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PSICOPATOLOGIA BASICA

DR. GUSTAVO ADOLFO MURILLO BAEZA


Instituto Psiquiátrico “Dr. José Horwitz Barak”
Av. La Paz 841, Recoleta, Santiago
Teléfono: 4793572, casilla 2677

Resumen

Se revisa cómo la psicopatología básica requiere de habilidad y práctica para la


pesquisa de síntomas que orientan hacia el diagnóstico de normalidad, neurosis,
personalidades anormales y psicosis, mediante el estudio de las grandes funciones de la
mente. Específicamente cómo ciertos síntomas y síndromes pueden corresponder a
diagnósticos determinados por ej: delirium (alcoholismo); desorientación (demencia);
alucinación auditiva verdadera (esquizofrenia); pensamiento viscoso (epilepsia); idea
delirante primaria (esquizofrenia); dificultad de abstracción (debilidad mental); tristeza
extrema (depresión endógena); ausencia del instinto social (personalidad psicopática
desalmada); síndrome de obediencia automática (catatonía esquizofrenica).

Se enfatiza cómo en la práctica clínica, incluyendo la atención primaria es


fundamental el encuentro interpersonal con otro ser humano, captando sus vivencias y
expresiones en orden a llegar a un diagnóstico lo más acertado posible, basado en el
conocimiento de la psicopatología o semiología psiquiátrica. Se recalca el que los
métodos exploratorios complementarios no superan al examen clínico psicopatológico
en psiquiatría, siendo éste más que suficiente en la atención primaria.
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INTRODUCCION

En la práctica clínica, incluyendo por supuesto la atención primaria, en el


encuentro interpersonal con otro ser humano, podemos detectar cuatro condiciones
clínicas reflejadas en el vivenciar de la persona que tenemos enfrente. Son:
vivenciar normal.
vivenciar neurótico. (ANGUSTIA)
vivenciar psicopático. (ALTERACION EN LA MANERA DEL SER)
vivenciar psicótico. (PERDIDA DEL JUCIO DE REALIDAD)

Para hacer tal distinción es que recurrimos a la psicopatología, disciplina en


parte científica y en parte práctica que trata de las anormalidades psíquicas, dando
especial importancia a las que constituyen síntomas de enfermedad mental. Es lo que
puede llamarse semiología psiquiátrica, la que, en este capítulo desarrollaremos con el
título de Psicopatología Básica.

En términos muy generales recalcaremos que las neurosis son reacciones a


situaciones cuyo síntoma fundamental es la angustia; lo psicopático se refiere a
alteraciones en la manera de ser, que se desarrolla o despliega en la biografía de la
persona y finalmente, las psicosis son situaciones clínicas en las que el sujeto pierde el
juicio de realidad, producto de un proceso cerebral que significa un daño orgánico del
cerebro, que puede ser reversible, muy ocasionalmente.

En el examen psicopatológico exploramos las siguientes funciones de la mente:


conciencia
orientación
percepción
memoria
curso y contenido del pensamiento
inteligencia
afectividad
instintos y psicomotilidad

Del estudio de estas funciones, depende la pesquisa de síntomas que nos


orientarán hacia la patología que presenta, un presunto enfermo. Debo resaltar que no
hay métodos exploratorios complementarios que sustituyan al examen psicopatológico,
por lo que, en atención primaria, dicho conocimiento es un arma, la mayoría de las
veces más que suficiente.

PATOLOGÍA DE LA CONCIENCIA

Se llaman conscientes aquellos procesos que se acompañan de conocimiento


para el sujeto mismo que los vivencia. Hoy se sabe que hay otros fenómenos que sin
ser lúcidos para el sujeto, ejercen una acción sobre la vida mental y el comportamiento,
que son el constituyente del inconciente, que no es materia de esta exposición.
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Cuando en clínica se habla que un paciente está afectado de un trastorno de


conciencia, ello da a entender que la perturbación abarca al conjunto de los procesos
mentales de ese sujeto en un momento determinado, y en especial la totalidad de sus
contenidos y actividades de la conciencia objetiva que es la que toma conocimiento del
mundo.

La conciencia puede alterarse cuantitativamente, o sea, en su nivel de lucidez, o


bien cualitativamente.

Las alteraciones cuantitativas y de acuerdo a su profundización son:


embotamiento, somnolencia, sopor o torpor y finalmente el coma.

En el embotamiento los procesos psíquicos se realizan con dificultad, lentitud,


borrosidad e incompletud; esto se refiere a la atención, percepciones, memoria,
afectividad, iniciativa, etc. El enfermo en cama inmóvil, no habla espontáneamente y
contesta tardíamente y con dificultad, lentitud, con gran dificultad de atención y es
fácilmente fatigable. Las percepciones son borrosas, la orientación deficiente; olvida de
inmediato y los recuerdos del pasado son pobres y fragmentarios; su afectividad está
indiferente y la iniciativa y funciones instintivas embotadas. Abandonado a si mismo el
sujeto tiende a caer en un dormir sin sueño (modorra).

El grado mas profundo de la alteración cuantitativa de la conciencia, es el coma,


que se caracteriza por la pérdida completa de las funciones psíquicas, la sensibilidad y
las motilidades voluntarias.

Entre las alteraciones cualitativas de la conciencia hay las que alteran la claridad,
denominadas enturbiamiento o anublamiento, que incluyen el delirium y la amencia, y
las que producen un estrechamiento del campo de la conciencia (denominados estados
crepusculares).

El delirium se caracteriza porque sobre un fondo de obnubilación aparecen


alucinaciones visuales a veces elementales, y en otras ocasiones se van configurando
mas, hasta aparecer una actividad escénica oniroide (como en el sueño) en la que el
sujeto participa activamente como integrante. Esta alteración denota la existencia de un
cuadro orgánico generalmente exógeno: alcohol, anticolinérgicos, cocaina, etc.

A veces el delirium se alarga, atenuándose el embotamiento y lo delirioso,


adaptándose más al paciente al ambiente, a pesar de seguir afectado por los fenómenos
alucinatorios y de incoherencia, lo que se designa como amencia.

Los estrechamientos de la conciencia son los estados crepusculares, que pueden


ser orientados o desorientados según que el enfermo se comporte ordenada o
desordenadamente, a la observación del espectador. Hay estados crepusculares
psicógenos, especialmente histéricos y orgánicos (epilepsia, trastornos del animo,
embriaguez patológica por ejemplo).

PATOLOGÍA DE LA FUNCIÓN DE ORIENTACIÓN


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La orientación es un complejo de funciones que nos permiten a cada instante


darnos cuenta de la situación real en que nos encontramos.

Se clasifica la función de orientación en las siguientes clases:


Orientación en el tiempo, en el espacio o de lugar y orientación de persona,
diferenciándose la propia personalidad y las personas del medio ambiente.

La desorientación en el lugar y en el tiempo se da en cuadros orgánicos agudos


como delirium, estados confusionales por traumatismos de craneo u otras
intoxicaciones, etc. y en las demencias constituyendo muchas veces su sintomatología
inicial.

La falsa orientación de las personas puede darse en las demencias pero también
como un fenómeno delirante: desconocimientos o falsos reconocimientos delirantes.

La orientación respecto de la propia persona a veces reviste el fenómeno de la


doble orientación en la cual el sujeto delirante vive simultáneamente dos
personalidades.

Jaspers distingue las siguientes clases de desorientación:

I. Apática: el sujeto no se interesa como por ej. en la depresión profunda

II. Amnésica: por falla de la memoria de fijación como por ej. en dementes

III. Lagunar: se pierde la orientación para un determinado espacio de tiempo por ej.
traumatismo de cráneo.

IV. Amencial: en los estados que causan confusión mental.

V. Delirante: producto de una idea delirante se falsea la orientación en el tiempo,


lugar o de las personas.

PATOLOGÍA DE LA PERCEPCIÓN

Fundamentalmente se trata de la ilusión y de la alucinación; la primera es la


percepción deformada de un objeto real y la segunda es una percepción sin objeto. Es
necesario aclarar que las ilusiones se dan en personas normales generalmente, mientras
las alucinaciones nos hablan a favor de una enfermedad.

Las ilusiones son de tres tipos:

1. Catatímicas, situación que se produce cuando un estado afectivo de momento,


nos hace percibir deformadamente un objeto, por ej: en la oscuridad y por temor
confundir un arbusto con un asaltante.

2. Por inatención: como su nombre lo dice es la percepción deformada de un objeto


al estar desatento o despreocupado.
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3. Pareidolias: sobre la base de una percepción real incompleta la imaginación


creadora la reviste con todas las características de una percepción real, por ej.: la
contemplación de las nubes nos hace ver la cara del viejo pascuero.

Estas tres situaciones no son acompañadas de la certidumbre de realidad, ya que


aunque aparezcan en un momento, el sujeto las corrige rápidamente.

Diferente es el caso de las alucinaciones que es la percepción de estímulos no


presentes en la realidad. Se diferencia la alucinación verdadera de las
pseudoalucinaciones. Las primeras cumplen con los cuatro requisitos propios de la
percepción de una imagen real que son:

I. Proyección espacial: el objeto es percibido en el espacio que le corresponde,


fuera de la persona.

II. Nitidez córporea, o sea, la imagen se percibe con verdadera forma de cuerpo.

III. Independencia de la voluntad: no depende de la voluntad el que uno perciba algo


o no; es independiente de ésta.

IV. Certidumbre de realidad, es decir, no se duda de su existencia real.

Si a la alucinación le falta uno de estos cuatro componentes se habla de


pseudoalucinación y si los cumple se trata de una alucinación verdadera. La condición
de proyección espacial y nitidez córporea son los elementos más importantes de las
alucinaciones verdaderas.

La distinción anterior no es indiferente sino que tiene trascendencia clínica ya


que las pseudoalucinaciones se suelen dar en personas normales; en cambio la verdadera
alucinación (excepción hecha de las del sueño), sería siempre patológica y cuando
sobreviene en estados de lucidez de conciencia, casi siempre psicótica. Lo dicho no es
obstáculo para que en ocasiones pueda verse en la clínica la transformación de
pseudoalucinación en legítima alucinación y viceversa, o que ambos fenómenos se den
combinados. Así no es raro que esquizofrénicos presenten transiciones entre
pensamiento impuesto, pseudoalucinaciones y alucinaciones propiamente tal: a todo
esto se llaman los enfermos indistintamente “voces”, pero es tarea del psicopatólogo
establecer las diferencias.

Hay que establecer si las alucinaciones se producen en estado de lucidez o no de


conciencia y precisar a qué órgano de los sentidos corresponde, siendo estas
disquisiciones importantes en la orientación diagnóstica. Pueden ser visuales, auditivas,
olfatorias, gustativas, táctiles y cenestésicas, las que serían las más características.

Las producciones alucinatorias en lo que se refiere a su contenido, casi nunca


son extrañas a la personalidad del enfermo. En las esquizofrenias es el mismo
pensamiento que adquiere sonido o se escucha repetido a continuación por una voz
exterior: son los fenómenos de “sonorización” o “eco” del pensamiento,
respectivamente.
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En otras ocasiones las “voces” comentan o critican ideas y también las


intenciones, sentimientos y acciones del enfermo. De especial gravedad son las
alucinaciones que le dan órdenes al esquizofrénico, ya que éste tiende a cumplirlas y
como resultado agrede o se autoagrede hasta cualquier límite por estas órdenes
alucinadas (homicidios y suicidios).

Respecto de las alucinaciones auditivas es importante tener en cuenta que las


“voces” en los esquizofrénicos, son generalmente múltiples, anónimas y frecuentemente
susurradas (y más como pseudoalucinación). En cambio, en los cuadros orgánicos
como por ejemplo en la psicosis epiléptica lúcida, las voces pertenecen a una persona
determinada y de volumen sonoro normal o fuerte; lo mismo sucede en la alucinosis
alcohólica, en la que el sujeto escucha voces insultantes, amenazantes y recriminatorias,
lo que ha recibido el nombre de personificación del delirio (y más como alucinación
verdadera).

Alucinaciones visuales de complejidad creciente: elementos configurados y


escénicos, se ven en cuadros orgánicos como el delirium tremens, delirium
anticolinérgico, delirium epiléptico, etc. En estos estados el sujeto puede tener un
cuadro muy vívido, con impresión de realidad y participar en las escenas producto de su
enfermedad.

En los epilépticos suele darse el fenómeno de la autoscopia especular y la


heautoscopia; el primero consiste en verse proyectado hacia fuera como si se viera en un
espejo, y el segundo consiste en verse desde afuera generalmente desde arriba.

En las epilepsias del lóbulo temporal suelen darse alucinaciones olfativas de


olores repugnantes (muerto, excremento) o de flores o perfumes, también molestos.
Hay en ellos a veces alucinaciones gustativas frecuentemente gusto a metal.

Suelen también los epilépticos en los delirium ver a la Virgen y a Jesucristo,


entablando una relación familiar y cercana con ellos, en un estado de éxtasis o felicidad
extrema. También alucinan de la vista con escenas terroríficas como de fin de mundo, o
ven al demonio y en general hay predominio del color rojo en las escenas.

Alucinaciones del tacto son frecuentes en cocainómanos que sienten y ven


pequeños insectos en la piel. A veces esto hace el diagnóstico, problema tan candente
en nuestros días. También los alcohólicos suelen tener estas alucinaciones, aunque en
ellos son más frecuentes las visiones de animales en el espacio exterior y que les causan
pánico.

PATOLOGÍA DE LA MEMORIA

Definiremos la memoria como la capacidad de adquirir, retener y utilizar


secundariamente una experiencia.

Las fases de la función de la memoria son cuatro:

I. Fijación: un hecho nuevo se fija


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II. Conservación o retención: el acontecimiento fijado se mantiene

III. Evocación: el acontecimiento fijado y conservado, se utiliza a voluntad en un


momento preciso para lo que se evoca.

IV. Reconocimiento: el hecho evocado es sometido a juicio y se ubica en tres


jalonamientos: tiempo, espacio y conceptual. Esto quiere decir que para que la
evocación sea útil el recuerdo debe ser ubicado en el tiempo y lugar en que
ocurrió y en su contenido conceptual.

Existe una forma de memoria que se denomina inmediata mediante la cual una
información reciente se puede mantener durante un tiempo reducido (20 segundos
aproximadamente).

1) Clasificación

Clásicamente las alteraciones mnésicas se dividen clínicamente en dos grupos


principales según que la anormalidad se relacione con el acto de fijación del dato
(memoria anterógrada) o con el de la evocación del mismo (memoria
retrograda). El primer grupo comprende sólo la amnesia y la hipomnesia de
fijación y el segundo incluye anormalidades cuantitativas y cualitativas de la
evocación.

2) Amnesia e hipomnesia anterógrada

La falta de fijación de los acontecimientos rara vez es total, constituyendo la


amnesia absoluta. Generalmente es parcial.
El exponente clásico de la amnesia de fijación es el de la psicosis polineuritica
de Korsakoff en el cual el sujeto no fija ni evoca. Se caracteriza por falta de
fijación que es suplida con fantasías de relleno denominadas confabulaciones,
desorientación temporoespacial y falsos reconocimientos de personas. Este
síndrome es característico del alcoholismo crónico.
La amnesia de fijación o anterógrada suele darse en los traumatismos cráneo-
encefálicos, en epilépticos y otras intoxicaciones del cerebro.

3) Anormalidades cuantitativas de la memoria de evocación

Los desórdenes cuantitivos del recuerdo son de dos tipos: aumento


(hipermnesia) y por defecto o pérdida del poder de rememorar (amnesia e
hipomnesia).

I. Hipermnesia. Es el aumento de la capacidad de recordar. Se da en


personas con talento especial pero ocasionalmente la poseen deficientes
mentales, eso si, que para recuerdos específicos como recordar números
por ej. Hay hipermnesias momentáneas en: epilépticos en estados
crepusculares, histéricos con alteraciones de la conciencia, en el estado
hipnótico, en estados febriles y en personas en trance de muerte.
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II. Amnesia e hipomnesia de evocación. Consisten en la pérdida total o


parcial del recuerdo de hechos y conocimientos que en su momento
fueron fijadas.

Se clasifican según su extensión y contenido, su evolución y su causa.

a) El déficit se evocación según su extensión y contenido presenta


tres variedades.
- La amnesia masiva compromete grandes porciones del
pasado, incluso todo. Sucede en las demencias y
traumatismos encefalocraneanos graves.

- La amnesia lacunar que comprende trozos limitados del


pasado como por ej: estado crepuscular y crisis
epilépticas, traumatismos encefalocraneanos.

- La amnesia sistemática o selectiva entraña el olvido de


determinados datos relacionados entre ellos. Frecuente
en la histeria.

b) Según la evolución del desorden mnésico tenemos la amnesia


reversible, definitiva y progresiva. (por ej.: demencias tipo
Alzheimer y vascular).

c) Según la causa la amnesia puede ser orgánica o psicógena.

- La amnesia orgánica es causada por traumatismos


encefalocraneanos, lesiones del cerebro, infecciones
vasculares degenerativas o tóxicas. Puede ser masiva o
lacunar y evolucionar en una de las tres formas
indicadas.

- La amnesia psicógena es motivada. Generalmente es


sistemática o selectiva lo que se da especialmente en
estados crepusculares histéricos, después del cual la
persona tiene recuerdos parcelares.

4) Anormalidades cualitativas de la memoria de evocación

I. La alomnesia o ilusión del recuerdo consiste en rememorar


equivocadamente, alterando sin saberlo el sentido del recuerdo.

II. La paramnesia o alucinación del recuerdo que consiste en tener evocado


hechos que nunca sucedieron. Se clasifican en:

a) Paramnesia fantástica
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El sujeto experimenta como si fuera recuerdo un producto de su


imaginación. Por ej: un esquizofrénico que dice recordar con detalle su
vida intrauterina.

b) Falso reconocimiento
El sujeto atribuye al objeto la cualidad de conocido. Puede ser un
fenómeno delirante o la simple impresión de ya conocer algo que puede
ser corregido lógicamente (ya visto, ya vivido, ya pensado).

c) El fenómeno inverso es el desconocimiento de los conocidos.


Recibe este síntoma el nombre de síndrome de Capgras; se ve
fundamentalmente en esquizofrénicos y constituye una idea delirante.

Finalmente quiero hacer un alcance acerca de las confabulaciones y la


pseudología fantástica. Las primeras se dan en personas con amnesia de fijación con el
objeto de rellenar los vacíos anémicos. En cambio en la pseudología fantástica
(mitomanía o mentira patológica) se trata de invenciones iniciales voluntarias y que a
veces terminan por ser creídas por su autor. También se llama fabulación.

PATOLOGÍA DEL CURSO DEL PENSAMIENTO

El estudio del curso del pensar se refiere a dos aspectos: su velocidad y su


estructuración.

Describiré sucesivamente la lentitud y rapidez del pensar que pueden llegar a la


inhibición y fuga de ideas, respectivamente, y enseguida, las siguientes alteraciones:
blocaje, perseveración, estereotipias, detallismo, frondosidad y viscosidad del pensar,
pensamiento epiléptico, incoherencia y finalmente la disgregación.

Inhibición del pensamiento

Las ideas emergen con gran dificultad y en escaso número y se asocian entre si
lenta y difícilmente. Esta alteración es propia de los estados depresivos.

Fuga del pensamiento

Lo esencial de esta alteración es que la velocidad del pensar, es muy superior a


la capacidad para expresarlo, por lo que en el lenguaje aparecen algunas ideas y otras no
se alcanzan a manifestar, fenómeno denominado fuga de ideas. Es propio de los estados
maníacos.

Blocaje

Es la interrupción brusca y momentánea del curso de las ideas. Se ve en la


esquizofrenia.

Perseveración
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Consiste en la repetición de un contenido que en un momento fue atigente pero


que con posterioridad no lo es. Es propio del deterioro mental y demencias.

Estereotipias

Es la repetición de un contenido que en ningún momento fue adecuado.

Detallismo

Consiste en abundar en detalles el discurso en forma generalmente innecesaria.


Se ve en débiles mentales, epilépticos y en obsesivos.

Frondosidad del pensamiento

Cuando falla la tarea direccional del pensar, el sujeto abunda en detalles y


rodeos haciendose el discurso complicado, rebuscado y exuberante con lo que se
produce el fenómeno psicopatológico de la frondosidad. Se ve en epilépticos.

Viscosidad del pensamiento

Consiste en quedar adherido a los pensamientos, con gran dificultad para


cambiar y avanzar en el discurso. Es característico de la epilepsia.

Pensamiento epiléptico

Se caracteriza por lentitud, rigidez, repeticiones, perseveraciones, palabras de


relleno, frases rodeativas, detallismo y frondosidad pero sin que el enfermo a pesar de
su discurso exuberante, repetido y detallista pierda la meta de su pensar.

Incoherencia

Consiste en la desintegración de los conceptos e inconexión lógica de las


representaciones, pero sin que se pierda la sintaxis del discurso. Se produce en estados
de alteración de conciencia como por ej: en estados febriles, delirium, estados
crepusculares, etc.

Disgregación

Se da este nombre al conjunto de las alteraciones formales del pensar que se ve


en el esquizofrénico. Se ve en ellos un desorden en la estructura lógica del pensar. Se
alteran las asociaciones del pensamiento y la mayoría de las veces el paciente pierde la
meta o tarea del pensar. Se produce en estado de lucidez de conciencia lo que la
diferencia de la incoherencia.

PATOLOGIA DEL CONTENIDO DEL PENSAMIENTO

Estudiaremos en este capítulo la idea delirante, sobrevalorada y la obsesiva.


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Se define la idea delirante como una idea falsa (de significación equivocada) de
origen morboso e incorregible.

Se diferencia del error en que éste se corrige, de la idea mágica que es frecuente
y compartida en sociedades primitivas, y de la creencia que es una convicción que no
está sujeta a verificación.

Según su origen las ideas delirantes se distinguen en primarias y secundarias.


Estas últimas son derivables de otros fenómenos psicopatológicos, como por ejemplo
las ideas de grandeza del maníaco que derivan de su euforia, o las ideas de ruina del
melancólico que derivan de su depresión afectiva. Se les denomina ideas deliroides
(idea delirante secundaria).

Cuando las ideas delirantes se producen en estado de alteración de la conciencia


se les llama deliriosas.

Lo fundamental en la idea delirante primaria, es la interpretación delirante, que


puede ser una ocurrencia o partir de una percepción normal (percepción delirante) o
recuerdo normal (recuerdo delirante).

Es de primordial importancia destacar que la idea delirante es incorregible, aun


recurriendo a los mejores argumentos lógicos; en este sentido es fiel reflejo de un
proceso morboso.

En lo referente al contenido las ideas delirantes pueden ser de varios tipos:


expansivas o de grandeza, depresivas o de ruina, culpa o enfermedad y de persecución o
perjuicio de invención, reindivicativas, erotomaniacas y otras.

Respecto de la idea obsesiva, ésta es una idea que se impone en el centro del
campo de la conciencia, contra la voluntad del sujeto, quien la vivencia como absurda
pero que no puede dejar de tenerla. Lo molesto se denomina egodistonía y esto la
diferencia de la idea delirante y la sobrevalorada donde la personalidad se identifica con
la idea denominándose egosintónica.

La idea sobrevalorada o prevalente es aquella idea falsa, que a causa de su fuerte


tonalidad afectiva es tomada por verdadera y se impone sobre la personalidad
determinando su conducta. Se observa ideas sobrevaloradas en personalidades
fanáticas.

PATOLOGIA DE LA INTELIGENCIA

La inteligencia no es una función parcelar de la psiquis, sino general. Se puede


definir como la capacidad de un individuo de adaptarse a situaciones nuevas de la vida.

El factor central y general de la inteligencia es el juicio, o sea, la capacidad de


crítica que permite distinguir lo esencial de lo accesorio, lo general de lo particular, lo
importante de lo insignificante, y que es la base de las funciones de abstraer,
comprender, reconocer y combinar lo nuevo.
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La inteligencia se aprecia en la entrevista con bastante exactitud, pero podemos


recurrir a pruebas de juicio, como de diferencias o semejanzas, interpretación de
refranes o pruebas de aritmética simples.

Finalmente se puede recurrir a una evaluación psicométrica que está


contemplada en otro capítulo de este libro.

Es de primordial importancia la apreciación de la inteligencia en el examen


psicopatológico, ya que de su nivel dependen en parte muchos aspectos de las
patologías, como por ejemplo, el tipo de tratamiento, pronóstico, rehabilitación y
posibilidades de reinserción social entre otros.

PATOLOGIA DE LA AFECTIVIDAD

El ser humano no asiste a los aconteceres de su vida de un modo neutral;


siempre une a toda vivencia una cierta afectación, un colorido emocional que matiza así
cualquier acto.

La vida afectiva sería el conjunto de estados y tendencias que el yo vive de


forma inmediata, que correspondan especialmente al sujeto e influyen sobre toda su
personalidad y que por lo general, se polarizan en términos duales; placer-dolor,
agradable-desagradable, alegría-tristeza, amor-odio, etc.

Al examinar la afectividad debemos tener claro los diferentes estados afectivos a


estudiar que fundamentalmente son:

I. Emociones: son afectos agudos y bruscos, que se desencadenan por una


percepción o representación, que tienen abundante correlación somática, y
son pasajeros como por ejemplo: miedo, cólera y angustia.

II. Sentimientos: son estados afectivos más complejos, estables y duraderos que
las emociones y son de menor repercusión somática que aquellos. Por ej: el
amor, la compasión, el orgullo o el odio.

III. Pasiones: son estados afectivos fuertemente intelectualizados, o dicho de


otro modo, una ideación con gran impregnación afectiva.

IV. Humor: se denomina también estado de ánimo y significa un estado


emocional predominante y duradero.

V. Temperamento: es el humor predominante de una persona como


constituyente biológico de su personalidad.

Con el fin de simplificar y facilitar el estudio clínico de la afectividad


revisaré las grandes patologías o anormalidades y sus correspondientes
alteraciones en la afectividad.
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En la psicosis maniaco-depresiva existe una alteración del humor ó estado del


ánimo en sus dos fases: exaltado (euforia y/o irritable) en la manía y deprimido en la
fase depresiva. Este cambio del humor es duradero y puede durar meses hasta años.

En la Esquizofrenia tenemos alteraciones muy importantes y que son a veces


determinantes para el diagnóstico:

Discordancia ideoafectiva que consiste en que no concuerde el efecto experimentado


con respecto a la idea expresada. Por ejemplo, que un esquizofrénico que haya amado a
su madre nos cuenta con la mejor de las sonrisas de su fallecimiento.

Ambivalencia afectiva: consiste en tener afectos opuestos y en forma simultánea frente


a una misma persona o cosa.

Inversión afectiva: de pronto sin explicación el esquizofrénico invierte su afecto hacia


algo o alguien. Odia al que recién amaba por ejemplo.

Aplanamiento afectivo: Progresivamente algunos esquizofrénicos van teniendo cada vez


menos repercusión afectiva respecto de su vivenciar, hasta llegar a un verdadero
aplanamiento de la afectividad.

Raptos de furia: A veces por pequeños contratiempos o sin mediar nada, los
esquizofrénicos tienen momentos de furia que luego ceden totalmente: a veces son el
resultado de alucinaciones que han pasado inadvertidas.

En los epilépticos suelen producirse cambios bruscos, intensos y repentinos del humor,
generalmente inmotivados que se denominan distimias. Hay distimias alegres, tristes,
agresivas, angustiadas y apáticas.

En las demencias es frecuente que los pacientes presenten quiebres emocionales


bruscos, especialmente de tristeza con llanto copioso repentino y que terminan
rápidamente. Esto se llama incontinencia emocional y es producto de las llamadas
reacciones catastróficas de los dementes.

En la Histeria se ven cambios espectaculares del estado emocional, que a mi


modo de apreciar el mejor término es de la extremosidad de los afectos. Entusiasmos
locos con euforia, seguidos de desilusiones extremas al momento siguiente, no son raros
en la Histeria.

En las neurosis un síntoma central es la angustia que es una emoción de temor


indefinido, sin contenido preciso de que algo tremendo va a suceder. Se acompaña de
síntomas corporales: opresión torácica, falta de aire, palpitaciones, sudoraciones,
temblor.

En las patologías que afectan al lóbulo frontal del cerebro, como es el caso de la
enfermedad de Pick, se ven de dos tipos de alteraciones de la afectividad: al dañarse la
convexidad se produce apatía y cuando se afecta la zona retroorbitaria hay gran
desinhibición, lo que se traduce en que las tendencias afectivas se expresan sin ningún
control, cayendo el sujeto muchas veces en actos desmedidos atentatorios contra el
pudor, ajenos a su modo de ser habitual y previo.
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Variantes del temperamento suelen teñir en forma importante la personalidad dándole


un sello característico como en las personalidades hipertímicas, depresivas, y explosivas
por ejemplo.

PATOLOGIA DE LOS INSTINTOS

El instinto comienza por una necesidad orgánica que se siente vagamente y se


procura su objetivo de satisfacción mediante movimientos ordenados y guiados de
modo subconsciente. Tiene, pues, el instinto un objetivo y una dirección determinados,
y significa un rendimiento útil. Esto lo diferencia de la acción impulsiva que representa
una descarga primaria sin objetivo ni dirección predeterminadas y que resulta de un
estado de tensión penosa. En el acto volitivo se tiene clara conciencia del objetivo
elegido y pleno conocimiento y control de los medios para lograrlo.

El instinto tiende a la satisfacción de una necesidad. Se clasifican según la naturaleza


de su objetivo en:

I. de conservación de la vida individual: hambre, sed, respiración,


actividad y reposo (dormir), etc.

II. de conservación de la especie: instinto sexual, maternal, filial.

III. Social: el hombre experimenta continuamente la necesidad participar


en las cosas de sus semejantes y que éstos toman parte en los suyos.

IV. Cosmicos: el hombre tiene el afán de curisear y conocer el cosmos


con el fin de observarlo y claramente de habitarlo, lo que podría
entenderse como la búsqueda de nuevos habitat, en caso que la vida
en la tierra se complicase.

Hay sujetos con instintos fuertes (esténicos) y, otros de instintos débiles


(asténicos), y según que domine la tendencia a la afirmación o sumisión de la propia
persona, y según todavía la índole del objetivo de instinto dominante, resultan múltiples
tipos de personalidad. Queda claro la estructura instintiva es un constituyente
importante de la personalidad.

Según el control de los instintos hay hombres “instintivos” que se dejan arrastrar
por sus tendencias y otros “volitivos” que son controlados.

Pasaré enseguida a una revisión de diferentes condiciones clínicas donde se


pesquisan alteraciones instintivas.

En personalidades psicopáticas desalmadas hay una falta de instinto social. El


desalmado o antisocial carece de consideración alguna por los demás.

En intoxicaciones se observa un cambio de las tendencias: la morfina rebaja los


instintos vitales y exalta los superiores o espirituales mientras que el alcohol ejerce
una acción opuesta.
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En cerebropatias difusas y localizadas se producen modificaciones de la


instintividad. La Encefalitis epidérmica si sobreviene en la juventud determina exceso
de emoción, instintividad e impulsividad. En los dañados del lóbulo frontal se liberan
instintos inferiores: sexo, hambre, agresión; en otros casos se produce abulia y apatía.

En las psicosis maniaco-depresiva en la fase maníaca los instintos están


exaltados, como por ejemplo el sexual, a diferencia de la fase depresiva donde está
rebajado o abolido.

Respecto del instinto maternal es una observación nuestra que se ve claramente


dañado y hasta ausente en la esquizofrenia hebefrénica y, también, en las mujeres
histéricas graves. Son las madres que abandonan hijos sin dolor.

En la esquizofrenia paranoide las madres no abandonan espontáneamente a sus


hijos.

Por otro lado es de observación frecuente que los esquizofrénicos tanto hombres
como mujeres se comportan como homosexuales y/o bisexuales por períodos para
luego volver a una conducta heterosexual, fenómeno digno de estudiarse más.

PATOLOGIA DE LA PSICOMOTILIDAD

Se comprende en este capítulo el estudio de los síntomas del comportamiento


motor que tienen una apariencia voluntaria o, por lo menos un contenido psicológico.

Los síndromes de la psicomotilidad pueden estudiarse desde el punto de vista de


la velocidad y riqueza de movimientos o bajo el aspecto del mecanismo
psicopatogénico de los síntomas motores.

I. Velocidad y Riqueza de Movimientos

Atendiendo a este criterio se hace la distinción entre los cuadros caracterizados


por la lentitud de los movimientos (inhibición motora del melancólico) y por su
rapidez (fuga psicomotora del maníaco), así como también, hay que tener en
cuenta el fenómeno de la interrupción brusca y transitoria del suceder motor que
se observa en el esquizofrénico (blocaje motor).
La ausencia de movimientos tanto en lo que respecta a los espontáneos como a
los expresivos y reactivos, a excepción de los desplazamientos respiratorios y de
los globos oculares, se denomina estupor.
Si ponemos atención en el estado muscular del enfermo estuporoso, nos daremos
cuenta que a este respecto hay tres tipos de estupor: hipotónico o fláccido,
hiperotónico o rígido y de contra-mantención o negativista. En el primer caso
los miembros levantados y dejados en el aire caen pesadamente a plomo; en el
segundo se encuentran en actitud permanente de hipertonía, y en el tercero, los
miembros entran en contractura de posición solo en el momento en que se
intenta movilizarlos pasivamente.
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El fláccido se observa en melancolías graves y en cuadros histéricos o


psicógenos (carcelarios por ejemplo).

Los estupores hipertónico y negativista forman parte del síndrome catatónico y


se dan en cerebropatías orgánicas y en la esquizofrenia.

Los enfermos estuporosos y los aquinéticos abandonados a si mismos, se


mantienen indefinidamente en la misma actitud aunque ésta sea a veces bastante
incómoda; éstas se llaman “actitudes fijas o estatuarias” y a este síntoma se le ha
dado el nombre de catalepsia. Cuando el examinador puede moldear al paciente
como si este fuera de cera, y dejarlo en diferentes posiciones, se habla del
síntoma de la flexibilidad cérea.

La riqueza de movimientos es el síndrome opuesto al estupor y se llama de


agitación motora o de hiperquinesia que adopta diferentes formas de acuerdo a
ciertas características de sus movimientos.

La agitación psicomotora se ve en diferentes patologías: esquizofrenia, epilepsia,


demencias, histerias, drogadictos especialmente con estimulantes del SNC como
la cocaína, embriaguez patológica y estados maníacos.

II. Mecanismo psicopatogénico

Desde este punto de vista las alteraciones de la psicomotilidad o síntomas


catatónicos se dividen en dos grupos: síndromes de negativismo y síndromes de
sugestibilidad patológica. Cada uno de ellos representa la exageración morbosa
de una de las dos actitudes instintivo-volitiva que componen la conducta motora
del individuo normal.

El negativismo se caracteriza por la oposición del enfermo, no voluntaria sino


instintiva, a todas las solicitaciones del ambiente de las personas o aún de su
propio cuerpo. El paciente calla cuando se le pregunta algo, aprieta los dientes
si le pide que muestre la lengua, se resiste en el momento de sacarlo de la sala,
se niega a recibir alimentos, retiene sus heces y orina.

Opuesto al anterior es el síndrome de sugestibilidad patológica, en que el


paciente mantiene las posiciones que se dan a su cuerpo (catalepsia) y se le
puede moldear como si fuera de cera (flexibilidad cérea), y aún, se adelanta
espontáneamente a cumplir las posiciones que el examinador proyecta
determinarle, lo que se llama signo de imán (descrito por el Prof. A. Téllez). Si
agregamos a todo lo anterior la hipermetamorfosis o proyección y mantención
sostenida de la atención sensorial en los estímulos que destacan del ambiente, y
los fenómenos de eco o repetición instintiva de palabras, gestos o movimientos
que se dan en el entorno (ecolalia, ecomimia, ecopraxia), tenemos íntegramente
constituido el síndrome de la “obediencia automática” o de “automatismo del
mandato”.
Las estereotipias motoras pueden ser de palabras, actitudes o movimientos.
Recordemos que esterotipia es la repetición de un acto que en ningún momento
ha tenido una finalidad.
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La agitación y el estupor pueden sucederse, como así también los fenómenos de


negativismo y de sugestibilidad, pero hay casos en que ambos fenómenos se dan
simultáneamente, lo que se denomina ambitendencia; el mismo acto denota
sugestibilidad y negativismo, como por ej.: al saludar toca la mano del otro con
el dorso y no la palma, al pedírsele que muestre la lengua la saca y luego la
entra, es decir, cumple y no cumple simultáneamente con un requerimiento del
examinador.

Finalmente hay que dejar en claro que lo catatónico se da con mayor frecuencia
en la esquizofrenia pero puede darse en otras enfermedades como: cerebropatías
orgánicas, reacciones exógenas agudas, estados crepusculares, epilepsias, etc.

Para terminar un último alcance respecto de la psicomotilidad sería el estudio de


la mímica y la fisiognómica del paciente.

La primera está compuesta por los movimientos expresivos del momento y los
segundos son las huellas permanentes que éstos han dejado en el rostro y resto
del cuerpo. Especial importancia tiene el estudio de la mirada y voz del paciente
así como también expresión facial y del resto del cuerpo, como la marcha y otras
manifestaciones de expresión corporal. Su arreglo personal y su forma de vestir
de momento, como también su costumbre habitual. Sus modales y forma de
relacionarse gestualmente con los demás: contacto gentil, hosco, desconfiado,
agresivo, galante, lejano y hasta ausente o autista.

Como es de suponer la aptitud para captar estas expresiones depende de la


sagacidad de cada cual unido al ejercitarse en la disciplina psicopatológica.

Esto último vale para toda la psicopatología donde interviene la habilidad del
psicopatólogo y la práctica, situaciones a veces privativas, de ciertas personas
con especiales aptitudes.
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