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SEMINARIO TEMÁTICO NACIONAL SOBRE FAMILIA.

BALANCE Y PERSPECTIVAS
HACIA LA REDEFINICIÓN DE UN COMPROMISO
SOCIAL Y POLÍTICO

PONENCIA:

ANOTACIONES SOBRE LAS FAMILIAS EN


LA PRODUCCIÓN ACADÉMICA COLOMBIANA

ELABORADA POR MARÍA HIMELDA RAMÍREZ

MANIZALES, 10 DE NOVIEMBRE DE 2005

1
ANOTACIONES SOBRE LAS FAMILIAS EN
LA PRODUCCIÓN ACADÉMICA COLOMBIANA

Introducción.
1. Perspectivas historiográficas
2. La diversidad cultural.
3. La familia en los estudios sobre las mujeres, el género, las masculinidades y la diver
4. La familia en imágenes o, las imágenes de la familia.
5. Los espacios de encuentro y acompañamiento.

Introducción.

El título de esta exposición es bastante ambicioso puesto que desde la década de los años
noventa en Colombia hasta lo que va corrido del siglo XXI, la producción académica sobre
el tema de las familias es copiosa, en virtud de la convergencia de múltiples preocupaciones
que tienen que ver con los efectos de los cambios económicos, sociales, culturales y
políticos que influyen en la vida familiar y en las representaciones sociales sobre ella.

Los contextos de la globalización en la era de la información, la degradación del conflicto


armado interno, los cambios normativos e institucionales impulsados por el Código del
Menor y la reforma Constitucional de 1991, constituyen los nuevos escenarios de
producción de conocimientos. El auge de un pensamiento crítico emergente es igualmente
relevante en los análisis las familias, el cual a su vez, es contrarrestado por el
fortalecimiento de ciertas tendencias conservadoras entre cuyos rasgos cabe destacar el
antifeminismo y la homofobia.

2
La cualificación de la ciudadanía individual y colectiva, expresada en los movimientos
sociales que demandan la atención a los problemas a la luz de la asunción del discurso de
los derechos humanos, constituye así mismo otro de los contextos de indagación de las
realidades familiares en Colombia.

La influencia de los medios de difusión a la vez resistente e impulsora de los cambios en las
familias y su compromiso con la producción de imaginarios y representaciones sobre ellas,
está en el orden del día.

La producción sobre el tema en los ámbitos universitarios procede de los ejercicios


investigativos dedicados al análisis de diferentes dimensiones de la vida familiar en
contextos históricos y sociales específicos que interpela a las disciplinas y posibilitó el
desarrollo de campos como la antropología de la familia que ya ha ganado un espacio en los
ámbitos académicos o, la historia de la familia de desarrollos más recientes. Además de
esta producción, se encuentra un volumen apreciable de materiales que proponen la
solución a ciertos conflictos que constituyen los motivos principales de consulta en las
instituciones u organismos especializados que los tratan. Asuntos como la inasistencia
alimentaria, la violencia en las relaciones familiares y de pareja, el abandono y el maltrato
infantil y a los viejos, revelan el lado oscuro de la familia para usar la expresión de Edgar
Malagón, autor de un artículo en el que discute las concepciones de familia en la política
social1. Tales hechos, han desafiado las interpretaciones de áreas como la psicología
social, el psicoanálisis, el trabajo social y diversos campos de convergencia como los
estudios sobre las mujeres y el género, la diversidad étnica y sexual.

La difusión y circulación e intercambio de estas ideas han dinamizado nuevas


construcciones. Un indicador de la atención dedicada al tema de las familias en las diversas
comunidades académicas, se aprecia en las publicaciones seriadas. Entre ellas por ejemplo,
el número décimo de la revista Maguaré del departamento de antropología de la
Universidad Nacional de Colombia publicada el año 1994, le dedicó cinco de los seis
artículos temas tales como: la paleodemografía muisca, el género y la reciprocidad entre los
1
. Ver, “El lado oscuro de la familia y la política social”, Trabajo Social No. 1, Departamento de Trabajo Social,
Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1988. pp 63 a 73

3
taiwano, las tendencias o rupturas de la familia colombiana, el viejo y la familia y la
historia de vida como recurso de investigación. El número uno de la revista Trabajo Social
que apareció el año 1998, asumió la familia como tema central de reflexión
interdisciplinaria. La revista Nómadas del Centro de Investigaciones de la Universidad
Central, le dedicó el número 11 correspondiente a octubre de 1999 y abril de 2000 a las
tendencias de las ciencias sociales en la investigación de las familias contemporáneas. El
número tres de la revista Eleutheria de julio de 2000 del departamento de desarrollo
humano de la facultad de Ciencias Jurídicas y sociales de la Universidad de Caldas, se
centró en la reflexión sobre las familias contemporáneas del país y de la ciudad de
Manizales, el niño, el duelo y la intervención psicosocial. Las series de la Universidad de
Antioquia y Valle, constituyen así mismo, testimonio del auge de la producción en este
campo.

En el año 1995, La Consejería Presidencial para la Política Social y el PNUD apoyaron


una publicación de un conjunto de textos compilados por María Cristina Hurtado que
fueron producto de unas jornadas nacionales de capacitación en las que participaron
diferentes centros universitarios del país. Estas jornadas se proyectaron al fortalecimiento
institucional y a la evaluación de las Comisarías de familia en sus etapas iniciales de
funcionamiento2. Se trataron temas como la caracterización de la familia en Colombia a
partir de las elaboraciones de reconocidas especialistas3, la familia y la Constitución4, las
relaciones de pareja y entre padres e hijos en las perspectivas jurídicas y psicosociales5, la
violencia intrafamiliar6 y la relaciones de género7. El texto incluye dos elaboraciones sobre

2
Ver, República de Colombia, Consejería Presidencial para la Política Social, PNUD, Reflexiones para la
intervención en la problemática familiar, Santafé de Bogotá, Febrero de 1995.
3
Luisa Fernanda Giraldo, Yolanda Puyana, Lucero Zamudio, Norma Pubiano, Hernán Henao Delgado, María
Cristina Palacios se ocuparon de los cambios y las tendencias de la vida familiar al finalizar el siglo XX.
4
. María Cristina Calderón, Luisa Fernanda Giraldo y Orlando Usquiano plantearon los avances que
representó el reconocimiento de “la familia como el núcleo fundamental de la sociedad” y demás
planteamientos incorporados en el texto constitucional, lo mimo que ciertas limitaciones.
5
. Rosalba del Socorro Sánchez, Alba Lucía Velasco, Carlos Enrique Gutiérrez, María Cristina Osorio, Carlos
Mario González, Lucero Zamudio, Norma Pubiano de nuevo, María Elvira escobar y Carlos Enrique
Sarmiento, expusieron los hallazgos de sus respectivas investigaciones sobre el tema de la pareja, el
significado del matrimonio, las separaciones, las relaciones entre los padres y los hijos en los contextos de
cambio de la sociedad colombiana.
6
. María Cristina Palacio Valencia, María Himelda Ramírez, María Eugenia Agudelo Bedoya, William Cañón y
el equipo de PROFAMILIA, exponen diversas miradas sobre la violencia en las relaciones familiares, como
hecho social que ha cobrado gran visibilidad en los estudios sobre la familia en el país.
7
. Florence Thomas, Rosa Emilia Salamanca, María Cristina Palacios y Ana Judith Valencia, se ocupan de las
posibilidades de los enfoques de género para la renovación de las políticas sociales en el campo de la familia.

4
la conciliación en familia como una estrategia nueva proyectada a dirimir los conflictos en
las relaciones familiares8. Las contribuciones de esta compilación, a la vez que sintetizan
logros conceptuales de finales de siglo XX avanzan en propuesta de renovación para un
nuevo milenio.

Otra oportunidad dinamizadora son los encuentros disciplinares o interdisciplinarios en


torno al tema y los periódicos congresos, así como también los diálogos interdisciplinarios
en los campos de trabajo profesional y los intercambios con los grupos humanos que
demandan la atención institucional.

Este texto se inicia con unas reflexiones sobre las familias colombianas en las perspectivas
de los análisis históricos a partir de un recorrido por dos publicaciones seriadas de carácter
universitario: el Anuario de Historia Social y de la Cultura9 (en adelante AHSC) producido
por el departamento de Historia de la Universidad Nacional de Colombia y la revista
Historia Crítica de la Universidad de los Andes10. Esta revisión da cuenta de la
contribución de diversas figuras de renombre nacional y permite una aproximación a una
muestra de las elaboraciones sobre historia de la familia o, de temas cercanos que revelan
algunas de las tendencias académicas que han orientado las miradas sobre el pasado
familiar en la sociedad colombiana. También se incluye la revisión de una bibliografía
representativa del campo, entre la que se destaca la producida por Pablo Rodríguez11,
historiador de la familia de la época colonial. Susy Bermúdez12 y Aída Martínez13,
historiadoras de la mujer y la familia durante el siglo XIX.

8
. Carlos Enrique Gutiérrez sarmiento y Francia Helena López López.
9
. Esta publicación fue fundada el año 1963 por el maestro Jaime Jaramillo Uribe y está conformada por 31
fascículos.
10
. Esta publicación fue fundada, en 1989 es decir veintiséis años después que el AHSC
11
. Entre sus obras cabe destacar, Seducción, Amancebamiento y abandono en la Colonia, Fundación Simón
y Lola Guberek, Santa Fe de Bogotá, 1991. Testamentos Indígenas de Santafé de Bogotá, siglos XVI y XVII,
Bogotá, Alcaldía Mayor de Bogotá D. C., Instituto Distrital Cultura y Turismo, Observatorio de cultura urbana,
2002. Sentimientos y vida familiar en el Nuevo Reino de Granada, Ariel, Santafé de Bogotá, 1997.
12
Hijas, esposas y amantes. Género, clase, étnia y edad en la Historia de América Latina, Ediciones
Uniandes, Santafé de Bogotá, Colombia, 1992, Susy Bermúdez, “Familia y hogares en Colombia durante el
siglo XIX y comienzos del XX” en, Consejería presidencial para la política social, Presidencia de la República
de Colombia, Las mujeres en la historia de Colombia, Tomo II, pp. 240 – 291
13
Aída Martínez, “Mujeres y familia en el siglo XIX 1819 – 1899”, en Consejería presidencial para la política
social, Presidencia de la República de Colombia, Op. Cit. pp. 292 - 231

5
Luego se plantean algunos de los desarrollos de la antropología de la familia respecto desde
la perspectiva de la diversidad cultural, tema que ha logrado una gran difusión en el país, en
virtud de la contribución de la maestra Virginia Gutiérrez de Pineda. Este paradigma,
discute las visiones universalistas y propone el examen de las particularidades surgidas en
contextos regionales específicos, en escenarios diferentes como los rurales y los urbanos, en
tipologías familiares singulares. La información acopiada procede de una revisión de la
colección de la revista Maguaré de la Universidad Nacional de Colombia, lo mismo que de
textos que figuran dispersos en diversas compilaciones. Se observan algunas perspectivas
antropológicas que remiten a la inclusión de la perspectiva de género en la reflexión
disciplinar, tal como se observa en las discusiones planteadas en los congresos recientes y
en la publicación de un libro que compila los trabajos expuestos en el IX Congreso de
Antropología celebrado el año 200014.

El motivo de reflexión de la tercera parte de esta exposición son las concepciones sobre las
familias en los estudios sobre las mujeres y el género, los cuales constituyen campos
emergentes de gran dinámica en el país que aportan otras visiones sobre las realidades
familiares. Una perspectiva feminista se expresa con nitidez en varias colecciones. La serie
de publicaciones del Centro de Estudios de Género Mujer y Sociedad de la Universidad del
Valle15, es una muestra de un trabajo sistemático, lo mismo que, la colección de la revista
En Otras Palabras de la Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional de
Colombia y la Corporación casa de la Mujer de Bogota. La producción de la Universidad
de Antioquia y de la Universidad de Caldas es copiosa. La reflexión sobre las
masculinidades es un campo de avances importantes que se sitúa de manera crítica ante las
formas hegemónicas de ser hombre e impulsa las redefiniciones que proponen otras formas
de vivir la masculinidad. Así mismo, la reflexión sobre la diversidad sexual que ha surgido
con gran impulso de trabajos de grado de diversas universidades, avanza con propuestas de
deconstrucción de estereotipos y prejuicios.

14
. Patricia Tovar Rojas, editora, Familia, Género y Antropología, Desafíos y transformaciones, Instituto
Colombiano de Antropología e Historia, Icanh, Bogotá, Colombia, 2003
15
. Gabriela Castellanos ha impulsado varias publicaciones colectivas que si bien no se refieren de manera
explícita a las familias, aportan a este campo desde el punto de vista de la crítica feminista a temas tales
como el matrimonio, la violencia en las relaciones de pareja, las representaciones sociales sobre la feminidad.

6
La exposición continúa con una sección dedicada a una mirada sobre las imágenes de la
familia o la familia en imágenes, tema que ha concentrado la atención no sólo de algunos
especialistas en las artes visuales, sino también de profesionales en las ciencias sociales.
Los primeros procedentes de campos como la fotografía, el vídeo o el cine, son sensibles a
la experiencia familiar como escenario de encuentros y desencuentros, realizaciones y
frustraciones de las cuales quedan huellas que conforman una memoria que constituye un
patrimonio cultural que incluye la intimidad como experiencia significativa de la
construcción social. Además, ciertas prácticas profesionales, exploran otras formas de
trabajo alternativas a las estrategias terapéuticas convencionales que promuevan la
expresión a través de recursos como el dibujo, la fotografía o e vídeo, y que proyectan
diferentes búsquedas tales como la resignificación de experiencias dolorosas, la asunción
del duelo, el descubrimiento de las potencialidades artísticas orientadas a contrarrestar la
exclusión .

La producción sobre los motivos de consulta en las instituciones especializadas y al


planteamiento de estrategias de intervención, constituye la parte con la que se concluye este
trabajo. Esta reflexión procede de diversos campos desafiados por la exacerbación de la
violencia ocasionada por el conflicto armado interno que han construido campos de
convergencias e intersecciones para responder a esos desafíos. Las interpretaciones del
dolor y las pérdidas y los malestares de las personas consultantes, de su cultura inscrita en
los ámbitos populares, de las vicisitudes de las relaciones profesionales, de la movilización
de los recursos, orienta diversos estudios. La exposición de estos temas procede de la
revisión de la colección de la revista Colombiana de Psicología, la revista de la escuela de
psicoanálisis y cultura Desde el Jardín de Freud de la Universidad Nacional de Colombia y
las revistas de los departamentos de Trabajo Social de la Universidad del Valle y de la
Universidad Nacional de Colombia, así como también de varias compilaciones.

Como se observa, la producción académica sobre la complejidad de las relaciones


familiares comprende textos de muy diversa índole tales como guías bibliográficas,
tesauros, compilaciones de artículos de investigación, de revisión o los reportes de casos.
Estos materiales revelan diversos enfoques y perspectivas y por supuesto concepciones

7
sobre la familia que discuten los modelos ideales y las visiones estereotipadas y promueven
renovaciones en las interpretaciones de sus dinámicas y proyecciones.

Las pretensiones de una exposición que intenta una síntesis de un material tan copioso
como los estudios contemporáneos sobre las familias colombianas, exige cierta
delimitación que con seguridad implica el riesgo de omisiones inexcusables que
forzosamente se ha de asumir.

Gran parte de esta elaboración procede de mi actividad docente, investigativa, de extensión


y editorial en la Universidad Nacional de Colombia. Aprecio de manera particular las
entregas de los estudiantes de trabajo social que han participado en el seminario de
monografía durante varios años y quienes esbozan y desarrollan sus inquietudes en su
trabajo de grado. Algunas de ellas concluidas en estudios innovadores por lo regular
inspirados en sus prácticas académicas y otras desafortunadamente inconclusas. La
actividad como lectora de informes de investigación, trabajos de promoción o artículos
propuestos para la publicación de profesoras y profesores dedicados a los avances en estos
campos, me ha permitido enriquecerme con los más diversos puntos de vista. La
participación en el equipo que elaboró el proyecto para la maestría en Trabajo Social,
familia y redes sociales y en el seminario Internacional Familias, cambios y estrategias en
la Universidad Nacional de Colombia, ha sido una ocasión de invaluables aprendizajes.

La cercanía a Guillermo Torres en su gestión como alcalde local de Teusaquillo de la


ciudad de Bogotá durante la etapa de elaboración del Plan de Desarrollo 2005 – 2008
inspirado en una visión pluralista me permitió, reconocer hechos tales como la nueva
pobreza y la soledad escondida tras las paredes de los estratos tres y cuatro, las vicisitudes
de los vendedores y las vendedoras ambulantes y de sus familias en su trasegar por los
espacios públicos, la llegada de los nuevos habitantes de la localidad con sus heridas
invisibles procedentes de las zonas de conflicto y las potencialidades organizativas de
diversos núcleos16.

16
. Plan de Desarrollo Económica, Social y de Obras Públicas para la Localidad de Teusaquillo,
2005 – 2008. Acuerdo Local No. 002 del 5 de septiembre de 2004.

8
Las debilidades, inconsistencias y desproporciones en este trabajo son de mi entera
responsabilidad, lo mismo que sus sesgos.

1. Perspectivas historiográficas

La pregunta sobre la figuración de las familias en la historiografía colombiana, remite a las


representaciones construidas sobre el pasado de la sociedad y a la significación asignada a
la familia en la construcción de la nación. Es así como los estudios históricos interpelan al
pasado desde el presente y contribuyen a dilucidar las posibles y múltiples formas de
organización familiar, la incidencia de las relaciones interétnicas en su conformación, el
compromiso con la reproducción de las jerarquías de género y generacionales, las
mediaciones discursivas que fluyen de las normas, el pensamiento religioso, científico y
político.

En ese sentido, los estudios históricos sobre las familias descubren experiencias
insospechas y desmitifican certezas construidas a partir de la concentración en el presente
de algunas corrientes de los estudios sociales contemporáneas. Tal es el caso por ejemplo
del tamaño de las familias que se supuso por años extenso o, la jefatura femenina de hogar
que se consideró patrimonio exclusivo de las sociedades modernas.

Pablo Rodríguez, reconocido historiador de las familias coloniales, junto con María Teresa
Mójica, plantean que la familia como objeto de reflexión histórico en Colombia como en
América Latina es muy nuevo17. Establecen que a pesar del gran interés de los funcionarios
del Estado, los integrantes de la Iglesia y de las ciencias sociales, los historiadores sólo
empezaron a ocuparse de la familia hacia los años ochenta del siglo XX.

17
Ver, Pablo Rodríguez y María Teresa Mójica, “Un acercamiento a la historiografía de la familia en
Colombia”, en Francisco Chacón Jiménez, et. al. (eds.) Sin distancias. Familias y tenencias historiográficas
en el siglo XX, Universidad de Murcia, Universidad Externado de Colombia, Universidad de Murcia servicio de
publicaciones, 2003, pp. 143 - 163

9
En efecto, tal como se observa en el AHSC apenas en el volumen 15 correspondiente al
año 1987, por primera vez figuran en esta publicación, dos artículos que hacen una
referencia explícita a la familia como objeto de la atención en esa disciplina.

Se trata en primer lugar de un artículo de Susy Bermúdez18 quien presenta una visión sobre
las concepciones de familia durante el periodo comprendido entre 1853 y 1886, sustentado
en el análisis de la normatividad en contextos en los cuales el impulso reformador, no
alcanzó la vida privada y por supuesto la condición femenina. Es decir, pese a los impulsos
reformadores del liberalismo que incluyen una modificación temporal sobre la visión del
matrimonio respecto a la visión colonial ya que se planteó como un contrato y por lo tanto,
susceptible de romper según la conveniencia de las partes, las concepciones sobre la familia
orientadas hacia la construcción de la sociedad burguesa, afianzaron la separación de los
espacios público y privado19.

Por su parte, Carlos Eduardo Jaramillo Castillo20 ofrece una visión sobre las mujeres y los
niños en la Guerra de los Mil días, permitiendo visualizar dos de los sujetos sociales
invisibles en la historia de los grandes acontecimientos políticos, como en este caso, las
guerras. Se visualizan también la fuerza de los lazos afectivos de las mujeres quienes como
amantes, esposas o compañeras, siguieron a los combatientes a los campos de batalla.

Años antes, Hermes Tovar Pinzón, localizó en el Fondo Caicedo del Archivo General de la
Nación unas cartas intercambiadas durante diez y nueve meses entre la pareja de esposos
conformada por María Celestina Rubio y José Manuel Cárdenas durantes su separación
forzada por motivo del reclutamiento durante la guerra civil de 1811. En la correspondencia
suscrita por José Manuel, se observan lo sentimientos encontrados de añoranza, amor, celos
y conflictos suscitados por la intromisión de materna. También propósitos de enmienda y

18
Susy Bermúdez, “Mujer y familia durante el Olimpo Radical”, AHSC No. 15, departamento de Historia,
Universidad Nacional de Colombia, 1987
19
Magdalena León y Carmen Diana Deere, publicaron un libro sobre el tema. En la IX Cátedra de Historia
del Museo Nacional, programada para la conmemoración de los 50 años del sufragio femenino en Colombia,
expusieron una avance.
20
“Las Juanas de la Revolución. El papel de las mujeres y los niños en la Guerra de los Mil días”, en, AHSC
No. 15, departamento de Historia, Universidad Nacional de Colombia, 1987

10
culpa por los tratos que reconoce haber sometido a la esposa. Se plasman igualmente
saludos afectuosos para los hijos, compadres, vecinos y allegados. Las cartas fueron
suscritas en Cali, Tambo, Popayán, Pasto y Tunja. En las cartas de Celestina se observan
igualmente expresiones de afecto, informes sobre los hijos y saludos de los parientes y
allegados. Estas fueron suscritas desde Santa Fe. Esta selección es un llamado de atención
del autor a las posibilidades de la correspondencia privada como fuente para la historia de
la familia y la vida privada que hasta ese momento no se había planteado21.

.
Retomando lo planteado por Pablo Rodríguez y María Teresa Mójica, los estudios
demográficos en Colombia no han tenido un itinerario parecido al de otros países
latinoamericanos. Sin embargo en los años 60 y 70 notables historiadores realizaron
ejercicios no continuados que intentaban medir el impacto de la conquista y la colonización
sobre la población nativa. Anotan los escasos estudios sobre la población rural de las
diferentes zonas del país durante el siglo XVIII y destacan el interés de los estudios sobre el
mestizaje muy visible en las principales ciudades.

En cuanto al universo familiar propiamente dicho, destacan las variaciones en su tamaño y


composición y la predominancia de las familias nucleares en los medios urbanos que
alcazaba porcentajes entre el 55 y el 70 por ciento. En las zonas centrales donde se
consolidó una economía agraria de pequeños y medianos propietarios prosperó una familia
numerosa y de tres generaciones.

Otro de los tópicos destacado por los autores, es el de los vínculos familiares relacionados
con la formación de las sociedades locales y regionales, y con la concentración del poder
económico, el establecimiento de las redes políticas y la administración que a su vez,
funcionaban según los sistemas de herencias. La familia ha sido crucial en la inmigración e
integración y proyección de sirios, libaneses, alemanes y japoneses en diferentes regiones
del país, empresas.

21
. Hermes Tovar, Pinzón, “Cartas de amor y guerra”, en, ANHSC, No. 12, Universidad Nacional de
Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, departamento de Historia, Bogotá, D. C., 1984, pp. 155 - 169

11
Informan también que la unión conyugal ha despertado un gras interés entre los estudiosos
de las familias en Colombia. Temas como la incidencia de las normas religiosas y civiles,
las uniones interétnicas, las promesas de matrimonio incumplidas las herencias y las dotes,
remiten a los tortuosos itinerarios de conformación de las familias, a la propagación de las
uniones de hecho que se remontan a la sociedad colonial y que constituye uno de los
motivos de la propagación de las jefaturas de hogar femeninas.

Es notable la influencia de los estudios sobre las mujeres y el género en la apertura del
campo de la historia de la familia22. Uno de los temas investigados en esa línea es la
violencia contra las mujeres en diversos contextos históricos. La construcción del ideal
femenino es otro de los tópicos que se relaciona con el papel de las mujeres como madres y
esposas. La significación del matrimonio para la redefinición de la identidad masculina, es
así mismo otro tema novedoso.

Veamos. La historia de las mujeres en la ciudad de Santa Fe de Bogotá revela cómo, desde
la etapas iniciales de la colonización en la sociedad santafereña, la violencia contra las
mujeres en sus hogares ocupó un lugar visible en las dinámicas sociales, trascendió los
espacios domésticos por iniciativa de las mismas afectadas o de sus familiares, causó la
intervención de las autoridades e inclusive, suscitó complicidades con los agresores para
evadir las acciones legales. Por aquellas épocas, resonaban aún los ecos de la violencia de la
conquista militar sobre las indígenas, quienes vivieron las violaciones y los abusos sexuales
perpetrados por los conquistadores y los colonizadores de los primeros tiempos. Las
denuncias de los Obispos protectores de indios y otros clérigos con sensibilidad indigenista
tramitadas a la Corte en España, incluyeron la violencia sexual y en general los tratos
abusivos de los conquistadores y los colonizadores sobre las mujeres de los territorios
ocupados. Estos pronunciamientos se expresaron en la Legislación Indiana la cual se
sustentó en concepciones humanistas y prohibitivas de los abusos de los ocupantes del
territorio americano23. Si bien los alcances de esa legislación fueron limitados en términos

22
Ver entre otros, Academia Nariñense de Historia, Mujer, Familia y Educación en Colombia, Memorias del IV
Encuentro Nacional de Historiadores, Pasto, 26 al 28 de octubre de 1994, Pasto, 1997
23
Ver, María Himelda Ramírez, “Las diferencias sociales y el género en la asistencia social de la Capital del
Nuevo Reino de Granada, siglos XVII y XVIII”. Este estudio sustenta el compromiso de la asistencia social con
la construcción de las diferencias de clase, etnia y género en Santa Fe de Bogotá, en los contextos históricos
barroco e ilustrado La tesis fue elaborada bajo la orientación académica de la profesora titular Lola G. Luna,

12
de su influencia y en términos de temporales, quedaron como constancias históricas de unos
hechos que sólo hasta finales del siglo XX y después de prolongadas transacciones, lograron
ser reconocido como violatorios de los Derechos Humanos. La crónica de Juan Rodríguez
Freyle conocida como el Carnero, contiene nueve relatos que tratan precisamente de las
tensiones en la vida privada, cuya trascendencia al mundo exterior, tiene que ver con lo
insólito o extraordinario como los adulterios y los asesinatos. Llama la atención el hecho de
que en su gran mayoría, las mujeres son las víctimas de las agresiones de sus maridos,
amantes o parientes. Pese a ello, el que mayor atracción ha despertado entre los
especialistas, es precisamente la narración de las experiencias de Inés de Hinojosa, criolla,
"hermosa por extremo", adúltera, y asesina24.

En el setecientos santafereño, la violencia contra las mujeres fue un motivo que contribuyó a
la conflictividad urbana, suscitó pronunciamientos condenatorios por parte de la
administración municipal y a la vez, movilizó a las mujeres en búsqueda de los mecanismos
legales de protección, tal como se observa en la exposición de los resultados del estudio de
cincuenta y un procesos en que se vieron implicadas las mujeres25.

Gilma Alicia Betancourt publicó dos artículos basado en una investigación sobre la violencia
contra las mujeres en las ciudades de Cali y Palmira con base en la consulta de expedientes
judiciales26. Rafaela Vos Obeso, se ocupa del tema en la ciudad e Barranquilla a comienzos
del siglo XX27.

para optar al título de doctorado en Historia de América que otorga la Universidad de Barcelona, España, a
través del programa el programa de la Facultad de Geografía e Historia Continuidad y Cambio en la Historia
de América. La versión electrónica se puede consultar en: http://www.tdx.cesca.es/TDX-0131105-111004/
24
Ver, “Lo femenino y el género en el Carnero, crónica de los cien años iniciales de Santa Fe de Bogotá, en,
Desde el Jardín de Freud, No 3, Universidad Nacional de Colombia, Escuela de Estudios en Psicoanálisis y
Cultura, Bogotá, D. C, 2003
25
Ver, María Himelda Ramírez, “Las diferencias sociales y el género en la asistencia social …
26
Ver, Gilma Alicia Betancourt, “Género y delito en Cali (1850 – 1860) desde la ventana de un juzgado
parroquial”, en, Gabriela castellanos y Simona Ascorsi, Género y sexualidad en Colombia y en Brasil, Centro
de estudios de Género Mujer y Sociedad, Universidad del valle, Cali, 2002. “Delitos sexuales y condición
femenina en los cantones de Cali y Palmira, 1850 – 1860, en Gabriela Castellanos, compiladora, textos y
prácticas de género, La manzana de la discordia, Centro de Estudios de Género mujer y sociedad,
Universidad del Valle, Santiago de Cali, 2004
27
. Rafaela Vos Obeso, Mujer, cultura y sociedad en Barranquilla, 1900 – 1930, Fondo de Publicaciones,
Universidad del Atlántico, Barranquilla, 1999

13
Las historiadoras de la mujer en el siglo XIX le dedican una atención especial a la
insistencia de diversos actores en la construcción del ideal femenino. Patricia Londoño, por
ejemplo observa el papel de la educación y de la prensa en la prescripción de los valores
familiares que condujeron a la figura emblemática del Ángel del Hogar. El discurso
paterno en los sectores de la élite santafereña que se orientaba en ese mismo sentido, los
manuales dirigidos a las mujeres, las mujeres y los hogares son temas que plantean
perspectivas novedosas28.

El matrimonio y la paternidad en la construcción de la identidad masculina, es analizado


por Susy Bermúdez quien señala en las diversas Constituciones del siglo XIX la
identificación entre la condición ciudadana y el estado civil: ser casado o haberlo estado. La
autora interpreta que el hombre casado representaba un grupo corporado que hacía del
individuo una persona poderosa y respetable. Además, el hombre casado por lo regular era
un hombre que tenía dependientes por lo cual, sobre el era posible ejercer ciertas presiones
políticas o económicas para evitar la divergencia29.

Gilberto Loaiza Cano analiza la construcción del ideal del buen burgués con base en la
definición otorgada al esposo y padre de familia en el caso concreto del catedrático y
político Manuel Ancízar30. Este personaje estableció una alianza promisoria con uno de los
linajes comprometidos con la construcción de la modernización en Colombia por medio del
matrimonio con Agripina Samper Agudelo con quien entabló una correspondencia
frecuente durante sus largas etapas de ausencia por motivos políticos.

Abel Ricardo López, con base en el estudio de las nóminas de una entidad estatal analiza el
papel del trabajo de oficinas en la formación de las clases medias en Colombia. Destaca el
traslado de la división del trabajo por sexos al escenario laboral y la construcción de la
28
Patricia Londoño, “Las publicaciones periódicas dirigidas a la mujer, 1858 y 1930” Boletín Cultural y
Bibliográfico, Banco de la República, Bogotá, Colombia, Volumen XXVII, No. 23, 1990. Patricia Londoño,
“Educación femenina en Colombia, 1780 – 1880” Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República,
Santafe de Bogotá, Colombia, Volumen XXXI, No. 37 1994. Susy Bermúdez, “Familia y hogares en Colombia
durante el siglo XIX y comienzos del XX” y Aída Martínez, “Mujeres y familia en el siglo XIX 1819 – 1899” en,
Consejería presidencial para la política social, presidencia de la República de Colombia, Las mujeres en la
historia de Colombia, Tomo II, pp. 240 – 291 y 292 - 231
29
. “la mujer y la familia …. ”.
30
Ver, Gilberto Loaiza Cano, “Acerca de la vida privada de un hombre público del siglo XIX (El caso de
Manuel Ancízar”, en, ACHSC, No. 26 de 1999, pp 59 a 82

14
identidad masculina a partir de la diferenciación con los obreros, cuya reputación está
mediada por el trabajo material desvalorado. La paternidad para estas clases en ascenso, fue
erigida como un elemento de prestigio social31.

Ximena Pachón y Cecilia Muñoz, en sus publicaciones sobre la historia de la infancia


bogotana, abrieron este campo de indagación en el cual es perceptible la inserción de los
niños y las niñas en los hogares, diferenciados por clases sociales, sus relaciones con las
instituciones educativas, asistenciales y de salud. Es de interés en estos trabajos las
observaciones sobre la dimensión cultural de la infancia considerada a partir del uso del
tiempo libre, la significación de las festividades, la religiosidad y con el periodismo.

Juan Carlos Jurado plantea en un artículo las particularidades del tránsito de las sociedades
rurales a las urbanas, los cambios demográficos, la disminución del tamaño de la familia, la
desacralización de la vida familiar, las redefiniciones de las relaciones entre los adultos y
los jóvenes, el influjo de los medios de comunicación en la socialización de las nuevas
generaciones en Medellín contemporáneo32.

Respecto a las visiones de la familia en los estudios de historia política en la sociedad


colombiana contemporánea, cabe destacar los trabajos sobre los movimientos sociales de
mujeres que desde los años 40, figuraron en la escena política en la perspectiva del logro de
los derechos económicos, sociales y políticos. La historiadora española Lola G, Luna
subraya de qué forma la maternidad, se constituyó en el una condición de inclusión de las
mujeres en los ámbitos públicos. En otros términos, de que forma el maternalismo como
discurso que fusionó el sujeto femenino con la maternidad, fue usado por los líderes
políticos que tuvieron un papel relevante en la construcción del proyecto moderno en

31
López Pedreros, Abel Ricardo Empleados, mujeres de oficina y la construcción de las identidades de clase
media en Bogotá, 1930 – 1950, en, ANHSC, No. 30, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias
Humanas, departamento de Historia, Bogotá, D. C., 2003, pp. 257 – 279
32
Juan Carlos Jurado, “Problemas y tendencias contemporáneas de la vida familiar y urbana en Medellín”, en
historia Crítica No. Universidad de los Andes

15
Colombia. Tal fue el caso por ejemplo de Jorge Eliécer Gaitán y Gustavo Rojas Pinilla
quienes avalaron el reconocimiento político de las mujeres por su papel de reproductoras33.

En otra perspectiva, ya advertida por Lola G. Luna, Patricia Tovar34 se subrayan la


figuración de los afectos en las organizaciones sociales de resistencia a la
violencia, los sentimientos maternos y familiares, en el contexto de los movimientos
sociales por la paz en Colombia. Así, las viudas, las madres, las esposas son las figuras más
visibles que se pronuncian ante hechos como las desapariciones forzadas, los asesinatos
selectivos de líderes de la insurgencia, los secuestros. Además son quienes protestan por el
maltrato y las condiciones precarias de los reclusos de las cárceles colombianas.

Una investigación del Centro de Investigaciones para el desarrollo (CID) de la Universidad


nacional de Colombia, “Trayectorias del desarrollo generacional en Colombia” sobre el
comportamiento de los y las habitantes del país entre 1977 y 1999, se destaca: el aumento
de la educación en el país: Los padres presentan menores niveles de escolaridad que los
hijos e hijas. El dato sobre promedio de educación por género revela que entre 1979 – 1989
y 1999, entre los grupos de edad 15 – 19 años, 20 – 24, 25 y 29, las mujeres muestran una
tendencia al aumento de su escolaridad. Entre los demás grupos las mujeres registran
menores niveles. Se destacan los cambios en las familias. En los grupos de población adulta
entre los 31 y 40 años, para los años 1979, 1989 y 1999, la unión libre ha aumentado, los
casados y los viudos han disminuido los separados han aumentado y los solteros han
aumentado. Los cambios en la situación de las mujeres: Lograron superar los niveles
educativos de los hombres, conquistaron nuevos espacios laborales. Ganan menos que los
hombres en especial en épocas de recesión económica. Hasta los 30 años mantienen sus
uniones conyugales. Después empieza a disminuir la proporción de casadas, a aumentar la
de separadas y viudas. Aumentan las jefaturas de hogar Se incorporan a empleos de
servicio personal, administrativo y de servicios. Los hombres lo hacen en mayor proporción
33
Son varias las publicaciones sobre el tema, tanto en España como en Colombia, ver entre otros: “La
feminidad y el sufragismo colombiano durante el periodo 1944-1948” en AHSC No. 26, departamento de
Historia, Universidad Nacional de Colombia, Santafé de Bogotá, Colombia,1999
34
Patricia Tovar, “Las Policarpas de fin de siglo: mujeres, rebelión, conciencia y derechos humanos en
Colombia”, en, Mauricio Archiva y Mauricio Pardo (Editores) CES Universidad Nacional, ICANH, 2001.

16
como obreros. Disminuyeron las proporciones de mujeres dedicadas al hogar, cada
generación femenina alcanza mayor participación en el trabajo remunerado. Registran los
mayores niveles de desempleo.

En síntesis, los estudios históricos revelan múltiples enfoques y perspectivas. Cabría


destacar que la familia ha sido considerada una institución fundamental
para la construcción del proyecto social en los diversos contextos históricos. Durante la
etapa de la colonización y los tres siglos coloniales, la familia fundada en el matrimonio
sacramental, se sacralizó y se concibió como una condición de civilización. La trasgresión a
las pautas impuestas por la Iglesia, como la opción por uniones consensuales, fue muy
costosa para quienes la asumieron y una de las fuentes principales de discriminación y
exclusión. El registro de nacimiento que diferenció a los hijos e hijas entre los legítimos e
ilegítimos, constituye un rasgo perdurable, si bien ya abolido en las normas, aún persisten
rezagos de esa diferenciación en los imaginarios.

En el siglo XIX, el proyecto liberal tuvo el mérito de intentar definir al matrimonio como
un contrato y por lo tanto con posibilidad de su disolución lo cual garantizaría la
salvaguarda de los patrimonios a las mujeres. Sin embargo, la Constitución del 86 restauró
la ingerencia de la Iglesia en los asuntos de la regularización de la familia hasta mediados
del siglo XX.

Desde entonces, y con mayor celeridad desde la segunda mitad del siglo XX, los cambios
demográficos, económicos y culturales han ejercido una presión para la producción de
redefiniciones que logren la instalación de un pensamiento moderno que se exprese, en una
mayor tolerancia y aceptación de hechos que permanecían ocultos o estigmatizados como
trasgresión, desviación o patología.

2. La diversidad cultural.

La maestra Virginia Gutiérrez de Pineda, fundadora no sólo del campo de la antropología


de la familia en Colombia sino aportante también a otros desarrollos como la historia de la

17
familia, develó la diversidad de formas familiares en Colombia. Su planteamiento
contempla desde la diferenciación de las formas familiares en la perspectiva regional, hasta
las diferencias entre los ámbitos rurales y urbanos, enfatizando en las vicisitudes de las
familias de los sectores populares de éstos últimos. A su vez, se ocupó de las
particularidades de la experiencia familiar atendiendo a la especialización funcional entre
los integrantes de la pareja, categoría interpretativa clave en sus análisis. La autora le
concedió al conflicto familiar un lugar relevante en la historia familiar, como hecho que
compromete las relaciones de pareja, las parento filiales, las fraternas y que coadyuva a las
rupturas conyugales o a la huída del hogar de los niños y las niñas afectados. Insistió así
mismo en los cambios ocasionados por la modernidad35.

La generación siguiente de investigadoras continuó la profundización en la diferencia con


énfasis en los ámbitos urbanos y adquirió con Ligia Echeverri Ángel gran relevancia con
sus estudios sobre las familias de hecho en Colombia. Esta investigadora incursionó
además en el tema de los ciclos vitales y en la dinámica de los cambios de las familias en
los contextos de la modernización, y avanzó en sus estudios sobre la vejez. Álvaro Román
Saavedra, dio continuidad a esta línea de trabajo con su examen regional al ocuparse de los
viejos en la comarca de Antioquia36.

La antropología de la familia además de sus elaboraciones sobe el presente, entabla varios


intercambios promisorios con otras especialidades que interrogan al pasado remoto. José
Vicente Rodríguez, comenta los alcances y limitaciones de áreas de gran especialización y
escaso desarrollo en nuestro medio como la paleodemografía y la paleopatología,
disciplinas cuyo potencial radica en sus posibilidades de lectura de los restos funerarios,
interferida en nuestro medio por consideraciones de orden estadístico37.

35
Ver entre sus últimos artículos publicados,”Transformaciones y conflictos en la relación de los géneros,
pareja y familia”, en, Academia Nariñense de Historia, Memorias del IV Encuentro Nacional de Historiadores,
Pasto, 26 al 28 de octubre de 1994, Pasto, 1997, pp.38 – 55, “Familia ayer y hoy”, en Patricia Tovar Rojas,
editora, Familia, género …. Pp. 274 – 298, “La dotación cualitativa de los géneros para su status-función”, en
Maguaré No. 11, 1999 – 2000, pp. 148 - 163
36
Ver, Álvaro Román Saavedra, “El viejo y las relaciones intrafamiliares en la comarca de Armenia”, Maguaré
No. 10, Revista de Antropología, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Santafe
de Bogotá, Colombia, 1994.
37
. José Vicente Rodríguez, “Perfil paleodemográfico muisca. El caso del cementerio de Soacha
Cundinamarca, en Maguaré No. 10, Revista de Antropología, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad
Nacional de Colombia, Santafe de Bogotá, Colombia, 1994, pp. 7 a 28

18
Patricia Vila e Pineda y Doris Rojas, con base en el análisis de la cerámica precolombina de
diversas regiones del país, dedujeron el estatus de las mujeres en particular en lo
concerniente al poder. Destacan las representaciones de la maternidad asociada a la
lactancia, así como también, a la sexualidad en las representaciones de la pareja38.

La perspectiva etno histórica proporciona elementos para el análisis del lugar del
parentesco, las alianzas, la consanguinidad en las sociedades precolombinas y el impacto de
la ocupación castellana. Alberto Quijano Guerrero diferenció tres momentos en la
conformación de la sociedad y las familias antes de la ocupación, durante el trauma que
esta representó y durante la conquista y la colonización39.

François Correa por su parte, en la línea de los estudios sobre las etnias que comparten el
territorio intentando salvaguardar sus identidades del avance de otros modelos de
organización social, propone el examen del género y la reciprocidad a partir del estudio de
los taiwano del Vaupés El autor destaca la división sexual de las tareas en los contextos de
los ciclos periódicos anuales, los dominios masculinos, femeninos y compartidos40,

Una afortunada continuidad de estos desarrollos se observa en diversas los informes


etnográficos. Marta Cardona López, en su exposición sobre la vida cotidiana de los
yukunas, proporciona elementos para observar la maternidad y los rituales que despliega, la
socialización diferencial de género, los cambios en el estatus de las mujeres con el avance
de la edad, las relaciones intergeneracionales y las mediaciones simbólicas41.De la misma
forma, Ligia Simonian se ocupa de las principales características de las familias como

38
“Las mujeres antes de la Conquista”, en Patricia Tovar Rojas, editora, Familia, género … p 300
39
. Alberto Quijano Guerrero, “Tres momentos del proceso familiar en Amerindia”, en, Mujer, Familia y
Educación en Colombia, en, Academia Nariñense de Historia, Memorias del IV Encuentro Nacional de
Historiadores, Pasto, 26 al 28 de octubre de 1994, Pasto, 1997, pp. 20 - 37
40
. Ver un avance de su investigación, Francois Correa, “Género y reciprocidad en la economía de los taiwano
del Vaupéz”, en, Maguaré No. 10, Revista de Antropología, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad
Nacional de Colombia, Santafe de Bogotá, Colombia, 1994. y Por el camino de la anaconda remedio ,
Universidad Nacional de Colombia y Conciencias, Bogotá, 1996
41
Marta Cardona López, “Género, mujer y feminidad en los yukunas de la Amazonía colombiana”, en Patricia
Tovar Rojas, editora, Familia, género … p 349

19
realidad sociocultural, como grupo que cohabita en un mismo espacio y tienen como
objetivos comunes la cooperación económica y la reproducción en la frontera amazónica42.

La riqueza de estos estudios contribuye a visualizar otras formas de vivir la experiencia


familiar, la vida cotidiana, las relaciones de género e intergeneracionales, las relaciones con
el ámbito sagrado en contextos diferentes a los urbanos y a los campesinos tradicionales.

La inclusión de la perspectiva de género en la reflexión disciplinar, es un ejercicio


sistemático en la disciplina antropológica que ha propiciado mutuos préstamos entre
diversas especialidades, logrando ser un dinamizador de los estudios sociales sobre la
familia en Colombia.

3. La familia en los estudios sobre las mujeres, el género, las masculinidades y la


diversidad sexual.

Como se señaló en la introducción, los estudios sobre las mujeres, el género, las
masculinidades y la diversidad sexual, han contribuido a la renovación de las
interpretaciones sobre las familias contemporáneas. Estos estudios, cuyas fronteras en
ocasiones es difícil delimitar, han adquirido sus propios contornos a la vez que, se hacen
préstamos mutuos.

3.1. Las mujeres, protagonistas de las familias colombianas.

En Colombia existe un itinerario consistente de los estudios sobre las mujeres jefas de
hogar, los cuales representaron una renovación en los estudios sobre la familia, los análisis
económicos y sociológicos. La historiografía documentó que no se trata de un hecho nuevo
asociado a la modernidad como se interpretó durante años, sino que está inscrito en la

42
. Kigia T.L Simonian, "Reflexiones sobre la familia en la frontera amazónica: idealizaciones, contradicciones
y tendencias actuales, en, Patricia Tovar Rojas, editora, Familia, género … p 397

20
historia de la sociedad colombiana desde la consolidación de la sociedad colonial, pasando
por la formación de la República hasta la sociedad contemporánea.

Las jefaturas de hogar femeninas, no obedecen a una única causa Tal como se ha
demostrado, las guerras y las migraciones han contribuido a la persistencia de estos
hogares. Además de la maternidad sin matrimonio, las separaciones conyugales, los
acuerdos entre las parejas y la viudez que aumenta por la persistencia del conflicto armado,
multiplican estos hogares

Lo que suscita interrogantes es el porqué se tardó tanto en reconocerlo y el porqué la


persistencia de las resistencias culturales que estigmatizan un tipo de hogar que ha ocupado
un lugar destacado en la historia del país como estrategia de sobrevivencia digna y que ha
sido calificado como incompleto, carente o incompetente para cumplir a cabalidad las
funciones sociales asignadas a la familia.

Llama la atención en las investigaciones sobre el tema, las visiones contradictorias acerca
de los hogares de padre ausente. Algunos estudios insisten en lo imprescindible de la figura
paterna para la formación de la conciencia moral y de las identidades sexuales y de género
y le atribuyen a estos hogares, gran parte de la responsabilidad de la violencia juvenil, tal
como ocurrió en el auge de la literatura sobre el sicario y en la literatura pseudocientífica.

Otros estudios, ante todo influenciados por el feminismo, subrayan que la disolución de la
pareja puede resultar aliviadora para la familia sometida al autoritarismo paterno o a su
violencia. Por lo demás, se admite que la mujer gana en autonomía personal al verse
enfrentada a la toma de decisiones y dispone de su tiempo y sus ingresos según las
conveniencias de las hijas e hijos. Este es el tema de un documental de Clara Riascos que
logró el reconocimiento nacional y varios premios internacionales. La Mirada de Myriam.

Las jefaturas de hogar femenino, a la vez que han logrado una visibilidad en los ámbitos
académicos, han producido cambios legislativos y han planteados nuevos desafíos a la
investigación social. Uno de estos desafíos, tiene que ver con la forma como los cónyuges,

21
afectados por la crisis económica asumen la jefatura económica y más concretamente, la
proveeduría por parte de las mujeres. Otro de las preguntas es por la lentitud en los cambios
en la redistribución de las faenas del hogar43.

Los estudios sobre el impacto del desplazamiento forzado sobre las familias, que han tenido un
auge desde la década de los años noventa por la agudización del conflicto armado interno en
todo el país, revela la acentuación de ciertas tendencias. El éxodo de las familias campesinas,
por lo regular es precedido de un ambiente de tensión y zozobra que se expresa en los rumores,
en conversaciones en voz baja, en amenazas directas y en los actos de terror como los
asesinatos selectivos y las masacres. La huída para salvar la vida se produce por lo común de
manera intempestiva. En ocasiones todos los miembros de la familia logran salir de sus lugares
juntos, abandonando sus pertenencias, su mundo y sus proyectos. En otras, huyen después del
asesinato de uno de los miembros del hogar, por lo común el esposo y padre44 . Este hecho ha
ocasionado el aumento de las viudas en el país. Patricia Tovar llama la atención sobre las
limitaciones para definir a las viudas de la guerra. Cuando un hombre que ha sostenido
relaciones paralelas fallece, resultan varias mujeres que se reclaman como su compañera. La
autora distingue las viudas oficiales de las otras viudas quienes van a encontrarse con la
dificultad adicional del reconocimiento de los derechos de sucesión de sus hijos e hijas. En las
mismas circunstancias se encuentran las mujeres de una segunda o tercera unión con un
hombre que no legalizó la separación de la primera esposa o compañera45.

43
. Ver, Pineda, Duque, Javier, “El caso de los compañeros de las mujeres cabeza de hogar”, en Ángela Inés
Robledo y Yolanda Puyana, Etica: masculinidades y femninidades, Centro de Estudios Sociales CES,
Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2000, pp. 228 - 270
Gutmann Malthéu C, “Traficando con hombres. La antropología de la masculinidad”, en, Ángela Inés Robledo
y Yolanda Puyana, Etica: masculinidades y femninidades, Centro de Estudios Sociales CES, Facultad de
Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2000, pp. 177 - 227
44
Marta,Bello , Albarracín "Las familias desplazadas por la violencia: Un transito abrupto del campo a la
ciudad" en, Trabajo Social No. 2, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, 2000
Martha Nubia Bello, Helena Martín Cardinal, Jiovanni Arias, editores, Efectos psicosociales y culturales del
desplazamiento, Universidad Nacional de Colombia. Sede Santafé de Bogotá. Dirección Académica. División
de Extensión, Programa de Iniciativas Universitarias para la Paz y la Convivencia, Corporación Avre,
Fundación Dos Mundos, Santafé de Bogotá, D. C. Colombia, febrero de 2000.
45
Patricia Tovar, "Quienes son las viudas de la violencia en Colombia ? ", en "En Otras Palabras...", No. 8,
Grupo Mujer y Sociedad, Programa de Estudios de Género, Corporación Casa de la La Mujer de Bogotá,
Bogotá, Colombia, D. C., 2001, pp. 69-76

22
Una vertiente muy fecunda respecto a los estudios sobre las mujeres, es aquella dedicada al
tema del impacto de la violencia contra las mujeres en los ámbitos privados. La
socialización en la violencia, es el tema del libro de Juanita Barreto y Yolanda Puyana
sobre las mujeres de los sectores populares que representó un hito y que influyó en
numerosos estudios posteriores46. La pregunta de las autoras fue sobre la reproducción de la
violencia en la vida adulta cuando se ejerce como madre o cuidadora.

Este tema ha suscitado controversias de interés, inscritas en las discusiones sobre las
dinámicas de las relaciones de género en las que confluyen los cuestionamientos del
feminismo y los movimientos de mujeres con las reacciones antifeministas. Uno de los
escenarios de conflicto es el asunto de las cifras. Estas muestran que más de la mitad de las
denuncias por violencia conyugal y más del noventa por ciento de las denuncias por
violación o abuso sexual, proceden de las mujeres y las niñas. La reacción antifeminista
sostiene que los registros institucionales no reflejan la realidad, ya que los hombres se
niegan a denunciar para no ver comprometida su masculinidad y que por lo regular, las
mujeres son más quejosas.

Uno de los hechos bastante problemáticos que se revela en contundencia de las cifras, es la
difusión del abuso o violación por parte de los padres, padrastros, abuelos o hermanos sobre
las niñas, los niños, las adolescentes y las jóvenes. En ocasiones la inculpación es mayor
sobre la madre a quien se le atribuye una responsabilidad por complicidad o negación.

Una corriente plantea la tensión entre la víctima y la victimaria, ante todo al hacer
referencia a la historia de la infancia y a partir de los datos contemporáneos sobre la
responsabilidad del maltrato infantil. En efecto, a las madres se les atribuye la principal
responsabilidad por el maltrato, el infanticidio y el abandono, tal como figura en el estudio
de Ximena Pachón y Cecilia Muñoz y más recientemente en un artículo de Saidi Núñez
Cetina47. Yolanda López Díaz discute las interpretaciones usuales de explicación el

46
. Juanita Barreto Gama Gama y Yolanda Puyana Villamizar, Sentí que se me desprendía el alma. Análisis de
los procesos y prácticas de socialización, Programa de Estudios Género Mujer y desrrollo Universidad
Nacional de Colombia, INDEPAZ, Colombia, 1996
47
Ver, Saydi Núñez Cetina, “¿Víctimas o victimarias?. Delincuentes en Bogotá, 1950 – 1960”, en Patricia
Tovar Rojas, editora, Familia, género y antropología …. pp . 199 - 247

23
maltrato en las ciencias sociales, diferenciando la concepción de sujeto en estas, de la
concepción de sujeto en la teoría psicoanalítica. Las categorías deseo, pulsión, goce,
superyó, función paterna, definen al agresor, lo mismo que su ambivalencia radical frente
al más íntimo. Subraya la responsabilidad subjetiva del agresor, señalando además el goce
que el maltrato puede suscitar en una dinámica de maltrato provocación48.

El debate suscitado por la condena de Alba Lucía Rodríguez Cardona, joven campesina
condenada a los 20 años de edad a 42 años y cinco meses de cárcel por el delito de
infanticidio, puso en cuestión la aplicación parcializada de las leyes y la desestimación de
una sucesión de hechos desafortunados: la violación, el ocultamiento de la gestación, un
parto en precarias condiciones y el deceso de la criatura49. Este debate articuló varias
preocupaciones de las investigadoras de la ley y la norma de orientación feminista, quienes
cuestionan los sesgos de género en la interpretación de las leyes que tienen que ver con el
mundo familiar y de los afectos.

3.2. El género.

Las reflexiones sobre las formas diferentes de asumir la experiencia familiar según el
género en los contextos contemporáneos, son visibles en los estudios sobre la familia. La
pareja y las relaciones amorosas, la socialización diferencial por género, la distribución
sexual del trabajo en la familia, constituyen perspectivas analíticas que han renovado los
análisis de las familias.

48
Yolanda López, ¿Porqué se maltrata al más íntimo? Una perspectiva psicoanalítica del maltrato
infantil, Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá, Unibiblos, Bogotá 2002
49
. Gloria estela Hernández Torres et. al. Alba Lucía Libre ¡ Por el derecho al derecho, Lealón,
Medellín 2003

24
La reflexión sobre la pareja y las relaciones amorosas50, concebidas fundantes del proyecto
familiar, representa un desafío analítico. Florence Thomas ha puesto en la escena
cuestiones cruciales, tales como la convivencia en la intimidad, asunto de orden político y
existencial; la sexualidad y el erotismo, experiencias en las que se manifiesta el
desencuentro en esa relación primaria y fundamental, mediada por la desigualdad entre los
hombres y las mujeres y constreñida por los atavismos de la dominación masculina. La
lenta pero persistente tendencia del devenir mujer como sujeto y el imperativo de asunción
de nuevas masculinidades51. En sus diferentes escritos, la autora cuestiona la fuerza del
referente materno en las relaciones de pareja y la obsesión heterosexual de la cultura y
sustenta la redefinición de la paternidad como una posibilidad de cambio en la formación
de las identidades de género.

El trabajo sobre los cambios en la maternidad y la paternidad coordinado por Yolanda


Puyana y elaborado con base en cuatrocientas entrevistas profundas y ochenta historias de
vida en las que participaron padres y madres contemporáneos, de Bogotá, Medellín, Cali,
Cartagena y Bucaramanga de los diferente estratos socioeconómicos, proporcionaron un
material de investigación que permite advertir los matices del cambio en la segunda mitad
del siglo XX. Las autoras integraron sus hallazgos bajo la categoría tendencia, a partir de
la cual diferenciaron una tradicionalista, otra en transición y otra de ruptura, respecto a la
distribución de las funciones de proveeduría y cuidado, y el ejercicio de la autoridad. Es se
interés observar la deslegitimación el los discursos de prácticas como el autoritarismo y el
maltrato, como una de las expresiones del cambio, aunque en ocasiones no exista
coherencia entre el uno y la otra52. Esta experiencia muestra las tendencias a la
homogenización cultural en los ambientes urbanos.

50
. El fascículo número 3 de la revista “En Otras Palabras …” Mujeres amores y desamores,
publicación especializada el Grupo Mujer y Sociedad de la Universidad Nacional de Colombia, la
Corporación Casa de la Mujer de Bogotá y la Fundación Promujer, Santa Fe de Bogotá, D.C.,
Colombia, Junio – enero de 1997 está dedicada al tema de la pareja como relación fundamental. A
los pocos días de salir se agotó este fascículo, lo que demuestra la gran acogida de un tema como
este.
51
. Florence Tohmas, Relaciones de género: la primera de la convivencia”, en Consejería para la
Política Social … 1995, pp. 331 – 335. “Hacia una redistribución del poder para una ética el amor”,
“En Otras palabras …” No. 3,
52
. Yolanda Puyana compiladora, Padres y madres en cinco ciudades colombianas: cambios y
permanencias, Julio de 2003, Universidad Autónoma de Bucaramanga, Universidad del Valle,

25
3.3. Las masculinidades

Mara Viveros es una de las figuras representativas de estos estudios en el país quien ha
desempeñado una labor muy fecunda en este campo. Ella sustenta que la investigación
sobre las masculinidades en América Latina es un campo emergente. Los antecedentes e
estos estudios se remiten a las elaboraciones sobre la construcción de las identidades de
género53. Evelyn Stevens en una formulación inicial, sustentó que el marianismo y su
correlato el machismo, constituyen modelos de comportamiento arquetípicos de las
sociedades mestizas latinoamericanas que explican la centralidad de la figura materna y la
ausencia paterna. Norma Fuller considera la pertinencia de matizar la propuesta de Stevens
en el sentido de las referencias a los contextos ya que no se trata de principios universales. Por
ese motivo, objeta la tendencia a la generalización que sugiere homogenizar las sociedades
latinoamericanas. Por esa vía se desconocen las particularidades regionales de áreas como las
selvas amazónicas en donde según la autora, la figura de la madre no adquiere la centralidad
como la que tiene en las comunidades de influencia cristiana. Además sustenta Fuller que la
propuesta de un análisis bipolar (Marianismo – Machismo) para fundamentar el complejo, es
un anacronismo ya que las lógicas de las sociedades tradicionales no se basan en las
extrapolaciones que resultan del pensamiento binario54. Sonia Montecino subraya la densidad
social y simbólica de la madre en América Latina. De la metáfora fundacional emerge la
imagen de la madre como presencia y la del padre como ausencia. Se construye así tanto en

Universidad de Cartagena, Universidad de Antioquia y Universidad Nacional de Colombia, Bogotá,


2003. Este libro que tiene las características de un trabajo colectivo, está integrado por cinco
capítulos que se ocupan de las diferentes ciudades así: Yolanda Puyana y Claudia Mosquera son las
autoras del trabajo sobre Bogotá. Amparo Micolta y maría Cristina Maldonado, elaboraron el
estudio de cali. Doris Lemus y Ximena Useche de Bucaramanga. Pilar Murad y Gloria Bonilla de
Cartagena. Blanca Inés Jiménez y María Dominique Suremain de Medellín.
53
Mara Viveros, "Los estudios sobre lo masculino en América Latina. Una producción teórica emergente", en, Nómadas,
No. 6 Fundación Universidad Central, marzo de 1997. Mara Viveros, José, Olavaria Norma, Fuller Hombres e identidades
de género. Investigaciones desde América Latina, Ces, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2001

54
. Ver, Norma Fuller, "En torno a la polaridad marianismo machismo", en, Luz Gabriela Arango, Magdalena León y Mara
Viveros (Compiladoras), GENERO E IDENTIDAD. Ensayos sobre lo femenino y lo masculino, TM, UNIANDES, UN.
Facultad de Ciencias Humanas, Santafé de Bogotá, 1995, ps. 241 a 264.

26
Chile que es el espacio de sus referencias como en otros lugares, una historia de linajes
truncos, de linajes maternos que debieron ser ocultados ya que el ser mestizo o mestiza era
pertenecer al lado oscuro, al lado ilegítimo. Lo femenino, fue construido por la cultura mestiza
desde el modelo de la madre y lo masculino desde el modelo del hijo o del padre ausente55. Es
decir, la pareja conformada por la madre y el hijo aparece en la escena fundacional de las
sociedades latinoamerinas mestizas, a diferencia de lo que ocurre en la mítica de la cultura
hebrea en la cual la pareja conyugal según el Génesis, funda el linaje humano56.

Los estudios sobre las masculinidades, plantean la crítica al patriarcado, las formas
hegemónicas de vivir la masculinidad, los costos para los hombres de la socialización en la
violencia. La represión de las manifestaciones emocionales, las presiones de los pares para
la demostración de la virilidad, las presiones que experimentan los hombres para
comprometerse con actos de violencia que atentan contra su vida y la de los demás
constituyen las preocupaciones principales de estas elaboraciones57.

Uno de los principales enfoques es el que cuestiona las masculinidades hegemónicas


representadas en el padre autoritario y violento y en los hijos que reproducen este modelo
en los hogares, complementando al progenitor o, sustituyéndolo cuando se ausenta.

En otra perspectiva, se observan las posibilidades de otras formas de experimentar la


masculinidad, a partir del distanciamiento del modelo hegemónico y la opción por un

55
. Sonia Montecino,, "Dimensiones simbólicas del accionar político y colectivo de las
mujeres en Chile. Una propuesta de lectura desde la construcción simbólica del género", en,
Lola G. Luna (comp.) Desde las orillas de la política. Género y poder en América Latina,
Universitat de Barcelona, Seminario Interdisciplinar Mujeres y Societat, Institut Catalá de
la Dona, Generalitat de Catalunya, Barcelona, 1996.
57
Gutmann Malthéu C, “Traficando con hombres. La antropología de la masculinidad”, en, Ángela
Inés Robledo y Yolanda Puyana, Etica: masculinidades y femninidades, Centro de Estudios
Sociales CES, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2000,
pp. 177 – 227. María Cristina Palacio Valencia y Ana Judith Valencia Hoyos, La identidad
masculina: Un mundo de inclusiones y exclusiones, Universidad de caldas, 2001. Faur, Eleonor,
Masculinidades y desarrollo social. Las relaciones de género desde la perspectiva de los hombres,
UNICEF, Arango Editores, Bogotá, Colombia, 2004.

27
modelo emergente que se construye a partir de la crítica a la violencia contra las mujeres,
en la redefinición del ejercicio de la paternidad. las redefiniciones de la paternidad y las
relaciones de pareja.

Estos estudios plantean una especie de recuperación de la paternidad replanteada, más


cercana a las funciones e cuidado de los hijos e hijas, comprometidos con las demandas de
la cotidianeidad. Es una paradoja que, la crisis económica y el desempleo masculino sea
una de las condiciones que aproxima al padre al hogar, no derrotado sino redefinido.

• La diversidad sexual.

Desde mediados de los años noventa el auge de los estudios sobre la diversidad sexual y su
gran difusión por medios como la prensa escrita, lo mismo que el auge de la filmografía y
las producciones de televisión sobre temas como la homosexualidad masculina y femenina,
la bisexualidad, el transgenerismo, sometieron a un debate público hechos negados u
ocultados.

Los estudios sobre la homosexualidad masculina, lograron hacer visible el aislamiento y la


marginalidad en la que se encontraban los pacientes afectados por el VIH sida, cuando se
hizo manifiesta la epidemia. Estos estudios impactaron a la sociedad colombiana, ya que
subrayaban la intolerancia familiar y representaron un cuestionamiento radical a esa
intolerancia cuando se hicieron explícitas algunas denuncias que señalaban elementos de
las culturas familiares sintetizados en la afirmaciones tales como preferir un hijo muerto
antes que homosexual.

En la Universidad Nacional de Colombia, como en otros centros académicos, ha emergido


un interés por tales temas, plasmado en numerosos trabajos de grado recientes de la
facultad de Ciencias Humanas, entre los cuales figuran los estudios sobre prostitución
masculina. Misael Tirado Acero, egresado de la carrera de sociología elaboró un trabajo58

58
. “Creencias y comportamientos socioculturales de jóvenes del género masculino prostituidos homoeróticamente en
Bogotá”, monografía, Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia,
Bogotá, 2003

28
sustentado en una investigación de carácter cualitativo en el que explora el comportamiento
y las representaciones de un grupo de adolescentes en edades comprendidas entre los 14 y
los 18 años quienes ejercen la prostitución, según las pautas convenidas en los estratos 4, 5
y 6 de la ciudad de Bogotá. El autor realizó entrevistas y compiló narraciones alusivas a la
historia de vida de aquellos jóvenes y estableció una comparación con la prostitución
masculina de niños y jóvenes de estratos bajos, en los que se ha documentado que la
pobreza, los conflictos familiares, los abusos y el maltrato son los motivos que la
ocasionan. En contraste comenta que en el caso estudiado, la familia de origen es solvente e
ilustrada, las relaciones en el hogar son armoniosas, la visión de futuro es racional en el
sentido de que proyectan una vida de hogar “normal”. El intercambio con los clientes
aparece como una oportunidad de crecimiento personal.

En el departamento de trabajo social Alfredo Lanza realizó un trabajo sobre parejas


homosexuales en el cual muestra la convivencia, la cotidianidad, la división del trabajo, las
expresiones afectivas, en la vida de varias parejas de hombres jóvenes, experiencias afines
a las relaciones de una pareja heterosexual. Rommel Rojas realizó un estudio sobre los
efectos familiares de la revelación de la homosexualidad de un hijo o un hermano.

Sobre el lesbianismo59, es menor el número de estudios. En el departamento de


antropología Camila Esguerra trabajó sobre la organización Triángulo Negro en el que
plantea las búsquedas de la inclusión social60, tema a cual se refiere también Marcela
Sánchez en un artículo61. En el departamento e psicología Oscar Bravo y Ana Zuleta
trabajaron sobre las dimensiones pisocosociales del lesbianismo62.

Wilman Alvarez y Karen Lizeth Cabarcas también de este departamento por su parte,
elaboraron un estado del arte de la investigación psicológica de familia y homosexualidad,

59
Las conversaciones con Marcela Meza quien elabora su trabajo de grado sobre el tema, han sido muy
útiles.
60
Camila Esguerra, “Del pecatum mutum al orgullo de ser lesbiana. Grupo Triángulo Negro de Bogota, (1996
1999), monografía, departamento de Antropología, Universidad nacional de Colombia, 2003.
62
Oscar Bravo y Ana Zuleta, “Aspectos psicosociales del lesbianismo en Bogotá, monografía, departamento
de Psicología, Universidad Nacional de Colombia, 2003.

29
en la que se definen categoría tales como, los efectos de la revelación de la orientación
sexual sobre la dinámica familiar, la interrelación entre los valores familiares y sociales, la
identidad homosexual y el ajuste psicosocial. Este estudio propone la formulación de
lineamientos que permitan el trabajo clínico con las personas homosexuales y lesbianas que
integre a las familias63

Estos trabajos junto con otros de similares preocupaciones plantean varios interrogantes
sobre las posibles peculiaridades del grupo familiar de procedencia, de los homosexuales y
las lesbianas, los efectos de la revelación entre los diferentes integrantes del hogar, las
intuiciones y complicidades de las figuras cercanas como las madres y las hermanas, la
aceptación de la pareja por parte de los padres, las madres, los hermanos y demás
familiares. Además las relaciones con los hijos e hijas de las parejas con historia de uniones
heterosexuales, las relaciones con las instituciones, las implicaciones patrimoniales.

También es interesante observar las búsquedas de la integración social plena que va más
allá del reconocimiento de los derechos a la no discriminación. Se trata del derecho a
fundar familias por la vía de matrimonio y del derecho a la adopción que ha suscitado
tantas resistencias. Es decir, la búsqueda de la “normalidad” en un ambiente en el que
predomina la fuerza de las tradiciones homofóbicas.

4. La familia en imágenes o, las imágenes de la familia.

Los estudiosos de las artes visuales, establecen las asociaciones entre el desarrollo de la
fotografía, el cine y el video con la historia familiar, y más exactamente con los momentos
dignos de remembranza. Los rituales como las bodas, los bautismos, los cumpleaños y las
celebraciones lo mismo que las navidades o, el día de reyes y otros eventos que se
presumen de exaltación de la unidad y la felicidad familiar, son imágenes privilegiadas que
se capturan como testimonio de los momentos más significativos de la experiencia de
hogar. los momentos dolorosos como los funerales, las separaciones y los divorcios son
menos registrado en imágenes.

63
. Monografía, departamento de psicología, Universidad Nacional de Colombia, 2005

30
Los análisis iconográficos constituyen un recurso de gran interés para la interpretación de la
historia cultural y la construcción de los imaginarios de una sociedad. En un artículo sobre
el tema, sugiero el compromiso del arte barroco santafereño, con la propagación de un
paradigma de familia entre las generaciones que participaron de la etapa de asentamiento de
la cultura urbana de Santa Fe de Bogotá, cuando la redefinición del género se hizo necesaria
como condición requerida para un modelo nuevo de sociedad. En el setecientos neogranadino,
los ideales de la masculinidad representada en los exploradores, conquistadores e invasores de
los territorios físicos y de los simbólicos del pueblo ocupado, alejados del mundo femenino y
del hogar, dieron paso a otros, los de los colonizadores. Estos personajes requerían de un
hogar para asentarse y recrear su cultura. Se emprendió así el proyecto de formación de ideales
que incluyeron la vida de hogar, la doméstica y las estrategias que la hacían posible. Las ideas
expuestas en ese escrito, se basan en la interpretación de un fragmento de la iconografía
religiosa que se instaló en los imaginarios de las habitantes de la ciudad y que reposa en la
Iglesia Convento de Santa Clara de Bogotá, la cual como lenguaje visual privilegiado en los
procesos de adoctrinamiento y castellanización, complementó las prescripciones normativas
sobre la diferencia sexual, incentivó el culto mariano, la veneración al Niño Jesús y, la
exaltación de la Sagrada Familia, paradigmas de las relaciones sociales y de género
constitutivas de modelos ideales para las generaciones que conformarían la cultura urbana en
Santa Fe de Bogotá64. En la sociedad blanca esas imágenes reforzaron los valores y principios
transmitidos por otras vías como la educación familiar. Entre los muiscas la invasión de
imágenes no ocurrió en el vacío sino que se superpuso a los cultos ancestrales, se asimiló en
sus expresiones exteriores y se reelaboró en nuevas construcciones65.

El retrato en el siglo XIX, fue uno de los recursos culturales de la burguesía naciente en el que
se plasmaron las imágenes del modelo de organización familiar patriarcal y próspera. El tomo
de la historia de las mujeres dedicado a las mujeres y la sociedad, incluye una selección de
varias imágenes plasmadas en grabados, óleos, acuarelas y litografías que representan
diferentes escenas de la vida cotidiana de los campos y las ciudades, tanto en los ámbitos

65
María Himelda Ramírez, “Otras lecturas del arte barroco de Santa Fe de Bogotá: la perspectiva del género”, en prensa

31
públicos como en los privados y representaciones simbólicas como la India de la Libertad,
óleo de autor anónimo fechado en 1819 en el cual figura una mujer nativa portando el gorro
frigio sin despojarse de su emplumado. Se incluyó también en esta sección la reproducción
del óleo de Joaquín Gutiérrez en el que plasmó la imagen de Magdalena Ortega y Mesa con
su hijo Gregorio, emblema de la maternidad que tanto se ha representado. Otros cuadros
expresan la crítica y la denuncia social. La acuarela de Manuel Dositeo Carvajal que reposa
en el Fondo Cultural cafetero de Bogotá en la cual se reproduce una escena que al parecer
le causó una gran impresión al artista con justa razón, a la que acompaña el siguiente relato:
“Este grupo atravesaba las principales calles de Bogotá el tres de junio de 1866 a las diez
de la mañana … Media hora después ví tendido en el suelo de los portales al niño !victima
de la miseria!”. El grupo en mención estaba conformado por una familia integrada por la
madre descalza con su hijo a cuestas, el padre portando un cayado y seguido por un perro.
Un pañuelo que conecta a la madre y el padre es el lazo familiar que une a estos
personajes66.

Armando Silva, profesor e investigador de la facultad de artes de la Universidad Nacional


de Colombia, le dedicó uno de sus estudios al álbum familiar y llamó la atención sobre la
significación de ese objeto en apariencia inocuo, que forma parte de la dotación familiar y
como lo señala en el subtítulo, revela elementos de la construcción de la imagen de
nosotros mismos67.

El autor traza un itinerario del desarrollo de la fotografía en el país desde finales del siglo
XIX cuando las elites dispusieron de las primeras cámaras con las cuales se retrató el
cuadro familiar alrededor de la figura paterna. Muestra el desplazamiento de las imágenes
adultas y formales por las de los niños y las niñas cuando se produjo la popularización de
las cámaras hacia los años sesenta y setenta del siglo XX. Señala que son las mujeres de la
familia, las encargadas de organizar el álbum familiar y de estructurar los relatos del evento
plasmado en las fotos. Esta investigación, se inscribe en el desarrollo de los estudios

66
. Consejería Presidencial para la Política Social, Presidencia de la República de Colombia, Las mujeres en la historia de
Colombia, Tomo III, Mujeres y sociedad, Norma, Santafé de Bogotá, 1995.
67
Ver, Armando Silva, Álbum de familia. La imagen de nosotros mismos, Norma, Santafe de Bogotá, 1998

32
culturales que en una perspectiva interdisciplinaria, conectó ciertos procesos de
construcción de significados en la intimidad del ambiente familiar.

En otra perspectiva, Paula Echeverri y Ángela Herrera, a partir de su experiencia como


trabajadoras sociales en la fundación Disparando Cámaras para la Paz, participan en los
proyectos que incentivan en niñas y niños afectados por el desplazamiento forzado, el uso
de la fotografía como un recurso de resignificación de sus experiencias dolorosas. Entre las
imágenes captadas por las miradas de estos niños y niñas, figuran los cuadros familiares
que muestran la cotidianeidad y la valoración de la madre en sus faenas domésticas, el
padre en su papel de proveedor, las hermanas y los hermanos, copartícipes de las
experiencias vitales. Esta experiencia introduce una innovación en las metodologías de
intervención del trabajo social68

El documental antropológico de Marta Rodríguez, reveló en Chircales la experiencia de la


producción familiar artesanal del ladrillo y plasmó escenas significativas de la vida familiar
de un grupo representativo de la cultura popular andina. Esta realización, anunció las
posibilidades del vídeo para el reconocimiento y valoración de las culturas populares.

La experiencia de la Fundación Cine Mujer de orientación feminista que funcionó durante


varios años en Bogotá como un proyecto alternativo, potenció las posibilidades del cine y
del video para la denuncia de las condiciones de inequidad que viven las mujeres en la
sociedad colombiana y como herramienta de promoción del cambio cultural. El ámbito
social inmediato de referencia de gran parte de esta producción es la familia ya que se
tratan temas tales como la doble jornada, la violencia en las relaciones de pareja, las
masculinidades emergentes.

Gustavo Fernández Vega, profesor de la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad


Nacional de Colombia, realizó un documental que fue estrenado el 11 de marzo de 2002, en
68
. Paula Andrea Echeverri Forero y Ángela Herrera “Silencios revelados …. Una experiencia de
resignificación con niñas y niños fotógrafos”, Trabajo Social, No, 5, Departamento de Trabajo
Social, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2003, pp. 131 –
150. Una selección de fotografías de estos niños y niñas, ilustra este fascículo

33
el que plasmó elementos de la memoria de su grupo familiar, impactado por la muerte
violenta de Amparo, la madre, asesinada el mes de noviembre del año 1985 en la ciudad de
Medellín69.

“La historia se construye en torno de los testimonios de los miembros de la familia del
propio realizador, los cuales van tejiendo los indicios del conflicto central, el cual
lentamente nos guía a un clímax no esperado. En la película se abordan sencillamente los
temas que día a día nos golpean. Encontramos que, sin nombrarlos, la violencia, el
desarraigo y la separación son descritos con nitidez por medio de las vivencias de cada
miembro de la familia Fernández. Se registra a cada personaje a través de un viaje en el que
participa el espectador con la “mirada ávida y esperanzada del director”, el cual por fin
reencuentra a cada hermano en su propio territorio”70.

5. Los espacios de encuentro y acompañamiento.

La obstinación en la reflexión sobre el duelo, las pérdidas, las ausencias que se observa en
la producción académica contemporánea, es apenas una de las consecuencias derivada del
recrudecimiento de las violencias en Colombia y de la ineficacia de los mecanismos legales
y de control para evitar sus devastadores estragos.

Los numerosos estudios sobre los efectos del recrudecimiento de conflicto armado interno,
procedentes de centros universitarios de Antioquia, Caldas, el Valle, la zona andina o el litoral
Caribe, dan cuenta de los procesos de cambio abrupto al que ha sido sometida la población
colombiana y reiteran su impacto sobre las familias.

La resistencia, la resignificación, las redefiniciones, la resiliencia, son términos que han


cobrado relevancia en las reflexiones sobre la intervención psicosocial como estrategia de
acción renovada en los contextos de conflicto.
69
. “De(s)amparo Polifonía Familiar”, 2002.
70
. http://proimagenescolombia.com/pantalla033.htm. Ver también una artículo sobre las primeras
tres grabaciones de las entrevistas a Gustavo Fernández, Rafael Fernández Vega y a Natalia, el
padre, uno de los hermanos y la sobrina mayor del realizador. María Himelda Ramírez, “El
de(s)amparo, el duelo y los valores familiares, en, Eleutheria No. 3 …

34
• Contextos y continuidades

En un texto que elaboramos con Guillermo Torres a propósito del hallazgo de un manuscrito
de su abuelo, excombatiente de la Guerra de los mil días, nos referimos a una conversación
informal con el profesor Hermes Tovar Pinzón en la cual nos comentó que su madre, le pidió
localizar alguna información sobre el soldado Pablo en los archivos que frecuenta como
investigador dedicado. El soldado Pablo, hermano de la madre del profesor Tovar, se
incorporó a las filas de combatientes que protagonizaron esa guerra y una vez partió, la familia
nunca volvió a saber de él.

El artículo que surgió de esa búsqueda71, está dedicado a llamar la atención sobre esas
historias de los combatientes que no regresaron de la guerra a sus hogares y, sobre los cuales,
la memoria familiar construyó una leyenda aliviadora, ante la imposibilidad de la elaboración
del duelo ofrecida por el rito funerario.

Mario Figueroa, profesor de la Escuela de Psicoanálisis y Cultura de la Universidad Nacional


de Colombia, en varias de sus elaboraciones y en particular en una sobre la Vorágine, se
refiere a los estragos del cadáver insepulto para la vida emocional de los deudos.72 Ese es un
drama en el que están concernidas muchísimas familias colombianas afectadas por los
episodios de las diferentes violencias recientes y remotas que han cobrado numerosas vidas y
desapariciones de personas, sin que finalmente se haya logrado esclarecer qué pasó con ellas

71
. Hermes,Tovar, Pinzón, "En búsqueda del soldado Pablo", en, Gonzalo Sánchez, y, Mario,
Aguilera Memoria de un país en guerra. Los Mil Días (1899-1902), Planeta, Bogotá, 2001.
72
. Ver, "El mestizo: Entre el mal nacido y el mal sepultado", en, Mario Bernardo Figueroa, Muñoz,
y Pío Eduardo, San Miguel, (editores), Metizo Yo?, Facultad de Ciencias Humanas, Colección, CES,
Colombia, 2000. Ver además, “Escrito sobre la hojarasca, el objeto y el duelo”, Desde el Jardín de
Freud. Revista de Psicoanálisis No.3, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de
Colombia, Bogotá, D.C., 2003 pp. 48 – 69.

35
El destino del soldado Pablo, permite imaginar que quizás sus restos formen parte de la
pirámide de huesos captada por la lente fotográfica después de la batalla de Palonegro, en
donde quedaron dos mil cadáveres y la derrota de las fuerzas revolucionarias liberales.

La historiadora Aída Martínez Carreño comenta que la Guerra de los Mil Días y sus episodios,
forman parte de la tradición de la ciudad de Bucaramanga y de la historia familiar en
Santander. Esta región, afirma, sufrió las consecuencias de esa calamidad expresadas en los
altos índices de criminalidad en las etapas subsiguientes a la entrega de armas, la
transformación de grupos combatientes en bandas de forajidos, las confrontaciones en las
familias, la orfandad, la miseria y el dolor de la derrota de los ideales de una mayoría liberal73.
También menciona que luego de esa devastación, las mujeres y los jóvenes se
comprometieron de manera decidida en la reparación de su sociedad y gracias a ese
compromiso se produjo un auge de la solidaridad.

Con seguridad, las familias de otras regiones del país, también conservan alguna referencia
cada vez más remota de ese conflicto, en contextos de las nuevas incertidumbres producidas
por el hecho de que después de cien años, las familias colombianas otra vez, y luego de la
Gran Violencia de los años cincuenta padecen los estragos de la guerra.

Es así como el país cuenta hoy con una generación herida que retorna a sus hogares Los
medios en ocasiones difunden imágenes sobre los esfuerzos de los exsoldados para superar la
convivencia con sus amputaciones y, destacan la actividad deportiva que se exhibe en una
acto de negación de los dramas cotidianos en la intimidad familiar en los que jóvenes menores
de treinta años deben asumir la dependencia de sus familiares o allegados.

María Clemencia Castro y Carmen Lucía Díaz, profesoras de la Escuela de estudios en


Psicoanálisis y Cultura de la Universidad Nacional de Colombia, en sus estudios sobre la
violencia contemporánea74, se ocupan de los excombatientes reincorporados a la vida civil y

73
. Ver, Aída, Martínez, Carreño La Guerra de los Mil Días. Testimonios de sus protagonistas,
Planeta, Bogotá, 2000, p. 17
74
. Las publicaciones de estas dos profesoras sobre el tema son numerosas, entre ellas caben
destacar: María Clemencia Castro y Carmen Lucía Díaz, Guerrilla, reinserción y lazo social,

36
llaman la atención sobre los motivos inconscientes de la opción por la guerra. Plantean de qué
forma en las organizaciones armadas de las que formaron parte, se establecen unos lazos e
identificaciones muy intensas e indagan por los estados de depresión acompañados de
desarraigo y confusión subsiguientes a la dejación de las armas. La reincorporación en un
medio diferente, en el cual son vistos con aprehensión cuando no con abierta hostilidad
implica entonces no sólo una ruptura con sus lazos sino también las incertidumbres frente a
su supervivencia y futuro.

La controversia sobre los albergues en las zonas residenciales de la ciudad de Bogotá, dejó al
descubierto las aspiraciones de integración social de un grupo en búsqueda de la redefinición
de sus proyectos vitales y que encuentra en la conformación de una familia, una oportunidad.
Así lo expresan también algunos jóvenes varones quienes deciden alejarse de las bandas
juveniles en el momento en que logran establecer una relación de pareja significativa.

5.2. Otros actores en otros contextos.

Los estudios sobre la intervención proporcionan elementos de análisis sobre las


contradicciones de las dinámicas familiares. Por una parte, se observa a la familia como la
fuente de los malestares y las dolencias. Por otra, se reconocen los lazos familiares como
impulsores de la recuperación y del restablecimiento de la salud física y mental, tal como es
ostensible con los pacientes hospitalizados que sufren dolencias crónicas o terminales, lo
mismo que, en los casos de las adicciones.

Así mismo, la familia y en particular, las madres y las esposas, son las figuras centrales del
apoyo emocional de la población adulta recluida en los establecimientos penitenciarios o la
infantil y juvenil institucionalizada o atendida por diferentes entidades75.

Almudena Editores, Bogotá, 1997. María Clemencia Castro, Del ideal y el goce. Lógicas de la
subjetividad en la vía guerrillera y avatares en el paso a la vida civil, Universidad Nacional de
Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Psicología, 2001. Carmen Lucía Díaz,
“Deletreando la violencia”, en, Desde el Jardín de Freud. Revista de Psicoanálisis No.1, Facultad
de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2001 pp. 106 - 120
75
María Isabel Rendón A. Enrique Trebilcock y Luis Flórez-Alarcón, “Análisis de las distorsiones
cognoscitivas de madres de niños con malformciones congénitas”, Revista Colombiana de

37
A las formas tradicionales de intervención con las familias en los ambientes institucionales,
en los que concurren las diferentes orientaciones terapéuticas, se han incorporado en el país
otras estrategias de intervención redefinidas.

La intervención psicosocial por ejemplo, proyectada en ambientes abiertos, es promovida


por equipos multiprofesionales que ensayan alternativas orientadas a la elaboración del
duelo e incentivan la resignificación de las experiencias.

El trabajo con niños y jóvenes en los lugares de acogida de las personas en situación de
desplazamiento forzado, en escenarios de conflicto, en áreas urbanas que albergan
habitantes de la calle, promueve innovaciones orientadas a la recuperación de la memoria,
a la recreación de las experiencias por medio del arte como el dibujo, la literatura, la
fotografía, la narrativa y a la redefinición de los proyectos de vida. La familia constituye en
estas experiencias un referente fundamental, tal como es posible observar en los dibujos de
los niños y las niñas76 o en las fotografías77, los relatos y los vídeos.

La psicoanalista Tania Rolens en un artículo sobre la escritura, menciona las diferentes


significaciones que se le asigna en contextos distintos, a partir de tres experiencias. Una de
ellas, inspirada en su intento de articular la etnografía y el psicoanálisis con los indígenas
Sicuani, quienes reafirmaron la preservación de la tradición oral como un acto de
resistencia. La valoración de la escritura en las otras experiencias mencionadas, es

Psicología No. 10, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas,


Departamento de Psicología, 2001 pp. 53 - 77
76
Ver entre otros textos Marta Nubia Bello Albarracín, et. al. Relatos de la violencia. Impacto del
desplazamiento forzado en la niñez y en la juventud. Universidad Nacional de Colombia,
departamento de Trabajo Social Fundación educativa Amor, Santafé de Bogotá, D.C. Colombia,
2000. Familia y niñez entre la guerra y el desplazamien forzado, en, Hermes Tovar, Migrations en
Colombia, Les Cahiers ALHIM. Amérique Latine Histoire et Mémorie, Université Paris 8, 2001
77
. Paula Andrea Echeverri Forero y Ángela Ma, Herrera Pineda, “Silencios revelados … Trabajo
Social, No, 5, pp. 131 – 150.

38
diferente, tal es el caso de los talleres con habitantes de la calle o, de una mujer en situación
de duelo afectivo para quien el acto de escribir le posibilitó afrontar una crisis conyugal78.

Otra innovación de interés es la intervención con hombres en los casos de la violencia en


las relaciones de pareja centrada en el agresor como el único responsable de la violencia; en
ningún caso la víctima ni directa ni indirectamente. Este principio representa una redefinición
de los paradigmas usuales79. Los talleres con hombres solos, o acompañados de sus parejas,
son espacios que contribuyen al cuestionamiento de las masculinidades hemegemónicas en los
que se observan además los costos que para los hombres representa la socialización
80
patriarcal .

Conclusiones

La producción académica colombiana sobre las familias, procede de diferentes


especialidades, se inspira en corrientes de pensamiento distintas, se sustenta en
metodologías diferentes en enfoques interdisciplinarios y transdisciplinarios, en síntesis, no
constituye un corpus homogéneo y es un campo de convergencias e intersecciones.

Cabe destacar la producción sobre el cambio familiar en los contextos de la modernización


del país de la segunda mitad del siglo XX y de la urbanización, e influido por la
alfabetización, los avances tecnológicos y el desarrollo de los medios de difusión. Así como
también por el auge del pensamiento crítico, contestatario, feminista y de la diversidad.

78
Tania Rolens, “¡Qué nos quiere la escritura?”, en, Desde el Jardín de Freud. Revista de
Psicoanálisis No.1, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá,
2001 pp. 26 - 41
79
.Turcotte Pierre, “la intervención social dirigida a hombres en el contexto de la violencia
conyugal: el “por qué” y el “para qué” “, Trabajo Social No. 6, Departamento de Trabajo Social,
Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, D. C., 2004, pp. 115 -
127

39
Se observa un énfasis en los estudios de las ciudades desde perspectivas históricas como las
sociedades coloniales, hasta el presente. De esa forma se logran identificar continuidades y
cambios en los diferentes tiempos y espacios urbanos.

La producción académica sobre la familia participa en un terreno de disputas en el cual


sobresale el de la producción de imágenes e imaginarios sobre la experiencia familiar. En
ese terreno confluyen las continuidades de una tradición católica que se sirve de los medios
de comunicación de masas, con las tendencias hacia la homogenización producidas por la
globalización, la emergencia de la individuación y nuevas formas de vivir la experiencia
familiar.

La concepción sobre la crisis de la familia se discute de manera categórica como hecho


general y catastrófico. Varios estudios precisan que se trata es de la crisis del modelo
patriarcal, que se formó históricamente ya con las fisuras del proceso de la conquista y la
colonización en el pasado remoto. El ideal burgués de familia, renovó en el país la
expectativa de la formación de la familia patriarcal que adquirió relevancia tan sólo en
ciertos círculos urbanos y de élite pero no entre las mayorías urbanas y rurales.

Los cambios del modelo de familia patriarcal, se expresan a la vez que en el debilitamiento
de la figura del padre por su ausencia histórica, en el menoscabo de su función proveedora
por el auge del desempleo y por una tenue redefinición de las funciones y las relaciones de
género.

La modernización, el cambio demográfico y cultural, la desacralización de la familia,


promovieron el ascenso de otros actores sociales como las mujeres, los niños y los jóvenes,
impulsores de nuevas formas de vivir la experiencia familiar.

Las mujeres protagonizan cambios relevantes al ganar espacios por su acceso a la


educación y al trabajo remunerado fuera del hogar, lo cual les permite un desempeño
autónomo que contrarresta la dependencia tradicional de las figuras masculinas, de tal

40
forma que, las imágenes de pasividad, vulnerabilidad, y victimización se desactualizan de
manera persistente y son reemplazadas por otras.

Así de manera lenta pero persistente, se logra la valorización de la mujer trabajadora,


participativa y que toma decisiones que inciden en la vida familiar. Tal es el caso de las
separaciones o divorcios que se tienden a desdramatizar y cuyo aumento ha permitido su
consideración como una experiencia más del curso vital de las familias que a la vez que
ofrece la oportunidad de rectificación, plantea nuevos desafíos por la recomposición
familiar que coadyuva a la formación de mentalidades tolerantes.

En los grupos juveniles masculinos y femeninos, se observan contrastes marcados entre las
clases medias y altas urbanas, respecto a los sectores populares y rurales. Los primeros,
escapan de la influencia y el control familiar tradicional desde muy pronto. Asumen sus
relaciones de pareja de manera abierta y sin los constreñimientos del pasado. Es sin
embargo, la generación que más ha retardado su salida del hogar por la prolongación de su
permanencia en el sistema educativo, por la falta de oportunidades laborales o, porque con
sus ingresos cuando los hay, no logran reproducir las condiciones materiales ofrecidas en el
hogar de sus madres y padres. Entre los sectores populares urbanos y rurales, la procreación
es asumida más pronto con sus efectos sobre la permanencia escolar y la reproducción de la
pobreza.

Los estudios de las familias desde las perspectivas de la diversidad sexual y el


transgenerismo, irrumpen con fuerza, redefiniendo las valoraciones que situaban tales
experiencias en la transgresión, la perversión o la patología. Gana terreno la aceptación, la
tolerancia y el respeto y el reconocimiento de las aspiraciones a la “normalización” que
incluye las posibilidades de la sucesión patrimonial, la maternidad y la paternidad.

En el discurso de la política social, aún convergen las concepciones sobre la familia como
generadora de conflictos que trascienden a los ámbitos públicos con la idealización de los
modelos familiares en los que la supuesta normalidad, es la garantía por excelencia del
bienestar social.

41
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