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EL ESTUDIANTE.-iGracias!
EL EsTUDIANTE.-~G~~~~~S,
amiga! (Saca su monedero.)
EL E S T U D I A N T E . - P mi
~ ~ torpeza,
~ ~ ~ ~ pero estoy medio
dormido. ..
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ci6 el accidente de ayer tarde ... Precisamente estaba
leyéndolo en el periódico.. .
EL ESTUDIANTE.-¿Ya lo han publicado?
EL VIEJO.-%,está todo, y su fotografía también, aunque
lamentan el no haber podido averiguar el nombre del
valeroso estudiante.. .
EL ESTUDIANTE (mirando el periddico).-Pues sí.. . Soy
yo. Y...
EL VIEJO.-(Con quién hablaba hace un momento?
EL ESTUDIANTE.-¿NOlo vio?
(Pausa.)
EL VIEJO.-¿Y~ está?
EL ESTUDIANTE.-Ya.
EL VIEJO.-¿Ve usted esa casa?
EL ESTUDIANTE.-Me he fijado mucho en ella.. . Ayer, sin
ir más lejos, pasé por aquí cuando eL sol resplandecía
en las ventanas.. ., e imaginándome toda la belleza y
el lujo que habrá ahí dentro ... le dije a mi amigo:
¡Quién tuviera un piso ahí, en la cuarta planta, una
mujer joven y guapa, dos hermosos hijos y unos ingre-
sos de veinte mil coronas anuales.. .!
EL VIEJO.-¿Ah, sí? ¿Dijo usted eso? ¡Vaya, vaya! A mi
también me gusta mucho esa casa.. .
EL ESTUDIANTE.-¿Usted negocia con casas?
EL v ~ ~ j o . - E n cierto modo.. . Pero no como usted cree.. .
EL ESTUDIANTE.-¿Conocea la gente que vive ahí?
EL VIEJO.-A todos. A mi edad uno conoce a todos, a sus
.. padres y antepasados, y resulta ser siempre pariente
de ellos de alguna manera. Acabo de cumplir los
ochenta.. ., pero a mí no me conoce nadie, me refiero
a conocerme de verdad.. . A mí me interesan mucho
los destinos humanos.. .
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hecho sufrir a la gente y la gente me ha hecho sufrir
a mí, así es que estamos en paz. Pero antes de morir
quiero verlo fe1iz.r. Nuestros destinos están entrela-
zados por lo de su padre.. . y por algo más.. .
EL EsTUI~IANTE.-~P~~O sudteme la mano! Me está qui-
tando las fuerzas. Me está helando la sangre.. ., ¿qué
quiere usted de mí? .
)
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EL ESTUDIANTE.-Se parece mucho a la estatua de már-
mol de ahí dentro.. .
EL V I E J O . - ~ ~ ~ Sclaro! ¡Es su madre!
EL ESTUDIANTE.-T~~~~ razón ... Jamás vi mujer así na-
cida de mujer ... ¡Feliz aquel que logre llevarla al al-
tar y a su hogar!
EL V I E J O . - ~ U ~ ~ ~ .. No todos descubren su be-
la ~vio!.
lieza.. . Bueno, jestaba escrito!
EL VIEJO.-¿ES~~llorando?
EL ESTUDIANTE.---Cuando no hay esperanza sólo queda la
desesperación.
EL VIEJO.-YO puedo abrir puertas y corazones, me bas-
taría con encontrar un brazo dispuesto a hacer mi
voluntad.. . Sírvame y le daré poder.. .
EL ESTUDIANTE.-¿ES esto un pacto? ¿Tengo que ven-
der mi alma?
EL VIEJO.-¡NO tiene que vender nada!. .. Mire, durante
toda mi vida no he hecho más que coger. ¡Ahora sien-
to ansias de dar! ¡De dar! Pero nadie quiere aceptar
nada de mí... Soy rico, muy rico, y no tengo herede-
! ros, bueno, sí, un granuja que me está matando a dis-
gustos.. . Sea usted como un hijo para mí, herédeme
en vida, déjeme verlo gozar de la vida, aunque sea de
lejos.
EL ESTUDIANTE.-¿Quétengo que hacer?
EL VIEJO.-Primero, ¡ir a ver La Valquiria!
EL ESTUDIANTE.-ESOya estaba decidido. .. ¿Qué más?
EL VIEJO.-¡Esta noche estará usted ahf d e m o , en el sa-
16n redondo!
EL ESTUDIANTE.-¿Y cómo voy a entrar?
EL v~~~O.-iGraciasa h V d q u i h !
EL ESTUDIANTE.-¿Por qué me ha elegido precisamente
a mí para ser su instrumento? ¿Me conocía usted de
antes?
EL VIEJO.-¡Sí, naturalmente! Llevo cierto tiempo'obser-
' vándolo ... Pero mire ahora allí, al balcón. La criada
está izando la bandera a media asta en honor del cón-
sul.. . y ahora vuelve la ropa de cama;. . ¿Ve el edre-
dón azul?. .. Era para tapar a dos personas, ahora es
sólo para una.. .
(LA JOVEN, que ya se ha cambiado de r o a aparece
en ta ventana regando los jacintos.) 4
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BENGTSSON.-¿Quéestudiante? i ~ h si! , El que va a ve
nir esta noche.. . El coronel y la señorita se lo encon-
traron en la ópera y ambos quedaron encantados con
él. .. iHmmm! Y ahora me toca preguntar a mí:
(quién es tu patr6n? ¿El señor de la silla de me-
das ...?
JOHANSSON.-S~, ése.. . ¿También va a venir él?
BE~TSSON.-Invitadono está.
JOWSSON.-~PU~S vendrá sin invitación! ¡Si es s61o por
eso...!
I (JOHANSSON
duda.)
EL VIEJO.- j Que te vayas!
(Pausa.)
EL CORONEL (miránddo fijamente).-¿Es usted el autor
de esta carta?
EL VIEJO.-¡SI!
EL CORONEL.-¿ES,pues, el sefior Hummel?
EL VIEJO.-~S~!
(Pausa.)
EL CORONEL.-Bueno, ya sé que usted ha comprado to-
dos mis pagares y que, por tanto, me
- tiene en sus
manos. ¿Que quiere usted de mí?
EL v~~Jo.-Quieto cobrar.. . de alguna manera.
EL CORONEL.-¿De qu6 manera?
EL VIEJO.-De una muy sencilla.. . No hablemos de di-
nero..., basta con que me admita en su casa. .. como
invitado.
EL CORONEL.-Si no es más que eso.. .
EL ~ ~ ~ ~ ~ . - i G r a c i a s !
EL CORONEL.-¿Y después?
EL v~~~o.-jDespidaa Bengtsson! -
EL CORONEL.-¿Por qué lo voy a despedir? Mi criado
de codanza, un hombre que lleva conmigo toda la
vida..., condecorado con la medalla del Mérito Pa-
triótico por su leál servicio a la patria.. ., ¿por qué voy
a despedirlo?
EL VIEJO.-ES~S virtudes sólo existen en su fantasia.. .
¡El no es lo que aparenta!
EL CORONEL.-¿Yquién lo es?
EL VIEJO (vacila).-¡Muy cierto! j Pero Bengtsson tiene
que salir de aquí!
EL CORONEL.-¿ESque pretende mandar en mi propia
casa?
EL VIEJO.-~S~,claro! Al fin y al cabo soy el dueño de
todo lo que hay en ella ..., muebles, cortinas, vajillas,
ropa blanca.. . y otras cosas.
EL CORONEL.-¿Qué otras cosas?
a VIEJO.-¡Todo! iSoy
aquí! ¡De todo!
dueño de todo 10 que hay
EL co~o~~L.-iBien,si, es suyo! ¡Pero mi título y mi '
buena reputación seguirán siendo míos!
EL VIEJO.-¡NO! jNi siquiera eso! (Pausa.) ¡Usted no es
noble!
EL co~om~.-¿Que no ...3 ¿Cómo se atreve?
EL VIEJO (sacando un papel).-Mire este papel, es w a
copia de una página del registro nobiliario. Léalo y
verá que el linaje cuyo título ostenta lleva más de cien
años extinguido.
EL CORONEL (leyendo el papel).-Es verdad que he oldo
rumores de esa especie, pero yo heredé el título de
mi padre ... (Leyendo.) Es cierto. ¡Tiene usted ra-
z6n!. .. ¡NO soy noble!. .. ¡Ni siquiera eso! Entonces
me quitaré el ando con mi sello... Es verdad, tam-
bién es suyo.. . ¡Ahí lo tiene!
EL VIEJO (guardándose el anillo).-Sigamos, pues.. . ~US-
ted tampoco es coronel!
EL CORONEL.-¿Que no soy.. .?
EL VIEJO.-¡NO! Usted tuvo el grado de coronel en el
cuerpo de voluntarios norteamericano, pero a raíz de
la guerra de Cuba y la reorganización del ejército to-
todos esos antiguos grados han sido anulados...
EL CORONEL.-¿Es eso cierto?
EL VIEJO (se lleva la mano al bolsillo).-¿Quiere leerlo?
EL CORONEL.-¡NO, no hace falta! ... ¿Quién es usted
para arrogarse el derecho de desnudarme a mi de esta _
manera?
EL VIEJO.-^^^ lo verá! Y ya que hablamos de desnu-
dar.. ., ¿sabe usted quién es?
EL CORONEL.-tC6m0 se atreve? Vergüenza d e b d
darle.. .
EL v ~ ~ ~ o . - Q u í t elas epeluca y mírese al espejo. iAh!
Y sáquese antes la dentadura postiza, y aféitese el bi-
gote, y pídale a Bengtsson que le suelte ese c o r s d h
hierro que líeva. Veremos si en la imagen no se reco-
noce el criado XYZ,el que hacía la corte a una coci-
, nera para comer de gorra.. .,
(Lmgo silencio.)
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y la riqueza...
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hermoso hogar donde se funden la be eza, la cultura
(Lmgo s~lencio.)
Todos los que estamos aquí sabemos muy bien quié-
nes somos..., ¿no es cierto? ..., no hace falta que lo ,
diga.. ., y todos me conocéis muy bien, aunque apa-
rentáis ignorarlo... Ahí dentro está mi hija, mi hija,
también eso lo sabéis.. . Ella había perdido laSganas
de vivir, sin saber por qué ... se estaba marchitando
en este ambiente en que sólo se respiran crímenes,
estafas y todo tipo de hipocresía.. . Por eso le he bus-
cado un amigo en cuya compañía pueda sentir la luz
y el calor que desprende una acción noble.. .
(Lurgo silencio.)
Esta es mi misión en esti casa: arrancar las malas
hie%as, sacar los crímenes a la luz, saldar las cuen-
tas, para que los jóvenes puedan empezar una nueva
vida en esta mansión, que yo les he regalado.
-,(Lmgosilencio.)
Ahora les doy la oportunidad de salir libremente de
aquí, a todos y a cada uno, en orden. ¡El que se quede ,
irá a la cárcel!
( h g o silencio.)
¿Oyen el tic-tac del reloj? Parece el reloj de la muer-
te, esa carcoma que anuncia la muerte. ¿Oyen lo que
dice? «La ho-ra, la ho-ra.. .» Cuando suenen las cam-
panadas, dentro de un momento, habrá llegado wes-
tra hora. Entonces, y no antes, os podréis marchar.
Pero ella siempre avisa antes de dar su golpe.. . ¡Es-
cuchad! Os está avisando: #Puede dar la hora.» Y yo
también puedo golpear.. .
(Da un gdpe con la d e t a sobre la mesa.)
(Silencio.)
LA MOMU (va hasta el reloj y lo para. Después, clara y
setiamente).-Pero yo puedo detener el curso del
tiempo.; ., puedo aniquilar el pasado, puedo deshacer
lo hecho. Pero no con sobornos ni con amenazas.. .,
sino mediante el dolor y el arrepentimiento.. .- (Se
acerca al VIEJO.)Nosotros somos una pobre gente, y
'
lo sabemos. Hemos obrado mal, nos hemos equivoca-
do, como todo el mundo. No somos lo que aparen-
tamos, porque nosotros, que abominamos nuestras fal-
tas, somos, en el fondo, mejores que msotros mis-
mos. Pero el que tú, Jacobo Hummel, entres aquí,
bajo nombre falso, con la pretensión de erigkte en
nuestro juez, demuestra que eres peor que nosotros,
pobres criaturas. iTú tampoco eres el que aparentas
ser!... Eres un ladrón de seres humanos. Yo ya fui
una vez víctima de tus falsas promesas. Tú mataste
al cónsul que enterraron hoy.. ., lo ahogaste con sus
pagarés. Te has apoderado del estudiante atándolo a
ti con una deuda falsa, poique su padre nunca te de-
bió un céntimo.. .
(EL VIEJO ha tratado de levantarse y tomar la palo-
bra, pero se derrumba en la silla y allf queda encogido.
, Durante el resto de la escena irá encogiéndose cada ver
más.) t .
LA M O M I A . - B ~ ~ ~ ~¿conoce
S S O ~ ,usted a este señor?
BENGTSSON.-Sí, lo conozco. Y él a mí. Como bien sa-
bemos, los altibajos son frecuentes en la vida. Yo he
estado a su servicio, y él, en otros tiempos, al mío.
Se pasó dos años enteros haciéndole la corte a mi co-
cinera para sacarle la mejor comida ... Como él se
marchaba a las tres, ella preparaba la cena a las dos,
y mi familia tenía que tomar la cena recalentada por
culpa de ese animal.. .,' además se bebía el caldo, que
, luego había que alargar con agua.. ., allí estaba, en la
cocina, chupándonos la sangre como un vampiro. Nos
quedamos hechos unos esqueletos.. . Y aún estuvo a
punto de conseguir que nos metiesen en la cárcel,
cuando acusamos a la cocinera de ladrona. Años más
- tarde, me topé con él- en Hamburgo. Bajo nombre
falso se dedicaba a la usura, o, mejor dicho, a chupar
la sangre a la gente. Allí fue acusado de haber llevado
a una niña con engaños a pasear sobre el mar helado
para luego ahogarla. Parece que la niña había presen-
ciado un crimen que él temía que se descubriera.. .
LA MOMIA (pasa la mano sobre el rostro del VIEJO).-
$se eres tú! ¡Danos ahora mismo los pagarés y el tes-
tamento!
(Sale.)
LA JOVEN.-¡NO pierdas los estribos!. .. Practica la virtud
de la paciencia. Ella es una de las pruebas que sufri- -
mos en esta casa. Pero también tenemos un criada.. .
, y yo ando limpiando detrás de ella.
EL ESTUDIANTE.-¡ES el colmo! COY in aethere! ¡Una
canción!
LA JOVEN.-i Espera!
EL ESTUDIANTE.-¡Una canción!
LA JOVEN.-¡Paciencia!. .. A esta habitación la llamamos
la de las pruebas ... En apariencia es hermosa, pero
no es más que un conjunto de imperfecciones...
EL EsTUD1A~~~.-~Increíble! ¡Habrá que hacer, pues, la
vista gorda! Es hermosa, sí, aunque un poco fría.
¿Por qué no encendéis la estufa?
LA JOVEN.-PO~~U~ se llena todo de humo.
EL ESTUDIANTE.-¿NOse puede deshollinar la chimenea?
LA JOVEN.-¡ES inútil!. .. ¿Ves ese escritorio?
EL ESTUDIANTE.-^^^ mueble espléndido!
LA JOVEN.-Pero cojea. Todos los días le pongo un tro-
cito de corcho debajo de la pata, pero la criada lo
quita cuando limpia y al día siguiente tengo que po-
ner otro nuevo. Todas las mañanas encuentro la pluma
y el recado de escribir manchados de tinta. Y yo tengo
que ir detrás de ella limpiando lo que ensucia, todos
los días del año.. . (Pausa.) ¿Cuál es el trabajo que
menos te gusta?
EL ~ s ~ ~ ~ ~ m m . - i C l a s i f ila
C aropa
r sucia! iUf !
LA JOVEN.-¡ES~ es mi trabajo! iUf!
EL ESTUDIANTE.-¿Y qué más?
JovEN.-Que me despierten en el mejor de los sue-
ños y tener que levantarme para echar el seguro de
la ventana.. . porque la criada se olvidó d e hacerlo.
EL ESTUDIANTE.-¿Yqué más?
LA JOVEN.-Subirme a una escalera para arreglar la cuer-
da del tiro de la estufa que rompió la criada.
EL ESTUDIANTE.-¿Yqué más?
LA JOVEN.-Ir detrás de ella barriendo, limpiando el pol-
vo y encendíendo la estufa.. ., ella no hace más que
poner la leña. Atender el tiro de la estufa, secar
los vasos, volver a poner bien la mesa, descorchar
las botellas, abrir las ventanas para ventilar la casa,
volver a hacer bien mi cama, enjuagar la botella del
agua cuando ya está verde de posos, comprar cerillas
y jabón que nunca hay en casa, limpiar los tubos de
los quinqués y cortarles la mecha para que no humeen,
y si quiero estar segura de que no se me van a apagar
cuando tenemos invitados, tengo que llenarlos de pe-
tróleo yo. ..
EL ESTUDIANTE.-¡Toca algo!
LA JOvE~.-iEspera!. .. Primero están los trabajos, los
esfuerzos necesarios para que no entre aquí la sucie-
dad de la vida.
EL ESTUDIANTE.-~~~O vosotros sois ricos. Tenéis dos
criadas.
LA JOVEN.-¡ES inútil! ¡Daría igual tener tres! La vida
es muy trabajosa, y a veces estoy tancansada.. . iIma-
gínate además un cuarto con niños!
EL ESTUDIANTE.-La mayor de las alegrías.. .
LA JOVEN.-Y la más cara.. . ¿Es que vale la pepa que
uno se dé tantos trabajos para vivir?
EL ~sTUD~ANm.-Depende de la recompensa que Fino es-
pere de su trabajo ... Yo estaría dispuesto a todo por
conseguir tu mano.
LA JOVEN.-¡NO digas eso!. .. ¡NO la conseguirás nunca!
EL ESTUDIANTE.-¿Por qué?
LA JOVEN.-¡NO me lo preguntes!
(Pausá.)
caer la pulsera por la ventana.. .
EL EsTUDIANTE.-D~~~S~~
LA' JOVEN.& me cayó porque mi muñeca ha adelgazado
tánto.. .'
(Ambos sonríen.)
EL ESTUDIANTE.-ES~~ casa está llena de secretos.. .
' LA JOVEN.-Como las demás... ¡Déjanos conservar los
nuestros!
EL ESTUDIANTE.-¿Amasla sinceridad?
LA JOVEN.-Sí, con mesura.
EL ESTUDIANTE.-A veces me invade un rabioso deseo
de decir todo lo que pienso, pero sé que el mundo se
hundiría si los hombres fuésemos totalmente since-
JQ~. (Pausa.) El otro día estuve en un funeral ..., en
la iglesia.. ., fue una ceremonia muy solemne y her-
mosa. '
LA JOVEN.-¿El funeral del señor Hummel?
EL ESTUDIANTE.-S~, el de mi falso benefactor ... En la
cabecera del féretro estaba un viejo amigo del difunto
presidiendo el duelo. Pero el que más me impresionó
fue el pastor, con su digna actitud y sus emocionadas
palabras.. . Lloré, lloramos todos.. . Luego nos fuimos
a un restaurante.. . Allí me enteré de que el amigo que
presidía el duelo había estado enamorado del hijo
del difunto.. .
(LA JOVEN lo mra fijamente, como tratando de des-
cifrar el sentido de la frase.)
EL ESTUDIANTE.-Y que el difunto había conseguido un
préstamo del admirador de su hijo ... (Pausa.) Al día
siguiente, detuvieron al pastor por un desfalco en la
caja parroquial.. . iQué maravilla!
LA JOVEN.-~U~!
(Pausa.) 1