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Arte Prehistórico

El arte prehistórico es un fenómeno artístico de alcance


geográfico global y una amplitud temporal suficiente como
para afectar a las épocas más diversas. El concepto es
mucho más extenso que el fenómeno rupestre cuaternario,
principalmente circunscrito a Europa occidental, y
comprende además las manifestaciones del llamado arte
paleolítico.

Aunque cronológicamente, Europa debería ocupar el primer


lugar, y a pesar de que muchas de las expresiones artísticas prehistóricas son relativamente
recientes en algunas zonas del globo, donde han sobrevivido pueblos primitivos, la exposición
se realizará siguiendo el orden alfabético. Aunque ello derive en un problema adicional: ¿es
lícito comparar manifestaciones tan lejanas en el espacio y en el tiempo? En este sentido, la
confrontación de equivalencias culturales, obviando los particularismos empíricos, permite
obtener generalizaciones.

Con base en ello, se puede apreciar que, en las artes plásticas y visuales de los pueblos
primitivos, el realismo es algo excepcional, frente al simbolismo, la abstracción, la estilización y
el esquematismo, que parecen una constante mundial.

Otra posible generalización es que casi todo el arte rupestre holoceno se desarrolla en el
exterior, a lo sumo, en abrigos rocosos, desfiladeros y covachas poco profundas.

En tercer lugar, el megalitismo y la construcción de túmulos, en relación al culto a los muertos,


o la necesidad de desarrollar una arquitectura defensiva, a menudo con construcciones
ciclópeas (cuya motivación, excede, con mucho, a las necesidades militares), también son
constantes del arte prehistórico mundial.

Por último, está el hecho de que, a pesar del innegable significado religioso del arte
prehistórico, éste no sólo se asocia al mundo funerario o mitológico, sino que los temas
abarcan todas las facetas de la vida social de los humanos (caza, guerra, trabajos, ceremonias,
jerarquías, sexo, familia, incluso, diversión...) y, sobre todo, a medida que las sociedades
humanas evolucionan, la glorificación del poder y de los poderosos.
Arte Egipcio

Una de las características del Antiguo Egipto es su singular


arte, con obras monumentales que generalmente tenían
carácter simbólico simple. Aunque el concepto de Arte es
moderno, es perfectamente utilizable en la arquitectura,
escultura, pintura y joyería egipcias, siendo muchas de sus
realizaciones auténticas obras de arte y no simples trabajos
de artesanía.

Gracias al seco clima de Egipto y a ser enterradas por la


arena del desierto (o por sus propietarios, para gozar de ellas
en la "otra vida") nos han llegado en aceptable estado de
conservación multitud de auténticas obras de arte, a pesar
de la utilización de los monumentos como canteras, las
guerras o los innumerables saqueos de tumbas y templos.

Las expresiones artísticas egipcias más antiguas se


clasifican en las siguientes etapas: Periodo Neolítico (5300-
4000 a. C.), periodo Badariense (4400-4000 a. C.), Nagada I - Amratiense (4000-3500 a. C.),
Nagada II - Gerzeense (3500-3200 a. C.) y Nagada III (3200-3000 a. C.)

En estos periodos predomina la pintura decorativa (en cerámicas) o simbólica (en tumbas) y
pequeños objetos de carácter utilitario y mágico. Destacan las vasijas de piedra, las "mazas" y
"paletas" votivas, como la de Narmer.

Período Dinástico (c3,000 a 30 a.c.)

Asombra la perfección, delicadeza y monumentalidad del arte egipcio, con un estilo


característico que surge durante las primeras dinastías y permanece casi inalterado en tres
milenios de cultura.

Imperio Antiguo (c.2700 a 2200 a.c.)

Asombra la perfección, delicadeza y monumentalidad del arte egipcio, con un estilo


característico que surge durante las primeras dinastías y permanece casi inalterado en tres
milenios de cultura.

Imperio Medio (c.2040-1795 a.c.)

Se construyen pirámides con materiales más perecederos (adobe). Los hipogeos van
sustituyendo a las mastabas como tumbas.

La escultura se caracterizó por un mayor realismo, sobre todo en los retratos. La realeza era
representada como personalidades de alto rango, pero sin llegar a ser ya la imagen de un dios
en la Tierra, como acontecía en el Imperio Antiguo. Este mismo criterio lo siguió la nobleza
egipcia. En los templos se prodigó el bajorrelieve polícromo. La pintura fue empleada
profusamente en la decoración de tumbas.

La literatura egipcia alcanza su cenit con la Historia de Sinuhé y los Textos de los Sarcófagos.

Imperio Nuevo (c. 1570-1070 a. C.)

Se enfatiza la construcción de templos e hipogeos. Entre ellos destacan:


 Gran Templo de Amón en Karnak
 Templo de Luxor. (Amenhotep III / Ramsés II)
 Templo de Hatshepsut en Deir el-Bahari
 Templos de Ramsés II en Abú Simbel
 Hipogeos del Valle de los Reyes

Tríada de Osorkon II, Dinastía XXII.


Periodo Tardío (c. 672-332 a. C.)

Durante la dinastía saíta se imitan los modelos del Imperio Antiguo, generalizándose el empleo
de bronce en las estatuas. Se desarrolló rápidamente el demótico.

Los reyes persas de la primera dominación respetaron las costumbres egipcias, impulsando la
restauración de algunos templos egipcios. Las lenguas utilizadas fueron el demótico y el
arameo, usándose los jeroglíficos sólo en elementos de arquitectura.

Dominación greco-romana (332-30 a. C.)

Desde el final del Imperio Nuevo los egipcios fueron gobernados en algunos periodos por reyes
de otras naciones pero mantuvieron su cultura y costumbres artísticas hasta la época de
dominación romana.

Durante el periodo ptolemaico se produjo un gran desarrollo del arte, se construyeron nuevos
templos, el Museo y la Biblioteca de Alejandría, y el Faro de Alejandría. Se helenizan las
formas en la escultura.

Manetón escribió su libro sobre la historia de Egipto.


Arte Mesopotámico

El arte en Mesopotamia hace referencia a las expresiones


artísticas que se conservan de las culturas que florecieron en
las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates desde el surgimiento
del Neolítico hasta la caída de Babilonia, el último de los
antiguos imperios de cultura mesopotámica.

El desarrollo de las técnicas artísticas y artesanales fue


parejo tanto a los avances tecnológicos —desarrollo de
mejores hornos de cocción o aparición del torno de alfarero—
como sociales y culturales —nacimiento de la escritura, por
ejemplo.[

Cerámica: Los antecedentes del uso de la cerámica se


encuentran en la obtención de la cal y el yeso; materiales
utilizados en la arquitectura y en la fabricación de la llamada vajilla blanca. Para la producción
de cal y yeso son suficientes hornos relativamente poco potentes (unos 200 °C para la cal y
unos 800 °C para el yeso), temperaturas que, en algunos lugares, se obtenían ya antes de la
práctica de la agricultura.

Metalurgia: Hacia la mitad del III milenio a. C. se produjo el florecimiento de la metalurgia. Si


bien desde milenios atrás se fabricaban objetos de metal a base de materiales metálicos
encontrados tal cual en la naturaleza, fue en este período cuando se descubrió la forja y la
obtención de metal desde el mineral.[6]

Entre estos primeros metales destacó el cobre, el cual poco después se comenzó a alear con
estaño para fabricar bronce. Estos dos tipos de bronce convivieron durante unos mil años en
diferentes zonas geográficas: así, el cobre arsenioso se dio en Canaán, sur de Mesopotamia,
este de Anatolia y el Cáucaso y el cobre de estaño en Irán, Mesopotamia completa, Siria y
Cilicia. La única región donde estos dos tipos de bronce convivieron fue Mesopotamia. Hacia
principios del II milenio a. C. el bronce de estaño termina por imponerse

Literatura: La escritura pictográfica nació en Sumeria hacia el 3200 a. C., probablemente como


evolución de los sistemas de marcado de mercancías como la hulla y las impresiones
numéricas. En Mesopotamia convivían, desde el V milenio a. C., dos pueblos de distintas
lenguas: los acadios (semitas) y los sumerios. Probablemente esto, sumado a una progresiva
linealización de los símbolos pictográficos sumerios, terminó evolucionando en una escritura
fonética, cuneiforme, común a los dos idiomas, hacia el 3000 a. C. y que, entre los siglos XVI-
XV a. C. comenzó a ser sustituída por una escritura alfabética nacida probablemente en Fenicia
o en la región del Sinaí.
Arte Maya

Uno de los pueblos más importantes de la Mesoamerica


precolombina fue el de los mayas, cultura que se extendió
por diferentes estados del México contemporáneo -Yucatán,
Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco-, así como
por otras países centroamericanos, como Belice, Guatemala,
Honduras y El Salvador.
La mayoría de las investigaciones coinciden en señalar que
los primeros mayas surgieron de la costa del golfo de México
y que luego se inició un flujo migratorio que los llevó a
expandirse, entre los años 1500 y 800 a.C, por zonas de
Chiapas, la costa de Guatemala, el Peten guatemalteco y la
península de Yucatán. Como prácticamente todos los
pueblos de Mesoamérica en aquella época, uno de los
principales sustentos de la población era el cultivo de maíz.
Durante el período preclásico, el arte de los mayas era muy
parecido al de los pueblos vecinos, como lo demuestran los
restos de cerámica encontrados. No es hasta el siglo II a.C,
a finales del citado período, cuando empiezan a darse las primeras manifestaciones artísticas
netamente diferenciadas. Asimismo, en esa época la organización social de los mayas era más
compleja que la de otras culturas mesoamericanas gracias al nacimiento de una importante
clase social, los sacerdotes, encargados del culto a los muertos. Empieza a desarrollarse, por
otro lado, una arquitectura propiamente maya y aparecen las primeras grandes poblaciones,
como Uaxactún, Piedras Negras, Izapa, Mayapán...
La época de máximo de esplendor de la gran cultura maya se prolongó desde el siglo III hasta
el XIX, debido, sobre todo, al carácter militar de los gobiernos, poco solícitos con las
necesidades de la población, que empezó a vaciar las grandes ciudades. De este modo, se
facilitó la invasión de pueblos que portaban una importante influencia tolteca que, durante los
siglos posteriores, hasta el definitivo fin de la cultura maya, en el siglo XV, influyó de forma
importante en el arte que se manifestó en los territorios hasta entonces dominados por los
mayas.
Por otra parte hay que señalar que, en aras de facilitar el estudio del desarrollo histórico y
artístico de la cultura maya, se ha convenido en dividir en tres zonas el conjunto de los
territorios que habitaba este pueblo. Así, se habla del área meridional, área central y área
septentrional, que como se verá presentan notables diferencias geográficas y arrojan, además,
importantes contrastes entre las manifestaciones artísticas en ellas producidas.

Área Meridional
Área Central
Área septentrional
Arquitectura
Escultura
Pintura
Figuras de barro
Templo I de Tikal
Templo de las Inscripciones
Arte Persa
El Gran Irán que se corresponde con los actuales estados
de: Irán, Afganistán, Tayikistán, Azerbaiyán, Uzbekistán y
las regiones colindantes. Es la cuna de uno de los
patrimonios artísticos más ricos del mundo que
comprende diversas disciplinas que incluyen la
arquitectura, la pintura, los tejidos, la cerámica, la
caligrafía, la metalurgia y la mampostería.

La Alfombra Persa: El arte de los tejidos en Irán tiene sus


raíces en la cultura y costumbres de su gente. Los
tejedores mezclan patrones elegantes con gran cantidad
de colores. La alfombra iraní es similar a los jardines
persas: Lleno de plantas, pájaros y animales.

Los colores están hecho de plantas silvestres y son muy


llamativos como el burdeos, el azul marino y colores
marfil. El futuro tejido es sumergido en té para suavizar su textura. Depende del lugar de
fabricación de la alfombra, los patrones y diseños varían. Algunas alfombras como las Gabbeh
y Gelim poseen variaciones en su textura y en su número de nudos. De los dos millones de
comerciantes de Irán, 1,2 millones son tejedores que producen la mayor cantidad de alfombras
hechas a mano del mundo. Iran exportó alfombras por valor de 517 millones de dólares en
2002.[

Pintura: El historiador de oriente Basil Gray cree que "Irán ha ofrecido un arte único al mundo,
que es excelente dentro de su estilo".

Las cuevas de la provincia iraní de Lorestan exhiben escenas de caza y animales algunas de
las cuales como las de las provincias de Fars y Sialk tienen al menos 5.000 años de
antigüedad.

La pintura en Irán alcanzó su cumbre durante la era Tamerlán cuando destacados maestros
como Kamaleddin Behzad engendraron un nuevo estilo de pintura.

Las pinturas de la dinastía Kayar son una combinación de influencias europeas y las escuelas
de miniaturas del imperio safávida como aquellas introducidas por el Reza Abbasi.Maestros
como Kamal-ol-molk,impulsaron aún más la influencia europea en Irán. Fue durante la era
Kayar cuando la " pintura de la casa de café" apareció. Los temas que trata este estilo son a
menudo religiosos que representan escenas de epopeyas chiítas y similares.

Cerámica: De los miles de emplazamientos arqueológicos y ruinas históricas de Irán, en la


mayoría puede observarse que han sido rellenadas, en algún momento con barro de muy alta
calidad. Miles de vasijas únicas se encontraron en los emplazamientos de Sialk y Jiroft. La
profesión de alfarero("kuzeh gar") tiene un lugar especial en la literatura persa.

Música: Durante el transcurso de la historia documentada de Irán, se ha desarrollado una


música distintiva y única, acompañada de numerosos instrumentos musicales, muchos de los
cuáles fueron los primeros prototipos de algunos instrumentos musicales modernos.

La referencia más antigua a los músicos en Iran podemos encontrarlas en Susa y Elam en
3.000 a. C. Relieves, esculturas y mosaicos como los de Bishapur nos muestran una cultura
musical muy activa.
Literatura: La literatura persa es de lejos el mejor reflejo del genio iraní. En prosa encontramos
algunas obras interesantes, pero es en la poesía donde la literatura persa brilla con luz propia.
Co un lapso de florecimiento de más de un milenio, fue imitado más allá de los confines del
territorio iraní. La literatura de Turquía e India se desarrollaron bajo su influencia.

Arte Inca

En la construcción de sus viviendas y templos, los incas


y sus antepasados, utilizaban principalmente materiales
como el adobe y la piedra. Esta última, era trabajada de
forma muy delicada y exacta ya que después, cuando
tenían que superponerlas en la construcción de los
edificios, no cabía una hoja de afeitar entre sus uniones.
Cuando construían fortalezas, utilizaban piedras
enormes, de grandes dimensiones, mientras que cuando
construían palacios, utilizaban piedras relativamente más
pequeñas.
Daba igual el tamaño utilizado de la piedra, la perfección
en su acabado siempre era el mismo.
Pero la arquitectura peruana no tiene sus comienzos con
los incas. Antes de ellos existió la cultura llamada
"Tiahuanaco" y mucho antes de esta, la cultura "Wari".
Aún así, puede ser que hayan habido otras culturas más antiguas.
En cuanto al arte de la cerámica, los incas lo plasmaron en los llamados “huacos”, que se han
ido desenterrando con el tiempo, algunos de los cuales han permanecido por miles de años
bajo tierra.

Este arte inca, se pueden dividir en dos tipos de alfarería, la utilitaria y la ceremonial.
La cerámica ceremonial era enterrada con los difuntos, llenos de alimentos o bebidas que
servirían a los muertos en su camino hacia el otro mundo.
Cuando llegaron los españoles, la alfarería inca perdió su función mágica y ceremonial y se
volvió simplemente utilitaria.

El arte en madera de los incas quedó plasmado a través de sus "queros" o “keros”.
Se trata de vasos de madera con decoración policromada. Sus dimensiones son relativamente
uniformes, con una altura promedio de 20 a 22 cm.
Los keros de la época Inca-colonial, están decorados con escenas figurativas pintadas.
Los keros más antiguos están decorados con motivos geométricos grabados y rellenos con
una especie de pintura resinosa de tonos vivos rojos y amarillos.

Los keros incas presentan diseños geométricos incisos o adoptan la forma de cabeza humana
o de jaguar, sin la recargada decoración policroma posterior.

Tienen una forma cilíndrica de boca ancha abierta, paredes algo cóncavas y base plana o con
pie a modo de copas. También podían adoptar formas de cabezas humanas o de jaguar o ser
vasos con formas de animales.

Solían utilizar colores brillantes, predominando el rojo y el crema blanquecino con una línea
negra que formaba el dibujo.
Debido al paso del tiempo, estos queros presentan pérdidas de pintura en algunas zonas o
incluso estar resquebrajados.
La decoración de estos elementos se basaba en escenas de la mitología andina. También
aparecen figuras humanas solas o en escenas variadas. En estas escenas, las figuras
humanas suelen representar a un Inca con su escudo y armas, solo, bajo un arco iris,
acompañado por una mujer o en escenas preferentemente guerreras. En las escenas pueden
aparecer también aves y felinos o elementos europeos como caballos o escudos de armas.

Otro tema decorativo eran las plantas o flores acampanadas que cuelgan mirando hacia abajo
y motivos geométricos.

Además del “quero” o “kero” inca, existía otro tipo de vaso ceremonial. Es el llamado “pajcha”.
Este vaso tenía un recipiente que a veces adoptaba la forma de un animal, y un largo vástago
por donde corre el líquido del recipiente hasta caer al suelo.
Suelen tener la misma decoración policromada que los keros y sus dimensiones eran un poco
más grandes, de unos 50 centímetros de largo.

Arte Azteca
manifestaciones artísticas desarrolladas por el pueblo
azteca entre el 1250 y el 1521 d.C. que se cuentan
entre las más importantes de Mesoamérica antes de
la llegada de los europeos.

El término azteca, junto con los de mexica y


tenochca, se utiliza hoy día para designar al pueblo
que llegó al valle de México procedente de Aztlán,
lugar mítico situado al norte de Mesoamérica. El arte
azteca es, fundamentalmente, un arte al servicio del
Estado, un lenguaje utilizado por la sociedad para
transmitir su visión del mundo, reforzando su propia
identidad frente a la de las culturas foráneas. De
marcado componente político-religioso, el arte azteca
se expresa a través de la música y la literatura, pero
también de la arquitectura y la escultura, valiéndose
para ello de soportes tan variados como los instrumentos musicales, la piedra, la cerámica, el
papel o las plumas. Lo primero que llama la atención es la asimilación azteca de las tradiciones
artísticas anteriores y la impronta personal que otorgaron a sus manifestaciones. El arte azteca
es violento y rudo pero deja entrever una complejidad intelectual y una sensibilidad que nos
hablan de su enorme riqueza simbólica.

Arquitectura: estructuras arquitectónicas y, sobre todo, de la organización del espacio en los


centros ceremoniales, o la relación entre estructuras templarias y las construcciones de
carácter habitacional..

Escultura: Era fundamentalmente monumental y aparecía asociada a las grandes


construcciones arquitectónicas. Muy realista en su concepción, contenía un componente
simbólico y abstracto de gran importancia relacionado con su universo religioso. Existen piezas
de gran tamaño que representan a los dioses, los mitos, los reyes y sus hazañas. De las obras
que han llegado hasta nosotros y que se encuentran en el Museo Nacional de Antropología de
México destacaremos la imponente Coatlicue (diosa serpiente de la tierra), de relieve plano y
repleta de símbolos; la cabeza de Coyolxauhqui (diosa de la Luna e hija de Coatlicue); la
Piedra del Sol o Calendario azteca, enorme bloque circular trabajado en relieve y dedicado a la
divinidad solar Tonatiuh que algunos investigadores atribuyen al señor de la tierra Tlaltecuhtli, y
la Piedra de Tizoc, enorme disco que narra en un friso las conquistas del que fuera famoso
tlatoani (emperador) de los aztecas entre 1481 y 1486.

Orfebrería: combinando oro y plata, que no se quedaron atrás. Los metales se utilizaban
fundamentalmente para hacer joyas: collares, pendientes, pectorales, orejeras, bezotes
(adornos que se colocaban en un orificio practicado bajo el labio inferior) y pulseras. También
se hacían figuras y recipientes. Utilizaban la cera perdida y eran maestros en la fundición, hasta
el punto de fabricar figuras articuladas. Frecuentemente se combinaban los metales con
piedras semipreciosas como el jade, la amatista y la turquesa, formando collares y adornos de
gran belleza.

Cerámica: Constituye la forma de expresión más popular, sobre todo en lo relativo a las figuras
de personas y divinidades, entre las que destacan figurillas femeninas de fertilidad y
representaciones de dioses. Las figurillas femeninas aparecen de pie, con el cabello dividido en
dos crestas o bucles que se elevan sobre la cabeza, un faldellín decorado quellega hasta los
pies, y suelen llevar en sus brazos otras dos figuras más pequeñas. Se ha interpretado como
una representación de la diosa madre azteca (Tonantzin, Xochiquetzal, Coatlicue o Cihuacóatl),
aunque en la actualidad son consideradas como un símbolo de la maternidad. Otras figuras son
representaciones de los dioses Tláloc y Quetzalcóatl Ehécatl.

Literatura y Música: A la llegada de los españoles muchos de los textos de los códices
prehispánicos fueron recopilados en libros escritos en lengua náhuatl con caracteres latinos.
Entre ellos destacan los llamados Anales de Tlatelolco, los Códices Matritenses de fray
Bernardino de Sahagún y, sobre todo, por su gran calidad literaria, la Colección de cantares
mexicanos y los romances de los señores de la Nueva España, donde se ensalza lo bello, lo
efímero y lo sutil de la vida. El mundo de la música y la danza corría parejo al de la literatura.
Por lo que sabemos existieron gran variedad de instrumentos musicales de los que se sirvieron
para realizar escalas pentatónicas y, en ocasiones, de seis, siete o más tonos.

Arte Romano
Las primeras manifestaciones del arte romano nacen bajo el influjo del arte etrusco, enseguida
contagiado del arte griego, que conocieron en las colonias de la Magna Grecia del sur de Italia,
que Roma conquistó en el proceso de unificación territorial de la península, durante los siglos
IV y III a. C. La influencia griega se acrecienta cuando, en el siglo II a. C., Roma ocupa
Macedonia y Grecia.

Hasta cierto punto puede pensarse que el arte de Roma es una imitación y ampliación del arte
griego, y por supuesto del arte etrusco, pero el espíritu que animó a los artistas romanos es
totalmente diferente de aquellos. La Roma conquistadora y urbanista trató de unir al sentido
estético griego, el carácter utilitario y funcional que sus obras requerían.

Desde el punto de vista cronológico, el arte romano se desarrolló con bastante homogeneidad
y autonomía desde el siglo III a.C hasta el siglo V de nuestra Era. Siguiendo las etapas que su
devenir histórico marca, destacan al menos la República, hasta el año 27 a. C., y el Imperio,
que se extendió desde los tiempos de Augusto hasta la caída de Roma en manos de los
bárbaros en el año 476 después de C.

A causa del profundo centralismo ejercido por Roma sobre sus provincias en todos los aspecto
de la vida, se originó un arte muy uniforme sin que pueda hablarse de escuelas provinciales, al
menos durante la época imperial. No obstante, dada la amplitud del Imperio y su constitución
en diferentes momentos, no existe una contemporaneidad cronológica, pues en zonas donde el
arte helenístico está más consolidado sus formas artísticas están mucho más evolucionadas
que en las provincias más tardíamente incorporadas a la cultura romana.

Arquitectura: La arquitectura de la Antigua Roma es probablemente uno de los testimonios


más significativos de la civilización romana. Se caracteriza por lo grandioso de las
edificaciones, y su solidez que ha permitido que muchas de ellas perduren hasta nuestros días.
La organización del Imperio Romano normalizó las técnicas constructivas de forma que se
pueden ver construcciones muy semejantes a miles de kilómetros unas de otras. Los
elementos más significativos de la arquitectura romana son la
construcción abovedada y el empleo de un primitivo hormigón.

Los romanos emplearon profundamente el arco y la bóveda. Ésta no


se forma con dovelas de piedra aparejada (salvo en algunas
construcciones asiáticas), como se disponía en la bóveda etrusca,
sino de una masa confeccionada con puzolana y cascajo. Las
bóvedas solían tener gruesos arcos de ladrillo, ya paralelos, ya
diagonales pero embebidos en la bóveda misma, que servían como
sujeción provisional y como refuerzo interior de la bóveda. Un
ejemplo soberbio es la cúpula del Panteón de Agripa en Roma.

Escultura: La escultura de Roma, se desarrolló en toda la zona de


influencia romana, con su foco central en la metrópolis, entre los
siglos VI a. C. y V. En origen derivado de la escultura griega, principalmente a través de la
herencia de la escultura etrusca, y luego directamente, por contacto con las colonias de la
Magna Grecia y la propia Grecia, durante el periodo helenístico. La tradición griega siguió
siendo una referencia constante durante todo el curso del arte escultórico en Roma, pero
contradiciendo una creencia antigua y extendida de que los romanos eran sólo meros copistas,
ahora se reconoce que no sólo fueron capaces de asimilar y desarrollar sus fuentes con
maestría, sino también aportar una contribución original e importante a esta tradición, visible
especialmente en el retrato, género en el que consiguió un gran prestigio y que dejó ejemplos
singulares de gran técnica y de alta expresividad, y en la escultura decorativa de los grandes
monumentos públicos, donde desarrolló un estilo narrativo de gran fuerza y carácter
típicamente romano.

Tras la consolidación del imperio romano, otras influencias extranjeras, sobre todo orientales,
determinaron una progresiva separación del canon griego hacia una simplificación formal de
tendencia abstracta, que estableció las bases del arte bizantino, paleocristiano y medieval. Este
proceso, sin embargo, se intercaló con varios períodos de recuperación del clasicismo, así
como el fortalecimiento del vínculo simbólico con el pasado, fueron útiles para el mantenimiento
de la cohesión cultural y política del vasto territorio. Ni siquiera la cristianización del imperio
pudo determinar la exclusión de referencias a la escultura clásica romana pagana, y hasta el
siglo V, cuando la unidad política se rompió definitivamente, los modelos clásicos siguieron
siendo imitados, pero adaptados a los temas del nuevo orden social, político y religioso que se
había instaurado.

Pintura: Los mejores, se atribuyen hoy a mano griega si bien la escuela llegara por fin a
romanizarse. Los romanos admiraban la pintura griega tanto como la escultura, y animaban a
los artistas que trabajaban para ellos a hacer copias de obras griegas especialmente famosas o
populares. Los romanos tendían más que los griegos a decorar sus paredes con pinturas
murales, y aunque siguen la tradición griega, muestran en sus pinturas un gran colorido y
movimiento. Las pinturas, con figuras individuales, grupos o paneles enteros, se reproducían,
se adaptaban, estropeaban o embellecían según el talento de los artistas y las exigencias del
cliente.

Los procedimientos usados en esta pintura debieron ser el encausto, el temple y el fresco.
Aunque se sabe que los romanos desarrollaron la pintura sobre tabla, los restos pictóricos
conocidos más importantes son de tipo mural, frescos protegidos con una capa de cera que
avivaba los colores.

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