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Esquizofrenias pseudoneuróticas
y la psicosis pasar a ser apellidada psicógena o psicoterapia...o fluoxetina. Las ideas hipocondríacas
reactiva -cuando de hecho se trata de una verdadera fomentadas por la literatura popular pueden colo-
esquizofrenia pura y dura. rear el cuadro y, si no la masturbación como tal, sí
que la sexualidad es a menudo considerada como
También son bien conocidos los casos de crimina- la causa del trastorno, cuando no la menstruación,
les -o no- encarcelados que muestran cuadros apa- un cáncer oculto, una tuberculosis abacilar, o cual-
rentemente histéricos o ganseriformes que no son quier otra cosa menos la esquizofrenia. Y el hecho
más que formas de inicio -o no tanto de inicio- de es que todos los problemas normales de 1a ado-
esquizofrenia, generalmente paranoide. Análo- lescencia pueden dar contenido a la psicosis
gamente, las esquizofrenias de aparición en la ado- hebefrénica -y de aquí precisamente su nombre, ya
lescencia o en la pubertad también adquieren un anterior a Kraepelin: éste solo hizo que incluirla
aspecto especial que puede hacer tentador el califi- dentro de la Dementia Praecox (después Grupo de
carlas de reactivas. Finalmente -para no alargar las Esquizofrenias para Bleuler), pero el nombre en
más esta introducción- citaremos todo el gran gru- sí era muy anterior al mismo Kraepelin.
po de esquizofrenias que empiezan desarrollando
sintomatología negativa, y que pueden ser en conse- No estará de más recordar -e insistir- que las reac-
cuencia tildadas de depresiones o hipocondrias. ciones verdaderamente neuróticas en esta edad de
Como vemos, es toda la gama de afecciones conoci- crecimiento y desarrollo intensivos son en realidad
das tradicionalmente bajo el nombre de neuróticas bastante infrecuentes, y en todo caso no se las
la que, por una razón u otra, puede ser confundida llega a ver casi nunca en el consultorio (ni médico
con una afección del grupo de las esquizofrenias, y [general] ni psiquiátrico). Incluso los -antiguamen-
éste es el tema que me propongo tratar aquí. te- llamados psicópatas raramente reaccionan pre-
sentando alteraciones mentales graves -excepto bajo
En la introducción de este trabajo he aludido a algu- la influencia de un ambiente muy perturbado y per-
nos de los cuadros que me propongo tratar aquí. turbador. En cambio la inversa sí que es frecuente:
Empezaré por los que aparecen en las esquizofrenias los hebefrénicos acostumbran a seguirlo siendo du-
desorganizadas o hebefrénicas, por ser las de apa- rante meses y años, diagnosticados de neurasténi-
rición más precoz: intentaré seguir así un orden cos, neuróticos, depresivos, víctimas de los -
cronológico. Como es bien sabido desde Mayer- diferentes- planes de estudios (cuando no de sus
Gross(1963)ª, la esquizofrenia hebefrénica se ca- propios padres: como decía Baruk hace ya muchos
racteriza por la predominancia del trastorno del pen- años: Todo hebefrénico pasado por las manos de un
samiento sobre los otros síntomas propios de la psiconalista se vuelve un paranoico que acusa a sus
esquizofrenia (o de las esquizofrenias). (Recordemos padres de todas sus desgracias)... antes de ser diag-
que, para el mismo Mayer-Gross(1963), la perdida nosticados de esquizofrénicos. A menudo pasan
o carencia de respuesta afectiva sería el síntoma años como clientes regulares de múltiples consul-
líder de la esquizofrenia simple, la alteración tas médicas ambulatorias o de diferentes Servicios
psicomotora el de la catatónica, y el(los) delirio(s) de Urgencias hospitalarios hasta que la presencia
primario(s) el de la paranoide). Al principio, el en- de un psiquiatra o la absurdidad delirante de sus
fermo presuntamente hebefrénico sólo presenta un quejas alerta de la presencia subyacente de una
cierto grado de dificultad para concentrarse, cosa afección mental grave (psicótica).
que puede pasar desapercibida en un peón -dicho
sea con todo el respeto que se merecen estos tra- El pensamiento vago y difuso del hebefrénico hace
bajadores-, pero que causa serios handicaps en de él un permanente dilettante en la vida real, y
una persona de edad escolar. En un alumno previa- lleva a que a menudo se le califique de iluso o de
mente brillante y prometedor, de golpe los exáme- utopista, cuando no de revolucionario o de idealista
nes se convierten en imposibles -o muy difíciles- de incomprendido. De hecho, estos pacientes son inca-
superar, y requieren esfuerzos sobrehumanos. A me- paces de cualquier lectura o acción seria, y pronto
nudo la familia -o el mismo médico de cabecera, o son rechazados por todos los grupos sociales donde
el psicólogo escolar- culpa de este hecho a los nue- ellos -o más a menudo sus familias- pretenden in-
vos planes de estudio o a las dificultades propias tegrarse (o integrarlos). Se sienten, eso sí, atraí-
de la pubertad (no están muy lejanos los tiempos dos por toda clase de ideas pseudocientíficas y/o
en que se culpaba a la masturbación). Desgracia- pseudofilosóficas (recordemos lo que dice Colodrón
damente, son todavía los pedagogos, psicólogos o en su espléndido libro sobre la Esquizofrenia [cito de
incluso médicos consultados los que no sospechan memoria]: el hebefrénico se siente atraído por el
la gravedad de la afección y aconsejan reposo, cam- esoterismo como la mariposa por la luz), pretenden
bio de maestro o de escuela, vitaminas, poder resolver los problemas básicos o fundamenta-
[hablar pasado el punto] o los franceses coq-à- bras de MayerGross) que parece indicar desprecio
1âne (renuncio a la traducción literal, ya que no hacia su entorno, pero que en realidad no es más
tiene ningún sentido), y que nosotros conocemos con que la expresión de su autismo (aunque siempre hay
el termino técnico de pararespuesta: una respues- alguien que se empeñe en calificar esta actitud de
ta inadecuada a la pregunta del examinador, pero ataraxia filosófica, y en hablar de la cultura
que muestra que quien la da ha captado más o esquizofrénica como quien habla de una contracultura
menos la pregunta. ¡o de una anticultura!). Siguiendo con los
hebefrénicos, también tenemos los que son o pa-
Evidentemente, la risa del hebefrénico también pue- recen hiperactivos, y que buscan casi
de ser atribuida a una alteración afectiva, y de he- compulsivamente (otra vez nos encontramos frente
cho es verdad que muchos hebefrénicos, además de a una conducta aparentemente neurótica) la solu-
trastornos del pensamiento que pueden parecer ción a1 problema de Dios, o al teorema de Fermatt,
psicógenos (como ya señalaban, como acabamos o a la cuadratura del círculo, etc. Hay quien afirma
de decir, Anderson y Mallinson en 1941) presentan a que el modelo que utilizó Rodin para su famoso
la vez sintomatología emocional o tímica. Pueden penseur era un hebefrénico de SainteAnne... De
parecer estar ligeramente deprimidos, pero nunca hecho, cuando contemplamos a un hebefrénico so-
profundamente, y más a menudo ríen sin motivo apa- ñador, con su mirada perdida en inconmensurables
rente. No acostumbran a perder al principio 1a profundidades o clavada fijamente en un infinito in-
afectividad hacia sus parientes y amigos, aunque no asequible para nuestros pobres ojos de personas
son infrecuentes los ataques de rabia o de agresivi- supuestamente normales, sentado horas y ho-
dad hacia quien se espera que más deberían querer: ras, inmóvil, incapaz de responder a las preguntas
los padres o, más específicamente, el padre si el más sencillas, uno se pregunta qué es más respon-
paciente es una chica, y viceversa. Sus respuestas sable de su actitud: ¿e1 trastorno del pensamiento o
afectivas a los acontecimientos reales lo mismo pue- la pasividad y el embotamiento afectivo? Seguramen-
den ser o parecer hiperadaptadas como com- te las dos cosas a la vez, pero no, evidentemente,
pletamente incongruentes e inesperadas. En fases una inhibición de tipo neurótico o de origen
más avanzadas, el hebefrénico muestra una frialdad psicosexual.
o serenidad tan excesiva que a menudo es
(mal)entendida como indicadora de un menosprecio También es cierto, sin embargo, que toda psicosis
hacia su entorno, cuando en realidad sólo hace que de inicio insidioso lleva con y en ella mucha parte de
reflejar el vacío de su mente. su sintomatología psicopatológica derivada de los
propios rasgos de la personalidad de base del pa-
La risa del hebefrénico puede atribuirse, naturalmen- ciente Nos encontramos aquí enfrentados al difícil
te, a una alteración afectiva de tipo neurótico, y, de problema no sólo de la comorbilidad sino de la in-
hecho, muchos hebefrénicos muestran sintomatología fluencia de la personalidad previa, premórbida, en
emocional combinada con sus trastornos de pensa- la enfermedad de aparición posterior. No es necesa-
miento (alogia): pueden estar ligeramente deprimi- rio recordar que los DSM inmediatamente anteriores
dos, pero sin que su depresión sea contagiosa: al IV no reconocían como tal la esquizofrenia sim-
pueden mostrarse incluso risueños, sin que sus risas ple, que se tenía que buscar entre los trastornos de
o risitas hagan ninguna gracia, ni siquiera a ellos la personalidad, esquizoide y/o esquizotípico. Mutatis
mismos: la frialdad mejor dicho: la carencia de mutandis, esto también es válido para la
sus sentimientos no deja de llamar la atención del esquizofrenia desorganizada o hebefrénica, en la cual
entrevistador, por poca experiencia que tenga, siem- muchos de los síntomas, como el deterioro progresi-
pre que sea mínimamente perspicaz. Tampoco acos- vo de la capacidad para el pensamiento formal (lógi-
tumbran a faltar crisis de irritación (ataques de ra- co, conceptual, abstracto, etc.) por un lado, y el
bia), con o sin agitación y/o violencia, sobre debilitamiento también progresivo de la volun-
todo en las fases de brote (agudizaciones o tad y de la capacidad de esfuerzo (recordemos la
reagudizaciones): a un examinador poco entendido, definición de Maine du Biran: La réalité, cest ce
o a un profano en psiquiatría, le pueden parecer qui nous résiste), así como el embotamiento de la
reacciones más o menos adecuadas aunque exce- respuesta emocional y afectiva (los tres síntomas ca-
sivas a estímulos reales, pero a menudo son total- racterísticos de la hebefrenia), son los tres puramente
mente incongruentes e inesperadas, (y potencialmen- negativos, se superponen a los rasgos de la perso-
te peligrosas). nalidad previa y pueden simular lo que conocemos
tradicionalmente como modos de comportamiento
En fases más avanzadas de 1a enfermedad el neuróticos Estos modos, a menudo, actúan de he-
hebefrénico muestra una serenidad vacua (en pala- raldo del proceso esquizofrénico. Son el color, la
patoplastia, del cuadro clínico, y lo dominan hasta compulsivos. Ya en 1945 Stengel hacía observar la
que aparecen síntomas más graves -y/o positivos, o frecuencia de los rasgos obsesivos en muchos
típicos, o primarios, o patognomónicos- que permi- esquizofrénicos, y subrayaba el relativo buen pronósti-
ten, o facilitan, el diagnóstico de la enfermedad, co de la esquizofrenia injertada en una personalidad
cuando ésta ya es bien manifiesta. obsesiva: también es clásico hablar de la curación en
modo obsesivo de ciertas esquizofrenias. Un caso
De aquí mi punto de vista de que es no sólo errónea típico de lo que estamos diciendo se puede encontrar
sino conceptualmente aberrante (similar o análoga, en el paciente de Freud conocido como el hombre
para entendernos, a lo que representaría sumar co- lobo que fue psicoanalizado con aparente éxito cuan-
les y acelgas y afirmar que el resultado son rábanos) do tenía veinte años, pero que después desarrolló una
la teoría defendida por algunos autores (afortunada- clara esquizofrenia con delirios hipocondríacos, como
mente -creo y espero- en vías de extinción) que descubrió Brunswick en 1929. Vale decir que el mis-
consiste en afirmar que la esquizofrenia es una neu- mo Freud había observado que los síntomas del pa-
rosis agravada, y que se la ha de considerar en el ciente -incluso en el momento en que todavía lo
mismo plano y tratar de manera similar a las neuro- consideraba un paciente obsesivo- le recordaban los
sis. Creo que solamente la inexperiencia clínica pue- de Schreber, el esquizofrénico paranoide al cual ha-
de hacer perdonar este punto de vista, que no se bía dedicado un estudio anterior.
resiste a una mínima perspicacia clínica, única -
con la experiencia- en hacer posible el discernir los Muchos esquizofrénicos paranoides, es cierto, empie-
signos inequívocos de la psicosis esquizofrénica bajo zan, presentando reacciones paranoides psicológica-
la máscara de la neurosis. A pesar de todo, siem- mente comprensibles (en el sentido de Jaspers), y esta
pre persiste la posibilidad de error, y no hay psico- -aparente, al menos- comprensibilidad hace que el
terapeuta que no haya caído más de una vez en la diagnóstico de esquizofrenia como tal quede pospues-
frustrante experiencia de ver una esquizofrenia des- to hasta que el delirio pierde finalmente su coheren-
puntar detrás de lo que parecía anunciarse como el cia interna así como toda apariencia de verosimilitud
curso esperanzador de un tratamiento psicológico o plausibilidad. Otras veces, el delirio aparece bajo
en vías de tener éxito. una apariencia finalista: recordemos que ya en 1922
(!) H.W. Maier había descrito la esquizofrenia del
Aunque no se trata aquí de hacer el diagnóstico dife- seguro, que describía como una esquizofrenia leve
rencial de la esquizofrenia, sí quiero mencionar algu- que inicialmente adoptaba la forma de una neurosis
nos de los más comunes disfraces neuróticos bajo de compensación, un desarrollo que parecía venir
los cuales acostumbra a ocultarse la esquizofrenia, favorecido por las condiciones específicas referentes a
especialmente la hebefrénica, pero también la los seguros en Suiza: el contenido psicológico del de-
paranoide y cualquier otra, incluso la catatónica. Las lirio parece al principio coincidir con la lucha del pa-
depresiones neuróticas o reactivas, como ya he ciente por obtener algún tipo de compensación econó-
apuntado, son a menudo el primer signo de la psico- mica; sólo es en el curso de la evolución que sus
sis en adolescentes que empiezan a perder coheren- reclamaciones se vuelven más y más absurdas, sus
cia en sus actividades de la vida diaria, sobre todo quejas se transforman en delirios hipocondríacos, y
las discentes. Cuando un adolescente cambia de sus razonamientos acaban volviéndose ilógicos y final-
carácter, se vuelve irritable, hostil, desagradable, mente del todo incoherentes.
mal educado, empieza a insultar y maltratar a sus
padres..., la tendencia, a menudo, es de hablar de Sería necesario hablar aquí, también, cómo hay for-
crisis de la adolescencia o culpar el autoritarismo mas clínicas (aparentemente) comprensibles de psi-
de los padres u otras tonterías, y no ver que el/la joven cosis (y, por tanto, neuróticas) que aparecen des-
está cayendo irremisiblemente en un abismo sin fon- pués de acontecimientos biológicos tempestuosos,
do y perdiendo de vista la realidad más inmediata, como la pubertad, la meno (y andro)pausia, o la in-
abismo del cual cada día que pase sin tomar medidas volución en general: el mismo Kraepelin consideraba
terapéuticas ad hoc será más difícil extraerlo. que constituían entidades nosológicas separadas:
psicosis presenil delirante, catatonia tardía, etc.
Los fenómenos obsesivos, algunas veces relacionables Kleist, en 1913, las llamaba paranoia involutiva, y
con la despersonalización y desrealización propias seguramente no nos equivocaremos si calificamos
del psicótico, pueden ocultar y dificultar el diagnósti- de esquizofrénicos a los depresivos involutivos de
co de una esquizofrenia, especialmente si hay tipo rígido descritos por Medow en 1922. Una cier-
premórbidamente una personalidad anancástica. La ta predominancia de síntomas paranoides y depresi-
pasividad propia del hebefrénico puede hacer de pavi- vos es corriente en todas las enfermedades psíquicas
mento por donde transcurren los síntomas obsesivos y de las personas de edad avanzada, sin que esto nos
justifique hablar de entidades nosológicas indepen- 3. Brunswick MR. Postcript to Freuds History of a case
dientes. Sí que tiene en cambio un aspecto más dis- of Infantile Neurosis. Wien. 1929.
tintivo la catatonia tardía que Kraepelin describe 4. Grünthal E. The presenile and senile diseases of the
como una psicosis rara que empieza con depresión brain and spinal cord. In: Bumke and Foersters
e hipocondría y que progresa rápidamente hacia el Handbook of Neurology. 1936;12:466.
estupor y el negativismo, hasta acabar en muerte.
5. Haslam J. Observations on madness. London 21809.
Pero la relación de esta psicosis con la esquizofrenia p. 120.
es más que dudosa: parece más probable, como ya
sugirió Grünthal en 1936, que se trate de una forma 6. Hoch D, Polatin P. Pseudo -neurotic forms of
schizophrenia. Psychiat. Quart.1949;23:248.
especial de demencia presenil -aunque, en un princi-
pio, con la apariencia de una neurosis depresiva. 7. Kleist K. Involutional paranoia. Allg. Z. Psychiat.1913;
70.
Podría alargarme mucho más, pero creo que con lo 8. Kraepelin E. Psychiatrie, 8ª ed., Leipzig. 1909-
que he dicho hasta aquí es más que suficiente para 1913;16.
hacer entender lo que quería decir: Muchas
9. Lipton, Alan and Cancro, Robert (1995):
esquizofrenias -y no solamente esquizofrenias: tam-
Schizophrenia: Clinical features. In: Comprehensive
bién demencias orgánicas- se ocultan bajo una más- Textbook of Psychiatry/VI.1995;1:968-87. Baltimore.
cara neurótica que no nos ha de engañar: detrás de
la máscara veneciana se esconde muy a menudo - 10. Mckenna T.J.(1994): Schizophrenia and related
como decía Casanova (el Giacomo de las Memorias, syndroms. Oxford University Press, Oxford 1994.
no el Conseller en Cap de la Generalitat de Catalunya 11. Maier HW. On insurance hebephrenia. Z. ges. Neurol
de 1714)- una faz horrible marcada indeleblemente Psychiat.1922;78:422.
por la viruela. 12. Mayer-Gross W. (1963)ª: Clinical Psychiatry, p. 257.
London. 1963;5:257.
13. Mayer-Gross, W. (1963)b: Ibidem, p. 255.
Bibliografía
1 4. Mayer-Gross, W. (l963)C: Ibidem, p. 258.
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