You are on page 1of 3

100 años de la Deutscher Werkbund

Enviado por Chilepd el vie, 17 ago, 2007 a las 4:50 PM

 (Publicado por Rodrigo Walker en su blog)

Con esta sugerente invitación el Museo de las


Cosas de Berlín repasa la relación entre
función y belleza a través de la revisión del
diseño industrial del siglo pasado. Una
mirada a través de los ojos del Werkbund, el
fundamental movimiento interdisciplinario
del diseño y la arquitectura alemanas. La nota
es de agencias y la vi en Terra:

Berlín describe
evolución del
concepto belleza en
diseño con objetos
siglo XX
El Museo de las Cosas de Berlín repasa la evolución de los conceptos de
funcionalidad y belleza en cuanto al diseño de los objetos cotidianos en
una muestra que documenta tanto el espíritu de cada época como los
cambios sociales ligados a la invención de algunos de esos utensilios.
Desde inmensos sillones tallados en madera, a las primeras vajillas de porcelana, unas rudimentarias tijeras, el
tabaco para mujeres, fiambreras de plástico, lámparas de metal o jarrones de Ikea, todo tiene cabida en esta
colección, recopilada durante más de cien años por una asociación de artistas, diseñadores y empresarios
industriales alemanes, el Werkbund.

El recorrido histórico no sólo permite documentar el pasado europeo y la innovación tecnológica a través de
baúles, jarrones y cafeteras sino relatar el devenir de una sociedad en continuo movimiento y cambio social a
través del diseño industrial alemán.
Las aristocráticas jarras de
bronce, los transistores
producidos en masa o los
modernos ordenadores
portátiles fueron elevados al
concepto de arte por los
intelectuales y empresarios del
Werkbund, como paradigmas
del diseño, por su funcionalidad
y belleza, de acuerdo con los
parámetros de una determinada
época.

Así, el visitante puede


sorprenderse con las
peculiaridades de ciertas piezas
de la muestra 'La lucha de los
objetos. 100 años del
Werkbund', como las almohadas
bordadas con la imagen de Adolf Hitler o las miniaturas del 'Führer', enmarcadas en la instalación 'La belleza
entre 1933 y 1945'.

Los juegos de té con el emblema de los Juegos Olímpicos de 1936 o los vasos y banderolas con símbolos del
régimen nacionalsocialista son algunos de los elementos englobados con el lema 'Kitsch nazi'.

Y ese particular sentido de la estética cuenta también con


una vertiente simbólica respecto a las piezas agrupadas
en 'La belleza de la pobreza' en que metales oxidados y
objetos medio rotos dan testimonio de la miseria que
prosiguió a la derrota alemana en la II Guerra Mundial.

Uno de los eslóganes de la muestra y del colectivo


artístico que la organiza responde a ese espíritu de
superación, típicamente alemán, con el lema 'sólo la
naturaleza crea cosas perfectas. El resto debe mejorarse
constantemente'.
Y, en reconocimiento a ese afán por evolucionar, el museo rinde su particular homenaje al fabricante de
electrodomésticos Braun, cuyos transistores, televisores, exprimidores e incluso maquinillas de depilar formaron
parte de muchos hogares europeos.

El Museo de las Cosas, inaugurado este verano con motivo del centenario de la asociación, muestra a su vez las
diferencias que separaron, incluso en el diseño de objetos cotidianos, a las dos Alemanias antes de la
reunificación de 1990.

Los nostálgicos de la extinta República Democrática Alemana (RDA) podrán redescubrir productos propios de
esta época, desde dentífrico, crema para las manos y el tradicional muñeco navideño Sandmann o los típicos
sombreros de espías, los emblemas políticos o los retratos del ex jefe de Estado Erich Honecker.

Uno de los apartados que mejor documenta los cambios sociales a través de los objetos es el dedicado a los
souvenirs. Conforme mejoraban los medios de transporte, aumentaba el poder adquisitivo y se popularizaba el
arte de viajar, proliferaron los ya corrientes objetos de recuerdo, que no lo eran tanto hace 60 años.

Un grabado de un koala o de una pagoda china, un busto de Juan Pablo II, una reproducción en miniatura de una
esfinge egipcia, una torre Eiffel o un cenicero con la imagen de la sirenita de Copenhague son algunos de los
elementos más 'kitsch' que recupera la muestra del Museo de las Cosas.

El cuerpo humano también es objeto de interés, desde el punto de vista del diseño, para los intelectuales del
Werkbund que aglutinan en su colección desde modelos anatómicos de pies y manos, a los bustos de las
primeras maniquíes para sombreros o pelucas, las estilizadas Barbies y el simpático y rechoncho muñeco de
Michelín.

You might also like