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La Alegría de querer - Jairo Aníbal Niño

TU CABELLO ES UNA
BANDA DE CHUPAFLORES

Tu cabello es una banda de chupaflores,


tu cara es un espejo mágico,
tu sonrisa es un gol olímpico,
tu mirada es un 5 en álgebra,
tus manos son un par de mariposas,
tus pies dos caballitos blancos.
Serías perfecta si tu corazón no fuera de piedra.

QUÉ HACES AQUÍ?

¿Qué haces aquí?


y por qué tienes ese frasquito en la mano?
-Es que he venido por un poco de tu saliva
para curarme una herida
que ayer -por estar mirándote-
me hice cuando jugaba béisbol.
LILIANA

-Liliana, me contaron
que prefieres salir con López
porque él es un niño muy rico,
propietario de muchas cosas.
Para que lo sepas,
yo también soy muy rico;
tan rico, que una vez fui dueño
de quince caballos de carreras.

-Mateo, al verte es increíble pensar


que alguna vez fuiste dueño
de quince caballos.
Dime...¿todos ellos corrieron
en el hipódromo de la capital?

-No, Liliana.
Ellos jamás corrieron en el hipódromo.
Lo hacían cerca de Isla Grande,
en el golfo de Morrosquillo
Mis quince caballos eran de mar.

¿Me haces un favor? —¿Me haces un favor? —¿Qué clase de


favor? —¿Quieres tenerme mis avioncitos durante todo el
recreo? —¿Durante todo el recreo? —Sí, es que tú eres mi c
i e l o .

El día de tu santo

El día de tu santo
te hicieron regalos muy
valiosos:
un perfume extranjero,
una sortija,
un lapicero de oro,
unos patines,
unos tenis Nike y
una bicicleta.
Yo solamente te pude traer,
en una caja antigua
de color rapé,
un montón de semillas
de naranjo,
de pino, de cedro,
de araucaria,
de bellísima, de caobo y
de amarillo.
Esas semillas son pacientes
y esperan su lugar y
su tiempo.
Yo no tenía dinero para
comprarte algo lujoso.
Yo simplemente quise
regalarte un bosque

Ayer en la clase de física

Ayer en la clase de física casi grito EUREKA, al serme


revelado todo lo que tiene que ver con la teoría de los
vasos comunicantes. Fue en el momento en que, oculta a toda
mirada, mi mano estrechó la tuya l a r g a m e n t e .

Por ti

Por ti,
me he convertido en
d e l i n c u e n t e ,
en un ratero,
en un amigo de lo ajeno
que será perseguido
por todos,
incluyendo al policía
de la esquina,
al profesor de moral
y al prefecto de disciplina.
Por ti,
ayer en la tarde,
me convertí en un ladrón
de flores.

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