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de liberead sin el cual carecen de sentido los propios medios de comu- nicaci6n. Entre los aueve capitulos del libro existe una apreciable unidad in- teena, pues los aucores comparten no s6lo una sensibilidad semejante hacia los problemas reales, sino también una andloga concepcign de la dca piblica plicable 2 na sociedad pluralisa. Con este subsuelo ético ‘compartido, hemos cratado de incluie a lo largo de les diferentes capi= los una teflexin acerce de los elementos esenciales del fenémeno s0- cial-comunicativo: la construccién dela ciudadanfa audiovisual, el va- lor de la opinién paiblica y el derecho a Ia informacin, el sentido de los c6digos deontol6gicos y del profesionalismo comunicativo, el ‘complejo tema de la objeividad y la imparcalidad, el no menos espi- ‘oso asunto de la publicidad, la tensin entre las instituciones pibli- ‘as y las empresis privadas, ls relaciones encte la globalizacién éeica yy los medis, un andlisis comparativo de éstosa la luz desu distineoal- cance écico y, por iltimo, la necesidad de ageacias y mecanismos de supervisin medidtics, ‘Auungqe cada uno de los autores sea el responsable de su propio ca- pitulo, es destacable su disposicién a teabajar con sentido de equipo, pues s6lo asf ha sido posible lograr la deseable articulacin interna ‘Muy de agradecer han sido también, en esta linea, Ia confianza y los provechosos consejos de Lorenzo Vilches, reconocido expertoen la ma~ teria. Asimismo, quisiéramos expresar nuestro especial agradecimien- twa Victoria Camps por el apoyo que ha prestado desde el primer mo- ‘mento a este proyecto, asi como por su valiosa contribucién desde la préctica en el Consejo Audiovisual de Cataluia. Js0s Cont. ¥ Vicent GozAtvez wees 7: Ciudadania activa en una sociedad mediatica* Adela Cortina En las sociedades pluralist es crucial el papel de los medios de comu- nicacién, Ciertamente esos medios nacieron con el afin de hacer pos ble la libertad de informa y de recibir informacién, cone afin de sen- tar las bases del «uso piblico de la azn», pero con el tiempo, y sobre todo al convertirse sus productos en objet codiciado por el poder po- litco y econémico, fueron cambiando el empeiio en informar por el empetio en conteolt las prferencias de os individuos y en orentar sus elecciones. Un cambio que no resulta accidental paa la confgurs- in de una soci que pretenda democrcic, sino todo lo contre- rio: es un cambio ese: porque, de tener éxito en sus pretensions, no serfan los ciudadanos los protagonistas de la vide pablice, sino de riyevo vasallos, de nuevos ‘Pensar con seria y deliberar sobre una ética de los medios de co- rmunicacidn es unde las rareas mas imporcante, y wuubiéa mls i= _gentes, en una sociedad que quiera serlo de ciudadanes, y no de sierves. 1. Una sociedad de ciudadanos Las tiltimas décadas hen ido conduciendo la filosofis moral y poltice hodiemas hacia un «tema estello: el dela cindadani'Liberales y co- manicarivs, agriamenteenfrentados en los fos ocheats, scaban tecono- + Trabsjo ineluidy ene, Proyecto de Invenignciga «Exe coadmicay empesaral dead una nueva ice de dscns (BFF 2001-3185-C2.01), nuncio pore, Ministerio de Ciencia y Tenologia y con fodos Feder ciendo que la justicia es sin duda la virrad principal de los sistemas e instituciones sociales, como subrayaba en los afos etenta la rradicinli- beral por boca de J. Rawls, asf como que no hay verdaders justicia si los _miembros de esa sociedad no se saben miembros de cla, pertenecientes sella Lajuticia es indispensable a las sociedades, pero igualmente toes Ja consteucciGn comunitaria de ess mismas sociedades por parte de civ , i ee prac informative, peo viven sobre tado del «producto segu S del «producto segundo», que es la ‘Como es sabido, los medios def jon de presa ae financiaci6n de una empresa medié- ‘ano prceden oy tnt de product informativ, todas ces in aufcienre ecodmiament sno de la publicidad au empresa one nex. Obvinment en cuanto eta en juego i publicidad, a dibujarse un ciculo viciso: la publicidad econémicamente etente slo apuest por ls programas as cadena ns pcos on uo adc de aden lecture elevado, indices eevados que pueden conseguirse utilizando «la razén perezose», apostando por los ‘partidos de fitbol y sobre todo por los programas morbosos, o bien prado por un sn dlgene» que combine acactivoy dignidad, En cualquier caso, las connivencias entre los poderes mediftcos, poli- es y fancies ein sabi au diftilmence evitables. or otra parte, en los dle . ¢ imos tiempos la eraprese informativa dopa eda ves mis a frma «multimedia», Lo cual iene grandes jas, entre otras, el aumento en la eficiencia, la psibilidad de una la racionalizacién de Ia produccién, la rentabilidad, a diversficacin del riesgo. Pero tam- ercantli- accién sinérgica, la unificacién de la gestién y I bién tiene grandes inconvenientes, como pueden ser la m nformacién, la concentracién del poder en el nivel na- zacién de Ia i ‘uladores, el aumento de la ional e internacional, a entrada de espec ‘afluencia de los poderes fécticos. A mayor abundamieato, el plurals tno de los medias se erosiona, hasta quedar seducido a «poliarquias», cae ver mas préximas 0 los monopolios. La eoncentraciéa del poder ‘ar unos pocos medios socava las bases de plualismo ideoldgico en de- trimento dela democracia auréntica. "Y siesta concencraciGn se produce en los Estados nacionales,voda- fa resulta més alarmance en el Ambico internacional, ya que son pocos jase los que pueden poner en marcha formas de comunicacin como pedaser la comunicacin por satelite, desde ls que dan cuenta m0 56- Fo de los acontecimiento® de su propio pas, sino también de los res- tentes, Con lo cua, los ciudadanos obrienen aquella informacién, de la decfamos que les capacita para ser mis libres, de unos determina dos grupos y escala internacional, de un restingido aimero de pa Ses con eapacidad multimedidcica que cuentan la vida de los demés ates segin ss interess.” La dependencia es entonces tot que: 5. Bl protagonismo de los ciudadanos en aera de los multimedia rasgos de una sociedad resulta imprescindible para diluci- ddarcOmo es posible estar ala aleura dela exigencias morales que ella ‘misma planea. Estas exigencias, en una sociedad con democracia ibe- fal, se ceoncrecan en la necesidad de fomentar el protagonismo de los Ciuedadanos, que son los sefiores de la vida pablic, y ao sus siervs, no sus vasellos. Urge, pues, it disefando aquellas medidas que pueden forcalecer la ciudadania, en vez de debiltala, y, en ese sentido, qui- Siem exbozar cinco propuestas que pueden rsularfecundss Teidentemer 2 en una sociedad liberal un minimo necesario pars la claborecién de wna legistaci6n adecuada en rex Conocer los cevicar agresionss ci6n com el émbico medifcico, Sin embergo, tanto en la red de Internet cman ann te antaataas Y en ocasiones perjudiciales, no slo porque no es bueno que todo cer regula en une sociedad bier sino porque el woe interpret cou lepers hacen de las leyes puede resultar perjudical pe- _ De ahi que sea mucho més seguro al medio y argo plazo, aparte de iis corde con a dina dese, maton enbjrencco imbitos de distinto nivel, En principio, importa fomentar la poliar- {fa decent esiccos y poten a crea de anand on Jie qu expen opin ero tambien, sobre odo, ge fj en tees nels sociales: en a fori de wn chs pofsional yem- Presi que permita quel actividad media est a alara de os los principios de la ética moderna y alcance las metas que le son pro- las; en la fora de ese etn, pero refer abora no slo las personas oncrecs ya as actividades profesional y empresa, in también al funcionamiento de les organizaciones; y en la forja del candcter de los usuacios, de las personas afecradas, que son los ciudadsnos. 1) Fomentar la poliarguia de medios aumenta la capacidad de elecci6n de los ciudadanos y obliga a las empresas informativas, no s6lo & Compe po os consumidore, sino a decarar su e540 eo, To cual aumenta la objetividad. Es ciudadano quien sabe qué ‘ei elige, no quiet vive engaado por *otenciat Ia ereaciGn de asociaciones de consumidores que expre- ssa opinion ene debate pbc resulta ambi fdipenrle €n una sociedad compleja, en Ia que Ia persona aislada se sabe im- rent: Uns socieded cil mad reid por asciaciones, en caso de consumidores, dispuestos a participar en ese esfera pi blcaen lagu pblic debe dearest loi pieza clave en una sociedad de ciudadanos. : 3) Una ética de lo profisionals, tanto personal como dela actividad en Su conjunto, ¢s uno de los caminos con mayor fururo. En este senti- do, la redaccién de cédigos éticos tiene un valor si surgen de una ‘eflexin de los profesionales sobre su propia actividad profesional, 2 asset acess ef del deseo de declarar en vor alta qué consideran buenas pricticas, ‘quéles parecen malas précticas. ‘Sin duda el profesional excelente, tanto empresario como profe- sional de los medios, es el que hace uso de Ia raz6n diligente, bus- cando en la creacién digna su ventaja competitiva 4) Una tice de as organisacones medifticas y empresasiles es impres- cindible para que los profesionales no tengan que oficiar de héroes si quieren proceder de forma excelente. Las organizaciones, porte ner una estructura, son también anal6gicamente «sujecos mora- les 5) Por dleimo.en el orden de ls exposicién, pero en modo alguno en el de la imporcancia, una sociedad medica no se una sociedad de Ciudadanos libres si no pone todo su empefio en ayudar 2 cnsrair ujetos bes, en ayuda a construc comunaidores is. ‘Como hace afios se dolia José Luis Aranguren, la ética del dleimo er- cio del siglo xx ha sido sobre todo écica social. En el olvido ha queda- do pata las coctientes fundamentals de ética esa dimensin del ser bu- mano que es la del Bombre, mis que la del ciudadano, pero sin la que tampoco hay auténticos ciudadanos, sujetos de sus vidas, ‘Hace algiin tiempo participé, en la ciudad mejicana de Puebla y dos dias antes del terremoto, en un congreso que Hevaba un titulo es- ppléndido, por novedoso y revtalizador: «lnterioridad y crisis de furu~ to humano». Se trataba en él de discerir si los males que nos aquejan, Jos que nos tienen en una situacién critica, no proceden tanto de la perversidad de muestro mundo externo como de musi saci ntriy, porque un andisis de nuestra sicuaci6n presente refleja un innegeble repliegue dela vida interior fence ala exterior, y es imposible adue- jarse de la propia vida ytratar de cransformar la realidad sino es desde Ia capacidad de adentrarse en sf mismo, tomar distancia ante los acon- cecimientos, responder desde ese «s{ mismo» ya tan oscurecido. ‘Y justamente cuando es imperiosa la necesidad de consruirsujetos fécicos en la escuela y en la vecindad, en el grupo de amigas y en las asociaciones, la educacién aleanza sus mis bajas cotas de calidad y los poderes pablicos se dejan convencer por ia jerga de los medios cécni- os, por la propaganda de la exterioridad, que deja al sujetoinerme an te ella, con un profundo vacio interior. Desde ese vacfo no hay hombre (mujer/varén) ni tampaco ciudads- ‘no (var6n/mujer). Desde ese vacio no hay procagonistas, sino vaallos de cualquier sefior que tenga oporcunidad de ejercer su poder, en este aso, a través de los medios de comunicacién, Notas 1. W: Kymlicka y Norman, «Retumof che Citizen A Survey of Recent Work ‘on Citienship Theor, en Ethic, 109 (1994), pgs. 352-381; A, Cortina, Cindadar como pratsgennas, Galaxia GutenbergCitclo de Lactores,Barelona,1999, J. Co- tilly A. Cortina (coord), Ewa ens ciadadaf, Instiacin Afonso el Magnsaimo, 2001, 2, Para las cstncas dimensrs le a codadana ver A Coren, Cadden ue, Hacia wea tia dla cndedanta, Minas, Mads, 1997, 3. R. Beiner, «lntratuction, Why Ckzenship Constitutes « Theoretical Problem in the Lase Decade of he Tweentiech Century’, en R. Brine (comp), Thorsig Ci french, “ate of New York Press, 1995, pigs 1-28; J. Cohen comp.) Fer Law of Gouy. Pebating the Limits of Patrice, Beacon Press, Boston, 1996. 4. B. Barber, Strong Dara, University of California Press, BerkeleyLosAnge- lesfLondres, 19845 An Ariteray of Esryne, Onford University Press, Nueva Yor! Oxford, 1992 5.1. Kans, Beamer de Frage: Wait Anfbarang?, VIN, pgs. 3342. [Ted (Que Hasrin?, Tsnos, Mai, 2002 } 6.CG. Christina, J.P. Fes y B Mask Feckler, Goad Na Sel Ei andthe rar, Ondord Universe Press, 193, i. 16, 7.8. Ensoni,La Nee Rela de Ora, Cmenidad y meralidad er ame sitdad deme. tice, Paid, Barcelona, 1999, pg. 1B, Ver ambi, del mismo autos, The Lins of Privacy, Nueva York, Basie Books, 1999 8.TH. Marsal, Ciadedanay cla cal, Alianza, Made, 1998, 9. A. Cortina, Cindadana del mands, cap. V1y «Epilogor, 20. N. Chomsby €1. Ramonet,Cfey no onde la mao, Kein, Barcelona, 1995; 1, Ramones, La tirana del comniceciés, Debate, Madtid, 1998; J. Garcia Roce, Globalizaciés, en A. Cortina (oot), Dice palabras cla offi pla, Estella, VD, 1998, pgs. 163-212; JL. Séocher Noriega, -Dominacidn communicative del Te cer Mundo ysenibilir

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