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Ola invernal

Más de dos mil familias damnificadas, 60 por ciento de los municipios afectados y un
80 por ciento de las vías dañadas, es el balance que deja el invierno en Norte de
Santander.

Así lo dio a conocer el coordinador del comité local de prevención y atención de


desastres (Clopad), durante la reunión sostenida ayer en la Pastoral Social, donde se
precisó que la cifra de 9000 personas, incluye datos de los cuatro corregimientos del
municipio de Tibú.

Las autoridades y organismos de socorro estarán alertas en la atención en salud y se


hará un monitoreo permanente en el crecimiento de los caudales de los distintos ríos
que integran la geografía en los municipios del Catatumbo.

Informó que más del 60 por ciento de los municipios han sido afectados por la ola
invernal, lo cual se suma a la difícil situación por los daños causados en 22 carreteras
intermunicipales, las cuales presentan cierres parciales o totales por deslizamientos de
lodo y piedra.

Se informó que por medio del socorro regional de la Cruz Roja Colombiana se están
enviando ayudas al municipio de Tibú, en lo que tiene que ver con alimentación, kit de
cocinas, colchonetas, con los cuales se está asistiendo cerca de 200 familias que están
ubicadas en albergues temporales.

Las instituciones locales realizan campañas de solidaridad para recoger ayudas que
serán entregadas a los damnificados de los diferentes Corregimientos, aunque
los niveles de los ríos Nuevo Presidente, Tibú, Sardinata y Catatumbo bajaron un poco
su nivel aún siguen desbordados por sus riberas.

La disminución de los dos primeros afluentes permitió el paso de vehículos y


motocicletas entre Tibú y Campo Dos, pero el río Sardinata se mantuvo por encima de
la carretera en la recta de La Soledad. Desde ese sector se informó que para continuar
el viaje para Cúcuta o Tibú, los viajeros tuvieron que movilizarse en camiones y
tractores por la vía anegada.

En Tres Bocas, menos de una decena de familias, regresó a la población para estar
pendientes de lo poco que dejaron y otras para tratar de recuperar lo que perdieron.

El caserío,  que tiene casas de madera construidas de dos pisos, sigue con el agua por
encima de la puerta del primer piso. Los habitantes evacuaron el pueblo y se
encuentran donde amigos y familiares en la vereda J- 10 y otros en el albergue de la
escuela de La Aduana.

De las veredas que están en las riberas de esos afluentes se conoció que también
están inundadas y que las corrientes de agua arrasaron con ganado, especies menores,
cultivos de arroz, cacao, plátano, yuca, maíz y frutales, entre otros.

Las cabeceras municipales han estado sin servicio de agua potable por el
mantenimiento que se le practica a las tanquillas y a las motobombas de la planta de
captación.

En La Gabarra, el 80% de la parte baja de la población sigue inundada por el


desbordamiento del río Catatumbo.
La Pastoral Social en coordinación con el Clopad, gestiona la consecución de recursos,
ayuda y a la vez apoya las entregas de alimentos y colchonetas en las veredas Club de
Leones, Caño Victoria Norte, Brisas, Venecia Guamalito, La Trinidad, La Vorágine,
Campo Tres.

Ataques en el Catatumbo:

El 20 de noviembre a las 3:00 de la madrugada quedó incomunicado el municipio de


Tibú, luego de la voladura de dos puentes que comunican a la población con el resto de
Norte de Santander, el acto según las autoridades fue cometido por el frente 33 de las
Farc.

Los ataques ocurrieron en los corregimientos de Campo Dos y Petrolea- el Seis, área
rural de Tibú, una de las infraestructuras quedó averiada y la otra totalmente
destruida.

En los cascos urbanos de San Calixto, El Tarra, La Gabarra, y Campo Dos, integrantes
del ELN hostigaron de manera simultánea estas poblaciones.

Nuevamente el conflicto armado interno afecta a la población civil al destruir las vías
que comunican a esta región con la capital norte santandereana. Como también el
ataque a la infraestructura eléctrica de la zona perjudicando la economía, los
desplazamientos y poniendo en riesgo la vida de los habitantes de estas áreas al
utilizar artefactos explosivos contra la Infraestructura vial, donde a diario transitan
vehículos de carga y pasajeros.

Durante la segunda y tercera semana de noviembre los grupos subversivos pintaron


casas y varios buses de la empresa Trasan s.a. con mensajes alusivos al comandante
Briceño (Mono Jojoy).

Según afirmaciones de viajeros ningún carro tenía autorización para movilizarse por
esta vía, sopena de que se lo quemaran. El paro armado perjudicó el desplazamiento
de la población civil y en el caso del Convenio 10 CO1 050 obligó a la suspensión de
actividades programadas en las tres zonas de intervención.

En el mismo mes de noviembre se halló un vehículo, una camioneta Toyota, cargada


con explosivos en el tramo Tibú -Tres Bocas, en el Catatumbo.

De igual manera guerrilleros de las Farc retuvieron varios vehículos que al parecer
podrían ser usados para acciones terroristas, según lo denunció el alcalde del municipio
de Tibú, población que sufre una arremetida del frente 33 de las Farc.

El mandatario municipal José del Carmen García calificó como muy delicada la situación
de orden público en su localidad y dijo que han sido ochenta horas de violencia contra
la infraestructura energética, vial, parque automotor, misión médica y sociedad civil
que no ha cesado y que los tiene incomunicados con la misma región.

El funcionario dijo que los hechos se han venido presentando sobre la zona rural, en
sitios como Tres Bocas, Campo Tres y Seis, donde la subversión ha generado varias
acciones violentas.

El Alcalde denunció que los subversivos han realizado retenes ilegales, notificándole a
la población civil y a los transportadores sobre las acciones irregulares que han
adoptado como decretar en la región un paro armado, que según las consignas
lanzadas, se extendería hasta el treinta de noviembre.

Varios vehículos que se desplazaban por una de las vías de acceso al municipio de
Tibú, entre los que se encuentran dos ambulancias, fueron inmovilizados y marcados
con arengas de las Farc por parte del frente 33 de la organización subversiva,  en las
que se notifica a la población de un paro armado que se prolongaría hasta el próximo
30 de noviembre.

De acuerdo con testimonios de los pobladores, la agrupación guerrillera amenazó con


quemar cualquier tipo de vehículo que se movilice por las calles de la población;
situación que podría generar un aumento de hasta el 80 por ciento en los productos
que se consumen en la zona, cuyo precio ha reportado un dramático incremento
debido a las condiciones meteorológicas que afectan a gran parte del territorio
nacional.

A la escasez de alimentos también se suma la falta de suministro de gas proveniente


de Cúcuta, puesto que su abastecimiento también permanece bloqueado debido a la
precaria situación de las vías de acceso al municipio, luego de que durante el
transcurso del fin de semana pasado el municipio fuera víctima de una escalada
armada por parte de la organización subversiva.

El puesto de Policía del corregimiento de Tres Bocas en el municipio de Tibú, Norte


de Santander, fue atacado con armas de fuego presuntamente por un grupo de
guerrilleros del frente 33 de las Farc.

El comandante operativo de la Policía en Norte de Santander, Coronel José Mario


Garzón, señaló que durante los enfrentamientos murió un civil que aún no ha sido
identificado y el patrullero de la Policía, Jaime Rodríguez Casallas, resultó herido en
diferentes partes del cuerpo.

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