards a Metaphysics of Intersubjec- tour de la solution du problème de sics of Love, 1962.
tivity, 1955. — J. Lacroix, Personne et l'amour", Archives d'histoire doctrinale AMOR RUIBAL (ÁNGEL) ( 1870-
amour, 1956. — M. C. D'Arcy, The et littéraire du moyen âge, VI (1941), 1930) nac. en San Verísimo del Ba-
Meeting of Love and Knowledge, 174-276. (Véanse también obras de rro (Pontevedra), sacerdote católico,
1958. — André Mercier, De l'amour Pètre, d'Arcy, Fuerth, Nygren y estudió en su obra monumental, titu-
et de l'être. Essai sur la connaissance, Scholz supra.) — Georges Vajda, lada Los problemas fundamentales de
1960 (especialmente Caps. III y V). L'amour de Dieu dans la théologie
— C. S. Lewis, op. cit. supra. — juive du moyen âge, 1957 [Études de la filosofía y del dogma (10 vols.,
Karol Wojtyla, Milosc i Odpowied- philosophie médiévale, 46). — Amor 1900-1945) las relaciones entre las
zialnosc, 1960 [con resumen en fran en el Renacimiento: John Ch. Nelson, ideas filosóficas y los dogmas de la
cés] (Amor y responsabilidad) [en par Renaissance Theory of Love, 1958 Iglesia católica a través de la historia,
te influido por Scheler]. — Barry Mi (especialmente sobre los Eroici Furori, destacando los diversos modos como
ller, The Range of Intellect, 1963. — de Giordano Bruno). — Amor cortés: la dogmática ha moldeado la evolu-
Psicoanálisis del amor: I. Lepp, Psy O. H. Green, "Courtly Love in the ción del pensamiento filosófico. Amor
chanalyse de l'amour, 1959. — El Spanish Cancioneros", PMLA, LXIV Ruibal estudió asimismo en dicha obra
amor en las religiones no cristianas: (1949), 247-301. — Amor platónico en la influencia de ciertas concepciones
Th. Ohm, O. S. B., Die Liebe zu su tradición literaria: C. S. Lewis, The
Gott in den nichtchristlichen Religio- Allegory of Love. A Study in de índole filosófico-religiosa —por
nen, 1952. — El amor en el budismo Mediaeval Tradition, 1936. — ejemplo, el panteísmo— sobre la for-
y en el cristianismo: F. Weinrich, Die Amor en varios autores a partir del mación de los sistemas de filosofía.
Liebe im Buddhismus und Christen- siglo v: F. Cayré, Les sources de La influencia de las ideas filosóficas
tum, 1935. — Amor puro: Émilienne l'amour divin. La divine présence sobre la evolución de los dogmas —
Naert, Leibniz et la querelle du pur d'après S. A., 1933. — G. Combes, lo que no implicaba en su caso ten-
La charité d'après S. Augustin, 1934.
91
AMO AMP ANA
dencia al modernismo o al historicis- piado entonces como el término 'mo- ble, causal, lógica e intuitiva. Ampère
mo— fue asimismo estudiada por el ral' para calificar los designios o los se niega de este modo a establecer
autor en dicha obra, como lo había si- mandatos divinos, no parece haber una separación radical y arbitraria
do en su trabajo latino De platonis- inconveniente en suponerlos amorales entre un supuesto conocimiento sen-
mo et aristotelismo in evolutione dog- en el sentido apuntado. En algunos sible y un hipotético único conoci-
matum. sistemas — como, según vimos, es el miento racional; admitir lo contrario
Véase S. Casas Blanco, La existen- caso de Nietzsche— la amoralidad es equivaldría a negar la posibilidad
cia de Dios en A. R., 1949. — Íd., lo que debe ser predicado del hom- de una efectiva ciencia de la Natura-
íd., "Don A. A. R. Su vida y su obra leza y de la efectividad de ciertos
filosófica", Crisis, Año I (1954), bre o, mejor dicho, del Superhombre,
el cual no puede atenerse a las saberes. Ahora bien, en la intuición
13-32. — Íd., íd., Los problemas fun- de relaciones sin la dependencia de
damentales de la filosofía y del dog- normas convencionales de la mora-
lo relacionado se halla el conocimiento
ma de A. R., 1963. lidad. superior y a priori de los fenómenos.
AMORAL es definido como lo que Alfred Fouillée, La morale de Kant De acuerdo con ello, las ciencias se
es indiferente a la moral. Ello signi- et l'amoralisme contemporain, 1905 dividen en cosmológicas y nooló-gicas,
fica que lo amoral está tan alejado (hay trad. esp.: La moral de Kant y
el amoralismo contemporáneo). según estudien lo externo o lo interno.
de lo moral como de lo inmoral. Lo Las primeras se dividen en
moral y lo inmoral se rigen por las AMPÈRE (ANDRÉ MARIE) (1775- cosmológicas en sentido estricto (ma-
mismas categorías o, si se quiere, por 1836) nac. en Poleymieux, en las cer- temáticas y física) y en fisiológicas
las mismas tablas de valores: desde canías de Lyon, fue profesor de física (ciencia natural, medicina). Las se-
el punto de vista de las categorías en la Escuela Politécnica y en el gundas, en noológicas en sentido
lo moral y lo inmoral se distinguen Collège de France. Influido a la vez estricto (filosóficas: psicología, on-
entre sí sólo porque el uno es la por Maine de Biran y por Kant, esta- tología, ética; nootécnicas: artes, lite-
negación del otro; desde el punto bleció una clasificación de las ciencias ratura) y sociales (etnológicas: etno-
de vista de una tabla de valores, se fundada en un análisis psicológico en logía, arqueología, Historia; políticas).
distinguen entre sí porque se hallan el cual se descubren diversos modos Obra capital: Essai sur la philoso-
situados en extremos y contrapues- de conocimiento. Ampère no llega de phie des sciences ou exposition analy-
tos polos. Lo moral y lo inmoral se una vez ni establece con plena se- tique d'une classification naturelle de
rigen asimismo por el mismo len- guridad los resultados de su análisis toutes les connaissances humaines,
guaje. En cambio, lo amoral está fue- y los correspondientes "sistemas". 1834. — Barthélémy Saint-Hilaire,
ra de dichas categorías, de dichas De un lado, por ejemplo, señala tres Philosophie des deux Ampère, 2 vols.,
tablas de valores o de dicho lenguaje; sistemas de conocimientos primitivos: 1866. — B. Lorenz, Die Philosophie
para emplear el vocabulario de uno intuitivo, con los materiales ex- Ampères, 1908.
Nietzsche —el cual designó a su pro- ternos que no pueden cambiarse; AMPLIACIÓN (AMPLIATIO).
pia filosofía como un amoralismo— otro, el sistema de eméstesis, que Véase PROPIEDADES DE LOS TÉRMI -
puede decirse que lo amoral está reúne en una unidad cognoscitiva el NOS.
"más allá del bien y del mal". caos de las sensaciones; otro, el sis- AMPLIATO. Véase PROPIEDADES
En muchos sistemas se designa a tema objetivo, que se desliga de DE LOS TÉRMINOS.
la Naturaleza como amoral. Ello ocu- todo elemento "subjetivo" y pertenece ANAGOGÍA, ANAGÓGICO. El
rre sobre todo cuando lo natural es a la esfera noumenal; y tres sistemas término griego a)nagwgh/ significa la
definido como lo necesario. En ge- de conocimientos racionales: el acción o efecto de "conducir algo ha-
neral, todo lo que pertenece al mun- comparativo o de recepción de cia un lugar superior o más elevado";
do de los puros hechos está afectado, materiales que no pueden cambiarse; de ahí también la acción y efecto de
según dichos sistemas, por la cuali- el lógico, que proporciona un centro "elevar" y "educar". Cuando se trata
dad de la amoralidad. Esto se expresa común para la relación, y el apo- de una idea, de un principio o de una
ya, por lo demás, en el lenguaje díctico, que es propiamente intuitivo. causa se llama "anagógico" a lo que
ordinario con frases tales como "los Por otro lado, y fundado en lo an- conduce la idea, el principio o la cau-
hechos son los hechos", lo que impli- terior, Ampère señala cuatro sistemas sa a una idea, principio o causa supe-
ca renuncia a juzgarlos, y sobre todo o modos de conocimiento: el pasivo, riores o más elevados — lo que equi-
a juzgarlos moralmente. En algunas el activo, el comparativo y el intui- vale a decir a la vez a una idea,
ocasiones inclusive, como entre los tivo. Cada uno de ellos trata con el principio o causa más "originarios",
estoicos, se destaca formalmente la objeto en una relación distinta: sen- "primarios" o "profundos". En su es-
indiferencia de la Naturaleza. En sibilidad en el primer caso; concien- crito Τentament anagogicum (Ger-
otros sistemas Dios aparece como cia de la resistencia y determinación hardt, VII, 270), Leibniz escribe que
amoral. Ello significa que hay un de lo externo en el segundo; forma- "lo que conduce a la suprema causa
abismo insalvable entre las categorías ción de relaciones en el tercero, e es llamado anagógico tanto por los
morales, que pertenecen al hombre, y intuición de esas relaciones con ab- filósofos como por los teólogos".
las categorías divinas. Como sucede soluta independencia de lo relaciona- En teología se ha llamado con fre-
en Kierkegaard, Dios puede ordenar do en el último. Al mismo tiempo, cuencia "analogía" a la elevación del
inclusive ciertos actos que, de acuerdo cada modo de conocimiento posee alma hacia el reino de Dios. Esta ele-
con la concepción más tradicional, son proposiciones ciertas, descubiertas con vación puede tener lugar por medio
designados como inmorales. Mas como entera y plena evidencia, y relativas del éxtasis (v. ) místico.
el término 'inmoral' es tan poco apro- respectivamente a las esferas sensi-
92
AMP ANA ANA
En la lectura y, sobre todo, inter- proposición que se pretende demos- manidad de los suecos). En un
pretación (exégesis o hermenéutica trar y que se admite como verdadera. método analítico o resolutivo habría
[v.] ) de las Escrituras se suele distin- Por este motivo el método de análisis que comenzar por admitir que los
guir entre varios sentidos de un texto: fue llamado por los filósofos de la hombres son mortales y habría que
literal, principal, sacramental, moral, "Escuela de Padua" y por Galileo mé- descubrir si "Los hombres son mor-
figurativo, formal, material, místico, todo de resolución o método resolutivo. tales" es o no una proposición ver-
alegórico, anagógico. La interpreta- Tal método fue desarrollado por varios dadera.
ción anagógica es la que atiende al matemáticos y filósofos modernos (Ga- El sentido anterior del término
sentido espiritual, el cual eleva el lileo, Viète, Descartes, Hobbes, entre 'análisis' no coincide con el que se
alma. La interpretación anagógica se otros). Descartes utilizó, por ejemplo, usa a menudo hoy día en la litera-
distingue de la alegórica, la cual per- los procedimientos establecidos por tura filosófica y aun en buena parte
mite un conocimiento (metafórico) de Pappus, cuya definición conocía a tra- de la científica. En efecto, suele en-
la verdad revelada, pero puede de- vés de la versión de Commandino y a tenderse muy frecuentemente hoy el
cirse que la interpretación alegórica través de los tratados geométricos del análisis como la descomposición de
se convierte asimismo en anagógica Padre Clavius. Por este motivo es un todo en sus partes. A veces se
cuando produce los efectos indi- frecuente ver el término 'análisis' usado quiere indicar con ello una descom-
cados. en Descartes como método destinado a posición de un todo real en sus par-
Si "anagógico" significa, en gene- solucionar un problema mediante tes reales componentes, tal como ocu-
ral, "lo que eleva", "catagógico" sig- ecuaciones, tal como ocurre en la rre en los análisis químicos. Pero
nifica "lo que rebaja". En psicología geometría analítica. El método casi siempre la descomposición en
se ha usado a veces el término 'ana- analítico se distingue entonces del cuestión es entendida en un sentido
gógico' para designar los estados psí- método sintético, que consiste en el o lógico o mental. Se habla en este
quicos que producen por su sola pre- conjunto de operaciones ejecutadas último caso de análisis de un con-
sencia una elevación del temple vital sobre las propias figuras mediante la cepto en tanto que investigación de
ajeno. El término 'catagógico' se em- intuición. Así, en la Géométrie (I, los subconceptos con los cuales el
plea para designar los estados psíqui- A.T. VIII), Descartes declara que "si concepto en cuestión ha sido cons-
cos que producen por su sola presen- se quiere resolver cualquier problema truido, o de análisis de una propo-
cia una disminución del tono vital hay que considerarlo ante todo como sición en tanto que investigación de
ajeno, una depresión. Los estados ana- ya resuelto y dar nombres a todas los elementos que la componen. En
gógico y catagógico pueden ser cir- las líneas que parecen ser necesarias todos estos casos el análisis se con-
cunstanciales o permanentes. En este para construirlo, tanto a las que son trapone a la síntesis, la cual es una
último caso puede hablarse de "espí- desconocidas como a las demás". En composición de lo previamente des-
ritu anagógico" o "temple anagógico" un sentido parecido habla Descartes compuesto. Hay que advertir, sin
y "espíritu catagógico" o "temple en el Discours (II, ed. Gilson, pág. 17, embargo, que tal contraposición no
catagógico" para referirse respectiva- lín. 18-9) del "análisis de los geó- impide usar los dos métodos: el ana-
mente a aquellos sujetos que "ani- metras", que puede relacionarse con lítico y el sintético, tanto en la cien-
man" a los demás o "deprimen" a los el "análisis de los antiguos y el álgebra cia como en la filosofía. En efecto,
demás. de los modernos" (ibíd., pág. 17, lín. es opinión muy común que los dos
ANÁLISIS. En la Edad antigua y 27). Ahora bien, Descartes no se limitó métodos tienen que ser complemen-
buena parte de la moderna el término al uso matemático, sino que lo tarios: una vez analizado un todo
'análisis' fue entendido casi exclu- generalizó. Por ejemplo, en las Re- en sus partes componentes, la recom-
sivamente en el sentido que le daban gulae (X) y en otros textos el mé- posición sintética de estas partes tiene
los matemáticos. Un claro ejemplo todo analítico en el sentido apuntado que dar por resultado el todo del cual
de ello lo encontramos en la defini- aparece como un método de razona- se había partido.
ción de Euclides (Elementos, XIII) miento susceptible de convertirse en Este segundo concepto del análisis
— definición que suele atribuirse a una mathesis universalis más general fue usado también por muchos filó-
una interpolación del geómetra ale- y rigurosa que el método "dialéctico" sofos y científicos modernos, espe-
jandrino Pappus (fl. ca. 300), por lo de los lógicos partidarios de la cialmente en el siglo XVII. El análi-
cual se enlaza casi siempre con el silogística. En efecto, Descartes re- sis, por ejemplo, fue usado en el es-
nombre de este último: "El aná- chaza el método silogístico por con- tudio de la descomposición de fuer-
lisis parte de lo que se busca como siderarlo un método incapaz de cum- zas. En el diagrama siguiente:
algo admitido y pasa de ello mediante plir con los requerimientos antes
varias consecuencias a algo que es enunciados, pues si bien permite es-
aceptado como su resultado." El aná- tablecer una cadena de proposicio-
lisis en este sentido es, pues, una re- nes, no permite obtener ninguna pro-
solución (resolutio) —se resuelve lo posición que sea más verdadera que
complejo en lo simple— o una regre- la premisa mayor. En el silogismo:
sión (regressio) — se regresa me- "Todos los hombres son mortales; Los
diante una secuencia lógica de pro- suecos son hombres; Los suecos son aparece el ejemplo de una fuerza A
posiciones a una proposición que se mortales" se afirma la mortalidad de que es descompuesta o resuelta en
declara evidente partiendo de otra los suecos por haberse afirmado la las fuerzas a, b, c. En el diagrama
mortalidad de los hombres (y la hu- siguiente:
93
ANA ANA ANA
1952, 157 sigs. ) que hay en Descartes examen de todas las proposiciones
un uso más bien impreciso del voca- con el fin de averiguar si poseen o
blo 'análisis' y que para entender qué no significación: si son reglas lógicas
sentido tiene éste en cada caso hay (o lingüísticas), proposiciones sobre
que examinar cuidadosamente en qué hechos o meras expresiones de
contexto es usado. En todo caso, el emociones. Las tendencias analíticas
sentido que aparece en el precepto se oponen de este modo casi siempre
aparece el ejemplo de las fuerzas a, segundo del Discours y que hemos a las llamadas tendencias especula-
b, c, que concurren en la producción definido como el segundo concepto tivas. Ahora bien, esas bases comu-
de la fuerza A. El primer diagrama en el presente artículo es el que ha nes no son suficientes para caracte-
muestra un análisis de fuerza; el se- tenido más fecundas y abundantes rizar ninguna de las tendencias ca-
gundo, una síntesis de fuerzas. Ahora consecuencias en la posterior litera- lificadas de analíticas; cada una de
bien, este concepto del análisis tura filosófica. El mismo sentido que éstas posee, además, caracteres pro-
aparece asimismo en Descartes y aun a tiene hoy día el "análisis lógico" y pios, y a veces difícilmente compa-
veces parece lograr el predominio el llamado "movimiento analítico" rables con las de otras tendencias.
sobre el primer concepto. En el se- puede considerarse como un refina- Es menester, pues, proceder a una
gundo de los preceptos del Discurso miento de la significación apuntada. clasificación de las corrientes de refe-
(II, ed. Gilson, pág. 18, 24-5) se pro- Desde este último punto de vista po- rencia. Ello puede hacerse de varios
pone "dividir cada una de las difi- demos inclusive clasificar las filoso- modos. Por ejemplo, puede precederse
cultades que se examinan en tantas fías en analíticas y sintéticas. Las pri- a una clasificación que siga un orden
partes como se pueda y como sea meras suponen de un modo general más o menos cronológico. Desde este
necesario para mejor resolverlas". Este que la realidad de un todo (cual- punto de vista, se dividen las
precepto ha sido llamado por algunos quiera que éste sea) está dado en tendencias analíticas en las siguien-
autores (por ejemplo, L. J. Beck) la la descomposición de sus partes. Las tes: (1) Primera fase, desarrollada
regla del análisis. En cambio, el ter- segundas afirman que el todo es por G. E. Moore y sus discípulos.
cer precepto: "Conducir por orden irreductible a sus partes; por este Esta fase está muy próxima al neo-
mis pensamientos, comenzando por motivo la concepción analítica se realismo y consiste en un examen del
los objetos más simples y más fáciles contrapone con frecuencia no sola- lenguaje ordinario, con escasa o nin-
de conocer, para remontar poco a mente a la concepción sintética, sino guna atención a los lenguajes forma-
poco, como gradualmente, al conoci- también a la concepción sinóptica lizados. Las concepciones más desta-
miento de los más compuestos" es (denominada a veces también holo- cadas de esta fase han sido expresadas
llamado la regla de la síntesis. Es lógica). claramente por John Wisdom en su
cierto que algunos autores (por ejem- Por medio del término 'análisis' libro sobre interpretación y análi-lisis.
plo, Gilson) llaman regla del análisis —o también por medio de la expre- Por la influencia ejercida sobre
al tercer precepto, porque entienden sión 'análisis lógico'— se designa hoy desarrollos posteriores, nos extendere-
el término 'análisis' en el sentido des- un amplio movimiento filosófico de mos brevemente sobre ella. Según
crito al principio de este artículo, es carácter antimetafísico que abarca John Wisdom, una definición de un
decir, como el procedimiento que con- muy diversas tendencias: positivismo término mediante otro término o serie
duce a la mathesis universalis. Ello lógico, empirismo lógico o científico, de ellos (como en las definiciones
es tanto más sorprendente en el caso Escuela (analítica) de Cambridge, lingüísticas) o una definición de un
del citado comentarista, por cuanto Grupo de Oxford, ciertos segmentos término mediante mostración del
distingue cuidadosamente en Descar- del neo-realismo, círculo de Wittg- objeto al cual corresponda o repro-
tes no solamente entre "la regla de enstein y positivismo terapéutico, ducción de un comportamiento que
método llamada análisis" y "el aná- etc. A este movimiento se incorporan permita entender de qué se trata, no
lisis en sentido geométrico", sino muchos de los que trabajan en temas es el análisis del término: es una in-
también entre estos dos y "la geome- de lógica simbólica y de semiótica terpretación. Análisis es sólo una de-
tría analítica". Podríamos, sin duda, cuando tal trabajo no es entendido finición en la cual se aclara (no sólo
encontrar un fundamento común de en un sentido "neutral" y pretende se indica) el significado de un tér-
los diversos sentidos dados por Des- ofrecer una cierta idea de la activi- mino. Así, de las dos proposiciones:
cartes al término 'análisis'. Este fun- dad filosófica. Muy común en estas Las palabras 'x es hermano de y'
damento se hallaría en el supuesto tendencias es el rechazo de los ras- significan lo que significan las pa-
de que el "análisis geométrico" es gos especulativos del pensamiento fi- labras ' x e y tienen los mismos pa-
un caso particular del "análisis uni- losófico y la reducción de éste a un dres y x es hombre' y significado de
versal" dado en el tercer precepto, pensar crítico y analítico, con el con- 'x es hermano de y' puede ser analizado
y en el supuesto de que el método siguiente "desenmascaramiento" de en lo que es significado por 'x e y
de la geometría analítica no es sino los problemas tradicionales como "em- tienen los mismos padres y x es hom-
una aplicación del precepto del aná- brollos causados por las complejida- bre'. La primera proposición es, según
lisis al estudio de las curvas geo- des del lenguaje ordinario". Junto a Wisdom, una interpretación, mientras
métricas. Nosotros consideramos, sin ello es común, pero no exclusivo, de que la segunda proposición es un aná-
embargo, más plausible admitir, con las tendencias analíticas, negar que lisis. El análisis permite, según Wis-
el citado Beck (The Method of la filosofía tenga un objeto propio; dom, no sólo aclarar los términos
Descartes. A Study of the Regulae, con ello la filosofía se reduce a un usados, sino resolver ciertos proble-
94
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mas filosóficos tradicionales, a veces analítica de los conceptos (cuyo más ensteinianos de tendencia lingüísti-
mostrando que carecen de significa- ilustre ejemplo es el análisis einstei- ca; G. Ryle y los filósofos del grupo
ción y a veces indicando en qué sen- niano de la significación de 'es si- de Oxford. Para la posición (b), los
tido tienen que solucionarse. Así, G. multáneo'; (III) El análisis postula- wittgensteinianos adheridos al posi-
E. Moore indica en Principia ethica tivo, usado en la construcción de un tivismo terapéutico: Norman Mal-
(I, 6-13) que un análisis de la expre- sistema logístico, y (IV) El análisis colm, en parte John Wisdom, etc.
sión 'x es bueno' muestra que la bon- "directivo", que desemboca en enun- Para la posición (c), los antiguos
dad no puede reducirse a preferencia ciados ostensivos cuyos símbolos co- positivistas lógicos de tendencia for-
personal. En efecto, cuando una per- rresponden a hechos atómicos. Otra malista —Carnap— y muchos de los
sona dice 'x no es bueno' se enuncian clasificación es la que proponemos a que trabajan en campo de la lógica
dos expresiones contradictorias. Pero continuación y que nos parece más matemática con el fin de encontrar
esto no ocurre cuando una persona completa. Consiste en declarar que lenguajes en el sentido indicado.
dice 'Me gusta x' y otra dice: 'No me dentro del movimiento analítico se Algunos autores han planteado el
gusta x'. El análisis de 'x es bueno' en han manifestado las siguientes ten- problema de la posible relación en-
términos de 'Me gusta x' es, así, inco- dencias: (a) el analitismo antiforma- tre el análisis y la especulación. Es
rrecto, y la mostración de su incorrec- lista lingüístico, preocupado por el el caso de C. D. Broad, el cual, aun-
ción revela a la vez la incorrección de examen de sentencias formuladas en que inclinado en principio hacia los
toda una teoría ética. (2) Segunda fa- lenguaje ordinario, con el fin de postulados del movimiento analítico
se, desarrollo parcial de la anterior y (1) ver si poseen o no sentido o en un sentido general, considera que
representada por los miembros de la (2) de demostrar que todas las cues la filosofía analítica puede ser una
llamada Escuela de Cambridge (VÉA- tiones filosóficas son pseudo-proble- preparación para la filosofía especu-
SE ). A la influencia de Moore hay mas; (b) El analitismo antiformalis- lativa. En tal caso el "análisis" de-
que agregar pronto la de Russell y ta psicológico, que se adhiere a la signa uno de los momentos esencia-
pronto también la del positivismo ló- posición (a2), pero que resuelve los les de todo pensar filosófico, que no
gico. Nos hemos extendido sobre ello problemas considerando el lenguaje ha estado ausente en prácticamente
en el artículo últimamente referido. como uno de los modos del compor ninguna de las filosofías llamadas tra-
(3) Tercera fase, representada espe- tamiento humano y no mediante pu dicionales, pues en casi todas ellas
cialmente por el positivismo terapéu- ros análisis lingüísticos; (c) El ana la especulación se ha basado en una
tico de Wittgenstein y sus discípulos, litismo formalista, más interesado en previa aclaración de significaciones.
de que hemos hablado en varios ar- los problemas lógicos, y preferente Y ello hasta tal punto que podría
tículos (Positivismo, Psicoanálisis, mente ocupado en construir lengua inclusive establecerse una clasifica-
Wittgenstein [VÉANSE ]). (4) Cuarta jes precisos dentro de los cuales que ción de las filosofías de acuerdo con
fase, representada principalmente por den eliminadas las paradojas y a los el mayor o menor predominio en
el grupo de Oxford (v.) y que se cuales puedan traducirse las partes no ellas del aspecto analítico o del as-
caracteriza por el examen del uso contradictorias del lenguaje hablado. pecto sintético, desde aquellas en las
(v.) de los términos. Hay que ob- Paradójicamente, los partidarios de cuales el análisis ocupa una parte
servar que algunas de estas fases se la posición (c), que es más técnica importante del trabajo filosófico (co-
entrecruzan en el tiempo y también que las posiciones (a) y (b) y pa mo en Aristóteles) hasta aquellas en
que una parte del movimiento ana- rece más alejada en la superficie de las cuales representa solamente una
lítico está representado por una cierta las tareas tradicionales de filosóficas, parte mínima de él ( como en Hegel).
cantidad de trabajos efectuados en es la que más se acerca a ellas. En Indicaremos aquí solamente algu-
las esferas de la logística y de la efecto, el analitismo en el sentido (c) nos trabajos relativos al concepto de
semiótica, de modo que la ordena- pretende últimamente forjar lengua análisis entendido en el sentido del
ción cronológica es siempre insufi- jes en los cuales pueda describirse "movimiento analítico": L. S. Steb-
ciente. con rigor la experiencia. Por lo tanto, bing, "The Method of Analysis in Me-
Para corregir sus inconvenientes se tales lenguajes, aun cuando son for taphysics", Proceedings of the Aris-
totelian Society, 1932-33. — Íd., íd.,
han propuesto clasificaciones más sis- males, deben utilizarse con vistas a "Logical Positivism and Analysis",
temáticas. Una es la que se halla en describir la realidad, al revés de lo Ibíd., 1933. — Max Black y J. T.
el trabajo de L. S. Stebbing sobre el que acontece con el analitismo en los Wisdom, "Is Analysis a Useful Me-
análisis y el positivismo lógico ( 1933) sentidos (a) y (b), que es más bien thod in Philosophy?", Ibíd., Suppl.
y que, aunque hoy día insuficiente un modo de eludir los problemas de XIII, 1934. — John Wisdom, Pro-
(en parte a causa de la fecha ya algo la descripción de lo real. blems of Mind and Matter, 1934 (so-
lejana en que fue formulada), ayu- Las tres posiciones antes citadas bre todo la introducción). — Íd., íd.,
da a comprender varias caracterís- están implícitas en Wittgenstein, pero Interprétation and Analysis, 1931. —·
ticas de los movimientos analíticos. han sido desarrolladas con frecuen- J. W. Reeves, Empiricism and
Ana-lysis, 1935 (tesis). — A, J.
Consiste en afirmar la existencia de cia independientemente de él. Como Ayer, Language, Truth and Logic,
cuatro tipos de análisis: (I) El aná- representantes destacados de las mis- 1936, 2a ed., 1946. — Varios autores,
lisis como definición analítica de ex- mas podemos considerar los siguien- Analysis and Metaphysics (Arist
presiones simbólicas —tal como es tes. Para la posición (a), los llamados Soc. Suppl XIX, 1945). — J. O.
usado por Russell, en particular en analistas de Cambridge, tales como Wisdom, The Metamorphosis of
su teoría de las descripciones (véase Moore, John Wisdom, y, en general, Philosophy, 1949. — M. Weitz,
DESCRIPCIÓN )—; (II) La aclaración antiguos discípulos de Moore; wittg- "Analysis and Real Définition",
Philosophical Stu-
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dies, I, 1 (1950). — Max Black, se debe también el libro Toward que contienen la condición que les
Problems of Analysis. Philosophical Reunión in Philosophy, 1956, un in- permite convertirse en reglas a prio-
Essays, 1954 (aplicación del método tento de integrar el movimiento ana- ri a los fenómenos.
de análisis a varios problemas). — lítico con otros para evitar la "com-
R. M. Haré, P. Henle, S. Körner, partimentación" excesiva de los sabe- Kant ha empleado también el tér-
"Symposium: The Nature of Analy- res filosóficos. mino 'analítica' en la Crítica de la
sis", The Journal of Philosophy, LIV ANALÍTICA. Como hemos visto razón práctica en el sentido de la
(1957), 741-66. — Arthur Pap, Se- en el artículo ANALÍTICOS , se da el Analítica de la razón pura práctica.
mantics and Necessary Truth. An nombre latino de Analytica, )Analu- A diferencia de la Analítica de la
Inquiry into the Foundations of Ana- tika/ a los Primeros y Segundos Ana- razón pura o teórica que va de la
lytic Philosophy, 1958. — Véase tam- sensibilidad a los conceptos y pasa
bién la bibliografía de OXFORD. Exá- líticos de Aristóteles. Por lo demás,
el Estagirita usó el nombre de arte luego a los principios, la Analítica
menes críticos: J. K. Feibleman, de la razón pura práctica se refiere a
Inside the Great Mirror; a Critical analítico, a)nalutikh\ te/xnh, para de-
Examination of the Philosophy of signar el análisis que se remonta a una voluntad que es una causalidad.
Russell, Wittgenstein, and Their Follo- los principios (Rhet., I, 4, 1359 b 10). Por eso tal Analítica debe comenzar
wers, 1958. — M. J. Charlesworth, Analítica es también el nombre gene- con la posibilidad de principios
Philosophy and Linguistic Analysis, ral que se da a todo análisis (v. ). prácticos a priori; de ellos pasa a los
1959 [Duquesne Studies. Philosophical Nosotros reservamos el vocablo para conceptos de los objetos de una
Series, 9]. — Ernest Gellner, Words el sentido que tiene en Kant y Hei- razón práctica, y sólo entonces puede
and Things. A Critical Account of analizar el papel que desempeña el
Linguistic Philosophy and a Study in degger.
Kant usa el término 'analítica' para sentido moral frente a la sensibilidad.
Ideology, 1959 (especialmente sobre El camino que sigue la Analítica de
el llamado "grupo de Oxford" [véase designar la primera parte de la
OXFOBD] ). — Alberto Gian-quinto, La lógica general, "que resuelve todas la razón pura práctica es, así,
filosofía analítica: l'invo-luzione dalla las operaciones del entendimiento y inverso al que sigue la Ana-lítica de
riflessione sulla scienza, 1961. — J. de la razón en sus elementos y los la razón pura teórica: no va de la
Wahl, J. O. Urmson, G. Ryle, P. F. presenta como principios de todo sensibilidad al entendimiento, sino
Strawson, J. L. Austin et al., La enjuiciamiento lógico de nuestro en- de la lógica a la estética (usados
philosophie analytique, 1962 [Cahiers tendimiento". En la Crítica de la ra- estos términos en el sentido
de Royaumont. Philosophie. N°4]. — kantiano). La Analítica es asimismo
U. Scarpelli, Filosofía analítica: norme zón pura, la Analítica trascendental
es la parte que sigue a la Estética introducida en la Crítica del juicio
et valori, 1962. — Brand Blanshard, como una Analítica de la facultad
Reason and Analysis, 1962 [Paul Carus trascendental y precede a la Dialéc-
Lectures, série 12]. — Libros de texto tica trascendental, teniendo por objeto teleológica de juzgar y como una
con exposición de problemas "la descomposición de todo nuestro Analítica de la sublime.
filosóficos desde el punto de vista del conocimiento a priori en los elementos Heidegger usa también el térmi-
"análisis": A. Pap, Elements of del conocimiento puro del no 'Analítica' (Analytik) al propo-
Analytic Philosophy, 1953. — íd., íd., entendimiento". La Analítica tras- ner una analítica ontología de la
Analytische Erkenntnislehre, 1955 (no cendental es —como parte de la Existencia (VÉASE), la cual permite, a
es simple trad. de los Elements). su entender, despejar el horizonte
— J. Hospers, Introduction to Philoso Lógica trascendental— una "lógica
de la verdad". Los conceptos a que para interpretar el sentido del ser en
phical Analysis, 1953. — P. C. Chat- general (Sein und Zeit, §5 ) . Según
terji, An Introduction to Philosophical ella se refiere deben cumplir las
Analysis, 1957. — Detallada historia cuatro condiciones siguientes: (1) Heidegger, la analítica de la Exis-
del movimiento analítico: J. O. Urm Ser conceptos puros y no empíricos; tencia constituye el primer estadio
son, Philosophical Analysis. Its Deve (2) Pertenecer al pensamiento y al y la primera incitación para el des-
lopment Between the two World entendimiento, no a la intuición y a arrollo de la pregunta acerca del ser,
Wars, 1956. — Antologías: H. Feigl la sensibilidad; (3) Ser conceptos pregunta que determina la dirección
y W. Sellars, Readings in Philosophi elementales, distintos de los conceptos de semejante analítica. Se trata, por
cal Analysis, 1949. — Max Black, Phi consiguiente, de una analítica exis-
losophical Analysis. A Collection of deducidos o compuestos; (4)
Abarcar el campo completo del puro tenciaria (véase EXISTENCIARIO) previa
Essays, 1950. M. MacDonald, Analysis a toda psicología, antropología y
(1933-1940: 1947-1953), 1954.—Mor- entendimiento. Esta última condición
ton White, The Age of Analysis, 1955. se cumple sólo cuando se considera el biología. El deslinde de la analítica
— R. J. Butler, ed., Analytical Philo conocimiento a priori del de la Existencia con respecto a las
sophy, 1963. La primera antología entendimiento como un todo. La mencionadas ciencias es, para Hei-
contiene varios estudios ya clásicos; la Analítica trascendental se divide en degger, absolutamente indispensable
segunda, ejemplos de "análisis filosó una Analítica de los conceptos y una (ibíd., § 10); solamente él per-
fico"; la tercera, una selección de ar Analítica de los principios. La pri- mitirá iniciar el análisis de la Exis-
tículos publicados en la revista ingle tencia como el estar-en-el-mundo y,
sa Analysis en las fechas citadas; la mera consiste en la descomposición
de la facultad del entendimiento con en general, captar la Existencia en
cuarta, selecciones de Peirce, James, lo que puede llamarse su existencia-
Dewey, Moore, Russell, Carnap, Witt- el fin de investigar la posibilidad de
genstein, con introducciones y comen los conceptos a priori en tal forma riedad.
tarios (se completa con textos de au que se hallen sólo en el entendimien- A. De Coninck, L'Analytique trans-
tores "no analíticos", como Croce, to. La segunda es un canon de la cendentale de Kant, I, 1955. — Íd.,
Santayana, Bergson, Whitehead, Hus íd., L'analytique transcendental de
facultad de juzgar que enseña a apli- Kant, est-elle cohérente?, 1956 (com-
serl, Sartre). Al mencionado M. White car los conceptos del entendimiento
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plemento al volumen anterior). — ción en una categoría) y se opone, ticas no responde a una "verdad um-
Giorgio Tonelli, "Der historische Ur- de consiguiente, al supuesto último de versalmente necesaria", sino a "un
sprung der kantischen Termini 'Ana- la filosofía trascendental, es decir, al modo de uso del lenguaje". Las pro-
lytik' und 'Dialektik'", Archiv für Be- supuesto de que el ser es un con- posiciones analíticas serán en este
griffsgeschichte, VII (1962), 120-39. junto de hechos y de que la signifi- caso proposiciones "verbales". Nor-
— Paul Wolff, Kant's Theory of Men-
tal Activity. A Commentary on the cación "se pone" o inclusive "existe" man Malcolm, que ha examinado este
Transcendental Analytic of the Criti- como noúmeno. Se opone asimismo problema procurando ver hasta qué
que of Pure Reason, 1963. — Véase a la solución dada por Husserl a punto se puede decir que las pro-
también bibliografía de TRASCENDEN- la concepción de los juicios analí- posiciones analíticas sean realmente
TAL y comentarios a la Crítica de la ticos y sintéticos. Husserl admite verbales, ha manifestado que si se
razón pura, mencionados en la biblio- la posibilidad del pensar sintético lleva tal tesis a sus últimas conse-
grafía de KANT, y obras citadas en la sin necesidad de reconocer un plano cuencias, resultará de ella lo que
bibliografía de TRASCENDENTAL. trascendental, porque refiere tal Broad había puesto de relieve: que
ANALÍTICA TRASCENDENTAL. pensar al mundo de esencias dis- si una proposición analítica señala
Véase ANALÍTICA. tintas de las categorías, de los me- que la persona que la registra intenta
ANALÍTICO y SINTÉTICO. Des- ros nomina y de las realidades sim- usar ciertas palabras de cierto modo,
de Kant se llama analítico al juicio pliciter. Así, para Husserl hay juicios las proposiciones analíticas serán
cuyo predicado está contenido en el a priori que no son puramente for- enunciados acerca de las actuales
sujeto. Los juicios analíticos, dice males o vacíos y que tampoco nece- presencias de la persona que habla
Kant, "son aquellos en que el enlace sitan ser trascendentales. En verdad, y acerca de su conducta futura, de
del sujeto con el predicado se con- Husserl reconoce una aprioridad eidé- modo que, en último término, se tra-
cibe por identidad", contrariamente tica formal y otra aprioridad eidétíca tará de proposiciones sintéticas. Y
a los sintéticos, en donde el predi- material, con lo cual los llamados jui- Ayer ha llegado a la conclusión de
cado es ajeno al sujeto y el enlace cios sintéticos a priori —correspon- que para evitar la conversión de la
es, por lo tanto, sin identidad. Kant dientes a la síntesis material a prio- proposición necesaria en su contra-
los llama también juicios explicativos ri— expresarían, según dice A. Sán- ria —en una proposición contingente,
por cuanto nada añaden al sujeto chez Reulet, relaciones que se fun- empírica y no necesaria—, no hay más
por el atributo, sino que solamente dan en la peculiaridad esencial de remedio que decir que las pro-
lo descomponen en conceptos par- los relata o elementos relacionados posiciones analíticas y necesarias no
ciales comprendidos en el mismo. por medio de la actividad sintética son propiamente proposiciones, sino
Ejemplos de juicios analíticos son: del juicio. tan sólo "reglas", "usos", modos de
'Todos los cuerpos son extensos'; Έ1 Algunos autores, como Boutroux, operación, de distribución proposi-
triángulo es una figura de tres án- habían señalado ya que el puro jui- cional y de cálculo.
gulos', etc. Estos juicios son todos cio analítico sólo es pensable como Durante las primeras décadas de
a priori ( VÉASE ), es decir, válidos una absoluta identidad que ni siquiera este siglo la cuestión de si puede ha-
con independencia de la experiencia, puede ser desplegada en sus partes, ber o no juicios sintéticos a priori
a diferencia de los juicios sintéticos, ya que la relación de las partes con (VÉASE), dependiente de la cuestión
que pueden ser o exclusivamente a el todo es ya de carácter sintético. acerca de si no hay o hay una dis-
posteriori o bien, como Kant admite, Dentro de los lógicos contem- tinción rigurosa entre las proposicio-
también a priori. En rigor, la discu- poráneos, la tendencia más fuerte ha nes analíticas y las sintéticas, ha dado
sión ha versado casi siempre acerca sido durante mucho tiempo la de lugar, pues, a dos opiniones al pare-
de la naturaleza de los juicios sinté- sostener la imposibilidad de los jui- cer inconciliables: (1) la que ha sos-
ticos. Muchos autores no reconocen cios sintéticos a priori. Cada vez tenido la separación y (2) la que la
la posibilidad de hablar de juicios parece haberse acentuado más, en ha negado. La opinión (1) está den-
sintéticos a priori y afirman —como efecto, el carácter exclusivamente tro de la tradición de Leibniz (en
se hacía antes de Kant o como hacen analítico de las proposiciones nece- parte), Hume, John Stuart Mill y
gran parte de las tendencias neopo- sarias. De este modo se ha tendido otros, aunque no siempre se ha re-
sitivistas contemporáneas— que todo a excluir toda "referencia" de la pro- ferido a sus predecesores y ha pre-
juicio sintético es a posteriori. En este posición analítico-necesaria a la "rea- ferido presentar sus argumentos como
caso no se reconoce ningún plano lidad" y, por lo tanto, la posibilidad resultado de una reflexión sobre la
trascendental, único que, al parecer, de que pudiese haber ninguna pro- índole de las expresiones lógicas. La
puede servir de lazo de unión entre posición analítica acerca de caracte- opinión (2) ha sido defendida por
lo a priori y lo sintético. En otros rísticas generales residentes en el varios grupos de pensadores, cada
términos, los juicios sintéticos serían mundo o ni siquiera acerca de una uno de los cuales se ha apoyado en
todos derivados de experiencias y los clase especial de objetos abstractos varios supuestos. Son: (a) los idea-
analíticos podrían ser reducidos a que serían los universales. Poco a po- listas; (b) los fenomenólogos, y
tautologías. El juicio analítico no di- co se ha considerado inclusive que lo (c) los pragmatistas. Tan inconcilia-
ría, en rigor, nada acerca de lo real. que se llama proposición analítica no bles llegaron a ser en un cierto mo-
Esta concepción se opone, pues, re- es sino una "regla de gramática". mento dichas opiniones que poco a
sueltamente a la kantiana (que ad- Como lo han manifestado Carnap, poco desapareció inclusive toda polé-
mite la posibilidad de concebir un Ayer y Wittgenstein, lo que se llama mica, atrincherándose cada grupo en
juicio como subsunción de una intuí- analítico en las proposiciones analí- sus posiciones respectivas. La cues-
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tión pareció inclusive olvidada. Pero nan la opinión (2) pueden verse al- sintéticos a priori desde el punto de
en los últimos años ha sido reavivada gunos ejemplos en el resumen de los vista lógico, 1916. — Walter Dubis-
por varios de los que fueron durante análisis de A. Pap, C. H. Langdorf lav, Ueber die sogenannten analytis-
chen und synthetischen Urteile, 1926.
un tiempo partidarios de la opinión e I. M. Copi que figuran al final — C. I. Lewis, Mind and the World
(1). En efecto, autores como v. Qui- del artículo Analítico y Sintético Order, 1929. — Íd., íd., An Analysis
ne, M. G. White, A. Pap, C. H. ( VÉASE ) en la precedente edición de of Knowledge and Valuation, 1946.
Langdorf, I. M. Copi, F. Waismann, esta obra (pág. 52, cols., 1-3). Otros — El artículo de A. Sánchez Reulet
J. L. Coblitz, J. Wild y otros han muchos ejemplos podrían darse, entre citado en el texto se encuentra en:
observado que la diferencia entre las los cuales destaca por su amplitud y 'Sobre juicios analíticos y sintéti
proposiciones analíticas y las sintéti- por los debates que ha suscitado el cos", Humanidades, La Plata, XXVI,
cas no es completa, sino gradual. En de Quine, cuando ha apuntado, en págs. 407-15. — El texto de Nor
cambio, autores como R. Carnap, defensa de la tesis gradualista, que man Malcolm es: "Are Necessary
Propositions really Verbal?" Mind, N.
R. M. Martin, B. Mates, L. W. Beck, las usuales definiciones de la ex- S., XLIX, (1940), 189-203. — Las
R. Hartmann, Β. Lake, M. Perkins, presión 'proposición analítica' tienen observaciones de Ayer figuran en:
I. Singer, H. P. Grice, P. F. Straw- varios defectos, entre ellos la impre- Language, Truth and Logic, 1936, y
son y otros han seguido manteniendo cisión del término 'contener'. Nos li- en el artículo "Truth by Convention"
la distinción rigurosa. En general, los mitaremos aquí a apuntar que para Analysis, IV, Nros. 2 y 3. Las de
que siguen manteniendo la opi- aclarar las dificultades antes señala- Broad constan en el trabajo: "Are
nión (1) presentan, bien que consi- das nos parece necesario adoptar un there Synthetic A priori Truths?"
derablemente refinados, argumentos procedimiento que cada vez está más (Arist. Soc. Supp. Vol. XV). Hay que
análogos a los ya familiares, pero extendido entre los lógicos y semióti- tener en cuenta, además, que en la
mayor parte de los libros y artículos
abandonando la tesis del carácter tau- cos contemporáneos. Consiste en pre- sobre problemas lógicos publicados en
tológico de las expresiones lógicas. cisar en cada caso lo que se quiere los últimos decenios hay abundantes
Los que se han acercado a la posi- decir por 'es analítico'. Pues cuando referencias a la cuestión. Véase asi
ción (2) pueden ser distribuidos, a se indica 'S es analítico' se pueden mismo la bibliografía del artículo A
su vez, como ha mostrado A. Ge- significar varias cosas: que la nega- PRIORI. Los trabajos de los autores ci
wirth, en dos subgrupos. (I) Unos ción de S es contradictoria consigo tados en la última parte del artículo
(los menos) que usan argumentos misma; que S es verdadero por su han aparecido en las siguientes pu
ontológicos; (II) otros (los más) que significado exclusivamente y con in- blicaciones: A. Pap (Mind., LV
usan argumentos metodológicos. Los dependencia de los hechos; que S [1946] 234-46, C. H. Langford
(The Journal of Philosophy, XLVI
del subgrupo (I) arguyen que las es verdadero en todos los modos [1949] 20-4, I. M. Copi [Copilo-
formas lógicas reflejan la estructura posibles, etc. Con el fin de alcanzar wish] (The Journal of Philosophy,
de la realidad y que no puede ne- tal precisión es necesario especificar XLVI [1949], 243-5), J. Wild y
garse esta correspondencia sin destruir en qué lenguaje una proposición dada J. L. Coblitz (Philosophy and Phe-
la posibilidad de conocimiento. Los es declarada analítica. Así, no con- nomenological Research, VIII [1948],
del subgrupo (II) arguyen que las viene decir simplemente 'S es analíti- 651-7), R. Rudner (Philosophy of
formas lógicas reflejan la estructura co', sino 'S es analítico en L', 'S es Science, XVI [1949], 41-8), W. v.
de la investigación científica y que analítico en L1' y así sucesivamente. Quine (The Philosophical Review,
sin ello no habría posibilidad de cien- Cierto que 'S es analítico en L' es LX [1951], 20-41 y Philosophical
Studies, II [1951], 71-2), M. G.
cia. El citado Gewirth propone llamar equivalente a 'S es analítico dentro White (John Dewey, Philosopher of
a (I) ya (II) por igual gradualistas, de las reglas semánticas de L' y, por Science and Freedom, ed. S. Hook
en oposición a (2) que reciben el lo tanto, la solución propuesta parece [1950], 316-30), F. Waismann (Ana-
nombre de genericistas. En cuanto a caer en las mismas dificultades que lysis, X-XI, 1949-50 y 1950-51), M.
(I) son llamados idealistas, mientras se han planteado a todo tratamiento Perkins e I. Singer (Journal of Phi
(II) son calificados de pragmatistas, lingüístico de la expresión 'es losophy, XLVIII [1951], 485-97), B.
si bien hay que tener presente que analítico'. Sin embargo, no alcanza- Mates (The Philosophical Review,
estos nombres no coinciden exacta mos a ver mejor procedimiento para LX [1951], 525-34), R. M. Martin
mente con las posiciones filosóficas salir del impasse a que nos arrojan (Philosophical Studies, III [1952],
las posiciones mencionadas; por lo 42-7), B. Lake (Analysis, XII [1951-
generales así también llamadas. Hay 52], 115-22, L. W. Beck y R. Hart
que advertir, con todo, que la sepa demás, la posibilidad de diversos mann (Philosophy and Phenomeno-
ración entre ( I ) y (II) no es fácil, sistemas semánticos hace más sopor- logical Research, IX [1949] 720-40,
pues algunos autores adoptan supues table el tratamiento lingüístico de 'es R. Carnap (Revue Internationale de
tos ontológicos para apoyar sus argu analítico', pues no obliga ya a supo- Philosophie, IV, [1950]), A. Gewirth
mentos metodológicos. ner que hay un solo sentido de esta (The Journal of Philosophy, L [1952],
No expondremos con detalle los expresión. 397-425), D. Pears (Mind, LIX
argumentos dados por cada uno de Además de las obras a que se hace [1950], 199-208), A. R. Turquette
los grupos en cuestión con el fin de referencia en el texto, véase: Got- (The Journal of Philosophy, XLVII
lieb Söhngen, Ueber analytische und [1950], 125-29), Hao Wang (Theo-
no alargar excesivamente este artícu- ria, XXXI [1955], 158-78, H. P. Gri
lo. Para los que sostienen la opinión synthetische Urteile. Eine historisch-
kritische Untersuchung zur Logik des ce y P. F. Strawson, (The Philosophi
(1) pueden considerarse como mo- Urteils, 1915 (Dis.). — Hermann cal Review, LXV [1956], 141-58).
delos los argumentos lingüísticos Ritzel, Ueber analytische Urteile, — Véanse, además: Hilary Putnam,
apuntados antes. Para los que sostie- 1916. — Julián Besteiro, Los juicios "The Analytic and the Synthetic", en
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el volumen Scientific Explanation, sin embargo, que el propio Aristó- riora Commentaria cum Anonymo in
Space, and Time, 1962, ed. H. Feigl teles tenía una clara idea de la a)na librum II, Berolini, 1919 (ibíd., XIII,
y G. Maxwell [Minnesota Studies in litikh\ e) pisth/mh como ciencia que 3). En la Edad Media se destaca
the Philosophy of Science, 3]. — Nor- conduce a las causas por medio de la el comentario de Santo Tomás: In
wood Russell Hanson, "The Very Idea Aristotelis Stagiritae libros nonnu-
demostración. Los Segundos Analí- llos commentaria Analyticorum poste-
of a Synthetic-Apriori", Mind, N. S.,
LXXI (1962), 521-24. No pretende- ticos fueron llamados por los comen- riorum (tomo I, ed. por I. B. de Ru-
mos ser exhaustivos en una cuestión taristas de diversas maneras: ta\ a)pod beis [de Rossi], Romae, 1882, de la
que ha producido ya una larga lite- eiktika/, a)podeiktikh\, pragmatei/a Editio Leonina: Opera omnia iussu
ratura filosófica; no damos tampoco a)podeik tikh/ , es decir, ciencia Leonis XIII edita cura et studio Fra-
los datos anteriores con pretensión de demostrativa. trum Praedicatorum). Entre los co-
orden ideológico o cronológico, pues Si exceptuamos las revolucionarias mentarios modernos, citamos: Julius
sirven solamente a modo de ejemplos. conclusiones de Joseph Zürcher so- Pacius, Aristotelis Stagiritae... Or-
Además, véanse: Alan Pasch, Expe- bre la autenticidad del Corpus aris- ganum, Morgiis, 1584 e In Porphy-
rience and the Analytic, 1958. — R. rii Isagogen et Aristotelis Organum
M. Martin, The Notion of Analytic totelicum (véase ARISTÓTELES ), no commentarium, Aureliae Allobrogum,
Truth, 1959 (análisis semántico). — hay muchas dudas hoy sobre la au- 1605. — Sylvester Maurus, Aristote-
Mario Bunge, "Análisis de la analiti- tenticidad de los dos escritos ni tam- lis Opera quae extant omnia, brevi
cidad", en Antología semántica, 1960, poco sobre el hecho de que los Pri- paraphrasi, tomus I, continens phi-
ed. Mario Bunge. — Para una escla- meros Analíticos (con excepción de losophiam rationalem, hoc est logi-
recedora referencia al planteamiento 46 a - 47 a y 51 b - 53 a) fueron cam, rethoricam et poeticam, Romae,
clásico del problema, Cfr. E. Cassirer, redactados con anterioridad a los 1688. — Entre los comentarios del
Descartes, 1939, págs. 42 y 283. Segundos. Los Analíticos contienen XIX destaca el ya citado de Waitz
Cassirer se refiere al apoyo que Kant aspectos todavía no explorados sufi- a su edición del Organon (2 vols.,
encontró en Leibniz, Nouveaux Essais, Lipsiae, 1884-46) y la selección, con
cientemente (como la teoría del si- traducción latina y notas, de A. Tren-
Lib. II, cap. XVI, Gerhardt, V, 143.
Otro apoyo podría hallarse en Locke, logismo modal), y los historiadores delenburg, Elementa logices Aristo-
Essay, Libro II, xvi. (Solmsen) y lógicos ( Lukasiewicz, telae, Berolini, 1892. — Entre los
ANALÍTICOS. Los dos principales Bochenski) contemporáneos han re- del XX destacamos las notas puestas
escritos del Organon aristotélico son parado en varios puntos que subrayan por J. Tricot a su traducción del Or-
los llamados Analíticos: los Primeros el extremo carácter formal de la doc- ganon (Paris, nueva edición, 2 vols.,
trina lógica aristotélica, incluyendo el 1947) y, sobre todo, las puestas por
Analíticos ( )Analutika\ pro/tera, W. D. Ross a su edición de Prior and
Αna- uso de variables (véase VARIABLE).
Tanto Eudemo como Teofrasto Posterior Analytics, Oxford, 1949.
lytica Priora; abreviado: An. Pr.) y los ANALOGÍA es, en términos gene-
Segundos Analíticos ()Analutika\ (según el testimonio de Galeno y
Alejandro) escribieron también "Ana- rales, la correlación entre los términos
u(/ste-ar, Analytica Posteriora; de dos o varios sistemas u órdenes,
abreviado: An. Post.), y hasta algunos líticos" (Hamelin, op. cit., señala que
el comentarista Adraste de Afrodisia es decir, la existencia de una rela-
autores (siguiendo a Alejandro de ción entre cada uno de los términos
Afrodisia y a Juan Filopón) [siglo II] conocía cuarenta libros de
Analíticos, de los cuales sólo los cua- de un sistema y cada uno de los
consideran que sólo tales Analíticos términos de otro. La analogía equivale
constituyen propiamente el Organon. tro citados son considerados como
auténticos). Es probable que algu- entonces a la proporción, la cual
El objeto de los dos primeros libros puede ser entendida cuantitativa o to-
de que se componen los Primeros nas de las correcciones introducidas
por los dos autores primeramente ci- pológicamente. Se ha hablado también
Analíticos es la teoría formal del de analogía como semejanza de una
silogismo y las condiciones formales tados se incorporaran al texto hoy
canónico de Aristóteles. cosa con otra, de la similitud de
de toda prueba. Constituyen la unos caracteres o funciones con otros.
introducción a los dos libros de los Los comentarios antiguos sobre los
Analíticos son los de Alejandro de En este último caso la analogía con-
Segundos Analíticos, que estudian la siste en la atribución de los mismos
Afrosidia, y de Ammonio, hijo de
demostración. Los comentaristas Hermeia (siglo I), Temistio (siglo IV) predicados a diversos objetos, pero
dieron a los Primeros Analíticos el título y Juan Filopón (siglo VI). Han sido esta atribución no debe ser entendida
de )Analutika\ (término usado por el editados por M. Wallies en los si- como una determinación unívoca de
Estagirita en sus referencias al guientes textos. De Alejandro: In estos objetos, sino como la expresión
texto), pero algunos autores (F. Th. Aristotelis Analyticorum priorum li- de una correspondencia, semejanza o
Waitz) consideran que su nombre brum I commentarium, Berolini, 1883 correlación establecida entre ellos.
propio es Sobre el silogismo, Peri\ (Coll. Acad. Berol., II, 1). De Am-
monio: In Aristotelis Analyticorum Justamente en virtud de las di-
sullogismou= (empleado por algunos ficultades que ofrece este último tipo
comentaristas y probablemente usado priorum librum I commentarium, Be-
rolini, 1889 o 1899 (ibíd., IV, 6). de analogía se ha tendido con fre-
por Aristóteles y el Liceo como De Temistio: Quo fertur in Aristote- cuencia a subrayar la exclusiva refe-
frecuente designación del texto [Cfr. lis Analyticorum priorum librum I rencia de la analogía a las relaciones
Hamelin, Le système d'Aristote, 29, paraphrasis, Berolini, 1884 (ibíd., entre términos, es decir, a la expre-
donde se menciona también como XXIII, 3) y Analyticorum Posterio- sión de una similaridad de relaciones.
título Peri\ a)podeicewj]). En efecto, rum paraphrasis, Berolini, 1900 (ibíd., Aun aplicada a cosas, y no a relacio-
escribe Waitz (Organon, I, 367), este V, 1). De Juan Filopón: In Aristotelis
Analytica Priora Commen-taria, nes, la analogía parece referirse, por
último título es más inteligible y lo demás, siempre a las proporciones
menos oscuro que el primero. Con Berolini, 1905 (ibíd., XIII, 2) e In
ello se olvida, Aristotelis Analytica Poste-
99
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y jamás a las semejanzas en sentido unívocamente. San Buenaventura dis- unívocos universales, o pueden no
estricto. tinguía entre la analogía y la univo- prescindir de ellas, en cuyo caso son
Los matemáticos griegos entendie- cidad (univocatio). La primera se fun- llamados —como ocurre con el térmi-
ron la analogía como una proporción, da en la posibilidad de establecer re- no 'ser' respecto a todos los seres de
o razón de proporcionalidad en el sen- laciones entre seres substancialmente una cierta especie o aun con respecto
tido hoy todavía usual cuando habla- distintos — posibilidad a su vez basada a todas las substancias creadas—
mos de "proporciones" o "razones" en en cierta comunidad entre tales seres. unívocos trascendentales. En lo que
matemática. Este tipo de analogía se La segunda se funda en la posesión toca a los propios términos análogos
refiere a cantidades, a magnitudes y indivisa por varios seres de un la división es algo más compleja. Lo
a relaciones entre puntos en el espa- elemento común. La analogía es un más corriente es distinguir entre la
cio. Fundándose en la misma idea, modo de concebir la proporción analogía de atribución y la analogía
pero aplicándola a ciertas realidades (proportio). Según É. Gilson, (La phi- de proporcionalidad. Se llama analo-
con el propósito de establecer compa- losophie de Saint Bonaventure, 3a ed., gía de atribución a aquella en la
raciones, Platón presentó la idea de 1953, pág. 168 y nota 1), San Buena- cual el término se atribuye a varios
analogía en Rep., VI 508 (y también ventura —que deriva el significado de entes por su relación con otros (el
en Tim., 31 Β - 32 A). Platón com- proportio, de Boecio (De arithmetica, II llamado primer analogado), como
paró el Bien con el Sol e indicó que 40; PL., LXIII, col. 1145), y trata el ocurre cuando se llama 'sano' a un
el primero desempeña en el mundo problema de la analogía especialmente alimento, a un rostro, etc. Se llama
inteligible el mismo papel que el se- en sus Comentarios a las Sentencias de analogía de proporcionalidad a aquella
gundo desempeña en el mundo sen- Pedro Lombardo (por ej., I Sent., 3 y en la cual el término se atribuye, desde
sible. Esta analogía se refuerza con 48)—, admite también una "semejanza luego, a varios sujetos o entes en una
la relación establecida por Platón entre de univocidad" o si-militudo relación semejante. Esta relación
el Bien y el Sol, la cual es, a su univocationis (I Sent., 48), en cuyo puede ser metafórica —cuando
entender, comparable con la existente caso puede considerarse la semejanza expresa algo simbólico— o propia
entre un padre y el hijo, pues el como un "género del cual la — cuando expresa algo real. La re-
Bien ha engendrado el Sol a semejanza univocidad y la analogía son especias" lación análoga puede ser, por lo tanto,
suya. Varios miembros de la Academia (Gilson, loe. cit.). Gran número de como dicen los escolásticos, sim-
media (véase ACADEMIA PLATÓNICA — escolásticos, siguiendo las nociones y pliciter diversa o bien secundum
especialmente Albino (VÉASE)— aclaraciones al respecto contenidas en quid eadem. En otras palabras, el
adoptaron y desarrollaron estas varios lugares del Corpus aristote-licum término análogo es el que significa
concepciones de Platón. Lo mismo hi- (Cfr. infra y además Cat., I 1a ; Met, una forma o propiedad que se halla
cieron Plotino, Proclo y Dionisio el 1048 a 37; Θ 6, 1093 b 19), han intrínsecamente en uno de los tér-
Areopagita (VÉANSE). Este último in- distinguido, al referirse a los nombres o minos (el analogado principal), ha-
trodujo la noción de analogía en rela- términos, entre un modo de hablar llándose, en cambio, en los otros tér-
ción con el problema del acceso inte- unívoco ( VÉASE), un modo de hablar minos (analogados secundarios) por
ligible a Dios o la Bondad Perfecta. equívoco y un modo de hablar cierto orden a la forma principal.
La llamada i)so/thj tou= lo/gou ο doc- análogo. El término o nombre común, Partiendo de esta base puede decirse
trina de "la igualdad de razón" fue predicado de varios seres, llamados también que la analogía es extrín-
aplicada por Aristóteles a los proble- inferiores, es unívoco cuando se aplica seca (como lo muestra el ejemplo
mas ontológicos por medio de lo que a todos ellos en un sentido totalmente 'sano') o intrínseca (como lo muestra
se ha llamado "la analogía del ente" semejante o perfectamente idéntico. Es el ejemplo de 'ser', que conviene a
(Cfr. infra). El ser (VÉASE), declaró equívoco cuando se aplica a todos y a todos los entes, increados o creados,
Aristóteles, "se dice de muchas ma- cada uno de los términos en sentido substanciales o accidentales). En este
neras" — bien que se diga primera- completamente distinto (así, 'toro' último caso la analogía es llamada
mente de una manera: como subs- corno animal o constelación; 'cáncer', también metafísica. La analogía ex-
tancia ( VÉASE). La doctrina aristo- como enfermedad o como signo del trínseca, a su vez, puede ser analogía
tétilica fue aceptada y elaborada por Zodíaco). Es análogo cuando se aplica de proporcionalidad extrínseca o
un gran número de escolásticos bajo a los términos comunes en sentido no metafórica —de muchos a muchos—
la conocida rúbrica analogía entis. Nos entera y perfectamente idéntico o, o analogía extrínseca de atribución.
extenderemos acerca de las varias sen- mejor aun, en sentido distinto, pero Y la analogía intrínseca puede ser a
tencias al respecto y las precederemos semejante desde un punto de vista la vez de atribución o de proporciona-
con algunas consideraciones genera- determinado o desde una determinada lidad. Estas distinciones fueron ob-
les. y cierta proporción (como 'despierto' jeto de muy vivas discusiones dentro
La analogía (analogía) puede refe- aplicado a un ser que no duerme y a de la escolástica, sobre todo en la
rirse a cosas, hablándose de cosas si- un ser que tiene una inteligencia viva medida en que, bajo su aspecto
nónimas y de cosas unívocas (véase y no apagada, dormida o mortecina). estrictamente técnico, afectaban a las
UNÍVOCO). Es usual entre los escolás- Ahora bien, dentro de esta división cuestiones últimas de la metafísica.
ticos referir la analogía ante todo a se distingue a su vez entre varias Así, aunque se coincidía casi siem-
nombres o términos y discutir cuándo acepciones. Así, los términos unívocos pre en que el ente análogo consti-
se usa o no un nombre o término ana- pueden prescindir de sus diferencias, tuye el objeto más propio de la filo-
lógicamente a diferencia de cuándo en cuyo caso son —como los géneros sofía primera, comprendiendo tam-
se usa o no un nombre o término y especies— bién los entes de razón y aun toda
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ANA ANA ANA
privación del ente en cuanto inteli- vez, sostiene una analogía de atribu- lógica formal simbólica a algunos pro-
gible, se formaron principalmente ción entre el Creador y los seres crea- blemas de la filosofía tomista), I. M.
tres escuelas. Mientras la escuela de dos, y entre la substancia y los acci- Bochenski ha tratado la cuestión clá-
Suárez indicaba que el ente es for- dentes, pues el ser de los últimos de- sica de la analogía en sentido tomista
malmente trascendente y que la ana- pende del de los primeros. En todo desde el punto de vista de la logística
logía ha de entenderse en el sentido caso, la noción analógica del ser as- contemporánea, considerando,
de la analogía intrínseca o metafísica pira a resolver un problema capital primero, que la noción de analogía
de atribución, y no en el sentido de de la teología escolástica: el de la es importante y susceptible de ulte-
la analogía intrínseca de proporciona- relación entre Dios y las criaturas, riores desarrollos, y, segundo, que
lidad, la escuela de Escoto propendía por cuanto si bien en el orden del para tal fin puede usarse con ventaja
a defender la univocidad del ente, el ser Dios excede a todo lo creado, la herramienta de la actual lógica
cual se contrae a las nociones infe- como causa suficiente de los entes matemática. Bochenski examina, a este
riores mediante diferencias intrínsecas, creados y de todo ser contiene ac- efecto, la analogía desde un punto de
y la escuela de Cayetano abogaba por tualmente sus perfecciones. vista semántico (no el único posible,
una analogía de proporcionalidad. En En la filosofía moderna el proble- pero sí el más conveniente y aun el
efecto, de los tres modos de analogía ma de la analogía no ha aparecido más tradicional, pues de lo contrario
a que, según Cayetano, pueden en la superficie de un modo explí- no se comprendería cómo puede ser
reducirse todos los términos análogos cito, pero no ha dejado jamás de tratada la equivocidad, que es una
—la analogía de desigualdad, la estar latente. Sin embargo, la tenden- relación del mismo tipo que la
analogía de atribución y la de cia general de esta filosofía ha sido analogía). En su artículo "On
proporcionalidad, mencionados por casi siempre la de referirse a la ana- Analogy" (The Thomist, Vol. XI,
Aristóteles, aunque con distinta termi- logía o bien en el sentido de una [1948], 424-47; texto inglés de su
nología en Phys., VII 4, 249 a 22; similaridad de relaciones en los tér- trabajo en polaco "Wstep do teorii
Eth. Nic., I 6, 1096 b 26 y Top., I 17, minos abstractos o bien en el sentido analogii", publicado en Roczniki filo-
108 a 6, respectivamente—, solamente de una semejanza en las cosas, dan- zoficzne, t. I [1948], págs. 64-82), Bo-
el último constituye, a su entender, do, por lo tanto, en este último caso chenski declara, en efecto, que esto
la analogía, definiéndose la expresión a la analogía un sentido claramente tiene antecedentes en el examen por
'cosas análogas por proporcionalidad' metafórico. La referencia propiamente Santo Tomás de la analogía en rela-
mediante "aquellas cosas que tienen metafísica ha quedado de este modo ción con los nombres divinos, y en el
un nombre común y la noción cortada, especialmente en las di- De Nominum Analogia, de Cayetano.
expresada por este nombre es recciones fenomenistas y funciona- A tal fin, asume como noción funda-
proporcionalmente la misma", es de- listas que han abandonado formal- mental la de significación, descrita
cir, "aquellas cosas que tienen un mente la noción de substancia. Así, en la fórmula "la expresión α signi-
nombre común y la noción expresada Ernst Mach define la analogía como fica en el lenguaje l el contenido f
por este nombre es similar de acuerdo relación entre sistemas de conceptos del objeto x" o, simbólicamente,
con una proporción" (De Nomi-num homólogos que puede dar lugar a "S (a, l, f, x)" (la situación simbo-
Analogía, cap. III). A su vez, como una diferencia o a una coincidencia. lizada es llamada complejo semánti-
ya vimos, tal analogía puede tener Y las nuevas direcciones lógicas, es- co). Expresión se refiere a una pala-
lugar o de un modo metafórico o de pecialmente bajo su interpretación ló- bra escrita u otro símbolo escrito (ob-
un modo propio. Cayetano se basaba gico-positivista, aplican el concepto jeto físico que ocupa una posición
principalmente en la doctrina tomista, de analogía cuando hay correlación dada en el espacio y en el tiempo).
pues se hallan en Santo Tomás entre el término que designa un he- Contenido designa la clásica ratio to-
numerosos pasajes en tal sentido — cho observable y verificable, y el mista. Objeto o cosa designan la res
por ejemplo: 1 Eth., lect. 7, I Sent., término que designa un hecho no en el sentido tomista clásico (un "in-
19, 5 2 ad 1, de Potentia, 7,7 y de observable, pero deducible por me- dividuo"). Se aplican a la citada
Veritate, 21, 4 c ad 30—, pero es dio de términos forjados dentro de relación las operaciones elementales
obvio que refino la noción un sistema de correlaciones signifi- de la teoría de las relaciones, y se
considerablemente, en particular en cativas. En cambio, en la medida en obtienen una serie de términos. Entre
lo que toca a la distinción entre el que ha vuelto a dominar la preocu- dos complejos semánticos hay 16 y
análogo y sus analogados, la pre- pación ontológica, la analogía ha sido sólo 16 relaciones en una tabla que
dicación de los analogados al aná- empleada de nuevo en el sentido de puede substituir la división tradicional
logo y la comparación entre el análogo la filosofía primera. Es el caso de de los términos en unívocos, equívocos
y los analogados. En general, Nicolai Hartmann, quien se aproxima y sinónimos (véase SINÓNIMO,
podemos decir que el tomismo en en este punto a la posición escotista UNÍVOCO). Bochenski analiza particu-
general se inclina fuertemente por de la casi univocidad del ente, el larmente la univocidad y la equivoci-
la analogía de proporcionalidad, de cual se entiende, como diría Suárez, dad a base de las primeras cuatro
tal suerte que, según él, compete exis- "prescindido" de la substancia, del de las 16 relaciones (las más impor-
tir a todos los entes en una relación accidente, del ser por esencia, etc. tantes desde el punto de vista clásico)
semejante de un modo intrínsecamente Siguiendo investigaciones de Jan y muestra que ya en los Principia
vario, pues, sin duda, el ser no es Salamucha y de J. Fr. Drewsnowski Mathematica se examinaba el proble-
jamás un género que se determine (quienes, como lo hace también ac- ma de la analogía al tratar la cuestión
por diferencias extrínsecas, pero, a la tualmente Ivo Thomas, aplicaron la de la "ambigüedad sistemática" (equi-
101
ANA ANA ANA
valente a la clásica aequivocatio a razonamiento en cuestión se deduce Hoppe, Die Analogie, 1873. — Ha-
consilio). La analogía resulta ser en- de la semejanza de unos objetos, en rald H¨pffding, Eegrebet Analogi,
determinadas notas, su semejanza en 1923 (trad. francesa: Le concept
tonces una relación heptádica entre d'analogie, 1931; trad. alemana: Der
dos expresiones (nombres, términos), otra nota. El esquema del razona- Begriff der Analogie, 1924). — Erich
un lenguaje, dos contenidos (senti- miento analógico cualitativo es: "S Przywara, Analogia entis, 1932. —
dos, rationes) y dos cosas (objetos, tiene la nota p; S y S' tienen las no- (Sobre Przywara: G. Copers. De ana-
res), teniendo los nombres la misma tas a, b, c; por lo tanto, S' tiene pro- logieleer van E. Przywara. 1952). —
forma y siendo las cosas diferentes. bablemente la nota p". El razona- Alfred Eggenspieler, Durée et ins-
El autor reconoce que tiene que miento por analogía va de lo particu- tant. Essai sur le caractère analogi-
lar a lo particular, y no posee nunca, que de l'être, 1933. — Nicolas Bal-
afrontar una situación más compleja thasar, L'abstraction métaphysique et
que la que aparece en la lógica for- desde el punto de vista lógico-formal, l'analogie des êtres dans l'être, 1955.
mal clásica, pues hay que usar sím- una fuerza probatoria concluyente, — W. J. Anders, De analogía entis
bolos que son expresiones de expre- sino únicamente verosímil o probable. in het heding, 1937. — R. Kwant,
siones, es decir, símbolos de símbo- Clásicamente se distinguía entre va- De gradibus entis, 1946. — Deltheil,
los. Lo interesante aquí es mostrar rios modos o especies de razonamien- Dupsuy, Vandel, Calmette, B. de So-
que la noción de expresión analógica to por analogía: 1° El que va del lages, Dialogue sur l'analogie, 1946.
efecto a la causa o viceversa. 2° El — E. L. Mascall, Existence and Ana
constituye un género de las expre- logy, 1949. — A. C. Gigon, Analogia,
siones equívocas. Ello confirma la tra- que va de los medios a los fines y a 1949 (monografía). — W. Veauthier,
dición, pues el instrumento lógico la inversa. 3° El que procede por se- "Analogie des Seins und ontologische
empleado permite examinar metalógi- mejanza. Este razonamiento por ana- Differenz", Symposion IV (1955),
camente y traducir exactamente la logía se clasifica asimismo según su 9-89. — Austin Farrer, Finite and In
fórmula clásica: 'la propia analogía materia o su forma. Por la materia finite. A Philosophical Essay, 2° éd.,
es analógica'. Las dificultades que se distinguen los casos arriba cita- 1959. — J. D. Garcia Bacca, "La
dos; por la forma, en cambio, se en- analogía del ser y sus relaciones con
puede hallar el teólogo en tal cons- la metafísica", Episteme [Caracas],
trucción, y el reconocimiento de que tiende el razonamiento en cuestión 1959-1960, págs. 1-64. — Gottlieb
la analogía de proporcionalidad, una según vaya de lo semejante a lo se- Söhngen, Analogie und Metapher.
vez traducida al lenguaje formal, da mejante, de lo menos a lo más y de Kleine Philosophie und Theologie der
por resultado un significado muy po- lo contrario a lo contrario. Sprache, 1962. — Sobre analogía en
bre de las proposiciones acerca de Kant llama analogías de la expe- teología: M. T-L. Penido, Le rôle de
Dios o del espíritu (que se limitan a riencia a los principios puros del en- l'analogie en théologie dogmatique,
1931. Sobre el llamado estudio ex
unas escasas relaciones formales tra- tendimiento correspondientes a la ca- perimental de la analogía: E. A.
tadas en los Principia Mathematica) tegoría de relación. Su fórmula gene- Esper, "A Contribution to the Expe
son resueltas, según Bochenski, me- ral enuncia que "la experiencia es rimental Study of Analogy", Psycho-
diante el descubrimiento de que si sólo posible por la representación de logical Review, XXV (1918). — So
no podemos dar formulaciones exac- un enlace necesario de percepciones" bre analogía y simbolismo: S. Bucha-
tas de muchas propiedades formales (2° ed. de la Crítica de la razón pu- nan, Symbolic Distance in Relation to
implicadas en relaciones usadas por ra) o bien "todos los fenómenos están Analogy and Fiction, 1932. — S. T.
Cargill, The Philosophy of Analogy
la metafísica y la teología, ello se sujetos, en cuanto a su existencia, a and Symbolism, 1947. — Sobre el
debe no a la falta de tales propieda- reglas a priori que determinan sus concepto de analogía en la física:
des formales, sino al estado poco relaciones respectivas en un tiempo" Lothar von Strauss y Torney, "Der
desarrollado de la biología y de otras (1a ed.). Las analogías de la expe- Analogiebegriff in der modernen Phy-
ciencias, de las cuales el metafísico riencia demuestran: 1° La substancia sik", Erkenntnis, VI (1936). — Sobre
y el teólogo deben extraer sus expre- es permanente en todos los cambios el razonamiento por analogía: Mau
siones analógicas (y los contenidos de los fenómenos y su cantidad no rice Dorolle, Le raisonnement par
analogie, 1949. — Ch. Perelman y L.
de ellas). Así, "un progreso inmenso aumenta ni disminuye en la Natura- Olbrechts-Tyteca, Traité de l'argu
en las ciencias especulativas sería el leza (principio de permanencia de la mentation, t. II, 1958, § 82-6, págs.
resultado de la formalización de esas substancia). 2° Todos los cambios 499-534. — Sobre el concepto kan
disciplinas". Y aun en su estado actual acontecen según la ley de enlace de tiano de las analogías de la expe
puede advertirse, por ejemplo, la causa y efecto (principio de la su- riencia: E. Laas, Kants Analogien
diferencia entre Principio y Padre por cesión en el tiempo según la ley de der Erfahrung. Eine kritische Studie
medios puramente formales: el causalidad). 3° Todas las substancias über die Grundlagen der theoreti-
schen Philosophie, 1876. — Sobre el
primero es transitivo, el segundo, in- en tanto que pueden ser percibidas concepto de analogía en la lógica
transitivo (op. cit., pág. 443). como simultáneas en el espacio, es- griega: E.-W. Platzeck, La evolución
Se llama razonamiento por analo- tán en una acción recíproca general de la lógica griega en el aspecto es
gía al que se efectúa no sólo cuanti- (principio de la simultaneidad según pecial de la analogía, 1954. — Sobre
tativamente como determinación nu- la ley de la acción y reacción o reci- el concepto de analogía en Platón,
mérica de un cuarto término, cono- procidad ). Paul Grenet, Les origines de l'analogie
cidos los tres términos de una pro- Sobre el concepto general de ana- philosophique dans les dialogues de
logía, especialmente el concepto de la Platon, 1948. (Metáfora y analogía)
porción, sino también cualitativamen- — Sobre el concepto de analogía en
te como atribución de un carácter múltiple significación y sus grados:
Franz Brentano, Von der mannig- el Pseudo-Dionisio: Vladimir Losski,
a un objeto por la presencia de este fachen Bedeutung des Seins nach La notion des analogies chez le Pseu-
carácter en objetos semejantes. En el Aristóteles, 1862, reimp., 1960. — J.
102
ANA ANA ANA
do-Denys l'Aréopagite (Archives d'his- cartes a Hegel]. — Un estudio semán- y sin orden; estaban "todas juntas"
toire littéraire et doctrinale du mo- tico de ciertos problemas que pueden en un primitivo caos que sólo ha po-
yen âge), 1939. — Sobre el concepto relacionarse con el tema clásico de la dido ser ordenado por el espíritu, la
de analogía en varios autores es- analogía se halla en la siguiente serie inteligencia, la mente, nou=j. La masa
colásticos: General: T. Barth, "Zur de monografías de Arne Naess: Inter-
prétation and Preciseness (I. Survey originaria de las homeomerías fue
Geschichte der Analogie", Franziska- sometida a un torbellino impulsado
nische Studien, XXXVII (1955), 81- of Basic Concepts, 1947; IL, 1948;
98. Para el concepto escotista: S. III. "Το define" and to make preci- por el espíritu, por "la más fina y
Belmond, O. M., "L'univocité scotis- se, 1948; IV. Misinterpretation and pura de todas las cosas". El Nous es
te" Revue de Philosophie XXI, Pseudoagreement, 1948; V. Principies así el principio del orden, pero tam-
(1912); ibíd., XXII (1913). — Para of Elementary Ánalysis, 1949), que bién el principio de animación y
el concepto tomista y cayeta-nista: incluyen un análisis de la sinoni- de individuación de las cosas que
Petazzi, S. J., "Univocita ed analogia" mia, todo ello desde un punto de vista
empírico, aunque con uso del sim- constituyen el orden armónico del
(Rivista di Filosofía neo-scolastica bolismo lógico. Naess propugna un universo. Mas el Nous produce el
(1911 y 1912). — J. Ramírez, O. P., método experimental, a base de cues- orden no de un modo previsto des-
De analogia secun-dum doctrinan tionarios, con el fin de llegar a de- de siempre, no como un destino,
Aristotelico-thomis-thicam, 1922. — finiciones operativas, y sus estudios
R. Blanche, O. P., "La notion sino como una fuerza mecánica, que
tratan asimismo el problema de la se desarrolla a partir de su propio
d'analogie dans la philosophie de Saint precisión y la vaguedad (VÉASE ).
Thomas" Revue des Sciences - centro, esto es, del centro de su mo-
philosophiques et théologiques (1941). ANALOGÍAS DE LA EXPERIEN- vimiento en torbellino. El Nous es,
— G. B. Phelan, St. Thomas and CIA. Véase ANALOGÍA, ad finem. por lo tanto, principio del movimien-
Analogy, 1941 [The Aquinas Lecture ANAMNESIS. Véase PLATÓN y RE- to, pero de un movimiento que se
of Marquette Uni-versity]. — J. F. MINISCENCIA.
extiende casi ciegamente, porque es
Anderson, The Bond of Being, 1949. ANAPODÍCTICOS. Véase INDE- animación más bien que cumplimiento
— A. Goergen, Die Lehre von der MOSTRABLES. de una necesaria justicia. Por eso
Analogie nach Kard. Cajetan und ihr ANARQUISMO. Véase BAKUNIN
Verhältnis zu T. v. Aquin, 1938 ( Dis. afirma Aristóteles que el pensamiento
(Μ. Α.). de Anaxágoras carece de claridad,
). — Hampus Lytt-kens, The Analogy ANAXÁGORAS (ca. 499-428 an-
Between God and the World. An porque si bien explica el tránsito del
Investigation of Its Background and tes de J. C.) nació en Clazomene caos al orden como intervención en
Interpretation of Its Use by Thomas of (Asia Menor) y se dirigió a Atenas lo confuso y mezclado de lo puro y
Aquino, 1952. — O. A. Varangot, en 453. Ligado por amistad y por sin mezcla, lo explica sin justificar
Analogía de atribución intrínseca y adhesión política a Pericles, fue acu- a su vez la finalidad de este espíritu
analogía del ente según Santo Tomás, sado de impiedad por los enemigos puro y universal.
1957. — B. Kelly, The Metaphysical de éste y se vio obligado a abando-
Background of Analogy, 1958 (folleto; La percepción de las cosas tiene
nar la ciudad en 434, falleciendo en lugar, según Anaxágoras, mediante la
principalmente basado en Santo Lámpsaco. Anaxágoras fue, según di-
Tomás y en parte en Cayetano). — sensación de las diferencias entre
Albert Krapiec, Teoria analogii bytu, ce Diógenes Laercio, "el primero que nuestros sentidos y los objetos exter-
1959 ( Teoría de la analogía del ser) a la materia ( u(/lh ) añadió la inteli- nos. Las cosas son percibidas por sus
[en Aristóteles, Santo Tomás, gencia (nou=j)". La "tradición jónica" contrarios; si hay una imposibilidad
Brentano y otros]. — George P. se renueva en este pensador, para de captar la realidad en sus partes
Klubertanz, Sí. Thomas Aquinas on quien nada se engendra ni se destru- mínimas, ello es debido únicamente
Analogy, 1960. — Yves Simon, "Order ye, sino que hay simple mezcla y se- a la insuficiencia de los órganos sen-
in Analogical Sets", The New paración. La cuestión fundamental soriales que, por otro lado, reflejan
Scholasticism, XXIV (1960), 1-42. — de la filosofía presocrática, la inte-
Bruno M. Bellerate, S. D. B., con toda exactitud lo que se pone
rrogación por el ser permanente con en contacto con ellos.
L'analogia tomista nei grandi Com- vistas a la explicación de lo que
mentatori di S. Tomasso, 1960. — R. Continuadores de la filosofía de
M. Mclnerny, The Logic of Analogy. acontece y cambia, es resuelta por Anaxágoras fueron Arquelao de Ate-
An Interpretation of St. Thomas, 1961 Anaxágoras no mediante la suposi- nas o de Mileto (fl. ca. 400 antes de
[comparación entre Santo Tomás y ción de un principio único ni me- J. C.) y Metrodoro de Lámpsaco (fl.
Cayetano]. — Bernard Montagnes, O. diante la afirmación de que sólo el ca. 420 antes de J. C.). Se atribuye
P., La doctrine de l'analogie de l'être ser es, al modo de Parménides, sino al primero un escrito titulado Peri\
d'après Saint Thomas d'Aquin, 1963 por la hipótesis de un número infi-
[Philosophes médiévaux, 6]. — Para fu\sewj, Sobre la Naturaleza, en el cual
nito de elementos, de gérmenes o se- afirmaba que el caos primitivo, la
el concepto suareziano: Limbourg, S. millas, que se diferencian entre sí
J. "Analogie des Seinsbegriffess, Zeit- masa originaria de todas las subs-
schrift für katholische Theologie cualitativamente, que poseen propie- tancias, estaba formada por el aire,
(1893). — J. Hellin, S. J., La analogía dades irreductibles y por cuya mez- siendo el Nous su principio ordena-
del ser y el conocimiento de Dios cla y combinación nacen las cosas vi- dor. La filosofía natural de Arque-
en Suárez, 1947. — La analogía en sibles. Confusión, separación y mez- lao de Atenas parecía ser, pues, una
Kant y Hegel: E. K. Specht, Der cla son lo que determina la forma- combinación de las especulaciones de
Analogiebegriff bei Kant und Hegel, ción de las cosas sobre la base de Anaxágoras y Anaxímenes. En cuanto
1952 ( Kantstudien. Ergänzungshefte estas semillas a las cuales llamó Aris-
66). — E. Heintze, Hegel und die a Metrodoro, aplicó los conceptos de
tóteles homeomerías. Estas semillas la filosofía natural de Anaxágoras a
Analogie, 1958 [Akademische Vorträ- estaban en un principio confundidas
ge und Abhandlungen, 20] [De Des- la interpretación de Homero, equi-
103
ANA ANA AND
parando, por ejemplo, Zeus al Nous, ción y trasparencia del "principio" del aire, al ser dilatado o comprimido,
Aquiles al Sol, Agamemnon al éter, de Tales, el agua, puede ser tanto el fuego, el agua, la tierra. El aire
etc. debido a la indiferencia cualitativa recubre todo el orden del universo
Una doctrina en algunos respectos que corresponde a las cosas antes al modo como lo ilimitado contiene
análoga a la de Anaxágoras es la de de ser formadas individualmente, lo limitado, pero este recubrimiento
Diógenes de Apolonia ( VÉASE ). como al hecho de que lo infinito, es no se efectúa, según Anaxímenes, co-
Suele atribuirse a Anaxágoras un decir, lo indeterminado, recubra lo mo lo estático cubre lo dinámico. Por
escrito Peri\ fu/sewj, Sobre la Natura- determinado, el orden del mundo. el contrario, el aire es el elemento
leza. Fragmentos y testimonios en Los mundos nacen y perecen en el vivo y dinámico; es, como el alma
Diels-Kranz, 59 (46). Testimonios de seno de este infinito, de este princi- humana, un aliento o un hálito, que
Arquelao de Atenas o de Mileto y de pio y substancia universal que hace se opone a la pasividad de la materia
Metrodoro de Lámpsaco en ibíd., que lo diverso sea, en el fondo, lo y que, al mismo tiempo, la informa.
69 (47) y 61 (48) respectivamente. — mismo. El retorno de toda forma- La indeterminación e indiferenciación
Véase la bibliografía de los artículos ción a lo informe no es así sino el del principio o substancia primordial
FILOSOFÍA GRIEGA y PHESOCRÁTICOS. cumplimiento de una justicia contra del universo es así una posibilidad,
Además: F. Krohn, Der nou=j bei A., esa injusticia que representa el que pero una posibilidad que es a la vez
1907. — D. Ciurnelli, La filosofía di las cosas pretendan ser subsistentes la máxima realidad, pues de ella de-
Anassagora, 1947. — F. M. Cleve, The por sí mismas, pues la justicia es, en rivan las realidades individuales, las
Philosophy of A. An Attempt at Re- última instancia, la igualdad de todo cosas. La identidad del aire y del
construction, 1948. — J. Zafiropoulo, en la substancia única, la inmersión, hálito o el espíritu, significa así la
Anaxagore de Clazomène (I. Le my- sin diferencias, en el seno de una in- identidad de todo lo dinámico frente
the grec traditionnel de Thales à PZo- determinada infinitud. a lo estático; como en el apeiron,
ton. II. Théorie et fragments), 1948. Fragmentos y testimonios en también hay en el aire el fundamen-
— Artículos sobre Anaxágoras de M. Diels-Kranz, 12 (2). Véase F. Lüt-ze, to de la igualdad de todas las cosas,
Heinze (Ber. der Ges. der Wiss. phil- Ueber den a) /p eiron Anaximan-ders, de su justicia, contra la injusticia de
hist. Klasse [1890], 1-45), H. Diels ein Beitrag zur richtigen Auf-fassung
(Archiv für Ges. der Phil. X [1897], su individuación.
desselben als materiellen Prinzips, Fragmentos y testimonios en Diels-
228-37 y Zeitschr. für Phil. und. 1878. — J. Neuhäuser, Dis-sertatio de
phil. Kritik, CXIV 201-13), W. Ca- A. Milesi natura infinita, 1879. — Kranz, 13 (3). — Véase J. Dörfler,
pelle (Neue Jahrb. XLIII [1919], L. Otten, A. aus Milet, 1912 (Dis.). Zur Urstoffslehre des Anaximenes,
81-102, 169-98), O. Gigon (Philolo- — Charles H. Kahn, Anaximander 1912. — Artículos de P. Tannery
gus, XCI [1936], 1-41), W. Broecker and the Origins of Greek (Revue philosophique, VI [1883] y
(Kantstudien, 1942-43). — Art. de Cosmology, 1960. — Artículos de F. Archio für Ges. der Phil. I [1888],
E. Wellmann sobre Anaxágoras (Ana- D. E. Schleiermacher (Werke, II, 314-21), A. Chapelli (Archiv, etc.,
xágoras, 4) en Pauly-Wissowa. 171-296), P. Natorp (Phil. Mo- I [1888], 582-94), R. Mondolfo (Ri-
ANAXIMANDRO (ca. 610-547 an- natshefte, XX [1884], 367-98), P. vista Filologia Classica, [1936], 15-
tes de J. C.) de Mileto, perteneciente Tannery (Revue philosophique [1886], 26), A. Maddalena (Atti Reale Isti-
a los llamados "fisiólogos jónicos", 225-71, y Archiv fur Ges. der Philo- tuto Véneto di Scienze. Lettere ed
dijo, según Diógenes Laercio, que sophie, VIII [1895], 443-48), H. Arti [1937-1938], 515-45), G. B.
"el infinito es el principio". Este Diels (ibíd., X [1897], 288-337), Kerfeld (Museion Helveticum [1954],
principio, a)rxh/, es el fundamento de J. Dörfler (Wien. Stud. XXXVIII 117-21). — Véase también bibliogra-
[1916], 189 y sigs.), R. Mondolfo fía de PRESOCRÁTICOS. — Artículo
la generación de las cosas, aquello sobre Anaxímenes (Anaximenes) por
que las abarca ( perie/xei ) y domina (Logos, XX, 1 14-30), G. B. Burch
(The Review of Metaphysics), I, 3, E. Wellmann en Pauly-Wissowa.
(kuberna= ), pero un fundamento cons- 1949), M. Heidegger (en Holzwege, ANDRÓNICO DE RODAS (fl. 70
tituido por algo inmortal e impere- 1950, págs. 296-343 [trad. esp.: Sen- antes de J. C.) es conocido sobre
cedero, por lo indeterminado, lo in- das perdidas, 1960, págs. 269-312]. todo como el compilador y ordenador
diferenciado, to\ a)/peiron. Del apei- — Paul Seligman, The 'Apeiron' of de las obras de Aristóteles y de Teo-
ron (v.) surgen lo frío y lo cálido co- Anaximander: A Study in the Origin frasto, las que, además, comentó ex-
mo separaciones de la substancia pri- and Function of Metaphysical Ideas, tensamente. De hecho, se debe a
mordial, y se constituyen lo fluido, la 1962. Véase también bibliografía de
PRESOCRÁTICOS.
Andrónico la conservación del Cor-
tierra, el aire, los astros. La disposi-
ANAXÍMENES (ca. 588-524 antes pus Aristotelicum (véase ARISTÓTE-
ción de los elementos del universo
LES ), el cual pasó, desde que fue
en el espacio que ocupan está hecha de J. C.) de Mileto fue probable-
confiado por Teofrasto a Neleo de
así de acuerdo con el mayor o menor mente discípulo de Anaximandro, se-
Scepsis, por una serie de vicisitudes
peso de los elementos componentes: gún cuenta Diógenes Laercio, y con-
que pusieron en peligro su conserva-
en el centro, la tierra; cubriéndola, el sideró, al decir de Aristóteles, el aire
ción. Depositados durante mucho
agua, y recubriéndolo todo, el aire y como anterior al agua, prefiriéndolo
tiempo en un sótano, los manuscritos
el fuego. Este orden que ha surgido como principio entre los cuerpos sim-
de Aristóteles fueron recobradas por
del caos ha nacido en virtud de un ples. Pero este "aire" que responde
Apelicón, un funcionario de Mitrída-
principio, de una substancia única, a la pregunta por el principio de las
tes, tomados por Sila como botín de
mas de una substancia que no es cosas es también, como el "princi-
guerra y, finalmente, recogidos por
determinada sino indeterminada. La pio" de Anaximandro, algo infinito;
Andrónico. A éste se debe asimismo
indeterminación del "principio" de las cosas nacen por sus condensacio-
el título Metafísica dado a la filoso-
Anaximandro, a diferencia de la nes y rarefacciones, esto es, surgen
fía primera del Estagirita (véase
precisa determina- 104
ANF ANG ANG
METAFÍSICA). Aunque principalmente ceptos en función de los datos de la ángeles, sino también en lo que se
de índole filológica y exegética, el sensibilidad sean aplicados a ésta refiere a su organización (en nueve
trabajo filosófico de Andrónico tiene sus predicados puros y, por consi- coros y tres jerarquías). Filosófica-
una importancia considerable. Por guiente, sea forzada constructivamen- mente, la doctrina más completa al
otro lado, entre sus comentarios a las te la propia experiencia como resul- respecto es seguramente la de Santo
obras de Aristóteles y Teofrasto pa- tado de tal uso. Tomás (Cfr. especialmente, S. theol.
rece haber valiosos elementos lógi- ÁNGEL significa literalmente men- I, qq. L-LVI y Cont. Gent., II, 72 y
cos, que están siendo actualmente sajero (a)gge/llei=n, anunciar, a)ggeli/a, 98), el cual ha usado para la edifi-
investigados a la luz de la nueva anuncio, misión, mensaje). Doctrinas cación de la angelología concepciones
lógica. angelológicas se encuentran en va- proporcionadas por el pensamiento
Véase F. Littig, Andronikos von rias concepciones religiosas y cosmo- aristotélico. Especialmente importante
Rhodos, I, 1890, II, 1894, III, 1895. gónicas (por ejemplo, entre los anti- al respecto ha sido el interpretar los
Art. de A. Gercke sobre Andrónico guos persas), pero sólo en el judaismo ángeles filosóficamente como substan-
(Andronikos, 25) en Pauly-Wissowa. y luego, sobre todo, en el cristianismo cias separadas e intelectuales. Estas
ANFIBOLÍA. En el artículo Sofis- alcanza la doctrina sobre los ángeles substancias son inmutables e inmor-
ma (VÉASE) nos hemos referido a la precisiones teológicas que suscitan in- tales; aunque individuos, son a la vez
anfibolía como uno de los razona- terés filosófico. especies, de modo que cada ángel
mientos sofísticos in dictione. La an- En el Antiguo Testamento los án- constituye por sí mismo un universo
fibolía consiste en la ambigüedad en geles son enviados de Dios y en oca- completo y sobremanera rico. Aun-
una proposición. Esta ambigüedad siones —como en el caso del "Ángel que creados por Dios y situados en
puede existir en todas las lenguas, de Jehová"— parecen ser una antici- la jerarquía del ser entre Dios y los
pero a consecuencia de su mayor li- pación del Verbo de Dios. En el hombres, los ángeles son espíritus pu-
bertad de ordenación sintáctica, se Nuevo Testamento se habla de la in- ros, puras inteligencias, auxiliares de
acentúa sobre todo en las lenguas tervención de ángeles en diversas Dios en el gobierno divino, poseedo-
clásicas. Así, la anfibolía citada por ocasiones (Anunciación, consuelo de res de una ciencia superior a la hu-
Aristóteles: "¿No debe haber cono- Jesús por un ángel durante la pa- mana, pero inferior a la divina, pues
cimiento de lo que conoce?" muestra sión, etc.). En todos los casos los án- los ángeles no pueden penetrar por
tal carácter mucho mejor en el ori- geles son considerados como seres sus propias fuerzas ni el secreto del
ginal griego, a base del cual resulta creados por Dios, pero muchas discu- corazón humano ni el del porvenir:
impreciso si el conocimiento se re- siones se han suscitado en torno a su sus observaciones sobre los seres hu-
fiere al sujeto o al objeto conocido. verdadera naturaleza y destino. To- manos son más completas que las eje-
Ejemplo de anfibolía en español son dos los Padres de la Iglesia y teólo- cutadas por ningún otro ser (excepto
los versos de Lope de Vega en La gos han admitido que se trata de Dios), y sus previsiones más perfec-
boba para los otros y discreta para sí espíritus, pero mientras algunos han tas que las de ningún otro ser (excep-
(Acto I, esc. 1): insistido en su pura espiritualidad, to Dios), pero no hay ni conocimiento
amor fue el hijo primero que tuvo otros les han atribuido un cuerpo completo de la entraña del hombre
naturaleza ya que puede suponerse (etéreo y luminoso). En cuanto a su ni previsión infalible del porvenir.
que el amor fue el primer hijo que la destino se admite la narración de la Terminemos observando que Euge-
Naturaleza tuvo, y también que el rebelión de algunos de los ángeles nio d'Ors ha interpretado el concep-
amor fue el primer hijo (de quien contra Dios (véase DEMONIO), pero to de ángel en un sentido muy es-
fuese) que poseyó una naturaleza. Por mientras varios autores ( Orígenes, De pecial dentro de su doctrina filosófica;
lo demás, aparte de que la anfibolía principiis, II, 9 y III, 5-6) declaran el ángel puede ser comparado, a su
anterior puede resolverse ( como la que todos los espíritus creados por entender, con una especie de "sobre-
mayor parte de sus análogos) Dios (ángeles y demonios) se salvan conciencia", de tal suerte que la an-
mediante el buen sentido, puede en la apocatástasis final, la mayoría gelología se convierte en una doctri-
alegarse que depende menos de la de los Padres, especialmente desde na —más metafísica que psicológi-
estructura lingüística que de falta de San Agustín (Cfr. especialmente De ca— de la personalidad.
precisión tipográfica; si escribimos Civ. Dei, XI y XII; Comm. litt. en., ANGUSTIA. En su dilucidación del
'Naturaleza' con inicial mayúscula ( I, 1-5), se inclinan en favor de admi- concepto de la angustia, Kierkegaard
significando la Naturaleza), la tir la condenación eterna de los án- parte del abismo irreconciliable que
anfibolía desaparece. geles malos y la eterna beatitud de existe entre lo finito y lo infinito,
En suma, se habla de anfibolía los ángeles buenos. abismo sentido por la existencia hu-
de una proposición o de un juicio Las precisiones anteriores no resul- mana como una angustia radical,
cuando posee un doble sentido, cuan- taron, empero, suficientes ni desde el como un desamparo donde la subje-
do revela una ambigüedad y es sus- ángulo teológico ni desde el filosófi- tividad limitada del hombre se halla
ceptible de equívoco. Kant llama co. Teológicamente, sólo con Dioni- suspendida en la nada de su angus-
anfibolía de los conceptos de refle- sio el Areopagita ( Hier. cael. passim; tiarse, gracias al cual puede la misma
xión al hecho por el cual el uso Cfr. especialmente IV-X) se desarrolló ser enteramente concreta, huir del en-
empírico y legítimo del entendimiento una doctrina angelológica que, basada gaño de la razón unificadora e iden-
puede ser sustituido por el uso en la Escritura, ofrecía un aspecto tificadora y sumergirse en el torbe-
trascendental, esto es, al hecho de sistemático, no sólo en lo que toca llino del existir. La angustia es, por
que en vez de emplear dichos con- al examen de la naturaleza de los lo tanto, algo enteramente distinto
105
ANG ANG ANG
del miedo y de otros estados aními- el hombre encuentra la angustia, mas nombre de angustia objetiva. Ésta se
cos semejantes: "éstos refiérense siem- cabe preguntarse si ésta es solamente distingue de la angustia neurótica, la
pre a algo determinado, mientras una de las raíces de la existencia; cual tiene causas puramente psicoló-
que la angustia es la realidad de la más allá o al lado de la angustia po- gicas. La causa de la angustia objetiva
libertad como posibilidad antes de dría hallarse la esperanza, un estado es la perspectiva de un peligro
la posibilidad". "Por eso —sigue di- de expectación que se encamina, no externo que se supone indominable y
ciendo Kierkegaard—, no se encuen- simplemente a las cosas entre las cuales que paraliza la acción, resultando en
tra ninguna angustia en el animal, se mueve la existencia en sus mo- ese estado de detención de la respira-
justamente porque éste, en su natu- mentos de "distracción", sino a una ción y de contracción a que alude el
ralidad, no está determinado como plenitud que puede colmar el supuesto término 'angustia' (angustia = 'estre-
espíritu" ( El concepto de la angustia, vacío o crisis de la vida. Acaso pueda chez'). La angustia objetiva puede
I, 5). No tiene, pues, nada de sor- decirse que la angustia y la esperanza conducir a la angustia neurótica. Pero
prendente que para Kierkegaard la se nutren una de otra: sin angustia, la éste suele tener causas que permane-
investigación de la angustia tenga existencia correría, en efecto, el peligro cen ocultas a la persona angustiada.
que salir del marco de lo psicológico de perderse en lo cotidiano, o de Así, Freud indica que el nacimiento
para entrar en el marco de lo exis- anquilosarse en lo satisfecho; sin es causa y aun prototipo de la angustia
tencial. La angustia es, ciertamente, esperanza, en cambio, la existencia neurótica, porque arroja al individuo al
un modo de hundirse en una nada, podría desmoronarse, víctima de su mundo, fuera de la protección que le
pero es a la vez la manera de sal- propio interminable hundimiento. Po- proporcionaba el seno materno. Las
varse de esa misma nada que ame- dría concebirse la vida como un con- causas de la angustia neurótica son
naza con aniquilar al hombre an- tinuo tránsito de la una a la otra, sin más "vagas" que las de la angustia
gustiado, es decir, una manera de jamás detenerse en ninguna; esperanza objetiva. Tres tipos de causa son
salvarle de lo finito y de todos sus y angustia parecen igualmente ne- importantes. Por un lado, causas
engaños. De ahí la posibilidad, sub- cesarias para que la existencia humana ligadas a ciertas fobias de localiza-
rayada por el citado autor, de una mantenga su modo de ser esencial- ción difícil. Por otro lado, "causas
educación por la angustia o, mejor mente "contradictorio". disponibles", indeterminadas, que ha-
dicho, de una educación en la fe por Los anteriores conceptos son, para cen que la angustia "flote" sin encon-
la angustia. Tal dilucidación de la usar el vocabulario consagrado, pre- trar objetos específicos en los cuales
angustia es proseguida, aunque con dominantemente "existenciales" (y, en fijarse — una forma de angustia bien
distinto propósito, por Heidegger. Heidegger, "existenciarios" ). Han si- descrita por Proust al escribir de ella
Este pensador hace de la angustia do elaborados por filósofos y han te- que "flota. .. vaga y libre, sin estar
el temple de ánimo peculiar median- nido escasa resonancia en la psicolo- afectada a nada determinado, al ser-
te el cual se revela la nada y se gía contemporánea — con excepción vicio un día de un sentimiento, otro
descubre la existencia como un estar de la llamada "psiquiatría existen- día de otro, ora de la ternura filial,
sosteniéndose en ella. La angustia no cial" a que nos referimos en el artículo ora de la amistad hacia un camara-
es según ello un mero estado psicoló- Psicoanálisis (VÉASE). Los psicólogos, da" (A la recherche du temps perdu,
gico ni un "angustiarse por" algo especialmente los de tendencia ed. P. Clarac y A. Ferré, tomo I, pág.
determinado; en la angustia revela- llamada "científica" y "experimental", 30). Finalmente, causas que ya no
dora hay una indeterminación ab- se han ocupado sobre todo de describir pueden llamarse causas, pues no hay
soluta, que la distingue completamen- objetivamente los estados de angustia en esta forma de angustia relación
te del miedo. La angustia no es así o bien de buscar el enlace de tales perceptible entre la angustia y lo te-
una aniquilación del ente, sino un estados con fenómenos fisiológicos y mido en ella. Este último tipo de an-
derrumbamiento del ente, un hundi- bioquímicos. Ahora bien, dentro del gustia se manifiesta en la historia. En
miento. La confirmación de este ca- psicoanálisis freudiano se ha sus obras Introducción general al psi-
rácter revelador de la angustia se desarrollado la investigación de los coanálisis e Inhibición, Síntoma y An-
demuestra por la visión de aquello estados de angustia en una forma que gustia (Cfr. bibliografía en Freud
ante lo cual la existencia se había por un lado es estrictamente psicoló- [Sigmund]), Freud destaca el compo-
angustiado una vez que la angustia gica o psicofisiológica y por el otro nente sexual —los "modos de uso de
ha desaparecido: esta visión remite lado parece rozar temas sensiblemente la libido""— de las angustias histéri-
justamente al hecho de que el objeto análogos a los del pensamiento fi- cas; los impulsos sexuales no satisfe-
de la angustia no había sido nada, al losófico existencial y existencialista. chos o no sublimados son reprimidos
hecho por el cual la nada misma, en Describiremos brevemente las opinio- y engendran estados histéricos. Pero
su presencia pura, se había revelado nes de Freud al respecto. en otras obras el concepto de angustia
allí (¿Qué es metafísica?). La an- Las causas de los estados de angus- se libera de connotaciones exclu-
gustia es, según esto, la condición tia (y de los estados, menos oprimen- sivamente sexuales y hasta parece al-
misma de una existencia temporal y tes por lo común, de ansiedad) ha- canzar las formas que hemos descrito
finita; no es sólo la agudización de bían sido buscadas antes de Freud en como "existenciales". En Más allá del
una mera inquietud y zozobra, sino perturbaciones fisiológicas — por principio del placer, Freud distingue
lo que se encuentra siempre en el ejemplo, en la actividad de las glándu- entre la angustia (Angst), el temor
fondo del hombre cuando no se halla las suprarrenales. Freud resumió esos (Furcht) y el pavor {Schreck). La an-
"distraído" entre las cosas. Al des- estados de angustia producidos por gustia corresponde a un cierto estado
cender al abismo de su profundidad, una o varias causas fisiológicas con el de expectación del peligro (incluyen-
106
ANG ANI ANO
do un peligro desconocido); el temor tología de K. Jaspers, 1958 (tesis). vinidades poderosas (Cfr. Primitive
requiere un objeto del que el sujeto — Sobre la angustia en sentido his- Culture, 1873). Sin embargo, el he-
se siente temeroso; el pavor es el es- tórico-psicológico: O. Pfister, Das cho de que el animismo equivalga en
tado en que se encuentra un sujeto Christentum und die Angst. Eine re- gran parte a la doctrina de que el
ligionspshychologischehistorische und
cuando afronta un peligro para el religionshygienische Untersuchung, alma es, en todos los sentidos, el ver-
cual no estaba preparado. 1914. dadero principio vital, no quiere de-
De la obra de Kierkegaard, El con- cir que sea enteramente identificable
cepto de la angustia, hay traducción ANICERIS (siglo III), uno de los
cirenaicos ( VÉASE ), fue menos ra- con tal doctrina. Pues el animismo
española (1930). También la hay de puede entenderse también en otros
la conferencia de Heidegger: "¿Qué dical en sus opiniones que Heguesías,
es metafísica?" (en Cruz y Raya y se aproximó más a Arístipo. En dos sentidos: o lo anímico es princi-
N° 6). — El libro de Sigmund Freud: efecto, para Aniceris, placer y dolor pio de lo orgánico en tanto que sujeto
Hemmung, Symptom und Angst (In- vuelven a ser respectivamente los material, o representa su principio
hibición, síntoma y angustia) está sumos bien y mal. Pero mientras bajo la forma de la causa final de to-
traducido en la edición de Obras dos los movimientos corporales. En
completas (tomo II). Obras psicoló- Arístipo consideró tales principios co-
mo de naturaleza estrictamente in- este último sentido el animismo equi-
gicas y psicopatológicas sobre la an- vale al vitalismo, tal como ha sido
gustia: W. Stekel, Nervöse Angst- dividual, Aniceris los examinó a la
zustände, 4° edición, 1924. — Pierre luz de las formas de relación social. defendido por Hans Driesch en su
Janet, De l'angoisse à l'extase. Études Así, para este filósofo la amistad y teoría de la "causalidad entelequial"
sur les croyances et les sentiments, la gratitud son realidades positivas y en su doctrina de la entelequia or-
2 vols., 1926. — O. Liebeck, Das que el sabio debe admitir. Ahora gánica, así como a la psicología "hór-
Unbekannte und die Angst, 1928. — mica" y teleológica de William Mc-
A. Rado, Zwangserscheinungen und bien, amistad, gratitud y otras virtu-
des son experimentadas por cada uno Dougall, quien llama precisamente
Angstzustände bei Nervösen, 1933. animismo a su propia teoría psicoló-
— G. Stôrring, Zur Psychopathologie y no tienen valor fuera de la expe-
und Klinik der Angstzustiinde, 1934. riencia individual, no son deseables gica. Mas esta causa final tiende en-
— R. Lacroze, L'angoisse et l'émo por sí mismas, sino en cuanto afectan tonces a dejar de ser meramente una
tion, s/f. ( 1938). — Juliette Bouton- a la persona. Sin embargo, estas instancia ejemplar, una atracción,
nier, L'Angoisse, 1945. — M. Neu- opiniones de Aniceris le obligaban a para convertirse en un verdadero y
mann, Ueber die Angst, 1947. — reconocer que, siendo, por ejemplo, real principio activo. Es obvio, de to-
E. Froeschels, Angst, Eine Philoso- dos modos, que el término 'animismo'
phisch-medizinische Betrachtung, la amistad algo bueno, es posible, y
hasta recomendable, que por amor de resulta para esta concepción demasia-
1950. — R. May, The Meaning of do vago y convendría evitarlo, ya sea
Anxiety, 1950. — J. J- López Ibor, ella suframos algunos dolores.
La angustia vital, 1950. — F. Panse, para concentrarlo en su primera sig-
ANIMAL. Véase ALMA DE LOS BRU- nificación antropológica, ya fuese para
Angst und Schreck, 1952. — A. Silva TOS , ANTROPOLOGÍA, HOMBRE .
Tarouca, Die Logik der Angst, aplicarlo a toda doctrina según la
1953. — Paul Diel, La peur et (an ANIMISMO significa, en general, cual el alma, o una realidad análoga
goisse, 1956 (psicología profunda, la creencia de que todo está animado a ella, constituye el principio de la
intrapsíquica"). — Hediger, Zulli- y vivificado, de que los objetos de la actividad de todos los seres, y no so-
ger, Neumann, Schwarz, Benedetti, Naturaleza son, en su singularidad y lamente de todos los cuerpos orgáni-
Jores, Benz, Ueberwasser, La angus- en su totalidad, seres animados. cos, sino también, por ejemplo, de los
tia (trad. esp., 1960). — Sobre la Este animismo coexiste en los pueblos
angustia y el pensamiento mágico: propios astros, y aun del universo
Ch. Odier, L'angoisse et la pensée primitivos con el antropomorfismo, concebido como unidad. En este sen-
magique, 1947. — Angustia y reli- por el cual la animación de todos los tido pueden calificarse de animistas
gión: E. Rochedieu, Angoisse et reli- seres es concebida en analogía con las doctrinas antiguas y renacentistas
gion, 1952. — Sobre la angustia me- la del hombre. Según Edward Bur- que sostienen la existencia de un
tafísica: Henri Edouard Pirenne, Sur nett Tylor (1832-1917), el animismo Alma del Mundo ( VÉASE ).
l'angoisse métaphysique. Essai de es, en términos generales, la doctrina E. Saisset, L'âme et la vie; étude
philosophie de la philosophie, 1934. de los seres espirituales en tanto que sur la renaissance de l'animisme,
— Sobre la angustia del hombre mo abarca la misma esencia de una filo- 1864. — Borchert, Der Animismus,
derno, y en varios autores: A. Künz- sofía espiritualista opuesta a toda fi- 1900. — Clodd, Animisme, 1918.
li, Die Angst des modernen Men- losofía materialista. 'Animismo' sería ANONYMUS IAMBLICHI. El Ano-
schen. Dargestellt am Leben und nymus Iamblichi (Anónimo de Jam-
Denken S. Kierkegaards, 1947 ( Dis. ). entonces un término con el cual se
— P. Lain Entralgo, La espéra y la designaría toda doctrina de índole blico), así llamado por haberse conser-
esperanza, 1957, 2a ed., 1958 (con espiritualista. Ahora bien, el animis- vado fragmentos del mismo en el ca-
tiene un análisis de las "filosofías de mo se divide, según Tylor, en dos pítulo 20 del Protréptico o Exhorta-
la angustia" al hilo de una antropo grandes dogmas, que forman parte ción (a la filosofía), de Jámblico, es
logía de la esperanza"). — F. Ber- de una sola doctrina consistente: el un escrito redactado al parecer por
thold, Jr., The Fear of God: The Role primero se refiere a las almas de cria- uno de los sofistas (por Hippias, se-
of Anxiety in Contemporary Thought, turas individuales, capaces de poseer gún M. Untersteiner, I Sofisti, 1949)
1959 (fenomenología de la angustia una existencia continuada después de de la segunda mitad del siglo V antes
al hilo del estudio de Santa Teresa, de J. C., en el cual se expresan opinio-
Lutero, Freud, Heidegger y Karl la muerte o de la destrucción del
Barth). — Oswaldo Robles, El pro cuerpo; el segundo concierne a los nes derivadas de Protágoras y de Pró-
blema de la angustia en la psicopa- espíritus que poseen el rango de di- dico y se contienen valiosos comen-
107
ANS ANS ANS
tarios sobre uno de los problemas más una teoría de la jerarquía de las fa- logium y el Proslogion, de la existencia
debatidos por los sofistas: la relación cultades —sensibilidad, razón, intui- y naturaleza de Dios. En la primera
entre la virtud y sus fines. El Ano- ción—, y una doctrina de la visión de dichas obras determina el saber
nymus lamblichi adopta una actitud de Dios y de la vuelta del universo que la razón posee de Dios mediante
polémica contra los sofistas que po- a Dios fuertemente influida por Juan la teoría platónica de la participación
dríamos llamar radicales, es decir, Escoto Erigena. de toda cosa en un arquetipo que la
contra las más jóvenes generaciones S e deb en a An sel mo d e La on comprende y fundamenta. De este
de los sofistas. Uno de los problemas la recopilación llamada Sententiae y
otra llamada Sententiae divinae pa- modo se puede, partiendo de
que más insistentemente subraya es cualquier objeto, llegar hasta la
la necesidad del entrenamiento de la ginae (según F. Bliemetzrieder: An-
selm con Laons systematische Sen- existencia de un Ser supremo y
virtud, con el fin de aplicarla a fines tenzen, en Beiträge zur Gesch. der absoluto, infinitamente justo, por el
útiles y buenos. Junto a ello, predica Phil. und Theol. des Mittelalters, cual se posibilita, mediante parti-
que el hombre debe ser dueño de XVIII, 2-3, 1919). Las Sententiae cipación, la existencia de las cosas
sí mismo — tesis que se aproxima al son llamadas a veces Quaestiones. justas. Sólo porque existe este Ser
tema capital de la meditación de las Edición de la Glossa interlinearis : absoluto y subsistente por sí mismo
escuelas socráticas: la autonomía del Basilea, 1502, 1508; Amberes, 1634. pueden existir las demás cosas. El
hombre. Interesante es comprobar Obras en Migne, P.L. CLXII, y ex- supremo Ser es, por otro lado, in-
hasta qué punto en el Anonymus tractos en G. Lefèvre, Anselmo Lau- causado, pues de tener una causa
lamblichi parece haber conciencia de dunensis et Radulfi fratris eius senten- sería, cosa imposible, inferior a ella.
que se avecina una época ruda, do- tias excerptas nunc primum in lucem En el Proslogion desarrolla San An-
minada por el relajamiento de las edidit, Mediolano Alercorum, 1894.—
Véase M. Grabmann, Ges. der scho- selmo la prueba llamada ontológica
costumbres en la ética y por la anar- ( VÉASE ), la cual no parte de la rea-
quía en la política. Lo último, sobre lastischen Methode, t. II, 1911, 136-
68. — H. Weisweiler, Das Schriftum lidad dada, sino de la idea de Dios
todo, es el origen de muchos males, der Schule Anselms von Laon und que posee el pensamiento. Dios es,
especialmente de la tiranía. El tirano Wilhelm von Champeaux in deuts- afirma San Anselmo, lo más grande
surge en la sociedad cuando los hom- chen Bibliotheken, 1936 (Beitrdge, que puede pensarse. Este ser infini-
bres se han abandonado a la falta de 1-2). — Sobre la llamada "escuela tamente grande no puede estar sólo
ley y a la injusticia. No se puede, de A. de Laon y de Guillermo de en la inteligencia, es decir, no puede
pues, falsear la virtud ni disolver la Champeaux", véanse artículos de O. ser simplemente concebido y pensa-
ley. El Anonymus lamblichi ofrece Lottin en Recherches de théologie do. Si así fuera, cabría pensar otro
en este punto un aspecto exhortativo ancienne et médiévale (1938), 101- ser tan grande como él y, además,
y no solamente polémico. 22; (1939), 252-59, 309-23; (1940), existente, esto es, mayor y más per-
El Anonymus lamblichi recibe tam- 53-77; (1946), 185-221, 162-81;
(1947), 8-31. fecto que él. No puede estar, por
bién el nombre de Dissoi\ lo/goi (a lo tanto, sólo en el pensamiento el
causa de sus palabras iniciales: ANSELMO (SAN) (1035-1109),
Dissoi\ lo/goi le/gontai e)n th= ser más grande posible, pues si estu-
nacido en Aosta, peregrinó por Fran-
Ella/di, etc.) o Dialexis. Edición viera sólo en el pensamiento, sin que
cia y estudió en la abadía de Bece
por E. Weber, 1897, y por Diels- poseyera una realidad, no sería ya el
(Normandía), en la que fue prior
Kranz, 89 (82). — Véase F. Blass, ser más grande posible. El argumento
(1062-72). En 1093 fue elegido arzo-
Comm. de Antiph. sophista Jamblichi ontológico no es, propiamente, a
auctore, 1889. — H. Gomperz, bispo de Canterbury, de cuya sede
pesar del aspecto externo de su for-
Sophistik und Rhetorik, 1921. — permaneció ausente durante varios
mulación, un simple paso de toda
Roller, Untersuchungen zum años por motivos políticos, pero en
esencia a su existencia, pues se funda
Anonymus lamblichi, 1932. donde falleció tres años después de su
tanto en la esencia de Dios —en su
ANSELMO DE LAON (t 1117), regreso de un exilio. San Anselmo
calidad de ente infinitamente real—
llamado el magister divinitatis, fue el representa en el siglo XI el máximo
como en la noción que de Dios se
primero de los llamados sentencia- esfuerzo para la conciliación de la fe
forma la inteligencia humana, la cual
rios y, por lo tanto, uno de los pre- con la dialéctica. El principio Credo
puede ir pensando siempre seres más
cedesores de los sumistas en el sen- ut intelligam, Creo para comprender,
perfectos cuando cercena de su pen-
tido en que tiene este término al procedente de San Agustín, es adop-
sar la existencia real. La prueba ha
aplicarse a los compiladores de sen- tado por San Anselmo como principio
sido empleada con diversas variantes
tencias (véase SUMAS). Anselmo pre- capital por el que debe regirse toda
en el curso de la historia de la filo-
sentó, en efecto, un sistema de te- especulación filosófica, pues si los
sofía; uno de sus fundamentos de
mas teológicos que fue tomado pos- dogmas exigen la fe, ésta busca cons-
halla en la imposibilidad de que un
teriormente como base de los trata- tantemente la comprensión. Dios per-
ser finito piense un ser infinito actual
dos de teología. El esquema prin- mite a quien posee la fe la visión
sin el auxilio de éste, es decir, tal
cipal es, según la descripción de M. intelectual que conduce de ella a su
como sostenía Descartes, en la idea
de Wulf, el siguiente: Dios en sí conocimiento; sólo por la fe puede
de Dios como efecto de la existencia
mismo; la Trinidad; Dios creador y el saber ser plena evidencia y verdad.
de Dios. Su validez fue impugnada
su obra, y Dios redentor. A ello se La obra de San Anselmo, encaminada
ya en tiempo de San Anselmo por
agrega un tratamiento del problema a la demostración racional de la re-
Gaunilo, quien objetaba que la
de la creación y del hombre dentro velación, alcanza su punto culminante
realidad de Dios no puede ser de-
de ella. Entre otras contribuciones en las pruebas dadas en el Mono-
ducida de nada que le sea parecido,
filosóficas hay en Anselmo de Laon 108
ANS ANT ANT
pues nada puede afirmarse ni negarse floridus, de Lamberto de San Aude- yecciones" de conocimientos futuros
de su esencia. El paso de la idea a mas, compilación descrita por L. De- — conocimientos de carácter general
la existencia puede conducir, según lisle en Notices et Extraits, XXXVIII, y no particular. Los estoicos subraya-
Gaunilo, a la afirmación de la reali- Paris, 1816. — Traducción castellana ban el carácter racional de las antici-
dad de cualquier ser pensado. A del Proslogion por Roger P. Labrousse paciones; los epicúreos, en cambio,
en el volumen La razón y la fe (1945),
estas objeciones opuso San Anselmo con el Liber pro insipiente de Gaunilo, destacaban su carácter empírico si
que la prueba de la existencia se la respuesta de San Anselmo, y textos bien señalaban que, a diferencia de
refiere sólo al ser infinito, pero no relativos al argumento ontoló-gico de las observaciones empíricas, las anti-
a ningún ser finito y, por lo tan- Santo Tomás, Duns Escoto, Descartes, cipaciones proporcionan un tipo de
to, que únicamente es válida para Gassendi, Malebranche, Locke, información sin la cual no se puede
Dios. Leibniz, Hume, Kant y Hegel. Otra entender ninguna observación empí-
En su tratado De vertíate deduce trad. esp. del Proslogion por M. rica (véase Cicerón, De natura deo-
San Anselmo la verdad o falsedad Fuentes Benot, 1957. — Texto y rum, I 16). Los estoicos concebían las
de los juicios de la existencia o no trad. esp. por B. Maas, con prólogo de anticipaciones como esquemas racio-
G. Blanco, 1950. — Véase Fr. R.
existencia de lo enunciado en ellos. Hasse, Anselm von Canterbury, 2 vols., nales previos a las percepciones. Los
En rigor, hay verdades únicamente 1843-1857. — Charles Rémusat, Saint epicúreos mantenían que, aunque en
porque existe una verdad suprema y A. de C.; tableau de la vie sí mismas indisputables, las anticipa-
absoluta que las fundamenta. En el monastique et de la lutte du pouvoir ciones habían sido formadas en el
plano exclusivamente teológico, San spiritual avec le pouvoir temporel au curso de percepciones anteriores, con-
Anselmo ha proseguido su labor de XIe siècle, 1853. — Comte Domet de servándose en la memoria y usándose
explicación racional de los misterios Vorges, Saint Anselme, 1901. — G. como modelos para comprender la na-
especialmente en su obra Cur deus Wendschuch, Das Ver-hältnis des turaleza de nuevas posibles percep-
homo? (¿Por qué Dios se hizo hom- Glaubens zum Wissen bei Anselm von ciones.
Canterbury 1909. — J. Fischer, Die
bre?), donde se sostiene que el Ver- Erkenntnislehre Anselms von Según Francis Bacon, las "antici-
bo se ha hecho carne porque el Canterbury, 1911. — G. Baeum-ker, paciones de la Naturaleza" (anticipa-
hombre no puede, en cuanto ser finito Die Lehre A. von Cantorbery über tiones naturae) son las "conclusiones
y limitado, borrar la ofensa infinita den Willen und seine Wahlfrei-heit de la razón humana tal como se apli-
inferida a Dios por el pecado. El nach seinen Quellen dargestellt, 1912. can ordinariamente al conocimiento
método y los propósitos de San — E. Lohmeyer, Die Lehre vom de las cosas naturales". Estas antici-
Anselmo fueron proseguidos por mu- Willen bei Anselm von Canterbury, paciones son "cosa precipitada y pre-
chos autores escolásticos medievales; 1914. — Charles Filliâtre, La phi- matura", a diferencia de la "interpre-
su prueba de la existencia de Dios losophie de Saint Anselme, ses princi-
pes, sa nature, son influence, 1920. tación de la Naturaleza" (interpreta-
en el Proslogion ha ejercido, como — A. Koyré, L'idée de Dieu dans la tio naturae), la cual se obtiene por
hemos visto en el artículo dedicado philosophie de Saint Anselme, 1923. medio de la razón de acuerdo con
a ella, una influencia considerable — A. Levasti, Sant'Anselmo, vita e procedimientos metódicos (Novum
hasta nuestros días, estimándose con pensiero, 1929. — Karl Barth, Fides Organum, I xxvi). Pero las anticipa-
frecuencia que su admisión o rechazo quaerens intellectum. Anselms ciones en cuestión son necesarias para
determina con entera claridad las úl- Beweis Existenz Gottes, 1931, 2a que haya consentimiento general de
timas posiciones ontológicas y meta- ed., 1958. — A. Stolz, A von C. todos los hombres en la medida en
físicas de su autor. Sein Leben, seine Bedeutung und que hacen uso sano y sensato de la
Ediciones de obras: Nuremberg, seine Hauptwerke, 1941. — L. de
Simone, S. A. d'Aosta e la razón (ibíd., I xxvii), de modo que
1491; París, 1544; Colonia, 1573; pueden ser equiparadas al sentido
París, 1675, 1721; Venecia, 1744. formazione délia scolastica, 1941. —
Edición en la Patrologia latina de Julián Marías, San Anselmo y el común. Desde el punto de vista del
Migne, t. CLVIII-CLIX. Edición crí- insensato y otros estudios de asentimiento, las anticipaciones tienen
tica del Monologium y el Proslogion filosofía, 1944. — Sofia Vanni inclusive más peso que las in-
por Carl Haas, 1863. Otras ediciones Rovighi, S. Anselmo e la filosofia terpretaciones, porque "habiendo sido
por A. Daniels, 1909, y por F. C. del secolo XI, 1949. — J. obtenidas a base de unos cuantos
Schmitt, 1929. — Edición reciente de McIntyre, St. Anselm and His ejemplos, y éstos de índole muy co-
obras completas (S. Anselmi Cantua- Critics. A Reinterpretation of the Cur rriente, afectan inmediatamente el en-
riensis Archiepiscopi Opera Omnia) Deus Homo, 1954. — Eadmer [monje
por F. S. Schmitt, O. S. B. en 6 vols. de Canterbury, coetáneo de S. A.]: The tendimiento y llenan la imaginación"
(I. 1938, edición distribuida en 1942; Life of Anselm, 1962, ed. R. W. (ibíd., I xxvii).
fotoimpresa en 1946; II, III, 1946; Southern. — Véase también bibliogra- El vocablo 'anticipación' designa
IV, 1949; V, 1951; VI, 1961. Edición fía de ONTOLÓGICA (PRUEBA). según Kant el conocimiento "por me-
de parte del texto latino de Schmitt y ANTICIPACIÓN (pro/lhyij) lla- dio del cual puedo conocer y deter-
trad. esp. en la Biblioteca de Autores maban los estoicos ( Diog. L., VII 54; minar a priori lo que pertenece al co-
Cristianos, 2 vols., 1952-1953. — Véa- nocimiento empírico" (K.r.V., A
se también P. Druwé, Libri Sancti Séneca, Ep., CXVII: praesumptiones)
Anselmi "Cur Deus Homo" prima y especialmente los epicúreos (Diog. 166-7; B 208). Kant estima que este
forma medita, 1933 [Analecta Grego- L. X 33) a la imagen o conocimiento es el sentido en que Epicuro empleó
riana 3]. — Este texto se ha publi- general que el espíritu se forma antici- el término pro/lhyij. En cierto
cado por vez primera en la época padamente del objeto como reacción sentido pueden considerarse el
moderna; estaba ya incluido en una a su percepción inmediata y que posi- espacio y el tiempo como
compilación del siglo XII, el Liber bilita su más adecuado conocimiento. "anticipaciones de las apariencias",
Las anticipaciones eran como "pro- por cuanto "representan
109
ANT ANT ANT
a priori aquello que puede ser siempre De Antiphonte sophista, 1889. — E. acontecer en el universo, acontecer
dado en la experiencia a posteriori" Bignone, Study sul pensiero antico, que requiere un comienzo y un fin.
(ibíd., A 167; Β 209). Sin embargo, 1938. — También H. Gomperz, So- En cambio, si fuera verdadera la
en un sentido más propio puede lla- phistik und Rhetorik, 1912. — Véase tesis tendría que admitirse una nada
marse "anticipación" a cuanto pueda bibliografía de SOFISTAS y obra de M. anterior, de la cual nada puede ad-
Untersteiner (págs. 278-325). venir. Lo mismo ocurre con el espa-
ser conocido a priori en toda sensa-
ción en cuanto sensación en general. ANTINOMIA. Se dice que hay an- cio: debe haber un límite porque si
Kant trata de las "anticipaciones de tinomia cuando una proposición resulta no lo hubiera tendría que pensarse
la percepción" en la sección de la Crí- a la vez verdadera y falsa. Se dice el mundo como algo infinito y, por
tica de la razón pura que bosqueja el asimismo que hay antinomia cuando tanto, no acabado; no puede haber
sistema de los principios del entendi- dos consecuencias de la misma pre- límite porque si lo hubiera se pensaría
miento puro. La tabla de categorías misa son contradictorias. La antino- algo espacial rodeado de algo in-
sirve de guía para determinar tales mia es también por ello llamada espacial. En la segunda antinomia se
principios. Las anticipaciones de la paradoja. Ahora bien, reservaremos el afirma la imposibilidad de una divi-
percepción son —junto con los axio- artículo acerca de la noción de pa- sibilidad infinita de lo simple, pues
mas de la intuición— "principios ma- radoja ( VÉASE ) para el examen de de lo contrario lo existente quedaría
temáticos", esto es, principios que las diversas antinomias lógicas y se- disuelto en la nada; pero también
permiten poseer certidumbre intuitiva mánticas que han sido discutidas se sostiene la infinita divisibilidad de
y no sólo discursiva. La fórmula ge- especialmente en la actual lógica y cualquier parte, que si no fuera siem-
neral de las anticipaciones de la per- filosofía matemática, y considerare- pre divisible no podría ser extensa,
cepción es enunciada de los modos mos aquí el concepto de antinomia pues toda extensión es divisible. En
siguientes: "En todas las apariencias, sólo en dos respectos: en el sentido la tercera antinomia se demuestra
la sensación, y lo real que correspon- (o sentidos) kantiano, y en el sentido que no puede haber una causalidad
da a ella en el objeto (realitas phaeno- de las llamadas antinomias entre la rigurosa y absoluta, porque ello equi-
menon), posee una magnitud intensi- ética (o la moral) y la religión. valdría a la regresión al infinito de
va, esto es, un grado" (ibíd., A Kant llama antinomias de la razón las causas; mas tampoco puede haber
166) y "En todas las apariencias, lo a las que se descubren en las ideas un comienzo incausado, por cuanto no
real que constituye un objeto de sen- de la razón pura aplicadas a la cos- podría pensarse como objeto de la
sación posee magnitud intensiva, esto mología. Estas antinomias son las ma- experiencia. Finalmente, para la
es, un grado" (ibíd., Β 207). temáticas (referentes a la cantidad cuarta antinomia se efectúan las
ANTICIPACIONES DE LA NA- y cualidad) y las dinámicas (refe- mismas demostraciones que para la
TURALEZA, DE LA PERCEPCIÓN. rentes a la causalidad y modalidad). tercera. Según Kant, estas contradic-
Véase ANTICIPACIÓN. Kant las enuncia del siguiente modo: ciones son debidas a que en las dos
1a Tesis: El mundo tiene un comienzo primeras antinomias el espacio, el
ANTIFÓN, de la llamada segunda en el tiempo y límites en el espacio.
generación de los sofistas (VÉASE) tiempo y la simplicidad son conside-
Antítesis: Él mundo no tiene ningún radas como cosas en sí en tanto que
fue influido por los eleatas y expuso comienzo en el tiempo ni límites en
en su obra )Alh/qeia (La Verdad) sólo poseen idealidad trascendental.
el espacio. 2a Tesis: Toda substancia El mundo como tal queda convertido
una doctrina según la cual todo es compuesta consta de partes simples,
uno para el Logos, de modo que no en objeto del conocimiento, cosa im-
no existiendo más que lo simple o lo posible y que hace igualmente falsas
existe nada que sea individual ni para compuesto de lo simple. Antítesis:
los sentidos ni para el entendimiento. las tesis y las antítesis. En las dos
Nada se compone en el mundo de últimas, en cambio, las tesis y las
Es plausible formularse al respecto, sin partes simples. 3 a Tesis: Existe
embargo, la misma pregunta que suele antítesis son todas verdaderas, pero
libertad en el sentido trascendental mientras las antítesis se refieren a los
hacerse con respecto a Gorgias: la de como posibilidad de un comienzo
si tal tesis es la expresión de una teoría fenómenos, las tesis hacen relación a
absoluto e incausado de una serie de los noúmenos o cosas en sí; su apa-
filosófica o un ejercicio retórico. En efectos. Antítesis: Todo acontece en el
favor de lo segundo parece abonar el rente incompatibilidad no es, pues,
mundo según leyes naturales. 4 a más que la incompatibilidad de dos
hecho de que Antifón se consagró a Tesis: Existe en el mundo, como su
estudios de ciencia natural y de aserciones que se refieren a esferas
parte o como su causa, un ser distintas.
matemática. En favor de lo primero necesario. Antítesis: No existe ni
está el hecho de que Antifón pareció Las antinomias kantianas han sido
como parte ni como causa, en el acogidas en forma muy diferente por
inclinarse a distinguir entre el mundo mundo o fuera de él, ningún ser
de la verdad (o de la Naturaleza) y el sus sucesores, de acuerdo con el des-
necesario ( K. r. V., A 426-7 Β 454-5 y tino que haya tenido la concepción
de la apariencia (o de lo humano). sigs.).
En la famosa discusión entre lo que es de la cosa en sí. Pero un análisis
Las tesis son probadas por la refu- explícito y atento de ellas se encuen-
por naturaleza y lo que es por ley o tación de las antítesis y viceversa.
convención, que los sofistas aplicaron tra únicamente en algunos pensado-
Así, la demostración de la tesis de la res. Schopenhauer declara que sólo
al lenguaje y a la política, Antifón se primera antinomia se efectúa, en lo
declaró en favor de la naturaleza las antítesis son verdaderas, pues las
que se refiere al tiempo, compro- tesis representan a lo sumo posiciones
fu/ s ij, contra la ley, no/moj. bando que si la antítesis fuera ver-
Diels-Kranz, 87. — Véase F. Blass, sobre una realidad puramente repre-.
dadera no podría hablarse de un sentativa. Para Renouvier, en cambio,
110
ANT ANT ANT
la "ley del número", que sostiene el llamada "antinomia del juicio reflexi- Hans Rathschlag, Die Bedeutung der
edificio finitista de su pensamiento, vo". Puede expresarse en las dos si- Antinornien für den Kritizismus, 1934.
anuncia y demuestra que las antino- guientes máximas: (1) Toda produc- — Morris Stockhammer, "Kurzes dua-
mias kantianas tienen una única solu- ción de cosas materiales y de sus for- listisches Wörterverzeichnis", Archiv
ción: la expresada en las tesis, pues mas debe ser juzgada como posible für Begriffsgeschichte, ed. E. Rothac-
ker, Bd. 4, 1959, págs. 158-81. —
de lo contrario habría que admitir el según leyes puramente mecánicas; Sobre la contradicción antinómica:
realismo contradictorio del infinito. (2) Algunos productos de la naturale- Siegfried Behn, Romantische oder
Lo mismo afirmó François Evellin za material no pueden juzgarse como klassische Dialektik? Vergleichende
(1885-1910), quien dedicó a este posibles según leyes puramente mecá- Dialektik des antinomischen Wider-
problema una obra especial: La raison nicas. Cuando estas máximas (que spruchs, 1925. — Sobre las antino
et les antinomies. Essai critique sur la son principios regulativos de la inves- mias cosmológicas: Edgar Wind, Das
philosophie kantienne (1907). Evellin tigación) se convierten en principios Experiment und die Metaphysik. Zur
señala que las tesis se refieren a lo constitutivos de la posibilidad de ob- Auflösung der kosmologischen Anti-
real: finitud, simplicidad, libertad jetos, tenemos las dos siguientes pro- nomien, 1934. — Heinz Heimsoeth,
Atom, Seele, Monade. Historische
son resultados de una afirmación de posiciones, en radical conflicto una Ursprünge und Hintergründe υon
lo real que se opone a la afirma- con otra: (A) Toda producción de co- Kants Antinornien der Teilung, 1960.
ción de lo sensible realizada en las sas materiales es posible según leyes — Una obra sobre el problema críti
antítesis. También Lionel Dauriac puramente mecánicas; (B) Alguna co de las antinomias es el t. III de
(1847-1923) se decidió por la verdad producción de cosas materiales no es Le Ragione del Fenomenismo, 1921-
de las tesis. Las consecuencias feno- posible según leyes puramente mecá- 23, de C. Guastella, titulado justa
menistas de esta decisión no eran fá- nicas. mente Le Antinomie. — El libro de
ciles de eludir, y por eso algunos En cuanto a la antinomia entre la Evellin sobre la razón y las antino
neocriticistas rechazaban la solución ética (o moral) y la religión, se ha mias consta en el texto del artículo.
— Para las antinomias en el sentido
unilateral de que sólo las tesis fueran puesto de relieve numerosas veces, ya de las paradojas lógicas y semánticas,
válidas. Así ocurre con Gastón Mil- sea para considerarla como insoluble, véase el artículo PARADOJA y la co
haud ( VÉASE ), quien supone que te- ya sea para declararla falsa o, cuando rrespondiente bibliografía. — Para las
sis y antítesis son manifestaciones de menos, atenuable. Tal antinomia fue llamadas "antinomias" entre ética y
una tercera posición en la cual las co- expresada por Kierkegaard ( VÉASE) y religión, Cfr. obras cit. supra.
sas van apareciendo como noveda- otros autores según los cuales los ANTÍOCO de Ascalón, discípulo
des radicales. Louis Couturat (VÉA- enunciados de orden religioso sobre- de Filón de Larisa, sucedió a su
SE) señala, contra Renouvier, y en pasan infinitamente los de orden mo- maestro como escolarca de la Aca-
desacuerdo con su propia filosofía ral. Bajo otros supuestos ha sido pre- demia platónica desde ca. 88 hasta
infinitista, que sólo las antítesis co- sentada y examinada por Νicolai 68 antes de J. C. Las tendencias es-
rresponden a la razón y son por Hartmann (Ethik, § 85, págs. 735 y cépticas que habían predominado en
ello válidas; las tesis, en cambio, co- sigs. ), el cual declara que hay, en ri- la Academia durante la época de Ar-
rresponden al entendimiento. Infi- gor, cinco antinomias de esta clase: cesilao, Carnéades y Clitómaco y que
nitud del tiempo y del espacio, con- (1) la manifestada en la orientación ya sufrieron un primer revés con Fi-
tinuidad e infinita divisibilidad del práctica o tendencia al "más acá" lón de Larisa, desaparecieron casi en-
espacio son afirmaciones válidas; la (ética) frente al "más allá" ( religión ) ; teramente con Antíoco. Este filósofo
necesidad es cuando menos probable. (2) la revelada en el conflicto de las representó, en efecto, un punto de
Wundt, por su lado, señala que las relaciones entre Dios y el hombre; (3) vista dogmático y a la vez ecléctico,
tesis y las antítesis de las antinomias la que resulta de la contraposición en pues consideró que había que
no pueden ser rechazadas la una por tre los mandamientos divinos y la au regresar a las fuentes de Platón y de
la otra, pues al justificarse ambas se tonomía moral; (4) la que se refiere Aristóteles. Como Antíoco consideró
apoyan también mutuamente. a la Providencia, o antinomia de la que el estoicismo —tan combatido
En KdU (§§69-70) Kant indica libertad, y (5) la que se refiere a la por la Academia Media— represen-
que el juicio determinante no tiene redención y al concepto de culpa. Se taba muy fielmente este punto de
por sí mismo principios que constitu- gún José Luis L. Aranguren (Ética, vista ecléctico, su pensamiento se fue
yan el fundamento de conceptos de 1958, págs. 156-7), las dos últimas aproximando cada vez más al estoico.
objetos. Tal juicio se limita a "subsu- antinomias son insuperables sólo den Ahora bien, el estoicismo platonizante
mir" bajo ciertas leyes o conceptos en tro de una ética cerrada a la religión, y aristotelizante de Antíoco no era
tanto que principios. Por eso no corre pero no dentro de una ética abierta a ya el que habían combatido Arcesi-
el riesgo de engendrar por sí mismo la religión. lao y Carnéades —el viejo estoicis-
antinomias. En cambio, el juicio refle- Las tesis de Renouvier sobre las mo—, sino el llamado estoicismo me-
xivo ( véase Juicio [FACULTAD DEL] ), antinomias se hallan en casi todas sus dio de Panecio y, sobre todo, de
que debe "subsumir" bajo una ley obras (véase especialmente: Los di- Posidonio. Como indica Cicerón
todavía no dada, es sólo un principio lemas de la metafísica pura, trad. esp., —que había oído al filósofo— en
de reflexión sobre objetos para los 1945). Las obras de Milhaud han
sido mencionadas en el artículo sobre Académica priora (II, 43, 132), An-
cuales necesitamos una ley o el con- este filósofo; las de Dauriac constan tíoco era platónico sólo de nombre:
cepto de un objeto. Tal juicio posee al final del artículo sobre Renouvier. en rigor, era un estoico y en particular
sus propias máximas, y entre éstas Sobre la significación de las antino- un estoico ecléctico.
puede surgir un conflicto. He aquí la mias para Kant y el criticismo, véase: H. Diels, Doxographi Graeci, 1879.-
111
ANT ANT ANT
La mayor parte de lo que conocemos J. Dahmen, Quaestiones Xenophontae cuanto entidad biológica dentro de
de las opiniones de Antíoco procede et Antisthenea, 1898 (Dis.). — los demás seres animados y, en últi-
de Cicerón, especialmente en la obra Κ. Joël, Der echte und der xe- ma instancia, dentro de la Naturale-
citada. Véase C. Chappuis, De An- nophontische Sokrates, especialmente za. La antropología científica es así,
tiochi Ascalonensis vita et scriptis, t. I (1893). — H. J. Lulolfs, De por una parte, un capítulo de la bio-
1854. — A. Lueder, Die philosophi- Antisthenis studiis rethoricis, 1900.
sche Persönlichkeit des Antiochos von — L. A. Rostagno, Le idee pedago- logía o, por lo menos, un capítulo
Askalon, 1940. — G. Luck, Der Aka- giche nella filosofía cinica e special- de la ciencia natural, y, por otra,
demiker Antiochos, 1953 [Noctae Ro- mente in Antistene, I, 1904. — C. M. una ciencia que requiere el concurso
manae, 7]. Gillespie, "The Logic of Antisthenes", de múltiples disciplinas, que no sola-
ANTÍSTENES (ca. 444-365 antes Archiv für Geschichte der Philoso- mente se sirve de la biología, sino
de J. C. ) de Atenas fue, en un co- phie, XXVI. Ν. F. XIX (1913), 479- también de la psicología, de la socio-
mienzo, discípulo del sofista Gorgias 500 y XXVII. Ν. F. XX (1914), 17- logía, de cuanto contribuya al escla-
y más tarde de Sócrates. Esta doble
38. — A.-J. Festugière, "Antistheni- recimiento de la naturaleza del hom-
ca", Revue des sciences philosophiques bre. Sin embargo, en este último caso,
influencia parece caracterizar de un et théologiques (1932). — H. Kesten,
modo preciso (por lo menos esta es Antisthène. De la Dialectique. Étude la antropología, sin dejar de ser, por
la opinión "clásica") los rasgos fun- critique et exégétique sur le XXVIe supuesto, "científica", es menos cien-
damentales de la escuela cínica en la Discours de Thémistius, 1935. — tífico-natural que científico-cultural,
medida en que se suponga "funda- Véase también la bibliografía del ar- e inclusive es llamada a veces an-
da" por Antístenes; el desprecio hacia tículo CÍNICOS. tropología cultural para distinguirla
todo saber que no conduzca a la fe- ΑΝΤIΤESΙS. Véase DIALÉCTICA, de la antropología clásica. En cam-
licidad se une, en efecto, a la inclina- HE GEL , MARX , MARXISMO , OPOSI - bio, la antropología filosófica, pese
ción por la erística, por la disputa CIÓN , TESIS. a la identidad formal de su pregunta
filosófica tal como era practicada por ANTITÉTICA. Véase TESIS. —¿Qué es el hombre y cuál su
algunos sofistas y por los megáricos. ANTITIPIA. El vocablo griego puesto en el cosmos?— con respecto
En su escuela daba Antístenes las a)ntitupi/a significa "resistencia", "fir- a la pregunta científica, sobrepasa a
enseñanzas habituales de los sofistas, meza", "dureza". Fue empleado por ésta por considerar al hombre no sólo
pero, a diferencia de éstos, no consi- los estoicos en la definición de los en su ser natural, sino también en su
deraba la erística como el paso a la cuerpos; según dichos filósofos, la an- ser esencial, no sólo en su puesto
formación intelectual, sino como una titipía es una propiedad del cuerpo dentro de la Naturaleza, sino también
preparación para la vida tranquila. distinta del lugar (véase J. von Ar- dentro del espíritu. La antropología
Esta vida sólo puede conseguirse, a nim, Stoicorum veterum fragmenta, científica y la filosófica son, consi-
su entender, cuando se tiene un do- II, 127 [texto sacado de Galeno, guientemente, dos disciplinas cuya
minio suficiente sobre sí mismo, es de qualitatibus incorporeis, 10]). Los coincidencia en la preocupación acer-
decir, cuando se alcanza la autosu- estoicos hablaban también de "ma- ca del hombre no suprime su radical
ficiencia o la autarquía. De ahí el teria resistente" (ibíd., II, 115). diferencia en el sentido de la pregunta
desprecio del placer que es, para El término antitypia fue empleado que les da origen. Tampoco cabe
Antístenes, el productor de la infe- por Leibniz para designar aquel atri- confundir la antropología filosófica
licidad, el que perturba la quietud buto por el cual la materia se halla con el llamado conocimiento del
del sabio. La regla del sabio es la en el espacio; se trata de una resis- hombre. Este último tiene en cuenta,
prudencia, la "sabiduría" por la cual tencia que funda la impenetrabilidad ciertamente, el conjunto de saberes,
se eliminan todas las necesidades, por y que hace posible que el lugar de entre ellos los psicológicos, que per-
así decirlo, innecesarias, pues sólo es un cuerpo dado no pueda ser ocu- miten aproximarnos a un conocimiento
necesaria la virtud. Esta virtud pue- pado por otro cuerpo. Por eso la mo- del ser humano que no sea única-
de, desde luego, ser enseñada, y esta dificación de la antitipia, es decir, su mente un conocimiento de su ser
enseñanza es la única que hay que variedad consiste en la variedad del natural o de su constitución psíquica,
dar al hombre, porque lo pone en el lugar (Cfr. Leibniz, Gerhardt, VII, sino un saber de conjunto anterior
camino de saber lo que le conviene. 328). muchas veces al saber especializado.
En la escuela de Antístenes se co- El vocablo relacionado El conocimiento del hombre recurre
mentaban principalmente las obras antitupoj fue usado por Plotino en a la psicología, pero sólo en tanto que
homéricas y los mitos helénicos, con- su tratado contra los gnósticos (Enn., ésta puede ofrecerle un saber de lo
siderándose a Hércules como el ver- II, ix, 6) para referirse a las que el hombre es en uno de sus as-
dadero prototipo del sabio. impresiones o "huellas" que los pectos fundamentales; más allá o más
De las numerosas obras escritas gnósticos admiten en el alma. Tanto acá de la psicología, el conocimiento
por Antístenes se conservan sólo frag- estas huellas como otras del hombre recurre a las experiencias
mentos. — Véase M. Chappuis, An- características (tales, los "arre- de la vida cotidiana y es aquel saber
tisthene, 1854. — Ad. Müller, De pentimientos") son rechazadas por de que, según Rickert, se vale el his-
Antisthenis Cynici vita et scriptis, Plotino por considerarlas ideas poco toriador para comprender los actos
1860 (Dis.). — Κ. Barlen, Antisthe- humanos aun sin tener ninguna no-
nes und Platón, I, 1881. — K. Urban, claras.
Ueber die Erwähnungen der Philoso- ANTITIPO. Véase ΤIΡΟ. ción de la psicología científica, aque-
phie des Antisthenes in den platoni- ANTROPOLOGÍA. Desde el punto llo que le permite establecer el perfil
schen Schriften, 1882. — F. Dümm- de vista científico, la antropología biográfico y no simplemente bioló-
ler, Antisthenica, 1882 (Dis.). — es la ciencia del hombre en cuanto gico y psicobiológico de cada ser
ser psicofísico o simplemente en
112
ANT ANT ANT
humano. En cambio, la antropología da a entender: primero, que la an- humanismo: programa de una antro-
filosófica limita y a la vez extiende tropología filosófica es una antropo- pología filosófica, 1940. — Paul Hä-
su problema a la cuestión de la esen- logía de la esencia y no una antro- berlin, Der Mensch, Eine philoso-
cia del hombre, de su puesto en el pología de las características huma- phische Anthropologie, 1941. — Os-
cosmos y de su destino, y constituye, nas; segundo, que la antropología waldo Robles, Esquema de antropo-
logía filosófica. Ensayo acerca de las
por tanto, según Scheler, el puente filosófica se distingue de la antropo- relaciones entre el espíritu y el cuer-
que une las ciencias positivas con la logía mítica, poética, teológica y po, 1942. — Martin Buber, ¿Qué es
metafísica. Aunque esta antropolo- científico-natural o evolucionista (op. el hombre?, 1 a ed. (hebreo), 1942
gía es de creación reciente se hallan cit., I, 4), y aun —podríamos agre- ( ed. inglesa, 1948; ed. alemana, 1948;
ya atisbos de ella en el pasado filo- gar— de la antropología de corte trad. esp., 1949, 2a ed., 1950). —
sófico: la meditación de Pascal, por diltheyano, demasiado próxima a la Erich Rothacker, Problème der Kul-
ejemplo, es de índole claramente fi- "comprensión del hombre" y que B. turanthropologie, 1942 (trad. esp.:
losófico-antropológica, y el propio Groethuysen, por ejemplo, ha definido Antropología cultural, 1957 ). — Lud-
Kant ha entendido con el nombre de como "la reflexión de sí mismo para wig Binswanger, "Grundformen und
Erkenntnis des menschlichen Daseins,
antropología no solamente ese cono- comprenderse a sí mismo desde el 1942. — Íd., íd., Ausgewählte Vor-
cimiento científico del hombre como punto de vista de la vida" (Phil. träge und Aufsätze. I. Zur phänome-
ser psicofísico, sino también el cono- Anthr., pág. 1; usamos la trad. esp. de nologischen Anthropologie, 1947. —
cimiento en general del hombre y de J. Rovira Armengol, sobre texto corre- Jesús Iturrioz, El hombre y su meta-
sus facultades (antropología teóri- gido y revisado por el autor). Según física: ensayo escolástico de antropo-
ca), del hombre y de sus habilidades Landsberg, la antropología filosófica logía metafísica, 1943. — E. Cassi-
(antropología pragmática), del hom- se sirve de los datos proporcionados rer, An Essay on Man, 1944 (trad.
bre y de su conducta en la vida por las otras formas de antropología esp., Antropología filosófica, 1945). —
(antropología moral). Mas la antro- — por ejemplo, los proporcionados Béla von Brandenstein, Der Mensch
und seine Stellung im All. Philosophi-
pología filosófica no puede ser tam- por la "antropología de las caracte sche Anthropologie, 1947. — A.
poco un saber último y definitivo del rísticas humanas". A diferencia de Dempf, Theoretische Anthropologie,
hombre: requiere, por una parte, el ellas, sin embargo, debe buscar la 1950. — F. E. von Gagern, Der
concurso de los demás saberes (an- esencia "hombre", entendiendo 'esen Mench als Bild. Beiträge zur Anthro-
tropología científica, psicología, so- cia' en el sentido de la fenomenología pologie, 1954. — H. Muckermann,
ciología, conocimiento del hombre, de Husserl y no en el sentido tradi Vom Sein und Sollen des Menschen,
filosofía de la historia, etc.) y, por cional. Por ejemplo, mientras la an 1954. — M. Mandmann, Philosophi-
otra, depende de la pregunta sobre tropología de las características hu sche Anthropologie, 1955. — Η. Ε.
la estructura metafísica del hombre. manas, que es una ciencia empírica, Hengstenberg, Philosophische Anthro-
pologie, 1957, 2a ed., 1960. — E.
Por eso la inclusión por Scheler de afirma 'el hombre tiene cuerpo', la Przywara, Mensch. Typologische An-
la antropología filosófica entre el sa- antropología filosófica o antropolo thropologie, I, 1959. — José Ferrater
ber positivo y el metafísico responde gía esencial debe responder a la pre Mora, The Idea of Man. An Outline
al papel con frecuencia intermedio gunta: "¿Qué significa para el hom of Philosophical Anthropology, 1961
—y mediador— de tal antropología. bre 'tener cuerpo'?" Así, el método (folleto; basado en la obra del autor:
Pues "la misión de una antropología de la determinación de la esencia El Ser y la Muerte. Bosquejo de fi-
filosófica", escribe, es mostrar exacta- por medio de la descripción fenome- losofía integracionalista, 1962, esp.
mente cómo la estructura fundamental nológica constituye para dicho autor Cap. III ). — Para información acerca
del ser humano, entendida en la —como para Scheler— la piedra an de la antropología filosófica en el pa-
sado o acerca de las tendencias ac-
forma en que la hemos descrito bre- gular de la "antropología esencial". tuales, véase: H. Karpp, Problème
vemente (véase ESPÍRITU Y HOM - Michael Landmann, Creatura crea- altchristliche Anthropologie. Biblische
BRE), "explica todos los monopolios, trix. Ursprünge und Zielsetzungen der Anthropologie und philosophische
todas las funciones y obras especi- philosophischen Anthropologie, 1862 Psychologie bei den Kirchenvätem
ficas del hombre: el lenguaje, la [Erkenntnisse und Glaube, 22]. — dés 3. Jahrhunderts, 1957. — Josef
conciencia moral, las herramientas, Marx Scheler, Die Stellung des Pieper, Wahrheit der Dinge. Eine Un-
las armas, las ideas de justicia y de Menschen im Kosmos, 1928 (trad. tersuchung der Anthropologie in der
esp., El puesto del hombre en el Kultur des 16. und 17. Jahr. (Ges.
injusticia, el Estado, la administra- cosmos, 1929 ). — Íd., íd., Philoso-
ción, las funciones representativas de Schriften, t. II). — Nicolai Hartmann,
phische Weltanschauung, 1929 ( es- "Neue Anthropologie in Deutschland",
las artes, el mito, la religión y la pecialmente el primer trabajo de esta Blätter für deutsche Philosophie XV
ciencia, la historicidad y la socia- serie). — H. Plessner, Die Stufen (1941). — Hans Kunz, Die gegen-
bilidad" (Die Stellung, etc., VI; usa- des Organischen und der Mensch, wärtigen philosophischen Anthropolo-
mos trad. esp. por J. Gaos). En un 1928. — B. Groethuysen, gien, 1947. — Walter Brüning, Los
sentido análogo al de Scheler, P. L. Philosophis-che Anthropologie, 1931 rasgos fundamentales de la antropo-
Landsberg ha definido la antropolo- (trad. esp.: Antropología filosófica, logía filosófica actual y sus presupo-
gía filosófica como la "explicación 1951, con correcciones del autor para siciones históricas, 1957. — Juan Da-
esta versión). — P. L. Landsberg, vid García Bacca, Antropología filo-
conceptual de la idea del hombre a Einleitung in die philosophische
partir de la concepción que éste tiene sófica contemporánea, 1957 (Publica-
Anthropologie, 1934. — Werner ciones de la Fac. de Humanidades
de sí mismo en una fase determinada Sombart, Vom Menschen. Versuch y Educación Caracas [Filosofía, 5] ).
de su existencia" (Einlei-tung, etc., einer geisteswis-senschaftlichen — M. A. Virasoro, C. Astrada, R. M.
I, 1). Con ello Landsberg Anthropologie, 1938. Agoglia, Filosofía de la existencia y
— Samuel Ramos, Hacia un nuevo
113
ANT ANT APA
antropología filosófica, 1960. — M. presente siglo), o bajo una forma pecto ocultador del ser verdadero;
Bueno, Introducción a la antropología ontológica-fenomenológica (muy di- la apariencia tiene entonces un sen-
formal, 19Θ3. — Véase también la bi- fundida en los últimos decenios, como tido análogo al de fenómeno y puede
bliografía del artículo HOMBRE . hemos visto en el artículo Cuerpo). ofrecer, como éste, tres aspectos di-
ANTROPOMORFISMO. No es in- Algunos autores han preferido, sin ferentes: el de verdad de la cosa,
frecuente denunciar ciertas concep- embargo, otro tipo de argumento: el en cuanto que ésta se identifica con
ciones como antropomorfistas. El fon- que consiste en mostrar que tan ile- el aspecto que ofrece; el de oculta-
do de la denuncia es el siguiente: gítimo es el antropomorfismo en cual- ción de esta verdad y el de camino
una concepción antropomorfista se quiera de las formas antes indicadas, para llegar a ella. En el primer caso
basa en una inadmisible analogía en- como lo que puede calificarse de se dice que la cosa no es sino el
tre procesos físicos y procesos hu- fisicomorfismo, es decir, la teoría que conjunto de sus apariencias o aspec-
manos. La idea de que el macrocos- formula enunciados relativos a ex- tos; en el segundo, que es algo si-
mo ( VÉASE ) se comprende por ana- periencias humanas en términos que tuado más allá de la apariencia, la
logía con el microcosmo es, pues, un designan acontecimientos físicos. Es cual debe ser atravesada con el fin
ejemplo de concepción antropomor- la opinión mantenida por Walter de alcanzar la esencia del ser; en el
fista. Muchas veces tales procesos Cerf. Según este autor, ambas teo- tercero, que sólo mediante la com-
humanos son reducidos a procesos rías son inadmisibles, pues si se prensión del aspecto o aspectos que
psicológicos; en tal caso, el antropo- pretende tomarlas como principios re- ofrece una cosa podremos saber lo
morfismo es estimado como una ela- sultan dogmáticas. En cambio, pue- que verdaderamente es. De ahí que
boración intelectual del animismo den aceptarse en tanto que decisio- no siempre sea posible confundir la
( VÉASE ). Así, una concepción como nes meta-racionales no susceptibles apariencia con una falsa realidad; su
la de las naturalezas plásticas (véase de ser razonadas, pues las razones significación más generalmente acep-
PLÁSTICO) y, en general, muchas se hacen en cada caso posibles me- tada es la de realidad aparente, es
teorías antiguas y renacentistas que diante la previa decisión. decir, empleando una expresión pa-
admiten la existencia en la Natura- Otro sentido de 'antropomorfismo', radójica, la de apariencia verdadera,
leza de ciertos principios animados usualmente empleado en filosofía de aspecto que encubre y a la vez per-
y de ciertas "almas", podrían ser ca- la religión, es la por lo común denun- mite descubrir la verdad de un ser.
lificadas —siempre que no fuesen ciada proyección de formas humanas, En rigor, los distintos grados y signi-
interpretadas sólo metafóricamente— y también de sentimientos humanos, ficaciones de la apariencia pueden
de antropomorfistas. En otro sentido a lo divino, la concepción de lo sobre- entenderse según el plano buscado:
se ha tendido a considerar como an- natural a base de lo humano. Esto no en el plano vulgar, la apariencia
tropomorfistas todas las concepciones significa que no se admitan descrip- —siempre que sea, según se ha apun-
que han aplicado (sobre todo si ha ciones de lo divino por medio de ex- tado, verdadera— es suficiente; en
sido conscientemente) al lenguaje presiones que se aplican originaria- el plano de la reflexión y del saber, la
que se refiere a la realidad física mente a lo humano, pero se supone apariencia es más bien lo que indica
—o a la realidad en general— el len- que tales descripciones son meramente la dirección en que se encuentra el
guaje humano o el lenguaje psicoló- comparativas, metafóricas o analó- ser verdadero y último de la cosa,
gico. La monadología de Leibniz sería gicas. pues, como dice Husserl, "para una
(a la luz de semejante interpretación) W. Cerf, "The Physicomorphic fenomenología de la Verdadera rea-
antropomorfista, o cuando menos Conception of Man", The Journal of lidad' es completamente indispensable
psicologista. Philosophy, XLVIII (1951), 345-56. la fenomenología de la 'fútil apa-
La acusación de antropomorfismo ANTROPOSOFÍA. Véase TEOSO- riencia'" (Ideen, § 152); en el plano
supone en el acusador o la adhesión FÍA. metafísico, la apariencia es el camino
a un dualismo estricto entre lo hu- APARICIÓN. Véase APARIENCIA, que puede conducir al sentido del
mano y lo no humano o la adhesión IBÉRICO RODRÍGUEZ ( MARIANO). ser examinado, es decir, al descubri-
a un monismo fisicalista. Para des- APARIENCIA es, de un modo ge- miento del puesto esencial de este
hacerla se han empleado varios pro- neral, el aspecto que ofrece una cosa, ser dentro de la totalidad.
cedimientos: o afirmar que el lengua- a diferencia y aun en oposición a Kant discutió con frecuencia la no-
je antropomórfico usado sólo tiene su ser verdadero. Pero el aspecto de ción de apariencia (Erscheinung) en
validez analógica, o sostener que no la cosa puede ser también su verdad la Crítica de la razón pura. "Aparien-
hay otro modo de entender metafí- y la evidencia de ella. Entonces lo cia —escribió (A 20, Β 34)— es el
sicamente la realidad que por ana- aparente tiene, como en el vocablo nombre que recibe el objeto no deter-
logía con lo humano (y, sobre todo, inglés apparent, los dos sentidos de minado de una intuición empírica."
con lo psíquico humano), o procla- aparente y evidente. Mejor aun: jus- Puede distinguirse entre la materia y
mar que por debajo de la supuesta tamente porque hay apariencia hay la forma de la apariencia; la primera
distinción entre lo humano y lo no en tal caso evidencia. Lo aparente es lo que en la apariencia corresponde
humano se mantiene una concepción revela así la verdad de la cosa, por- a la sensación; la forma es lo que de-
que no es ni monista fisicalista ni que se supone que tras esta apa- termina la diversidad de las aparien-
monista psicologista ni dualista, sino riencia no hay un ser verdadero que cias a disponerse en un orden según
atenta a lo concreto. Éste puede ser se sirve de ella para ocultarse. En la ciertas relaciones. Las apariencias se
concebido bajo una forma neutralista mayoría de los casos, sin embargo, contraponen a las cosas en sí. Es cierto
(muy difundida a comienzos del el vocablo 'apariencia' alude al as- que "las apariencias no son sola-
114
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mente representaciones de cosas cuyo tras la realidad es un ser en el cual intemporales (ejemplo: las proposicio-
ser en sí es desconocido" (B 164) "no hay ninguna división entre el nes de la geometría) como las tem-
—lo que parece indicar por un mo- contenido y la existencia, ningún aflo- porales (ejemplo: las "apariencias
mento (aunque ésta es la doctrina de jamiento (loosening) o distensión entre verdaderamente cambiantes") exis-
Leibniz, que Kant rechaza) que las el qué y el que?' (Appearance and ten. El conflicto entre el ser y el apa-
apariencias lo son de realidades tras- Reality, p. 225 — Apariencia y reali- recer es negado asimismo por los
cendentes. Pero las apariencias son, dad, trad. esp., 3 vols., 1961), la apa- fenomenólogos, para quienes el ser
en verdad, únicamente aquello a que riencia es el aflojamiento o distensión se da en las "presentaciones" o Ab-
se aplican las formas a priori de la del carácter de ser, "la distinción de la schattungen de las "apariencias", de
sensibilidad primero y luego, mediante unidad inmediata en dos aspectos, un modo que, como señala Jean-Paul
nueva síntesis, los conceptos del que y un qué" (ibíd., págs. 187-8). Sartre al adoptar este supuesto, el
entendimiento. Las apariencias no son La apariencia ofrece una forma de fenómeno es un "relativo-absoluto"
distintas de sus aprehensiones (de su "ser" en el cual el "es" implica una (L'Être et le Néant, 5a ed. 1943, pág.
recepción en la síntesis de la imagina- distinción real entre la esencia y la 12 ), que puede ser estudiado como tal
ción), pues "si las apariencias fuesen existencia, pues la apariencia es lo con- en tanto que "absolutamente
cosas en sí, y puesto que podemos re- tradictorio y representa en el juicio indicativo de sí mismo". Otros,
ferirnos únicamente a nuestras repre- la máxima desviación entre el sujeto como Dewey (Expérience and Natu-
sentaciones, nunca podríamos dejar y el predicado. Sin embargo, esta re, 1925, pág. 137), declaran explíci-
establecido, a base de la sucesión de desviación no anula la apariencia; tamente que la apariencia no es un
las representaciones, de qué modo la teoría de Bradley sup one así modo de ser o un modo de existen-
puede conectarse en el objeto su di- una ontología de lo real en la cual cia, sino un "estado funcional". La
versidad" (A 190, Β 235). Los con- la apariencia queda salvada en su diferencia admitida en tal caso no se
ceptos del entendimiento son (ilegíti- "ser". refiere a la apariencia y a la realidad,
mamente) empleados de modo tras- La teoría de la apariencia como sino al aparecer y al no aparecer; la
cendental (en el sentido "clásico" de una forma de ser no es admitida por distinción es, en suma, de carácter
'trascendental') a las cosas en general todos los filósofos. Para algunos, co- "físico" o "empírico", de suerte que
y en sí, pero son (legítimamente) mo Whitehead (Adventures of Ideas, "vincular entre sí las cosas que son
aplicados de modo empírico sólo a las 1933, pág. 309), no tiene sentido pre- inmediata y aparencialmente, por
apariencias, o a los objetos de la expe- guntar si una realidad es verda- medio de lo que no es inmediata-
riencia posible (A 238, Β 298). Cuan- dera o falsa, auténtica o aparente, mente aparente, creando así nuevas
do son pensadas como objetos de pues la realidad es lo que es, y ello sucesiones históricas con nuevas ini-
acuerdo con la unidad de las catego- de tal modo que la verdad es jus- ciaciones y terminaciones, es algo que
rías, las apariencias reciben el nombre tamente la conformidad de la reali- depende, a su vez, del sistema de sis-
de fenómenos (A 249; véase FENÓ- dad con la apariencia o, en otros temas matemático-mecánicos que for-
MENO). Kant llamó a su doctrina se- términos, la manera de manifestarse man los objetos propios de la ciencia
gún la cual las apariencias son consi- la realidad a sí misma. Para otros, como tal" (op. cit., pág. 138).
deradas solamente como representa- como C. D. Broad, aun si el cambio Una doctrina filosófica donde la
ciones y no como cosas en sí idealismo se contradice consigo mismo (cuan- noción de apariencia —en cuanto
trascendental (en el sentido más es- do menos para aquellos filósofos que apariencia del ser, es decir, en cuanto
pecíficamente kantiano de 'trascen- creen que sólo lo inmutable es real aparición— ha sido desarrollada por
dental' [A 369], a diferencia del rea- y que identifican la realidad con Mariano Ibérico ( VÉASE). Nos hemos
lismo trascendental y del idealismo la existencia), de tal modo que to- referido a ella más extensamente en
empírico — que interpretan las apa- dos los cambios son declarados apa- el artículo sobre este filósofo. Apun-
riencias externas como cosas en sí. rentes, resultará que "las mismas temos aquí sólo que en la citada doc-
La apariencia debe distinguirse, se- cosas que son condenadas como trina de la aparición, ésta es la forma
gún Kant, de la ilusión. Esta última apariencias, porque cambian, deben como el ser se manifiesta o refleja en
surge cuando, contraviniendo a la idea cambiar verdaderamente si se pre- el yo o la conciencia. El ser deja en-
kantiana de la idealidad de las intui- tende que el argumento contra su tonces de permanecer en sí mismo,
ciones sensibles, se adscribe realidad realidad sea válido" (Perception, pero a la vez la aparición no es una
objetiva a las formas de representa- Physics, and Reality, 1914, cap. II, "mera apariencia", sino que también
ción (espacio y tiempo) [B 70]. págs. 73-4). Así, la apariencia del se puede decir que es.
Para Bradley, la apariencia "existe", cambio implica la realidad del cam- Además de las obras mencionadas
pero es contradictoria consigo misma bio, aun cuando es obvio que en este en el texto: Ilse Tönnies, Kants Dia-
por el hecho de no ser absolutamente contexto 'apariencia' designa algo dis- lektik des Scheins, 1933. — Karl Lug-
subsistente. Sólo lo absolutamente in- tinto de lo que significa cuando se mayer, Sein und Erscheinung, 1947.
dependiente puede eludir las contra- contrapone a "realidad verdadera". — M. Vincent, De l'apparence vers
dicciones de la apariencia, pero ello En este último caso, el propio movi- l'absolu. Essai sur la connaisance,
no significa que la apariencia no sea. miento es declarado irreal; en el 1955. — Véase también bibliografía
En cierto modo, de ella se puede de- primero, en cambio, se identifica la de FENÓMENO.
cir que es. Mas este "ser" de la apa- realidad con el cambio. Broad in- APATÍA. Véase ATARAXIA, EPO-
riencia tiene distinto sentido que el tenta solucionar estas dificultades CHÉ , E SCEPTI CI SMO, E STOI COS ,
ser de la realidad. En efecto, mien- PIRRÓN.
declarando que tanto las realidades
115
ΑΡΕ ΑΡΕ ΑΡΕ
APEIRÓN. El adjetivo a)/peiroj embargo, no sólo de Anaximandro, si- mente dicha, sino aquello que hace
puede significar: ( 1 ) "sin experien- no también de Demócrito, de los pi- posible la realidad en cuanto realidad
cia (de algo)", "ignorante (de al- tagóricos y de Platón (Filebo). Ello para un sujeto. Los mismos conceptos
go)"; (2) "sin fin", "sin límite" (co- es comprensible si se tiene en cuenta a priori son posibles mediante la refe-
mo, en Homero, para describir la que los pitagóricos habían usado el rencia de las intuiciones a la unidad
tierra o el mar — vastos y sin con- concepto de lo indeterminado como de la conciencia trascendental, de
fines). Este segundo sentido es el uno de los principios (negativos) (Cfr. suerte que "la unidad numérica de es-
que filosóficamente importa. Como Aristóteles, Met., A 5, 986 a: pe/raj- ta apercepción es el fundamento a
sustantivo, to/ a)/peiron (que llamare- a)/peiron ) y Parménides había definido priori de todos los conceptos, lo mis-
mos desde ahora, usando el artículo el Ser como ilimitado o sin fin (Diels mo que la diversidad del espacio y el
masculino, "el apeirón") parece ha- Β 8, 61). Aristóteles afirma que lo tiempo es el fundamento a priori de
ber sido usado por Anaximandro ( VÉA- infinito (o ilimitado) es incognoscible. las intuiciones de la sensibilidad"
SE). No disponemos del texto de este Siguiendo a Demócrito, Epicuro man- (loc. cit.).
filósofo. Tampoco se ha conservado el tuvo que el universo es a)/peiroj y que Por medio de la unidad trascenden-
testo de las Opiniones de los físicos, los átomos son a)peroi, pero en este tal de la apercepción es posible, se-
Fusikw=n Lucai/ , de Teofrasto, donde último caso el vocablo a)/peiroj no es gún Kant, la misma idea de objeto en
se daba cuenta de las doctrinas de usado en el sentido de "lo indefinido" general, la cual no había sido todavía
Anaximandro, y se citaba la parte re- en tanto que principio de cosmos. posible a través de las intuiciones del
lativa a la naturaleza y función del Paul Seligman, The 'Apeiron' of espacio y el tiempo y de las unifica-
apeirón. Pero se conserva un texto de Anaximander: A Study in the Origin ciones introducidas por los conceptos
and Function of Metaphysical Ideas, puros del entendimiento o categorías.
Simplicio (Phys., 24, 13; Diels, 12 A 1962. — Friedrich Solmsen, "Anaxi-
9, Β 1 ) donde se cita el de Teofrasto Resulta, así, que la unidad trascen-
mander's Infinite: Traces and Influen-
(otras versiones del mismo pasaje se ces", Archiv für Geschichte der Philo- dental de la apercepción que se ma-
hallan en Hipólito, Philosophoumena; sophie, XLIV (1962), 109-28. nifiesta en la apercepción trascenden-
Eusebio, Praep. ev.· Estobeo, Ecc. APELACIÓN ( APPELATIO). tal constituye el fundamento último
phys. ). Véase PROPIEDADES DE LOS TÉRMINOS. del objeto en cuanto objeto de cono-
En vista del estado de los textos cimiento (no en cuanto cosa en sí).
APELATIVO. Véase CONNOTA-
es difícil hacerse una idea del signifi- Pues "la unidad de la síntesis de
CIÓN.
cado exacto del apeirón de Anaximan- acuerdo con conceptos empíricos sería
APERCEPCIÓN es el nombre que completamente fortuita si no estuviese
dro. Según Teofrasto (apud Simpli- recibe la percepción atenta, la percep-
cio), el apeirón no es ninguno de los basada en el fundamento tras-
ción acompañada de conciencia. Des- cendental de la unidad" (ibíd., A
(cuatro) elementos; no es, pues, ni tie- cartes escribía que "es cierto que no
rra ni agua ni aire ni fuego. Para al- 111). Esto explica el sentido de la fa-
podemos querer otra cosa sin aperci- mosa frase kantiana: "Las condicio-
gunos autores (por ejemplo, G. Teich- birla [que nous n'apercevions] por el
müller, en sus Studien zur Geschichte nes a priori de una experiencia posi-
mismo medio que la queremos" (Les ble en general son al mismo tiempo
der Begriffe [1874], el concepto de passions de l'âme, I 19). Leibniz dis-
apeirón designa sólo la indeterminabi- las condiciones de la posibilidad de
tinguía entre percepción —la cual re- los objetos de la experiencia" (loc.
lidad de la materia primordial, o del presenta una multitud en la unidad o
principio, a)rx/. Otros autores (por cit.). No se trata de sostener que la
en la substancia simple— y apercep- unidad trascendental de la apercep-
ejemplo, Eduard Zeller, en Die Philo- ción — equivalente a la conciencia
sophie der Griechen, I, 1, 5) mani- ción, como síntesis última y a la vez
(Monadologie, § 14). Los cartesianos, fundamentante, haga posibles los ob-
fiestan que designa una cierta masa alega Leibniz, solamente han tenido
material infinitamente extensa (Cfr. jetos como tales; se trata de sostener
en cuenta las percepciones de las que que hace posibles los objetos como
Joñas Cohn, Geschichte des Vnen- hay conciencia, es decir, las apercep-
dlichkeitsproblems in abendlandischen objetos de conocimiento, es decir,
ciones. Pero hay asimismo percepcio- constituye —como se diría hoy— el
Denken bis Kant [1896, reimp., 1960], nes confusas y oscuras, como las pro-
págs. 13-4). Para Charles H. Kahn horizonte epistemológico para la no-
pias de ciertas mónadas "en estado de ción de objetividad y, por lo tanto, la
(Anaximander and the Origins of aturdimiento". Hay que distinguir,
Greek Cosmology [1960], págs. 33 y condición de todo conocimiento.
pues, entre percepción y apercepción, Según Kant, la unidad sintética de
sigs., y especialmente págs. 231-9), el si bien esta última, siéndolo de la pri-
apeirón es una "enorme e inagotable la apercepción presupone una sínte-
mera, es continua con ella. sis, la cual es a priori. "La unidad
masa que se extiende en todas direc- Kant distinguió entre la apercepción
ciones", pudiendo ser identificada con trascendental de la apercepción se re-
empírica y la apercepción pura o tras- fiere así a la síntesis pura de la ima-
el "espacio infinito" y constituyendo cendental. La primera es la propia del
un antecedente de la noción de "va- ginación, como condición a priori de
sujeto que posee un sentido interno la posibilidad de toda combinación de
cío" en los atomistas y del concepto del flujo de las apariencias. La segun-
de "receptáculo" en Platón. El apeirón la diversidad en un conocimiento. Pero
da es la condición de toda conciencia, sólo la síntesis productiva de la
circunda el mundo y ha sido el princi- incluyendo la conciencia empírica
pio de la formación de éste. imaginación puede tener lugar a prio-
(K.r.V. A 107. La apercepción trascen- ri; la síntesis reproductiva se basa en
Aristóteles se refiere al apeirón co- dental es la pura conciencia original e
mo ilimitación e infinitud en Phys., condiciones empíricas. Así, el princi-
inalterable; no es una realidad propia- pio de la unidad necesaria de la sín-
III 4, 203 sigs. Trata al respecto, sin
116
ΑΡΕ ΑΡΕ ΑΡΕ
tesis pura (productiva) de la imagi- ción es, según ello, la síntesis activa mentalmente metafísica expresado en
nación, anterior a la apercepción, es opuesta a la síntesis pasiva o mecánica lenguaje psicológico. La solución a es-
el fundamento de la posibilidad de que tiene lugar en las esferas no te problema depende en gran parte
todo conocimiento, especialmente de conscientes o menos conscientes. Así de la interpretación general dada a la
la experiencia." (Ibíd., A 118). fue ya considerada la apercepción por filosofía de Leibniz. A su vez, el pro-
La apercepción original o pura es, Wundt, quien la vinculaba con el blema citado plantea la cuestión, más
por lo tanto, la condición necesaria de proceso volitivo. general, del sentido del vocabulario
toda posible percepción (ibíd., A G. Dwelshauvers, Psychologie de filosófico. Es muy posible, por lo de-
123). La unidad sintética original de l'apperception, 1890. — J. Kodis, más, que en Leibniz mismo el proble-
la apercepción es, en último término, Zur Analyse des Apperzeptionsbe- ma fuera menos agudo, porque no ha-
el "Yo pienso" que acompaña a todas griffes, 1893. — L. Salomon, Zu bía en su espíritu —y posiblemente
den Begriffen der Perzeption und en el espíritu de su tiempo— ciertas
las representaciones, pues "de lo con- Apperzeptíon von Leibniz bis Kant,
trario algo sería representado en mí 1902. — Juno Mittenzwey, Ueber distinciones entre formas de conoci-
que no podría ser pensado, y ello abstra-hierende Apperzeption, 1907. miento que más tarde se subrayaron
equivale a decir que la representa- — Au-gust Messer, Die — lo que no significa que no hubiese
ción sería imposible o cuando menos Apperzeptíon, 2a ed. 1921. — Sobre distinciones, sino simplemente que
que no sería nada para mí" (ibíd., el concepto de apercepción en eran de distinto carácter.
Β 131-32). La apercepción trascen- Leibniz: J. Capesius, Der
Apperzeptionsbegriff bei Leibniz una APETITO. En De an., III, 10 433 a-
dental es, pues, el pensar el objeto, dessen Nachfolgem, 1894. — A. b, Aristóteles distinguió entre nou=j y
pensar distinto del conocer y que fun- Sicker, Die leibnizschen Begriffe der o)/pecij. El término nou=j se traduce
damenta la posibilidad de este último. Perzeption und Apperzeption, 1900. habitualmente por 'entendimiento' y
Que este pensar sea —como sugiere a — En Kant: André De Murait, La también por 'inteligencia'. El término
menudo Kant— un pensar de un sujeto conscience transcendentale dans le o)/recij puede traducirse por 'deseo' y
("de mí mismo") o las condiciones criticisme kantien. Essai sur l'unité también por 'apetito'. Preferimos aquí
puras de todo pensamiento en general, d'apperception, 1958. — Wilhelm F.
Schoeler, Die transzendentale Einheit este último vocablo por dos razones:
es cuestión muy debatible (y que ha der Apperzeption von I. K., 1959. — (1) porque es más cercano al latín
sido debatida a menudo por los J. Capesius, op. cit. supra. — Véase appetitus, que los escolásticos usaron
neokantianos ). Los resultados de la también bibliografía de DEDUCCIÓN con conciencia de que estaba relacio-
discusión no son ociosos; no sólo TRASCENDENTAL, TRASCENDENTAL y nado con la o)/recij aristotélica; (2)
puede cambiarse grandemente la Comentarios a la Crítica de la Razón porque 'deseo', sobre todo cuando es
interpretación de la filosofía de Kant Pura mencionados en la bibliografía empleado como traducción del voca-
—haciendo de ella, según los casos, de KAN T ( I MM AN UE L ).
blo latino cupiditas, expresa la idea
un subjetivismo trascendental o un APETICIÓN. Puede considerarse la de un movimiento más violento y apa-
objetivismo trascendental—, sino tam- apetición como la acción del apetito sionado (como se ve en cupiditas glo-
bién la del sentido mismo del problema (VÉASE) en el sentido escolástico, y riae y en cupiditas praedae). En todo
expresado en la pregunta: "¿Qué es especialmente tomista, de este térmi- caso, 'apetito' tiene un aspecto, por
propiamente pensar?" no. Pero como el propio concepto de así decirlo, más "técnico" a la vez que
La cuestión de la naturaleza del apetito envuelve el de su acción, el más general, de suerte que mientras
pensar como pensar productivo del término 'apetición' no es fundamental el deseo puede describirse como una
objeto (o de sus condiciones) consti- en la citada tendencia filosófica. Tie- forma de apetito, el apetito no puede
tuyó uno de los grandes temas de los ne, en cambio, un sentido importante describirse, en cambio, como una for-
idealistas alemanes postkantianos. Pero y preciso en Leibniz: "La acción del ma de deseo.
como se abandonó con frecuencia el principio interno que produce el cam- La mencionada distinción aristoté-
término 'apercepción' en el sentido bio o el paso de una percepción a la lica se halla precedida por una doc-
antes apuntado, no creemos necesario otra puede llamarse apetición [appeti- trina de las partes del "alma" (véase,
hacer aquí estado de las especulacio- tion). Aunque el deseo no puede ob- entre otros pasaje, De an., III 9 432 a-
nes pertinentes. Nos limitaremos a in- tener completamente la entera per- b). Estas partes son: la nutritiva,
dicar que el vocablo en cuestión fue cepción a la cual tiende, obtiene siem- Qreptixo/n ; la sensitiva,
empleado de nuevo por Herbart den- pre algo de ella y alcanza nuevas per- ai)sqhtiko/n ; la imaginativa,
tro del marco de una epistemología cepciones" (Monadologie, § 15 [Véase fantastixo/n y la apetitiva,
realista. Para Herbart, la apercepción MÓNADA Y MONADOLOGÍA] ). El o)rektixo/n. Esta última parece
es la asimilación, por la masa de las apetito (appetit) "no es sino la ten- distinguirse de las otras, pero es inse-
representaciones existentes y que dencia de una percepción a otra", lla- parable de ellas, de modo que "si el
constituyen el yo, de las nuevas repre- mándose "pasión" en los animales y alma tiene tres partes, en cada una
sentaciones, existiendo, por lo tanto, "voluntad" cuando la percepción "es de ellas habrá apetición" (trad. de
una masa de representaciones que un entendimiento" ("Leibniz a Re- Antonio Ennis, S. I.: Tratado del al-
apercibe y otra ya apercibida. En la mond", 1714; Gerhardt, III, 622). ma, 1944; usamos la misma traduc-
psicología actual, el término 'apercep- Puede discutirse si el vocablo 'ape- ción infra). La apetición y el enten-
ción' se usa casi siempre para designar tición' en Leibniz tiene un sentido dimiento (práctico) parecen ser las
los actos superiores en los cuales se primariamente psicológico que se dos únicas facultades capaces de mo-
toma conciencia sintética de las repre- ver (localmente) el alma. Pero como
transforma luego en metafísico, o bien
sentaciones no conscientes; la apercep- "en realidad el objeto apetecible es el
si es un concepto de índole funda-
117
ΑΡΕ APO APO
que mueve" resulta que "una sola co- más, ha sido aceptada casi íntegra- posición y el juicio ha sido usado
sa es la que mueve: la facultad apeti- mente por muchos autores neoescolás- sobre todo a partir de Kant. El em-
tiva" [o potencia apetitiva] (loc. cit.). ticos contemporáneos. Las ideas to- pleo más conocido es el que se halla
El apetito puede mover inclusive en mistas al respecto fueron adoptadas en la tabla de los juicios como
sentido contrario a la deliberación, asimismo por varios filósofos del siglo fundamento de la tabla de las cate-
pues "la concupiscencia [e)p iqumi/ a XVII, los cuales consideraron el apeti- gorías. Según la primera, los jui-
en cuanto "deseo"] es una de las cla- to como una de las "pasiones del al- cios apodícticos son una de las tres
ses de apetito" (loc. cit.). El apetito ma". Pero al romper en muchos res- especies de juicios de modalidad. Los
es, en suma, lo que produce el movi- pectos el cuadro de ideas escolásticas, juicios apodícticos son juicios lógica-
miento. los autores aludidos dieron otros signi- mente necesarios, expresados en la
Santo Tomás definió el apetito co- ficados al apetito. Preferimos reservar forma 'S es necesariamente P', a di-
mo una inclinación hacia algo y como el término 'deseo' ( VÉASE) para refe- ferencia de los juicios asertóricos o
el orden que conviene a la cosa ape- rirnos a los modos como el problema de realidad y de los juicios proble-
tecida. Esta definición es de carácter del apetito fue tratado por algunos máticos o de contingencia (Κ. r. V.,
muy general, por lo que conviene pre- autores modernos — así como por va- A 75, Β 100). Un empleo menos co-
cisar la noción de apetito. Esto sucede rios pensadores antiguos y contempo- nocido de 'apodíctico' en Kant es el
cuando se aplica al alma y se estable- ráneos. que aplica dicho término a propo-
cen sus potencias. Para Santo Tomás, APOCATASTASIS. Véase ETERNO siciones (Sätze) que estén "unidas
estas potencias son, como para Aris- RETORNO, ORÍGENES. a la conciencia de su necesidad". Los
tóteles, la vegetativa, la sensitiva, la APODÍCTICA. Véase BOUTERWERK principios (Grundsätze) de la mate-
apetitiva, la locomotiva y la intelec- (FRIEDRICH). mática (geometría) son, según Kant,
tual. La potencia apetitiva —o apeti- APODICTICO se llama a lo que apodícticos (ibíd., Β 41). Las pro-
to— no es común a todas las cosas, vale de un modo necesario e incon- posiciones apodícticas son en parte
sino propia solamente de aquellas rea- dicionado. El término 'apodíctico' se "demostrables" y en parte "inme-
lidades que poseen el conocimiento y emplea en la lógica en dos respectos. diatamente ciertas". Todas las pro-
están por encima de las formas natu- Por un lado se refiere al silogismo. posiciones apodícticas se dividen o
rales (S. theol, q. LXXX, a. 1). Hay Por el otro, a la proposición y al en Dogmata o en Mathemata. Los
en estas realidades una inclinación juicio. Dogmata son proposiciones sintético-
que sobrepasa la inclinación natural I. Lo apodíctico en el silogismo. directas formadas con conceptos. Los
y es la que hace que el alma tenga En Top., 100 a 27 sigs., Aristóteles Mathemata son proposiciones sinté-
una potencia específica apetitiva. dividió los silogismos (véase SILO tico-directas formadas mediante cons-
Hay, según Santo Tomás, un apetito GISMO) en tres especies: los apodíc- trucción de conceptos (ibíd., A 713,
intelectual y un apetito sensible, los ticos, los dialécticos y los sofísticos o Β 713, Β 741 y ss.). Los Dogmata no
cuales no deben confundirse. El nom- erísticos. El silogismo apodíctico, aparecen en el uso especulativo de la
bre del apetito sensible es la sensua- a)podeiktiko/j, es, según el Estagirita, razón (VÉASE ), pues todos los
lidad —la cual es una sola potencia el silogismo cuyas premisas son ver principios de la razón, según Kant,
genérica (ibíd., q. LXXXI, a 2). daderas, y tales que "el conocimiento son condicionados por la posibilidad
bien que se divida en dos potencias que tenemos de ellas tiene su origen de la experiencia.
que son especies del apetito sensible: en premisas primeras y verdaderas". En el sentido usado por Kant en
la irascible y la concupiscible. La po- Tal silogismo es llamado también co su tabla de los juicios, la noción de
tencia irascible es una emoción; la munmente demostrativo. juicio apodíctico ha sido empleada
concupiscible, una inclinación. Por II. Lo apodíctico en la proposi por muchos lógicos del siglo XIX y
otro lado, la voluntad puede conside- ción y el juicio. Como una de las es todavía aparece en la Lógica de Pfán-
rarse como un apetito intelectual en pecies de las proposiciones modales, der. Este último dilucida los signifi-
tanto que es movida por el entendi- las proposiciones apodícticas expre cados psicológico, lógico y ontológi-
miento que le propone el bien co- san la necesidad (a lo cual puede re co de los juicios apodícticos afirmati-
mo fin — siendo el bien racional- ducirse la imposibilidad de que no). vos ('S es necesariamente P') y ne-
mente aprehendido como tal el ob- Se refiere a la necesidad de que S gativos ('S no es necesariamente P').
jeto de la voluntad (ibíd., q. LXXXII, sea Ρ o a la imposibilidad de que Según Pfánder, como la modalidad
a 4). S no sea P. Hemos estudiado este en el juicio depende de lo que llama
Un sentido más general de appeti- modo en Modalidad y Necesario "el peso lógico de la enunciación",
tus es el ofrecido por Guillermo de ( VÉANSE ), y la forma como tales pro lo apodíctico se caracteriza por una
Occam al definirlo como una disposi- posiciones modales se oponen a otras "exaltación" del "peso lógico" expre-
ción que se opone a la pura potencia en Oposición (v. ). Agreguemos aquí sado en el enunciado mediante "un
(neutral y violenta) o a la potencia que el término 'apodíctico' no es usa sobrante de ímpetu". Ahora bien, ni
(natural y violenta) (III Sententiae do generalmente en el sentido (II) la doctrina kantiana ni la de Pfánder
q. 3 R, apud Léon Baudry, Lexique por los lógicos de tendencia tradi son aceptables: la primera, por no
philosophique de Guillaume d'Ock- cional, y que tanto ellos como los ser propiamente una doctrina lógica
ham [1958], pág. 27, s.v. Appetitus). lógicos contemporáneos tratan el y acentuar demasiado (como era, por
La doctrina sobre la noción de ape- asunto en su análisis de la moda lo demás, la intención de Kant) lo
tito más influyente sobre la escolásti- lidad. epistemológico; la segunda, a causa
ca ha sido la de Santo Tomás. Ade- El término 'apodíctico' en la pro- de la vaguedad de expresiones tales
118
APO APO APO
como 'peso lógico', 'exaltación del va lógica. Ciertos autores han llegado liza algunas de sus concepciones "sin
peso lógico', etc. Lo único que con- inclusive a sostener que los cálculos adoptar su modo de considerar la di-
sideramos válido en el análisis de de la lógica simbólica no son, en ferenciación progresiva de las diversas
Pfänder es la atención que en él se último término, más que derivacio- partes de la lógica", ya que, al enten-
presta a la diferencia entre forma nes de la forma apofántica. La der de Greenwood, García Bacca
lingüística natural y forma lógica. inclusión del sujeto en el atributo; considera los mencionados cálculos
Pero debe tenerse presente que cuan- la inclusión del atributo en el sujeto como los "estados sucesivos de esta
do la lógica es formalizada el len- y la sustitución de sujeto y atributo diferenciación". En efecto, García
guaje artificial simbólico usado por serían, en tal caso, las formas gene- Bacca había señalado en la citada
ella deshace las ambigüedades que rales de derivación del primitivo obra varias leyes que permitían ca-
hubiera podido introducir el lenguaje lo/g oj a)p ofantiko/j. Thomas racterizar las funciones fundamenta-
natural. APOFÁNTICA. Aristóteles Green-wood (Les fondements de la les del sujeto, del predicado y de la
llamaba logique symbolique, 1938, t. II, págs. cópula, con lo cual se ponía de relieve
a)po/fansij o también lo/goj 9-10) señala, por ejemplo, que si el carácter ontológico de los fun-
a)pofantikoj a la proposición en consideramos la forma S-es-P como damentos del simbolismo. M. Granell
general, es decir, al discurso, lo/goj, un todo y nos elevamos de la hace observar (Lógica, 1949, pág. 2)
de índole atributiva. Esta concepción de esta expresión que, en todo caso, la teoría de García
proposición podía ser una afirmación, compuesta de partes hasta su unidad Bacca es más compleja que la de
kata/fasij, ο una negación, lógica, podremos establecer entonces Greenwood y no permite la excesiva
a)po/fasij. En todo caso, la apófansis entre proposiciones tomadas como simplificación de la tesis de este últi-
o el discurso apofántico se distinguía unidades "relaciones formales y mo. Estas opiniones, sin embargo,
rigurosamente de otras formas de operativas por medio de cópulas no han sido muy generalmente acep-
discurso; por eso decía Aristóteles distintas del verbo y que no se tadas entre los lógicos; Russell, desde
que no todo discurso es una aplican siempre a sus constitutivos luego, las rechaza enérgicamente, y
proposición: lo es solamente aquel tomados individual o inclusive las investigaciones de la lógica más
tipo de discurso en el cual reside lo funcionalmente". Esto justificaría el reciente consideran inclusive difícil
verdadero o lo falso (De int. V, estudio de tales relaciones por medio plantearse la cuestión. No hay ne-
17 a 8). Y por eso la apófansis es, de un simbolismo apropiado, que cesidad de declarar que en muchos
propiamente hablando una declaración sería el cálculo de proposiciones. En casos la actitud asumida en este
y no, por ejemplo, una petición, una segundo lugar, si analizamos la doble problema obedece a previos supues-
exclamación o un ruego. operación de selección de sujetos y tos filosóficos. Es evidente, por lo
La doctrina de la apófansis ha sido predicados que comporta la forma menos, que una filosofía substan-
hasta hace poco tiempo el funda- apofántica S-es-P y generalizamos cialista tenderá siempre a defender
mento de la lógica, y ello hasta tal esta operación, desembocaremos en el pensamiento apofántico como pen-
punto que podría enunciarse que gran la noción de función proposicional y samiento lógico fundamental.
gran parte de la lógica "clásica" gira en la descripción, fundando en ello el Husserl ha utilizado el término
en torno al lo/goj a)pofantiko/j, es cálculo de funciones preposicionales. 'apofántica' en el curso de su investi-
decir, en tomo al supuesto de que el En tercer lugar, si consideramos cier- gación sobre la lógica formal y la
pensamiento se basa en las distintas tas relaciones mutuas de S y de P lógica trascendental. Ya en las Ideas
formas del juicio "S es P'. La "nueva según la doctrina clásica de los pre- se había bosquejado la noción de
lógica" (véase CÓPULA, LOGÍSTICA) dicados (los cuales se explicitan me- una doctrina formal de las proposi-
se ha dirigido por lo general contra diante las relaciones de pertenencia ciones apofánticas, a la cual llamaba
este predominio de la apofántica, y y de inclusión, base del cálculo de también Sintáctica (Ideen, § 134). Pe-
a veces ha considerado que esta úl- clases), podremos interpretar tales ro la "lógica formal como analítica
tima está vinculada indisolublemente relaciones mediante la teoría de las apofántica" requiere, a su entender,
a una cierta especie de metafísica: clases. Y en cuarto lugar, "podemos una más completa descripción de la
la metafísica de la substancia-acci- hacer intervenir la categoría de re- estructura de la apofántica. Ésta se
dente, a la cual correspondería ló- lación en general en la forma apofán- presenta dividida en tres ramas o,
gicamente la relación sujeto-predica- tica S-es-P, lo que nos permitirá des- mejor dicho, en tres grados. El pri-
do. No nos importa ahora averiguar doblar el predicado Ρ en un objeto í mer grado es la doctrina pura de las
cómo se ha concebido tal vinculación; ligado al sujeto S mediante la rela- formas del juicio. Se trata de una
algunos han estimado que la lógica ción R. Al transformar entonces la primera disciplina lógico-formal en
basada en la apofántica ha surgido forma S-es-P en esa otra: S-es-Rt, y la que se subsumen todos los juicios
como una traducción conceptual de al elevarnos de aquí a la forma xRy, bajo los conceptos puros de estruc-
la metafísica substancialista; otros, en estableceremos las nociones y las tura o forma, es decir, de algo muy
cambio, han estimado que la meta- operaciones que convienen más parti- parecido, si no igual, a esa doctrina
física de la substancia-accidente no cularmente a esta nueva forma, lo pura formal de las significaciones o
es sino la consecuencia de haber to- que da el cálculo de relaciones". gramática puramente lógica que ha-
mado como punto de partida la apó- Esta tesis había sido defendida ya bía sido ya bosquejada en las Inves-
fansis. Ahora bien, tal rechazo del por J. D. García Bacca (Introduc- tigaciones lógicas. La doctrina pura
predominio de la apofántica no ha ción a la lógica moderna, 1936), a de las formas se refiere a la mera
sido completamente general en la nue- quien Greenwood se refiere al res- posibilidad de los juicios como jui-
pecto, señalando que justamente uti-
119
APO APO APO
cios, sin preocuparse de si son verda- jetividad en general, y proporcionan las soluciones ofrecidas. Aquí nos li-
deros o falsos, de si son o no contra- el material conceptual fundamental mitaremos a dar un resumen general
dictorios. Nada extraño, pues, que de la ontología formal, así como de de la tendencia apologética y a men-
esta doctrina incluya el concepto de todas las disciplinas formales mate- cionar algunos otros autores pertene-
operación —y de las leyes operativas máticas (Ideen, § 119). De no ocu- cientes a ella a quienes no se han de-
u operacionales— como concepto di- rrir así, en efecto, no podría enten- dicado artículos especiales.
rector de la investigación formal derse la relación existente entre la El motivo principal de la tendencia
(Formale und transzendentale Logik, lógica formal como lógica apofántica en cuestión no era tanto defender el
1929, § 13). El segundo grado está y la ontología formal en su forma cristianismo contra las corrientes fi-
formado por la llamada "lógica de universal. En todo caso, la doctrina losóficas opuestas a él o contra las
la consecuencia" o también "lógica apofántica formal trata siempre de otras religiones, como convencer al
de la ausencia de contradicción" (o de establecer una doctrina formal "ana- Emperador del derecho de los cris-
la consistencia). Esta lógica trata de lítica" de significados "lógicos" o sig- tianos a una existencia legal dentro
las formas posibles de los juicios ver- nificados predicativos "puestos", to- del Imperio. Para ello había que usar
daderos y, por lo tanto, estudia las mando en consideración pura y sim- el vocabulario más familiar a las
leyes esenciales que determinan las plemente las formas de síntesis analí- clases ilustradas del Imperio y este
relaciones de inclusión o no inclusión tica o predicativa y dejando, por lo vocabulario coincidía en buena parte
analíticas de los juicios. A los con- tanto, indeterminados los términos con el filosófico de la época helenís-.
ceptos fundamentales de esta lógica, significantes que entran en estas for- tico-romana. El uso de tal vocabu-
o segunda fase de la apofántica, per- mas (op. cit., § 134). Una primera lario y el manejo de las correspon-
tenecen, ante todo, según Husserl, distinción rigurosa conduce, así, a de- dientes doctrinas ofrecía, cuando me-
los conceptos básicos de validez, en- clarar que "la idea de la lógica for- nos en los comienzos, un sesgo más
tendidos como conceptos normativos mal y hasta de 'lο formal' está fir- ético-práctico que metafísico-especu-
(op. cit., § 14). Un tercer grado memente delimitada por las sintaxis lativo. Pero como la formación cul-
—más elevado— de la analítica apo- doxales, que pueden entrar, y que tural helénica de casi todos los apo-
fántica comprende las leyes formales lógicamente tienen que entrar, en la logistas y las necesidades de la apo-
o leyes de las verdades posibles y de unidad sintáctica de una apofántica, logética exigieron ampliar esos cua-
sus modalidades, pudiendo definirse, de un juicio en el sentido usual de la dros, se pasó bien pronto al examen
por consiguiente, como una "lógica lógica" (Formale, etc., § 41). El he- de cuestiones más propiamente filo-
formal de la verdad" (op. cit., § 15). cho de que la lógica formal deter- sóficas, en particular la cuestión de
Como señala Jean Cavaillès, este es- mine los objetos en su pura genera- si y hasta qué punto la tradición filo-
tadio de la analítica apofántica es lidad mediante las formas no signi- sófica griega era compatible con la
una teoría de los sistemas o una teo- fica en ningún caso que no haya di- revelación cristiana. La respuesta fue
ría de las teorías que se reduce, en ferencia entre lógica apofántica y on- casi siempre afirmativa, especialmente
el fondo, a una nomología "en tanto tología formal. Más aun: sólo así a base del uso de ideas platónicas y
que determinación de tipos de teo- será posible realizar, al entender de estoicas, que se prestaban particu-
rías para las cuales se ha podido de Husserl, la idea de una mathesis uni- larmente al apoyo de las tendencias
antemano decidir si estaban defini- versalis como ciencia de las signifi- armonizadoras. Consecuencia de ello
das, es decir, si eran de tal forma caciones apofánticas de todos los gra- fue la acentuación de la intelegibili-
que todo juicio (forma de juicio) dos categoriales, no sólo distinta de dad y comunicabilidad de las verdades
construido de un modo puramente la ontología formal, sino de la propia cristianas, con la correspondiente
lógico-gramatical a partir de concep- lógica, cuando menos en el sentido universalización de éstas. La diferencia
tos (formas de conceptos) que apa- usual. entre el cristianismo y la filosofía
recen en él, es o verdadero —esto APOLOGISTAS. Dentro de la Pa- fue concebida a menudo, como se
es, una consecuencia analítica de los trística ( VÉASE ) reciben el nombre ve claramente en San Justino, co- mo
axiomas— o falso — esto es, una con- de apologistas una serie de Padres de la diferencia entre una verdad total y
tradición analítica" (Sur la logique la Iglesia que (principalmente en el una verdad parcial. Es impor-, tante
et la théorie de la science, 1947, curso del siglo II) se consagraron a también desde el punto de vista
pág. 47). De ahí que Husserl procure escribir apologías del cristianismo. filosófico o, mejor dicho, filosófi-co-
establecer una distinción entre la Como para tales fines apologéticos teológico, el hecho de que a través de
apofántica (considerada todavía co- se usaron abundantemente temas y sus escritos apologéticos se cons-
mo una doctrina formal de las sig- argumentos filosóficos, los apologistas tituyeron las bases para una ulterior
nificaciones lógicas, es decir, de las pertenecen no solamente a la histo- precisión de los dogmas teológicos y,
proposiciones predicativas de los jui- ria de la religión, del cristianismo, consiguientemente, para la posterior
cios lógico-formales) y la ontología de la teología y de la Iglesia, sino aclaración de los conceptos funda-
formal. Cabe advertir, al respecto, también a la de la filosofía. En va- mentales filosóficos usados para la
que, según Husserl, los conceptos rios artículos dedicados a los apolo- teología.
surgidos de "reducciones denomina- gistas principales (Arístides, Justino Entre los autores que no tienen
tivas", concebidos como exclusiva- [San], Minucio Félix, Tertuliano; Cfr. artículos especiales mencionaremos,
mente determinados por puras for- también, para el siglo IV, Eusebio de por lo pronto, los escritores en len-
mas, introducen modificaciones for- Cesárea) pueden verse los temas más gua griega: Codrato (Kodra/toj, Qua-
mal-categoriales de la idea de ob- frecuentemente tratados por ellos y dratus), Hermas, Hermias "el filoso-
120
APO APO APO
fo", Melito, y Aristón de Pella. Codra- precedente de una de las ideas cen- —principalmente el De opificio Dei,
to puede apenas ser considerado como trales de la Ciudad de Dios agusti- las Institutiones divinae (dirigidas a
un apologista si prestamos exclusiva niana: la idea de que los cristianos Constantino) y el De ira Dei— de-
atención a la filosofía, ya que los as- no se distinguen de los no cristianos fendió la sabiduría cristiana contra
pectos filosóficos en su obra son prác- por el lugar que habitan, por sus la "orgullosa sabiduría" de los filóso-
ticamente inexistentes; por las noticias ocupaciones o por sus talentos, sino fos paganos, pero su insistencia en
que se han transmitido acerca de la por poder habitar en cualquier pa- que el cristianismo era también una
perdida apología dirigida hacia el año tria y serles a la vez extranjera cual- sabiduría lo aproximó a la actitud
125 al Emperador Adriano, Codrato quier patria (véase CIVIT AS DEI , y de algunos filósofos, aun sin emplear
se limitó a destacar los derechos lega- la obra de Gilson sobre las meta- para ello argumentos técnicos de fi-
les de los cristianos como practicantes morfosis de la Ciudad de Dios allí losofía y aun complaciéndose en re-
de una religión que no estaba incluida referida). Los cristianos, dice la Car- chazarlos.
en ninguna de las aceptadas oficial ta, residen en este mundo de un mo- Véase la bibliografía de CRISTIA-
o semi-oficialmente por el Imperio. do parecido a como el alma habita NISMO, FILOSOFÍA MEDIEVAL, PATRÍS-
El Pastor de Hermas, redactado pro- en el cuerpo. Lo que los caracteriza TICA. Ediciones de los apologistas en
bablemente hacia el año 145 (aun- es, pues, su modo de ser, el cual general: P. Maranus, Venetiis, 1747
que según algunos autores es de produce su modo de actuar. (reimpresa en Migne, P. G., VI); J.
C. Th. de Otto, Corpus apologetarum
época bastante posterior), no tiene Los apologistas anteriores escribie- saec, II, 9 vols., lenae, 1847-1872
tampoco carácter filosófico —es un ron en lengua griega. También usa- (reedición de Vols. I-V [San Justino],
escrito en donde la Iglesia personifi- ron esta lengua los apologistas Atená- 1876-1881). — Ediciones de apologis-
cada presenta cinco visiones, doce goras (siglo II), autor de una Legatio tas mencionados en el artículo y que
mandamientos y diez semejanzas— y Presbei/a ) dirigida, hacia 177, a no tienen artículos especiales en este
aun se opone a la filosofía como ne- Marco Aurelio; Teófilo de Antioquía Diccionario: Hermas: Diels, Doxo-
gadora de los principios fundamen- (t 181), que admitió la verdad de al- graphi Graeci, 1879, 649-656, 2a ed.,
tales cristianos o judeo-cristianos (ta- gunas ideas filosóficas griegas, y Ta- 1929, 651 y sigs. — Hermias "el fi-
les como la existencia de un solo ciano. Junto a ellos hay que mencio- lósofo": A. von di Pauli, Die 'Irri-
sio' des Hermias, 1907. — Melito:
Dios creador que hizo el mundo de nar una serie de apologistas que escri- Routh, Reliquiae sacrae, I, y el ci-
la nada ). Más pertinente aquí —bien bieron en latín: los principales son tado Corpus de Otto, IX, 374-478,
que dirigido contra los filósofos— es Arnobio, Lactancio, Minucio Félix y 497-512; otros textos en Pitra, Spici-
el escrito de Hermias: Diasurmo\j Tertuliano. Daremos alguna informa- legium Solesmense, I, 1855, y Ana-
tw=n e)/cw filoso/fwn. Irrisio gentilium ción acerca de los dos primeros, a lecta sacra, II, 1884. — Aristón de
phi-losophorum; El escarnio de los quienes no hemos dedicado artículos Pella: Routh, Reliquiae, I, 91-109. —
filósofos paganos, posiblemente especiales. Arnobio (Arnobios) (260- Carta a Diogneto: varias ediciones,
redactado entre los siglos II y III. En 327), nacido en Sicca (Numidia) es- entre ellas K. Bihlmeyer, Die Apos-
este escrito se hace burla de las cribió, después de su conversión al tolischen Väter, 1924, 141-149. —
Arnobio; Migne, P.L., V; A. Reif-
opiniones de los filósofos, cristianismo (ca. 296), una apología ferscheid, Corpus scriptorum eccle-
subrayándose sus contradicciones, titulada Adversus gentes o Adversus siastorum latinorum, IV, 1875; G.
pero tanto los argumentos como el nationes (Contra los paganos), en la Marchesi, Corpus scriptorum latino-
estilo de Hermias son más retóricos cual no solamente defendió el cristia- rum Paravianum, 1934. — Lactancio:
que propiamente filosóficos. Un nismo, sino que también argumentó Migne, P. L., VI y VII; S. Brandt y
carácter filosófico más serio tiene la en favor de varias tesis filosófico-teo- G. Laubmann, en Corpus sc. ecc. la-
obra de Melito, obispo de Sardes; en lógicas, tales como la inmaterialidad ti., XIX y XXVII, 1890-97 (véase
su "Apología", dirigida, hacia el año de Dios (contra Tertuliano) y la doc- R. Pichón, Lactance, Étude sur les
172, al Emperador Marco Aurelio, trina del creacionismo ( VÉASE) del al- mouvements philosophiques et reli-
gieux sous le règne de Constantin,
describe ya la religión cristiana como ma (contra la tesis platónica de su 1903; J. Sigert, Die Théologie des
una especie de "filosofía" — una preexistencia). Parte de su apología es Apologeten L. in ihren Verhältnis zur
"filosofía" verdadera y completa. Lo una polémica contra el politeísmo y Stoa, 1919; K. Vilhelmson Laktanz
mismo ocurre con la apología escrita contra los filósofos paganos (especial- und die Kosmogonie des spätantiken
un poco antes por Aristón de Pella, en mente los platónicos dogmáticos y Synkretismus, 1940). — Ed. bilingüe
Palestina, si bien este autor parece ser platónicos eclécticos, como Numenio de Padres Apologistas griegos en la
más "judeo-cristiano" que los otros de Apamea), a quienes acusa de que- Biblioteca de Autores Cristianos, trad.
apologistas. Hay que agregar a las rer resolver problemas que solamente esp. de Daniel Ruiz Bueno, 1954
apologías de los citados autores un es- están en la mano de Dios. Se ha (contenido: Arístides, Apología; San
Justino, Apología I, Apología II, Diá-
crito de autor desconocido, y de con- dicho por ello que hay en Arnobio logo con Trifón; Taciano, Discurso
siderable influencia: la llamada Carta rasgos de escepticismo filosófico, cer- contra los griegos; Atenágoras, Lega-
a Diogneto, escrita probablemente en cano al de los filósofos de la Nueva ción en favor de los cristianos, Sobre
la década entre 160 y 170 (aunque Academia. Lactancio (Lucius Caeci- la resurrección de los muertos; Teófi-
algunos dan fechas posteriores y lius Firmianus Lactantius), conver- lo de Antioquía, Los tres libros a Au-
varios han supuesto que procede de tido también al cristianismo (ca. 300), tólico; Hermias, el filósofo, El escar-
la alta Edad Media e inclusive del enseñó la retórica en Nicomedia (Bi- nio de los filósofos paganos ). — Trad.
Renacimiento). Es importante en esta tinia) y fue nombrado preceptor del esp. del Pastor de Hermas y de la
Carta, como lo ha mostrado Gil-son, hijo de Constantino. En sus obras Carta a Diogneto en Sigfrido Huber,
Los Padres Apostólicos, 1949, págs.
el hecho de que constituye un
121
APO APO APO
384-496 y 526-41 respectivamente. — J. Göttsching, A. v. T., 1889 ja y aporía. Usamos el término 'anti-
— índice: E. J. Goodspeed, Index (Dis.). — E. Strazzeri, A. di T. e la nomia' ( VÉASE ) principalmente en el
apologeticus. Justini mart, aliorum- cronologia dei suoi viaggi, 1901. — sentido kantiano, como algo derivado
que sive clavis operum apologeta- T. Whittaker, A. of T., and Other de la aplicación de la razón pura a la
rum pristinorum, 1912 (Cfr. del mis- Essays, 1906. — M. Wundt, "A. v.
mo autor: Die ältesten Apologeten, T., Prophetie und Mythenbildung", realidad y especialmente a las
1915). — Sobre los apologistas: J. Zeit. für wiss. Theologie, XLI, N. F. proposiciones cosmológicas. Emplea-
Zahn, Die apologetischen Grundge- XIV (1906), 309-66. — F. W. G. mos el vocablo 'paradoja' ( VÉASE ) en
danken in der Literatur der drei Campbell, A. of T., a Study of His el sentido de las dificultades —lógi-
ersten Jahrhunderte systematisch dar- Life and Times, 1908. — J.'Hempel, cas y semánticas— que surgen tan
gestellt, 1890. — O. Zöckler, Ge- Untersuchungen zweier Ueberlegun- pronto como una proposición, des-
schichte der Apologie des Christen- gen von A. v. T., 1921. — F. Kliem, pués de haberse afirmado a sí mis-
tums, 1907, — J. Rivière, S. Justin Appolonios, 1927. — Arts, de B. ma, se contradice a sí misma; las
et les apologistes du IIe siècle, 1907. Latzarus con el título de "Un pytha- paradojas equivalen, en buena parte,
— T. Geffcken, Zwei griechischen goricien thaumaturge, A. de Tyane",
Apologeten, 1907. — W. Baldensper- en Revue de Cours et Conféren- a los tradicionales insolubilia. Ejem-
ger, Urchristliche Apologie, 1909. — ces (1939-1940), págs 51-64, 267-80, plos típicos de las antinomias son,
A. Puech, Les apologistes grecs du 420-34. por ello, las antinomias cosmológicas
IIe siècle de notre ère, 1912. — A. APORÍA, a)pori/a, significa literal- kantianas — matemáticas y dinámi-
Hauck, Apologetik in der alten Kir- mente sin camino; mejor dicho, cami- cas. Ejemplo típico de la paradoja
che, 1918. — M. Pellegrino, Studi su no sin salida, dificultad. En sentido (semántica) es la de "El Mentiro-
l'antica apologetica, 1947. — A. Ri- so". Ejemplos típicos de las aporías en
chardson, Christian Apologetics, figurado, la aporía es entendida casi
siempre como una proposición sin sa- nuestro sentido, son, en cambio, las
1948. — J. Laurin, Orientations argumentaciones de Zenón de Elea
maïtresses des apologistes chrétiens lida lógica, como una dificultad lógica
de 270 à 361, 1954 [Analecta Gre- insuperable. La aporía podría, pues, contra el movimiento. Entre ellas se
goriana, 61]. ser también llamada —y así efectiva- destaca la aporía o paradoja de Aqui-
APOLONIO DE TIANA (fl. fines mente lo ha sido— antinomia o para- les y la tortuga a que hemos hecho
del siglo I) es conocido sobre todo doja. Así ocurre con las paradojas, referencia en el artículo sobre Ze-
como mago y profeta, pero la infor- aporías o "dificultades" de Zenón de nón de Elea y que aquí reseñaremos
mación acerca de su vida, procedente Elea (VÉASE), lo mismo que con las de nuevo, junto con las soluciones
casi enteramente de su biógrafo aporías y paradojas de los sofistas y más significadas que ha recibido en
Filostrato (quien escribió sobre Apo- de los escépticos. El estudio de las el curso de la historia de la filosofía.
lonio a instancias de la emperatriz aporías puede dar lugar a una aporé- La aporía de Aquiles y la tortuga
Julia Domna), está demasiado envuelta tica, la cual sería, en último término, puede enunciarse de varios modos.
en motivos legendarios para que la descripción e investigación de to- La fórmula más intuitiva, aunque
constituya una fuente segura. Al pa- dos los elementos aporéticos descu- también menos precisa, consiste subs-
recer, Apolonio viajó mucho por los biertos en el proceso del conocimiento tancialmente en lo que sigue. Supon-
países orientales, predicando el pi- de lo real. Nicolai Hartmann, por gamos que Aquiles y la tortuga par-
tagorismo —por lo que es conside- ejemplo, llama aporética al estudio ten simultáneamente para una ca-
rado como uno de los neopitagóricos de las antinomias planteadas por el rrera de velocidad en la misma direc-
de la época—, pero más bien como análisis de los resultados obtenidos ción, y supongamos que Aquiles co-
religión que como filosofía. Según en la descripción fenomenológica del rre diez veces más aprisa que la
dice Jámblico en la Vida de Porfi- conocimiento. Las aporías —que se tortuga. Si en el instante inicial de la
rio, Apolonio presentó en una Vida refieren aquí principalmente a los carrera se da a la tortuga un metro
de Pitágoras, Puqago/rou Bi/oj, a este problemas relativos a la trascendencia de ventaja sobre Aquiles, resultará
sabio como ideal supremo de vida. y a la implicación de elementos onto- que cuando Aquiles haya recorrido
Junto a ello difundió la idea de que lógicos dentro de los elementos gno- dicho metro, la tortuga habrá reco-
el hombre es ciudadano del universo seológicos— no pueden resolverse, a rrido ya un decímetro. Cuando Aqui-
y de que hay un Dios —innaccesi- su entender, en sentido propio, y cabe les haya recorrido este decímetro, la
ble a la razón— que predomina por únicamente incluirlas en una totali- tortuga habrá recorrido un centíme-
encima de los otros dioses de tal for- dad superior que "reduzca" su perfil tro; cuando Aquiles haya recorrido
ma que, a diferencia de éstos, no problemático. En buena parte, dice este centímetro, la tortuga habrá re-
solamente no necesita sacrificios, Hartmann, el pensamiento filosófico corrido un milímetro, y así sucesiva-
mas ni siquiera requiere ser nom- es de carácter aporético o, mejor di- mente, de tal modo que Aquiles no
brado. cho, el pensamiento aporético es una podrá alcanzar jamás a la tortuga
Además de Jámblico, véanse los de las formas fundamentales —y para aun cuando, evidentemente, se vaya
fragmentos atribuidos a Apolonio por dicho autor la más legítima— de aproximando infinitamente a ella.
Eusebio (Praep. ev, IV, 13) y De- pensamiento frente al pensamiento Un enunciado más preciso redu-
monst. ev., III, 3 de una obra titu- filosófico orientado hacia el sistema ciría a Aquiles y la tortuga a dos
lada Peri\qusiw=n. — J. Jessen, A. con (VÉASE ). puntos que se desplazan a lo largo
Tiana und sein Biog. Philostratos, Siguiendo la terminología usada en de una línea con una ventaja inicial
1885. — J. Guiraud, La vie d'A. de el curso de esta obra, nosotros dis- por parte del punto más lento y una
Tiane, 1886. — D. M. Tredwell, A. tinguiremos entre antinomia, parado- velocidad superior uniforme por parte
Sketch of the Lije of A. of T., 1886. del punto más rápido. La distan-
122
APO APO APU
cia entre los dos puntos dados, aun en la aporía— no queda solucionado dido que algunos autores hayan se-
cuando se vaya acercando progresi- ni siquiera cuando se afirma que guido proponiendo refutaciones de
vamente a cero, no podrá nunca al- Aquiles tiene una infinidad de inter- carácter propiamente filosófico. Es
canzar cero. valos temporales que le permiten el caso de Bergson. Su refutación
El propósito de Zenón de Elea era atravesar una serie infinita de dis- consiste esencialmente en considerar
defender la doctrina de Parménides tancias. que los argumentos de Zenón de
( VÉASE ), la cual exigía la negación La refutación físico-matemática es, Elea se basan en una concepción es-
del movimiento real y la afirmación según Ushenko, la propia de Bertrand pacial del tiempo. Si el tiempo fuera
de que todo movimiento es ilusorio. Russell. Este autor afirma que tanto reductible al espacio —o entendido
El hecho de que Aquiles alcance la serie de momentos temporales como por analogía con el espacio—, la
efectivamente a la tortuga no repre- la serie de puntos de la línea son aporía sería insoluble. Pero si, con
sentaría, pues, para Zenón una de- continuos matemáticos, no habiendo, Bergson, consideramos el tiempo co-
mostración de la falsedad de la apo- por consiguiente, momentos conse- mo una fluencia indivisible, por
ría, pues tal hecho, siendo fenomé- cutivos o, mejor dicho, no habiendo principio indescomponible en "mo-
nico, no es real. Por consiguiente, la terceros momentos que se vayan in- mentos" concebidos por analogía con
aporía no queda refutada, como entre terponiendo hasta el infinito entre los "puntos espaciales", Aquiles po-
varios filósofos antiguos era corriente dos momentos dados. drá alcanzar a la tortuga. La difi-
creer, mediante la mostración de la Las refutaciones físicas son a ve- cultad consistiría, pues, en haber
efectividad del movimiento y del he- ces una combinación de las mate- aplicado al tiempo, y al movimiento,
cho de que Aquiles alcanzara a la mático-físicas y de las filosóficas, es- los conceptos de ser y de cosa, en
tortuga. Se ha desechado, pues, como pecialmente cuando, como el citado vez de aplicarles los conceptos de
inoperante una primera refutación de Ushenko ha propuesto, consisten en fluencia y de acto. Whitehead se ha
la aporía, que consistiría, en el fon- un análisis de los conceptos físicos adherido a esta refutación, comple-
do, en sostener que "el movimiento fundamentales, en particular del tándola por medio de una distinción
se demuestra andando". Otras refu- concepto de simultaneidad. Una re- entre lo actual y lo potencial en el
taciones han tenido lugar desde en- futación que parece proponerse hoy movimiento, y considerando que Berg-
tonces. Siguiendo la descripción que día en algunos círculos es la basada son se refiere únicamente al movi-
hace A. P. Ushenko en su artículo en la idea de la posibilidad de "lon- miento desde el punto de vista de
sobre las paradojas de Zenón (Mind, gitudes mínimas" y de "partículas la actualidad. En todo caso, la me-
LV, 218 [1946]), dividiremos aquí mínimas" de espacio-tiempo a que tafísica dinamicista de Bergson, lo
las refutaciones en cinco tipos: 1° ló- nos hemos referido en el artículo mismo que la de Whitehead y de
gicas; 2° matemáticas; 3° físico-mate- sobre la noción de lo continuo ( VÉA- Ushenko (véase POTENCIA) coinciden
máticas; 4° físicas, y 5° filosóficas. SE). Sin embargo, estas ideas no han en rechazar toda refutación de la
Las refutaciones lógicas insisten sido hasta ahora suficientemente des- aporía que no se decida a analizar
en mostrar que la aporía de Aquiles arrolladas y no puede todavía anti- las implicaciones filosóficas de los
y la tortuga constituye una petición ciparse en qué medida pueden con- conceptos de movimiento y de tiempo
de principio, en la cual se supone lo tribuir a la solución de la citada y, por lo tanto, que no ataquen los
que se niega —el movimiento—, sien- aporía. problemas metafísicos fundamentales
do, pues, lógicamente imposible su Las refutaciones filosóficas son de de los mismos.
formulación. Esta refutación olvida varios tipos. Mencionaremos solamen- Véase la bibliografía del artículo
no sólo el otro supuesto más último te algunas de ellas. Ante todo, la ZENÓN DE E LEA.
y radical de Zenón —la negación del de Aristóteles basada principalmente APPELATIO. Véase PROPIEDADES
movimiento en cuanto proceso real—, en la diferencia entre lo infinito DE LOS TÉRMINOS.
sino la posibilidad de probar algo ( VÉASE) en potencia y lo infinito en APREHENSIÓN. Véase ASENTI -
por lo absurdo. acto. Potencialmente la línea o el MIENTO, PERCEPCIÓN.
Las refutaciones matemáticas, usua- segmento de tiempo son infinitamente APRIORISMO. Véase A PRIORI,
les desde la creación del cálculo in- divisibles; actualmente en cambio, son MATEMÁTICA.
finitesimal, consisten esencialmente indivisibles, es decir, pueden ser APUESTA. Uno de los pasajes en
en sostener que, siendo posible la "actuados". Muchas objeciones se han los Pensamientos de Pascal (VÉASE )
suma de una progresión geométrica opuesto a la solución aristotélica (ex- que suscitan mayor interés entre los
infinita, no hay ningún motivo para puesta principalmente en Phys., VI, filósofos, es el que plantea el pro-
no suponer la posibilidad de que la 2, 233 a 22 sigs.). La más común blema de la apuesta (pari): se tra-
distancia entre los dos puntos que es la que consiste en afirmar que ta en él de la necesidad de apostar
se desplazan llegue a ser igual a 0. la infinita divisibilidad de la línea
La dificultad de esta refutación con- (parier) sobre la existencia de Dios.
implica que posee actualmente un Necesidad, decimos, pues por un
siste en la aplicación de la solución número infinito de puntos (Cfr. M.
matemática a un acontecimiento fí- lado la razón no puede por sí sola
Black, "Achules and the Tortoise", pronunciarse en favor de uno de los
sico, es decir, se basa últimamente Analysis [1951], 91-101). Otros ale-
en la superposición de los dos ór- dos términos de la siguiente alterna-
gan que no es necesaria una solu-
denes, superposición que por sí mis- tiva: "Dios es [existe] o no es [no
ción filosófica, puesto que la aporía
ma queda inexplicada. Por otro lado, existe]", y por otro lado no se puede
se basa en una falacia matemática
el problema del tiempo —esencial (Peirce, Russell). Ello no ha impe- simplemente rehuir una elección.

123
APU APU APU
La apuesta puede reducirse a los tadas tablas, llamando la atención del de sus Lettres philosophiques. Según
términos siguientes. (1) El que apues- lector sobre el caso definitivo, el cual Voltaire, el modo de argumentar de
ta, apuesta lo que tiene: una vida, corresponde a la formulación de los Pascal es demasiado frivolo por la
su propia vida. (2) Si apuesta esta términos de la apuesta señalada an- gravedad del tema; por lo demás, no
vida para ganar dos, la apuesta vale tes en el punto (6).
ya la pena. (3) Si hay tres vidas
para ganar, es ya imprudente no
apostar la vida que se tiene. (4) Si
el número de vidas que pueden ga-
narse es infinito, no hay más reme-
dio que apostar. (5) El número in-
finito de vidas que se pretenden ga-
nar en nuestro caso es la beatitud,
es decir, una infinidad de dicha.
(6) Apostemos ahora en favor de que
Dios existe. Si se gana, se gana todo.
Si se pierde, no se pierde nada.
Se puede alegar, observa Pascal,
que es incierto que se gane y que,
en cambio, es cierto que se arriesga
algo, de modo que la distancia infi-
nita que hay entre la certidumbre
de lo que se expone y la incertidum-
bre de lo que se puede ganar, hace
que el bien finito que se expone de
modo cierto iguale el infinito que es
incierto. Pero a ello hay que contes- Se ha discutido mucho sobre la parece justo arriesgar nada por una
tar que todo jugador arriesga algo apuesta de Pascal. Dos tipos de dis- dicha infinita que, según el propio
con certidumbre con el fin de ganar cusión merecen ser mencionados. Pascal, corresponderá sólo a una mi-
algo con incertidumbre, y que no Una se refiere al propósito de Pas- noría de hombres. Menos conocida,
hay una infinidad de distancia entre cal. Lo más corriente es suponerle pero más sólida, es la crítica de La-
esta certidumbre de lo que se arries- un propósito apologético; según ello, chelier, el cual establece que la "in-
ga y la incertidumbre de la ganan- Pascal se propuso convencer al in- certidumbre difiere toto genere de
cia. En rigor, hay infinidad entre la crédulo obligándolo a apostar — y, la certidumbre y vale infinitamente
certidumbre de ganar y la incertidum- por lo tanto, a aceptar los resultados menos que ella", y quien arguye que
bre de perder, pero la certidumbre de de la apuesta. Pero pueden suponér- el cálculo de las probabilidades tal
ganar guarda proporción con la cer- sele asimismo otros propósitos. Por como la toma Pascal no es aplicable
tidumbre de lo que se arriesga según ejemplo, en su obra Le Dieu caché, a todos los casos, sino sólo a algunos
la proporción de los riesgos de ganan- étude sur la vision tragique dans les en los cuales hay "posibilidad real".
cia y de pérdida. Si, pues, hay tantos Pensées de Pascal et dans le théâtre "Del hecho de que no estamos más
riesgos de un lado como del otro, la de Racine (1956) Lucien Goldmann autorizados a negar la existencia de
partida se juega de igual a igual, de estima que la apuesta no es un ar- una cosa que a afirmarla —escribe
modo que la certidumbre de lo que gumento, sino la expresión de la acti- Lachelier— no hay que concluir,
se arriesga iguala la incertidumbre de tud de Pascal frente a un Dios —el como parece haberlo hecho Pascal,
la ganancia sin que importe que se Deus absconditus— tan celado a la que hay una probabilidad sobre dos
halle a infinita distancia de aquélla mirada del hombre, que el filósofo, para que tal cosa exista." Lo cual no
(Pensées, ed. Brunschvieg, 233, tomo no estando seguro de su existencia, significa, al entender de Lachelier,
II, 145-155). decide apostar en favor de ella. Por que la apuesta pascaliana carezca de
Al comentar los términos en los lo demás, ya Julien Green había es- todo valor; tiene un valor de "deci-
cuales presenta Pascal la apuesta, crito (Journal 1935-1939, III, pág. sión" al cual nos hemos referido al
Brunschvicg se refiere a un trabajo 100: 10 febrero de 1939) que el an- final del artículo sobre el autor de
inédito de L. Couturat en el cual se sia que tiene Pascal de tener razón lo Del fundamento de la inducción.
establecen en forma tabular todos los empuja tan lejos que "puede pregun- En favor del argumento de Pascal
casos considerados por el filósofo. tarse si el hombre que quiere con- parecen, en cambio, militar ciertas
Las tablas presentadas consideran, por vencer de estar en un error no es consecuencias de la reciente teoría de
un lado, las probabilidades de ganan- Biaise Pascal". los juegos (véase JUEGO). En efecto,
cia y por el otro lo que se arriesga; El otro tipo de discusión concierne la suma de los premios en una lotería
el producto de la ganancia esperada a la validez del argumento. Particu- es inferior a la suma de las cantidades
por las probabilidades que se tienen larmente conocida al respecto —aun- apostadas, pero ello no impide apostar
de obtenerla define entonces la ven- que no particularmente convincente— a cada jugador, pues aunque lo
taja o la esperanza matemática del es la opinión de Voltaire en la Carta probable es que pierda, si tal acontece
jugador. Reproduciremos aquí las ci- XXV (Sur les Pensées de Pascal) la pérdida será escasa, mientras que si
gana será considerable. Aná-
124
APU APU ARA
logamente, la posibilidad de que se ü no ha sido conservada, pero se la confluencia de ambas se da más
pierda la apuesta en el argumento de tiene noticia de lo que hubiera po- en el punto de llegada que en el de
Pascal no debería desanimar al ju- dido contener por el escrit o de partida.
gador cuya "expectación" se refiere Peri\ e(pmhnei/aj erróneamente Obras: La filosofía de Eugenio
a un valor infinitamente mayor que atribuido a Apuleyo. El De mundo, un d'Ors, 1945. — Catolicismo y protes-
el apostado. Hay que observar al res- comentario al tratado pseudo- tantismo como formas de existencia,
pecto, empero, que a diferencia de aristotélico Peri\ ko/smou (v. DE 1952. — El protestantismo y la mo-
lo que se arriesga en una lotería o MUNDO), es también erróneamente ral, 1954. — Catolicismo día tras
en un juego de azar, en la apuesta de atribuido a Apuleyo. día, 1955. — Crítica y meditación,
Ediciones: Apulei Madaurensis 1957. — Ética, 1958. — La ética de
Pascal se arriesga todo lo que se tie- Ortega, 1958. — La juventud euro-
ne. Puede, pues, perderse sólo "una opuscula quae sunt de philosophia,
rec. A. Goldbacher, Wien, 1876. — pea y otros ensayos, 1961. — Impli-
vida finita de placer", mas para el Peri\ e(rmhnei/aj, ed. A. Goldbacher, caciones de la filosofía en la vida con-
jugador no convencido de la existen- 1885 y Ph. Meiss, 1886. — L. Apulei temporánea, 1962 [Cuadernos Tau-
cia de lo que puede ganar lo que Madaurensis scripta quae sunt de rus]. — Ética y Política, 1963.
pierde es una cantidad que Pascal philosophia, rec. P. Thomas, Lip-siae, ÁRBOL DE PORFIRIO (ARBOR
estimaba ciertamente nula, pero que 1908 (con inclusión de la obra latina PORPHYRIANA). Se da este nom-
el jugador puede considerar absoluta. Peri Hermeneias, que parece deberse bre al cuadro en el cual se presenta
Se ha preguntado a veces si hay efectivamente a Apuleyo, según el la relación de subordinación (sólo ló-
antecedentes del argumento de Pas- testimonio de Casiodoro: "Has gica, según unos; lógica y ontológica,
cal. Según Bayle, tales antecedentes formulas categoricum syllogismorum según otros) de la substancia consi-
se encuentran en la obra de Arno- qui plene nosse desiderat, librum le- derada como género ( VÉASE) supremo
gat, qui inscribitur Apulei [Migne
bio, Adversus gentes, II. Un argu- PL. LXX, 1173 A]). Entre lo más a los géneros y especies inferiores
mento similar al de Pascal se lee en reciente véase S. Müller, "Das Ver- hasta llegar al individuo. Porfirio
la Theologia naturalis de Sabunde, hälmis von Apuleius De Mundo zu trata este asunto en el capítulo de
cap. LXVIII. seiner Vorlage", Philologus, Supp. la Isagoge sobre la especie ( VÉASE ).
Además de los textos citados, véa- Bd. XXXII, H. 2. W. Wittmann, Das Dice en él que "en cada categoría
se: E. Souriau, "Valeur actuelle du Isisbuch des Apuleius, 1940. Entre hay ciertos términos que son los gé-
pari de Pascal", en L'ombre de Dieu, los numerosos escritos sobre la obra neros más generales; otros que son
1955, cap. II. — Georges Brunet, Le filosófica de Apuleyo destacamos los las especies más especiales; y otros
pari de Pascal, 1956 (texto y co- de A. Goldbacher (1871), J. Bernays que son los intermediarios entre los
mentarios). (1871), E. Rohde (1885), W. Kroll
(1898), P. Thomas (1900 y 1908), géneros más generales y las especies
APULEYO (Lucius Apuleius), nac. especialísimas" (ínfimas). El término
125 en Hippo (actualmente Bône, R. Helm (1900), Th. Sinko (1905).
Artículo de Schwabe sobre Apuleyo más general es definido como aquel
Argel), es conocido en la historia por encima del cual no puede haber
de la literatura sobre todo por su cé- (Apuleius, 9) en Pauly-Wissowa.
ARANGUREN (JOSÉ LUIS L.) otro género más elevado; el más es-
lebre novela El asno de oro. Como pecial, aquel debajo del cual no puede
filósofo, era uno de los miembros de nac. (1909) en Ávila, profesor de
ética en la Universidad Central (Ma- haber otra especie subordinada; los
la llamada escuela platónica ecléctica términos intermediarios, los que están
de Gaio, aun cuando es dudoso que drid) desde 1955, ha trabajado hasta
ahora sobre todo en cuestiones de situados entre ambos y son a la vez
hubiera tenido relación directa con géneros y especies. Tomando como
este pensador y es más probable —a ética y de filosofía de la religión.
Nos hemos referido con algún de- ejemplo una sola categoría —la
juzgar por su obra sobre Platón— substancia— Porfirio procede a mos-
que hubiese recibido la influencia de talle a su doctrina del talante —tanto
en sentido general como en el sen- trar cuáles son los géneros y especies
Albino. En sus obras filosóficas: intermediarios y, al final, los indivi-
Sobre él Dios de Sócrates (De deo tido específico de "talante religioso"—
en el artículo sobre la noción de duos — o ejemplos de individuos.
Socratis), Sobre las opiniones de Encuentra entonces una serie que da
Platón (De Platone et eius dogmata) Temple (v.), y a algunas de sus ideas
acerca de la relación entre religión y origen al esquema de la página si-
y Sobre el mundo (De mundo) Apu- guiente, en lo esencial empleado por
leyó desarrolló un sincretismo plato- ética en el artículo sobre Religión
(v.). Agregaremos aquí que en el Boecio, y popular desde la exposición
nizante en el cual destacan especial- de Julius Pacius, en su Aristotelis Or-
mente las tendencias místicas y una curso de sus investigaciones sobre la
ética del protestantismo Aranguren ganum (1584).
demonología que tiene su base en la
ha mostrado que éste se desliza muy La substancia, dice Porfirio, es sólo
concepción socrática del daimo/nion
fácilmente hacia una ruptura excesiva género; el hombre es la especie espe-
pero que Apuleyo elaboró en un sen-
de lo ético y lo religioso. Tal rup- cialísima o ínfima y es sólo especie;
tido místico-religioso, análogo al de
tura debe ser rechazada. Pero debe el cuerpo es especie de la substan-
Plutarco y que se fue haciendo cada
serlo también la identificación, pro- cia y género del cuerpo animado; el
vez más común en las direcciones
pugnada consciente o inconsciente- cuerpo animado es especie del cuer-
platónicas y neo-platónicas.
mente por algunas tendencias filosó- po y género del animal; el animal es
La obra sobre las opiniones de Pla-
ficas, entre lo religioso y lo ético, especie del cuerpo animado y género
tón tiene dos libros: uno sobre la
con frecuencia basada en la subordi- del animal racional; el animal racio-
física y otro sobre la ética. Una obra
nación del primero al segundo. Se- nal es especie del animal y género
sobre una tercera parte —la lógi-
gún Aranguren, la ética está abierta del hombre; el hombre es especie del
ca— no fue completada por Apuleyo,
a la religión, y ello en tal forma que
125
ARC ARC ARD
toicos, y en particular a la teoría del
conocimiento de Zenón. El concepto
de evidencia directa, kata/lhyij, es,
según Arcesilao —como según todos
los escépticos y los empíricos—, una
mera invención de la cual no pode-
mos hallar ejemplos.
Información sobre las doctrinas de
Arcesilao se halla en Diógenes Laer-
cio (IV, 28-45), en Fifodemo de
Gadara, Cicerón (Acad. post., I, xii,
45), en Sexto el Empírico (Hyp,
Pyrr., I, 234; adv. Math., VII, 153)
y en Suidas. — Véase R. Brodersen,
De Arcesilao philosopho académico,
1821. — A. Geffers, De Arcesilao,
1841. — Ch. Huit, "Polémique d'Ar-
césilas contre les Stoïciens , L'Ins-
truction publique, XIV (1885), 414-
16, 430-32, 448-50. — Art. de H.
von Arnim sobre Arcesilao (Arkesi-
laos, 19) en Pauly-Wissowa.
ARCHE (ARJE). Véase PRINCIPIO.
ARDIGÔ (ROBERTO) (1828-
1920) nac. en Casteldidone (Cremo-
na, Italia), fue profesor en la Univer-
sidad de Padua (1881-1909). Después
de haberse ordenado de sacerdote,
abandonó la Iglesia (1871) y se adscri-
bió al movimiento positivista italiano,
defendido contemporáneamente por
Pasquale Villari (1827-1927), Nico-lo
Marselli (1822-1899) y Andrea
Angiulli (1837-1890). Este movi-
miento había sido impulsado asimismo
por autores como Cario Cattaneo
(1801-1869) y Giuseppe Ferrari
(1812-1876), así como, y sobre todo,
por los juristas y criminólogos Enri-
co Ferri (1856-1929), Enrico de
animal racional, pero no género de de los principales representantes de Marinis (1868-1919) y Cesare Lom-
los individuos, pues —como se dijo— la llamada Academia media y, por broso (1835-1909). Órganos de estas
es sólo especie. Los términos inter- lo tanto, del escepticismo moderado tendencias fueron la Rivista di filoso-
mediarios tienen así dos caras o as- característico de este período. Va- fía scientifica, la Rivista di filosofía e
pectos; los términos extremos sólo tie- rios autores antiguos consideraron a scienze affini y la Rivista di filosofia,
nen un aspecto o cara. Y la especie Arcesilao como un filósofo casi ente- que combatían tanto al idealismo de
especialísima o ínfima tiene también ramente pirrónico y, por consiguien- ascendencia hegeliana como a la tra-
sólo un aspecto o cara. Es especie te, como muy poco o nada platóni- dición ontologista. Ahora bien, Ardigo
de los individuos, por contenerlos, y co. Sin embargo, parece ser un he- fundamentó, articuló y prolongó estas
especie de los términos anteriores cho que Arcesilao buscó en Platón tendencias y representó, por así decir-
—superiores— por estar contenido argumentos en favor de su escepti- lo, el máximo nivel en Italia del posi-
por ellos. Se concluye, pues, diciendo cismo y que, por otro lado, combatió tivismo de la época. Esto permite ex-
que el género más general es el que, el escepticismo extremo alegando que plicar tanto su positivismo metaempí-
siendo género, no es especie; la es- hay un criterio de verdad que nos rico como su "metafísica positivista".
pecie especialísima, lo que, siendo permite conocer las cosas. Este En efecto, el positivismo de Ardigo no
especie, no puede ser dividido en criterio fue encontrado por Arcesilao era un naturalismo dogmático. En la
especies; el individuo, lo que no en "lo razonable", utilizable tanto división del positivismo establecida
puede ser subdividido en otros tér- para el conocimiento teórico como por Rodolfo Mondolfo, según el cual
minos. para el saber práctico. Lo que no no es legítimo confundir la dirección
ARCESILAO (ca. 315/14-ca. 2417 puede hallarse en parte alguna, se- objetivista, común a Spencer, a Dar-
40) nac. en Pitane (Eolia), fue discí- gún Arcesilao, es un criterio de evi- win, a Littré o a Comte, con la direc-
pulo primero de Teofrasto y luego de dencia absoluta e indiscutible. Por ción subjetivista, propia de John
Polemón, Crates y Crantor. Escolar- este motivo Arcesilao se opuso a la Stuart Mill, de Avenarius, Mach y
ca de la Academia platónica, fue uno teoría del conocimiento de los es-
126
ARD ARD ARG
Vaihinger, Ardigo représenta esta úl- 1930; La ricerca filosofica, 1936; La d'una rosa" incluido en el Vol. 10.
tima tendencia. Esto se debía tanto liberta umana e la critica del determi- Edición de Scritti vari, 1922, ed. G.
a las condiciones en que había surgido nismo, 1936; Sulla razionalità del reale Marchesini. — Bibliografía: A. P.
el positivismo italiano como a la cósmico, 1939; L'infinito e il divino, Levi y L. Limentami, "Bibliografia di
evolución personal de Ardigo. Por 1951 [Sobre G. T.: Elide Guastalla, R. A. , Rivista di Filosofia, IV ( 1928-
G. T., 1952, con bibliografía] que 29). — Véase G. Marchesini, La vita
eso la filosofía no era para Ardigo un e U pensiero di R. A., 1907. — Íd.,
mero compendio de las ciencias, sino aborda el problema de lo Absoluto íd., Lo spirito evangelico di R. A.,
la fuente de ellas. Ardigo sostiene, desde la crítica del conocimiento y 1910. — Íd., íd., R. A. L'uomo e
ciertamente, la identidad de lo físico afirma la incondicionalidad del ob- l'umanista, 1922. — E. Ferri, Sul po-
y de lo psíquico. Pero su acentua- jeto; de Giovanni Marchesini ( VÉASE), sitivismo di R. A., 1908. — R. Mon-
ción del valor de la idea frente a las de Erminio Troilo (nac. 1875: Lo spi- dolfo, Il pensiero di R. A., 1908. —
circunstancias materiales que concu- rito della filosofia. Realismo assoluto, C. Berardi, Il pensiero filosofico di
rren a la formación de la evolución 1926; Le forme dell'esperienza, 1934), R. A., 1908. — J. Blunstein, Der Po-
histórica, su identificación de la idea historiador de la filosofía italiana y de- sitivismus Ardigos, 1910. — Íd., íd.,
fensor de un realismo influido por Die Weltanschauung Ardigos, 1911.
y de la inteligencia con la voluntad, — P. Grano, R. A., 1910. — E. Troi-
su reconocimiento de un haz de "con- Bruno. Algunos discípulos de Ardigo
se consagraron con gran fecundidad a lo, Il maestro del positivismo italiano,
diciones internas" distintas de las 1921. — G. Tarozzi, R. A. Profilo,
"condiciones externas" le permite su- la investigación histórica, como Ro-
dolfo Mondolfo (VÉASE). Otros posi- 1928. — F. Amerio, A., 1948. — R.
perar desde dentro el determinismo Cavallaro, Il presupposto razionalisti-
tivistas, como los mencionados Cesare co della filosofía dell'Ardigo, 1959 [de
objetivista. Ardigo consideraba el Lombroso (Genio e folia, 1864) y
"hecho" como divino, pero este hecho "Studia Patavina". Quaderni di Sto-
Enrico Ferri (Teoria dell'imputabilita ria della Filosofia, 8).
eran "todos los hechos". De ahí la e negazione del libero arbitrio, 1878;
imposibilidad de elegir un hecho para ARGUMENTO. Nos hemos referi-
Sozialismo e criminalita, 1883) se de- do a un sentido especial del término
convertirlo en lo Absoluto. El "In- cidieron, en cambio, por el aspecto
distinto" de Ardigo es, en este sen- 'argumento' en el artículo CUANTIFI -
más objetivista de la doctrina y por CACIÓN, CUANTIFICACIONAL y CUAN-
tido, diferente del "Incognoscible" de eso llegaron a conclusiones diametral-
Spencer. "Pues mientras Spencer TIFICADOR. Aquí trataremos del senti-
mente opuestas en lo que toca al fun-
—dice Mondolfo— colocaba ese ab- damental problema de la contingen- do más general de dicho término: el
soluto en la raíz de toda realidad, de- cia y la libertad. que tiene como razonamiento median-
clarándolo incognoscible en el mismo Obras principales: Discorso su Pie- te el cual se intenta probar o refutar
momento que afirmaba su existencia tro Pomponazzi, 1869. — Psicologia una tesis, convenciendo a alguien de
real como objeto de intuición", Ardigo come scienza positiva, 1870. — La la verdad o falsedad de la misma. Se
sostiene que "el camino de nuestra formazione naturale nel fatto del si- emplea también a este respecto el vo-
investigación explicativa nos lleva stema solare, 1877. — La morale del cablo 'argumentación'. La diferencia
siempre de un hecho a otros y a su positivisti, 1885. — Sociologia, 1886. a veces establecida entre el argumento
relación recíproca, es decir, hacia la — Il vero, 1891. — La scienza della y la argumentación —que esta última
unidad y solidaridad de los múlti- educazione, 1893. — La ragione, es la acción en la cual se emplea un
ples, hacia una totalidad que ante- 1894.—L'unità della coscienza, 1898. argumento— es para nuestro caso
cede a toda distinción recíproca" — Entre otras obras citamos: L'in- poco pertinente.
(R. Ardigo y el positivismo italiano, conoscibile di H. Spencer e il positi Los antiguos —sofistas, Platón,
1943, pág. 5 [monografía]. El "Indis- vismo. — La coscienza vecchia e le Aristóteles, escépticos, etc.— habían
tinto" se aproxima, así, a una idea idea nuove. — Empirismo e scienza. prestado considerable atención a la
regulativa. Pero lo que regula es lo — L'Inconoscibile di Spencer e il cuestión de la naturaleza de los argu-
metaempírico y no sólo la inmediata Noúmeno di Kant. — L'idealismo del mentos y de su validez o falta de va-
experiencia. De ahí la moral de Ar- ia vecchia speculazione e il realismo lidez. Algunos de los argumentos
digo, que si bien rechaza todo sobre-
della filosofía positiva. — La peren- estudiados eran de carácter lógico-for-
nità del positivismo. — Il monismo mal, pero muchos no encajaban ple-
naturalismo, rechaza asimismo todo metafisico e il monismo scientifico. —
dogmatismo, incluyendo el naturalista, Atto riflesso e atto voluntario. — Te- namente dentro de la lógica. Esto fue
y acaba por justificar filosóficamente si metafísica, ipotesi scientifica, fatto reconocido por Aristóteles; mientras
la contingencia, sin la cual ninguna accertato. — L'Inconscio. — I pre- en los Analíticos trató primariamente
moralidad auténtica es posible. La suppusti massimi problemi. — Le for de argumentos de tipo estrictamente
mayor parte de los discípulos de me ascendenti della realta come cosa lógico, en los Tópicos y en la Retórica
Ardigo siguieron por este camino. Es e come azione e il diritto vero dello trató de los argumentos llamados "dia-
el caso de Giuseppe Tarozzi (1868- spirito. — Lo spirito, aspetto specifi- lécticos" o argumentos meramente
1958: Lezioni di filosofia. Ricerche
co culminante dell'Energia in funzio- probables, o razonamientos a partir de
ne dell'organismo animale. — Filoso opiniones generalmente aceptadas.
intorno ai fondamenti della certezza fia e positivismo. — La filosofia va
razionale, 3 vols., 1898; La verita gabonda. — Edición de obras: Ope Muchos autores modernos han acepta-
infinita dei fatti e la liberta morale, re filosofiche, 11 vols. (Padova, 1882- do esta división u otra similar. Así,
1906; Idea di una scienza del bene, 1912; Vol. Π, 2a ed., 1918). Es im Kant ha distinguido entre el funda-
1901; Problemi filosofici, 1924; Apo- portante para la comprensión del ori mento de la prueba (Reweisgrund) y
logia del positivismo, 1928; R. Ardigo. gen del pensamiento de Ardigo el es la demostración (Demonstration). El
Profilo, 1928; L'esistenza e l'anima, crito titulado "Guardando il rosso fundamento de la prueba es riguroso,
127
ARG ARG ARG
mientras la demostración no lo es. indicado que el hecho de subrayar opinión a la cual se refiere se supone
Puede distinguirse asimismo entre que la "lógica" tiene un aspecto prác- ser la de la humanidad entera); am-
prueba (VÉASE) o demostración —en tico, no debe conducir a descuidar su bos tienen en común el poner en tela
cuanto son lógicamente rigurosos— y predominante aspecto teórico (Abel- de juicio los intereses de la persona o
argumento — que no lo es, o no re- son, Cfr. supra, pág. 338) o que es me- personas consideradas. — Argumento
quiere serlo. A la vez, cuando se jor atenerse a la norma de que "se por consecuencias (cuando se derivan
habla de argumento, se puede consi- critica un argumento porque no es consecuencias que se suponen inadmi-
derar: (1) como lo que Aristóteles formalmente válido o bien porque tie- sibles, particularmente en la esfera
llamaba "pruebas dialécticas" —por ne cuando menos una premisa falsa" moral, pues de lo contrario tenemos el
medio de las cuales se intenta refutar (Neri Castañeda, Cfr. supra, pág. 292). tipo lógico-formal de la reductio ad
a un adversario o convencerlo de la En no pocas ocasiones es difícil absurdum). — Argumento a pari (por
verdad de la opinión mantenida por distinguir entre prueba estricta o de- el cual se procura aplicar una opinión
el argumentador— y (2) como razo- mostración y argumento en el sentido o disposición a otra especie del mis-
namiento o pseudo-razonamiento en- aquí tratado. Con frecuencia se usan mo género). — Argumento a contra-
caminado ante todo al convencimiento indistintamente los mismos términos. rio (por el cual se procura no aplicar
o la persuasión. Los límites entre Se dice, por ejemplo, "argumento on- una opinión o disposición a otra espe-
estas dos formas de argumento son tológico" y "prueba ontológica" (nos- cie del mismo género). — Argumento
imprecisos, pero puede considerarse otros preferimos esta última expre- del dilema (véase DILEMA). —
que la persuasión es demostrativamente sión). También es difícil distinguir en- Argumento etimológico (en el cual el
más "débil" que el convencimiento. tre argumento y sofisma, puesto que sentido de un término o expresión su-
En la mayor parte de los estudios algunos de los argumentos empleados puesto más originario es considerado
de los argumentos a diferencia de las habitualmente son de carácter clara- como el sentido capital o verdadero).
pruebas estrictas se ha subrayado la mente sofístico. Así ocurre, por ejem- — Argumento a fortiori (véase A
importancia que tiene el que se con- plo, con el llamado argumentum ad FORTIORI ). — Argumento por el ri-
siga asentimiento a lo argumentado. hominem: algunos estiman que es un dículo (donde se supone que ridiculi-
Santo Tomás expresa este rasgo defi- sofisma; otros, que es un argumento zar la opinión de un interlocutor cons-
niendo el argumento como sigue: "di- perfectamente lícito. En el artículo tituye un argumento contra ella). —
citur, quod arguit mentem ad assen- SOFISMA hemos dado una lista de los Argumento por lo superfetatorio (don-
tiendum alicui" (Quaestiones disputa- llamados "argumentos aparentes" más de se rechaza una opinión por consi-
tae de veritate, q. XIV a. 2 ob. 14). conocidos. Sería largo dar una lista derar que las consecuencias implícitas
La persona ·—el aliquis— ante quien razonablemente completa de los que o explícitas de lo afirmado son inne-
se desarrolla el argumento, el lector y podrían calificarse de tipos de "argu- cesarias ).
especialmente el oyente u oyentes de- mentos lícitos" de carácter más o me- Hay muchos otros argumentos del
ben tenerse en cuenta, así como las nos "retórico"; nos limitaremos a men- tipo señalado; en el tratado de Pe-
diversas circunstancias que rodean la cionar algunos de los registrados por relman y Olbrechts-Tyteca se pueden
argumentación. Ch. Perelman y L, Olbrechts-Tyteca encontrar no sólo descripciones deta-
En el artículo sobre Retórica nos en su Traité de l'argumentation. lladas de la mayor parte de esta clase
hemos referido a las vicisitudes que Argumento mediante analogía (no de argumentos, sino asimismo ejem-
ha experimentado esta noción en el un concepto riguroso de analogía plos de ellos y variedades de tales
curso de los siglos. Recordemos aquí [VÉASE], sino un concepto laxo, como ejemplos.
que durante algún tiempo en el inme- el ejemplificado en Joseph Butler Como indicamos antes, se ha discu-
diato pasado se solía desdeñar todo [VÉASE]. — Argumento basado en la tido asimismo la cuestión de la natu-
argumento "meramente retórico", pero "autofagia" (consistente en indicar raleza de los argumentos filosóficos.
que en los últimos años se ha ma- que lo que se dice acerca de una doc- Muchas son las tesis propuestas al res-
nifestado de nuevo cierto interés por trina no se aplica a la doctrina — co- pecto: los argumentos filosóficos de-
los problemas de la retórica y, de con- mo uno de los argumentos dirigidos ben ser (o tender a ser) de naturaleza
siguiente, de los argumentos no estric- contra la noción positivista de verifica- estrictamente lógico-formal; deben ser
tamente rigurosos. Entre otros ejem- ción [v.] ). — Argumento de autori- principalmente (o exclusivamente)
plos de tal interés mencionamos las dad (especialmente efectivo cuando "retóricos" en el sentido antes in-
obras de Ch. Perelman y L. Olbrechts- la autoridad invocada mantiene en dicado; deben "usar" los procedimien-
Tyteca, y S. Toulmin, así como el li- otros respectos opiniones opuestas a tos establecidos por la lógica formal,
bro de Henry W. Johnstone, Jr. rela- las del argumentador). — Argumento pero no estar determinados por ellos
tivos a la argumentación en filosofía. fundado en un caso particular (que (salvo en lo que toca a su validez o
Ello no ha sucedido sin protestas (Cfr., se supone típico, aunque a veces no no validez lógica), sino por conside-
por ejemplo, Raziel Abelson, "In Dé- lo sea, o sea difícil determinar si lo raciones de tipo "material" o relativas
fense of Formal Logic", Philosophy and es ). — Argumento ad hominem, tam- al "contenido" de los problemas tra-
Phenomenological Research, XXI bién llamado ex concessis (que se re- tados. Se ha indicado asimismo que
[1960-1961], 334-45; Héctor Neri Cas- fiere a la opinión mantenida por el los argumentos filosóficos se basan
tañeda, "On a Proposed Révolution in interlocutor, a diferencia del argumen- siempre en ciertos supuestos última-
Logic", Philosophy of Science, XXVII to ad rem, que se refiere al asunto mente indemostrables, de modo que,
[1960], 279-92 [ambos relativos a la mismo), una forma del cual es el ar- como indica Henry W. Johnstone, Jr.
obra de Stephen Toulmin]). Se ha gumento ad humanitatem (cuando la (Cfr. infra, pág. 117) "las consideracio-
128
ARI ARI ARI
nes lógicas no ejercen más peso en la luego vienen los judíos; luego, los allo studio di Aristippo di Cirene",
crítica o defensa de un sistema onto- griegos; por último, los bárbaros, en págs. 11-169; textos, págs. 171-432)
lógico que las consideraciones funda- cuya cima están los egipcios. [Pubblicazioni dell'Istituto di Filosofia
Ediciones: R. Seeberg, Der Apolo- della Universita di Roma, 5]. — Erich
das en hechos". Por eso "un argumento Mannebach, ed., Aristippi et
filosófico constructivo, cuando es get Aristides, 1894; J. Geffcken, Zwei Cyrenaicorum fragmenta, 1961. —
válido, se parece mucho a un argu- griechischen Apologeten, 1907 (Aris- C. M. Wieland, Aristipp und einige
mentum ad hominem válido. La úni- tides y Atenágoras). — Edición de seiner Zeitgenossen, 4 vols., 1800-
texto sirio y griego por R. B. Harris 1801. — E. Antoniadus, Aristipp und
ca diferencia importante es que el fi- y J. A. Robinson, 1891, 2a ed., 1893.
lósofo que usa un argumento cons- — Texto griego y trad. esp. de la die Kyrenaiker, 1916 (Dis.). — Lo-
tructivo considera lo que él mismo "Apología" en Padres Apostólicos grie- renzo Colosio, Aristippo di Cirene,
gos, 1954, ed. y trad. de Daniel Ruiz 1925. — Artículo sobre los cirenaicos
tiene que admitir, de conformidad (Kyrenaiker), por J. Stenzel, en
con sus propios principios de razona- Bueno (Biblioteca de Autores Cristia- Pauly-Wissowa.
miento o en consistencia con su pro- nos). — Véase M. Picard, L'Apologie
d'Aristide, 1892.—A. d'Alès, "L'Apo- ARISTÓBULO (fl. 165 antes de
pia conducta o actuación más bien logie d'Aristide et le roman de Bar- J. C.) es considerado como uno de
que considerar lo que otra persona laam et de Josaphat", Revue des los llamados filósofos helénico-judai-
tiene que admitir" (op. cit., pág. 79). questiones historiques (1924). — G. cos que desarrollaron en Alejandría
Ch. Perelman y L. Olbrechts-Tyte-ca, Lazzati, "Ellenismo e cristianesimo. sistemas de interpretación alegórica
Rhétorique et Philosophie, 1952. Il primo capitolo dell'Apologia di
Aristide", La Scuola Cattolica, LXVI del Antiguo Testamento a base de los
— Íd., íd., Traité de l'argumentation.
La nouvelle rhétorique, 2 vols., 1958 (1938), 35-51. conceptos de la filosofía griega, con-
(trad. esp. de la "Introducción" en: ARISTIPO (nac. ca. 435 antes de siderada como precursora de la tra-
Retórica y Lógica, 1959 [Suplementos J. C.) de Cirene, discípulo de los dición judaica. En este sentido, el
del Seminario de Problemas Científi sofistas y de Sócrates, fundó la lla- trabajo exegético de Aristóbulo es
cos y Filosóficos. Univ. de México, mada escuela cirenaica, que se carac- estimado como un precedente de la
N° 20, Segunda Serie). — Stephen teriza, en su aspecto moral, por re- obra de Filón. Ahora bien, a diferen-
E. Toulmin, The Uses of Argument, ducir la virtud al placer, mas a un cia de este último, Aristóbulo no eri-
1958. — Henry W. Johnstone, Jr., placer que no comprende solamente gió un sistema filosófico-teológico sin-
Philosophy and Argument, 1959. — el goce reposado del cuerpo, sino cretista; se limitó a usar para sus
Argumento en Cicerón: Alain Michel, propios fines conceptos filosóficos
Rhétorique et philosophie chez Cice también y muy especialmente el del
rón. Essai sur les fondements philoso espíritu. El placer es en todos los procedentes de Pitágoras, Platón, los
phiques de fart de persuader, 1961. casos para Arístipo "un movimiento peripatéticos y los estoicos. Una de
— John Passmore, Philosophical Rea- suave", a diferencia del dolor, que las preocupaciones principales de
soning, 1961. — Ch. Perelman, I. Be- es "un movimiento áspero"; conse- Aristóbulo fue el precisar filosófica-
laval, H. W. Johnstone et al., artícu guir este placer, que es reposo y mente el concepto de Dios, con el fin
los sobre "L'Argumentation" en Re tranquilidad, es cosa de la sabiduría de subrayar su espiritualidad, la cual
vue Internationale de Philosophie, año y de la prudencia, las cuales indican no quedaba siempre bien clara con
XV, Ν° 58 (1961), 327-432. — Véa al hombre lo que debe hacer para una interpretación literal de los tex-
se también bibliografía de RETÓRICA. evitar el dolor, esto es, "lo conve- tos hebreos.
ARISTIDES (MARCIANO ARÍS- niente". Tal eliminación comprende Sobre los fragmentos véase O.
TIDES), uno de los apologistas tanto los dolores como los placeres Stählin, en Christ-Shmid-Stählin, Ge-
(VÉASE) cristianos, del siglo II, desta- que puedan ser causa del dolor, que schichte der griechischen Litera-
có, contra las religiones paganas po- puedan llegar a dominar al hombre. tur, II. — Artículo sobre Aristóbulo
liteístas, la verdad del monoteísmo El placer es individual, pero el hecho (Aristobolos), por A. Gercke, en Pau-
cristiano. La existencia de un supre- de que haya placer en la relación con ly-Wissowa.
mo y único Dios que deben adorar el prójimo explica la existencia de la ARISTÓN DE ALEJANDRÍA (Si-
todos los pueblos resulta para Aristi- sociedad, la cual se funda así en glo I antes de J. C.), perteneció pri-
des patente no sólo como verdad re- el placer que recibe cada individuo al mero a la Academia ( VÉASE), cuando
velada, sino también como conse- relacionarse con sus semejantes. Esta era regida por Antíoco de Escalón,
cuencia de la armonía del cosmos. relación no destruye, por lo tanto, el y se inclinó luego a la escuela pe-
Así, al motivo apologético se sobre- radical individualismo de Arístipo, ripatética, cuyo escolarca era a la
pone, o yuxtapone, un argumento ra- fundado en la independencia de 3o sazón Andrónico de Rodas. La prin-
cional, susceptible de ser comprendi- externo, en el dominio sobre todo cipal contribución de Aristón de Ale-
do por todos. La racionalidad de esta lo que pueda producir al ánimo in- jandría a los numerosos comentarios
relación mundo-Dios no significa, em- quietud y desasosiego. Arístipo redu- a Aristóteles que se iniciaron en esta
pero, en Aristides, que Dios sea ra- ce, además, el conocer a la impresión época fue un trabajo sobre las Ca-
cionalmente cognoscible; los predica- sensible y sostiene que no hay más tegorías, estudiado por Simplicio.
dos de Dios no son positivos, sino saber que el individual, pues el saber Aristón fue uno de los primeros pe-
negativos. Hay que observar que intelectual común manifestado en el ripatéticos de la época alejandrina
Aristides admite un mayor o menor lenguaje tiene para cada cual dife- que no solamente difundieron el co-
conocimiento de la verdad según el rente significación. nocimiento del aristotelismo, sino que
pueblo (o "pueblo-religión") que se Textos: I Cirenaici. Raccolta delle trabajaron también en la impulsión
fonti antiche, 1958, trad. e int. por de la erudición y la investigación tan
considere: los que poseen la verdad Gabriele Giannantoni ( "Introduzione
absolutamente son sólo los cristianos; características de la escuela peripa-
129
ARI ARI ARI
tética desde los tiempos de su fun- mas del mal único. De ahí que el tiene un cariz estrictamente crítico
dador. verdadero "sabio" deba desasirse de que no basta para un conocimiento
K. Müller, Fragmenta historicorum las cosas y de su pretendido conoci- positivo. En vez de ella debe ela-
Graecorum, III, 324 sigs. miento, adoptar la absoluta indiferen- borarse un instrumento para el saber
ARISTÓN DE QUEOS (Keos) su- cia ante todo lo que no conduzca a que muestre su eficacia en todos
cedió a Licón como escolarca del Li- la realización del bien. los aspectos y no sólo en el crítico;
ceo y ocupó probablemente el cargo I. von Arnim, Stoicorum veterum este instrumento u Organon (VÉASE)
desde 228/5 antes de J. C. No pa- fragmenta, 1921, I, 351-403. — Ar- es precisamente la lógica. Ahora
rece haber contribuido a la escuela tículos por A. Giesecke (Jahrbuch bien, la lógica aristotélica puede en-
peripatética con investigaciones filo- für klassische Philologie, 1892) y H. tenderse en dos sentidos: uno, es-
sóficas originales; se le atribuye más Weber (Rheinisches Museum, 1896).
Véase también August Mayer, "Aris- tricto, según el cual se trata, como
bien una actividad popularizadora. tonstudien", Phil. Supp. XI (1910), indica W. Jaeger, de una facultad
Por la semejanza de nombres entre 483-610. o de una técnica, y otro, más amplio,
Aristón de Queos ( )Aristwn o( ARISTÓTELES (ca. 384/3-322 an- según el cual es primariamente —o,
Ke-i=oj) y Aristón de Quios o Jios ( tes J. C.) nació en Estagira ( Mace- si se quiere, también— una vía de
)Aris-twn o( Xi=oj, se ha producido donia), siendo llamado por ello a acceso a la realidad. La lógica en
confusión en cuanto a las obras veces el Estagirita. Discípulo de Pla- sentido técnico equivale a la lógica
atribuidas a uno y a otro filósofo. tón en Atenas durante cerca de veinte formal; la lógica en sentido amplio,
La mayor parte de los fragmentos años, pasó, al morir su maestro en a lo que se ha llamado posterior-
que quedan y que podrían prestarse a 348, a Asia Menor (Assos), luego a mente lógica material o también gran
debate se atribuyen al filósofo estoico Mitilene y, finalmente, a la corte del lógica. La lógica formal constituye
casi homónimo. Los que pueden rey Filipo de Macedonia, donde fue una de las piezas maestras del pen-
adscribirse con casi entera seguridad preceptor de Alejandro Magno. Ha- samiento del Estagirita y puede ser
al filósofo peripatético tratan cia el año 335 regresó a Atenas, don- examinada, como lo han hecho Lu-
principalmente de ética y de fundó su escuela en el Liceo (VÉA- kasiewicz, Bochenski y otros auto-
caracterología. SE); pero el movimiento antimacedó- res, desde el punto de vista de la
Edición de texto y comentario por nico que resurgió al fallecer Alejan- moderna lógica matemática con muy
F. Wehrli en el cuaderno VI de Die dro Magno y una acusación de notables resultados. En efecto, aun-
Schule des Aristoteles: Lykon und que la lógica de Aristóteles es sim-
Aristón con Keos, 1952. Véase J. G. impiedad lo obligaron a abandonar
Hubmann, Aristón von Keos der Pe- la ciudad (323) y a retirarse a Cal- plemente formal y no, como la de
ripatetiker, eine historisch-kritische cis de Eubea. los estoicos, formalista, es decir, aun-
Zusammenstellung aus Bruchstücken La extensa obra de Aristóteles, edi- que en ella se presta atención so-
des Altertums (Jahns Jahrbürcher für ficada sobre la platónica, discrepa de bre todo a las fórmulas lógicas y
Philologie und Padagogik, III Sup- ésta tanto, por lo menos, como coin- no a las reglas de inferencia, la pre-
plementband, 1835). — Artículos por cide; la frecuente tensión entre los cisión y detalle con que han sido
A. Gercke (autor también del artículo elaboradas las primeras la convierte
sobre Aristón en Pauly-Wissowa) en platónicos y los aristotélicos, así como
el Archiv für Geschichte der Philoso- los numerosos intentos de conciliación en un modelo para toda ulterior in-
phie, V (1892), 198-216; de Ch. Jen- entre ambos pensadores señalan ya vestigación lógica. No es aquí el
sen sobre "A. von K. bei Philodemos", claramente el hecho de la coexisten- lugar de exponer esta lógica in ex-
Hermes, XLVI (1911), 393-406; de cia de una raíz común y de una con- tenso, puesto que numerosas referen-
W. Knögel sobre el mismo tema en siderable divergencia. Ante todo, cias a ella se encuentran en la ma-
Klassisch-philologische Studien ed. Aristóteles desarrolla su pensamiento yor parte de los artículos sobre ló-
Bickel y Jensen, Helft 5 (1933) y gica formal que contiene la presente
de K. O. Brink en el vol. VII Supp. en extensión, no sólo por su afán de
de Pauly-Wissowa, s.v. Peripatos. — abarcar todos los saberes, sino por- obra. Pero conviene declarar que,
Véase también trabajo de A. Mayer que, a diferencia de su maestro, atien-de aunque la parte principal de ella es
citado en bib. de Aristón de Quios, ad particularmente a las dificultades que la silogística asertórica (véase SILO-
finem. plantea en la explicación del mundo GISMO ), no es justo indicar, como
ARISTÓN DE QUÍOS (ca. 320-250 la contradicción entre la ne-cesidad se ha hecho con frecuencia, que to-
antes de J. C. ), discípulo de Zenón "de estudiar lo individual y da la lógica de Aristóteles puede
de Citio, representa dentro del estoi- contingente y el hecho de que sola- reducirse a un limitado fragmento
cismo una de las más radicales ac- mente un saber de lo universal puede de la lógica cuantificacional elemen-
titudes de oposición al saber, en- ser un saber verdadero. Tal es el tema tal. En efecto, aunque de un modo
tendiendo por éste la investigación alrededor del cual gira todo el pen- menos sistemático se hallan en Aris-
de la Naturaleza y el análisis de la samiento aristotélico, que quiere ser tóteles contribuciones importantes a
lógica. Tales saberes son para Aris- ciencia de lo que es en verdad sin la lógica modal y también varias
tón inciertos e inútiles frente al único sacrificar en ningún momento lo con- leyes que pertenecen a la lógica
conocimiento verdadero: el conoci- creto y cambiante. Mas una ciencia sentencial, a la lógica de las clases
miento de la virtud y del vicio, del de esta índole no puede satisfacerse, y a la lógica de las relaciones. Junto
bien y del mal. Todo se reduce para a las investigaciones lógico-forma-
Aristón a estos dos opuestos, pues las como la platónica, con la dialéctica
(VÉASE). La dialéctica que es, según les se encuentran, además, en el Es-
llamadas virtudes no son, a su en- tagirita abundantes análisis semióti-
tender, más que manifestaciones del Aristóteles, lo mismo que la sofísti-
ca, una apariencia de la filosofía, cos, en particular semánticos. En
bien único, y los distintos vicios for-
130
ARI ARI ARI
cuanto a la lógica material, se basa ción, como porque desde entonces debe eliminar a sabiendas. Si es cierto
principalmente en un examen deta- el lenguaje propio ha quedado gra- que Platón pretende, en última
llado de los problemas que plantea maticalmente articulado según las instancia, salvar el mundo de los
la definición y la demostración, exa- categorías aristotélicas. En el proble- fenómenos por la participación de lo
men que conduce a una corrección ma y la solución de las categorías se sensible en lo inteligible, no es menos
fundamental de las tendencias mera- expresa, pues, del modo más preciso evidente que esta salvación se hace
mente clasificatorias y divisorias del lo que puede observarse en muchos mediante una relación cuya naturaleza
platonismo, y que incluye un extenso aspectos de las formas del saber en —no obstante los esfuerzos últimos
tratamiento de cuestiones que rozan la Occidente: que ha venido a conver- de la dialéctica platónica— es dejada
ontología. Este último aspecto se tirse en dominio vulgar, y como tal en suspenso. La crítica a Platón,
advierte particularmente en el alejado de las cosas y de los princi- como culminación de la crítica de
análisis aristotélico del principio o pios mismos de que había brotado, los anteriores sistemas filosóficos,
ley de la no contradicción, la cual lo que fue en un tiempo esfuerzo comprende así, sobre todo, una crítica
es formulada, ciertamente, en un sen- penoso y directa contemplación de de la oscura noción de participación
tido lógico y también metalógico, las cosas. En el caso de Aristóteles (VÉASE), idéntica, según Aristóteles, a
pero sin olvidar, cuando menos en esto es sobremanera evidente, porque la imitación pitagórica; una acusación
algunos pasajes, su alcance ontoló- gran parte del saber occidental se ha de introducir innecesariamente un
gico. Ello hace posible, como antes constituido, consciente o inconscien- número infinito de conceptos para la
indicábamos, ver la lógica del Esta- temente, siguiendo las rutas marcadas explicación de las semejanzas entre
girita también como una vía de acce- por el aristotelismo. Sin embargo, la las cosas y sus ideas; la indicación
so a la realidad. Sin hacer de tal ampliación del marco de la dialéctica de que d ebe de haber ta mbié n
lógica, como Hegel, una disciplina platónica tiene lugar propiamente, ideas de lo negativo y, ante todo,
metafísica, es obvio que algunas de más bien que en el Organon, en la una interrogación acerca de cómo las
sus partes no podrían ser entendidas ciencia del ser en cuanto ser, en ideas, situadas en un lugar suprace-
a menos que admitiéramos un su- la metafísica o, en los términos de leste, trascendentes al mundo, pueden
puesto de Aristóteles: el de que hay Aristóteles, la filosofía primera. La explicar el mundo. Esta última obje-
una correspondencia entre el pensar necesidad de una ciencia de esta ín- ción, enlazada con la crítica de la
lógico y la estructura ontológica. dole viene determinada por la nece- participación y de la imitación, es
Ello acontece inclusive en partes de sidad de estudiar, no una parte del el verdadero punto de partida de la
la lógica tan formales como la silo- ser, sino todo el ser, pero, bien enten- solución aristotélica, que si bien acepta
gística; el silogismo expresa, en efec- dido, el ser como ser, el ser en ge- las ideas platónicas, las trae, como se
to, a menudo, en Aristóteles, el mis- neral. Este ser conviene analógica- dice comunmente, del cielo a la
mo encadenamiento que existe en la mente a todas las cosas que son e tierra. La brusca y radical separación
realidad. Pero acontece todavía más inclusive al no ser, pero justamente entre los individuos y las ideas, entre
en la teoría del concepto (VÉASE ) y por esta universal conveniencia deben las existencias y las esencias o, si se
en la busca de los principios. Esto distinguirse rigurosamente sus espe- quiere, entre las existencias y unas
explica por qué dentro del marco del cies a fin de no convertir la filosofía supuestas esencias existentes, es para
Organon existen tan múltiples inves- primera en la ciencia única, al modo Aristóteles una falsa salvación de los
tigaciones, incluyendo la doctrina de de la ciencia de Parménides; la me- fenómenos; los fenómenos no quedan
las categorías (véase CATEGORÍA). tafísica no es la ciencia única, sino salvados y entendidos por la partici-
Al proponer esta doctrina, Aristóte- la primera, la ciencia de las primeras pación, sino por la radicación de la
les completa ese cerco o rodeo del causas y principios o, en otras pa- idea ( VÉASE ), de lo universal, en la
objeto que se había primitivamente labras, la ciencia de lo que verda- cosa misma. Entender las cosas es,
propuesto y que tendía sobre todo a deramente es en todo ser. Por eso la así, ver lo que las cosas son. Este ser,
evitar que escapara por las amplias filosofía primera es el saber de aque- que para Platón es mero reflejo, es, en
mallas de la dialéctica y de la llo a partir de lo cual toda cosa cambio, para Aristóteles, una reali-
definición al uso: el objeto queda, en recibe su ser y el saber del último fin dad; la cosa es, por lo pronto, sujeto,
efecto, apresado, primero por el a que el ser tiende. Ahora bien, el substancia de la que se enuncian las
acotamiento de los atributos y prin- marco de las investigaciones de la fi- propiedades. La substancia ( VÉASE )
cipalmente por la desde entonces clá- losofía primera rebasa el de la dia- es en este caso, no la esencia (VÉA-
sica definición por el género próximo léctica platónica, porque ésta muestra, SE) ni lo universal ni el género, que
y la diferencia específica. Mas queda al entender de Aristóteles, una radi- Aristóteles llama asimismo indistinta-
también apresado porque la catego- cal insuficiencia cuando pasa de la mente substancias, sino el sujeto, la
ría sitúa al objeto y lo hace entrar parte crítica a la parte realmente substancia primera, lo individual, la
en una red conceptual que va apro- constructiva y positiva. La teoría pla- auténtica existencia. La substancia es
ximándose cada vez más a sus prin- tónica de las ideas, de la cual cier- primordialmente aquello que existe,
cipios últimos. Estas categorías ex- tamente parte Aristóteles, corresponde mas lo que existe lo hace en virtud
presan en gran parte, como es notorio, acaso a una realidad del ser, pero no a de algo que constituye su esencia.
la estructura gramatical de las pro- toda la realidad. En las ideas se Decir algo de la substancia, del subs-
posiciones, pero las expresan no tanto alcanza una visión de la verdad a trato, es definirlo; de la substancia se
porque Aristóteles haya tenido en condición de sacrificar una porción predica, empero, la esencia, aquello
cuenta el lenguaje para su formula- de esta verdad que ninguna ciencia que la existencia es, aquello en que
131
ARI ARI ARI
consiste, su "qué" o quiddidad (VÉASE ) al ser potencial o posible de la materia. mente primera, del primer motor
o bien el accidente (v. ), lo que es, Forma es aquello hacia lo cual tiende lo (VÉASE), culmina en la afirmación de
pero de modo contingente. La esencia indeterminado, su finalidad, y por eso la forma pura, de aquello que es ne-
se halla en la substancia, porque es la forma ejerce sobre la materia una cesario por sí mismo y no, como en
aquello que hace de la substancia un atracción en virtud de la cual lo las demás cosas, dependiente y con-
"qué", un "algo que es", un objeto posible se convierte en real o formado. tingente. Lo absolutamente necesario
susceptible de ser conocido, pues sólo Más todavía; el ser de lo potencial es, es justamente aquello que no cambia,
la definición (VÉASE), la indagación de en rigor, ser actual; sólo por la lo inmóvil, lo que mueve sin ser mo-
la esencia, es conocimiento. La ciencia actualidad puede ser entendida la vido, lo que encuentra en sí mismo
es de este modo saber de lo esencial y existencia de la posibilidad. Pues, como su razón de ser. Esta absoluta exis-
universal, mas de lo universal el propio Aristóteles señala claramente, tencia es el acto puro, la forma de
predicado del sujeto; ciencia es, ante "es evidente que, según la noción, es las formas, el pensar del pensar, o,
todo, ciencia del ser (VÉASE). De todos anterior el acto: sólo porque puede como Aristóteles dice, la vida teóri-
modos, no debe en ningún caso actuar es la potencia una potencia. ca, el ser que no se mueve ni desea
suponerse que la metafísica es el Llamo, por ejemplo, capaz de construir o aspira como las cosas imperfectas,
unilateral fundamento de todo saber; al que quiere construir; dotado de la sino que permanece siempre constan-
precisamente lo que en gran parte vista, al que puede ver; visible a lo temente igual a sí mismo. El ensimis-
caracteriza a Aristóteles es su escasa que puede ser visto. El mismo mamiento del Dios aristotélico, el
inclinación a remontarse a los primeros razonamiento se aplica a todo lo demás, pensar sólo en sí mismo no es para
principios más de lo necesario. La de suerte que necesariamente la noción Aristóteles, empero, una manifesta-
metafísica es, en rigor, no la ciencia y el conocimiento del acto son ción de un egoísmo, sino de su abso-
del ser, sino la ciencia de aquello que anteriores al conocimiento de la luta subsistencia; Dios piensa sólo en
hace que las cosas sean; el ser o potencia". (Met., θ, VIII, 1049 b 10- sí mismo, porque no puede tener
esencia de las cosas, lo que hay en 20). Esta anterioridad se refiere, otro objeto superior en qué pensar.
ellas de universal, es al propio tiempo empero, a la noción, no al tiempo. Lo La filosofía de Aristóteles, que se
la forma y el acto. De ahí que, a que es, es propiamente el acto y la. inicia con el hallazgo de un instru-
diferencia de la dialéctica platónica, la forma, hasta tal punto que ella sirve mento para la ciencia y que culmina
metafísica aristotélica no sea una mera para determinar la realidad. Si hay en una metafísica a la cual se subor-
división del ser —concebido como usualmente acto y potencia, forma y dina la teología, la teoría del mundo
género— en especies — entendidas materia, es porque lo real oscila entre físico y la doctrina del alma ( VÉASE)
como flexiones del ente. Si hay, una pura potencia que es un no ser y como entelequia del cuerpo, se re-
ciertamente, en el aristotelismo, como una forma pura que es la única que dondea con una doctrina ética y polí-
en todo el pensamiento antiguo, una nada tiene recibido. De ahí tam-bién la tica cuyo intelectualismo no represen-
posición del ser —y del ser indisoluble unidad de la física, de la ta, sin embargo, el imperio de la
inmutable— como algo de lo cual en metafísica y de la teología aristotélicas. razón, sino de lo razonable. El ideal
cierto modo se desprende lo La física, como ciencia de las causas griego de la mesura se manifiesta de
existente, hay que tener en cuenta segundas, se apoya en los primeros modo ejemplar en una moral que es,
que tal posición es mucho menos principios de la metafísica, en la teoría ciertamente, enseñable, pero cuyo sa-
declarada, por diversos motivos, en de las causas, en la idea de la ber es insuficiente si no va acompa-
este último pensamiento. Justamente lo organización teleológica y organológica ñado de su práctica. Tal práctica se
que Aristóteles reprochará a Platón será del mundo. En ella se inserta el análisis sigue inmediatamente para el sabio
siempre la innecesaria duplicación de aristotélico del movimiento y del del reconocimiento de la felicidad a
las cosas y la tendencia a mantener devenir ( VÉANSE ), de tan decisiva que conduce el simple desarrollo de
alejadas las cosas de las ideas. influencia en la filosofía. Eternidad de la actividad racional humana, pues la
Aristóteles se enfrenta radicalmente la materia; infinita extensión del vida feliz es por excelencia la vida
con Platón en tanto que procura de pasado y del futuro; limitación espacial; contemplativa. Sin embargo, seria
veras entender y no sólo vagamente creación, por el movimiento circular equivocado concebir esta vida con-
explicar la génesis ontológica del esférico, del lugar ( VÉASE ) y de la templativa por mera analogía con
objeto. Tal génesis ya comenzaba a ser medida de lo temporal; incorporación la razón moderna. Por un lado, la
desarrollada en las últimas fases del como elementos de la concepción física vida contemplativa no es propiamente
platonismo, mas para que pudiera ser del mundo, de los resultados del exclusión de la acción, sino la
llevada a sus últimas consecuencias se examen científico, dado tanto por la propia acción purificada. Por otro
necesitaba la subordinación de lo que reflexión natural como por la natural lado, la vida contemplativa designa
era para Platón el pensamiento su- interpretación de los datos de los sobre todo la aspiración a un sosiego
perior: la dialéctica. De ahí la teoría sentidos: todo ello compone una física que sólo puede dar, no la absorción
del ser en potencia, del ser en acto, de en la cual se inserta la teología, no de todo en uno, sino la aniquila-
la forma y de la materia (véanse todos como saber de algo absolutamente ción de lo perturbador, de lo que
estos términos). La forma es lo que trascendente al ser, sino como la puede alterar esa inmovilidad y au-
determina la materia, lo que convierte culminación misma del ser. La tarquía que es la aspiración suprema
su indeterminación en realidad; es teología, que es la ciencia de la del sabio. El carácter aristocrático de
actualidad, ser actual frente causa absoluta- la ética y de la política aristotélicas
132
es la expresión de un ideal que, con
ARI ARI ARI
todo, no desdeña las realidades y las que los escritos exotéricos expresaban clasificación de Jaeger, pues se basa
pasiones humanas, que existen de un las opiniones falsas de los enemigos en el desarrollo de la doctrina del
modo efectivo y que deben ser objeto de Aristóteles, mientras que los es- alma del Estagirita desde la tesis del
de consideración moral y política. En critos esotéricos expresaban las opi- dualismo cuerpo-alma hasta la doc-
ellas se revela la característica niones verdaderas del propio Esta- trina del alma como entelequia del
fundamental del pensamiento aristo- girita). Varias teorías se han pro- cuerpo pasando por la teoría de la
télico: la gradación de las realidades puesto. Por ejemplo: (1) estaba des- colaboración entre cuerpo y alma.
y de los actos, la ordenación jerár- tinado al público y expresaba las Una tesis revolucionaria sobre la
quica de las diversas esferas, la su- ideas de Aristóteles de un modo in- obra de Aristóteles y, por consiguien-
bordinación de todo cuanto hay a exacto, mientras (3) estaba destina- te, sobre la imagen del Estagirita,
fines, pero siempre que tal subordi- do únicamente a los iniciados; (1) ha sido proporcionada en el no me-
dinación no exija la anulación de no fue escrito por Aristóteles; (1) ex- nos resonante libro de Joseph Zür-
aquello mismo que tiende a un fin presa la tendencia lírica y (3) la cher, S. J., Aristoteles' Werk und
a favor del fin mismo. En el mundo tendencia científica del Estagirita. Geist ( 1950), aunque conviene ad-
aristotélico aparece siempre la diver- En su resonante obra Aristóteles. vertir que algunas de sus tesis se ha-
sidad unida de raíz por una perfecta Grundlegung einer Geschichte seiner llan anticipadas en obras anteriores,
continuidad. Entwicklung (1923, trad. esp.: 1946), tales como los libros de L. Robin,
La exposición anterior de la doc- Werner Jaeger mostró que todas las J. Stenzel y M. Gentile sobre la con-
trina de Aristóteles ha sido de índole dificultades apuntadas obedecen a cepción de las ideas y números en
sistemática; deliberadamente hemos no haberse tenido en cuenta que el Platón y Aristóteles, el libro de E.
prescindido de tales cuestiones como pensamiento de Aristóteles experi- Frank sobre Platón y los llamados
(a) las distintas imágenes habidas en mentó una evolución articulada en pitagóricos y las obras de Harold
varias épocas de Aristóteles y su tres períodos: Atenas (368-348); Cherniss acerca del enigma de la an-
obra; (b) el problema del desarrollo Assos, Lesbos, Mitilene y la Corte de tigua Academia y la crítica de Aris-
de sus ideas y (c) la cuestión de la Macedonia (348-335, del cual es im- tóteles a Platón y a la Academia (re-
autenticidad de sus escritos. Diremos portante especialmente el de Assos, ferencias a estas obras en ACADEMIA,
para concluir algunas palabras sobre 348-345), y de nuevo Atenas (335- NÚMERO, PITAGÓRICOS ). Zürcher se-
estos puntos. Centraremos el 321). Cada período está caracteri- ñala que Aristóteles es autor solamente
problema en torno a la relación zado por cierto número de escritos. de un 20 o un 30 % del Corpus
entre los llamados escritos exotéricos Así, por ejemplo, Aristóteles escri- Aristotelicum o (3), que el resto es
(diálogos y Protréptico) y los llama- bió en el primer período los diálo- obra de Teofrasto, el cual trabajó
dos escritos esotéricos (tratados o gos (excepto el De philosophia) y el durante treinta años sobre materiales
Corpus Aristotelicum) y abreviare- Protrepticus, probablemente los li- dejados por el Estagirita, y que (1)
mos los mismos respectivamente con bros I y II de la Físico, partes de no es obra de juventud, sino de
las expresiones '(1)' y '(3)' de acuer- la Política, el libro III del tratado madurez, contrariamente a lo que
do con la clasificación seguida en la Sobre el alma; en el segundo perío- afirmó E. Bignone en su obra L'Aris-
bibliografía, a la que remitimos al do, ciertas partes de la Metafísica (A, totele perduto e la formazione filoso-
lector antes de proceder a leer lo Δ, K, 1-8, L excepto c. 8, M, 9-10, fica del Epicuro, 1936. Ello permite,
que sigue. N), el De philosophia, la Ética a Eu- según Zürcher, solucionar muchos
Desde los grandes escolásticos aris- demo, Libros III, IV, V, VIII de la problemas, de los cuales menciona-
totélicos del siglo XIII hasta bien en- Física, el tratado Sobre la genera- remos solamente los siguientes: el
trado el siglo XIX Aristóteles apa- ción y la corrupción; en el tercer pe- problema que presentaba el hecho
reció sobre todo como el autor de ríodo, la Meteorología, Sobre las par- de que ( 1 ) pareciera ser la obra de
(3). En cambio, se ha supuesto que tes de los animales, Libros I y II de un espíritu maduro; el problema de la
en la antigüedad, desde la muerte Sobre el alma, el c. 8 del libro Λ de frecuente referencia en (3) a (1);
del filósofo hasta la edición de (3) la Metafísica. En general, la tenden- el problema del famoso doble aspecto
por Andrónico de Rodas la imagen cia del desarrollo es, según Jaeger, o Doppelseitigkeit de (3); la exis-
del Estagirita estaba determinada por el paso de un platonismo fiel, a un tencia en (3) de términos estoicas
(1). Entre otras razones en favor de "platonismo reformado", a una ten- y de expresiones que asimismo se
esta última opinión se han mencio- dencia fuertemente especulativa y, hallan en Euclides; el hecho de que
nado los hechos de que Cicerón pa- finalmente, a una etapa empírica y los escritos atribuidos a Teofrasto
rece atenerse especialmente a (1) y naturalista. Análogos trabajos reali- tengan el mismo estilo que los escritos
de que (1) fue asimismo (como ha zados en favor de la tesis de la evo- atribuidos a Aristóteles. A ello po-
indicado E. Bignone) el aristotelis- lución del pensamiento de Aristóteles dríamos agregar el problema plantea-
mo absorbido y criticado por Epi- han sido realizados por el discípulo do por "la lógica de Teofrasto" tal
curo. Esto parece hoy mucho más de Jaeger, Friedrich Solmsen, en lo como ha sido tratada por I. M. Bo-
dudoso, pero el problema de la re- que toca a la lógica y a la retórica chenski y a que nos hemos referido
lación entre ( 1 ) y ( 3 ) ha preocupado (Die Entwicklung der aristotelischen en el artículo sobre el discípulo del
mucho a los eruditos durante los úl- Logik und Rhetorik, 1929) y por F. Estagirita. Las tesis de Zürcher no
timos cien años (como ya había Nuyens (L'évolution de la psycholo- dejan de ofrecer graves dificultades,
preocupado a Alejandro de Afrodi- gie d'Aristote, 1948), si bien este algunas de las cuales han sido su-
sia, quien llegó a la conclusión de último cambia en muchos puntos la brayadas ya por varios investigado-
133
ARI ARI ARI
res de Aristóteles. No obstante, su b) Filosofía natural: 1. Fusika/ frecuentemente reimpresa; la edición
obra representa, después de la de Fusikh\ a)xro/asij;Physica, en 8 li- griega editada en Venecia por vez
Jaeger, la más grande contribución bros. 2. Peri\ ou)ranou=. De caelo, en 4 primera en 1495-98 y luego reela-
durante este siglo a la investigación libros. 3 Peri\ gene/sewj kai\ fqora =j, De borada por Erasmo y Simon Gry-
de las cuestiones aristotélicas. Las generatione et corruptione, en 2 li- naeus, 1531 (la misma edición, en
bros. 4. Metewrologika/ , Meteorologi- su tercera impresión de 1550, en
tesis de Zürcher, dicho sea de paso, ca, en 4 libros. Se suele incluir en Basilea, es llamada la Isengriniana
aunque parezcan más revoluciona- este apartado el libro Peri\ ko/smou, De por el nombre del coeditor, Isen-
rias que las de Jaeger, resultan en mundo, un tratado pseudo-aristotélico grin); la edición de Camotius, de
el fondo más conservadoras, pues al que nos hemos referido separa- 1551-53, reeditada por Sylburg en
coinciden en parte con más anti- damente. Véase DE MUNDO. 1584, y por Casaubonus con texto
guas tradiciones, especialmente las (c) Psicología: 1. Peri\ yuxh=j, griego y latino en 1590.
que subrayaban que el Estagirita era De anima, en 3 libros. 2. Los Parva La edición que hoy sirve de base
principalmente el autor de (1) y naturalia, que comprenden: Ι. Peri\ a todas las impresiones de Aristóte-
que, por lo tanto, debía de haber ai)sqh/sewj kai\ ai)sqhtw=n, De sensu et les y por la cual se cita el Estagirita
habido poca evolución en su pensa- sensibili. — II. Peri\ mnh/mhj kai\ (número de la página, columnas —a
a)namnh/sewoj o b— y línea) es la gran edición de
miento. De memoria et reminiscentia. — I. Bekker, publicada por la Academia
Según W. D. Ross, las obras de III. Peri\ u)/pnou, De somno. — IV. de Ciencias de Berlín: Aristotelis
Aristóteles pueden ser clasificadas Peri\ e)nupi/nwn, De insomniis. — V. Opera, Berolini, 1831-70 en 5 vols.
en tres secciones: (1) Obras desti- Peri\ th=j kaq) u(/p nou mantikh=j , De Los vols. I y II contienen el texto,
nadas a un público relativamente ex- divinatione per somunm. — VI, editado por Bekker; el vol. III
tenso; (2) Colecciones de materia- Peri\ makrobio/thtoj kai\ contiene traducciones latinas del
les, probablemente compilados por braxubio/thtoj, De lon- Renacimiento (Pacius, Argyropoulo,
los discípulos del Estagirita bajo su gitudine et brevitate vitae. — Vatable, Bessarion, etc.; el vol. IV
dirección; (3) Obras filosóficas y VII. Peri\ zwh=j kai\ qana/tou, De contiene una serie de Scholia, edi-
científicas redactadas por él mismo. vita et morte. — VIII. Peri\ a)napnoh=j, tados por Ch. A. Brandis e incorpo-
Procedemos a dar una lista de estas De respiratione. Se suele incluir en el rados luego a los Commentaria ci-
producciones, pero llamamos la aten- Corpus el tratado Peri\ tados en Aristotelismo ( VÉASE ); el
ción del lector sobre lo que hemos pneu/ m atoj, De spiritu, que se vol. V (1870) contiene los Frag-
escrito al final del presente artículo considéra pseudo-aristotélico. mentos recogidos por V. Rose y el
respecto a las cuestiones de crono- (d) Biología: 1. Peri\ Index Aristotelicus, de II. Bonitz. —
logía y autenticidad. zw|= a i(s tori/a i Reed. de esta edición: Editio altera
( 1 ) A esta sección pertenecen los Historia animalium, en 10 libros addendis instruxit, fragmentorum co-
diálogos Peri\ filosofi/aj, De philoso- (parte de ellos es probablemente llectioncem retractavit O. Gigon, I-II,
phia; Eu)/dhmoj, o Peri\ yuxh=j , Eude- pseudo-aristotélica). — 2. Peri\ 1959; IV-V, 1960; III, 1961. —
mus o de anima; Politiko/j , Politi- zw|=wn mori/wn De partibus Otra edición de Aristóteles es la de
cus; los dos escritos sobre las ideas animalium, en Firmin Didot (Paris), 4 vols., 1848-
platónicas Peri\ i)dew=n, De ideis, y Peri\ 4 libros. — 3. Peri\ zw|=wn kinh/sewh, 69, con un quinto volumen (1874)
ta/gaqou=.. De bono, y el Protrepti-cus o De motu animalium. — 4. Peri\ de índices. Muchos de los textos están
Exhortación (a la filosofía), dirigida porei/ aj zw|=wn, De incessu en ediciones de Teubner, y Loeb y la
a Temisón, príncipe de Chipre. animalium. — 5. serie de Guillaume Budé. Ediciones
(2) A esta sección pertenece la Peri\ zw| /wn gene/ sewj, De en español de varios textos en la
colección de las 158 constituciones, generatione animalium, en 5 libros. Biblioteca Mexicana Scriptorum
de las que nos queda la de Atenas, (e) Metafísica: Ta\ meta\ latinorum et romanorum y en la serie
) A qhnai/ wn politei/ a , el libro K ta\fusika/ Metaphysica, (véanse del Instituto de Estudios Políticos
de la ANDRÓNICO DE RODAS y METAFÍSICA). (Madrid). Entre ediciones especiales
Metafísica. Hubo probablemente (f) Ética: 1. (Hquka\ Nikoma/xeia de textos destacan las siguientes
otras compilaciones científicas e his Ethica Nicomachea, en 10 libros. — (algunas de ellas con traducciones y
tóricas hoy perdidas. 2. (Hqika\ mega/la ', Magna Moralia, otras con comentarios): (1) Lógica:
(3) A esta sección pertenece lo en 2 libros. — 3. (Hqika\ Eu)dh/mia. Organon ( J. Pacius, 1597), Th. Waitz
que se llama propiamente el Corpus Ethica Eudemia, en 4 libros. De (Leipzig, 1844-1846; reimp. 1962;
Aristotelicum, en el cual se basan hecho, hay 7 libros, pero 3 de Prior and Posterior Analytics (W. D.
casi todas las exposiciones de la obra ellos coinciden con otros 3 de [1]. Ross, 1949, 2 vols.); Categoriae et Liber
de Aristóteles, y al cual hay que ate Como auténticamente aristotélico de interpretatione (L. Minio-Paluello,
nerse aun admitiendo que hay parte puede asegurar se sólo [1]. 1949); Topica et Sophistici Elenchi (W.
de verdad en las tesis recientes de (g) Política y Economía: 1. D. Ross, 1958). 2. Filosofía natural,
Zürcher sobre la paternidad de Teo- Politika/ , Politica, en 8 libros. Oiko biología y psicología: Phy-sica (J.
frasto para buena parte del Corpus. nomika/ Oeconomica, en 3 libros. Pacius, 1596); Physics (W. D. Ross,
Siguiendo la habitual clasificación (h) Retórica y Poética: 1. Te/knh 1936); De caelo, De gen, et corr.,
por materias, el Corpus comprende (rhtorkih/, Rhetorica, en 3 libros. Meter., De mundo, Parva Natu-ralia
las siguientes obras: Peri\ poihtikh=j, Poetica. La (J. Pacius, 1601); De cáelo (D. J. Alian,
(a) Obras lógicas, que constitu- Retórica a Alejandro (Rhtorikh\ pro\j 1936); De generatione et co-rruptione
yen el llamado Organon: 1 )Ale/can-dron, ha sido (H. H. Joachim, 1922); Historia
Kathgori/ai Categoriae. 2. Peri\ considerada durante mucho animalium (H. Aubert, F. Wimmer,
e(rmhnei/aj, De in-terpretatione. 3. tiempo como apócrifa, pero 1868, 2 vols.); De genera-tione
)Analitika\ protera y u(/stera, Zürcher la admite como uno de los animalium (íd., íd., 1860); De anima
Analytica priora y posteriora (véase pocos escritos auténticos de Aris- (J. Pacius, 1596; F. A. Tren-
ANALÍTICOS ). 5. Topika/, Topica. 6. tóteles. delenburg, 1877; G. Rodier, 1900;
Peri\ sofistikw=n, De las muchas ediciones de Aristó-
teles antes de la de Bekker a que
nos referiremos luego, mencionare-
ros las principales: la traducción la-
tina, con comentarios de Averroes,
editada en 1489 por vez primera y
134
ARI ARI ARI
Ed. (con detallado comentario) del employés par les docteurs scolasti- tiene exposiciones y análisis de inte-
De anima, por David Ross, 1961. ques, revue et augmentée par Char- rés general). — M. D. Philippe, O. P.,
(3) Metafísica: Metaphysica (A. les Jourdain, 1843. — J. Moraux, Les Initiation à la philosophie d'A., 1956.
Schwegler, 1874-8, 4 vols.; H. Bonitz, listes anciennes des ouvrages d'Aris- — George Boas, "Some Assump-tions
1848-9, 2 vols., reimp., 1960; W. D. tote, 1951. of Aristotle", Transactions of the
Ross, 1924, 2 vols.; W. Jaeger, Sobre la vida (textos, comentarios, American Philosophical Society, N. S.
1957). (4) Ética, política, retórica notas ) : Ingemar Düring, Aristotle in XLIX ( 1959), 5-92; hay ed. separada,
y poética: Eth. Nico. (A. Grant, the Ancient Phïlosophical Tradition, 1959. — John Hermán Randall, Jr.,
1885, 2 vols.; I. Bywater, 1890; J. 1957 (Studia Graeca et Latina Go- Aristotle, 1960. — Friedrich Solmsen,
Burnet, 1900); Eth. Eud. (A. T. H. thoburgensia). Aristotle's System of the Physical
Fritzsche, 1851); Pol. (F. Susemihl, Sobre los fragmentos: E. Bignone, World. A Comparison with His Pre-
1879); W. L. Newman, 1887-1902, op. cit. de 1936. — J. Bidez, un sin- decessors, 1960 [Cornell Studies in
4 vols.); Rhet. (L. Spengel, 1867, gulier naufrage littéraire dans l'Anti- Classical Philology, 33].
2 vols.; E. M. Cope y J. E. Sandys, quité. A la decherche des épaves de ARISTOTELISMO. En el artículo
1877, 3 vols.; W. D. Ross, 1959); l'Aristote perdu, 1934. — P. Wilpert, Peripatéticos ( VÉASE) hemos mencio-
Poet. (J. Vahlen, 1885; I. Bywater, Zwei aristotelische Frühschriften über
1909; A. Rostagni, 1927; A. Gude- die Ideenlehre, 1949. — Paul Mo- nado los principales filósofos de la
man, 1934). — Para los fragmentos, raux, la recherce de l' Aristote perdu. época helenística que pueden ser
además de la citada edición de V. Le dialogue "Sur la justice", 1957. — considerados como aristotélicos en
Rose, véase la edición de fragmentos W. Gerson Rabinowitz, "Aristotle's sentido estricto. En modo alguno agota
de los diálogos: Dialogorum Frag- Protrepticus and the Sources of Its esto la mención de la influencia
menta, por R. Walzer, 1964; reimp. Reconstruction", I (1957) (Univer- ejercida por Aristóteles, ni siquiera
1962. sity of California Pub. in Classical en la Antigüedad. Esta influencia ha
Las traducciones son muy nume- Philology, XVI, 1, pags. 1-96). — sido constante en el pensamiento
rosas; mencionamos solamente las de Ingemar Düring, Aristotle's Protrepti- de Occidente, inclusive en filósofos
E. Rolfes (al alemán), H. Bonitz cus. An Attempt at Reconstruction,
(Metafísica, al alemán), W. D. Ross 1961. — Además, las obras de Jaeger que la tradición posterior ha consi-
y otros autores (toda la obra, al in- y Zürcher mencionadas. derado adversarios en principio del
glés), O. Hamelin (la Física, al Muy numerosas son las obras so- aristotelismo. Es lo que ocurre, por
francés), J. Tricot (el Organon, Me- bre Aristóteles. En el artículo nos he- ejemplo, con Plotino. Aunque sería
tafísica, Ética a Nicómaco y otras mos referido ya a los trabajos prin- erróneo considerarlo simplemente
obras, al francés, las de J. D. García cipales de los últimos decenios sobre como un aristotélico —en cierto modo,
Bacca, A. Tovar, J. Marías y M. Arau- la evolución de las ideas del Estagi- y si nos atenemos a lo más original
jo (varias obras, al español). Eds. rita, autenticidad de sus escritos y de su doctrina, es tan poco un aristo-
bilingües de varios vols. pub. por el temas relacionados con ellos. En
Instituto de Estudios Políticos (Ma- otros artículos hemos mencionado télico como un platónico—, es fácil
drid): La Constitución de Atenas; obras sobre distintos aspectos de Aris- comprobar que la elaboración de los
La Política; La Retórica; Ética a Ni- tóteles (v. gr. en Silogismo [VÉASE ]). elementos aristotélicos en las Enéadas
cómaco. Varios artículos se refieren a obras alcanza a veces proporciones consi-
Para índices, además del citado de de Aristóteles (v. gr. Analíticos, Or- derables, y que con frecuencia se in-
H. Bonitz, ver: M. Kappes, Aristó- ganon [VÉANSE ]). Aquí nos limitare- clina más bien a la solución aristo-
teles Lexikon, 1894; T. W. Organ, mos a mencionar algunas obras sobre télica que propiamente platónica de
An Index to Arístotle, 1946. Hay ín- el Estagirita que pueden considerarse algunos problemas. Si tomamos el
dices más antiguos: por ejemplo, ya como exposiciones generales de su fi- término 'aristotelismo' en el sentido
Fray Francisco Ruiz (siglo XVI) ha- losofía. Hay que agregar a ellas las
bía publicado un Index locupletissi- obras de los investigadores aristoté- más amplio posible, nos veremos obli-
mus (duobus tomis digestus, in Aris- licos del siglo pasado (F. Trendelen- gados a reconocer que su huella está
totelis Stagiritae Opera), 1540, con burg, H. Bonitz, F. Ravaisson, K. L. patente dondequiera. Ahora bien,
conceptos no sólo de Aristóteles, sino Michelet). conviene tomar el término en una
también de intérpretes y comentaris- Dichas obras son: C. Piat, A., 1903. significación más restringida si se
tas, especialmente del Renacimiento. — F. Brentano, A. und seine Wel- quiere por lo menos tener una idea
También hay un Index locupletissi- tanschauung, 1911. — A. Goede- de lo que significa el aristotelismo en
mus in Metaphysicam Aristolelis, en ckenmeyer, Die Gliederung der aris- Occidente. Esto se advierte, por lo
las Disputationes metaphysicae, de totelischen Philosophie, 1912. — Íd., pronto, en la importancia de los co-
Suárez. — Para bibliografía: M. íd., Aristoteles, 1922. — O. Hame
Schwab, Bibliographie d Aristote, lin, Le système d'A. (t. esp.: El mentarios griegos a Aristóteles que,
1896; M.-D. Philippe, O.P., Aristo- sistema de Aristóteles, 1943). — aunque no realizados siempre, ni
teles (Bibliographische Einführungen W. D. Ross, Arístotle, 1923, 5a ed., mucho menos, por aristotélicos en
in das Studium der Philosophie, ed. 1953 (trad. esp., Aristóteles, 1957). sentido estricto, representan forzosa-
I. M. Bochenski, vol. 8, 1948). — E. Rolfes, Die Philosophie des mente una elaboración y difusión del
Sobre trasmisión de escritos, tra- A. als Naturerklärung und Weltan- aristotelismo. Señalamos en la biblio-
ducciones latinas y catálogos de schauung, 1923. — M. D. Roland- grafía de este artículo los autores
obras: R. Shute, On the History of Gosselin, A., 1928. — A. von Pauler,
A., 1933. — W. Broecker, A., 1935. principales tal como constan en la
the Process by which the Aristotelian edición de los Commentaria in Aris-
Writings arrived at their Present — A. E. Taylor, A., 1943. — L. Ro
bin, A., 1944. — D. J. Alian, The totelem Graeca, decisiva para cono-
Form, 1888. — A. Jourdain, Recher- Philosophy of A., 1952. — Varios
ches critiques sur l'âge et l'origine des cer no sólo el destino del aristote-
traductions latines a Aristote et sur autores, Autour d'Aristote, 1955 (tra lismo, sino también el destino de
des Commentaires Grecs ou Arabes bajos en honor de A. Mansión; con- varias ideas que permanecieron sote-
135
ARI ARI ARI
iradas hasta fines de la Edad Media. la llamada Escuela de Oxford ( VÉA- fecha. Respecto a este último punto
Es lo que ocurre, para mencionar SE), comentarios que se basaban en nos limitaremos a llamar la atención
sólo un caso significativo, con el con- parte en la interpretación aristoté- sobre el hecho de que la producción
cepto del impetus, tal como lo ela- lica de Avicena. Finalmente, y sobre aristotélico-escolástica no quedó de-
boró Juan Buridán a base de los todo, la interpretación de San Al- tenida en el siglo XVIII, sobre el
comentarios aristotélicos de Juan Fi- berto el Grande y Santo Tomás. La resurgimiento de la neoescolástica,
lopón. Pero lo que se ha llamado condena, en 1277, por el Arzobispo sobre algunos rasgos aristotélicos en
el aristotelismo en Occidente apa- de París, Esteban Tempier, de una ciertos momentos del idealismo (así,
rece más bien de manera explícita serie de proposiciones, condena desti- en Hegel), y en varios pensadores
cuando, por el rodeo de varios pen- nada a detener la difusión del aristo- contemporáneos (Whitehead, Nico-
sadores árabes y judíos y por las telismo, es, desde luego, un momento lai Hartmann), y sobre las investiga-
traducciones hechas en Toledo, co- central en esta disputa, aunque ciones aristotélicas en el curso de los
menzaron a conocerse de nuevo los debe tenerse presente que lo que se siglos pasado y actual (Trendelen-
escritos completos del Estagirita. La condenaba no era propiamente el aris- burg, Michelet, Ravaisson, Brentano,
historia de este conocimiento es muy totelismo, sino el averroísmo. Lo mis- H. Bonitz, O. Hamelin, H. Maier,
compleja y no ha sido todavía ente- mo ocurre con las proposiciones pro- W. D. Ross, J. Lukasiewicz, W. Jae-
ramente dilucidada. Mientras unos hibidas, el mismo año, por el Arzo- ger, F. Nuyens, J. Zürcher, etc., etc.)
sostienen que sólo en París comen- bispo de Canterbury, Ricardo Kil- — si bien este último aspecto no
zaron a comentarse ampliamente los wardby, prohibición renovada en puede ya considerarse como una parte
escritos completos de Aristóteles, con 1284 por Juan Pecham. Ahora bien, del aristotelismo a menos que in-
inclusión de la lógica y la física, otros el aristotelismo —en el amplio sen- cluyamos en él la investigación eru-
mantienen que fue en Oxford donde tido que tiene aquí este término— dita y la interpretación histórica
se inició este más completo conoci- no fue detenido por ello. Por el sobre el Estagirita.
miento y comentario. En todo caso, contrario, solamente a medida que De los siglos XVI y XVII
puede decirse que desde comienzos su asimilación se hizo más completa mencionaremos dos importantes
del siglo XIII se desarrolla una espe- se creyó haber podido eliminar grupos de corrientes aristotélicas. El
cie de batalla en torno a Aristóteles. mejor los aspectos averroístas del primero es el de los llamados
Es conocida la resistencia que se mismo. La llamada fusión aristoté- aristotélicos italianos, principalmente
opuso al principio a la propagación lico-escolástica —que a través de los centrados en la Universidad de
de la obra aristotélica, particular- muy complejas vicisitudes ha llegado Padua, y que se diversificaron en
mente de los escritos físicos y meta- hasta nuestros días— alcanzó por alejandrinistas o partidarios de la
físicos. No hay que sorprenderse de ello muy señalados triunfos; como interpretación de Alejandro de
ello si se tiene en cuenta que, como lo ha señalado de Wulf, el peripa- Afrodisia y averroístas o partidarios
señala Gilson, "la adopción del peri- tetismo penetró inclusive en medios de la interpretación de Averroes. Los
patetismo por los teólogos fue una agustinianos que antes habían sido más significados aristotélicos de este
verdadera revolución en la historia enteramente refractarios a él. Ello grupo son Augusti-nus Niphus
del pensamiento occidental". Es in- no significa, por lo tanto, que hubiera (Agostino Nifo, 1473-1546),
necesario para ello admitir, como hace elementos aristotélicos sólo en el Alexandrus Achilinus (Ales-sandro
Matthias Baumgartner, que San tomismo: a muchas otras corrientes Achilini, "t 1518), el célebre
Alberto el Grande y Santo Tomás, (por ejemplo, el escotismo) alcanzó alejandrinista Pomponazzi, su discí-
en quienes culmina este movimiento, la influencia del Estagirita. Lo mis- pulo Simón Porta (t 1555), el discí-
realizaran, como dice, "la aristoteli- mo cabe decir, claro está, del ave- pulo de éste Andrea Caesalpinus o
zación fundamental y metódica de rroísmo ( VÉ ASE ) latino. Por otro Cesalpino, el gran comentarista de
la filosofía y la teología". Así como lado, tampoco el aristotelismo quedó Aristóteles Jacobo Zabarella (1532-
se reconoce hoy que el aristotelismo detenido en el Renacimiento no obs- 1589) —cuyas Opera logica, 1a ed.,
tuvo un más amplio campo y más tante las notorias reacciones contra ¿1578?, ed. posterior, 1623, consti-
numerosas vías de introducción que el abuso del philosophus en que fue- tuyen una importante contribución
las citadas, se admite a la vez que ron pródigos muchos humanistas, es- a la interpretación de Aristóteles en
la citada "aristotelización" no con- cépticos, místicos, etc. Nos referi- sentido clásico, y a quien se deben
sistió en una mera adopción universal remos someramente sólo a algunas de asimismo notables comentarios a la
y sistemática de Aristóteles. Para las más notables influencias durante física, a los libros sobre el alma y
mencionar sólo los aspectos más im- los siglos XVI y XVII, a los escritos naturales—, el discí-
portantes del destino de Aristóteles prescindiendo, por la complejidad del pulo de Zabarella, Caesar Cremoni-
en Occidente en la época que nos asunto, de la persistencia de temas nus (Cesare Cremoni, 1550-1631) y
ocupa, señalaremos los siguientes as- aristotélicos en varios pensadores en parte Lucilio Vanini (1585-1619).
pectos. En primer lugar, la impor- considerados como específicamente El segundo grupo está constituido
tancia que adquirió uno de los más modernos (el caso de Leibniz sería por el florecimiento de la escolástica
grandes comentaristas de Aristóte- aquí, naturalmente, el más a fines del XVI y siglo XVII, floreci-
les, Averroes, "che'l gran commenta significado, aunque no habría que miento en el cual intervinieron de
feo", según la conocida expresión de olvidar el de Spinoza o el de la un modo decisivo los escolásticos es-
Dante. En segundo lugar, los comen- relación entre Descartes y la pañoles y portugueses (Francisco
tarios de los maestros franciscanos de escolástica), y de la influencia del Toledo, Benito Pereira, Gabriel Váz-
aristotelismo desde el siglo XVIII a quez, Rodrigo de Arriaga, Pedro
la
136
ARI ARI ARI
Hurtado de Mendoza, Gregorio de Grabmann, I Papi del Duecento e X. Simpl. in Physicorum, libros V-VIII,
Valencia, Luis de Molina, entre los l'Aristotelismo, I, 1941; II, 1946. — ed. H. Diels, 1895. XI Simpl de
jesuítas, pronto conocidos por la in- Bruno Nardi, Saggi sull'aristotelis-mo anima, ed. M. Hayduck, 1882.
clinación al "suarismo", que repre- padovano del secolo XIV al XVI, 1958 XII, 1 Olympiodori Prolegomena et
sentaría el momento de la recapitu- [Studi sulla tradizione aristotelica in Categorias commentaria, ed. A.
lación, y otros filósofos, tanto domi- nel Veneto, I] (se estudian, entre Busse, 1902. XII, 2 Olymp. in Me-
otros, Pietro d'Abano, Paolo Ve-neto, teora, ed. W. Stüve, 1900. XIII, 1
nicos como agustinos, tales como Nicoletto Vernia, Pico della Mirandola, Ioannes Philoponus (olim Ammonius)
Francisco de Vitoria, Domingo de Alessandro Achillini).— John Hermán in Categorías, ed. A. Busse, 1898.
Soto, Melchor Cano, Domingo Bá- Randall, Jr., The School de Padua XIII, 2 Ioan. Philop. in Analytica
ñez, Tomás de Mercado, Diego de and the Emergence of Modern Priora, ed. M. Wallies, 1905. XIII 3
Zúñiga, Francisco Zumel, Pedro de Science, 1961 (Pietro d'Abano, Ja- Ioan. Philop. in Analytica Posteriora
Oña, etc., etc.). La influencia de copo da Forli, Ugo Benzi, Agostino cum Anonymo in librum II, ed. M.
esta escolástica, particularmente por Nifo et al.). — Para la evolución de Wallies, 1909. XIV, 1 Ioan. Philop.
intermedio de las obras que mencio- las obras lógicas de Aristóteles en el in Meteoro, ed. M. Hayduck, 1901.
naremos luego, sobre la filosofía mo- mundo árabe, véase Ibrahim Madkour, XIV, 2 Ioan. Philop. de generatione
derna, y especialmente sobre Leibniz, L'Organon d'Aristote dans le monde et corruptione, ed. H. Vitelli, 1897.
ha sido ya repetidamente reconocida. arabe, 1934. — Los Commentaria in XIV, 3 Ioan. Philop (Michael Ephe
Así, la evolución del aristotelismo Aristotelem Graeca mencionados en el sius) de generatione animalium, ed.
texto han sido publicados por la Aca- M. Hayduck, 1903. XV Ioan. Philop.
—sobre todo el derivado de los Co- demia de Ciencias de Berlín desde de anima, ed. M. Hayduck, 1897.
nimbricenses ( VÉASE), Curso com- 1882, y el llamado Supplementum XVI Ioan. Philop. in Physicorum li
plutense (v.), Collegium salmanticen- Aristotelicum por la misma Academia bros I-III, ed. H. Vitelli, 1887. XVII
se (véase SALAMANCA [ESCUELA DE ]), desde 1885. Damos a continuación los Ioan. Philop. in Physicorum libros
las Disputationes de Suárez, 1597, y títulos de los tomos, conservando los IV-VIII, ed. H. Vitelli, 1888. XVIII,
el Cursus philosophicus de Rodrigo nombres latinos, aunque debe tenerse 1 Elias (olim David) in Porphyrii
de Arriaga, 1632— a lo largo de la presente que en los artículos dedica- Isagogen et Aristotelis Categorias, ed.
época moderna mostraría probable- dos a varios de los filósofos citados he- A. Busse, 1900. XVIII, 2 Davidis
mente de ésta una imagen menos mos dado los nombres transcritos en Prolegomena et in Porphyrii Isago
"rupturista" y más continua que la español (así, por ejemplo, Juan Fi- gen comment., ed. A. Busse, 1904.
habitual. No menos cabría mencionar lopón para Ioannes Philoponus, Sim- XVIII, 3 Stephanus de interpreta
bajo este respecto la producción filo- plicio para Simplicius, etc.). I Ale- tione, ed. M. Hayduck, 1885. XIX,
xandrus in Metaphysica, ed. M. Hay- 1 Aispasius in Ethica, ed. G. Heylbut,
sófica escolástico-aristotélica en el duck, 1891. II, 1 Alex, in Priora Ana- 1889. XIX, 2 Heliodorus in Ethica,
curso del siglo XVIII, por no decir lytica, ed. M. Wallies, 1883. II, 2 ed. G. Heylbut, 1889. XX, Michael,
nada del resurgimiento escolástico del Alex, in Topica, ed. M. Wallies, 1891. Eustratius, Anonymus in Ethica, ed.
siglo XIX, al cual nos hemos referido II, 3 Alex. (Michael Ephesius) in G. Heylbut, 1892. XXI, 1 Eustratius
en otros artículos (véase NEO-ESCO- Sophisticos elenchos, ed. M. Wallies, in Analyticorum Posteriorum lib. II,
LÁSTICA, NEOTOMISMO). En cuanto al 1898. III, 1 Alex, de sensu, ed. P. ed. M. Hayduck, 1907. XXI, 2 Ano
segundo de los aspectos antes men- Wendïand, 1901. III, 2 Alex, in Me- nymus et Stephanus in Artem rhe-
cionados, y aparte las influencias de teora, ed. M. Hayduck, 1899. IV, 1 toricam, ed. H. Rabe, 1896. XXII,
los temas aristotélicos en varios pen- Porphyrii Isagoge et in Aristotelis 1 Michael Ephesius in Parva Natu-
sadores, se podrían mencionar como Categorias comm., ed. A. Busse, 1887. ralia, ed. P. Wendïand, 1903. XXII, 2
ejemplo lo que hay de aristotelismo IV, 2 Dexippus in Categorias, ed. A. Mich. Eph. in libros de partibus ani
en ciertos momentos del idealismo y Busse, 1888. IV, 3 Ammonius in malium, de animalium motione, de
Porphyrii quinque voces, ed. A. Bus animalium incessu, ed. M. Hayduck,
los explícitos "retornos a Aristóteles", se, 1891. IV, 4 Ammonius in Cate 1904. XXII, 3 Mich. Eph. in Ethic.
no sólo por parte de las comentes gorias, ed. A. Busse, 1895. IV, 5 lib. V, ed. M. Hayduck, 1901. XXIII,
neoescolástícas, sino también por parte Amm. de interpretatione, ed. A. Bus 1 Sophoniae in libros de anima para-
de algunos de los principales inves- se, 1897. IV, 6 Amm. in phrasis, ed. M. Hayduck, 1883. XXIII,
tigadores de la doctrina del Estagirita. Analytica 2 Anonymi Categoriarum paraphra-
Véase S. Tálamo, L'Arístotelismo Priora, ed. M. Wallies, 1899. V, 1 sis, ed. M. Hayduck, 1883. XXIII,
nella storia della filosofía, 1873, 3a Themistius in Analytica posteriora, 3 (Themistii) paraphrasis in Analy
ed. 1900. — W. Turner, Aristotle in ed. M. Wallies, 1900. V, 2 Themistius tica Priora, ed. M. Wallies, 1884.
Relation to Medieval Christianity, in Physica, ed. H. Schenkl, 1900. XXIII, 4 Anonymi in Sophisticos
1911. — John L. Stocks, Aristotelia- V, 3 Them. de anima, ed. R. Heinze, elenchos paraphrasis, ed. M. Hay
nism, 1925 (trad. esp.: El aristotelis- 1899. V, 4 Them. de caelo Hebraice duck, 1884. — El citado Supplemen
mo y su influencia, 1947. — F. van et Latine, ed. S. Landauer, 1902. tum Arístotelicum consta de los si
Steenberghen, Aristote en Occident. V. 5 Them. in Metaphs. libr. A para- guientes volúmenes: I, 1 Excerptorum
phrasis Hebraice et Latine, ed. S. Constantini de natura animalium li-
Les origines de l'aristotélisme parisien, Landauer, 1903. V, 6 Them. (So- bri duo. Aristophanis historiae ani
1946 (reimpresión, con pocos cambios, phonias) in Parva Naturalia, ed. P. malium epitome subiunctis Aeliani
del cap. II de la obra del mismo autor Wendïand, 1903. VI, 1 Syrianus in Timothei aliorumque eclogis, ed.
sobre Siger de Brabante, citada en la Metaphysica, ed. G. Kroll, 1902. VI, Spyridon P. Lambros, 1885. I, 2
bibliografía de este filósofo. Hay trad. 2 Asclepius in Metaphysica, ed. M. Prisciani Lydi quae extant, Meta-
inglesa: Aristotle in the West. The Ori- Hayduck, 1888. VII Simplicius de phrasis in Theophrastum et Solutio-
gines of Latin Aristotelianism, 1955, caelo, ed. J. L. Heiberg, 1894. VIII num ad Chosroem liber, ed. I. Bywa-
que contiene algunas importantes mo- Simpl. in Categorias, ed. C. Kalb- ter, 1886. II Alexandri Aphrodisien-
dificaciones y agregados). — Martin fleisch, 1907. IX Simpl. in Physico- sis praeter commentaria scripta mi-
rum libros I-IV, ed. H. Diels, 1882.
137
ARI ARI ARM
nora, ed. I Bruns: 1 De anima liber y proporcionan importante luz sobre pecialmente las de Alcmeón de Cro-
cum mantissa, 1887. 2 Quaestiones. el método de investigación usado en tona— en las comentes del neopi-
De fato. De mixtione, 1892. III, 1 la escuela de los peripatéticos. tagorismo (VÉASE), sino también en
Anonymi Londinensis ex Aristotelis Texto griego y trad. alemana de filósofos de las escuelas de Platón
Iatricis Menoniis et aliis medicis eclo- la obra de Aristoxeno sobre rítmica:
gae, ed. H. Diels, 1893. III, 2 Aris- y Aristóteles, como es el caso en Es-
totelis res publica Atheniensium, ed. Grundzüge der Rhytmïk, ed. H. peusipo y Jenócrates y en particular
F. G. Kenyon, 1903. — Las tra- Feussner, 1840. — Elementa rhytmi- en el aristotélico Aristoxeno de Ta-
ducciones medievales (a veces con cae fragment., ed. J. Bartels, 1854.— rento. También encontramos ejem-
comentario) de Aristóteles son pu- (Aristoce/nou a(rmonikw=n ta\ plos de la influencia de la idea de
blicadas en la colección llamada Aris- sw|zo/mena (con trad. alemana y ι armonía cósmica en varias de las
tóteles latinus (del Corpus Philoso- comentario) por P. Marquand, 1868. — tendencias neopitagorizantes del Re-
phorum Medii Aevi), publicada a (Aristoce/nou Melik und Rhytmik des
Classischen Hellenentums, ed R. nacimiento. En cambio, Platón y
partir de 1951 (Catálogos de manus- Aristóteles atacaron estas opiniones
critos de traducciones medievales la- Westphal, 2 vols., 1883-1893. —
tinas: Parte I [1939], a cargo de G. (Armonikw=n st oixei=a. The pitagóricas, especialmente en su apli-
Lacombe, A. Birkenmajer, M. Dulong, Harmonies of Aristoxe-nos, ed. con cación a la idea del alma. Al pre-
E. Franceschini; Parte II [1955], a trad. inglesa por H. S. Macran, 1903. sentar sus pruebas en favor de la
cargo de L. Minio-Paluello ). Para los —Aristoxeni elementa harmónica, inmortalidad del alma, Platón indi-
grandes comentaristas medievales, ára- Rosetta da Rios recensuit, 1954 (con caba que ésta no puede definirse
bes, judíos y cristianos (Averroes, San traducción italiana). — Nueva como una armonía de los elementos
Alberto el Grande, Santo Tomas, etc.), edición de fragmentos de Aristoxeno: del cuerpo; si lo fuese, cuando se
véanse los artículos correspondientes. Fritz Wehrli, Die Schule des
Aristóteles: Ansíatenos, 1945 (Heft relajara la tensión entre tales elemen-
Lista de comentarios: Lyman W. tos el alma perecería no menos que
Riley, Aristotle, Texts and Commen- 2). — Véase W. L. Mahne, Diatriba
taries to 1700. A Catalogue, 1961. de Aristoxeno philosopho, 1793. — L. el cuerpo (Phaidon, 86 Β 7-C 5).
— Véase también A. Jourdain, Re- Laloy, Aristoxène de Tarente, disciple En cuanto a Aristóteles, después de
cherches critiques sur l'âge et l'origine d'Aristote et la musique de l'antiqui- presentar la doctrina pitagórica del
des traductions latines d'Aristote et té, 1904. — C. F. Williams, The Aris- alma como armonía y ésta como una
sur des commentaires grecs ou arabes toxenos' Theory of Musical Rythm, mezcla y combinación de opuestos,
employés par les docteurs scolasti- 1911. — Arts. de Ch.-M. Ruelle en señaló que la dificultad principal
ques, 2a ed. 1843. — A. Mansión, Revue Archéologique (1858). consiste en que se adscriben movi-
Het Aristotelisme in het historisch ARITMETIZACIÓN DE LA SIN- mientos al alma cuando "el movi-
perspectief, 1954. — Sobre el aristote- TAXIS. Véase GÖDEL (PRUEBA DE), miento no es un atributo de la armo-
lismo en Oxford y en la Escuela de SINTAXIS.
Padua véanse las bibliografías de nía" (De an., I 4, 407 b 26 sigs.).
ARMONÍA (a(rmoni/a ) significó ori- Cierto, declara el Estagirita, que 'ar-
MERTONIANOS y PADUA (ESCUELA DE).
ginariamente "conexión" (de elemen- monía' puede significar dos cosas:
Sobre el aristotelismo en Alemania:
Peter Petersen, Geschichte der aristo- tos diversos) y también "orden". El composición de magnitudes en obje-
telischen Philosophie im protestan- término se aplicó luego a la octava tos que poseen movimiento y posi-
tischen Deutschland, 1920; hay en una escala musical. El descubri- ción y que se mezclan sin admitir
reimp., 1962. — íd., íd., Die Philoso- miento de que hay una relación nu- nada que sea homogéneo, y propor-
phie F. A. Trendelenburgs. Ein mérica entre los sonidos de esta es- ción en los elementos mezclados. Pero
Beitrag zur Geschichte des Aristote- cala y las longitudes de las cuerdas en ninguno de los dos sentidos la
lismus im 19. Jahrundert, 1913. — de la lira indujo a los pitagóricos a
La obra de Petersen de 1920 pro- noción de armonía se aplica al alma
desarrollar la idea de que el con- (op. cit., I 4, 408 a 5-10).
porciona mucha información sobre la cepto de armonía es aplicable al uni-
influencia del aristotelismo de Suárez Leibniz llamó armonía preestable-
y de los jesuitas sobre la teología y verso entero. Pues la armonía repre- cida a la forma como tiene lugar la
la filosofía protestantes alemanes del sentaba para "los llamados pitagóri- relación entre las mónadas que, por
XVII y XVIII. Para información com- cos" un sistema de relaciones que po- no tener "ventanas", no están some-
plementaria sobre este aspecto, véase día perseguirse dondequiera y que tidas a una interacción directa e in-
también la bibliografía del artículo permitía, además, como describe Aris- mediata por efecto de la influencia
SUÁREZ ( FRANCISCO). tóteles (Met., A 5, 986 a 1 sigs.), re- mutua, ni a una intervención cons-
ARISTOXENO, de Tarento (nac. conciliar los opuestos, especialmente tante de Dios, como sostienen los
ca. 354 antes de J. C.), discípulo de lo Limitado y lo Ilimitado. Según ocasionalistas, sino que "Dios ha he-
Aristóteles, y uno de los primeros muchos pitagóricos, los movimientos cho desde el principio a cada una de
peripatéticos, readaptó la doctrina pi- de las esferas celestes se hallan ar- estas dos substancias (alma y cuer-
tagórica de la armonía ( VÉASE ) con mónicamente conjugados y se mani- po) de una naturaleza tal, que, si-
el fin de explicar la doctrina del alma fiestan no solamente en las relaciones guiendo sólo sus propias leyes, que
y de su relación con el cuerpo. Junto entre las distancias, sino también en han recibido con su ser, concuerda,
a ello contribuyó a la investigación la producción de sonidos correspon- sin embargo, con la otra, lo mismo
científica con obras sobre música — dientes a dichas esferas — la lla- que si hubiera recibido influjo mutuo
su teoría y su historia— y con mada "armonía de las esferas". Esta o como si Dios pusiera continuamente
biografías de filósofos — de Pitágo- idea de la armonía ejerció considerable su mano, además de su concurso
ras y Platón. Sus escritos sobre mú- influencia en varias tendencias general". De un modo más lato, la
sica se han conservado en gran parte filosóficas. No solamente hallamos ex- armonía puede definirse como aque-
presadas las ideas pitagóricas —es-
138
ARM ARN ARQ
lla forma de relación entre objetos de Arnauld son, en efecto, menos los
embargo, fue protegido por el Papa
de un conjunto que no excluye nin- temas lógicos y metodológicos que
Bonifacio VIII y también por el Papa
guno de los componentes, sino que los teológicos, y entre ellos en par-
Clemente V. Hacia 1309 Arnau estu-
supone una perfecta adecuación in- ticular el de la predestinación y li-
vo en Aviñón, donde escribió un
terna de cada uno con los restantes. bre albedrío. A ello se refieren mu-
Rahonament para interpretar las vi-
La armonía se opone, así, formal- chas de las controversias de Arnauld
siones que manifestaban haber tenido
mente a la identidad, que se realiza con Malebranche, y en parte también
Jaime II y Federico de Sicilia y en
por exclusiones o por una fusión que con Leibniz. Podemos decir, pues,
donde reiteró sus ideas apocalípticas.
sacrifica el ser propio de cada ele- Arnau de Vilanova escribió nume- que el cartesianismo representaba
mento del conjunto. rosas obras de medicina, alquimia y para Arnauld un auxilio en favor del
Rudolf Eisler, Kritische Untersu- astrología. Mencionamos: Speculum agustinismo y no a la inversa.
chung des Begriffs der Weltharmonie introductionum medicinalium. — De Edición de obras completas: Oeu-
bei Leibniz, 1895. — M. Zigmal- gradationibus medicinarum per artem vres complètes, 45 vols., Lausanne,
kowski, Die Bedeutung der prästa- compositarum. — Regimen sanitatis. 1775-83. — Hay trad. esp. de Co-
bilierten Harmonie im leibnizschen — De conservanda juventute et re- rrespondencia entre Leibniz y A.
System, 1905 (Dis.). — Heinrich tardanda senectute. — Breviarium (1946). — Véase F. R. Vijacee, A.
Schmidt, Harmonie. Versuch einer practicae. — Commentum super "Re- A., his Place in the History of Lo-
monistischen Ethik, 1931. — E-W. gimine Salernitanum". — Thésaurus gic, 1882. — H. Schulz, A. A. als Phi-
Platzeck, O. F. M., El pensar armó- Thesaurorum et Rosarius philosopha- losoph, 1897 (Dis.). — E. Moog,
nico como problema de la filosofía rum. — Flos Florum. — Novum lu- A. A. Stellung zu den kirchlichen
cristiana, 1945. — F. K. Bock, Das men. — Exposiciones visionum, quae
Gesetz der Harmonie. Das Urgeheim- Verfassungsfragen im Kampf mir den
fiunt in somniis. Hay edición de Jesuiten, 1904. — J. Laporte, La
nis der Natur, 1948. — Ignazio Vita- obras en Lyon ( 1504 ), reimpresas va-
le, L'armonia prestabilita in Leibniz, doctrine de la grâce chez Arnauld,
rias veces (París, 1509; Venecia, 1514; 1922. — Íd., íd., La doctrine de Port-
1959 [Pubb. dell'Istituto universitario Lyon, 1520, 1532; Basilea, 1585). Sin
di Magisterio di Catania. Serie fil. Royal. La morale (d'après Arnauld),
embargo, hay dudas acerca de si la t. 1: La loi morale, 1951. T. II: La
Monog., 12]. mayor parte de los escritos atribuidos
ARMONÍA PREESTABLECIDA. pratique des sacrements. L'Eglise,
.1 Arnau son auténticos. Entre los es- 1952. Véase también bibliografía de
Véase ARMONÍA, LEIBNIZ ( GOTTFRIED critos teológicos atribuidos a Arnau fi- PORT-ROYAL.
WILHELM ), PARALELISMO . guran una introducción al De semine ARQUETIPO. Véase PLATÓN, TIPO.
ARNAU DE VILANOVA (Arnal- scripturarum, de Joaquín de Fiori; un
tratado De mysterio cymbalonum Ec- ARQUITAS de Tarento (Siglo IV
dus de Villa Nova, Arnaldus Villano-
clesiae; un tratado cuyo incipit es: antes de J. C.), uno de los primeros
vanus) (ca. 1235-1313) fue según
"Philosophia catholica et divina"; pitagóricos fue, según indica Dióge-
algunos provenzal, y según otros, ca-
talán (Milá y Fontanals lo supone
otro tratado cuyo incipit es "Apolo- nes Laercio (VIII, 83), el que por vez
gia de versutis atque perversitate primera aplicó las matemáticas a las
nacido en Vilanova la Geltrù), opi- pseudo-theologorum" ; la llamada Con- cosas mecánicas, y el primero tam-
nión esta última que parece mejor fessio de Spurcitiis pseudo-religioso- bién que empleó el cubo en geome-
fundada. Arnau de Vilanova fue muy rum; el libro De adventu Antichristi·, tría (Cfr. Platón, Rep., 528 B). Se ocu-
celebrado en su tiempo como médico y el aludido Rahonament fet en Avin-
yo ( escrito primero en latín ). — Véase pó sobre todo de cuestiones acústicas
y alquimista, pero se ocupó también
E. Lalande, Arnaud de Villeneuve; sa y musicales en el espíritu del pita-
de cuestiones teológicas, considerando
vie et ses oeuvres, 1896. — Paul gorismo, es decir, subrayando don-
la teología como la ciencia suprema
Diepgen, Arnald von Villanova als Po- dequiera la reducción de las realida-
y estimando que el estudio de la filo-
litiker und Laientheologe, 1909. — des a números y las combinaciones
sofía —en particular de la escolásti- M. Menéndez y Pelayo, Historia de de éstos a leyes armónicas. Número
ca— es sumamente pernicioso. En los heterodoxos españoles, Libro III, y magnitud son, según Arquitas, los
cambio, el estudio de la Naturaleza Cap. 3 [publicado antes separadamen- principios de la realidad.
lleva, según Arnau, a Dios. Los teólo- te con el título: Arnoldo de Vilanova,
gos que se fían de la mera especula- médico catalán del siglo XIII (1879)]. Diels-Kranz, 47 (35). — E. Frank,
ción son, proclama Arnau, "falsos Plato und die sogenannten Pythago-
ARNAULD (ANTOINE) ( 1612-
teólogos". Arnau acusó a los frailes, reer, 1923, II Teil. 2 (b).
1694) nac. en París, profesor en la
a los inquisidores y a los predicado- Sorbona, fue uno de los más cono- ARQUITECTÓNICA. Aristóteles
res de olvidar el espíritu evangélico. cidos jansenistas y uno de los auto- emplea el término a)rxitektonika/i al
Manifestó también ideas apocalípti- res de la llamada Lógica de Port- comienzo de la Ética a Nicómaco (I
cas, anunciando la llegada del Anti- Royal. Esta lógica estaba fuertemente 1, 1094 a 14) cuando después de
Cristo. influida por la metodología cartesiana, haber proclamado que ciertas artes
Arnau de Vilanova fue nombrado y el propio Arnauld es considerado están subordinadas a otras de acuerdo
consejero real por Jaime II de Ara- como uno de los cartesianos de la con la relación de medios a fines —
gón. Fue asimismo embajador en época no obstante las críticas así, por ejemplo, el arte de equipar
Francia del Rey y, al parecer, pasó formuladas a Descartes en las Cuartas los caballos está subordinado al arte
un tiempo en el reino de Sicilia al objeciones a las Meditaciones de la hípica en general—, indica
amparo de Federico. Durante una es- metafísicas. Ahora bien, el car- que los fines de las artes principales,
tancia en París, hacia 1299, fue con- tesianismo de Arnauld era, en reali- ta\ tw=n a)rxitektonikw=n, deben ser
denado por los teólogos de la Sorbona dad, una manifestación de un más preferidos a todos los fines subor-
por varias opiniones heterodoxas. Sin fundamental agustinismo; los temas dinados. Un poco después (I 1, 1094

139
ARQ ARQ ARQ
a 25) usa el término a)rxitektonikh/, architectoniques que se halla en Mo- des). Ahora bien, la unidad arqui-
al decir que el bien parece pertene- nadologie § 83. tectónica es la unidad de la razón
necer al arte principal y verdade- Johann Heinrich Lambert edificó que reside como una simiente en to-
ramente maestro o arquitectónico, en detalle una arquitectónica o "teoría dos los hombres. Por eso la doctrina
μάλιστα αρχιτεκτονικής. El mismo tér- de lo simple y primero en el co- de la arquitectónica permite a Kant
mino es usado en VI 8, 1141 b 22 al nocimiento filosófico y matemático" examinar el problema del hombre
indicar que conviene que haya un (Anlage zur Architcktonik oder Theo- como legislador de la realidad y su-
saber organizador o arquitectónico, rie des Einfachen und Ersten in der brayar que solamente la concepción
αρχιτεκτονική , tanto del saber práctico philosophischen und mathematischen cósmica de la filosofía, a diferencia
como del filosófico, y en ibíd., 25 Erkenntnis, 2 vols., 1771). Se trataba de la concepción escolástica, es ver-
al señalar que en lo que toca a la de una continuación del Neues daderamente completa. La arquitec-
Ciudad la legislación desempeña un Organon y se proponía desarrollar la tónica es una de las cuatro partes
papel directivo. Relacionado con estos "doctrina de la verdad" (véase ALE - (la tercera) en las cuales divide Kant
conceptos, finalmente, habla en VII 11, TIOLOGÍA), la "doctrina de la reali- el estudio de las condiciones formales
1152 b 2 del filósofo de la ciencia dad" (ontología) y la "doctrina del de un sistema completo de la razón
política como el arquitecto del fin, pensamiento" (metodología). En opo- pura. Las otras son (1) la disciplina
tou= te/louj a) rxit/ektwn, por el sición a la doctrina de la escuela de de la razón pura, disciplina negativa
cual una cosa es llamada simplemente Leibniz-Wolff, Lambert consideraba que limita la razón en su uso
mala, es decir, buena y mala de un que el pensamiento no se reduce a dogmático; (2) el canon de la razón
modo absoluto y no sólo relativo. En posibilidades y que, por consiguiente, pura —destinado a proporcionar to-
su comentario a la Ética a Nicó-maco una ontología debe presentar un dos los principios a priori para un
(Notes on the Nichomachean Ethics cuadro que pueda ser "llenado" con recto uso de la razón pura, pero obli-
of Aristotle, 2 vols., 1892), J. A. la realidad de las existencias. Lam- gado a anular sus pretensiones en
Stewart interpreta estas expresiones en bert proclamó, en efecto, que los con- vista de la demostración de la im-
el sentido de que aun cuando se posea ceptos metafísicos deben correlacio- posibilidad de su uso especulativo
un íntimo conocimiento del asunto narse con los conceptos lógicos y que de la razón y a adquirir su validez
de que se trata es necesaria la las verdades de razón no pueden se- en el terreno de la razón práctica—
dirección de una facultad maestra, pararse por entero de las verdades y (4) la historia de la razón pura.
pues el hombre que conoce los de hecho. La arquitectónica equivale, W. T. Krug (VÉASE) dividió su "fi-
detalles no puede tratar de ellos sin así, a un sistema ontológico o, mejor losofía fundamental" en una doctrina
poseer previamente un plan de vida dicho, lógico-ontológico constituido filosófica elemental y en una doctrina
(op. cit., II, 61). Una noción análoga por todos los conceptos pensables metódica elemental. Esta última la
a la aristotélica sobre la arquitectónica susceptibles de enmarcar la totalidad subdividió en didáctica filosófica y en
se encuentra en Santo Tomás (por ej.: de las existencias. Estos conceptos se arquitectónica filosófica. La misión de
Cont. Gent., III, 25). Aunque con hallaban, a su entender, articulados la arquitectónica filosófica es el estu-
propósitos distintos y sobre distintas en diferentes reinos, culminando en dio de las formas y métodos de la
bases, Leibniz empleó la expresión el concepto metafísico capital: Dios. propia filosofía, así como el estudio
'arquitectónicamente' en tanto que Kant introdujo el concepto de la de las partes o ramas en que puede
relacionada con causas finales. Según arquitectónica de la razón pura en dividirse la filosofía. La arquitectóni-
Leibniz, hay dos reinos en la la doctrina trascendental del método ca filosófica considera la filosofía co-
naturaleza corporal que se penetran (K. r. V., A 832-A 815, Β 860-Β 879). mo un todo sistemático o científico
sin confundirse y sin obstaculizarse: el Según Kant, la arquitectónica es el que debe articularse arquitectónica-
reino de la potencia, según el cual arte de construir un sistema. Es un mente. La arquitectónica filosófica o
todo puede explicarse mecanicamente, arte indispensable, porque el conoci- doctrina metodológica arquitectónica
mediante causas eficientes, tan pronto miento es científico solamente cuan- se subdivide en doctrina de los con-
como penetramos suficientemente en do en vez de ser una mera "rapso- ceptos de la filosofía y en doctrina de
su interior, y el reino de la sabiduría, dia" posee unidad sistemática. He- las partes de la filosofía (Fundamen-
según el cual todo puede explicarse mos indicado en Sistema ( VÉASE ) la talphilosophie, § 120).
arquitectónicamente, mediante causas idea que tenía Kant acerca de este C. S. Peirce acogió con entusias-
finales cuando conocemos concepto. Por otro lado, en el artículo mo el paralelo kantiano entre la fi-
suficientemente sus usos (Tentamen Fisiología (VÉASE) hemos presentado losofía y la arquitectura (Cfr., entre
anagogicum, Gerhardt, VII, 273). De el sistema kantiano como conoci- otros, los siguientes fragmentos de
este modo habría que decir, según miento de la Naturaleza. Agreguemos Collected Papers: 1.1, 1.2, 1.3, 4.27,
Leibniz, no sólo que los animales aquí que al proclamar la necesidad 4.28, 4.29) y aun intentó presentar
ven porque tienen ojos, sino también de la unidad sistemática como uni- algunos de sus pensamientos como
que los ojos les han sido dados para dad proporcionada por el más alto un "borrador" destinado a servir de
ver, aun cuando algunos, para hacer objetivo de la razón, Kant observó esquema arquitectónico general para
los esprits forts, no admitan sino lo que tal unidad debe ser arquitectónica todas las ciencias, análogo en inten-
primero. Leibniz usa también (obtenida por una idea que ción a lo que había sido la filosofía
'arquitectónico' en la expresión proporcione la posibilidad del todo de Aristóteles. Al entender de Peir-
échantillons científico) y no sólo técnica (obteni- ce, por consiguiente, el filósofo debe
da por observación de similarida- cavar sólidos cimientos y dar un plan
140
ARQ ARR ARS
a la vez consistente y flexible para el desde el punto de vista de la metafí- leza del ars combinatoria, pero hay en
ulterior trabajo filosófico y científi- sica y de las categorías. él varias aplicaciones del arte, así como
co. Se ha hecho observar que la ar- José Ferrater Mora, "Filosofía y de su characteristica universales
quitectónica de Peirce se debe a las arquitectura", La Torre, 9 (1925), (VÉASE). Entre otras aplicaciones hay
tendencias transcendentalistas que recogido en Cuestiones disputadas, una relativa a la existencia de Dios,
contrastaban en su pensamiento con 1955 págs. 43-59. — Íd., íd., "Peir- otra relativa a la noción de justicia y
las tendencias naturalistas y empiris- ce's Conception of Architechtonic and varias relativas a problemas aritméti-
Related Views", Philosophy and Phe-
tas. Sin embargo, es claro que el pa- nomenological Research, XV (1955), cos. En muchas otras partes de sus
ralelo que establece Peirce entre su 351-59. escritos, sin embargo, Leibniz se ha
arquitectónica y la kantiana no va ARRUGA (RODRIGO DE) (1592- referido al ars combinatoria, conside-
más allá de una superficial concor- 1667) nac. en Logroño, profesor en rándolo como un método universal,
dancia. De hecho, Peirce tuvo siem- Valladolid, Salamanca y Praga —don- fundamento de todas las ciencias. Este
pre en su mente la idea de un sistema de vivió los últimos 44 años de su método había sido ya anticipado por
—y, por lo tanto, de una "arquitec- vida y en cuya Universidad profesó Llull en su ars magna ( VÉASE ), si
tura"— abierto: la filosofía como pro- y fue luego nombrado Canciller—, bien, como señaló Leibniz frecuen-
grama no puede ser incompatible con acentuó el espíritu "ecléctico" y mo- temente, de un modo harto imperfec-
el falibilismo (VÉASE) y la necesidad derno manifestado por algunos teó- to. Es similar, además, a los esfuer-
de mantener siempre despejado el ca- logos y filósofos escolásticos españo- zos llevados a cabo en este terreno
mino del investigador. les de la época, llegando a diferir en por Caramuel de Lobkowitz (en sus
El término 'arquitectónica' se ha algunos puntos —por ejemplo, en Mathesis audax y Grammatica audax),
usado también para caracterizar una cosmología— de doctrinas tradiciona- Anasthasius Kircher (en su Poligraphia
de las doctrinas de Wronski. El sis- les muy arraigadas. En sus trabajos nova et universales ex combinatoria
tema cosmológico del filósofo mesia- teológicos Rodrigo de Arriaga parece arte detecta), Izquierdo (en su Pharos
nista polaco fue expuesto en el tomo haberse apoyado en muy considera- scientiarum) y otros autores (véase
titulado Arquitechtonique de l'uni- ble proporción en la razón natural, GRAMÁTICA ESPECULATIVA). Según
vers (1936), de la serie de obras habiendo sido criticado justamente Leibniz, el álgebra misma es una
publicadas por Francis Warrain, el por no atender suficientemente a los "aplicación a las cantidades del ars
cual desarrolló análogas tesis en su li- datos proporcionados por las Sagra- combinatoria, o de la ciencia de las
bro L'Armature métaphysique (1925), das Escrituras. formas abstractas" (Math. Schriften,
donde identifica la "armadura me- Obras: Cursus philosophicus, 1632. VII, 20). A veces Leibniz parece con-
tafísica" con la "arquitectónica" de — Disputationes theolosicae, 8 vols., siderar el ars combinatoria como un
los conceptos metafísicos fundamen- 1643-1655. El tomo 9 (que debía ti- "diccionario formado del alfabeto de
tales. La base de tal arquitectónica tularse De justitia et jure) no fue las ideas humanas" (Opuscules et
(tanto la de Wronski como la de Wa- terminado por el autor. — Véase K. fragments inédits de Leibniz, 1903,
rrain) se halla en la llamada "ley Eschweiler, "Roderigo de Arriaga, S. ed. L. Couturat, pág. 165). Otras ve-
de creación" del filósofo polaco, con J. Ein Beitrag zur Geschichte der ces semejante alfabeto parece consti-
Barockscholastik, en Spanische For-
la cual se pretende resolver toda clase schungen der Görresgeselkchaft. 1 tuir lo propio de la characteristica uni-
de antinomias. Reihe. Gesammelte Aufsätze zur versalis (Phil. Schriften, VII, 186).
En su obra sobre la "arquitectura Kulturgeschichte Spaniens, 3 vols. En una ocasión Leibniz indica que
del universo" (1934), B. Bomstein (1931). hay un ars inveniendi general o arte
utiliza también el término en cues- ARS COMBINATORIA (arte com- general del descubrimiento, el cual
tión, pero quiere basar la metafísica binatoria) llamó Leibniz a la ciencia puede ser dividido en combinatorio y
como ciencia de las estructuras uni- general de las formas o de la simila- en analítico. El primero se ocupa en
versales del mundo en una lógica ridad y disimilaridad (Mathematische descubrir cuestiones; el segundo, en
(VÍASE) de carácter arquitectónico, no Schriften, ed Gerhardt, IV, 451). El solucionarlas (Opuscules, etc., pág.
puramente formal, sino real-estruc- ars combinatoria se distingue con ello 167; otras referencias al ars combina-
tural. Se trata de una lógica topoló- del álgebra, que es la ciencia de la toria en este volumen se hallan en
gica, o geométrico-arquitectónica. Co- magnitud o de la igualdad y desigual- págs. 159, 162-4, 166, 168-71, 177,
mo dice el propio autor, en un resu- dad (loc. cit.). Leibniz escribió a los 336, 338, 348, 349, 415, 429, 511,
men de la primera parte de su obra veinte años una disertación sobre el 525, 528, 531, 544, 556, 557, 560-62,
(Cfr. Studia philosophia, I, 1935, ors combinatoria, cuyo título completo 572, 573, 582). El ars combinatoria
pág. 446), "al encontrar una represen- es Dissertatio de arte combinatoria in es concebido asimismo como una ma-
tación en el espacio, la lógica pone qua ex Arthmeticae fundamentis thesis universalis.
en evidencia el aspecto cualitativo Complicationum ac Transpositionum ARS MAGNA. Suele darse este
de éste y se convierte, bajo la forma Doctrina novis praeceptis exstruitur, nombre al arte de descubrimiento de
de una lógica geométrica, en proto- et usus embarum per universum scien- verdades propuesto por Ramón Llull,
tipo de la arquitectónica de todas las tiarum orbem ostenditur; nova etiam pero, como han indicado T. y J. Ca-
cualidades, que manifiestan así su Artis Meditandi seu Logicae spargun- rreras y Artau (Cfr. Historia de la
naturaleza puramente racional". La tur (1666, Philosophische Schriften, Filosofía española, I, 1939, 345 y
lógica arquitectónica ha de cons- ed. Gerhardt, IV, 27-102, más apén- sigs.), la citada expresión abarca una
tituir, así, el prolegómeno a una in- dice, 103-4). En este trabajo Leibniz gran cantidad de intentos realizados
vestigación de las estructuras lógicas da pocas precisiones sobre la natura- por Llull en el mismo sentido. De
141
ARS ARS ART
éstos intentos cabe destacar dos: el quando, ubi, quo modo y cum quo), 9 tido representa una muy notable anti-
dado en el Art abreujada d'atrobar sujetos (Dios, ángel, cielo, hombre, cipación a ciertas ideas modernas so-
veritat o Ars compendiosa inveniendi imaginación, sensitiva, vegetativa, bre los cálculos formalizados. Pero
veritatem (también Art major o Ars elementativa, instrumentativa ) y 9 la separan de éstos considerables di-
magna et maior) escrita hacia 1271 virtudes y vicios. Todo ello constituye ferencias. En primer lugar, la sinta-
y el Ars generalis ultima, que es la — el alfabeto o elementos básicos del xis del cálculo aparece poco clara; en
erróneamente— calificada de Ars cálculo. A base de los mismos se segundo, las reglas del cálculo equi-
magna. Los citados autores proponen forman cuatro figuras. La primera valen a cuestiones; al fin, el cálculo
calificar a la primera de Ars magna figura es un círculo dividido en 9 se refiere a conceptos, lo que en un
primitiva y a la segunda (terminada cámaras con los principios o predica- cálculo formalizado es inadmisible.
en 1308) de Ars magna, con el fin dos absolutos mencionados. El sujeto Advirtamos que el propósito que
de adaptarse a la tradición. Entre la y predicado en esta figura se con- movió primeramente a Llull fue el
primera y la segunda de tales artes vierten recíprocamente. La segunda de la demostración rigurosa de las
Llull compuso gran número de es- figura consta de tres triángulos: el verdades de la fe y que este propó-
critos de carácter lógico y enciclopé- primero, el de la diferencia, concor- sito no lo abandonó nunca, pero que
dico destinados a perfeccionar y a dancia y contrariedad; el segundo, al introducir, según advierten T. y J.
simplificar sus reglas y a introducir el del principio, el medio y el fin; Carreras y Artau, las sistematizacio-
en ellas nuevo material y varios refi- el tercero, el de la mayoridad, igual- nes presentadas en el Arbre de Scien-
namientos lógicos. dad y minoridad. La tercera figura cia (1298) y en la Logica nova
Según la descripción de T. y J. se compone de las dos anteriores fi- (1303), la intención de Llull se am-
Carreras Artau el Ars Magna primi- guras, de tal suerte que una misma plió considerablemente hasta abarcar
tiva consiste en la presentación de letra puede representar dos conceptos el conjunto de las ciencias.
siete figuras, designadas con las le- de las figuras en cuestión (como bon- Además de la obra citada, véase
tras A (que representa a Dios y los dad y concordancia). La cuarta fi- J. Carreras y Artau, De Ramón Llull
atributos divinos), S (el alma racio- gura tiene tres círculos concéntricos: a los modernos ensayos de formación
nal y sus potencias), Τ (los princi- uno —el mayor— fijo, y los otros de una lengua universal, 1946. —
pios y los significados), V (las vir- dos giratorios. Esta figura abarca las E.-W. Platzeck, O. F. M., "La com-
binatoria luliana", Revista de filoso-
tudes y los vicios), X (los opuestos tres anteriores, de modo que pueden fía, XII ( 1945), 575-609; XIII (1955),
o la predestinación), Y (la verdad) y establecerse las combinaciones me- 125-65 (trad. esp. por J. Carreras
Ζ (la falsedad). Las dos figuras úl- cánicas deseadas. Esta última figura Artau del trabajo publicado origina-
timas operan al modo de predicados puede considerarse como un ejem- riamente por el autor en Franziska-
metalógicos y no tienen, como las plo primitivo de máquina lógica. Nos nische Studien, [1952], 32-60, 377-
cinco primeras figuras, número ni hemos referido a este punto en el 407. — Martin Gardner, Logic Ma-
gráfico. Cada una de las cinco figu- artículo sobre las máquinas ( VÉASE) chines and Diagrams, 1958, Cap. I.
ras citadas da lugar a un círculo di- lógicas, en el cual hemos mencionado ARS NOVA, ARS VETUS. Véase
vidido en un cierto número de cá- asimismo la conocida crítica de Leib- LÓGICA.
maras situadas alrededor de la letra. niz, el cual —contrariamente a lo ARTE. Todavía hoy puede usarse
Así, la figura que corresponde a A que proponía Llull, para quien su el término 'arte' en español (y otros
está dividida en 16 cámaras repre- arte era un arte inventivo— señala idiomas modernos) en varios sentidos.
sentando las virtudes o atributos di- que se trata de un simple método Se habla del arte de vivir, del arte
vinos a cada uno de los cuales está mecánico de exposición. de escribir, del arte de pensar; 'arte'
asimismo adscrita una letra (B: Bon- Llull introduce en su sistema una significa en este sentido una cierta
dad; C. Grandeza; D: Eternidad, serie de definiciones y considera las virtud o habilidad para hacer o pro-
etc.). Las combinaciones binarias de cuestiones generales (cada una con ducir algo. Se habla de arte mecánica
estos atributos dan lugar a 120 cá- varias especies) como reglas. Ello y de arte liberal. Se habla asimismo
maras por medio de las cuales se pro- permite formar una tabla de 84 co- de bella arte y de bellas artes — en
ducen múltiples combinaciones que lumnas; la cuarta figura se obtiene cuyo caso 'arte' es tomado, en sentido
engendran mecánicamente definicio- haciendo girar los círculos segundo y estético, como "el Arte". Estos signifi-
nes. El Ars magna última o definitiva tercero. Se obtienen así 84 combina- cados no son totalmente independien-
consiste en la presentación de 9 prin- ciones ternarias encabezadas por tes; los religa entre sí la idea de ha-
cipios (B, C, D, E, F, G, H, I, K) lla- igual número de columnas. En total, cer, y especialmente de producir, al-
mados principios absolutos (Bondad, la tabla comprende 1.680 cámaras, go de acuerdo con ciertos métodos o
Grandeza, Eternidad, Poder, Sabidu- cada una de las cuales responde ciertos modelos — métodos y modelos
ría, Voluntad, Virtud, Verdad, Gloria) —afirmativa o negativamente— a una que pueden, a su vez, descubrirse me-
y 9 principios (representados con las cuestión. Se trata de cuestiones ge- diante arte. Esta simultánea multi-
mismas letras y reducibles a los an- nerales, pero el método de Llull pue- plicidad y unidad de significado apa-
teriores) llamados principios relativos de extenderse también a las otras reció ya en Grecia con el término
(diferencia, concordancia, contrarie- cuestiones, es decir, las que afectan τέχνη (usualmente traducido por "ar-
dad, principio, medio, fin, mayoridad, a los sujetos, a las virtudes y a los te"), y existe en el vocablo latino ars.
igualdad, minoridad). Hay también vicios. Puede, pues, designarse este ar- En el presente artículo describiremos
9 cuestiones generales (utrum, quid, te como un ars combinatoria ( VÉASE) algunas de las significaciones princi-
de quo, quare, quantum, quale, y un calculus universalis. En este sen- pales de 'arte' tomado por lo pronto
142
ART ART ART
en el sentido más general, y nos refe- diante los cuales el alma posee la tónica de la obra de arte como imi-
riremos luego al modo como en filoso- verdad por afirmación o negación. tación de una imitación. Pero era co-
fía se trata la cuestión del arte con- Son los siguientes: arte, ciencia, saber mún considerar la Naturaleza como
cebido como designación general para práctico, filosofía y razón intuitiva. El "lo real" en tanto que el arte era
las obras producidas en las llamadas arte se distingue de los otros cuatro siempre algo artificial y artificioso,
"bellas artes". en que es "un estado de capacidad bien que de un artificio "racional" en
El término te/xnh significó "arte" (en para hacer algo", siempre que impli- el sentido amplio de este término.
particular "arte manual"), "industria", que un curso verdadero de razona- Durante la época del helenismo
"oficio". Se decía, así, de alguien que miento, esto es, un método. El arte y en la Edad Media se tendió a
"sabía su arte" —su "oficio"—, por trata de algo que llega a ser. El arte entender el concepto de arte de
tener una habilidad particular y no- no trata de lo que es necesario o de nuevo en un sentido muy general.
toria. Platón habla, por ejemplo, de lo que no puede ser distinto de como Un ejemplo lo tenemos en la
hacer algo con arte, meta\ te/xnhj, ο sin es. Tampoco trata de la acción; sola- concepción de las llamadas artes
arte, a)/neu te/xnhj (Phaed., 89 D). Pero mente de la "producción". En cierto liberales en el Trivium y
los ejemplos dados por Platón —si- modo, claro está, todas las actividades Quadrivium (v.), y en la distinción
guiendo a Sócrates— relativos a la en las que está implicada alguna pro- entre artes liberales y serviles (o
necesidad de hacer las cosas "con ar- ducción son artes; por lo tanto, podría manuales). En el Renacimiento y par-
te" se aplicaron bien pronto a un hablarse en principio del arte del es- te de la época moderna la distinción
arte no manual, sino intelectual, al tadista, porque se trata de producir entre las artes como oficios y las ar-
arte de la palabra o del razonamiento: una sociedad, y aun una "buena so- tes como bellas artes no quedó siem-
h) peri\ tou\j lo/gouj te/xnh (Phaed., ciedad". Pero en sentido estricto sólo pre clara. De hecho, ha sido en época
90 A). El más alto era, pues, la puede llamarse arte a un hacer tal relativamente reciente cuando los fi-
ciencia, la filosofía, el saber y, en como (y es ejemplo del propio Aris- lósofos han comenzado a usar el tér-
último término, la dialéctica. Pero tóteles) la arquitectura. El arte trata, mino 'arte' para referirse al Arte y
como las otras actividades eran según Aristóteles, de lo mismo de que han iniciado esfuerzos para desarro-
también artes, y como era arte trata el azar, pero hay que entender llar una filosofía del arte.
asimismo la creación artística, la este último solamente en cuanto se Actualmente se tiende en
poesía, el término τέχνη estaba lleno distingue de lo necesario. Por lo de- filosofía a usar nuestro vocablo casi
de ambigüedad y sólo podía ser más, no debe suponerse que el arte exclusivamente en el último sentido.
entendido a derechas dentro de un en cuanto hacer excluya la sabiduría; Diremos por ello algunas palabras
determinado contexto. Sin embargo, en rigor, los más grandes artistas ( co- acerca del problema del arte desde el
puede concluirse que τέχνη designaba mo Fidias) poseen la sabiduría como punto de vista filosófico.
un "modo de hacer [incluyendo en el forma más acabada del conocimiento En lo que toca a la disciplina filo-
hacer, el pensar] algo". Como tal (ibíd., 1141 a 10). sófica misma, la "filosofía del arte",
"modo", implicaba la idea de un Puede, claro está, seguir hablándose se ha discutido sobre si ella tiene mé-
método o conjunto de reglas, de arte mecánica o manual, de arte todos y objetos propios distintos de
habiendo tantas artes como tipos de médica, de arte arquitectónica, etc. otra disciplina filosófica que se ocupa
objetos o de actividades y organizán- En cierto modo, además, lo que hoy asimismo del arte: la estética. Hay
dose estas artes de una manera je- día llamamos las artes (en cuanto que confesar que los límites son im-
rárquica, desde el arte manual u ofi- bellas artes) tienen un componente precisos. Muchos de los libros que lle-
cio hasta el supremo arte intelectual manual que los griegos solían poner van títulos tales como "Estética" γ
del pensar para alcanzar la verdad ( y, grandemente de relieve. Pero en los "Filosofía del arte" tratan, en rigor,
de paso, regir la sociedad según esta citados análisis aristotélicos hallamos de los mismos problemas. Puede, sin
verdad). ya la base para entender el término embargo, establecerse una distinción
En Aristóteles hallamos similares 'arte' como designando "el Arte" o razonable. Mientras la estética trata
maneras de entender nuestro término. conjunto de las bellas artes: pintura, de cuestiones relativas a ciertos valo-
Pero este autor intenta repetidas ve- escultura, poesía, arquitectura, músi- res (clásicamente, de lo bello; luego,
ces definir de modo más estricto el ca, para mencionar las cinco activida- de otros) y a ciertos lenguajes, dando
sentido de arte. Por lo pronto, en la des artísticas clásicas. Fue en este como ejemplos habitualmente las lla-
Metafísica (A 1, 980 b 25) escribe sentido en que se debatió con fre- madas "obras de arte", la filosofía del
que mientras los animales sólo tienen cuencia las relaciones entre el arte y arte trata de estas obras desde un
imágenes, fantasiai/, y apenas expe- la Naturaleza. Lo común en la mayor punto de vista filosófico apoyándose
riencia, e(mpeiri/a, los hombres se ele- parte de los autores griegos —y, en en investigaciones estéticas. En otros
van hasta el arte, te/xnh| , y hasta el rigor, hasta entrada la época moder- términos, puede decirse que mientras
razonamiento, logismo/j. Arte, te/xnh, y na— era poner de relieve que el arte la estética es siempre más "formal",
ciencia o saber, e)pisth/mh, proceden de imita de algún modo la Naturaleza: la filosofía.del arte es incomparable-
la experiencia, y no del azar, τύχη, pe- h( te/xnh mimei=tai th\n fu/sin mente más "material". La filosofía del
ro hay arte y ciencia solamente cuan- (Aristóteles, Phys., II 2, 194 a 21) — arte se halla situada, pues, entre la es-
do hay juicio sobre algo universal. No ars imi-tatur naturam, inquantum tética y la crítica del arte. La distin-
parece haber aquí distinción entre arte potest (Santo Tomás, 1 anal. 1 a). Ello ción aquí propuesta no pretente, claro
y ciencia. Pero en la Eth. Nic. ( VI 3, no significaba que todos los autores está, agotar las diferencias, a veces
1139 b 15 sigs.) Aristóteles establece estuvieran de acuerdo en la muy sutiles, que existen entre varias
una distinción entre varios estados me- concepción pla- disciplinas que de algún modo o de
143
ART ART ART
otro se ocupan del arte. J.-P. Weber guidas estas disciplinas—, es legítimo idea según la cual el arte es una "ne-
(La psychologie de fart, 1958, Intro- incluirlos aquí, por cuanto todos ellos cesidad" de la vida humana. En todas
ducción) ha indicado, por ejemplo, que se refieren al modo como puede en- estas "explicaciones", además, lo que
hay que distinguir no solamente entre tenderse el arte. El artículo presente se explica —o intenta explicar— es la
estética y filosofía del arte, sino entre se titula, en efecto, "Arte" y no "Fi- vida humana y no el arte. Más ade-
cualquiera de ellas, la psicología del losofía del arte". Ademas, por razo- cuada es la definición del arte como
arte y la ciencia del arte. Según dicho nes de comodidad nos hemos limita- creación de valores — valores tales
autor, la estética se ocupa de ciertos do en el artículo "Estética" a tratar como lo bello (o, según los casos, lo
juicios de apreciación en tanto que se de los sentidos del término y de di- feo), lo sublime, lo cómico, etc.,
aplican a ciertos valores (lo feo y lo versas tendencias en estética. Puede, etc. También nos parece más ade-
bello); la filosofía del arte es una así, reservarse para el presente artícu- cuada —y no necesariamente incom-
reflexión filosófica sobre el arte y no lo el análisis de ciertos problemas que patible con la anterior— la tesis se-
sobre los objetos artísticos como tales; no es hacedero incluir en otros luga- gún la cual el arte es una forma de
la ciencia del arte se ocupa de las res de este Diccionario. simbolización. Es menester, sin em-
reglas (variables) que presiden a la Muchas son las respuestas que se bargo, precisar cómo se entiende esta
elaboración de las obras de arte; la han dado a la pregunta sobre lo que simbolización, e intentar ligarla con
psicología del arte es el estudio de los es el arte. Cada una de las tendencias ciertos procesos emotivos. Las teorías
estados de conciencia y de los en estética suele dar a dicha pregunta puramente axiológicas, o puramente
fenómenos inconscientes que con- una determinada respuesta. Aquí nos simbolistas, o puramente "emotivas"
curren a la creación y contemplación confinaremos a algunas tesis que han del arte dejan siempre escapar algu-
de la obra artística. Todas y cada una relacionado de algún modo la nos elementos esenciales de éste. Es
de estas disciplinas se distinguen, fi- cuestión de la naturaleza del arte a posible que la conjunción de estas teo-
nalmente, de la crítica de arte, que la de la función que ejerce, o puede rías, en cambio, permita dar cuenta
estudia obras de arte en relación con ejercer, el arte en la vida humana. de la gran riqueza de manifestacio-
principios establecidos por la estética Algunos autores han declarado que nes del arte, tanto de la producción
(o por una determinada estética). el arte no proporciona ningún conoci- artística como del goce e interpreta-
Aunque el modo como aquí concebi- miento de la realidad, a diferencia de ción de ésta.
mos la filosofía del arte incluye par- la filosofía, y especialmente de la La segunda cuestión aquí referida
tes de lo que el citado autor califica ciencia, que se consagran al conoci- —la de la relación entre intuición y
de psicología del arte, resulta de sus miento. Para apoyar esta tesis se suele expresión— ha sido tratada desde di-
distinciones que la filosofía del arte indicar que el arte no es un "con- versos puntos de vista. Ciertos auto-
se halla situada, de todos modos, en- templar" (en el sentido general de res sostienen que el arte es esencial-
tre la estética y la crítica. "teoría"), sino un "hacer". El arte no mente intuición y que, en último tér-
Es posible, por supuesto, tratar bajo pretende decir lo que es, o cómo es, mino, esta intuición es "inefable" o
el epígrafe "filosofía del arte" ciertos o por qué es, sino hacer que algo sea. por lo menos "intraducibie". Los sím-
problemas de carácter más general. Esta tesis tiene mucho en su favor, bolos usados son entonces considera-
En muchas ocasiones es indudable pero topa con varias dificultades. Por dos como algo humanamente necesa-
que los mismos problemas que se un lado, aunque el arte no es, estric- rio, pero de alguna manera impuro.
encuentran en las investigaciones es- tamente hablando, conocimiento, pue- La intuición es aquí una especie de
téticas son llevadas a cabo asimismo de proporcionar una cierta "imagen "forma pura" que usaría la expresión
bajo el epígrafe "filosofía del arte". del mundo". Se puede, en efecto, como una materia siempre inadecua-
Lo común, empero, es que mientras "ver" el mundo de muy distintas ma- da. Otros mantienen que el arte es
la estética adopta un punto de vista neras; verlo desde el punto de vista esencialmente expresión y que lo que
más "teórico" (aunque nunca exclu- artístico o como materia para elabo- importa son los medios expresivos y
sivamente teórico), la filosofía del arte rar obras de arte es una de ellas. Se lo que puede hacerse con ellos. Fi-
adopta un punto de vista más tiene, pues, un cierto conocimiento nalmente, otros declaran que intui-
"empírico" (aunque nunca totalmente del mundo por medio del arte — y es ción y expresión son igualmente nece-
empírico). A modo de ejemplo, y lo que significa decir que el arte es sarias. Nos hemos referido a este punto
complemento, discutiremos ahora bre- una cierta "revelación" del mundo. con más detalle en el artículo sobre
vemente tres cuestiones: la naturaleza Por otro lado, decir que el arte no es Obra literaria (v.).
del arte; la relación entre intuición y conocimiento es insuficiente, pues El último problema es el de la es-
expresión, y la estructura de la obra de tampoco la religión es, estrictamente tructura de la obra de arte como
arte. Como los trataremos en forma hablando, conocimiento (en el senti- objeto del juicio estético. Varias sen-
predominantemente teórica, puede do filosófico y científico de este tér- tencias se han manifestado al respecto,
alegarse que sería mejor reservarlos mino) y, sin embargo, no es arte. Y de las cuales tres son especialmente
para el artículo "Estética". Sin em- decir que es un hacer es asimismo corrientes: la que considera la obra de
bargo, aun si se considera que los insuficiente, pues hay muchos tipos arte como algo hecho o como el
problemas en cuestión y la forma de de hacer que no son arte. producto de un hacer; la que la consi-
tratarlos aquí pertenecen más bien a Otros autores señalan que el arte es dera como el resultado de un proceso
la estética que a la filosofía del arte una forma de "evasión". Esta explica- de simbolización y la que la concibe:
—por lo menos si se tiene en cuenta ción es más psicológico-genética que como el término de una actividad ex-
el modo como han sido antes distin- filosófica. Lo mismo sucede con la presiva. Cada una de estas tesis posee,
144
ART ART ASC
sin duda, sus particulares razones y Witt Parker, The Principies of Art, GRAMÁTICA ESPECULATIVA, TRIVIUM
hechos que la apoyan, pero a la vez 1926. — C. J. Ducasse, The Philoso- Y QUADRIVIUM .
cada una de ellas parece necesitar ser phy of Art, 1930. — Giovanni Gentile, ARRIANO de Nicomedia (Bitinia),
complementada por las otras. Es lo La filosofía dell'Arte, 1931. — Hein- vivió hacia fines del siglo I. Discípulo
que ha visto Milton C. Nahm al se- rich Lützeler, Einführung in die Philo-
sophie der Kunst, 1934. — Kurt Riez- de Epicteto, ha sido llamado a veces
ñalar (art. y op. cit. infra) la necesi- ler, Traktat vom Schönen. Zur Ontolo- "el segundo Jenofonte" no sólo por
dad de formular una teoría que, te- gie der Kunst, 1935. — Rudolf Jancke, haber combinado su actividad
niendo en cuenta las doctrinas ante- Grundlegung zu einer Philosophie práctica de funcionario con la refle-
riores en tanto que complementarias, der Kunst, 1936. — Georges Mot- xión filosófica, sino también porque
no sea tampoco una mera composición tier, Le phénomène de l'art, 1936. tuvo con respecto a su maestro la
ecléctica de ellas. Al respecto, Nahm — J. W. R. Purser, Art and Truth, misma relación que Jenofonte con
ha señalado las siguientes seis caracte- 1937. — R. M. Ogden, The Psycho- respecto a Sócrates: a Arriano se
rísticas de la obra de arte, previas a logy of Art, 1938. — R. G. Colling- debe, en efecto, el haber trasmitido
toda ulterior interpretación: 1 a La wood, The Principies of Art, 1938 las doctrinas de Epicteto manifesta-
(trad. esp.: Los principios del arte,
obra de arte es, morfológicamente, 1960). — Othmar Sterzinger, Grund- das en sus Diatribas o Disertaciones.
una "forma significativa concreta": linien der Kunstpsychologie, 2 vols. (I: Arriano se ocupó principalmente de
concreta en tanto que material; signi- Die Sinnenwelt, 1938. II: Die innere desarrollar el aspecto ético-práctico
ficativa en tanto que implicando sig- Welt, 1939). — G. Mottier, Art et del nuevo estoicismo, con fuerte ten-
nos; forma en tanto que expresada. 2 a conscience. Essai sur la nature et la dencia a los rasgos protrépticos o
La obra de arte es un "acontecimien- portée de l'acte esthétique, 1944. — exhortativos, pero no descuidó ente-
to" realizado o actualizado por los po- Luigi Stefanini, Metafísica dell'Arte ramente la parte física de la doctrina
deres creadores del contemplador es- e altri saggi, 1948. — E. de Bruyne, estoica, como lo muestra un fragmento
tético, una estructura que relaciona el Philosophie van de kunst, 1948. — conservado de una obra sobre me-
Th. Munro, The Arts and Their In-
artista y el contemplador de su obra. tenelations, 1949. — S. K. Langer, teorología.
3a Las diferencias para los juicios de Feeling and Form. A. Theory of Art, Véase la bibliografía de EPICTETO.
hecho (correspondientes a la obra de 1953. — A. P. Uskenko, Dinamics of El fragmento meteorológico ha sido
arte o artefacto en contraste con la Art, 1953. — E. Vivas, Creation and conservado en el Florilegio de Esto-
obra de arte como "obra bella") son Discovery, 1955. — S. K. Langer, beo. Véase E. Bolla, Arriano di Ni-
proporcionadas por las tres funciones Problems of Art, 1957. — Milton C. comedia, 1890. — K. Hartmann,
Nahm, "Structure and the Judgment "Arrianos und Epiktet", Neue Jahr-
de la estructura del arte: el hacer, el bücher, XV (195), 248-75.
expresar y el simbolizar. 4 a Hay una of Art", Journal of Philosophy, XLV
"dirección" que va del mero artefacto (1948), reimp. en The Artist as Crea ASCETISMO. El significado prima-
a la obra de arte propiamente dicha,
tor. An Esay of Human Freedom, rio del término a)/skhsij, a base del
1946, págs. 241-69. — Helmut Kuhn, cual se ha formado el vocablo 'asce-
paralela a la dirección que va de los Die Kulturfunktion der Kunst, 2 vols.,
juicios de hecho a los juicios de va- tismo', es el de entrenamiento con
1931. — Íd., íd., Wesen und Wirken vistas a estar en forma para determi-
lor. 5 a La característica anterior per- des Kunstwerks, 1960. — Paul Weiss,
mite introducir las correcciones nece- The World of Art, 1961. — Véa nados ejercicios atleticos. Este sen-
sarias para evitar el nominalismo pro- se también bibliografía de ESTÉTICA. tido corporal se extendió hasta abarcar
pio de los que sostienen el carácter — Sobre filosofía y poesía, véase un significado espiritual: el ascetismo
"no significativo" de toda obra de Jacques Maritain (en colaboración fue entendido como un entrenamiento
arte como tal. 6a Es preciso determi- con Raïssa Maritain), Situation de la para fines espirituales. Ello ocurrió no
poésie, 1938 (trad. esp.: Situación solamente dentro del cristianismo,
nar siempre los "niveles" mediante de la poesía, 1946). — María Zam-
los cuales la expresión genérica, el sino ya dentro de la cultura pagana
brano, Filosofía y poesía, 1939. — helénica o, mejor, helenística (Cfr.
símbolo genérico y la acción gené- Roger Caillois, Les Impostures de la
rica se dirigen hacia la individuali- poésie, 1943. — Sobre la relación por ejemplo lo que dice acerca del
zación en lo que toca a los juicios de entre la ciencia y la poesía: I. A. Ri ascetismo Epicteto en los Discursos,
hechos. chards, Science and Poetry, 1926. — III xii). Ahora bien, es necesario
Konrad Lang, Das Wesen der Kunst, Pius Servien, Science et Poesie, 1947. aclarar en qué consiste esta forma
1901. — Richard Müller-Freien- — Martin Christopher Johnson, Art segunda de ascetismo. Como la
and Scientific Thought. Historical misma se extendió sobre todo dentro
fels, Psychologie der Kunst, 1912 Studies Towards a Modem Revision
(I. Allgemeine Grundlegung und of Their Antagonism, 1949. — M. del cristianismo, las discusiones sobre
Phychofogie des Kunstgeniessens; II. Rieser, Analyse des poetischen Den- el ascetismo suelen referirse al
Psychologie des Kunstschaffens, des kens, 1954. — V. Fatone, Filosofía y ascetismo cristiano o a formas deri-
Stils and der Wertung; III. System poesía, 1955. — J. Ferrater Mora, vadas de él. Así lo haremos en lo
der Künste. Die psychologischen "Reflexiones sobre la poesía", en sucesivo, aun cuando hay que reco-
Grundlagen der einzetnen Kunstzwei- Cuestiones disputadas, 1955, págs. 93- nocer que puede hablarse de distintos
ge). — Emil Utitz, Grundlegung der 102. — Respecto al concepto de lo
allgemeinen Kunstunssenschaft, 1914- tipos de ascetismo: budista, judío,
bello véase bibliografía del artículo pagano, cristiano, etc.
1920. — Íd., íd., Die Gegenständlich- BELLO.
keit des Kunstwerkes, 1917. — Jac- Ante todo, conviene distinguir en-
ques Maritain, Art et scolastique, 1919 ARTES LIBERALES. Véase RE - tre el ascetismo y otras manifestacio-
(trad. esp.: Arte y escolástica, 1945; TÓRICA, TRIVIUM Y QUADRIVIUM.
nes usualmente confundidas con él:
otra trad., 1948). — G. Simmel, Zur ARTES SERMOCINALES. Véase por ejemplo, la austeridad y el misti-
Philosophie der Kunst, 1922. — De 145
ASC ASC ASC
cismo. El ascetismo no es propiamente dad de goce por constituir la aspira- última forma suprime el monacato
hablando la austeridad en el sentido ción a "conseguir el máximo goce de y el apartamiento efectivo del mun-
de que con la sola austeridad no se lo agradable con el menor número po- do, se convierte en lo que Weber
consiguen los fines de santidad que sible de cosas agradables y, sobre llamaba el ascetismo ultramundano.
el ascetismo se propone. No es todo, de cosas útiles", el segundo Pero el vocablo 'ultramundano' de-
tampoco el misticismo, pues aunque reduce dicha capacidad por efectuar signa sólo imperfectamente esta for-
se reconoce que el misticismo implica la aspiración en sentido inverso. Se- ma de ascetismo si tenemos en cuenta
el ascetismo, se rechaza la impli- gún esto, el ascetismo antiguo y cris- que en las iglesias protestantes en las
cación contraria. Por este motivo el tiano subordinan el valor vital al cuales se desenvolvió —luteranos y
ascetismo rechaza la mortificación valor espiritual, en tanto que el as- calvinistas— el propósito explícito en
por la mortificación y la acepta so- cetismo moderno subordina el valor los comienzos no fue el subrayar los
lamente cuando puede considerarse vital al de utilidad. valores de este mundo, sino, por el
como una subordinación de los ape- Las definiciones de Scheler impli- contrario, el intentar suprimir todo
titos inferiores a la voluntad de Dios. can no solamente una distinción, sino compromiso entre los valores de este
El ascetismo puede así definirse co- también una contraposición entre los mundo y los del otro. La in-
mo una práctica de lo espiritual, co- dos tipos citados de ascetismo. La tramundanidad sería, pues, una con-
mo una serie de ejercicios espiritua- base para ello se encuentra en la in- secuencia de la mencionada acción
les destinados a adquirir un cierto vestigación efectuada por Max We- ascética metódica, pero no el punto
hábito que puede colocar al hombre ber sobre el ascetismo y en la oposi- de partida de ella.
en el camino de la santidad. ción por dicho autor presentada entre Además de las obras citadas en el
Las definiciones anteriores mues- el ascetismo extramundano (ausserwel- texto véase: A. Auer, Die philoso-
tran que la insistencia sobre k exa- tlíche Askese), consistente en retirarse phischen Grundlagen der Askese, s/f.
geración de los sacrificios corporales del mundo, y el ascetismo intra- (1946). — J. Lindworsky, Psycholo-
gie der Ascèse, Denken voor eein
constituye una errada interpretación mundano (innerweltliche Askese), con- psychologischejuiste Ascese, 1948. —
del ascetismo. Para entender éste hay sistente en practicar la abstención H. Fichtenau, Askese und Laster in
que averiguar, además, su función en dentro de este mundo. Tal oposición der Anschauung des Mtttelalters,
la vida humana y el tipo de vida a es estudiada sobre todo en el trabajo 1948. — F. D. Duffey, Psychiatry
que el ascetismo se aplica o puede de M. Weber titulado "Die protestan- and Asceticism, 1950. — Renzo Ti-
aplicarse. Esta última cuestión fue de- tische Ethik und der Geist des Kapi- tone, Ascesi e personalità, 1957 (in-
batida por Nietzsche, especialmente talismus" (Archiv für Sozialwissens- fluencia de la actitud ascética sobre
en la parte III ("¿Qué significan los chaft und Sozialpolitik, XX y XXI, el desarrollo, psicológico). — B. L,
ideales ascéticos?") de su Genealogía 1904-5; reimp. en Gesammelte Auf- Hijmans ΆΣΚΗΣΙΣ. Notes on Epic-
tetus Educational System, 1959 [Wijs-
de la moral. Nietzsche manifiesta que sätze zur Religionssoziologie, I, 1920). gerigen Teksten en Studies, 2].
los ideales ascéticos —sobre todo si El ascetismo ultramundano corres- ASCLEPIADES de Prusa o de
son ideales tales como los "clásicos" ponde a una ética a la vez anti-eude- Quios (Bitinia) (siglo I antes de J. C.)
de pobreza, humildad y castidad— monista, anti-hedonista y fuertemente se consagró, como discípulo de Epi-
tienen escasa significación para un pro-adquisitiva: es la ética del ca- curo, a la medicina y desarrolló las
artista. Los ideales ascéticos tienen su pitalismo moderno en tanto que sur- doctrinas de su maestro especialmente
origen en los "instintos de autoconser- gió impulsado por varios grupos pro- en la psicología y en la física. En lo
vación" y de profilaxis que caracteri- testantes. Max Weber distingue, en primero acentuó la importancia de
zan la "vida decadente". Son, pues, efecto, entre varias formas de asce- los sentidos frente a la actividad
ideales de conservación y no de abun- tismo ultramundano correspondiendo llamada racional, con lo cual llevó a
dancia de vida. El ideal ascético quie- a varias formas de protestantismo as- un extremo el empirismo radical ca-
re reducir a él todos los demás idea- cético: calvinista, pietista, metodista racterístico de la escuela epicúrea.
les. En este sentido debe ser evitado y sectas surgidas del movimiento bap- En lo segundo, desarrolló la doctrina
como cercenador y castrador de la tista (por ejemplo, cuáqueros). E. de los a)/narmoi o)/gkoi (el mismo
voluntad. Sin embargo, puede ocurrir Troeltsch acepta en su libro Die concepto que hemos encontrado en
que el ideal ascético requiera esfuer- Bedeutung des Protestantismus für el académico Heráclides Póntico) se-
zo, en cuyo caso resulta "honorable". die Entstehung der modernen Welt parados por los espacios vacíos o po-
En todo caso, revela el "vacío" del (1906, 4 a ed., 1925; trad. esp.: El ros, po/roi, pero manteniendo, con-
hombre. protestantismo y el mundo moderno, trariamente a Heráclides, la concep-
Como en otros puntos capitales de 1951) las ideas fundamentales de ción puramente mecánico-causal de
índole psicológico-moral, Max Scheler Weber al respecto, pero divide a su su interacción.
aprovecha ciertas intuiciones de Nietz- vez el ascetismo que se manifiesta Fragmentos de Asclepiades en
sche a la vez que combate sus desvia- en lo que llama la cultura autoritaria Fragmenta digestae et cur. Ch. G.
ciones. Lo que Nietzsche supone acer- eclesiástica cristiano-medieval en dos Gumpert, praefatus est Ch. G. Gru-
ca del ascetismo no corresponde, formas: el ascetismo místico-quietista ner, Wimariae, 1794. — G. M. Ray-
según Scheler, a todo ascetismo. En que disuelve todo lo sensible finito naud, De Asclepiade Bithyno medico
El resentimiento en la moral Scheler en lo eterno supraterrenal, y el as- ac philosopha 1862 (tesis). — H. v.
distingue, en efecto, entre dos tipos cetismo metódico-disciplinario que Vilas, Der Arzt und Philosoph A. von
de ascetismo: el cristiano y el griego. encauza el obrar hacia los fines ul- Bithynien, 1893. — Artículos por R.
Mientras el primero eleva la capaci- traterrenos de la vida. Cuando esta A. Fritzsche (Rheinisches Museum,
146
ASC ASE ASE
1902), W. A. Heidel (Transactions judicativa. A diferencia de los escép- lo que Newman llama el asentimiento
of the American Philological Asso- ticos, que dejaban indeterminado el religioso es el acto de asentir a un
ciation, 1910), y M. Wellmann (Neue asentimiento, los estoicos acentuaban dogma de fe, es decir, el acto de
Jahrbücher, 1908 y Philologische Un- su carácter activo y aun su necesidad asentir realmente a él, a diferencia
tersuchungen, 1913). Artículo de M. del asentimiento teológico, que es
Wellmann sobre Asclepiades (Askle- para completar el juicio. Santo To-
piades, 39) en Pauly-Wissowa. más distinguió entre el asentimiento sólo de carácter nocional (op. cit.,
de una evidencia en sí y el asenti- pág. 95).
ASCLEPIODOTO DE ALEJAN- Véase Francis M. Tyrrell, The
DRÍA (fl. 450), miembro de la es- miento de una proposición evidente
en su conexión con otra. Este último Rôle of Assent in Judgment: A Tho-
cuela de Alejandría del neoplatonis- mistic Study, 1948.
mo (VÉASE), fue discípulo de Proclo. tipo de asentimiento es el propio
tanto de las ciencias como de las ASERCIÓN. En algunos textos ló-
Como Marino, Asclepiodoto manifestó gicos se ha introducido un signo
por un lado un interés metafísico- verdades de la fe (S. theol, II-IIa, q. I,
art. 4). Ahora bien, el asentimiento —propuesto por Frege— que se lla-
especulativo y por el otro un interés ma signo de aserción: es el signo
científico. A diferencia de Marino, es para Santo Tomás un acto del
intelecto, a diferencia del consenti- '|— '. Este signo se lee 'Es el caso
sin embargo, este último interés no que', 'Se afirma que", 'Se establece
se limitaba en Asclepiodoto a la ma- miento, que es un acto de la voluntad.
Sin embargo, puede decirse con toda que'. En muchos casos el signo no
temática, sino que tenía carácter en- es usado por suponerse implícitamente
ciclopédico, incluyendo la música, la propiedad que el intelecto asiente de
un modo necesario a los principios que todas las fórmulas introducidas
astronomía y diversas ciencias natu- son objeto de aserción. El signo con-
rales, especialmente la medicina. De evidentes por sí mismos y al rechazo
de la contradicción en sí misma. De trario a '|— ' es el signo ' —| ', usado
hecho, Asclepiodoto fue un típico re- por Lukasiewicz, siguiendo una
presentante de lo que se llamaba la un modo más explícito y detallado
ha elaborado Newman ( VÉASE) una sugerencia de Ivo Thomas, como sig-
tendencia erudita alejandrina. En no de rechazo. ' — |' s e lee 'Se re-
cuanto al interés metafísico-especu- doctrina del asentimiento. Éste es
considerado primariamente por chaza que'.
lativo, era al parecer de naturaleza En su obra La logique de l'assertion
más sobria que la usual en otros Newman como el acto de asentir a
proposiciones, como la "aprehensión" pure (1950), Jean de la Harpe ha
miembros de la escuela. La propia presentado un cálculo basado en los
tendencia a la magia aparecía en As- de proposiciones. No puede decirse,
con todo, que los dos modos de acción dos símbolos Ά' y 'E', los cuales se
clepiodoto como la manifestación de leen respectivamente 'queda estable-
una creencia en la posibilidad de mental implicados en el acto de
asentir sean equivalentes. Como cido que' y 'queda excluido que'. El
manipular y dominar los fenómenos fundamento de tal cálculo radica en
de la Naturaleza más bien que como Newman dice, usan las mismas
palabras y tienen el mismo origen, la distinción entre aserción de una
un subproducto de ciertas concepcio- proposición y su contenido (o lexis).
nes religiosas. Algunos autores supo- pero desembocan en resultados muy
diferentes (Cfr. An Essay in Aid of a Así, la expresión 'Ap' designa la
nen, sin embargo, que la corriente aserción de P, y la expresión 'AAp'
erudita y la especulativa en Ascle- Grammar of Assent, 1870, págs. 34 y
sigs.) De ahí la distinción precisa designa la aserción de la aserción de
piodoto no se mezclaron. Se atribuye Ρ (o 'queda establecido que p queda
a Asclepiodoto un comentario al establecida por Newman entre un
asentimiento nocional o (asentimiento establecido').
Timeo.
a nociones) y un asentimiento real ASERTÓRICO. El uso actual en
Véase A. Dain, "Les Manuscrits
d'Asclepiodote le philosophe", Revue (o asentimiento a cosas), asentimiento la literatura filosófica del término
de Philologie, de Littérature et d'His- de carácter "más fuerte" que el 'asertórico' procede principalmente de
toire ancienne, LX (1943), 341-360. anterior, aunque sin garantizar por la expresión kantiana 'juicio asertóri-
— Artículo de J. Freudenthal sobre ello la existencia de las cosas a las co'. Éste juicio es uno de los tres ti-
Asclepiodoto (Asklepiodotos, 11) en cuales se asiente. El asentimiento pos de juicios en que, según Kant,
Pauly-Wissowa. nocional puede ser considerado, a se expresa la Modalidad ( VÉASE), y
ASEIDAD. Véase A SE. su vez, bajo cinco respectos: como consiste en la afirmación simple 'S es
ASENTIMIENTO. El asentimiento profesión —asentimiento débil y su- P', "acompañada de la conciencia de
es considerado en general como cl perficial—, como creencia —afirma- la realidad". Los textos lógicos más
acto de aceptación de cualquier pro- ción de que no hay duda de que difundidos del siglo XIX han emplea-
posición o percepción. De un modo algo es así—, opinión —aceptación do el citado término en la misma
más preciso, se define como la acep- espontánea de una proposición—, acepción. Lo emplea también Pfán-
tación de una proposición que perte- presunción —asentimiento a primeros der en su Lógica, definiéndolo como
nece al orden de la fe. En todo principios— y especulación —enten- la forma de un juicio en el cual se
caso, el asentimiento es estimado dida como aceptación consciente de afirma o niega que S es efectivamente
generalmente como un acto que for- una proposición como verdadera— P. En el vocabulario de Pfänder a
ma parte del juicio. Los estoicos, (op. cit., págs. 40 y siguientes). El que nos hemos referido en Modalidad,
sobre todo, consideraban la llamada asentimiento real —centro de la filo- "el peso lógico" del juicio asertórico es
sugkata/qesij, adsensio, como el acto sofía de Newman— es de tal tipo "pleno y sin atenuación alguna".
de reconocimiento de algo en tanto que, aunque no intrínsecamente ope- El término 'asertórico' no es usado,
que verdadero; por lo tanto, el asen- rativo, afecta incidentalmente a la en cambio, ni por los lógicos simbó-
tir era una acción de la voluntad práctica (op. cit., pág. 86). Por eso
147
ASI ASN ASN
lieos contemporáneos ni por los lógi- prensas y en el año siguiente por con- que la paradoja del asno de Buridán
cos afectos a la lógica tradicional. tener, según el Ministro de Educación es sumamente instructiva: analizarla
Estos últimos arguyen que la clasifi- de la época, Kaftanov, material "for- como es debido requiere revisar por
cación kantiana de los juicios de mo- mal y apolítico". La lógica de Asmus, entero las difíciles nociones de elec-
dalidad en asertóricos, problemáticos en efecto, aunque sumamente "mo- ción, preferencia, razón, voluntad y
y apodícticos destruye la división derada", constituía una novedad por libertad.
tradicional de las proposiciones (véase la importancia dada al carácter for- Nicholas Rescher (art. cit. infra),
PROPOSICIÓN) en simples o absolutas mal de la lógica y la escasa referencia que ha estudiado más a fondo que
y de messe. En efecto, la proposición a la dialéctica y sus leyes. La situa- nadie la historia y la lógica de la citada
asertórica es una proposición de inesse ción de Asmus cambió al respecto, paradoja, ha puesto de relieve que ésta
en la cual no hay ningún modo que con motivo de los artículos de Stalin tiene una antigua historia. Ésta puede
afecte a la cópula. Por lo tanto, las (1950) sobre la lingüística (véase FI- resumirse en tres fases: el período
proposiciones asertóricas deberían LOSOFÍA SOVIÉTICA ). Aunque crítico griego, el árabe y el cristiano-
excluirse de lo modal. Ahora bien, del "idealismo burgués contemporá- medieval-escolástico. En la primera
Kant podría argüir que habla de neo" —en el cual incluye práctica- fase la paradoja tiene una forma cos-
juicios y no de proposiciones y aun mente todas las filosofías contempo- mológica y se halla fundada en el
que los juicios en su sentido no son ráneas—, Asmus ha expuesto con más problema del equilibrio — del supuesto
exclusivamente objetos de la lógica, objetividad que la mayor parte de los equilibrio físico de la Tierra entre
sino en gran parte de la teoría del filósofos soviéticos los desarrollos mo- elementos iguales. Esta cuestión fue
conocimiento. En tal caso, lo dernos de la lógica (Voprosiy Filosofii tratada por varios autores, tales como
asertórico sería un modo de afirma- [1955], págs. 192-284; Cfr. también Anaximandro y Aristóteles (De cáelo,
ción, aunque es obvio que habría en- su libro sobre la doctrina de la prue- II 13 ) — quien discute asimismo, por
tonces, como sugiere Maritain, "un ba, infra). similitud, el problema de las motiva-
abuso de lenguaje" en su empleo de Obras principales: Dialéktitchéskly ciones iguales. Posiblemente a tra-
tal término. matérializm i logika, 1924 (Materia- vés de los comentaristas del Estagirita
La concepción hegeliana de los jui- lismo dialéctico y lógica). — Marks i el problema pasó a los árabes. Algazel
cios asertóricos sigue la inspiración burguazníy istorizm, 1933 (Marx y él lo trató desde un punto de vista teo-
historicismo burgués). — Logika, lógico, planteándose el problema de
kantiana, pero se sale aun más que 1947. — Utchénié logiki o dokaza-
ella del campo de la lógica. Lo mis- téllstvé i oprovérgénii, 1954 (La doc- la Voluntad divina y de la razón ( caso
mo ocurre con su concepción de los trina lógica de la prueba y la refuta- de haberla) de haber preferido un
otros tipos de juicio. Hegel define, en ción). — Dékart, 1956 (Descartes). mundo más bien que otro. Al critizar
efecto, todos los juicios desde su es- ASNO DE BURIDÁN. Con este a Algazel, Averroes se ocupó asimis-
pecial punto de vista metafísico; así, nombre se atribuye a Juan Buridán mo del problema y lo mismo Santo
el juicio asertórico es para dicho fi- (v.) la formulación del siguiente pro- Tomás (S. theol, I-II, q. XIII). Sin
lósofo un juicio inmediato cuyo sujeto blema — o paradoja: "Un asno que embargo, los escolásticos dieron a la
es un individuo concreto y cuyo pre- tuviese ante sí, y exactamente a la discusión un giro ético — el mismo
dicado expresa la relación con su rea- misma distancia, dos haces de heno que aparece en la formulación que
lidad o determinabilidad de su con- exactamente iguales, no podría mani- hoy se considera clásica. Buridán
cepto (Logik, I Abs. II Kap. D.a; festar preferencia por uno más que mismo se ocupó del asunto en este
Glockner, 5, 112-12); el juicio apo- por otro y, por lo tanto, moriría de sentido, justamente al comentar el tra-
díctico es un juicio inmediato cuyo hambre." La paradoja ha sido formu- tado aristolélico De caelo, pero no ha-
sujeto es lo general (ibíd., D.a.; lada para mostrar la dificultad del bló de un asno, sino de un perro, por
Glöckner, 5. 116-18), etc., etc. No problema del libre albedrío (VÉASE) lo que, si se quiere seguir atribuyendo
creemos, pues, necesario referirnos cuando éste se reduce a un liberum a Buridán el origen de la paradoja
más extensamente a tales concepcio- arbitrium indifferentiae. De no haber habría que hablar del "Perro de Bu-
nes, pues ni son necesarias para la una preferencia, no puede haber elec- ridán". En la época moderna, todos
comprensión del problema lógico ni ción. los que se han ocupado de la para-
tampoco son bastante iluminadores Una discusión adecuada de la pa- doja lo han hecho en sentido ético
para entender la propia metafísica he- radoja llevaría muy lejos. Por lo pron- — y también, de un modo más ge-
geliana. to, se puede preguntar si es legítimo neral, antropológico-filosófico. Se
ASIMETRÍA. Véase RELACIÓN . tomar como base un hecho empírica- puede decir que todos los que han
ASMUS (VALENTÍN FÉRDINAN- mente imposible. Luego, se puede ar- tratado la cuestión de la libertad
DOVITCH) nac. (1894), estudió en güir que pueden existir ciertas prefe- —prácticamente, todos los autores mo-
la Universidad de Kiev; desde 1939 rencias no manifestadas en la situa- dernos— han introducido, más o me-
es profesor de filosofía en la Univer- ción tal como ha sido descrita: por nos explícitamente, la paradoja del
sidad de Moscú. En 1943 recibió el ejemplo, la preferencia a no morirse asno de Buridán. Esta paradoja está
Premio Stalin por su contribución a la de hambre, lo cual induciría al asno a implícita en la mayor parte de los de-
Historia soviética de la filosofía comer cualquiera de los dos haces de bates entre los deterministas y los an-
(1940 y sigs.). Sus principales trabajos heno. Finalmente, se puede alegar tideterministas. Era inevitable que en
filosóficos versan sobre la lógica. Su que las elecciones no necesitan ser el curso de estos debates se reintro-
Lógica ( 1947 ) fue violentamente ata- siempre razonables. En cualquier ca- dujeran cuestiones cosmológicas y teo-
cada tan pronto como salió de las so, sin embargo, hay que reconocer lógicas, pero en un sentido y una for-
148
ASO ASO AST
ma distintos de las tratadas por los conexión, de los cuales tres son pre- etc.) han aducido experiencias en
filósofos antiguos y árabes. En la épo- dominantes: la semejanza, la conti- las cuales se ha mostrado que los
ca actual, la paradoja puede ser exa- güidad (en el tiempo o espacio) y la hábitos no producen acción, que la
minada —como lo ha hecho el citado causa y efecto. El principio de con- conducta tiene un propósito o que
Rescher— en estrecha relación con la traste o contrariedad es considerado hay reacciones a relaciones, cosa que
cuestión de "la distribución azarosa" por Hume como una mezcla de los no tiene en cuenta ni puede expli-
y, por lo tanto, en conexión con cues- principios de causación y semejanza. car el asociacionismo. Ello no quiere
tiones suscitadas por la probabilidad Esta doctrina es elaborada con más decir, sin embargo, que el asociacio-
(VÉASE). detalle en el Libro I del Treatise ( es- nismo haya sido enteramente aban-
Nicholas Rescher "Choice Without pecialmente Parte I, sec. iv), pero donado en psicología. Por un lado,
Préférence. A Study of the History los tipos de conexión siguen siendo el behaviorismo y la llamada psico-
and of the Logic of the Problem of los mismos. Ahora bien, aunque la logía objetiva han adoptado muchas
'Buridan's Ass , Kant-Studien, LI base de la teoría de Hume era psi- conclusiones del asociacionismo, aun
(1959-1960), 142-75 (también en se- cológica, su interés era predominan- cuando refinando esta doctrina me-
parata). temente epistemológico. El giro ha- diante experimentos y críticas ana-
ASOCIACIÓN y ASOCIACIONIS- cia lo psicológico y el intento de líticas. Por otro lado, el propio es-
MO. El uso del concepto de asocia- fundamentar un asociacionismo en tructuralismo no niega totalmente el
ción en psicología es muy antiguo. la psicología es, en cambio, evidente proceso asociativo, sino que rechaza
Claros precedentes del mismo se en- en Hartley ( Observations on Man, los fundamentos atomistas atribuidos
cuentran en Aristóteles, cuando en 1749, Parte I), a quien siguió Ja- al mismo y especialmente la tenden-
su tratado De memoria et reminis- mes Mill (Analysis of the Phenomena cia manifestada por los asociacionistas
centia, II 451 b 10 sigs.) presentó un of the Human Mind, 1829, passim; clásicos a basar sus explicaciones en
principio de asociación en las dos Cfr. sobre todo la ed. de 1869 en 2 puras combinaciones mecánicas sin
formas principales de la asociación vols., ed. J. S. Mill) y —en parte— hacer intervenir tendencias o propó-
por semejanza y asociación por con- John Stuart Mill y A. Bain. Los tipos sitos.
tigüidad. Esta tesis fue aceptada y de conexión establecidos por Hume Además de las obras clásicas de
desarrollada por los comentaristas del y Hartley fueron transformados en los autores citados en el texto del ar-
Estagirita y por muchos escolásti- las leyes clásicas del asociacionismo tículo, véanse Ch. G. Bardili, Ueber
cos medievales. El asunto fue dilu- psicológico ( contigüidad, semejanza, die Gesetze der Ideenassoziation,
cidado, además, con considerable de- contraste) y ampliadas con otras le- 1796. — Luigi Ferri, La psycholo-
talle por Juan Luis Vives en su De gie de l'association depuis Hobbes
yes complementarias (frecuencia, si- jusqu'à nos jours, 1883. — G.
anima et vita. Por lo tanto, no puede multaneidad, intensidad, etc.). Hay Ascnaffenburg, Experimentelle Stu-
decirse que solamente con los fi- que distinguir entre el asociacionis- dien über Assoziation, 1896-97. —
lósofos modernos y especialmente con mo psicológico, que pretende limi- D. F. Markus, Die Assoziationstheo-
los filósofos y psicólogos de fines del tarse a una descripción de las cone- rien im XVIII Jahrhundert, 1901
siglo XVIII y del XIX haya xiones entre procesos mentales, y el [Abhandlungen zur Philosophie und
aparecido un concepto de asociación. asociacionismo filosófico, que está re- ihrer Geschichte, XV]. — E. Clapa-
Entre los filósofos modernos trataron rède, L'association des idées, 1902.
lacionado con el atomismo (en sen- — M. Bork, Ueber neuere Assozia-
el problema Hobbes, y especialmente tido amplio) y se ha contrapuesto tionstheorien, 1917. — Howard C.
Locke (con su concepción de la con frecuencia al estructuralismo (véa- Warren, A History of the Association
"asociación de las ideas") y se ESTRUCTURA.) y al totalismo. Aun- Psychology, 192l. — G. Lunk, Die
Berkeley. Ahora bien, es ya que algunos asociacionistas psicoló- Stellung der Assoziation im Seelen-
tradicional admitir que solamente gicos tendieron a ampliar sus teorías leben, 1929. — Sobre el concepto de
con Hume, por un lado, y con el al conjunto de la filosofía, cuando asociación en Leibniz, B. Franzel,
trabajo de análisis filosófico y Der Assoziationsbegriff bei Leibniz,
menos de la filosofía natural, el pri- 1898.
psicológico de Hartley, Priestley, mer tipo de asociacionismo no ha
James Mili, John Stuart Mill y A. ASTRADA (CARLOS), nacido en
implicado forzosamente el segundo. Córdoba (Argentina) en 1894, es
Bain por el otro, el concepto La doctrina asociacionista ha sido
psicológico de asociación ha alcanzado profesor en las Universidades de La
criticada por varios autores. Algunos Plata y Buenos Aires. Influido en sus
una madurez suficiente y, además, ha (como Bradley, Adamson, Stout, Ja-
permitido construir a base de él toda primeros tiempos por la escuela de
mes, los miembros de la Escuela de Marburgo, se orientó luego, tras ha-
una teoría de contenido primariamente Würzburgo [ VÉASE ] etc.), han adu-
psicológico, pero de intención ber recibido en Colonia y Friburgo
cido razones basadas en una crítica las enseñanzas de Scheler, Husserl y
filosófica: el asociacionismo. analítica de los procesos psíquicos.
En su Enquiry (III), por ejem- Heidegger, hacia la filosofía existen-
El argumento principal lanzado a este cial. Astrada trabaja dentro del marco
plo, Hume manifiesta que "es evidente respecto contra el asociacionismo ha
que hay un principio de conexión de las posibilidades de la pro-
sido la advertencia de que en los
entre los diferentes pensamientos o blemática de Heidegger, sobre todo
procesos psíquicos hay una dirección,
ideas de la mente, y que en su apa- en la idea del papel fundamental que
llevada a cabo por el pensamiento o
rición a la memoria o imaginación desempeña el riesgo existencial, cen-
regida por otras "tendencias deter-
se introducen unos a otros con cierto trado en el concepto del juego como
minantes". Otros (como los psicólo-
método y regularidad". De hecho, resorte decisivo en la especulación
gos estructuralistas: Köhler, Lewin,
hay no uno, sino varios principios de
149
ATA ATE ATE
metafísica. Este juego debe, sin em- dad, a la ataraxia, pero también a la por su fuerte tendencia teológica y
bargo, ser entendido como un juego a)lupi/a ( ausencia de pena), a la sistemática, por su aplicación de la
total, es decir, como un juego exis- a) f obi/ a (ausencia de temor) y a la lógica —o, mejor dicho, de la dia-
tencial que crea su propio ámbito y a)pa/qeia, apatía, ausencia de léctica— a las especulaciones meta-
desencadena un proceso propio. pasiones); todas ellas constituyen físicas, por su tendencia a desarro-
Dentro de la ontología de signo simplemente la libertad, a)plw=j llar varios aspectos de la teología
heideggeriano, Astrada se interesa e)leuteri/a (Diat., IV 3, 1-8). La dialéctica y por la atención prestada
por la constitución concreta —espe- ataraxia es para Pirrón la culminación a la idea de emanación, especialmente
cialmente histórica— de la Existen- de la suspensión del juicio (véase mediante el uso del sistema triádi-co.
cia (Dasein, véase EXISTENCIA) y de EPOCHÉ ); hay que practicar éste para Junto a ello se destacaron los neo-
la relación de ésta con las cosas; con alcanzar aquélla (Diog. L. X 66), platónicos atenienses por sus comen-
ello se manifiesta una preocupación cosa que sólo puede hacer un hombre tarios a obras de Platón y Aristóteles
por ciertas estructuras que Heidegger capaz de vivir sin preferencias. En (y Simplicio por su comentario al
había descuidado, atento sólo a la cambio, Arcesilao (apud Sexto, Hyp., Encheiridion de Epicteto). No todos
descripción de los caracteres funda- 1 232) consideró la ataraxia como los filósofos de la escuela de Atenas
mentales de la Existencia y de su pre- síntoma de la suspensión del juicio y nacieron en esta ciudad. Domnino
paración para una ontología funda- no como su coronamiento. nació en Siria; Proclo, en Constanti-
mental. La noción de ataraxia se funda en nopla; Marino, en Neápolis (Sichem,
Obras principales: El problema los mismos supuestos y suscita los Samaria). Hemos expuesto las doctri-
epistemológico en la filosofía actual, mismos problemas que las nociones nas particulares de varios de los fi-
1927. — El juego existencial, 1933. — afines empleadas por los filósofos lósofos citados en los artículos sobre
Idealismo fenomenológico y metafísica mencionados. Se funda en (1) la di-
existencial, 1936. — Là ética formal y Siriano, Marino, Proclo, Damascio y
los valores, 1938. — El juego visión, sobre todo elaborada por los Simplicio, y las tendencias generales
metafísico, 1942. — Temporalidad, estoicos, entre lo que está en nuestra en el artículo sobre neoplatonismo.
1943. — Sociología de la guerra y mano y lo exterior a nosotros, y en la Agreguemos aquí que Plutarco de
filosofía de la paz, 1948. — Ser, suposición de que lo último incluye Atenas influyó principalmente por
humanismo, "existencialismo". Una las "pasiones"; (2) en la confianza de sus comentarios a diálogos platónicos
aproximación a Heidegger, 1949. — que el hombre como ser racional (o y al tratado aristotélico De anima;
Destino de la libertad, 1951. — La cuando menos los filósofos como seres
revolución existencialista, 1952. — que Domnino escribió tratados ma-
Marx y Hegel, Trabajo y alineación en eminentemente racionales) son capa- temáticos (y no siempre mostró com-
la "Fenomenología" y en los "manus- ces de conseguir la eliminación de las pleta fidelidad a los principios neo-
critos", 1958. — Humanismo y dia- perturbaciones; y (3) en la idea de platónicos); que Isidoro (biografiado
léctica de la libertad, 1960. — Dia- que la tranquilidad es (cuando me- por Damascio) siguió las huellas de
léctica y positivismo lógico, 1961 nos moralmente) mejor que la expe- Jámblico, y que Prisciano escribió
[Cuadernos de "Humanitas", 9]. riencia. Los problemas que suscita una compilación (de la cual tenemos
ATARAXIA, a)taraci/a, se traduce son principalmente los de si tales su- la versión latina con el nombre So-
por 'ausencia de inquietud', 'tranquili- puestos son tan aceptables, tan claros lutiones eorum de quibus dubitavit
dad de ánimo', 'imperturbabilidad'. o, en último término, tan deseables Chosroes Persarum rex) por encargo
Demócrito usó el término a)taraci/a al como se imagina. Además, suscita el del rey persa Cosroes, en cuya corte
declarar que "la felicidad es placer, problema de si una definición de la se alojó —junto con Simplicio y Da-
bienestar, armonía, simetría y atara- "libertad" como la apuntada por Epi- mascio— cuando se cerró la escuela
xia" (Diels A 167, 15-8). Pero fue- curo no es excesivamente "negativa". ateniense en 529 por orden de Jus-
ron los epicúreos, los estoicos y los ATENAS (ESCUELA DE). En la tiniano.
escépticos quienes colocaron la noción historia de la filosofía griega se llama Véase bibliografía de NEOPLATO-
de ataraxia en el centro de su pensa- a veces período ateniense o también NISMO. Para los comentarios a Aristó-
miento. Según el índice proporcionado ático al que abarcó desde mediados teles de algunos de los autores men-
por C. J. de Vogel (Greek Philo-sophy, cionados, véase Commentaria in Aris-
del siglo ν hasta fines del siglo IV totelem Graeca señalados en ARISTO-
III, 1959), la noción en cuestión fue antes de J. C. En tal período se TELISMO. Para Domnino: ) Egxeiri/ dion
tratada especialmente por Epicuro, incluyen los sofistas, Sócrates, algunos a)riqmhtikh=j ei)sagwgh=j, ed.
Epicteto, Pirrón y Arcesilao ( VÉANSE). socráticos, Platón, Aristóteles y varios Boissonade, Abec. Graeca, IV, 413-29;
Según Epicuro, la felicidad se obtiene antiguos académicos y peripatéticos. Pw=j e)/sti lo/gon e)k lo/gou a)felei=n ,
mediante la a)poni/a (ausencia de pena De un modo más propio se llama ed. C. Ε. Ruelle, Revue de philologie,
o dolor) y por la ataraxia. De ellas Escuela de Atenas a una de las VII (1883), 82-94. — Las Solutiones
gozan los dioses, los cuales no se ramas del neoplatonismo ( VÉASE). Se y la Meta/ f r-asij tw= n
ocupan ni del gobierno del cosmos ni trata de la dirección neoplatónica Qeofa/ s tou peri\ ai) s qh/ s ewj de
de los asuntos humanos (Diog. L. X Prisciano, han sido editados por I.
representada por Plutarco de Atenas Bywater en Supp. Aristotelicum, I,
139; también, "Carta a Mene-ceo", (que debe distinguirse de Plutarco de
apud ibíd., X 128). La ataraxia es 2, 1886.
Queronea), Siriano, Domnino, Mari- ATENCIÓN. La noción de aten-
para Epicuro un equilibrio permanente no, Isidoro y, sobre todo, Proclo, Da-
en el alma y en el cuerpo (ibíd., X ción ha sido tratada por la mayoría
mascio, Simplicio y Prisciano. Esta de los filósofos desde el punto de vista
136). Para Epicuro hay que escuela pertenece, a su vez, a la lla-
atenerse, para obtener la felici- psicológico. Se ha definido muchas
mada dirección metafísico-especulati- veces como una cierta capacidad de
va del neoplatonismo. Se caracteriza
150
ATE ATE ATE
la mente —fundada en procesos or- nota un interés decididamente episte- mismo acto, que sólo se distingue por
gánicos, o cuando menos relacionada mológico, pues mediante el estudio los objetos a que se dirige, resulta que
con ellos— para canalizar los proce- del fenómeno de la atención se trata no hay especies para nuestra concien-
sos psíquicos, y en particular el pen- de determinar no sólo los modos de cia, para nuestro saber, para nuestro
samiento, dentro de ciertas vías. De aprehensión de las "ideas", sino tam- enunciar". Por lo tanto, "el sentido
modo muy general puede definirse bién la naturaleza —"psicológica" o unitario del término 'atender' no exi-
como concentración de energías psí- "trascendental"— de éstas. ge, ni mucho menos, 'contenidos' en
quicas. La atención puede considerarse La atención como fenómeno pri- el sentido psicológico —como objetos
como un proceso potencial o como un mordial, capaz de aclarar no sólo los a los cuales atendemos—; y aun reba-
proceso actual — según la distinción modos de operación psíquicos, sino sa toda la esfera del pensar". La aten-
escolástica entre una atención también ciertas actitudes humanas bá- ción recae sobre "los objetos mentales
secundum virtutem y una atención sicas, ha sido objeto de reiterado exa- que adquieren evidencia 'intelectiva'
actualis. Se ha distinguido entre la men desde fines del siglo XIX. James en la ejecución de los actos sobre esta
atención espontánea y la atención vo- Ward ( VÉASE) afirmó —contra Brad- base", sobre "los objetos y situaciones
luntaria. Esta última ha sido conside- ley— que no se puede identificar la objetivas aprehendidos mentalmente
rada como una atención consciente. vida psíquica con una masa indiferen- de esta o de aquella manera". Así, la
Pero como la conciencia de la aten- ciada, ya sea de sensaciones, o de un atención llega hasta donde llega el
ción puede, y suele, distraer la aten- "sentimiento primario" o "experiencia concepto de "conciencia de algo"
ción, el concepto de atención volun- inmediata". Las actividades psíquicas (Cfr. Investigaciones lógicas, trad. Mo-
taria y consciente ha sido objeto de lo son de un yo —de un "yo puro"— rente-Gaos, tomo II, cap. ii). Debe
muchos debates entre filósofos y psi- y este yo es primariamente la aten- advertirse que, no obstante el lenguaje
cólogos. Algunos han indicado que la ción. La atención es para Ward la empleado por Husserl, su idea de la
voluntad y la conciencia se hallan so- conciencia; mejor todavía, es lo que atención como conciencia es distinta
lamente en el proceso inicial de la dirige toda conciencia en su activi- de la de James Ward antes reseñada;
atención; otros, que hay siempre en dad. La atención puede ser mayor o no es una idea psicológica, sino feno-
la atención, si no una conciencia, menor, pero no hay posibilidad de vida menológica (o, si se quiere, pre-feno-
cuando menos un acto voluntario. psíquica ·—y de presentación de menológica). Husserl ha tratado en
Aquí nos interesan sobre todo las ningún contenido al yo— sin una cierta varias ocasiones la noción de atención
explicaciones del concepto de aten- dosis de atención. La atención no se de acuerdo con la correspondiente
ción que, si bien basados en datos disuelve en las presentaciones, ni en concepción de la conciencia (VÉASE),
psicológicos, tienen implicaciones epis- la experiencia indiferenciada: pero ha destacado dicha noción sobre
temológicas y, en algunos casos, onto- acompaña a todas las presentaciones todo al hablar de los diversos modos
lógicas — o cuando menos ontológico- y a toda experiencia. Si se llevan las de conciencia. Ha afirmado, por ejem-
antropológicas. El examen psicológico- ideas de James Ward a sus conse- plo, que hay tres posibles modos de
epistemológico de la atención ha sido cuencias últimas, y se admite que hay conciencia: el actual, en el cual el
llevado a cabo especialmente por fi- en el hombre un máximo desarrollo "objeto intencional" está presente a
lósofos del sentido común, ideólogos psíquico, se puede concluir que el ser la conciencia; el potencial, donde hay
y "sensacionistas". Así, por ejemplo, humano es definible como "un sujeto mera posibilidad de presencia; y el
Destutt de Tracy suponía que la aten- en atención". Santayana ha llegado a atencional, que resulta de la "aten-
ción es un estado de ánimo más bien considerar la atención como la princi- ción" de la conciencia al objeto. Sub-
que una facultad, de tal modo que pal, y acaso la única, vía de acceso al rayar este modo de atención significa
podría eliminarse en principio la vo- reino de las esencias (Cfr. The Realm a la vez destacar los aspectos "activos"
luntad de la atención. Reid (Intellec- of Essence, Cap. I, en The Realms of de la conciencia. Y cuando en vez de
tual Powers. Essay I, c. 5 ) señaló, en Being, 1942, pág. 15). Pues aunque hablarse de conciencia como conjun-
cambio, que la atención es un acto tal atención sea una "facultad animal" tos de actos que constituyen el puro
voluntario, siendo, en cambio, invo- suscitada por la pasión, puede alcan- flujo de lo vivido, se habla de la con-
luntaria la conciencia. Condillac zar en el hombre categoría de "apre- ciencia como foco de los actos, el
(Essai sur l'origine des connaissances hensión ontológica" (Santayana no modo atencional de la conciencia ad-
humaines, c. III) distinguió entre usa, empero, esta última expresión). quiere creciente importancia. Puede
atención activa y atención pasiva; en En sentido distinto de los anterio- inclusive identificarse con el yo puro
una hay voluntad, no así en la otra. res ha examinado Husserl la noción y ayudar a aclarar la cuestión de la
Laromiguière (VÉASE) consideró que de atención. Criticando las teorías psi- constitución trascendental de la con-
la atención es "la primera facultad"; cologistas y a la vez nominalistas de ciencia por medio de la "atención".
de ella se derivan todas las restantes. la abstracción formuladas, entre otros Parece que hay en Husserl una idea
Hamilton comparó la atención con la autores, por Hamilton y John Stuart de la atención de carácter "ontológi-
abstracción (véase ABSTRACCIÓN y Mill, Husserl ha señalado que "si la co" más bien que psicológico o inclu-
ABSTRACTO). Aunque las definiciones teoría que basa la abstracción en la sive epistemológico. Y hasta parece
y concepciones anteriores se hallan ex- atención (considerada entonces como dibujarse en las citadas ideas una no-
presadas en lenguaje filosófico, están una mera operación) es exacta; si la ción de la atención como "modo exis-
condicionadas las más de las veces atención a todo objeto y la atención tencial" propio del hombre en tanto
por cuestiones de naturaleza episte- a las partes y notas del objeto son, en que su ser consiste primariamente en
mológica. En Hamilton sobre todo se el sentido de dicha teoría, uno y el un "estar en el mundo".
151
ΑΤΗ ATM ATO
Si seguimos esta argumentación do la tesis —característica de muchos dar la teoría con la percepción sensi-
consecuentemente podremos afirmar platónicos de la época— de que las ble, dentro de la cual se dan los
lo siguiente. Mientras el animal no ideas son pensamientos de Dios. Para fenómenos de la multiplicidad e indi-
posee atención —o la que posee tiene llevar a cabo estos ataques contra el vidualidad que Demócrito se proponía
sólo carácter psicológico—, el hombre aristotelismo y la consiguiente de- explicar. Pero la actitud opuesta, acaso
se constituye como tal en virtud pre- fensa del platonismo, Ático mezcló no menos habitual hoy entre los
cisamente de que el "estar atento" le —conscientemente o no— las doctri- científicos —la que sostiene la com-
permite abrirse al mundo como tal nas platónicas con otras estoicas, es- pleta independencia del atomismo
mundo, es decir, no sólo como un pecialmente en ética y en cosmolo- antiguo y el moderno atomismo cien-
ámbito dentro del cual se dan los gía, por lo que ya en la antigüedad tífico—, peca por defecto. Hay di-
estímulos y sobre el cual operan fue descrito no sólo como un plató- recciones atomistas que no pueden
nico sino también como un estoico. vincularse históricamente con la de-
las reacciones, sino, además, como la
Fragmentos de las obras de Ático mocriteana y que no responden menos
zona en la cual se da la posibilidad de han sido conservados en Eusebio,
las objetivaciones. El estar en el mundo a ciertas exigencias de racionalidad y
Praep. Ev., y en comentarios a las "salvación de los fenómenos". De ahí
y la atención a él son condiciones Categorías, de Porfirio y Simplicio.
primarias de la existencia del hombre, que las dificultades que se han
Véase J. Baudry, Atticos. Fragments planteado respecto al atomismo
y la atención cobra con ello sentido de son oeuvre, 1931. Artículo de J. democriteano valgan, en cierta ma-
existencial. Así lo han reconocido al- Freudenthal sobre Ático (Attikos, 18) nera, para todo atomismo, por lo
gunos existencialistas o "fenomenólo- en Pauly-Wissowa. menos en la medida en que éste se
gos" ( especialmente Merleau-Ponty) ATMAN. Véase BRAHMAN-ATMAN. convierte, conscientemente o no, en
al indicar que la atención no es un ATOMISMO. La solución atomista fundamento metafísico de lo real. Se-
simple enfocar los objetos para ilumi- es, como se indicará en otros lugares ñalaremos las principales. En primer
narlos. El conocimiento derivado de (véanse DEVENIR, FENÓMENO, MOVI- lugar, se dice, si el átomo posee ex-
la atención, sin ser una creación de la MIENTO), una multiplicación o pul- tensión debe ser infinitamente divi-
realidad, es algo que no se da por la verización del "ser único" de Par- sible, porque lo extenso se caracteriza
mera yuxtaposición de lo real y de la ménides, por medio de la cual se por la absoluta exterioridad de sus
conciencia atenta. La atención precisa conservan algunas de sus ventajas sin partes, y mientras tal exterioridad
el horizonte de la "visión". participar de todos sus inconvenien- no esté cumplida o manifiesta, habrá
Además de las obras de los auto- tes. La esfera eleática respondía a las siempre posibilidad de división.
res citados en el artículo, véanse: exigencias de la cabal racionalidad, Cuando ya no la haya, la propia rea-
Théodule Ribot, Psychologie de l'at- pero permanecía inerme frente al fe- lidad habrá desaparecido. En segundo
tention, 1885. — Harry E. Kohn, Zur nómeno que se veía obligada teórica-
Theorie der Aufmerksamkeit, 1895 término, y si se quiere evitar el
[Abhandlungen zur Philosophie und mente a excluir si quería conservar sin inconveniente anterior, será necesario
ihrer Geschichte, V]. — W. B. Pills- merma sus caracteres esenciales. Leu- suponer que el átomo no se compone
burg, L'attention, 1906. — E. Düpp, cipo, Demócrito, los epicúreos, man- meramente de extensión, sino que
Die Lehre von der Aufmerksamkeit, tuvieron, en cambio, la racionalidad posee alguna "interioridad". Si no se
1907. — Nicolás Apostolescu, Emo- del ente al atribuir a cada uno de los quiere admitir que esta interioridad es
tivitate si atentie, 1938. — A. Bal, átomos las notas del ser eleático y completamente de la misma
L'attention et ses maladies, 1952. al reducir la cualidad a cantidad y el naturaleza que lo íntimo, habrá que
ATHARVΑ-VEDA. Véase VEDA. cambio pleno a movimiento. Como suponer, de todos modos, que consiste
ÁTICO (fl. 170) coincidió con ocurre en tantos otros casos de la en una "fuerza", en una "tensión", en
Nicóstrato en defender la ortodoxia filosofía griega, llevaron así a sus una dynamis (atomismo de Boscovich,
platónica de toda mezcla con otras últimas consecuencias una posición teoría de Leibniz, mona-dologia
doctrinas y en particular en separar teórica; nada tiene, pues, de extraño physica de Kant). Con lo cual la
el platonismo del aristotelismo. Como que todo atomismo posterior haya existencia del átomo implicará
sucedió con Nicóstrato, los trabajos sido estimado por algunos como des- supuestos exactamente contrarios a
de Ático en defensa del platonismo arrollo y aun como mera copia del los propios del racionalismo meca-
fueron utilizados por varios neopla- atomismo antiguo. Esta actitud peca nicista de Demócrito. Resulta así que
tónicos (por ejemplo, Proclo). Ático por exceso; hay en el atomismo de para mantener el atomismo en sen-
combatió el aristotelismo en varios Demócrito propósitos y supuestos que tido metafísico habrá que partir de
puntos capitales: en metafísica, afir- no se revelan en el atomismo poste- una base opuesta a la que, cuando
mando la separación entre lo sensi- rior. Así Vittorio Enzo Alfieri (Cfr. menos históricamente, produjo su
ble y lo inteligible; en teología, de- op. cit. bibliografía, págs. 4 y sigs.) auge. Estas dificultades del atomismo
clarando que la divinidad no es un indica que la noción democriteana del fueron ya comprendidas por algunos
puro pensar en sí mismo, sino que átomo constituía no sólo una contri- escolásticos, los cuales trataron el
interviene en el mundo como provi- bución a la "visión física de la Natu- problema de la constitución atómica
dencia; en física y cosmología, ne- raleza", sino también un aporte a la de lo real desde el punto de vista de
gando la eternidad del mundo; en metafísica de la individualidad que un examen metafísico de la
psicología, sosteniendo la inmortali- fue recogido, entre otros, por Aristó- individualidad. Lo usual era rechazar
dad del alma en sentido platónico; teles. En todo caso, el citado atomis- el atomismo, pero algunos filósofos
en la teoría de las ideas, mantenien- mo representa un esfuerzo por acor- admitían como metafísicamente com-
152
ATO ATO ATO
probable la indivisibilidad del átomo. sobre todo a través de Epicuro y Europa durante la segunda mitad del
En efecto, decían, los átomos resul- Lucrecio, ha estado continuamente siglo XVII y todo el siglo XVIII, y
tan divisibles por su materia, pero in- presente en toda la historia del pen- fueron objeto de muy variadas contro-
divisibles por su forma. Otros, en samiento occidental. No menos no- versias. Muchos nombres podrían ci-
cambio, como Roger Bacon y Duns table es el atomismo árabe y judío, tarse de gassendistas y anti-gassendis-
Escoto, alegaban que como la forma cuyos orígenes históricos y sistemá- tas, maignanianos y anti-maignania-
del átomo exige una materia dotada ticos permanecen aún en considerable nos. En general, puede decirse que
de cantidad, exige también lo im- penumbra: lo más conocido y mani- la lucha en torno al atomismo fue
plicado en la cantidad: la divisi- fiesto de él es el atomismo de los sostenida por un lado por gassendistas
bilidad. mutacilitas, en muchos puntos pare- y maignanianos, y por el otro
La historia del atomismo es suma- cido al atomismo dinámico, pues sus (oponiéndose a él) por cartesianos
mente compleja. Ateniéndose sola- átomos no poseen extensión y son, y jesuitas, si bien hay que observar
mente a sus momentos principales, en rigor, fuerzas o, cuando menos, que no todos los filósofos de la citada
puede hablarse ya de una dirección formas. La filosofía medieval no ha tendencia y no todos los pensadores
atomista en la filosofía india, direc- rechazado siempre, como ya vimos, el de la mencionada Orden se opusieron
ción asombrosamente parecida a la atomismo; especialmente entre los al- al atomismo. Éste tuvo asimismo
griega si no hubiera que tener pre- quimistas fue frecuente la doctrina influencia en España. Como indica
sentes ciertos caracteres inherentes a corpuscular, pero ésta fue mantenida O. V. Quiroz-Martínez en su libro
la filosofía oriental ( VÉASE). El ato- también por filósofos, tales como La introducción de la filosofía mo-
mismo de Kanada (véase VAISESIKA] Guillermo de Conches, quien defen- derna en España ( 1949, especialmente
y el del jainismo (VÉASE ) son dos dió un atomismo basado en una teo- Cap. VII) autores como Alexandro de
ejemplos de tal tendencia. Puede ría de los elementa minima. En un Avendaño, pseudónimo de Juan de
asimismo rastrearse en la filosofía sentido parecido se movieron algu- Nájera (Diálogos philosophicos en
griega un atomismo que no corres- nas de las doctrinas físicas de Nicolás defensa del atomismo y respuestas a
ponde al tipo de Demócrito, pero de Autrecourt. Durante el Rena- las impugnaciones aristotélicas del
que no tiende menos que él a so- cimiento, y coincidiendo a veces con R. P. M. Fr. Francisco Palanco, 1716;
lucionar el gran problema eleático: doctrinas organológicas, el atomismo Maignanus redivivus, sive de vera
las homeomerías de Anaximandro y se perfiló y proliferó junto con el quidditate accidentium manentium in
toda doctrina que afirma la existen- aparente desplazamiento del aristo- Eucharistia, iuxta novoantiquam
cia de corpúsculos cualitativamente telismo. Nos limitaremos aquí a los Maignani doctrinam, dissertatio Phy-
distintos pertenece a esta esfera. Hay momentos más destacados. Ante todo, sico-Theologica in tres partes divisa,
así, por consiguiente, una historia del mencionaremos el atomismo monado- 1720; Desengaños Philosophicos, 1737
atomismo que difiere considerable- lógico de Nicolás de Cusa y el de [una retractación]), Diego Matheo de
mente en las diversas doctrinas —bien Giordano Bruno. También Descartes Zapata (Ocaso de las formas aristoté-
que puedan reducirse, en uno de sus sostiene en algunos puntos —princi- licas, que pretende ilustrar a la luz
extremos, a las concepciones cualita- palmente en la teoría de la luz— de la razón, el Doctor D. Juan Martín
tivas y cuantitativas de los átomos y una mecánica corpuscular, mas el de Lesaca, 1745) y Tomás Vicente
tal vez a las concepciones mecanicis- primado de lo continuo ( VÉASE ) en Tosca (VÉASE) siguieron el atomismo
ta y monadológica—, que posee in- el pensamiento de este filósofo hace de Maignan, en tanto que otros
fluencias todavía no bien precisadas que las afirmaciones atomistas deban como Martín Martínez (Philo-sophia
y que, en todo caso, responde a su- siempre ser acogidas con reservas. No sceptica extracto de la physica antigua,
puestos muy parecidos y constituye hay necesidad apenas de hablar del y moderna, recopilada en diálogos,
una de las respuestas esenciales al atomismo manifestado en los Princi- entre un Aristotélico, Cartesiano,
problema del ser metafísico y, a piorum philosophiae Cartesii (espe- Gassendista, y Sceptico, para
través de éste, al problema del ser cialmente Parte II, prop. V, sch. ), de instruccion de la curiosidad española,
físico. Sin duda, a lo largo de la Spinoza, y menos todavía de la teoría 1730 ) se inclinaron al atomismo de
Antigüedad, de la Edad Media y monadológica de Leibniz. Menos co- Gassendi. Según Ramón Ceñal, S. J.
de la Edad Moderna, el atomismo nocidos son los intentos de una serie (Cuadernos Hispanoamericanos, 1952,
ha persistido, ya de un modo patente de filósofos de la época: la atomística N° 35), hay un precursor de Tosca (y
o bien, como ha ocurrido con más antiaristotélica de Sebastián Basso Berni): es Juan Bautista Corachán en
frecuencia, de una manera velada, (Philosophia naturalis adversus Aristo- sus Avisos de Parnaso (compuestos
en ocasiones inadvertidamente mez- telem [1621]); el antiaristotelismo de en 1690) y en sus Rudimentos filosó-
clado con concepciones opuestas. No Claude Guillermet de Bérigard ( VÉA- ficos, o idea de una filosofía muy
ha sido infrecuente —y esto ha po- SE), quien aboga por un atomismo fácil de aprender (editados en 1747,
dido conducir en la época moderna cualitativo; la renovación epicúrea de con los Avisos, por Gregorio Mayáns).
a la opinión de la estricta separa- Jean Magnien o Magnenus (Demo- Esto no significa que los atomistas
ción entre el atomismo como solución critus reviviscens, 1646), la de Maig- españoles hubieran sido solamente
metafísica y el atomismo como solu- nan (VÉASE) y, finalmente, la culmi- los seguidores de los citados filósofos
ción física— la adopción de un aris- nación de la tendencia atomista en europeos. Menéndez y Pelayo (He-
totelismo junto al de un subyacente Pierre Gassendi. Todas estas doctri- terodoxos, Libro V, cap. 2) ha indi-
atomismo en la explicación física. En nas, especialmente las de Gassendi y cado que hay un atomismo español
todo caso, la física de Demócrito, Maignan ejercieron gran influencia en —que no tuvieron en cuenta suficien-
153
ATO ATO ATO
temente ni Mabilleau ni Lasswitz— teoría que corresponde enteramente acelerado de la física atómica a partir
representado sobre todo, en el si- a la realidad; para otros, de una hi- de estas fechas, con algunos de los
glo XVI, por el médico valenciano pótesis de trabajo; para otros, final- acontecimientos físico-teóricos más re-
Pedro Dolese en su Summa philoso- mente, de algo que corresponde sólo sonantes de los últimos tiempos —el
phiae et medicinae. Según Menéndez a la realidad "exterior", en tanto que principio de indeterminación de Hei-
y Pelayo, a este atomismo se acogie- la interior o "verdadera realidad" senberg, la mecánica ondulatoria de
ron "el Descartes español, Gómez sería, como dice Fechner, defensor Schrödinger y de Broglie, la aplica-
Pereira, que difiere de Cardoso en de esta posición, de carácter no ató- ción de la relatividad al átomo y las
sostener la corruptibilidad de los ele- mico. Huelga decir que las cuestio- leyes de Dirac, la confirmación en
mentos, y el Divino Valles, seguido nes sobre la constitución atómica de 1948 de la mecánica de Dirac, tras
por varios médicos y teólogos com- lo real fueron discutidas principalmen- algunos aparentes tropiezos experi-
plutenses, como Torrejón y Barreda". te, cuando se adoptaron puntos de mentales, por el instrumental ma-
Al atomismo de Dolese se habría vista filosóficos, al hilo de los proble- temático de Julián Schwinger, y la
vinculado el de Isaac Cardoso ( VÉA- mas suscitados por la naturaleza de nueva teoría del propio Schwinger
SE), pudiendo, pues, decirse que hay lo continuo ( VÉASE ). En la ciencia sobre el "cimiento cósmico" de la
dos fuentes para el atomismo espa- parece haber triunfado definitivamente materia y la energía— están, como
ñol: una vernácula y otra extranjera, el atomismo cuando, después de la es sabido, vinculados a los proble-
fuentes que posiblemente se mezcla- elaboración de las teorías químicas, mas de la constitución atómica de
ron en algunos autores. Sea como y sobre todo después de la crisis la realidad física. Desde entonces,
fuere, el atomismo fue durante toda de la física experimentada con la apa- además, giró el interés hacia la "fí-
esta época una cuestión candente en rición de las leyes del electromagne- sica del núcleo", una física que se
muchos países. Desde un punto de tismo y del desvío entre leyes electro- ha ido complicando progresivamente-
vista menos polémico y más atento a magnéticas y principios puramente te, hasta el punto de que resulta di-
los resultados científicos se destacó mecánicos, comenzó a desarrollarse fícil presentar un cuadro breve de
asimismo Robert Boyle, quien intentó la física del átomo propiamente di- su evolución en los últimos treinta
solucionar las mayores objeciones for- cha. Cierto que, aun en el instante años. Es posible, sin embargo, acla-
muladas contra el atomismo antiguo en que las teorías "corpusculares" se rar algo este complejo cuadro histó-
—derivación, a partir de un universo introducían con gran vigor en la fí- rico adoptando una división en tres
orgánico, de la ciega conjunción de sica, se negaba por algunos el ato- períodos de la teoría atómica contem-
corpúsculos y consiguiente pregunta mismo. El caso de Ostwald, que poránea que es ya común entre los
de por qué lo hecho por el hombre no todavía en 1895 publicaba su estudio historiadores de la física. El primer
resulta también de las fortuitas com- sobre La derrota del atomismo, es el período, que va de 1917 a 1932, es
binaciones de los átomos; negación de más claro y significativo, si bien no aquel en el cual se consideraba toda-
la imposibilidad de un átomo extenso hay que olvidar que para Ostwald vía posible obtener una imagen rela-
y no infinitamente divisible, etc.— la energética no se opone a la ato- tivamente simple de la estructura del
por la afirmación de un providencia- mística (Cfr. Die Philosophie der Ge- átomo. El segundo período, de 1932 a
lismo en las combinaciones atómicas genwart in Selbstdarstellungen, TV, 1951, es aquel en el cual aumentaron
y una indivisibilidad práctica unida a pág. 142); lo que Ostwald combate las complejidades citadas a medida
una divisibilidad teórica. Es sabido es la exclusiva preponderancia del que se iban descubriendo nuevas par-
hasta qué punto la teoría del átomo- punto de vista emético-mecánico, in- tículas. El tercer período, de 1951
fuerza de Boscovich ( VÉASE) ha in- fecundo, a su entender, para la elec- hasta la fecha, es aquel en el cual
fluido sobre algunas de las más sig- troquímica. Y, por lo demás, la física algunos físicos han estimado posible
nificadas doctrinas de orientación cuántica, que habitualmente se supo- lograr una unificación, aun cuando
atomista-monadológica, entre las cua- ne expresa la estructura "atomística" no se vea aún claramente en qué
les la de Kant debe ser contada entre de la energía, confirma, según puede consistir. Por ejemplo, todavía
las principales. Si nos limitamos ahora Ostwald, la energética, porque supone en 1932 se explicaba la estructura
al aspecto más propiamente científico que los últimos elementos son del átomo mediante dos partículas
del desarrollo histórico del atomismo, grupos energéticos invariables, en tan- elementales —el electrón y el neu-
veremos que en esta misma época to que la masa, el peso atómico, etc., trón— junto a una partícula de ener-
comienza a imponerse la teoría de serían variables (ibíd., pág. 143). Sea gía —el fotón o unidad de luz, pos-
una constitución atómica de lo real como fuese, el caso es que a partir tulado por Einstein en 1905— y una
físico por parte de ciertas direcciones aproximadamente de dicha fecha de gravitación — el gravitón. Se
predominantes de la ciencia natural. hubo un cambio decisivo (y favora- describía el átomo como compuesto
La teoría corpuscular de la luz, ble) en todo lo que concierne a la de protones (cargados positivamente)
defendida por Newton y no física del átomo. Desde entonces el alrededor del cual giraban los elec-
enteramente anulada a pesar del atomismo forma un capítulo esencial trones (de masa inferior a los pro-
triunfo casi inmediato de la teoría de la historia de la física contemporá- tones y cargados negativamente). En
ondulatoria de Huyghens, pertenece nea. La idea del átomo establecido 1932 Chadwick descubrió el neu-
a esta historia; lo mismo, naturalmente, por Lord Kelvin a fines del siglo XIX, trón, de aproximadamente la misma
la teoría de Dalton. El atomismo es, los sucesivos "modelos atómicos" masa que el protón y de carga neutra.
en todo caso, acerbamente discutido: (principalmente los de Rutherford, Así, el átomo se consideró compuesto
para algunos se trata de una 1911, y Bohr, 1913), el desarrollo de protones y neutrones, al-
154
ATO ATO ATO
rededor de los cuales giraban los eléctrica negativa. El efecto de la co- por un lado parece que se descubren
electrones. También en 1932 C. A. lisión entre el antiprotón y el protón incesantemente nuevas partículas, por
Anderson descubrió el positrón (pos- fue comprobado en el examen de el otro parece que algunos tipos de
tulado el mismo año por Dirac), placas fotográficas bombardeadas por partículas pueden reducirse a otros
partícula que tiene la misma masa rayos cósmicos a 30 kilómetros de al- (como ha ocurrido recientemente con
del electrón y carga positiva. El estu- tura, pero en 1955 se abrieron gran- ciertos tipos de mesones, incluyendo
dio de las partículas β emitidas por des perspectivas para el conocimiento el más reciente en el momento de
núcleos radiactivos condujo a un de dicha nueva partícula al ser pro- revisar este artículo [Setiembre,
problema de solución difícil. Las ducida en el "Bevatrón" de la Univer- 1961]: el llamado "mesón ω"). Los
leyes de la mecánica cuántica indi- sidad de California. Por fin, nuevas físicos prefieren por ello hablar de
caban que el núcleo puede solamente partículas, tales como el antineutrón, "familias de partículas elementales",
tener ciertos estados de energía complicaron extraordinariamente el y se refieren a unas 40 partículas dis-
discretos, de suerte que al pasar de cuadro. Si se tiene en cuenta, además, tribuidas en 20 familias. En conse-
un estado de energía al otro se emitía la doble estadística a que obedecen cuencia, no se sabe todavía si el es-
una partícula con la misma cantidad tales partículas (la estadística Bose- tudio de las partículas conducirá a
de energía determinada por la dife- Einstein para el fotón, el gravitón y una indefinida multiplicidad o a una
rencia entre tales estados. Como las los diferentes mesones τ, y la estadís- creciente simplificación. En tercer lu-
partículas β mostraban diversas me- tica Fermi-Dirac para el resto de las gar, se debate todavía mucho la na-
didas de energía no discretas, se plan- partículas) se comprenderá que haya turaleza y aun la existencia de ciertas
teó la necesidad o de introducir nue- habido en tiempos recientes intentos partículas. Ello ocurre especialmente
vas partículas o de modificar la me- de "reducción" de unas partículas a con los llamados "gravitones". Muchos
cánica cuántica. Siendo lo último in- combinaciones de otras: ejemplo de físicos se niegan a admitirlos, siquiera
aceptable, E. Fermi y Wolfgang ello es la tesis de Fermi según la como postulados. Otros (como
Pauli postularon en 1933 la existen- cual los mesones τ pueden ser con- Burkhard Heim), los han incluido en
cia de una partícula, llamada neutri- siderados como combinaciones de nu- sus ecuaciones. Además, se ignoran
no, emitida por el núcleo, además de cleones (protones y antiprotones) y aun muchos rasgos que pueden resultar
la partícula β. El neutrino (compro- antinucleones, o la tesis de Wentzel, básicos de las partículas. Así, por
bado experimentalmente en el Labo- según la cual los mesones τ pueden ejemplo, no se sabe nada acerca de si
ratorio de Los Álamos en 1956 por ser considerados como combinaciones la masa gravitatoria de las an-
un grupo de físicos bajo la dirección de mesones μ. Entre otros des- tipartículas es de signo positivo o de
de F. Reines y C. Cowan, Jr. ), no cubrimientos sobre la estructura del signo negativo. Finalmente, las que
solamente restablecía el equilibrio núcleo merece ser mencionado el de han solido llamarse "partículas ele-
perdido en las diferencias de energía, R. Hofstadter, H. R. Fechter y J. mentales" —tales como protones y
sino también otro equilibrio perdido A. McIntyre, en la Universidad de neutrones— empiezan a revelarse
en el spin o movimiento de rotación Stanford (California) en 1953. Según (con ayuda de los poderosos acelera-
de las partículas. Tenía una masa in- estos físicos, el núcleo del átomo no dores actuales, como el de Stanford,
ferior a la del electrón. En 1935 contiene las partículas (protones y con un poder de mil millones de vol-
Hideki Yukawa postuló la existencia neutrones) uniformemente distribui- tios) como sistemas complejos, com-
de otra partícula, el mesón, para ex- das, sino en tal forma que el centro puestos de núcleo y de dos "nubes"
plicar lo que hemos llamado el "ci- del núcleo es muchísimo más denso de mesones con carga positiva (en el
miento" que une las partículas del que la periferia. El núcleo puede ser protón) y con carga positiva el núcleo
núcleo. Los mesones eran de tres comparado a una masa tanto más y una de las "nubes" y carga nega-
tipos según las partículas "cimenta- "algodonosa" cuanto más alejada está tiva la otra "nube" (en el neutrón).
das". En 1934 se comprobaron en el del centro. Si nos atenemos a los resultados de
laboratorio la presencia de mesones Resumiendo, he aquí los nombres la física, podemos decir que el
de masa superior a la del electrón. de las principales partículas hoy día atomismo se ha impuesto definitiva-
A su vez, se comprobó la existencia admitidas, la mayor parte de ellas mente. Pero la cuestión es más com-
de mesones en abundancia en las identificadas mediante huellas produ- pleja cuando se plantea el problema
radiaciones cósmicas en la parte su- cidas en emulsiones nucleares. 1. Fo- de la interpretación de tales resulta-
perior de la atmósfera. Pero como tón. 2. Gravitón. 3. Nucleones (pro- dos o, mejor dicho, la interpretación
tales mesones eran sólo excepcional- tón, neutrón, antiprotón). 4. Lepto- de la teoría física. De hecho, como
mente absorbidos por núcleos de áto- nes (electrón, positrón, neutrino). las fórmulas de la física actual no
mos, Yukawa sugirió que había dos 5. Mesones (ligeros: p positivo, p ne- corresponden enteramente a repre-
tipos de mesones: el mesón pesado gativo, p neutral, μ positivo, μ nega- sentaciones intuitivas o a modelos
neutral (mesón τ) y el mesón ligero tivo; pesados: τ, θ, Χ, χ. 6. Hypero- mecánicos, toda conclusión filosófica
(mesón μ). El proceso de desin- nes (partículas Λ, Σ positiva y S ne- respecto a la constitución atómica
tegración del mesón neutral τ al dar gativa). de lo real resulta precipitada. Por
origen a dos fotones, sugirió ya en La tabla anterior es muy provisio- eso muchas discusiones acerca de la
1931 (P. A. M. Dirac) la introduc- nal. En primer lugar, deben añadir- constitución "corpuscular" u "ondu-
ción de una nueva partícula, un pro- se a las partículas descritas las anti- latoria" de la materia, acerca de si
tón negativo o antiprotón, de la misma partículas a que nos hemos referido lo que "realmente hay" son "partícu-
masa que el protón, pero de carga antes. En segundo lugar, mientras las", "complexos de ondas", "cor-
155
ATO ATO ATO
púsculos asociados con ondas-pilotos", que de carácter "ingenuo"; éste res- ción del lenguaje como compuesto
"nubes de probabilidad", etc., suelen ponde inevitablemente a ciertos su- de elementos verbales autónomos; en
estar viciadas por cierta forzada in- puestos de la mente y no puede elu- la didáctica, por el aprendizaje
terpretación pretendidamente, o so- dir totalmente los problemas de ín- analítico opuesto a la noción actual
lapadamente, "intuitiva" de las ecua- dole "especulativa". De todos mo- de globalización; en la propia grafo-
ciones físico-matemáticas. De modo dos, cierta distinción entre las for- logía, por la clásica interpretación
que la "equivalencia" de la mecánica mas del atomismo resulta ilumi- asociacionista-atomista, basada en for-
corpuscular con la ondulatoria no dice nadora si quieren evitarse precipi- mas de letras, formas de partes de
todo lo que se ha querido derivar de tadas identificaciones. Gaston Bache- letras, etc., que, según algunos (como
ella en orden a una "representación" lard ha establecido una de estas Ludwig Klages), debe ser sustituida
de los procesos físicos. Lo que, no distinciones en la cual el carácter por un análisis total-estructural que
obstante, puede ya enunciarse con histórico coincide con el sistemático. permite inclusive interpretar de
relativa seguridad es que las afirma- Habría, así, según dicho autor, un diversas maneras las mismas propie-
ciones atomistas no son enteramente atomismo o grupo de teorías atomistas dades de los signos. El atomismo es,
incompatibles con las tesis acerca del próximo al "realismo", un atomismo por consiguiente, un supuesto ge-
carácter "estructural" de la realidad positivista y un atomismo criti-cista. neral no advertido por el hombre
atómica, con las posiciones que de- El primero sería un atomismo ingenuo moderno. A este punto de vista se
fienden el predominio de los "cam- y de índole substancialista. El agregan en la actualidad las concep-
pos", de los "estados finales", etc., segundo podría en ocasiones llegar a ciones estructurales y totalistas, que
etc. Con lo cual puede decirse que una conciliación con el "realismo", pero pasan asimismo a fundamentar una
el atomismo actual no tiene por lo sus supuestos últimos serían casi parte de las investigaciones contem-
menos la misma significación que siempre de naturaleza idealista. El poráneas en todas las ramas de la
el antiguo. Éste implica un discon- tercero, en cambio, sería el atomismo filosofía y de la ciencia. Sin embar-
tinuismo por así decirlo arbitrario; propio de las últimas teorías científi- go, la aceptación de las ideas de to-
aquél no rechaza totalmente lo con- cas. Dentro de él surge, como especie talidad, estructura y otras similares no
tinuo. El atomismo antiguo distingue suya a veces y a veces como una forma significa que las concepciones atomistas
los átomos por caracteres externos, distinta de atomismo, el atomismo —inclusive en el sentido general del
tales como la posición o la figura; axiomático, que no se refiere sola- término 'atomismo' a que nos referimos
el atomismo de la física moderna y mente a los hechos, sino a las pro- aquí— hayan de descartarse por
sobre todo de la actual reconoce que posiciones que lo expresan (Les entero. Es muy posible que el
la "posición" del átomo en cada tipo intuitions atomistiques. Essai de clas- "método atomista" y el "método es-
de realidad puede hacer cambiar ra- sification, 1933, págs. 13-4). tructural" sean complementarios más
dicalmente el "comportamiento" de En sentido traslaticio, puede darse bien que contrapuestos y que cada
las partículas. Finalmente, como ha el nombre de atomista a todo un uno de ellos funcione como un "len-
hecho observar Cassirer (Zur Rela- período que comprende las concep- guaje" apropiado para describir ciertas
tivitätstheorie. Erkenntnistheoretische ciones científicas y filosóficas desde estructuras de lo real.
Betrachtungen, 1921, capítulo I), el el Renacimiento hasta el siglo XIX. Historia del atomismo: K. Lass-
átomo de la física moderna y con- Junto con el atomismo predominan witz, Geschichte der Atomistik, 1890,
temporánea (aun no pudiendo redu- en la filosofía moderna las nociones 2 vols. — L. Mabilleau, Histoire de la
cirse fácilmente a una idea unitaria philosophie atomistique, 1895. — O.
de racionalismo y mecanicismo. Estos A. Ghirardi, La individualidad del
las distintas imágenes proporciona- tres supuestos constituyen en cierto corpúsculo, 1950. — A. G. van Mel-
das por la química, por la teoría ci- modo el horizonte de la ciencia mo- sen, Het wijsgerig vorleden der atoom-
nética de los gases, por la doctrina derna. En la física se manifiesta el theoríe, 1941 ( El pasado filosófico de
de la radiación discontinua de la luz atomismo por la teoría atómica pro- la teoría atómica); trad. ing.: From
y del calor, etc.) se distingue del de piamente dicha; en la biología (o Atomos to Atom. The History of the
la filosofía natural antigua por un cuando menos en la genética) por la Concept Atom, (trad. esp.: Ayer y
carácter preciso: éste era —como ya hoy del átomo, 1957). — P. Rousseau,
teoría mendeliana según la cual cada Historia del átomo (trad. esp., 1952).
señaló Nicolás de Cusa— un mínimo gene representa un rasgo hereditario, — Atomismo antiguo: J. Masson, The
absoluto de ser; aquél es más bien de modo que los rasgos se transmi- Atomic Theory of Lucretius contrasted
un mínimo relativo de medida. Si al- ten como "unidades separadas" sin with Modem Doctrines of Atoms and
guna semejanza existe, por consiguien- quedar "mezclados" en el descen- Evolution, 1884. — V. Fazio-Almayer,
te, entre los dos atomismos, ella de- diente; en la psicología, por la des- Studi sull'atomismo greco, 1911. —
be buscarse más bien en el "modo composición de la vida anímica en C. Bailey, The Greek Atomists and
de conocimiento". En este sentido Epicurus, 1928 (véase también bi-
elementos últimos cuya reconstruc- bliografía en DEMÓCRITO, EPICURO,
puede declararse que ni el atomismo ción permite comprender los procesos EPICUREÍSMO). — Per. Collinder, "On
antiguo es tan poco experimental o, psíquicos de acuerdo con las leyes the Historical Origins of Atomism",
mejor dicho, empírico como se su- de asociación; en la metafísica, por Meddelande fran Lunds Astronomis-
pone, ni el moderno y contemporá- el predominio de las "naturalezas ka Observatorium, serie II, N° 91
neo es tan poco especulativo como simples" en sentido cartesiano; en (1938) — Collinder indica como pro-
se pretende. Aquél se basa, si no en las teorías sociales y políticas, por bable que los primeros atomistas
experimentaciones sensu stricto, por lo griegos hubiesen elaborado sus cos-
la constancia del individualismo; mogonías bajo la influencia de las
menos en ciertas experiencias, bien en la filología, por la considera-
156
ATO ATO ATO
más antiguas concepciones de la ciertas meditaciones sobre la matemá- que "x existe", puede todavía anali-
creación, de origen fenicio—. V. E. tica y del intento de embeber el len- zarse lógicamente en elementos más
Alfieri, Atomos idea. L'origine del guaje matemático en el lenguaje ló- simples ). Hay hechos que pueden lla-
concetto dell'atomo nel pensiero gre- gico. Ello correspondía a su idea de marse propiamente particulares, tales
co, 1953. — Atomismo árabe: S. Pi- que lo importante en el pensamiento
nes, Beiträge zur islamischen Ato- como los simbolizados en "Esto es
menlehre, 1936. — Atomismo hindú: filosófico es la lógica en la cual se blanco" y hechos que pueden ser lla-
A. B. Keith, Indian Logic and Ato- funda. La filosofía de Hegel y de sus mados generales, como los simboliza-
mism. An Exposition of Nyaya and seguidores tiene como base una lógi- dos en "Todos los hombres son mor-
Vaicesika Systems, 1921. — Atomismo ca monística, dentro de cuyo marco tales".
en el siglo XVIII: J. Fejér, Theo-riae "la aparente multiplicidad del mundo El lenguaje propuesto por el ato-
corpusculares typicae in Univer- consiste meramente en fases y divisio- mismo lógico es en intención un "len-
sitatibus Societatis Jesu saec. XVIII nes irreales de una sola Realidad in- guaje perfecto", es decir, uno que
et Monadologia Kantiana, 1951. — divisible" (Logic and Knowledge [Cfr. muestra de inmediato la estructura
Atomismo moderno (además de las infra], pág. 178). En el atomismo lógi-
obras generales supra ) : A. Wurtz, The lógica de lo que es afirmado o nega-
Atomic Theory, 1880. — F. H. co, en cambio, el mundo aparece co- do. El atomismo lógico es equivalente,
Loring, Atomic Theories, 1921 — mo una multiplicidad infinita de ele- pues, a un isomorfismo (VÉASE)
Para el atomismo contemporáneo, mentos separados. Estos elementos lógico. Aunque el atomismo lógico es,
además de las obras citadas en el son los átomos, pero se trata de áto- pues, una metafísica —y, como ha
texto y las mencionadas en FÍSICA, mos lógicos y no de átomos físicos. señalado J. O. Urmson, una metafí-
véase a modo de ejemplos: N. Bohr, Los átomos lógicos son lo que queda sica muy semejante a la de Leibniz,
Abhandlungen über Atombau, 1921. como último residuo del análisis ló- donde las mónadas corresponderían a
— M. Born, Vorlesungen über Atom- gico. los hechos básicos, y lo mismo que
mechanik, I, 1925. — H. Reichen- La lógica del atomismo lógico es
bach, Atom una Kosmos, 1930 (trad. las mónadas carecen de ventanas, los
esp.: Atomo y Cosmos, 1931). — W. esencialmente la desarrollada en los hechos atómicos existirían aisladamente
Heisenberg, Philosophie Problems of Principia Mathematica. En ella tene- unos respecto a otros—, se trata de una
Nuclear Science, 1952 (contiene, ade- mos un esqueleto lingüístico capaz de metafísica en la que, como señala
más, otras cuestiones sobre filosofía alojar todos los enunciados y combi- Russell (op. cit., págs. 270-1), se
de la física). — William Law Whyte, naciones de enunciados sobre lo que cumplen dos finalidades. Una, la de
Essay on Atomism. From Democritus to haya. Cada enunciado, simbolizado llegar teóricamente a las entidades
1960, 1962. — Yang Chen-ning, mediante una letra proposicional, des- simples de que está compuesto el
Elementary Particles: A Short History cribe un hecho, esto es, un hecho ató- mundo. Otra, la de seguir la máxima
of Some Discovertes in Atomic Phy- mico. Del mismo modo que los enun-
sics. — Véase también bibliografía de de Occam (o atribuida a Occam) de
INCERTIDUMBRE ( RELACIONES DE ). —
ciados se combinan por medio de co- no multiplicar los entes más de lo ne-
Varios autores, L' homme devant la nectivas (véase CONECTIVA), los he- cesario. Las entidades simples en
science, 1953 (especialmente la cola- chos atómicos se combinan formando cuestión no son propiamente hechos,
boración de E. Schrödinger). — Jo- hechos moleculares. Las combinacio- pues los hechos son "aquellas cosas
seph Mudry, Philosophy of Atomic nes de enunciados pueden dar origen que son afirmadas o negadas mediante
Physics, 1958. — El número de obras a tautologías, a contradicciones o a proposiciones, y no son propiamente
con exposiciones de la física atómica enunciados indeterminados. El len- de ningún modo entidades en el
contemporánea es muy numeroso; bi- guaje en cuestión se halla basado, mismo sentido en que lo son sus ele-
bliografías se encuentran en obras es- pues, en la noción de función de ver-
pecializadas o en libros de vulgariza- mentos constituyentes". Pues los he-
ción. — La obra de Fechner a que se dad ( VÉASE ). chos no pueden nombrarse; sólo pue-
alude en el texto es: Ueber die physi- Mediante esta lógica puede descri- den negarse, afirmarse o considerarse,
kalische und philosophische Atomleh- birse el mundo en cuanto compuesto si bien "en otro sentido es cierto que
re, 1855. — Cfr. también A. Hanne- de hechos atómicos. La naturaleza de no se puede conocer el mundo a me-
quin, Essai sur l'hypothèse des atomes estos hechos atómicos fue debatida nos que se conozcan los hechos que
dans la science contemporaine, 1895. con gran detalle por el propio Russell. constituyen las verdades del mundo;
ATOMISMO LÓGICO. La filosofía Lo común a todo hecho atómico es pero el conocimiento de los hechos
del atomismo lógico fue elaborada y el no ser ya analizable. Pero no to- es algo distinto del conocimiento de
expuesta por Bertrand Russell en una dos los hechos atómicos son iguales. los elementos simples".
serie de conferencias de 1918. Mu- Algunos se basan en entidades parti- Bertrand Russell, "The Philosophy
chas de las ideas de Russell al res- culares simbolizables mediante nom- of Logical Atomism", The Monist
pecto fueron resultado de sus discu- bres propios; otros, en hechos consis- XXVIII (1918), 495-527 y XXIX
siones con Ludwig Wittgenstein du- tentes en la posesión de una cualidad (1919), 32-63; 190-222; 345-80 (8
rante los años 1912-14, cuando éste por una entidad particular; otros, en conferencias dadas en Londres a co-
rumiaba algunas de las tesis que iban relaciones entre hechos (las cuales mienzos de 1918); reimp. en Logic
and Knowledge. Essays 1901-1950,
a aparecer en el Tractatus logico-phi- pueden ser diádicas, triádicas, etc.). 1956, ed. Robert Charles Marsh, págs.
losophicus y que pueden considerarse Los hechos atómicos no son, pues, ne- 177-281 (trad. esp.: Lógica y conoci-
como contribuciones decisivas a la cesariamente cosas particulares exis- miento, 1961). — Íd., íd., "Logical
tendencia aquí reseñada. tentes, pues éstas no hacen un enun- Atomism", en Contemporary British
Russell declaró que la filosofía del ciado verdadero o falso (supuesto Philosophy, I, 1935, ed. J. H. Muir-
atomismo lógico era consecuencia de head [véase cita de este texto en
157
ATR ATR AUR
RUSSELL ( BERTRAND)]; reimp. en una distinctio rationis, y aun, como AUROBINDO (GNOS H S R I)
Logic and Knowledge, págs. 323-43. Santo Tomás señala, una distinctio (1872-1926) recibió su educación en
— Ludwig Wittgenstein, Tractatus, rationis ratiotinatae. Para Duns Es- Inglaterra —en Londres y en Cam-
especialmente 1; 1.1; 1.11; 1.2; 2; coto, en cambio, la distinción no se
2.01; 2.011; 2.012; 2.0124; 2.013; bridge (King's College)— y, después
produce por el modo antes dicho, de participar en las luchas políticas
2.021; 2.0231; 2.032; 2.0272. — La sino que es una distinción actual for-
referencia a Urmson procede de su li- como uno de los adalides del ala na-
bro Philosophical Analysis. Its Deve- mal procedente de la naturaleza de la cionalista radical del Congress Party
lopment Between the Two World cosa; por lo tanto es una distinción indio, se trasladó a Pondichéry, don-
Wars, 1956, pág. 16. triple referida, primero, a las nocio-
nes pertenecientes a la cosa; segun- de se consagró a la vida espiritual,
ATRIBUTO es en lógica algo que formando numerosos discípulos y se-
se afirma o niega del sujeto. El atri- do, a la cosa misma independiente-
mente del pensamiento de un sujeto; guidores.
buto se confunde, pues, a veces con Aurobindo desarrolló una doctrina
el predicado y es el efecto de atri- tercero, a la independencia de las
formalidades entre sí. metafísico-teológica a la vez emana-
buir, kathgorei=n, algo al Sujeto, de tista y evolucionista, incorporando a
Otro fue el uso inaugurado por
darle una atribución, predicamento o Descartes y continuado por Spinoza. ella elementos procedentes de las
categoría. El término 'atributo' se Descartes señala (Princ. phil, I, 56) Upanisad ( VÉASE), de la escuela Yo-
emplea a veces también en sentido que el atributo es algo inamovible e ga ( VÉASE ) y de la tradición idealista
metafísico para distinguirlo del pre- inseparable de la esencia de su sujeto, de Occidente. Ante todo subrayó la
dicado lógico; en este caso, el atri- oponiéndose entonces el atributo al unidad de Brahma, el cual concibió
buto es un carácter o cualidad de modo ( VÉASE). El atributo, escribe como un Absoluto reclamado por la
la substancia. Según Aristóteles, hay Spinoza, es "lo que el intelecto razón si ésta quiere salir de sí
ciertos accidentes que, sin pertenecer conoce de la substancia como cons- misma y de su propia insuficiencia.
a la esencia de un sujeto, están fun- tituyendo su esencia" (Eth., I, def.
dados en tal esencia; así, el hecho de Brahma es la unidad que se derrama
IV ). En cambio, el modo es el ca- evolutivamente en la multiplicidad y
que un triángulo tenga sus tres án- rácter accidental y constituye las di-
gulos iguales a dos ángulos rectos que tiene las tres propiedades del Ser,
ferentes formas en que se manifiestan de la Fuerza-Conciencia y de la Bea-
(Met., Δ 30. 1025 a 30). Este tipo las cosas extensas y pensantes como
de "accidente esencial" puede lla- titud. La realidad es producto de la
individualidades que deben su ser a
marse "atributo". Se trata de "predi- la extensión y al pensamiento, es de- emanación y diferenciación de lo Ab-
cados por sí mismos", como dice Aris- cir, a los atributos de la substancia soluto; de éste surge, como de una
tóteles en otro lugar (An. post., I. 22, (ibid. def. V). Extensión y pen- fuente inagotable, el mundo todo, que
83 b 19). Un mismo predicado puede samiento son, pues, atributos o ca- se despliega en una serie de formas
ser esencial o en sí mismo en unos racteres esenciales de la realidad. hasta llegar a la materia. A la vez la
casos y accidental en otros, como ocu- Para Spinoza, la substancia infinita materia contiene en potencia las for-
rre con el predicado "color", el cual comprende un número infinito de mas superiores, hacia las cuales va
pertenece al blanco por sí mismo, pero atributos, de los cuales el intelecto evolucionando. El hombre representa
sólo accidentalmente a Sócrates conoce solamente los citados. Los el momento principal del proceso de
(Filopón, 252.10, cit. por J. Tricot, modos son, en cambio, las limitacio- reabsorción del mundo en "la Vida
en trad. de Organon, IV, 1947, pág. nes de los atributos, las afecciones Divina", pero con el fin de que se
113, nota 6). de la substancia. lleve a cabo plenamente tal reabsor-
Entre los escolásicos el término Para el concepto de atributo en la ción es menester que el hombre su-
'atributo', attributum, se usaba pri- filosofía judía medieval: D. Kauf- pere su deseo de lo múltiple y par-
mann, Geschichte der Attributenlehre
mariamente para referirse a Jos atri- in der jüdischen Religionsphilosophie ticular. El instrumento capital de esta
butos de Dios, reservándose los otros des Mittelalters von Saadja bis Mai- superación es la práctica del Yoga in-
términos ( predicado, predicamento, muni, 1877. — Para el concepto de tegral (Hatha Yoga), serie de ejerci-
etc.) para los conceptos de orden atributo en Spinoza: E. Bêcher, cios espirituales que llevan al hombre
lógico u ontológico. Sin embargo, el Der Begriff des Attributes bei Spi- a la pura vida contemplativa y a su
atributo comenzaba por ser definido, noza in seiner Entwicklung und inmersión en la Vida Divina. El pri-
en general, dentro del orden metafí- seinen Beziehungen zu den Begriffen
der Substanz und des Modus, 1905 mer estadio en este proceso de divi-
sico, como la propiedad necesaria a [Abhandlungen zur Philosophie und nización es la formación de un hombre
la esencia de la cosa y, por consi- ihrer Geschichte, XIX]. — David superior, de un nuevo "primer
guiente, parecía establecerse una Neumark, Geschichte der jüdischen hombre", germen de la transforma-
equiparación entre la esencia y Philosophie des Mittelalters nach ción y divinización del mundo.
los atributos. En verdad, lo que Problemen dargestellt. Bd. II. (Attri- Obras principales: Basis of Yoga,
ocurría es que en las cosas creadas butenlehre), 1910. Se refiere a la
teoría de los atributos no sólo en los 1936. — The Life Divine. The Philo-
había, efectivamente, distinción real filósofos judíos medievales, sino tam- sophy of Sri Aurobindo, 3 vols., 1942.
entre esencia y atributos. Pero en la bién en Grecia, especialmente Platón, — The Human Cycle, 1949. — Lights
realidad divina no había tal distinción así como en la Biblia con relación a on Life-Problems, 1950. — On Yoga.
real entre atributos y esencia, ni tam- "los nombres de Dios", etc. I: The Synthesis of Yoga, 1950. —
poco entre los atributos dentro de sí AURIOL (PEDRO). Véase PEDRO The Foundation of Indian Culture,
mismos. La distinción ( VÉASE ) era AURIOL.
1954. _ Biografía: A. B. Purani, Life
of S. A. (1872-1962), 2a ed., 1960. —
158 Véase S. K. Maitra, An Introduction to
AUS AUT AUT
the Philosophy of S. A., 1942. — Íd., je constativo", y la elaboración de métodos usados para producir la au-
íd., The Meeting of East and West in esta distinción hasta llegar a la for- tarquía eran también diferentes en
S. Aurobindo's Philosophy, 1956.—N. mulación de una teoría de las que cada escuela. Así, los cínicos se va-
K. Gupta, The Yoga of S. A., 2 vols., llamó "fuerzas elocucionarias" de cier- lían sobre todo del desprecio a las
1948-50. — S. Bahrati, The Integral tas expresiones. Nos hemos extendido convenciones; los epicúreos, del re-
Yogi of S. A., 1949. — H. Chaudhuri, sobre estos puntos en el artículo Eje- traimiento en el círculo de los ver-
The Philosophy of Integralism, or the
Metaphysical Synthesis inherent in the cutivo ( VÉASE ), que puede conside- daderos amigos y la satisfacción de
Teaching of S. A., 1954. — A. C. Das, rarse un complemento del presente. las necesidades corporales indispen-
S. A. and some Modem Problems, Trabajos: "Are There A Priori Con- sables; los estoicos, de la resistencia
1958. — H. Chaudhuri y F. Spiegel- cepts?" Proceedings of the Aristotelian y endurecimiento frente a las adver-
berg, eds., The Integral Philosophy of Society. Sup. Vol. XVIII (1939), sidades. Análoga variedad existía res-
S. A., 1960 (con colaboraciones de 83-105. — "Other Minds", Ibíd., XX pecto a lo que se suponía que cau-
Ch. A. Moore, P. A. Sorokin, N. Smart (1946), 148-87. — "Truth", Ibíd., saba y no causaba desasosiego y res-
et al). — V. P. Varma, The Poli- XXIV (1950), 111-28. — "How To pecto a lo que el sabio necesitaba
tical Philosophy of S. A., 1961. Talk", Proceedings of the Aristotelian
Society. Ν. S. LIII (1952-53), 227- en el ejercicio de su virtud. Así,
AUSENCIA. Véase NEGACIÓN, PRI- mientras algunos filósofos acentuaban
VACIÓN.
46. — Ifs and Cans, 1956 [British
Academy Annual Philosophical Lec- de un modo radical el ideal de la
AUSTIN (J[OHN] L[ANGSHAW]) ture], — "A Plea for Excuses", Proc, autosuficiencia, otros manifestaban
(1911-1960), profesor de Filosofía of the Arist. Soc. N. S. LVII ( 1956- que algunas otras condiciones eran
Moral en la Universidad de Oxford, 57). — "Pretending", Proc, of the necesarias para lograr la eudemonía.
fue uno de los más influyentes repre- Arist. Soc. Sup. Vol. XXXII (1958), Entre estos últimos podemos mencio-
sentantes del "análisis del lenguaje 261-78. — Colección de trabajos en el nar a Panecio, el cual indicaba que
corriente" practicado en Oxford ( VÉA- volumen Philosophical Papers, 1961, sin salud y aun sin la posesión de
SE ) bajo la inspiración en gran parte ed. J. O. Urmson y G. J. Warnock, —
Sensé and Sensibiha, 1962 [recons- unas ciertas riquezas no puede exis-
del último Wittgenstein. A diferencia tir la felicidad y, por consiguiente,
de Wittgenstein, sin embargo, Austin trucción por G. J. Warnock a base de
notas manuscritas]. — How to Do implicaba que la pura y simple auto-
consideró que el examen detallado del Things with Words, 1962, ed. J. O. suficiencia podía engendrar la inquie-
uso ( VÉASE) de ciertas expresiones Urmson [The. W. James Lectures. tud que el filósofo se proponía eli-
nos proporciona luz sobre diversos Harvard University, 1955]. minar.
modos como son las cosas o las situa- A. Ambrose, M. Black et al., artícu-
ciones a que tales expresiones se re- los en Philosophy, XXXVIII (1963), AUTENTICIDAD, AUTÉNTICO.
fieren. Los enunciados pueden, y de- 201-63. — Mats Furberg, Locutionary Se dice de algo que es auténtico cuan-
ben, clasificarse en "modos de decir" and Illocutionary Acts: A Main Theme do se establece sin lugar a dudas su
y los varios modos de decir indican in }. L. Austin's Philosophy, 1963. identidad, es decir, cuando se esta-
algo sobre la variedad de cosas y fe- AUTARQUÍA. Una de las condi- blece de modo definitivo que es cierta
nómenos de que dicen algo. El len- ciones para conseguir el estado de y positivamente lo que se supone ser.
guaje corriente ha ido fijando, en el eudemonía (VÉASE) —felicidad, tran- Se habla entonces de "un cuadro au-
curso del tiempo, ciertos matices que quilidad o paz del espíritu— era, se- téntico de Rubens", de un "diamante
corresponden a otros tantos fenóme- gún algunas escuelas socráticas y he- auténtico", etc. En filosofía, los tér-
nos, y el análisis de tales matices es lenísticas, la liberación de toda in- minos 'autenticidad' y 'auténtico' son
necesario para comprender la diver- quietud. Como se suponía que ésta aplicados por algunos pensadores es-
sidad de los fenómenos. Austin dis- era producida por el deseo de las co- pecialmente, no exclusivamente, a la
tinguió, además, entre modos de decir sas externas que no pueden alcanzarse existencia humana, y a otras realida-
tales como "describir algo como algo", sin esfuerzo y sinsabor, se recomen- des solamente en cuanto son función
"llamar algo a algo", "indicar que daba, en la medida de lo posible, el de tal existencia. Se dice entonces que
algo es algo". Particular atención desasimiento de los bienes extemos un determinado ser humano es autén-
prestó a lo que llamó "enunciados y el atenerse únicamente a lo que tico cuando es, o llega a ser, lo que
ejecutivos" (performative utterances) y estuviera en manos del sujeto. De verdadera y radicalmente es, cuando
a sus variedades. Tales enunciados lo este modo se conseguía el gobierno no está enajenado. Sin embargo, en
son de acciones más bien que ser de sí mismo o autosuficiencia que ciertas ocasiones puede considerarse
enunciados acerca de acciones. Ejem- recibieron el nombre de autarquía. que la enajenación (v.) es uno de los
plos de los mismos son "Prometo". La autarquía fue, pues, identificada rasgos esenciales de la existencia hu-
Es un error considerar que el lenguaje con la felicidad y con la virtud. mana, de modo que en tal caso el
—cuando menos el lenguaje cog- El ideal autárquico se hallaba ya estar enajenado, y aun de modo más
noscitivo— es solamente descriptivo. implicado en muchas de las recomen- radical el no ser sí mismo, es uno de
En ciertas formas de lenguaje cog- daciones de Sócrates. Fue propugna- los caracteres del auténtico ser.
noscitivo hay afirmaciones de creen- do y elaborado sobre todo por los Ortega y Gasset ha hablado con
cia más bien que afirmaciones de co- cínicos, los epicúreos y los estoicos, frecuencia de autenticidad e inauten-
nocimiento. pero con distintos grados y propósi- ticidad en el hombre como caracteres
Entre las más conocidas contribu- tos. Hemos descrito estos últimos en ontológicos de la realidad humana.
ciones de Austin figura su distinción los artículos consagrados a las men-
En 1916 (Obras, II, 84-85) describía
entre "lenguaje ejecutivo" y "lengua- cionadas escuelas. En cuanto a los
un "yo auténtico" como la "base in-
159
AUT AUT AUT
sobomable" de una vida humana; el sein existe, por tanto, o auténtica o impulsión determinada responde un
"yo auténtico" es, en rigor el "yo inauténticamente, bien que para los número determinado de movimientos.
insobornable", esto es, el yo que, en efectos de su descripción y análisis Según Descartes, los animales son
el fondo y radicalmente, no puede de- pueda ser concebido como si estuviera autómatas, es decir, reaccionan de
jar de ser lo que es. Pero justamente en un "modo indiferenciado" (op. una forma mecánica a las excitacio-
porque el hombre puede ser auténti- cit., $ 12). nes externas, a diferencia del hom-
co, puede ser también inauténtico; en Muchos otros filósofos contemporá- bre, que posee alma y voluntad (véase
otras palabras, la inautenticidad es neos (por ejemplo, Jaspers y, en ge- ALMA DE LOS BRUTOS). El auto-
uno de los caracteres fundamentales neral, muchos de los llamados "exis- matismo constituye un problema de
de la realidad humana, junto a la au- tencialistas" ) han hecho uso de los la psicología dentro del cual se con-
tenticidad —y hasta puede decirse, términos 'autenticidad' y 'auténtico' o sideran los llamados movimientos re-
reiterando de otro modo lo que indi- de variantes suyas. En algunos casos, flejos. El automatismo de los actos
camos antes— que la inautenticidad estos usos derivan de alguno de los psicológicos no es idéntico en todos
es una de las formas —bien que de- autores antes mencionados. En otros sus grados; por el contrario, ofrece
fectiva— de ser "sí mismo". En efec- casos deben cuando menos algo a gran número de variantes y suele
to, las cosas no pueden dejar de ser ciertas tradiciones de pensamiento, abandonar su carácter aparentemente
sí mismas, de ser lo que son. En cam- por lo demás muy diversas entre sí, mecánico a medida que va penetrando
bio, el hombre puede dejar de ser lo cual ocurre, por ejemplo, con la idea en la esfera de la conciencia. La
que es. pascaliana de "distracción" (que ex- intervención de la voluntad puede
Cuando el hombre llega a ser lo presa la realidad humana en su inau- desviar el automatismo de los actos
que es, entonces su vida es propia. El tenticidad) con la idea hegeliana (y o puede ser también una de las causas
hombre cumple entonces con su voca- también marxista) de la enajenación productoras de un número
ción radical y con su "destino". Orte- (que expresa una fase en cierto pro- determinado de movimientos automá-
ga y Gasset equipara a veces 'autenti- ceso "dialéctico" de la realidad hu- ticos. Por la gradación del automa-
cidad' con 'realidad' (Obras, VI, 400); mana). No siempre, sin embargo, se tismo se tiende a considerar como
en tal caso, el ser auténtico equivale ha intentado precisar el significado de mecánicos a los movimientos inferio-
al ser más real — pues el sentido de 'autenticidad' y 'auténtico' desde el res más alejados de la conciencia,
'es real' es entonces distinto del que punto de vista de una ontología sufi- y como propiamente automáticos a
tiene este predicado cuando se aplica cientemente desarrollada y, junto a aquellos que tienen su desenvolvi-
a una realidad no humana. ello, de una ontología en la cual des- miento ya dentro de la concien-
Heidegger ha hablado de autenti- empeñen asimismo una función im- cia, aun cuando casi siempre en su
cidad ( Eigentlichkeit ) e inautentici- portante términos tales como los de umbral.
dad (Üneigentlichkeit) como modos 'identidad', 'mismidad', 'ipseidad', etc. Nos hemos referido principalmente
de ser básicos del Dasein ( VÉASE ). Nos hemos referido con más detalle a al sentido psicológico de 'automáti-
(Se han empleado también a este este punto en el libro El ser y la muerte co' y 'automatismo', pero al comienzo
efecto los términos 'propiedad' e 'im- (1962), especialmente §§ 23 y 24, hemos tocado ya brevemente el pro-
propiedad', asimismo perfectamente donde, por un lado, la autenticidad blema de una definición más amplia
aceptables; sin embargo, nos hemos (allí llamada "propiedad" o, mejor, de estos términos. Los desarrollos
decidido aquí en favor de los vocablos "apropiación") es vista como un "irse científicos y técnicos de los últimos
'autenticidad' —y 'auténtico'— e 'in- haciendo" (a sí mismo), pero donde, años confirman la necesidad de explo-
autenticidad' —e 'inauténtico'— sim- por otro lado, es considerada como rar semejante ampliación. Se habla
plemente por haber reservado los tér- modo de ser (ontológico) de un cuer- mucho, en efecto, en la ciencia y en
minos 'propiedad' y 'propio' para po, el cual puede ser también como la técnica, no sólo de automatismo,
referirnos a uno de los Predicables ipseidad, identidad, etc. sino también de automación o auto-
(véase PREDICABLES; PROPIEDAD, PRO- AUTOGNOSIS. Véase DILTHEY matización (automation). El automa-
PIO)]. El Dasein puede, en efecto, ( WI LHE LM ). tismo es la característica de las má-
"elegirse a sí mismo", es decir, "ga- AUTOMATISMO. Se llaman auto- quinas capaces de llevar a cabo una
narse", en cuyo caso se apropia a sí máticos los movimientos que tienen serie de operaciones sin más inter-
mismo y se hace "auténtico". Puede lugar en un objeto sin aparente im- vención humana que la de la cons-
también "no elegirse a sí mismo", es pulsión externa y, por consiguiente, trucción de la máquina y su puesta
decir, "perderse", en cuyo caso deja los movimientos que parecen tener en funcionamiento. La automación o
de apropiarse a sí mismo y se hace su origen en el interior propio del automatización es la característica de
"inauténtico" — no llega a ser lo que objeto considerado. Por extensión se las máquinas capaces de conducirse
es. Heidegger advierte al respecto califican de automáticos aquellos mo- a sí mismas según ciertas normas da-
que la inautenticidad [impropiedad] vimientos que se repiten en formas das más variadas y flexibles que las
no es un modo de "ser menos" o un limitadas y determinadas aun cuando que corresponden al mero automa-
grado de "ser inferior" con respecto a haya un acto de excitación o impul- tismo. Así, una máquina automática
la autenticidad [propiedad] ( Sein und sión externa; así se habla de los puede fabricar planchas de metal eje-
Zeit, 5 9). Al Dasein le es inherente movimientos automáticos psicológicos cutando todas las operaciones que
el ser "suyo" —a cada Dasein, pues, ajenos a la voluntad o de los movi- llevan a este fin, de modo que no
el ser "mío"— como condición de mientos automáticos de un mecanis- haya intervención humana desde el
autenticidad e inautenticidad. El Da- mo regulado de tal forma que a cada momento en que recibe el material
160
AUT AUT AVE
y la entrega del producto terminado. constituye, según Kant, la autonomía el formalismo de todo imperativo va-
Una máquina automatizada, en cam- de la voluntad (véase BUENA VOLUN- cío por medio de la fundamentación
bio, puede no solamente fabricar au- T AD ), por la cual se hace posible del conocimiento moral en instancias
tomáticamente tales planchas, sino el imperativo ( VÉASE) categórico. En superiores a la propia persona o en
también regular por sí misma el espe- su Fundamentación de la metafísica personas a quienes se juzgue dignas
sor y otras características de ellas, de las costumbres, por ejemplo, indica de alcanzar un mayor conocimiento
modificando sus operaciones de acuer- Kant que la autonomía de la voluntad moral.
do con los resultados previstos (es es la propiedad mediante la cual la AUTRECOURT (NICOLÁS DE).
decir, de los modelos propuestos). voluntad constituye una ley por sí Véase NICOLÁS DE AUTRECOURT.
La máquina automatizada comprueba, misma (independientemente de cual- AVEMPACE (Abu Bakr Muham-mad
pues, por sí misma las condiciones de quier propiedad de los objetos del bn Yahya bn al-Sa 'ig Ibn Bayya),
su trabajo. De este modo, la auto- querer). El principio de autonomía nació en Zaragoza a fines del siglo
matización en la esfera técnica pone reza, pues: "Elegir siempre de tal XI, vivió un tiempo en Sevilla, luego
en juego los resultados de la ciber- modo, que la misma volición abarque en Granada y, finalmente, en Fez
nética a que nos hemos referido en las máximas de nuestra elección como (Marruecos), donde falleció en 1138.
Comunicación ( VÉASE ). ley universal." Si un acto es Autor de varios tratados de lógica,
P. Janet, L'automatisme psycholo- determinado por algo ajeno a la vo- matemática, astronomía, medicina y
gique, 1888. — J. von Neumann, E. luntad, es atribuido, consiguientemente, filosofía —casi todos ellos perdidos—
F. Moore, J. T. Culbertson, A. Ashby a una coacción externa y no es , es conocido sobre todo por su obra
y otros autores, Autómata Studies, titulada Guía del solitario o también
concebido como moral. En cambio, Régimen del solitario (Tadbir al-
1956, ed. C. E. Shannon y J. McCar- la heteronomía de la voluntad cons-
thy. Para la cuestión del automa- Mutawahhid) en la cual se exponen los
tituye, al entender de dicho autor, el diversos grados de conocimiento que
tismo en el sentido del último párrafo, origen de los principios inauténticos
véase la bibliografía de COMUNI - va alcanzando el hombre desde el
de la moral. Mientras los defensores conocimiento de las cosas hasta la
CACIÓN (I).
de la heteronomia creen que no hay substancia separada de toda materia,
AUTOMATISMO DE LAS BES- posibilidad de moral efectiva sin un substancia una y común a los diversos
TIAS. Véase ALMA DE LOS BRUTOS. fundamento ajeno a la voluntad (ya entendimientos posibles. Este ascenso
AUTONOMÍA se llama el hecho sea en la Naturaleza, ya sea en el del conocimiento corresponde al
de que una realidad esté regida por reino inteligible, ya sea en el reino de ascenso desde la vida instintiva a la
una ley propia, distinta de otras le- los valores absolutos, ya sea en vida intelectiva, liberada de toda
yes, pero no forzosamente incompa- Dios), Kant estima que todos los materia y que es una directa
tible con ellas. En el vocabulario fi- principios de la heteronomia, sean emanación del entendimiento activo.
losófico el término 'autonomía' suele empíricos (o derivados del principio La culminación de este movimiento
emplearse en dos sentidos. de felicidad y basados en sentimientos de ascenso parece ser de carácter
1. Sentido ontológico. Según el físicos o morales) o racionales (o místico, pues al llegar a la
mismo, se supone que ciertas esferas derivados del principio de perfec- contemplación de la substancia
de la realidad son autónomas respec ción, que puede ser ontológico o teo- separada se alcanza al mismo tiempo
to de otras. Así, cuando se postula una especie de identificación con la
lógico), enmascaran el problema de fuente superior de la cual deriva todo
que la esfera de la realidad orgánica la libertad de la voluntad y, por lo
se rige por leyes distintas que la es conocimiento, fuente en la cual ya no
tanto, de la moralidad auténtica de hay contraposición entre materia y
fera de la realidad inorgánica, se dice los propios actos. Algunas de estas forma o entre ser y pensar. El
que la primera es autónoma respecto concepciones, dice Kant, son mejores Régimen del solitario se conservó en
de la segunda. Tal autonomía no im que otras — por ejemplo, la con- un compendio dado a conocer por S.
plica que una esfera determinada no cepción ontológica de la perfección Munk, Mélanges, de philosophie juive
se rija también por las leyes de otra que se da dentro de los principios et arabe, 1859, reimp. 1927, 1955. —
esfera considerada como más funda racionales es, a su entender, mejor Hay tratados inéditos de Avempace en
mental. Así, en la llamada ley de que la concepción teológica, que de- la Biblioteca del Escorial y en la de
autonomía propuesta por Nicolai riva la moralidad de una voluntad Berlín. Ediciones y traducciones de
Hartmann, los reinos superiores del divina absolutamente perfecta. Los textos del filósofo por M. Asín
ser se rigen por las mismas leyes que partidarios de esta última derivación Palacios. "Tratado de Avempace sobre
los reinos inferiores y, además, por suelen llamarse adhérentes a una la unión del intelecto con el hombre
otras leyes propias consideradas como moral teónoma. (Kalama fi ittisal al-'agl bi-l-insan) y
autónomas. En igual oposición a las tenden- la 'Carta de Adiós' ( Risalat al-wida ) de
2. Sentido ético. Según el mismo cias autónomas y a las heterónomas, Avempace", Al-Andalús (1942), 1-47
se afirma que una ley moral es autó Scheler defiende en su apriorismo (1943), 1-87). En 1946 Asín Palacios
noma cuando tiene en sí misma su publicó el texto árabe y la trad.
moral material una actitud interme- española del filósofo zaragozano
fundamento y la razón propia de su dia por la cual se otorga autonomía
legalidad. Este sentido ha sido ela Avempace", Re-Régimen. Véase M.
a la personalidad en cuanto soporte Asín Palacios, "El vista de Aragón, I
borado especialmente por Kant y ha de los valores morales y entidad en- (1900), 193-7, 234-8, 278-81, 300-302,
sido admitido por otros autores como cargada de la realización de la con- 338-40; II (1901), 241-6, 301-303,
Cohen, Natorp y Renouvier. El eje ducta moral, pero se intenta evitar 348-50. — U. A.
de la autonomía de la ley moral lo
161
AVE AVE AVE
Farrukh, Ibn Bajja and the Philoso- de Avenarius figuran Joseph Petzoldt doba, discípulo de Abentofail, es el
phy in the Moslem West, 1945. (VÉASE), así como Rudolf Willy (na- más eminente de los filósofos árabes.
AVENARIUS (RICHARD) ( 1843- cido en 1855), también influido por Ejerció de juez en Sevilla y Córdoba
1896), nacido en París, fue profesor Mach y por el inmanentismo. Willy y si bien durante muchos años estuvo
desde 1877 en la Universidad de sostiene un "monismo primario" según en buenas relaciones con el trono, al
Zurich. Su punto de vista, designado el cual hay una "experiencia total" de sobrevenir una reacción contra las in-
con los nombres de "empiriocriticis- todas las conciencias que actúa como terpretaciones filosóficas del dogma
mo" (VÉASE) o "filosofía de la expe- una global sensibilidad espacio-tem- fue acusado de herejía y deportado,
poral y que convierte lo real en un falleciendo en Marruecos. La tradición
riencia pura", pertenece a la corriente fluir continuo de sensaciones dentro
general del positivismo científico, tal del cual actúan los complexos parti- aristotélica árabe llega a culminación
como era defendido especialmente por culares, dinámicamente conjugados y madurez en Averroes, autor de nu-
los partidarios de la física descriptiva con el todo ( Gegen die Schulweisheit, merosos comentarios a los textos del
y por algunos representantes de la eine Kritik der Philosophie, 1905. — Estagirita que influyeron de modo
filosofía de la inmanencia. Según Die Gesamterfahrung vom Gesicht- considerable sobre la escolástica. Ade-
Avenarius, la experiencia debe ser spunkt des Primärmonismus, 1908. — más de sus paráfrasis y comentarios a
depurada de todo supuesto me- Idéal und Leben, 1909, así como va- Aristóteles escribió una refutación de
tafísico; lo que conduce a la meta- rios trabajos en la Vierteljahrschrift Algazel titulada Destrucción de la des-
física es pura y simplemente la in- für wissenschaftliche Psychologie so- trucción (Tahafut al-Tahafut), una
troyección, la proyección a lo externo bre el empiriocriticismo y el "con- obra sobre la concordancia de la reli-
de los elementos pertenecientes a las cepto natural del mundo"). También gión con la filosofía, un tratado sobre
representaciones internas. Para evitar Karl Hauptmann (1858-1921: Die el entendimiento potencial y material,
Metaphysik in der modernen Physio-
esta deformación de lo natural y de logie, 1893; Unsere Wirklichkeit, otros sobre la unión del entendimiento
lo real es preciso situarse en un te- 1899) defiende un punto de vista separado con el hombre y varias obras
rritorio anterior a esta proyección, muy semejante al de Avenarius. acerca de lógica, física, medicina y
en el terreno de la experiencia pura, Obras: Ueber die beiden ersten astronomía. Como la mayor parte de
lo cual exige la eliminación de los Phasen des Spinozischen Pantheis- sus predecesores, Averroes aspiró a
elementos extraños a ella. Avenarius mus und das Verhaltnis der zweiten conciliar la filosofía con el dogma.
llega a una solución de esta dificul- zur dritten Phase, 1868. (Sobre las Ahora bien, una conciliación no
tad por medio de un análisis crítico dos primeras fases del panteísmo parecía posible de no tenerse en
del hecho de la experiencia, consis- spinoziano y la relación entre las cuenta que mientras la filosofía es
tente, a su entender, en el examen fases segunda y tercera.). — Philo- sólo para los pocos elegidos que quie-
de la dependencia en que se en- sophie als Denken der Welt gemäss ren y pueden comprender las ar-
cuentran los juicios del sujeto (E), dem Prinzip des kleinsten Kraftmas- gumentaciones racionales, la religión,
de las variaciones del sistema ner- ses, 1876 (trad. esp.: La filosofía tal como se da en los textos sagrados,
como el pensar del mundo según el
vioso central (C), condicionados a principio del menor gasto de energía, es apta para las multitudes incapaces
su vez por los excitantes del medio 1947). — Kritik der reinen Erfah- de comprender las verdades racionales
físico (R) y por los medios de la rung, 1888-90 (Crítica de la expe- y las demostraciones realizadas a base
asimilación nutritiva (S). Todo jui- riencia pura). — Der menschliche de ellas.
cio, desde el vulgar hasta el científi- Weltbegriff, 1891 (El concepto hu- Entre los filósofos y los creyentes
co, es una función de las variaciones mano del mundo). — Se prepara edi- se insertan aquellos que entienden los
de C; la crítica de la experiencia ción de manuscritos de A. actualmente argumentos, pero que solamente pre-
debe, a partir de este hecho, exami- en posesión de Georg Lüttke (Ber-lin- tenden alcanzar lo probable y no la
nar las excitaciones constantes que Wilmesdorf). absoluta evidencia racional. Las pro-
se producen sobre C y que, por con- F. Carstanjen, R. Avenarius' biome- posiciones admitidas por cada uno de
siguiente, influyen sobre la constancia chanische Grundlegung der reinen all- estos grupos son, en rigor, verdades.
de los enunciados correspondientes gemeinen Erkenntnistheorie, 1894. — Pero cada una de ellas tiene un as-
a E. Cuando la constancia es re- Ó. Ewald, R. Avenarius als Begründer pecto distinto que, con todo, recibe
des Empiriokritizismus. Eine crkennt-
gular desaparecen todos los elemen- niskritische Untersuchung über das su fundamento en la verdad del dog-
tos extraños y se produce una expe- Verhaltnis von Wert und Wirklichkeit, ma tal como se halla expresada en el
riencia despojada de todo "problema 1905. — Bush, Avenarius and the Corán. De este modo no hay peligro
aparente", exenta del dualismo entre Standpoint of Pure Experience, 1906. de interpretar filosóficamente los dog-
el sujeto y el objeto, origen, según — J. Suter, Die Philosophie von R. mas excepto para aquellos que no
Avenarius, de las representaciones Avenarius, 1910. — F. Raab, Die pueden comprender ni usar de la ra-
metafísicas. La constancia en la ex- Philosophie von R. Avenarius. Syste- zón rectamente, es decir, para los in-
citación es, por otro lado, la natural matische Darstellung und immanente genuos y simples creyentes.
consecuencia de la tendencia al mí- Kritik, 1912. — Alf Numan, Kuns- Averroes sostiene, en cuanto filóso-
nimo esfuerzo; la tesis de la "econo- kapsbiologie och Deskriptionsteori hos fo, la eternidad del mundo, lo cual
mía ( VÉASE) del pensamiento", de- R. Avenarius, 1914. no es, a su entender, contradictorio
fendida asimismo por Mach, desempe- AVENCEBROL. Véase AVICEBRÓN. con el hecho de su producción por
ña en el empiriocriticismo un papel AVERROES. (Abu-l-Walid Muham- Dios. El mundo ha sido creado por
fundamental. mad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Dios, pero lo ha sido desde toda la
Entre los discípulos y partidarios Rusd) (1126-1198), nacido en Cór- eternidad. La relación entre el Crea-
162
AVE AVE AVE
dor y lo creado es, por así decirlo, la hebrea en Hebraica... Aristotelis ex destacamos en particular la obra cita-
relación entre el fundamento y la con- compendiis Averrois (1560) y ed. la- da de M. Alonso. Además: Lasinio,
secuencia, pero no la que existe entre tina en Opera omnia Aristotelis... Studi sopra Averroe, 1874. — T. J. de
la causa y el efecto. Lo creado ha sur- Averrois Cordubensis in ea Opera Boer, Die Widersprüche der Philoso-
gido por emanación del primer prin- Omnes, qui ad nos pervenere, Com- phie nach Al-Gazali und ihr Ausgleich
mentarii (Venecia, 9 vols., 1562-1574), durch Ibn Roschd, 1894. — A. Fa-
cipio creador. La eternidad de lo crea- rah, Averroes und seine Philosophie,
do exige, por lo demás, la eternidad reimp. en II vols, y 3 suplementos,
1962. Ed. del texto árabe de un co- 1903. — L. Gauthier, La théorie
de la materia, en la cual existen desde mentario a la Metafísica con trad. esp. d'lbn Roch (Averroes) sur les rap-
siempre en posibilidad las formas que por Carlos Quirós Rodríguez en Ave- ports de la religion et de la philo-
son extraídas de la materia por Dios rroes. "Compendio de Metafísica", sophie, 1909 (tesis). — G. Manser,
para formar las cosas y no intro- 1919. De los Comentarios medios hay "Das Verhàltnis von Glaube und
ducidas en ella desde fuera. Al laclo ed. latina en Opera, cit. supra, y ed. Wissen bei Averroes (Jahrbuch für
de varios textos árabes: comentario a Philosophie und speculative Theologie
de ello, Averroes sostiene que las di- XXIV (1910), XXV (1911). — S.
ficultades que suscita la identificación las Categorías (Averroes Talkhic Ki-
tab al-Maqoulat, por M. Bouyges, Nirenstein, The Problem of the Exis-
de la inteligencia en acto con lo in- tence of God in Maimonides, Alanus
teligible pensado por ella pueden re- 1932; a la Poética, por Lasinio, 1877; and Averroes, 1924. — P. S. Christ,
a la Retórica, íd., íd., 1873. De los The Psychology of the Active Intellect
solverse mediante la suposición de Comentarios mayores hay ed. latina y
que toda intelección humana es mera of Averroes, Í926. — Véase Alvaro
ed. árabe por M. Bouyges, 4 vols., de Toledo, Comentario al "De subs-
participación en un solo y único 1938-1948. Respecto a las obras ori- tantia orbis" de Averroes (Aristotelis-
entendimiento agente. Sólo la idea de ginales hay ed. crítica del Tahafut al- mo y Averroísmo), ed. Manuel Alon-
este entendimiento y su radical uni- Tahafut por M. Bouyges, 1930 y ed. so, S. I., 1940. — León Gauthier, Ibn
dad permite comprender que el en- latina en Opera, cit. supra. De las Roch (Averroes), 1948. — Véanse
tendimiento pasivo pueda superar su obras teológicas hay ed. del Fasl al- también las obras en la bibliografía
condición temporal y limitada eleván- Maqal (Doctrina decisiva [y funda- de los artículos AVERROÍSMO y SI-
dose hasta aquél. No hay, por lo mento de la concordia entre la reve- GERIO de BRABANTE .
lación y la ciencia]), 1859, 1313/1895 AVERROÍSMO. En sentido estricto
tanto, inmortalidad personal en la y 1319/1901, 1942 [3a ed., 1948].
cual cada entendimiento llegue indi- Trad. esp. por M. Alonso en La teolo- se llama averroísmo a la filosofía de
vidualmente a la contemplación del gía de Averroes, 1947, págs. 149-200. Averroes y de sus partidarios. En un
entendimiento agente, sino fusión Del Kasf 'an-Manahiy (Libro de la ex- sentido más amplio —y también más
de cada entendimiento individual con posición de los caminos que conducen usado por los historiadores— se llama
el entendimiento activo único. Esta a la demostración de los artículos de fe) averroísmo a ciertas tendencias
teoría, lo mismo que la doctrina de hay ed. en 1859, 1313/1895, surgidas en tres momentos entre el
la eternidad de la materia, fueron 1319/1901. Trad. esp. por M. Alonso, siglo XIII y el siglo XVI, basadas es-
combatidas, entre otros pensadores op. cit. supra, págs. 203-353. pecialmente en tres doctrinas proce-
La ed. latina antes citada ha sido dentes de la interpretación que Ave-
cristianos, por Santo Tomás y han reimpresa varias veces. Para una ed.
constituido la parte más conocida de más reciente véase G. Lacombe, A. rroes dio —o que se le atribuyó dar—
la interpretación averroísta de Aris- Birkenmajer, M. Dulong, E. Frances- a la obra del Estagirita: la doctrina
tóteles y a la cual se ha referido chini, Aristóteles Latinus, del Corpus del entendimiento agente único —con
casi siempre la oposición entre los ave- Philosophorum Medii Aevi (desde la consiguiente posible negación de la
rroístas y los antiaverroístas. (Véase 1939). Hay ed. separada de varios inmortalidad personal—; la doctrina
AVERROÍSMO. ) textos latinos (como, por ejemplo, ed. de la eternidad de la materia —con
En su Historia de la filosofía espa- del comentario al De anima por F. la consiguiente posible negación, o
ñola. Filosofía hispanomusulmana, to- Stuart Crawford, 1953). De las eds. por lo menos reconocimiento de la
mo II (1957), págs. 48-59, Miguel de textos árabes, además de las an- imposibilidad de demostración, de
Cruz Hernández ha distribuido las tes citadas, ver N. Morata, El Com- la tesis de la creación a partir de la
obras de Averroes en las siguientes pendio de anima, de Averroes, 1934.
— El libro citado de M. Alonso con- nada—, y la doctrina de la doble
secciones: 1. Obras filosóficas. A. Co- verdad (véase VE RD AD D OBLE ) —
mentarios al Corpus aristotelicum, di- tiene asimismo trad. de varios otros
vididos en: Yawami' o Comentarios textos además de los indicados supra. con la consiguiente posible afirmación
menores: Taljís o Comentarios medios; Para más recientes eds. de textos de que lo que es verdadero en teo-
Tafsirat o Comentarios mayores. B. hebreos, véase la ed. de comen- logía puede no serlo en filosofía y vi-
Comentarios diversos. C. Obras origi- tarios al De generatione et corruptio- ceversa. Describiremos someramente
nales. 2. Obras teológicas. 3. Obras ne, por Samuel Kurland, 1958 [Cor- cada uno de estos tres momentos.
jurídicas. 4. Obras astronómicas. 5. pus Philosophorum Medii Aevi, 66]. El primero comenzó en el Occi-
Obras filológicas. 6. Obras médicas, Sobre problemas planteados por es- dente latino con las traducciones he-
divididas en A. Comentarilos y B. critos de Averroes véase sobre todo
M. Alonso, "La cronología en las chas a principios del siglo XIII por
Obras originales. 7. Obras atribuidas Miguel Escoto de los comentarios
a Averroes. 8. Obras apócrifas. De al- obras de Averroes" Miscelánea Co-
gunas de estas obras quedan manus- millas, I (1943), 441-60 [incluido en averroístas al De caelo y al De ani-
critos árabes; la mayor parte de los Teología de Averroes, 1947, cit. su- ma. Junto a ello pueden citarse las
escritos de Averroes, sin embargo, se pra]. obras de Amalrico de Bène y de Da-
conservan en traducciones hebreas y La bibliografía sobre Averroes es vid de Dinant, si bien hay que tener
latinas. muy extensa. En las ediciones críti- en cuenta que estas obras no son
De los Comentarios menores hay ed. cas antes mencionadas se hallan es- propiamente averroístas, sino más
tudios importantes sobre el filósofo;
163
AVE AVE AVI
bien alejandrinistas; ello no obstante, dos autores: Sigerio de Brabante y cobo Zabarella (VÉASE) es considera-
algunas de sus tesis estuvieron in- Boecio de Dacia, cuyas doctrinas do a veces como inclinándose a in-
cluidas en las condenaciones que eran afectadas por las dos mencio- terpretaciones averroístas y a veces a
abundaron en el siglo XIII ( 1210, nadas últimas condenaciones parisien- interpretaciones alejandrinistas. Este
1215, 1231, 1263) antes de la absor- ses. Especialmente la condenación de averroísmo persistió hasta el siglo
ción del aristotelismo por San Al- 1277 se refirió a las principales doc- XVII y consistió por una de sus
berto Magno y especialmente Santo trinas de Sigerio de Brabante — de esenciales dimensiones en una
Tomás de Aquino. Algunas de las las cuales la tesis de la unidad del defensa de la física aristotélica contra
tesis averroístas parecieron influir sobre entendimiento era la más destacada. los innovadores en la ciencia
varios filósofos, por lo cual se natural.
El segundo momento importante E. Renan, Averroès et l'averroïsme,
consideró necesario condenar especial- del averroísmo latino tuvo lugar des- 1852. — P. Mandonnet, Siger de
mente varias de estas tesis en dos de fines del siglo XIII hasta comien- Brabant et l'averroïsme latin au XIII
ocasiones ( 15 tesis fueron condenadas zos del siglo XV, pero hay que ob- siècle. Étude critique et documents
en 1270 y 219 tesis fueron condenadas servar que este averroísmo no es una inédits, 1899, 2a ed., 1 vols., I, 1908;
en 1277 por el Arzobispo de París, irrupción nueva y enteramente in- II, 1911. — Miguel Asín Palacios,
Esteban Tempier). Entre tales tesis dependiente de ciertas doctrinas del El averroísmo teológico de Santo To-
figuraban la doctrina de la eternidad filósofo árabe, sino que está ligado más de Aquino, 1904. — M. Grab-
del mundo, la doctrina de que Dios no a través de una compleja tradición mann, Der lateinische Averroismus
conoce las entidades singulares, la al anterior momento. Uno de sus es- des 13. Jahrhunderts und seine
doctrina de que el libre albedrío es una labones lo constituye la obra de Pie- Stellung zur christlichen Weltan-
potencia pasiva y no activa, etc. En tro de Abano o Petrus Patavinus (nac. schauung, 1931. — R. de Vaux, "La
la condenación de 1277 se 1257), que defendió especialmente première entrée d'Averroès chez les
especificó claramente que no se las doctrinas de la unidad del enten- Latins", Revue des Sciences philo-
admitiría la defensa de ninguna de dimiento y de la eternidad de la ma- sophiques et théologiques, XXII
las tesis de referencia con la excusa teria y del mundo, pero que en mu- (1933), 193-242. — Bruno Nardi,
de que podían ser verdaderas en chos otros respectos no puede ser Saggi sull'aristotelismo padovano del
filosofía aunque se reconocieran considerado como un autor averroísta. secólo XIV al XVI, 1958 [Studi sulla
como falsas en teología, lo que tradizione aristotélica nel Veneto, 1]
Los principales representantes del (se estudian, entre otros, a Pietro
significaba el rechazo de la an- segundo averroísmo son Juan de Jan- d'Abano, Paolo Veneto, Nicoletto Ver-
teriormente mentada doctrina de la dún y, en el aspecto político, Mar- nia, Pico délia Mirándola, Alessandro
doble verdad, por muchos considerada silio de Padua. También es consi- Achilini). — John Hermán Randall,
como una de las características derado como un averroísta Juan de Jr., The School of Padua and the
principales del averroísmo. Es sabido Baconthorp, pero, según parece, sin Emergence of Modem Science, 1961.
que la difusión del tomismo estuvo justificación. — Para la teoría de la doble verdad
envuelta en las discusiones en torno al El tercer momento en la historia véase bibliografía de VERDAD DOBLE.
averroísmo y que el sistema de Santo del averroísmo es el representado por AVICEBRÓN, AVENCEBROL o
Tomás ha sido considerado por algunos los llamados averroístas de la Uni- ABENGABIROL son los diversos
como un averroísmo teológico (M. Asín versidad de Padua, desde fines del nombres que desde la Edad Media se
Palacios), por otros como enteramente siglo xv hasta comienzos del siglo han dado al filósofo, teólogo, gramá-
opuesto al averroísmo y por la mayor XVII. El averroísmo en este instante tico y poeta de linaje judío Selomó ben
parte como una filtración, selección y, aparece casi exclusivamente como Yehuda Abu Ayyub ibn Gabirol) (ca.
en último término, absorción de una de las posibles interpretaciones 1020-1059, aunque según algunos au-
ciertas tesis que son consideradas del aristotelismo. En calidad de tal tores murió en 1070), el cual na-
como averroístas (por ejemplo, la su elaboración y difusión estuvieron ció en Málaga, de familia cordobesa,
afirmación de que la doctrina de la mucho menos relacionadas que en y se formó en Zaragoza. Es conocido
eternidad del mundo no puede ser sobre todo por su obra La fuente de
los períodos anteriores con las cues- la vida, escrita en árabe con el título
rechazada por la razón, aun cuando tiones relativas a la ortodoxia o a la de Yanbu' al-Hayya, resumida en
hay que descartarla por no ser heterodoxia de las tesis defendidas; hebreo por Sem Tob ibn Fala-quera
compatible con una verdad de fe), era inclusive posible encontrar quie- (siglo XIII) con el título de Me-qor
pero que pierden todo su carácter nes considerasen el averroísmo en Hayyim y vertida al latín (Fons Vitae)
heterodoxo una vez colocadas en el este sentido como perfectamente con- por Juan Hispalense y Domingo
contexto de la construcción teológica ciliable con la ortodoxia. Entre los Gundisalvo. Sólo la versión latina y el
del tomismo y una vez habida cuenta, averroístas más conocidos de la es- resumen hebreo se conservan. La
además, de que Santo Tomás —como cuela de Padua se hallan Nicoletto Fuente de la Vida formaba parte de
San Alberto Magno, Egidio Romano y Vemias (profesor en Padua de 1471 un completo sistema filosó-fico-
Ramón Llull— se caracterizaron por a 1499), su discípulo Agostino Nifo teológico al cual pertenecían otros
una de las esenciales dimensiones de o Augustinus Niphus (1473-1546), escritos —perdidos— sobre el ser y
su actividad intelectual por la lucha Alessando Achillini o Alexandrus Achi- sobre la voluntad. Se trata de un
contra el llamado averroísmo latino. linus (profesor en Padua y desde diálogo, entre maestro y discípulo,
Este último fue representado en la 1509 en Bolonia) y Marco Antonio dividido en cinco partes, en el curso
época del modo más destacado por Zimara (t en Padua en 1532). El de las cuales se discute el problema de
gran comentarista de Aristóteles Ja- la composición de las substancias
sensibles, de la composición de
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las substancias simples y de la exis- el Alma, de ésta la Naturaleza, y de tar al-yawahir y asimismo traducido
tencia de la materia y forma univer- ésta los cuerpos que se hallan en los al hebreo por Yehudá ibn Tibbón
sales. Las tesis más características de mundos translunar y sublunar. Esta con el título de Mibhar ha-peninim.
Avicebrón en dicha obra son: doctrina, que parece tener antece- El texto hebreo de la Selección se ha
dentes en la escuela de Abenmasarra conservado, pero el texto árabe se
(1) La teoría de la universidad ha perdido, salvo algunos folios pu-
de la materia —en el sentido aristo (Cfr. M. Asín Palacios, Abenmasarra blicados por M. N. Sokoloff en 1929.
télico del término—, según la cual y su escuela, 1914), influyó sobre Entre los poemas de Avicebrón des-
la materia no es el último eslabón todo en los círculos iluministas ju- taca su Keter Malkut o Corona Real.
en la cadena de las emanaciones, daicos. Como indica Millas Vallicro- Edición de la Fons Vitae según el
sino que se halla siempre allí don sa, se encuentran sus huellas en Ishaq texto hebreo, con trad. francesa por
de hay forma, es decir, en todos los ibn Latif, en el Libro del Zóhar (si- S. Munk en Mélanges de philosophie
peldaños de la escala ontológica (sal glo XVII ), en 'Semuel ibn Zarza, au- juive et arabe, 1859 (reed. 1927,
vo el que representa el Ser Esencial) tor también de una Fuente de la Vi- 1955). Ed. de la traducción latina por
da (Meqor Hayyim) y hasta en Ye- Clemens Baeumker en los Beiträge
si bien en distintos grados de unidad zur Geschichte der Philosophie des
y perfección. Corolario de esta teo hudá Abarbanel (León Hebreo). Mittelalters, I, Hefte 2-4, 1892-1895
ría es la tesis de que la materia, Además, algunas de sus tesis pasa- (se trata de la versión de Domingo
siendo común a todas las substancias, ron a la escolástica cristiana, varias Gundisalvo y Juan Hispalense). —
no puede constituir el principio de veces para ser rechazadas, pero otras Traducción castellana de Federico de
individuación. Por lo tanto, las cosas (David de Dinant) para ser admiti- Castro y Fernández, 2 vols., 1901. —
son distintas unas de otras en virtud das. Véase Abraham Geiger, Selomo Ga-
de la forma. Por el intermedio de Uno de los problemas que plan- birol und seine Dichtungen, 1867.
la traducción de Juan Hispalense y tea la concepción de la "Fuente" de — D. Stössel, Salomon ben Gebi-
Domingo Gundisalvo, así como por Avicebrón es si hay que considerarla rol als Philosoph und Förderer der
Kabbala, 1881. — J. Guttmann, Die
los tratados del primero sobre el al como inmanente o como trascendente Philosophie des Salomón Ibn Gabirol
ma y del segundo sobre la "proce al mundo. La interpretación usual es dargestellt und erläutert, 1889. —
sión del mundo" y sobre la unidad, la trascendente, aunque algunos íd., íd., Die Scholastik des 13. Jahrh.
la citada doctrina pasó, según indi autores (como Bonafede en sus in ihren Beziehungen zum Judentum,
ca J. M. Millas Vallicrosa, a varios Saggi sulla filosofía medioevale, 1951) 1902. — D. Kaufmann, Studien über
autores cristianos, especialmente a consideran que la "virtud" o "fuerza" Salomón ibn Gebirol, 1899. — M.
Guillermo de Auvernia y a Alejandro de la Fuente está repartida en todas Wittman, Zur Stellung Avencebrols
de Hales, así como al autor del es las cosas. Consideramos que lo más im Entwicklungsgange der arabi-
crito antes atribuido a Juan Duns razonable es atribuir a Avicebrón la schen Philosophie, 1905 [Beiträge zur
Ges. der Phil. des Mittelalters, V].
Escoto, De rerum principio, a San intención de solucionar el dilema — Dreyer, Die religiöse Gedanken-
Buenaventura y, en general, a los fi inmanencia-trascendencia mediante la welt des Salomo ibn Gebirol, 1930.
lósofos franciscanos. En cambio, San acentuación de los "intermediarios", — José Ma. Millas Vallicrosa, Selomó
Alberto Magno, Santo Tomás de los cuales sitúan a cada realidad Ibn Gabirol como poeta y filósofo,
Aquino y, en general, los dominicos, "más allá" de la capa inferior, pero 1945. — León Dujovne, Introducción
se opusieron a esta teoria. a la vez relacionada con ella. a la historia de la filosofía judía, 1949,
(2) La teoría de la Voluntad co Otro problema en el sistema de Cap. VII. — E. Bertola, Salomon Ibn
mo fuente de vida, primera emana Avicebrón es el que plantea el papel Gabirol (Avicebron). Vita, opere e
ción de Dios y fuerza impulsora del desempeñado por la Voluntad como
pensiero, 1953.
universo. Según Avicebrón, la serie Fuente de Vida. Aunque se declara AVICENA (Abu 'Ali al-Husayn
de hipóstasis procedentes de la pri que esta Voluntad es idéntica a Dios bn 'Abd Allah bn al-Hasan bn 'Ali
mitiva unidad divina constituye la o la Esencia Primera, se suscita la Ibn Sïna (980-1037) nac. en Afsana,
jerarquía de los seres. De la Volun cuestión de por qué es necesaria la cerca de Bojara, Persia), continua-
tad emana la Forma, la cual está, hipóstasis de una Voluntad divina dor de la tradición aristotélico-pla-
como antes señalamos, inseparable poseedora de un grado menor de tónica de Alkindi y, sobre todo, de
mente unida a la Materia, pues sólo simplicidad que la Esencia Primera Alfarabi, siguió a este último en
Dios es Forma pura. Lo que mar cuando se declara a la vez la iden- su explicación del origen y jerar-
ca el grado de elevación y perfec tidad de ambas. quía de las inteligencias. Avicena
ción de los seres es su mayor o me Además de la obra citada se de- establece, en efecto, que el conoci-
nor alejamiento del principio supre ben a Avicebrón un Libro de la co- miento depende de la realidad de los
mo, es decir, su mayor o menor uni rrección de los caracteres (de índole objetos conocidos, desde el saber de
dad esencial. Ésta es perfecta en ético-práctica, educativa y antro- los principios primeros hasta el cono-
Dios. En cambio, en el mundo hay pológico-filosófica), escrito asimismo cimiento obtenido por revelación, pa-
en árabe, hacia 1045, con el título de sando por el de los universales o
una multiplicidad de formas sepa Kitab islah al-ajlaq y traducido al
radas. Siguiendo tendencias neopla- ideas. A cada una de estas formas
hebreo con el título de Tikkún mid- corresponde, a su entender, una forma
tónicas, Avicebrón hace derivar las dot ha-néfes por Yehudá ibn Tibbón
substancias inferiores de las supe en 1167; y una Selección de perlas y modo de intelecto. Sólo mediante
riores por emanación, al modo de la o colección de proverbios y refranes un proceso de abstracción progresiva
luz que se derrama sobre las cosas. escrita en árabe con el título de Muj- es posible conocer las formas
De la Inteligencia universal emana generales, sobre todo cuando,
165
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desvinculada el alma de lo mate- cena el motivo neoplatónico, pues te del manuscrito árabe de Al-Sifa.
rial, recibe directamente la influencia como consecuencia de la interpreta- El manuscrito árabe completo de la
del entendimiento agente. Sin ción dada a aquella noción, Avicena lógica de Al-Sifa está aún inédito (Cfr.
embargo, la importancia de Avicena hace engendrar los entes inferiores Ibrahim Makdour, L'Organon d'
Alistóte dans le monde árabe, 1934).
no consiste meramente en su sistema- por medio de un proceso muy seme- — Traducción latina de Metaphysi-
tización de la especulación anterior; jante al de la emanación plotiniana. ces compendium, por N. Carama, Ro
la profundización en algunas de las La doctrina de Avicena ejerció ma, 1926. — Transcripción, revisa
nociones fundamentales de Alfarabi una considerable influencia sobre al- da, de De anima, por G. P. Kluber-
es precisamente lo que ha dado la gunos escolásticos medievales. A ella tanz, S. J., de la ed. de Venecia de
mayor significación a la obra de nos referimos en el artículo sobre el 1508 (1949, mimeog.). — Bibliogra
Avicena para la filosofía escolástica. avicenismo. Observemos aquí que la fía: Osman Ergin, Ibín Sina biblio-
Así ocurre sobre todo con tres nocio- mencionada doctrina no solamente in- grafyasi, 1956 [Istanbul Universitesi
nes capitales. En primer lugar, la trodujo importantes cambios en las Tip Fakultesi yayinlarindan, 20]. —
Yahya Mahdavi (bibliografía en per
noción de existencia (esse), la cual concepciones metafísicas, sino tam- sa, 1954). — Véase B. Carra de Vaux,
es considerada por Avicena como un bién en las lógicas. En efecto, Avi- Avicenne, 1900. — C. Sauter, Avicen
accidente que se agrega a la esencia cena no siguió por entero en la ló- nas Bearbeitung der aristotelischen
(quidditas). En segundo término, la gica el modelo aristotélico (o, me- Metaphysik, 1912. — Djémil Saliba,
noción que se refiere al concepto de jor, peripatético) y admitió muchos Étude sur la métaphysique d'A., 1926.
la unidad del intelecto agente, hecha aspectos que habían sido ya tratados — A.-M. Goichon, La distinction de
posible por medio de la ascensión de por los estoicos. Tal ocurre sobre l'essence et de l'existence d'après Ibn
la potencia en el entendimiento al todo con la atención prestada por el Sina, 1937. — Íd., íd., Lexique de la
acto, con el cual la noción metafísica filósofo árabe a la lógica de las pro- langue philosophique d'Ibn Sina, 1938
(suplemento: 1939). — Íd., íd., La
del ser se hace directamente accesible, posiciones y a la doctrina de los si- philosophie d'A. et son influence en
ya que es el objeto formal propio de logismos hipotéticos. Europe médiévale, 1944 (2a ed., au
tal entendimiento. Finalmente, la que Las obras de Avicena son nume- mentada, 1951). — También el libro
concierne a la distinción entre la rosas. Bibliografía muy completa en citado al principio de la bibliografía.
esencia y la existencia en los seres A.-M. Goichon, Introduction à Avi- — M. Amid, Essai sur la psychologie
creados, correspondiente a su unión en cenne. Son Êpitre des Définitions, d'A., 1940 (Dis.). — M. Cruz Her
Dios. A diferencia de autores como 1933, págs. xxvi-xxxvii (correcciones nández, La metafísica de Avicena,
Gorce, que han considerado su mística en Distinction, pág. xiv y 505), ν en 1949 (tesis) y la selección de textos
M. Cruz Hernández, La metafísica titulada Sobre Metafísica (1950),
como la culminación y a la vez el de Avicena, 1949. De esta última bi- con introducción y notas. — L. Gar-
motor de la especulación filosófica de bliografía entresacamos las siguientes det, La pensée religieuse d'A., 1951.
Avicena, y a diferencia de T. J. de Al-Sifa (La Curación), Teherán, 2 — Varios autores, Avicenna: Scien-
Boer, que ha centrado su sistema en vols., 1303/1886; otra ed., El Cairo, tist and Philosopher. Millenary Sym
la doctrina del alma, la diferencia 1952. — Al-Nayat (La Salvación), El posium, 1952, ed. G. M. Wickens.
entre esencia y existencia en los seres Cairo, 1331/1913, ed. Muhyi al-Din — E. Bloch, Avicenna und die aris-
creados es considerada por A.-M. Sabri al-Kurdi, 1913, 2a ed., 1938. — totelische Linke, 1952. — Soheil M.
Goi-chon como la verdadera clave del Kitab al-Isarat wal Tanbihat (Li- Afnan, Ávicenna. His Life and Works,
pensamiento del filósofo. Esta distin- bro de teoremas y avisos para lógica 1958.
y sabiduría), ed. Forget, Leyden, 1892. AVICENISMO. La filosofía de Avi-
ción, ya sustentada en principio por — Risalat al-Hudud (Compendio de
Alfarabi, permite entender, en efecto, las definiciones), El Cairo, 1326/1908, cena ejerció gran influencia durante
de qué manera el entendimiento en la colección Tis' rasa, il'fï-l Hikma el siglo XIII y parte del siglo XIV.
agente en tanto que unidad puede wa-l-Tabi 'iyyat. Hay otras obras Fue, ciertamente, muy combatida por
llegar a su comprensión de una reali- menores en la misma colección de las varios filósofos escolásticos. Pero ello
dad donde tales elementos o principios cuales es importante filosóficamente muestra que sus tesis estaban bien
no están separados, sino esencialmente el escrito titulado Aqsâm al-'Ulum vivas en la mente de los pensadores
unidos, de tal modo que "en la al-'aqliyya (Divisiones de las de dichas épocas. Por lo demás, el
filosofía de Avicena los conceptos de ciencias intelectuales). — Mantiq al- combate no fue posible sin acoger
Masriqiyyin (Lógica de los orientales), una parte importante de las tesis del
esencia y de existencia culminan, en El Cairo, 1328/1910. — La Curación
último análisis, en la distinción entre fue (erróneamente) llamada en la filósofo. Se ha hablado por este mo-
el ser creado y el ser increado, entre Edad Media Suffi-cientia y tivo de un avicenismo latino. Gilson
la esencia que no es y la Esencia que comprende una lógica, una física, una se ha referido a un agustinismo avi-
es" (La distinction, etc.,pág. 151). La psicología, una cosmología y una cenizante, patente en diversos auto-
división entre Esencia necesaria y metafísica. — Traducciones latinas: res (por ejemplo, en Enrique de Gan-
esencia posible coloca entonces a la Opera in licem redacta ac nuper te). Según A.-M. Goichon, pueden
realidad en que la mencionada quantum ars niti potuit per canónicos distinguirse tres fases en la influencia
distinción se establece como algo emendata. Logyca. Suffi-cientia. De ejercida por Avicena: (1) Desde la
coelo et mundo. De anima. De época de las primeras traducciones
cuyo constitutivo formal depende úl- animalibus. Philosophia prima,
timamente de la Esencia primera y de Aristóteles (ca. 1130) hasta la
Venetiis, 1495 (reimp., 1960), 1508
necesaria. En este punto precisamente (reimp., 1960), 1546. Hay que reacción de Guillermo de Auvernia
se inserta en la filosofía de Avi- advertir que esta edición comprende (alrededor de 1230); (2) Desde el
solamente una pequeña par- decreto pontifical de 1231 que per-
166
AVI AXI AXI
mitió el estudio de Aristóteles (y, ne todavía este significado: los axio- lógica contemporáneas. Éstas distin-
por ende, de sus comentaristas) hasta mas son para el Estagirita principios guen entre axiomas y teoremas. Los
las compilaciones de Alberto el evidentes que constituyen el funda- primeros son enunciados primitivos (a
Grande (hacia 1250); (3) Desde mento de toda ciencia. En tal caso veces llamados también postulados)
1253 —fecha de la aparición de De los axiomas son proposiciones irreduc- aceptados como verdaderos sin pro-
ente et essentia, de Santo Tomás— tibles, principios generales a los cua- bar su validez; los segundos son enun-
hasta la terminación de la síntesis les se reducen todas las demás pro- ciados cuya validez se somete a prue-
tomista. A partir de estas últimas posiciones y en los cuales éstas nece- ba. Axiomas y teoremas son, por lo
fechas la influencia de Avicena se sariamente se apoyan. El axioma po- tanto, elementos integrantes de todo
ejerció sobre todo por medio de los see, por así decirlo, un imperativo sistema deductivo. Por lo usual, la
comentaristas del Aquinate. No po- que obliga al asentimiento una vez definición del concepto de teorema
demos extendernos aquí acerca de es enunciado y entendido. En suma, requiere el uso del concepto de axio-
los puntos detallados en los cuales Aristóteles define el αξίωμα como una ma —así como el uso de los concep-
se refleja mejor la influencia del fi- proposición que se impone inmedia- tos de regla de inferencia y de prue-
lósofo árabe. Recordaremos sólo que tamente al espíritu y que es indis- ba—, en tanto que el concepto de
uno de los aspectos capitales de su pensable, a diferencia de la tesis, que axioma es definido por enumeración.
doctrina más debatidos fue la teoría no puede demostrarse y que no es Así, los axiomas del cálculo senten-
de la esencia (VÉASE) y la posición indispensable. Los axiomas pueden cial se definen dando la lista de tales
adoptada en la cuestión de la distin- ser llamados, pues, también nociones axiomas; los del cálculo cuantifica-
ción entre la esencia y la existen- comunes, communes animi concep- cional elemental, dando la lista de
cia (v.). Como hemos visto en el ar- tiones (según la traducción que da sus axiomas, y así sucesivamente.
tículo dedicado a esta última noción, Boecio de la expresión griega koi Podemos decir, pues, que ha habi-
autores como Guillermo de Auver- nai\ e)/ n noiai/ ) cuando presentó como do dos distintas orientaciones en la
nia, San Buenaventura, Santo Tomás axiomas enunciados del tipo siguiente: concepción de los axiomas. Una de
y otros estaban muy próximos a Avi- "Dos cosas iguales a una tercera son estas orientaciones destaca la intui-
cena al respecto. Y, como lo ha mos- iguales entre sí", "El todo es mayor tividad y autoevidencia de los axio-
trado Gilson, aun la doctrina de Juan que la parte". (Elementos, I). Autores mas; la otra destaca su formalidad e
Duns Escoto, si bien no admite tal como Apolonio de Perga, apud Proclo) inclusive elude adscribir a ningún
distinción, no puede ser entendida intentaron, sin éxito, probar esos axioma el predicado 'es verdadero'.
adecuadamente —cuando menos en axiomas de Euclides. Al no Esta última orientación, usualmente
lo que toca a la cuestión del carácter conseguirlo se tendió cada vez más llamada formalista (en sentido am-
unívoco (VÉASE) del ser— sin con- a definir los axiomas mediante las plio), es la que más se ha impuesto
siderar la doctrina avicenista sobre dos notas ya antes apuntadas: pri- hoy día. En esta conexión se ha
la esencia como latiendo en su tras- mero, indemostrabilidad; segundo, hablado, especialmente desde Hubert,
fondo. evidencia. Las proposiciones que po- de la axiomatización de la matemática,
É. Gilson, "Les sources gréco-ara- dían ser demostradas y no eran evi- y en general de la axiomatización de
bes de l'augustinisme avicennisant", dentes se llamaron teoremas. Y las las ciencias. La axiomatización es
Archives d'histoire doctrinale et lit- que ni podían ser demostradas ni equivalente a la formalización y lo
téraire du moyen âge, IV (1930), 74- eran evidentes por sí mismas recibie- que hemos dicho sobre ésta puede,
107. — Íd., íd., Jean Duns Scot,
Introduction à ses positions fonda- ron el nombre de postulados (como por consiguiente, aplicarse a aquélla.
mentales, 1952. — R. de Vaux, O. P., el postulado de las paralelas). Esta Ahora bien, dentro de la misma con-
Notes et textes sur l'avicenisme latin terminología tradicional no ha perma- cepción formalista se han sostenido
aux confins des XIIe-XIIIe siècles, necido sin modificaciones. En efecto, diferentes puntos de vista. Algunos
1934 [Bibliothèque Thomiste, XX]. está basada en gran parte en una con- autores han interpretado los axiomas
— A.-M. Goichon, La philosophie cepción del axioma como una propo- en un sentido convencionalista o bien
d'Avicenne et son influence en Europe sición "evidente" y, por lo tanto, está pragmatista. Otros han usado para
médiévale, 1944, 2a ed., 1951,
págs. 92-3. teñida de un cierto "intuicionismo" su interpretación conceptos de ín-
AVIDYÀ. Véase MAYA. (en sentido psicológico) que no to- dole más "intuitiva", aunque sin re-
AXIOLOGÍA. Véase VALOR. dos los autores admiten. El cambio currir a la evidencia en sentido clá-
AXIOMA. Un significado origina- en la terminología se ha impuesto des- sico. Otros han tomado posiciones
rio del término "axioma" (a)ci)/wma) es de el momento en que se ha re- intermedias, según las cuales los axio-
dignidad. Por derivación 'axioma' sig- chazado que los axiomas fuesen no- mas tienen un carácter ideal-formal
nifica "lo que es digno de ser esti- ciones comunes y en que se ha visto que permite superponerlos a propo-
mado, creído o valorado". Así, en su que pueden elegirse diversos postu- siciones reales, pero sin que expresen
acepción más clásica el axioma equi- lados, cada uno de los cuales da el aspecto conceptual ( en sentido clá-
vale al principio que, por su dignidad origen a un distinto sistema deduc- sico) de estas proposiciones. Una
misma, es decir, por ocupar un cierto tivo. Ello ha producido un primer tesis sostenida con mucha frecuencia
lugar en un sistema de proposiciones, efecto: atenuar y hasta borrar por ha sido la que ha consistido en con-
debe ser estimado como verdadero. entero la distinción entre axioma y siderar los axiomas como cercanos a
En los An. post. (I, 2, 72 a 19 ss.), postulado ( VÉASE ). las hipótesis. Como señala Ferdinand
de Aristóteles, el término 'axioma' tie- A estos cambios han contribuido Gonseth, defensor de esta opinión,
sobre todo la matemática y la meta-
167
AXI AXI AYE
"el axioma de geometría, lo mismo las anticipaciones de la percepción ficación (v.), la separación completa
que el de lógica, eran considerados (véase ANTICIPACIÓN), analogías de entre enunciados lógicos (tautológi-
antaño como una verdad a la vez la experiencia (véase ANALOGÍA) y cos) y enunciados empíricos, la im-
indemostrable y necesaria. Hoy día postulados del pensamiento empíri- posibilidad de la metafísica (v.) por
no se vacila en tratar a los axiomas co en general (véase POSTULAD O ), constituir un conjunto de pseudo-pro-
de enunciados hipotéticos. Los pro- de acuerdo con la referencia de Kant posiciones, es decir, de enunciados
pios sistemas axiomáticos son defini- a la tabla de categorías y, en últi- que no pueden ser ni verificados
dos a veces como sistemas hipotéti-co- ma instancia, a la clasificación de los empíricamente ni incluidos dentro del
deductivos. Sin intentar hacer del juicios para toda dilucidación de la cálculo lógico y, finalmente, la nece-
axioma un enunciado arbitrario —lo analítica de los principios. sidad de reducir la filosofía al análi-
que sería llevar las cosas al absurdo— Referencias al concepto de axioma sis (v.). En la segunda edición de
a la axiomática se encuentran en
hay que admitir que el método axio-
mático nos ha restituido una cierta
L mayor parte de textos lógicos ci-
la mencionada obra, Ayer sometió al-
gunas de las citadas tesis a revisión.
tados en la bibliografía de LOGÍS - En particular sucedió esto con el prin-
libertad respecto al axioma: la liber- TICA. Además: D. Hubert, "Axioma-
tad de admitirlo, de rechazarlo, de cipio de verificación, que admitió no
tisches Denken", Mathematische An- solamente en un sentido "fuerte", si-
sustituirlo por otro enunciado, etc.". nalen, LXXVIII (trad. esp.: "El pen-
Con lo cual "si el axioma ha perdi- samiento axiomático", Revista mate- no también, y sobre todo, en un sen-
do algo de su necesidad respecto a mática hispanoamericana, I [1919], tido "débil", proporcionando, por con-
la hipótesis, ésta ha adquirido una 14-24). — F. Gonseth, Les mathèma- siguiente, un criterio más "liberal"
tiques et la réalité. Essai sur la mé- del mismo. Sometió asimismo a revi-
cierta realidad frente al axioma". thode axiomatique, 1936. — Íd., íd., sión su tesis de lo a priori (v.) como
Algunos pocos autores han distin- L'Edification axiomatique (t. III de puramente analítico-tautológico y, fi-
guido entre un aspecto analítico y La géométrie et le problème de l'es- nalmente, insistió en los problemas
un aspecto sintético de los axiomas. pace, 1937). — J. H. Woodger, The que plantea el conocimiento empíri-
En este último caso se ha declarado Axiomatic Method in Biology, 1937.
— J. Cavaillès, Méthode axiomati co. Estos últimos problemas le condu-
que los axiomas no tienen una pura jeron en su obra sobre las bases del
forma; poseen una cierta "materia" que et formalisme, 1938. — Hao
Wang, "Quelques notions d'axioma- conocimiento empírico a un examen a
y son llamados por ello "axiomas re- tique", Revue Philosophique de Lou- fondo de los datos de los sentidos
gionales". Esta concepción, de origen vain, LI (1953), 409-443. — R. (sense-data; véase PERCEPCIÓN ) con la
fenomenología), no es aceptada, sin Blanche, L'axiomatique, 1955. — J. conclusión de que no se trata de es-
embargo, por los que han seguido Hadamard y A. D. Alexandrov, Las tados mentales, pero tampoco de mo-
considerando la noción de axioma definiciones axiomáticas en las mate dificaciones de ninguna substancia, fí-
desde un punto de vista estrictamente máticas, 1956 (Suplementos del Se sica o biológica. Por el contrario, tales
lógico-formal. minario de problemas científicos y fi substancias —cosas materiales, con-
Kant ha llamado axiomas de la in- losóficos, N° 6, México). — Leon
Henkin y Patrick Suppes, eds., The ceptos mentales, etc.— deben ser en-
tuición a aquellos principios sintéti- Axiomatic Method, with Special Refe tendidas en función de los menciona-
cos del entendimiento puro corres- rence to Geometry and Physics, 1959 dos datos. Esto desemboca en una con-
pondientes a la categoría de canti- (Proceed. of Int. Symp. Univ. of Ca- cepción fenomenista (véase FENOME -
dad, y cuya fórmula general es la lif. Berkeley, 26-XII-1957-4-1-1958). NISMO) análoga a las posiciones neu-
siguiente: "Todas las intuiciones son — Arpad Szabó, "Was heisst der ma- tralistas de la filosofía a comienzos del
cantidades extensivas" (2 a ed. de la thematische Terminus aci)/wma ,Mai, siglo xx, pero apoyada en el análisis
Crítica de la razón pura) o "Todos XII (1960), 89-105. — Heinrich lógico y evitando tanto el realismo
Scholz, "Die Axiomatik der Alten", como el idealismo. Las influencias de
los fenómenos son, por su intuición, Blätter für deutsche Philosophie, IV
cantidades extensivas" (1 a ed.). Kant (1930-1931), 259-78, reimp. en la Hume se hacen patentes en el análisis
entiende por cantidad extensiva obra de Scholz, Mathesis universalis, en cuestión, especialmente en lo que
"aquella en la cual la representación Abhandlungen zur Philosophie als toca al problema de la causa ( VÉASE ).
de las partes hace posible la del to- strenger Wissenschaft, 1961, ed. H. Este problema es uno de los más con-
do". Tal condición de la representa- Hermès, F. Kambartel y J. Ritter, siderables para una teoría fenomenis-
ción se aplica tanto al espacio como págs. 27-44. — Evandro Agazzi, In- ta, pero Ayer señala que, no obstante
troduzione ai problemi dell'assiomati- las dificultades planteadas al respecto,
al tiempo, pues ninguna parte de un ca, 1962.
momento o de otro puede represen- el fenomenismo puede afrontarlo
AXIOMATISMO. Véase AXIOMA, mejor que ninguna otra doctrina. En su
tarse sin trazarse en el pensamiento MATEMÁTICA.
o reproducirse sucesivamente. El lección inaugural en Oxford sobre
AYER (ALFRED JULIUS) nac. "filosofía y lenguaje" Ayer considera
principio mencionado es un principio (1910) en Londres, profesor en la
trascendental de la ciencia matemá- que la filosofía oxoniense del "lenguaje
Universidad de Londres (1946-59) y corriente" no es, ni es deseable que
tica y mediante el mismo —dice en la de Oxford (desde 1960), de-
Kant— pueden aplicarse las mate- sea, una pura "filosofía lingüística",
fendió en su primera obra sobre el sino un análisis del lenguaje en tanto
máticas puras con toda precisión a lenguaje, la verdad y la lógica, las
los objetos de la experiencia. Los axio- que describe hechos. De no ser tal, la
tesis capitales del positivismo ( VÉASE) filosofía lingüística se convertiría en
mas de la intuición constituyen el o empirismo (v. ) lógicos, en parti- un fin en sí misma o, mejor, en un
primer grupo de principios del en- cular la doctrina estricta de la veri- medio que pretende-
tendimiento puro, a los que siguen
168
AZA AZA AZA
ría pasar por fin. Pues la filosofía se tar la noción democrítea de azar con la cable. Común al azar y a la suerte es
debe interesar en las "fotografías" y de ausencia de una causa eficiente el hecho de designar acontecimientos
no sólo en "el mecanismo de la cá- definida. (excepcionales) que tienen lugar
mara fotográfica". Por otro lado, la Esta última noción se debe a Aris- cuando se entrecruzan series causales
filosofía no debe ni tratar sólo de he- tóteles (Phys., II 5, 197 a 8: "Menes- independientes. Cuando una ardilla
chos, ni sólo de teorías, sino de los ter es que sean indefinidas las causas se come una mazorca se han cruzado
"rasgos arquitectónicos de nuestro sis- de lo que sucede por azar"). Pero dos series causales: la serie "vida y
tema conceptual" en tanto que este el Estagirita no se adhirió por ello a movimiento de la ardilla" y la serie
sistema pretende describir o explicar las ideas de Demócrito. Por el con- "crecimiento de la mazorca", produ-
hechos. Lo cual marca, como Ayer trario, las criticó por cuanto declaró ciéndose el acontecimiento excepcional
reconoce, un cierto "retorno a Kant", absurdo que el cielo —que obedece e inesperado (pero no inexplicable)
bien que a un Kant sin ninguna "an- a movimientos más regulares que nin- llamado azar. Cuando alguien se dirige
tropología a priori". guna de las cosas de la tierra— hu- al agora para marcar aceite y encuentra
Obras: Language, Truth, and Lo- biese sido producido por azar o fuese allí a alguien que le debía dinero y que
gic, 1936, 2a ed., 1946. — The Foun- algo en que suceden acontecimientos le paga, el dirigirse al agora es la causa
dations of Empirical Knowledge, 1940. azarosos. El azar es algo que tiene per accidens de la cancelación de la
— Philosophical Essays, 1954. — The lugar —cuando tiene lugar— en "las deuda. Dos series causales
Problem of Knowledge, 1956 (trad. cosas terrestres" y especialmente en independientes —A, que va al agora
esp.: El problema del conocimiento, los acontecimientos humanos. con un propósito, x; B, que va al
1962. — Privacy, 1960 (separata Bri- agora con un propósito, y, pero no
tish-Academy). — Philosophy and Aristóteles proporcionó el primer
análisis detallado del concepto de siendo ni χ ni y "cobrar una deuda" y
Language, 1961 (lección inaugural en
Oxford, 1960). — The Concept of a azar en la historia de la filosofía oc- "pagar una deuda" respectivamente—
Person and Other Essays, 1963. cidental. Después de examinar los se encuentran, produciéndose el
cuatro diferentes tipos de causas (ma- acontecimiento excepcional e
AZAR. Vincent Cioffari (op. cit. inesperado (pero no inexplicable) lla-
terial, formal, eficiente, final [véase
infra, págs. 1-5) hace observar que mado suerte o fortuna: el pago de la
CAUSA ], el Estagirita se pregunta
el verso de Dante: Demócrito che il deuda. Sin duda, hay mucho que de-
(Phys., II 4. 195 b 30 sigs.) si hay
mondo a caso pone (Inferno IV 136) batir en ambos casos. Del primer
otro tipo de "causa". Por lo pronto,
ha sido considerado por muchos ejemplo puede decirse que podría
parece haber otros dos tipos: el azar
autores como una errónea
(au(tomaton, traducido al latín por muy bien ocurrir que las ardillas co-
interpretación que el poeta dio a las
casus] y la suerte o fortuna ( tu/xh miesen normalmente mazorcas, por lo
doctrinas cosmológicas del ato-mista cual, de modo corriente, y no sólo
traducido al latín por fortuna). Ambos
griego. Apoyándose en la autoridad excepcional, se produciría la destruc-
tipos de "causas" se refieren a clases
de Eduard Zeller (Phil der ción de las mazorcas por las ardillas,
de acontecimientos que se distinguen
Griechen, 12a ed., I 789), algunos en cuyo caso faltaría el elemento de
de los ordinarios por un rasgo preemi-
historiadores de la filosofía han pues- excepcionalidad requerido. Del se-
nente: la excepcionalidad. Ni el azar
to de relieve que en la cosmología gundo ejemplo podría decirse que
ni la suerte tienen que ver con cosas
democriteana se afirma que el uni- aunque el propósito χ fuese "cobrar
que acontecen "siempre" o siquiera "la
verso se halla regido por el principio la deuda", podría haber un mucho
mayor parte de las veces". Pero el azar
de necesidad. Ahora bien, puede ver- de suerte en el haberla cobrado efec-
y la suerte son causas "reales", si
se en los autores antiguos (Aristóte- tivamente si B tuviese la tendencia a
bien expresan un tipo de causalidad
les, Phys., II 4; Cicerón, De natura no cancelar las deudas.
por accidente (causa per accidens).
deorum, I 24,66) que Demócrito ha-
Cuando un arquitecto de tez pálida El acontecimiento por suerte o for-
bía mantenido que la formación del
o con dotes musicales construye una tuna tiene una característica que no
cielo y de la tierra tiene lugar por un
casa, el arquitecto es la causa directa posee el acontecimiento por azar: el
azar o, como escribió Cicerón, "con-
(o una de las causas directas) de la que pudiendo ser el acontecimiento
cursu quodam fortuito". Puede, pues,
Construcción de la casa. Pero el tener objeto de un propósito, tenga lugar,
hacerse remontar la idea filosófica de
la tez pálida o el poseer dotes musi- cuando menos en una de las dos series
azar a los presocráticos. Algunos ma-
cales son sólo causas accidentales de causales, sin propósito. La suerte es
nifiestan que en Demócrito tal azar
tal construcción. El arquitecto es ne- mayor cuando el que va al agora para
se refiere únicamente a la "necesidad
cesario para la construcción de la casa, mercar aceite no tiene en aquel mo-
ciega", con lo cual terminan por iden-
pero no es menester a tal fin que mento el propósito de cobrar su deu-
tificar el concepto de azar con el de
tenga la tez pálida o posea dotes mu- da. Pero, una vez más, el hecho de
fortuna (por lo menos en tanto que
sicales. haberla cobrado no es inexplicable ni
este último es equiparado a las no-
La distinción entre azar y suerte co- misterioso. La suerte o fortuna —lo
ciones de hado o destino [ VÉASE ] ).
rresponde grosso modo a la distinción mismo que el azar— no son funda-
Esto equivale, además, a identificar
entre lo que sucede "accidentalmen- mentos irracionales de los aconteci-
el concepto de azar con el de com-
te" en los fenómenos naturales y lo mientos, sino, como ha escrito Aris-
pleta ausencia de finalidad. Cioffari,
que sucede "accidentalmente" en los tóteles, "privaciones": la suerte es una
por su lado, prefiere (apoyándose en
asuntos humanos. El que sea acciden- privación del arte, y el azar es una
el Estagirita y en varios comentaris-
tal excluye que sea necesario. Pero privación de la naturaleza (Met., Λ
tas: Simplicio, Proclo, etc.) interpre-
no implica que sea absurdo o inexpli- 3.1070 a 8). Es lo que expresa Santo
169
AZA AZA AZA
Tomás en su comentario al Estagiri- por el hado (véase CIOFFARI, op. cit. lógicas, junto al synechismo (afirma-
ta: "Fortuna et casus sunt quasi de- infra, pág. 45 [las expresiones entre ción de la continuidad) y el agapismo
fectus et privationes naturae et artis" corchetes son nuestras]). Nos hemos (afirmación de la evolución). Cournot
(In Met. Aristotelis comm.). referido a varias ideas sobre el Desti- ha mantenido una doctrina sobre el
Las ideas de Aristóteles antes des- no como fundamento de la fortuna o azar semejante a la aristotélica. Según
critas fueron discutidas (y, en su ma- suerte en el artículo sobre el primero Cournot, hay dos tipos de series
yor parte, aceptadas) por varios co- de dichos conceptos (véase también causales: las solidarias —que expresan
mentaristas antiguos (en particular PREDESTINACIÓN). Señalemos ahora el orden— y las independientes entre
por Simplicio). Pero un cierto número únicamente que con la introducción sí — que expresan el azar. — "Los
de autores tendieron a tratar la del aristotelismo en Occidente, las dis- acontecimientos producidos por la
cuestión del azar —y especialmente tinciones propuestas por el Estagirita combinación o la coincidencia de otros
de la suerte o fortuna— como idéntica, fueron nuevamente admitidas y ela- acontecimientos pertenecientes a series
o cuando menos similar, a la del boradas (por Alberto Magno y en independientes son los que se llaman
destino ( VÉASE ). Desde el punto de particular por Santo Tomás de Aqui- acontecimientos fortuitos o resultados
vista aristotélico, los conceptos de no, quienes emplearon las expresiones del azar" (Essai [Cfr. infra], t. I, pág.
azar, suerte y fortuna son no sólo dis- casus y fortuna antes introducidas). 51). Boutroux ha examinado el proble-
tintos del concepto de destino (o ha- Santo Tomás trató con detalle estas ma del azar en relación estrecha con
do), sino hasta opuestos a él: los pri- cuestiones en varios escritos; impor- la cuestión de la contingencia (VÉASE).
meros conceptos describen aconteci- tantes al respecto son los siguientes Según Borel, la necesidad y el deter-
mientos contingentes; el último (o úl- textos: Cont. Gent., I, 72, II, 92; III, minismo pueden ser afirmados de la
timos), acontecimientos supuestamente 72, 74, 86, 92; S. theol, I. CIII; II. realidad globalmente, pero no de las
predeterminados. Si se imagina que los II, XCV; In Met. Arist. comm., lec. realidades en particular; cuanto más
acontecimientos llamados "azarosos" iii; In Phys. Arist., comm. II. lect. 7. particular es una realidad, tanto más
son, en rigor, consecuencia de una El problema del azar, especialmente azarosa es. El azar puede tratarse me-
necesidad, a(na/gkh , pero de una en tanto que suerte o fortuna, fue diante leyes estadísticas que tienden
necesidad "pre-dicha" o "pre-estable- ampliamente tratado durante el Re- a convertirse, pero sin jamás lograrlo,
cida" mediante una cierta fuerza (per- nacimiento (por ejemplo, por Marsilio en "leyes absolutas". Borel indica que
sonal o impersonal), el azar (o, me- Ficino) tanto en textos filosóficos co- las leyes deterministas expresan "el
jor, la suerte o fortuna) será equiva- mo literarios. Una nueva identifica- estado más probable". Para François
lente al destino, ei(marme/nh, fatum. El ción de los conceptos de suerte o for- Meyer (Cfr. infra), el universo en esta-
destino será la "suerte" que le toque tuna y destino se abrió paso, apoyán- do corpuscular, que obedece a leyes
a cada cual (y hasta a cada "cosa") dose en "tradiciones populares", en estadísticas de la mecánica cuántica,
en un encadenamiento universal pre- los estoicos y en ciertas especulacio- representa "el estado de menor pro-
sentado con frecuencia popularmente nes antropológico-cosmológicas. En la babilidad"; el universo "formado" re-
en la imagen de la rueda cósmica ("la medida en que dominó, durante la presenta "el estado de mayor pro-
rueda de la Fortuna"). Estas ideas úl- época moderna, la idea de un enca- babilidad".
timas coincidían con ciertas concep- denamiento causal estricto (cuando Actualmente se tiende a examinar la
ciones "populares" y a la vez se ha- menos en los procesos naturales), los cuestión del azar en términos de pro-
llaban vinculadas a diversas represen- filósofos modernos mostraron escasa babilidad. Nos hemos referido al asun-
taciones metafísico-cosmológicas de inclinación a ocuparse del problema to en diversos artículos (véase espe-
las que hallamos ejemplos en los ór- nuevamente. Mas a partir del siglo cialmente INCERTIDUMBRE [PRINCIPIO
ficos y en Platón (donde la suerte o XIX abundaron los análisis sobre el DE ] y PROBABILIDAD). El problema de
fortuna, ty/xh aparece a veces ligada a concepto de azar. Opiniones manteni- la intención o falta de intención en
la "oportunidad", kairo/j [Leg.,709 das al respecto han sido las siguientes: el azar —que había desempeñado un
B], y en parte en los estoicos. "La (2) Hay efectivamente azar en toda la papel tan importante en el pensamiento
confusión de la Fortuna con el Des- realidad, tanto la natural como la so- antiguo y en el medieval— no ocupa
tino [Hado], siempre a punto de emer- cial o histórica; (2) No hay azar en la hoy día por lo común la atención de
ger no bien establecida la oposición Naturaleza, pero lo hay en la histo- los filósofos. Sin embargo, el análisis
entre ambas, debía de ser destacada ria; (3) El azar no existe más que de la noción de azar por Bergson tiene
por los estoicos como algo de hecho, como un concepto; se mantiene que muy en cuenta el citado problema.
si no de derecho. La [idea de] tras- hay azar sólo porque se desconocen Según Bergson, la idea de azar
cendencia [defendida, entre otros au- algunos elementos en el encadena- oscila entre la idea de causa eficiente y
tores, por Platón] había conseguido miento riguroso y universal de todos la de causa final sin detenerse nunca
mantener las ideas aparte, si no para los fenómenos. en ninguna de ellas. El azar no es un
Dios, cuando menos para el hombre. Entre los que han defendido la teo- orden, sino la idea que tenemos de
Pero en la concepción estoica de la ría de que hay realmente azar men- una situación y, por lo tanto, no
causalidad como algo inmanente y ne- cionamos a Peirce, Cournot, Boutroux, puede entenderse sin mezclar a la
cesario ello no era ya posible. La Emile Borel y François Meyer. Se- idea de lo azaroso nuestra actitud
Fortuna podía ser para los estoicos a gún Peirce, el azar (chance) es un expectante. De ahí ciertas confusiones
lo sumo un elemento subjetivo, una principio real. Peirce considera el en el examen de la noción de azar.
comprensión deficiente o incompleta tychismo (afirmación del azar) como Algunos califican de azaroso a lo que
de la concatenación causal producida una de las grandes categorías cosmo- se opone a la intención cuan-
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AZA AZA AZA
do la idea de azar es sólo "una inten- and Fate from Democritus to Thomas Lasson, Über den Zufall, 2a ed., 1918.
ción vaciada de su contenido", un he- Equinas, 1935 (tesis) [otras obras del — G. Just, Begriff und Bedeutung des
cho que solamente adquiere sentido mismo autor: The conception of For- Zufalls im organischen Geschehen,
tune and Fate in the Works of Dante, 1925. — E. Stern, Zufall und Schick-
por su referencia al hombre. El azar 1940; Fortune in Dante's Fourteenth sal, 1926. — G. E. Spaulding, A
no se opone a la intención, sino a la Century Commentators, 1944 — am- World of Chance, or Whence, Whi-
inversa: azar e intención son dos as- bas, monografías]. — Para Peirce; ther, and Why, 1936. — J. Segond,
pectos de una misma realidad, opuesta "The Doctrine of Chances", Popular Hasard et contingence, 1938. — Ri
a lo mecánico. Si se cree, por ejemplo, Science Monthly (Marzo, 1878), chard Hertz, Chance and Symbol,
reimp. en Chance, Love, and Logic, 1948. — Max Born, Natural Philoso-
que todos los hechos abrigan una phy of Cause and Chanc e, 1949
intención, el azar queda aparentemen- 1923, ed. M. R. Cohén, págs. 61-81.
— Para Augustin Cournot: Essai sur [Waynflete Lectures. Oxford, 1948].
te eliminado. Pero cuando se exami- les fondements de la connaissance et — Pius Servien, Hasard et probabi
na la cuestión con cuidado se descu- sur les caractères de la critique philo- lités, 1949. — Íd., íd., Science et
bre que el azar es la intención pura- sophique, 2 vols., 1951 (también: hasard, 1952. — Wilhelm von Scholz,
mente formal. Si así no ocurriese, todo Exposition de la théorie des chances Der Zufall und das Schicksal, 1959.
podría explicarse mecánicamente. La et des probabilités, 1843). Sobre — Las obras anteriores tratan de la
cuestión del azar usualmente desde un
paradójica identificación de lo inten- Cournot: A. Darbon, Le concept du punto de vista filosófico general, pero
cional con lo azaroso se debe a que hasard dans la philosophie de C., algunas de ellas tienen en cuenta di
ambos son resultado de una expecta- 1911, y Jean de la Harpe, Du ordre cha cuestión desde el punto de vista
et du hasard. Le réalisme critique científico, y en particular consideran
ción. d'A. C., 1936. — Para E. Borel: Le
D. Sztejnbarg (op. cit. infra) indi- do la noción de probabilidad. La
hasard, 1932 (trad. esp.: El azar, obra de A. W. Bankin, Choice and
ca que hay cuatro grupos de signifi- 1948). — Para F. Meyer: L'accéléra Chance. A Libertarian Analysis, 1960,
cación del término "azar": (1) Sig- tion évolutive, 1947 y Problématique tiene presente sobre todo la cuestión
nificaciones relacionadas directa o in- de l'évolution, 1954. — Para Bergson: del azar en relación con la elección en
directamente con el concepto de causa L'évolution créatrice, 1907, Cap. III. tre varias decisiones posibles. Hay que
o el de ley natural; (2) Significaciones — Para D. Sztejnbarg: "Analiza pro- completar la bibliografía indicada con
jccia przypadku. Przyczinek do stow- varias de las obras mencionadas en
definidas en función del concepto de nika filozoficznego", en Fragmenty fi- otros artículos, tales como CAUSA,
probabilidad o de dependencia lozoficzne, 1934, págs. 167-79; resu CONTINGENCIA, DETERMINISMO , IN -
estadística; (3) Significaciones que men por el autor en Studia philoso- CERTIDUMBRE ( PRINCIPIO DE), INDUC-
oponen el azar a la finalidad — phica, I (1935), 486-7. — Otras obras CIÓN, LIBERTAD, PROBABILIDAD). —
siendo también variable la signifi- sobre el problema: W. Wildelband, Para obras históricas (además de V.
cación de este último concepto; (4) Die Lehre vom Zufall, 1870. — John Cioffari, supra), véase Curt Leo von
Significaciones que oponen lo fortuito Venn, The Logic of Chance, 1876. — Peter, Das Problem de Zufalls in der
Léon Olle-Laprune, Le hasard, sa loi griechischen Philosophie, 1910. — M.
a lo "esencial". et ses conséquences dans les sciences Julienne Junkersfeld, The Aristotelian-
Las referencias a Aristóteles, Pla- et la philosophie, 1906. — Timerding, Thomistic Concept of Chance, 1945.
tón, Santo Tomás, etc., en el texto. — Die Analyse des Zufalls, 1915. — A.
El libro de V. Cioffari es: Fortune

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