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Antón Chejov.

El Autor
Antón Chejov.
Dramaturgo y autor de relatos, es una de las figuras más destacadas de la literatura
rusa. Hijo de un comerciante, Chejov nació el 29 de enero de 1860 en Taganrog, y
estudió medicina en la Universidad Estatal de Moscú. Casi no ejerció la medicina
debido a su éxito como escritor y porque padecía tuberculosis. La primera colección
de sus escritos humorísticos, Relatos de Motley, apareció en 1886, y su primera obra
de teatro, Ivanov, se estrenó en Moscú al año siguiente. Casi a finales de siglo
conoció al actor y productor Konstantín Stanislavski, director del Teatro de Arte, de
Moscú, que en 1898 representó su obra La gaviota (1896). Esta asociación de
dramaturgo y director de teatro, que continuó hasta la muerte de Chejov, permitió
la representación de varios de sus dramas en un acto y de sus obras más significativas
como El tío Vania (1897), Las tres hermanas (1901) y El jardín de los cerezos
(1904). En 1901 se casó con la actriz Olga Knipper, que había actuado en sus obras.
Chejov murió en el balneario alemán de Badweiler el 14/15 de julio de 1904. La
crítica moderna considera a Chejov uno de los maestros del relato corto, el cuento.
En gran medida, a él se debe el cuento moderno en el que el efecto depende más del
estado de ánimo y del simbolismo que del argumento. Utilizando temas de la vida
cotidiana, Chejov retrató el alma de la vida rusa anterior a la revolución de 1905:
vidas inútiles, tediosas y solitarias incapaces de comunicarse entre sí y e incapaces
de cambiar la sociedad a la que pertenecían y que intuian errónea. Chejov está
considerado, dentro del teatro como un representante del naturalismo moderno. Sus
obras dramáticas, lo mismo que sus cuentos, son la introspección psicológica en el
fracaso espiritual de unos personajes en una sociedad feudal que se desintegra. En
una obra de teatro de Chejov muchos acontecimientos dramáticos tienen lugar fuera
de la escena y lo que se deja de decir muchas veces es más importante que las ideas
y sentimientos expresados. Algunas de sus obras fueron inicialmente rechazadas en
Moscú, pero su técnica ha sido aceptada por los dramaturgos y los espectadores
modernos, y sus obras aparecen con frecuencia en los repertorios dramáticos.

Los cuentos de Chejov y su clima reflexivo lo convierten, a decir de Harold


Bloom, en “el artista indispensable de la vida no vivida y en el más importante de
todos los cuentistas que le sucedieron.
La obra.
EL beso.

Riabovich, un oficial tímido, soso y retraído de una brigada de artillería, acompaña a


sus compañeros a una velada social en casa de un general retirado. Deambulando por
la casa, el retraído oficial, entra en una habitación oscura y tiene un inesperado
encuentro. Una mujer que lo confunde con otro le da un beso y se retira. El oficial
huye asustado, pero queda obsesionado por el inesperado encuentro, que lo exalta y
lo atormenta y acaba por torturarlo. Riabovich se ha enamorado de una mujer a la
que no ha visto nunca y a la que nunca vera. Pasado algún tiempo, los oficiales
vuelven a ser invitados a la mansión del general, y Riabovich, al pasar por un
puentecito cercano a la casa de baños, toca una sabana húmeda que alguien a
colgado a secar. Invadido por una sensación de frio, de miedo y aspereza, mira el
agua, donde se refleja una luna roja. Contempla el fluir de la corriente y
experimenta la extraña sensación de que la vida no es otra cosa que una broma
incoherente. Sus compañeros se divierten en la fiesta y él decide regresar al cuartel
a su cama solitaria.

Considero que “El beso” es uno de los cuentos mejor logrados de Chejov, las
situaciones vividas, el beso y la sabana húmeda destruyen a Riabovich, son los
momentos culminantes de la obra. Por irracional que parezca la desesperación tiene
menos fuerza y entidad que la esperanza y la alegría. Es significativo que Chejov,
ese espíritu lúgubre, basase su fuerza narrativa en su máxima preferida: “ Sabrás la
verdad y la verdad te hará desesperar”

La Frase
-Es fácil conquistar al que piensa que está conquistado.

-En la naturaleza, una repugnante oruga se transforma en una mariposa encantadora;


en cambio, entre los hombres ocurre lo contrario: una encantadora mariposa se
transforma en una oruga repugnante.
-El amor, la amistad y el respeto no unen tanto a la gente como un odio común hacía
alguna cosa.

-Del mismo modo que estaré solo en mi tumba, vivo esencialmente solo.

-Los hombres inteligentes quieren aprender; los demás enseñar.

-El hombre vulgar espera lo bueno y lo malo del exterior, el hombre que piensa lo
espera de sí mismo.

-El arte de escribir consiste en decir mucho con pocas palabras

-Confieso que enterrar a algunas personas constituye un gran placer

Carlos Herrera Rozo.

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