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Que es la deficiencia auditiva (perdida de la audición)?

Luz nidia
Ya sabes lo que es oír, pero, ¿qué es una deficiencia auditiva? Las deficiencias auditivas,
también denominadas pérdidas auditivas o hipoacusias, ocurren cuando hay un problema
en los oídos o en una o más partes que facilitan la audición. Una persona con una
deficiencia auditiva puede ser capaz de oír algunos sonidos o puede no oír nada en
absoluto. La palabra deficiencia significa que algo no está funcionando correctamente o tan
bien como debería. La gente también utiliza palabras como sordo, sordera o duro de oído
para referirse a las pérdidas auditivas.
Aproximadamente tres de cada 1.000 bebés nacen con una deficiencia auditiva, siendo este
tipo de deficiencias una de las anomalías congénitas más frecuentes. Los problemas
auditivos también se pueden desarrollar más tarde en la vida de una persona. Para entender
cómo y por qué se producen las pérdidas auditivas, ayuda mucho saber cómo funciona el
oído.
¿Cómo funciona el oído? MARTHA
El oído se divide en tres partes diferentes: el oído externo, el oído medio y el oído interno.
Estas tres partes trabajan conjuntamente para que tú puedas oír y procesar sonidos. El oído
externo, o pabellón auditivo (la parte visible del oído), capta las ondas sonoras, que
posteriormente viajan a través del conducto auditivo externo.
Cuando las ondas sonoras golpean el tímpano, ubicado en el oído medio, éste empieza a
vibrar. Al vibrar, el tímpano hace que se muevan los huesos que integran la cadena de
huesecillos del oído, denominados martillo, yunque y estribo. Estos huesos, al vibrar,
ayudan a propagar el sonido hasta el oído interno.
Seguidamente las vibraciones llegan a la cóclea, que está llena de líquido y recubierta en su
interior de miles de pequeñas células pilosas o cilios. Las vibraciones sonoras hacen que
estos pelitos se muevan y transformen las vibraciones en señales nerviosas, a fin de que el
cerebro pueda interpretar los sonidos.
Tipos de deficiencias auditivas Hay distintos tipos de hipoacusias: de conducción,
sensorial, mixta (de conducción y sensorial simultáneamente) y neural.
• Hipoacusia de conducción: ocurre cuando hay un problema en una parte del oído
externo o medio. La mayoría de los niños con hipoacusia de conducción tienen una
deficiencia leve que suele ser temporal porque en la mayoría de los casos se puede
tratar médicamente.
• Hipoacusia sensorial: ocurre cuado la cóclea no está funcionando correctamente
porque las pequeñas células pilosas que recubren su interior están dañadas o
destruidas. Dependiendo del grado de deficiencia, un niño puede ser capaz de oír la
mayoría de los sonidos (aunque más apagados), solamente algunos sonidos o
• ningún sonido en absoluto. Las deficiencias auditivas sensoriales casi siempre son
permanentes y pueden influir negativamente sobre el habla del niño.
• Hipoacusia neural: ocurre cuando existe un problema en la conexión que une la
cóclea con el cerebro. Neural significa relativo a los nervios, de modo que en este
tipo de hipoacusias el nervio que transporta la información sonora desde la cóclea
hasta el cerebro está dañado.
¿Que causa las deficiencias auditivas?ANDREA
Una deficiencia auditiva puede obedecer a que una persona nació con partes del oído que
no se formaron correctamente y, por lo tanto, no funcionan como deberían. Pero hay
pérdidas auditivas que se producen más tarde en la vida de una persona, por ejemplo a
consecuencia de lesiones o enfermedades, incluyendo:
• presencia de fluido en el oído medio
• infecciones graves, como la meningitis
• lesiones en la cabeza
• escuchar música muy alta, sobre todo con auriculares
• exposición repetida a ruidos fuertes, como los de la maquinaria.
Muchos niños han tenido infecciones de oído, las cuales también pueden provocar pérdidas
auditivas. Las pérdidas auditivas permanentes consecuentes a una infección de oído son
raras, pero, si tus padres sospechan que puedes tener una, deberían llevarte al médico.
¿Cómo se diagnostica una hipoacusia? PAULA
Si un médico sospecha que un bebé o un niño pueden tener una deficiencia auditiva,
recomendará a sus padres que lo lleven a un audiólogo, médico especializado en la
evaluación y el tratamiento de los problemas relacionados con las deficiencias auditivas.
Los audiólogos pediátricos evalúan la audición de los niños haciéndoles distintos tipos de
pruebas. ¡Hasta tienen pruebas pensadas especialmente para bebés! Tal vez te hayan hecho
alguna vez una prueba de audición, si te pusieron auriculares y te pidieron que levantaras la
mano derecha o izquierda para comprobar si oías bien por ambos oídos.
Si un audiólogo detecta una deficiencia auditiva en un niño, le recomendará un tratamiento
y sugerirá a la familia que trabaje con un equipo especial. Ese equipo ayudará a diseñar el
mejor programa para que el niño pueda realizar correctamente los aprendizajes escolares y
comunicarse adecuadamente.
¿Cómo se tratan las deficiencias auditivas?ALEYDA
El tipo de tratamiento depende del tipo de pérdida auditiva, de su gravedad y de las otras
necesidades que tenga el niño. Los tratamientos más frecuentes incluyen la medicación,
operaciones, unos aparatos que amplifican los sonidos denominados audífonos y unos
dispositivos que facilitan la escucha, al resaltar las voces y ayudar a oír mejor en los lugares
ruidosos. Con tratamiento, la mayoría de los niños pueden volver a oír con normalidad.
Los audífonos son una especie de micrófonos diminutos. Amplifican los sonidos e incluso
permiten captarlos mejor, para que la persona los oiga con mayor claridad. Los audífonos
envían sonidos amplificados (a través de vibraciones sonoras) desde el tímpano y el oído
medio hasta el oído interno o la cóclea. Los desarrollos tecnológicos han permitido diseñar
audífonos que gradúan el volumen de los sonidos automáticamente.
Para algunos niños que no pueden oír o entender las palabras con este tipo de aparatos,
existe un dispositivo denominado implante coclear. Se trata de una pieza electrónica
diminuta que se implanta en le cóclea mediante una operación. Desempeña la función que
deberían cumplir los cilios dañados o destruidos de la cóclea, esto es, transformar los
sonidos en señales eléctricas que estimulan directamente el nervio auditivo.
Aprendizaje escolar y comunicación Un niño con pérdida auditiva puede tener que ir a una
escuela especial, a clases especiales en una escuela ordinaria o a clases ordinarias en una
escuela ordinaria. Dependiendo de la gravedad de la deficiencia auditiva, algunos niños
necesitan trabajar con un audiólogo o un logopeda para desarrollar y/o mejorar su
capacidad auditiva y el habla. Algunas personas con este tipo de deficiencias necesitan
utilizar técnicas especiales para comunicarse:
• Leer los labios, lo que implica observar atentamente los labios de las demás
personas, sus expresiones faciales y sus gestos para saber qué palabras está
diciendo.
• El lenguaje americano de los signos, también conocido como ASL (American Sign
Language) o lenguaje de los sordomudos, que utiliza gestos y movimientos de las
manos; este leguaje permite comunicarse a las personas sordas y/o mudas sin
necesidad de utilizar la palabra hablada.
¿Y qué pasa con hablar por teléfono? Se ha inventado un aparato de telecomunicación,
conocido como TDD por sus siglas inglesas (Telecommunication Device for the Deaf), que
permite escribir a máquina las conversaciones en vez de tenerlas que mantener
auditivamente. Los mensajes se imprimen o aparecen en una pantalla especial.
Tal vez te preguntes cómo puede ir al cine o ver la tele una persona que tenga una
deficiencia auditiva. Los programas de televisión y las películas subtituladas llevan el texto
escrito al pie de la pantalla, de modo que las personas con hipoacusia pueden leer los
subtítulos para seguir lo que dicen los personajes.
O sea que los niños que tienen deficiencias auditivas pueden ir al colegio, hablar por
teléfono y ver películas. Si te parece muy parecido a la vida típica de cualquier niño, ¡tienes
toda la razón!

Ley 324 de las personas condiscapacidad auditíva jawer


Por la cual se crean algunas normas a favor de la Población Sorda.
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
ARTÍCULO 1o. Para efectos de la presente ley, los siguientes términos tendrán el alcance
indicado a continuación de cada uno de ellos.

Limitado Auditivo: Es una expresión genérica que se utiliza para definir una persona que
posea una pérdida auditiva.

Sordo: Es aquella persona que presenta una pérdida auditiva mayor de noventa decibeles
(90) que le impide adquirir y utilizar el lenguaje oral en forma adecuada.

Hipoacusico: Disminución de la audición que en sentido estricto no llega a ser total, lo que
se denomina con el término de Cofosis.

Lengua Manual Colombiana: Es la que se expresa en la modalidad viso-manual.

Es el código cuyo medio es el visual más que el auditivo. Como cualquiera otra lengua
tiene su propio vocabulario, expresiones idiomáticas, gramáticas, sintaxis diferentes del
español. Los elementos de esta lengua (las señas individuales) son la configuración, la
posición y la orientación de las manos en relación con el cuerpo y con el individuo, la
lengua también utiliza el espacio, dirección y velocidad de movimientos, así como la
expresión facial para ayudar a transmitir el significado del mensaje, esta es una lengua
visogestual.

Comunicación: Es un proceso social en el cual es necesario como mínimo que haya dos
personas en situación de interrelación de ideas o mensajes, un emisor o locutor y un
receptor.

Para que la comunicación se produzca es necesario que exista entre los interlocutores
motivación para transmitir y recibir.

Es preciso que haya intervenido explícita o implícita, un acuerdo entre los interlocutores
respecto de la utilización de un código que permita la organización de los mensajes
transmitidos tomando un medio o canal de comunicación determinado.

Prevención: Se entiende como la adopción de medidas encaminadas a impedir que se


produzca un deterioro físico, intelectual, psiquiátrico o sensorial (Prevención primaria) o a
impedir que ese deterioro cause una discapacidad o limitación funcional permanente
(Prevención secundaria). La prevención puede incluir muchos tipos de acción diferentes,
como atención primaria de la salud, puericultura prenatal y posnatal, educación en materia
de nutrición campañas de vacunación contra enfermedades transmitibles, medidas de lucha
contra las enfermedades endémicas, normas y programas de seguridad, la prevención de
accidentes en diferentes entornos, incluidas la adaptación de los lugares de trabajo para
evitar discapacidades y enfermedades profesionales y prevención de la discapacidad
resultante de la contaminación del medio ambiente u ocasionada por los conflictos
armados.

Rehabilitación: La rehabilitación es un proceso encaminado a lograr que las personas con


discapacidad estén en condiciones de alcanzar y mantener un estado funcional óptimo,
desde el punto de vista físico, sensorial, intelectual, psíquico o social, de manera que
cuenten con medios para modificar su propia vida y ser más independientes. La
rehabilitación puede abarcar medidas para proporcionar o restablecer funciones o para
compensar la pérdida o la falta de una función o una limitación funcional. El proceso de
rehabilitación no supone la prestación de atención médica preliminar.

Abarca una amplia variedad de medidas y actividades, desde la rehabilitación más básica y
general hasta las actividades de orientación específica, como por ejemplo la rehabilitación
profesional.

Intérprete para Sordos: Personas con amplios conocimientos de la Lengua Manual


Colombiana que puede realizar interpretación simultánea del español hablado en la Lengua
Manual y viceversa.
<Jurisprudencia Vigencia>
Corte Constitucional
- Aparte subrayado declarado EXEQUIBLE por la Corte Constitucional mediante Sentencia
C-128-02 de 26 de febrero de 2002, Magistrado Ponente Dr. Eduardo Montealegre Lynett,
“en el entendido de que también son intérpretes para sordos aquellas personas que realicen
la interpretación simultánea del castellano hablado a otras formas de comunicación de la
población sorda, distintas a la Lengua Manual, y viceversa”

3.1.-CONCEPTUALIZACION DE LA ATENCION EDUCATIVA INTEGRAL DEL


DEFICIENTE AUDITIVO Y EL MODELO LINGUISTICO
Legalmente la educación de las personas deficientes auditivas responde a los
principios, concepciones y resoluciones que se derivan del derecho a la educación, de
la participación en igualdad de condiciones y del beneficio de las mismas oportunidades
para el logro personal, laboral y social que tiene cualquier persona, sin mas
limitaciones que aquellas que procedan de las aptitudes y potencialidades. Constitución
Nacional: Art. 78 y 80 (1.961), Ley Orgánica de Educación: Art. 2 al 9 (1.980).
La Ley Orgánica de Educación (Capitulo VI) y el Reglamento General de la misma
(Capitulo IV) (l .986) consolidan la Educación Especial como variante escolar,
fortalecen las bases para la atención educativa de la población con necesidades
educativas especiales, y en ella, los educandos deficientes auditivos; así mismo
instrumentan procedimientos para su conducción en un proceso que involucra ". .
detección, intervención temprana, escolaridad y preparación e incorporación activa a la
sociedad y al trabajo productivo", tal como lo expresa el Art. 33 del referido
Reglamento.
La educación de los deficientes auditivos, independientemente de las consecuencias
que el grado y tipo de pérdida auditiva generen, es un derecho reconocido e
irrenunciable y debe desarrollarse en el ambiente escolar que mejores condiciones
ofrezcan para lograr su formación integral a lo largo de la vida. En este sentido los
principios de prevención e intervención temprana, normalización e integración
expresados en el Documento de Conceptualización y Política de Educación Especial
(1.976), mantienen plena vigencia y total pertinencia con los cambios, que a nivel
mundial y nacional, se han producido en la concepción y educación de las personas
deficientes auditivas, en las Últimas decadas.
La prevención de las pérdidas auditivas y la intervención temprana en los casos de
diagnóstico o riesgos de problemas de tipo auditivo, continúan siendo pilares para
controlar las causas que originan dichas pérdidas, erradicar o minimizar los efectos que
puedan producir en el desarrollo normal del niño y emprender las acciones
encaminadas para atender, lo antes posible, las necesidades educativas que se
deriven.
La intervención temprana para los bebés deficientes auditivos plantea entonces:
detección, evaluación de todas las áreas de desarrollo y definición de las acciones a
realizar para orientar a la familia y brindar la atención sistemática que cada uno
requiera, bien sea a través de las alternativas convencionales y no convencionales que
ofrece el nivel de Educación Preescolar o en la propia modalidad.
La normalización y la integración fortalecen los postulados constitucionales de igualdad
para las personas deficientes auditivas en los ámbitos familiar, escolar, laboral y
social; enfatiza su aceptación y valoración como personas con capacidades y aptitudes,
y el respeto a su derecho a apropiarse de la lengua y los valores propios de su
comunidad, para alcanzar el desarrollo intelectual, emocional y social que les permita
compartir plenamente en la comunidad a que pertenecen. Tales disposiciones
normativas se reafirman en la Resolución 2005 de fecha 2 de Diciembre de 1996, la
cual establece las normas para la integración escolar de la población con necesidades
educativas especiales, medida legislativa paralela y complementaria de las
disposiciones legales sustentadas en la Constitución y otras leyes nacionales, y en la
concordancia con los postulados y directrices internacionales recogidos en documentos
de ONU, UNESCO y Declaración de Salamanca, entre otros.
Sustentado en ese derecho a recibir educación en la forma y condiciones escolares que
mejor se adapte a sus necesidades, se concibe la educación para los niños, jóvenes y
adultos deficientes auditivos como un proceso integral, continuo y permanente que
persigue iguales fines y objetivos que la educación general y que se apoya en la
comunicación como el instrumento que va a permitir la interacción y el
aprovechamiento efectivo de aprendizajes con significación.
La atención educativa integral de las personas deficientes auditivas se centra en el
educando como sujeto-objeto de la práctica educativa, con potencialidades,
necesidades e intereses que constituyen el punto de partida para orientar el proceso
pedagógico y en éste, la actividad del sujeto para la "construcción social del
conocimiento en aproximaciones sucesivas". Hernández, 1996.
Se asume entonces al educando deficiente auditivo, como una integridad biopsicosocial
con capacidades y diferencias individuales que los convierten en individuos únicos y
distintos entre ellos, y como tal exigen alternativa educativas propias que conduzcan a
la autorrealización, lo cual puede lograr en el seno de las instituciones regulares de los
niveles y otras modalidades, o en las específicas de la modalidad de Educación
Especial. (Anexo 1)
Bajo esa perspectiva se consolida el rol de los equipos de profesionales, con carácter
interdisciplinario, quienes serán los encargados de diseñar y ejecutar programas de
evaluación y de intervención integral a la familia y al educando deficiente auditivo que
realiza su prosecución escolar, en forma parcial o total, en las instituciones propias del
Area de Deficiencias Auditivas o para apoyar la educación integral de otros deficientes
auditivos que cursan en los planteles de los diferentes niveles y otras modalidades del
sistema escolar.
El Modelo de Atención Educativa Integral que se propone, (Anexo 2) representa una
aproximación teórica de los elementos que conforman la atención educativa
especializada del Deficiente Auditivo. Contiene los elementos mas importantes del
hecho educativo. Como tal constituye una.....Simplificación de la realidad, no incluye
todos los aspectos y factores que definen al sistema, sino aquellos que son
considerados como los más relevantes " (Bigott, L. 1982).
El modelo se sustenta en los fines, objetivos y principios de la Educación en general y
en los principios de Normalización e Integración Social que rigen la Educación Especial.
La Normalización e Integración significan para las personas deficientes auditivos el
derecho de participar de todos los beneficios directos e indirectos que ofrece la
comunidad a todos sus integrantes y a incorporarse al ambiente educativo que reúna
las mejores condiciones para el logro de los objetivos educacionales. La prevención y la
normalización adquieren relevancia cuando se asume la diversidad de la población
escolar y las instituciones y sus profesionales propician estrategias de participación,
situaciones, experiencias y actividades accesibles a todos los niños y sus familiares y
además cuando se concentran los esfuerzos hacia la prevención de situaciones de
riesgos antes del nacimiento y durante los primeros seis años de vida; etapa en que
los programas preventivos y de detección temprana de las deficiencias auditivas son
esenciales para identificar causas, tipos y frecuencias de las pérdidas auditivas,
difundir y aplicar medidas profilácticas, adoptar disposiciones y procedimientos que
mejoren el ambiente familiar y comunitario y enfrentar las necesidades educativas lo
antes posible.
Es un Modelo de Atención Educativa que se centra en la pedagogía y orienta al proceso
que cumple el individuo con una visión educativa.
Es Integral porque aborda la educación del deficiente auditivo con una concepción
interdisciplinaria que concibe al educando como una integridad biopsicosocial, en un
proceso de educación permanente, continuo, sistemático y de apoyo al grupo familiar,
brindándole las oportunidades y condiciones que hagan posible su integración social.
La población de alumnos con deficiencias auditivas es muy heterogénea y presenta
necesidades educativas distintas que pueden ser satisfechas en diferentes ambientes
educativos que tienen en común sus fines, objetivos y planes de estudios para brindar
la formación integral de los educandos. La educación para las personas deficientes
auditivas responde a los objetivos, principios y lineamientos formulamos para la
educación general.
Las diferencias son establecidas por las estrategias, recursos y las adaptaciones
curriculares que sean necesarias, compatibles con los lineamientos que se deriven de
las propuestas pedagógicas de los niveles y modalidades.
En términos generales, el Modelo de Atención Educativa Integral del Deficiente
Auditivo:
• Acepta la diversidad de la población deficiente auditiva, portadora por tanto, de
diferentes necesidades educativas que requieren de diversas estrategias y
condiciones educativas en el contexto de los niveles y otras modalidades, en la
modalidad de Educación Especial o en otras instituciones de carácter cultural,
laboral y social.
• Brinda apoyo a los alumnos integrados a los niveles y otras modalidades, a
través de: orientaciones psicopedagógicas por parte del equipo técnico-docente
a los maestros regulares, aplicación de programas complementarios a los
alumnos, y asesoramiento al grupo familiar cuando asilo requiera.

• Valora la comunicación y el lenguaje como instrumentos que potencien el


desarrollo lingüístico, cognitivo, emocional y social de los educandos deficientes
auditivos y como medio para lograr su integración en el contexto familiar,
escolar, laboral y social.
• Incorpora los progresos de los conocimientos de diferentes disciplinas,
particularmente de la lingüística, psicolinguística, neurolingüística y
sociolingüística, antropología, etc. En consecuencia, reconoce el valor de la
lengua de señas para los alumnos deficientes auditivos severos y profundos, y
la necesidad de crear las condiciones para que se la apropien en forma natural,
a la vez que se sistematiza el aprendizaje del español en sus formas oral y
escrita en el continuo escolar.

• Persigue los fines y objetivos establecidos para cada uno de los niveles del
sistema escolar y adapta los planes y programas de estudio, tomando en
cuenta las necesidades educativas individuales y grupales, y la pertinencia de
los aprendizajes para el desarrollo autónomo, intelectual, emocional y ético de
los educandos.
• Destaca la importancia de la evaluación diagnóstica, formativa y sumativa así
como el seguimiento, como fuentes permanentes de información para que el
equipo técnico-docente determine progresos y corrija o minimice las dificultades
que interfieren en un momento determinado del proceso educativo.
• Implementa medidas y acciones que conduzcan al logro de los objetivos de la
Educación Básica y fundamentalmente, de los objetivos de la educación y
trabajo de la población deficiente auditiva, que por diversas razones se
incorpora tardíamente o ha interrumpido su prosecución en el sistema escolar.

• Incorpora diversas estrategias que brinden oportunidades para que la población


de deficientes auditivos pueda desarrollarse integralmente a través de las
actividades extraescolares que se realizan en la comunidad, conjuntamente con
la institución escolar y con otras organizaciones.
3.2.- CARACTERIZACION DEL EDUCANDO DEFICIENTE AUDITIVO
El concepto de educando ha sido desarrollado por la pedagogía como el término
irremplazable del sujeto de la educación: el hombre como individuo y ser social. A él
está dirigida la educación, por él es realizada y concebida.
Este término explica el dinamismo del hecho educativo y la visión de los procesos que
se cumplen en el individuo que se esta formando. Esta educabilidad es, por
consiguiente, el punto inicial de la acción pedagógica. Negar su existencia es negar la
posibilidad y eficacia de la acción educativa.
El educando deficiente auditivo es concebido como el centro del proceso pedagógico y.
como una unidad biopsicosocial. Es el sujeto de la práctica educativa con capacidades,
actitudes, intereses y otras peculiaridades que lleva a conocerlo como a una persona
con dignidad que requiere la satisfacción de sus necesidades educativas.
Las necesidades educativas establecen grandes diferencias modeladas por el grado de
pérdida auditiva, edad de inicio de la pérdida, actitud de los padres e intervención
temprana. Por ello es necesario analizar los factores que influyen en ellas y determinar
las diferencias significativas que afectan la comunicación, el aprendizaje y el
desempeño escolar y social.
Las deficiencias auditivas se conceptualizan como la disminución o pérdida en la
capacidad para oír, la cual puede variar desde una pérdida leve hasta la pérdida
profunda de la audición. Estas no constituyen una categoría homogénea porque los
diferentes grados de pérdidas auditivas originan diferentes tipos de sordera que
generan mayor o menor compromiso en otras funciones, que van desde una ligera
dificultad para identificar un sonido especifico hasta no producir ni interpretar
respuestas auditivas originando dificultades comunicativas que alteran el desarrollo de
la lengua oral porque no puede ser adquirida en forma espontánea y natural
Los factores que se deben considerar son los siguientes:
Grado de pérdida auditiva:
Existen diferentes clasificaciones de las pérdidas auditivas, entre éstas se encuentran
las definidas por el grado de pérdida auditiva en cada uno de los oídos y en función de
las diversas frecuencias de sonido, graves o agudas. A esta taxonomía pertenecen las
pérdidas auditivas leves, moderadas, severas y profundas cuya importancia en el plano
pedagógico se explica por la repercusión que el grado de pérdida tiene sobre sus
habilidades lingüísticas (Godinan y Chacin,1976; O.M.S.,1980; Viroli, 1991; Marchesi,
1993).
Deficiencia auditiva leve: Cuantitativamente significa pérdida de la audición entre 40 y
55 decibeles. La persona con ésta pérdida auditiva comprende y expresa el lenguaje
hablado con ligeras dificultades, porque algunos índices fonéticos de débil intensidad
no son percibidos, por ello requieren de auxiliares auditivos e intervención educativa
especializada para mejorar el uso, forma y contenido de su lengua oral. Su escolaridad
debe llevarse a cabo en la escuela regular, con apoyo especializado.
Deficiencia auditiva moderada: Esta categoría incluye las personas con pérdidas de
audición entre 56 y 65 decibeles. Las dificultades de audición son significativas,
requieren usar permanentemente auxiliar auditivo para mejorar el desarrollo del
lenguaje y recibir su educación en escuelas regulares, con seguimiento y apoyo
especializado.
Deficiencia auditiva severa: Corresponde a pérdidas de la audición entre 66 y 86
decibeles. La incidencia de la pérdida auditiva se evidencia tanto en la recepción como
en la producción de la lengua oral, obstaculizándose el desarrollo espontáneo de la
misma. Requieren atención en Unidades Educativas Especializadas.
Deficiencia auditiva profunda: La pérdida de audición supera los 86 decibeles e
interfiere significativamente en el desarrollo del lenguaje oral. Presentan gran dificultad
para incorporar la lengua oral como medio de comunicación y adquisición de
conocimientos. Su educación plantea por tanto el desarrollo de la comunicación y del
lenguaje como instrumentos para adquirir el conocimiento, lo cual es posible si se le
proporciona un ambiente en que se favorezca un intercambio e interacción que
conlleve a estimular sus potencialidades. Su educación debe realizarse en Unidades
Educativas Especializadas.
Es importante enfatizar que de acuerdo al grado de pérdida auditiva se reagrupan dos
categorías de personas con deficiencias auditivas, el primero agrupa los deficientes
auditivos leves y moderados que pueden adquirir la lengua oral por vía auditiva y el
segundo agrupa los deficientes auditivos severos y profundos cuyo grado de pérdida
auditiva no le permite la adquisición de la lengua oral y requieren de la visión como
principal canal de comunicación. Estos últimos para efectos educativos y sociales son
considerados SORDOS. Bajo esta óptica se reconoce que los sordos, como comunidad
lingüística minoritaria, interactuan en el seno de la sociedad en la que prevalecen
lenguas que requieren de la audición para acceder a ellas en forma natural. Se trata de
dos realidades desunidas por un vinculo comunicativo pero en la que es necesario y
posible encontrar la comunión del grupo, planteándose entre otras alternativas, un
modelo de educación integral sustentado en el bilingüismo y en éste, cada lengua
desempeña una función útil que satisface las necesidades como personas sordas y
como seres sociales plenamente integrados a la sociedad.
Etiología:
La etiología hace alusión a la causa que ha originado la deficiencia auditiva. Estas
causas se agrupan en dos tipos: Hereditarias y Adquiridas. La primera es el resultado
de transmisión genética de padres a hijos y la segunda puede ocurrir antes, durante o
después del nacimiento por incompatibilidad sanguínea, traumas del nacimiento,
anoxias, meningitis, otitis, entre otras causas. Estadísticamente se ha comprobado que
existe una menor probabilidad de problemas agregados a la deficiencia auditiva cuando
esta es de origen hereditario, mientras que las adquiridas se asocian con mayor
frecuencia a problemas que interfieren en los aprendizajes escolares (Riviere, A.
1983).
Edad de adquisición:
Este aspecto se refiere a la edad en que fue adquirida la pérdida auditiva, estimándose
que las consecuencias en el desarrollo normal serán mas considerables mientras
menor sea la edad de adquisición de la sordera.
En esta relación cronología-causa se denomina deficiencia auditiva pre-lingúistica
cuando la lesión se produce antes de los tres años, período en el cual el niño tiene una
experiencia lingüística limitada, competencia lingüística muy frágil y no se ha
producido suficiente organización de la función neurológica (Conrad, 1979).
La deficiencia auditiva post-lingúistica, como su nombre lo indica, se produce cuando el
niño ha alcanzado mayor competencia lingüística; en consecuencia se trata de
conservar los logros obtenidos y estimular el progreso lingüístico.
Actitud de los padres:
Existe consenso en aceptar que la actitud de los padres es un factor importante en el
desempeño de los niños sordos. La comprensión o no de las consecuencias de una
perdida auditiva conlleva a asumir posiciones y actitudes para favorecer un ambiente
positivo o desfavorable para el desarrollo del niño.
Generalmente ocurre que las personas sordas, padres de niños sordos, comprenden
mejor la situación de su hijo y puede establecer un sistema de comunicación a través
de la lengua de señas, conformándose intercambios lingüísticos efectivos desde muy
temprana edad. Cuando el padre es oyente, sus expectativas son las de utilizar la
lengua oral y lograr que el niño igualmente pueda adquirirlo.
Comprender y aceptar las diferencias que marca la sordera puede tomar tiempo, crear
un ambiente poco estimulante y limitar el intercambio afectivo y lingüístico en los
primeros años; lo que indudablemente repercute en el desarrollo afectivo, emocional y
cognoscitivo del niño.
Intervención temprana.-
El factor intervención temprana abarca dos aspectos importantes:
· El momento en que se inicia la intervención.
· La calidad de dicha intervención.
El primer factor permite establecer una relación directa entre el momento en que se
inicia la intervención y las posibilidades de progreso del niño; mientras más
tempranamente se inicia la atención integral del niño, tendrá mayores oportunidades
para alcanzar niveles de desarrollo deseables.
Esta premisa confirma el valor de la prevención e intervención temprana en la atención
del niño deficiente auditivo.
En este sentido estos programas se proponen estimular las potencialidades del niño y
evitar o atenuar las consecuencias que la alteración pueda acarrear. De igual manera,
debe orientar hacia la opción escolar más conveniente para el niño y la familia.
La calidad de la intervención se valora en la medida en que ésta ha contribuido a
favorecer el desarrollo personal del niño, fortaleciendo las habilidades comunicativas y
lingüísticas que le permitan incorporarse en forma activa y autónoma a la vida familiar
y escolar.
Una conclusión importante es el valor que la información de los factores anteriores,
aporta a la evaluación, diagnóstico y toma de decisiones para la intervención educativa
del niño. Esta contribución permite, no sólo comprender su desempeño actual, sino
favorecer la ubicación escolar que reúna el máximo de condiciones para su
aprendizaje, tomando en cuenta las diferencias y diversidades de las deficiencias
auditivas.
Estas diferencias establecen dos aspectos fundamentales vinculadas a este educando:
en primer lugar los deficientes auditivos leves y moderados incorporados a la escuela
regular con apoyo especializado para cubrir con éxito los aprendizajes escolares de los
diversos niveles del sistema educativo de acuerdo a sus demandas y necesidades
especificas.
El segundo grupo lo constituyen, los deficientes auditivos severos y profundos,
llamados comúnmente sordos, que asisten a las unidades educativas especializadas y
quienes presentan una dificultad (y en muchos casos una imposibilidad de utilizar el
español en sus formas oral y escrita) para comunicarse con los oyentes, esto supone la
utilización de otros códigos de comunicación diferentes a las de los oyentes, por ello
utiliza entre otros, el canal visual para el intercambio de información.
El primero y mas importante de estos códigos es la lengua de señas, que tiene un
estatus reconocido lingüísticamente como una lengua basada en el uso de las manos,
brazos, ojos, cara y cuerpo, y es considerado como el primer lenguaje de las personas
sordas (Conferencia Internacional sobre la Educación Bilingüe del Sordo, Suecia,
1993), permitiendo el acceso al conocimiento y a la información como un sistema
visual de comunicación. Pero también es necesario que las personas sordas interactúen
permanentemente con personas oyentes y requieren igualmente el código
comunicativo que prevalece en la comunidad mayoritaria, en nuestro caso, el español
en sus dos formas, oral y escrita. De lo anterior se desprende la importancia del
bilingüismo en el desarrollo del curriculum para el educando sordo, reconocido
mundialmente por diversos autores y ratificado en XII Congreso Mundial de la
Federación de Sordos, Viena 1995.

Conocer las características del educando deficiente auditivo nos permiten valorar la
información que los aspectos mencionados aportan a la evaluación, diagnóstico y toma
de decisiones para la intervención educativa.
El papel del maestro de apoyo especialista en la educación del niño sordo:
En la gran mayoría de los casos, la integración del niño sordo requiere la presencia de un
maestro especialista de la educación del niño sordo que colabore con el maestro dentro del
aula de integración para favorecer el progreso del niño y su aprendizaje.
Hay en esta primera afirmación un aspecto que merece destacarse: la necesidad de que el
maestro de apoyo sea un especialista en la educación del sordo. Esto supone un
conocimiento del desarrollo del niño, de sus procesos de aprendizaje y de los métodos más
adecuados para que adquiera el lenguaje oral.
Igualmente debe tener competencia suficiente para utilizar los medios de expresión y
comunicación que se ajusten mejor a sus posibilidades. Esta preparación específica del
maestro de apoyo para colaborar con éxito en el desarrollo del niño sordo incluye también
el conocimiento del lenguaje de signos. Parece razonable que entre las habilidades que debe
poseer el maestro de apoyo o el logopeda que trabaja directamente con el niño, para
ayudarle a resolver los problemas que encuentra en clase o hacerle más fácil la
comprensión de lo que se transmite en el aula, esté el conocimiento del lenguaje propio de
los sordos. Esto no quiere decir que este lenguaje deba ser utilizado necesariamente con el
niño sordo. Dependerá en cada caso de las posibilidades educativas del niño y de la mayor
o menor necesidad de emplear varios sistemas de comunicación con él. La decisión más
adecuada depende también de la historia comunicativa den niño y del proyecto pedagógico
del centro en relación con la integración del niño sordo. Otro de los puntos que suscitan
discusión es el de la forma concreta de llevar adelante el apoyo que el niño necesita. De
nuevo aquí hay que comenzar señalando que depende de las características del niño y de
sus posibilidades comunicativas y de aprendizaje. No obstante, es posible indicar
situaciones más diferenciadas: ayudando al maestro tutor o trabajando fuera de la clase en
el aula de apoyo o aula de logopedia.
En la primera situación, la colaboración puede a su vez adoptar diversas modalidades. En
unos casos, el maestro de apoyo necesita y prepara materiales, información, textos..., para
que el tutor los utilice en clase con el niño sordo. En otros casos, puede trabajar
directamente con el niño sordo, explicándole los temas que se han suscitado, clarificándole
interrogantes y presentándole un plan de trabajo más adaptado al nivel del niño sordo.
Finalmente puede también realizar su tarea con un grupo de alumnos entre los que está el
niño sordo. De esta forma, no sólo explica la información, sino que al mismo tiempo puede
impulsar, canalizar y facilitar la comunicación y el intercambio en el trabajo entre alumnos
oyentes y el alumno o alumnos sordos. Esta modalidad grupal, incluso cuando se realiza
fuera de clase, tiene un enorme valor pedagógico y contribuye a favorecer la integración del
niño sordo.
En la segunda situación, el maestro de apoyo trabaja con el alumno fuera de la clase, en el
aula especializada o de apoyo. Normalmente este trabajo se centra en la adquisición y
desarrollo del lenguaje y/o en el aprendizaje de materias que son difícilmente asimilables
con los compañeros oyentes. Aquí también la organización del trabajo puede ser individual
o en pequeño grupo.
Las distintas modalidades que se han indicado de forma esquemática no deben entenderse
como excluyentes. Por el contrario, en gran número de alumnos sordos integrados es muy
positivo que la labor se realice tanto dentro del aula como en el aula de apoyo, variando el
tiempo en una o en otra en función del nivel y de las posibilidades del niño sordo.
Lenguaje oral en el niño sordo:
La adquisición del lenguaje orla es una tarea larga y difícil para el niño sordo, que exige
unos esfuerzos constantes. Durante los primeros años, el niño no encontrará la misma
satisfacción que el oyente en el hecho de hablar, ya que su lenguaje será aún muy pobre y le
entenderán muy pocas personas. Durante estos años se servirá del lenguaje oral para pedir
cosas, pero difícilmente para expresar sus sentimientos, sus dudas... Estas dificultades
refuerzan el planteamiento de facilitar el aprendizaje del lenguaje oral en situaciones de
juego, que motiven al niño, y en los que encuentre alguna compensación a sus esfuerzos.
La pérdida auditiva del niño sordo, y su consiguiente imposibilidad de percibir la mayoría
de los sonidos, obliga a tener en cuenta un conjunto de normas elementales de
comunicación. Por delante de todas ellas hay que tener siempre presente que la
comunicación supone intercambio, atención compartida y referencia conjunta. Cualquier
programa para el desarrollo de la comunicación y del lenguaje debe estar basado e estos
prerrequisitos:
1) Lo más importante es que el niño nos mire a la cara cuando hablamos, que vea nuestro
rostro. Esto debe conseguirse sin obligarle; debe ser la expresión, la mirada, la mímica
corporal, los gestos faciales..., los que lleven al niño a buscar nuestra cara durante la
comunicación. Si queremos dirigir su mirada orientando su cara con nuestra mano cada vez
que queramos hablarle, es muy probable que con el tiempo esto le resulte desagradable y
que, a la larga, se produzca un bloqueo en la mirada. Esto no quiere decir que no podamos
recurrir a tocarle en el cuerpo o incluso en la cara suavemente, cuando queramos indicarle
que la vamos a decir algo, lo mismo que los niños oyentes les llamamos por su nombre para
que nos atiendan. Dada la importancia de que el niño mire a su interlocutor (lectura labial),
la situación ideal de nuestra comunicación es cuando nos mira de forma espontánea.
2) Nuestro rostro debe estar frente al del niño, no de lado ni ligeramente ladeado, con el fin
de facilitar la lectura de los labios. La mejor situación es que nuestro rostro esté a la altura
de los ojos del niño, por lo que el adulto debe adaptarse para conseguir este objetivo en los
intercambios comunicativos.
3) Hay que procurar no hablar deprisa, fundamentalmente para que el niño pueda apreciar
mejor el movimiento de los labios, pero sin que una excesiva lentitud dificulte la
percepción de cada palabra como una totalidad, ni la secuencia de palabras.
4) Hay que vocalizar claramente, pero sin exageración, ya que se puede llegar a deformar la
articulación y el movimiento de los labios en el intento de facilitar la lectura labial.
5) No hay que utilizar una comunicación excesivamente reducida. Hay que emplear frases
sencillas, pero completas. No utilicemos nunca un estilo telegráfico; proporcionaremos al
niño modelos gramaticales sencillos, fundamentales para la construcción del lenguaje.
6) Hay que hacerse entender, darle al niño todas las pistas posibles -gesticulación, mímica,
etc.- que le ayuden a comprendernos y a conectar con él. Si nuestro rostro no sugiere nada
el sordo dejará de atenderlo.
En general, se trata de ser expresivos, y para ello hay que recurrir a todos los medios: hay
que comunicarse con los labios, con las manos, con los ojos, con todo el cuerpo.
La lectura labial:
La lectura labial es la habilidad de llegar a entender un lenguaje a través del movimiento de
los labios. Es, pues, un método visual, imprescindible para que el niño sordo pueda
comprender la comunicación oral. La lectura labial es una tarea difícil. Complicada, lenta y
relacionada principalmente con el conocimiento previo que tengamos del lenguaje.
El entrenamiento de la lectura labial:
Lo primero es cumplir las normas de comunicación que señalábamos anteriormente, a la
vez que entrenamos al niño a que fije su intención en los labios.
La lectura labial no es una habilidad que entrene sólo el especialista, sino que es algo que
todos los implicados en el proceso educativo del niño deben tener en cuenta y favorecer, ya
que las mejores situaciones para practicar la lectura labial son las cotidianas y naturales, a
través de los intereses del niño, cuando observamos que está receptivo, etc. Especialmente
son los padres quienes, teniendo la necesidad de comunicarse con su hijo, y porque
disponen de más tiempo para estar a su lado, deben ejercitar este apartado.
Lo principal es hablarles una y otra vez de las mismas cosas, hablarles de la “luz”, cuando
la encendemos, cuando la apagamos, cuando un juguete tiene una luz intermitente...
Cualquier momento es bueno para practicar, sin forzar. Le hablaremos sobre los objetos
utilizados mientras se le baña, mientras come, de lo que vemos mientras paseamos por la
calle, el zoo, el campo... Estas situaciones son tanto o más útiles que las situaciones
concretas de trabajo.
Mecanismos que facilitan la lectura labial:
Ni el niño sordo ni nadie podrá leer en los labios una palabra que no conoce.
Además sólo por lectura labial es difícil que el niño sordo aprenda a hablar ni a entender el
lenguaje. Por tanto, lo primero que tenemos que lograr es que adquieran un vocabulario,
para que posteriormente lo puedan leer en los labios.
Para conseguir este objetivo es necesario utilizar todos los recursos que tengamos, y sean
más accesibles para hacer llegar nuestro mensaje al niño sordo:
1) Pistas visuales: hay que apoyarnos, al principio, en todas las pistas perceptivas de que
dispongamos para que vaya conociendo las palabras, y vaya asociando un determinado
movimiento de los labios con una palabra. Cuando le hablemos de la silla señalémosla,
mostremos distintas fotos de sillas, hagámosle un dibujo...
2) Contexto natural: presentémosle las palabras dentro de un contexto familiar, cotidiano.
Hablémosle del peine cuando lo tiene en la mano y se está peinando; del vaso cuando está
bebiendo.
3) Utilización de la mímica: podemos acompañar la palabra con un gesto natural, o un
signo. El niño adquirirá primero el vocabulario a través de la mímica, y a la vez comenzará
a asociar un determinado movimiento de los labios con un determinado gesto o mimo.
El lenguaje de signos en la práctica educativa:
En la práctica educativa, tanto maestros como especialistas pueden utilizar el lenguaje
bimodal fundamentalmente como sistema de comunicación con el niño.
Esto nos permite hacer más natural la relación con él, ya que es posible comentar y
expresar muchas más situaciones. Así mismo, el niño podrá expresarse con mayor
precisión y amplitud.
Aunque se pretende que la adquisición de los signos sea natural, es interesante utilizar
algunos signos de manera más sistemática, especialmente aquellos que se refieren a
nociones fundamentales que pueden plantear más dificultades al niño sordo:
1) Nociones espaciales (dentro, donde, fuera, debajo...)
2) Nociones temporales (cuando, después, pronto, rápido, despacio...)
3) Nociones causales (porque, para...)
4) Categorías (tamaños, colores, formas...)
5) Preguntas concretas (qué hace, quién, cuántos...)
En general, el lenguaje de signos permite el desarrollo de actividades que sería muy difícil
llevar a cabo con una comunicación exclusivamente oral:
1) Contar cuentos y secuencias lógicas de acción.
2) Planificar el juego, o las actividades que se van a hacer.
3) Comentar y recordar lo que se hizo el día anterior.
4) Explicar lo que sucede, por qué hay que hacer unas cosas y otras no.
5) Etcétera
Implante coclear, milagro tecnológico para el sordo

Implante coclear, milagro tecnológico para el sordo


Jueves, 24 de Junio de 2010 10:46 Admin

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Desde que el Dr. Wiiliam House diseñó en 1984 el primer implante coclear era impensable
que una persona sorda profunda pudiera recuperar la audición a niveles normales con el
uso de un aparato electrónico. Tampoco que pudiera gozar de una calidad auditiva digital
que le permitiera percibir la música o el canto de los pájaros, o el sonido de las hojas de un
árbol al moverlas el viento.

Hoy es una realidad, y aunque el avance tecnológico de los auxiliares auditivos


convencionales ha sido enorme, el beneficio que recibe el sordo profundo con el Implante
Coclear es mucho mayor, se considera que el implante ha revolucionado el campo de la
Audiología Médica y algo que parecía puramente ciencia ficción hoy está permitiendo
conectar con el mundo del sonido a personas que o no habían tenido experiencia auditiva o
jamás imaginarían volver a escuchar los sonidos de la vida diaria y el lenguaje. La
diferencia entre un aparato auditivo convencional y un implante coclear radica en el tipo
de estimulación, el primero básicamente amplifica los sonidos modificándolos con sistemas
de filtros y supresión o control de picos para aminorar percepción de ruido ambiental y
enfatizar la captación del habla, pero que en sordos profundos nunca alcanza a captar
niveles de audición normal. El Implante coclear convierte las señales de sonido en pulsos
eléctricos que son procesados digitalmente cuya calidad sonora es de alto nivel y que a
través de programación sucesiva por computadora se obtienen rangos de audición normal a
corto plazo.
Pero ¿Qué es un Implante Coclear
El implante coclear es un complejo dispositivo electrónico que suple la función del órgano
de la Audición en el Oído interno, mediante la inserción por cirugía de una guía de
electrodos y con el uso de un componente externo o procesador que se comunica
magnéticamente al componente interno a través de la piel, utilizando estimulación eléctrica
que transmite información al nervio auditivo para conducir la señal al cerebro; allí será
decodificada como señal sonora permitiendo al paciente sordo poder escuchar sonidos del
habla y ambientales proporcionando sensación de audición. Este estimulo eléctrico es
interpretado como una señal auditiva por el sistema nervioso central.
Desde luego existen numerosos factores que favorecen el éxito del funcionamiento de un
implante coclear y conviene aclarar que no todas las personas con pérdida auditiva son
candidatas para beneficiarse con este dispositivo y que se requiere de una selección
minuciosa de los pacientes que serán implantados para lograr óptimos beneficios y que
estos dependerán de condiciones estrictas para su selección siendo uno de los factores más
importantes la temprana edad de diagnóstico de la sordera ( programas de Tamiz Auditivo
neonatal) y la edad de implantación de preferencia antes de los tres años de edad. Después
de la implantación se requerirán años de seguimiento médico audiológico y de Terapia del
Lenguaje para lograr niveles de desempeño exitosos.
En México estamos celebrando el 10º aniversario del inicio del programa de Implantes
Cocleares dentro del programa interinstitucional del sector Salud. Tan solo en el Hospital
Infantil de México “Federico Gómez”, dentro del equipo multidisciplinario de la Clínica de
Implantes Cocleares, se han colocado 100 implantes cocleares durante esta década y por
este motivo publicamos el libro: “El Implante Coclear en el Paciente Pediátrico” Ed.
Corinter ISBN978-607-7618-15-7 autores: Dres Rosete M., De la Torre C. y Márquez C.
con coautoría del equipo multidisciplinario que consta de: médicos Audiólogos,
Otorrinolaringólogos, Foniatras, Psiquiatra, Psicólogo, Terapeutas del Lenguaje y
Trabajadora social. El libro presenta nuestra experiencia en Implantes Cocleares en niños
y cuya segunda presentación se realizó el día 23 de Junio 2010 en la Primera Imprenta de
México de la Universidad Metropolitana en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Pocas cosas hay tan satisfactorias profesionalmente como el ver los avances en el
desarrollo comunicativo de un pequeño sordo profundo que ha recibido un Implante
Coclear.
Dra. Ma. De los Ángeles Fierro E.*
*Médico especialista en Audiología y Foniatría del Depto. de Audiología y Foniatría del
Hospital Infantil de México “Federico Gómez”

Características de una persona con deficiencia auditiva


Por Dra. Alba Fernandez

En un lugar de mi patria... cuyo nombre SI queremos recordar... felicitamos al Instituto


Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey por escuchar a Julio Cesar Carballido,
con su iniciativa de formar el grupo Palabras Sin Voz, quien ha demostrado que la falta de
audición no es limitante para progresar en el ámbito académico solamente, evidenciando
que una persona con los principios que tiene, se puede dar tiempo para ayudar también a
aquellos que no han sido tan afortunados como él.
Queremos agradecer y felicitar a los ancestros de los padres de Julio César, por haber
guiado a los padres a poder superar el duelo que implica tener un hijo, con deficiencia
auditiva, en etapas tempranas, acudiendo a mi Alma Mater, el Instituto Mexicano de
Audición y Lenguaje con su pequeño hijo, teniédose que separar de él, para que recibiera el
sistema comunicativo que le permite comunicarse hoy dia dentro del “Mundo de los
Oyentes”, así mismo le dieron la fuerza emocional y liderazgo que le han permitido crecer
de tal forma, que nos tiene hoy reunidos a todos nosotros en este ciclo de conferencias
¡felicidades Familia Carballido!
El planteamiento de esta charla ha sido realmente halagador, puesto que la iniciativa no
apareció, como es costumbre, de “especialistas”, o de “padres”, sino de alguien que está en
la etapa de duelo en que se puede dar a otros dado que las etapas más difíciles han pasado,
al menos así lo vemos nosotros, es por tanto el reto, mas interesante.
Las características de una persona con deficiencia auditiva son una resultante de su entorno,
como lo son de los que oímos bien y que tenemos cualquier otra patología, o no,
determinado momento de nuestra vida. Pensamos que los siguientes datos históricos serán
de gran utilidad para comprender nuestra asistencia a este también memorable evento.
Como dato inicial contemplaremos que en nuestro planeta, con todas sus vicisitudes
ocasionadas por el efecto del tiempo y los cambios que el hombre genera en el, siempre han
aparecido eventos que producen cambios, como nos ha ocurrido a los que hemos estado
sensibilizados por el arte, en este caso me refiero a la obra de la pictórica de Benito
Messeguer, donde pudo plasmar su conocimiento sobre los procesos de la comunicación,
lográndolo mediante la observación acuciosa del desarrollo auditivo oral de las personas
con deficiencia auditiva, así como las clases teóricas de anatomía, física, psiologia, etc. que
nosotros teníamos en los años 60. Durante esa época veíamos y admirabamos el que había
puesto la primera piedra del IMAL, la famosa Hellen Keller, felicitando a nuestro maestro,
el Dr. Pedro Berruecos Tellez, su esposa, la Profesora María Paz Villalobos de Berruecos y
sus hijos, María Paz, Pedro, Pancho, Beatriz y Luis, por su labor y la de nuestra escuela.
Nuestro programa de detección de perdidas auditivas se llama “oigamos al que no oye”,
que es parte del programa de atención a la deficiencia auditiva, que abarca menores de 5
años y niños de edad pre-escolar.
Las experiencias obtenidas del pasado, en el trabajo cotidiano nos han enriquecido
enormemente, permitiéndonos poder ofrecer alternativas actualizadas para asistentes a
cursos, con interpretación simultanea para los asistentes con deficiencia auditiva que usan
método manual así como también para los que usan método oral, con poca aceptación al
principio, dado que consideraban que por ser nuestra base académica oralista no
permitíamos el método manual, pero solamente el tiempo y la paciencia hacen que las cosas
cambien. Hemos podido efectuar estudios con la población asistente, de nivel de
conocimiento, condiciones actuales, etc.
Estamos promoviendo el programa de detección temprana de deficiencias auditivas para
recién nacidos.
Las condiciones ideales, que determinan el futuro de un deficiente auditivo son el contar
con el diagnóstico que cubra los siguientes aspectos:
Historia clínica (interrogatorio y exploración)
Es importante para las personas no familiarizadas con el tema de conocer que es vital
comprender lo que los oímos a los diferentes niveles de intensidad (volumen de sonido).
Niveles de sonido
0-25 Sonidos muy finos como las hojas

26-40 f, p, sh, s, k, l

41-55 Voz intensa a 3 pies con sonido ambiental

56-70 Intensidad muy fuerte

71-80 No lenguaje conversional

81 Solo a sonidos ambientales

Dentro del estudio debemos comprender los siguientes aspectos:


• Estudio audiológico, con exploración otológica, timpanometría,
audiometría de tonos puros, logo audiometría, electococleografia.
• Desarrollo cognoscitivo
• Desarrollo afectivo social
• Desarrollo de la comunicación
• Ubicación geográfica
• Nivel académico, etc.
La integración de las personas con diversas enfermedades ha sido hasta hoy
parcializada y por lo tanto mal entendida, nosotros contemplamos la misma con la
siguiente secuencia:
• Integración familiar
• Integración a el ámbito social
• Integración al grupo de especialistas
• Integración del grupo de especialistas
• Integración educativa
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